Cada imagen contenida en este trabajo tiene la función de retratar y describir un día en la vida de un salvadoreño, desde el café matutino hasta su esperado “after office”. La ley especifica 40 horas laborales por semana sin embargo las personas se ven obligadas a trabajar más horas de las debidas para poder llevar el sustento a su hogar. Aunque parezca imposible llevar una vida fuera del personaje de empleado, el salvadoreño siempre se las arregla para pasar un momento compartiendo con familiares o conocidos. Desde comprar un pan en la calle hasta visitar bares o clubes con amigos. Cada detalle es importante si se trata de explicar lo que sentimos en aquel instante, esta serie trata de los elementos que forman parte de ella, de aquellas personas clave que le dieron vida a las fotografías y de cómo tuve la suerte de verlas nacer.
Adaly Fuentes