Ángeles Perera – Profesora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
PRESENTACIÓN DE EL ELIXIR CURALOTODO Sandra Franco y Daniel Martín Biblioteca Insular de Gran Canaria 13 de junio de 2014
Escribió Cairasco de Figueroa, allá por 1582, un hermoso canto a la selva de Doramas, aquella que pobló la isla de Gran Canaria y de la que ya sólo quedan las palabras del poeta: Este es el bosque umbrífero que de Doramas tiene el nombre célebre, y aquestos son los árboles que frisan ya con los del monte Líbano y las palmas altísimas mucho más que de Egipto las pirámides, que los sabrosos dátiles producen a su tiempo y dulces támaras. Aquí de varias músicas hinchan el aire los pintados pájaros. la verde yedra estática a los troncos se enreda con sus círculos y más que el yelo frígida salen las fuentes de peñascos áridos. Por otro lado, dice la copla escrita por Néstor Álamo a Tamadaba ya a mediados del siglo XX: Tierra mía, pino verde, y negra playa. Tierra de mis alegrías, ¡ay! Pinar de Tamadaba. Allá abajo están La Nieves, por el cielo anda el Pinar, el Teide levanta un grito sobre las olas del mar. Las protagonistas del relato que hoy nos convoca viven en Osorio y Tamadaba y por ello el libro comienza explicando que, tal vez, Osorio sea parte de los restos de aquella selva. Empezamos hablando de la localización espacial del texto porque El elixir curalotodo no tiene sentido si no es por el bosque y el pinar; por el fresco de la arboleda, por los ruidos del viento y los animales que faenan, invisibles al ojo humano, en estos parajes. Retomaremos más adelante los caminos que nos adentran en el verde húmedo, es decir, en el libro de Sandra Franco y Daniel Martín. Resulta algo inusual iniciar la presentación (y los principios son muy importantes) de un libro de literatura infantil y juvenil leyendo a un clásico, a Cairasco de Figueroa, padre las letras canarias, nada menos. Pero este libro tiene rasgos que entroncan con la estructura de la narrativa más clásica, salvando las distancias, fundamentalmente, temporales y, por tanto, culturales, lingüísticas y sociales. Uno de estos rasgos es el tópico de Doramas que se ha utilizado a lo largo de la historia de la literatura canaria, una referencia que atesora un alto poder evocador. Además, el texto
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