Escribir en internet (2012) Fundéu BBVA

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¿Cómo se escribe una carta oficial en un correo electrónico? ¿Qué símbolos se pueden usar en Twitter? ¿Y en un sms? Respuestas a estas y otras muchas dudas se pueden encontrar en el libro Escribir en internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales, el primer manual práctico de uso del español en los medios digitales y los soportes electrónicos. Pensado para todos los públicos, para aquellos que utilizan la red de manera cotidiana sin ser expertos, pero también para los profesionales que quieren profundizar y mejorar sus técnicas de redacción y comunicación digital, este libro le ayudará a escribir con corrección y estilo en internet. Dirigido por el periodista Mario Tascón, Escribir en internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales es un trabajo de la Fundéu BBVA, que recoge recomendaciones y estudios de más de cuarenta expertos sobre cortesía en la red, correspondencia electrónica, reputación online, español global, escritura colectiva, redacción para blogs, mensajería instantánea, gestión de comentarios, redes sociales, emoticonos, accesibilidad, temas legales… y todo lo que hoy resulta necesario para trabajar en la red.



Índice

PRÓLOGO. José Manuel Blecua 1. ¿POR QUÉ UN MANUAL DE ESTILO DE LOS NUEVOS MEDIOS? Joaquín Müller-Thyssen Bergareche Qué son los nuevos medios y los medios sociales. Marga Cabrera Méndez Recomendaciones, que no normas. Fundéu BBVA 2. USO COTIDIANO. Mario Tascón Personas, internet y máquinas Consejos para comunicarnos. Marga Cabrera Méndez La atención en los nuevos medios. Markus Steen Cómo leemos. Markus Steen El lenguaje como marcador cultural. Fundéu BBVA Empobrecimiento del lenguaje. Markus Steen Escribir para todos. Fundéu BBVA Consejos para elegir palabras. Fundéu BBVA La etiqueta en la red: la cortesía en la comunicación digital. M.ª Elena Gómez Sánchez y Luis Guerra Salas Registros según el público y el medio. Fundéu BBVA Definir el estilo: imagen y reputación. Judith González Ferrán Textos en los nuevos medios. Marga Cabrera Méndez Características generales. María Benito Llauradó La importancia del enlace. Anselmo Lucio Usabilidad. Qué debo tener en cuenta al escribir para la web. Ana Pérez Vicente Composición y maquetación. Ana Pérez Vicente Tratamiento de la información. Marga Cabrera Méndez La voz de la audiencia. Bárbara Yuste Lectura en pantalla. Marga Cabrera Méndez Las pantallas y las distancias de lectura. Fundéu BBVA Modelos de lectura. Fundéu BBVA Lenguaje internacional Español neutro, global, general, estándar o internacional. Alberto Gómez Font El español global en la red. Mercedes Sánchez Sánchez Extranjerismos. Mercedes Sánchez Sánchez Transcripciones y nombres extranjeros en el español. Mercedes Sánchez Sánchez


Emoticonos. Mercedes Sánchez Sánchez El correo electrónico. Rebeca Díez Somavilla y Luis López Cuenca La escritura epistolar. Antes y ahora. Por qué escribimos correos electrónicos El correo electrónico frente a otros medios El silencio Elementos del correo electrónico Cuidar la escritura Las emociones Tiempos de respuesta El correo comercial Boletines de noticias o newsletters El spam Aspectos legales El correo electrónico y los nuevos dispositivos móviles Mensajería instantánea: Chat, sms, WhatsApp. Xosé Castro Roig El origen de la comunicación instantánea La redacción en chats y sistemas de mensajería instantánea Extensión y tiempo de lectura Normas de etiqueta tácitas o escritas Uso de un lenguaje simplificado Uso de emoticonos y emojis Ortografía adaptada Redes sociales. Juan López Sobejano Tipologías Lenguaje Formalidad e informalidad en los textos Personalización de las cuentas El perfil Amigos, contactos, seguidores y suscriptores El estado: el muro, cronología o biografía Chat y correo interno Horarios y tiempos de respuesta Redes sociales y foros. Hilos de escritura Gestión de comentarios y respuestas Imágenes, vídeos y otros archivos multimedia Estrategias de gestión de contenidos Twitter Guía rápida de supervivencia. Mario Tascón y Mar Abad Anatomía de un tuit. Mario Tascón y Mar Abad


Vocabulario de Twitter. Mario Tascón Recomendaciones estilísticas. Markus Steen Diez prácticas que deben evitarse en Twitter. Esther Vargas Cómo verificar la información. Fundéu BBVA Twitter, los periodistas y las fuentes. Jordi Pérez Colomé Escritura colectiva: wikis. Tíscar Lara Anatomía de un wiki Interactividad y comentarios Plantillas, la cara del wiki Categorías y secciones Organización de la información en los artículos Pautas de comportamiento en los wikis Modelos Blogs. Marga Cabrera Méndez Estructura de un artículo de un blog. Jorge Serrano Categorías y etiquetas. Marilín Gonzalo Escribir una entrada para un blog. Marilín Gonzalo Gestión de comentarios. Marilín Gonzalo Cómo titular. Marilín Gonzalo Maquetación: plantillas. Fundéu BBVA Tipología de productos. Jorge Serrano Sitio web corporativo Catálogo Escaparate Comercio electrónico Intranets y extranets Administración electrónica Medios de comunicación E-learning Libros electrónicos Videojuegos Aplicaciones 3. USO PROFESIONAL. Marga Cabrera Méndez Profesionalización de los medios sociales Organización de la información digital Arquitectura de la información. Jorge Serrano Usabilidad. Nuria Lloret No amarguemos la experiencia lectora de nuestros usuarios. Fundéu BBVA Agrupación de contenidos. Jorge Serrano


Etiquetas y metadatos. Daniel Monleón Todo se enlaza, todo se «taggea», nada se pierde. Pablo Mancini Microformatos. Jorge Serrano Buscadores y SERP . Jorge Serrano Conceptos básicos de optimización para buscadores. Daniel Monleón Nombres de páginas y direcciones. Fundéu BBVA Maquetación en los nuevos medios. Blas Hernández Planificar el proceso. Blas Hernández Uso de estándares en dispositivos móviles Composición en la visualización de datos. Moisés Mañas Proporciones, tamaños y retículas. Moisés Mañas Tipografías para pantalla. Jorge de Buen Extensión, formato de párrafo y separaciones. Markus Steen Colorimetría. Moisés Mañas Arquitectura del contenido de una página web. Markus Steen Portada Elementos básicos Zona menú Zona titular Zona cuerpo Zona fin Página 404 Escritura en pantalla, criterios La gramática multimedia. Judith González Ferrán Normas generales de estilo. Bárbara Yuste Estilos de escritura. Fundéu BBVA Nuevas estructuras para la red. Juan Carlos Camus Títulos y subtítulos. Silvia Cobo Cómo escribir buenos titulares. Carlos Salas Escribir para buscadores. Daniel Torres Burriel La edición de texto. Luz Fernández Espinosa Modificar un texto en internet: corregir, cambiar o actualizar. Fundéu BBVA Sistemas de escritura en ordenador. Fundéu BBVA Caracteres en pantalla. Javier Bezos Signos de puntuación, signos y símbolos: nuevos usos. Fundéu BBVA El uso de los números en el mundo digital. Markus Steen Cómo escribir sobre la red en papel. Federico Romero Corrección automática. Concepción Polo y Laura Moreno Romero Hipertexto. Daniel Monleón y Alicia Sellés Carot Características


Elementos del hipertexto: nodos, enlaces y anclajes Estructuras hipertextuales Los lenguajes de marcado La web semántica Formatos multimedia. Moisés Mañas Introducción a las nuevas formas de narrar Formatos y plataformas multimedia Metáfora y recursos multimedia Diseño de la interacción Interfaz gráfica de usuario (GUI) Usabilidad en el diseño Agentes multimedia Accesibilidad en los nuevos medios. Blas Hernández Principios fundamentales ¿Quién define las pautas de accesibilidad? Escritura accesible Imágenes accesibles Audiovisual accesible Subtitulación Audiodescripción Aspectos jurídicos. Alejandro Touriño Responsabilidad jurídica en internet Gestión de la reputación en línea Compartir contenidos en internet. Las licencias Creative Commons Enlazar en internet Consejos jurídicos sobre términos y condiciones de un sitio web Consejos jurídicos para sobrevivir en las redes sociales Consejos jurídicos para gestores de comunidades o community managers Consejos jurídicos para blogueros 4. ANEXOS Vocabulario básico: términos imprescindibles Bibliografía Autores que han colaborado en este libro


PRÓLOGO

Con la obra Escribir en internet, la Fundéu BBVA plantea un conjunto de problemas teóricos y de soluciones prácticas destinados a los usuarios de los nuevos medios y, también, a los profesionales que hoy ocupan sus trabajos en este novedoso campo. Son múltiples las sugerencias que aparecen en la lectura de estas páginas, repletas de connotaciones y de asociaciones. En primer lugar, es necesario observar su extraordinaria oportunidad: en un momento inicial de las relaciones entre los medios nuevos, los canales novísimos y los dispositivos capaces de realizar tareas impensables solo hace unos meses, era indispensable disponer de un manual copioso que –como nueva brújula– permita la navegación inteligente por las nuevas aguas y sea, a la vez, una caja de herramientas adecuadas para el trabajo diario de los profesionales. Este libro plantea en sus bases teóricas los viejos problemas de la antigua retórica clásica en su aplicación a un mundo tecnológico radicalmente original. La constante relación entre el autor y los destinatarios sigue siendo el eje central de los problemas, lo mismo que las circunstancias que los rodean y los condicionan. El uso de la lengua, ya estudiado en la filosofía analítica, debe plantearse ahora en los nuevos medios y con los recursos gráficos de reciente creación, como los emoticonos, por ejemplo. Antiguas virtudes estilísticas, como la brevedad o la claridad, quedan privilegiadas en esta nueva situación supeditada a factores muy distintos de carácter tecnológico, como el número de espacios disponibles o la legibilidad del texto. Estas características citadas nos llevan al revolucionario cambio que han sufrido la lectura y la escritura. La lectura queda condicionada por el medio y se estructura sobre la denominada técnicamente lectura en F: la primera línea de un texto y la siguiente se leen longitudinalmente, mientras que el resto del texto se examina de arriba abajo, con los condicionamientos que los expertos aconsejan para la medida y estructura de los párrafos. La página y la pantalla recuperan parte de los problemas que habían aparecido en la época clásica entre la página del texto y el lienzo del pintor, y añaden la relación maravillosa de la hipertextualidad, posibilidad que hubiera hecho las delicias de los comentaristas de textos del Humanismo. La escritura, que hoy ocupa espacios inimaginables tan solo hace diez años, registra, por una parte, un ambicioso deseo de perfección formal en alguno de sus empleos más característicos y, en otros géneros, sin embargo, aparece entreverada por la oralidad, presidida por lo coloquial, la informalidad, las abreviaturas o, simplemente, por la búsqueda de la eficacia más completa en la


comunicación. Como en los manuales de cortesanía de la época clásica, se aconseja que los usos idiomáticos en los nuevos medios estén presididos por el respeto y la cortesía hacia el interlocutor, aunque a veces el anonimato permite los mayores desafueros sin que las personas aludidas puedan defenderse como sería de justicia. El tono elegido por las recomendaciones es el tradicional en la Fundéu BBVA: no se trata de promulgar normas rígidas, sino de formar en la mente de los lectores de la obra una preocupación constante por los usos idiomáticos en sus aspectos generales, por ejemplo, el empleo de las fórmulas de tratamiento (tú, usted, vos) o aspectos muy particulares de la variación lingüística destinados a eliminar los localismos. Creo sinceramente que la obra cumple por completo con los objetivos señalados de servir a la actividad cotidiana de un amplio conjunto de usuarios y a las necesidades de los profesionales. Unos anexos (vocabulario, fuentes, bibliografía) completan la útil caja de herramientas. La obra se irá haciendo mayor a través de la página electrónica, cumpliendo así con el dinamismo, la velocidad y la participación de los usuarios que caracterizan a los nuevos medios. De esta manera se irá haciendo más útil a todos los lectores, que iremos aprendiendo novedades y recursos para nuestra formación técnica. A mí, su consulta me ha sido extraordinariamente placentera y me siento muy orgulloso de poder felicitar a los responsables, Joaquín Müller-Thyssen y Mario Tascón, a los redactores y a toda la Fundéu BBVA por este excelente trabajo.


¿POR QUÉ UN MANUAL DE ESTILO DE LOS NUEVOS MEDIOS? Joaquín Müller-Thyssen Bergareche


«Desde el momento en que se escribe en la red, las palabras cobran una dimensión global». Esta afirmación, contenida en este libro, explica por sí misma la necesidad de una guía que nos ayude a manejarnos con corrección en los nuevos medios. Es precisamente la dimensión global y pública de las palabras e ideas que uno vuelca en la red la causa de la creciente preocupación de los usuarios por desenvolverse de forma adecuada en internet. Una preocupación que ha generado multitud de documentos, consejos y listados de buenas prácticas sobre la mejor manera de actuar en las diferentes plataformas de comunicación que ofrece la red. La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) ha creído oportuno recoger en un solo libro parte de ese conocimiento, pues, en su papel de institución al servicio del buen uso del español en los medios de comunicación, está convencida de que es en internet donde se juega el futuro de la lengua. Algunos pensadores, como el desaparecido Tony Judt, se han mostrado preocupados por el peligro de que canales de comunicación como Twitter se conviertan en motores no de la «neolengua», sino de la «no-lengua». Otros muchos, por el contrario, están convencidos de que la red potencia el texto, la escritura y el resurgir de un interés por la corrección lingüística. Y no solo eso, sino que, como señala el último Informe Pisa de la OCDE, contribuye a que los estudiantes adquieran una mayor comprensión lectora. Sea cual fuere el discurso que unos y otros defienden, de lo que no le cabe duda a la Fundéu BBVA es de que el español es un idioma vivo y de que uno de los lugares en los que mejor se aprecia su vitalidad es precisamente internet. Por ello, la Fundéu BBVA, heredera del Departamento de Español Urgente de la Agencia Efe, que fue creada en el año 2005, no podía dar la espalda a una realidad que en estos siete años ha ido creciendo de manera exponencial. El español que se use en la red debe ser un buen español, el mismo que estamos obligados a utilizar en la redacción de una carta o un informe, ya sea en papel, en la computadora o en la tableta, o en un programa de radio, o en un discurso público o familiar, en definitiva, en cualquiera de las actividades que desarrollamos en nuestra vida diaria. Las normas gramaticales son las mismas para todos los formatos, pero ello no implica que se deba renunciar a la creatividad, la imaginación y a cualquier otra actuación necesaria para adaptarse a las características de las nuevas plataformas de comunicación.


Lo que se pretende con este libro, y esperamos haber conseguido, es responder a esas dudas que aparecen a la hora de manejarse correctamente en la red y que no son estrictamente lingüísticas, sino también de urbanidad y de tipo técnico; es decir, todas aquellas que surgen cuando dos o más personas quieren comunicarse y compartir sus pensamientos, ideas, emociones y conocimientos en un nuevo medio, de manera fluida y ordenada. Cada plataforma, ya sea Facebook, Twitter, Google+, los blogs, los chats, los foros o los medios digitales, tiene sus particularidades, reglas y características y con ellas hay que actuar, conjugando la corrección y la creatividad con el sentido común para sacar su mejor provecho. Todo puede valer, siempre que no se trasvasen los usos propios de una a otra; en suma, que se tenga presente que las reglas de comunicación en un soporte no tienen por qué ser válidas en otro. Este libro, en el que han participado cerca de cuarenta expertos en distintas materias, es un proyecto pensado no solo para especialistas en comunicación, sino también para todas aquellas personas que utilizan el español en los nuevos medios, desde el experto al recién iniciado. Recoge un vocabulario propio de la red, maneras de proceder, hábitos y normas de cortesía, gramática adaptada y, en definitiva, costumbres que son propias de los nuevos medios. Sirve para el que lleva años utilizando el correo electrónico, pero desconoce sus normas de cortesía, para aquel que tiene un blog personal, para el que no entiende los emoticonos que recibe por el móvil, para los que empiezan en Twitter y no deducen su vocabulario, para el principiante que no sabe cómo dirigirse a su público en una red social, para el político interesado por su reputación online y para un larguísimo etcétera de internautas preocupados por dejar su huella en la red de una manera correcta y educada. Para poder diferenciar de alguna manera este amplio público, se ha dividido el libro en dos grandes bloques: el uso cotidiano y el uso profesional. Así, si solamente utilizamos los nuevos medios para comunicarnos de manera personal será suficiente la primera parte. Sin embargo, si nuestra labor es profesional, o semiprofesional, nos interesará profundizar en la segunda. Además, existe un tercer bloque que incluye un amplio glosario con las palabras que hemos entendido que están relacionadas de alguna manera con el español en los nuevos medios, así como bibliografía y referencias donde ampliar información. ¿Por qué un manual de estilo de los nuevos medios? Sencillamente, porque hace falta.


QUÉ SON LOS NUEVOS MEDIOS Y LOS MEDIOS SOCIALES Marga Cabrera Méndez Según el Diccionario de la Real Academia Española, un medio de comunicación es un «órgano destinado a la información pública»; derivada de este término surge la expresión nuevos medios, que podría definirse como el servicio de acceso a la información a través de las nuevas tecnologías. Los nuevos medios tienen un lenguaje propio y unas características de comunicación y contenidos diferentes a los tradicionales (prensa, radio y televisión). En la actualidad estos nuevos medios, a los que también se podría llamar digitales, conviven con los medios de comunicación tradicionales, influyendo cada día más en ellos. En realidad los nuevos medios ya no son tan nuevos. La prensa escrita empezó a ofrecer versiones digitales de sus diarios a finales del siglo XX, pocos años más tarde del nacimiento de internet, tal y como la conocemos hoy en día. En un principio, era una copia de la versión en papel publicada en PDF, de ahí pasó a ser una edición de los mismos contenidos, en versión web, una vez al día. Desde entonces, la versión digital de los periódicos ha evolucionado hacia la convivencia actual, en la que la prensa digital tiene sus propios ritmos y modelos, distanciándose cada vez más de la versión en papel. Esta convivencia de las versiones en papel y digital de un mismo periódico suele ser complementaria y exige una diferenciación en el tratamiento de los contenidos para un medio y otro, así como la adaptación de la prensa impresa a las características del medio digital. Los medios sociales son un derivado de los nuevos medios, son el espacio de información que se genera y comparte a través de las redes sociales de internet. Los ciudadanos utilizan estos canales para convertirse en informadores, bien al margen de los medios de comunicación, bien a su sombra. Las redes sociales cada vez se integran más en la prensa digital, no hay diario que no incluya, en su edición de internet, la opción de compartir o comentar la noticia a través de Twitter o Facebook, por citar solo las más expandidas. La prensa en internet genera blogs para dar protagonismo y voz individual a sus profesionales o incluso a los lectores, y de esa forma compartir experiencias desde un punto de vista más cercano. Los medios sociales tampoco son tan nuevos, los primeros blogs datan de 1997 y Twitter nació en 2006.


Podemos destacar las siguientes diferencias entre los nuevos medios y los tradicionales: Favorecen la no intermediación de un medio para la publicación de información. Aceleran los procesos de creación, publicación, distribución y discusión de los contenidos. El tiempo real sustituye a la periodicidad de los medios tradicionales. Las ediciones ya no se basan en un horario prefijado, sino que se puede publicar cuando surge la información. La autoría de los contenidos se ha democratizado, la publicación no es exclusiva de los especialistas de la información contratados por los medios, sino que el ciudadano se vuelve autor. Cualquiera puede generar información, comentarla y compartirla, la autoría se traslada a la sociedad en lo que viene a llamarse periodismo ciudadano. Todos los ciudadanos estamos invitados a aportar comentarios y debatir la información dando nuestro punto de vista o nuestra versión de los hechos. Los nuevos medios permiten acceder a la información en cualquier momento y desde cualquier lugar, siempre que se tenga conexión a internet a través de cualquier dispositivo digital. La creación puede producirse en tiempo real: las barreras espacio-temporales han desaparecido para la publicación de información. La publicación y distribución se apoya en tecnologías digitales, pueden manipularse y permiten la interactividad. La información está viva, los usuarios la amplían, corrigen y comparten. Aunque está claro que los nuevos medios hacen referencia a los medios tradicionales en su versión digital, hay que tener en cuenta que no solo abarcan los diarios en internet y las redes sociales, sino que conviven con muchos otros formatos de productos digitales que son también contenedores de información. Algunos ejemplos de nuevos medios son las páginas web, las aplicaciones para teléfonos inteligentes o tabletas, los juegos en red, el CD-ROM, los DVD, la televisión web, los libros electrónicos, los blogs, la radio digital, los wikis, y todo aquello que permita la interactividad digital. Cada uno de estos medios tiene sus particularidades –su lenguaje, sus normas de conducta y entresijos– y se hace preciso utilizarlos en función de las necesidades reales, con medida y prudencia. A lo largo de los diferentes capítulos del libro veremos las principales características de la mayoría de ellos para aprender a movernos en el nuevo entorno digital. Porque, aunque nuevos, estos medios cuentan ya con un vocabulario propio de la red, una gramática adaptada, unas maneras y hábitos de proceder, unas normas de cortesía; en definitiva, unas costumbres que caracterizan nuestro idioma y su uso en los nuevos medios.


RECOMENDACIONES,

QUE NO NORMAS

Fundéu BBVA La Fundación del Español Urgente, Fundéu BBVA, no persigue ser una institución correctora cuyas recomendaciones lingüísticas hayan de ser contempladas como norma; su objetivo es, más bien, proporcionar criterios de coherencia en el uso del idioma para evitar su empobrecimiento y hacer frente a la invasión indiscriminada de extranjerismos o neologismos innecesarios. También quiere convertirse en un centro de análisis y un referente, desde el punto de vista idiomático, para los diferentes medios informativos que se sirven del español como herramienta de trabajo. La Fundéu BBVA ha hecho suya la experiencia acumulada por el Departamento de Español Urgente durante 25 años y ha formado un equipo de profesionales –filólogos, periodistas, correctores y ortotipógrafos– cuyos conocimientos en el buen uso del español constituyen un patrimonio al servicio de los medios de comunicación. En el caso de este libro, se ofrece una recopilación de los conocimientos del buen uso del español y los criterios de coherencia de su uso en los nuevos medios, pensando en su difusión para todos los públicos, y no solo al servicio de los medios de comunicación.


USO COTIDIANO Mario Tasc贸n


PERSONAS,

INTERNET Y MÁQUINAS

Los cambios en nuestra sociedad, y especialmente en la forma de comunicarnos y relacionarnos, que estamos viviendo desde el final del siglo XX no podían suceder sin dejar una profunda impronta en el lenguaje. Ordenadores, teléfonos móviles, televisiones interactivas y tabletas, por el lado de los dispositivos con los que escribimos y leemos; blogs, redes sociales y páginas web, como herramientas que utilizamos para comunicarnos, y redes de comunicaciones globales que permiten recibir y emitir en tiempo real mensajes que atraviesan el planeta a la velocidad de la luz constituyen un ecosistema que aporta muchas novedades y que ha generado cambios en nuestros hábitos, demasiados como para que la lengua, el vocabulario o incluso la gramática no se hayan visto afectados. El aumento exponencial de la velocidad en las comunicaciones es una de las características más notables de este cambio. Los conceptos y palabras, la creación de neologismos y el consenso popular para aceptar un término de moda se generan con una rapidez nunca vista. Las redes sociales son el paradigma de esa escollera en la que se baten las olas de las novedades frente a las reglas clásicas. Antes, la Real Academia Española observaba la evolución de nuestra lengua en los libros, pero pronto se percató de que los medios de comunicación eran más importantes para ver cómo habla y escribe la gente, incluso más permeables y sensibles que los primeros. Una de las instituciones más prestigiosas del español, la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), editora de este libro, fue creada para atender esa necesidad de urgencia que ya aparecía en los profesionales de los medios de comunicación a finales del siglo XX. El idioma empezaba a evolucionar a una velocidad nunca vista y ahora el lugar en el que nuestro idioma se bate cada segundo y en el que se anticipan las tendencias es internet. La globalización es la segunda característica que hay que destacar. Ahora, cuando alguien escribe, no necesita preocuparse de cómo hacer que su mensaje llegue a una audiencia global porque, aunque no lo sepa, ya se encuentra inmerso en ella, pues las fronteras geográficas han desaparecido. La entremezcla de idiomas, con una serie de palabras universalizadas a golpe de clic, también es una característica de la escritura en determinados canales de comunicación. Nunca las dos orillas del Atlántico estuvieron tan cerca, y ahora argentinos, mexicanos,


españoles, etc., pueden ver cómo escriben los demás en tiempo real, por lo que la incorporación de neologismos y el intercambio de expresiones son continuos. La permeabilidad entre las variantes geográficas disuelve las diferencias como si fueran un azucarillo. Si la introducción de las palabras ordenador y computadora se produjera ahora, posiblemente todos los que hablamos español hubiéramos convenido de manera natural en una de ellas, en lugar de que el término ordenador prevalezca en España y computadora en América, al menos es posible imaginarlo así por la capacidad de interrelación entre los que hablamos la misma lengua a lo largo de todo el globo terráqueo. El español neutro avanza también a medida que los fabricantes de software traducen o crean sus aplicaciones e intentan venderlas en un mercado determinado por el idioma, pero en realidad se desarrolla de una forma ajena a como se pensaba hace años: los lectores, la gente, forman en ocasiones grupos de voluntarios de todos los países que se dedican a traducir estos programas, así se producen consensos ricos en matices y con los que la mayoría está cómoda. Hay que resaltar esa labor de trabajo sobre el idioma que va más allá de los profesionales convencionales y que, en algunos casos, incluye a usuarios interesados conectados a través de las redes sociales. También, el hecho de que muchos de nuestros medios de comunicación participen ahora de esa presencia global está consiguiendo que cuiden más su vocabulario para evitar aquello que suena mal o ridículo en otros lugares. No hay que olvidar las posibilidades de la escritura colectiva, de una forma revolucionaria, como nunca había podido imaginarse hasta la llegada de la informática y de internet, ya que ahora dos, tres o muchas más personas pueden escribir simultáneamente documentos sin necesidad de hacerlo secuencialmente. Quizás esto sean solo prácticas concretas que no influyen al conjunto de los hispanohablantes, pero hay que reseñarlas porque están ahí y tienen que ver con fenómenos como el contenido generado por usuarios (UGC, user genereted content) al que tanta atención se presta ahora. Pero la globalización alcanza no solo a las palabras, sino también a la cada vez mayor proliferación de signos con una capacidad expresiva superior a la convencional. Hablamos, sin duda, de los emoticonos ( ), esas combinaciones de caracteres que intentan transmitir sentimientos cuando acompañan a los mensajes y que contribuyen a una mayor carga oral de los textos. Los emoticonos han sido solo el principio de la utilización de toda una serie de elementos que intentan paliar las dificultades del texto para transmitir sentimientos y emociones, sobre todo en los mensajes más breves (conversaciones privadas y públicas en foros, redes sociales o a través de mensajería telefónica textual). Hay incluso colecciones de emoticonos multimedia que se van añadiendo a los más primitivos compuestos por signos y letras. El uso de onomatopeyas, estiramientos gráficos y otros recursos similares completarían este conjunto de mecanismos para aumentar la carga oral y emotiva en los mensajes. Todos estos recursos han mostrado, además, una importante labor en la comprensión de los mensajes, sobre todo cuando estos tienen, por ejemplo, una carga irónica que suele ser más difícil de transmitir en los textos breves. En la misma línea estarían los iconos (☎ ☛ ♥), que, debido también a la llegada de estándares internacionales de unificación de caracteres y con el fin de facilitar el tratamiento informático de textos y su intercambio en múltiples idiomas, están al alcance de cualquier usuario, sin necesidad de


conocimientos de dibujo porque vienen incorporados en las herramientas, al igual que los emoticonos. Aunque, quizás, el cambio más importante viene del paso que se da de una comunicación que en gran parte era privada y que se convierte en pública. Hasta la llegada de las redes sociales, incluso en los albores de la era de internet, la mayoría de los mensajes que circulaban entre los usuarios eran privados (correos electrónicos, mensajes entre teléfonos) y, aunque desde siempre ha existido una democratización de las herramientas de publicación, es claro que la llegada de las redes sociales ha disparado el número de textos y la cantidad de personas que publican, en el doble sentido de ese verbo: hacer patente algo al público y difundirlo. El hecho de que cada vez haya más mensajes que circulan ante los ojos de millones de personas se puede considerar el más significativo, no solo por la cantidad de información a la que ahora se puede acceder, sino, sobre todo, por las diferencias entre lo público y lo privado, que no siempre son tenidas en cuenta a la hora de conversar o escribir. De hecho, muchas veces esta diferencia, que no era considerada, hacía poner el grito en el cielo a muchos académicos ante el supuesto deterioro de nuestra lengua, cuando se analizaban como si fueran artículos periodísticos las conversaciones entre dos amigos a través de mensajes enviados desde un teléfono, cuyo teclado tampoco ayudaba a escribir deprisa con todas las letras y menos con acentos y otros signos que no eran sencillos ni siquiera de encontrar. Los lectores, al empezar a escribir delante de una audiencia y ser conscientes de ello, han comenzado a preocuparse más por cómo escriben, por expresarse mejor. La gente se esfuerza más para que se la entienda, cuidando la forma en que se comunica. Es cierto que muchas personas creen que ahora se escribe peor que antes, pero parece más bien que lo que sucede es que ahora la gente que escribe mal es más visible que nunca. Hay incluso casos de protestas populares contra personajes famosos (periodistas, cantantes y actores) que han cometido una falta de ortografía en algún mensaje y no solo no han sido perdonados, sino que se les ha sometido al escarnio público en la plaza digital de las redes sociales. Es una muestra importante de una sensibilidad social hacia el buen uso del idioma. La brevedad es también una característica de la comunicación contemporánea: sobran los circunloquios, proliferan las abreviaturas, las frases se llenan de esqueletos consonánticos en las que se sacrifican las vocales en aras de ahorrar un par de caracteres. Pantallas pequeñas, espacios minúsculos, cajas para introducir textos con restricciones en cuanto al número de caracteres condicionan la escritura. En esta línea nos encontramos con la tendencia a desaparecer del signo de apertura de la interrogación y la exclamación, que, sobre todo en las redes sociales y en los mensajes SMS, es casi inexistente. Muchos de estos recursos no se utilizan de la misma manera en los distintos canales, incluso tratándose de la misma persona, ya que el registro y la manera de escribir sufren importantes variaciones dependiendo del destino de los textos. A más espacio disponible y más público, más correctos y con menos «atajos». Dentro de las estrategias para asegurar la brevedad destaca la proliferación de abreviaturas, que pone nervioso a quien no las conoce y que puede llegar a provocar una sensación de exclusión. Es cierto que las abreviaturas que se usan en internet y en las redes sociales provienen en su mayoría del


inglés, lo que hace algo más difícil su comprensión. El hipertexto también es un factor muy notable por el cambio estético que ha producido en los textos. Los lectores han aprendido que las palabras subrayadas, o escritas en otro color, generalmente anuncian una ampliación del concepto reseñado, una alternativa de lectura que se desarrolla en otro lugar al que se accede desde el atajo que proporcionan los enlaces. Esas palabras, que cuando se pulsan abren nuevas ventanas, por ejemplo, un nombre que se transforma en una biografía o una frase entrecomillada en un vídeo musical, son la clave de la escritura en los nuevos medios. Todavía no hay un canon que muestre cuáles son las mejores prácticas para conseguir buenos hipertextos, incluso sigue la discusión sobre si no es demasiado distractora la presencia de subrayados o colores en medio de un párrafo, y algunos editores practican el alejamiento de los enlaces en relación a las palabras o frases de las que deberían partir, por ejemplo como si fueran las viejas notas al pie. Los hipertextos son palabras que, además, tienen que ver con el funcionamiento de las aplicaciones, no solo poseen un significado, sino que desencadenan acciones, por lo que son mucho más «poderosas» que el resto. Un enlace puede lanzar una búsqueda, ejecutar algún tipo de acción del software, abrir un programa de correo o arrancar una canción. Muy relacionado con las modificaciones que han traído los hiperenlaces estaría el imperativo de escribir palabras y frases de una forma determinada por motivos técnicos, contraviniendo las normas de la Real Academia Española. Un ejemplo actual serían las etiquetas de Twitter. Las etiquetas, en este caso, son palabras o conjuntos de palabras que se utilizan para facilitar el seguimiento de un tema «etiquetándolo» con esa cadena de caracteres. La diferencia es que aquí los grupos de palabras, para funcionar como una etiqueta, necesitan en muchos casos llevar colocado delante el signo almohadilla (#) y, además, ir juntas, ya que de no ser así no funcionan. Si en una conversación en Twitter se habla de los presupuestos generales del Estado, es bastante probable que lleve la etiqueta de #presupuestosgenerales. Incluso es posible que, ante la ausencia de espacios separadores, y para que se identifiquen mejor las palabras, los usuarios introduzcan un sistema de caja subibaja, #PresupuestosGenerales, alternando mayúsculas y minúsculas para facilitar una comprensión mejor de esa larga cadena de caracteres. Hay muchos casos en los que las necesidades del software hacen que se tenga que escribir de otra forma, como es el caso de los números. Según la Real Academia Española, para escribir correctamente los números con cifras se tendrá en cuenta lo siguiente: Al escribir números de más de cuatro cifras, se agruparán estas de tres en tres, empezando por la derecha, y separando los grupos por espacios en blanco: 8 327 451 (y no por puntos o comas, como, dependiendo de las zonas, se hacía hasta ahora: 8.327.451; 8,327,451)…

Si seguimos estas instrucciones, la mayoría de los programas interpretarán nuestras cifras como contenidos textuales y se perderá la opción de realizar operaciones debido a que para las máquinas serán palabras y no números. Esta forma de escribir que la Real Academia recomienda choca con la lógica del software y hace que quien la emplee se encuentre luego con problemas para utilizar su material. Todo por motivos que van más allá de los argumentos clásicos y que tienen que ver


directamente con la tecnología que se emplea. Los responsables de nuestro idioma tendrán que tenerlo en cuenta a la hora de hacer las normas. Pero el proceso de comunicación también ha experimentado otro profundo cambio: su introducción en las máquinas. Se sigue escribiendo para las personas, pero en muchas ocasiones hay que comunicarse con las máquinas. Algunas veces necesitamos darles instrucciones que introducimos a través del teclado o pulsando botones en la pantalla, en otras ocasiones es la máquina la que avisa de un problema o la que pide más información para poder efectuar una tarea. Esa comunicación y sus canales se están desarrollando y tienen un interés creciente. También está la necesidad de que los textos que escribimos sean «comprendidos» por las máquinas y sus algoritmos para que, a través de plataformas como son los buscadores, otras personas puedan encontrarnos. Google es uno de los representantes actuales de esas máquinas que determinan cuáles son los sitios a los que dirigir a un ciudadano cuando busca algo en la red, y el paradigma de esa nueva audiencia, conformada por algoritmos que intentan clasificar y entender de qué va una página web, un tuiteo o un documento digital. Comunicarse con las máquinas a través de las interfaces o preparar las páginas web para que las «comprenda» un buscador son trabajos que desarrollan algunas de las muchas profesiones nuevas en las que el lenguaje tiene gran importancia. En los próximos años veremos aparecer modelos híbridos de escritura en los que será necesaria una combinación de la mente humana con determinados algoritmos para poder construir textos, en algunos casos en tiempo real o con un volumen de actualizaciones demasiado elevado como para poder permitírselo un solo periodista o especialista. Veremos también frases, incluso párrafos, en las que algunos verbos, adjetivos y sustantivos serán «escritos» por las máquinas a medida que las reglas que las manejan tengan determinadas entradas de datos. No vamos a esperar de momento calidad literaria, pero seguro que aumentará la eficacia de la comunicación, sobre todo en campos como la economía o el mundo de la información. Como último elemento, cabría destacar la multiplicidad de versiones de los documentos, al existir muchos tipos de usos y múltiples soportes en los que pueden verse y leerse, de lo que esta misma guía es un ejemplo: se puede tener en las manos un ejemplar impreso mientras que en la red hay una versión que se actualiza de forma constante en www.manualdeestilo.com.


CONSEJOS PARA COMUNICARNOS Marga Cabrera Méndez Nos relacionamos a través del ordenador, con mensajes de texto, enviando fotografías o creando vídeos para ser «whatsapeados». Forma parte de nuestra rutina diaria gestionar toda la comunicación que nos llega y a la que accedemos de manera voluntaria. Hemos llegado a un punto en el que debemos acotar el tiempo y el espacio para una correcta gestión de nuestra comunicación electrónica. Son demasiados los canales que debemos tener en cuenta: llamadas de atención en el móvil, en el ordenador, en la televisión, en pantallas en la calle, alertas de redes sociales, etc. Tenemos que ser capaces de seguir lo que realmente nos interesa, de saber discernir lo útil de lo accesorio, de movernos con fluidez y educación y de mostrar una imagen «digital» coherente con nosotros mismos. Es necesario conocer y valorar al destinatario de nuestro mensaje, estamos expuestos a un público muy amplio al que hubiera sido imposible llegar en otra época. Un tuit puede correr por el mundo de Twitter con una rapidez de vértigo, una entrada en nuestro blog es capaz de mover montañas, nuestros correos electrónicos pueden llegar a personas a las que no deberían, la opinión en una noticia de prensa electrónica será compartida y leída por personas del otro lado del mundo. Tenemos, en resumen, un poder de comunicación como nunca antes lo habíamos tenido. Debemos ser conscientes de la repercusión que puede tener nuestro mensaje y no olvidar algunos temas básicos, como la educación en la red, también llamada netiqueta. Es preciso cuidar nuestro lenguaje, que refleja lo que somos y nos define culturalmente. No es necesario ser unos eruditos a la hora de escribir, sino tener claro el contexto y el destinatario. Aunque el contenido sea el mismo, la forma de la comunicación no podrá ser igual con un cliente que con un familiar o con un desconocido en una red social.

La atención en los nuevos medios Markus Steen En un artículo de opinión publicado en 2010, Chris Anderson, editor de la revista Wired,


pronosticaba el fin de la web (http://goo.gl/CGzkq). Hablaba de una nueva fase en la revolución digital dominada por el uso de aplicaciones para acceder a contenidos sin necesidad de teclear la dirección web en el navegador de turno: el correo electrónico, los podcast, Facebook o la Xbox son, según él, los nuevos amos de la red. Aunque el comentario de Anderson generó bastante polémica, parece evidente que la web ha dejado de ser, también para los lectores de nuevos medios, la única puerta de entrada a internet. En los tiempos de Facebook, los móviles inteligentes y las tabletas, existe una fragmentación de la audiencia, que ahora consume contenidos informativos a través de múltiples soportes y plataformas. El avance de la tecnología nos descubre cada día nuevas formas de acceso a la información, ya sea desde casa, en el trabajo o mientras caminamos por la calle. Los usuarios que hasta hace unos años utilizaban únicamente el ordenador de mesa o el portátil para leer noticias, cuentan ahora con tabletas, libros electrónicos y móviles inteligentes cuyo asentamiento crece a pasos agigantados. Sin ir más lejos, la lectura de periódicos en internet a través de móviles inteligentes se duplicó en España entre 2010 y 2011, según apunta el Informe anual de los contenidos digitales en España 2011 (http://goo.gl/0XlSn). No solo utilizamos diferentes pantallas, sino que también recurrimos a nuevas plataformas de contenidos para estar al tanto de la actualidad: en las redes sociales, la lectura de noticias es la actividad que desarrolla el 84 % de los usuarios (¡más que el consumo de fotografías!), los agregadores emplean algoritmos cada vez más sofisticados para ofrecer la mejor selección de noticias, Google aporta en torno al 30 % de las visitas a sus webs… Y todos y cada uno de ellos compiten por captar la atención de los usuarios. En este escenario multiplataforma el futuro del periodismo pasa por entender las nuevas dinámicas de consumo y ofrecer los mismos estándares de calidad en cada soporte. Entre un lector que accede de forma habitual a una web de noticias tecleando la dirección en el navegador de su ordenador de casa, y otro que lo hace a través de un enlace que ha visto en su línea del tiempo en la aplicación de Twitter de su iPhone, hay distintas necesidades informativas que requieren nuevas puestas en escena. Por lo tanto, la nueva realidad obliga a una revisión constante de la oferta informativa y supone una oportunidad para el desarrollo de nuevos contenidos que apuesten por la portabilidad, la personalización y las posibilidades sociales. La actual dieta del lector de nuevos medios cuenta con un menú de dispositivos de acceso a la información que influye decisivamente en cómo, dónde y cuándo consume contenidos, como señala ComScore en un informe sobre el uso de dispositivos móviles. Al mismo tiempo que se produce esta fragmentación de la audiencia, las empresas informativas tienen un conocimiento preciso de los lectores como nunca antes. La analítica web es el gran aliado de los editores y la medición del tráfico en un escenario multiplataforma es imprescindible para obtener una fotografía exacta de los nuevos lectores.

Cómo leemos


Markus Steen Cada vez es más común utilizar nuevos medios para leer noticias. En papel y en pantalla no se lee igual y es fundamental saber qué aspectos diferencian a ambos medios para poder optimizar los contenidos de forma adecuada a cada soporte. En internet, la extensión y jerarquización de los contenidos es clave. Como indican los profesores Ramón Salaverría y Francisco Sancho (Del papel a la web. Evolución y claves del diseño periodístico en internet, 2007), el lector de nuevos medios quiere que el profesional de la información le ayude a «discernir lo esencial de lo secundario y hasta de lo desechable».

Patrón en F Uno de los trabajos más relevantes sobre la manera en que leen los lectores es el realizado por Jakob Nielsen. El experto en usabilidad señala en sus estudios de eyetracking (http://goo.gl/mwm2q) que la mirada dibuja un patrón de lectura que tiene forma de F cuando se lee en internet. Es decir, no se lee linealmente, sino que primero se hace una lectura horizontal en la parte superior de la pantalla; a continuación, la mirada efectúa un segundo movimiento horizontal, más corto, en la zona inmediatamente inferior; y, por último, se visualiza la parte izquierda de la página. Este patrón de lectura en F permite concluir que, delante de la pantalla, se escanea el texto en lugar de leerlo con detenimiento palabra por palabra. Trasladado a una noticia, cuando se carga una página web en la pantalla la mirada se dirige al titular y a la parte izquierda del cuerpo de la información: si las primeras palabras de cada línea de texto no resultan importantes o interesantes se continúa explorando el resto del texto informativo hasta dar con algo más atractivo.

Punto de entrada El texto es el punto de entrada de la página web para los lectores. El bloque visual es lo que primero atrae la mirada del usuario, y no las fotografías, como ocurre en el caso de los medios impresos. La información textual tiene también un componente navegacional muy importante. De acuerdo con los estudios de The Poynter Institute, los menús de navegación y los sumarios sirven de guía y orientan la lectura. Esto es lo que los autores del estudio denominan dispositivos direccionales, a partir de los cuales el usuario toma la decisión de ir de un bloque informativo a otro.

Profundidad Sobre la extensión de los textos hay diferentes opiniones. Expertos como Mario R. García sostienen que, si el texto es bueno, los lectores lo devorarán párrafo tras párrafo hasta el final (http://goo.gl/mlWCN). Otros, como recoge Guillermo Franco en Cómo escribir para la web (Franco, 2008, http://goo.gl/3S5rN), sugieren limitar el número de palabras por pantallazo. Es el caso de Crawford Kilian, autor de Writing for the Web (2000), quien propone «segmentos de información» que no tengan más de 100 palabras. Jakob Nielsen, cuyas investigaciones señalan que los lectores solo leen el 20 % del contenido expuesto en la pantalla, propone aplicar una regla: no escribir más del 50 % de lo que se hubiera


escrito en la versión en papel (http://goo.gl/b8oNl y http://goo.gl/Y0SU0). Al margen de cálculos, parece claro que los lectores tienen un tiempo limitado para resolver sus necesidades informativas de forma eficaz. La presentación de la página debe permitir una navegación fluida en la que el lector pueda localizar la información de interés que está buscando en el menor tiempo posible. Titulares, palabras clave, ladillos y cualquier otro bloque de información que resuma el contenido del texto facilitan este cometido.

El lenguaje como marcador cultural Fundéu BBVA A la vez que se adoptan nuevas herramientas para la comunicación en internet, los usuarios dejan, sin darse cuenta, un rastro que configura de alguna manera su yo digital. Cada tuit, actualización de estado en Facebook o comentario en un blog configura un historial personal que a veces queda indexado por los buscadores y, por lo tanto, almacenado para siempre en la memoria de internet. Algo que, bien pensado, provoca vértigo. Esta relevancia de la escritura pública en los nuevos medios lleva a la gente a preocuparse por su imagen en internet, es lo que se conoce como reputación digital. Ahora una conversación mantenida a través de Twitter puede tener una trascendencia inimaginable y hasta jugar una mala pasada tanto en el plano personal como en el profesional. Es en este tipo de redes sociales y plataformas abiertas donde los comentarios tienen más eco. Debido a su componente social y a su configuración de uno a muchos, un mensaje queda amplificado rápidamente y puede tener un recorrido que obligue a ser cuidadoso con lo que se quiera decir. También hay que cuidar las formas. Internet es un escaparate de opiniones de todo tipo, incluido el uso de un lenguaje más o menos adecuado. Sin ir más lejos, cualquiera se habrá llevado las manos a la cabeza al comprobar en Twitter la ortografía de un personaje popular. Ya sea con amigos y familiares en una red cerrada como Facebook o al comentar la última entrada de un blog con una identidad real y no con un seudónimo, hay que prestar atención al lenguaje. Cada huella que se deja en la red dice algo sobre el autor, y por eso es importante saber emplear el lenguaje con propiedad en cada situación. Dicho esto, tampoco hay que ser inflexibles en su aplicación: si el escenario cambia, el usuario se ha de adaptar a sus nuevas características. Como señala el experto Xosé Castro Roig, el mensaje está al servicio del destinatario y el usuario debe conocer el medio en el que se desenvuelve y adaptarse a él, ya se trate de Twitter o de un blog. En la comunicación en internet a través de un dispositivo móvil, el usuario tiene una prioridad: transmitir algo rápido y fácilmente; pero también barreras, ya que el espacio del que se dispone en ocasiones es limitado. Por esa razón, a veces se emplean recursos que agilizan ese proceso: se abrevian las palabras, se usan emoticonos y se modifica la tipografía para reflejar el estado de ánimo en el mensaje. A pesar de que es necesaria la adaptación a cada canal, hay que saber cuidar el registro personal


en cada uno de ellos. Si, por ejemplo, se desea transmitir una imagen de seriedad en un correo electrónico pero se cometen faltas de ortografía, ¿cómo no va a resentirse la credibilidad?

Empobrecimiento del lenguaje Markus Steen La escritura es la forma más común de expresarse en internet. El correo electrónico es una herramienta imprescindible en el trabajo, redes sociales como Facebook están transformando la manera de relacionarse y los sistemas de mensajería instantánea comienzan a gozar de la misma popularidad que las llamadas por teléfono. Todos estos canales de comunicación permiten una mayor inmediatez, y hacen, en definitiva, la vida más fácil, pero al mismo tiempo hay quienes creen que están arruinando la ortografía con el consiguiente deterioro de la propia lengua. En este nuevo ecosistema de medios los usuarios aceptan las reglas de estilo de cada canal. Un ejemplo claro de la adaptación de la escritura a cada situación es la popularización de la comunicación instantánea en los teléfonos inteligentes. La brevedad casi telegráfica es la norma general cuando se chatea con amigos en este medio: se abusa de abreviaturas y contracciones, se emplea una gramática más despreocupada y hasta se olvidan las reglas de puntuación y acentuación. En Twitter ocurre lo mismo. El límite físico de 140 caracteres obliga a emplear atajos gramaticales y estilísticos para transmitir un mensaje en el menor espacio posible. Es común encontrar fórmulas como «xq» en lugar de «porque» o prescindir del signo de apertura de las exclamaciones e interrogaciones. Sin embargo, esta economía del lenguaje en internet no se debe entender como ignorancia, sino como la adaptación de la escritura a estas nuevas realidades. La proyección pública o privada de las interacciones en internet también influye sobremanera en la atención que se le dedica a la ortografía. Volviendo a los casos de Twitter y la mensajería instantánea, se puede apreciar un tono diferente en el uso del lenguaje en ambos canales: mientras que en los segundos se maltrata el lenguaje abiertamente, en Twitter triunfa la moderación a pesar de la mayor limitación de espacio. Al no existir el componente familiar con el destinatario y ser una plataforma abierta, el usuario presta más atención a las palabras que utiliza. Incluso en Facebook, una red social cerrada, se cuida más la ortografía que en los chats: la comunicación tiene un matiz social y, por lo tanto, las actualizaciones de estado tienen mayor trascendencia que un mensaje instantáneo.

Escribir para todos Fundéu BBVA Internet ha derribado las fronteras geográficas que podían existir en la comunicación pública. Ahora, desde el momento en que se escribe algo en la red, las palabras cobran una dimensión global. Existen


más de 150 millones de lectores potenciales que leen contenidos en español (http://goo.gl/7Jf7C). El éxito de la escritura en internet radica en la forma y la calidad del contenido que se quiere trasladar a la audiencia. Periodistas, blogueros o tuiteros hispanohablantes utilizan el español como lengua de referencia en sus respectivos medios, pero cada uno de ellos lo usa con un estilo diferente. Al canal elegido y al receptor final de los escritos hay que añadir el lugar desde el que se escribe. No es lo mismo leer un texto escrito en el español de Argentina que en el de España, una palabra puede tener distintos significados o connotaciones en Buenos Aires y en Madrid. Una realidad no se denomina con la misma palabra en todas partes o, al menos, no siempre. El español es un idioma global y cada una de sus realizaciones y actuaciones está repleta de localismos que a veces dificultan la compresión del artículo que se está leyendo. Ante esta situación, cobra una especial importancia en la red la figura del profesional de la información, debido, sin duda, a su influencia social. El periodista tiene la tarea ejemplar de usar un español que se pueda entender a un lado y a otro del Atlántico. Con este fin, en el seminario «El español en los medios de comunicación de los Estados Unidos» celebrando en San Millán de la Cogolla (La Rioja, España), se puso la primera piedra para crear un documento sobre el buen uso del español en los medios hispanos de los Estados Unidos (http://goo.gl/wW0GR). Además de hacer un buen uso de las palabras, los nuevos medios tienen la responsabilidad de ofrecer una imagen representativa de la sociedad. Escribir para todos requiere abarcar el espectro social y político de un país para que todos los lectores puedan identificarse con los temas finalmente seleccionados. Sirva como ejemplo de este propósito el periódico gratuito editado en España 20 minutos. Su director, Arsenio Escolar, declaró en una entrada de su blog titulada «Cómo y por qué hacemos la portada de 20 minutos» (http://goo.gl/ibBbr) que «siempre hemos de preguntarnos si los campos de interés de todos los miembros de la familia están representados en nuestra portada». Esta obligación con los lectores tiene una importancia mayor en la red. Estar en internet implica ser evaluado continuamente por los lectores a través de las redes sociales o de otros sistemas de participación, como los comentarios en las noticias, los foros o el correo electrónico. Ellos tienen la opción de interactuar con los responsables de una información para decirles si les ha parecido adecuado, o no, el tratamiento de una noticia determinada. En este sentido, cobra una relevancia especial el tratamiento de la información que tiene como protagonistas a grupos minoritarios. En internet puede encontrarse desde un buen blog sobre comida tailandesa a comunidades enteras dedicadas al embarazo de la mujer. Como señala el profesor Ramón Salaverría, «existe un cambio de los medios de masas a las masas de medios» y la escritura en internet tiene la responsabilidad de reflejar este nuevo paradigma (http://goo.gl/o4xiv). Escribir para todos también es crear contenidos accesibles independientemente de las capacidades físicas, intelectuales o técnicas de la audiencia. La evolución de la tecnología permite ahora que los lectores accedan desde soportes móviles como tabletas y móviles inteligentes. Cada uno de estos dispositivos requiere una presentación accesible de los contenidos para que la experiencia de usuario se produzca en igualdad de condiciones. Por ejemplo, una web que no tenga una versión para móviles estará dejando de lado a un sector de audiencia cada vez más relevante.


Esa audiencia global no es uniforme: la conexión a internet no es igual de rápida en todo el mundo, muchos usuarios disponen de dispositivos antiguos sin capacidad de actualizarse con el último software del mercado, o simplemente sin el poder adquisitivo suficiente para hacerlo. En el concepto de accesibilidad también hay que contemplar cuestiones como el tamaño del texto o la opción de añadir subtítulos en los contenidos multimedia. Si la página no ofrece la posibilidad de aumentar el tamaño del texto de un artículo se estará discriminando a los lectores con problemas de vista. Otros elementos que mejoran la accesibilidad de una web son, por ejemplo, el atributo alt de las imágenes, con el que se añade información sobre las mismas, o la utilización de una ortografía adecuada para ayudar a las pantallas braille a codificar el texto en sus caracteres.

Consejos para elegir palabras Fundéu BBVA En internet el usuario fragmenta el texto y elige lo que más le gusta. En lugar de leer un artículo de arriba abajo y palabra por palabra, se escanea la página y la vista se detiene solo en los comienzos de línea de texto o en los ladillos que llaman la atención. Este cambio en el hábito de lectura obliga a los editores de nuevos medios o al autor de un blog a repensar su escritura. Para capturar la atención de los lectores y mantenerla durante el máximo tiempo posible es importante pensar bien las palabras que se van a emplear. Incluso si se trata de un artículo técnico o dirigido a una audiencia muy concreta, es recomendable emplear un lenguaje sencillo en las zonas de la web que constituyen un primer nivel de lectura. La principal razón para escribir con las palabras justas es aligerar el volumen del texto para conseguir un estilo lo más directo posible. El libro de estilo de Yahoo! ( http://goo.gl/gdtaH) propone evitar tres malas costumbres que a veces pueden obstaculizar una buena redacción: palabras o frases carentes de significado, pleonasmos y palabras irrelevantes al comienzo de la frase, que solo retrasan la información importante que viene después. Elegir las palabras adecuadas para contar una historia en internet puede resultar un poco engorroso, pero si se le dedica un poco de tiempo se acabará dando con las teclas idóneas. Otro consejo muy eficaz para aligerar el volumen de un artículo es evitar la tendencia al archiverbalismo (alargamiento innecesario de las oraciones), por ejemplo: «De cara a la tarde se producirán precipitaciones en forma de nieve» en vez de «Esta tarde nevará»; y el archisilabismo (inclusión de palabras innecesariamente largas), como utilizar subalternizar por subordinar. El empleo inadvertido que se hace a veces de estas palabras y frases complejas termina por agotar la paciencia del lector o simplemente por aburrirle. La redacción en los nuevos medios exige escribir decidir en lugar de tomar una decisión o clicar en lugar de hacer clic porque es más simple. Una selección adecuada de los verbos también ayuda a mejorar la escritura en internet. Un verbo fuerte al principio de un párrafo para llamar la atención de los lectores es un buen comienzo. Como señala el experto Roy Peter Clark, el uso de los verbos fuertes ahorra palabras y dota de acción al artículo (http://goo.gl/BWRNU).


Por último, no hay que olvidar la importancia que tiene el posicionamiento web (SEO) en la búsqueda de información en internet. Muchos lectores acceden a una web a través de una búsqueda y la mejor forma de llegar a esta audiencia es incluyendo palabras descriptivas en el titular y en los ladillos, que son los espacios en los que los lectores buscan la información.

La etiqueta en la red: la cortesía en la comunicación digital M.ª Elena Gómez Sánchez y Luis Guerra Salas Netiqueta es una palabra formada a partir del francés étiquette (‘etiqueta’) y del inglés net (‘red’) y hace referencia a una serie de consejos, adoptados a nivel mundial, que rigen la conducta correcta de nuestros actos virtuales, es decir: cómo comportarse educadamente en la red. Como en cualquier otra comunicación, en la mediada por internet debemos tener en cuenta aspectos relacionados con la imagen tanto de los emisores como de los receptores de los mensajes, y ser conscientes de las normas de cortesía que deben observarse para que esta se mantenga dentro de unos cauces que permitan el progreso de la interacción. Si cuando interactuamos con nuestros amigos es conveniente seguir las pautas de buenas maneras en la red, cuando lo hacemos con un destinatario abierto lo es mucho más. Si no seguimos estas sencillas normas, corremos el riesgo de ser considerados novatos, maleducados, provocadores o troles. Estas reglas no han sido impuestas por ninguna organización, sino que son reglas de facto que han ido surgiendo de la propia comunidad de internet. Según el DRAE, la cortesía es «demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona». Las personas somos corteses con los demás por dos razones fundamentales: por el deseo de ser aceptados por los otros (teniendo en cuenta las características propias del grupo social en el que nos encontremos; es lo que se entiende por normas de cortesía en un sentido amplio, como el saludo, la expresión de agradecimiento, etc.) y por el deseo de no dañar la imagen social que los demás –nuestros interlocutores– tengan de sí mismos (por ejemplo, se puede evitar una imposición o una orden, planteándola como una petición o una pregunta); recíprocamente, esperamos el mismo comportamiento hacia nosotros (por eso nos molesta que no nos devuelvan un saludo o que nos den una orden directa, salvo que el contexto lo justifique). En una gran parte, las demostraciones o actos corteses se llevan a cabo mediante el lenguaje. Como las comunicaciones en la red son fundamentalmente lingüísticas, tiene sentido hablar de cortesía en internet.

¿Qué hacer para ser un internauta cortés? Ser conscientes de la audiencia. Tengamos presente en cada momento a quién hablamos o escribimos. En la red nuestro público puede ser individual o colectivo, mantener con nosotros una relación de simetría o asimetría social, etc. Todo ello implica el empleo de diferentes normas de cortesía, al igual que sucede en entornos no virtuales. Analizar si en nuestras comunicaciones debemos emplear el tú, el usted o el vos. La red no


implica necesariamente que haya que comportarse de manera distinta a como lo haríamos en otros contextos escritos u orales. Cuidar la forma de expresarnos. Dado que el contexto no es necesariamente compartido, el mensaje ha de ser lo más unívoco posible. Intentemos que nuestros lectores entiendan exactamente lo que hemos querido decir. Las normas (de ortografía, léxico, sintaxis) garantizan el empleo de unos estándares comunes. Ser cortés también significa facilitar la descodificación por parte de quien recibe el mensaje. Ser claros. Más específicamente, seamos concisos, hagamos contribuciones relevantes y ciertas, ofrezcamos un texto bien estructurado. Tener en cuenta las diferencias culturales. Incluso dentro de una misma lengua, estas pueden afectar a la interpretación que se haga de un texto cuando no haya elementos contextuales que permitan deshacer ambigüedades o incluso solventar malentendidos. Es un aspecto que hay que tener especialmente presente cuando el emisor no es hablante (o escritor) nativo de la lengua que emplea. El anonimato no es razón para la descortesía. Llama la atención al respecto la alta frecuencia de expresiones descorteses que aparecen en las intervenciones que los lectores realizan en los comentarios que glosan algunas noticias de los periódicos digitales. Pensemos si diríamos lo mismo –y de la misma manera– en un intercambio verbal en el que nuestra identidad fuera manifiesta.

Normas básicas de conducta en la red Existen numerosas recopilaciones en la red sobre las normas de conducta que se han de seguir para los distintos canales: foros, chats, correos electrónicos, redes sociales, etc., pero es el libro NETiquette, de Virginia Shea, el que se toma como base y en el que se establecen las normas elementales. Las reglas que define son las siguientes: No olvidar nunca que quien lee el mensaje es una persona y tiene sentimientos que podemos ofender. Seguir los mismos patrones de conducta en internet que en los demás contextos comunicativos. Comprobar el entorno para conocer los usos del sitio web. Respetar el tiempo y ancho de banda de las otras personas. Mostrar lo mejor de nosotros mismos mientras estemos en internet. Compartir nuestro conocimiento con la comunidad. Ayudar a mantener los debates en un ambiente sano e instructivo. Respetar la privacidad de terceras personas. No abusar del poder. Perdonar los errores ajenos. En la comunicación empresarial también se han de cuidar las normas de conducta, no solo de los interlocutores corporativos o encargados de la comunicación, sino también en las aportaciones en


internet de cada uno de los empleados. Actualmente la reputación en línea de la empresa convive con la del individuo, cualquiera puede convertirse en portavoz solo con especificar su lugar de trabajo en su perfil personal. Una opinión particular puede dañar la imagen de la empresa, por ello es importante que los empleados conozcan la cultura corporativa y las normas de la compañía en la red, en el caso de que las tenga. Existen numerosas empresas que crean un manual de estilo o guía de uso para los nuevos medios, de esta manera se invita a los empleados a seguir las recomendaciones específicas que han de guiar sus actos. Estas pueden ir desde cómo escribir los correos electrónicos según sea el destinatario, hasta la manera en que se hace referencia a la empresa en un tuit. La etiqueta es más extensa de lo que se ha explicado aquí, y sigue en permanente construcción, según van apareciendo nuevos servicios. Las reglas básicas que hay que recordar son, de una parte, que al otro lado del monitor siempre hay personas que tienen sentimientos igual que nosotros, a las que debemos tratar tal y como nos gusta que nos traten a nosotros; y, de otra parte, que los recursos de la red son limitados y debemos cuidarlos entre todos.

Registros según el público y el medio Fundéu BBVA En internet existen múltiples formas de acceder a la información. No solo se utilizan dispositivos dispares para conectarse, sino que también hay multitud de canales de comunicación para interactuar con otros usuarios. En este maremágnum de pantallas y de posibilidades comunicativas la identidad digital queda diluida en perfiles de redes sociales, blogs y webs de cualquier tipo que requieren un esfuerzo estilístico para ser usados adecuadamente. Al ser un medio relativamente nuevo y dinámico, donde aparecen nuevas formas de comunicación cada día, no es fácil conocer las reglas del juego en cada una de ellas. Twitter puede ser el mejor ejemplo de la mezcla de estilos de escritura que se dan en internet. En esta red social hay personajes populares al alcance de un tuit y se puede intercambiar con ellos un mensaje con un registro informal y cercano sin llegar a ser vulgares. Sin embargo, como marca o medio de comunicación puede resultar contraproducente dirigirnos a los otros usuarios con un tono informal. En la red, como en cualquier otro ámbito de la vida, hay que separar el uso profesional o personal que le demos a nuestra identidad digital y saber elegir las palabras asociadas a un estilo u otro. Como indica la profesora Concepción Martínez en el libro Lengua española y comunicación (2002), el registro coloquial se emplea en situaciones de gran proximidad entre los interlocutores y el más frecuente es la conversación oral espontánea; mientras que el registro formal se usa en situaciones en las que existe algún tipo de jerarquía entre los participantes, muy frecuente en los textos escritos. En internet el registro informal o coloquial presenta además una gran carga oral que repercute directamente en la elección de las palabras que usamos. Las redes sociales, en las que usamos emoticonos y modificamos las letras para reflejar nuestro


estado de ánimo en el mensaje, son un claro ejemplo de ello. Aunque se puede ser más proclive a emplear un estilo coloquial en la red, hay que saber cambiar de registro cuando la situación lo requiera. Sin ir más lejos, en el trabajo, cuando nos dirigimos a un cliente a través del correo electrónico, queremos transmitir una imagen de seriedad. En este caso adoptamos un estilo formal en la escritura del mensaje para salvaguardar nuestra credibilidad. Entre ambos extremos estilísticos hay posibles opciones intermedias que dependen del tema o de la relación con la audiencia. Esto se puede apreciar en la escritura de blogs, que suelen dar pie a una redacción flexible y espontánea. Un autor de un blog debe considerar qué lenguaje y tono usa para dirigirse a sus lectores y saber hasta qué punto se puede permitir un registro más o menos informal. La atención que le demos al registro que adoptamos en internet en función de la situación comunicativa nos ayudará a hacernos entender y a conseguir nuestros objetivos. Entre tantos canales de comunicación, no debemos olvidar ser capaces de activar los mecanismos lingüísticos necesarios para ajustarnos a las reglas del juego de cada uno de ellos.

Definir el estilo: imagen y reputación Judith González Ferrán Hay una sencilla pauta que ha venido funcionando desde tiempos inmemoriales: el estilo está en todas partes. Absolutamente todo lo que uno hace constituye, lo crea o no, un ejercicio de estilo. Una mirada decidida, un gesto al darnos la vuelta o la elección de una palabra y no de otra son, sin lugar a duda, manifestaciones de nuestro estilo, de nuestros modos, maneras o gustos. Internet y las nuevas tecnologías han traído muchas novedades, dos de ellas especialmente relacionadas con el estilo, la imagen y la reputación. A saber: hoy tenemos un campo de actuación mucho más amplio y unas posibilidades de relación inimaginables hasta ahora. Que nuestro campo de actuación sea hoy mayor se debe, como todos sabemos bien, a que ahora tenemos más público –hoy nos juzga más gente–, más canales y medios –que representan más oportunidades, pero también más lugares donde uno se la está jugando–, y a que nos es dado un tiempo mayor: scripta manent; así que, que nadie se llame a engaño, el tiempo también va a juzgarnos (ya hay ejemplos de contenidos que, de pronto, se han convertido en lo más visto años después de haberse publicado). Pero con internet y con las nuevas tecnologías también han crecido enormemente nuestras posibilidades de relación. Y esta es quizás la mejor arma de doble filo que hayamos ideado en años: ahora podemos darnos a conocer y establecer contactos con más facilidad y rapidez, exactamente con la misma con la que podemos granjearnos enemistades. Antes, si uno tenía un mal día y era grosero con el tendero de la esquina, lo peor que le podía pasar era verse obligado a disculparse ante una persona, el tendero. Si esto mismo sucede en algunas de las redes sociales actuales, uno puede acabar por tener que disculparse ante un gremio entero en cuestión de minutos e incluso puede que ese comentario le persiga durante años. Aunque ya no es solo que uno pueda tener un mal día; debemos ser conscientes de que, aun


cuando nuestra intención sea la mejor, siempre corremos el riesgo de ser malinterpretados: ya sea porque hemos sido torpemente ambiguos, ya sea porque cuanto más público tengamos, más posibilidades hay de encontrarnos con ese alguien que es capaz de darle otra vuelta de tuerca a cualquier asunto. Baste recordar a este respecto el giro que dio la famosa campaña de publicidad en la que el Metro de Madrid alardeaba del reducido precio de su billete y lo mucho que dio de sí en las redes sociales (http://goo.gl/2Wf6G). Situaciones como estas y la gestión que hacemos de ellas son parte de nuestra imagen y de la reputación que inevitablemente lleva asociada. Si además tenemos cierto renombre, si somos conocidos en determinados ámbitos, si es fácil asociarnos con una marca o una empresa, el problema es todavía más importante, ya que nuestro estilo, o simplemente nuestra poca previsión, ponen en entredicho nuestra imagen y reputación tanto como la de la empresa en la que trabajamos. Hoy más que nunca es necesario no bajar la guardia, no solo cuidar lo que decimos, sino también vigilar lo que otros dicen de nosotros. Opinar ha sido siempre muy fácil, pero en la red parece que lo es más todavía. Las personas hablan de nosotros, especialmente de nuestras marcas o compañías, mucho más de lo que creemos, y vale la pena emplear los escasos minutos que se tarda en configurar una alerta (puede hacerse desde el mismo Google, en su aplicación de alertas: http://goo.gl/35Cym), que nos avise cada vez que nos citen para poder monitorizar, o conocer al menos, lo que dicen de nosotros. Configurar este tipo de avisos no va a evitar, desde luego, las críticas o las opiniones desfavorables, fundadas o no, a las que todos estamos expuestos en internet, pero nos brindará, por lo menos, la oportunidad de ser conscientes de ellas. Y esto es algo muy importante, pues lo que sí que podemos hacer ante un conflicto es dar nuestra versión de los hechos. Conviene no olvidar que una internet 2.0 significa una internet participativa, y toda participación, toda actuación, lleva implícito un estilo. El estilo son las maneras en que hacemos las cosas e inevitablemente queda en lo que hemos hecho, ayuda a configurarlo como un todo indisoluble. El estilo, recordemos, está en todas partes: en las fotografías que compartimos, en los retuits que hacemos, en el avatar que usamos, en el tiempo que tardamos en responder, en los amigos que tenemos y en nuestros me gusta. Nuestro estilo configura las cosas, pero nos dibuja igualmente a nosotros. Tomando nuestras constancias, regularidades y los patrones que repetimos en nuestros modos forjamos, sin darnos cuenta, una imagen digital que nos retrata y que es la que los demás tienen de nosotros. Escribía Carmen Martín Gaite en Ritmo lento que no hay nada que nos penalice tanto ante los demás como un fallo en nuestra coherencia. Explicaba que ver rota esa coherencia supone precisamente quebrar la imagen unitaria que los demás se hacen de nosotros y que, al cabo, es lo que somos para ellos. Esto quiere decir, por ejemplo, que no es igual que un usuario que siempre es correcto y educado comience de pronto a gritar usando las mayúsculas, a que lo haga un usuario que ya desde su propio perfil tenga establecida una imagen irónica o burlesca. Del primero diremos que se ha vuelto loco, mientras que el segundo no está haciendo nada a lo que nos tenga desacostumbrados. Quiere decir también que conviene revisar la política de privacidad que tenemos en la configuración de nuestros perfiles en las redes sociales, no sea que, enlace tras enlace tras enlace, nuestro futuro jefe acabe por ver esa foto de aquella noche loca en la que un amigo nos etiquetó hace


meses. Y quiere decir además que la coherencia (y con ella la reputación en línea) de, por ejemplo, una marca o una empresa debe mantenerse con independencia de las personas que estén implicadas en su gestión (no hará falta matizar que coherente no quiere decir que haya que ser siempre igual o resultar repetitivo: ser coherente quiere decir ser consecuente). Creemos, por lo demás, que la mejor manera de ser consecuente, de resultar coherente, es ser honesto: es tremendamente más fácil actuar dos veces de la misma manera o dar dos veces el mismo tipo de respuesta si es la que consideramos buena, acertada, o es en la que, de alguna manera, creemos. Siempre es más fácil ser coherente cuando se está siendo natural. Además, el estilo que se va construyendo así no solo resulta verosímil, sino que también es verdadero. Y lo verdadero siempre tiene más seguidores. Diez claves para comunicarnos Cristina Górriz de la Cal 1. Antes de expresarnos en internet, hay que conocer a la audiencia. Saber de antemano dónde, cómo y cuándo consumen los contenidos nuestros destinatarios nos dará pistas valiosas para enfocar el mensaje. 2. Hay que recordar que el usuario de los nuevos medios invierte un tiempo limitado en la lectura. Debemos jerarquizar los contenidos. Priorizar los de mayor importancia, situándolos al inicio de la zona de lectura. 3. Para que el usuario localice fácilmente la información, lo mejor es una navegación fluida a través de titulares, ladillos y palabras clave. 4. Escribir textos breves y claros. Un buen consejo es redactar el 50 % de lo que se incluiría en la versión en papel. Además, se deben evitar las frases complicadas y que no aportan significado relevante. 5. Para que un texto alcance una proyección global, se debe recurrir a un español neutro y sin localismos. 6. Crear contenidos accesibles es la clave para llegar al mayor número de usuarios. Hay que adaptar el mensaje a diversos dispositivos electrónicos, teniendo en cuenta la velocidad de conexión a internet, ofreciendo varios tamaños de letra, etc. 7. Nunca se sabe la trascendencia que puede alcanzar un texto en Facebook o Twitter. Por ello, cuidado con la forma y la ortografía de los contenidos que se emitan, tanto en el ámbito privado como en el profesional. 8. Si los mensajes giran en torno a temas sensibles para la sociedad, como inmigración, guerras, homosexualidad, etc., hay que prestar especial atención a la corrección del lenguaje. Los términos políticamente correctos pueden ayudar, siempre y cuando seamos conscientes de la zona y el contexto en el que se utilizan. 9. En internet existen ciertas normas de comportamiento: la netiqueta. Básicamente se resume en respetar las aportaciones de los demás, además de expresarse de forma cuidadosa y clara. Sin malentendidos. 10. En definitiva, hay que cuidar el estilo independientemente de donde nos expresemos. Nuestra reputación digital lo agradecerá.


TEXTOS EN LOS NUEVOS MEDIOS Marga Cabrera Méndez Como se ha visto en el capítulo anterior, la comunicación ha evolucionado en gran medida gracias a los nuevos medios; desde su aparición no se siguen los mismos hábitos que regían la escritura convencional. La adaptación de costumbres ha sido bastante sencilla, de hecho, nos hemos familiarizado inconscientemente, y ya ha pasado el suficiente tiempo como para que muchas de sus características se hayan implantado entre nosotros. Como cambios se pueden destacar la forma de estructurar los textos: no se siguen las mismas pautas que en la escritura en papel, se debe tener en cuenta cómo leen los usuarios, qué están buscando y adaptarse a ello. Se puede medir el tiempo que están en un determinado sitio, cuándo entran, de dónde provienen, qué les interesa, e incluso qué opinan. Ahora, el usuario es el rey. Muchos autores han adaptado su forma de escribir al formato web. En este se tiene en cuenta que los párrafos han de ser más cortos, que la lectura en pantalla debe ser usable, que la información prioritaria tiene que aparecer al principio, que no todas las tipografías sirven para todos los ordenadores…; en general, en lo que más ha evolucionado es en que ya no estamos frente a una escritura lineal, con principio y fin, sino hipertextual, el usuario elige qué quiere leer y salta de un texto a otro sin ningún miramiento, según sus intereses. Otro gran avance de los nuevos textos frente a la escritura convencional es el poder de participación que ahora tienen los usuarios. A través de comentarios, encuestas o de las múltiples formas en que pueden compartir información en las redes sociales se involucran aportando valor añadido con sus opiniones. Se ha conseguido condensar la comunicación y transmitir estados de ánimo, generando nuevos modelos de escritura como los emoticonos, mediante los cuales un usuario traslada al resto si lo que ha escrito tiene un tono humorístico, si está enfadado o si simplemente es un guiño. Asimismo hemos tomado la escritura convencional y la hemos adaptado a la velocidad que rige la información en los nuevos medios, ya no solo en los ordenadores, sino también en los dispositivos móviles. Ahora se está continuamente conectado y se contesta a través de hilos de conversación, donde ya no es necesario encabezar los textos como antes se solía hacer. Por ejemplo, al responder a un correo electrónico o una conversación en redes sociales, no hay por qué volver a saludar o a


presentarse, sino que simplemente se contesta siguiendo el curso de la conversación que se estuviera manteniendo, sin que por esto se entienda que se está siendo maleducado.

Características generales María Benito Llauradó Hay un refrán popular que dice «a buen entendedor pocas palabras bastan», y esta debería ser la máxima de cualquier texto web. La brevedad es uno de los valores que siempre ha sido clave en la comunicación. «Lo breve, si bueno, dos veces bueno», decía Baltasar Gracián. Antes de seguir leyendo, se deben dejar a un lado los conocimientos acerca de la estructura de la redacción que se tengan del pasado: introducción, nudo, desenlace; frases pasivas, palabras líricas y rimbombantes. En la web ganan la simplicidad y la facilidad de uso: palabras comunes, primero la conclusión, lo más importante al principio, frases cortas y de estructura simple, SUJETO + VERBO + PREDICADO, párrafos cortos, verbos en activa, etc. Antes de entrar en el detalle de los trucos para adaptar un texto a los nuevos medios, se deben conocer las implicaciones que conlleva la lectura de un texto en pantalla.

El abc de la lectura en pantalla No se lee linealmente El usuario salta de párrafo en párrafo buscando algo interesante que leer. Estudios de eyetracking muestran que la lectura suele seguir un patrón en forma de F, como ya se veía en el capítulo anterior. Es recomendable ubicar en las zonas rojas el contenido más importante de los textos.

No se tiene el texto íntegro Cuando se lee un libro, un folleto o cualquier texto en papel, se tiene todo el texto en las manos, se sabe dónde empieza y dónde acaba, cuántas páginas hay. Pero en los textos en la web no se sabe


cuánta información hay, el scroll no deja ver más allá, no se conoce dónde empieza la información (¿en la portada?). Es muy importante ubicar al usuario en los textos web: dónde está, qué tiene que hacer, qué es lo más importante de la página… Nos hemos hecho más vagos No se lee todo porque se sabe que leyendo una parte uno ya puede imaginarse el texto completo, con una frase del párrafo se puede deducir de qué trata, y así se sigue navegando a toda velocidad hasta que se encuentra algo que contenga las palabras clave que estábamos buscando (trigger words). Trucos para adaptar los textos a la web Resumir, utilizar frases simples y elementos visuales de apoyo son algunos de los trucos infalibles para adaptar un texto a internet. En la presentación de los textos es fundamental ser correcto, pero también lo es ser eficaz. Desde hace años se habla de diversas reglas de oro para la escritura web. Jakob Nielsen, una de las autoridades mundiales más reconocidas en el ámbito de la usabilidad y de la que ya hemos hablado anteriormente, destacó hace tiempo tres directrices principales y básicas de la escritura para los soportes digitales. 1.

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Ser breve. No se debería escribir más de la mitad de lo que ese tema requeriría si la publicación se hiciera en papel. Se recomienda usar palabras cortas frente a las largas y, si se puede prescindir de alguna, mejor quitarla. Se deberían leer y extraer los puntos más importantes; el resto se puede dejar en papel. Hay que pensar que el lector tiene que quedarse con la impresión que se le quiera dar. Escribir para que el usuario encuentre. Claridad. Sencillez. No ocultar los datos en textos largos y densos; no obligar a los lectores a atravesar el espesor de largos entramados textuales. Utilizar párrafos cortos, encabezados, listas numeradas o apoyadas en viñetas. Los adornos pueden entorpecer la comunicación. Aprender a utilizar el hipertexto para segmentar la información extensa en varias páginas. El enlace es uno de los elementos más poderosos de la escritura para web: aprovéchalo.

Otras premisas que facilitan la adaptación de los textos al formato web Practicar la pirámide invertida Una vez extraídos del texto los puntos clave, se puede invertir la argumentación clásica de introducción, nudo y desenlace. Es preferible poner siempre al principio del texto lo más importante, para dejar al final lo menos relevante: primero las conclusiones o el gancho, después las ventajas o la historia más interesante y al final la información para los que quieren ampliar (para más información véase el siguiente apartado).


Las palabras clave al inicio del párrafo Los usuarios leen de izquierda a derecha, por lo que no es difícil deducir que primero leeremos lo que esté más a la izquierda, al inicio del párrafo; por tanto, es buena idea poner ahí las palabras más importantes, las palabras gancho. Darle formato al texto Utilizar todos los elementos visuales (negritas, listados, destacados) que permitan la tipografía y el diseño de la web para jerarquizar la información y los textos, las frases clave y la acción. Porque en la web se trata de eso, de actuar a golpe de clic: suscribirse al boletín, difundir el texto en las redes sociales, comprar un producto, comentar un tema… ¿Ya has pensado en la acción final que debe desencadenar tu texto? Poner acción al texto Abusar del verbo en tu acción, usar frases simples y cortas, evitar las subordinadas, el lenguaje barroco, la falta de puntuación, etc. Y no ser tímido, en internet gusta que nos digan lo que tenemos que hacer. Texto basado en How Users Read on the Web, la columna Alerthox de Jakob Nielsen de octubre de 1997 (http://goo.gl/9ugF7); y en Concise, SCANNABLE, and Objective: How to Write for the Web, también de Jackob Nielsen, del mismo año (http://goo.gl/QXbZW).

La importancia del enlace Anselmo Lucio Como dijo Jeff Jarvis, «un contenido sin enlaces no tiene valor». Los enlaces son la esencia de la redacción web, vamos a explicar para qué sirven y por qué son tan importantes los «enlaces de autor». Los enlaces o hipervínculos son direcciones de hipertexto (http://…) que se insertan normalmente en los textos, imágenes y otras partes de una página web. La palabra o frase de donde parte el enlace se diferencia del resto del texto con un color diferente o un subrayado. Esa palabra o frase se denomina texto ancla o anclaje y tiene especial valor para los motores de búsqueda. Tanto si hablamos de textos periodísticos y conversaciones como si se trata de páginas comerciales o de una organización, es conveniente utilizar enlaces para enriquecer el texto enlazándolo con las fuentes de la noticia, aportando antecedentes o accesos directos a otros documentos o archivos multimedia. Estas son las principales funciones de los enlaces en un texto: Identificación. Son muy útiles para acceder al perfil profesional o biográfico de un sujeto, o para llevar al lector a la página web de una empresa o institución. Información de contexto. Se emplean frecuentemente para referirse a los antecedentes,


información de contexto y demás documentación de un tema determinado. Validación y contraste de fuentes. Pueden remitir a páginas o informes que reafirmen o contradigan lo que manifiesta una fuente. En estos casos es muy importante que el sitio al que conduce el hipervínculo tenga la mejor reputación posible. Arma dialéctica. Muy útil para apoyar afirmaciones, hipótesis, interpretaciones o argumentos propios. Contacto. Para redirigirnos a una dirección de contacto o de conversación con los lectores: blogs, páginas en Facebook, buzones de sugerencias, etc. Difusión y recomendación. Se utilizan también para compartir y recomendar sitios interesantes, blogs amigos, vídeos, música, etc. Actualización. Ayudan a mantener actualizado un tema, añadiendo novedades o reacciones posteriores. Transparencia. El buen uso de los enlaces aumenta la transparencia de un texto, artículo o información al permitir al lector acceder a documentos y fuentes originales y darle más oportunidades de profundizar y contrastar lo que se dice. Calidad. Los enlaces adecuados otorgan calidad y valor añadido al texto en sí. Por eso Jeff Jarvis afirmó aquello de que «un contenido sin enlaces no tiene valor». Visitas. Como se dijo al principio, motores de búsqueda como Google, Yahoo! o Bing tienen muy en cuenta los enlaces de una página a la hora de rastrear, de modo que el uso de hipervínculos mejora la posición de esta en los resultados de búsqueda con el consiguiente aumento de las visitas de los internautas. En definitiva, los enlaces son la esencia de la web porque permiten navegar libremente por internet. Según sea el punto de destino de un enlace, este puede ser interno, cuando lleva a otra página del mismo dominio o medio digital; o externo, en el caso de que conduzca a cualquier otro sitio de la red.

El pase de página, un enlace más Los medios tradicionales resuelven el pase de página con fórmulas como sigue en la pág. x, pasa a la pág. x o, simplemente, página x. Pero en los nuevos medios, ¿qué hacemos? Obviamente, en internet no existe un pase de página en sentido estricto, esto es, no tenemos que llevar al lector de, por ejemplo, la portada de un periódico a la página 38 para que continúe el artículo que está leyendo. Aunque tengan un pequeño sentido figurado, internet está lleno de pases de página, de enlaces que sirven para ir de una web a otra, o de un sitio a otro. Sin ir más lejos, las entradillas de los artículos, que habitualmente acaban con unas palabras o una frase que indica que la información continúa, pueden considerarse un pase de página, de página web. A este respecto, los distintos medios y blogs toman soluciones individuales: en la portada de la web de la Fundéu BBVA, por ejemplo, se emplea «ver más» para invitar a seguir leyendo la recomendación de la portada, pero en la Wikilengua se utiliza el símbolo + para señalar que el artículo destacado sigue en el enlace.


En ESTILO. Manual para nuevos medios hemos pedido opinión sobre estas opciones a distintos expertos y nos han contado que: Las opciones más frecuentes parecen ser «continuar», «leer más», «más», «más información», «sigue», «ver más», el símbolo +, y la flecha →. De entre ellas, las más recomendadas son «leer más» y «más». «Leer más» presenta el pequeño inconveniente de que podría no ser adecuada cuando el hiperenlace está inserto en una pieza que no es meramente textual. La opción «más» es la más conveniente en cualquier situación, ya que, aun siendo la más breve, es la que engloba todo, sirviendo también para cuando la información que aporta el enlace es audiovisual. «Sigue», por su parte, es también una opción válida si la información que añadimos nos mantiene dentro del mismo texto. «Más información» parece que es demasiado general, y no da la idea de hacia dónde va a llevarnos ese enlace. No hay que olvidar que en cualquier hiperenlace («más» o «sigue» lo pueden ser) se puede colocar un texto alternativo que ofrezca información adicional al lector sobre la página de destino que le espera si pulsa sobre el mismo.

Usabilidad. Qué debo tener en cuenta al escribir para la web Ana Pérez Vicente La usabilidad se define como la facilidad de uso de un producto, máquina o interfaz derivada de su diseño. En un entorno tan difícil para las personas como es la comunicación con los ordenadores, es un concepto clave. Según Eduardo Manchón, el origen del término en sí, en el contexto en el que lo utilizamos, deriva directamente del inglés usability. Y se refiere a ella como la facilidad de uso, a cómo el diseño de un producto (cualquier producto) facilita o dificulta su utilización. La Organización Internacional de Normalización (ISO), la define en su norma 9241-11 como la medida en la cual un producto puede ser usado por determinados usuarios para conseguir objetivos específicos con efectividad, eficiencia y satisfacción en un contexto de uso determinado. Si hablamos de usabilidad aplicada al entorno web, Jakob Nielsen la entiende como un atributo de calidad que evalúa la facilidad de uso de las interfaces de usuario. También se refiere a los métodos que se pueden aplicar para mejorar esta facilidad de uso durante el proceso de diseño. El experto en usabilidad la define con cinco elementos: Facilidad de aprendizaje: hasta qué punto es fácil para los usuarios realizar las tareas básicas cuando se enfrentan por primera vez a un diseño.


Eficiencia: una vez que los usuarios ya han aprendido el diseño, con qué rapidez realizan las tareas. Facilidad para ser recordado: cuando los usuarios han dejado durante un tiempo de interactuar con ese diseño, cuánto les cuesta recordar cómo se utilizaba. Errores: cuántos errores cometen los usuarios al enfrentarse con el diseño, y por qué, ¿son graves?, ¿los pueden solventar fácilmente? Satisfacción: ¿es agradable utilizar el diseño?, ¿son fácilmente localizables los elementos en él?, ¿ayuda o dificulta la realización de las tareas?, ¿volverían los usuarios a utilizar de nuevo ese diseño?

¿Cómo se aplica en el lenguaje? Quién no ha oído decir alguna vez que «hay que escribir para la web», y es que no solo es importante escribir gramaticalmente bien, sino que tenemos que presentar el contenido de modo que atraiga a los lectores. El contenido es el núcleo de la web. Así, se debe identificar cuál es el público objetivo, escucharlo y estudiarlo, para saber qué lenguaje, qué tono, se debe utilizar para establecer una comunicación efectiva con él. Por otro lado, el espacio con el que se cuenta en la pantalla es escaso, y el tiempo que invierten los usuarios en leer contenido más escaso todavía, así que conviene recordar las pautas a la hora de presentar la información: Poner el contenido más significativo al principio de la página. Recordemos que los usuarios no leen las páginas web, sino que las escanean en busca de información, de algo que les llame la atención o que les ayude a identificar lo que están buscando. Al insertar encabezados en el texto, igual que ocurre con la prensa escrita, hay que crear una jerarquía visual en la que los encabezados principales tengan un cuerpo de letra más grande que el resto del texto. En el caso de que haya encabezados secundarios, tendrán que ser más pequeños pero claramente destacados. Es aconsejable que estén alineados a la izquierda y escritos en minúscula. Es recomendable que los párrafos sean cortos y que cada uno de ellos contenga una idea o tema. Otros elementos que se puede utilizar para estructurar el contenido son las listas y el uso de la negrita, que crea focos de atención que ayudan al lector a localizar las palabras clave de la página. Hay que tener especial cuidado con el título de la página, porque sirve de enlace en los listados de resultados de los buscadores. Tiene que ser lo suficientemente descriptivo tanto para que nos identifique como para que el usuario sepa de qué va y si se ajusta a sus expectativas. No utilizar mayúsculas, son difíciles de leer. Enriquecer el contenido de la página ofreciendo información relacionada. Utilizar hipervínculos dentro del texto, o bien ofrecer enlaces relacionados con el tema del que se habla en un lugar visible y fácilmente localizable de la página.


Utilizar palabras clave como hipervínculo, en el caso de que se opte por poner enlaces relacionados tienen que ser lo suficientemente descriptivos como para que informen del contenido de la página (no escribas «pincha aquí») y, sobre todo, que al pulsar sobre ellos el usuario obtenga la información esperada. Los mensajes de error deben ser constructivos, hay que escribirlos con un lenguaje claro y sencillo, que ayuden al usuario a solucionar el problema y no se limiten a decirle que se ha equivocado.

Composición y maquetación Ana Pérez Vicente Enfrentarse a una página en blanco no es fácil, pero si además se puede «jugar» con esa página la labor creativa se complica. Ya lo dice el refrán, «para gustos están los colores», pero esta no es la ocasión idónea para demostrarlo. Una de las realidades a las que se enfrentan los creadores de contenidos web es que no saben qué dispositivo van a utilizar los usuarios para consultar la información; pero no solo eso, tampoco se sabe desde qué navegador van a acceder, ni en qué versión, ¿Safari, Chrome, Opera, Mozilla, IE, etc.?; así las cosas, la gran preocupación es asegurar la mejor visualización del contenido, si se siguen las pautas que se presentan a continuación se tendrá un porcentaje muy alto ganado y se habrá conseguido el principal objetivo, ¡que el contenido sea leído!

¿Qué tipo de fuente tengo que usar y cómo? Lo recomendable es utilizar fuentes que estén disponibles en todos los ordenadores y dispositivos. Este tipo de fuentes se llaman del sistema porque vienen preinstaladas al comprar un equipo. Si no se utilizan fuentes del sistema, se pone en peligro la legibilidad de la página; cuando un navegador no encuentra la fuente la reemplaza por la que tiene predefinida. De entre esas fuentes, para publicar contenido en pantalla se recomienda utilizar los tipos de palo seco, es decir, que no tengan remates, como Arial o Verdana, que son más rápidas de leer. No es aconsejable utilizar más de tres tipos a la vez y se han de aplicar de forma consecuente (siempre de la misma manera) para crear orden y transmitir la relación de jerarquía que existe entre los textos. Por ejemplo, en los encabezados, que generalmente suelen tener un tamaño más grande, se puede usar una Georgia (con serifa), pero para mostrar el contenido en párrafos se puede optar por una Arial (Sans Serif).

El tamaño sí importa La lectura en pantalla es una tarea laboriosa, el usuario se enfrenta a distintos navegadores y dispositivos y hay que facilitarle el trabajo. Es recomendable un tamaño de fuente 11 o superior (el tamaño de la letra puede variar según la tipografía que escojamos) y es muy recomendable que el usuario pueda modificar el cuerpo (texto escalable) para mejorar la visibilidad del contenido según


el entorno en el que se encuentre o las dificultades visuales que tenga. También se puede usar el tamaño para transmitir información. En un periódico, por ejemplo, el tamaño de los titulares y el contenido transmite la jerarquía de la información, y lo mismo ocurre cuando se está escribiendo para los nuevos medios. Se trata de establecer un tamaño para cada elemento que compone la página y mantenerlo de la misma manera siempre.

De colores... Otro elemento importante en la presentación del contenido es el uso del color. Tiene un alto impacto en la legibilidad y en la percepción de la página por parte del usuario. El uso de colores fríos y poco saturados es recomendable para los fondos y el de colores oscuros para los textos, de esta manera se asegura que siempre haya el suficiente contraste para que el usuario pueda leer el texto cómodamente. Debemos huir de fondos oscuros, con tramas repetidas o con fotos. Cuanto más limpio esté más fácilmente se leerá. Algunos consejos aplicados a la tipografía: No utilizar más de tres colores en una misma página, aunque puede que les encontremos justificación seguramente desconcertarán al usuario, al que le costará entenderlo. Hay que procurar utilizar el color de la misma manera. Aprovechemos la alta capacidad de aprendizaje del usuario: a medida que va navegando, va aprendiendo e identificando qué significa cada uno. Por ejemplo, títulos en naranja, destacados en gris, texto convencional en negro y enlaces en rojo subrayado. Si una página se presenta con los «colores cambiados», lo único que se generará será desconcierto. No utilizar los colores exclusivamente para transmitir información, es mejor acompañarlos siempre de una característica más, por ejemplo, el tamaño.

Sumando piezas Una vez que ya se sepa qué publicar y qué elementos utilizar, solo queda pensar cómo va a ser la disposición en la pantalla. Lo que queramos destacar debe estar visible en la parte superior izquierda. Aunque no se puede saber el tamaño del dispositivo que tiene el usuario para acceder al contenido, sí que se puede tener la seguridad de que la información se carga de arriba abajo y de izquierda a derecha. Si tenemos algo importante que decir, que sea en el primer párrafo, justo debajo del título, es nuestra oportunidad para enganchar al usuario y que siga leyendo. La pantalla no es lo mismo que el papel. El brillo cansa más la vista y es fácil que un párrafo de diez líneas se convierta en una mancha negra impenetrable. La forma de evitar esto es construir párrafos cortos que sean fáciles de leer y, si se puede, poner títulos entre cada par de párrafos para que el usuario no pierda la pista de lo que está leyendo. La recomendación es que el diseño sea sencillo. No debe saturar la pantalla con elementos que no aporten información, y tiene que ser ordenado y consistente en cada página, según las pautas mencionadas.


Tratamiento de la información Marga Cabrera Méndez Si se quiere ser correcto al redactar se deben conocer las pautas básicas en cuanto al tratamiento de la información. La veracidad es uno de los principios fundamentales de la ética de la información, por ello lo que se espera de un comunicador es que haya tenido el detalle de comprobar lo que publica. Decir la verdad no es solo comprobar los hechos, sino profundizar en el contexto y documentar lo que se está afirmando. Como se comentaba en los capítulos anteriores, nuestra imagen está en juego, y perder la credibilidad en los nuevos medios puede conllevar una pérdida de reputación en la red y fuera de ella. Uno de los problemas de la elaboración de buena documentación es la búsqueda de fuentes veraces, y en internet hay más fuentes que nunca. Podríamos definir una fuente informativa como un canal –persona o institución– que nos proporciona datos sustanciales o complementarios –al ser testigo directo o indirecto– para poder redactar noticias, reportajes, crónicas e informes. En la red se encuentra de todo. Se pueden publicar vídeos, fotos, comentarios, y cualquiera puede tener acceso a ellos. El trabajo del periodista ahora es informar y contrastar entre esas miles de fuentes. Se ha llegado a decir que el periodismo está de capa caída porque cualquiera puede escribir en internet, pero la necesidad de filtrar, contrastar y verificar la información sigue siendo labor de los profesionales de la información. Su reto es el de hacer de mediadores entre tanta información y hacernos llegar lo que realmente nos interesa. Muchos usuarios buscamos la fiabilidad de la persona que se ha forjado una reputación de credibilidad en la red, el profesional que distingue perfectamente entre hechos y rumores y comunica de manera clara, concisa y correcta sobre un tema. Siempre ha habido buenas y malas fuentes, el problema hoy en día es la velocidad de propagación y la facilidad con la que se identifica el origen de la noticia. Hay que tener claro lo que implica un tratamiento adecuado de la información. Veíamos que la veracidad es primordial, así como el uso de buenas fuentes, pues bien, aquí hay que añadir las referencias: cuanto mayores sean y de más calidad, mayor valor y fiabilidad le estaremos dando. Y en internet es sencillo referenciar, simplemente hay que poner un enlace a la noticia o fuente de donde hemos extraído la información. Otra cuestión importante es identificar como propio un tema o comentario de opinión. Así, en el caso de las cuentas individuales, hay que distinguir lo que se comenta como opinión personal de lo que se hace como representante de la empresa en la que se trabaja. Ya aparecen muchos perfiles en las redes sociales que cuando intervienen con su usuario personal lo señalan en la información de su perfil o biografía, es decir, informan de que cualquier comentario se hace a título personal, y por lo tanto no es la opinión corporativa de la organización a la que representan. Esta misma recomendación se aplica a cualquier publicación, sobre todo si se es alguien destacado dentro de una empresa o entidad.


La voz de la audiencia Bárbara Yuste La participación de los lectores se ha convertido en los últimos tiempos en un objetivo prioritario para los medios digitales, toda vez que han comprendido que el nuevo entorno digital ha roto las viejas reglas de juego de la unidireccionalidad y la jerarquía informativa propia de los medios tradicionales. Las vías de interacción que se han abierto en los nuevos medios han evolucionado conforme a la aparición de nuevas herramientas y recursos característicos de lo que se ha denominado como web 2.0 o web social. Desde lo más simple, como puede ser una encuesta, a lo más complejo, como un proyecto de crowdsourcing (colaboración directa entre periodistas y audiencia para abordar determinados temas de actualidad informativa), los medios vienen apostando desde hace tiempo por diferentes fórmulas para lograr, primero, la participación y, después, la fidelización de un público cada vez más exigente y que demanda una implicación mayor en el proceso comunicativo. Una de las apuestas principales ha sido la apertura de las noticias al comentario de los lectores. Aunque en un primer momento se hizo con cierto sigilo (algunos medios se mostraron reticentes a esta medida), lo cierto es que ahora es una seña de identidad con la que los medios pretenden dar voz a su audiencia y pulsar su opinión en asuntos que a veces resultan polémicos. Lo que se busca, en definitiva, es la sugerencia, la rectificación y la réplica. A veces, incluso, la propuesta de un nuevo tema sobre el que los periodistas puedan trabajar. Bien es verdad que en la decisión de abrir las noticias a los comentarios han pesado argumentos contradictorios, en el sentido de hacerlo con moderación –filtrado previo– o sin ella. Los dos modelos conviven, aunque es el primero el que suele imponerse en la mayoría de los casos. Otro de los espacios donde el lector tiene presencia es en los blogs, ya sea a través de los comentarios o de textos que redacta para algún blog que el medio ponga a disposición de su audiencia. Normalmente, es lo que se conoce como el blog de los lectores. La temática suele ser, en este caso, muy variada si bien la queja y la reclamación suelen ser objeto de la mayoría de los artículos publicados. La entrevista digital o videochat, según la denominación de cada medio, sigue teniendo un hueco importante en la mayor parte de los medios digitales. Aquí el objetivo es dar la oportunidad al lector de enviar la pregunta o la opinión que considere oportuna a una persona popular, que esté de actualidad por algún asunto o que se estime una autoridad en la materia tratada. En este sentido, la participación de la audiencia suele limitarse por lo general a la formulación de una pregunta que, además, se somete al filtrado del periodista o del medio en cuestión. Más allá de estos espacios y de otros vinculados a lo que se ha bautizado como periodismo ciudadano –lo que realmente debería denominarse como participación o comunicación ciudadana–, lo más significativo en los últimos tiempos es la apuesta que los medios han hecho por integrar las redes sociales, especialmente Twitter y Facebook, en sus coberturas informativas y en la búsqueda de la opinión de los usuarios, sin olvidar un propósito más cuantitativo que tiene que ver con la


obtención de visitas o tráfico a su web. El uso de estas plataformas sociales se concibe ya como una obligación ineludible en lo que se refiere a la difusión del contenido del medio o al valor que tiene el hecho de que la audiencia lo comparta entre su red de contactos y, en consecuencia, sirva de vía de entrada a la web de nuevos usuarios. Diez consejos sobre los textos en los nuevos medios Cristina Górriz de la Cal 1. Sigue pautas de usabilidad: el diseño y el contenido de tus textos debe facilitar la localización de la información más significativa. 2. Empieza por buscar un titular descriptivo y que incluya palabras clave para ser localizadas por los motores de búsqueda. 3. Dentro del lead o entrada, situado en la parte superior de la página, escribe las conclusiones. Continúa incluyendo la información de apoyo y después la de contexto. Estarás aplicando el modelo periodístico de la pirámide invertida, pero adaptado a los nuevos medios. 4. Teniendo en cuenta que el usuario escanea la página en busca de información, capta su atención con elementos destacados: ladillos, encabezados, listas, palabras en negrita... Sin embargo, no abuses de las mayúsculas, son difíciles de leer y en el contexto de internet equivalen a gritar. 5. Redacta párrafos breves con una sola idea. Abandona las frases subordinadas y apuesta por estructuras sencillas y llenas de acción. 6. El enlace es un importante aliado para tus textos. Además de ayudarte a segmentar la información extensa, el hipervínculo funciona como palabra clave para los buscadores de Google, Yahoo! o Bing. Y aún hay más, al enlazar a fuentes fiables puedes aumentar la credibilidad de tu información. 7. Utiliza un diseño sencillo y ordenado. Si jerarquizas la información siguiendo los mismos elementos visuales –color, fuente y tipo de letra– ayudas al usuario a situarse en la página. Con respecto a la sencillez, mejor no abuses de los tipos de fuente. 8. Si quieres que tus textos sean visualizados desde cualquier dispositivo o navegador, utiliza fuentes disponibles en todos los ordenadores. Arial y Verdana son las más sencillas de leer. Dales un tamaño de fuente superior a 10. 9. El contraste de colores entre el texto –colores oscuros– y el fondo –colores fríos– dará la impresión de limpieza visual. 10. Internet se enriquece con la participación de la audiencia. Algunas fórmulas para ello son la apertura de noticias a los comentarios de lectores, las encuestas o la utilización de las redes sociales para difundir tus contenidos.


LECTURA EN PANTALLA Marga Cabrera Méndez Venimos de la era Gutenberg, donde la tradición lectora se basaba en el papel. Tras largos años de uso nos encontramos en una nueva etapa post-Gutenberg, en la que nos estamos adaptando a la lectura en pantalla y al uso de internet de manera global sin apenas percatarnos. Nos referimos a la lectura en nuestro día a día: informes, comunicación personal, noticias, audiovisuales, etc. Las pantallas están a nuestro alrededor en diferentes formatos y para diferentes usos. Disponemos de dispositivos íntimos, como el móvil o el iPod, en los que a corta distancia nos comunicamos de manera más personal, casi siempre en desplazamientos. Por otra parte, los ordenadores de mesa o portátiles se utilizan más para la oficina o en el trabajo a distancia. Para leer y trabajar en casa están empezando a implantarse las tabletas, más ligeras y cercanas. Y, por último, no podemos olvidar las pantallas del mobiliario urbano que nos rodean, desde anuncios audiovisuales en el metro o ascensores con pantallas en las que nos informan del tiempo, hasta taxis en los que podemos seguir la ruta geolocalizada de nuestro recorrido. Nuestros modelos de lectura también han variado, hace no tantas generaciones los textos se leían completos, siguiendo un orden establecido y conociendo el todo. Hoy en día escaneamos la información de un vistazo, seleccionamos lo que nos interesa y directamente saltamos de una información a otra.

Las pantallas y las distancias de lectura Fundéu BBVA El acceso a internet a través de múltiples soportes ofrece la posibilidad de leer cuándo y dónde se quiera. No es lo mismo la lectura de noticias en la pantalla de un iPhone antes de entrar al trabajo, que hacerlo en una tableta en la cama. Se ha modificado la forma en la que se consumen los contenidos digitales, ha dejado de ocupar determinados momentos del día para convertirse en una actividad que no entiende de tiempos ni de lugares. Al mismo tiempo, nunca como ahora las empresas informativas habían tenido un conocimiento tan


preciso de su audiencia, los editores pueden generar contenidos de acuerdo con las características de cada soporte para presentar el mejor producto posible. Datos como qué dispositivo utilizan los usuarios para leer las noticias, a qué hora lo hacen o cuánto tiempo le dedican varían en función del medio y permiten a los editores organizar la oferta informativa de acuerdo con el perfil de sus lectores. Para recolectar estas estadísticas los editores recurren a su responsable de analítica web. Podemos hacernos una idea general de los hábitos de consumo de noticias en internet a través de los datos públicos de Read it later (http://goo.gl/RyTs2), servicio que permite posponer lecturas que se han guardado previamente en la red internet. Cuando empieza un nuevo día, los móviles y las tabletas son los primeros dispositivos con los que se accede a los contenidos digitales. Antes de la ducha o durante el desayuno se realiza la primera toma de contacto con la actualidad a través de estos dispositivos íntimos para consultar webs de noticias, el correo electrónico o las redes sociales (http://goo.gl/dlECS). Los teléfonos inteligentes son los reyes en los viajes de ida y vuelta al trabajo o a clase. En el autobús o en el metro se aprovechan los ratos libres para consumir contenidos multimedia o actualizar el perfil de la red social de turno. El éxito de los dispositivos móviles en esta franja horaria tiene mucho que ver con su enorme utilidad. Las interfaces de los nuevos teléfonos inteligentes hacen más fácil y natural su uso y permiten hacer consultas en cuestión de segundos. No solo desde tabletas, teléfonos y ordenadores llega el goteo continuo de contenidos. El avance de la tecnología también ha cambiado el entorno urbano: pantallas, proyecciones en 3D u otras soluciones audiovisuales llenan las ciudades de mensajes que llegan desde distancias largas. Los creadores de estos nuevos dispositivos colectivos tienen que someterlos a continuas y grandes innovaciones para llamar la atención de los usuarios y que estos puedan sacar el máximo rendimiento de ellos. Con el fin de favorecer la interactividad y la personalización, es posible desde escanear con el móvil un panel con código QR (código de barras de respuesta rápida, ) a interactuar con la pantalla de un taxi o con los dispositivos de un aeropuerto mientras esperamos el embarque. En el entorno laboral los ordenadores personales son la principal puerta de entrada a internet. El número de noticias leídas desde el ordenador crece progresivamente hasta el mediodía y, a partir de ahí, se produce un descenso progresivo hasta que finaliza la jornada laboral y se inicia la vuelta a casa. Entre la cena y la hora de dormir las tabletas recuperan el protagonismo perdido durante el día y registran su segundo pico de audiencia de la jornada, con mucho más consumo que a primera hora de la mañana. Los usuarios recurren a las tabletas para leer en el sofá o en la cama, y, en muchas ocasiones, combinan este dispositivo con otros y con el visionado de la televisión. La pantalla del televisor continúa siendo el medio con mayor presencia en nuestra vida diaria y en los últimos años se ha reinventado con nuevas formas de entretenimiento que añaden opciones interactivas y de personalización a la experiencia digital. Ahora podemos disfrutar de nuestro programa favorito en la televisión, mientras lo comentamos con nuestros amigos a través de dispositivos móviles. Se puede encontrar más información en los informes de la AIMC, Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (http://goo.gl/x1YS5).


Modelos de lectura Fundéu BBVA El acceso a internet desde distintos dispositivos y plataformas permite leer noticias en el momento y en el lugar que se quiera. Como se veía, es posible leer tranquilamente un artículo desde una tableta, consultar el tiempo en el ordenador del trabajo o repasar los titulares del día a través del teléfono móvil. Según la necesidad informativa que se tenga, se dedicará más o menos atención al consumo de un contenido. En rasgos generales se pueden distinguir dos tipos de comportamiento en la búsqueda de contenidos en la red internet. Por un lado, el del usuario que, al entrar en una web, recurre a su buscador interno o navega por las categorías hasta dar con lo que busca en el menor tiempo posible. Este tipo de usuario se corresponde con el perfil search dominant del experto en usabilidad Jakob Nielsen. El segundo acude a su web de referencia para leer los contenidos más relevantes del momento, que han sido seleccionados previamente por un editor. Estos lectores, que se corresponderían con el perfil link dominant de Nielsen (http://goo.gl/HD7IU), deambulan por la página y prefieren clicar sobre los enlaces que más les han llamado la atención antes de hacer una búsqueda más profunda. Entre ambos perfiles existen comportamientos mixtos de consumo de contenidos. En internet los lectores se enfrentan a tal oferta que es indispensable establecer algún tipo de organización para evitar una saturación informativa. Así, como alternativa a las webs de noticias, algunos usuarios prefieren utilizar lectores de RSS, agregadores de noticias con opciones de personalización, alertas o boletines de noticias específicos sobre un personaje, empresa o categoría determinados. En esta lectura selectiva de la información también tienen cabida plataformas como Twitter o Menéame, en las que el componente social tiene un mayor peso sobre la elección final de los contenidos. Normalmente en este tipo de plataformas el usuario elige las fuentes de información que más le interesan, ya sean blogs o líderes de opinión, y cada cierto tiempo accede a contenidos relevantes según el criterio de esas fuentes. Una vez seleccionada la noticia que más interesa, por lo general, se hace una lectura por rastreo o scanning, como ya hemos visto según los estudios de Jakob Nielsen (http://goo.gl/T7f1o). Pero si el artículo le interesa más, pasa a hacer una lectura en exploración. Esta forma de lectura es la que defiende el experto en diseño web Mario García. Según sus estudios de eyetracking (http://goo.gl/mlWCN), los lectores de nuevos medios navegan sobre las noticias y cuando hay un artículo que les interesa sobremanera dejan de ser usuarios scanner (los que leen por encima) para s e r methodical readers («lectores metódicos»), es decir, hacen una lectura más detenida del contenido. Sea cual sea la forma de leer en internet, un elemento característico en los nuevos medios es el hipervínculo. A diferencia de lo que ocurre en las publicaciones impresas, la lectura en la red internet no es lineal, sino que el lector selecciona su propio recorrido informativo. Las noticias aparecen interrumpidas por enlaces que amplían el contenido de la información en un conjunto de


pantallas sin principio ni fin. Este modelo de lectura multilineal favorece que el lector, a medida que avanza en su lectura, decida si desea clicar sobre los diferentes enlaces que el autor ha creído conveniente añadir por su relevancia con respecto al texto. El formato hipertextual permite navegar entre diferentes pantallas, volver atrás para clicar en otro enlace o reiniciar la lectura desde donde se dejó. Cinco claves de la lectura en pantalla Cristina Górriz de la Cal 1. Los usuarios acceden a los contenidos desde diversos dispositivos y en cualquier momento del día. Conocer sus hábitos de consumo puede dar pistas para enfocar los contenidos: Por la mañana y durante los traslados al trabajo, los usuarios consultan rápidamente la información desde sus teléfonos inteligentes o desde las pantallas de mobiliario urbano: en el metro, autobuses, ascensores... Hasta el mediodía y en un entorno laboral, la lectura se realiza desde las pantallas de ordenadores personales. Durante la tarde decae la búsqueda de información. Es a la hora de la cena cuando los usuarios consultan cómodamente desde su casa las tabletas, combinándolas con medios tradicionales como la televisión. 2. Se lee de forma multilineal, escaneando el texto de arriba abajo. Por ello, se debe cuidar especialmente la parte superior de la página y el titular de los textos. Además de incluir los enlaces necesarios para que el usuario pueda llegar a la información que busca. 3. Ante la avalancha informativa, el lector agradece un filtro, tanto si busca un contenido concreto como si simplemente curiosea. 4. En un proyecto web recomendamos añadir categorías o un buscador interno que facilite la búsqueda. O aún mejor, proporcionar una selección de las noticias más relevantes. Otras opciones útiles son los lectores de RSS, los agregadores de noticias, las alertas o los boletines de noticias. 5. La veracidad de la fuente es un punto de entrada a los contenidos. Los usuarios siguen a través de plataformas como Twitter o Menéame blogs o a líderes de opinión que consideran interesantes.


LENGUAJE INTERNACIONAL Los nuevos medios están cada vez más adaptados a la dinámica de la globalización, son cada vez menos locales y más internacionales, y eso hace que se sienta necesario un español acorde. En muchas ocasiones es complicado o incluso imposible encontrar una palabra que entiendan todos los hispanohablantes; pero de lo que se trata en realidad es de hallar una expresión que permita comunicar con todos de una sola vez. La velocidad que proporciona la red hace que cualquier término se difunda como nunca antes lo había hecho, nos comunicamos sin importar distancias ni fronteras políticas. Podemos entablar conversaciones con cualquier hispanohablante situado al otro lado del océano, o bien leer una noticia de un medio de otro país con un solo clic. El español ocupa el tercer lugar de la lista de las lenguas más usadas en internet, ahora bien, no todos empleamos el mismo español.

Español neutro, global, general, estándar o internacional Alberto Gómez Font Al hablar sobre la modalidad del español que no es propia de ningún país en concreto y que puede funcionar bien en todo el ámbito hispánico, se utilizan distintas denominaciones: los traductores hablan del español neutro, pues sus clientes les piden que traduzcan algunos textos, sobre todo comerciales, a ese tipo de lengua. También se llama neutro al español hablado sin acento de ningún sitio en particular. En tiempos en los que se habla de la globalización, también se menciona, cómo no, el español global, es decir, aquel que se mueve como pez en el agua por todo el mundo. Lo contrario del español local o de un país o región determinados, es el español general. El español estándar es, como su nombre indica, el ajeno a los localismos y a las características propias de una u otra zona dialectales. Y, finalmente, el español internacional es el que no es nacional ni local y puede usarse en la comunicación con hablantes de cualquier país hispano sin riesgo de que se produzcan fallos en la transmisión y la recepción del mensaje. Son, pues, distintos nombres para una misma realidad, si bien los dos más usados son neutro e internacional.


Esa realidad se caracteriza en la lengua escrita por el uso de un léxico común, completamente comprensible por todos los hablantes, y en la lengua hablada se distingue porque no tiene la entonación, la música o el acento de ningún sitio en particular. El español neutro tiene un claro fundamento comercial: es mucho más barato hacer una sola traducción al español. Además del audiovisual, los programas o máquinas y sus respectivos manuales de instrucciones, el uso de una única versión reduce los costos que conlleva la creación de textos o doblajes complementarios, publicitarios, promocionales, documentación de ayuda, material de formación, etc. El uso del español neutro tiene muchas más ventajas, según Xosé Castro: […] este es el momento adecuado; las comunicaciones se modernizan y agilizan. Además, los principales motivos que, como lingüistas hispanohablantes, deben motivarnos para utilizar el español neutro son: lograr una progresiva unificación de neologismos en todos nuestros países; hacer que nuestro idioma sea competitivo y asequible para un mayor número de fabricantes; ampliar el mercado de la traducción y evitar la disgregación de nuestra terminología, lo que solo puede traernos perjuicios a largo plazo como comunidad.

Lucía Rodríguez Corral plantea la existencia de «una variedad de español válida para todos los países de habla hispana, distinta a la variedad local y común para todos los hispanohablantes». También hace referencia a los medios de comunicación: Los medios (sobre todo la televisión y el cine) ayudan a difundir una misma lengua en todos los lugares a los que llegan. […] en los medios de comunicación tiende a usarse un español exento de regionalismos, en ocasiones de manera consciente. […] El español que se difunde en los medios es homogéneo internacionalmente, y esto unido a la gran influencia que estos tienen sobre la población, ayuda a unificar el español en el mundo. […] hablar un español estándar no es algo abstracto, como en principio pueda parecer, sino que tiene aplicaciones prácticas, incluso comerciales.

Los Estados Unidos de América es el país en el que la labor de búsqueda de un español común, neutro o internacional es más necesaria y más cotidiana. Allí se está gestando un nuevo español, un idioma que no es ni de los mexicanos ni de los argentinos, cubanos o centroamericanos, sino de todos. Es una lengua a la que, haciendo un paralelismo con el international english, puede dársele el nombre de español internacional, entendido este como español de ningún sitio y de todos al mismo tiempo. Grandes medios de comunicación, cuya lengua de trabajo es el español, crean día tras día ese nuevo modelo común. Con el auge en los Estados Unidos de los medios de comunicación en español, aumenta también el número de periodistas procedentes de distintos países hispanohablantes que, casi sin darse cuenta, van dejando de usar los localismos propios de cada país y van confluyendo en una forma de escribir en español válida para todos. En ese país, a principios del 2004, se publicó un manual de estilo para los periodistas que redactan en español internacional, para todos los medios de comunicación que se escriben o se


transmiten en nuestra lengua. La National Association of Hispanic Journalists ( NAHJ), en la que se agrupan los principales periodistas de televisión, radio y prensa escrita de ese país, creó un grupo de trabajo formado por periodistas de distintos medios y nacionalidades y les encargó la redacción de un manual de estilo común para todos ellos: el Manual de estilo de la NAHJ. Los programas de televisión que alcanzan mayores índices de audiencia son, probablemente, las telenovelas. Gregorio Salvador, miembro de la Real Academia Española, defiende la importancia de las telenovelas al afirmar que estas son un notable vehículo de cohesión lingüística del español, ya que realizan un gran esfuerzo por utilizar un español comprensible para todos. Trasladado al terreno de la pronunciación, hace que los entrenadores de diálogo apunten a que, en poco tiempo, todos los intérpretes hablarán con el mismo acento llano. Las cadenas quieren eliminar cualquier indicio de idiosincrasia molesta para la audiencia latina de los Estados Unidos, dada la cantidad de acentos que existen en los países de habla hispana. El desafío es lograr el mismo sonido uniforme en todos los actores, sin importar que fuera de cámara hablen con el acento cortado de América del Sur o con las variedades más lánguidas del Caribe. Ese español internacional, que atenúa los elementos reconocibles de los acentos nacionales, también implica sacrificios. A menudo, las palabras que varían su significado de una región a otra se dejan de lado; y algunos actores hasta deben cambiar la estructura de las oraciones. Todo ello para lograr algo muy práctico: que un actor cubano y uno argentino puedan representar el papel de hermanos en cualquier escenario. El español neutro hablado se utiliza mucho en Hispanoamérica para las locuciones publicitarias que se trasmiten por la radio y la televisión. Hay locutores especializados en ese tipo de pronunciación y entonación, como actores de doblaje que se encargan de la versión en español para Hispanoamérica de las películas procedentes de otras lenguas. ¿Cabe la posibilidad de que los medios de comunicación creen un español internacional del siglo XXI? Lo cierto es que ese español existe hace mucho tiempo, y no es nuevo aunque ahora se hable más de él y su realidad sea cada vez más visible gracias a la velocidad de las comunicaciones, a la rapidez con la que se intercambian formas de llamar a las cosas y a la celeridad con la que los hablantes se apropian de ellas. La revolución vivida en las comunicaciones, especialmente en internet y en la televisión, permite que el mundo hispanohablante se acerque cada vez más. Poco a poco los oídos se acostumbran a palabras y expresiones que hasta no hace mucho les eran extrañas. Así, para los medios de comunicación internacionales en español, cada vez hay menos palabras que «traducir» del español local al español internacional. Según el lingüista mexicano Raúl Ávila: Las decisiones que puedan tomarse en cuanto a la variación del español no deberían hacerse solo a partir de los diccionarios basados en la modalidad castellana. Se trataría de utilizar la norma hispánica o general, que se sustenta en el uso de toda la comunidad hispanohablante. Los medios de alcance internacional podrían basarse en datos demográficos para decidir, en el caso del léxico, qué palabra es la más usual en los países hispánicos.


El mismo Raúl Ávila presentó nuevos resultados de sus estudios en el II Congreso Internacional de la Lengua Española (Valladolid, 2001) con el título de Los medios de comunicación masiva y el español internacional. En sus trabajos se analizan los noticieros de los principales canales de televisión del mundo hispanohablante y se llega a la conclusión de que el número de palabras distintas, no comunes o que no todos los espectadores de los diferentes países pueden entender por igual, es mínimo: solo el 1,2 %. Y una de las conclusiones de su estudio es, cómo no, la gran importancia que tienen la televisión y los demás medios de comunicación en la actual tendencia a la unificación del léxico en la norma culta del español.

El español global en la red Mercedes Sánchez Sánchez Aunque parezca que internet lleva ya mucho tiempo entre nosotros, aún estamos empezando a ver las consecuencias de su despegue. Primero fue solo en los ordenadores, pero ahora podemos tener un acceso constante a través de variados dispositivos que multiplican la comunicación y, por tanto, la información, y actúan sobre el código en el que se expresa: la lengua. Por su parte, las lenguas se adaptan a los nuevos medios e intentan sacar de estas nuevas circunstancias las mejores ventajas para su desarrollo, como argumenta Rojo-Sánchez en su libro El español en la red (2009). Nunca se había escrito tanto, ni habíamos estado tan comunicados. Es ya un lugar común relacionar el avance de internet con una segunda edad de oro de la lengua escrita. Con la red renace la comunicación escrita, que había sufrido un fuerte retroceso con el desarrollo de la radio y la televisión. Se estima que unos 153 millones de usuarios de internet son hispanohablantes, lo que constituye un 8 % de los usuarios mundiales, y el español ocupa el tercer lugar entre las lenguas más usadas. Por tratarse de una comunidad lingüística que vive en países de desigual desarrollo, el índice de penetración en internet es muy bajo aún, puesto que constituye solo un 37 % de los más de 400 millones de hispanohablantes estimados. Sin embargo, desde el año 2000, el número de hispanohablantes que usa internet ha aumentado un 743 %. Dado que la mayor parte de los usuarios accede a internet para buscar noticias, leer el correo electrónico y, en los últimos años, participar en las redes sociales, parece que las realizaciones lingüísticas deben ejecutarse en un registro o nivel que facilite la comunicación, es decir, que resulte común. Ese registro, desde luego, está absolutamente condicionado por el uso público o privado de los canales de internet: no es lo mismo comunicarnos con los amigos en Facebook que responder a un tuit emitido por un periodista argentino al que seguimos. En realidad, nada demasiado alejado de lo que hacemos en nuestra vida «normal». Además, no es correcto a estas alturas hablar de un solo modelo de internet, sino que la red internet aglutina un grupo de subsistemas con diferentes recursos y situaciones en los que la lengua se expresa de una forma más coloquial o más formal, evitando localismos o, precisamente, acentuándolos. En la revisión de esas situaciones recogidas por Rojo se distingue con cierta claridad


el uso o no de un español neutro, universal o panhispánico. En primer lugar, se encuentra el correo electrónico. En un mundo global, también comercialmente hablando, su uso es absolutamente imprescindible. La comunicación entre empresas de uno y otro lado del Atlántico ha de realizarse en un español comprensible desde los dos lados, utilizando un léxico común y alejándose de los localismos. Siguen los chats, conversaciones que tienen lugar en un medio electrónico. De nuevo, es el carácter público o privado de estas lo que marcará el uso de una lengua exenta o no de modismos. Los encuentros o entrevistas digitales, por ejemplo, dan buena cuenta de intervenciones de hablantes de los dos lados del Atlántico (ante personajes, a su vez, de interés entre el público de las dos orillas) y se realizan en tiempo real con léxico común. Muy diferente es la situación que se da cuando se chatea con un amigo, etc. La vida virtual no es tan diferente de la vida real. La página web, el exponente más marcado de la red, constituye por sí misma un nuevo género. Las firmas comerciales con delegaciones en España y América se ocupan de que su página electrónica utilice un español que no haya que «traducir». Los blogs personales, que ahora se insertan como los antiguos artículos de opinión en diarios y revistas, constituyen otro sistema de expresión de la lengua en internet. Un periodista que puede llegar a lectores del otro continente se esforzará en utilizar un léxico que le permita ganar seguidores. La prensa digital, a la que se accede ahora desde diferentes plataformas y lugares, constituye también un magnífico marco de expresión de ese español universal, neutro, aunque muchas veces es el tema el que determina la intervención o no de los hablantes de esa lengua, bien como lectores, bien actuando con sus comentarios. Es frecuente ver noticias en diarios españoles o americanos comentadas por hablantes de ambos lados del Atlántico, reconocibles porque se identifican abiertamente. También es cierto que el acceso a la noticia es múltiple: puede haber sido retuiteada, recomendada en Facebook o sencillamente buscada a través del servidor de noticias de Google, que devolverá lo buscado independientemente del medio en el que aparezca. El hecho de que las noticias tengan también un alcance global no cabe duda de que provoca comentarios e intervenciones de todos los lugares en los que se habla español y que se ven afectados por la noticia. Mención aparte merecen las redes sociales, la gran realización actual de la lengua en internet y por cuyos canales viaja hoy en día el idioma. El despegue del español en estas redes sociales ha sido fabuloso. Probablemente el español usado en Facebook contiene más rasgos locales, sencillamente porque con quienes mantenemos contacto en esta red social es con nuestros amigos, con los que cambiamos el registro para hacerlo más coloquial. Otra cosa es la emisión de comentarios en los muros de instituciones o marcas, donde seguramente modificamos el modo de expresarnos, incluido, claro, el léxico utilizado. Twitter, con su «dictadura» de los 140 caracteres, nos obliga a expresarnos en titulares. El éxito en Twitter se mide por el número de seguidores, de manera que resulta obligado hacerse entender de manera fácil, sencilla y neutra. Políticos, artistas y periodistas difunden sus tuits para un público español universal y necesitan ser seguidos. Es natural que usen un español también universal que no defraude a sus seguidores. La lengua escrita en internet tiene un destinatario múltiple y por eso debe usar un léxico


comprensible para todos los hablantes. Aquí no hay lugar para la entonación o el acento. Ese español global existe desde hace mucho tiempo y ahora la red se convierte en el medio ideal para su difusión. El mundo de los hispanohablantes se acerca cada vez más, a través de la prensa y de las redes sociales, por medio de la lengua escrita en internet. Ejemplos de palabras en españoles distintos: celular - teléfono móvil comida chatarra - comida basura aeromoza - azafata altoparlante - altavoz huelebicho - cobarde pelotero - futbolista (tenista…, alguien que juega con una pelota) trapear - fregar con trapo vacilar - bailar matraca - borrachera agarrar - coger

Extranjerismos Mercedes Sánchez Sánchez Una de las formas más comunes de enriquecer el léxico de una lengua es incorporando palabras procedentes de otras lenguas. A veces ocurre porque no existe la realidad que se comienza a nombrar, y otras porque se prefiere el término nuevo por razones que tienen que ver con las modas o el prestigio social o político. Estos nuevos términos se adaptan a las características de la lengua de destino. Se trata de los extranjerismos o préstamos lingüísticos. Muchos extranjerismos se han adaptado gráficamente al español con gran facilidad («champú», del inglés shampoo, por ejemplo). Sin embargo, en la actualidad, una sociedad alfabetizada en su mayor parte con grandes influencias del inglés y con gran presencia en internet propaga a través de la red las grafías originales (software) y hace que resulten familiares, lo que dificulta la incorporación de esos préstamos a la lengua con una grafía más propia. Internet es, ante todo, información. Información y comunicación que viajan fundamentalmente a través de la lengua escrita, con dudas a la hora de fijar en su código lo que manejamos de forma oral. La red multiplica los extranjerismos y estas son las palabras que mayores inseguridades crean en el emisor a la hora de elegir el modo de fijarlas en la escritura. Es frecuente, por ello, encontrar diferentes modos de escribir esos préstamos lingüísticos. Pero también es cierto que la lengua de internet incorpora los extranjerismos con absoluta naturalidad. A veces se marcan en cursiva o con comillas, porque el emisor es consciente de estar utilizando una palabra extraña a su lengua, pero otras veces no. La prensa digital, por ejemplo, recoge spoiler, «spoiler» y spoiler. Desde luego, depende del contenido digital que estemos


consumiendo. Llaman la atención, por ejemplo, los extranjerismos utilizados en los blogs de moda – por cierto, de los más exitosos en la red–, desde los que se han ido propagando con toda naturalidad términos como eShop, flyer, outlet… En realidad la transcripción de un extranjerismo resulta un problema en aquellas realizaciones más parecidas a la lengua oral (foros, redes sociales), donde la vacilación en la escritura es más frecuente. Además, en un blog, en una noticia, podemos buscar información sobre la grafía de esa palabra, pues se trata de una escritura más pausada. Sin embargo, en una rápida intervención en Twitter o en Facebook, sencillamente escribimos tal como nos «suena». Es como cuando pronunciamos por primera vez una nueva palabra en inglés y no damos con el acento adecuado. Las redes sociales propagan estos préstamos lingüísticos, desde luego, pero dificultan la fijación de una grafía: smarfon, esmarfon, smartphone… La red contribuye en gran medida a la propagación e incorporación de extranjerismos y, lejos de empobrecer una lengua, la enriquece. Parece natural, sin embargo, una adaptación gráfica del nuevo término. La Real Academia Española o la Fundéu BBVA recomiendan evitar el abuso de estos extranjerismos cuando son innecesarios, es decir, cuando existe la palabra en español (mejor «versión» que remake). La incorporación de extranjerismos es, en cualquier caso, un fenómeno natural en las lenguas que no debe censurarse.

Transcripciones y nombres extranjeros en el español Mercedes Sánchez Sánchez Hemos visto cómo se incorporan ciertos préstamos lingüísticos a otra lengua, concretamente al español, en la red. Pero con los nombres propios, topónimos y antropónimos el asunto se complica, dando lugar a múltiples grafías para designar la misma unidad. Sobre todo cuando los alfabetos en una u otra lengua son diferentes. Las transcripciones de topónimos y de nombres propios en general se convierten a veces en verdaderas pesadillas para los traductores, que quedan a la espera de una normalización del término. Si es un problema para un traductor, para un internauta el asunto resulta aún más complicado y no se resuelve ni con el paso de los años, pese a que podría presuponerse cierta tendencia a la estabilización de una u otra forma. ¿Cómo escribir en un buscador el nombre de aquel dirigente de la Unión Soviética, Nikita Jrushchov? En la red podemos encontrar, además de esta transcripción, Kruschev y Krushchev, que se acercan gráficamente al español mucho más que la primera, más fonética, sin duda. La Wikipedia recoge la primera de ellas. Internet extiende múltiples grafías para los nombres propios. Como es habitual, es la realización más cercana a la lengua oral la que multiplica las posibilidades gráficas de un nombre propio. En efecto, en Twitter podemos encontrarnos a Sarkozy pero también a Sarcosí. El número de transcripciones de nombres procedentes de otras lenguas con un sistema gráfico distinto al español debe ser enorme; se expresa, se entiende, pero será más difícil su recuperación a través de un buscador.


No es extraño encontrar en la prensa digital diferentes transcripciones para un antropónimo o un topónimo. Los libros de estilo de los periódicos intentan también fijar una grafía para los nombres propios más utilizados. Los departamentos de dudas de la Real Academia Española y de la Fundéu BBVA se esmeran en encontrar la transcripción más adecuada a los nombres propios procedentes de otras lenguas, elaborando propuestas para aquellos más utilizados, que son, por lo general, los de los protagonistas de las noticias cotidianas. Un ejemplo concreto que veíamos en nuestra web, ESTILO. Manual para nuevos medios, se refería a la palabra iPad: ¿femenino o masculino?. Podría argumentarse que es femenino porque un iPad es una tableta, pero hay quienes piensan que es masculino porque consideran que es un tablet pc. Pero es que aún queda la cuestión fonética: ¿Pronunciamos «aipad», con la fonética inglesa, o «ipad», con la española? Si optamos por «aipad», al modo anglosajón, parece más difícil emplearla en género femenino: nos cuesta decir «la aipad» igual que nos cuesta decir «la agua», aunque esta norma no siempre se aplica a las marcas (decimos «la Audi», cuando aludimos a la compañía).

Emoticonos Mercedes Sánchez Sánchez En la actualidad nos conectamos a la red a través de múltiples dispositivos, de tal modo que se habla ya de la figura del comunicador permanente, que es el que está conectado en todo momento y también el emisor continuo de mensajes, bien con SMS (cada vez menos), con servicios de mensajería instantánea o a través de las redes sociales. Esta comunicación permanente se parece mucho a la comunicación oral. Pero no va acompañada de un gesto, una entonación que ayude a comprender un texto escrito que puede resultar a veces demasiado crudo y llevarnos a confusión. Por fortuna, las lenguas se adaptan siempre al medio en el que viven, y eso ocurre también con la lengua en internet, en la red de los chats, de los foros o de las redes sociales. Desde sus inicios, la lengua escrita en la red internet desarrolló una combinación de teclas que fuera fácilmente identificable con la expresión facial: guiños, alegría, tristeza…, en determinadas combinaciones ya muy conocidas por todos. La alegría y la tristeza son sentimientos universales, por lo que se podría pensar que los emoticonos que los expresan también lo son. Pero no es así. Dependiendo de las culturas, los motivos que provocan los sentimientos son diferentes en algunos casos, por tanto, las interpretaciones de estos emoticonos pueden variar entre unas y otras. Hay estudios científicos que señalan que una cara enfadada no es lo mismo para un occidental que para un asiático. Y afirman que, en Asia, se fijan más en los ojos; por tanto, un emoticono que expresa miedo en Europa en Asia puede interpretarse como que expresa sorpresa, y uno que intenta reflejar enfado significa asco para un asiático. La razón de estas interpretaciones es, por supuesto, cultural, pues las diferentes comunidades culturales observan preferentemente distintas partes de la cara a la hora de interpretar una expresión. Eso ocurre en la comunicación real y, por ello, también en la realidad de internet. Los emoticonos


asiáticos poseen rasgos más marcados en los ojos, en la parte superior de la cara, mientras que los occidentales nos esmeramos más en subrayar una sonrisa, una carcajada…, la parte inferior, sobre todo la boca. Lo mismo ocurre con la utilización de otros símbolos; actualmente los dispositivos a través de los que nos conectamos a internet (tabletas, teléfonos inteligentes…) permiten la descarga gratuita de aplicaciones que no solo incorporan los emoticonos más habituales, sino todo tipo de símbolos que ayudan a ahorrar caracteres y a mejorar la interpretación de los mensajes. Las redes han multiplicado la comunicación entre diferentes comunidades culturales y no debe darse por supuesto que todos los emoticonos significan lo mismo en los diferentes foros o redes sociales, que son, en la actualidad, absolutamente multiculturales. Ejemplos de diferencias en los emoticonos dependiendo de las culturas: FELICIDAD

TRISTEZA

SORPRESA

Occidente

Asia

Occidente

Asia

Occidente

Asia

:-)

(^_^)

:-(

(;_; )/ (T_T)

:-o

(o.o)

Seis claves del español internacional Mario Tascón 1. Al escribir en la red, sobre todo en aquellos casos en los que se crea que la audiencia puede ser internacional, se ha de tener cuidado con el uso de localismos que puedan ser malentendidos o no comprendidos por otros hablantes. Hay que tener en cuenta que internet es, en sí misma, global, por lo que será frecuente que su audiencia también lo sea. 2. El español internacional utiliza un léxico común en su versión escrita y evita los localismos. 3. El español internacional también se denomina neutro, global, general o estándar, y se refiere a un idioma que es comprensible para todos, prescindiendo de sus rasgos locales. 4. Su uso es especialmente útil en la comunicación pública aparte de en la privada: el correo electrónico, las entrevistas a través de chats, las webs empresariales con delegaciones en otros países o la prensa digital con un alcance global, así como los tuits de famosos del mundo de la política, la cultura o el periodismo. 5. El español internacional interacciona con otras comunidades culturales, añadiendo a su vocabulario nuevos términos que antes no existían. Este fenómeno sucede en internet de forma constante y natural. Prueba de ello son palabras como spoiler y outlet. El usuario las añade por la carencia de esa misma palabra en su idioma o simplemente por moda. La Real Academia de la Lengua y la Fundéu BBVA recomiendan utilizarlos en su justa medida, priorizando las palabras equivalentes en español. 6. Los emoticonos son parte del español internacional.


EL CORREO ELECTRÓNICO Rebeca Díez Somavilla y Luis López Cuenca Estamos ante el más viejo de los nuevos medios. Junto al mensaje de texto por teléfono móvil, el correo electrónico es el «abuelo» que ha visto nacer y crecer la blogosfera, las redes sociales, los sistemas de videoconferencia, los microblogs, las wikis y todo el abanico de herramientas 2.0 que envuelven la comunicación de nuestro día a día.

La escritura epistolar. Antes y ahora ¿Escribir un correo electrónico es escribir una carta? Lo cierto es que es imposible negar la estrecha relación que existe entre ambos, el postal y el electrónico, a pesar de sus notorias diferencias. Tal y como afirmaba López Alonso en 2003, «la carta y el correo electrónico son dos géneros diferentes aunque puedan pertenecer a un mismo discurso epistolar del que ambos heredan, al menos parcialmente, algunas propiedades comunes». Encontramos ciertas semejanzas en el régimen enunciativo, en el esquema de interacción, en su funcionalidad pragmática y en la organización paratextual. La propia terminología que empleamos es una metáfora del correo postal tradicional: correo, buzón, enviar. Y el paratexto, diseñado para los entornos gráficos, también nos lleva a imágenes o iconos con referencias al correo habitual: el sobre, el papel para un nuevo correo, la dirección… A pesar de las semejanzas, percibimos el correo electrónico como un mensaje distinto dado que lo colocamos en un espacio virtual con una recepción inmediata y, por lo tanto, sus características son diferentes. En el correo electrónico acortamos los textos –dedicamos menos tiempo, tanto para su escritura como para su lectura–, los mensajes son más cortos pero también más numerosos. El intercambio de información se acelera, la interacción es más dinámica y espontánea, y en algunos casos la apertura y el cierre (el saludo y la despedida) de nuestros mensajes incluso se suprimen. Con el paso de los años y la utilización constante del correo electrónico, hemos ido autoadquiriendo licencias gráficas, principalmente en los correos personales. No repasamos lo que


escribimos y los errores que pueden cometerse al escribir en el teclado no se tienen demasiado en cuenta, ni siquiera si se trata de las denominadas «faltas de ortografía graves», aunque insistimos, como se comenta en otros capítulos, en la mala imagen que se da al cometerlas, aunque sea en un contexto coloquial. Intentamos comunicar rápidamente y la importancia se centra en el contenido del mensaje y en lo que queremos expresar. Precisamente por ello, y para enfatizar nuestro estado de ánimo y establecer una comunicación personal más íntima, repetimos constantemente ciertas grafías, las reduplicamos o alargamos en más de dos pulsaciones, los puntos, las comas, los signos diacríticos tienden a reducirse, y los interrogantes, las exclamaciones y los puntos suspensivos se multiplican para enfatizar lo que deseamos expresar: «Holaaaaaaa!!!!», «En serio?????», «Bien!!!! Nos vamos de vacaciooooooones!!!!». Esta repetición de caracteres ha sido entendida por muchos autores como un recurso para reflejar en el lenguaje escrito determinados alargamientos característicos de la expresión oral o bien para representar el énfasis que se da a una sílaba determinada y, por lo tanto, a la palabra o al concepto. Hemos adquirido determinados hábitos y licencias porque el correo electrónico no permite que nuestro interlocutor perciba nuestro estado de ánimo en tiempo real; el ejemplo más gráfico es el uso de los emoticonos. El correo electrónico es mucho más rápido que el postal, permite acelerar nuestros procesos comunicativos interpersonales y acceder a un gran número de personas simultáneamente. Es un medio asincrónico porque rompe las barreras espaciotemporales y otorga un alto grado de interactividad, dada la constante y continua retroalimentación entre el emisor y el receptor. Sin embargo, a finales del siglo pasado el correo electrónico era aún un sistema de comunicación novedoso que, para ser efectivo, dependía de la convivencia con otros medios. Enviar un correo electrónico a un organismo o a un medio de comunicación suponía, además, realizar una llamada telefónica para advertir del envío del mismo, y asegurarnos así de que el contenido se leyera. Ha facilitado la comunicación y no ha provocado la desaparición de otros medios de comunicación –como algunos preveían–, pero sí ha condicionado sus usos. No ha sustituido (al menos no completamente) ni al fax, ni al teléfono, ni a la carta. Seguimos enviando un fax para determinadas gestiones administrativas o llamando por teléfono a un amigo para compartir algo con él. Y sí, seguimos utilizando el correo postal –para invitaciones a actos, felicitaciones navideñas, postales de viajes, avisos de la Administración Pública o cartas de agradecimiento–. La riqueza del correo electrónico es que también puede utilizarse para escribir un mensaje como si fuera una carta tradicional. La plasticidad de la herramienta y su asimilación por parte de los usuarios ofrecen muchas posibilidades; dependiendo del mensaje, el destinatario, el tema tratado y los objetivos, el empleo de esta herramienta puede variar. Por contra, tener miles de contactos a golpe de clic implica estar expuesto a un bombardeo de mensajes irrelevantes que pueden mermar nuestra productividad si no sabemos gestionar correctamente las diferentes direcciones de correo de las que disponemos, los filtros, las carpetas o la libreta de direcciones. Enviar un correo electrónico hoy es una actividad cotidiana, e incluso necesaria tanto en el


ámbito personal como profesional. Llegamos a la oficina y lo primero que hacemos es revisar nuestro correo, que mantenemos abierto durante muchas horas y consultamos frecuentemente. De hecho, del tiempo total que pasamos delante de nuestro ordenador, casi un 25 % lo dedicamos a revisarlo. Actividad que puede llegar a convertirse en una obsesión; el correo electrónico transmite una sensación de que algo está pasando, de urgencia, que se potencia por el hecho de que el orden de recepción de los mensajes entrantes sea cronológico en lugar de estar determinado por su relevancia. A lo ya comentado hay que añadir el denominado síndrome del mensaje fantasma –generado por la conexión permanente a internet que posibilita el uso de dispositivos móviles–, que consiste en la constante sensación de estar recibiendo mensajes cuando estos avisos (sonoros o de vibración) no se están produciendo a través de cualquiera de las múltiples plataformas disponibles desde un teléfono: SMS, WhatsApp, correos electrónicos, Facebook, Twitter, llamadas... O, como comentaba Cristina Castro, el síndrome de Diógenes llevado al correo electrónico, consistente en guardar todos los mensajes («basura» incluida) que llegan al correo.

Por qué escribimos correos electrónicos Hemos sintetizado las razones más evidentes, pero se podrían añadir muchas más, dependiendo del usuario: Es el medio nuevo más popular. (Casi) todo el mundo usa el correo electrónico y eso democratiza las conversaciones. Su funcionamiento, el básico al menos, está asimilado ya por una gran parte de la población. Ha traspasado generaciones. En un porcentaje alto es el único sistema de comunicación de internet utilizado por personas mayores de 50 años. Es menos intrusivo que la mensajería instantánea o las llamadas telefónicas. Sigue siendo el medio más útil para dar el primer paso en el establecimiento de la comunicación con un desconocido. Permite, de manera sencilla, mantener diferentes direcciones de correo electrónico que determinan un primer filtro en nuestros contactos. Según el perfil, nos relacionamos con la persona u organización desde una dirección u otra, definiendo en gran medida nuestra relación y facilitando el archivo y el control de nuestras conversaciones y comunicaciones. La facilidad de uso y el aumento de su capacidad año tras año lo convierten en una de las mejores opciones para compartir archivos. Es posible llegar a una o miles de personas con un solo clic. Su versatilidad. El correo electrónico puede utilizarse como una carta, pero también como un sistema para compartir archivos, para mantener una conversación rápida –mensajería instantánea– y como una plataforma para gestionar la agenda. Algunos números:


En el 2011 había 3.100 millones de cuentas de correo electrónico en el mundo. El 25 % de las cuentas de correo son de empresa. Un típico usuario corporativo recibe y envía 105 mensajes diarios. Se envían 2,8 millones de correos electrónicos por segundo (el 90 % de ellos son spam y mensajes con virus). Fuente: Radicati Group, 2011 (http://goo.gl/LGWnT).

El correo electrónico frente a otros medios Ante los numerosos canales de comunicación que tenemos actualmente, es bueno detenerse a pensar qué medio utilizar y por qué. Recordemos a McLuhan y su «el medio es el mensaje». La forma del mensaje y el medio por el que se envía tienen un gran impacto sobre lo enviado. El hecho de escoger uno u otro debe pretender una comunicación lo más eficaz y eficiente posible. Se persigue que: 1. 2. 3. 4.

el mensaje llegue al destinatario deseado, llegue lo antes posible, sea respondido satisfactoriamente y en el menos tiempo posible, el medio escogido sea cómodo y, si es posible, gratuito.

Por tanto, debemos plantearnos y decidir qué método utilizar para enviar según qué mensaje a según qué persona. El recurso fácil es el del espejo: responder a un mensaje por el mismo canal por el que se ha recibido (por ejemplo, si la comunicación se inicia en Twitter, continuamos en este medio). Pero, ¿qué ocurre cuando somos nosotros quienes tenemos que dar el primer paso? La elección del correo electrónico, la llamada telefónica o un mensaje de Facebook no es aleatoria. Debemos pensar y valorar diferentes aspectos: la naturaleza del mensaje, a quién se lo enviamos, cuáles son (si los conocemos) los hábitos de uso de los canales mencionados, cómo es nuestra relación con esa persona, en qué día y en qué momento del día estamos, etc. Dave Coplin, director del grupo de Envisoneers de Microsoft, apuesta por la convergencia de medios: Tendremos esta plataforma universal de comunicaciones que significa que si estoy hablándote en Facebook, Twitter, por correo electrónico o en la plataforma que sea, todo se presentará como un hilo conductor común. Por eso, te importará poco el canal en que estén las personas con las que hablas, pues la comunicación fluirá.

Y concluye:


La clave para mí es disipar el mito que muchos de los entusiastas seguidores de las redes sociales quieren hacer creer: que el correo electrónico está muerto. Para mí es el síndrome del centavo brillante (cuando alguien cambia de tema bruscamente porque ve algo distinto que le llama la atención, aunque sea de poca importancia). […] Todo tiene su lugar y es realmente importante entender cuál es la herramienta adecuada para trabajar.

El silencio A veces se nos olvida que no todos los correos electrónicos merecen o deben tener respuesta. No hay que responder a los que solo tratan de informar, ni a los correos comerciales, ni a algunas invitaciones (si no lo piden expresamente), ni a los insultos o amenazas… Por ello, es una forma de cortesía añadir las palabras «No reply» o «No se requiere respuesta», para advertir al receptor de que no se sienta obligado a responder, y que incluso, en caso de responder, es probable que su respuesta no sea tenida en cuenta. No hay nada más molesto que una ristra de correos electrónicos infinitos donde los agradecimientos, palabras de cortesía, parabienes y elogios alargan la vida de la comunicación de manera innecesaria. No hay que tener siempre la última palabra y, como hemos dicho, no es necesario contestar a todo. Con respecto a este tema, es preciso tener en cuenta que en ocasiones puede considerarse una falta de educación tardar mucho en responder. En el caso de que no tengamos la respuesta y vayamos a tardar en contestar, lo ideal es enviar un mensaje al emisor avisando de la recepción del correo y de la razón por la que tardaremos en responder. Otro tema es el silencio provisional, es decir, tardar un poco más de lo normal en responder a un correo electrónico cuando es necesario meditar la respuesta, por ejemplo porque nos hayamos sentido heridos u ofendidos con un mensaje recibido; ante una situación difícil es preferible no responder en caliente sino, meditar la respuesta con calma.

Elementos del correo electrónico Es habitual pensar mucho las palabras adecuadas para el cuerpo del mensaje o para el saludo inicial, pero se presta poca atención a las partes que involucran a nuestros destinatarios. Los usuarios tenemos a nuestra disposición decenas de opciones en nuestros correos que finalmente no se utilizan o se usan erróneamente. A continuación se analizan la función y la utilidad de los principales campos que completamos cuando escribimos un correo electrónico.

Para En este campo debemos incluir los contactos a los que consideramos como destinatarios principales de nuestro mensaje. Si incluimos a mucha gente, se reduce el carácter exclusivo del mensaje, nadie se siente obligado a responder, y es probable que no obtengamos respuesta de ninguno.


Por otro lado, no debemos repetir un mismo contacto. Algo muy habitual es remitir un mensaje a varias direcciones de correo de una misma persona, por lo que será «interrumpida» varias veces con el mismo mensaje. Es fácil molestar a quien no le interesa o no le incumbe el mensaje incluyéndolo en el mismo, y es posible que el destinatario nos bloquee o simplemente nos ignore cuando reciba un correo nuestro si insistimos en enviar temas que no le interesan. Por lo tanto, antes de enviar un mensaje asegurémonos de que el correo es Para los que están incluidos. Un error muy común, provocado por el autocompletado que ofrecen muchos sistemas de correo electrónico cuando se responde a un mensaje, es usar el campo Cc como el de Para y viceversa. Para diferenciarlos hazte estas preguntas: ¿A quién va dirigido el mensaje? (Para) y ¿quién quieres que simplemente conozca el mensaje? (Cc). Cuando se comparte un mensaje con varios destinatarios es preciso ser consciente de que se están haciendo públicas las direcciones de personas que puede que no deseen que otros las conozcan. El lado positivo de esta mala práctica es que con largas listas de contactos se puede actualizar la agenda con nombres que hubieran sido difíciles de obtener por otro camino. Hay que tener cuidado con los nombres que se asocian a los contactos en la agenda. Muchos servicios de correo electrónico muestran, además de la dirección del contacto, el nombre que el remitente del mensaje le ha dado a esa dirección al incluirlo en la agenda de contactos. Lo recomendable es asociar la dirección con el nombre y apellidos de la persona, o, si procede, con el nombre de la empresa, pero no con apodos, nombres de pila o calificaciones añadidas que pueden llevar a que se produzcan ejemplos como el siguiente: Para: «el tío bueno de ojos azules» <fulanitopérez@miemail.com> Cc: «jefazo» <jmartin@despachodeabogados.com> Asunto: Resolución oferta de trabajo De: rrhh@despachodeabogados.com Buenos días, Tras valorar su excelente currículum, nos gustaría incorporarle a nuestra compañía. Próximamente le convocaremos para la firma del contrato. Atentamente, Sra. González (RR.HH.)

Cuando enviamos un mensaje a varios contactos podemos ordenar su inclusión en él por jerarquía, interés o responsabilidad en el tema tratado, por puro orden alfabético o por grado de confianza. Se recomienda enviar el mensaje a la mejor dirección y en el momento del día óptimo para que este tenga más probabilidades de ser leído y sea respondido de la manera más eficaz. La mayoría de los usuarios de correo electrónico tiene varias direcciones, y algunas de ellas ya no se usan o solo en momentos del día diferentes. El tipo de mensaje debe ser apropiado al uso que nuestro contacto le da a cada dirección (personal, profesional, de empresa, universidad…). Es lógico


pensar, por ejemplo, que, si le enviamos un mensaje al correo de la universidad a un profesor un sábado por la noche, las posibilidades de que nos conteste son menores que si lo hacemos un martes por la tarde cuando sabemos que no tiene clase y está en su despacho. A veces se nos olvida que las rutinas de trabajo y tiempo libre son bastante similares, por lo que no es tan difícil acertar. Por otra parte, el nombre de la dirección puede decir muchas cosas. Informa sobre la persona (no es lo mismo migueldecervantes@hotmail.com que miguel@hotmail.com, o que elmancodelepanto@hotmail.com), sobre una organización o empresa a la que perteneces (migcer@upv.es), e incluso puede dar pistas sobre el cargo o el departamento (redaccion@quijote.com).

Cc (Copia de carbón o Con copia) El Cc corresponde al inglés carbon copy, que hemos venido a traducir como copia de carbón, pero que realmente hace referencia a los papeles de calco, es decir, a duplicar la información al escribir en una hoja con este sistema. En el correo electrónico, en el campo de Cc se incluyen aquellos contactos que queremos que conozcan el contenido del mensaje, pero que no son el destinatario principal de él. Tiene menos compromiso de respuesta que el Para y posiblemente menos responsabilidad en el tema tratado. Cabe recordar que los contactos de este campo son visibles para el resto de los destinatarios; son como testigos que pueden intervenir en la conversación. Muchos usuarios se sienten en la obligación de responder cuando reciben correos como Copia de carbón y en muchos casos no es necesario. Por lo tanto, no es suficiente con pensar a quién se quiere incluir en la conversación, sino qué papel se desea que desempeñe en ella. Además, los papeles que adoptamos no son eternos. Un contacto no tiene por qué estar en Cc durante toda la conversación. Una vez se comprueba que su inclusión no es necesaria, se puede (incluso se debe) eliminar para evitar molestias o que reciba información que ya no le compete. Por otro lado, si finalmente cobra relevancia su papel, puede ser añadido en Para elevando su estatus en la conversación. Conocer bien cada campo es fundamental tanto a la hora de asignar uno u otro al destinatario como cuando es necesario interpretarlos. Por ello es conveniente advertir a los destinatarios del campo Para (incluso pedir permiso antes) de que se agrega a gente en la conversación. Y lo mismo con las propias personas que se van a incluir, puede ser molesto estar en conversaciones en las que no se tiene por qué estar.

Cco (Con copia oculta) La Cco (Bcc en inglés: blind carbon copy) es la fórmula más peligrosa para incluir a alguien en la conversación. Se le añade en el envío del mensaje y recibe una réplica del correo electrónico que se manda a otra u otras personas sin que los destinatarios lo sepan. Es muy tentador incluir a contactos en Cco, pero es preciso tener en cuenta la razón por la que no se quiere que se sepa que esa persona está informada. No es recomendable hacerlo dentro de una empresa u organización, ya que no es adecuado hablar


a espaldas de compañeros o mandos superiores y/o inferiores. Puede ser útil para incluir a un compañero o jefe de departamento cuando se envía un mensaje a un jefe superior, demostrando así la confianza en la persona, y también para que los compañeros o jefes conozcan el desarrollo de un proyecto a través de las conversaciones mantenidas con un cliente. Los problemas pueden surgir cuando alguien a quien se envía un Cco contesta con Responder a todos: tanto su respuesta, que puede ser despectiva o «demasiado» sincera –ya que él cree que solo está respondiendo a su remitente de confianza–, como el hecho de que estaba incluido de manera oculta en la comunicación quedarán expuestos a todos.

Responder, Responder a todos, Reenviar No es lo mismo Responder que Responder a todos. Si se responde a todos se puede estar compartiendo una información con contactos que uno mismo, el remitente principal o los destinatarios no quieren que reciban. Y un fallo muy habitual en correos entre varios contactos es Responder solo a la persona que envía el correo electrónico dejando sin respuesta al resto de los miembros de la comunicación incluidos en la conversación, lo que supone una pérdida de información y de tiempo. Para evitar malentendidos y posibles problemas existe la alternativa de Reenviar. Toda la conversación se comparte con un tercer contacto. Por ello, en caso de hacerlo, siempre hay que advertir a los contactos previos con quién se comparte la información e incluso es recomendable preguntar y pedir permiso –recordamos que la conversación, independientemente de quién la haya iniciado, es de todos los participantes–. Esto mismo es aplicable para la acción de reenviar archivos adjuntos. Si se reenvía o continúa una conversación, no es aconsejable cambiar lo escrito anteriormente por los otros interlocutores. Se puede modificar algo el texto, pero asegurándose de no cambiar el sentido del mensaje. No olvidar que cualquier mensaje o archivo puede ser reenviado ayuda a mantener la prudencia a la hora de compartir información y opiniones. El texto y el significado de un correo electrónico son muy fácilmente manipulables; se puede editar el texto cambiando, eliminando o añadiendo nuevas frases sin dejar rastro. La información que se quiere preservar es preferible enviarla como adjunto en PDF. Otro problema en las respuestas del mensaje surge por la propia naturaleza del correo electrónico como medio rápido y casi inmediato. La mayoría de los servidores permiten la opción de que la respuesta a los mensajes aparezca en el orden cronológico de una conversación: el último mensaje queda al final; sin embargo, esperamos verlo al inicio del mensaje, nada más abrirlo, e incluso nos resulta molesto tener que desplazarnos hasta el final para leerlo. Actualmente, estamos acostumbrados a que la última respuesta aparezca la primera. Otro modo de responder es intercalar el texto en el mensaje original después de cada párrafo o tema tratado. En este caso es recomendable avisar a la persona de que se ha respondido de este modo e incluso hacerlo visible cambiando el color del texto o usando la cursiva. Y aún podemos complicar más nuestra comunicación si el mensaje se alarga y las respuestas se suceden; es más adecuado


iniciar de nuevo un mensaje electrónico e incluso cambiar el texto del Asunto. Por último, es conveniente no abusar de la solicitud automática de confirmación de recepción porque resulta pesado y no garantiza al emisor la lectura de su correo.

Asunto Es la parte más importante del mensaje. En unas pocas palabras hay que ser capaz de resumir el contenido u objetivo de un correo electrónico. Es el campo que sirve para contextualizar el mensaje y elaborar una hipótesis sobre su contenido de manera rápida y concisa. En los ambientes laborales, en los que se valoran enormemente los procedimientos que ayudan a ganar tiempo, la funcionalidad del Asunto como resumen del texto se prioriza, dado que los correos electrónicos además pueden conservarse como registro de la actividad. Debe reflejar el contenido completo del correo, procurando dar la mayor información posible sobre el mismo al interlocutor. Es necesario huir de lo general y lo retórico, y centrarse en lo específico y descriptivo. Un Asunto como «Resumen reunión con dto. Marketing» es más aclaratorio y útil para el remitente que otro en el que solo ponga «Reunión». Los correos se amontonan en la bandeja de entrada y la única manera de que un mensaje destaque y sea considerado prioritario es ofrecer la línea de Asunto más completa, dar todas las pistas posibles al que lo recibe para que decida, con solo leer el Asunto, si abre o no nuestro mensaje. Por otro lado, no hay nada más molesto y decepcionante que abrir un mensaje cuyo Asunto incluye las palabras «urgente», «atención» o «importante», y que luego sea una broma o mucho menos trascendental de lo apuntado, sobre todo en los correos profesionales. La primera consecuencia de generar expectativas falsas de esta forma es que la atención que se preste a tus correos electrónicos se reducirá drásticamente. También es recomendable actualizar el texto del Asunto. Es habitual que una conversación se inicie tratando de una venta y se termine hablando del último informe de Recursos Humanos. Y del mismo modo, cuando se cambie de tema, o este haya caducado, es preferible iniciar un nuevo mensaje con un Asunto diferente y no abusar de la opción Responder.

Archivos adjuntos Antes de adjuntar nada hay que pensar si es necesario hacerlo. Es posible que la información del adjunto se pueda incluir en el propio bloque de texto del correo electrónico, o bien facilitando un enlace del contenido alojado en la web o compartiendo un documento en línea almacenado en la nube (en informática, es el espacio de almacenamiento en un servidor informático centralizado al que el usuario sube archivos: imágenes, documentos o vídeos, y al que se puede acceder desde cualquier dispositivo con acceso a internet). Para enviar adjuntos que «pesen» poco y no tener problemas con fuentes o imágenes, es recomendable enviar archivos en PDF; y para los vídeos y las fotos, abrir cuentas en repositorios, como Flickr o Youtube, o alojarlos en un servidor propio, para poder compartir estos contenidos a través de enlaces incluidos en los correos. Es aconsejable enviar adjuntos que «pesen» lo menos posible y en formatos habituales y


universales para que puedan ser abiertos sin problemas.

Comienzos y finales El saludo inicial es clave para establecer la relación que se tiene, o se quiere tener, con el interlocutor. Debemos valorar a quién o quiénes nos dirigimos; este primer paso puede ser decisivo para establecer el tipo de comunicación. Es conveniente fijarse en cómo se dirigen a nosotros y, en la respuesta, emplear la misma fórmula. Si para el destinatario somos el Sr. López, no será muy cortés dirigirnos a él como Pepito. Por cierto, cuando se rebaja el nivel protocolario y se establece el tratamiento cercano con tuteo o nombre de pila, ya es difícil y poco recomendable volver al tratamiento formal (con, por ejemplo, Sr. o Sra.). «Estimado», «Querido» o simplemente «Buenos días» pueden ser comienzos apropiados, e incluso se puede prescindir del saludo o comienzo (especialmente entre personas cercanas), sobre todo cuando se usa el correo electrónico como chat, en una conversación activa que no requiere un inicio y un final. Es preferible presentarse al inicio del mensaje si es la primera vez que nos comunicamos con alguien o lo hacemos muy de vez en cuando, de manera que nuestro destinatario pueda identificarnos por nuestro nombre o por el papel que cumplimos en la comunicación: cliente, compañero de empresa, proveedor, alumno, amigo de un amigo… En definitiva, debemos asegurarnos de que el destinatario nos identifica. Por otro lado, y dado que la dirección de correo electrónico puede no informar de quiénes somos, además de la presentación, es conveniente utilizar la firma. Con las despedidas y los saludos finales ocurre algo similar. «Atentamente», «Saludos», «Un abrazo»… suelen ser las expresiones más adecuadas y pocas veces fallan. El correo electrónico ha contribuido a la eliminación frecuente de las fórmulas de cortesía al principio y al final de los mensajes por la brevedad de los textos, por lo que es conveniente no utilizar saludos caducos o excesivamente formales como «Muy señor mío» o «Su seguro servidor». No podemos olvidarnos de los agradecimientos. A todos nos gusta ver reconocido nuestro trabajo y el tiempo empleado en él. Sin embargo, es recomendable ser precavido y no exagerar ni alargar excesivamente el intercambio de agradecimientos. La firma cierra el mensaje y es un elemento importante. Si el remitente ofrece suficiente información en la dirección de correo y el cuerpo del mensaje, ya estará identificado. Podemos utilizar la firma que tengamos configurada en el sistema de correo y que aparece por defecto, o usar un tipo cada vez, dependiendo de la relación que se establezca con la persona a quien escribimos. Es muy útil incluir un bloque de firma, la mayoría de los servicios de correo electrónico permiten personalizarla e incluirla automáticamente. Entre otros datos, el bloque de firma suele incluir: Nombre completo de la persona y cargo que desempeña en la empresa. Nombre de la organización. Teléfono y correo electrónico de contacto. Dirección postal. Logo y página web de la empresa.


Cada vez es más habitual incluir enlaces de las cuentas en redes sociales de la empresa y el firmante.

Cuidar la escritura Con el correo electrónico se suele escribir más que antes y, por tanto, es importante cuidar la forma y el estilo: en muchas ocasiones es la primera imagen que proyectamos de nosotros mismos hacia los demás. Por muy bueno que se sea en el desempeño del trabajo, un correo electrónico lleno de faltas de ortografía (¡cuidado con los correctores y traductores automáticos!), un uso innecesario de mayúsculas, una gramática o sintaxis incorrectas o un léxico pobre pueden desgastar la buena imagen que el trabajo proporciona. Y las excusas de la premura, la gran cantidad de correos que hay que escribir y la «manga ancha digital» que se nos presupone a todos en los nuevos medios no son válidas. Hay que procurar escribir lo mejor posible. En los correos profesionales, hemos de ser aún más cuidadosos, tal y como sostiene Teresa Baró. Se ha de mantener una relación cordial a la vez que profesional y con un trato personalizado. La respuesta rápida y exhaustiva de todos los correos de los que somos destinatarios contribuirá a dar una imagen de empresa eficiente. Si, como comentábamos, el correo electrónico es una «carta de presentación», tendremos que revisar todos los mensajes antes de enviarlos –su puntuación, gramática y ortografía– y comprobar el contenido completo antes de dar a la tecla de enviar. Asimismo, confirmaremos si el documento al que hacemos alusión se ha adjuntado, ya que suele ser un olvido más que habitual. También es conveniente recordar que lo importante es que se lea y se comprenda el mensaje. En demasiadas ocasiones el uso de un tipo de fuente particular, el subrayado, los tamaños de letra o los colores pueden desviarnos de esta premisa y volverse en contra nuestra. Es mejor no abusar; muchos usuarios no tienen configurada la lectura de correo para aceptar colores, tipografías y tamaños de letra, por lo que perderán esa información. También ocurre con la lectura en algunos dispositivos móviles, solo nos presentan el texto, obviando la maquetación. Por otro lado, el esfuerzo que requiere en ocasiones la descodificación de las abreviaturas y palabras cortadas de los mensajes cortos de teléfonos móviles (SMS) no debe trasladarse a los correos electrónicos. El empleo de este sistema de eliminación de letras sin pérdida, en principio, del significado de la palabra no se justifica en el correo, debido tanto a la no limitación del número de caracteres por mensaje (en los SMS suele ser de 160) como a que solemos encontrarnos ante un teclado informático que favorece la correcta escritura y a que un correo electrónico no se redacta con la familiaridad y urgencia del SMS. Algunas recomendaciones para redactar los mensajes de un correo electrónico son las siguientes: Escribir negro sobre blanco. Determinados colores tienen su significado (el azul es el más habitual para señalar hiperenlaces y el rojo para corregir) y escribir en muchos tonos puede distraer y entorpecer la lectura.


Tamaño de fuente del 12. Es el que usan por defecto la mayoría de los servicios. Evitar las mayúsculas, ya que cuando las empleamos ESTAMOS CHILLANDO. Además de ser molestas, dificultan la lectura porque no estamos habituados a ellas. No abusar de las negritas y las cursivas, para que no pierdan su excepcionalidad. El subrayado puede confundirse con un hipervínculo. Escribir con fuentes comunes que puedan ser reconocidas por cualquier sistema. Un correo de más de 50 líneas (tres párrafos) se considera excesivo. Si realmente necesitamos más extensión, quizás sea conveniente enviar un adjunto y resumir en el bloque de texto del correo electrónico la información que se adjunta. Dedicamos mucho tiempo al correo, pero la saturación actual hace que leamos los mensajes rápidamente e incluso mientras estamos realizando otras actividades. Escribamos mensajes concisos, claros y escuetos. Los emoticonos son una representación gráfica del tono o carácter del que queremos dotar a nuestro texto. Son muy populares y su uso es constante entre la mayoría de los usuarios. Dicho esto, no debemos abusar y es recomendable no recurrir a ellos en ambientes profesionales o con personas con las que no tengamos suficiente confianza. Gramaticalmente hay dos reglas básicas: la redacción sencilla, corta y repetitiva da énfasis a lo que escribimos; y las frases complejas, llenas de oraciones subordinadas, variando el ritmo, suavizan el mensaje. El mal uso de la puntuación puede dificultar la lectura del texto o directamente cambiar el significado de una frase. Es conveniente tomarse el tiempo necesario para valorar el listado de personas a las que se envían correos largos y/o personales; se puede incluir la palabra EXTENSO o LARGO para que los destinatarios decidan si lo leen en el momento de recibirlo o más tarde.

Las emociones La escritura, y por ende el correo electrónico, es una gran transmisora de emociones. Es fácil dejarse llevar por los estados de ánimo de cada momento o volcar los propios sentimientos en la pantalla blanca, pero es preciso tomarse el tiempo necesario y valorar una serie de elementos a la hora de escribir. Lo ideal es evitar escribir enojado, es difícil ser justo y realista movido por la ira. Por tanto, si lo hacemos, tenemos que sopesar si el posible daño directo y colateral merece la pena. Una buena solución puede ser avisar a la otra persona de que no estamos de acuerdo en algo y que lo conveniente es concertar una cita para aclararlo personalmente. O, como habíamos mencionado anteriormente, dejar pasar un tiempo prudencial para apaciguarnos y responder más fría y objetivamente. Debemos tener la capacidad de entender las cosas en su justa medida, ya sea como emisor o como receptor. En este caso, los correos que persiguen provocar al destinatario no deben responderse, o al menos no en el mismo tono agresivo, para no continuar o aumentar la provocación.


Una regla de oro: sé conservador en los mensajes que envías y liberal en los que recibes. El sarcasmo es otro de los recursos que deben emplearse con cautela en un correo electrónico, especialmente en el entorno profesional. No todo el mundo tiene la capacidad o la información necesaria para comprender la intención sarcástica o irónica en la comunicación escrita, es probable que el destinatario no nos conozca lo suficiente para captar nuestra intención, y si a esto añadimos que no puede vernos la cara o los gestos, será difícil que nos entienda. Lo mejor es la prudencia, tener en cuenta las diferencias culturales, los estilos de escritura, las normas sociales, etc., que varían según el contexto, los países o los entornos. No hay que dar por hecho que personas diferentes a nosotros van a entender nuestra ironía, los juegos de palabras o el doble sentido de algunas expresiones.

Tiempos de respuesta Todos queremos que nos respondan rápidamente, pero nuestros mensajes no son siempre urgentes. Si no se recibe una contestación en pocos minutos, no significa que nos estén ignorando y no deberíamos ofendernos. Aunque se puede responder a los mensajes instantáneamente –y más ahora con los dispositivos móviles–, no siempre estamos conectados y algunas personas reciben tal volumen de correspondencia que no pueden atender a todo el mismo día o necesitan más tiempo para dar la mejor respuesta posible. No existe una regla estricta sobre el tiempo de respuesta adecuado para un correo electrónico; aunque lo ideal sería que no pasara más de un día, sin incluir los fines de semana, dependerá del uso que hagamos de este medio de comunicación. Si la importancia del mensaje lo justifica y no se puede dar una respuesta correcta en ese momento, es preferible contestar rápidamente al remitente avisando de que se ha leído el mensaje y que se responderá más adelante. Cuando se va a estar desconectado, por la causa que sea, se puede configurar el servidor de correo electrónico para que, al recibir un correo, envíe un aviso de notificación indicando la fecha, una dirección alternativa de envío del mensaje, o un número de teléfono, aunque, sin estos datos, el mero aviso de ausencia ya indica la imposibilidad de contestar. Los correos incluyen el día y la hora en que se han enviado, aspecto que puede ser más importante de lo que se piensa. Independientemente de cuándo sea leído, el que recibe un mensaje sabe el momento exacto en que se envió, por tanto, debemos asegurarnos de que el huso horario que incluye nuestro sistema de correo es el adecuado. Además, hay que tener presente los husos horarios de los diferentes continentes, en América duermen cuando se trabaja en Europa y viceversa. Hay horas o días en los que resulta chocante que se envíe un correo de asunto laboral, por ejemplo durante la madrugada o en días festivos. Este dato nos informa de que el emisor está trabajando cuando debería estar descansando, lo que puede ser beneficioso o no, dependiendo del caso. Lo importante es ser conscientes de que la hora y el día vienen marcados en el correo, para tener en cuenta si esto nos puede afectar o no.


El correo comercial El correo comercial está más ligado al ámbito publicitario, ya que envía mensajes desde un buzón destinado a emitir publicidad de manera masiva. Persigue informar sobre un producto o servicio e incitar al consumo, aunque, en ocasiones, propone un intercambio comercial entre emisor y receptor. Muchos de estos mensajes se encuentran estandarizados y se distinguen fácilmente por su diseño y configuración, ya que forman parte de las campañas de mail marketing y tienen unas características concretas: el emisor está correctamente identificado y es conocido, el contenido es de interés para el destinatario, el asunto es directo y explícito, los campos Cc y Cco no se han utilizado y, si todo es correcto, el remitente puede darse de baja de manera sencilla, con un solo clic. Este tipo de mensajes no requiere, habitualmente, ninguna interactuación, es decir, no es necesario contestar. Otra opción es la del correo comercial personalizado. En este caso una persona, generalmente un comercial de una empresa, nos envía un correo específico en el que nos presenta un producto y solicita concertar una visita. Cuando estos correos están muy personalizados, es decir, cuando el remitente ha procurado saber quiénes somos para hacer una propuesta pensando en nosotros, sí deberían obtener respuesta, aunque simplemente fuera de agradecimiento.

Boletines de noticias o newsletters A la difusión comercial a través del correo electrónico hay que añadir los boletines de noticias, en inglés newsletters, que ofrecen amplia información sobre los productos o servicios de una empresa. Se envían bajo autorización del destinatario a un público objetivo muy concreto, tienen una frecuencia apropiada, con un título determinado y un contenido de interés. El boletín electrónico, como destaca Álvaro Mendoza, tiene muchas ventajas: Velocidad en la entrega. Facilidad en la elaboración, distribución y mantenimiento. Genera confianza y credibilidad sobre el producto y facilita la construcción de marca (branding). Coste operativo bajo. Posibilita la conversión de clientes potenciales en consumidores finales y la fidelización de los que ya son clientes. Prueba ofertas. Para crear un boletín de calidad, se ha de conocer y definir muy bien el perfil de los suscriptores, diseñar la estrategia y los contenidos de la publicación. La mayoría de los boletines cuentan con secciones que se asemejan a las de los medios impresos, como las revistas, pero que ofrecen un valor añadido: la respuesta del cliente, la comunicación más fluida y directa con la empresa emisora.


El spam El spam o correo no deseado no es tan antiguo como el correo electrónico, pero tiene ya más de 20 años y todos los usuarios alguna vez lo han recibido, quizás sin saber muy bien de qué se trataba. Los spams son correos electrónicos no solicitados que se envían masivamente para ofertar o despertar el interés de un producto o servicio. Nada tienen que ver, por tanto, con el boletín o el correo comercial, al cual nos suscribimos por voluntad propia. En este caso el remitente es totalmente desconocido o, incluso, puede no existir, el correo nos supone una molestia porque no lo hemos solicitado y el asunto suele ser engañoso y nada tiene que ver con el contenido. Pero ¿qué significa realmente spam? La palabra spam es la abreviatura de Spiced Ham, un producto de carne enlatada de muy baja calidad que llegó a Estados Unidos en 1937. Por su precio, alcanzó una rápida difusión en el mercado americano. La cima de su popularidad fue retratada cómicamente en un sketch del grupo británico Monty Python en 1970: un grupo de vikingos entra en una cantina británica y trata sin éxito de pedir una combinación de alimentos que no incluya spam, es decir «algo no deseado». Esta palabra, aquella carne de cerdo barata, inspiró a Joel Furr para bautizar el envío masivo de información no solicitada en la red, en marzo de 1993, como spam. Actualmente, se calcula que entre el 60 y el 80 % de los correos electrónicos que se envían son spam, varios miles de millones de correos electrónicos por día. ¿Cuál es nuestro gran problema con el correo no deseado? Que es muy difícil darse de baja de este tipo de correos electrónicos y cuando se consigue no siempre es efectiva. Existen filtros automáticos antispam que están pensados para que no nos lleguen mensajes indeseados; los podemos configurar en nuestro sistema de correo electrónico de forma que analicen el contenido de los mensajes buscando, por ejemplo, palabras como rolex, viagra o sex (típicas en mensajes no deseados) y que no nos llegue ningún correo que incluya estas palabras, o que directamente lo envíe a la basura. En ocasiones esta medida supone un problema, porque también se eliminan mensajes que pueden no ser spam. Otra medida es crear listas negras en las que se incluyen direcciones de correo electrónico que se consideran emisoras. Se puede configurar el filtro antispam teniendo en cuenta usuarios concretos, palabras o listas negras. Como hemos visto, son millones los que circulan diariamente por la red, y se pueden clasificar en diferentes categorías: Spam con fines comerciales. Son los pioneros y tratan de ofrecer algún producto o servicio a un precio inferior al del mercado. Algunos violan las leyes de propiedad intelectual, las patentes o las normativas sanitarias. Los bulos. Son mensajes con un contenido falso o engañoso que se envían de forma encadenada y, además, nos piden que prosigamos la cadena de envío. Son mentiras sobre injusticias sociales o bulos atractivos sobre fórmulas para conseguir el éxito en nuestra vida. Cuidado con estos mensajes porque buscan captar direcciones de correo electrónico para utilizarlas posteriormente.


Spam con fines fraudulentos. Puede utilizarse para realizar estafas cibernéticas.

Aspectos legales Puesto que el correo en internet no es completamente seguro, no es conveniente poner en un correo electrónico algo que no escribiríamos en una carta. El primer caso de despido por un mal uso del correo electrónico tuvo lugar en 1992 en la agencia William Morris de Los Ángeles ( EE. UU.): se despidió a seis trabajadores que reenviaron mensajes en los que se burlaban de altos ejecutivos. Nunca deben enviarse ni reenviarse cadenas de correos electrónicos, falsas alarmas de virus, etc. Resulta molesto y, si se hace, el servidor de correo puede ser incluido en una lista negra, de modo que muchos servidores se negarán a aceptar mensajes que procedan o hayan pasado por él. Incluso si no tienen carácter publicitario, los envíos masivos y no solicitados de convocatorias, noticias, etc., también se consideran correo basura. Escribir correos a varias personas dejando a la vista las direcciones puede ser un gran error y, además, caro. En 2007, una ciudadana española pagó una multa de 601,01 euros por haber dejado a la vista 42 direcciones de correo electrónico al enviar un mensaje promocional de telefonía móvil por encargo de una pequeña empresa. Por último, hay que respetar los derechos de autor del material que se reproduce o adjunta. Casi todos los países tienen leyes al respecto, no está de más repasar las que nos conciernan. Para obtener más información sobre este tema se puede consultar el capítulo «Aspectos jurídicos».

El correo electrónico y los nuevos dispositivos móviles Como veíamos en capítulos anteriores cada vez es más habitual leer y escribir correos electrónicos desde teléfonos o tabletas digitales, por lo que, si no es posible hacerlo de manera completa porque no estamos en la oficina, es incómodo escribir un texto extenso o la velocidad de conexión impide abrir un archivo adjunto, se puede responder brevemente avisando al remitente de la recepción de su mensaje y de la intención de responder a él de manera extensa en cuanto sea posible. El uso del llamado lenguaje SMS, es decir, una mezcla de abreviaturas, acrónimos, comunicación no verbal taquigráfica, emoticonos y faltas de ortografía, no es recomendable en los mensajes de correo electrónico, a pesar de que se crea que la utilización del teléfono móvil puede eximir de la corrección que se exige en el correo electrónico. Por otro lado, la posibilidad de tener conexión permanente amplía los periodos de envío y recepción de un correo, pero es preciso no olvidar que la posibilidad no implica necesidad u obligación. Saber que alguien puede recibir en su móvil nuestro mensaje a las diez de la noche no debe invitarnos a hacerlo, es probable que ello interrumpa la vida personal del destinatario con temas que seguramente ni le apetece ni puede responder en ese momento. A semejanza de los servicios de mensajería instantánea, se ha extendido la modalidad de usar la


línea de Asunto como mensaje único (sin escribir en el cuerpo del mensaje) cuando hacemos uso del correo electrónico desde el móvil. En este caso es recomendable escribir «Fin del mensaje» en el propio campo del Asunto para que el receptor no tenga que abrir el mensaje. Una última advertencia: las herramientas de correo electrónico desde dispositivos móviles nos permiten poner en la firma el texto «Enviado desde mi celular/móvil», lo que indicará al destinatario la razón de la brevedad en la respuesta. Catorce claves para el uso del correo electrónico 1. Aunque es el medio de comunicación más generalizado, la redacción y envío de correo electrónico requiere atención para lograr la máxima eficacia. Todos los elementos tienen su importancia. 2. ¿Quién es el destinatario de tu mensaje? Comencemos por conocerlo. Debes enviar el correo a la mejor dirección – evita repeticiones– y piensa cuál es el momento óptimo del día para hacerlo. 3. En el campo Para, solo deben aparecer los destinatarios principales. Reserva el campo Cc para el resto de usuarios que deban conocer el mensaje. 4. Al contrario que en los campos anteriores, Cco funciona como una copia oculta. Utiliza esta fórmula con cuidado, sobre todo combinada con Responder a todos. Cco es adecuada para garantizar la privacidad de los datos o para mantener a ciertos destinatarios al día de las novedades de un proyecto. 5. Dedica tiempo a organizar tu agenda de contactos. Si completas correctamente sus datos, además de usar carpetas y filtros para ordenarlos, facilitarás su búsqueda futura y evitarás posibles malentendidos. En ese sentido, mejor evitar la opción de Autocompletar. 6. Si el correo electrónico es parte de una conversación, utiliza Responder para dar respuesta al destinatario principal. Si seleccionas Responder a todos, tu mensaje llegará a la totalidad de destinatarios. En cambio, si deseas incluir a nuevos contactos, tu opción debería ser Reenviar el mensaje. 7. El Asunto es la parte más importante del correo electrónico. Su función es resumir el contenido del mismo. Por ello es mejor redactar un texto específico y descriptivo, evitando palabras como importante cuando realmente no son necesarias. Las novedades también deben quedar reflejadas en el Asunto. Cámbialo si el tema del mensaje ha variado. 8. La parte más extensa es el cuerpo. Aun así, no es recomendable que supere las 50 líneas (tres párrafos) y debe estar compuesto por textos concisos, claros y escuetos. 9. Si necesitas enviar más información, añade un archivo adjunto. El PDF es la opción idónea si no quieres que sufra modificaciones. 10. Asegúrate de adjuntar los archivos, olvidar hacerlo es un error muy habitual, y cerciórate también de que el archivo no tenga un peso excesivo. En ese caso, es mejor recurrir al uso de repositorios como Flickr o Youtube. Otra posibilidad es compartir en línea y trabajar en la nube. 11. Las prisas o el envío desde un móvil no deben ser excusa para descuidar la ortografía, la gramática o incluir un léxico inapropiado. Sobre todo si el correo electrónico tiene un carácter profesional. 12. Observa las diferencias culturales y las normas sociales. Evita sarcasmos y juegos de palabras. La prudencia es el mejor consejo a la hora de redactar un correo electrónico. En un ámbito más personal, puedes emplear los emoticonos para trasladar tu estado de ánimo. 13. ¡Identífícate! Sobre todo si es la primera toma de contacto con el destinatario o es un mensaje formal. Las fórmulas más habituales al inicio del cuerpo son «Estimado» o «Buenos días». Se puede finalizar con «Saludos» y «Atentamente», junto a una firma que incluya tu nombre completo, cargo, organización, datos de contacto y enlaces web. 14. No abuses de los correos masivos y automáticos. Tus contactos podrían considerarte correo basura o spam. Otra cosa bien distinta son los boletines de noticias, que dan credibilidad a un servicio o producto.


MENSAJERÍA INSTANTÁNEA: CHAT, WHATSAPP…

SMS,

Xosé Castro Roig Las nuevas formas de comunicación generan nuevas formas de redacción, puntuación y transmisión del mensaje. Con la invención del teléfono, la gente pronto se percató de que no hacía falta gesticular, porque nuestro interlocutor no nos veía. Con el correo electrónico, redescubrimos el género epistolar, pero con un estilo más coloquial y fluido, menos formal. Con la aparición de las publicaciones profesionales en internet, los redactores empezaron a crear una suerte de normas ortotipográficas adaptadas, no recogidas aún en la ortografía académica, y se pusieron a intentar solventar ciertas dificultades técnicas inherentes a la lectura de textos en una pantalla, como el hecho de que una persona se distraiga con más facilidad si lee un artículo en una web que en una hoja, porque en aquella puede haber elementos ajenos con color, objetos en movimiento, imágenes..., a lo que se une la diferencia de nitidez –y, por tanto, de legibilidad– de un texto electrónico (una pantalla es una fuente de luz al fin y al cabo), en comparación con el texto impreso en una materia inerte como el papel. Por su parte, los chats, los SMS y la mensajería instantánea se caracterizan por la inmediatez. Se trata de un código escrito que emula los modos, la brevedad y coloquialidad del lenguaje hablado. Se prima más que nunca la concisión y, por tanto, el contenido sobre el continente, el contexto sobre la puntuación, y el mensaje sobre las formas. Y de estas características intrínsecas a la comunicación inmediata surgen –de un modo natural, y casi nunca muy planeado– una serie de usos relativos a la abreviación, la gestualidad, el acortamiento y la síntesis, que se transmiten de un internauta a otro, de un hablante a otro, y que explicamos a continuación.

El origen de la comunicación instantánea Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha buscado sistemas de comunicación bidireccionales con los que poder dialogar a grandes distancias: señales de humo, reflejos, silbidos,


señales sonoras, banderas, luces... En nuestros tiempos, el chat y los sistemas de mensajería instantánea para ordenadores y teléfonos inteligentes cumplen esa función, pero casi todos estos medios adolecen de dificultades para comunicarse con fluidez, ya sea por el costo, los requisitos técnicos o lo dificultoso que resulta escribir (en un teclado de pequeñas dimensiones, por ejemplo). Se oye con bastante frecuencia que la comunicación por SMS, chat y sistemas de mensajería instantánea estropea el idioma, lo que afecta especialmente a los jóvenes, que escriben peor desde que existen estos medios de comunicación, pero nos parece un argumento repetitivo y desacertado. Desde que el hombre es hombre, hemos tenido dificultades para dejar grabados nuestros mensajes en distintos soportes. No en vano, las abreviaturas surgen para poder incluir más información en un espacio reducido (carteles, rótulos) o en un soporte costoso de elaborar (papel) o difícil de trabajar (lápidas de piedra cinceladas, portones de madera...). En resumen, no es el medio el que empeora el lenguaje, sino el hablante que no es capaz de cambiar de registro. El comentario, ahora aplicado a las nuevas tecnologías de la comunicación, ya se empleaba hace años en los rasgos taquigráficos que muchos estudiantes usaban en las aulas para tomar apuntes. Tanto entonces como ahora la clave es la misma: incluir la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Así pues, el problema no es escribir pq en lugar de porque, sino emplear esa abreviatura inadecuadamente en otro contexto, como un documento formal o un examen. Más allá del concepto lingüístico, los medios de comunicación, sean cuales fueren, siempre propician la transmisión de información, y esto es algo positivo.

El chat Aunque en los años setenta ya se habían probado varios sistemas informáticos de chat, en 1980 se presenta CB Simulator, el primer servicio exclusivo en línea, creado por la empresa estadounidense CompuServe. Incluso su nombre quería recordar que era una simulación informática de la comunicación por banda ciudadana (CB, en inglés) que usaban los radioaficionados; de hecho, algunas de las funciones de este primer sistema de chat se denominaban igual que en la radio: channels («canales»), squelch («silenciador»)... A este le siguió el IRC (Internet Relay Chat) en 1988, disponible en internet. Los sistemas de chat tuvieron una gran expansión a finales de los noventa y en los primeros años de este siglo, pero su uso mermó con la llegada de los programas de mensajería instantánea, que permiten crear listas de contactos y mantener conversaciones privadas con más facilidad.

Los SMS Con estas siglas inglesas (SMS, Short Message System), que significan «sistema de mensajes breves», se denomina la tecnología de intercambio de mensajes cortos (inferior a 160 caracteres) entre teléfonos móviles, que tuvo su auge en los años noventa, aunque con la proliferación de los teléfonos inteligentes está dejando paso a los sistemas de mensajería instantánea.

La mensajería instantánea Esta tecnología permite, como indica su nombre, intercambiar mensajes instantáneos con uno o varios


interlocutores. Hereda un gran número de funciones del chat, pero, a diferencia de este, suele tratarse de un programa independiente que ofrece otras posibilidades añadidas a la mera transmisión de mensajes de texto: intercambio de archivos, videollamadas, llamadas de voz, etc. Además, casi todos los programas permiten indicar si el usuario está conectado y disponible en un momento dado. Algunos programas de mensajería instantánea son Microsoft Messenger, ICQ, Yahoo IM, Skype, WhatsApp o BBM (estos dos últimos, diseñados específicamente para teléfonos inteligentes).

La redacción en chats y sistemas de mensajería instantánea Además de otras cuestiones que trataremos más adelante, la escritura en casi todos los medios de comunicación instantánea está condicionada por dos factores fundamentales: a. b.

el costo, en el caso de los SMS, o la premura, en el de la mensajería instantánea; la dificultad para escribir con rapidez, porque el teclado no es idóneo –en el caso de los teléfonos– o porque el usuario no mecanografía con fluidez.

Ambos factores son los que determinan, en gran medida, el resto de las características del lenguaje usado en el chat, los SMS y la mensajería instantánea: 1. 2. 3. 4. 5.

Extensión y tiempo de lectura. Normas de etiqueta tácitas o escritas. Uso de un lenguaje simplificado. Uso de emoticonos y emoji. Ortografía adaptada. A continuación, explicamos con detalle cada una de estas características.

Extensión y tiempo de lectura Como decíamos más arriba, el costo, la premura y la dificultad para escribir determina en gran medida la concreción del mensaje y la manera de escribirlo. El chat y la mensajería instantánea son métodos de comunicación que están a caballo entre la conversación y la epístola, o el mensaje electrónico si se prefiere, de ahí que el lenguaje suela ser informal y coloquial. En ocasiones es una transcripción de un lenguaje con registro oral y modismos propios de la lengua hablada. Los SMS tienen un límite de caracteres (generalmente unos 160) y, si se sobrepasa, la compañía telefónica suele cobrar un segundo por mensaje al remitente. En el caso de la mensajería instantánea


–a diferencia del correo electrónico– escribimos con premura porque es un medio de comunicación instantáneo en el que se da por hecho que la persona responderá casi de inmediato. Por otro lado, los teléfonos incorporan un teclado en el que no suele ser cómodo escribir. Así, ciertos signos de puntuación habituales (coma, punto y coma...) no están directamente accesibles, igual que los signos de admiración e interrogación de apertura, que suelen obtenerse mediante la combinación de dos teclas o más. De esta dificultad añadida surge la costumbre de prescindir de ciertos signos de puntuación. Lo mismo ocurre en el caso de usuarios que no saben mecanografiar con rapidez en el caso de los ordenadores. Por eso, cuanto mayores son los conocimientos de mecanografía del usuario, mejor suelen puntuarse los textos. Además, cualquiera que sea la plataforma de comunicación, una característica común de los textos escritos con un ordenador o un teléfono es el hecho de que disponemos de la opción de borrarlos o corregirlos, y tener esta opción provoca que muchos usuarios relajen su redacción y escriban al mismo tiempo que piensan, en lugar de meditar brevemente la frase antes de teclearla, como ocurre cuando se escribe con un bolígrafo, un lápiz o una máquina de escribir tradicional, en donde, o bien no se puede borrar o bien no resulta fácil hacerlo. Por tanto, el sano ejercicio de revisión del texto redactado –frecuente y necesario en contextos más formales– pasa a ser optativo y secundario en el chat y la mensajería instantánea, en donde prima el contenido sobre el continente. A esto hay que añadir que algunos teléfonos tienen un sistema de corrección automática que, aparte de detectar errores ortográficos, enmienda los provocados por la presión de teclas equivocadas, de manera que el usuario delega en el teléfono cierta labor de corrección para centrarse en la escritura del mensaje. En ocasiones, el sistema de corrección automática corrige erratas inexistentes, porque la palabra escrita no consta en el vocabulario que lleva incorporado el teléfono, así que, paradójicamente, puede aconsejar alternativas erróneas.

En la imagen se pueden ver tres ejemplos de cómo el sistema de corrección automática de un iPhone detecta la pulsación errónea de teclas (generalmente, las adyacentes a las correctas) y sugiere una palabra del vocabulario almacenado.


El sistema de corrección automática no reconoce una palabra (en este caso, un diminutivo) y sugiere otra, inapropiada.

Normas de etiqueta tácitas o escritas En general, cuando se establece la comunicación dentro de un grupo, hay una tendencia a regularla mediante unas normas que la faciliten; internet, los chats y la mensajería instantánea no son una excepción. Con la expansión de la red internet también se extendió el uso de la netiqueta, que, como ya hemos señalado anteriormente, es el término con el que se designa un conjunto de «normas de urbanidad». Más allá de las cuestiones que tratan estrictamente sobre modales y socialización (evitar las agresiones verbales, no ser ofensivo, etc.), muchas normas de etiqueta hacen referencia al uso del lenguaje. Las siguientes son algunas tomadas de diversos foros, listas y chats de habla hispana: El lenguaje escrito carece de entonación. Habida cuenta de que, además, escribimos con rapidez, es probable que nuestro texto pueda ser malinterpretado por alguien en algún momento: usemos emoticonos para denotar complicidad, ironía o alegría. Mofarse o ser sarcástico con respecto a los errores ortográficos o gramaticales ajenos es poco ético, ya que se deben, generalmente, a la urgencia con la que se escribe. Evitar escribir en mayúsculas. En internet, en chats y foros, las mayúsculas equivalen a gritar,


pero además son más incómodas de leer en pantalla. También se pueden aplicar, excepcionalmente, para resaltar o enfatizar alguna palabra o expresión corta (por ejemplo: «Hemos quedado la PRÓXIMA semana, no esta»). No alternar mayúsculas con minúsculas dentro de una misma palabra (por ejemplo: No eS reCoMenDAblE esCRibiR Así). Evitar el uso de palabras jergales y de abreviaturas que no sean conocidas por los interlocutores. Evitar el abuso de la letra k para sustituir q/c ya que el ahorro suele ser, como mucho, de dos letras (por ejemplo: kasado, kieres...). Desde un punto de vista lingüístico, lo más destacable de la netiqueta es que el lenguaje y la redacción ocupan un lugar fundamental en el proceso de comunicación. No se pide a los usuarios que redacten mejor por el mero hecho de cumplir unas normas académicas o por someterse a una corrección formal, sino porque queda patente que el descuido en el lenguaje produce una distorsión del mensaje y, más aún, de la imagen del emisor de ese mensaje, lo que produce un condicionamiento en el receptor. Si se hiciera una analogía con el aprendizaje de idiomas, una persona que no domina una lengua extranjera transmite sus ideas con más torpeza y es más susceptible de caer en ambigüedades, errores de sentido y hacer la comunicación más lenta para el receptor de sus mensajes. En conclusión, en los chats y en la mensajería instantánea, la brevedad no es un fin, sino un medio para comunicar con más fluidez y, por tanto, no debe abusarse de ella si puede producir una distorsión del mensaje.

Uso de un lenguaje simplificado La simplificación de la sintaxis implica la supresión frecuente de vocablos que no son tan significativos como los sustantivos, adjetivos y verbos: artículos, conjunciones, adverbios, preposiciones... Gran parte de la inteligibilidad del mensaje se basa en lo predecible, y por eso se ahorran recursos o se manipula el código, ya que es válido todo aquello que se entiende. El lado negativo de este tipo de comunicación es que, en palabras de Domínguez Cuesta: El público que usa este código no tiene un conocimiento demasiado profundo de la norma ortográfica, o simplemente la desprecia, preconiza una manera más «moderna» y heterodoxa de reflejar su visión del mundo y busca expresar por escrito un lenguaje netamente coloquial, urgente, divertido y arriesgado.

De nuevo, nos encontramos ante un problema de cambio de registro. El riesgo no es desdeñable: algunos hablantes piensan que si pueden comunicarse con fluidez usando todos los elementos habituales de la comunicación instantánea, estos deberían ser también válidos para otros contextos, como cartas formales o exámenes universitarios.


Uso de emoticonos y emojis El término emoticono es una adaptación literal del inglés emoticon, formado por la combinación de las palabras emotion e icon («emoción» e «icono»). En el argot informático, icono es un símbolo o representación gráfica esquemática de una función. El ingeniero informático estadounidense Scott Fahlman fue el primero que utilizó un emoticono, en 1982, y luego ayudó a extender su uso. En concreto, incluyó una carita sonriente y otra triste :-) :-( en un mensaje, en el que indicaba cómo «leerlas» («ladeando la cabeza hacia la izquierda») y cuál era el contexto en el que recomendaba usarlas. En estos momentos hay tres tipos de emoticonos: los sencillos, los diseñados y, dentro de estos, los emojis, creados específicamente para su uso en teléfonos.

Emoticonos sencillos El lenguaje escrito instantáneo resulta una combinación tan intensa del código oral con el código escrito que se hace un especial esfuerzo por dotar al lenguaje de la gestualidad de la que carece por escrito. Los emoticonos actúan como partículas enfáticas, como elementos connotativos independientes o como sustitutos de expresiones comunes como adiós, un beso, te quiero, hola, ocupado, llámame, etc. Los emoticonos sencillos son los que se crean mediante la combinación de símbolos o signos de puntuación y, generalmente, se «leen» inclinando la cabeza hacia un lado. Esta es tan solo una muestra de algunos que pueden representar estados de ánimo, partículas enfáticas o simbolizar gestos, objetos, personas o conceptos. Emoticonos

Emoción o significado

:-) :) 8) =) :} :^) :¬)

Sonrisa

:-D :D XD :¬D

Risa o carcajada

;-) ;) ;-] ;] ;D

Guiño de complicidad

:-( :( :¬(

Tristeza o disgusto

:-/ :-​\

Disgusto, incomodidad o escepticismo

:-​O :O o_O O_o

Sorpresa o cuestionamiento

:| :-​|

Indecisión, neutralidad o falta de alegría

:-​P :P :-​p :p :-​Þ :Þ :-​b

Burla (saca la lengua) o espíritu lúdico

:-X :X :-​# :​#

Tener los labios sellados, guardar un secreto o no revelar algo

:’-​( :’( :’-​) :’​)

Llanto, tanto de alegría como de pena

Emoticonos más


elaborados: no se leen ladeando la cabeza

Emoción o significado

(-_-;)

Nerviosismo o timidez

(-_-)zzz

Tener sueño o estar aburrido

(^_-)

Guiño de complicidad

(>_<)

Preocupación o enojo

<*)))>{

Pez

*\0/*

Animadora

//0-0\\

John Lennon

Emoticonos diseñados Su proliferación fue paralela a la de los programas informáticos de mensajería instantánea, como ICQ o Windows Messenger. Algunos tienen movimiento.

Emoticonos creados por Microsoft para su programa Windows Live Messenger

Emojis Término japonés que hace referencia a los emoticonos o ideogramas que se usan en mensajería instantánea para teléfonos. Muchos de ellos (u otros similares) ya se venían usando en los programas de mensajería instantánea entre ordenadores. Varias empresas telefónicas japonesas crearon una serie de emoticonos dibujados (es decir, no elaborados con signos de puntuación combinados) para


facilitar su integración en diversos sistemas operativos telefónicos. El uso de los emojis resulta más cómodo que el de los emoticonos tradicionales en la mensajería instantánea entre teléfonos inteligentes. Muchos de ellos simbolizan elementos propios de la cultura nipona que no se usan o no son tan conocidos en otros países, como una campanilla de viento con un proverbio atado al badajo ( ) o una pareja de muñecos ataviada con el atuendo tradicional de las bodas japonesas ( ).

Algunos emojis empleados comúnmente en mensajería instantánea

Ortografía adaptada Aun teniendo como base la ortografía normativa, se establece un pacto tácito entre los interlocutores, según el cual nadie es excesivamente estricto cuando juzga la ortografía ajena, a sabiendas de que existen unas dificultades técnicas y de que se da prioridad al mensaje frente a la forma; a la instantaneidad, al fin y al cabo. De nuevo, con la premisa de que «si se entiende, sirve», se crea una suerte de ortografía paralela, no escrita, basada en la simplificación de grafías y la aplicación laxa de las normas ortográficas y de puntuación, que se transmite de un hablante a otro con el tiempo, y cuyas principales características describimos a continuación.

Desaparición de las tildes De todas, esta sería la característica más extendida en el lenguaje de los chats y la mensajería instantánea. Se evita la acentuación de palabras, salvo cuando la omisión del acento pudiera crear una ambigüedad notable o comprometedora. Aun así, en este medio, como veremos más adelante, la inteligibilidad se basa más en el contexto que en la propia forma del mensaje. Cuando un mensaje


puede ser ambiguo por carecer de tildes (está/esta, ano/año...), el lector «prueba» las distintas acepciones de la palabra y elige la que más se adecua al contexto de la conversación.

Uso de onomatopeyas e interjecciones Las onomatopeyas no son tan frecuentes en el lenguaje escrito formal, pero en este contexto son un recurso del código oral y gestual que recuerda, de nuevo, la coloquialidad de la comunicación. En ocasiones, las onomatopeyas representan no un simple sonido, sino una reacción ante el texto del interlocutor, como en este caso, donde la persona 1 la emplea para indicar que la afirmación de su interlocutor le resulta sorpresiva e imprevista, y que la deja atribulada: Persona 1

Y entonces, que? qdamos?

Persona 2

No puedo hoy ni mañana

Persona 1

ZAS!

Persona 2

Perdoname, pliiiis!!!

Persona 1

Bah

Algunos ejemplos de onomatopeyas frecuentes en mensajería instantánea: ACCIÓN O EXPRESIÓN

ONOMATOPEYA

Golpe, bofetada, chasco:

pam, zas, plaf, zasca, pum, pumba, bum

Asco:

aj, puaj

Carraspeo, aclaración:

ejem

Comer, sabroso:

ñam

Sorpresa:

cucú

Sorpresa agradable:

guau

Estornudo:

achís

Sueño, dormir:

zzz zzz

Silencio, callar, chitón:

chis, sss

Tragar, beber:

glu glu

Resultar interesante, dudar:

mmm

Asentimiento, comprensión:

ajá

Aburrimiento, cansancio:

buf

Por su parte, las interjecciones tienen, de nuevo, un papel notablemente enfático y con esta función es habitual verlas repetidas, para remarcar o regular la intensidad de su significado. Así, un simple ja equivaldría a una risa sardónica o irónica que no denota alegría; un jaja, a una risa sincera;


y un jajaja, a una carcajada. Asimismo, se generan, de un modo natural, acepciones y connotaciones propias de este contexto coloquial; por ejemplo, jejeje es una sonrisa cómplice; jojojo, una risa socarrona; y jijiji, una risilla traviesa o contenida. En ocasiones, como en los ejemplos que hay a continuación, el mayor o menor énfasis viene marcado por la repetición de letras, generalmente vocales: Eeeeeeeeeh! Ni de coña! Me muero! Jaaaaaaaaaaa! ;¬D) Epaaaaaaaa, perdón!! Buuuuuu, chulito.

Uso de siglas En el proceso de rentabilización de los recursos, se usa una gran cantidad de abreviaturas, siglas y acrónimos. Debido a la naturaleza internacional de internet y de los chats, también se emplean con frecuencia siglas inglesas. Estas son algunas siglas de uso común en chats y mensajería instantánea: SIGLA

SIGNIFICADO

ASAP

Lo antes posible (As Soon As Possible)

BFF

Mejores amigos para toda la vida (Best Friends Forever)

FYI

Te informo... (For Your Information)

LOL

Riendo a carcajadas (Laughing Out Loud)

NSFW

No indicado para ver en una oficina (Not Suitable For Work)

OK

De acuerdo, vale (Okey)

OMG

¡Dios mío! (Oh My God)

PC

Por cierto

ROFL

Tirado en el suelo, riendo (Rolling On the Floor Laughing)

TQM

Te quiero mucho

QTL

¿Qué tal?

WTF

¿Pero qué demonios es esto? (What the fuck?)

XOXO

Besos y abrazos (Kisses and hugs)

Uso de abreviaturas y acrónimos La abreviatura es uno de los recursos más habituales en este lenguaje, pero no se aplican únicamente las normas tradicionales (pues el punto abreviativo prácticamente no se usa), sino que se emplean diversos métodos de supresión de letras y acortamiento de palabras, además de otros procedimientos propios, que se indican a continuación.


Supresión de vocales o espacios Con ello se pretende crear, con palabras u oraciones, acrónimos que a veces son impronunciables, pero que resultan inteligibles. En el caso de la conjugación de ciertos tiempos compuestos, se abrevia el verbo haber mediante la supresión de espacios entre palabras: ABREVIATURA/ACRÓNIMO

SIGNIFICADO

msj

mensaje

mñn

mañana

sbdo

sábado

masllamao

¿Me has llamado?

t dicho

te he dicho

q ta pedio?

¿Qué te ha pedido?

nasnoches

Buenas noches

Reemplazo de sílabas Uso de letras como correlato de sílabas que aparecen en el nombre de dicha sílaba: LETRA

EJEMPLOS

k

ksa (casa)

p

ptardo (petardo)

d

dcir (decir)

Abreviaturas inteligibles por el contexto En ocasiones, las abreviaturas son tan forzadas que, sacadas de contexto, serían difíciles de entender o deducir: Persona 1

Q tl? Fco t comnt a ti alg?

(¿Qué tal? ¿Francisco te comentó a ti algo?)

Persona 2

Na, llaml dps y mcuen.

(No, llámalo después y me cuentas.)

Métodos diversos de abreviación Estos son algunos de los más habituales: MÉTODO

EJEMPLO

Acortamiento y apócope

profe, cole, segun (profesor, colegio, segundo)

Aféresis

norabuena, toy, stas (enhorabuena, estoy, estás)

Síncopas

cansao, sentio (cansado, sentido)


Alteración de haches y dígrafos Las haches desaparecen en un buen número de palabras (aí, aora, ueso por ahí, ahora, hueso) y se simplifican los dígrafos sustituyéndolos por letras (salxixa, muxo, poyo/poio por salchicha, mucho, pollo). Los sonidos |gua| y |güe|/|bue| suelen sustituirse por w: wapa, weno por guapa, güeno/bueno. Uso de abreviaturas coloquiales Algunas son habituales y de uso frecuente en otros contextos, pero aquí se emplean extensivamente: insti, finde, mate, porfa/porfis...

Uso de diacríticos irregulares Dada la incapacidad técnica de poder usar cursiva u otros diacríticos en muchos sistemas de chat y mensajería, se usan ciertos signos con el fin de enfatizar o llamar la atención sobre determinadas palabras. Por ejemplo: Pero te gusta *a ti* o a él?; Aquí va lo _importante_

Uso de anglicismos y grafías fonéticas de vocablos ingleses El chat fue inventado en Estados Unidos y muchos de los primeros manuales de uso, instrucciones y recomendaciones que se consultaban en inglés tenían traducciones algo precarias. Por ahí llegaron los emoticonos, las siglas inglesas que se usan actualmente en español y muchas palabras que escribimos en inglés o con su grafía fonética: plis, zenkiu, love, cool, fuck, yeah, kisses, etc.

Uso distintivo de mayúsculas y minúsculas Con la desaparición de ciertos signos de puntuación, también caen en desuso algunas mayúsculas iniciales a principio de frase, especialmente después de interrogaciones y exclamaciones: Persona 1

No fui! ya imagino. mandame las fotos.

Supresión de los signos de apertura Tanto en frases exclamativas como interrogativas, desaparece el signo de apertura (¿); el signo de cierre, a su vez, aparece duplicado en ocasiones, cuando se hacen exclamaciones interrogativas: Persona 1

Cuando m lo das?

Persona 2

Mñn

Persona 1

Mañana!?

Segmentación de oraciones En ocasiones, para evitar el uso del punto y seguido y por no mantener a nuestro interlocutor a la espera, se segmentan las frases creando varios párrafos en sendas intervenciones, aunque naturalmente debieran estar dentro de un mismo párrafo:


Persona 1

Pues si

Persona 1

ire al partido.

Persona 1

tu vas? te veo alli?

Este recurso vuelve a trasladar el código de la lengua hablada –en donde nos interrumpimos, intercalamos breves comentarios mientras nuestro interlocutor habla– al lenguaje escrito de los chats.

Empleo de números y signos con valor fonológico Se emplean algunos operadores aritméticos y guarismos para la representación de su sonido o la palabra que los define: GUARISMO O SIGNO

EJEMPLO O EQUIVALENTE

2

d2, salu2 (dedos, saludos)

×

por

+

más

=

igual

€$

dinero

Repetición de letras o signos con valor enfático El alargamiento de vocablos mediante la repetición de letras se emplea para denotar cariño, confianza o, simplemente, con valor enfático. Del mismo modo, los puntos suspensivos y otros signos de puntuación (exclamaciones, interrogaciones, paréntesis, etc.) se repiten para hacer especial hincapié en su función: Buf, que rollo.......................... Eeeeeeeeeeeh, tas ido? Juaaaaaaaaaaa, me parto! Que nooooo, que estamos bieeeen. Chaaaaaaao. Cuidate!!!!! Viene el viernes ((((((proximo))))) Que???????

Diez claves para la mensajería instantánea Los chats, los SMS y la mensajería instantánea se caracterizan por la inmediatez. Se emplea en ellos un código escrito que emula los modos, la brevedad y coloquialidad del lenguaje hablado: importa más el contenido que el continente. ¿La razón?: el costo, las prisas o la dificultad para escribir en el teclado de un móvil. A continuación, tienes algunos consejos


para adaptarte a su escritura: 1. Utiliza los emoticonos para reflejar sentimientos o estados de ánimo. Evita, sin embargo, el sarcasmo, el uso de mayúsculas, palabras de jerga o abreviaturas no conocidas. Aunque los mensajes imiten el lenguaje oral, debes respetar unas normas de comportamiento. 2. Puedes conseguir una entonación especial con el uso de onomatopeyas o interjecciones (mmm para expresar duda), repetición de letras (eeeeeeeeeh) o sílabas (jajajaja). Incluso con diversos signos que sustituyan a la cursiva (* *). 3. También tienes la opción de segmentar las oraciones, consiguiendo mantener a tu interlocutor a la espera. 4. Si quieres ahorrar espacio, prescinde de los vocablos no significativos para entender el contexto de la frase. En este lenguaje simplificado no son necesarios los artículos, las conjunciones, los adverbios y las preposiciones. 5. Bajo la premisa «si se entiende, sirve», se simplifica la ortografía en la mensajería instantánea; por ejemplo, se eliminan las tildes y los signos de puntuación al comienzo de la frase. Se gana tiempo. 6. Las siglas y los acrónimos también suponen una fuente de ahorro. Podemos utilizar QTL en vez de ¿Qué tal? 7. Muchas de las abreviaturas nos llegan de la lengua inglesa: OMG (Oh My God!). Incluso adaptamos algunos anglicismos al lenguaje de la mensajería instantánea: plis y zenkiu en vez de sus equivalentes please y thank you. 8. Otras fórmulas que permiten escribir con rapidez son el acortamiento de palabras (profe en lugar de profesor), el reemplazo de sílabas (dcir en lugar de decir), la supresión de vocales (msj en vez de mensaje), la simplificación de dígrafos (muxo por mucho) o el uso de operadores aritméticos (x sustituye a por). 9. Esta simplificación y mutación del lenguaje tiene un límite claro: se aplica mientras no se distorsione el mensaje y se comprenda su significado. 10. Cuando nos comunicamos por mensajería instantánea debemos pensar a través de qué canal vamos a llegar antes y mejor, de forma más económica, a nuestro destinatario.


REDES SOCIALES Juan López Sobejano Una red social es una agrupación social formada por personas conectadas por alguna relación común. Puede unirlas el parentesco, la amistad, intereses comunes, intercambios, creencias, la intención de ampliar o compartir conocimiento, de encontrar pareja, de buscar prestigio, etc.; existen mil y una razones para relacionarse. Las redes sociales unidas a las nuevas tecnologías han ampliado y facilitado la manera de vivir conectados socialmente. Ya no es preciso conocerse en persona o quedar físicamente, sino que se puede tener una vida social a través de los nuevos medios. Son sitios web en los que los usuarios comparten contenidos (imágenes, fotografías, vídeos) y experiencias (desde contar en tiempo real a sus amigos el nacimiento de un hijo, hasta compartir juegos desarrollados para practicar de forma social, en los que unos necesitan de la ayuda de otros para completar los objetivos). La verdadera complejidad del diseño de interacción de una red social estriba en lo que puede hacer o no un usuario con respecto a los demás, en función de su relación y de la protección de sus datos personales. Una red social debería dar todo el control posible a un usuario sobre lo que otros ven de él, sobre qué quiere compartir, con quién y cuándo; de lo contrario, el usuario puede sentirse inseguro rápidamente, sin conciencia sobre lo que está sucediendo y sin interés en compartir nada. Han evolucionado desde las que tenían como objetivo conseguir cuantos más amigos mejor, y llenar el sitio de contenido, hasta las que intentan centrar la interacción social en temas concretos, donde los usuarios comparten más intereses (las denominadas redes verticales), o las redes generalistas, que limitan esa interacción a los más allegados. Tal como las entendemos hoy, surgen globalmente más o menos a partir de 2008. En un primer momento, lo importante era el mero hecho de «pertenecer» a la red y, en ocasiones, los usuarios se daban de alta simplemente por curiosidad, pero se ha ido avanzando hacia la búsqueda de la red que mejor encaja con los gustos y necesidades personales o en la que se pueden encontrar amigos, contactos profesionales o expertos en los temas que más interesan. Existen multitud de redes sociales, cada una con sus peculiaridades; mientras algunas enseguida pasan de moda, otras nacen con fuerza y permanecen: los usuarios se adaptan y eligen la que más les conviene en cada momento. En este capítulo vamos a tratar sobre sus características comunes. Cada una posee sus normas y


evoluciona de distinta manera, algunas se reinventan, aparecen nuevas aplicaciones, cambian las reglas del juego…, por todo ello comentaremos las pautas básicas para poder moverse en ellas de manera general, sin entrar en detalle, excepto en el caso de Twitter, que, por su especial idiosincrasia, merece un tratamiento aparte.

Tipologías Recordemos que las redes sociales no son sino el reflejo de las relaciones que, como seres humanos, creamos en entornos fuera de internet. Como tales, se adaptan a una tipología tan variada como necesidades y deseos tienen sus usuarios. De este modo podemos segmentarlas según su temática, su enfoque, por el objetivo que persiguen, por el segmento al que van dirigidas, etc. La distinción más extendida y común es la que se establece entre redes generalistas y redes segmentadas, también llamadas horizontales y verticales, respectivamente. Entendemos por redes generalistas u horizontales las que están enfocadas a todos los usuarios sin distinción, para que hagan uso de la red según sus preferencias personales. Las dos redes más conocidas con este enfoque son Facebook y Twitter. En ninguno de los dos casos hay limitaciones en cuanto a la entrada de usuarios, ni a su edad o condición, e incluso se usan corporativamente como perfiles empresariales. La distinción la realizan los propios usuarios con el empleo que hacen de ellas. Las segmentadas o verticales son aquellas que, por una u otra razón, solo se dirigen a un sector de la población o del mercado. Un caso muy claro es el de Linkedin, comunidad de profesionales principalmente enfocada al networking y a las relaciones laborales. Este tipo de redes se puede presentar y clasificar de muy diversas maneras. Podemos hablar, por ejemplo, de segmentación por el tipo de contenido. Sirven como ejemplo Youtube, red basada en el vídeo, y Flickr, centrada en la fotografía. Es interesante el caso de la española Tuenti, en la que el tipo de usuarios que ha ido registrándose y utilizándola, generalmente adolescentes, ha hecho que se segmente por edad. Las redes sociales pueden clasificarse de múltiples maneras: Por aficiones. Por ejemplo: Lectura: Lecturalia (www.lecturalia.com), Librofilia (www.librofilia.com), Qué libro leo (www.quelibroleo.com), Good Reads (www.goodreads.com), aNobii (www.anobii.com). Videojuegos: Rolbook (www.rolbook.com), TagUin (www.taguin.com), Nosplay (www.nosplay.com), Uberchar (www.uberchar.com). Viajes: Minube (www.minube.com), Iwannagothere (www.iwannagothere.com), Trourist (www.trourist.com), Dopplr (www.dopplr.com), Un millón de elefantes (www.unmillondeelefantes.com). Costura: Crochet social network (www.crochet.enbusca.com), Ravelry (www.ravelry.com), Hobzy (www.hobzy.com). Mascotas: Petpop (www.petpop.com), Mascota club (www.mascotaclub.com), TvMascotas


(www.tvmascotas.com). Vino: Uvinum (www.uvinum.es), Snooth (www.snooth.com), Naked Wines (www.nakedwines.com), Social Grapes (www.socialgrapes.com), Wine Clan (www.wineclan.com). Por edades o estados vitales: embarazo (Elembarazo: www.elembarazo.net), adolescentes ( Tue nt i : www.tuenti.com), abuelos (Abuelosenlared: www.abuelosenred.net), salud (Somospacientes: www.somospacientes.com), genealogía (Myheritage: www.myheritage.es). Por contenido: vídeos (Youtube: www.youtube.com o Vimeo: www.vimeo.com), música ( Mys p a c e : www.myspace.com o Playeek: www.playeek.com), fotografía (Flickr: www.flickr.com), enlaces (Delicious: www.delicious.com), presentaciones (Slideshare: www.slideshare.com). Por estatus social, por género, por intereses sexuales o religiosos, por idioma, por perfiles profesionales, geolocalizadas, y un largo etcétera. Hay redes sociales para todos los gustos. Por ejemplo, hay dos tipos que están principalmente enfocadas a la empresa y a la gestión, las comunidades de crowdsourcing y crowdfunding. Las primeras son las que utilizan la ayuda de la comunidad para desarrollar proyectos concretos, como Innocentive, dedicada a la innovación y que desarrolla este tipo de proyectos entre sus miembros. Las comunidades de crowdfunding se dirigen a la financiación colectiva, de modo que sus miembros participan con pequeñas cantidades en los proyectos que les resultan más interesantes entre los que presentan otros usuarios. Un ejemplo es Lanzanos donde existen varias propuestas de proyectos para ser financiados. Otro tipo de red es la que se establece por su origen. El caso más claro es el de las redes verticales creadas por entidades privadas, como, por ejemplo, las comunidades nacidas en torno a equipos de fútbol que tienen su propia red social donde sus seguidores se relacionan y comparten o comentan asuntos comunes. Suele ser necesario hacer una solicitud de ingreso para acceder a ellas y pueden haber sido generadas por la propia empresa, por una asociación o por cualquiera que lidere una comunidad de intereses. Es normal que existan muchas redes ya que no es muy complicado crear una, hay software y plataformas de servicios de red social que permiten crearlas en internet desde el principio, como pueden ser Ning o Elgg, entre otras. Como se puede observar, hay una tipología muy variada y extensa porque en realidad las redes sociales no son sino la materialización de la capacidad y el deseo de los seres humanos de unirse, asociarse o encontrarse en espacios comunes para desarrollar actividades compartidas, sean estas del tipo que sean.

Lenguaje Las redes sociales se prestan a ampliar relaciones y a establecer conversaciones, y el acceso a esta


comunicación requiere de pautas que beneficien la comprensión mutua y el respeto en contextos con mucho público potencial. El lenguaje, como elemento común de comunicación y entendimiento, se convierte en la herramienta fundamental. Cuando hablamos de lenguaje no nos referimos únicamente al lenguaje escrito, sino a todo el conjunto de elementos que nos permite comunicarnos a través de internet. En este sentido podemos hablar de los elementos audiovisuales, la fotografía, la escritura, la música, los emoticonos o cualquier expresión para relacionarnos. El significado y la fuerza de un contenido determinado se ve muy influenciado por el tipo de lenguaje que utiliza. Por lo general el lenguaje visual (vídeo y fotografía) suele ser mucho más atractivo que los otros; ello no quiere decir que la escritura y la oralidad no sean importantes, sino que, dependiendo del objetivo que se busque, será más apropiado utilizar uno u otro. El contexto en el que se publican los contenidos es otro factor fundamental para comprender la fortaleza o debilidad del lenguaje usado. Por ejemplo, si se quiere participar en una comunidad de adolescentes, como Tuenti, se debe adaptar el mensaje a los gustos de esa comunidad y utilizar el soporte y tipo de lenguaje que en ella resulta más atractivo; en cambio, si se está en un entorno profesional o técnico, como la red Linkedin, la manera de expresarnos deberá ser distinta. El lenguaje es, por tanto, la base de la comunicación en las redes sociales y, como tal, deberá desempeñar un papel central en la estrategia de creación y publicación de nuestro contenido. Se deben definir unos objetivos (personales, profesionales, de ocio, educativos, mixtos…) y conocer el contexto, de modo que se tenga claro qué tipo de presencia se va a potenciar y a desarrollar. El siguiente paso será elegir las herramientas óptimas para un desarrollo eficaz, hay que ser consciente de la propia capacidad de uso, es decir, del conocimiento que se tiene de las herramientas y del tiempo del que se dispone para utilizar una u otra, ya que algunas (el vídeo, por ejemplo) requieren de más dedicación para su creación y publicación. A continuación definiremos el tono que va a utilizarse, la manera de transmitir, teniendo en cuenta los objetivos, el tipo de red, el público que nos escucha, el contexto y las herramientas que cada uno puede emplear. Se puede elegir un tono profesional o informal, o utilizar el humor, la ironía, la reflexión o la concreción técnica. De lo que se trata, en definitiva, es de construir una imagen, una reputación, una presencia coherente utilizando el lenguaje adecuado como uno de los elementos fundamentales para ello. No estamos sino trasladando a las redes sociales comportamientos de fuera de la red. El lenguaje se convierte así, dentro de sus muy distintas formas, en el vehículo de comunicación, comprensión y conocimiento con el que nos relacionamos en las redes sociales.

Formalidad e informalidad en los textos Una de las principales fuentes de comunicación es la palabra, la utilización de la expresión escrita nos acerca a la comprensión del otro y favorece la relación. Las redes sociales no son ajenas a ello y tienen en la palabra una fuente fundamental de comunicación. Sin embargo, se han de tener en cuenta


una serie de principios a la hora de comprender y manejar los contenidos que creamos y consumimos en las redes sociales. Hay varios factores que afectan a esos contenidos: El tipo de red. No todas las redes tienen un mismo enfoque ni ofrecen el mismo entorno a sus usuarios. Linkedin, la principal red profesional, no tiene nada que ver con Tuenti, la primera comunidad utilizada por los adolescentes españoles. Como es normal, los textos, el tono, el enfoque y el objetivo no serán iguales, pues estarán relacionados con el interlocutor y el entorno en el que son creados. La función de la red. Twitter es una comunidad muy particular, pues solo permite crear mensajes de un máximo de 140 caracteres, lo que condiciona los textos que se crean: se tiende al lenguaje práctico, sintético, se acortan palabras y enlaces o se apuesta por la informalidad. El tipo de usuario. Está claro que en un entorno de relación, como las redes sociales, son los propios usuarios los que pueden definir las claves de su conversación. Por eso, sobre todo en redes generalistas, se pueden ver distintos tonos en las conversaciones de una misma red dependiendo del origen de sus interlocutores.

Normas no escritas A pesar de todo lo dicho, hay una serie de normas no escritas que suelen cumplirse a la hora de comunicarse en las redes sociales; repasemos algunas: No está bien visto escribir en letras mayúsculas. Se considera que quien las utiliza está gritando, por lo que no se recurre a ellas más que en momentos muy concretos. Se ha de escribir sin faltas de ortografía. El hecho de tener que acortar palabras o expresiones no tiene por qué implicar relajación en la corrección ortográfica, sino lo contrario, sobre todo en redes profesionales, puesto que son escaparates de nuestra personalidad. No hay que olvidar que muchos procesos de selección de personal se completan con una investigación de nuestras acciones y contenidos en internet, incluyendo nuestros comentarios en las redes sociales. No se aceptan insultos ni palabras malsonantes. Lógicamente se siguen los mismos criterios que fuera de la red, y así se deben cuidar la expresión y el tono. No quiere esto decir que no se pueda utilizar un registro informal, pero sin perder de vista dónde estamos, para quién y qué estamos escribiendo. No se entendería que, por ejemplo, en este texto se utilizara un tono como «mirad colegas, esto es muy fácil, cada uno habla como le sale, lo único que ha de mirar es con quién habla», aunque quizás sí en una conversación privada en alguna red social, por ejemplo a través de mensajes directos con un amigo en Twitter. La utilización de un tono más o menos formal depende del entorno en el que estemos, es decir, del tipo de red social, del interlocutor (amigo, mero conocido, cliente o proveedor) y del objetivo (qué imagen queremos dar, qué tipo de reputación buscamos crear frente a nuestro público objetivo, cómo nos gusta que nos vean). Al final, la gestión del tono y el estilo de nuestros escritos se limita a una cuestión de sentido


común y de no perder de vista cuáles son, en cada momento, los objetivos, los entornos y los interlocutores.

Personalización de las cuentas Internet, y en concreto las redes sociales, se ha convertido en un entorno social en el que la personalización e individualización del usuario resultan fundamentales para desarrollar todas las posibilidades de presencia y relación que nos ofrece. Desde este punto de vista, la personalización de las cuentas y de los perfiles se hace necesaria como paso previo al desarrollo y la gestión de la propia presencia en internet. La personalización es la adecuación de la presencia de un usuario en la red o redes a las que pertenece. La identidad es evidentemente fundamental en el ámbito digital, pues nos permite formar parte de redes, medios sociales, foros u otros entornos de relación en los que los individuos (o marcas que actúan como individuos) son la fuente de las relaciones y los contenidos y en los que, sin una identidad concreta y diferenciada, es imposible participar. Se conoce como relevancia la diferenciación por generación de valor del individuo o marca, habitualmente nacida de contenidos creados, compartidos o referenciados, y que posicionan al usuario como nodo importante dentro de sus redes. La perceptibilidad es, por su parte, la posibilidad de llegar a los entornos del usuario en los que se puede acceder a sus contenidos y tomar contacto con él. Sin la personalización y la individualización que conlleva, resultaría imposible. La personalización de las cuentas de un usuario requiere conocer los entornos en los que se mueve y las herramientas. Es fundamental, porque cada usuario requiere de una concreta y única, de acuerdo con sus características y sus capacidades particulares, que definirán el diseño de cada perfil de presencia. Para la personalización de las cuentas propias son fundamentales diversos factores: La imagen. Como se verá en el apartado siguiente, es la primera impresión que se ofrece, un primer sello de presencia y un primer filtro que va a diferenciarnos, o no, de los demás. La cantidad de contenidos que somos capaces de generar. Una forma de que los perfiles y cuentas propios se diferencien de los demás es desarrollar un proceso de generación de contenidos interesantes y constantes. De este modo se consigue mantener una presencia adecuada en los entornos que se frecuentan y ser así más visibles. La intensidad ha de conseguirse tanto por el volumen de los contenidos como por el momento de su publicación o difusión. Es interesante ocupar el mayor rango temporal posible para que la presencia sea constante, siempre sin llegar a ser abusivo. La calidad de los contenidos que se ofrecen. En este apartado hay que prestar atención tanto a los temas que van a generarse como al cuidado de los formatos, ya sean escritos o audiovisuales. La temática es una buena forma de personalización, porque dependiendo de la exclusividad de la misma se puede conseguir mayor o menor relevancia.


En conclusión, la mejor estrategia de actuación es tener presentes todos estos elementos y factores para diseñar una presencia integral en la que todos los entornos se encuentren de alguna manera conectados por una filosofía y modelo común que potencie la homogeneización de nuestro perfil y acentúe nuestra personalización como usuario único para nuestras redes y entornos.

El perfil El perfil es, a grandes rasgos, la identificación que un usuario utiliza en internet para ser reconocido y tener una presencia concreta. Es la marca personal o profesional, lo que hará que se le reconozca en las distintas redes sociales y foros. Puede ser de diferentes tipos, dependiendo de las necesidades u objetivos, y tanto individual como de empresas o entidades. Un perfil se configura en función de diversos elementos, como la identificación del usuario o su nivel de privacidad o de presencia, con el objetivo claro de conseguir una imagen coherente en las distintas redes sociales, con un nombre similar y una actitud que lo defina en su faceta personal. Veamos cuáles son esos elementos: El avatar es la imagen que representa al usuario en la red. Suele ser de pequeño tamaño y no necesariamente tiene que ser una fotografía o una imagen antropomorfa. Puede utilizarse el fragmento de una imagen, una foto de una mascota, un logotipo, una nube, etc. Lo que elijamos nos va a simbolizar, así que es importante tener claro el objetivo para el que hemos creado el perfil. Si va a utilizarse profesionalmente, se recomienda que se trate de una fotografía actual, en la que se reconozca al usuario y que se vaya renovando según vaya cambiando de aspecto físico (por ejemplo, si se afeita la barba o se corta el pelo, debería sincronizarlo con su imagen en las redes sociales). Por otra parte, no es recomendable cambiar demasiado a menudo la imagen, para que las personas con las que el ususario se relaciona no se desorienten o dejen de reconocerlo. El nombre o nick, del inglés nickname, es un alias que se utiliza en algunas plataformas, medios sociales o foros. Puede ser el propio nombre u otra palabra que identifique al usuario. En algunas redes, como Facebook, pueden coexistir innumerables perfiles con el mismo nombre, sin embargo otras, como Twitter, exigen que sea exclusivo, no puede haber más de un usuario con el mismo nombre. El perfil debe estar en consonancia con la estrategia presencial del usuario en internet. Es decir, si se quiere desarrollar una presencia profesional en la que se busca crear una imagen valiosa y con una reputación concreta muy enfocada al entorno laboral, lo normal es utilizar, tanto en el avatar como en el nick, o la imagen y el nombre propios, o algún otro identificador inequívoco. Puede darse el caso de que se busque una identificación con una actividad profesional concreta, para lo que se deberá utilizar la imagen personal en el avatar pero introducir esa actividad en el nick (juanmárquetin, por ejemplo). Se trata así de identificar en la mente del lector esa actividad con el nombre y mejorar la posición personal en el mercado. La elección del avatar y del nick depende, por tanto, del tipo de presencia que se quiera


desarrollar. Su elección no es un asunto menor, puesto que puede facilitar o dificultar la relevancia de la presencia personal en la red internet. Por ejemplo, veamos el caso de una mujer llamada: Ana María López Vicario. Evidentemente, este nombre es demasiado largo para utilizarlo como nick o identificación. La primera opción sería Ana López Vicario, pero sigue siendo extenso. La segunda opción sería Ana López, pero es demasiado común, por lo que se podría tomar la decisión de elegir como nombre en la red Ana Vicario. Este se adaptaría en las distintas redes sociales como «Ana Vicario», «anavicario» o «avicario», dependiendo del medio, pero siempre con la misma estructura. El avatar y el nick reflejan las intenciones de privacidad. Si se quiere mantener un alto grado de anonimato lo lógico es utilizar un nick que no sea el nombre real y un avatar en el que no se refleje la imagen actual. Una presencia más personal suele estar relacionada con entornos de ocio, en los que no se pretende un enfoque profesional. Puede darse el caso de que la misma persona tenga varias presencias y perfiles para no mezclar su estrategia profesional con su representación personal o de ocio. Otro elemento imprescindible del perfil en casi todas las redes sociales es la descripción del usuario. En Twitter, se llama bio; en Facebook, acerca de; en Slideshare, información personal; en Linkedin, perfil…; en cada red social tiene una denominación, pero siempre se trata del mismo espacio, en el que el usuario puede definirse, contar quién es, qué hace y cómo ponerse en contacto con él. La elección de un tipo de perfil no se puede centrar solo en el nick, el avatar y la biografía, también hay que prestar atención al tipo de presencia que va a desarrollarse, al contenido que se comparte y dónde y de qué manera va a moverse. Un perfil inadecuado puede dar al traste con la estrategia de marca personal y márquetin, así como con el trabajo destinado a un mejor posicionamiento en internet. Lo que sí parece claro es que, sean cuales sean la estrategia y el tipo de perfil, nunca se debe engañar en los datos personales. Es decir, se puede utilizar un nick que evidentemente no sea el nombre real (retador), pero no uno que parezca verdadero pero que sea falso, y la misma regla se ha de seguir con el avatar. No hacerlo así puede provocar la expulsión del usuario del medio social y su salida de la red en la que se mueve.

Amigos, contactos, seguidores y suscriptores Nos referimos aquí a todos los perfiles integrantes de las redes sociales con los que un usuario está relacionado de alguna manera. En Facebook y Google+ se llaman amigos; en Linkedin, contactos; en Twitter o Slideshare tenemos seguidores y gente a la que seguimos, en Youtube son suscriptores…, en términos generales, más o menos es lo mismo, se trata de los perfiles con los que un usuario se relaciona, en primer grado, en las redes sociales: bien porque entre dos usuarios ha habido una aceptación mutua, como amigo o contacto, previa solicitud por parte de uno de ellos; bien porque a uno le interese otra persona y la siga (en este caso generalmente no es necesario solicitar un permiso o esperar a ser aceptado).


Las relaciones también pueden ser de segundo grado, es decir, a través de un contacto o amigo de un usuario se puede llegar a sus contactos y amigos. Hay redes, generalmente profesionales, que permiten ver quién tiene a quién como contacto e incluso pedir a uno de ellos que presente a la persona que se quiera tener en común, lo que resulta muy útil en las relaciones de networking. En otras redes es posible configurar si los amigos de los amigos, es decir, el segundo nivel de relación, pueden acceder a los propios contenidos o no; que interese hacerlo o no dependerá de para qué se esté en esa red y de quiénes sean amigos. Al final los amigos, contactos, seguidores, suscriptores y perfiles a los que sigue un usuario y los que le siguen a él, incluyendo marcas, empresas y «entes anónimos», configuran al propio usuario: dime con quién vas y te diré cómo eres aplicado al mundo virtual. La red de contactos dota de personalidad y otorga una identidad al usuario –por la profesión, los gustos, la edad, el lugar de residencia…– que va a identificarlo según el público con el que se mueva.

El estado: el muro, cronología o biografía En las redes sociales el tiempo es un factor condicionante. Son entornos en los que los usuarios desarrollan relaciones e interacciones sociales y donde la información es, en muchos casos, relevante en un momento concreto. En este sentido, el muro (Facebook o Google+), la cronología (Twitter) o las actualizaciones (Linkedin) muestran el estado de la propia red, lo que está ocurriendo en ese momento entre los usuarios amigos o a los que se sigue. El muro y la cronología son la secuencia de comentarios, de información compartida o creada y de referencias que se van sucediendo en orden temporal en Facebook y Twitter, respectivamente. La biografía es el estado de la historia personal laboral y formativa reflejada en Linkedin y las actualizaciones son las historias de los contactos. En el muro es donde se realiza la mayor parte de la actividad de las redes sociales, donde se llevan a cabo las relaciones sociales, por lo que se ha llamado, en ocasiones, «la plaza del pueblo». Toda la información que publican los amigos/contactos/seguidos se puede disfrutar en él. Si se quiere comentar algo, es el lugar indicado. Cada red social tiene además sus herramientas para poder seleccionar a quién se quiere leer y a quién no: a través de etiquetas, de búsquedas, de círculos cerrados, de grupos…, al final siempre ofrecen la posibilidad de segmentar las conversaciones para facilitar la comunicación en la «plaza». La importancia del manejo de los tiempos en entornos sociales es indudable. Hay que tener en cuenta que es imposible asimilar, y ni siquiera ver, toda la información que se vuelca en las redes, y más difícil resulta cuantos más amigos/contactos se tienen. Constantemente se genera y comparte contenido más o menos relevante que solo es visible por dos razones: o bien ha sido generado por una fuente a la que se vuelve habitualmente, o está visible en el muro/cronología del usuario en el momento en el que está conectado. Por eso, la importancia de un contenido depende muchas veces del momento en que se ha publicado, lo que genera una cierta inseguridad en cuanto a la pérdida de información por parte del usuario. Lo importante en la cronología es lo que está visible, por lo que


puede perderse contenido muy valioso que queda oculto bajo otros más superficiales por el mero hecho de no haberse publicado en el momento correcto. La gestión del tiempo se vuelve, entonces, fundamental, porque implica la necesidad de conseguir un objetivo concreto, ser relevante. Lo mismo que se está comentando de la cronología se puede decir de la biografía. Mantener actualizada la biografía en Linkedin, o en otro entorno o herramienta similar, es necesario, puesto que son sitios públicos que los ojeadores de recursos humanos utilizan como lugar de reclutamiento y selección, o en los que se llevan a cabo actividades relacionadas con el networking. No en vano, internet se ha convertido en un espacio de relaciones profesionales, y herramientas como Linkedin se han posicionado como auténticos centros de trabajo en los que las oportunidades de negocio o de contratación se generan día a día. Para evitar o minimizar el impacto del tiempo en los timeline o muros, han de aplicarse una serie de estrategias o utilizar herramientas que permitan multiplicar la presencia personal o adecuarla a los momentos en que más interese ser visibles. Si se está desarrollando una presencia profesional es útil analizar cuándo suelen los miembros de la red propia estar conectados para comunicar en esos momentos los contenidos que queramos hacer relevantes. Existe la posibilidad de conectar distintas plataformas para que al publicar en una se publique simultáneamente en otras, lo que mejora la gestión y aumenta el impacto concreto. Una de las herramientas más interesantes que han surgido para mejorar la capacidad de acceso al contenido y evitar perder información que pudiera ser relevante es la de las listas, en Twitter o en Facebook, o los círculos, en Google+. Las listas no son más que una segmentación de los usuarios que se siguen según el contenido que comparten. De este modo se potencia la capacidad de acceso a información concreta de aquellas personas que, por una u otra razón, se considera relevante. En lugar de ver todo el muro, el usuario puede ver solo los contenidos de las personas que haya incluido en una lista. El tiempo es, por tanto, un elemento fundamental en la gestión de las redes sociales. En cierto modo, muros, cronologías y biografías son la materialización de esa gestión temporal de la que siempre seremos conscientes y que hemos de ser capaces de adecuar a nuestras necesidades.

Chat y correo interno Las redes sociales son entornos para relacionarse con grupos y/o redes de personas que comparten gustos, objetivos, intenciones, trabajos… Son herramientas de comunicación grupal y multidireccional. Pero las redes sociales, y las herramientas que las forman, no pueden obviar, y de hecho no lo hacen, la comunicación personal. Una de las características de la comunicación en redes es la divulgación de la misma, la conversación pública que, por el hecho de serlo, añade un valor claro de aumento de fuentes de información y de contenidos. La conversación en la «plaza pública» es una de las claves para incrementar el valor que ofrecen las interrelaciones entre usuarios. Sin embargo, sigue siendo crucial mantener un canal personal y privado en el que estos puedan compartir y gestionar relaciones


concretas e íntimas sin necesidad de cambiar de plataforma, sino simplemente utilizando herramientas específicas dentro de la red social en la que se encuentren. Por ello, prácticamente todas las herramientas de socialización y comunicación mantienen canales privados a modo de chats o correos internos. Facebook o Twitter, por ejemplo, permiten esta comunicación personalizada, que se ha convertido en una de sus funciones más usadas. Twitter, con sus mensajes directos (DM), da la oportunidad al usuario de personalizar el foco y de microsegmentar la conversación hacia la persona que en ese momento es más relevante y útil. Facebook utiliza tanto el chat como el correo interno como facilitadores de esta conversación personalizada. El chat es, en efecto, una aplicación anterior a los medios sociales. Su incorporación a las cuentas de correo electrónico supuso una revolución porque permitía la comunicación sincrónica en entornos digitales, con más capacidad de transmisión de información que otros sistemas (por ejemplo, el teléfono fijo). Poco a poco, el chat fue tomando forma definitiva e incorporando nuevas capacidades, como la utilización de la cámara y la imagen, añadiendo elementos de comunicación visual. De este modo se produce un incremento en la capacidad y la calidad de la comunicación, lo que mejora la experiencia de los usuarios y convierte el chat en un canal de primer orden. El paso definitivo llegó con la posibilidad de sacarlo de sus entornos e integrarlo en redes sociales como Facebook o Google+, tal y como ya se ha mencionado. Se produjo así una multiplicación de canales y opciones de comunicación personal como no existía hasta ese momento. Actualmente, cualquier medio de socialización y comunicación entre usuarios tiene una aplicación que, con mayor o menor fortuna, hace las veces de chat. Por su parte, en el correo electrónico, independientemente de la difusión que también ha tenido al integrarse en otras herramientas, se ha apreciado una cierta «socialización». Posiblemente el mejor ejemplo sea el correo electrónico de Google, Gmail, que se ha convertido en un verdadero panel de información, tanto por sus integraciones como por su modo de gestión. El hecho de que pueda utilizarse con otras aplicaciones de Google aumenta la capacidad de acceso a la información y mejora la comunicación de una manera clara. El uso de etiquetas para clasificar los mensajes permite gestionar de un modo más efectivo toda la información que recibimos. Quienes anticiparon que el correo y el chat iban a desaparecer con la llegada de los medios sociales se equivocaron. Conviven con otros canales de comunicación e información adaptándose a los entornos en los que se gestionan.

Horarios y tiempos de respuesta Un elemento fundamental de las redes sociales es el tiempo. El concepto tiempo aplicado a las redes implica la asunción de que las interacciones que estas generan se desarrollan dentro de unos límites concretos. Así como la dimensión espacial tiende a relativizarse, no ocurre igual con la temporal. Por eso resulta crucial ser conscientes de que existe este concepto y de que es necesario gestionarlo adecuadamente.


Se dan diferentes tipos de interactuación dentro de las redes sociales y los entornos limítrofes. Así, por ejemplo, podemos hablar de consumo de información o de visualización de contenidos; dentro de estos, a su vez, se pueden destacar aquellos cuya temporalidad es clave (la información sobre un evento, la noticia del día en un periódico, el aviso sobre una acción concreta en el tiempo…). En estos contenidos es fundamental consumir esa información en el momento apropiado, acceder a ella dentro del tiempo que nos permita recogerla. Las cronologías se convierten aquí en uno de los entornos fundamentales de gestión. En la cronología es donde se va ordenando la publicación de los contenidos que tanto un usuario como sus redes van publicando. Es por ello importantísimo saber cuál es el mejor momento de publicación, tanto para poder acceder a los contenidos interesantes como para conseguir que tenga la mayor repercusión y alcance. Otro tipo de contenidos donde el tiempo adquiere un matiz diferente es el de los contenidos de fondo: los formados por artículos, presentaciones o vídeos que tienen valor por sí mismos, no por la fecha en que son publicados; no informan de un hecho concreto, sino que pueden ser consumidos en cualquier momento sin perder valor, lo importante es acceder a ellos, no el momento en el que se accede. Dentro de la gestión del tiempo en las redes sociales la cuestión de los horarios adquiere una importancia fundamental. Tomemos una herramienta como Twitter. La publicación de contenidos va insertándose en la cronología de modo que su visibilidad es relativa y si el espectador no está presente no puede acceder a ella (luego se verán algunas formas de minimizar esta «debilidad»). Si se quiere ser relevante para un determinado tipo de público, se ha de tener muy claro en qué momento va a estar presente para poder acceder a esos contenidos. Si, por ejemplo, la información deben verla usuarios de países con distintas franjas horarias, habrá que adaptarse a ellas. Algunas herramientas permiten programar el horario de las publicaciones para poder gestionar mejor ese tiempo. Lo mismo ocurre con el consumo de contenido. Lo normal es que haya una serie de fuentes que resulten especialmente interesantes; pues bien, habrá que saber qué horario de publicación tienen para poder acceder a su información. Para ello hay herramientas, como las listas en Twitter, los grupos en Facebook o la segmentación que también permite esta red social, que mejora el consumo de ese contenido, además de acudir de manera regular a esas fuentes, bien directamente o bien a través de los RSS. Los tiempos de respuesta también son importantes en los medios sociales. Es evidente que la base de la relación en las redes sociales es la conversación, pero esta no ha de ser necesariamente sincrónica. En un chat lo lógico es responder de inmediato, sin embargo, en las redes sociales no necesariamente ha de ocurrir así. Las cronologías permiten visibilizar, sobre todo gracias a los avisos que envían a los receptores, los mensajes entrantes. La respuesta no ha de ser inmediata, puede dilatarse en el tiempo, pero no mucho. No existe una medida de referencia del tiempo máximo de respuesta correcto, pero se podrían establecer unos límites, por ejemplo, como gestor de una cuenta de empresa en una red social: no debería pasar de una semana como mucho, si el mensaje es personal, y de un día, si es profesional.


También va a depender de muchos otros aspectos y va a determinar el tipo de gestión que se lleva: personal, profesional, de marca, a un usuario relevante, sobre un mensaje importante… Al final ha de ser el criterio personal el que defina los tiempos de respuesta que se van a seguir, sin perder de vista las alternativas y las consecuencias de ellos.

Redes sociales y foros. Hilos de escritura Una de las posibilidades más interesantes que ofrecen las redes sociales es la de desarrollar hilos de escritura y conversación a través de distintos entornos. Los hilos de escritura son conversaciones multifuente (de varios usuarios) que no necesariamente comparten tiempo ni momento de incorporación y que pueden utilizar varios entornos en una misma charla. Cumplen una serie de características que los hacen valiosos por sí mismos y permiten descubrir todas las ventajas de las redes sociales: Son diacrónicos. El elemento tiempo es relativo, no tiene tanta importancia como en otras herramientas (el chat, por ejemplo), pueden publicarse contenidos en momentos distintos e ir sumándose al hilo. Permiten incorporaciones constantes. Como decimos, en los hilos de escritura, por su propia naturaleza, es posible que los usuarios vayan incorporándose a la conversación según sus intereses, lo que en muchos casos tiene inconvenientes, como cortes en los hilos argumentativos dominantes y ramificaciones conversacionales. Son multientorno. Un hilo de escritura puede comenzar en un entorno y seguir en otro. Por ejemplo, se puede iniciar una conversación en Facebook, seguirla en Twitter, mantenerla en Facebook y derivarla a Tuenti o a Google+. Permiten enlaces. Relacionados con el punto anterior, los enlaces ayudan a trasladar la conversación por distintos entornos y enriquecen los contenidos y el hilo. Son multiherramienta. Permiten la utilización de diferentes formas de comunicación (escritura, imágenes, vídeos…) gracias a la posibilidad de utilizar enlaces, como ya hemos dicho. Suponen una forma enriquecida de conversación. Las redes sociales se materializan en este tipo de diálogos, así es posible que sus miembros puedan incorporarse a dicha conversación en el momento en que decidan. Esta facilidad de participación puede generar, y de hecho genera, un modelo ramificado de conversación en la que el hilo inicial va dando paso a otros hilos que pueden desarrollarse en otros entornos ajenos y diferentes. En realidad no son una aplicación o un recurso de las redes sociales, sino una realidad que ha de aceptarse y para cuya gestión el usuario debe estar preparado. Esto no resulta un problema excesivo si la presencia se dirige al ocio, pero sí cuando se trata de una marca, un producto o una empresa. La dificultad de seguir hilos y temas puede convertirse en falta de atención a un usuario o cliente, y afectar a la reputación profesional y a la capacidad de gestionar la relación con los clientes.


Los hilos de escritura pueden ser una magnífica fuente de información porque permiten comprobar qué temas son los que más interesan, qué nivel de actividad tienen otros usuarios o clientes, qué momentos son los más activos…, pero hay que «sortear» la dificultad del seguimiento del propio hilo, sobre todo si es un hilo multientorno, para poder asimilar toda la conversación y sacar de ella la información posible y útil. Como decimos, no son una aplicación o un recurso que tengan las redes sociales, son una herramienta que surge en ellas por su propia naturaleza; es necesario conocer cómo son, cómo se pueden desarrollar y estar preparados para evitar en lo posible la pérdida de información y el impacto negativo que puede generar una mala gestión de los mismos para una marca o empresa.

Gestión de comentarios y respuestas Los medios sociales son entornos bidireccionales. Su verdadera revolución está en la democratización de la creación de contenidos, facilitando así que cualquier usuario pueda publicar en entornos antes limitados a las empresas o a los organismos con capacidad y conocimiento de internet. Pero hay que distinguir entre las publicaciones que se producen en espacios propios o ajenos. En el caso de los propios, las únicas limitaciones provienen de la propia voluntad y de las funciones de la herramienta que se esté utilizando. Mientras que en las publicaciones en entornos ajenos es conveniente tener en cuenta una serie de nociones para su gestión: Desde el punto de vista del propietario del espacio donde otros publican (el ejemplo más claro es un blog) es necesario tener muy claro cuál es el objetivo que se persigue en ese espacio. Existe la posibilidad de que se busque un lugar donde reflexionar, en el que volcar conocimientos e ideas sobre temas concretos, o que se haga a modo de diario casi personal. En este caso, la gestión de comentarios suele ser muy libre, casi al gusto del propietario, de modo que es este el que establece las normas de publicación de los comentarios en sus espacios. Si el objetivo es profesional, ya sea como marca, empresa o persona física, es conveniente tener en cuenta que se pretende la relevancia, por lo que lo adecuado es responder a todos los comentarios y agradecer el valor que tienen. Surge aquí la eterna pregunta: ¿Hay que dejar que las críticas se publiquen? La respuesta es «sí», siempre que no sean críticas gratuitas, sino razonadas y reflexivas. Una crítica puede ser una perfecta oportunidad para que el usuario mejore su reputación. En primer lugar, porque al gestionar ese comentario crítico se está atendiendo no solo a la persona que lo ha hecho, sino a todos los que lo leen. Además se lanza el mensaje de que se tiene en cuenta lo que los demás opinen de uno. Por último, toda crítica racional puede ser una magnífica oportunidad de mejora. Lo mismo puede decirse de los comentarios que hablan sobre uno en entornos que no se controlan, como, por ejemplo, en el caso de los comentarios sobre hoteles en plataformas como


Tripadvisor. No se puede evitar aquí la publicación de críticas, pero tampoco ha de ser este el objetivo, sino que habrá que agradecerlas y gestionarlas como ya se ha comentado. La publicación de contenidos, comentarios o respuestas en entornos ajenos ha de seguir también una serie de normas: Los insultos o descalificaciones están absolutamente prohibidos. Siempre es conveniente tratar de aportar valor en las respuestas y comentarios, procurando no hacer spam, entendido este como un comentario o respuesta que se aprovecha para introducir información sobre la propia marca o empresa sin que ello sea necesario ni tenga relación con el tema tratado. La gestión de los comentarios y las respuestas ha de ser asumida como algo natural y habitual por las marcas y empresas. Aunque existen herramientas que permiten filtrar y bloquear los comentarios, es conveniente no hacerlo, porque los entornos sociales favorecen y premian la apertura de los usuarios, tanto en la marca y la reputación como en el acceso a nueva información que permita incrementar la capacidad de mejora. El uso de las respuestas y los comentarios con herramientas para crear encuestas, Facebook las tiene, por ejemplo, es un magnífico recurso que se puede integrar en las estrategias de mejora, abriendo la gestión a estructuras externas a la organización y favoreciendo así una imagen de apertura y transparencia que es útil no solo desde el punto de vista de la imagen y el márquetin, sino también dentro de la estrategia de innovación.

Imágenes, vídeos y otros archivos multimedia A pesar de que es común señalar la importancia de la conversación en los medios sociales, no es menos cierto que la otra pata que sostiene estos entornos es la creación y divulgación de contenidos. Para ello resulta muy interesante la utilización de herramientas en las que la palabra escrita pierde protagonismo frente a la imagen y el sonido. Así vemos cómo herramientas que permiten la difusión de imágenes, vídeos u otro tipo de archivos multimedia van ocupando un lugar cada vez más importante en la presencia de los usuarios en la red. Y esto no es una casualidad. En un entorno en el que la inmediatez y la facilidad de cambio de página y herramienta es un hecho evidente, las aplicaciones basadas en la imagen tienen mucho más poder de atracción y se consumen más fácilmente. Youtube, por ejemplo, el mayor repositorio de vídeos de la red, se ha convertido en el segundo buscador más importante tras Google. Un espacio web donde los usuarios «dejan» trabajos propios o ajenos de modo que otros puedan compartirlos y verlos. Sería interesante analizar la motivación de los usuarios que crean contenidos en esta y en otras aplicaciones, pues no solo se nutre del deseo de compartir, sino también de la autoafirmación o de la búsqueda de un archivo propio de contenidos visuales, entre otros aspectos.


Los repositorios de fotografías son otra de las herramientas multimedia más utilizadas. Posiblemente el más importante sea Flickr, que tiene un funcionamiento muy parecido a Youtube. Sin embargo, están apareciendo nuevas herramientas que tratan de mejorar la experiencia del usuario uniendo a la propia fotografía, por ejemplo, la movilidad, como es el caso de Instagram, o la facilidad de copia y archivo, como ocurre con Pinterest. Estas dos últimas han sido algunas de las que con más éxito han irrumpido en el entorno de las redes sociales. Instagram es ya una herramienta muy interesante para utilizar con los smartphones y publicar fotos en Facebook o Twitter inmediatamente después de haber sido tomadas. Pinterest es una aplicación que permite guardar imágenes y vídeos que circulen por la red mediante un clic, lo que facilita enormemente la capacidad de archivo, etiquetado y difusión; incluso se han desarrollado ya estrategias de márquetin en torno a esta herramienta. Junto a estas aplicaciones, hay otras que tampoco son redes sociales puras, sino que funcionan como apoyo a otras redes más clásicas en cuanto a la difusión de contenidos. Una de las más interesantes es Slideshare, un repositorio de contenidos que permite guardar y compartir archivos e información en muy diversos formatos, y que también se ha posicionado como un buscador de contenidos muy interesante. Slideshare permite compartir toda esa información que almacena mediante botones de difusión a Facebook, Twitter, Google+ o Linkedin, o insertando el código de la presentación o contenido en otras páginas y llevándola allí. Lo que es un hecho es que estas herramientas facilitan la gestión de un tipo de contenido con una mayor capacidad de impacto y difusión. El acceso a él y su asimilación suele ser más fácil, por lo que se convierten en herramientas de márquetin y presencia muy potentes, a pesar de que suelen infrautilizarse, bien por desconocimiento de su existencia o uso, bien por necesitar de un nivel de gestión levemente superior al de otras aplicaciones. No debe olvidarse que las redes sociales, en general, suelen facilitar compartir imágenes, vídeos y archivos multimedia, en la mayoría de los casos, en un espacio específico para ello, en el propio muro o a través de enlaces que se pueden clasificar como material audiovisual. Un ejemplo de ello es el apartado «fotos» en Facebook, donde se pueden crear álbumes y clasificar las imágenes decidiendo quién puede verlas o quién no.

Estrategias de gestión de contenidos La gestión de contenidos supone la racionalización de la creación y difusión de todos los que se crean o a los que se accede. Es una equivocación centrarse solo en los propios, porque es posible sacar un claro beneficio de los publicados por otros. Para desarrollar una buena estrategia es fundamental responder a una pregunta previa: ¿Se debe y se quiere crear y desarrollar una estrategia de gestión de contenidos? Si se trata de una empresa o una marca, la respuesta es obvia, pero no lo parece tanto en el caso de un particular. Lo que ha de tenerse claro es por qué se está en las redes sociales (¿enfoque profesional, ocio, mixto?). Una presencia exclusivamente de ocio a simple vista parece no necesitar de una estrategia de


gestión, pero un análisis más profundo nos lleva a poner en duda esta afirmación. Todo lo que se hace en medios sociales es público, y aunque se desarrolle una presencia de ocio, esta puede afectar a otros aspectos de la vida (por ejemplo, cuando se publica una foto personal en una fiesta y la ven en el entorno laboral). Por eso es necesario definir unas reglas básicas de creación y gestión de contenidos que eviten disgustos como los que pueden surgir si se carece de ellas. Objetivos. Si la presencia en las redes sociales es como empresa, marca o profesional (y que se puede extender al ocio si se quiere) se deberá tener muy clara cuál es la estrategia de gestión de contenidos. Y para ello hay que definir inequívocamente el objetivo, la razón de la presencia en las redes. En este punto no se puede confundir objetivo final con objetivo inmediato. Es evidente que el objetivo final de una empresa es ganar dinero, mejorar su rentabilidad o aumentar su cash-flow, pero estos no son objetivos que se puedan trasladar a los medios sociales. En estos medios no es posible que la actuación se rija por semejantes fines, porque el usuario no sería aceptado en entornos que rechazan este enfoque, pero sí es preciso, y hasta obligatorio, definir unos fines inmediatos, que serán pasos hacia el objetivo final: la mejora de la reputación, el aporte de valor al usuario, la relevancia de presencia, la atención al usuario… Segmentos. En segundo lugar, la estrategia de contenidos ha de tener en cuenta cuáles son los segmentos y mercados del usuario, para quién quiere ser relevante: tener muy claro el público objetivo de la estrategia de contenidos ayudará en la definición de una adecuada a él y en su conveniente segmentación. Recursos. Pero del mismo modo, antes de entrar en el diseño y definición de la estrategia, se ha de saber cuáles son los recursos, tanto materiales como humanos o de conocimiento, de los que se dispone. De nada servirá crear una estrategia si luego no se puede llevar a cabo. Por ello, la capacidad de ejecución y gestión va a depender mucho de unos recursos que hemos de analizar previamente. Canales. ¿En qué lugares se van a poner los contenidos? ¿A través de qué herramientas se va a comunicar y a publicar? Su elección resulta fundamental tanto para mejorar la capacidad de viralización del contenido como por las funcionalidades que estos puedan ofrecer y por el modo en que permiten enriquecer el mensaje. Contenidos. Por último, es necesario saber qué se quiere comunicar, qué contenidos se van a compartir o crear, y para ello hay que tener claros todos los puntos anteriores. A partir de ahí, ya se podrán idear adecuadamente contenidos y compartir los que se adecuen al objetivo personal. Solo así se conseguirá una estrategia sólida y relevante. Doce recomendaciones para tener presencia en redes sociales 1. Las redes sociales sirven para estar en contacto con muchas personas. Si se busca compartir experiencias o contenidos con otros usuarios, existe todo un abanico en el que elegir. Si lo que se pretende es difundir nuestra marca profesional a través de ellas, se debe planificar una estrategia que defina la presencia en las mismas. 2. Hay que tener claro cuál es el objetivo dentro de la red (la mejora de la reputación, la atención a los usuarios, difusión


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de contenidos o simplemente una cuestión de ocio) y a qué público va dirigido. Tras resolver estas cuestiones, hay que elegir el canal que más interese. Existe una amplia tipología de redes: para todos los públicos, como Facebook, Twitter o Google+; frecuentadas por adolescentes, como Tuenti; especializadas en contenidos visuales, como Youtube o Flickr; o enfocadas a las relaciones profesionales (Linkedin, Innocentive o Lanzanos). Hay que crear un perfil y el tono con el que queramos expresarnos. ¿Formal o informal? Definir la identidad es fundamental en las relaciones sociales. La imagen, el nombre y la descripción tienen que ser coherentes con la presencia que se quiere proyectar. Si es un perfil profesional, tendrá que ser lo más actualizado y descriptivo posible. Para compartir información, las redes sociales ofrecen varias posibilidades. La más común es el muro, también llamado estado, cronología o biografía. Aquí se puede incluir contenidos y consultar el del resto de usuarios. Cuidar la calidad y la cantidad de contenidos que se generan. La relevancia en la red depende de ello. Ayudará centrarnos en una temática concreta, no ser abusivos en las aportaciones, revisar la ortografía y respetar las normas de conducta establecidas. El contenido de mayor impacto y difusión entre los usuarios es el visual. Por ejemplo, Youtube, Flickr o Slideshare son repositorios de vídeos, fotografías y archivos multimedia, respectivamente. Instagram publica fotografías en Facebook o Twitter desde el móvil, y Pinterest archiva fácilmente las imágenes que encontramos en internet. La base de las redes sociales es la conversación. Como no se produce en tiempo real, se han de cuidar aspectos como el tiempo y la gestión de las respuestas realizadas a los comentarios. A nivel profesional es aconsejable responder antes de un día y permitir la publicación de críticas siempre que sean constructivas y reflexivas. Para mantener conversaciones privadas, en la mayoría de redes sociales se dispone de chat y correo interno integrados. También se puede optar por conversaciones entre varios usuarios a través de los hilos de escritura. Estas son magníficas oportunidades para saber los temas de mayor interés para los usuarios o sus niveles de actividad en la red. La desventaja es la pérdida de información y la dificultad de seguir la conversación, si no está bien gestionado. La mayor dificultad de las redes sociales es la imposibilidad de consultar todo lo que se publica. Opciones como la segmentación de usuarios a través de listas (Twitter), grupos (Facebook) o círculos (Google+) ayudan a minimizar el problema. En relación a la difusión de nuestros contenidos, debemos valorar el momento más oportuno para su publicación. Existen herramientas que ayudan a gestionar el tiempo en la red: aplicaciones que programan la hora de publicación o plataformas que permiten la difusión simultánea en varias redes.


TWITTER Hemos querido hacer especial hincapié en Twitter porque es uno de los sistemas de comunicación – red social para algunos– más de moda entre los internautas. Una herramienta digital que permite enviar breves mensajes de texto (con menos de 140 caracteres). Esos mensajes o tuits van llegando a aquellos que se han «suscrito», configurando la página principal del usuario, llamada cronología, con una mezcla, por riguroso orden de llegada, de los diferentes tuits de las personas a las que uno «sigue». Los textos que se quieren publicar se introducen en una caja que aparece en la parte superior de la página, justo bajo la pregunta «¿Qué está pasando?». Twitter nació para contestar a esta pregunta. Esa era la propuesta de sus fundadores, Evan Williams, Jack Dorsey y Biz Stone, quienes imaginaron un espacio de conversación en el que las personas entraran para contar qué estaban haciendo en ese momento. La pregunta duró poco. Los usuarios decidieron hablar de otras cosas, pensaron utilizarlo para intercambiar información y para comentar lo que estaba pasando tanto a su alrededor como en cualquier otro lugar del mundo, y son los usuarios los que cada día descubren un nuevo uso que no estaba previsto. Este sistema de comunicación surgió aferrado a la actualidad. La pregunta «¿Qué está pasando?» lleva irremediablemente a lo más inmediato, al presente más latente. Pero lo que sus fundadores no podían imaginar era que la actualidad en este espacio llegaría a competir con los medios de comunicación. Asimismo, procura que el acceso a nuestras cuentas sea universal y pueda hacerse desde cualquier aparato con conexión a una red de datos. Mucha gente lo utiliza desde dispositivos móviles (ya sea tabletas o teléfonos) y su manejo es similar al que se pueda hacer desde un ordenador. Todo está sincronizado de manera que lo que hacemos desde un dispositivo se refleja en los demás. Quienes quieren realizar acciones más avanzadas pueden utilizar programas diferentes a los básicos, desde programar tuits hasta analizar a los seguidores, obtener mejores recomendaciones o gestionar más eficazmente los vídeos e imágenes que se comparten en Twitter. Existen también muchos sistemas para sincronizar con las cuentas de Facebook, Linkedin o Google+, de tal forma que se puede simplificar algo el uso simultáneo de varias redes sociales.


Guía rápida de supervivencia Mario Tascón y Mar Abad Si ya se es usuario de Twitter, puede uno obviar este texto, aunque siempre viene bien repasar. Si no lo es, hay que entrar en la página www.twitter.com y seguir los pasos que indican en la misma herramienta, básicamente son los siguientes:

Registrarse Para registrarse se deben rellenar los tres campos que aparecen en la pantalla de bienvenida (nombre de usuario, correo electrónico y contraseña). Hay que procurar que el nombre sea lo más corto posible (en cualquier caso no se podrá pasar de 16 caracteres) y pensarlo bien: es la identidad por la que el usuario va a ser conocido y reconocido a partir de ahora en esta red. Un correo válido y una contraseña y se estará casi preparado para empezar. NOMBRE DE USUARIO :

será nuestro identificador en Twitter. Debe ser único, no pueden existir dos usuarios con el mismo

nombre. No tiene por qué ser nuestro nombre real, ni componerse de la misma forma. No se pueden incluir espacios ni caracteres que no sean números o letras. Para indicar espacios en blanco se suele utilizar el guion bajo (Clara_Soler). El nombre de usuario no lleva la arroba al comienzo, esta se utiliza para mencionarlo y citarlo, pero en realidad no forma parte del nombre. CORREO :

todo usuario necesita una cuenta válida de correo para registrarse. Cada cuenta podrá estar asociada a un

solo correo. CONTRASEÑA :

como en toda aplicación se necesita una contraseña. Es importante elegirla bien y que sea fácil de

recordar, pero no obvia, como por ejemplo la fecha de nacimiento.

Elegir a quién seguimos Twitter es una buena herramienta para seguir a otros usuarios (personas o instituciones) que tienen que ver con nuestros intereses. Aquí, a diferencia de Facebook, no hace falta que los demás nos acepten. Cuando nos damos de alta, o en cualquier momento, pulsando en el apartado «Descubre» del menú superior, una pantalla nos mostrará: Historias. Si preferimos que sea la compañía la que intente averiguar nuestros gustos, podemos pulsar sobre esta pestaña y elegir entre aquellas que Twitter imagina que pueden gustarnos. Destaca tuits relacionados con nuestros intereses o con la realidad social que nos podría interesar, bien por contener palabras clave, bien por ser tendencia en nuestra zona. Actividad. Muestra qué están haciendo en Twitter los usuarios a los que seguimos, si siguen ellos a alguien nuevo, si marcan un tuit como favorito, si retuitean algo. A quién seguir. Recomienda usuarios basados en nuestros intereses, a quién seguimos y mucho


más. Buscar amigos. Si pulsamos sobre la pestaña y permitimos a Twitter que lea los contactos de nuestro correo, en un momento localizará a todos los amigos que estén en la herramienta utilizando sus correos electrónicos. Explorar categorías. Muestra cuentas recomendadas por el propio Twitter. Por un lado, ofrece cuentas sobre diferentes temas, como cine, deportes, entretenimiento, fútbol, gastronomía, gobierno, innovación, literatura, medios y periodistas, moda y belleza, música, organizaciones y turismo, y por otro, propone cuentas de usuarios que considera que nos podría interesar seguir. Una manera sencilla de empezar es elegir algunas de estas cuentas y seguirlas. Al final de todo ese proceso puede que tengamos ya apuntados unos cuantos usuarios a los que seguir. También podemos localizar a un usuario a través de las búsquedas. Hay que pulsar sobre su nombre o dibujo y, cuando estemos en su página, hacer clic sobre el botón «Seguir». Cuando lo hagamos, nos convertiremos en un fan más de ese personaje y sus mensajes aparecerán también en nuestra cronología.

Empezar a recibir mensajes Ahora que ya seguimos a algunas personas, nuestra página principal de Twitter habrá cambiado y en la «Cronología», o «Inicio», que es la que se abre por defecto cuando nos conectamos, estarán apareciendo los mensajes que los usuarios a los que seguimos han ido emitiendo. Esos mensajes se muestran por riguroso orden cronológico: el más reciente, primero, y el resto, más abajo. Al funcionar la aplicación en tiempo real a veces ese río de mensajes es muy rápido, por lo que se nos van a pasar muchos a los que no llegaremos. No hay que preocuparse; hay otras formas, además de la página principal, para ver los temas que nos interesen o lo que escriben otros usuarios.

Nos toca escribir Hemos visto los mensajes de la gente a la que seguimos, pero una caja que aparece en la parte superior de la página de Twitter nos dice: «publicar un nuevo tweet…». Ahí es donde tenemos espacio para comunicarnos con el mundo Twitter. A medida que vamos escribiendo nos advierte, en la parte inferior, del número de caracteres disponibles que quedan o, en rojo y con signo negativo, del número con el que sobrepasamos los 140, que es el máximo disponible. En cuanto hemos escrito un carácter, aparece un botón que indica «Tweetear». Si se pulsa sobre él, se envía el mensaje a la red. Una vez enviado ese mensaje, será uno más de los que aparecen en la cronología de aquellos que nos sigan. Antes de enviarlo podemos precisar un poco más. En la parte inferior externa de la caja, hay una especie de círculo por si queremos añadir datos del lugar desde el que mandamos el tuit, también tenemos el icono de una cámara de fotos, con el que, si pulsamos, podemos compartir una imagen.

¿Y quién nos sigue? Nuestros amigos empezarán a encontrarnos a medida que les sigamos (si nuestro nombre de usuario o


la foto les suena y les apetece hacerlo, claro). Además, algunos nos encontrarán, como nosotros a ellos, a través de los sistemas de búsqueda de amigos o de las propias recomendaciones de Twitter. Poco a poco, la mejor manera de tener seguidores es que dispongamos de una voz propia, que nos sigan por lo que contemos y por cómo lo contemos. Pero hay que tener paciencia, no todo consiste en obtener seguidores, lo importante es comunicarse con los demás. Twitter nos va avisando de cada seguidor nuevo que se incorpora a nuestra cuenta con un mensaje de correo electrónico. Podemos verlos todos pulsando sobre el texto «Seguidores».

Menciones, respuestas y mensajes directos Cuando queramos dirigirnos a un usuario hemos de mencionarlo colocando antes de su nombre una arroba (@usuario). La arroba significa, en inglés, «at» y es el equivalente a nuestro «A la atención de», que, evidentemente, es demasiado largo para Twitter. Con la mención nos aseguraremos de que esa persona puede ver el mensaje si consulta (cosa que debería hacer) de vez en cuando la pestaña «Conecta», donde le aparecerán todos los tuits que le citan. Miremos nosotros también el contenido de esa pestaña para saber quién y con qué motivo nos ha mencionado. Se puede citar a varios usuarios en el mismo tuit: «@usuario1 @usuario2 @usuario3». Un tuit que contuviera esos nombres lo verían esas tres personas. Cuando alguien nos envía un mensaje y queremos continuar un diálogo sobre ese tema, es conveniente hacerlo pulsando sobre «Responder», porque así nos aseguramos de estar generando una conversación que luego podemos seguir con más facilidad que si enviáramos los diferentes tuits solo citándolo. Lo que hagamos al responder tendrá después más coherencia para nosotros, para nuestro(s) interlocutor(es) y para quien quiera conocer cómo fue una conversación o discusión específica. No hay que olvidar que las citas son mensajes públicos y, por tanto, cualquiera puede verlas; si se quiere enviar una comunicación privada, hay que hacer un «directo» o «DM». Para poder escribir a alguien y que solo lo vea él, esa persona ha de seguirnos; si no nos sigue, solo podremos mencionarle. Para hacer un directo podemos dirigirnos al menú «Mensajes» o bien escribir uno que arranque con DM y el nombre de la persona a la que queramos enviarlo sin la arroba: «DM nombre_usuario…».

El arte de retuitear Retuitear, reenviar un mensaje de otra persona –tal cual o modificado– a nuestros seguidores, es una de las actividades que más se hacen en Twitter. De hecho tiene mucho que ver con su éxito, porque asegura la extensión de ideas y pensamientos de unas redes a otras. ¿Vemos un mensaje de alguien que nos interesa, nos gusta y nos parece que merece ser compartido con nuestros seguidores? ¡A retuitearlo se ha dicho! Para retuitear podemos pulsar sobre el texto «Retwittear» que aparece debajo de cada uno de los tuits. De esa forma ese mensaje aparecerá tal cual en las pantallas de todos nuestros seguidores como si lo mandáramos nosotros. También podemos hacerlo «a la antigua»: lo copiamos, lo pegamos en la caja en la que


escribimos los tuits y delante del nombre del usuario al que retuiteamos colocamos las siglas RT, a continuación el mensaje y pulsamos el botón Tweet («RT @nombre_usuario Texto del mensaje»). Mucha gente prefiere este modelo, ya que permite modificar el texto y añadir su punto de vista. Otra es reconstruir a nuestro gusto el mensaje, especialmente cuando incluye un enlace a otro contenido, añadiendo al final una cita al usuario a través del que encontramos el vínculo con la palabra «via» delante de su nombre («Texto del mensaje via @nombreusuario»).

Hashtag y etiquetas Un hashtag (del inglés hash, «almohadilla», y tag, «etiqueta») es una palabra, unas siglas o una frase sin espacios entre palabras que, en el interior de un tuit, se encabezan con el signo almohadilla (#). Twitter las muestra como hipertexto y son clicables. Si pulsamos sobre ellas obtendremos una página de resultados de una búsqueda realizada en todo el contenido de Twitter de todos los mensajes que tengan ese hashtag. En español la gente suele referirse a ellas como etiquetas. Es muy útil añadirlas a los tuits que queremos clasificar en una categoría determinada para que, quien busque esos temas, pueda encontrarlos aunque no nos siga. Las etiquetas sirven para agrupar conversaciones. Así, en cualquier congreso o convención las utilizan para encontrar con facilidad el «hilo» de las conversaciones en torno al mismo y, además, quienes tuitean puedan hacerlo de forma sencilla. Agrupan todos los mensajes sobre series de televisión (#GameofThrones o #Thewire) o acontecimientos puntuales dedicados a temas concretos: #RollandGarros o #fallas. Hay etiquetas clásicas como #fail (fallo estrepitoso), #mujeresque o #yoconfieso (confesiones públicas). Otras muchas las utilizan los fans para seguir el hilo de todos los que hablan sobre un artista concreto (#Shakira). Incluso un adjetivo como #epic es bastante frecuente. Algunas se han convertido en parte del propio Twitter, como #FollowFriday o #FF, que sirve para recomendar a nuestros seguidores otros usuarios recomendables (evidentemente, suele hacerse los viernes). Otra de las más conocidas es #TrendingTopic o #TT, que se utiliza para hablar de los conceptos que llegan a ser «temas del momento». Las etiquetas también se usan algunas veces como recurso irónico: #quémiedo, #yaves, #ejem, #nocomment, #digoyo, #soygurú, #ahílodejo.

Las listas Crear y seguir listas de usuarios es una de las mejores maneras de simplificar el acceso a la información en Twitter. Una lista es un grupo de usuarios ordenados en torno a un tema. Si colocamos bien en ellas a los distintos usuarios, podemos centrarnos en leer la información que ese grupo de personas aporta. Podemos crear listas ordenadas por los temas que tratan o por los intereses que parecen tener (músicos, periodistas, científicos, etc.). Cada vez que se añade a alguien para seguirle, se debería tener el hábito de incorporarlo a una de las listas propias. Es mucho más difícil hacerlo de forma retroactiva. En realidad, no necesitamos seguir a alguien para añadirlo a una lista, de hecho puede ser muy cómodo con quienes creamos que no nos interesa tener en nuestra cronología básica, pero puede haber momentos en los que queramos


saber qué dicen cuando estemos pendientes de algo especial. Si pulsamos sobre «Añadir a la lista», aparecerá en pantalla un cuadro de diálogo, denominado «Tus listas», en el que podemos marcar la lista a la que queramos que pertenezca esa persona. También, en la parte inferior, nos permite «Crear lista» si necesitamos hacer una nueva que no tengamos. Además, se pueden seguir listas que creen otros. Cuando localicemos una que nos interese, solo tenemos que pulsar sobre el botón «Añadir lista» para empezar a seguirla.

Buscar con Twitter Cuando se busca algo simple con Twitter utilizando la caja que muestra una lupa en el menú superior, la aplicación nos devuelve una lista de los tuits que contienen esa palabra. Para facilitarnos búsquedas posteriores, en la parte superior aparece el botón «Guardar búsqueda», que nos permite hacer un acceso directo y rápido que quedará registrado en la pestaña de «Búsquedas» de nuestra cronología. Si necesitamos una consulta más precisa, tenemos que ir al buscador avanzado de Twitter. Hay que teclear en el navegador http://search.twitter.com/advanced y aparecerá una caja especial en la que podemos buscar, o ir a otra página con opciones de búsqueda avanzada.

Anatomía de un tuit Mario Tascón y Mar Abad Un tuit en la pantalla del ordenador aporta mucha más información de lo que parece. En el siguiente esquema mostramos todos sus detalles.

Versión básica de un tuit

A. B.

C.

D.

Avatar. Cada tuit lleva el icono o la foto que el usuario representado ha puesto en su perfil. Nombre de usuario. El nombre con el que ese usuario es conocido en Twitter. Ese nombre está compuesto solo por números y letras (no admite otro tipo de caracteres), no empieza por arroba y tiene un máximo de 16 signos. Este nombre es único, no puede haber dos iguales. Responder. Si queremos responder al usuario de ese tuit, pinchamos aquí y se abrirá una caja de texto encabezada por el nombre del usuario precedido de una @ para que le enviemos una respuesta. Retuitear. Este comando nos permite reenviar el tuit a todos nuestros seguidores, retuiteándolo.


E.

F. G.

Favorito. Si hacemos clic sobre esa estrella, guardaremos en nuestra zona de favoritos (de la cuenta en Twitter, no del navegador) ese tuit. Abrir. Nos permite ver el tuit en su versión expandida. Icono de multimedia, ver foto. Cuando el tuit lleva algún elemento multimedia, aparece un icono similar (en el ejemplo, es el de fotografía, pero podría ser el de un vídeo), si pinchamos sobre él nos permite ver la foto o el vídeo en el mismo navegador de Twitter.

Versión expandida del mismo tuit

H.

I.

J. K.

Nombre. Es el nombre de usuario (el que cada uno ha escogido, claro). Aquí sí se pueden poner espacios, acentos, emoticonos. Puede haber muchos usuarios con el mismo nombre (Alberto García). Icono de multimedia, ocultar foto. Cuando hemos expandido el tuit que lleva algún elemento multimedia, podemos ocultarlo si pinchamos sobre él, y volver así a la versión básica del tuit. Imagen. Podemos ver imágenes en el mismo navegador de Twitter. Reporta este archivo. En el caso de que creamos que la imagen no debe estar colgada porque vulnera algún derecho a la intimidad o al respeto, porque debería traer un aviso de prevención o porque contiene algo ilegal, podemos indicárselo a Twitter a través de este enlace. Es una aviso para que revisen el material.


L. M. N. O.

P.

Retweets. Indica la cantidad de veces que este tuit ha sido retuiteado. Favoritos. Muestra el número de usuarios que han marcado el tuit como favorito. Imágenes de usuarios que han marcado el tuit como favorito. Geoposición. Indica el lugar desde el que se ha emitido el tuit, si el autor ha autorizado que se haga público. Tiempo. Informa de la fecha, la hora y la plataforma que se ha usado para enviar el tuit.

Versión de un tuit visto en app para móvil

Q.

Tiempo. Señala los segundos, minutos y horas que hace que el tuit se emitió.

Los elementos anteriores son las principales informaciones que podemos obtener de un mensaje, pero cada tuit lleva incorporado más de diez veces lo que vemos. Cada uno de los mensajes incorpora desde la fecha de creación de la cuenta del usuario a la zona horaria en la que se encuentra. Son datos que sirven para que los tuits circulen sin problemas por los móviles, sean legibles para otras aplicaciones o, simplemente, para ayudar a establecer perfiles que permitan a Twitter mejorar sus recomendaciones.

Vocabulario de Twitter Mario Tascón Para los nuevos usuarios, representados también como un huevo, si aún no han cambiado la foto que figura por defecto en el avatar, es difícil seguir las conversaciones e incluso entender los tuits. Se recopilan a continuación las abreviaturas más utilizadas para poder entender este nuevo lenguaje que se está haciendo extensible a otros entornos. Abreviaturas relacionadas con la propia herramienta y su funcionamiento: RT: retweet, «reenviar un tuit». Un mensaje de otro usuario que nos gusta o interesa y que decidimos enviar a nuestros seguidores. Para ello, se colocan esas siglas delante del mensaje original que queremos tuitear: «RT mensaje». +1: Si, además de volver a publicar el mensaje, queremos apoyarlo, se suele colocar delante +1: «+1 RT mensaje». Si se quiere enfatizar se añaden más ceros «+ 1000».


MT: modified tweet, «tuit modificado». Como el retweet, pero indicando que se ha introducido alguna modificación al original: «MT mensaje». PRT: partial retweet. El tuit que se envía es otro ya truncado o acortado por el usuario: «PRT mensaje cortado…». DM: direct message, «mensaje directo»: «Te he enviado un DM». D: Si colocamos al principio del tuit una D seguida del nombre del destinatario sin la arroba delante («D usuario mensaje») se envía un tuit a ese destinatario que los demás no ven. @: Como veíamos al inicio del capítulo, colocada al principio de un tuit envía un mensaje al destinatario (indicado @usuario) que solo ven los seguidores comunes del emisor y el receptor. Cuando se quiere que todo el mundo, además de los mutuos seguidores, vea el mensaje, se coloca un punto, o cualquier otro signo o letra, delante de la @ («.@»). Además, la @, como equivalente del at inglés, tiene otro uso: equivale a «en», referido a un lugar. Se coloca delante de la localidad, sitio o calle: @ Arenal, «en la calle Arenal». TT: trending topic, «tema del momento». Los términos más comentados por los usuarios en cada momento. Pueden ser palabras sueltas, dos palabras o etiquetas (hashtags) que comienzan con el signo numeral (#). T L: timeline, «cronología». Se refiere a la pantalla principal de Twitter en la que van apareciendo los mensajes de aquellas personas a las que se sigue. Abreviaturas relacionadas con la cortesía en los tuits: CC: carbon copy. Es el equivalente a esa función del correo electrónico. Cuando queremos asegurarnos de que un usuario vea un tuit, se coloca su nombre detrás de las siglas cc («cc @usuariodestino»). Los tuiteros suelen mirar una zona de Twitter en la que aparecen las menciones que otros les hacen, con estas siglas nos aseguramos de que nuestro tuit aparezca en esa lista del destinatario. EN: english. Normalmente se coloca entre paréntesis o corchetes y antes de un enlace para indicar que el contenido al que se hace referencia está en inglés («[EN] enlace»). FA: follow always. Se utiliza para recomendar seguir a alguien apasionadamente, sin dudas, en cualquier momento. FF: follow friday. Una tradición en Twitter es recomendar los viernes a quién seguir. Las buenas prácticas aconsejan no recomendar más de uno o dos usuarios y añadir los motivos («FF @usuario1 @usuario2»). NSFW: not safe for work. Suele ir acompañando a un enlace que puede ser peligroso abrir en el puesto de trabajo, bien porque tiene sonido, bien porque el contenido no es muy adecuado. PDF: portable document format. Tipo de documento muy frecuente que viene a ser una fotocopia digital de un documento impreso (un formulario, un folleto, un periódico). Normalmente colocado entre paréntesis o corchetes y antes de un enlace para indicar que el contenido al que se hace referencia está en ese formato: («[PDF] enlace»). Sin ser abreviaturas se suele hacer lo mismo con gráficos, fotos y vídeos, colocándose estas palabras antes del hiperenlace.


RT: el retuit mencionado antes es uno de los elementos básicos de cortesía porque cita públicamente la fuente de un tuit. : Este icono (reciclaje) también se utiliza como sinónimo de retuit. Se ahorra un carácter. RTRL: retuit real life . Cuando alguien envía a Twitter un mensaje recogido generalmente de una conversación en la vida real. Vía: cita expresamente a un usuario a través del que hemos conseguido la información. Suele colocarse al final del tuit («vía @usuario»). El origen no tiene por qué ser otro tuit, puede ser un libro, una página web, etc. Abreviaturas en los diálogos: for your information, «para tu información». Se usa mucho en el correo electrónico junto con la variante FYIO (for your information only), que en Twitter, un entorno en el que casi todo es público, tiene menos sentido. LOL: laughing out loud, «riendo a carcajadas». ROFL: rolling on floor laughing, riéndose mucho más que con LOL, ya que aquí rodamos por el suelo de risa. TKS: thanks, «gracias». WTF: what the f…!, «¡pero qué…!». Abreviatura muy popular para expresar sorpresa ante algo inesperado o muy llamativo por bizarro, surrealista o sorprendente. XD: En realidad no es una abreviatura, sino un emoticono que representa unos ojos cerrados (con la X) y una boca abierta riéndose (la D). Hay que verlo de lado. Es una carcajada mayor que la clásica sonrisa :-). FYI:

Abreviaturas sobre herramientas de internet y aparatos varios: BB: Blackberry. FB: Facebook. IP: iPhone/dirección de internet. LI: Linkedin. PS: Playstation. TW: Twitter. YT: Youtube. EM: email, correo electrónico.

Recomendaciones estilísticas Markus Steen Tan importante es el contenido del tuit como la forma de comunicarlo. 140 caracteres no dan para


mucho y se debe medir cada palabra que se teclea para transmitir un mensaje interesante, conciso y bien escrito. Si se quiere generar conversación y tener mayor visibilidad en la cronología, además de ofrecer un contenido de calidad, puede venir bien seguir unas recomendaciones estilísticas. El investigador en medios sociales y experto en Twitter Dan Zarrella (@danzarrella) señala que los nombres propios, los sustantivos en plural y los verbos en tercera persona del singular recaban mayor atención de los seguidores cuando retuitean que otras formas gramaticales (http://goo.gl/0lGht). Por lo tanto, las estructuras simples de los titulares informativos (sujeto + verbo + predicado) se adecuan al estilo ideal de Twitter. En el extremo opuesto se encuentran los adverbios, los sustantivos en singular y no numerales, y los verbos conjugados en pasado, cuyo uso se debe evitar si es posible. Los signos de puntuación también merecen atención a la hora de escribir. Gozan de mayor popularidad los dos puntos (:), el punto (.) y el signo de exclamación de cierre (!). Por el contrario, el punto y coma (;) es el signo más denostado por los usuarios que retuitean. Incluir un enlace en el tuit incrementa hasta tres veces las posibilidades de que sea retuiteado. No solo aumenta la visibilidad del tuit en la cronología de Twitter, sino que también es un vehículo idóneo para dar a conocer el contenido enlazado que es externo a la plataforma. Gestionar los tiempos de publicación es importante para sacarle el máximo partido. Según Zarrella, se obtienen más retuits después de trabajar a última hora de la tarde y al final de la semana. También recomienda tuitear durante las mañanas de los fines de semana: aunque el tráfico de los portales de noticias desciende, los usuarios prestan más atención y hacen clic con más frecuencia. Estar presente en Twitter las 24 horas del día es harto complicado. Por eso, si se quiere publicar un tuit a una determinada hora o repetirlo a lo largo del día puede ser útil la herramienta Su.pr (http://su.pr/), con la que se pueden programar tuits a la hora que se quiera. Algunos expertos rebaten que sea negativo repetir el mismo tuit en sucesivas ocasiones. Uno de los usuarios más populares del mundo, Guy Kawasaki (@guykawasaki), hizo un experimento que consistió en reiterar el mismo tuit en cuatro ocasiones durante 32 horas y con ocho horas de separación (http://goo.gl/a2zrR). Llegó a la conclusión de que el número de clics se mantiene más o menos constante. Por lo tanto, al tratarse de una plataforma de actualización permanente, es buena idea repetir el mismo tuit con tal de abarcar a todos los seguidores, más aún tratándose de medios de comunicación en español con lectores distribuidos por todo el mundo y husos horarios distintos. Es recomendable añadir un tema de conversación (etiqueta o hashtag) al tuit para aumentar su difusión. Así se indica el asunto sobre el que se está escribiendo y se permite a una audiencia potencial que busca información acerca del mismo tema encontrar el tuit que se ha publicado. Por último, no hay que olvidar personalizar el tuit añadiendo los nombres de usuario de las personas que aparecen en su contenido, y es preciso cerciorarse de que están presentes en Twitter a través de su buscador interno o realizando una búsqueda en Google.

Diez prácticas que deben evitarse en Twitter


Esther Vargas El tema de discusión ya no es si las organizaciones de noticias deben estar o no en Twitter. Claro que deben estar, y de hecho cada nuevo medio que aparece –en la red o en el papel– llega con su Twitter bajo la manga. Lo que preocupa hoy es cómo aprovechar la red de microblogging, y qué tipo de acciones se deben evitar. Se han identificado diez prácticas que las organizaciones de noticias deben evitar para aprovechar al máximo Twitter, aunque se pueden aplicar a cualquier tipo de empresa. En cualquier caso, la audiencia sorprende cada día, y ningún especialista en medios digitales tiene la última palabra sobre qué es bueno y qué no. 1.

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Entender Twitter como un depósito de enlaces es una de las prácticas más preocupantes. Si se cree esto, lo que sigue es algo aún más simple: cualquiera puede colgar enlaces. Cuando se contrata a un becario o a un estudiante en prácticas todo se desarrolla sin novedad hasta que ocurre un desastre, y por desastre hay que entender desde noticias inventadas o declaraciones tergiversadas hasta muertes anticipadas (Sí, mataron a Cerati, otra vez). Prohibir, impedir o bloquear el diálogo con la audiencia. No solo no se propicia la conversación, sino que se ordena evitar el contacto con la gente. Ignorar las críticas. Lo que digan unos pocos usuarios en Twitter apenas importa a esos cuatro gatos. Atención a la repercusión que puedan tener. Enemigos de la tolerancia. Pelear con la audiencia cuando se cuestiona –en diversos tonos– una portada, una foto, un reportaje o las preguntas del entrevistador del medio. El responsable de las redes sociales de la organización debe recoger las críticas y trasladarlas a sus jefes para analizar el porqué del disgusto, pero jamás atacar al usuario o sugerirle que deje de seguirlo en Twitter, que cambie de canal o que compre otro diario. No tener disciplina. La cuenta de Twitter de un medio no es menos importante que el noticiario de la noche o el diario del día siguiente, por lo que se deben adoptar todas las medidas de seguridad y control para que se ofrezca a los usuarios el mejor servicio. Por ejemplo, para la cuenta de un medio de comunicación no hay domingos y feriados, no hay horario libre para actualizar, no hay días en los que se puede y días en los que no. Es clave organizar un equipo, establecer horarios y acatar las reglas internas para el manejo de la cuenta. No capacitar al personal en el manejo y comprensión de las redes sociales. Una redacción que sabe y reconoce el valor de herramientas como Twitter puede ayudar a la organización a destacar en el uso del microblogging con diversos aportes. No experimentar. Es importante no dejar de probar herramientas nuevas que permitan aprovechar al máximo Twitter. Todas las semanas se anuncian y difunden herramientas que pueden ayudar a medir el impacto de los tuits, el alcance de los retuits y la aceptación de los mensajes. No es posible ignorar esto. No romper la rutina. Sorprende a la audiencia en Twitter con vídeos en vivo, encuestas, documentos para descargar, transmisión de eventos y fotos.


9. 10.

No escribir bien. No hay excusa para destruir el lenguaje con el pretexto del espacio. No aprender de los errores. Acumular faltas y no tomar conciencia de por qué ocurrieron y cómo evitar que siga pasando puede ser dramático para una institución.

Y como último consejo es recomendable dejar al menos 25 caracteres libres al publicar un tuit de manera que los usuarios que quieran retuitearlo tengan espacio para incluir el RT (retuiteo), el nombre de usuario de quien lo ha publicado originalmente y un comentario si lo creen necesario.

Cómo verificar la información Fundéu BBVA La red de periodistas internacionales Ijnet (http://ijnet.org) ofrece cinco sencillos pasos para aprender a verificar la información que se difunde a través de Twitter. Lo primero que esta guía aconseja es resistir la tentación de difundir la noticia rápidamente buscando solo ser el primero en comunicar la información. Los periodistas Mandy Jenkins (http://goo.gl/rVKGq), editora de redes sociales de Huffington Post, y Craig Silverman, director editorial de OpenFile.ca (http://goo.gl/2ebaA) y editor y autor del blog Regret the Error, dieron una serie de consejos durante la Conferencia Anual de la Asociación de Prensa Digital (http://goo.gl/6TdV8): Verificar la fuente: ¿Cuándo se creó su cuenta de Twitter? ¿Con qué frecuencia se actualiza? ¿Tiene una foto o avatar? ¿El usuario tiene amigos o seguidores? ¿A quién sigue? ¿Hay interacción con otros usuarios? Se puede comprobar la cuenta en Klout (http://klout.com). Si se hace una búsqueda en Google con el nombre de la cuenta y las palabras spam o «estafa», ¿se encuentran quejas de otros usuarios? ¿Qué sucede al buscar otras cuentas relacionadas con la información que se tiene? Se puede probar a hacer una búsqueda con el nombre de usuario o utilizar Identify (http://goo.gl/CISsj) en Firefox o HoverMe (http://www.hvr.me) en Chrome. Seguir el dato: Intentar hablar con la persona. Preguntar si fue testigo de lo que informó o, si no, cómo se enteró. ¿Qué vio? ¿Cómo y cuándo lo vio? ¿Quién más podría tener la misma información?


Analizar los tuiteos. ¿Las actualizaciones tienen sentido en el contexto? ¿Parece la cuenta auténtica? ¿Hay errores de ortografía o de gramática? Si hay una imagen adjunta, comprueba su Exif (Exchangeable image file format) (http://goo.gl/Kohs3). Corroborar la historia: Verificar la información con la policía si es pertinente. Comprobar si otras personas en Twitter están hablando de lo mismo o pedir a nuestros seguidores que nos ayuden a verificar la información. Evaluar nuestras opciones. ¿Es tan urgente esta información? ¿Realmente ese dato es tan importante o hay una historia sin él? ¿Vale la pena correr el riesgo si la información es incorrecta?

Twitter, los periodistas y las fuentes Jordi Pérez Colomé Twitter conlleva una ventaja y una desventaja para los periodistas, y ambas son la misma: hay más fuentes que nunca. Hace unos años, si alguien quería publicar algo solo disponía de tres opciones: tener un medio, poner un anuncio o conocer a un periodista. La más barata y común era la tercera. Las fuentes sabían que debían acudir a los periodistas y los periodistas controlaban y cuidaban a sus fuentes. Ahora no. Internet permite publicar de todo. Cualquiera puede colgar sus vídeos, fotos, opiniones, noticias, y cualquiera puede verlos. El trabajo del periodista ya no es solo hacer hablar a sus fuentes habituales. Ahora también puede buscar indicios y contrastar entre miles de ellas. Todas tienen opciones de llegar al público sin su mediación. Algunos periodistas o medios pueden creer que su trabajo no es tan necesario, pero no es cierto. Antes había poca información; ahora hay demasiada. El reto de la prensa es encontrar la justa y buena, y el objetivo es el mismo; antes había un desierto de fuentes y ahora una selva. Antes, el portavoz del Departamento de Estado era escuchado solo en función de su cargo. Ahora es importante también después de dejarlo. Que haya más fuentes individuales, inmediatas y puntuales no evita que el modo de elaborar y comprobar la información sea el mismo. Buena parte del público busca aún la fiabilidad de un periodista –o de alguien que se haya ganado la credibilidad– para que le separe hechos de rumores y le cuente lo que debe saber sobre un tema. La noticia o el contexto pueden surgir de muchos sitios y, aunque es probable que las agencias o las grandes cadenas la confirmen enseguida –tienen más medios–, a veces ya no son los primeros ni los que dan la información más completa.


Hay varios modos de comprobar las fuentes en Twitter: Quién es. Es difícil que un ciudadano pueda ser el primero en conocer grandes noticias. En esos casos hay que desconfiar mucho. Pero sí puede alguien encontrarse con un terremoto, un accidente o una manifestación. La mejor manera de saber si es fiable es ver quién lo dice: ¿Sus tuiteos anteriores son normales y habituales? ¿Podía estar en el lugar de los hechos? ¿Puede tener algún interés? ¿A quién sigue y quién le sigue? Ayuda mucho tener fuentes ya seleccionadas de los lugares en los que pueden producirse noticias y a los que no se puede mandar a periodistas. El mejor modo de averiguar el nivel de fiabilidad de los tuiteos de alguien es seguirle unos días y comprobar cuántas de las cosas que dice se convierten luego en hechos comprobados. Igual que se ha hecho siempre con las fuentes: hay que ponerlas a prueba. Como regla general, es prudente no basar ninguna noticia en una fuente que acabamos de encontrar, aunque sí nos puede servir como punto de partida para averiguar si lo que dice es verdad. Qué pasa. Este es el segundo método, sobre todo en breaking news: abrir una vía paralela y buscar confirmaciones con palabras clave, en Twitter, en Google News o en la web. ¿Hay alguien que dice o habla de lo mismo? ¿Quiénes son? ¿Hay quizás alguien que sea fiable en ese mismo lugar? Hablar con la fuente. Twitter no es solo una fuente para información puntual. Es fácil contactar con el autor de un tuiteo. En algunos casos se puede hablar con quien haya detrás para contrastar algún dato y, sobre todo, conservarlo en la agenda para otras veces. Las fotos y los vídeos no son definitivos, las imágenes sirven a menudo para confirmar una noticia en Twitter. Pero cada vez hay que ir con más cuidado. El tratamiento fotográfico no es nuevo, pero ahora es más fácil y requiere menos medios. Así que está más extendido.

Por mucho Twitter, el periodismo no cambia El trabajo del periodista es el mismo que antes: contrastar las fuentes, saber si lo que cuentan es verdad. La tradición dice, más o menos, que si dos personas distintas cuentan el mismo hecho se puede dar por bueno. En Twitter habría que añadir una tercera. Esta red propaga con facilidad más rumores, pero también permite detectar mentiras más rápido. Los medios deben aprovecharlo para ser más precisos porque es más fácil averiguar sus fallos. Los afectados tienen más modos de decir que una noticia de la televisión, por ejemplo, no es exacta. Cada vez es más común que ciudadanos predispuestos ayuden a descubrir que una foto es falsa. También es más fácil comprobar qué dicen varias agencias o medios sobre el mismo acontecimiento. Todo está en internet. Twitter proporciona más medios a todos. Los periodistas no pueden quedarse atrás y lamentar que la información esté ahora al alcance de todos, todos pueden ponerse a su nivel. La difícil tarea de descubrir qué ocurre de verdad es igual de necesaria. Solo que hay más medios. Es un reto nuevo y todo reto trae oportunidades.


Diez consejos para iniciarnos en Twitter Marga Cabrera Méndez 1. Twitter es una red donde cualquiera puede escuchar, donde no es obligatorio darnos de alta y lo único que es necesario es entrar y saber elegir a quién leer o a qué conversaciones atender. 2. Es imposible leer todo lo que se escribe en Twitter, está abierto las 24 horas del día, todos los días del año y con usuarios interactuando a nivel mundial. Así que intentar enterarnos de todo es absurdo. Lo ideal es ir eligiendo las cuentas de personas o entidades (marcas, medios, asociaciones, famosos, administración pública…) que más nos interesen. 3. Podemos clicar en el nombre de una cuenta (o persona) y leer todo lo que haya escrito en los últimos días, así como buscar un nombre y enterarnos de lo que dice, de las veces que lo hayan nombrado y de qué se ha dicho sobre esa cuenta. 4. La opción más sencilla para empezar a decidir a quién seguimos es utilizar el buscador o las recomendaciones que nos hace el propio Twitter en el apartado «#descubre»: historias, a quién seguir, buscar amigos o explorar categorías. 5. Los hashtag son etiquetas que se utilizan para definir y clasificar los tuits, así, si encontramos un tuit en el que al final ponga «#recomendar» es porque el autor ha decidido recomendar lo que haya señalado en su mensaje, bien a una persona, un enlace, una película… Se puede clicar en los hashtag, de forma que podremos acceder a todos los tuits que incluyan la misma etiqueta. 6. Con las palabras o hashtag más utilizados se crean tendencias, que son aquellas cosas de las que más se está hablando en ese momento en Twitter. Pueden verse las tendencias del momento por localidad, país o a nivel internacional. Las tendencias también son conocidas como trending topics. 7. Si queremos participar tenemos que darnos de alta y ser conscientes de las reglas del juego, no podemos escribir tuits con más de 140 caracteres, y si es posible menos, mejor, así dejamos espacio para que otros puedan contestar en nuestro propio tuit. 8. Si damos de alta nuestra propia cuenta es importante rellenar nuestros datos básicos, el perfil. Cuanto antes quitemos la imagen del «huevo» mejor, ya que es imagen de novato y no está muy bien visto entre los asiduos… 9. La información que pongamos sobre nosotros en el perfil, las cuentas que sigamos, las listas que generemos y los contenidos que vayamos publicando nos definirán como «tuiteros». 10. Y para finalizar, un consejo: paciencia al principio, ya que cambia el lenguaje y la manera de actuar, así que nos costará algo de tiempo adaptarnos. Hay que pensar que todo el mundo ha empezado alguna vez.


ESCRITURA COLECTIVA: WIKIS Tíscar Lara Los wikis nacen a mediados de los años noventa, cuando Ward Cunningham desarrolla el primero en 1994. Toma el nombre de wiki-wiki en honor de la palabra hawaiana wiki, que significa «rápido», para expresar la rapidez y facilidad de edición que tenía el sistema recién creado. En los primeros años, la tecnología wiki fue utilizada, principalmente, por las comunidades de desarrollo de software libre, como una manera sencilla de documentar los proyectos y sus avances. Por tanto, se trata de una tecnología que nace asociada a una necesidad concreta de documentación de procesos. Pero ¿qué es un wiki? En términos tecnológicos, es un software para la creación de contenido de forma colaborativa, un sistema de creación, intercambio y revisión de información en la web de manera fácil y automática. Se denomina wiki al conjunto de páginas web con enlaces, texto, imágenes y todo tipo de contenido que puede ser visitado y editado por cualquier persona. De esta forma, se convierte en una herramienta web que permite crear colectivamente (mediante un lenguaje de wikitexto editado con un navegador) documentos o artículos sin que el contenido tenga que ser aceptado antes de ser publicado en internet. La finalidad es permitir que varios usuarios puedan crear páginas web sobre un tema, de forma que cada uno aporte información o conocimiento para que la página sea más completa, generando así una comunidad de usuarios que comparten contenidos acerca de un mismo tema o una categoría concreta. El término se ha popularizado gracias al éxito de la Wikipedia, una enciclopedia de elaboración colectiva accesible a través de la red internet. La palabra se usa a menudo en femenino, probablemente por la influencia que «la Wiki» ha tenido en la popularización de los recursos de este tipo.

Ventajas de los wikis Facilidad de uso: permiten crear o modificar páginas web sin conocimiento técnico alguno. Gran flexibilidad y libertad: favorecen la participación frente a otros medios más restringidos.


Escritura colectiva: coautoría. Historial de cambios: permiten la restitución de versiones anteriores y actúan a modo de garantía de transparencia del proceso.

Desventajas de los wikis Dificultad de realización de búsquedas avanzadas. Vandalismo: borrado o introducción de información irrelevante, publicitaria, etc. Información a veces poco fiable.

Anatomía de un wiki El wiki tiene su propia terminología y se define por una serie de elementos característicos, entre los que destacan cuatro que suelen aparecer en todos ellos: Artículo. Cada una de las páginas de edición en las que se encuentra el contenido editado por el usuario. Edición. Una pestaña de segundo plano donde se pueden editar los artículos. Historial. El listado con los registros de todas las ediciones que se han hecho del artículo. Desde aquí se pueden revertir los cambios. Viene dado por defecto por el sistema y no es manipulable (no se pueden eliminar y/o modificar registros). Discusión. Espacio para el intercambio de ideas y opiniones en torno al artículo en cuestión. Especialmente indicado cuando hay controversia de puntos de vista para resolver las discusiones en favor de un consenso neutral.

Interactividad y comentarios La capacidad de comentar los contenidos es más visible y se potencia más en los blogs que en los wikis. En un blog, otros usuarios pueden dejar comentarios a las entradas o posts, pero no modificarlos. En un wiki, aunque los usuarios podrían entrar en el cuerpo del contenido e introducir en él sus comentarios, la propia tecnología les reserva otro espacio para ello: la pestaña de «Discusión». Al ser un espacio colaborativo, también los comentarios pueden ser modificados por el resto de los usuarios. Por lo general no se ofrece la misma libertad de modificación de los contenidos a todos los usuarios, distinguiéndose frecuentemente los administradores, los usuarios inscritos y los usuarios anónimos.

Plantillas, la cara del wiki


Al igual que los blogs, los wikis permiten que la forma sea independiente del contenido, de manera que se pueda cambiar su aspecto sin que afecte a sus páginas. Esto es posible gracias al uso de plantillas o formatos preconfigurados que ofrecen diferentes estilos visuales. Por poner un ejemplo, y salvando las distancias, las plantillas son como las carcasas de los teléfonos móviles, una especie de piel o funda que se puede cambiar para una mayor personalización del dispositivo. Por lo general, los administradores del wiki son quienes pueden escoger una u otra plantilla para que los lectores y colaboradores vean el wiki con otra apariencia. En el caso de los wikis realizados en plataformas gratuitas, como Wikispaces o Pbworks, el administrador puede seleccionar una de las diversas plantillas que ofrece su servicio. La ampliación de estas opciones suele estar disponible bajo pago. Por el contrario, en las instalaciones de wikis en servidores propios, como ocurre con el software MediaWiki que utiliza la Wikipedia, los administradores tienen multitud de opciones para incorporar plantillas opcionales e incluso modificar el código de las mismas para generar las suyas propias, originales, únicas y distintas a las demás. En las plantillas se define el diseño que tendrá la interfaz, lo cual hace posible cambiar colores, fondos, tipografías, tamaños de letra, etc.

Categorías y secciones Así como las plantillas tienen que ver con la forma, las categorías y secciones tienen que ver con el contenido. Las categorías en los wikis actúan de manera similar a las categorías en los blogs. Su función es ayudar a clasificar el contenido de forma que sea más fácil su localización por agrupación temática. Forman secciones y vinculan entre sí las páginas del wiki que traten sobre un mismo tema o categoría, siempre que el autor así lo indique. No están predeterminadas, sino que es el autor quien las va creando según avanza en la escritura del wiki, añadiendo nuevas páginas o contenidos a las categorías o palabras clave ya determinadas. La creación es muy flexible: el autor siempre puede modificar, renombrar, añadir o eliminar categorías, además de marcar o desmarcar contenidos asociados a las mismas. Las categorías pueden relacionar entre sí multitud de páginas que a priori pudieran parecer independientes. Para el lector de un wiki, las categorías son muy útiles pues le sirven de índice de consulta o sumario temático global para navegar sobre los diversos contenidos. Las secciones son apartados dentro de las páginas de un wiki. Sirven para estructurar el contenido de la página en diversos segmentos y facilitar con ello la lectura. En ocasiones, como ocurre en la Wikipedia, las secciones se destacan en una tabla de contenidos que sirve de sumario de introducción a la lectura y permite llegar, por medio de enlaces específicos, a cada una de ellas dentro de la misma página.


Organización de la información en los artículos Las secciones de los artículos suelen estar organizadas en un orden lógico que va de lo general a lo particular: introducción, enumeración de elementos y desarrollo de los mismos. Al contrario de lo que ocurre en los blogs, donde la información más reciente aparece en la parte superior de la página y en los que predomina un tono más cercano a la conversación, en los wikis se espera que los artículos se desarrollen al estilo de los materiales descriptivos, más propios de documentos de referencia y consulta como son los de tipo enciclopédico. Las tablas de contenidos, o índices de sumario, que se generan en las páginas para servir como guía de navegación de las secciones son de gran utilidad para comprender la organización de las mismas de acuerdo a su estructura lógica interna. En toda elaboración editorial es muy importante poner atención en la organización de los párrafos para conservar su coherencia y cohesión, tanto interna como externa. Así, del mismo modo que en otros géneros escritos, es conveniente que cada párrafo tenga unidad propia y desarrolle con claridad una idea. La ampliación de los conceptos puede hacerse desplegando nuevos párrafos dentro de la misma página o en otras páginas. Los wikis son hipertextuales y por tanto admiten la incorporación de enlaces a otras páginas, sean o no del propio wiki, y también a documentos que se puedan descargar desde el mismo (por ejemplo, archivos PDF, DOC, JPG, etc.).

Pautas de comportamiento en los wikis Según un informe de Business Week de 2007 ( http://goo.gl/kXBvN), estas son las pautas de comportamiento que deberían seguirse en los wikis:

Lo que sí se debe hacer en el wiki: Ser correctos. Animarse a crear contenidos o a editar el trabajo de otros. Los wikis se desarrollan más rápido cuando la gente se implica en solucionar problemas, corregir la gramática, añadir datos, etc. Ante todo es una herramienta colaborativa. Añadir notas. Si se hacen cambios, explicar por qué se han hecho en las páginas destinadas a la discusión. Reconocer la ayuda. ¿Alguien ha añadido contenido útil a la página o ha dedicado su tiempo a pulirla o a facilitar su lectura? Reconocer las ayudas hace que la gente sepa que su contribución se valora y les motiva a hacerlo de nuevo. Construir la estructura. Los wikis necesitan gente que sintetice y estructure el contenido para facilitar su lectura. Incluso aunque no se elabore contenido nuevo, resulta muy útil dar forma a lo ya escrito. Ser amables. De igual manera que con el correo electrónico y la mensajería instantánea, a


menudo es fácil malinterpretar el tono de un comentario, los desacuerdos sobre el contenido o las ediciones pueden encender un debate. En estos casos es recomendable tomarse un descanso durante unos días y retomarlo más adelante.

Lo que no se debe hacer en el wiki: Considerar la actividad en el wiki como algo personal. Sí, nuestros compañeros editarán el trabajo y puede que no estemos de acuerdo con cada cambio, pero esa es la naturaleza de la colaboración. No significa que a nuestros compañeros no les guste nuestro trabajo o que piensen que somos estúpidos. Ignorar las preguntas. Los compañeros pueden no estar de acuerdo con los cambios y preguntarnos por qué los hicimos. Es recomendable estar preparado para poder argumentar y razonar el trabajo de edición realizado. Eliminar contenido útil. En muchas ocasiones un texto puede mejorarse con pequeñas correcciones, pero eliminar contenido molesta a sus autores y puede hacerles sentir que han malgastado su tiempo. Ser charlatán. Un wiki no debería utilizarse como una sala de chat. Los debates sobre asuntos del wiki deberían desarrollarse en la página de discusión del mismo y nunca en la página de contenido. Mantenerlo en secreto. Si encontramos contenido de valor en el wiki, debe compartirse con los demás. Cuantos más participantes haya en un wiki, mejor será.

Modelos Los wikis son tecnologías que sirven como soporte a la necesidad de documentación y comunicación de distintos procesos de trabajo. Esto explica que hayan tenido tanto protagonismo dentro de diferentes entornos, como el empresarial, el periodístico, el educativo, el político, el cultural, el lingüístico, etc. Veamos algunos ejemplos:

Los wikis en el mundo empresarial. Los wikis corporativos Como se ha visto, la horizontalidad y la colaboración son intrínsecas al diseño de la tecnología de los wikis, lo cual puede resultar desafiante para las empresas, más acostumbradas por tradición organizativa a la jerarquía y al control. Sin embargo, la propia tecnología puede ser un catalizador para introducir la cultura de la colaboración en el entorno empresarial. Autores como Tapscott y Williams, en su libro Wikinomics, hacen especial hincapié en la oportunidad que ofrecen los wikis para la gestión del conocimiento dentro de las organizaciones, por un lado, y para el desarrollo de nuevos modelos de negocio de la economía digital a partir de la innovación abierta, por otro. En general, los entornos 2.0 requieren promover una operativa de trabajo distinta en la organización. Todas las empresas, tarde o temprano, deben aprender a interactuar fluidamente con clientes, proveedores y socios estratégicos que exigen estos entornos.


Usos frecuentes de los wikis en el entorno empresarial Los wikis en el entorno empresarial se emplean frecuentemente para: la gestión de proyectos y documentación de procesos, la asignación y gestión de tareas (calendarios compartidos, coordinación de reuniones, etc.), la monitorización de la competencia, la dinamización de comunidades de usuarios y clientes, la publicación de páginas de preguntas frecuentes (las llamadas FAQ), tomar notas en las reuniones y crear actas colectivas, publicar checklists (listas de comprobación), dinamizar debates en línea sobre temas determinados, publicar manuales de procedimientos y calidad, trabajar con equipos remotos, hacer tormentas de ideas, informar a los propios empleados sobre los productos y servicios que se ofrecen, presentar nuevos productos y servicios, recibir a nuevos empleados y explicarles el funcionamiento interno y externo de la empresa, mejorar la atención al cliente, conocer las tendencias del sector, la organización de eventos, como sistema de comunicación interna de la empresa (intranet).

Los wikis en el mundo periodístico Así como los blogs han sido fácilmente adoptados por los medios de comunicación tradicionales, no ha ocurrido lo mismo con los wikis. Su propia naturaleza abierta, de autoridad distribuida y de difícil control editorial, ha hecho que el wiki apenas haya calado en los medios. Uno de los periódicos pioneros en integrar esta tecnología en 2005, Los Angeles Times, tuvo que abandonarla rápidamente ante las acciones de vandalismo. Los dos ejemplos más exitosos son: WikiLeaks (http://goo.gl/ixERw): un wiki dedicado a recoger informaciones censuradas que no aparecen en los medios de comunicación tradicionales. Famoso por las filtraciones de 2010, que hicieron mundialmente conocido a su fundador, Julian Assange. Wikinoticias (http://goo.gl/VJ0qJ): el proyecto de noticias en español vinculado a la Fundación Wikimedia nació en el año 2005 y alcanzó los 5.000 artículos en diciembre de 2009. La creación de reportajes originales, la aplicación de los principios de neutralidad y libertad de contenidos, y la aspiración de convertirse en una alternativa de las agencias de noticias son algunos de sus planteamientos iniciales.

Los wikis en el entorno educativo La escritura colaborativa tiene muchas aplicaciones en la educación: como espacio para la


construcción colectiva de apuntes y material curricular, como web del centro educativo, como actividad del aula, etc. En este sentido, algunos autores, como Forte y Bruckman, han demostrado cómo la conciencia de escribir en público para una audiencia global hace que los estudiantes se esmeren más en la calidad de sus escritos. Los wikis, en los que ningún sujeto ejerce el papel exclusivo de transmisor de conocimiento, se configuran como un espacio ideal para la cristalización del binomio educación-aprendizaje, ya que su interactividad proporciona amplias posibilidades de inmersión, navegación, exploración y conversación que enriquecen el contenido. Asimismo, encierran un gran potencial para crear lo que Newman denominó «ambientes funcionales del aprendizaje»: sistemas de actividad, participación en trabajos casi reales como recoger datos científicos, ambientes simulados, etc. Pero esta horizontalidad no resta importancia a la figura del docente, que continúa actuando como experto que se adapta al alumno y controla tareas como: La selección y ordenación de contenidos. La determinación de las estrategias más adecuadas (sistemas de tareas). La consideración del nivel de partida del alumnado y del conocimiento de las diferencias existentes entre los alumnos.

Usos típicos de wikis en educación Lot, en el artículo «Introduction to the Wiki» (http://goo.gl/yBp6R) hace una clasificación de lo que podrían ser los usos típicos de los wikis dentro del sistema educativo: Espacio de comunicación en la clase. Es mucho más fácil editar y crear contenidos en un wiki que a través de herramientas de comunicación de otro tipo, como foros, tablones, etc. Espacio de colaboración de la clase y/o base de conocimientos. Un wiki puede usarse como punto de intercambio de una comunidad interesada en un tema determinado que esté relacionado con una asignatura. Así, puede crearse un espacio general que contenga materiales y recursos fruto del esfuerzo y la investigación de los estudiantes. Espacio para realizar y presentar actividades (portafolio electrónico). Se puede usar el wiki para que los alumnos cuelguen sus trabajos y estos sean revisados y evaluados posteriormente, tanto por profesores como por los propios estudiantes. Archivo de textos en procesos de elaboración. Un wiki, por ser un espacio flexible y en el que resulta fácil editar y crear, resulta útil para albergar textos y otros materiales que están en proceso de elaboración a modo de borradores, ya que mantiene un historial de cambios y facilita deshacer correcciones, volver a versiones anteriores o hacer anotaciones. Manual de clase de autoría colaborativa. Un wiki puede resultar especialmente útil en la creación colaborativa de libros de texto, manuales, monografías, etc., para grupos tanto de docentes como de estudiantes. Cursar la asignatura reelaborando el libro de texto implicaría darle una perspectiva más colectiva y, a la vez, reforzaría los conocimientos del estudiante.


Espacio para proyectos de grupo. Los wikis también pueden ser herramientas muy útiles para albergar y/o publicar los proyectos finales de grupos de estudiantes. Sin ir más lejos, la Wikipedia promueve el uso de la enciclopedia libre entre los estudiantes universitarios e invita a las universidades a realizar proyectos concretos dentro de la misma (http://goo.gl/cksR8). Sin embargo, aún está abierta la polémica entre los profesores que no la consideran como una fuente fiable de información, y llegan a prohibir su uso entre los estudiantes, y aquellos que la defienden como un instrumento de consulta e incluso como soporte del trabajo colaborativo. Algunos proyectos interesantes dirigidos a la educación: Enciclopedia Libre Universal en Español (http://goo.gl/niOdK). Proyecto para desarrollar una enciclopedia de calidad, abierta y gratuita en español, que se convierta en una obra de referencia obligada dentro del mundo hispano. Wikillerato (http://goo.gl/LX9un).Wiki de contenidos curriculares de Educación Secundaria, promovido por la Fundación Telefónica. Los contenidos son moderados por profesores expertos en cada área. WikiBooks (http://goo.gl/mkYDH). Proyecto de Wikimedia Foundation para la creación de libros a través de tecnología wiki. Wikilengua del español (http://goo.gl/E3zu4). Sitio abierto y participativo para compartir información práctica sobre la norma, el uso y el estilo del español con el objetivo de reflejar la diversidad de una lengua hablada por cientos de millones de personas.

Los wikis en el mundo cultural Los wikis también están presentes en el mundo cultural como una herramienta participativa y de promoción de las actividades culturales de un organismo, asociación, ciudad o entidad. Muy presentes en los museos, son plataformas de trabajo colaborativo para difundir el conocimiento donde la propia institución, los visitantes, los docentes y otros profesionales comparten contenido de interés, conocimiento y experiencias entre ellos. El Museo Guggenheim, por ejemplo, ha creado un espacio para que docentes del arte compartan con otros profesionales sus experiencias y conocimientos en diversas materias. Existen unidades didácticas para que sean utilizadas en las clases de arte o para ampliar conocimientos sobre un tema concreto, planteando preguntas o respondiendo a las cuestiones presentadas (http://goo.gl/ieji0).

Otros proyectos de wikis Existen numerosos wikis aplicados a todo tipo de organismos públicos y privados, empresariales o personales. Desde wikis de viajes hasta de cine, cocina, medicina, música…; cualquiera puede empezar un proyecto colaborativo que se irá nutriendo de la información de sus usuarios. Algunos ejemplos son:


Medpedia (http://goo.gl/K8ZVb). Wiki de información médica. Cuenta con el apoyo de universidades de prestigio como Harvard, Standford y Berkeley. A Million Penguin Books (http://goo.gl/yoOJW). Novela de escritura colaborativa. WikiTravel ( http://goo.gl/48dOX).Wiki con guías de viaje para recorrer todo el mundo. Tiene más de 10.000 guías y versiones en 18 lenguas distintas. Se encontrará un listado con cerca de 300 wikis en http://goo.gl/kQWtN. Diez claves de los wikis como herramienta colaborativa 1. Si la finalidad es crear un proyecto colaborativo sobre un tema, el wiki es la solución. De fácil uso, las plataformas wiki permiten escribir artículos, editar y revisar lo publicado (Edición), consultar las distintas versiones (Historial) y debatir sobre cuestiones relacionadas con el contenido (Discusión). 2. El aspecto de las comunidades wikis es modificable. El estilo visual puede cambiarse mediante diversas plantillas que el software pone a disposición. Cada plantilla o tema supone colores, tipografía, fondos y tamaños de letra diferentes, aunque se necesita ser administrador de la comunidad para poder efectuar los cambios. 3. La estructura de contenidos también se puede alterar. Permite crear categorías para clasificar los contenidos por agrupaciones temáticas que facilitarán la búsqueda de la información. Una vez dentro de la página web, se pueden incluir secciones que organicen el contenido, a modo de índice. 4. Al redactar contenidos para un wiki hay que tomar como referencia los materiales de consulta. En la redacción se debe ir de lo general a lo particular. Los párrafos han de ser coherentes y cada uno tiene que reflejar una idea. Los enlaces pueden ser una ayuda para relacionar la información con otras páginas web o archivos. 5. Los wikis tienen unas pautas de comportamiento: participar, explicar los cambios que se hacen, responder y agradecer la aportación de los usuarios, y ayudar a crear la estructura. No eliminar información útil alguna y recordar siempre que se trata de un proyecto comunitario. 6. Cada vez se crean más wikis, quizás se deba a que funcionan como soporte a los procesos de documentación y comunicación. Sin embargo, su estructura abierta y colaborativa no ha calado de igual forma en todos los espacios. 7. En el mundo corporativo, el wiki ha tenido una gran acogida. Tiene un uso natural dentro de la misma empresa (comunicación interna, gestión de proyectos y tareas, debates en línea, organización de eventos, etc.). Pero también múltiples posibilidades para la relación con clientes o el desarrollo de nuevos modelos de negocio (mejora de la atención al cliente, creación de listas de preguntas frecuentes, monitorización de competencia y dinamización de comunidades de usuarios…). 8. Otro de los ámbitos donde se ha instalado con fuerza es el educativo. El wiki permite construir colectivamente materiales didácticos, desarrollar actividades en el aula, incluso puede funcionar como web del centro. Algunos ejemplos son Wikipedia, Enciclopedia Libre Universal, Wikillerato, WikiBook o Wikilengua. 9. La cultura también se apunta al wiki. Los museos comparten datos relevantes, experiencias o unidades didácticas. Es el caso del Museo Guggenheim o la plataforma de Museums Wiki (http://goo.gl/S1Wyj). 10. Sin embargo, no ha tenido tanto éxito en el mundo político y periodístico. Aunque puedes encontrar algunas muestras de este último, como Wikileaks o Wikinoticias.


BLOGS Marga Cabrera Méndez Un blog es un sitio web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos de uno o varios autores. Es una especie de diario, cuaderno de bitácora personal, zona de apuntes, baúl de ideas, lugar de encuentro… Puede ser muchas cosas a la vez, lo que lo caracteriza es que suele estar basado en un tema y que permite comentarios de los lectores, lo que enriquece enormemente el contenido y la comunicación, creando una verdadera comunidad en torno al mismo. La palabra blog viene de la mezcla de las palabras inglesas web y log («diario»), por lo que en ocasiones también se le llama weblog. Existen multitud de herramientas gratuitas y muy sencillas para crear un blog y todas tienen algunas peculiaridades que las diferencian de otros productos: El bloguero tiene autonomía de decisión sobre el contenido y el diseño de su medio de comunicación, y puede transgredir cualquier norma básica de la comunicación si le apetece. El autor se relaciona de tú a tú con el usuario, con el lector, lo que hace única la experiencia como medio de comunicación y lo diferencia de otros formatos, incluidas las secciones de opinión de los diarios digitales más clásicos. Si se trata de un blog personal, los temas pueden ser variados; desde contar las últimas experiencias del autor, el proceso en su investigación, hasta compartir recetas y fotos, contar las vicisitudes del último viaje, las experiencias como madre novata o simplemente comunicar lo que desee en cada momento. En el plano personal también se utiliza como reflejo de las inquietudes profesionales, tanto si se trata de un experto en el mundo de la pesca que comenta sus impresiones en su blog monotemático, como de un físico nuclear que comparte los avances internacionales en investigación. En un blog personal cualquier tema tiene cabida. Si el blog se crea con el propósito de servir de apoyo a una web corporativa o a una tienda electrónica, por ejemplo, aunque el autor debe adaptarse a una nueva línea temática convenida con la empresa, la relación directa se mantiene, y debería seguir siendo su factor definitorio. La estrategia de contenidos siempre existirá, y variará dependiendo de si el blog trata


simplemente del gato del autor (blog personal), de si quiere demostrar que sabe de lo que habla (blog profesional) o de si quiere mostrar las ventajas de un producto o servicio o conseguir una venta (blog corporativo) por medio de un lenguaje más informal y enfocando la estrategia desde el punto de vista de quien, además de vender, se pone en la piel del cliente final (blog de tienda electrónica). Así, la cuestión clave será la construcción de la confianza, que hará surgir una comunidad de usuarios en torno al autor y fortalecerá el sentido de pertenencia a la web e incluso al producto del que se habla. Esto es lo que hace que un blog de experto incremente la generación de relaciones en torno al producto, servicio o marca. En cualquier caso, el blog debe ser honesto en todos sus aspectos: Incluir la información del autor, a ser posible con una fotografía (para establecer esa base de confianza). Crear títulos atractivos y descriptivos del contenido real del artículo o entrada. Enlazar correctamente las fuentes de información o noticias relacionadas. Avisar de manera clara al lector hacia dónde le dirige el enlace, siendo especialmente cuidadoso a la hora de centrarse en los temas y de ser constante en la publicación, para que el usuario más fiel no se desoriente.

Estructura de un artículo de un blog Jorge Serrano El diseño de interacción de un blog es relativamente sencillo, suele constar de una estructura básica en la que habitualmente tienen cabida los siguientes elementos: Título del blog. Normalmente coincide con la dirección en internet o URL. Tagline. Es la frase que subtitula el nombre de un sitio web, es importante porque es donde indicaremos de lo que trata el blog, qué temas abarca; normalmente se ubica en la zona superior de la página principal, cerca del título o debajo de él. Páginas «estáticas». Suelen ofrecer información sobre quién es el autor del blog, el porqué de su creación, algo de su historia y una forma de contacto con el responsable. Entradas, posts o anotaciones. Son las noticias o artículos que se van incluyendo cronológicamente. Comentarios. Las aportaciones que hacen los usuarios al final de cada entrada de forma voluntaria. En algunos blogs se admiten por defecto, y en otros necesitan la aprobación del autor. Blogroll. Es una lista con enlaces a los blogs que seguimos o «amigos» del autor. Categorías. Constituyen el sistema con el que organizar y filtrar la información que contiene cada entrada, ayudan a clasificarla y facilitan las búsquedas dentro de los bloques que agrupan entradas relacionadas entre sí.


Etiquetas o tags. Se corresponden con las palabras clave que mejor representan el contenido del post. Muchos blogs tienen nubes de tags desde las cuales podemos llegar a listados de entradas etiquetadas con el mismo tag.


Una vez establecido el diseño gráfico, hay que decidir algo fundamental: qué mostrar en la página de inicio. ¿Una única entrada larga, varias largas, una selección? Aunque todas son válidas, la opción más indicada probablemente sea la última: una serie de titulares y resúmenes que permitan acceder a las últimas noticias publicadas en el blog.

Categorías y etiquetas Marilín Gonzalo Las etiquetas y las categorías no son elementos puramente estéticos, sino instrumentos poderosísimos para organizar y filtrar la información de un blog, lo que, en definitiva, sirve para orientar a nuestros lectores. Por eso, tomarse el tiempo necesario para categorizar y etiquetar las entradas correctamente es sumamente importante. Las etiquetas o tags tienen que ser las palabras clave que mejor representen el texto que se está escribiendo. Las categorías engloban, las etiquetas describen. Las categorías y las etiquetas no son infinitas, hay que usar solo las que sean necesarias para definir una entrada. Recordemos que las categorías sirven como guía de navegación del blog y, por tanto, no resultaría práctico tener demasiadas. Deben ser muy generales y describir un gran número de entradas. Nunca hay que usar como etiqueta algo que ya estemos empleando como categoría.

Enlazar categorías y etiquetas Igual que desde una entrada es posible enlazar con otra del mismo blog, también se pueden enlazar categorías y etiquetas. Esta práctica permite a los lectores filtrar el contenido de una forma sencilla. Por ejemplo, la E3 es la exposición donde se presentan las novedades más importantes del año en videojuegos, y el blog Ecetia tiene una categoría especial para cubrir este evento. Si se quiere ofrecer al lector una forma sencilla de leer cualquier artículo relacionado con esta exposición, bastará con enlazar la categoría E3 con la dirección: http://ecetia.com/categoria/e3. Pero, ¿qué ocurre si queremos ser más específicos? Si, por ejemplo, fuera necesario ofrecer al lector una forma de filtrar las entradas relacionadas con la edición de 2009 de la E3, simplemente habría que hacer un enlace a la etiqueta E32009: http://ecetia.com/tag/e3-2009. Una de las características más interesantes de las etiquetas es que pueden agregarse para realizar búsquedas más concretas. Si se etiquetan bien todos los posts, resultará sencillo ofrecer al lector una forma de leer solamente aquellas entradas relacionadas, por ejemplo, con las novedades de Microsoft en la edición de 2009 de la E3. Para ello «sumaremos» las etiquetas E32009 y Microsoft, obteniendo el siguiente enlace: http://ecetia.com/tag/e32009+microsoft.


Escribir una entrada para un blog Marilín Gonzalo Una entrada de un blog debe mantener el equilibrio entre el tono profesional de un medio tradicional y la informalidad de la conversación hablada, conservando la calidez que caracteriza a internet. Las entradas –posts o anotaciones– deben estar escritas de forma directa e informal, evitando en lo posible el exceso de coloquialismos, el uso de emoticonos o el «lenguaje SMS». Los blogs permiten un acercamiento único a productos, servicios, lugares, hardware, software…, porque la opinión del bloguero es honesta e independiente y, por lo tanto, muy valiosa para el lector.

Extensión y contenido Una entrada de un blog tiene que tener el número de palabras necesario para desarrollar la idea que se quiere transmitir. A veces con dos líneas y una imagen se consigue mejor que con una parrafada en la que no se dice nada. Una de las mayores ventajas de publicar en internet es que el papel no nos impone limitaciones: es posible utilizar todos los caracteres que se precisen para explicar y desarrollar cualquier asunto, agregar vídeos, una galería de imágenes y la cantidad necesaria de enlaces a otros sitios que amplíen la información. Sin embargo, utilizando parámetros tradicionales de escritura, se podría decir que un post normal es aquel que tiene unas 400-500 palabras, distribuidas en tres o cuatro párrafos. El primer párrafo es la parte más importante del texto. Debe contener de forma resumida la información fundamental del artículo y dejar claro al lector el objetivo o la intención del mismo. Los posteriores servirán para desarrollar dicha información. Este primer párrafo debe especificar: La fuente o fuentes de información en las que nos hemos basado para escribir la entrada (añadiendo el enlace correspondiente). Si la información que se presenta es un rumor y, por tanto, no está confirmada todavía. Los posts breves suelen tener tres o cuatro líneas que se utilizan para publicar de forma rápida una noticia de la que aún no hay demasiados datos, pero que se seguirá actualizando. En los blogs no hay filtros editoriales ni tiempos de espera de impresión como en las publicaciones en papel; esto permite que la información pueda actualizarse prácticamente en el momento, por lo que cada vez que hay una historia importante se puede publicar e indicar al lector nuestra intención de ir actualizándola, para que así vuelva a consultar el artículo periódicamente.

Gestión de comentarios Marilín Gonzalo Los comentarios son parte de la esencia de un blog, y lo que hace que sea algo mucho más


trascendente que el mero texto publicado: una comunidad viva. Los lectores dejan de ser pasivos y pueden intervenir casi instantáneamente en la discusión, enriqueciendo el tema e incluso permitiendo al autor agregar datos al post original o seguir corrigiéndolo. Dijimos antes «casi instantáneamente», porque generalmente en blogs donde la cantidad de lectores es muy alta se hace necesaria la moderación de comentarios, sobre todo para evitar los no deseados, los insultos y los que se desvían del tema (offtopic). Nunca debe borrarse o prohibirse un comentario simplemente porque expresa una crítica o una opinión contraria. Pero como administradores de nuestro blog, tenemos derecho a eliminar los comentarios con contenido xenófobo, insultante o agraviante para otros lectores de nuestra comunidad.

Cómo titular Marilín Gonzalo A diferencia del de los medios convencionales, el titular de los blogs suele estar descontextualizado y no siempre aparece al lado de otros elementos (fotos, entradillas…), por lo que adquiere una importancia mayor que tenga sentido en sí mismo. El título de una entrada es uno de los elementos más importantes y, en muchos casos, resulta determinante para que el blog sea muy popular y comentado. Las personas que leen blogs mediante un lector de feeds (medio de lectura de contenido web que a través de los titulares nos enlaza con el resto de noticias del canal) deciden si van a leer un artículo solo por el titular. Los títulos deben ser: Breves y concisos. Cuanto más breve sea, más fuerza tendrá, más se concentra la idea. Los títulos deben llamar la atención siendo cortos, pero sin dejar de ser veraces. Veraces. En el título hay un consenso tácito con el lector, es un resumen que indica de qué trata la noticia o la entrada. Es lo que espera el lector. La noticia debe corresponderse con el asunto que el título avanza, de lo contrario, el lector se sentirá defraudado. Un título como «Apple libera todas sus patentes» crea la expectativa de que efectivamente ha liberado el 100 % de sus patentes; no de que alguien ha dicho que liberará sus patentes, o de que ha liberado el 98 %; si fuera así, el titular no sería del todo cierto, y los lectores se sentirían estafados. Este punto parece obvio, pero no lo es: siempre hay que dar al lector lo que se promete en el título, porque por eso ha decidido leer el post. Descriptivos. Lo suficiente como para que se intuya el contenido del artículo al leer únicamente el titular y para que los buscadores lo asocien a palabras relevantes, de forma que aparezca en los resultados cuando alguien busque algo relacionado con ese tema. Algunos ejemplos podrían ser: «Presentación del iPod touch» (informativo)


«¿El fin de Microsoft?» (sugerente) «Cinco cosas que no me gustan del iPhone» (de opinión)

Por otra parte se prefieren los verbos en forma directa y en indicativo: funciona mejor «Google mata a Wave» que «Wave es matado por Google», o «Google iba a matar a Wave» que «Google habría matado a Wave si…». Además, un título no debe llevar puntos, ni punto final, ni ningún punto en medio: un título es una sola frase.

Maquetación: plantillas Fundéu BBVA El diseño suele estar basado en plantillas, también llamadas temas, que nos ofrecen los programas de creación de blogs, como por ejemplo Wordpress o Blogger. Lo normal es que podamos elegir entre varias opciones en las que directamente nos proporcionan toda la cara visible del blog, es decir: tipografías, colores, fondos, composición, diseño de elementos interactivos, número de columnas, etc. Todo ello integrado en un mismo paquete o plantilla. Las plantillas son como la piel del blog, aquello con lo que se viste, lo que le da forma. Permiten personalizar su aspecto sin necesidad de saber programar código. En los blogs el contenido y el diseño son capas diferentes, por lo que podemos cambiar todo el aspecto sin que afecte prácticamente al contenido. Se pueden utilizar plantillas gratuitas o comprarlas, o bien diseñarlas nosotros mismos, para lo que sí deberemos contar con algo de experiencia en programación y diseño. En cualquier caso, es un elemento que suele hacerse una vez y no se toca hasta pasado un tiempo. Lo lógico es que esté relacionado con el tema y los contenidos; así, en un blog sobre juegos de niños, los colores, tipografías, fondos y demás elementos conformarán un aspecto que hará referencia al mundo infantil, muy diferente del que tendrá uno que trate sobre las cotizaciones en bolsa. Asimismo, como ya se ha señalado en otro capítulo, es recomendable que los fondos sean lo más claros posible y con pocas imágenes; la tipografía, la más común, para que se pueda leer en la mayoría de ordenadores, y la letra oscura. Ocho claves sobre los blogs Cristina Górriz de la Cal 1. Los sitios webs que son actualizados periódicamente por su autor y cuyos contenidos se recopilan cronológicamente reciben el nombre de blogs. Suelen tratar sobre una temática concreta. 2. No por ello todos los blogs son de ámbito privado. Pueden ser un magnífico soporte de apoyo a una web corporativa. Los usuarios estrechan lazos con el blog y, por tanto, con el producto, marca o servicio que oferta la empresa. Es importante ser honestos para conservar la confianza depositada por el lector: dando información veraz, ofreciendo datos sobre el autor y siendo constante en la actualización. 3. La información que define un blog se encuentra en tres espacios: el título (que coincide con la URL), el tagline (frase que explica el tema del blog) y las páginas estáticas. En estas se debe incluir información sobre el autor, origen del


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blog y algún dato de contacto. Las entradas o post funcionan como noticias que se almacenan cronológicamente. Deben iniciarse con titulares breves y concisos que llamen la atención, además de ser veraces y descriptivos. Se aconseja el uso de la forma directa y el indicativo. Aunque cada autor tiene una manera personal de escribir, se debería mantener un equilibrio entre el tono profesional y el informal. Por ejemplo, redactar en un estilo directo, pero evitando coloquialismos y el abuso de emoticonos. Se aconseja una extensión de tres o cuatro párrafos. El primero de ellos debe ser un resumen que aparecerá en la página de inicio, junto al titular. Para organizar el blog, debes ayudarte con las categorías y las etiquetas. Las primeras facilitan la organización de las entradas y la búsqueda al usuario. Las etiquetas son las palabras clave que mejor representan el contenido de cada post. Se deben usar las necesarias para una buena organización, también se ha de tener en cuenta que puedes generar enlaces a toda una categoría o etiqueta. Otra característica es la participación de los usuarios a través de comentarios. La mayoría de los blogs permite la moderación de los mismos. Se aconseja aceptar la crítica y suprimir las palabras insultantes. Los blogs son fáciles y cómodos de usar. En principio no se necesitan conocimientos de diseño o programación. De hecho, el usuario puede escoger entre diversas plantillas (o temas) que agrupan unas características en cuanto a tipografía, fondo, colores, etc. Es interesante saber que el contenido y el diseño funcionan por capas diferentes: se puede cambiar el aspecto sin que afecte prácticamente al contenido.


TIPOLOGÍA DE PRODUCTOS Jorge Serrano Los principios de diseño, arquitectura de la información, usabilidad web y creación de contenidos pueden ser aplicables a cualquier tipo de producto de los nuevos medios, independientemente de su naturaleza. Sin embargo, es posible establecer algunos «puntos de presión», algunas características específicas de cada tipología. No es lo mismo diseñar un sitio web para un público generalista, en el que lo que interesa es que pueda ser utilizado tanto por un adolescente como por un sexagenario, que diseñarlo para un segmento de usuarios concreto. Lo mismo ocurre a la hora de buscar la forma de expresarnos en cada uno de ellos, variará según el entorno y el público. Entre otras tipologías de productos, además de las ya analizadas en capítulos anteriores (redes sociales, blogs y wikis), cabe ocuparse de webs corporativas, catálogos, escaparates, comercio electrónico, intranets y extranets, sitios de administración electrónica, medios de comunicación, productos para la formación en línea o e-learning, libros electrónicos, videojuegos y aplicaciones. Ante cada tipo de producto hay que plantearse qué objetivos se persiguen y a qué usuario va dirigido. Todo lo demás consiste en hacer coincidir unos objetivos con otros. Así de simple, y así de complejo.

Sitio web corporativo Los sitios web corporativos, también llamados «páginas web de empresa», son aquellos que emplean las compañías para tener presencia en internet. Hoy en día, cualquier entidad debería plantearse su presencia en la red, no tenerla sería como carecer de número de teléfono. Ese tipo de páginas reflejan qué es la empresa, a qué se dedica, dónde está y quiénes la forman, es su manera de estar conectada al mundo las 24 horas del día, su carta de presentación y el medio por excelencia para ser localizada. Entre las características básicas que deben abarcar los sitios web corporativos sobresalen las siguientes:


La primera impresión. El tagline o línea destacada que explica a qué se dedica el portal. Es un elemento fundamental. Se tienen pocos segundos para conseguirlo aplicando, el principio del mínimo esfuerzo a una frase: hay que hacer que el usuario entienda a qué se dedica la compañía, cuál es su valor definitorio y, a ser posible, distintivo, y que entenderlo le cueste el mínimo tiempo y esfuerzo posible. Información de la compañía. La forma en la que se muestran las subsecciones y mensajes sobre la entidad, cuál es su actividad, su misión y valores es crucial para ayudar al usuario a hacerse una idea correcta de para qué puede resultarle útil. Historia. Muchas empresas sienten la tentación de narrar los más nimios detalles sobre las vicisitudes de la compañía. Aquí el minimalismo es un valor y puede ayudar a aportar los datos de una forma distinta, la historia de la entidad se puede contar dejando claros los hitos más importantes y recurriendo, quizás, a recursos gráficos… Equipo. En un mundo web cada vez más social, la presentación de los miembros del equipo da el toque humano y cercano a la relación cliente-empresa. Líneas de negocio, servicios y productos. Estas secciones suelen ser uno de los mayores quebraderos de cabeza de los portales corporativos, sobre todo de aquellos que tienen una gran diversidad de productos. Aplicar una buena jerarquía de información, agrupando por sectores, por tipos de productos o servicios, ayudará a centrar la cuestión de quién es realmente el cliente potencial y qué espera de la entidad. Información de contacto. Información clave, en ocasiones un teléfono de contacto es casi más importante que un correo electrónico, hay negocios que necesitan ese enlace directo y personal. En estos casos, el tamaño de letra del mismo debería resultar mayor, para que se pueda visualizar rápidamente. El contenido típico de una página corporativa podría quedar organizado jerárquicamente así: La empresa a qué se dedica localización geográfica contacto Nuestros clientes sector 1 cliente 1 sector 2 cliente 2 sector 3 cliente 3 sector 4 cliente 4 sector 5


cliente 5 Servicios o productos producto 1 producto 2 producto 3 producto 4 Información legal Contacto Obviamente, esto es solo un ejemplo, es posible jugar con estas agrupaciones como mejor convenga. También se puede ubicar el enlace de contacto de forma destacada en todas las páginas del sitio web o en el pie de pantalla. Este tipo de estructuración le estará dando al usuario la información de forma clara y ordenada. Estos puntos son, como mínimo, la esencia de lo que una web de empresa debe contener, pero además se pueden integrar otros productos, como un catálogo, un blog corporativo, una tienda electrónica, un boletín, el acceso al perfil de la empresa en las redes sociales, etc.

Catálogo Si la web de una empresa contiene un listado amplio de productos o servicios, este debe estar muy bien estructurado para presentar toda la oferta sin que el usuario se pierda. La organización es el factor clave de la elaboración de un catálogo, que suele tener: Una página de entrada, donde se presentan las categorías principales y se ofrece una breve descripción de cada una de ellas. Una página que desgrana las subcategorías y que puede presentar también las últimas novedades, lo más vendido, las ofertas, etc. Finalmente, las páginas que corresponden a la ficha de cada producto y que contienen todos los detalles sobre él. La ficha de producto se ha de trabajar minuciosamente, pues suele ser el objetivo final del usuario, que quiere llegar al producto que está buscando. Si es un catálogo de música, por ejemplo, la ficha coincidirá con los datos sobre una canción y la opción de descargarla; si se trata de otro tipo de objeto se deben incluir imágenes desde distintos ángulos, las medidas, el peso, etc. Si ofrece un servicio, la ficha debe comprender todas sus características: la opinión de otros clientes que lo hayan probado, la fecha de entrega, el tiempo de garantía, etc.

Escaparate


Cuando un catálogo se deja guiar más por la emoción que por la precisión, podemos hablar de escaparate. En él se muestran los servicios o productos de una forma más subjetiva, se utilizan los recursos de los nuevos medios para resaltar la experiencia de lo que se presenta: música, movimiento, vídeo… Suele destacarse solo algún elemento frente a los demás, para dar énfasis a lo que se está presentando.

Comercio electrónico Cuando al usuario se le ofrece la posibilidad de comprar los productos o servicios del catálogo, estamos hablando de comercio electrónico o de tiendas electrónicas. En internet se puede comprar desde un vestido hasta un viaje de ensueño o una obra de arte, hoy en día se vende de todo y desde cualquier parte del mundo: el comercio electrónico ha eliminado las barreras físicas y temporales. Las tiendas electrónicas están abiertas a cualquier hora y en cualquier parte, siempre que se disponga de una conexión a internet y una tarjeta de crédito. A través de una tienda virtual se puede conocer el producto y sus peculiaridades, verlo desde distintos ángulos, ampliar sus fotografías para observar minuciosamente las texturas, comparar precios, conocer la opinión de otros usuarios e incluso plantear dudas frente a la compra. Y, si el producto no convence, generalmente se ofrece la posibilidad de devolverlo. Amazon es el gran ejemplo de tienda electrónica que, además de disponer de un almacén gigante, tiene una base de datos con millones de referencias. Siempre ha sido pionero en la venta por internet, inventando aplicaciones que han copiado el resto de tiendas, como las listas de deseo (wish lists), las recomendaciones o los comentarios de los clientes. Entender quién va a comprar los productos, por qué va a comprarlos y cómo es la clave para poder ofrecer una experiencia de usuario rentable, tanto para el cliente como para la tienda electrónica, es esencial. Cuanto más satisfecho hayan quedado los usuarios con la página, más veces volverán y más la recomendarán. Para realizar la venta, la tarea en la que se deben centrar los esfuerzos es la compra. Hay que vigilar especialmente que el botón y el carrito de compra estén bien accesibles, y que el proceso incluya todo lo necesario. No hay que pedirle al usuario que se registre antes de tiempo, hay que facilitarle todos los pasos e indicarle siempre cuántos más le quedan; esto, aunque pueda parecer un detalle nimio, impedirá que se impaciente y que abandone el proceso. A partir de ahí, el arquitecto de la información tiene la tarea de intentar desentrañar cuáles son las intenciones de los usuarios cuando llegan a un portal (user intent). Pues de cómo se diseñe el portal, de cuál sea su oferta de valor, depende que se dé una respuesta coincidente con la necesidad de los usuarios o que esta deba ser adaptada para que se ajuste al tipo de usuario más rentable para el portal (es decir, que se obtengan los posibles clientes más interesados en los productos que se ofertan, y el porcentaje de rebote –bounce rate– de salida del portal sin conversiones a ventas sea el menor). Esta segmentación de mercados por intención del usuario permite discriminarlos no por su idioma o edad, sino por su conducta, lo que es ciertamente más complejo. El mismo producto puede


estar en diferentes tiendas electrónicas, pero las motivaciones de compra son muy diferentes. En la oferta que responda a esa motivación entrarán en juego el modelo de negocio, el diseño gráfico, la estrategia de posicionamiento en buscadores, la interacción propuesta alrededor de la experiencia de compra, etc. De este modo, un outlet digital probablemente atraerá a cazadores de chollos que busquen primordialmente productos baratos, en cambio una tienda como El Armario de la Tele (http://goo.gl/Ai1Sm) atraerá también a compradores que no querrán simplemente un vestido porque les sienta bien o porque es barato, sino por quién lo ha llevado. Ese vestido puede estar en muchas tiendas electrónicas, pero la motivación por la que se comprará, o no se comprará, puede ser muy distinta. Por tanto, categorizar a los usuarios por su conducta incluye diseñar una interacción basada en ella, en la que no solo será importante qué vender, sino también a quién y por qué.

Intranets y extranets Internet se puede usar como una red privada para compartir información, dando lugar a las llamadas intranets y extranets. Una intranet es una especie de pequeña internet limitada a los usuarios de una misma entidad. Tiene todos los elementos de una red: enlaces hipertextuales a contenidos y a información sobre personas, un diseño de interacción amigable, acceso a un chat, correo electrónico interno, etc. El objetivo es compartir, centralizar, personalizar y poner a disposición de los trabajadores la información necesaria para tomar las decisiones adecuadas en el mínimo tiempo posible. Las extranets funcionan de la misma manera, pero facilitando la comunicación con proveedores, clientes y otros actores relacionados con la entidad. El acceso a ambas es restringido, se debe estar unido a la empresa de una u otra forma. Por ejemplo, un banco puede tener una intranet donde gestiona, administra y controla todo el trabajo de sus empleados, y una extranet a la que los clientes tienen acceso para trabajar con sus datos y conocer las ofertas que se les ofrecen en exclusiva según su relación con la empresa. Algunas características clave para las intranets podrían ser: Single Sign-On. Se refiere a la posibilidad de usar todas las aplicaciones con una misma clave. Orientación a tareas de cada tipología de usuario y no a departamentos. Cada usuario tiene una serie de tareas, algunas son horizontales, es decir, independientes del departamento del que se trate (por ejemplo, pedir vacaciones o reservar una sala de reuniones), pero otras son verticales, influyen en los procesos de negocio o en la toma de decisiones de algunos departamentos. El cuadro de clasificación de una entidad es una herramienta utilísima para hacerse una buena idea de todos los procesos que la atañen y, de ahí, extraer el diseño de interacción o la elección del sistema de gestión de contenidos apropiado para la intranet. Personalización de tareas y contenidos (noticias, informes, etc.). Es un ámbito más que hay que valorar para aumentar el rendimiento laboral y eliminar posibles distracciones, hay que tener en


cuenta el tamaño de la entidad, sus recursos y la variedad de información y tareas a las que debe atender. Estandarización a todos los niveles. Es vital para eliminar duplicidades, jergas propias de los diferentes departamentos, dudas en los nuevos trabajadores, etc. Flujos de trabajos y trazabilidad. Los procesos de una entidad necesitan ser planteados a través de flujos de trabajo precisos, de manera que la autoría y responsabilidad de cada decisión pueda ser rastreada. Búsqueda y organización de la información. Para que un buscador interno sea realmente efectivo, el contenido con el que trabaja debe estar bien preparado y correctamente descrito con metadatos. Colaboración. La gestión del conocimiento se basa, a su vez, en la correcta gestión de la información (necesaria para convertir el conocimiento tácito en explícito) y en una estrategia de recursos humanos que favorezca la interacción entre los usuarios (muchas veces de departamentos distintos, o de un mismo departamento o especialidad, pero ubicados en puntos distantes). Así, la intranet debe contar con las herramientas adecuadas para posibilitar esa interacción entre las personas: redes sociales internas, recomendación personalizada de compañeros, blogs internos, etc. La manera en que una empresa se comunica en su intranet y extranet debería estar regida por unas normas de conducta y un manual de estilo que regule el comportamiento de los empleados en su propia red. Sobre todo si se trata de grandes compañías internacionales, en las que participan usuarios de todo el mundo con costumbres, horarios y lenguas diferentes.

Administración electrónica La administración electrónica o «e-administración» es la comunicación en red para el desarrollo de las actividades y procedimientos que atañen a la administración pública en su relación con el ciudadano. Los portales de la administración pública deben ser accesibles y usables, es decir, fáciles de utilizar para los ciudadanos, usuarios de todo tipo y edad, con diferentes necesidades y tareas que efectuar. La administración electrónica no debería ser un mundo complejo, sino que debería suponer una mejora en la comunicación con lo público y lo oficial, y su gestión. Estos son algunos puntos importantes en la comunicación de los portales públicos de administración electrónica: Segmentación de público. En la relación con la administración, los usuarios tienen necesidades muy distintas, es interesante clasificarlas cuanto antes para así poder darles cumplida respuesta. Unas son las necesidades de los ciudadanos y otras las de las empresas o las de entidades de distinta naturaleza: fundaciones, ONG, etc.


No confundir accesibilidad con usabilidad. Una cuestión es que la ley obligue a tener portales de la administración pública accesibles, y otra muy distinta es que sean fáciles de usar, y, claro está, deberían serlo. Orientación a tareas de cada tipología de usuario, y (no solo) a departamentos. Es muy común ver departamentos que quieren aparecer como autores y propietarios de la información y la interacción de ciertas tareas (lo que es lógico en una administración que necesita justificar un buen gobierno y delimitar responsabilidades). Pero en favor de una mejora de la usabilidad, en el diseño de interacción debería primar la realización de una tarea correctamente, y solo después la información de qué departamento o entidad pública es responsable. Uso de jergas. La jerga funcionarial y, más allá del servicio público, la propia de la realización de cualquier trabajo diario, es perfecta para optimizar los tiempos internos de una entidad, pero no para la relación con el usuario que utiliza ese servicio, en ocasiones de forma esporádica. Se debe emplear siempre un lenguaje llano y divulgativo que todo el mundo pueda entender. Interoperabilidad de los datos. Sintáctica y semántica, incluso entre organismos de diferentes comunidades dentro de un mismo país. Si un usuario realiza un trámite en una ciudad y esto afecta a otra documentación suya en otra ciudad (por ejemplo, en el caso de que se mude), la información debe estar perfectamente gestionada en ambos lugares, evitando así pérdidas de tiempo tanto por parte del usuario como de los profesionales a cargo de ambas administraciones. Open Linked Data («datos abiertos enlazados»). En esta misma línea, los datos de las entidades públicas ya no están siendo considerados (como se ha comentado en el caso de las intranets) como silos o islas aisladas unas de otras. Si las administraciones de las distintas comunidades siguen liberando información interoperable, expresando claramente qué derechos de copyright o explotación de la información pública pueden utilizar los ciudadanos y las entidades públicas o empresas, se podrán explotar y reutilizar más los datos públicos, ayudando así a la toma de decisiones y al buen gobierno electrónico (eGovernment).

Medios de comunicación En internet, los medios de comunicación se están definiendo y reinventando día a día, actualmente no solo contienen información escrita junto a las imágenes; cada vez es más común encontrar vídeos, audio, infografías, animaciones, comentarios, enlaces… y todo mezclándose para formar un conjunto que ilustra al usuario con información completa y contrastable. No diferenciamos si el medio es un periódico, una televisión o una radio, es un medio digital, un nuevo concepto todavía por explotar. Los medios digitales se caracterizan por el uso del hipertexto, se puede enlazar con las fuentes otras noticias relacionadas o incluso con la opinión de los lectores. Otra particularidad es la globalización y el asincronismo, no leemos solo la prensa de nuestra zona, tenemos acceso a todo el mundo a través de internet y mediante potentes buscadores, así como a las grandes hemerotecas virtuales en las que se guarda la información de hace años. Otro elemento a destacar es la memoria, la información queda registrada en los buscadores, en


los enlaces de otras páginas web o a través de un simple «Favoritos». Cualquiera puede recuperar una noticia en cualquier momento, volviendo incluso a convertirse en actualidad si se da una serie de factores que la rescaten y vuelvan a lanzarla. Una de las tendencias que influyen en el diseño de interacción de los medios digitales es la información en tiempo real, se incorporan noticias cuyo contenido va evolucionando conforme lo hace la realidad, exigiendo un orden cronológico de los sucesos incluso en el contenido de la propia noticia. Asimismo, las redes sociales están jugando un papel fundamental en la difusión de las noticias, hoy es obligada la presencia en los distintos canales (Facebook, Twitter, Google +, etc.) por lo que la información evoluciona, no solo en el medio de comunicación, sino que se publican también entradas en las redes sociales para captar al lector, lanzar una primicia y, en definitiva, llevar tráfico a la página del medio en cuestión, que es en la que finalmente se cuentan los hechos. Además se apoyan en las redes sociales para que los lectores recomienden páginas de forma sencilla e intuitiva. Los usuarios fieles suelen convertirse en prescriptores de contenido, por lo que muchos medios han transformado la clásica sección de «Cartas al director» en una auténtica red social de comentaristas a los que el diario digital anima a participar e incluso a crear sus propias columnas de opinión integradas en el sitio web, lo que ayuda a tener más contenido y más variedad. Todos los accesos a través de las redes sociales van directamente a la noticia que ha generado ese enlace, sin embargo, los medios de comunicación centran su atención normalmente en la página de entrada: la portada, herencia directa de la forma en que se actúa en la prensa escrita. En los medios digitales cambian las normas del juego, y dado que estos viven en gran medida (o en su totalidad) de la publicidad, será importante mejorar el acceso a las páginas interiores, así como cuidar las relaciones entre ellas. Uno de los elementos que más pueden ayudar a la interrelación de contenidos en los diarios digitales son las etiquetas o tags, que ya hemos visto antes. Originalmente estaban formadas por una sola palabra, por ejemplo «crisis», pero hoy ya se pueden usar conceptos formados por varias, como «Barack Obama». En un medio de comunicación sirven para agrupar contenidos, para que un usuario pueda clicar en ellas y ver toda la variedad de información de que se dispone sobre ese personaje, ese lugar, esa temática específica, etc. De ahí que el buen uso de las etiquetas sea vital para rentabilizar esta forma de ayudar a los usuarios a encontrar contenidos dentro del sitio web. Para utilizarlas bien en un entorno de trabajo colaborativo, como puede ser un periódico digital, debe haber cierta organización, un control del corpus de etiquetas usadas, para evitar que se multipliquen sobre un mismo contenido: «Barack Obama» y no «Obama», «Barack», «Barack O.», «Barack Presidente», etc., lo que hace que el contenido se disperse y que encontrarlo sea más difícil.

E-learning El término e-learning hace referencia al aprendizaje virtual o en la red, a la educación a distancia basada en la tecnología de los nuevos medios. Hoy día las posibilidades de aprender a distancia


usando la tecnología son enormes, la oferta abarca distintas tecnologías y escenarios con una gran diversidad de diseño de interacción, por ejemplo: Herramientas de e-learning «clásicas» (LMS o Learning Management Systems). Incorporan gran cantidad de recursos, como foros, listas de correo, encuestas, documentos multimedia descargables, consultables en línea… Contenido web preparado para el aprendizaje mediante hipermedia adaptativo. El usuario va encontrándose información relacionada según avanza en sus conocimientos (o dando unas respuestas válidas), así, ciertos enlaces a nuevos contenidos aparecen, o no, en función de su progreso. E-learning en mundos virtuales. El usuario «vive» una experiencia prácticamente real a través de su avatar, lo que le ayuda a conocer de primera mano los problemas y soluciones posibles sin miedo a equivocarse. Mobile learning. Aplicaciones especializadas en apoyar a otras herramientas vía móvil, como por ejemplo «La pregunta del día». Videojuegos completos o serious games. Enfocados a inculcar un valor o transmitir un conocimiento concreto a través de la repetición de acciones y la resolución de problemas cada vez más complejos. Webinars. Una especie de videoconferencia en la que los usuarios pueden chatear con el profesor o ponente alrededor de una presentación multimedia compartida en tiempo real. Emisiones de clases en directo a través de internet. Sería lo más parecido a la clásica clase magistral, en la que los usuarios pueden interactuar, mediante voz o con cámara virtual, con el profesor en tiempo real. Vídeos de clases que se emiten en diferido. Lo cierto es que, aunque se sigue experimentando en nuevas aplicaciones tecnológicas, hoy por hoy el sistema más extendido es el primero, el uso de LMS (Learning Management Systems) como Moodle, Sakai, iTunes U, etc., en los que se está avanzando en la utilización de vídeos como material educativo. En todos esos casos, lo que más demanda el usuario es la posibilidad de preguntar y ser respondido, tanto en tiempo real como de forma asíncrona, puesto que no siempre estudiante y profesor pueden coincidir en el tiempo. Otra demanda clásica del estudiante de e-learning es la de hacer prácticas; estas deben estar explicadas paso a paso, con lo que la hipertextualidad deberá estar enfocada a ofrecer ayuda contextual en cada hito del proceso, lo que lo acerca al diseño de videojuegos y otras aplicaciones en las que en cada parte se va informando sobre cómo avanzar hacia la siguiente. La adecuada estructuración del aprendizaje de los conceptos y conocimientos es fundamental para el alumno, al que un exceso de opciones, sin una guía que le paute el camino, puede llevar a la frustración, lo que no sería justo, ya que el problema no es tanto suyo como de la interacción con el sistema de aprendizaje.


Libros electrónicos El libro electrónico está evolucionando rápidamente, a riesgo de perder la parte de libro. La entrada de elementos multimedia está transformando la experiencia del lector, que pasa de simplemente leer un libro en un medio electrónico a visualizar, escuchar e interactuar con la información, prácticamente como en cualquier sitio web. Existen multitud de formatos que pueden ser leídos como libros electrónicos, por ejemplo epub y pdf, que han aparecido con el iPad, y libros más interactivos en HTML 5, hpub, formato también adoptado por Kindle. La integración de distintos medios es el gran reto de las editoriales que quieran trabajar en los nuevos mercados del libro digital, cuyos autores pueden también pasar de ser meros escritores a participar en experiencias multimedia mucho más complejas. Ya hay obras que aumentan la experiencia de la lectura intercalando vídeos, como War, de Sebastian Junger, lo que se ha denominado como «libro enriquecido». Según una investigación de la Universidad de Miami en 2011, se identifican cuatro tipos distintos de lectores: los amantes del libro, los tecnófilos, los pragmáticos y los del papel (o del libro impreso), siendo todavía el 60 % los que o no quieren o no pueden leer un libro en formato electrónico. Asimismo, se ha constatado que, aunque la lectura en formato digital es algo más lenta, en general no difiere demasiado de la lectura en papel en lo que se refiere a legibilidad y lugares de fijación del ojo en la página. Por tanto, dependiendo del público objetivo y de la tecnología usada, el libro electrónico podrá ser diseñado como un libro con enlaces, o casi como un videojuego lleno de posibilidades de interacción, y no solo mediante el ratón o la tecnología táctil.

Videojuegos Cuando nos referimos a los videojuegos hablamos de multitud de posibilidades: juegos complicados, en tres dimensiones, pensados para dispositivos fabricados solo para jugar; juegos sencillos que no necesitan explicaciones y que un niño de dos o tres años puede utilizar; juegos visualizados en móviles o en la televisión con tecnologías distintas de interacción, como el ratón, el giróscopo del móvil, el dedo, un puntero, la voz, el movimiento…; juegos que necesitan de la interacción social con otros usuarios para ser disfrutados en su plenitud; juegos para aprender, para inculcar valores humanos, para entretener; y un largo etcétera, por lo que aquí solo se apuntan unas indicaciones generales: Tener claro el grupo de usuarios que puede jugar. Hoy en día existen juegos que a personas que ya jugaban en los ochenta les es difícil entender. Hay juegos para niños que no han aprendido todavía a leer que explican con letras su funcionamiento. La norma sería: cuanto más complicado


es el juego, más cuidada debe estar la ayuda, hasta el punto de acompañar al usuario en los primeros compases. No distraer al usuario del juego. «Si se destaca todo, al final no se está destacando nada», se dice en diseño de interacción. Si el jugador debe llegar a una meta, no se debe, por ejemplo, tapar esa meta con información irrelevante. Diseñar los botones en función de la edad del jugador potencial o del sistema de interacción. Si es un videojuego para niños pequeños, el área donde el jugador puede clicar o tocar con su dedo debe ser incluso mayor que el propio botón o pulsador, puesto que el niño tendrá poco manejo del ratón. Lo mismo ocurre al usar un sistema de interacción por movimiento, donde la recepción de la orden o comando de acción es más vaga y, por tanto, con mayor tendencia a generar errores.

Aplicaciones Las aplicaciones web o app proporcionan funcionalidades que antes se utilizaban con programas de escritorio, pero actualmente, gracias a internet, podemos hacerlo sin necesidad de instalar nada en nuestro ordenador, teléfono o tableta. Asimismo, se pueden usar desde diferentes dispositivos. Las aplicaciones web están en auge debido a que se puede acceder a ellas desde cualquier navegador web, independientemente del sistema operativo, se actualizan y mantienen sin distribuir ni instalar software alguno. Existen ejemplos bien conocidos de aplicaciones web como los webmails, wikis, blogs, tiendas en línea... Las apps para móviles y tabletas siguen en constante evolución, algunas de sus características inherentes podrían ser: Dan respuesta a un abanico enorme de objetivos y tareas: consultar información, ayudar en un programa de entrenamiento personalizado, aprender a leer, consultar el tiempo, etc. Las formas de interacción están cambiando: de botones del móvil a interacción táctil, bien con puntero o con los dedos y, ahora, también por voz. El espacio de pantalla también es variable: de un teléfono a una tableta. Por lo tanto, se debe intentar diseñar para un entorno multisoporte, en el que el usuario acceda a la información o realice sus tareas de forma similar. Pero, en cualquier caso, este diseño de interacción sigue necesitando la aplicación de las leyes, modelos y principios generales del diseño web y del clásico método científico de prueba y error en cada caso particular. Así, para intentar ahorrar unas cuantas pruebas (y bastantes errores) se desglosan a continuación algunas leyes y modelos científicos de diferentes disciplinas que han demostrado ser útiles para los arquitectos de información y los diseñadores de interacción: La ley de Pareto se conoce popularmente como 80/20, porque, como distribución de probabilidad continua que es, suele ser usada en comercio electrónico para identificar al 20 % de los clientes


que efectúan el 80 % de las ventas. Claro que también se puede optar por la estrategia contraria, trabajar una plataforma para dar servicio a una gran cantidad de usuarios o clientes, de forma que la suma de sus compras acabe por superar las de ese 20 %. Según el caso, encontraremos distribuciones de 95/5, 60/40, etc. Lo mismo se aplica a la información que aparece en un móvil, jerarquizando en una primera pantalla aquello que es más vital para el usuario, eliminando o dejando sin destacar aquella información no esencial. La ley de Zipf es una de las más conocidas distribuciones de tipo power law, o leyes de potencias, y es muy usada en el mundo del diseño web y el comercio electrónico (en concreto en lo relativo a la optimización para buscadores). En realidad, es una distribución estadística enunciada desde el mundo de la lingüística, que viene a representar el principio de menor esfuerzo, es decir: para cualquier idioma, hay un pequeño conjunto de palabras que se repiten muchísimo (y que se buscan muchísimo) y un número enorme de palabras más específicas. Por tanto, deberíamos usar las palabras más comunes y no las más exóticas, a no ser que la jerga usada sea compartida por el público objetivo de la aplicación (por ejemplo, una pensada para ser usada por médicos y no por pacientes). La ley de Zipf tiene también sus corolarios. Por ejemplo, sabemos que por una aplicación de esta ley, demostrada por Downey, el número de visitas a las páginas interiores de un sitio web es menor cuanto mayor es la profundidad de la página concreta; esto es, cuantos más enlaces necesitemos para llegar a ella o más profunda hagamos la navegación vertical, lo que es aún más vital en la navegación a través del móvil, que suele ser usado en momentos esporádicos (mientras esperamos el metro, etc.), en los que se necesita rapidez de consulta. Eso no quiere decir que cualquier contenido deba ser accesible directamente desde la página inicial, sino que cada tarea debe llevarse a cabo con el número mínimo posible de clics, enlaces o niveles de profundidad: ni más ni menos que los necesarios. La ley de Fitts indica que el tiempo para alcanzar un objetivo con el ratón (o el dedo, si es tecnología táctil) está en función de la distancia y el tamaño del objetivo. A menor distancia y mayor tamaño, más facilidad para usar un mecanismo de interacción (como un botón de compra, por ejemplo). Asimismo, por el modelo de procesos cognitivos aplicados a la resolución de problemas se sabe que la realización de una tarea exige memorias activas, esto es, a corto plazo. Además, estos procesos ocurren de modo serial, no en paralelo. Se tiende a trabajar en una sola tarea a la vez, lo que es aún más vital en una pantalla de un móvil, y de forma más lineal, sin tantas opciones que alejen al usuario de concluir la tarea para la que está pensada la aplicación. Once modelos de productos digitales 1. Los sitios webs corporativos son la carta de presentación de las empresas en internet. Por ello se recomienda que incluyan elementos como el tagline, frase que sintetiza sus rasgos; la información de la compañía (misión, valores y a qué se dedica), el equipo y los datos de contacto (localización geográfica, teléfono y correo electrónico). 2. Sin embargo, la mayor atención debe centrarse en la sección de líneas de negocio, servicios o productos. Una buena jerarquía de la información permitirá la correcta agrupación de los productos en secciones para que sean más


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sencillos de localizar. Si la empresa dispone de un amplio listado de productos o servicios, se aconseja la creación de un catálogo. Para conseguir la mayor efectividad este debe estar bien estructurado, contar con una página principal que presente todas las categorías con una pequeña introducción en la que, además, aparezcan las novedades. Cada producto debe estar incluido en una ficha con su información básica (características, imágenes, tiempo de garantía, fecha de entrega, etc.). Cuando el catálogo tiene un componente más artístico, se pueden destacar unos pocos productos, y entonces recibe el nombre de escaparate. El comercio electrónico permite la compra en internet de los productos del catálogo. Para simplicar la operación, el botón y carrito de la compra han de estar accesibles, junto a los pasos para llevarla a cabo. Otra sugerencia es la inclusión de los comentarios de otros clientes para facilitar la decisión de compra de los usuarios. La red privada, utilizada por los miembros de una entidad para compartir información, recibe el nombre de intranet. Se llama extranet cuando la interacción se produce con proveedores y clientes. El usuario debe acceder a todas las aplicaciones desde una clave. Otros aspectos importantes son la personalización de tareas por tipo de usuario, junto a la especificación de los procesos de trabajo. También se aconseja la creación de un manual de uso y unas normas de conducta. Los organismos públicos comunican las actividades y procedimientos que atañen a los ciudadanos a través de la administración electrónica. Esta debe ser accesible y fácil de usar. La segmentación del público en función de necesidades, la utilización de un lenguaje claro y sencillo y la conexión entre las diversas administraciones ayudan a ello. Los medios de comunicación en internet cada vez difieren más con respecto a los tradicionales. Difunden noticias de todo el mundo, accesibles a cualquier hora. Ofrecen información a tiempo real y la posibilidad de recuperación de noticias anteriores. Con el objetivo de llegar al máximo número de usuarios se apoyan en las redes sociales. Utilizan enlaces y etiquetas para relacionar el contenido de la página principal con las interiores. Los sistemas de e-learning permiten la educación a distancia a través de los nuevos medios. Ante todo, los usuarios valoran que estas plataformas incluyan herramientas para la interacción con los docentes (foros y listas de correos), además de prácticas bien pautadas para conseguir un aprendizaje evolutivo. Esto último se puede conseguir con documentos descargables, presentaciones multimedia compartidas en tiempo real o emisiones de clases en directo. Los libros electrónicos integran varios medios. En ellos, conviven el texto clásico junto a otros elementos multimedia, como el vídeo o los interactivos. Existen multitud de formatos (epub, pdf, interactivos en HTML 5, etc.). Los videojuegos ofrecen múltiples posibilidades. A pesar de su atractivo, los creadores deberían seguir unas pautas básicas: definir el grupo de usuarios al que va dirigido y adaptarlo a sus necesidades. Por ejemplo, si el juego es complicado tendrían que contar con una ayuda pautada. Además, los elementos gráficos deben destacar los aspectos más importantes para evitar la desorientación del usuario. Cada vez existen más aplicaciones para móviles y tabletas (consulta de información, el tiempo, etc.). El usuario busca en ellas la rapidez de la consulta. Por ello, se deben destacar en la primera pantalla las aplicaciones más relevantes y sus funcionalidades concretas.


USO PROFESIONAL Marga Cabrera Méndez


PROFESIONALIZACIÓN DE LOS MEDIOS SOCIALES Hace años que nos hemos habituado a escribir en la red, esta ya no es un coto privado para periodistas o informáticos, cualquier persona utiliza las nuevas tecnologías para expresarse de manera natural. A través del móvil, del correo electrónico o con comentarios en las redes sociales, todos participamos de la redacción y lectura de manera cotidiana. Los nuevos medios nos seducen por su inmediatez y por sus posibilidades técnicas, expresivas y comunicativas. Como se ha visto en el bloque anterior, existe un nuevo vocabulario propio, maneras de proceder, hábitos, normas de cortesía, distintos canales y formatos, en definitiva, costumbres que son características de nuestro idioma y de su uso cotidiano en el mundo digital. Para poder diferenciar de alguna manera el amplio público al que va dirigido este libro, recordamos que se ha dividido en dos grandes bloques: el uso cotidiano y el uso profesional. En este apartado se hace un repaso de las cuestiones técnicas de la escritura en internet. Si se quiere comunicar en la red de manera profesional es recomendable dominar los lenguajes específicos de cada canal, ser capaz de crear productos transmedia, que encajen entre los diferentes canales y medios, entender, conocer y aplicar el modo de actuar y el estilo de la red: conversación, interactividad, hipertextualidad, etc. Es cierto que se puede crear un contenido para la web sin tener conocimientos técnicos, pero también es verdad que cuanto más se conozca el medio más sencillo será introducir, adaptar y difundir el mensaje. El universo de internet requiere de conocimientos multidisciplinares, no solo escribir pensando en publicar en medios digitales, en cómo lee nuestro público en pantalla o en el canal que vayamos a utilizar (blog, wiki, página web…), sino que es imprescindible aplicar las nuevas disciplinas que han surgido en los últimos tiempos: arquitectura de la información, nuevas narrativas, diseño de interacción, hipertexto, guion multimedia, usabilidad, multimedia, accesibilidad, posicionamiento, optimización, aspectos jurídicos…; perfiles profesionales especializados en técnicas con las que se debe contar a la hora de comunicar en los nuevos medios. Desde la concepción del proyecto hasta la capacidad de difusión del mismo en la red, los nuevos profesionales deben ser capaces de pensar en digital. Es un entorno nuevo y variable, lo que hoy sirve evolucionará en breve, por lo que es preciso estar muy atento a los cambios. Si se cuenta con especialistas de cada ámbito será más sencillo adaptarse y llegar a cubrir todas las necesidades. Cuando se piensa en crear un producto digital, lo primero a lo que nos enfrentamos es a la


necesidad de concretar qué sentido y objetivos va a tener el proyecto: se decide el canal, la audiencia deseada, el contenido, la periodicidad, la interacción, el diseño, el mantenimiento y todo lo relacionado con la puesta en marcha. Para poder empezar a escribir una vez concebida la idea, se ha de tener una estructura previa, una arquitectura de información, que equivale al armazón donde se colocarán los distintos contenidos. En internet no solo cuenta la composición de la primera pantalla, sino que cada una debe estar pensada para facilitar la navegación de los usuarios, así como la interacción entre los diferentes niveles y tipos de contenidos. Habrá que clasificar y segmentar la información, definir las diferentes «caras» de cada nivel, pensar en una pantalla de inicio, una de contacto, otra para formularios, otra para presentar galerías de imágenes…, definir cómo se va a compartir con las redes sociales y un largo etcétera que se puede concretar con la arquitectura. Con la estructura definida se puede empezar a crear una imagen, una piel para el proyecto. Se trata de la maquetación y el diseño de interfaz, la cara visible. En este caso también es importante pensar en digital, no es lo mismo diseñar algo que se va a imprimir, que algo que va a verse en pantalla. Los diseñadores interactivos hacen sus creaciones pensando en la estructura interna del código y en las posibilidades de los nuevos medios. Además deben pensar en diseños flexibles, también llamados responsables, que se adapten a los distintos formatos y tamaños de pantallas, así como en los usuarios con discapacidades. Cuanto más accesible sea el diseño mucho mejor será para cualquier tipo de usuario y pantalla. Si el proyecto ya tiene cara y cuerpo, es decir, si está diseñado y estructurado, es el momento de nutrirlo de contenidos. Para la creación profesional de contenidos digitales es imprescindible saber escribir, pero también lo es entender el lenguaje hipertextual y conocer todas las posibilidades del entorno multimedia: texto, imagen, vídeo, audio, interactivos, infografías…; todo es contenido. Otra vez se plantea la necesidad de la especialización si queremos tener proyectos profesionales. Y no solo a la hora de generar contenidos multimedia, sino también para difundirlos (expertos en posicionamiento y márquetin de contenidos). A lo largo de este apartado se van a desgranar las diferentes especializaciones que se requieren para publicar en internet a nivel profesional.


ORGANIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN DIGITAL Un producto para los nuevos medios es como un puzle: cada pieza debe encajar con las demás. La combinación de la vista de águila sobre un proyecto (organización de información global) con la disciplina sistemática y milimétrica en los detalles (creación de niveles, diseño de interacción, flujos de interacción, etc.) debería ser la característica principal de la praxis de la arquitectura de la información. The devil is in the detail, dicen los anglosajones; por algo será.

Arquitectura de la información Jorge Serrano La arquitectura de la información se ocupa de preparar un sitio web para que el usuario encuentre en su contenido lo que realmente necesita en el menor tiempo y con el menor esfuerzo posible, incluso cuando no sepa definirlo mediante palabras en el recuadro de un buscador; esto implica tanto una mirada global y estratégica como un cuidado de los detalles. Obviamente, esta disciplina está íntimamente relacionada con el diseño de interacción, que se ocupa de cómo utilizar esa información. Con este propósito tan claro y simple, hay un sinfín de técnicas y tecnologías posibles que permiten al arquitecto de la información desarrollar su trabajo. Pero para conseguir sus objetivos, a la hora de organizar los contenidos de un sitio web, debe hacerse preguntas como ¿quién va a ser su usuario?, ¿cuál es su edad?, ¿conoce la temática del portal?, ¿tiene claro lo que busca, o todavía está en la fase de recorrer el portal a ver si encuentra «un libro para la playa que le guste»? La estrategia que se siga para preparar un sitio web dependerá mucho de la propia naturaleza del sitio y de las características de sus usuarios potenciales. Pero básicamente, y como ya mencionan los gurús del tema, algunas de las actividades que se integran bajo el paraguas de la arquitectura de la información incluirían los siguientes sistemas: organización del contenido, navegación,


búsqueda, etiquetado. Si el sitio es muy pequeño puede no necesitar sistemas de búsqueda, pero sin duda deberemos cuidar la organización de los contenidos, la forma en que vamos a encauzar la navegación por ellos y cómo vamos a etiquetarlos. Etiquetar los contenidos es, en inglés, labeling o labelling, y no tagging, que es como se suele traducir. Este labelling implica pensar en cómo denominar una sección, un artículo, un nombre de producto, para que el usuario que lo busca lo encuentre. La teoría subyacente se basa, en gran parte, en dos conceptos que acuñó Peter Pirolli, investigador de Xerox, el de la teoría del rastreo de la información (information foraging theory), por la que sabemos que los usuarios prefieren una organización del contenido que minimice la cantidad de tiempo y esfuerzo de atención invertidos en obtener esa información; y la teoría de la esencia de la información (information scent theory), que asume que la percepción del usuario al juzgar enlaces u otros elementos de navegación debe ser óptima para que el tiempo de decisión y esfuerzo de elección sean mínimos. Es decir, que en la medida de lo posible debemos conseguir que se encuentre lo que se necesita con el menor esfuerzo y que, además, al ver un enlace, este se identifique con lo que estamos buscando. Por ejemplo, todo el mundo entenderá qué va a encontrar al hacer clic sobre Cómo resolver el cubo de Rubik. Cuando llegue a la página de destino verá la información que espera y habrá satisfecho su demanda: le habremos ahorrado un tiempo precioso y habremos ganado un usuario feliz. Así que, como vemos, la arquitectura de la información abarca desde los problemas globales de la organización de contenidos de todo el portal, hasta detalles como el ejemplo anterior, que, a su vez, redundarán en una mejor organización global de los contenidos. Si a esto unimos un buen maridaje con otras disciplinas como el diseño gráfico, la accesibilidad, etc., obtendremos una experiencia de usuario óptima. A la hora de rediseñar una arquitectura de información para conjuntos de usuarios concretos, se debería estructurar de manera que evolucione al estudiar las necesidades de los usuarios del sistema y su modelo mental, así como los requerimientos de eficacia y eficiencia del sistema para aumentar la sensación de utilidad y satisfacción entre los usuarios.

Usabilidad Nuria Lloret La usabilidad, en el ámbito digital, es la facilidad que tienen los internautas para usar una web o un proyecto multimedia. En usabilidad se han utilizado, desde hace años, una serie de heurísticas y de principios de diseño, basados en la observación de la interacción de distintos tipos de usuarios con interfaces de diversas clases, que guían a los diseñadores de interacción en su trabajo y les ayudan a


evaluar sitios web, tanto cuando hacen un rediseño como cuando están preparando prototipos de nuevos diseño de interacción. Tradicionalmente se han usado las diez heurísticas de Nielsen (http://goo.gl/P61D2): 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.

visibilidad del estado del sistema, coincidencia entre el sistema y el mundo real, control y libertad del usuario, consistencia y estándares, prevención de errores, reconocimiento antes que recuerdo, flexibilidad y eficiencia de uso, diseño estético minimalista, ayuda a los usuarios en el reconocimiento, diagnóstico y recuperación de errores, ayuda y documentación.

Pero además de este listado, existen otros principios y guías muy elaboradas que pueden ayudar a detallar y contextualizar los pasos que deben darse al hacer una evaluación experta de un prototipo o de un boceto de diseño en el desarrollo de un sitio web de forma iterativa. Por ejemplo, entre los principios de usabilidad que deben tenerse en cuenta en el diseño de interacción centrado en el usuario (DCU) el más importante es el de captar su atención, consiguiendo así que quede satisfecho; además pueden destacarse los siguientes: Claridad de propósito y objetivos. El propósito se comunicará de manera inmediata, mediante el logo, el lema o el contexto de la estructura del portal. Con un simple vistazo a la página se sabrá qué pretende esta web y para qué sirve. Orientación inmediata. Se informará a los usuarios acerca de su situación (ubicación y estado) a lo largo de su navegación en el portal, y de lo que sucede en todo momento en la página web, mediante: breadcrumbs (migas de pan), mensajes de estado (mensajes de error, de realización correcta o incorrecta de una tarea, del paso en el que se está…), vínculos claramente identificados, la no inclusión de información u acciones ocultas, la indicación del número de pasos de un proceso y de los pasos restantes en la consecución de una tarea (por ejemplo rellenar un formulario). Adecuación al tipo de público objetivo del portal. Dependiendo del público objetivo se utilizará un lenguaje adaptado, sencillo y claro, con una estructura fácil de seguir. Asimismo, se recomienda la inclusión de metáforas e iconos fácilmente


comprensibles. Consistencia en la estructura y en la navegación: La estructuración del sitio web ha de mantenerse a lo largo de todo el portal. La lógica de navegación será la misma en cualquier sección interna; por tanto, la información estará organizada y se mostrará de manera consecuente en cada página. Prevención de errores: El diseño del sitio estará pensado para que el usuario se equivoque lo menos posible, y para que si comete un error se pueda responder rápidamente. Información y diseño claros y sencillos: Debe evitarse toda información o gráfico irrelevante y solo se incluirá la información necesaria. El texto será fácil de leer, estará bien organizado y las frases no serán demasiado largas. Mensajes de error eficaces: Es preciso preparar mensajes de error, escritos en lenguaje común y no con códigos o lenguaje técnico, que ayuden al usuario a solucionar el problema. A través de ellos se informará de la causa del error para evitar su repetición, dando soluciones o sugerencias que le permitan volver a la situación anterior. Ayudas contextuales útiles: En caso de necesitarla, la ayuda será visible y fácil de encontrar y será contextual, es decir, se referirá a la sección donde se encuentre el usuario. Estará adaptada a sus necesidades, orientada a la resolución de sus problemas y organizada en pasos si los necesita, incluso utilizando ejemplos. Como resultado de la aplicación de estos principios de usabilidad, se obtendrán una serie de prototipos (wireframes) que muestren a priori cómo se va a desarrollar la navegación de los usuarios dentro del sistema, lo cual va a permitir tomar decisiones estratégicas de comunicación de la información, descubrir posibles errores de interacción, usabilidad y accesibilidad, y establecer las pautas de todo el desarrollo del proyecto.

No amarguemos la experiencia lectora de nuestros usuarios Fundéu BBVA La experiencia del usuario que visita nuestra web puede verse afectada por multitud de factores. Son pequeños detalles que molestan mientras se navega en una web. Tienen forma de anuncio invasivo, sonidos procedentes de alguna parte de la web o simplemente elementos que no están donde se esperaba. Amargan la experiencia del usuario, pueden provocar un menor tiempo de permanencia en la web o incluso su abandono. Repasamos diez ejemplos que afectan a la usabilidad y a la accesibilidad de una web:


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Autorrefresco. Se produce, por ejemplo, cuando se está viendo un vídeo o leyendo un texto y, de pronto y de forma automática, la página se actualiza. Esto ocurre porque la web tiene la orden de recargarse de forma regular para actualizar su oferta de contenidos o con la finalidad de generar más páginas vistas. La World Wide Web Consortium ( W3C) recomienda evitar su uso porque, además de desorientar a los usuarios, supone un problema de accesibilidad para los usuarios con problemas de vista, ya que les hace requerir más tiempo para leer un artículo. Pop-ups. Se trata de publicidad que aparece en la pantalla en ventanas independientes o sobre los contenidos de un sitio web. Normalmente asalta al entrar en una web y, en algunos casos, no tiene un botón para cerrarla o lo simula para engañar al usuario y lograr el impacto publicitario deseado. Es una molestia para el 90 % de los internautas, según datos de la Interactive Advertising Bureau (IAB). Autorreproducción de anuncios con sonido. Como estrategia para llamar la atención del usuario, algunos formatos publicitarios emiten sonido nada más entrar en la página web generando desconcierto en el internauta. Enlaces a archivos descargables sin previo aviso. Al hacer clic en un enlace un documento nuevo se abre en el ordenador… Los más avezados pueden anticipar el formato del contenido enlazado fijándose en la barra de estado del navegador, pero la gran mayoría hace clic directamente. Estas situaciones interrumpen la navegación y ralentizan el ordenador con la consiguiente pérdida de tiempo para el usuario. Es recomendable indicar entre paréntesis que el enlace dirige a un archivo descargable, así como el formato del mismo. Enlaces a contenidos en un idioma ajeno al de la web. Al igual que en el caso anterior, cuando el medio enlaza a un contenido escrito en un idioma distinto al de la página de origen debe indicarlo entre paréntesis para no despistar al usuario. Captchas ininteligibles. Se trata de una herramienta que se utiliza como filtro en el acceso a determinados servicios de una página web con la finalidad de distinguir entre máquinas y personas. Consiste en que el usuario descifre un conjunto de caracteres que se muestran en una imagen, aunque a veces resulte más complicado de lo que uno desearía. Pueden llegar a suponer una barrera de acceso para personas con problemas de vista, impidiéndoles hacer comentarios, registrarse o comprar un producto en una web. Tiempo de carga. Cada vez es menos habitual debido a la mejora de las conexiones a internet, pero algunas páginas web tienen unos tiempos de carga frustrantes. Los usuarios no tienen paciencia para esperar y desean dar con lo que buscan lo antes posible. ¿Por dónde se sale de aquí? Es una norma básica en el diseño web: orientar al usuario en cada instante de su visita. Si se encuentra atascado en una página interna del portal y desea volver a la de inicio, le debería bastar con hacer clic en el logo para llevar a cabo esa acción. También es recomendable la presencia de un menú de navegación permanente, así como incluir enlaces a los niveles superiores en la jerarquía de la web. Enlaces en ventanas diferentes. Se debe dejar que el usuario decida si quiere abrir el enlace en


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una nueva ventana, en otra pestaña o en la propia página. Además de interrumpir su visita y consumir más recursos del ordenador, al abrir una nueva ventana se impide que el usuario pueda retroceder en su historial de navegación utilizando el botón «Atrás». ¿A quién nos dirigimos? La información de contacto es imprescindible en una web para atender solicitudes de cualquier tipo (prensa, usuarios, publicidad…) y es aconsejable que aparezca en una posición visible de la página principal. Una opción es recurrir a un formulario de contacto, pero es preferible mostrar una dirección de correo electrónico, el nombre de la persona que está al cargo y un número de teléfono en caso de que no haya respuesta.

Agrupación de contenidos Jorge Serrano Ordenación alfabética, cronológica, geográfica, lógica, por audiencia, por tareas, por probabilidades de uso, por ránquines de valores, etc. Hay muchos tipos de ordenaciones, y aunque solo usemos una, nuestro usuario lo agradecerá. Al agrupar o clasificar contenidos web, se puede hacer por jerarquías, como una clasificación temática subdividida en clases anidadas, lo que comúnmente se denomina clasificación padre-hijo. Es decir, un tema puede ser hijo de otro tema y padre de otro tema, y así indefinidamente. Dentro de esta forma de organizar la información, se pueden encontrar algunas variantes: Clasificación monojerárquica. En esta modalidad los contenidos se clasifican dentro de un solo tema, o clase, y solo en uno. Un ejemplo de este tipo de clasificación sería una taxonomía – término que designa propiamente las clasificaciones biológicas y que ha sido mal usado después en la jerga del desarrollo web–, en la que un perro es un animal, pero no puede ser una planta. Clasificación polijerárquica. Si se piensa, por ejemplo, en una casa de muñecas, se verá que este producto puede estar alojado dentro de la sección de «muñecas», la de «marquetería» o la de «miniaturas». Colocar el producto dentro de una u otra, o en todas esas secciones, dependerá del tipo de sitio web, de lo que permita hacer el gestor de contenidos (content management system) y de lo que los usuarios soliciten. Pero siguiendo con este ejemplo, hay que tener en cuenta que si se cree que una casa de muñecas se va a buscar dentro de la sección de «muñecas», pero el 80 % de los clientes potenciales la van a buscar en «marquetería», porque lo que les divierte es construirlas, no la van a encontrar. Y no encontrar algo es no comprarlo. No conviene caer en el error, muy común, de pensar «pues que utilice el buscador». Los buscadores internos merecen capítulo aparte (o docenas de ellos) y que su algoritmo funcione depende en gran medida tanto de la tecnología que se use como del contenido web de cada ficha de producto. En cualquier caso, estudios de todo tipo han ayudado a comprobar que el contenido que está bien clasificado se encuentra mejor, tanto si se accede a él mediante el buscador como si se


navega por las categorías organizadas, en este caso, jerárquicamente. Si se explicitan e individualizan las razones por las que un mismo ítem, objeto o contenido web está dentro de varias categorías, entonces se pasa a hablar de una clasificación facetada. Otro tanto ocurre con las etiquetas o tags y las folksonomías, en las que son los usuarios los que describen los contenidos y quienes conjuntamente proponen formas distintas para encontrarlos. A la hora de diseñar los sistemas de organización de la información, se debe evaluar hasta qué punto el grado de dispersión temática (que una misma cosa pertenezca «a casi todo»), favorecido por el uso de una folksonomía, entorpece o ayuda al proceso de recuperación de la información. Pero si no se tiene personal para clasificar, o el portal es del tipo web 2.0 (en el que es el usuario el que genera el contenido), un sistema de organización de la información es más escalable y la tasa de error no es tan importante, teniendo en cuenta los beneficios de un sistema en el que solo haya que trabajar en el software, no en los contenidos propiamente dichos. Por último, y con la popularización de los sistemas de gestión de contenidos, incluso se puede optar por realizar clasificaciones dinámicas, cambiantes en el tiempo, que solo duren unos días o que lo hagan en función de la estacionalidad de las búsquedas. Un ejemplo sencillo sería la sección de noticias o productos destacados en la página de inicio, en la que ciertos ítems, por ejemplo los juguetes, solo aparecerían en navidades, porque es la época del año en que más se buscan.

Etiquetas y metadatos Daniel Monleón Los metadatos son un recurso para localizar información en la red, se insertan en el lenguaje que se utiliza generalmente en internet, el HTML, siglas de Hypertext Markup Language («lenguaje de marcado de hipertexto»). Es un lenguaje de marcado con el que se «escriben» la mayor parte de las páginas web, permite describir la estructura y la forma de un texto. Los metadatos son etiquetas que se insertan en el código HTML (habitualmente en la parte inicial del código) y que incorporan información de referencia sobre la página. Datos como el autor, el título, la fecha, las palabras clave, el idioma o la descripción. Su valor para el posicionamiento es bastante discutido debido a que los metadatos han sido «pervertidos» por los spammers para intentar engañar a los buscadores. En todo caso, puesto que los metadatos están basados en estándares y, en teoría, constituyen el elemento adecuado para ofrecer la ficha informativa de la página, siempre deben incluirse en cualquier página web. Su estructura estándar dentro del código de la página es la siguiente: <META name=”xxxx” content=”xxxx”>, así, por ejemplo, podríamos tener unos metadatos que definieran el autor de una página web: <META name=”author” content=”Fundéu BBVA”>. En términos de optimización para los buscadores (SEO, Search Engine Optimization) se debe prestar atención a algunos metadatos específicos. Por orden de relevancia destacan:

Metadato description


<META name=”description” content=”Aquí va la descripción de la página”> En este apartado se incluye una breve descripción de la página, que no debe superar los 150-160 caracteres. Su importancia obedece, sobre todo, a que la mayoría de los buscadores utilizan este texto en el snippet de la lista de resultados, es decir, este texto suele ser la descripción que acompaña a cada resultado de una búsqueda. Por ejemplo, en los resultados de Google es la frase que aparece debajo del título descriptivo de la página. Para muchos expertos, el valor de este metadato radica más en su potencial para atraer visitas dentro de una lista de resultados que en su capacidad para influir en el posicionamiento.

Metadato keyword <META name=”keyword” content=”palabra 1, palabra 2… palabra n”> Las keywords son las palabras clave que identifican el contenido más relevante de una página, y se suelen separar con comas. El tradicional abuso de este metadato por spammers ha hecho que su importancia sea cada vez menor. Incluso Matt Cutts, del área de Calidad de Búsquedas de Google y una de las voces más autorizadas en SEO, escribió en su blog que Google no indexa las palabras clave (http://goo.gl/4O2HY). Sin embargo, en el Ranking SEO 2011, publicado por SEOmoz y elaborado por un gran número de expertos de todo el mundo, se sigue valorando su uso. Aunque no hay una regla estándar de buen uso, la recomendación habitual es la de no superar los 200 caracteres ni las cinco-siete palabras clave en este campo y no repetir la misma palabra ni variaciones de ella. Junto a estos dos metadatos, existen otras muchas y variadas opciones que, aunque no tengan un peso en el posicionamiento web, ayudarán a construir una página HTML más correcta. Algunos de los más recomendables son: Author. El autor del documento. <meta name=”author” content=”Daniel Monleón Escribano”> Language. Identifica el idioma del documento. Aunque hoy en día la mayoría de los buscadores son capaces de detectar automáticamente el idioma en que está escrito, no está de más declararlo en los metadatos. <meta http-equiv=”content-language” content=”en”> Robots. Su uso es equivalente al robots.txt. Al igual que este, indica si el robot debe indexar o recorrer la página. Puede tomar los siguientes valores: ALL, INDEX, NOINDEX, FOLLOW, NOFOLLOW. <meta name=”robots” content=”noindex, follow”> En el caso de Google, se le puede añadir el valor NOARCHIVE, si no queremos que la página se almacene en la caché del buscador. <meta name=”googlebot” content=”noarchive”> Copyright. Información sobre el copyright del documento. <meta name=”copyright” content=”2011. Todos los derechos reservados”>


Todo se enlaza, todo se «taggea», nada se pierde Pablo Mancini Existen dos formas para «romper» internet: una es que todos nos pongamos de acuerdo y de un día para el otro dejemos de enlazar. La otra es que, de nuevo, lleguemos a ese consenso unánime e imposible, y dejemos de clasificar la información que producimos, consumimos y hacemos circular. Cualquiera de esas dos situaciones sería una catástrofe para los contenidos digitales. El hipertexto es un arma de construcción colaborativa. Los tags –o etiquetas–, que son una forma específica derivada del hipertexto, son indispensables para escribir en la web y para la producción de contenidos en otros formatos, como en vídeo. Los enlaces y los tags son las dos tecnologías más poderosas con las que cuentan los periodistas para trabajar en internet. Son fundamentales para que el contenido que producen y publican agregue valor a la experiencia de la audiencia. Diez son las premisas básicas para enlazar y otras diez para etiquetar la noticia en la web más propuestas en esa profesión, extrapolables a otras: Enlaces 1.

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Si no se van a poner enlaces, no merece la pena publicar la nota. Sin ellos, internet no tiene sentido. Como método general, añadir enlaces es tan parte de la noticia como el titular. Usar enlaces internos para complementar los párrafos de la nota y ofrecer background sin extender mucho el texto. Usar enlaces externos para añadir información relacionada con el tema. No enlazar dos o tres líneas de texto seguido. Los enlaces deben ser precisos y abarcar solo el texto que hace referencia al contenido de la página vinculada. Priorizar los enlaces a las notas de nuestro sitio y nuestros blogs. Después de publicar la nota, verificar que los enlaces no estén rotos y que lleven a la web que deseamos. Enlazar a la competencia si es necesario, previa coordinación con nuestro editor. Recordar: los enlaces ubican mejor nuestra nota en los buscadores. Etiquetas

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Más es mejor. Usar mayúsculas donde corresponda. Usar tildes y eñes. Separar los tags siempre con comas. Usar palabras que describan el tema, muy específicas, concretas y precisas.


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Pensar qué palabras usaríamos para buscar información en Google sobre el tema del que estamos escribiendo, y colocarlas como tags. Coordinar con el equipo qué tags y qué variantes usar para cada tema/personaje. «Taggear» secciones, protagonistas, nombres propios, casos, disciplinas, lugares, etc. Esto permitirá segmentar/mapear el contenido actual e histórico con distintos criterios y reutilizarlo en el futuro con otros propósitos. Los tags son múltiples puertas de entrada al contenido. Los buscadores aman las tags.

Microformatos Jorge Serrano El objetivo de los microformatos es ayudar a estructurar la información de los contenidos –lo que antes se hacía sin acuerdo y sin darle un formato consistente– para facilitar al usuario una mejor recuperación de esa información. Un microformato es un metadato (o un conjunto de metadatos) pensado para describir un entorno muy concreto. Por ejemplo, el microformato hCard se utiliza para presentar información de una persona, hRecipe se usa para describir una receta de cocina homogeneizada, y así sucesivamente. Hay microformatos con una especificación muy estable, y otros que están todavía en la fase de borrador. Podemos encontrar una lista exhaustiva en el wiki de Microformats (http://goo.gl/3Yrsf). A partir de esta premisa, los grandes buscadores han comenzado a usar metadatos de este tipo para facetar la experiencia de búsqueda de información (hacer que esta se base en las propiedades y atributos de los datos). Para ello, Google, por ejemplo, ha trabajado con microformatos, microdatos y RDFa. Actualmente, los grandes buscadores (Google, Yahoo! y Bing) se han unido para promover Schema (http://goo.gl/lra9j), una web que ofrece una colección de esquemas para estructurar mejor nuestra información mediante el formato propietario o cerrado de Schema. Así, podemos recurrir a sus esquemas si tenemos contenidos sobre libros, películas, restaurantes y, en general, productos de comercio electrónico.

Buscadores y SERP Jorge Serrano Uno de los elementos clave en un sitio web cuando tiene mucho contenido es el buscador interno. A veces supone la opción por la que más usuarios van a intentar acceder al contenido. En esos casos, asegurar que las respuestas que el buscador ofrece sean las correctas es prioritario. Hay sitios web que confían en el software de búsqueda interno como si fuera mágico, sin preguntarse realmente qué tasa de éxito está teniendo el usuario al buscar lo que sea en esa


«todopoderosa» caja blanca, mientras que el usuario se ha acostumbrado al modelo de Google, pero no todo software de búsqueda interno tiene ese potencial. Los programas para crear páginas web generalmente ofrecen un buscador interno básico. Se debe evaluar bien cuál se va a utilizar y cómo se van a comportar las páginas de respuesta del buscador, también conocidas como SERP (search engine results pages), puesto que, si no va a ofrecer una experiencia óptima, más vale ocultar lo máximo la caja de búsqueda, o simplemente no usarla. Como se puede ver en la teoría del rastreo de información (information foraging theory), creada por Peter Pirolly y Stuart Card y popularizada por Jakob Nielsen, los usuarios invierten en encontrar una información solo el tiempo proporcional a la necesidad que tienen de ella, así que si no les convence lo que encuentran, y rápido, se irán a otra web a buscarlo. En este contexto, se puede aprender cómo presenta Google los resultados y cómo gestiona las funcionalidades de un motor de búsqueda para tratar de reproducirlo en nuestros buscadores internos. Google ha utilizado exhaustivamente el concepto de esencia de la información o information scent, derivado de la information foraging theory, que explica que la percepción del usuario al juzgar enlaces u otros elementos de navegación debe ser óptima para que el tiempo de decisión y esfuerzo de elección sean mínimos. Para poder hacernos una idea de la importancia que este concepto tiene hoy en día en el diseño web, diremos que sirvió, por ejemplo, para apoyar el éxito de Google, cambiando incluso la forma en que los resultados de los buscadores mostraban cada extracto de web que ofrecían al responder a las consultas, cada snippet. Por eso, en la medida en que el buscador pueda, se verá repetida (y destacada en negrita) la expresión que se está buscando (la consulta o query) tanto en el título como en el extracto de información o resumen, lo que indica que ese enlace es el que mejor va a responder a la pregunta. Dicho de otro modo, Google no tiene para el usuario solo una relevancia objetiva (el algoritmo que «decide» qué webs son más relevantes que otras ante nuestra consulta), sino que usa también una relevancia subjetiva, mediante la esencia de la información, el número de veces que aparece en una misma página el término que hayamos buscado, lo que hace pensar que, efectivamente, hay una relación visual entre lo que se busca y lo que se encuentra, porque está escrito de la misma forma. De ahí que tanto el título o etiqueta (title) de cada página web como el texto de los enlaces que apunten a una página web (anchor text) sean factores muy interesantes desde el punto de vista del buscador, y donde se ve que, cada vez más, la optimización para buscadores y la usabilidad están más imbricadas de lo que se podría pensar. Queremos decir con esto que si el título de la página web y los enlaces que apuntan a ella tienen en su texto las palabras que hemos buscado, el buscador le dará más importancia y saldrá mejor posicionada en los resultados de búsqueda. Hay muchos más detalles que deben tenerse en cuenta en el diseño de interfaces de búsqueda (search user interfaces); por destacar alguno se puede mencionar la búsqueda facetada, explicada anteriormente, que es lo que, entre otros buscadores, Google permite hacer al filtrar por tipo de contenidos (imágenes, vídeos, noticias, etc.) o, por ejemplo, por la fecha de publicación (hace un mes, etc.). Dependiendo de cómo sea el sitio web, puede que no se necesite tanta funcionalidad, pero en


cualquier caso se debe revisar que las respuestas a las principales preguntas que los usuarios hacen en el buscador interno sean las óptimas y que constituyan una parte primordial de los contenidos del portal. Si no es así, quizás no haga falta cambiar el algoritmo entero, solo generar contenido específico adaptado al algoritmo del buscador interno para que aparezca entre las primeras respuestas a las preguntas más utilizadas por los usuarios (lo que se conoce como best bets), de modo que se pueda solventar un buen porcentaje de las búsquedas con primeras respuestas incorrectas. También puede ser útil analizar qué es lo que se busca con más frecuencia y facilitar la entrada a dichos contenidos desde lugares destacados en la web.

Conceptos básicos de optimización para buscadores Daniel Monleón Una vez seleccionadas las palabras clave, se procede al estudio de la optimización de la web. El esquema del estudio del posicionamiento digital se basa en el análisis de la visibilidad y popularidad de los resultados obtenidos en el buscador Google. Se deben utilizar las últimas técnicas de optimización y de redacción para la web con el objetivo de que los buscadores lean adecuadamente todos los contenidos. Esto significa que desde el momento mismo del planteamiento del nuevo portal se deben tener en cuenta las recomendaciones para que las «arañas» de búsqueda indexen la página: dominio, URL, titulares, etiquetas, etc. A la hora de desarrollar la web, el trabajo de optimización debe tener en cuenta principalmente elementos como: Las URL. Las URL dinámicas, entre otras las que se generan a partir de un registro de una base de datos, suelen tener valores poco inteligibles para un usuario. Por ejemplo, el registro del libro Microsiervos de Douglas Coupland en un catálogo tiene la siguiente URL: http://benasque.aragob.es/cgi-bin/abnetop/O6033/ID13063119/NT1. Modificarla por otra más inteligible, como: http://benasque.aragob.es/douglas-coupland-microsiervos, ayudará a los usuarios pero, especialmente, mejorará el posicionamiento de esta ficha del libro en los buscadores para la consulta de la obra o el autor. La cabecera de la página web. Todas las páginas tendrán sus etiquetas title y metadatos personalizados para multiplicar los puntos de entrada y mejorar la apariencia de los resultados en los buscadores. Retomando el ejemplo del punto anterior, el titular para esta ficha de registro es el mismo que para el resto «absysNET OPAC red de bibliotecas de Aragón». Un titular como «Microsiervos de Douglas Coupland. Catálogo red de Bibliotecas de Aragón» sería mucho más descriptivo y adecuado. Lo mismo sirve para los metadatos que se sitúan en la cabecera de una página HTML y que vienen a ser como la ficha bibliográfica de una página web. El contenido. Es el elemento de mayor importancia para cualquier sitio web, por ello, la principal labor de optimización será la creación de un contenido de calidad, tanto en términos informativos como en términos de posicionamiento (el contenido será original, atractivo,


actualizado, con la densidad y ubicación de palabras clave adecuadas, etc.). Formato de las fuentes y estilos. A la hora de escribir para la web se tendrá en cuenta la optimización para buscadores siguiendo las pautas más aceptadas en el uso de negritas, cursivas, listados, cabeceras, enlaces, etc. Imágenes. Un porcentaje cada vez más alto de accesos desde buscadores llegan desde las búsquedas de imágenes. Además, la buena descripción de las imágenes también ayuda al posicionamiento general y a la accesibilidad. Por ello, deberán optimizarse de manera adecuada para no aumentar el peso de la página, tendrán un nombre lógico y definitorio e irán acompañadas de etiquetas descriptivas «alt» y «title». En cualquier caso, se tendrán en cuenta multitud de variables, de mayor o menor importancia, que garanticen la correcta optimización del sitio web.

Nombres de páginas y direcciones Fundéu BBVA El nombre que se le da a una página, o URL, va a influir mucho en el posicionamiento de la misma, como ya se ha visto. Y no solo el nombre del dominio, por ejemplo, www.manualdeestilo.com, sino el de todas las páginas que dependen de la principal y en las que debería haber una referencia al lugar que ocupan en la jerarquía del sitio, así como a su contenido, por ejemplo, http://www.manualdeestilo.com/herramienta/como-y-por-que-mejorar-las-url/. Cuatro razones por las que se deberían mejorar las URL: 1.

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Para tener el sitio web bien organizado, lo que resulta fundamental tanto para nosotros como para nuestros lectores. Para facilitar el rastreo que los motores de búsqueda hacen de nuestro sitio web. Para que las páginas tengan un nombre que sea fácil de recordar y de enlazar, llegado el caso. Porque la URL se muestra como parte de un resultado de búsqueda y es visible con cualquier navegador. Y ahora, siete formas de mejorar las URL:

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Evitar las direcciones largas y con series de números y caracteres innecesarios. No emplear los nombres genéricos que se sugieren por defecto. No recurrir a la repetición excesiva o sin sentido de palabras clave. Si se cambian direcciones que llevan a un mismo contenido, habrá que redirigir todas las URL a una de ellas mediante un redireccionamiento 301. El código de estado 301 significa que una página se ha trasladado de forma permanente a una nueva ubicación. Evitar utilizar mayúsculas innecesarias.


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Crear una estructura de directorios sencilla. Hacer que los nombres de los directorios tengan relación con su contenido.

Once claves sobre el diseño de la información Cristina Górriz de la Cal 1. El sitio web ha de estar estructurado de manera que el usuario localice la información en el menor tiempo y con el menor esfuerzo posible. La arquitectura de la información ayuda a lograrlo a través de cuatro ejes: la organización del contenido, la navegación, la búsqueda y el etiquetado. 2. El sitio web ha de adecuarse al tipo de usuario, debe tener un lenguaje sencillo, junto a una estructura fácil de seguir. La manera más popular de organizar el contenido es la clasificación temática, en la que cada contenido puede estar en una o más categorías. Por ello, siempre hay que pensar en cuál de ellas buscaría el usuario la información. 3. La usabilidad (facilidad que tienen los internautas para usar una web) también se consigue creando un diseño claro, sin gráficos innecesarios y que facilite la lectura. 4. El proyecto web debe ir acompañado de una estructura de navegación coherente que permita al usuario saber dónde está en todo momento. Algunas fórmulas para lograrlo son las «migas de pan» (breadcrumbs), las ayudas, los mensajes de error, los vínculos claramente identificados, los enlaces a niveles superiores y la posibilidad de volver al inicio haciendo clic en el logotipo. 5. Evitar cualquier elemento que interrumpa la navegación o afecte negativamente a la usabilidad y accesibilidad: autorrefresco de la página, pop-ups, enlaces a archivos descargables o a páginas en otros idiomas sin previo aviso, etc. 6. El buscador interno es otra aplicación muy útil para la localización de contenidos. Debe estar configurado de manera que permita búsquedas avanzadas: por ejemplo, por tipo de contenidos o por fecha. Para que el buscador funcione correctamente debe realizarse una labor previa de etiquetado y organización de contenidos. 7. Las etiquetas que incluyen información de referencia de cada página favorecen la estructuración de la información. Además, multiplican las páginas de entrada de los buscadores a nuestro sitio web. Las más importantes son las de descripción y de palabras clave. A la hora de rellenarlas, limítate al espacio asignado, sepáralas por comas e incluye palabras clave lo más precisas posible. 8. Aunque la web ha de estar pensada en primer lugar para los usuarios, se puede al mismo tiempo posicionarla para los buscadores (técnicas SEO). El punto de partida es crear informaciones originales y con valor genuino para tus lectores. 9. Los buscadores funcionan analizando las palabras más repetidas y destacadas de cada página web. Utiliza palabras clave en el titular y en los encabezados. También es conveniente emplear el uso de la negrita y de enlaces, junto a las etiquetas en imágenes y vídeos. 10. El uso de los enlaces es primordial en el posicionamiento. Tanto a contenidos dentro de la propia web para fragmentar la información como a otras webs pertinentes. Por una parte, se ofrece información ampliada a los lectores, además de mejorar la posición en los resultados de búsqueda; por otra, se invita a otras webs a establecer vínculos, ya que los buscadores utilizan como criterio la cantidad de enlaces que apuntan a una web. 11. Por último, hay que optimizar las URL del sitio web. No son solo simples direcciones, hay que dotarlas de significado. Evitar las direcciones largas y con series de números innecesarios. Tampoco es recomendable el abuso de mayúsculas. Es mejor si las URL incluyen palabras clave precisas que ofrezcan información útil de cada página.


MAQUETACIÓN EN LOS NUEVOS MEDIOS Blas Hernández La maquetación es el proceso en el que el análisis de un producto se transforma en un conjunto de archivos capaces de ser reproducidos por los navegadores web. La maquetación web es el proceso en el que el prototipo gráfico, también denominado layout (con los requisitos estructurales y estéticos definidos y aprobados en un análisis inicial), pasa a transformase en código HTML, CSS y JS (estándares de internet) para que los navegadores puedan interpretarlo correctamente. La edición de los archivos web, basada en el lenguaje HTML, se realiza mediante editores de texto básico como Notepad++ o UltraEdit, que permiten escribir código sobre un documento en blanco. Para poder maquetar un documento web con editores de este tipo, son necesarios amplios conocimientos de HTML y ciertas nociones de programación. Pero para facilitar este proceso existen los denominados editores gráficos de HTML, que permiten maquetar un documento web basado en estándares sin necesidad de teclear ni una línea de código mediante el uso de un entorno gráfico de trabajo. Uno de los editores gráficos HTML más utilizado profesionalmente es Adobe Dreamweaver.

Planificar el proceso Blas Hernández Para llevar a cabo el proceso de conversión del prototipo en un resultado en pantalla que funcione, se suelen seguir los siguientes pasos: 1.

Estructurar una retícula (visible o invisible) capaz de mostrar los contenidos de la web. A la hora de plantear una maquetación web se deben fijar unas zonas de trabajo que soporten la estructura de contenidos del sitio y generar los recursos necesarios que faciliten la futura carga de contenidos. Un error muy frecuente es plantear una maquetación estática sin pensar en las necesidades reales de la estructura. En estos casos, al introducir más o menos elementos de los planteados se produce una desmaquetación del documento que deteriora su representación.


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Separar la presentación del contenido. Es muy importante, para facilitar tanto el proceso creativo como futuros mantenimientos del sitio, separar el contenido y las funcionalidades de la web de los archivos que definen las propiedades gráficas (CSS). Además, este proceso optimiza la velocidad de carga de la web y permite la personalización del sitio según las necesidades de los usuarios. Utilizar estándares en el desarrollo de la maqueta. Para una correcta representación de un documento web se recomienda el uso de los estándares web, ya que permiten mostrar la información de forma universal y robusta y posibilitan el acceso al mayor número de usuarios, independientemente del dispositivo o la tecnología de uso. Los estándares más utilizados son: HTML/XHTML:

para generar el código del contenido. CSS: para definir la presentación gráfica de la maquetación. JS (JavaScript): para mejorar la interacción de sus elementos.

Uso de estándares Desde el inicio de internet hasta nuestros días, la web ha sufrido una evolución constante y frenética que dificultaba el proceso de maquetación, debido a la gran cantidad de formatos y tecnologías existentes que presentaban incompatibilidades de reproducción en determinados soportes y navegadores web. Para evitar este problema, se creó el consorcio World Wide Web (W3C: http://goo.gl/OpIut), una comunidad internacional que desarrolla estándares web para que el crecimiento de la red se haga de manera coordinada con el fin de conseguir un acceso universal al contenido.

Los estándares más utilizados Al hablar de estandarizar un documento web, generalmente se distinguen tres áreas principales: Contenido: HTML/XHTML El HTML, o HyperText Markup Language, es el lenguaje compuesto por etiquetas normalizadas que contiene toda la información de un documento web y los hipervínculos que lo relacionan con otros. No es un lenguaje de programación, sino simplemente un lenguaje de etiquetas o marcas que, interpretadas por un navegador, definen cómo mostrar la información. En el proceso de maquetación, el código HTML define la estructura del documento. Presentación: CSS También denominadas hojas de estilo, son las propiedades gráficas que pueden aplicarse a los elementos de un documento HTML. Contienen información sobre el color, el tamaño de letra, el uso de la tipografía, la posición, etc., y han sido estandarizadas por la W3C con el fin de separar la información de la presentación. En el proceso de maquetación, permitirán adaptar el diseño del layout y jerarquizar la exposición de la información para mejorar su comprensión.


Interacción: JS (JavaScript) El JavaScript es un lenguaje basado en acciones y orientado a objetos, compatible con la mayoría de los navegadores y que permite realizar acciones y efectos que respondan a movimientos del ratón, aperturas, cargas…, con el fin de mejorar la interacción de los usuarios con la interfaz de la web. Como, por ejemplo, cuando un texto de respuesta está oculto y se despliega al situarnos sobre un titular de una pregunta del listado de las FAQ (frequently asked questions o preguntas frecuentes). Existen multitud de librerías, pensadas para interactuar con los elementos de una web, que pueden utilizarse en el proceso de maquetación sin tener conocimientos de programación (por ejemplo, JQUERY o MOOTOOLS), para trabajar la usabilidad y efectividad de la interfaz y mejorar la experiencia de los usuarios.

Uso de estándares en dispositivos móviles Aunque el uso de estándares facilita el acceso al contenido web desde los dispositivos móviles de última generación, es preciso ser conscientes de las limitaciones y oportunidades que ofrecen para sacarles el máximo partido. Con la aparición de los nuevos dispositivos móviles que incorporan sistemas operativos más potentes (Symbian, Android, iPhone), y el aumento de su velocidad de acceso, se han incorporado navegadores web (Opera Web Mobile) capaces de representar el contenido de una web de forma universal sin necesidad de realizar variaciones técnicas para este tipo de soportes, siempre y cuando se respete el uso de los estándares en el proceso de maquetación. Pero ¿debe ofrecerse el mismo contenido a los usuarios de un dispositivo móvil? Al menos, es necesario tener en cuenta las limitaciones (costes en el consumo de la red y reducción del espacio de trabajo) y oportunidades que ofrecen estos dispositivos (GPS, cámaras, pantallas táctiles, SMS…). Para ello, han aparecido los estándares en el desarrollo de las aplicaciones móviles: las apps, que se instalan en el dispositivo y permiten interactuar con los contenidos alojados en un servidor web minimizando los costes de conexión, aportando contenidos específicos para estos dispositivos y utilizando las posibilidades técnicas que ofrecen, como la geolocalización mediante el uso del GPS o la red móvil. ¿Qué recomendaciones deben seguirse en el desarrollo de aplicaciones específicas para móviles, apps? El consorcio World Wide Web nos da algunas pautas de buenas prácticas (http://goo.gl/y1kgy): Utilizar los estándares de la web (HTML5, CSS). Ser prudentes con las limitaciones de este tipo de dispositivos. Reducir y optimizar la carga del documento web (para evitar un consumo innecesario, recurrir al uso de cookies que limiten el acceso a la web del operador). Minimizar el uso de recursos externos. Realizar un diseño flexible que se adapte al mayor número de dispositivos.


Pensar en el usuario de la web móvil y explotar sus posibilidades.

Composición en la visualización de datos Moisés Mañas Partamos de la idea de que el dato por sí mismo no es información. Para llegar a ser información necesita contextualizarse, si no simplemente es un dato sin sentido. Este dato, en el caso de que tuviera naturaleza numérica, puede construir una escala ascendente o descendente, pero incluso para hacer esa lectura ha necesitado por nuestra parte un sentido cuantitativo. Cuando tenemos muchos datos formando conjuntos con sentido necesitamos diseñar, estructurar y componer visualmente esos conjuntos para que su capacidad de comunicar sea mayor y efectiva. Esa composición en la visualización de datos es la que se realiza a partir de la organización de diferentes elementos dentro de un mismo espacio visual. También se puede definir como la forma y estructura más idónea, perceptivamente hablando, de la organización de los diferentes elementos o recursos (letras, imágenes, tablas, etc.) generados en el conjunto del espacio que se está creando. En la organización de los elementos se deberá prestar atención a los siguientes aspectos primordiales: Los diferentes subespacios deben mantener la proporción adecuada con respecto a la relevancia de la información: las zonas indicarán la mayor o menor relevancia de la estructura según la definición previa del arquitecto de la información. Para esta organización habrá que tener presentes cuestiones como que el usuario sea diestro o zurdo, o el sentido de la lectura de sus textos, en función de su cultura (piénsese el caso del árabe o el chino). La eficiencia de uso será el objetivo fundamental de la composición; para ello, el formato y la estructura deben ser familiares al usuario y estar íntimamente relacionados con las tareas que se realizarán con los datos. La composición debe pretender la menor exigencia posible de memoria del usuario, es decir, que, al primer vistazo, pueda saber la dirección, la intensidad y el flujo de la información. Es relevante dar significación simbólica mediante juegos de grupos, colores o categorías a las masas abstractas de datos para que nos permitan comunicar de una manera sencilla, directa y clara los conceptos y volúmenes de información que representan esos datos de la composición visual. Ejemplos de composición en la visualización de datos: Infográfias y aplicaciones (http://goo.gl/r1m2H) Experimental (http://goo.gl/pQBwa) Periódicos


Proporciones, tamaños y retículas Moisés Mañas Aunque los estándares actuales para maquetación y edición de pantalla no suelen bajar de 1.024 × 768 píxeles, a 72 ppp (píxeles por pulgada) se puede encontrar una gran variedad de tamaños de pantalla que van desde los 1.024 hasta los 1.920 × 1.080 píxeles. Por ello, a la hora de diseñar se han establecido tres modelos básicos de maquetación: Maquetación estática. La posición que se asigna a los elementos ocupa siempre el mismo lugar en la pantalla. Están controlados por posiciones absolutas en ancho y alto. Es decir, aunque aumentemos o reduzcamos el tamaño de la pantalla el diseño no variará, y esto puede ser un problema al visualizarlo en un teléfono o en una pantalla pequeña porque no abarcará todo y tendremos que movernos por la pantalla para poder verlo entero, mientras que en una pantalla muy grande habrá mucho espacio sin contenido. Maquetación relativa. La posición de los elementos que conforman la interfaz se adapta a la anchura y la altura de la pantalla independientemente de cuál sea su tamaño, los elementos están controlados por posiciones relativas a estos parámetros. Es un tipo de maquetación más flexible, pero en el que también el resultado final se descompensa compositivamente con más facilidad. Resulta óptima para productos con mucho contenido. Maquetación líquida. Los elementos y contenidos que conforman toda la interfaz se van adaptando a modo de flujo por toda la pantalla. Habrá que visualizar y probar el proyecto en las diferentes resoluciones de pantalla por defecto, tanto la anchura (1.024, 1.280, 1.600) como la altura de las mismas en los diferentes dispositivos (la diferencia de altura de la interfaz en una pantalla de escritorio y en un portátil). Por ejemplo, la altura del espacio de visión de una interfaz en una pantalla de escritorio a 1.024 de ancho es 768. Sin embargo, lo que se ve en realidad es alrededor de 650 px de alto, si se resta el espacio ocupado por los elementos de navegación del navegador, los menús, etc. Y en el caso de un portátil, se reduce aún más este espacio. Un truco para poder llevar a buen puerto estos cálculos es utilizar la extensión de Firefox Window Resizer (http://goo.gl/8FAfi), que permite, desde la barra del navegador, cambiar el tamaño del mismo a los diferentes estándares y ver cómo quedaría el producto y qué campo de visión tendrá finalmente el usuario.


Imagen de zonas de uso y zonas significativas para calcular el tamaño

Retículas La retícula es el conjunto de líneas invisibles que se ponen en uso para precisar y situar en el espacio visual un grupo de elementos con arreglo a un orden cartesiano; se podría decir que es el esqueleto de la página. Las retículas se dividen en columnas y existe una gran variedad de ellas: Retículas simples. Muy utilizadas en todo tipo de productos gráficos comunes (etiquetas, fichas sencillas e incluso periódicos). En el caso de productos digitales es un formato típico de fichas de producto o blogs sencillos. Retículas dobles. Este tipo de composición de texto corrido a doble columna no es habitual en la edición en línea por dificultades técnicas. Son apropiadas para equilibrar el contenido. Se utilizan en revistas, en las que se construye el espacio con una gran fotografía que abarca el ancho de la página y que se compensa con un texto corrido distribuido a doble columna en el pie. Retículas múltiples. Son típicas de la edición digital de periódicos y grandes portales. Por ejemplo, la página de El País tiene actualmente un formato de retícula a tres columnas que facilita la división por temas de los contenidos. Es aconsejable no abusar de las columnas principales de una retícula, ya que ello provoca una composición excesivamente enmarañada. No hay que perder de vista que se está componiendo para una pantalla y que no existe una única forma de ver las cosas; los usuarios siempre pueden modificar el formato de visualización de la edición realizada. En todo caso, la propia naturaleza del lenguaje con el que se programa todo el documento hace


imprescindible el uso de las columnas, ya que la composición obligatoriamente debe ser reticulada. El documento generalmente está formado por divisiones (div), listas (ul/li) y tablas, aunque es recomendable, si el proyecto debe ser accesible, no utilizar tablas. En cuanto a los contenidos, su propia jerarquización caracteriza las retículas en la edición web. Es decir, los contenidos se convierten en módulos formados por submódulos, cada uno con mayor o menor importancia visual. Este juego jerárquico tiene varios patrones típicos: La estructura reticular jerárquica simple. Una zona adquiere importancia sobre otra y se adapta a las necesidades de organización de la información. La jerárquica integrada proporcionalmente. Los espacios se van compensando en función de los contenidos para provocar ritmos interesantes de lectura entre ellos, e incluso es posible anidar nuevos contenidos sin descompensar las proporciones de los otros espacios. La jerárquica modificada. Aquí se establecen gradaciones de derecha a izquierda, de arriba abajo, que generan cascadas de contenidos con prioridades de lectura y de visualización. Este modelo es típico de una tienda electrónica en la que se usa para mostrar el resultado de los productos. Este tipo de formato modular también ayuda a crear espacios compensados entre la composición de toda la página, utilizando uno, dos o tres módulos de esa retícula para construir o diseñar el contenido. La retícula de manuscrito modificada. Muy utilizada también en la edición digital, se caracteriza por la construcción de márgenes superiores e inferiores muy marcados (encabezado y pie de página) que distinguen el principio y fin de la página. En este modelo también hay que destacar la zona de la derecha, que se marca claramente para indicar una zona de interacción fija (por ejemplo, el menú vertical que suele aparecer a la izquierda). A modo de conclusión, cabe señalar que las retículas son parte fundamental de la modulación del diseño de edición para pantalla y, sobre todo, para la web. Sin ellas la configuración y estructuración de la información serían un tanto complejas, por lo que merece un previo y riguroso análisis en la fase de planificación de un proyecto.


Retícula jerárquica

Retícula jerárquica integrada proporcionalmente


RetĂ­cula de columnas jerarquĂ­as modificada


Retícula de manuscrito modificada

Tipografías para pantalla Jorge de Buen Cuando diseñamos para imprimir, podemos usar cualquiera de los tipos que residen en nuestro ordenador. Esto se debe a que, cada vez que mandamos un documento a la impresora, las fuentes tipográficas van incluidas entre los paquetes de información que se transmiten. En los tiempos en que la web comenzó a hacerse popular, allá por los años noventa, las conexiones eran sumamente lentas. Por eso, los programas y lenguajes de programación se diseñaron de modo que las transmisiones fueran muy eficaces. Entre algunos de los recursos que se idearon están, por ejemplo, las memorias caché. Cuando se visita una página, la información se graba parcial o totalmente en el disco duro del ordenador. En virtud de eso, cada vez que vuelva al mismo sitio, el navegador dejará de descargar toda la información que, en un rápido análisis, juzgue que no ha cambiado. Algo semejante sucede con las fuentes tipográficas. Una fuente tipográfica digital suele ser hoy un paquete discreto entre cantidades inmensas de datos. Esto no era así en los noventa, cuando cada tipo representaba una voluminosa embestida de bytes. Es fácil imaginar la enorme carga informática de una página que combinara letras distintas. La


solución que se ideó para la web fue distribuir gratuitamente un conjunto estándar de tipos de muy buena calidad, con la intención de que la mayoría de los usuarios los tuviera en sus ordenadores. Nuestros ordenadores seguramente cuentan con algunos de ellos o todos: Verdana, Trebuchet, Arial, Times New Roman, Courier New y Georgia, entre otros. Con este método, en vez de transmitir una fuente tipográfica completa, el servidor web entrega tan solo el nombre de la fuente. Si esa letra está instalada en el equipo, se podrá ver la página tal como la concibió el diseñador; si no, verá una letra alternativa que el navegador elegirá según ciertos criterios. Durante años, este método ha hecho funcionar la web de una manera eficaz, pero con la desventaja de que los diseñadores no tienen un verdadero control sobre el aspecto de la página. La tipografía es esencial en el diseño; pero, si el catálogo está limitado, y si hay un riesgo considerable de que los tipos sean sustituidos, se vuelve cosa del azar. Para resolver este problema, algunas compañías han decidido crear repositorios públicos de tipos. Uno de estos es Google Fonts (http://bit.ly/hBEN17), que por ahora contiene un poco más de quinientas familias tipográficas. Su método es muy sencillo: en primer lugar, ofrece a los diseñadores un catálogo de tipos para que estos elijan los que deseen, los descarguen y los instalen en sus ordenadores. Aparte, por cada tipo, el sitio genera automáticamente unas cuantas líneas en HTML que el diseñador debe intercalar entre los primeros renglones del código de la página completa. Cuando la página es consultada desde un ordenador remoto, una de las primeras instrucciones que el receptor interpreta consiste en visitar el repositorio de fuentes y descargar temporalmente los tipos necesarios. Desde luego, si una página tiene muchos tipos, la descarga se vuelve lenta.

Tipología Ha habido muchos intentos de clasificar los tipos según su fisonomía, su historia o ambas consideraciones. Aquí me parece conveniente tratar las letras a partir de ciertas oposiciones: a.

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Letras para texto y letras para titulares. Los tipos de texto siguen cánones convencionales que, para lo que nos ocupa, fueron establecidos para los protoimpresores venecianos a finales del siglo XV. Los tipógrafos de entonces se inspiraron en las muy legibles letras carolingias de los siglos IX al XI, las cuales habían sido sepultadas por el periodo gótico. Las letras para texto que usamos hoy pueden estar inspiradas en modelos antiguos o modernos, tendrán terminales o no, serán delgadas o gruesas… En todo caso, sus estructuras básicas permanecen intactas. Los tipos para titulares (o rótulos, etc.) pueden tener formas caprichosas, e incluso llegar a ser ilegibles. Ningún tipógrafo serio los usaría más que para formar unas cuantas palabras, y siempre y cuando haya una clara intención expresiva. Un tipo de titulares está diseñado para enunciar ideas con una elocuencia vigorizada. Letras de palo cruzado y letras de palo seco. Las letras de palo cruzado son las que tienen remates en algunas astas, es decir, esos pequeños patines que parecen servir para que las letras mantengan el equilibrio. En realidad, se trata de


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ornamentos muy antiguos. Nacen en las letras lapidarias romanas, las conocidas como de los monumentos de la capital o, en latín, capitalis monumentalis. Si bien nuestros caracteres han cambiado a lo largo de los siglos, esos remates han prevalecido de una u otra forma en todos los estilos. A mediados del siglo XIX, con el auge tecnológico de la era industrial, hubo una superproducción tipográfica y, con ella, un montón de diseños que procuraban ser llamativos. Algunos tipógrafos probaron con la eliminación de los remates, hasta producir un estilo de letras desnudas que, a la sazón, los impresores tradicionales encontraron grotescas; y así las llamaron: grotescas. El estilo, sin embargo, estaba investido de la austeridad que demandaban los artistas y diseñadores de comienzos del siglo XX. Los tipógrafos de avanzada tomarían esas letras por bandera, y, desde entonces, los tipos de palo seco se convirtieron en el paradigma de la modernidad y el funcionalismo. Ha habido muchos intentos por descubrir qué tipos son más legibles, si los de palo cruzado (la mayoría los llama tipos con remates o serif) o los de palo seco. Los resultados de las investigaciones, hechas por neurocientíficos muy serios, son contradictorios, principalmente porque las variables que afectan este tipo de fenómenos son, por su número y complejidad, muy difíciles de entender y controlar. Letras de espesor variable y letras de espesor fijo o constante. Las letras de espesor variable son las tradicionales, las de todos los días, donde una i será siempre más angosta que una m, y, por ende, ocupará un menor espacio. Las letras de espesor fijo nacen con las primeras máquinas de escribir por limitaciones mecánicas. De hecho, la máquina de escribir, en general, debe su existencia y su utilidad práctica a muchos trucos y simulaciones ideadas para que un instrumento simple fuera capaz de reproducir letras. También por razones técnicas, las primeras impresoras que se usaron en informática recurrieron a estos caracteres, hasta el punto en que hoy se asocian con los lenguajes de computación. En la tipografía moderna ha habido muchos intentos de reproducirlos, tanto por su valor histórico como por el ambiente que recrean. Se distinguen porque todos los signos de una misma fuente tienen la misma anchura, ya sea que se trate de una l o una W. Los primeros manuales de programación solían reproducir las impresiones del código hechas con impresoras de matriz de puntos, y estas usaban letras Pica y Elite, de espesor constante, tomadas de las máquinas de escribir. Una de las ventajas de ese método era que, por su fisonomía, estas letras facilitaban la tarea de llevar la cuenta de los caracteres de que consistía una instrucción determinada. De esa manera, una instrucción de treinta y seis caracteres debía extenderse exactamente hasta el lugar 36; si no era así, el programador se percataba de inmediato de que había cometido un error. Si seguimos usando esas letras en los libros de programación será por fetichismo o tradición, pero hoy se puede escribir el código con cualquier buen tipo. Las letras redondas y las variantes diacríticas. Las letras de uso cotidiano son conocidas como redondas en oposición a las cursivas, cuyos trazos curvos son ovalados. Compare una o normal con su cursiva y verá que la primera es casi circular, mientras que la segunda, además de estar ligeramente inclinada, es notablemente


ovalada. Las redondas se usan para componer los textos largos, pues debido a la costumbre o a quién sabe qué razones, nos sentimos más cómodos leyendo esas que otras cualesquiera. Las letras cursivas fueron «inventadas» a finales del siglo XV para la imprenta de Aldo Manuzio, en Venecia. Aldo las encargó porque quería producir libros pequeños que el lector pudiera acarrear de un lado a otro llevándolos en las manos o en una faltriquera. Para eso necesitaba que Francesco Griffo, su tipógrafo, le hiciera tipos más compactos. Griffo se inspiró en las letras cancillerescas, que, por su forma oval, ahorraban espacio. En el resto de Europa, estas letras cursivas tuvieron una buena acogida, pero había en ellas un aroma exótico, de ahí que las llamaran itálicas, venecianas, grifas y no sé de cuántas maneras más. El caso es que, con el tiempo, los impresores comenzaron a recurrir a ellas para introducir expresiones en latín cuando producían obras en lenguas vernáculas. Las cursivas, entonces, fueron agenciándose la comisión principal de expresar lo extranjero. Las negritas son un invento mucho más reciente, y tienen que ver con los cambios tecnológicos de los siglos XIX y XX. En el siglo XX, concretamente, a las fundidoras de tipos les pareció muy moderno dejar atrás las cursivas y favorecer, en su lugar, una variación de astas anchas. Estas letras más negras o, como se les suele llamar, negritas o negrillas, son tan terriblemente conspicuas en los textos que los tipógrafos más aseados nunca echan mano de ellas, salvo para la composición de títulos. El efecto ideal de las negritas es subrayar o destacar una palabra o frase, pero, en realidad, lo que logran es degradar todos los textos que están en cuerpos normales. Hay otros estilos, como las versalitas, que dejaremos para discusiones avanzadas. Moisés Mañas Carbonell El preformateo es fundamental para páginas que contienen tutoriales de lenguajes de programación: si algún usuario copia un ejemplo de código de un ejercicio cualquiera, al pegarlo en la aplicación de su ordenador copiaría también los estilos de ese texto (negrita, cursiva, etc.) y el código no funcionaría. De esta otra forma, preformateado, se copia un texto sin formato, es decir, sin estilos. Los textos que usen fuentes no estándares, que no sean del sistema o estén instaladas en el ordenador por defecto, deberán tratarse como imágenes (jpeg, gif o png). También se pueden utilizar técnicas SVG (http://goo.gl/CgUld) que permiten emplear cualquier tipografía de fantasía o, por ejemplo, rotuladas, con gran calidad y capacidad de indexación por parte de los buscadores. Un ejemplo de generador de este tipo de formatos es CUFON (http://goo.gl/BLtoA). Existen, además, distintas técnicas para utilizar fuentes diferentes, especiales, mediante las cuales el usuario puede ver en su equipo la tipografía seleccionada por los diseñadores sin necesidad de estar instalada en su computadora. Nos referimos a la utilización de @font-face (http://goo.gl/vC4QA), la tecnología typeface.js (http://goo.gl/Nb9WI) o incluso un sistema de tipografía gratuito (open source) y alojado en el servidor, como el proyecto Google Web Fonts (http://goo.gl/Azb1E).


Tamaño La cuestión del tamaño de la tipografía en edición web es bastante compleja. Aunque no se aconseja utilizar un cuerpo menor de 9 píxeles, el usuario puede cambiar a su antojo el tamaño de la página que está consultando. Los navegadores y sistemas operativos actuales están preparados para ello (por ejemplo, en Mac, pulsando las teclas manzana o control y «+» se amplía, y con manzana o control y «–», disminuye; lo mismo ocurre en PC con las teclas control y «+», control y «–»), por lo que habrá que procurar que los diseños incluyan, en un lugar perfectamente visible, la posibilidad del cambio de tamaño del texto. Se recomienda un tamaño entre 10 y 12 píxeles para los párrafos, no más de 24 píxeles para el titular y 9 para los microtextos, los créditos y las licencias (copyrights). Para la correcta armonía de la lectura es preferible evitar utilizar más de cuatro tamaños de texto, con los que se representan cuatro niveles de importancia de la información. Lógicamente, se dará mayor tamaño al texto que necesite llamar más la atención y se irá descendiendo dependiendo del protagonismo del mismo, desde el titular al resumen, hasta llegar al párrafo y a la nota de la noticia o incluso a los bloques destacados (blockquote). La pregunta de cuántas fuentes utilizar es también compleja. El diseñador de la interfaz será el encargado de tomar esta decisión, pero es importante recordar que las fuentes se deben estandarizar.

Caracteres tipográficos utilizados como iconos o signos No se recomienda incluir signos cuyo icono ya se asocia a significados estandarizados cuando se quiera trabajar con proyectos accesibles. Por ejemplo, la «×» se entiende ya universalmente como el icono de «cerrar ventana», «+» indica ampliación de contenidos, los caracteres angulares (antilambdas) «>» «<» se utilizan como indicadores (flechas) de dirección, pasar a la página o al contenido siguiente o anterior. Estos últimos son de gran utilidad y mantienen una capacidad de significación excelente, pero abusar de su utilización puede desorientar al usuario. Es recomendable, siempre que se persiga una comprensión y accesibilidad totales, que estos signos vayan acompañados de las palabras «anterior» y «siguiente», respectivamente. Al emplear estos caracteres convertidos en símbolos es también acertado, si la cantidad de información lo precisara, incluir caracteres numéricos que indiquen en qué página se encuentra el usuario.

Texto e interacción Cuando se trabaja en edición web es primordial pensar en el texto como algo interactivo, el hipertexto (con funciones y capacidades de amplificación, expansión, interacción, etc.), a diferencia del de un medio impreso. Para resaltar esta interacción, una buena solución es crear funciones hover con cambio de colores y utilizar juegos de negativos e inversiones de color con el fondo. O incluir subrayados (underline), aunque se aconseja no abusar de estos en los enlaces y, si se decide utilizarlos como indicación de hipertexto, se debe intentar mantener la coherencia en todo el proyecto, de lo contrario, se puede provocar confusión en el usuario y desestructuración en la información del proyecto.


Uso de mayúsculas Habría que aclarar que las mayúsculas dan problemas especialmente en dos situaciones: cuando son faltas ortográficas y cuando se escribe con puras letras de ese estilo. (Sobre el uso de las mayúsculas y la cortesía en internet, puede consultarse el apartado «La etiqueta en la red: la cortesía en la comunicación digital»).

Extensión, formato de párrafo y separaciones Markus Steen La presentación del contenido en internet es un aspecto central del diseño para mantener la atención de los lectores el máximo tiempo posible. Si no se piensa en la longitud de los párrafos, el tamaño del titular o el tipo de letra, se hace un flaco favor al contenido. Antes de empezar a diseñar, merece la pena pararse a pensar cómo se quieren presentar los textos en la web para facilitar su lectura. El primer detalle que habrá que cuidar es el ancho del texto. Una lectura cómoda se hace en líneas de entre 50 y 80 caracteres que formen párrafos cortos de no más de diez líneas en total. El libro de estilo de Yahoo! recomienda frases breves con un estilo directo que sean fáciles de digerir y no superen las 25 palabras, así como colocar la información importante al comienzo, sobre todo en las frases de apertura de párrafo. Al igual que con las fuentes tipográficas, tampoco es recomendable abusar de distintos tamaños en la página para indicar diversos niveles visuales o dentro del texto. La negrita y el hipertexto son dos importantes focos de atención para los lectores, como ya se ha señalado a lo largo del libro: La negrita permite enfatizar la idea más relevante en cada párrafo y facilitar la lectura somera que suele hacerse en internet. Se utilizará para marcar las frases que resumen la tesis central del párrafo, pero sin que abarque demasiado para no perder el equilibrio visual con el resto del texto. El hipertexto se utiliza para ampliar una información. Además de incluir un texto-ancla lo más descriptivo posible para que el lector pueda anticipar lo que podrá leer si hace clic en él, habrá que resaltar la presencia del hipertexto con colores y con el subrayado, e indicar con un tono diferente si el enlace ya ha sido visitado por el lector. La separación entre párrafos es muy importante para organizar la información de la página. En internet es positivo que haya aire entre los bloques de información para hacer la lectura más digerible y evitar la saturación que provocan los textos largos. Una buena solución para dar jerarquía visual a la página es usar saltos de línea (<br>) o una sangría en la primera línea de cada párrafo posterior al primero, lo que se conoce como «párrafo ordinario». No es recomendable aplicar ambos elementos a la vez porque dificulta la legibilidad y desorienta al lector.


Los espacios entre líneas también son relevantes para facilitar la lectura, sobre todo cuando son largos. Un interlineado ajustado puede desviar la atención de los lectores hacia la línea de texto situada por encima o por debajo de la que intentan leer, así como fatigarlos. Por el contrario, si el interlineado es holgado puede entorpecer el ritmo de lectura. Un interlineado adecuado para la edición web podría estar entre los 1,25 y 1,75 puntos.

Colorimetría Moisés Mañas Llamamos colorimetría a la ciencia que estudia la medida de la intensidad de los colores, sus valores y el comportamiento entre ellos. Aunque es un término utilizado en las ciencias químicas, en el campo de la percepción visual (psicología de la percepción) su uso es más que relevante y sus resultados se convierten en fórmulas básicas en algunos casos. Conceptos importantes que deben tenerse en cuenta: Matiz. Cada una de las gradaciones que puede recibir un color sin perder el nombre que lo distingue de los demás. Saturación o intensidad. Variaciones de un matiz/tono al fusionarse progresivamente con un negro o un blanco. Brillo. Identifica el grado de claridad y oscuridad de un color, y suele emplearse para dar espacialidad.

Sistema de colores para pantallas El sistema de colores para pantallas es el denominado sistema de color luz, completamente opuesto al empleado, por ejemplo, en pintura (color pigmento). El color luz se realiza por yuxtaposición y mediante síntesis aditiva de los propios colores luz primarios (rojo, verde y azul), lo que quiere decir que el resultado de la suma de todos es el blanco. Todo lo contrario al sistema de color por pigmento, cuya síntesis es sustractiva, y la suma de los colores primarios por pigmento (azul, rojo y amarillo) es el negro. Es importante apuntar que, en edición y diseño para pantalla, los modos utilizados para la selección de la profundidad de colores son RGB (24 bits: 8 bits de rojo, 8 bits de azul y 8 bits de verde), que equivale a un espectro de miles de millones de colores, e indexado (8 bits, 256 colores fijos o 256 intensidades de un matiz). El valor de estos colores se puede representar en un sistema numérico como el RGB, un valor para el rojo (red), otro para el verde (green) y otro para el azul (blue), por ejemplo, R: 125, G: 15, B: 68; y en sistema de valores hexadecimal que combina caracteres y números (#FFFFFF). Para los casos de lectura continuada, se recomienda la utilización de colores neutros de una gama para los contenidos básicos y los fondos estables de lectura, y de intensidades muy bajas, entre el 10 % y 15 % de un matiz de color, para el fondo.


Usos del color El uso del color, como el de la tipografía, es muy relativo y muchas veces está en manos de los diseñadores y el cliente en particular. Ahora bien, es importante definir formas básicas de trabajar con el color: por marca (color corporativo), por gama y por contraste. Por marca: se antepone el color corporativo a otras posibilidades, y se utilizan intensidades del seleccionado para crear toda la paleta de colores del proyecto. Por gama: se elige un color principal como eje central y matices de este hasta construir una gama. Por contraste: el uso del color se convierte en un juego entre claridad y oscuridad, o entre colores opuestos, complementarios. Este sistema exige una mayor experiencia del diseñador y ofrece resultados menos conservadores que los de los dos formatos anteriores. Esta simple enumeración de usos no constituye una relación que deba seguir ciegamente el desarrollador, de él deberá surgir la intuición a la hora de compaginar y compartir unos con otros. Perfectamente pueden convivir en el mismo proyecto los formatos por marca y por contraste.

Consejos de utilización del color Trabajar con gamas de colores claros y oscuros para conseguir un mayor contraste y que el texto se lea mejor en la pantalla, lo que hará más accesible la lectura. Este punto se encuentra dentro de las pautas de accesibilidad web del Consorcio World Wide Web (W3C). Evitar usar más de cuatro colores en toda la página web, si lo que se desea es construir lecturas con intensidades diferentes entre los contenidos. Crear y seguir una guía de estilo web para todo el proyecto en la que se informe de las diferentes características de los elementos (tipo, párrafo, etc.) y, en particular, de los colores que se deben utilizar, sus matices, etc., aplicados a cada elemento. Once consejos para maquetar en los nuevos medios Cristina Górriz de la Cal 1. La maquetación ayuda a estructurar la información, facilita la integración entre aspecto y contenido. Es el proceso en que se pasa del prototipo gráfico, o boceto, a poder visualizarlo en un navegador web. 2. Se recomienda el uso de estándares en el desarrollo de la maquetación para mostrar toda la información de forma universal con el fin de que pueda ser vista independientemente del dispositivo o tecnología que se use. 3. Existen tres tipos de estándares básicos para trabajar en internet: HTML, que es un lenguaje de etiquetas para crear la estructura del contenido; CSS, que define la presentación gráfica (color, tamaño, tipografía, etc.) y permite jerarquizar la información; y JS (JavaScript), que mejora la interación de los elementos. 4. La composición nos permite darle a cada elemento su importancia asignándole una zona y una proporción en función de su relevancia con respecto al conjunto. También debe favorecer la localización de los elementos, y por lo tanto ayudar en la usabilidad. 5. Pensando en las proporciones, se debe elegir el tipo de maquetación en función del volumen de contenidos del sitio web y teniendo en cuenta la adaptación al tamaño de la pantalla (por ejemplo, una maquetación relativa se utiliza para sitios webs con mucho contenido y se adapta al tamaño de diferentes pantallas). 6. Las retículas son un conjunto de líneas invisibles que se utilizan para maquetar, dividen el espacio en módulos que jerarquizan visualmente el contenido. Se aconseja no establecer muchas columnas a través de la retícula para evitar


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una composición enmarañada, tampoco es recomendable el uso de tablas si nuestro proyecto es accesible. Debe utilizarse tipografías universales para que sean reconocidas desde cualquier dispositivo y, si es necesario usar una fuente no estándar, el texto debe convertirse en una imagen, de esta forma todo el mundo podrá ver la tipografía aunque no tenga instalada la fuente en su equipo. Con respecto al tamaño de las tipografías, es aconsejable que no sean menores de 9 píxeles (hasta 24 píxeles para el titular, de 10 a 12 píxeles en los párrafos y 9 para microtextos, créditos y licencias). No se recomienda el uso de más de tres fuentes en un mismo diseño. Los textos deben cumplir unos requisitos visuales. Se debe cuidar el ancho del texto (unas diez líneas de entre 50 y 80 caracteres), colocando la información relevante al comienzo de cada uno de los párrafos. También se recomienda el uso correcto de elementos enfáticos como la negrita y el hipertexto enlace. Este último debe destacar a través del color y el subrayado. La separación entre párrafos y líneas facilita la lectura. El sistema de colores para pantalla, colorimetría, utiliza los modos RGB e indexado. Es preferible no usar más de cuatro colores en una composición. Para mejorar la lectura, es útil crear contrastes entre colores claros y oscuros. Sobre todo, es básica la creación de una guía de estilo que recoja todas las características de la maquetación y composición. Antes de lanzar un proyecto, es recomendable probar su visualización en diferentes resoluciones de pantalla y en diferentes dispositivos (ordenador, teléfono, tableta…).


ARQUITECTURA DEL CONTENIDO DE UNA PÁGINA WEB Markus Steen No todas las páginas de internet son iguales, pero sí podemos destacar una serie de elementos comunes a la mayoría de ellas, incluso extrapolarlo a otras arquitecturas multimedia como puedan ser pantallas interactivas, información para móviles, etc. En este capítulo vamos a desgranar cuáles son estos elementos, cómo se denominan y cuáles son sus funciones básicas.

Portada La portada, también llamada página home, inicio o principal, es la carta de presentación de la web y la puerta principal hacia su oferta interna de contenidos. La página principal comunica la identidad del sitio y orienta a los usuarios de la mejor manera para que satisfagan sus necesidades informativas, o de otra naturaleza, en el menor tiempo posible. Sin embargo, las puertas de entrada a una web son variadas. Los buscadores, las redes sociales o los agregadores de noticias han diversificado la procedencia de los usuarios, lo que resta relevancia a la página principal en términos de conversión porque pueden encontrar lo que buscan sin pasar por ella. Aquí se muestran algunos consejos básicos para construir la portada de una página web:

Llamar la atención Una imagen vale más que mil palabras, y el primer pantallazo que recibe el usuario antes de comenzar a curiosear por la web debe causar buena impresión. Hay que mantener una identidad visual coherente que esté en consonancia con los objetivos del sitio y no obligar al usuario a navegar demasiado por la pantalla para encontrar lo que busca.

Definir nuestro objetivo Los usuarios nuevos querrán saber al instante dónde están y para qué sirve la web, independientemente de la naturaleza del sitio. Más aún, como explica Steve Krug en su libro No me


hagas pensar, podrían preguntarse por qué deben permanecer en la web y no marcharse a otra. Hay que definir la identidad y el objetivo cerca del logo y en la barra de título con la etiqueta <title> para que los usuarios comprendan el propósito de la página de un vistazo.

Organizar la propuesta La web debe tener una estructura jerárquica y un menú de navegación representativo que resuelva las necesidades de los usuarios nada más aterrizar. Se deben tener en cuenta los hábitos de búsqueda al pensar el etiquetado de la información para mejorar su experiencia lectora, así como el rendimiento de la página en los buscadores.

Facilitar la búsqueda Jakob Nielsen diferencia entre usuarios link-dominants (aquellos que exploran la web antes de buscar) y search-dominants (aquellos que acuden al buscador tan pronto como entran en el sitio). Para los segundos, es imprescindible un buscador interno que esté situado en una parte visible de la web, que funcione de forma eficaz y, a ser posible, permita una búsqueda avanzada con opciones de acotación.

Actualizar En función del propósito de la web, se necesitará actualizar los contenidos con mayor o menor regularidad. El usuario que regresa a nuestra web no desea encontrar el mismo panorama que la vez anterior. En el caso de una web de contenidos, hay que hacer una planificación editorial y construir la portada con una jerarquía lógica donde los recientes destaquen sobre los más antiguos.

No molestar Las ventanas emergentes y los bloques de publicidad invasivos fatigan al usuario. Vale la pena recordar que su tiempo es limitado y que hay que tratar de darle lo que busca sin entretenerle más de lo necesario porque, de lo contrario, huirá a otra página donde le ofrezcan un servicio parecido con menos esfuerzo.

Mostrar los contenidos Para cumplir nuestro objetivo, necesitamos crear incentivos que orienten a los usuarios hacia la conversión, que pasen a ser asiduos de nuestra web en vez de ser solo visitantes. Proporcionar contenidos internos a través de recursos como «lo último», «lo más popular» o «lo más comentado», y apostar por las llamadas a la acción (call to action) visibles y con literales originales. En este sentido, tienen un papel preponderante la organización de los contenidos de la web, los sistemas de navegación y búsqueda, así como el etiquetado de la información.

Dialogar Las plataformas sociales han cambiado la manera en la que los usuarios consumen contenidos en internet. Además de permitir la posibilidad de compartir contenidos en la web, también es recomendable mostrar nuestra presencia en redes sociales a través de widgets o botones. Tener


seguidores significa que hay usuarios que ya han utilizado el mismo producto o servicio de forma satisfactoria.



Elementos básicos Como ya se explicó en el apartado «Estructura de un artículo de un blog», además de la página principal, en una estructura de contenido digital es común encontrar una zona del menú que permita navegar por la web, una zona de titular donde se encuentre el título y la información principal de la página, el área en la que se desarrolla el cuerpo de la información y el bloque que despide o concluye los contenidos previamente desarrollados. La mayoría de arquitecturas de información, además, contienen un pie de pantalla, que viene a ser equivalente al pie de página de la escritura en papel. Vamos a desgranar una por una estas zonas o áreas de información.

Zona menú El sistema de navegación de una web es importante porque ayuda a los usuarios a encontrar lo que buscan en el menor tiempo posible. Se trata de la parte más visible de un trabajo previo de organización e identificación de los contenidos que componen la web. Solo si el esqueleto de la página está bien construido y jerarquizado, podemos presentar un menú de secciones sencillo y útil. En la tarea de organización de la web hay que tener en cuenta factores como la naturaleza del sitio o el público al que va dirigido. Una web de noticias puede llegar a tener una profundidad en la estructura muy importante, ya que abarca un volumen de información muy grande agrupado en categorías temáticas, de autor, de organismos o geográficas. Una vez elaborado el árbol de contenidos, hay que adaptarlo al menú de navegación para crear secciones que abarquen las categorías más representativas de la página y den acceso a los artículos del sitio. Normalmente, los nuevos medios usan menús de navegación basados en enlaces de texto. Su uso en los botones del menú beneficia la visibilidad del sitio porque hace que los robots de los buscadores lo rastreen e indexen con más facilidad. El etiquetado de la información tiene un papel muy importante en el sistema de navegación. Consiste básicamente en pensar las palabras que describen cada una de las secciones del menú de navegación. Para facilitar a los usuarios la búsqueda de la información es fundamental utilizar palabras descriptivas y representativas de lo que se van a encontrar una vez hagan clic en el enlace del botón. La barra de navegación puede mostrar, a su vez, subsecciones que permiten ahorrar el tiempo de carga de otra página web para acceder a la información requerida. Las subsecciones pueden aparecer en forma de menú desplegable al pasar el ratón por encima (así se muestra, por ejemplo, en el diario La Nación), como lista expandible al hacer clic (en desuso), o como barra secundaria de navegación horizontal que se muestra en la línea inmediatamente inferior (Público). La posición en la página de la barra de navegación ha evolucionado con el paso de los años. Como relatan los profesores Ramón Salaverría y Francisco Sancho en su libro ya comentado, a partir de 2005 los medios comenzaron a sustituir la barra lateral de las secciones por una barra de


navegación horizontal para otorgar el máximo espacio posible a los contenidos informativos y publicitarios. Otra tendencia reciente es la incorporación de los temas de actualidad en el propio menú. Medios como The Huffington Post incluyen un menú de navegación inferior que contiene los temas calientes o de actualidad. En este sentido, El País usa una tercera barra de navegación con temas noticiosos específicos para las portadillas de cada una de las secciones. Otros medios, como La Información, apuestan por un menú de segundo nivel dedicado a formatos informativos (gráficos, vídeos, fotos) y a información de servicios público, como el tráfico o el tiempo. En algunos casos, el menú de navegación de una web se complementa en las páginas internas de las secciones con una barra secundaria que se despliega con cada una de sus subsecciones. También es muy útil usar una ruta de navegación o breadcrumbs (migas de pan) para mostrar la localización de la página web que está leyendo el usuario en la estructura del sitio. Como dice Jakob Nielsen en Usabilidad. Diseño de sitios web (http://goo.gl/fKTeC), la página debe ayudar al usuario a saber dónde está, dónde ha estado y adónde puede ir. Toda la organización de la web queda recogida en el mapa del sitio o mapa web. Consiste en una lista jerárquica de los contenidos que componen la web y, en algunos casos, incluye también los artículos más solicitados. Si los usuarios llegan a una página de error 404, es muy útil enlazarlos al mapa del sitio para que puedan reiniciar su visita en nuestra web. El acceso al mapa del sitio suele estar presente en un lugar fijo de la web. Normalmente esta información se encuentra en un menú auxiliar al final de la página donde además pueden verse otros datos de utilidad como el contacto, quiénes somos, el aviso legal o las tarifas de publicidad.

Zona titular En internet no solo tenemos que convencer a los lectores de que lean nuestro contenido. Los artículos tienen que tener visibilidad para otro tipo de audiencia: los robots de los buscadores, que constituyen una de las principales puertas de entrada a nuestra web. Al igual que los lectores, los buscadores también quieren saber de qué trata el contenido y, por eso, el título debe elaborarse con la información más descriptiva posible. La importancia del título de un artículo estriba en que es el elemento de la noticia que tiene la etiqueta HTML <h1>, uno de las partes que primero leen los buscadores cuando realizan su tarea de extracción de la información. El título suele ser, además, el título de la página, <title>, que aparece en la barra de navegación y en los resultados de los buscadores. Pero su trascendencia no se queda aquí. Un contenido publicado en internet puede ser leído en cualquier otra plataforma, ya sea esta una red social, un buscador, un agregador de noticias, herramientas de redifusión de contenido (RSS, Atom) o el boletín de noticias que recibimos en el correo electrónico cada mañana. Estos sitios carecen del contexto informativo del lugar de publicación original; en algunos casos ni siquiera incluyen la entradilla. Por lo tanto, la frase que escribimos en el título (a veces también el


subtítulo) es la única parte visible del artículo que se reproduce en estas plataformas y debemos intentar que tenga sentido completo por sí sola. Normalmente los nuevos medios equilibran ambas necesidades de escritura para buscadores y lectores en la web. En la portada usan un registro más expresivo para la composición del titular que suele añadir el toque personal del portadista o editor de portada; mientras que, una vez en la noticia, nos encontramos con un título más descriptivo para favorecer su posicionamiento en los buscadores. La función del antetítulo ha cambiado en los nuevos medios con el paso de los años. Hay páginas web, como la de El Mundo, que conservan la función que tiene en las publicaciones impresas, es decir, como segundo elemento informativo que complementa el título principal aportando datos de contexto. En internet, algunos medios usan el antetítulo con una función parecida a la del cintillo clásico, tanto en portada como dentro de la noticia. En estos casos, tiene un componente más navegacional que informativo, y sirve para indicar bajo qué categoría temática se encuentra el contenido. Además, en algunos casos (La Información), el antetítulo aparece como un enlace de texto que dirige a la categoría. En otros medios el espacio reservado al antetítulo está ocupado directamente por la ruta de navegación o breadcrumbs de la web (The Guardian). Otros, como El País, utilizan una nube de etiquetas para aportar información sobre la localización temática de la noticia. El subtítulo es otro elemento que se puede encontrar de diferentes formas en los nuevos medios, aunque sin renunciar a su función como complemento informativo del titular. Algunos lo usan para resumir la información del texto. En cierto modo, tal y como sostiene el experto Guillermo Franco en Cómo escribir para la web (http://goo.gl/3S5rN), el titular como conjunto cumple en internet la función de la entradilla. Esta nueva dimensión del subtítulo viene reforzada por la idea, ya señalada en este artículo, de que el titular tiene un peso muy importante como elemento independiente en otras plataformas. También hay medios, como El País o El Mundo, que, en su afán de ofrecer la información troceada para facilitar la lectura, presentan el subtítulo como un bloque de varias frases cortas que incorpora los elementos esenciales de la noticia.

Zona cuerpo Una vez que tenemos decidida la estructura del titular, hay que darle forma al cuerpo del contenido. La forma de leer en internet se basa, sobre todo, en la lectura por encima, lo que requiere una jerarquía visual de la información que destaque los elementos más importantes de la página para atender a las necesidades de los lectores de nuevos medios. Lo primero que hay que pensar es cómo queremos ordenar las ideas de nuestro texto. Normalmente, en la red internet, la información adopta una estructura piramidal de tensión decreciente en la que lo más importante se cuenta al principio (para profundizar más en el concepto, véase el apartado «La pirámide invertida»). Por lo tanto, intentemos poner los puntos clave del


contenido en las primeras líneas del texto. El profesor Guillermo Franco describe en su manual dos formas más de usar la pirámide invertida en los nuevos medios: a través de un texto lineal dividido temáticamente en la misma página web, o en subtemas que aparecen en diferentes páginas web. Este último tipo de estructura queda recogido también en el Manual de estilo de RTVE (http://goo.gl/H86HI), donde se recomienda «emplear varias piezas vinculadas entre sí [antes] que una demasiado larga». Si el texto es muy largo, y no tenemos más remedio que desarrollarlo en la misma página, conviene estructurarlo a través de párrafos cortos y elementos visuales informativos. El uso de ladillos cada tres o cuatro párrafos nos permite dividir el texto en distintos bloques de información. La frase seleccionada tiene que resumir lo mejor posible cada uno de esos bloques, lo que pone a prueba la capacidad de concisión del autor. El objetivo es ayudar al lector a encontrar la información mientras lee por encima el contenido de la página. Con respecto al posicionamiento en los buscadores, es relevante usar la etiqueta HTML <h2>; aunque no es un elemento decisivo, los buscadores lo tienen en cuenta cuando rastrean un sitio. La negrita y el hipertexto, como ya se ha visto, también nos ayudan a crear un contenido fácil de leer de un vistazo. La negrita la usaremos para resaltar las ideas más importantes del texto, guiando así la lectura del usuario sobre nuestra página; también se utiliza en los nombres propios (ABC) y en las categorías presentes en la estructura del sitio. Al igual que el ladillo, la negrita tiene relevancia para los buscadores a través de la etiqueta HTML <strong>. El hipertexto, por su parte, cumple una función doble en nuestros textos. Es un foco de atención al aparecer resaltado con el uso de subrayados y colores (el azul es el estándar) –que además permiten distinguir entre un enlace visitado y no visitado–, y aporta una gran riqueza documental: internet no se entiende sin la hipertextualidad. Para mantener la concisión de los textos es aconsejable utilizar enlaces, que incluyan referencias externas o información interna, para ampliar lo ya escrito. E l sumario también es un elemento muy útil para llamar la atención sobre frases sueltas que apoyan lo descrito en el titular. Su uso favorece además la lectura superficial del texto y, aunque es más usado en las publicaciones impresas, sigue vigente en nuevos medios como en El País. Aparecen normalmente al lado del párrafo que los contiene y constituyen un recurso muy útil para géneros periodísticos más extensos, como el reportaje o la entrevista en profundidad, que requieren descender en la pantalla (hacer scroll) muy a menudo (un ejemplo de uso del sumario en texto largo, http://goo.gl/klgYs). Si queremos usar elementos multimedia tenemos que prestar atención a la accesibilidad del sitio. Debido a la popularización de los dispositivos móviles, es importante que cualquier recurso multimedia pueda ser consumido desde una tableta o un teléfono móvil inteligente, y evitar así los huecos vacíos en páginas que no han sido correctamente optimizadas. Otro aspecto que concierne a la accesibilidad del sitio tiene que ver con la optimización de las imágenes. Estas deben contener textos descriptivos en las etiquetas «ALT» y «title» porque, entre otras cosas, como ya se ha señalado, permiten que las personas con problemas de visión puedan saber cuál es el contenido de la imagen. La firma del autor también ha cambiado, se suele encontrar justo antes del inicio del artículo. En


algunos medios se puede hacer clic sobre la firma para acceder a la hemeroteca individual del autor (El País), leer una breve biografía (The Guardian) o mostrar su presencia en los medios sociales. Algunos han explotado las oportunidades interactivas que ofrece internet para promover la relación entre el que escribe y el que lee, como veremos en el siguiente apartado.

Zona fin La última parte de la página no debería menospreciarse por tener menor visibilidad. Si queremos que el lector permanezca en nuestro sitio tras terminar de leer un artículo, tenemos que animarle a continuar la visita con elementos que capten su atención. Una vez que la lectura ha finalizado, invitamos al lector a que puntúe el artículo y a que lo comparta con amigos y conocidos a través del correo electrónico y los botones de Facebook o Twitter. Estas herramientas también pueden aparecer en la parte lateral del cuerpo del contenido o en la zona del titular. Podemos reflejar el uso que hacen los lectores de los botones de compartir de la web a través de recursos como «lo más comentado» y «lo más votado». El bloque de noticias relacionadas es un sistema de promoción de contenidos internos muy útil para aumentar el tiempo de visita. En función de la categoría temática a la que pertenece el artículo, podemos presentar contenidos que podrían ser de interés informativo para el lector. De esta manera, puede seguir leyendo artículos relacionados sin tener que volver a la portada o dirigirse a una sección determinada. Otra forma es a través de las nubes o listas de categorías. También se incluyen en esta área de la página web y permiten al lector reiniciar su visita haciendo clic en la categoría que más le interese. Otros formatos que funcionan muy bien son las selecciones de artículos o temas por parte del editor (La Información), los contenidos más vistos en la sección de turno (Emol) o la recopilación de los distintos puntos de vista que tienen sobre la misma noticia el resto de los medios (El País). Una vez que el lector ha leído el artículo puede tener algo que decir a través de los comentarios. La forma de visualizarlos en la pantalla depende de cada sitio: normalmente se leen por orden cronológico inverso (del más reciente al más antiguo), pero también los encontramos por orden de relevancia social, teniendo en cuenta la valoración que ha recibido cada comentario por parte de los lectores. Algunos sitios, como La Información, incluyen en los comentarios la actividad que la noticia ha tenido en las redes sociales a través del uso de los botones de compartir mencionados más arriba. También es interesante reforzar el sentido de comunidad a través de la unificación de las contestaciones o comentarios, método denominado de comentarios hilados (Marca), o añadir una librería de emoticonos que permita incluir expresividad a la valoración de la noticia. Los comentarios de las noticias son uno de los principales canales de participación en las páginas web. Para hacer un buen uso es recomendable ajustarse a la legislación local con el fin de evitar la vulneración de los derechos de terceros. Las formas más comunes de controlar su


publicación son el registro obligatorio y el uso de sistemas de moderación previos o posteriores. Ya en la zona inferior de la página se encuentra el pie de pantalla o faldón. Se trata de un menú permanente que aparece en todas las páginas internas de la web y que normalmente está separado y diferenciado visualmente del resto de la página. Cada sitio web incluye distintos elementos, pero los más comunes suelen ser enlaces de texto con información corporativa y de servicio que ayudan a mejorar la usabilidad del sitio. Así, por ejemplo, podemos encontrar información de contacto, un aviso legal, la política de privacidad, un «quiénes somos» o el mapa del sitio. Hay páginas que aprovechan esta última parte para promocionar contenidos internos o incluir enlaces a webs de la empresa editora o páginas amigas. También se usa para crear un menú de navegación con categorías temáticas e informativos especiales de actualidad (La Información o El Confidencial).

Página 404 «Error 404: la página que ha solicitado no existe.» Esta es una de las situaciones más detestadas por un internauta. Ocurre cuando se solicita una página de un portal que no existe en el servidor y este responde automáticamente con un texto, a veces técnico y en inglés, que advierte sobre la inexistencia del contenido requerido. Se produce porque se ha escrito mal la dirección de la página o porque se ha hecho clic en un enlace roto desde un buscador, una página web o un correo electrónico. De repente, un usuario que desea navegar en nuestra página se encuentra perdido en medio de la nada y sin saber qué hacer. Si la web no está optimizada para reconducir la visita del usuario, se agotará su paciencia y acabará abandonándola. Para evitarlo, se debe construir una estructura web capaz de solventar la necesidad del usuario y que, por lo tanto, sea eficiente en términos de usabilidad. Una indeseada página de error 404 es una oportunidad si la página se transforma en un punto desde donde poder reemprender el viaje, consiguiendo así que la visita no sea en balde. En la estructura de una página de error 404 debemos considerar las siguientes cuestiones: Evitar tecnicismos. Un mensaje de error debe ser universal para que cualquier internauta pueda entenderlo. Intentar que el mensaje sea informativo y explicar los pasos a dar para solventar el problema. Si es posible, localizar al usuario y ofrecerle el mensaje en su idioma. Personalizar. En algunos casos la web puede saber qué tipo de contenido venía buscando el usuario y podemos sugerirle otros parecidos. Enlazar a la página principal. Si enlazamos a la portada y mantenemos el menú de navegación en las páginas de error 404 permitimos a los usuarios reconducir su visita de forma eficaz. Google sugiere que enlacemos la categoría a la que pertenece el contenido. Incorporar un mapa del sitio o enlazarlo. Ayuda al usuario a tener una perspectiva general de la


web y facilita la búsqueda de la información a través de un mapa del sitio que abarque todas las categorías posibles y los contenidos más buscados. Añadir un buscador. La presencia de un buscador es una herramienta útil en un portal. Más aún en una página de error 404, donde los usuarios podrán localizar la información que demandan de forma rápida. Correo electrónico. Si hay una persona encargada de atender a los usuarios que visitan la web, añadamos su dirección de correo electrónico para ayudar a los usuarios más despistados o que requieran una atención personalizada. Simplificar. Si el usuario ha llegado a la página equivocada, deseará encontrar el contenido adecuado lo antes posible, por ello, la estructura de la página de error 404 debe contener los elementos básicos para lograr este fin. Eliminemos distracciones inútiles que entorpezcan su visita. ¿Una solución creativa? Mashable, Smashing Magazine y otras webs especializadas reúnen cientos de ejemplos de portales que han reemplazado el feo y repetitivo mensaje de error 404 por una puesta en página visual y creativa. No es una opción imprescindible desde el punto de vista de la usabilidad, pero, según la naturaleza de la web, será más o menos adecuado. Diez elementos para estructurar contenidos web 1. La portada es la carta de presentación del sitio web. Entre el título y el logotipo deben quedar expuestos sus objetivos y rasgos definitorios. Debe ser llamativa y mantener una identidad visual coherente con todo el conjunto de páginas del proyecto. 2. La página de inicio debe destacar las actualizaciones de la web. También, estar vinculada a las novedades en los contenidos de las páginas internas y a las plataformas de las redes sociales, por ejemplo, con la incorporación de enlaces a la información más popular o de widgets al perfil de Facebook o Twitter. 3. El usuario debe localizar fácilmente lo que busca, para ello es útil utilizar categorías con una organización jerárquica en el menú de navegación, así como un buscador interno. Las secciones deben abarcar las categorías más representativas e ir acompañadas de etiquetas descriptivas. También es aconsejable incluir información de actualidad y servicios (a través de menús desplegables o barras horizontales secundarias, visibles al pasar el ratón por encima). 4. Otros elementos que favorecen la ubicación de las páginas son las rutas de navegación o breadcrumbs («migas de pan»), o el mapa del sitio (lista jerárquica de contenidos). 5. Los títulos, situados en la zona titular, deben captar la atención tanto de los lectores como de los buscadores. Debido a que se difunden sin su contexto a través de redes sociales, herramientas de redifusión de contenidos (RSS, Atom) o boletines de noticias, han de tener un sentido completo por sí solos. 6. Se acompañan de antetítulos que amplían la información o señalan la categoría, y de subtítulos, que complementan al titular y funcionan como entradilla. 7. En el cuerpo de la información, los puntos clave del contenido deben aparecen en la primera frase; es recomendable que el texto esté dividido en subtemas. En internet se aconseja el uso de párrafos cortos intercalando elementos visuales informativos; destacar en negrita o con sumarios las informaciones importantes; y, si es necesario, ampliar el contenido con enlaces. La firma del autor debería dar la posibilidad de contactar con él. 8. La zona final se suele utilizar para reforzar el sentido de comunidad con la web o conectar con información relacionada. Cuando finaliza un artículo, es recomendable añadir botones para valorarlo, recomendarlo, comentarlo o compartirlo en redes sociales, así como ofrecer una selección de noticias relacionadas o una nube de categorías. 9. El faldón o pie de pantalla es un menú permanente en todas las páginas, visualmente identificado. Se utiliza para incluir la información de contacto, aviso legal, quiénes somos o mapa del sitio. Se puede incorporar el menú de navegación o enlaces a páginas amigas. 10. Hay que cuidar todos los detalles, incluidos los mensajes que avisan de un error: la página 404. En este caso hay que


evitar incluir tecnicismos, en lugar de ello es más útil añadir un texto explicativo con los pasos para solventar el problema. También se puede enlazar a la página principal o la categoría de donde viniera el usuario. Mantener el menú de navegación, incorporar el mapa del sitio o el buscador interno son otras opciones.


ESCRITURA EN PANTALLA,

CRITERIOS

Hoy en día leemos sobre todo en pantalla, adaptamos nuestra escritura a la velocidad de la lectura en los nuevos medios y los criterios de escritura evolucionan hacia la asimilación con el lenguaje oral. Hay una sensación de respuesta inmediata, de escritura interconectada y compartida. Escribimos para nosotros, para los buscadores y para generar conversación, apenas hay tiempo para la reflexión y edición de textos, incluso, en ocasiones, tenemos limitado el espacio de escritura y el uso de marcadores tipográficos. Para escribir en los nuevos medios se puede aprovechar el conocimiento compartido en las plataformas sociales y obtener el máximo rendimiento de los formatos multimedia, y así elaborar un producto informativo completo e interesante para los usuarios. Es importante saber el tipo de público potencial al que van dirigidos los escritos. Para ello, habrá que observar las plataformas que frecuentan en internet, los temas que abordan y sus intereses concretos. Una manera eficaz de estar atento a cualquier novedad informativa es monitorizar la conversación que mantienen estos lectores, entre los que habrá expertos anticipando tendencias informativas. Como señala el profesor universitario José Luis Orihuela, «las conversaciones emergentes en los medios sociales acaban configurando un mapa mucho más preciso no solo de los asuntos que interesan a la gente, sino de los que realmente está hablando». Un profesional especializado es un profesional con más aptitudes para cubrir un nicho de información. Este principio, trasladado a internet, y con vistas a la agilización del proceso de documentación, sugiere la conveniencia de reunir fuentes donde localizar información de forma ágil, y realizar seguimientos de expertos presentes en plataformas sociales como Twitter o Quora, lugares idóneos para compartir conocimiento. Internet fomenta la participación frente al discurso unidireccional de los medios tradicionales. El trabajo del experto puede contribuir a generar discusión y trasladarla al resto de la red a través de los medios sociales. No hay que temer la interactuación con los lectores, hay que tratar de estar presente en las plataformas sociales que, bien usadas, generarán visitas a través de enlaces externos muy valiosos para ascender posiciones en los buscadores de forma natural. En los nuevos medios hay que enlazar. Como señala el experto Jeff Jarvis, «haz lo que sabes hacer mejor y enlaza el resto» (Do what you do best and link to the rest). Es recomendable enviar a


los lectores a otras páginas para que amplíen la información con contenidos elaborados por otros profesionales. De esta manera, por un lado, el lector podrá juzgar las fuentes empleadas y, por otro, la fuente enlazada verá reconocido su trabajo. Estos enlaces deberán incluir palabras clave para que los motores de búsqueda puedan optimizar el contenido y establecer relaciones entre la página de origen y la página enlazada. La mayoría de los lectores no lee un texto de principio a fin en internet, sino que les interesa enterarse, echando un vistazo rápido, del contenido del artículo. Por ello hay que evitar textos demasiado extensos que obligan a una lectura a lo largo de varias pantallas. Darren Rowse, fundador de Problogger, ofrece varios consejos de escritura en blogs que podemos trasladar a los medios para que una información sea eficaz: Usar listas de puntos. Permiten ser conciso y persuasivo y hacen la lectura más cómoda y comprensiva. Una vez más, son objetos editoriales con un potencial viral muy alto. Utilizar negritas, mayúsculas, cursivas y subrayados para enfatizar puntos clave. Escribir títulos y subtítulos llamativos que atraigan el interés del lector. Usar fotografías, ilustraciones y otros recursos visuales que potencien el texto. Situados a lo largo del texto irán dirigiendo al lector hasta el final del artículo. Emplear sumarios de información para resumir el contenido del texto. Una vez publicado el contenido, es un buen ejercicio examinar su vida informativa: en qué plataformas se distribuye, qué tipo de audiencia lo consume o cuál es el punto central de interés de la información, que no siempre coincidirá con el del autor. Se puede comentar el trabajo con los lectores, aprender de los errores y, por qué no, rectificar si es necesario.

La gramática multimedia Judith González Ferrán Todos los componentes que integran un sitio web, ya sea de un periódico o de una página personal, deben responder a unos criterios de usabilidad que los expertos definen en función del elemento concreto del que se trate. Puesto que los textos de una web son uno más de sus componentes, es preciso preguntarse a qué criterios responde nuestra forma de escribir. Si la usabilidad se refiere al grado de facilidad con la que se puede utilizar algo, lo que debe centrar nuestros esfuerzos a la hora de redactar para la web es simplificar el trabajo a un lector al que ahora llamamos también usuario. En el primer bloque del libro ya hablamos de este aspecto, pero vamos a ampliarlo un poco más.

Oraciones Cuando de lo que se trata es de hacer que los textos sean fáciles de leer, una de las primeras recomendaciones que salta a la mente es la de evitar las frases largas y las subordinadas; como


señala Guillermo Franco en su manual, «las frases largas obligan al usuario a establecer relaciones complejas entre las ideas y son difíciles de leer y entender». Traemos aquí el comienzo de dos relatos, cuyas frases iniciales vienen a contar hechos parecidos, ambas historias empiezan con la noticia de una muerte: La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. (El aleph, Jorge Luis Borges) «Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé.» (El extranjero, Albert Camus)

No es el propósito de esta muestra debatir qué comienzo es mejor (en nuestra opinión ambos son maravillosos), sino ejemplificar cómo se puede jugar con la extensión de las oraciones. A la brevedad se le puede sacar tanto partido como a la longitud, así que nadie piense que, por perder espacio, está perdiendo recursos. Suele señalarse, además, que cuanto más larga es una frase más difícil es puntuarla y más fácil caer en errores de concordancia. Para el periodista Daniel Samper, «las frases de más de 70 palabras no son frases: son emboscadas». Los remedios son sencillos: no tratar de incluir más de una idea por oración, dividir las frases, eliminar algunos incisos y convertir otros en cláusulas independientes, eliminar palabras innecesarias y repeticiones de información, reformular y simplificar para que la oración tenga de unas 20 a 30 palabras.

Párrafos La brevedad no solo es importante para delimitar la extensión de una frase, también lo es para la configuración de los párrafos: se aconseja que no superen las cinco o seis líneas. Muchas veces, la insistencia con la que se recalca que los textos para la web deben ser mucho más breves que para papel puede hacer creer que internet se queda en la superficialidad de los asuntos, o que no es lugar para un análisis detallado de los temas, y no es así. Lo que sucede es que ahora se dispone de nuevas herramientas para ofrecer este análisis detallado: Hipertexto. La lectura en internet no es lineal, así que no se puede escribir como si lo fuera. El libro de estilo de la versión digital de La Voz (Argentina) dice, hablando de la narración periodística, «que debe contemplar una organización hipertextual “por capas”, ofreciendo al lector diferentes niveles de profundidad, añadiendo en cada nivel nueva información». Así, no debe agobiarnos la necesidad de escribir textos cortos, pues, si bien hemos perdido espacio lineal, hemos ganado en profundidad, en estratificación. Ya no se trata de intentar contarlo todo, sino de dividir la información en pedazos coherentes, centrados cada uno en un aspecto determinado, y enlazarlos. Expertos como Guillermo Franco y Jakob Nielsen señalan que la gente


prefiere textos cortos y el hipertexto para ofrecer profundidad. Soporte multimedia. Todos coincidimos en indicar que una de las características estrella de la web es su naturaleza multimedia. Sin embargo, parece que a la hora de crear un contenido aún no se tiene interiorizada del todo esa nueva gramática multimedia. Un vídeo, una infografía, una presentación, unas fotos, ilustraciones o cortes de audio a veces no son solo el perfecto compañero de un texto, sino que son, lisa y llanamente, la mejor manera de contar una información o de hacer llegar un contenido. Romper la uniformidad. Cuando se insiste tanto en la brevedad de los contenidos digitales es para evitar bloques de texto demasiado grandes. La lectura en pantalla cansa más que la lectura en papel y de lo que se trata es de descargar el contenido. Además, sabemos por los estudios de eyetracking que el usuario tiende a escanear las páginas en busca de la información y no a leerlas palabra por palabra, de principio a fin. Cuando no se puede ser más breve, o cuando no basta para ser claro, hay otros trucos para evitar esos grandes bloques de texto y conseguir romper su uniformidad: Dividir el tema en subtemas y darle a cada uno un título propio. Algunos medios señalan que la multititulación es la clave. Separar cada elemento de una enumeración en un renglón, es decir, escribir cada elemento aparte, como se está haciendo en esta lista, y no uno a continuación del otro. Emplear las negritas, el color, el tipo de letra y los enlaces. Con las negritas pueden resaltarse las ideas más importantes de cada texto, con el color y el tipo de letra se diferencian en muchos medios los cintillos, títulos y entradillas de los artículos. Mucho se ha insistido en el archiconocido límite de Twitter, sus usuarios tienen bien grabado su insobornable tope de 140 caracteres. Sin embargo, no es el único sitio en el que debemos cuidar la extensión de nuestras palabras. La brevedad es, en general, una característica valorada en internet, hasta el punto de que muchas veces habremos de ponernos a contar para asegurarnos, por ejemplo, de que los metadatos que estamos completando sean verdaderamente útiles.

Títulos Ninguna frase de un texto es tan importante como su título. Sobre todo si es un texto digital y se quiere aprovechar la viralidad de las redes sociales. Los títulos deben, como han hecho siempre, seducir al lector, pero ahora también ser legibles para los buscadores. Como ya hemos visto, una de las formas que habitualmente suele señalarse para cumplir ambas expectativas es la de situar la información más importante de la frase al inicio de la oración. Así nos aseguramos que los buscadores indexan la parte del título que más nos interesa, la que suele contener la palabra clave más importante y así es más probable también que los lectores se fijen en ella al escanear una web. Guillermo Franco señala que esta recomendación lleva a «reivindicar la voz pasiva y proponer violentar el orden “lógico” sujeto, verbo, complemento»; sin embargo nuestra lengua dispone de


algunos mecanismos cuya función es precisamente hacer esto: la llamada dislocación a la izquierda que sirve para anteponer la información nueva de la oración (también conocida como foco). Así, no escribiremos un título como «Las diez claves de la gramática multimedia» si podemos optar por «La gramática multimedia, diez claves». Esta diferencia puede parecer sutil, pero debe considerarse que el título que se lee entero en una sola línea en nuestra página web quizás no quede completo en el asunto de un correo electrónico si es enviado como un boletín. Siempre es mejor asegurarse de que las palabras gancho de nuestro titular van a aparecer, sobre todo si uno se ha tomado la molestia de encontrar las que aparecen en los ránquines de búsquedas y las hemos hecho coincidir con las de nuestro titular. Los títulos deben, y esto es algo especialmente importante en el ámbito periodístico, como afirma el manual de La Voz , dar una «referencia completa a hechos, lugares y personas» y «deben ser inteligibles fuera de contexto»; esta cuestión es especialmente importante, porque puede que el titular que queda claro en la web no se entienda igual al quitarle el cintillo que ya no aparece junto a él en la aplicación para iPad. Como dice Christine Churchill, «si usted solo tiene tiempo para hacer una acción SEO en su sitio, tómese tiempo para crear buenos títulos».

Tipo de lenguaje Una vez que hemos ayudado al lector a encontrar lo que busca escribiendo párrafos cortos y facilitándole una lectura de escaneo, no podemos echarle de la página con el tipo de lenguaje que empleamos. Los estudios de Nielsen indican que los usuarios prefieren un lenguaje objetivo, el contrario al lenguaje promocional. Guillermo Franco añade que el lenguaje metafórico puede ser una forma de confundir: algunas metáforas tienen sentidos diferentes según la geografía y otras tal vez no sean bien entendidas por los buscadores. Además de utilizar un lenguaje conciso y objetivo, en internet hay que tener especial cuidado con las expresiones temporales. A muchos nos ha resultado desesperante encontrarnos en un artículo de un blog frases como «la muestra, que se inaugurará mañana, ha levantado ya una gran expectación», o «el estreno, que será el próximo día 28…», sin que de ningún sitio de la página se pueda deducir a qué fecha concreta se refiere «mañana» o a qué mes pertenece ese día 28. Por este mismo motivo, y hasta tanto la web semántica no avance, también es preciso evitar el uso de expresiones como «actualmente», «en los últimos tiempos», «el año pasado», «ahora», etc. La recomendación general es «procurar no formular frases susceptibles de quedar rápidamente desactualizadas», como dice el manual de estilo de la Wikipedia. Pero la cuestión de las referencias temporales va más allá y es uno de los asuntos que más interesan a los nuevos medios. Las normas de estilo de La Voz señalan que «será responsabilidad del redactor mantener actualizados los tiempos verbales de las noticias en desarrollo», una tarea así es impensable en un medio tradicional. El lector de un diario impreso tiene claro que está leyendo las noticias de ayer, pero el digital quiere el «directo permanente». ¿Cómo se enfrentan los medios a esta demanda?, ¿cómo condiciona este requisito el oficio del


redactor? Hoy las noticias son, más que nunca hasta ahora, temas en desarrollo, contenidos en progresión. Así, muchos medios ya distinguen las noticias de sus webs en función de si son un aviso urgente –una línea que normalmente aparece en la pantalla ocupando un lugar bien visible en la portada–, un avance –compuesto de un titular y uno o dos párrafos–, o un desarrollo o ampliación de la noticia –que suele ser ya el texto que se va actualizando hasta llegar a ser una noticia completa–. Si en este desarrollo de la noticia los tiempos verbales no se van actualizando constantemente, se corre el riesgo de presentar como en curso sucesos que pueden haber concluido ya. En muchos casos, será preciso no solo actualizar los tiempos verbales, sino incluir la hora concreta a la que algunos hechos estaban sucediendo. No debe olvidarse, por último, que estar escribiendo para la web no es el único factor que se debe tener en cuenta al redactar para la web. En internet, como en cualquier otro soporte, hay criterios que vienen determinados por el propio tipo de texto que se esté trabajando: unas son las exigencias de las noticias y otras las de los artículos de la Wikipedia. En esas exigencias influyen, por supuesto, el hecho de que ambos textos sean material para la web, pero también que uno sea periodístico y otro una obra de carácter enciclopédico. La gramática de los nuevos medios es, como todas las gramáticas, un sistema armónico, coherente, en el que determinadas exigencias, como la brevedad, se compensan con nuevas herramientas, como el hipertexto. El empleo solvente de toda gramática conlleva un periodo de adquisición, de balbuceos y pruebas, pero cuando finalmente se llega a dominar (y las gramáticas están pensadas para que cualquier hablante las domine), lo que se ha adquirido es una poderosísima herramienta con la que no solo es posible construir un mundo, sino también compartirlo.

Normas generales de estilo Bárbara Yuste En un contexto de abundancia de información, donde es casi imposible captar la atención de alguien dada la multitud de emisores y fuentes, se hace más necesario un contenido de calidad que permita, especialmente a los periodistas, diferenciarse y aportar valor. A este objetivo, además de los enfoques y temas acertados, contribuye la buena redacción y, por ello, proponemos algunos principios básicos que pueden ayudar a la hora de escribir una historia y lograr que esta pase el filtro de la redundancia y el maremágnum informativo que caracteriza a internet. Para condensar la información que se ha ido dando en este libro, podríamos resumirla de la siguiente manera: Antes de escribir hay que documentarse. La fase previa a la redacción de una historia es esencial. En la red es posible encontrar todo tipo de recursos informativos y de contextos relacionados con aquello que se va a contar. Estructurar bien el relato. Ordenar correctamente las ideas no es tarea menor para alcanzar el objetivo final. Es imprescindible recurrir al hipertexto: el uso adecuado de enlaces facilitará la construcción de la historia, especialmente si es demasiado larga, y servirá para ahorrar


explicaciones que pueden interesar solo a unos pocos. También es importante la utilización de ladillos o pequeños titulares informativos para separar párrafos. La longitud sí importa. Todos los estudios en relación con la lectura en pantalla confirman que las historias cortas se leen más que las largas. En este sentido, es también mejor escribir párrafos breves; el manual de estilo de Yahoo! recomienda que no contengan más de 25 palabras. Si es imposible acortar el contenido, habrá que acogerse a las consideraciones del segundo punto. El titular, la puerta de entrada. Un buen contenido con un titular nada atractivo puede pasar desapercibido en el océano informativo que es la red. El ingenio y la creatividad no están reñidos con determinadas tácticas o estrategias relacionadas con el posicionamiento web y la visibilidad para los buscadores. Es imprescindible captar la atención del lector, y el titular es primordial para ese propósito. El enganche del primer párrafo. No solo es fundamental un titular llamativo, las primeras palabras con las que se encuentre el lector tienen que ser importantes y con aderezo. Es conveniente evitar artículos o términos vacíos que no digan nada. Mantener la atención a lo largo del texto. No basta con impresionar al inicio, es preciso mantener la atención durante el desarrollo de la historia. Para ello, habrá que utilizar recursos como palabras en negrita, ladillos y enlaces que rompan la uniformidad del texto corrido. La elección de las negritas será útil para destacar las ideas o argumentos principales, así como los nombres propios o palabras clave que puedan resultar de interés, de modo que se perciban en un primer vistazo. Sí a la pirámide invertida. Construir el texto de lo más a lo menos importante es una regla que no solo se debe aplicar a los textos en internet. No significa que debamos evitar mantener la tensión de la historia, pero sí que los datos más relevantes se aporten en los compases iniciales. Elementos complementarios. El uso de recursos multimedia (imágenes, vídeos, infografías…) apropiados y vinculados al contenido es fundamental para hacer más atractivo el texto, siempre que aporten valor y no sean meros adornos.

Estilos de escritura Fundéu BBVA Los nuevos hábitos de lectura en internet exigen ofrecer un contenido claro y bien organizado. Ya sea desde la pantalla del ordenador o la del teléfono móvil, los lectores de nuevos medios quieren asimilar la información en el menor tiempo posible. A continuación se exponen pequeños trucos que pueden beneficiar el estilo de escritura:

El patrón de lectura en F de Nielsen Como veíamos en el primer bloque del libro, en el apartado «Cómo leemos», este patrón señala que al entrar en una página web nuestros ojos dirigen su mirada hacia la parte superior izquierda de la pantalla para luego continuar la exploración de arriba abajo y por su lado izquierdo. En internet se


escanea el contenido de la página más que leerlo palabra por palabra. Podemos encontrar más información en la página de Nielsen sobre patrones de lectura: http://goo.gl/T7f1o.

Destacar palabras Hay varios elementos que pueden ayudar a crear un texto que sea fácil de escanear por parte de los lectores. En cuanto al estilo, se puede recurrir al uso de negritas en aquellas palabras que sean relevantes para entender la información sin tener que detenerse en una lectura profunda.

Enlaces Constituyen otro foco de atención para los lectores. El texto ancla de los enlaces deber tener un color diferente o subrayado e incluir palabras descriptivas de la información que va a ampliar. Los enlaces son la esencia de la redacción en internet y hacer un buen uso de ellos es importante para que el lector pueda acceder a información suplementaria.

Listas Las listas de puntos o numeradas resultan un recurso muy útil en internet para estructurar el contenido y llamar la atención del lector, también incluyendo bloques de información cortos y separados por ladillos o encabezados con un cuerpo de letra mayor que el resto del texto. Lo importante es dejarse de rodeos y contarle al internauta de qué trata el texto antes de que se aburra y decida abandonar la página.

Una idea por párrafo Para favorecer la claridad del texto es recomendable desarrollar no más de una idea por cada párrafo. Los párrafos demasiado extensos dificultan su lectura y en internet hay que seleccionar lo más importante para facilitar la comprensión del texto. La web de noticias Slate sugiere evitar los entrecomillados para aligerar el peso de toda la masa de texto. Su editor, Jacob Weisberg, señala que las declaraciones entrecomilladas «hacen los textos muy largos y no aportan mucho». El libro de estilo de Yahoo! http://goo.gl/gzqLA, por su parte, recomienda el uso de sumarios para destacar los puntos más relevantes del texto.

¿La mitad de la mitad? La extensión del texto es una cuestión importantísima en internet. Se han dado muchas recomendaciones al respecto pero la mayoría de los expertos sugieren reducir su longitud tomando como referencia una imaginaria versión del texto en papel. Sin embargo, el diseñador Mario R. García sostiene que si el texto es bueno los lectores lo leerán párrafo tras párrafo hasta el final (http://goo.gl/mlWCN). Crawford Kilian, autor de Writing for the Web (Kilian, 2000), sugiere estructurar el texto en bloques de información que no tengan más de 100 palabras y Jakob Nielsen propone aplicar una regla: no escribir más del 50 % de lo que se hubiera escrito en el papel.


Nuevas estructuras para la red Juan Carlos Camus En los textos de la red surgen características nuevas, algunas encajan en las estructuras de la escritura tradicional y revalidan estos modelos, pero muchas apuntan a nuevas estructuras. Así, es preciso repasar la vigencia de la pirámide invertida, que ya se ha visto en el capítulo «Textos en los nuevos medios», el diamante y la pirámide tumbada, estructuras clásicas de la escritura en el periodismo. El profesor español Ramón Salaverría, pionero en la descripción, define al ciberperiodismo como «la especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para investigar, producir y, sobre todo, difundir contenidos periodísticos» y señala en su libro Redacción periodística en internet que tiene características propias. «No hace falta ningún estudio empírico para afirmar que no se lee igual en papel y en pantalla. Todos conocemos a infinidad de lectores que, por costumbre o por comodidad, gustan de leer sobre papel y, en cambio, abominan de la lectura en pantalla. Frente a ellos, no pocos cibernautas han adquirido en los últimos años el hábito de leer en pantalla y, al menos para la lectura de ciertos contenidos, prefieren este soporte digital al impreso». A partir de ello plantea que, dado que no se lee igual en papel que en la pantalla, «tampoco se escribe igual para el periódico impreso que para el digital». Por su parte, el periodista colombiano Guillermo Franco destaca la importancia de la usabilidad como la clave para la redacción y la presentación de los contenidos digitales. Tomando los aportes hechos por Jakob Nielsen en este ámbito, se refiere en particular al uso de la técnica de seguimiento del movimiento del ojo (eyetracking) para determinar cuáles son las áreas de la pantalla que captan la atención de los usuarios de espacios digitales y, gracias a eso, buscar la mejor forma de disponer objetos en dichas áreas.

La pirámide invertida En este apartado vamos a ampliar y detallar lo que aparece en el capítulo de «Textos en los nuevos medios» sobre este tipo de estructura. Cualquier manual de redacción web comienza con la definición de la estructura de la pirámide invertida como consejo para escribir en internet. Tradicionalmente, este es el estilo de las noticias periodísticas, donde en el primer párrafo se debe contestar a las cinco preguntas clave: qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué. Nielsen describe la estructura de una forma sutilmente diferente: «comience el artículo diciéndoles a los lectores la conclusión, siga con la más importante información de apoyo y termine dando contexto. Este estilo es conocido como pirámide invertida por la simple razón de que da la vuelta al estilo tradicional de pirámide». Los elementos de la pirámide invertida son: La entrada o lead. El material que explica y amplía el lead.


Párrafos de contexto. Material secundario o menos importante. Aunque esta estructura nace en los medios impresos, es la que mejor se ajusta al ambiente digital en cualquiera de sus vertientes: páginas web, boletines electrónicos, listas de resultados, lectores de RSS, etc. Y también es la forma en que Google valora las palabras incluidas a lo largo del texto: las palabras clave más importantes al inicio. Guillermo Franco se refiere además a la vigencia del sistema de la pirámide invertida para la redacción en la web, en particular para las áreas del periodismo. Cita al profesor Melvin Mencher, quien en su libro News Reporting and Writing (2001) destaca que «los lectores desean saber qué pasa tan pronto la historia comienza a desenvolverse. Si es interesante, prestarán atención. De otra forma, se irán a otra parte. La gente está muy ocupada para detenerse sin ninguna recompensa». Y señala que, aunque esta cita se refiere al periodismo tradicional, sigue siendo válida para los nuevos entornos, puesto que «esta forma de presentación de contenidos es la que más se ajusta al ambiente digital y satisface las necesidades de los usuarios, tanto en páginas de inicio, resultados de búsquedas y canales RSS, como en boletines enviados a través de correo electrónico». Asimismo, para validar el uso de esta forma de redacción para la web, Franco cita a Jakob Nielsen, quien en 1996 destacó que el uso de este tipo de redacción se ajusta a lo que se requiere en la web. En el texto de ese año explicaba que «en la web, la pirámide invertida adquiere más importancia debido a que conocemos a partir de varios estudios que los usuarios no bajan por la página [hacen scroll en el original], por lo que frecuentemente abandonarán la lectura mientras estén en la zona superior de un artículo. Solo los lectores más interesados bajarán por la página, y estas almas motivadas llegarán a los cimientos de la pirámide y tendrán la historia completa con todos sus espeluznantes detalles». Luego Nielsen vuelve sobre el tema para revisar su aseveración sobre el uso del scroll en las páginas, sosteniendo que «en estudios más recientes, hemos visto que la mayoría de los usuarios bajan por las páginas cuando visitan una portada larga o una pantalla de navegación extensa. Este cambio en la conducta se debe probablemente a que los usuarios están consiguiendo más experiencia con el manejo del scrolling».


El diamante Sin embargo, la pirámide invertida no es la única forma de atender el problema en el caso del periodismo. El profesor inglés Paul Bradshaw, en un artículo de su web The inverted pyramid of data journalism (http://goo.gl/dCUOk), plantea la posibilidad de explicar las características del periodismo digital a través de un diagrama con forma de diamante cuyos ejes son la velocidad y la profundidad, dependiendo del momento en que se encuentre la elaboración de la noticia. De esa manera se comienza con la alerta, que da paso al primer borrador de la noticia, que ya puede ser publicado en un blog como adelanto; le sigue el artículo, que incorpora comentarios de lectores y que puede ser incluido en medios impresos. Luego se aporta el contexto con la incorporación de multimedios y enlaces hacia otros recursos. Más tarde aparece el análisis y con él llega la interacción con diferentes tipos de recursos que facilitan la participación. El paso final es la personalización, que debería ser automática y permitir que los usuarios obtengan la información por diferentes vías y de acuerdo a sus necesidades. Él explica su visión comentando que «tal como la pirámide invertida fue parcialmente el resultado del cada vez más importante papel del telégrafo en la industria de las noticias y las ideas dominantes de la ciencia y tecnología, este diamante intenta ilustrar el cambio desde un producto del siglo XIX (el artículo) a un proceso del siglo XXI: el periodismo repetitivo de los nuevos medios: la noticia que nunca está “terminada”».


La pirámide tumbada El profesor portugués João Canavilhas afirma en su libro Webnoticias: propuesta de modelo periodístico para la www (2007) que «el lenguaje periodístico está fuertemente condicionado por las particularidades del medio utilizado, adquiriendo características específicas en función de las potencialidades del soporte». En ese sentido, recoge las tres características planteadas por Salaverría, que son: hipertextualidad, multimedialidad e interactividad, agregando la personalización de los contenidos, la memoria (entendida como capacidad de almacenar información) y la actualización continua, a partir de las capacidades que se reseñan en el trabajo de otros autores. Añade que «la utilización simultánea de los tres factores en una noticia web abre la oportunidad absolutamente única de que cada usuario pueda hacer una lectura personal de la información disponible, navegando de nodo en nodo de información: a esta capacidad de fragmentar de forma casi infinita la información en zonas de interés la llamamos personalización de contenidos». Adicionalmente, llamó la atención su modificación del modelo de la pirámide invertida, la cual apareció «tumbada». Tras una serie de pruebas, su explicación fue que mientras la primera era adecuada para noticias recientes, su forma de presentar la pirámide permitía ofrecer más información de profundidad al pasar desde el nivel de la explicación básica al de contexto y exploración. El hecho de presentarla en forma horizontal permite reflejar que cualquiera de las áreas involucradas es tan importante como los datos iniciales, que es el objetivo de representación de la pirámide invertida original. «Si los ejes verticales que van del vértice a la base significan que lo de arriba es lo más importante, entonces la pirámide debe cambiar su posición para evitar una jerarquización de las noticias basada en la relevancia de los hechos relacionados. Los datos


investigados indican que los criterios usados por los periodistas para ordenar la información no necesariamente eran los mismos que los de los lectores, lo que podría sugerir que el uso de la pirámide invertida en periodismo para la web podría traducirse en una pérdida de lectores», señala. Finalmente, plantea que «la pirámide tumbada es una técnica liberadora para los usuarios y los periodistas. Si los usuarios pueden navegar las noticias siguiendo sus propios patrones de lectura, los periodistas por su parte pueden descansar en un grupo de sistemas de presentación que, combinados con nuevos contenidos multimediales, permiten una reinvención del periodismo en la web en cada noticia».

REFERENCIAS: Este apartado es un extracto del libro Tienes 5 segundos de Juan Carlos Camus, disponible en http://goo.gl/BqdUL(CC BY-NC-SA 2.0).

Títulos y subtítulos Silvia Cobo El titular de las noticias en los diarios de papel ha tenido tradicionalmente tres funciones: la propiamente informativa, la de atraer al lector y la de identificar y diferenciar esa noticia de otras. Pero en internet ha adquirido nuevas funciones: es enlace a la noticia y tiene un componente de registro para los motores de búsqueda; además, los titulares se sitúan y visualizan en pantallas y contextos distintos y cada vez más lectores sacian sus necesidades informativas a base de leer exclusivamente titulares en las portadas de los diarios online o en sus lectores de RSS. ¿Cómo mantener un equilibrio entre todas estas funciones? En primer lugar, diremos que, sin traicionar su principal función, los titulares en internet deben ser informativos y concisos. Tienen que ser claros respecto a lo que el lector va a encontrar. En principio, y siguiendo las reglas de los maestros de la usabilidad, no hay lugar para la utilización de


metáforas que puedan llevar a la confusión sobre su significado. Deben incluir palabras clave que describan inequívocamente el contenido de la noticia; y con palabras clave nos referimos a nombres propios, topónimos u otros términos que describan específicamente el ámbito de desarrollo de la noticia. Si se opta por un titular informativo, con estas medidas también se ayuda a un mejor posicionamiento de este contenido en los buscadores, es decir, que los usuarios lo encuentren cuando buscan información sobre ese tema en buscadores como Google. Y llegamos ahora al punto más controvertido: ¿Escribimos para personas o para buscadores? ¿Acaso no hay lugar para titulares atractivos, ingeniosos y con gancho? Cada vez es más habitual que los medios y otras páginas en internet utilicen diferentes titulares para el mismo texto dependiendo de dónde vayan a difundirse: pueden construir un titular informativo en la página de la noticia que favorezca su posicionamiento en buscadores y optar por otro distinto más atractivo en una home o red social. Se dan, por tanto, casos de triple titular: el de la noticia, el que se muestra en las páginas principales y en las diferentes pantallas y el que se difunde en las redes sociales. Es posible que en un momento dado se decida sacrificar el posicionamiento en los buscadores para atraer al lector con el gancho de un titular no informativo pero tremendamente atractivo. Pero cada vez hay más posibilidades para flexibilizar la forma del título y poder satisfacer las nuevas necesidades que demanda la red internet. No en vano, medios como el Nytimes.com titulan de forma diferente en sus páginas principales y en el cuerpo de la noticia. Incluso han decidido retitular las noticias para las redes sociales, orientándolas completamente a los usuarios. Otros, como la BBC, que suele señalarse como un modelo en materia de redacción online, aún no ha dado ese paso, pero sí que se mantiene fiel a lo que se considera ya la marca de la casa: titular muy breve, conciso e informativo. En resumen: pueden reservarse los titulares más informativos y concisos para la página de la noticia, que es la que queda en el archivo de RSS y la que rastrean los buscadores, y, a la vez, adaptar el titular que va a mostrarse en una página principal de un diario online. Las noticias pueden retitularse manualmente en las redes sociales para que resulten más atractivas a los usuarios o para añadir los llamados hashtags o etiquetas, que facilitan su visibilidad en las búsquedas. No hay que olvidar aquí tampoco el valor de la brevedad en los titulares, tanto para el caso de los dispositivos móviles como para las redes sociales como Twitter, donde un titular corto deja caracteres libres para que los usuarios lo retuiteen, y facilita así una mayor distribución de la información.

Cómo escribir buenos titulares Carlos Salas Si se ha escrito un texto sublime pero no se encuentra el titular adecuado es como si no se hubiera escrito nada. Si no se sabe construir la puerta, no importa el castillo que haya detrás. El problema es que no hay un Merlín que nos enseñe a construir buenos titulares.


Escribir un artículo es más fácil que titularlo. Por muy bueno que sea el artículo, si el titular es malo, nadie lo leerá. Es muy difícil elaborar un buen titular. El idioma español, con 80.000 vocablos y un millón de acepciones, permite billones de combinaciones para crear uno. Y eso es lo que lo hace difícil. Cuando se va a titular surgen montones de dudas: ¿Qué verbo usar? ¿Con interrogantes? ¿Es mejor escribir titulares con intriga? ¿Informativos? En español, además, no hay una gran tradición de titulares. ¿La razón? El lector español no tiene sentido del humor, no entiende los dobles sentidos, cree que los titulares con guiño esconden informaciones frívolas. Para los lectores, la prensa debe ser seria. La parte cómica hay que dejársela a las publicaciones humorísticas. La prensa anglosajona, en cambio, ha desarrollado a lo largo de su historia una relación con sus lectores que le permite jugar con titulares simpáticos, atrevidos, curiosos, paradójicos y hasta irreverentes. En cierta ocasión, la revista de negocios Business Week , una de las más afamadas de EE. UU., usó el siguiente titular para hablar de las pastillas efervescentes Alka-Seltzer: «Blop, blop, fizz, fizz». Era la onomatopeya del sonido de las dos pastillas al caer a un vaso con agua. Y eso que es prensa económica, que en teoría debe ser muy seria. En los Estados Unidos no existe esa rigidez y la prueba es que la web económica Business Insider, una de las mejores del país, usa titulares que escandalizarían en España. Por ejemplo: «Si pensabas que febrero fue un mes alocado, prepárate para un marzo que será de locura», «La verdad sobre el iPad: No lo volveré a usar», «Irlanda ha elegido al partido que quiere enviar a los inversores a la basura». Para elaborar un titular hay que pensar en la escala musical. Puede ir elevando el tono en función de su expresión informativa. Un ejemplo: el suceso, pongamos por caso, es que un ministro del gobierno, llamado José Pozo, ha sido destituido por haber manejado el dinero público en su provecho: Primer nivel (informativo del hecho): «Destituyen al ministro del Interior por malversar fondos públicos». Segundo nivel (con verbos metafóricos): «Destituido el ministro del Interior por meter mano en la caja pública». Tercer nivel (con calificativos): «Destituyen al ministro del Interior por corrupto: malversó dinero público». Cuarto nivel (con juegos elegantes de palabras): «El ministro Pozo se hunde al ser destituido por su mala gestión del dinero del Estado». Quinto nivel (sensacionalista): «¡Te pillaron!». Sexto nivel (editorial): «Un ministro menos: despiden al de Interior por malversación», o también «Otro ministro del Interior que no pudo contener su codicia es destituido por malversar fondos». Séptimo nivel (frívolo): «Pozo se hunde hasta las cejas». Aunque se podrían seguir poniendo ejemplos, y obtener decenas de titulares que serían una mezcla de los anteriores, la cuestión clave es qué titular emplear. Los medios los usan todos, pero


los administran con moderación. Ante hechos que se acaban de producir, se emplean los titulares informativos, es el primer nivel, el más directo: ideal para las búsquedas por internet porque se ajusta a lo que millones de personas coindicen en buscar en Google en ese momento. El del último nivel, en teoría, se aleja de las búsquedas SEO, debido a que no incluyen demasiadas palabras clave que faciliten el posicionamiento del titular en los buscadores, pero al ser más atractivo puede producirse la paradoja de que sea el más leído gracias a su impacto en las redes sociales como Twitter o Facebook, e incluso en agregadores como Meneame. ¿Por qué?, porque son titulares interpretativos, calificativos, frívolos, curiosos… Es decir, que gustan mucho a los lectores porque producen comentarios. José Ignacio Armentia, en su libro Fundamentos de periodismo impreso (2003), habla de tres tipos de titulares: Informativos: indican el hecho y el protagonista: «Destituyen al ministro del Interior por malversación». Expresivos: intentan impactar en las emociones de los lectores. Dicen los expertos que «suelen ser de una palabra, aparecen en la primera página y son muy frecuentes en la prensa deportiva»: «¡Pillado!». Apelativos: «utilizan el lenguaje para llamar la atención sobre un hecho del que no se informa en profundidad. Son propios de la prensa sensacionalista y de sucesos»: «La corrupción alcanza al ministro del Interior: destituido por ladrón». Aunque se pueden establecer tantas categorías como se quiera, parece que es una cuestión de niveles. Y de espacio. Si todos los titulares de un periódico fueran así, sería un medio muy sensacionalista. Si solo fueran el 10 %, y se redujeran al ámbito de lo social o curioso de verdad, entonces sería como la mayoría. Hay que saber distribuir los titulares en todos los rangos, buscar la voz para cada artículo. El tempo. Y, desde luego, desarrollar ese arte de titular a fuerza de intentarlo una y otra vez. Esa es la mejor escuela. ¿Y cómo usar los signos? Muchos periódicos se niegan a que los titulares sean otra cosa que una sentencia con sujeto, verbo y predicado sin más añadidos. Ni paréntesis, ni dos puntos, ni interrogaciones. Y aunque parezca una exageración, incluso la prensa seria los usa. Voy a exagerar. Este titular es (in)creíble: ¿por qué no usarlo? ¡Atención! No dudes en poner incluso: &%$#@. Una vez apareció en El País este titular: «(Des)concierto en La Habana», era sobre el concierto organizado por Silvio Rodríguez a favor del régimen castrista. Es un titular original y refleja dos cosas: el concierto del cantante y el desconcierto que produce saber que proclamó que Cuba necesitaba un cambio. La prensa norteamericana usa, desde hace mucho tiempo, las interrogaciones: «¿Adónde va Obama?», «¿Quién está detrás del golpe en Guinea?», «¿Cómo se puede arreglar un coche con un destornillador?». Se pueden usar interjecciones: «¡Hasta los pelos! El éxito de Marco Aldany». O también signos que, cuando se juntan, hacen las veces de un insulto: «El presidente del equipo de


fútbol es un $%&*@#». Otra solución son los dos puntos: «Atención: recuperación a la vista». No se recomienda abusar de estas sencillas técnicas, pero los medios de comunicación, sobre todo periódicos de papel o digitales que sigan anclados en el titular clásico, se están negando posibilidades expresivas.

Escribir para buscadores Daniel Torres Burriel Cuando se escriben entradas o artículos hay quienes creen que hay que cumplir a rajatabla las conocidas como normas de Search Engine Optimization, pero otros opinan que el resultado será mejor si se piensa en los lectores. En la edición del 2009 del EBE, Sindo Lafuente contaba todo lo que había aprendido con el proyecto de Soitu que había muerto, y destacó en su conversación: «nosotros titulamos para personas, no para buscadores». Varios tuits se hicieron eco de esa frase. Unos la aplaudían, mientras que otros, profesionales de la optimización para los buscadores (http://goo.gl/Cf67s), la tomaron con reservas. El escenario resultó ser un interesante tablero en el que se debe, una vez más, analizar con una mirada muy amplia cuál es el alcance de la web como medio: ni lo que se ve es todo lo que hay, ni lo que se ha aprendido es suficiente. La web, entendida como la concibió Tim Berners Lee (http://goo.gl/9Y4rY), es una entidad mucho más amplia que una colección de documentos relacionados a través de hipervínculos. A la web se puede acceder desde multitud de prismas, lo que obliga, siempre, a tomar distancia y a observar con cuidado todos los ángulos a través de los que se pueden advertir los matices que la hacen diferente según cómo sea el acercamiento a ella. O lo que es lo mismo, el contenido de la web tiene una característica que la describe de una manera diferencial: es un todo que toma o puede tomar una diferente significación en función de cómo se acceda a él. ¿Quién puede acceder a un contenido en la web? Se puede decir que la gente, las personas. Se puede decir que las máquinas, los buscadores. Se puede, incluso, afinar más y establecer diferencias entre las personas que pueden acceder a un contenido en la web: personas que no ven, personas que no oyen, personas con necesidades especiales de carácter cognitivo. Y el contenido de la web seguirá siendo el mismo, aunque entendido, comprendido y construido teniendo en cuenta toda la tipología de personas que pueden acceder a él. ¿Y si se piensa en las máquinas? ¿Qué máquinas acceden o pueden acceder al contenido de la web? ¿Son todas iguales? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Qué quieren del contenido web? Las respuestas serán diferentes en función de los casos concretos, pero si se fija la mirada en un tipo de máquina, los buscadores, hay que detenerse y terminar de comprender la frase de Lafuente: «titulamos para personas, no para buscadores». Pues no. No hay lugar para una sentencia así. La respuesta se halla en ambos casos. El contenido de la web, entendida esta como un espacio abierto, universal y accesible, no puede quedar limitado a casos concretos. No puede porque no debe, y porque lo contrario implicaría olvidarse de alguien, ya


sean personas o buscadores. U otras máquinas. La web es un espacio de información, de contenidos identificados a través de un elemento único, que es la URI (identificador uniforme de recurso, http://goo.gl/z6omj). Todo lo demás se da por supuesto cuando solo se hace una observación que queda constreñida por un navegador, por una tecnología o por la naturaleza misma del contenido. Por ello, cuando se plantea el interrogante de si se debe escribir para las personas o para los buscadores, la respuesta debería ser clara: para ambos. Y todo lo demás significará dejar a una parte de lado, ya sean buscadores o personas. Lógicamente, es posible que por hechos, presiones internas o, simplemente, urgencias del día a día, se tengan que tomar decisiones sin la tranquilidad que requiere una observación amplia como la que sugiero. ¿El remedio? Cerrar los ojos dos minutos y preguntarse cómo se accedería a la web si no se tuviera la posibilidad de ver. Siguiendo la sentencia de Steve Pemberton (http://goo.gl/8eVtx), Google es el usuario ciego por definición. Si se quieren satisfacer los requerimientos de la SEO, habrá que pensar en cómo satisfacer a ese usuario ciego, que no tiene capacidad de visión, y darle lo que necesita. Una sencilla búsqueda, si no lo sabemos, nos descubrirá de nuevo una vuelta a los inicios: Web Content Accessibility Guidelines (http://goo.gl/auNG9). O lo que es lo mismo, pensando en personas con necesidades especiales que tienen baja o nula visión es fácil encontrarse en ese escenario en el que se puede satisfacer a las personas y a los buscadores. ¿Por qué? Porque se habrá dejado de entender la web como un canal plano al que se accede solo por una puerta, para comprender que las vías de acceso a los contenidos pueden tener muchos protagonistas. Tantos como sea uno capaz de imaginar. Ahora o en el futuro.

Escribir para Google Fundéu BBVA La trascendencia que tiene Google como motor de acceso a la información en internet hace que merezca la pena detenerse en su nueva Guía para principiantes sobre optimización para motores de búsqueda. Hemos extraído de la misma los consejos sobre la escritura que da el gigante de las búsquedas. A continuación se pueden consultar los fundamentales. Entre las muchas recomendaciones para mejorar un sitio web con vistas a que la gente encuentre el contenido que necesita, hay unas cuantas relacionadas directamente con la manera de escribir los textos. Reproducimos las principales. En la propia introducción del documento, Google asegura que: Debes basar tus decisiones sobre optimización pensando en la mejor opción para los usuarios que visitan tu sitio. Son los principales consumidores de tu contenido y utilizan motores de búsqueda para encontrarlo. Si te centras demasiado en determinados ajustes para obtener un buen posicionamiento en los resultados de búsqueda orgánicos, no podrás ofrecer los resultados deseados. La optimización para motores de búsqueda trata de mostrar lo mejor de tu sitio en los motores de búsqueda, pero recuerda que al final es a los usuarios y no a los motores de búsqueda a los que te diriges.


Consejos Escribir textos de fácil lectura. Los usuarios disfrutan de un contenido que está bien escrito y es fácil de entender. Hay que evitar escribir textos descuidados con muchos errores ortográficos y gramaticales. No incorporar texto en formato imagen cuando se pretenda que forme parte del contenido, ya que los usuarios podrían querer copiar y pegar el texto, y además los motores de búsqueda no pueden leerlo. Centrarnos en el tema. Siempre es beneficioso organizar el contenido de tal manera que el usuario tenga buena idea de dónde empieza un tema, dónde termina y dónde comienza el siguiente. Dividir el contenido en fragmentos lógicos ayuda a los usuarios a encontrar lo que desean de una forma más rápida. Evitar poner una gran cantidad de texto que abarque varios temas en una misma página sin párrafos, sin encabezados o sin un diseño que los separe. Crear contenido único y original. El contenido nuevo no solo hará volver a los usuarios que ya se tienen, sino que además atraerá nuevas visitas. Debe evitarse rehacer (o copiar) contenido que ya existe, pues aportará muy poco valor añadido disponer de versiones duplicadas o muy parecidas en el mismo sitio web. Crear contenido para los usuarios, no para los motores de búsqueda. Si se diseña el sitio web según las necesidades de los usuarios y si uno se asegura de que el sitio es accesible para los motores de búsqueda de forma sencilla, se tendrán resultados muy buenos. Hay que evitar insertar una gran cantidad de palabras clave dirigidas a los motores de búsqueda, pero que ofrecen poco valor a los usuarios. Tampoco se recomienda utilizar texto oculto, pero visible para los motores de búsqueda. Dar formato a los enlaces para que sean más fácilmente visibles. Facilitar la distinción del texto normal y el texto ancla de los enlaces. El contenido perderá utilidad si los usuarios no encuentran los enlaces o hacen clic en alguno por error. El texto ancla de los enlaces (aquel que especifica el destino al que se llega en caso de pulsar sobre el hipertexto) también es de suma importancia. Para Google «el texto ancla que utilicemos para enlazar debe ofrecer al menos una idea general sobre lo que trata la página a la que está enlazando». Hay que evitar escribir textos ancla genéricos como «página», «artículo» o «haz clic aquí». Tampoco se debe usar texto fuera de contexto o que no esté relacionado con la página a la que se enlaza.

La edición de texto Luz Fernández Espinosa Editamos un texto para que resulte más fácil de leer. Para lograrlo, la herramienta principal será un


lenguaje transparente y claro. La edición elimina las palabras innecesarias y hace la lectura más comprensible. Tres consejos que facilitan la edición de textos podrían ser: Repasar el texto de forma metódica. Hacer una pausa antes de comenzar la tarea (cuando el editor sea el autor) para conseguir cierta lejanía y más objetividad. Pedir una segunda opinión. Los textos deben editarse teniendo una idea clara y completa de lo que se está contando. Tratar de mejorar un texto palabra por palabra se convertirá en algo tedioso y poco eficiente. Lo más recomendable es trabajar en tres niveles: Las palabras. Hay que verificar su uso correcto y adecuado dentro del contexto. Las oraciones. Cuanto más directas sean, más claras resultarán. Se evitará el uso de frases excesivamente largas en las que se mezclen demasiados conceptos o ideas. Los párrafos. Un párrafo destaca una idea fundamental y agrupa oraciones que la desarrollan: cada idea nueva pide un párrafo nuevo. Para editarlos existen unas sencillas normas generales: Emplear oraciones temáticas. Las oraciones de este tipo encabezan el párrafo y exponen la idea principal que se va a desarrollar en las siguientes frases. Su uso es muy útil, pues ayuda a organizar el texto con claridad. Esta primera oración debe centrarse en una sola idea y plantearse en pocas palabras. Controlar la extensión. En general, los párrafos breves resultan más fáciles de comprender, sin embargo, demasiados párrafos cortos seguidos provocarán sensación de incoherencia. Se trata de encontrar el equilibrio: tres o cuatro párrafos por pantalla parecen una extensión adecuada para la mayoría de los ordenadores. Hay que variar su extensión, vigilando que la mayoría cuente con entre tres y seis oraciones. Si se desea, el primer párrafo puede ser más corto que los demás para presentar el texto. La lectura también se aligera al romper la estructura con un párrafo de una única oración. Vincular los párrafos entre sí. Los párrafos que componen el texto deben tener sentido y orden, por lo que es recomendable usar palabras o frases de enlace para mostrar las conexiones entre ellos. Estas transiciones ayudan enormemente a la lectura. Diseñar los párrafos. Para aligerar la lectura, especialmente en la pantalla del ordenador, puede recurrirse a enumeraciones que partan la información o a viñetas que subdividan el texto, de este modo, los párrafos complejos o largos se leerán mejor.

Modificar un texto en internet: corregir, cambiar o actualizar


Fundéu BBVA Una cuestión que muchas veces genera dudas es saber cuál es la mejor forma de actuar ante un error en un blog o web, ¿es adecuado sustituir, sin más, un contenido erróneo por otro acertado? ¿En qué casos se debe dejar constancia del error cometido? Si no se trata de un error, sino de una actualización del contenido o de una mejora de la edición, ¿es correcto alterar el texto sin ninguna notificación adicional? En el grupo de trabajo del Manual, Yolanda Quintana nos hizo estas mismas preguntas. El tema, que nos pareció muy interesante, suscitó distintas aportaciones. En general, parece que en la web opera una distinción entre los diferentes tipos de errores o de correcciones: no es lo mismo que baile una letra al escribir una palabra, que actualizar la información que aparece en un artículo. Podría distinguirse, entonces, entre: Corregir una errata. Parece que el esfuerzo de hacer notar dentro del propio texto que se ha corregido una errata no se ve compensado, es más, mostrar una corrección en el texto puede actuar como reclamo para el lector, y si esa corrección no supone ningún aporte informativo y lo único que hace es eliminar una errata (que muchos lectores ni siquiera habrán advertido), llamar la atención sobre ello puede llegar a ser contraproducente. Si nos señalan erratas o faltas en nuestro texto, parece que la mejor opción es agradecer el comentario y eliminar el error. Cambiar algo que afecte sustancialmente al contenido. Ahora bien, una cosa es una errata y otra hacer cambios que afecten al contenido del artículo. De hecho, la práctica habitual en los blogs es avisar de alguna manera de este tipo de cambios en el contenido. Una técnica frecuente consiste en recurrir al tachado: se tacha la frase o palabra errónea y se escribe a continuación lo que proceda. Si el contenido es más amplio, puede llegarse a marcar (mediante el tachado, el sangrado o con distintos cambios de formato) un párrafo entero, del que después se ofrece la nueva versión. Otras veces, el contenido puede corregirse sin tachar ni hacer cambios en el formato, porque el autor ha dejado constancia en los comentarios del cambio operado. Ampliar o actualizar un determinado tema. Cuando el cambio en el contenido no implica un error en el mismo, sino que se deriva simplemente de una actualización o ampliación natural de la información, parece que lo habitual es escribir una nueva entrada que simplemente enlace con la anterior.

Sistemas de escritura en ordenador Fundéu BBVA El teclado es, junto al ratón, la principal herramienta que se utiliza para interactuar con el ordenador. A través de sus teclas jugamos, accedemos a programas y, sobre todo, nos comunicamos. Conocer el funcionamiento del teclado nos permite no solo escribir un correo electrónico de trabajo, sino también añadir expresividad a los mensajes, :-), o respetar las particularidades de cada lengua


(«español se escribe con ñ»). La mayoría de los teclados tienen entre 80 y 110 teclas, casi todas con el mismo tamaño y forma y colocadas a la misma distancia. Hay teclas alfanuméricas que tienen asignadas una función, pero también hay otras que esconden múltiples caracteres cuando se combinan con otras (en Windows, «Alt + 2» es igual a @). En los países occidentales todos los teclados siguen una distribución de teclas parecida. Esta estructura recibe el nombre de Qwerty porque las seis primeras letras que aparecen en la primera fila comenzando por la izquierda siguen esa secuencia. Esta disposición del teclado ya se encontraba en las máquinas de escribir para teclear más rápido usando las dos manos. El teclado Qwerty se amolda a las peculiaridades de cada país para adaptarse a sus normas ortográficas e incluir caracteres específicos. Así, por ejemplo, en Alemania se llama teclado Qwertz y en Francia Azerty, porque esas son las seis teclas más usadas en sus respectivas lenguas. A diferencia del resto, los teclados para usuarios de España e Hispanoamérica incluyen la letra ñ y facilitan la acentuación de las palabras. Incluso en países que comparten la misma lengua, la distribución de teclas se adapta a las particularidades locales. La principal diferencia entre el teclado español y el hispanoamericano es la ausencia, en este último, de la cedilla (ç). Otras peculiaridades tienen que ver con las teclas modificadoras: para escribir la arroba, en el teclado español para Windows, hay que pulsar «Alt + 2» y en el hispanoamericano, «Alt + Q». Unicode es el sistema responsable de que los mensajes lleguen a su destinatario sin perder ningún carácter por el camino. Otros lenguajes de codificación sin dimensión internacional tienen problemas de compatibilidad y muestran caracteres incorrectos o ilegibles, también conocidos como mojibakes (http://goo.gl/ouwKi). Este estándar de codificación, en cambio, está presente en la mayoría de los sistemas operativos, navegadores web y en plataformas como Twitter o Gmail. En total, más del 60 % de la web es compatible con él, que abarca más de un millón de caracteres para la mayoría de los alfabetos (desde el chino al ruso) y usa un código de lenguaje único para cada carácter (http://goo.gl/tcOAZ). Unicode permite utilizar, de forma correcta, signos como la raya (—), la semirraya (–) y el menos (−). También es ideal para añadir expresividad a la escritura mezclando letras e iconos gracias a su extensa librería de símbolos: Hoy ha amanecido con (☼) De camino al aeropuerto a coger un (✈)

Para conocerlo con más profundidad y saber cómo introducir caracteres fácilmente, es recomendable darse una vuelta por su web oficial (http://goo.gl/23nrS). Los sistemas de escritura han evolucionado hasta hacer posible la escritura sin teclado, solo con la voz. Estas utilidades se han popularizado en dispositivos móviles y consisten en la traducción de órdenes de voz en letras que después pueden tener distintas formas de expresión, desde un correo electrónico a un texto de opinión.


Caracteres en pantalla Javier Bezos Los textos en los medios digitales, salvo excepciones muy contadas, se basan en el uso de caracteres tipográficos, y por tanto en aquellos contextos donde la forma y la presentación sea importante es preciso tener unos conocimientos mínimos de ellos, pues es como se pone en práctica la ortografía (la forma como se relacionan la tipografía y la ortografía es lo que se conoce como ortotipografía). Por desgracia, los teclados de Windows para español (en cualquiera de sus variantes por países) proporcionan de modo directo un conjunto muy restringido de estos caracteres y el resto hay que introducirlos con la tecla «Alt» y una serie de códigos en el teclado numérico que no son fáciles de recordar; por ello, la tendencia es a obviarlos por completo. Los usuarios de MacOS y Linux, en cambio, tienen teclados más completos. Un buen editor de textos o de páginas web hace una parte significativa del trabajo por nosotros, de modo que nos es posible introducir estos caracteres con algún menú, ventana especial o combinación de teclas, sin que sea necesario que los recordemos, y en consecuencia las posibles limitaciones técnicas no deberían ser excusa para descuidar la presentación de los documentos. Entre los signos que se confunden más a menudo están el guion, la raya y el menos. El guion (-) es el más corto de ellos, y a menudo es más grueso, con una función esencialmente morfológica. La raya (—) es mucho más larga y más fina, y su función es sobre todo sintáctica: intervenciones en diálogos, incisos, elementos en enumeraciones, etc. El menos (−) suele estar entre ambos, con un diseño que es visualmente coherente con el más (+). Otro signo muy parecido al menos, y que a menudo se confunde con él, es la semirraya (–), con el mismo diseño que la raya pero con la mitad de longitud; en español carece de usos propios, aunque a veces se emplea como alternativa estilística de la raya. Salvo el guion, que es fácilmente accesible desde el teclado, estos signos deben darse de un modo especial en documentos de HTML, bien sea con una codificación adecuada, como la cada vez más extendida UTF-8 de Unicode, que permite introducir cientos de miles de caracteres de todo tipo, o bien como entidades: la raya es —, la semirraya es – y el menos es −. Otros dos signos que se confunden a menudo son el de grado (°), que es un pequeño círculo, y el del ordinal masculino, que es una «o», a veces con subrayado (º). Aunque las diferencias parezcan inapreciables, las hay, y distinguiendo claramente uno de otro en el texto se ayuda a los buscadores a interpretarlos mejor. Finalmente, el aspa de multiplicar no es una equis, sino que tiene un carácter propio con un diseño coherente con otros símbolos matemáticos, como el menos y el más. No es lo mismo «2 × 3» que «2 x 3». La entidad de HTML es ×. Las comillas más fácilmente tecleables son las rectas ("), que son una herencia de la mecanografía y que en tipografía cuidada deben evitarse. Las comillas reales, las tipográficas, son distintas para la apertura y el cierre (de nuevo, útil para interpretar mejor el texto automáticamente) y las hay en dos variantes: «» y “” (de ellas, las Academias de la Lengua prefieren las primeras, pero en realidad no es una decisión ortográfica sino de estilo tipográfico).


El siguiente cuadro resume algunos datos sobre estos caracteres: Nombre

Carácter

Código de Windows (Alt)

Entidad de HTML

Código de Unicode

Raya

8212

—

2014

Menos

8722

−

2212

Semirraya

8211

–

2013

Grado

°

248, 0176

°

00B0

Aspa

×

0215

×

00D7

comillas latinas

«»

174, 0171 / 175, 0187

« / »

201C / 201D

comillas inglesas

“”

8220 / 8221

“ / ”

00AB / 00BB

Algunas referencias que pueden ser muy útiles: Unicode (http://goo.gl/BQfvv). Raya, guion y menos (http://goo.gl/v4w5w). List of XML and HTML character entity references (http://goo.gl/e46XI). Hay utilidades que permiten introducir estos caracteres en Windows más fácilmente y en cualquier aplicación; puede ser con un programa como AllChars (http://goo.gl/qZB7K) o con algún teclado extendido (http://goo.gl/CpYLI) que añada más caracteres.

Signos de puntuación, signos y símbolos: nuevos usos Fundéu BBVA Los signos de puntuación permiten hacer una lectura más cómoda del texto a través de una serie de pausas breves adecuadamente distribuidas. En internet, además de hacer un uso tradicional de signos como la coma, el punto o los puntos suspensivos, también encontramos nuevas utilidades que ponen de relieve la originalidad y creatividad que caracterizan a los nuevos medios. La influencia de internet y los dispositivos móviles en la comunicación se puede apreciar en el uso que hacemos de los signos de interrogación y exclamación, como ya hemos señalado en otros apartados. Para ahorrar tiempo al presionar las teclas es muy común eliminar el signo de apertura de exclamación e interrogación en los mensajes. También es frecuente ver puntos suspensivos que van más allá de los tres consecutivos reglamentarios o frases acabadas sin el preceptivo punto final. La comunicación interpersonal en la red también se caracteriza por su enorme expresividad y creatividad en el uso de la lengua, ya que, muy a menudo, se produce en un contexto informal en el que la escritura intenta reflejar el estado de ánimo del emisor, haciendo así que la comunicación sea lo más humana posible.


En este sentido, uno de los usos más originales de los signos de puntuación son los emoticonos (explicados en los apartados «Emoticonos» y «Uso de los emoticonos y emojis»). También se pueden escribir varios signos de puntuación para manifestar algo con más énfasis, recurso este muy común en los servicios de comunicación instantánea. Por ejemplo, para mostrar sorpresa por algo se utilizan muchos signos de admiración y de interrogación juntos, o incluso la mezcla de ambos (¿¿¿qué???, ¡¡¡qué???). En el caso de los emoticonos, cuanto más se alarga el guion bajo más énfasis se quiere añadir a la felicidad de la cara [ :______) ]. Estos nuevos usos de los signos de puntuación también han tenido su impacto en la escritura. Quizás por herencia de los blogs, donde la escritura goza de mayor flexibilidad, a menudo se puede encontrar en los titulares de nuevos medios la presencia del paréntesis, los dos puntos o los signos de interrogación y exclamación. Los libros de estilo tradicionales recomiendan evitar el uso del paréntesis en el título de un texto informativo (ABC, Libro de estilo), en internet, en cambio, los podemos encontrar frecuentemente para indicar un breve inciso o buscar la complicidad con el lector, y concretamente en las redes sociales se utilizan para llamar la atención sobre el contenido y para incitar al lector a hacer clic en un enlace.

Marcadores tipográficos Markus Steen Un texto en internet es difícil de leer si no usamos elementos visuales que llamen la atención sobre las ideas más importantes. Como ya hemos visto, a través de marcadores tipográficos como la negrita, la cursiva o la mayúscula se pueden resaltar palabras o frases cortas para destacar la información imprescindible, facilitando así la lectura y la comprensión del contenido. El uso de marcadores tipográficos tiene que ser moderado, ya que abusar de este recurso acaba por anular su función. Una regla básica es no utilizar más de un tipo de marcador visual a la vez, bien sea la negrita, la cursiva o las mayúsculas: llamar la atención de un subtítulo con negrita y mayúsculas puede resultar contraproducente. La negrita es el marcador tipográfico más útil para destacar una idea y facilitar la lectura rápida y somera. Normalmente se aplica a los títulos y subtítulos, pero también puede utilizarse en el cuerpo del texto para resaltar la palabra o la frase corta que resume la idea principal de cada párrafo. Este tipo de marcador se usa muy a menudo para resaltar nombres propios o las categorías de la página web, y su codificación HTML a través de la etiqueta <strong> es relevante para los buscadores. La cursiva también sirve para llamar la atención sobre una parte del texto, pero, frente a la negrita, su legibilidad es menor. Se utiliza sobre todo para marcar un extranjerismo o una palabra o expresión que tiene una función metalingüística, así como los títulos de obras como los libros o las películas. Para evitar caer en estos problemas de legibilidad, se emplean las comillas en lugar de la cursiva. Las comillas son un signo tipográfico que tiene la función de enmarcar una cita textual o de indicar que una palabra es extranjera. Las comillas españolas y las inglesas son las más usadas en los textos informativos. La profesora Antonia M.ª Medina Guerra, en su libro Lengua española y comunicación (2002), recomienda usar las comillas españolas «con el fin de poder emplear las


comillas inglesas y simples dentro de un fragmento ya entrecomillado». Las mayúsculas también son un recurso muy útil en la comunicación móvil y en las plataformas sociales, aunque no siempre se utilicen siguiendo las normas de corrección gramatical: por ejemplo, se emplean en los medios o plataformas que no permiten el uso de la negrita (Twitter, SMS). Pero hay otros usos singulares: la combinación de letras mayúsculas y minúsculas en una palabra (CamelCase), la formación de abreviaturas a partir de la primera letra de las palabras (TQM) o la unión de varias palabras seguidas para formar una frase con la primera letra de cada una en mayúscula (hashtags de Twitter). También se utilizan las mayúsculas para llamar la atención sobre títulos y subtítulos de páginas web, sin embargo, es preferible evitar este recurso, porque, aunque es eficaz para llamar la atención sobre la información, dificulta la legibilidad y puede dar la impresión de que se quiere dotar a una información más importancia de la que tiene. Además, se considera inapropiado porque se puede interpretar como un grito. En este repaso de los marcadores tipográficos no podemos olvidar el subrayado y el color. El subrayado se usaba antes en los documentos impresos para destacar una idea importante, resaltar los subtítulos o el nombre de una obra. En internet, sin embargo, se utiliza para señalar que la palabra o frase subrayada tiene función de hipertexto y que, por lo tanto, dirige a otra página web. Por eso, subrayar un texto que no tiene esta función puede confundir al lector. El uso del color es otra opción visual, pero, al igual que el subrayado, puede confundirse con un enlace. Si se quiere conseguir un contraste cromático con el fondo de la página es preferible el uso de la negrita.

Signos y símbolos Markus Steen Internet ha influido en el uso que hacemos del lenguaje en sitios como las redes sociales y los dispositivos móviles. La ausencia del sonido y la imagen cuando nos comunicamos en estas plataformas ha generado nuevos recursos para transmitir un mensaje que busca en muchas ocasiones la complicidad con el interlocutor. Por el camino, eso sí, nos olvidamos de las reglas de puntuación, usamos contracciones para ahorrar caracteres y hasta dotamos de nuevas funciones a los signos de puntuación. Un elemento muy común en esta nueva caligrafía es el uso de los emoticonos. Estos son el resultado de ese nuevo uso de los signos de puntuación y, como ya se ha mencionado, consisten en la creativa combinación gráfica de los dos puntos, el guion o el paréntesis para representar, en la mayoría de las ocasiones, expresiones de la cara, :-). Los expertos Mario Tascón y Mar Abad señalan en su libro Twittergrafía que el uso de los emoticonos se ha popularizado en internet porque aporta un toque «humano» a la escritura. Cuando la comunicación se mueve en registros informales, como los de los sistemas de mensajería instantánea o las redes sociales, los emoticonos dotan de mayor carga expresiva a los mensajes. El uso creativo de los signos va más allá de la expresión de estados de ánimo a través de emoticonos. Internet se ha convertido en un escaparate de usuarios con mucho ingenio capaces de


crear representaciones gráficas a partir de la unión de unos pocos signos de puntuación. Como recogen Tascón y Abad en su libro, solo tenemos que escribir un par de paréntesis, dos oes en superíndice y una jota para hacer una caricatura de John Lennon: (ºJº). La brevedad en los mensajes es otra característica singular de la comunicación en internet. Para transmitir uno en el menor tiempo posible (mensajería instantánea) o adaptarse a plataformas con caracteres limitados (Twitter) se utilizan atajos gramaticales y se da rienda suelta a la imaginación para que el resultado sea lo más conciso posible. Algunas fórmulas comunes para ahorrar caracteres en internet son los silabogramas (como wapa en lugar de guapa), la creación de nuevas palabras combinando letras y números (como salu2 en lugar de saludos), o el uso de contracciones (como stoy en lugar de estoy). Aunque todos estos recursos son incorrectos desde el punto de vista gramatical, resultan muy efectivos en la comunicación a través de internet y de dispositivos móviles. Pero es preciso no olvidar que, por encima de cualquier uso práctico del lenguaje, debe estar el objetivo principal de todo proceso comunicativo: escribir mensajes comprensibles. Otro uso ortográfico anómalo que se ha generalizado en la red internet además de suprimir el signo de apertura de exclamación o interrogación es terminar las frases sin el punto reglamentario, una práctica muy extendida sobre todo en las redes sociales. Usar símbolos u otros caracteres especiales en lugar de letras también es una opción muy habitual. Gracias a la extensa librería de símbolos que proporciona el estándar internacional Unicode, es posible incorporar a los mensajes elementos que comunican una idea de forma visual o simplemente sintetizan un mensaje lo máximo posible. Por ejemplo, la utilización de los símbolos matemáticos (=, x, + y −) unidos a letras para formar palabras («ade+» en lugar de «además», «x lo −» en lugar de «por lo menos», «me da =» en lugar de «me da igual») o el uso de la arroba (@) para referirnos a los dos géneros (niñ@s, abuel@s). Estos símbolos, junto a otros caracteres logográficos, están disponibles en nuestro ordenador con una o dos pulsaciones del teclado. En cuanto a la riqueza visual de los símbolos, una vez más, en la creatividad de cada uno se encuentra el límite. Con la mezcla de textos y símbolos se pueden construir mensajes sencillos para decir que vamos a coger un vuelo en Madrid con dirección a Londres (Madrid ✈ Londres) o sacar la vena artística para felicitar el año nuevo con letras y signos diacríticos:

Para ver más ejemplos de usos de símbolos en la escritura consulta el hashtag #twittergrafia en Twitter.


El uso de los números en el mundo digital Markus Steen Los números nos ayudan a entender mejor las realidades que describen. Usamos cifras para aportar datos objetivos y contextualizar una información, y lo intentamos hacer de la forma más clara posible para ayudar al lector a comprender las historias que hay detrás. En definitiva, mediante un uso responsable de los números los editores dotan de credibilidad a los contenidos de su página web. Su uso facilita, además, la lectura de escaneo que solemos hacer en internet. Tal y como señalan los estudios (http://goo.gl/WQV74) de Jakob Nielsen, «es mejor usar 23 que veintitrés para capturar la atención de los lectores cuando escanean una página en busca de hechos». Para el autor, la forma de un número destaca de entre una masa de texto, lo que explica en parte que nuestra mirada se sienta atraída de forma casi instintiva por cualquier combinación de números. Sin embargo, no hacemos siempre un uso adecuado de los números. La mayoría de las herramientas en línea y programas informáticos son de origen anglosajón y esto incide en la manera en que los escribimos. En algunas ocasiones empleamos un formato que contradice las normas de uso establecidas por la Real Academia Española. Es el caso de las fechas de nacimiento, una información que se solicita de forma habitual en formularios de registro a webs. Tanto si escribimos la fecha con números, o con números y letras, las normas de la RAE recomiendan seguir el orden día, mes y año (08/04/1986). La Academia no recomienda en ningún caso el orden mes, día y año (04/08/1986) propio de los países anglosajones, aunque aparezca así en un proceso de registro. Algo parecido ocurre con la herramienta «autocompletar» de los procesadores de texto. Si empiezas a escribir una fecha, el propio programa la completa automáticamente con un formato determinado. La carencia de conocimientos informáticos o simplemente la pereza para cambiar la configuración del programa de turno nos lleva a aceptar como válidas reglas de escritura que no lo son del todo. Las cifras monetarias también dan algún que otro quebradero de cabeza en internet. Las normas de la RAE obligan a agrupar de tres en tres, empezando por la derecha, y separados por espacios en blanco los números de más de cuatro cifras. Sin embargo, está muy extendido el uso de puntos o comas tanto en entornos digitales como en aquellos que no lo son tanto. Con la informatización de las tareas contables nos hemos acostumbrado a usar programas donde hay que especificar la separación de cifras con puntos o comas para que su valor se detecte correctamente. También es muy habitual usar los símbolos monetarios en lugar de su versión escrita para ahorrar caracteres y agilizar la escritura, o una vez más por contagio de los programas de contabilidad. En este caso, la RAE señala que es correcto usar ambas opciones (en el caso del euro, su símbolo es €), aunque hay que escribir el símbolo después de la cifra y con un espacio entre los dos. Si se utiliza el nombre escrito hay que recordar que la moneda europea se escribe con minúscula: euro. Otro símbolo que se utiliza de distinta manera en los entornos digitales es «%», ya que su uso en las hojas de cálculo es sin espacio entre el número y el símbolo, y aunque lo escribamos separado, la propia hoja de cálculo nos lo junta por defecto.


Algunos dispositivos y programas reconocen fechas y grupos de números automáticamente, siempre y cuando se use el formato adecuado. Por ejemplo, hay móviles inteligentes que detectan el número de teléfono en una web o un correo electrónico y permiten llamar con un simple clic sobre él. Lo mismo ocurre con las fechas, al detectarlas nos da la opción de mostrarlas en el calendario o crear un evento. Para poder usar estas herramientas de detección automática tenemos que emplear un formato adecuado en nuestra web. Por ejemplo, los teléfonos iPhone no identificarían como número de teléfono en una página web un grupo de dígitos que contengan una separación entre cada uno de ellos de más de un carácter, como (0034) 140633900. En cambio, si seguimos el libro de estilo de la Unión Europea (http://goo.gl/TyrVt) no tendremos ningún problema: «Tras el prefijo del país y un espacio, el número completo, en su caso con su prefijo local, en un solo bloque»: +33 140633900. No podemos olvidarnos del caso más evidente de la influencia de internet en el uso que hacemos de los números. En las conversaciones que mantenemos en las redes sociales y en los dispositivos móviles intentamos ahorrar caracteres para escribir más rápido. Por eso abusamos de abreviaturas y escribimos números en sustitución de letras para construir palabras como «salu2» en lugar de «saludos», y hasta utilizamos números para escribir los propios números: «s 2mil». Esta técnica es útil en la generación de contraseñas en las que sea necesario el uso de números y letras.

Cómo escribir sobre la red en papel Federico Romero La tradición de marcar mediante cursivas, comillas y mayúsculas los nombres de las publicaciones periódicas y las que, a falta de mejor descripción, llamamos obras de creación –libros, composiciones musicales, cuadros, películas, programas televisivos, etc.–, así como sus partes, ha demostrado ser una convención sencilla y eficaz, especialmente útil en las referencias bibliográficas. La regla, en español, consiste en escribir: Los títulos de las obras de creación en cursiva y con inicial mayúscula en la primera palabra (y en los nombres propios): El retrato de Dorian Gray El pájaro de fuego Saturno devorando a sus hijos El puente sobre el río Kwai Los Soprano

Los nombres de las publicaciones periódicas, en cursiva y con inicial mayúscula en la primera palabra y todos los sustantivos y adjetivos:


Frankfurter Allgemeine Zeitung Infancia y Aprendizaje La Linterna del Traductor

Los de los componentes de dichas obras y publicaciones, entrecomillados y en redonda, con inicial mayúscula en la primera palabra (y en los nombres propios). El capítulo «La representación gráfica del acento: el uso de la tilde» de la Ortografía de la lengua española. El artículo «Siglomanía: una aproximación al problema» de la revista Terminologie et Traduction, 2. La cavatina «Una voce poco fa» de la ópera El barbero de Sevilla. El capítulo «Bart, el temerario» de la serie televisiva Los Simpson.

Este método permite hacerse cargo de un vistazo de a qué se está aludiendo en cada referencia y elaborar bibliografías claras y coherentes. De hecho, los correctores están acostumbrados a detectar más ambigüedades en los sistemas que no lo emplean, como el Vancouver. Sin embargo, se observa un total desbarajuste en la citación de los recursos electrónicos, y no solo en lo que respecta al uso de diacríticos: en muchos casos no es posible saber ni siquiera si la denominación que se ofrece es la del responsable de la publicación, el nombre de esta, el de una parte, etc., por no hablar ya del resto de la información que es necesaria en una bibliografía. Pero centrándonos solo en el uso de los diacríticos, cabe sintetizar algunas pautas para la grafía de los nombres de estos recursos. Como se ve, se trata de extrapolar los criterios utilizados para las obras tradicionales con el fin de dotar de coherencia a las referencias y las bibliografías que incluyen recursos electrónicos.

Títulos de sitios y páginas web, wikis, documentos electrónicos, juegos, etc. Por analogía con las obras de creación, se recomienda su escritura en cursiva (por ejemplo, José Martínez de Sousa [2012]: Manual de estilo de la lengua española, 4.ª ed. Gijón: Trea, p. 105, y la norma ISO 690-2 [en este caso no se indica específicamente, pero aparece así en los ejemplos]). La página del idioma español Wikilengua El movimiento Open Zombie Panic in Wonderland

En los casos en que no sea posible utilizarla, lo que se dice aquí de la cursiva se aplica a aquello que se use para sustituirla. En las referencias a recursos en español, lo más acorde con la norma tradicional sería utilizar inicial mayúscula solo en la primera palabra y los nombres propios. En los recursos en otros idiomas podría mantenerse el sistema de mayúsculas que se use en ellos. Respecto a las «fantasías


ortográficas» que presentan algunos títulos (minúscula inicial, mayúsculas en el interior de una palabra, etc.), es apropiado respetar las preferencias de sus creadores. Se considera como título el que aparece en la página principal del recurso en cuestión, no aquel por el que a veces se lo conoce.

El caso de los sitios web Respecto a los sitios web, hay una opinión alternativa. Si se los considera como un conjunto de páginas recogidas en un único dominio –piénsese, por ejemplo, en el sitio de una universidad que incluye los diferentes recursos que ofrece, el de una editorial académica que reúne una serie de revistas especializadas o el de una empresa periodística que agrupa en su sitio uno o más periódicos, blogs, redes sociales, etc.–, podrían compararse, más que con las obras de creación, con las colecciones editoriales, y en ese caso su denominación recibiría el tratamiento que se da a las colecciones: en redonda y con inicial mayúscula en la primera palabra y en todos los sustantivos y adjetivos: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Tremédica Elsevier

Los partidarios de esta opción estiman más apropiado considerar a cualquier dominio como una colección (un «contenedor de recursos»), aunque solo contenga una obra. Téngase en cuenta, por otra parte, que en una referencia se alude en primer lugar a la obra, no a la colección o al dominio, que pueden o no aparecer.

Nombres de las revistas y periódicos electrónicos También por analogía con las publicaciones periódicas en papel, se recomienda escribirlos en cursiva y con inicial mayúscula en los sustantivos y adjetivos. Cuando se emplea su sigla o su denominación acortada, se utiliza también la cursiva. The Washington Post Boletín de la Institución Libre de Enseñanza Letras Libres La Nación

Se discute si los blogs deben considerarse publicaciones periódicas, y llevar, por tanto, sus nombres inicial mayúscula en los sustantivos y adjetivos. En principio, parece una idea apropiada.

El uso de las comillas Aunque no todos los sistemas de citación las emplean, son un instrumento eficaz para indicar que lo que encierran es parte de un conjunto mayor: un capítulo de un libro, un artículo de una revista, un


capítulo de una serie, etc. Es apropiado, pues, utilizarlas para marcar elementos que aparecen dentro de una página web, por ejemplo, o las diversas entradas de un blog, los mensajes a una lista de distribución, etc. apartado «Quiénes somos», que aparece en numerosas páginas artículo «Gerundio» de la Wikilengua artículo «Tu(i)téame, por favor: pautas para entenderte con tus lectores» de Estilo. Manual para los nuevos medios entrada «En una mirada atrás» de Libros y Bitios

En los casos en que no sea posible utilizarla, lo que se dice aquí de las comillas se aplica a aquello que se use para sustituirlas. En muchas ocasiones, una página contiene otros elementos con suficiente entidad propia para ser considerados autónomos: piénsese en la página de una revista en la que aparece un blog con nombre propio. En este caso cabe también utilizar la analogía con las obras escritas: los títulos, por ejemplo, de los tomos de una obra o los cuadernillos dominicales de un periódico reciben el mismo tratamiento que la obra y que la publicación a la que pertenecen: Babelia, suplemento literario de El País El Laboratorio del Lenguaje, blog incluido en Diario Médico

Nombres de programas informáticos, buscadores, aplicaciones, listas de correo, etc. Se asimilan, más que a obras de creación, a «artefactos con nombre propio», por lo que es preferible escribirlos en redonda y con inicial mayúscula en la primera palabra y en los sustantivos y adjetivos. También en este caso es apropiado respetar las ortografías exóticas decididas por sus creadores. IntelliWebSearch Dragon Naturally Speaking Internet Explorer WinAmp lista de correo Apuntes

Continuará El ámbito de los nuevos medios es «una caldera borboteante», y cada día aparecen otros con nuevas características que complican aún más la sistematización, por lo que habrá que seguir pensando y revisando estas pautas. El recurso a la analogía con lo hecho hasta ahora nos permitirá no extraviarnos… demasiado. No se trata de intentar someter a los nuevos medios a criterios de la «era Gutenberg», sino de ir rehaciendo coherentemente los que no permiten elaborar bibliografías claras y referencias eficaces.


Corrección automática Concepción Polo y Laura Moreno Romero Hoy en día, las llamadas industrias de la lengua ofrecen una gran variedad de herramientas para la corrección de texto. Estos programas son capaces de verificar, cada vez con mayor eficacia en cobertura y precisión lingüísticas, la corrección ortográfica, gramatical, tipográfica o de estilo, según los niveles de procesamiento con los que cuente la aplicación. Incluso, hay aplicaciones configurables en todos sus niveles de lengua (sintáctico, léxicosemántico, discursivo, etc.) para afrontar el texto desde una determinada opción de corrección. Por ejemplo, la inclusión de un párrafo demasiado extenso, un tecnicismo o un coloquialismo podrá considerarse más o menos aceptable según la variedad estilística a la que pertenezca el texto (literario, periodístico, científico, etc.); de la misma manera, las estructuras voseantes serán apropiadas en un texto en español de algunas áreas americanas y no en español de España. Por otro lado, algunos correctores destacan por su habilidad para sugerir alternativas, acompañando el error de la explicación didáctica y la bibliografía correspondientes, lo que los dota de un importante valor añadido a la hora de utilizarlos como opción de ayuda para la escritura.

¿Cómo funcionan? El reconocimiento de palabras con error ortográfico suele fundamentarse en su comparación con una lista de formas correctas almacenadas en la propia aplicación. Así, si el programa encuentra una palabra que no existe en dicha lista, activa su asistente para avisar del error. De ahí que frecuentemente se ofrezcan falsas alarmas de revisión ante nombres propios, tecnicismos o palabras poco habituales. Con el fin de paliar esta carencia, los correctores automáticos suelen incluir la opción de ampliar de forma personalizada los diccionarios. Por la misma razón, un verificador exclusivamente ortográfico nunca señalará errores tales como la falta de concordancia gramatical en *los niños lee libros, ya que todas las palabras presentan una perfecta ortografía. A su vez, puede fracasar en la identificación del error si la escritura de una palabra origina otra distinta de la pretendida, pero ortográficamente correcta (*hecha por echa). Se hace necesaria, entonces, la información contextual o gramatical (*hecha de menos por echa de menos) para que el error pueda ser identificado. Algunas de las técnicas más utilizadas para llevar a cabo la verificación textual son las siguientes: El reconocimiento de patrones. Se basa en la búsqueda a lo largo del texto de secuencias que siguen unas pautas de error preestablecidas: *[PENSAR + de + que] >>PENSAR que. Como se puede suponer, para que la verificación sea efectiva, es necesario anticipar los errores que pueden aparecer, lo que requiere un meticuloso trabajo lingüístico. Los analizadores o parsers. Estos programas determinan automáticamente la estructura sintáctica de los enunciados según una gramática previamente definida. Esto los capacita para detectar errores de concordancia cuando dichas estructuras se debilitan. Por ejemplo, si la aplicación


exige que determinante y nombre concuerden en género y número para la formación de un sintagma nominal, avisará del error ante cadenas del tipo *Este niña lee mucho. La técnica probabilística. Es la más novedosa y parte del uso de corpus textuales como modelo de uso lingüístico. En ellos se asigna a cada palabra su categoría morfosintáctica y se determina la probabilidad de contigüidad de cada combinación de dos o más elementos. La verificación gramatical de un texto consiste, por tanto, en detectar en él combinaciones morfosintácticas de baja probabilidad de coaparición. Pero, sin duda, la actuación más acertada es la combinación de métodos. Mientras que el analizador sintáctico y la técnica probabilística dotan por defecto a la aplicación de una gran cobertura lingüística, el método por reconocimiento de patrones resulta fundamental, por ejemplo, si se desea mayor precisión en la detección de patrones incorrectos de estilo o de impropiedades léxicas.

¿Qué errores pueden detectar? De ortografía Vive en la localidad malagueña de Alaurín de la Torre. AVISO : Alhaurín de la Torre. No vino al entrenamiento por que estaba cansado. AVISO : porque. Este es el ultimo aviso que os damos. AVISO : último.

Gramaticales El premio lo entregará el príncipe de Asturias a los cinco científico, el próximo octubre en Oviedo. AVISO : los cinco científicos. El pasado febrero, el ministro de Hacienda mostró su buena disposición para acordar este asunto con la vicepresidente del Gobierno vasco. AVISO : el vicepresidente/la vicepresidenta. Se tiene que priorizar el impulso de políticas públicas en áreas donde hayan altos niveles de pobreza y exclusión. AVISO :

haya.

Algunas asociaciones de usuarios damnificados tiene previsto concentrarse ante la sede del Ministerio de Sanidad y Consumo. AVISO : Posible error de concordancia entre el sujeto y el verbo.

Ortotipográficos Fuimos en Febrero del año pasado. AVISO : febrero. ¡El punto es redundante con el de cierre de interrogación!: AVISO :! Los piñones se consumen en rellenos, guarniciones, crudos, ensaladas, etc… AVISO : etc. / …

De estilo Que se haya convertido en un best seller es un milagro. AVISO : superventas/éxito de ventas/libro más vendido/disco


más vendido. El depósito de automóviles municipal dará rápidamente aviso al usuario. AVISO : avisará rápidamente. Soy yerbatero. AVISO : Esta palabra está en el diccionario de americanismos.

Nueve claves de la escritura en pantalla Cristina Górriz de la Cal 1. Antes de redactar en internet, hay que analizar el público potencial: desde interactuar con lectores en redes sociales hasta efectuar un seguimiento de los expertos en plataformas como Twitter o Quora. 2. Los usuarios valoran los textos documentados con un contenido único y original. Hay que comenzar por las conclusiones y mantener la atención durante todo el texto a través de palabras en negrita, cursiva, ladillos y enlaces que rompan la uniformidad. 3. Para captar la atención del lector es útil recurrir a titulares informativos con palabras clave que describan específicamente el contenido de la noticia. También han de ser concisos para que puedan ser consultados en los dispositivos móviles y las redes como Twitter. Se deben utilizar diversos titulares en función de dónde se vayan a publicar: informativos en la página principal, imaginativos para difundirlos por las redes sociales. Otros focos de atracción para el usuario son los elementos multimedia. Sobre todo, no hay que olvidar que la lectura se realiza en el menor tiempo posible. Por ello hay que redactar el contenido de forma breve: párrafos de máximo 40 palabras, donde aparezca una idea por párrafo (mejor si está expresada en la primera frase). Una historia bien ordenada, gracias a las listas y sumarios, permitirá una lectura cómoda y comprensiva. 4. Escribimos para el usuario, pero también para mejorar el posicionamiento en buscadores. Muchos de los consejos dados en los puntos anteriores cumplen esta doble finalidad. Los enlaces pertenecen a esta categoría: deben estar bien visibles y contar con palabras clave para ser registrados por los buscadores, pero los usuarios los utilizarán para ampliar la información. 5. Los textos de fácil lectura son accesibles para lectores con problemas de visión y para los motores de búsqueda. No se deben incorporar textos en formato imagen. Los buscadores, como Google, tampoco podrían leerlos. 6. Editar los textos de forma metódica. Nos podemos ayudar de correctores automáticos que corrigen errores ortográficos pero también la concordancia gramatical. Hay que revisar a nivel de palabras (uso correcto), oraciones (directas y claras) y párrafos (cortos y vinculados entre sí con palabras de enlace). 7. Si al modificar una noticia cambia sustancialmente su significado, debe quedar constancia a través del tachado o cambio de formato. Si se amplía o actualiza la información es mejor hacerlo a través de una buena entrada que enlace con la anterior. 8. En relación a la citación de recursos electrónicos, se produce un desbarajuste que hay que evitar. Se recomienda extrapolar los criterios utilizados para obras tradicionales. Por ejemplo, para citar sitios web, wikis y documentos electrónicos, al igual que los títulos de obras de creación, se escribe en cursiva con inicial mayúscula en la primera palabra. 9. Los nombres de periódicos y blogs deben ser citados como las publicaciones periódicas. Es decir, en cursiva y con inicial mayúscula en la primera palabra y todos los sustantivos y adjetivos. Las entradas de un blog, los nombres de programas informáticos, buscadores o aplicaciones se escriben con letra redonda.


HIPERTEXTO Daniel Monleón y Alicia Sellés Carot El término hipertexto, que equivale también a enlace o link, fue definido por vez primera por Ted Nelson en su comunicación A File Structure for the Complex, the Changing, and the Indeterminate, leída en 1965 durante la vigésima conferencia anual de la Association of Computer Machinery (ACM), tal y como se cita en el libro Hipertexto y documentación, de Cantos, Martínez y Moya (1994): Por hipertexto entiendo escritura no secuencial. La escritura tradicional es secuencial por dos razones. Primero, se deriva del discurso hablado, que es secuencial, y segundo, porque los libros están escritos para leerse de forma secuencial… sin embargo, las estructuras de las ideas no son secuenciales. Están interrelacionadas en múltiples direcciones. Y cuando escribimos siempre tratamos de relacionar cosas de forma no secuencial.

En realidad, 20 años antes, Vannevar Bush ya había planteado una idea parecida en Memex, un dispositivo que nunca llegó a desarrollar, pero cuyas bases teóricas expuso en su artículo de 1945 «As We May Think». Aunque aún se podría retroceder más. Muchos autores indican que el concepto de hipertexto puede aplicarse también a una serie de elementos de uso común desde la Antigüedad: las notas a pie de página, los índices, los glosarios, las enciclopedias, los diccionarios o los catálogos bibliográficos son formas de lectura no secuencial que se pueden entender, realmente, como elementos hipertextuales. En todo caso, el concepto de hipertexto, tal y como se entiende en la actualidad, está asociado al desarrollo de la tecnología informática, y es de la concepción de hipertexto en el marco de la tecnología digital y su tratamiento con ordenadores del que se va a ocupar el presente capítulo de este libro. El primer sistema de hipertexto real fue HES (Hypertext Editing System), construido en la Universidad de Brown en 1967 por Andries van Dam. A partir de esa fecha, y especialmente entre finales de los años setenta y ochenta, diferentes desarrollos (Intermedia, Hypercard de Apple, etc.) mostraron las enormes posibilidades de las estructuras hipertextuales, pero no fue hasta la aparición


de la World Wide Web cuando el hipertexto alcanzó su concepción actual. Año

Sistema

Autor

Hito

1945

Memex

Vannevar Bush

Dispositivo basado en microfichas

1965

Xanadu

Ted Nelson

Primero en acuñar el término hypertext

1967

Hypertext Editing System

Andy van Dam (Universidad de Brown)

Primer sistema hipertexto en funcionamiento

1968

oN Line System NLS

Doug Engelbart (Universidad de Stanford)

Sistema hipertexto con manipulación directa con utilización de ratón

1978

Aspen Movie Map

Andrew Lippman (MIT)

Primer sistema hipermedio en funcionamiento

1985

Intermedia

Yankelovich et al. (Universidad de Brown)

Se utiliza el concepto de ancla y red

1986

GUIDE

OWL

Primer producto para autoría de hiperdocumentos

1987

HyperCard

Apple Computer, Inc.

Producto entregado con cada Macintosh

1987

Hypertext ‘87

Universidad de North Carolina

Primera conferencia auspiciada por la ACM para el tratamiento de la tecnología hipertexto

1991

World Wide Web

Tim Berners-Lee, CERN

Proyecto para llevar la tecnología hipermedial en internet

1993

Mosaic

NCSA

Navegador gráfico para el WWW

Principales hitos en la historia y desarrollo del hipertexto: http://goo.gl/NlXGG

Características En Eduteka (http://goo.gl/Vvmj1) podemos encontrar las principales características del hipertexto y una serie de elementos definitorios: Frente a la tradicional lectura lineal, el hipertexto invita a saltar entre diferentes nodos y documentos «simulando –en palabras de Vannevar Bush– el funcionamiento de nuestra mente». Pero también permitiendo aumentar ad infinítum la profundidad que un lector da a un texto. Facilita la interacción y la participación del lector en la construcción del relato, ya que será él, mediante el seguimiento o no de ciertos enlaces, el que decida el orden y la profundidad en la lectura. Tiene un carácter enciclopédico, ya que las posibilidades de un lector que navega entre enlaces son, en teoría, infinitas. Permite enriquecer el texto ofreciendo información sobre el contexto. Mediante los hipervínculos es posible que el lector profundice en temas que en el nodo original no se desarrollan, accediendo a información relacionada, etc., lo que ayudará a una mejor comprensión del texto.


Y una negativa: puede llegar a provocar la desorientación del lector, ya sea por un uso incorrecto de la estructura hipertextual o por el desconocimiento que tenga en el empleo de sus posibilidades.

Elementos del hipertexto: nodos, enlaces y anclajes Desde sus primeras aplicaciones prácticas, el hipertexto se ha definido como una estructura compuesta de tres elementos: Un conjunto de nodos, definidos como los elementos que contienen la información. Los enlaces existentes entre tales nodos, como el «hilo invisible» que conecta un nodo con otro. Los anclajes, como los elementos que, dentro de un nodo, conectan con otro. Se puede ver más claro si se toma un ejemplo, donde cada página sería un nodo, los textos resaltados los enlaces y las flechas indicarían el funcionamiento de los enlaces existentes:

Ejemplo de elementos del hipertexto

Estructuras hipertextuales Como ya se ha mencionado, uno de los principales problemas derivados de la utilización del hipertexto es la facilidad con la que el usuario puede desorientarse, bien por la falta de experiencia


en su uso, bien por una mala construcción de las estructuras hipertextuales. Para solucionar este problema, diferentes disciplinas más o menos conectadas entre sí, como la arquitectura de información o la usabilidad, han tratado de establecer las bases que garanticen la facilidad de uso de contenidos hipertextuales en internet. Así, ya en 1999, José Luis Orihuela y María Luisa Santos, en su libro Introducción al diseño digital, distinguían siete estructuras diferenciadas de organización hipertextual que podían servir de recomendación en función del tipo de desarrollo hipertextual que se estuviera realizando:

Lineal Representa una estructura de pasos única y necesaria entre nodos. Es la habitual, por ejemplo, en procesos de compra o en formularios de contacto por pasos donde el usuario debe efectuar unas acciones previas obligatorias antes de llegar al siguiente paso:

Ramificada Hace referencia a una estructura de navegación lineal en la que aparecen subnodos que ofrecen mayor interacción para los usuarios. Son estructuras habituales en narraciones interactivas «simples» en las que se tiene una sensación de libertad en el seguimiento de la narración.

Paralela Esta estructura, también habitual en las narraciones interactivas, va un paso más allá en la complejidad, ofreciendo no solo varias posibilidades de secuencias lineales, sino también saltos entre nodos de un mismo nivel.


Concéntrica En este modelo se ofrecen al lector varios posibles caminos lineales de recorrido en torno al nodo inicial antes de llegar al nodo de salida, pero sin posibilidad de saltar entre diferentes caminos o nodos.

Jerárquica Es una estructura clásica de organización de la información en forma de árbol. Se trata de la manera en que se organizan en un nivel inicial y lógico los contenidos de una web (lo que podríamos conocer como el sitemap de un sitio web) o, por ejemplo, los directorios temáticos.


Reticular Es una estructura en red donde los nodos están conectados entre sí y no existe propiamente un nodo de «entrada» ni otro de «salida». Es la estructura propia de la World Wide Web.

Mixta Finalmente, Orihuela y Santos también incluyen la estructura mixta, que es la que combina varias de las estructuras anteriormente mencionadas. Lo más habitual en los sitios web bien construidos es una combinación de varias de las estructuras: por ejemplo, una estructura jerárquica para navegar entre


secciones y encontrar rápidamente temas de interés, una reticular para saltar fácilmente entre contenidos relacionados, y, en ocasiones, estructuras lineales para reforzar un proceso o garantizar la lectura secuencial de varios nodos interconectados. Además de estructuras a base de nodos, Díaz y Palacios, en su libro Ciberperiodismo: métodos de investigación. Una aproximación multidisciplinar en perspectiva comparada, incluyen diversas recopilaciones de estructuras agrupadas en función de la información que ofrecen los propios enlaces. Se puede destacar, por un lado, la de Nielsen, que más que de diferentes estructuras hipertextuales prefiere hablar de tipos de hipervínculos en cuanto a su función: Enlaces de navegación estructural. Enlaces entre partes de la estructura del sitio web o de la página que estemos visitando. Por ejemplo, el enlace a la página de inicio, los enlaces de secciones de la web, las «migas de pan» o los botones que llevan al principio de una página en los textos más largos. Enlaces asociativos dentro del contenido de la página. Son los enlaces dentro del propio texto de la página que ofrecen información adicional sobre un tema al que se suele hacer referencia en el «texto ancla» o en su contexto. Listas de referencias adicionales. Otros tipos de enlaces de información adicional, bien por contenidos relacionados, del tipo «también te puede interesar», o bien situados fuera del contexto principal del contenido ofrecido por la página. Por su claridad y orientación al mundo periodístico, resulta muy relevante la clasificación propuesta por Lluís Codina en la obra colectiva Manual de redacción ciberperiodística. En esta, Codina distingue entre los siguientes tipos de hipervínculos: Según el recorrido: Secuenciales: mantienen la estructura y cohesión del hiperdocumento. No secuenciales: permiten acceder a una sección (o nivel) sin pasar por los precedentes. Criterio lógico: Estructurales. Semánticos. Según el grado o número de nodos enlazados: Enlaces 1:1, los típicos de la WWW . Enlaces 1:N. Enlaces N:1. Según el modo de exploración: Incrustados en el propio texto. Superpuestos, desde un índice, lista o sumario. Según la autoría: Enlaces de autor. Enlaces del lector (por ejemplo, los comentarios en una bitácora o las entradas en un sitio wiki).


Según la conmutación: Enlaces de sustitución: el nodo de destino sustituye al de origen. Enlaces de superposición: se abre una ventana nueva sin cerrar la de origen.

Los lenguajes de marcado La base sobre la que se sustenta el hipertexto en el marco de la web es el lenguaje HTML (Hypertext Markup Language), un lenguaje de marcado definido por Tim Berners-Lee en 1991 y elemento fundacional de internet. No en vano, el HTML es el lenguaje con el que hoy en día se siguen «escribiendo» la mayor parte de las páginas web. El HTML es un lenguaje de marcado que permite describir la estructura y la forma de un texto. La descripción inicial del HTML se componía únicamente de 22 etiquetas con las que se podían distinguir y definir en un texto elementos como un párrafo (etiqueta <p>), un titular o encabezado (etiquetas de <h1> a <h6>) o, precisamente, un hipertexto (<a>). Aunque los lenguajes de marcado suelen asociarse exclusivamente al mundo tecnológico, provienen en realidad de la industria editorial. No en vano su nombre proviene de los «marcadores», que en la época de las primeras imprentas eran los encargados de establecer unas marcas en los textos indicando el tipo de letra o el tamaño de estas (http://goo.gl/Hu6sc).

E l HTML deriva del SGML, un lenguaje de marcado desarrollado a finales de los setenta a instancias de IBM con el objetivo de buscar soluciones que les ayudasen al mantenimiento y gestión de grandes cantidades de documentos. Gracias a sus enormes posibilidades de adecuación a diferentes ámbitos, consiguió una amplia aceptación y, finalmente, su conversión en estándar internacional en 1986, con el código ISO 8879. La principal virtud del SGML, de la que «beben» todos sus herederos, como el propio HTML o el XML, fue la idea de separar la presentación del contenido. Es decir, el marcado se centra en la estructura del texto, no en su presentación visual. Por el contrario, su carácter abierto (SGML no especifica etiquetas, sino que se limita a definir la sintaxis permitiendo a cada desarrollador definir sus propias etiquetas o campos) lo convierte en un lenguaje demasiado complejo. En esto contrasta con la simplicidad del HTML, un lenguaje con una estructura muy sencilla y un número limitado de etiquetas. Pero precisamente esta simplicidad y su facilidad de uso son los principales problemas a los que se enfrenta el HTML: su eclosión ha provocado que se genere un gran número de documentos mal estructurados y se extienda el incumplimiento de los estándares por parte tanto de desarrolladores de webs o de software como de diseñadores o particulares. Además, el lenguaje HTML ofrece una información muy limitada, tanto por el reducido número de etiquetas con las que cuenta como por la escasa información semántica que estas ofrecen. Y aunque diferentes elementos (hojas de estilo, JavaScript e incluso la introducción de lenguajes como el


o el XML) han permitido paliar algunas de sus debilidades inherentes, la necesidad de avanzar en la comunicación entre máquinas, la interoperabilidad y la recuperación de la información han hecho necesaria la aparición de nuevos lenguajes que permitan llegar a una web más inteligente: la web semántica. DHTML

La web semántica La web semántica o web 3.0 es, en definición de la propia W3C: una web extendida, dotada de mayor significado, en la que cualquier usuario en internet podrá encontrar respuestas a sus preguntas de forma más rápida y sencilla gracias a una información mejor definida. Al dotar a la web de significado y, por lo tanto, de más semántica, se pueden obtener soluciones a problemas habituales en la búsqueda de información gracias a la utilización de una infraestructura común, mediante la cual es posible compartir, procesar y transferir información de forma sencilla. Esta web extendida y basada en el significado se apoya en lenguajes universales que resuelven los problemas ocasionados por una web «carente de significado» en la que, en ocasiones, el acceso a la información se convierte en una tarea difícil y frustrante.

La propia W3C tiene una Guía breve de la web semántica que se puede consultar en http://goo.gl/SZr5E. Fue de nuevo Tim Berners-Lee, junto con la W3C, uno de los principales impulsores de la web semántica. En el año 2000 se lanzó la idea de una web más inteligible para máquinas, que permitiera la aparición de herramientas y búsquedas más inteligentes. Es decir, búsquedas que no se limitasen a ofrecer una mera lista de resultados, sino también a interpretarlos. Pensemos, por ejemplo, una búsqueda típica en Google: «restaurantes menú cena granada». En la actualidad, y a pesar de los muchos avances que este buscador está ofreciendo en la inclusión de elementos «semánticos» en las búsquedas, esta consulta nos sigue devolviendo unos resultados «tradicionales»:


Búsqueda «restaurantes menú cena granada»

A partir de estos resultados, el usuario tendrá que analizar uno por uno los que se acercan más a su demanda de información. Sin embargo, con la incorporación de la semántica a la web se podrían conseguir unos resultados mucho más precisos (similares a los que ahora obtenemos con búsquedas más generales del tipo «restaurantes en Granada»), gracias a una mejor comprensión del buscador que le permitiría entender, por ejemplo, que solo nos interesan aquellos restaurantes que tengan disponibilidad de menús para cenas.


Simulación de búsqueda semántica: «restaurantes menú cena granada»

Pero para alcanzar estos resultados es necesaria la utilización de otros lenguajes, como el XML o el RDF, que permitan dotar a la página de un contenido semántico imposible de lograr con el HTML tradicional. Así, para conseguir webs semánticas se está trabajando en la utilización, desarrollo y combinación de diversos elementos: Por un lado, un lenguaje de marcado más rico que el HTML. Se propone la difusión del uso del lenguaje XML y del XML Schema, que permiten establecer un formato común para el intercambio de documentos y un lenguaje para describir la estructura y restringir el contenido de los documentos XML. Sin embargo, por sus características, el XML por sí solo no es el lenguaje ideal para la definición de metadatos. Por ello surge el RDF y el RDF Schema, un lenguaje específico para especificar metadatos que se complementa con el XML apoyándose en su sintaxis, pero ofreciendo un marco para la descripción de recursos mucho más flexible y fácil de mantener. Por otro lado, el desarrollo de ontologías que nos permitan representar y compartir el conocimiento utilizando un vocabulario común que facilite el intercambio y reutilización del conocimiento. Es decir, el desarrollo de vocabularios o lenguajes de marcado «avanzados» que nos permitirán dotar de contenido semántico a un ámbito concreto. De este modo, los ordenadores podrán conectarse a colecciones estructuradas de información y a conjuntos de reglas que les permitirán llevar a cabo razonamientos automatizados. Aunque el nombre de ontología proviene del ámbito de la filosofía, como rama de la metafísica que se ocupa de la organización de la realidad, su aplicación como concepto informático viene derivado de sus diferentes aplicaciones en ámbitos tan variados como la biblioteconomía y la


documentación, la inteligencia artificial y el desarrollo de la web semántica. En este sentido, el principal avance viene de la mano de OWL, un lenguaje para el desarrollo de ontologías pensado expresamente para la web y para el que ya podemos encontrar cientos de ontologías específicas desarrolladas (y numerosas aplicaciones basadas en estas ontologías). Finalmente, se hace necesario un lenguaje de consulta sobre RDF que permita hacer búsquedas sobre los recursos de la web semántica: SPARQ, un lenguaje que posibilita nuevos desarrollos sobre los contenidos de la web semántica. Pero una vez que se han hecho realidad todos estos desarrollos, la cuestión es averiguar qué es lo que frena la implantación y expansión de la web semántica. Lo cierto es que, aunque ya existen aplicaciones «semánticas» (los servicios RSS, FOAF, el buscador Swoggle, Good Relations…), sus verdaderas posibilidades todavía están lejos de alcanzarse. Algunas de las razones principales son: El coste de adaptación a las nuevas tecnologías. La reconversión de los contenidos de un sitio web a marcas OWL es costosa incluso aunque se disponga del contenido en una base de datos y su migración se pueda automatizar. Además, no existe en la actualidad ninguna razón (¿mejor posicionamiento en buscadores?, ¿mayor visibilidad?…) que justifique emprender esa acción. Cambio en el modelo de negocio. En el ejemplo sobre cómo podría funcionar un Google semántico hemos visto que podría ofrecer directamente respuesta a los resultados de una consulta. Es decir, que ya no haría falta entrar en la web de un restaurante para saber el menú del día. Para muchas webs que viven de la publicidad, esta es una función no demasiado atrayente. Intereses económicos. Pese a que RDF, OWL o SPARQ son los estándares promovidos por la W3C, los diferentes desarrolladores ven el uso de lenguajes y ontologías propias como parte de su modelo de negocio, por lo que se dificulta la creación de modelos y aplicaciones que permitan establecer desarrollos globales. Nueve claves sobre el hipertexto 1. La escritura no secuencial utilizada en internet recibe el nombre de hipertexto. Se compone de nodos (elementos informativos), enlaces (elementos que conectan nodos) y anclajes (elementos dentro del nodo que nos conducen al enlace). 2. El hipertexto permite saltar entre nodos de información simulando el funcionamiento de nuestra mente. Los enlaces invitan al lector a la interacción y la participación, además de enriquecer los textos ofreciendo información de contexto. El hipertexto tiene un carácter enciclopédico que permite profundizar en un texto de forma ilimitada. 3. A pesar de sus ventajas, puede provocar desorientación en el lector si la estructura hipertextual del sitio web tiene una mala construcción. Existen diversas estructuras: lineal, ramificada, paralela, concéntrica, jerárquica y reticular. 4. Se aconseja construir la web combinando diversas estructuras (modelo mixto): la estructura jerárquica para navegar entre secciones, la reticular para saltar fácilmente entre contenidos relacionados y la lineal para formularios de contacto o procesos de compra. 5. La utilización de los hipervínculos también debe adecuarse a las necesidades del usuario y de la página web: los enlaces de navegación estructural permiten moverse entre secciones, regresar a la página de inicio o ubicarse en la web («migas de pan»); los enlaces internos permiten el acceso a diversos contenidos dentro de una página, mientras que las listas de referencias adicionales enlazan a contendidos relacionados. 6. La base del hipertexto es el lenguaje HTML utilizado por la mayor parte de las páginas web. Permite describir la forma


de un texto a través de una estructura muy sencilla y mediante un número de etiquetas limitadas. Además permite separar la presentación visual del contenido. 7. El inconveniente es que su simplicidad limita la cantidad de información disponible y puede generar documentos mal estructurados. Por ello, se plantea la necesidad de nuevos lenguajes que superen esta limitación. 8. La web 3.0 o web semántica podría ser la opción, ya que contiene un lenguaje más rico que el HTML (XLM y RDF) y un vocabulario que permite dotar el contenido de significado a través de ontologías. Este lenguaje ya es utilizado en biblioteconomía, documentación, inteligencia artificial y en las webs semánticas. Si los buscadores estuvieran basados en este lenguaje, podrían ofrecer resultados e interpretarlos. 9. Sin embargo, aunque el lenguaje ya está desarrollado, no se está generalizando, probablemente debido al coste económico que supondría adaptarse a nuevas tecnologías y al escaso interés por el cambio de modelo de negocio mostrado por el sector empresarial.


FORMATOS MULTIMEDIA Moisés Mañas Los formatos multimedia han pasado a convertirse en elementos imprescindibles y naturales en el consumo de contenidos en internet. Están presentes, de manera cotidiana, en la interacción del usuario con los documentos y los contenidos de la red, gracias a lo cual el lenguaje, antes meramente textual, se convierte ahora en lenguaje audiovisual o multimedia. Se trata de nuevos y emergentes modelos de comunicación, interactuación y difusión por medio de lo visual y lo sonoro, de aquí que la importancia de los formatos multimedia en el futuro sea incuestionable.

Introducción a las nuevas formas de narrar Entendemos narrar como la acción de contar lo sucedido, aunque en este capítulo nos centraremos en la cuestiones referidas a la narración en el audiovisual multimedia e interactivo. La narración está relacionada con el discurso retórico, que se caracteriza por ser un arte que trabaja la eficacia y deleite del lenguaje escrito y hablado. Para ello hace uso de los recursos, las figuras o los tropos (comprende la sinécdoque, la metonimia y la metáfora en todas sus variedades) propios del lenguaje. Las nuevas narrativas digitales, también llamadas digital storytelling, están basadas en la utilización de recursos de un modo cruzado (cross-media): esto es, en la integración de varios formatos, de los nuevos medios y de los de toda la vida. Se utilizan recursos de un modo cruzado, por ejemplo, cuando con una misma trama o historia se crea la película, el libro, el videojuego, la web, la red social, etc. (Superman puede trabajarse en cómic, animación, videojuego, teatro musical). Esta idea de cruce de formatos tiene su máxima expresión en el concepto transmedia, cuya relación se basa no solo en el cruce de medios, sino también en parámetros de cocreación, colaboración y juego. La historia transcurre a través de diferentes formatos con la posibilidad de ser creada por el mismo público que la disfruta. Hoy en día estas relaciones son imprescindibles para


entender los contenidos multimedia. Estas nuevas narrativas son herederas del fenómeno 2.0, ya que la manera de narrar proviene de la propia interacción de los usuarios y no solo de lo prefijado por los autores. Esto hace que los contenidos mantengan una relación más flexible con los usuarios, creando la figura del prosumidor: consumidor y productor de contenidos a la vez. Los modelos de distribución de estas nuevas narraciones también han comenzado a cambiar, de la estantería física de toda la vida se pasa a estanterías virtuales –videosharing (Youtube), photosharing (Flickr)–, y empiezan a extenderse nuevos conceptos como micropagar –micropagos (App Stores)– y cofinanciar proyectos –crowdfunding–.

Formatos y plataformas multimedia Los productos multimedia se pueden dividir en dos líneas: los denominados online (en línea o conectados) y los offline (desconectados, sin acceso a internet). La mayoría de los productos multimedia en línea han evolucionado hacia el concepto de plataforma, término que, en informática y en internet, se refiere al conjunto formado por una combinación de equipo informático, programas y sistema operativo. En general, «lo multimedia» está implícito en estas plataformas, si no es así, puede instalarse en la propia plataforma para ampliar sus capacidades audiovisuales. Por lo tanto, los conceptos de componente, extensión o módulo son los formatos multimedia (audio-vídeo) más comunes en el desarrollo de aplicaciones digitales. Las plataformas digitales pueden dividirse en dos grandes grupos: las de código abierto (open source), cuyo software se comparte y distribuye libremente; y las de código propietario (privadas), que son de pago. Esta primera clasificación, basada en la autoría del producto, puede subdividirse, a su vez, en: Plataformas web del tipo CMS (content manager system). Gestores de contenido, como Joomla, Drupal o WordPress, entre otros. Plataformas de vídeo compartido (vídeo sharing), como PHP Motion, Plumi… Aplicaciones app mobile. Aplicaciones para móviles con transmisión de datos tiempo real. Widgets o gadgets. Programas de dimensiones reducidas que suelen hacer una función específica; generalmente, dependen de otro mayor para funcionar o lo complementan. En ocasiones, en español se les denomina subprogramas, y es lo que se conoce como aplicaciones de escritorio en línea: tiempo, bolsa, etc. Plataformas social media. Todas las que nos permiten generar redes sociales en internet, como Elg, Xoops o Mahara. Desarrollos multimedia para librerías específicas (API) de una plataforma existente, como por ejemplo juegos para Facebook, Twitter, etc. En el ámbito de los productos multimedia en línea, es importante destacar la rotunda aparición


del lenguaje para las redes HTML5, junto a CSS3, Ajax y jQueri (JavaScript), y las grandes posibilidades que brinda para la creación de contenidos, complementos y extensiones multimedia en proyectos digitales. Los formatos multimedia offline son espacios que almacenan las aplicaciones multimedia, y que cada día están más en desuso debido al fenómeno de las redes sociales, donde se comparte continuamente; a la opción de guardar y compartir contenidos en la nube, y a la mejora de las telecomunicaciones, que propician que internet sea más veloz y con más caudal, es decir, que contenidos más grandes viajen a menos velocidad cada día. Estos formatos sin conexión se basan principalmente en su capacidad de almacenaje. Los más extendidos son el DVD, DVDBlueRay, CDCards, USB Cards, flash memory y el casi desaparecido CDROM (utilizado actualmente sobre todo en la industria discográfica). La vida de algunos de estos formatos seguirá manteniéndose siempre y cuando existan lectores, que van desapareciendo en favor del concepto de «la nube» (cloud), que parece que se convertirá no solo en el próximo formato de almacenaje en la red, sino también en el hábitat de las aplicaciones informáticas que actualmente se encuentran instaladas en los ordenadores personales. Los formatos sin conexión se desarrollan y crean mediante programas determinados de autoría multimedia, entre los que podemos citar Adobe Flash, Adobe Authorware, DVD-Encore, DVD-Author y DVD-Lab, principalmente. Estas aplicaciones crean formatos específicos, como por ejemplo Flash, que genera ficheros para la visualización de las creaciones multimedia ejecutables EXE (PC), SWF (PC y MAC) y ficheros ejecutables HQX o APP (MAC), o desarrolla pequeños widgets o gadgets (aplicaciones multimedia de escritorio). En cambio, los formatos de autoría de vídeo DVD terminan siendo una estructura de carpetas (vídeo/audio) con ficheros de contenido en formato VOB (video object) que pueden tener subtítulos, menús y la navegación que se haya diseñado con el programa de autoría de DVD.

Metáfora y recursos multimedia Como se ha mencionado anteriormente, los tropos y los recursos retóricos son elementos indispensables en el lenguaje multimedia. Uno de los tropos más usados es la metáfora visual, que consiste en establecer y asignar relaciones entre dos elementos o conceptos que tienen semejanza, aunque a priori parecen no tenerla. Puede aplicarse tanto al guion como al diseño de la navegación, la interacción o la propia gráfica de la interfaz de usuario del desarrollo. Por ejemplo, se podría construir una aplicación interactiva basada en la metáfora con el mecanismo de una máquina. Para ello se partiría de una navegación en cadena, dividida en capítulos, que se fuera generando poco a poco, a medida que se va avanzado en la aplicación, y cuya interfaz gráfica de usuario consistiera en un conjunto de botones de encendido y apagado, palancas, etc., que emularan la maquinaria a través de la cual se pudiera navegar. Pero no todos los productos interactivos deben tener una metáfora visual. Muchos de ellos están estructurados formalmente y carecen de metáfora y otros utilizan metáforas que no están relacionadas


con lo figurativo, sino que se basan en lo abstracto e incuantificable proveniente de los sentidos (amor, alegría, etc.). Es recomendable ser cauto con la metáfora visual, ya que el abuso de este recurso puede provocar la falta de usabilidad del producto por crear un formato excesivamente visual. Si a la hora de narrar hemos apuntado la necesidad de utilizar tropos, no menos relevante es el uso de otros recursos narrativos. Estos son muy variados y, en su mayoría, heredados del lenguaje audiovisual; su empleo en el ámbito de los formatos multimedia no deja de ser un permanente juego entre los media. Algunos de ellos son: Travelling interactivo o panorama. El usuario tiene el poder de crear el recorrido a su antojo sobre una imagen panorámica. Interacción subjetiva. El usuario tiene la sensación de ser el protagonista. Es un recurso típico del lenguaje de los videojuegos (first-person). Zoom modular. Permite utilizar, mediante la herramienta zoom (lupa), planos generales, medios y primeros planos de un contenido específico. Paso siguiente y previo (next/previous). En estos objetos es posible moverse hacia delante mediante indicadores y hacia atrás, pudiendo crear una estructura en círculo sin fin. Es un recurso muy lineal. Elipsis interactivas. Selección voluntaria por parte del usuario de momentos específicos de un contenido por los que quiere navegar. Los recursos narrativos de los objetos interactivos son imprescindibles para contar algo, pero se debe hacer un uso moderado de ellos, ya que el abuso puede provocar sensación de desorientación y embriaguez interactiva en el usuario.

Diseño de la interacción La interacción es la acción que se ejerce recíprocamente entre dos o más objetos, agentes, fuerzas, funciones, etc. Se puede llegar a confundir lo interactivo con lo reactivo, ya que en informática lo interactivo se entiende como el resultado de un diálogo entre la computadora y el usuario. La imagen mental de esta afirmación puede resultar una acción aparentemente bidireccional y pobre. Si este fuera el caso, estaríamos hablando de una relación reactiva más que interactiva: el mensaje se relaciona solamente con un mensaje inmediatamente anterior, por ejemplo: clic>abre; clic>cierra. Esta relación entre acción y tarea es interactiva cuando, además, no se basa solo en la interacción directa del usuario con el mensaje u objeto, sino también en la relación de los objetos mismos entre sí. A este conjunto de procesos, diálogos y acciones mediante los cuales un usuario utiliza el ordenador e interactúa con él se le denomina interacción humano-máquina, y se realiza por medio de una interfaz (mediador) que es el conjunto de los productos informáticos. Cuando la interacción es


a través de la pantalla los productos son de naturaleza gráfica y se denominan interfaces gráficas de usuario (GUI, graphical user interface). La disciplina de estudio de estos parámetros se denomina HCI (human computer interaction) y tiene como objetivo fundamental lograr la facilidad en el uso, la eficiencia y la seguridad en la relación entre el humano y la máquina en el nivel gráfico o en el físico. En la HCI el usuario siempre es lo primero. Para terminar, se puede destacar que en esa relación interactiva se aprecian tres niveles básicos de interacción: Navegación. Permite al usuario moverse en diferentes líneas y rutas a través de contenidos preestablecidos que no varían (por ejemplo, en CD-ROM, páginas web o DVD). Generación. La interacción provoca comportamientos nuevos que determinan el curso de la aplicación (por ejemplo, en los videojuegos). Modificación. La interacción no solamente permite lecturas multilineales y nuevos comportamientos, sino que además su resultado modifica permanentemente la naturaleza de la aplicación (por ejemplo, se inserta el nombre del usuario en una base de datos y a partir de entonces modifica el lenguaje para adaptarlo al nombre del usuario).

Interfaz gráfica de usuario (GUI) En los sistemas informáticos, la relación humano-computadora se realiza por medio de la interfaz, que se podría definir como mediador. Cuando existen dos sistemas cualesquiera que se deben comunicar entre ellos, la interfaz será el mecanismo, el entorno o la herramienta que hará posible dicha comunicación. Podríamos definir básicamente dos tipos de interfaces: La interfaz física. Un ratón y un teclado que sirven para introducir y manipular datos en nuestro ordenador. La interfaz virtual o interfaz gráfica (GUI). Permite, mediante iconos (cursor + objetos gráficos metafóricos), interactuar con los elementos gráficos, convirtiendo al ser humano en usuario de la aplicación. Estas dos mediaciones son relaciones del tipo entrada de datos (input). Al igual que tenemos una entrada, necesitamos algo que facilite la salida de datos (output), para esto tenemos, por ejemplo, la pantalla de la computadora, donde se visualizan estas interfaces gráficas, o la impresora, donde se imprimen los datos. En definitiva, GUI es una interfaz de usuario en la que una persona interactúa con la información digital a través de un entorno gráfico de simulación. Este sistema de interactuación con los datos se denomina WYSIWYG (What you see is what you get, «lo que ves es lo que obtienes»), y en él, los objetos, iconos (representación visual) de la interfaz gráfica se comportan como metáforas de la


acción y las tareas que el usuario debe realizar (tirar documento = papelera). Estas relaciones también se denominan interfaces objetos-acción (object-action interface, OAI). Para diseñar una interfaz es necesario pasar por cuatro etapas: 1.

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Análisis de requerimientos del producto, análisis de las tareas. Conocimiento del usuario. Generación de posibles metáforas y análisis del tipo de diálogo. Revisión. Generación de prototipos virtuales (layouts) o físicos para investigar desde lo general hasta el detalle. Desarrollo de la aplicación, del sitio o del sistema. Planificación (desarrollo del plan, definición de las medidas, selección de participantes, formación de observadores, preparación de los materiales). Test (prueba piloto, test con usuarios). Conclusión (análisis de los datos, elaboración del informe, resultados y recomendaciones). Comparación con estándares (internos y/o externos), versiones anteriores del mismo producto y productos competidores. Verificación de las diferencias. Generación de nuevas metas.

Con todas estas fases cubiertas conseguiremos ajustar las necesidades y acercarnos más a la meta deseada de transparencia y flexibilidad de uso de una interfaz gráfica de usuario.

Usabilidad en el diseño Como ya se ha señalado en otros capítulos, la usabilidad es la disciplina que trata de estudiar, analizar y crear sistemas de fácil aprendizaje y utilización. Sus principales objetivos en relación con el desarrollo de aplicaciones multimedia (software) son: La eficiencia para cumplir adecuadamente la función asignada o deseada en la aplicación. La efectividad de la interfaz, de la aplicación o del sistema para conseguir un efecto deseado. La sensación de seguridad del usuario con respecto a sus errores y a la capacidad de repararlos. La utilidad, que satisfaga las necesidades humanas. La facilidad de aprendizaje del sistema. De acuerdo con estos cinco puntos, se desarrollarán todo tipo de análisis, pruebas y test que demuestran empíricamente estos objetivos con respecto a una aplicación o sistema. Estas pruebas de usabilidad nos permitirán verificar la existencia de posibles problemas para poder encontrar soluciones adecuadas. Los elementos necesarios para realizar un test de usabilidad son: el participante o usuario, el facilitador o monitor y los observadores, que tomarán nota de una manera o de otra (digital o analógica) de las acciones, decisiones y resultados del comportamiento del usuario frente al sistema, a la aplicación o a la interfaz. Estos test pueden desarrollarse de modo analógico mediante pruebas de usabilidad ligeras –con


un rotulador que haga las veces de ratón sobre una impresión de una interfaz, señalando lo que clicaría o lo que no, y su secuencia de pulsaciones sobre la interfaz, por ejemplo– o con pruebas de usabilidad competitivas –donde los usuarios pueden hacer comparaciones entre dos productos similares–. Uno de los sistemas más interesantes para hacer test de usuario es el de las pruebas de usabilidad remotas. Se realizan en línea y los usuarios (beta testers) pueden probar el sistema o la aplicación desde su casa monitorizados por un «software espía» que controla sus selecciones, acciones y atiende a sus comentarios y a las conclusiones de las pruebas (por ejemplo, UserZoom). La usabilidad no solo se centra en el aspecto más concreto de la interfaz de la aplicación, sino que también puede analizar el entorno (físico y virtual) que la rodea, por lo tanto la ergonomía –que estudia las características, necesidades, capacidades y habilidades de los seres humanos frente al sistema– tendrá también un papel fundamental: pensemos, por ejemplo, en un infopoint multimedia interactivo, puede ser exterior o interior, estar a la altura de la mayoría de los ojos o haber sido pensado para personas en sillas de ruedas, ser de acceso a través de pantalla táctil o con teclado... La ergonomía puede ser física y cognitiva. La física se preocupa de las características anatómicas y antropométricas, y la cognitiva del estudio del procesamiento de la información humana aplicada (por ejemplo, a la construcción, concepción y escritura de programas informáticos). Es importante apuntar que la usabilidad y la accesibilidad en formatos multimedia van cogidas de la mano, son almas gemelas. Las dos disciplinas, trabajando a la par, nos permiten analizar, probar y proponer soluciones fáciles de usar y adaptables a las aplicaciones en un sentido global y universal, buscando no solo la democratización de la aplicación o el sistema informático como multiplataformas, sino teniendo presentes a todos y cada uno de los diferentes usuarios.

Agentes multimedia Denominamos agentes multimedia a todos aquellos actores o elementos que forman parte de una interfaz multimedia. Pueden estar relacionados directamente con el concepto de objeto acción (OAI) o con la interacción, con su contenido y su usabilidad.

Imagen estática Una imagen estática es el conjunto de objetos visuales (imágenes, signos gráficos que aportan o transmiten información visualmente) que aparecen en el desarrollo multimedia y que carecen del parámetro del tiempo. Esto quiere decir que no están animados, por lo que no constituyen una sucesión de imágenes encadenadas, sino que son imágenes fijas o ilustraciones. Se podrían clasificar en: Imágenes referenciales: realistas o generadas Son todas aquellas que pueden aparecer en el contenido y que hacen referencia directa al mundo en el que vivimos. Nos referimos a la imagen fotográfica. Pueden ser realistas, si muestran la captura de un


instante de nuestra realidad, o generadas, si se construyen con partes de esas capturas y forman una nueva imagen infográfica que tiene base referencial; en este caso las llamamos en general collages y en particular collages o fotomontajes digitales. En ellas es interesante diferenciar dos aspectos básicos: El carácter objetivo-documental: Es importante que tengamos presente lo que implica la imagen utilizada. Se aconseja no emplear, en estos casos, filtros, sobresaturaciones, etc., ya que se pierde el aspecto objetivo y neutral de la imagen. Tampoco se recomienda el uso de imágenes subexpuestas y sobrexpuestas cuando se intenta ser objetivo: hay que tener en cuenta que el dispositivo final es una pantalla y cada usuario la tendrá calibrada de una forma u otra, y es muy complicado saber si estará calibrada correctamente. En el caso de la edición impresa este problema no existe, ya que el formato final es el papel y es el mismo para todos los usuarios. El carácter subjetivo-artístico: La imagen está destinada a complacer y deleitar al espectador, a proporcionarle sensaciones específicas. Grafismo: 2D y 3D El grafismo es el conjunto de recursos visuales, ilustraciones, gráficas, esquemas y diagramas que generalmente acompañan a una información textual con la finalidad de aclararla, ampliarla o simplemente hacer una síntesis y una abstracción de la misma. Se puede dividir en gráficos en dos dimensiones, o 2D, y gráficos en tres dimensiones, o 3D. Estos últimos se diferencian básicamente de los gráficos 2D en que simulan la tridimensionalidad. Gráficos, diagramas y datos: Aunque los gráficos 3D son más espectaculares visualmente, abusar de ellos en un texto puede provocar en el usuario una sensación de pérdida de veracidad del dato o la falta de atención objetiva sobre la información representada. Por ello se aconseja evitar el abuso de gráficos 3D y diagramas 3D con datos sensibles. El gráfico 2D, más conservador, mantiene una sensación objetiva, sencilla y directa con los propios datos. Si bien es posible que resulte menos atractivo que los gráficos 3D, bien trabajado aumenta la usabilidad y la posibilidad de visualizar correctamente los datos en la impresión. En cualquiera de los dos casos, siempre que estos gráficos tengan texto, se debe intentar recurrir a la utilización de fuentes mayores de 9 píxeles y, a ser posible, de palo seco para una mejor lectura en pantalla. Si existieran problemas de lectura de la gráfica, se puede apoyar con una leyenda donde consten los datos y valores correctos. Y, si es posible, será preferible hacer todo esto con texto del sistema, en el caso de una web, para que pueda ser leído por los dispositivos para discapacitados, ya que si el texto es una imagen será imposible que lo lean.


Respecto al uso del color, es preferible homogeneizar los que se vayan a utilizar, evitando usar más de cuatro, o cuatro variaciones de un mismo color. Es importante destacar y diferenciar lo que es un dato en una gráfica (por ejemplo, un valor numérico en una estadística) de lo que es información referida a ese dato, e intentar dejar lo más aséptico posible el dato para que esa información se convierta visualmente en objetiva. Se pueden utilizar colores inversos, pero lo que no se aconseja es el uso de tramas y mosaicos como fondo de un diagrama o gráfico, ya que se desvirtúa y borra a primera vista el valor del dato de la gráfica. Ilustraciones 2D y 3D Ilustrar es, según la definición de la RAE, «aclarar un punto o materia con palabras, imágenes, o de otro modo» o «adornar un impreso con láminas o grabados alusivos al texto»; por lo tanto, una buena ilustración nos puede ayudar a comprender el contenido, aunque, en algunos casos, únicamente se utilicen como recurso gráfico para ornamentar el contenido. El número de ilustraciones que acompaña a un texto digital es irrelevante, podrán aparecer tantas como sean necesarias, según la decisión del editor y el diseñador, aunque debe tenerse cuidado con los juegos y usos de las ilustraciones como fondo de página, independientemente de su naturaleza 2D o 3D. El empleo de la ilustración depende mucho de las características y la naturaleza de cada proyecto digital. En proyectos estándares de edición y maquetación web se aconseja su uso siempre que se considere necesario, alternándolas con imágenes referenciales para conseguir dinamismo en el conjunto del contenido. Las ilustraciones de gran tamaño solo se recomiendan cuando hay poco contenido, si este es extenso y visualmente se mezcla con la ilustración, perderá su poder de comunicación. Los objetos visuales son muy efectivos y son imprescindibles en productos educativos, informativos, o comerciales. Es importante saber dónde estamos utilizándolos y el tamaño de los mismos, ya que la edición web puede confundir a más de un diseñador. Debemos emplearlos en su justa medida, ya que un uso abusivo de ellos crea disfunciones entre los medios, convirtiendo en diseño editorial lo que debería ser diseño web provocando una pérdida de efectividad del producto en el medio con el que se trabaja, en este caso la web.

Imagen en movimiento Con este concepto nos referimos a todos aquellos objetos visuales (imágenes y signos gráficos que aportan o transmiten información por medio de lo visual) que aparecen en el desarrollo multimedia y utilizan el parámetro tiempo como base para la creación de la ilusión de movimiento. Nos estamos refiriendo a la animación y al vídeo. Animaciones y minimaciones Animación es el proceso de sucesión progresiva de imágenes o dibujos dentro de un periodo de tiempo específico con la intención de crear, de simular, la sensación de imagen en movimiento. Para ello es necesario introducir cambios, aunque sean minúsculos, entre los diferentes dibujos o


imágenes encadenados. Cada dibujo o imagen crea lo que llamamos un cuadro (o frame) y toda la animación está formada por diferentes cuadros en un periodo de tiempo específico (en segundos). Las técnicas de animación más conocidas son: animación de dibujos, stop motion, pixilación, rotoscopia, cutout y animación por computadora (2D/3D). En estos momentos, las animaciones y minimaciones son elementos muy útiles a la hora de contar una historia debido a que proporcionan la posibilidad de utilizar el tiempo como elemento narrativo frente a las imágenes estáticas. La diferencia entre animación y minimación es muy sutil. Cuando las animaciones son muy pequeñas, de entre cinco y diez segundos aproximadamente, se denominan minimaciones (animaciones mínimas). Están pensadas para construir guiños, alertas, animaciones publicitarias (banners) y pequeños reclamos. El tiempo es un elemento primordial en la animación, aunque a veces juega malas pasadas si no se está muy atento al flujo de imágenes. El ojo humano normalmente puede captar entre 30 y 40 fotogramas por segundo, por lo tanto es importantísimo tener presente que en velocidades mayores no los detectará con naturalidad. En el caso de las animaciones multimedia para web, la velocidad recomendada es de entre 15 y 24 fotogramas por segundo; utilizar más de 30 será inútil, ya que, como hemos comentado antes, el ojo humano no tiene la capacidad de detectarlos. Tampoco hay que abusar de las animaciones y las minimaciones: «poco es eficiente». En edición web, la utilización de muchas animaciones juntas hace que se anulen unas a otras, la competencia entre ellas provoca un desequilibrio visual que crea mala compresión de los contenidos generales y del mensaje, e incluso provoca una imagen deficiente del producto, de la marca y de su filosofía. En las animaciones publicitarias (banners), deben mantenerse tiempos de espera de lectura lógicos entre frames o diapositivas. El usuario tiene que poder leer el contenido, por lo que hay que evitar utilizar más de cuatro diapositivas en el juego animado. La publicidad en internet tiene que poder leerse en muy pocos segundos, ya que lo normal es que el lector descienda rápidamente por la pantalla en busca de nuevos contenidos. Hay que intentar evitar los parpadeos visuales agresivos y a gran velocidad; no ayudan a la mejor visualización del contenido y tampoco son accesibles para todos los usuarios, por ejemplo para enfermos de epilepsia. Para aquellas animaciones que van a servir de reclamo, deben evitarse las que sean más largas de 15 segundos. El formato más adecuado es el de la minimación. En las microanimaciones para los elementos de la interfaz (botones, menús, etc.) hay que buscar la coherencia con el producto y, concretamente, ser limpios con los elementos de la interfaz de interacción (menú y submenús), ya que estos deben ser claros y útiles para que tengan éxito. Se recomienda no abusar de estas microanimaciones, pues el usuario las visualizará una y otra vez cuando tenga que utilizar los elementos de interacción del menú a lo largo de toda su navegación web por el proyecto. La primera vez, estos guiños pueden sorprender, pero la repetición del recurso animado puede hastiar al usuario.


Vídeo Actualmente, la imagen audiovisual es una herramienta potentísima de comunicación de contenidos en y para los nuevos medios. El usuario básico no observa detenidamente los contenidos, sino que ha desarrollado la capacidad de leer entre líneas y de hacer scroll. El vídeo ayudará a amplificar los contenidos de una sección o noticia e incluso, si está correctamente trabajado, contribuirá a una mejor comprensión de los contenidos por parte de los usuarios discapacitados. Formatos, sistemas y tamaños Actualmente, los formatos más utilizados son: Para la visualización sin conexión, VOB (video object), propio de la autoría en DVD. Puede contener subtítulos, menús y la navegación diseñada con programas de autoría de DVD. Para la visualización en línea, los formatos flash FLV y F4V, que trabajan con compresores como el ON2 VP6 y permiten bajar bastante el bitrate (flujo o velocidad de bits) de los vídeos sin perder excesiva calidad y ganando fluidez en la descarga. Estos formatos se utilizan mucho en la televisión por internet. Se aconseja para la correcta visualización no bajar de un bitrate de 1.000 kbits/s, si el tamaño del fichero nos lo permite. Su formato de audio es MP3 y puede variar entre 32,44 y 48 khz. Para web no se aconseja utilizar 48 khz. También se pueden utilizar formatos de vídeo H264/ MPEG4, que tienen gran capacidad y compresión con unos resultados de calidad excelentes. Su formato de audio es ACC y puede variar entre 32, 44 y 48 khz. Para su uso en web no es aconsejable utilizar 48 khz. Los tamaños estándar de vídeo para web son: 320 × 240 píxeles (cuarto de pantalla clásica). 640 × 360 píxeles (tamaño actual del reproductor de Youtube). HD-web 1.280 × 720 píxeles (alta definición). Vimeo, por ejemplo, es uno de los espacios para compartir vídeos (videosharing) que está ofreciendo la alta definición entre sus posibilidades. Pantalla completa. Para utilizar el vídeo a pantalla completa es aconsejable no volver a cargarlo nuevamente, ni hacer dos versiones del mismo vídeo, una para pantalla completa y otra para pantalla normal. Es importante: Saber elegir el códec, el formato adecuado de vídeo y el reproductor (player) del mismo. Es preferible utilizar la propia función de pantalla completa (fullscreen) del reproductor y no crear otra en paralelo. Dotar de la capacidad de volver al tamaño normal del vídeo para no crear una situación de pánico entre los usuarios noveles.


Que el usuario pueda poner en marcha, pausar y parar el vídeo simplemente con un clic sobre el propio objeto del vídeo para facilitar el tiempo de aprendizaje. Recursos narrativos, edición y montaje de vídeo para web En el caso de vídeo para web en pequeño formato (no nos estamos refiriendo a insertar una película en el proyecto) es interesante destacar que la edición, a priori, debería ser simple y clara por una sencilla razón: el usuario espera una media de duración no superior a tres minutos y no inferior a 15 segundos, en la que le cuenten detenidamente una historia, ya sea un producto, una ficción o una noticia. Este formato ha creado un sistema de recursos narrativos más sintético, en el que la edición y el montaje son más reales y menos artificiales y donde comunicar la información del producto, la noticia, etc., está por encima de los artificios tecnológicos. En el montaje no se aconseja el abuso de fundidos entre secuencias en vídeos con planos secuencia cortos, ya que produce una sensación de pérdida temporal del total e incluso de cansancio visual en el espectador. En el vídeo para web no es recomendable el uso de doble ventana en la composición y muchas de sus variantes televisivas. Sobre todo el modelo de doble y triple ventana de conexión escalada (esto es, cuando en una pantalla vemos un vídeo en la ventana principal completa y otro en la secundaria, en una de las esquinas de la pantalla, por ejemplo con un corresponsal retransmitiendo desde otro lugar…). No se debería abusar de este tipo de composición y montaje, ya que, por tamaño, la imagen secundaria tiende a desaparecer cuando se encuentra en el todo de la composición web. El uso de travelling, plano subjetivo, secuencia, medio, primer plano, etc., depende plenamente de la responsabilidad del realizador y del montador. Aunque se advierte que el abuso del plano general no suele funcionar: ya que el tipo de formato, no permite, por lo general, apreciar con calidad este recurso, a no ser que la toma tenga mucha calidad. Se debe evitar publicar vídeos con baja calidad técnica: aquellos que estén pixelados por la excesiva compresión, deformados por el tamaño (un ejemplo de mala conversión podría ser pasar de 16:9 a 4:3), etc. Estos defectos dan una mala imagen del producto y de la marca, lo que contribuye a tener una mala reputación digital. Subtitulación de vídeo para web La subtitulación es fundamental en la red, sobre todo si se quiere llegar a todos los usuarios. No estamos hablando únicamente de la traducción, sino de la subtitulación del propio material audiovisual para que los discapacitados auditivos puedan entender el total de la información comunicada o incluso se pueda llegar a los usuarios que, por alguna razón, no cuentan con audio en su ordenador. Para la subtitulación de vídeos en la web, es aconsejable que los subtítulos sean lo más grandes posible sin que ocupen más de una línea. Sugerimos situar el subtítulo en la parte inferior del vídeo, con el párrafo centrado, para intentar mantener el foco de atención del espectador en el centro y así poder compaginar vídeo y texto, y no


utilizar para los subtítulos más del 15 % de la pantalla. Es importante que la fuente sea de palo seco y moderna, ya que tiene mucha mejor lectura en la pantalla y permite leer con más rapidez. Respecto al color de los subtítulos, se recomienda el uso de amarillos y blancos, dependiendo de la imagen que se va a subtitular. Se debe evitar el uso de otros que confundan o vibren visualmente, como azules o rojos saturados, así como aquellos que existan en la paleta de color que más predomine en el vídeo. En caso de conflicto entre la imagen y los subtítulos blancos/amarillos, podemos utilizar una sombra en ellos. Es preferible que no sea excesivamente grande y que se limite a destacar los subtítulos del fondo o vídeo. Infografías en vídeos para web Las infografías son elementos realmente útiles. Nos ayudan a mostrar de una manera más rica lo que queremos comunicar. Se aconsejan infografías en los vídeos para a: Creación de titulares e introducciones del producto. Creación de gráficos y diagramas que clarifiquen lo que se quiere comunicar. Se recomienda: No utilizar en ellas colores demasiado saturados (estamos trabajando con pantallas y en movimiento), ni tamaños tipográficos muy pequeños, ya que estos, en el escalado del vídeo, perderán toda la lectura. Estar atentos a los tamaños de las líneas de dibujo que se usen, ya que en el escalado del vídeo pueden desaparecer o deformarse. Filtros, efectos y transiciones en vídeos para web Los filtros, efectos y transiciones son recursos del lenguaje narrativo de la imagen en movimiento. En el caso de los filtros y efectos, nos referimos a manipulaciones a la imagen que nos permiten transformarla en una nueva manteniendo como origen la propia imagen del vídeo (por ejemplo, aplicar el efecto pixelado el efecto de viento, el efecto de esfera, etc.). Mediante estos recursos narrativos podemos construir, cambiar, mejorar o empeorar nuestro producto. Las transiciones son elementos que nos permiten pasar de un plano a otro, nos ayudan a cortar una acción y a empezar una nueva, son como el punto y aparte en una narración. Pueden ser fundidos, encadenados, degradados… Si bien el diseñador, teniendo en cuenta el producto que va a desarrollar, deberá tomar las decisiones que estime adecuadas, es interesante apuntar algunos consejos: Filtros y efectos. Se aconseja realizar un uso selectivo de los mismos; muchos filtros no significan más calidad en el producto, si abusamos de ellos podemos anular radicalmente la comunicación que planteamos ya que solo se apreciará el juego de filtros y efectos.


Transiciones. Son útiles para remarcar cambios de tema o categoría. El uso indiscriminado e incoherente provoca la desorientación del espectador y la pérdida de comunicación del producto en pro de la transición. Tiempo en el vídeo para web El tiempo es un aspecto muy interesante en el vídeo para web. Es una herramienta más de nuestra estrategia web y por ello debemos ser sensibles a ella. Todos sabemos que el usuario quiere interactuar rápidamente con una interfaz web, ya sea a través de un menú o solo con hacer scroll, pero es relevante apuntar que los tiempos deben de ser reconquistados, no con respecto al visionado de películas por internet, sino con respecto a la utilización del vídeo como recurso dentro de la edición web. Por ello es aconsejable: Crear contenidos cortos, de entre 20 segundos y tres minutos como máximo. En el caso de querer utilizar contenidos de más tiempo, una solución es dividir en bloques máximos de tres minutos esos contenidos para que el usuario decida cómo y cuándo los quiere ver. Si no se quiere crear estos bloques de tres minutos, hay que intentar generar contenidos no superiores a 30 minutos: 30 minutos en línea es mucho tiempo.

Audio El audio en estos últimos años ha tenido un auge importantísimo en la edición web. Toda la cultura podcast ha catapultado uno de los primeros elementos multimedia que aparecieron al trono de la portabilidad y la descarga. Por ello el audio en estos momentos es un elemento vital en la edición web. Formatos y sistemas de audio Actualmente, los formatos más utilizados son: MP3.

Formato de compresión de audio «rey» de internet. No es específico de ningún sistema (MAC/Windows/Linux). FLV. Formato de compresión audio/vídeo genérico de Adobe Flash. Se inserta como un objeto embebido en el código de la página. Necesita el complemento o plugin de Flash Player instalado en el navegador. WMA. Formato de compresión de audio Windows. Es específico para el lector Windows Media. AU. Formato histórico de compresión de audio para Unix. WAV. Formato de audio de Microsoft normalmente sin compresión. Muy utilizado en el entorno Windows, pero bastante más pesado que los anteriores. MOV. Formato de audio o vídeo de Quicktime, implementado en entornos MAC por defecto. Real Audio. Histórico formato y sistema de distribución «rey» de las emisiones en directo.


Desarrollado por Real Media para la retransmisión de radio por internet. Podcast. Sistema de distribución (transmisión por demanda) de archivos multimedia que puede contener subtítulos y notas mediante sindicación de contenidos RSS. Actualmente es el sistema estrella en la red. Al enlazar e insertar audios en nuestro proyecto web, es aconsejable indicar el tipo de formato y el peso del fichero en cuestión para informar al usuario antes de su descarga, de esta forma podrá tomar medidas al respecto, tales como, por ejemplo, instalarse el complemento adecuado si no lo tuviera. En el caso de trabajar con mucho material de audio en el proyecto y de que el usuario tenga la posibilidad de descargarlo, se aconseja crear una marca de audio, no superior a cinco segundos, al comienzo de cada corte, por ejemplo citar la dirección web al comienzo. Con ello creamos una pequeña marca de agua para nuestros ficheros de audio que nos ayudará a posicionar nuestra marca o producto, y a homogeneizarlo. Volumen del audio En el caso del volumen del audio, se aconseja: No usar volúmenes estridentes, dan mala imagen a la marca o producto que representan. Sobre todo controlar el volumen de los elementos de audio al cargar la página por primera vez: crea tensión y rechazo entrar en un sitio web y que automáticamente salte un audio a volúmenes altos. Para solventar esta cuestión se aconseja programar el sonido con un incremento paulatino de volumen. Dar la posibilidad al usuario de desactivar el sonido. Reservar el uso de sonidos estridentes y máximos volúmenes para casos de emergencia. Tono del audio El tono es un aspecto importante en la narración audiovisual. La correcta selección del color de la voz del narrador y el tono de lo narrado hacen de un producto audiovisual digital un producto aparte, con características propias. Por ello aconsejamos: Que el uso del tono de la narración sea pausado, vocalizando correctamente si se quiere comunicar con claridad. Esto es importante, ya que, a priori, no se sabe qué dispositivo de sonido (altavoces) tendrá el usuario final y, por lo tanto, la vocalización es vital para homogeneizar el discurso e intentar darle claridad, independientemente del dispositivo final donde se escuche. Que el color o timbre de voz del narrador se elija en función de lo que tenga que narrar y del personaje al que representa, complementando y apoyando el producto audiovisual. Transcripción


En el caso de la transcripción, elemento indispensable para discapacitados auditivos, se aconseja ser lo más fiel posible al audio. Obviar el uso de contracciones y elementos como «etc.» o «[…]» si no están implícitos en el audio, ya que producen una sensación en el lector de la transcripción de falta de veracidad y concordancia entre texto y audio. Filtros, efectos y transiciones En el caso del audio ocurre prácticamente lo mismo que con el vídeo: el abuso puede provocar una incomodidad en el usuario. Abstenerse de utilizar un filtro de robotización de voz, etc., para productos en los cuales queremos dar una imagen realista, directa y veraz. Tiempo El tiempo es un parámetro bastante interesante. Frente al vídeo, donde se aconseja el uso de la división en bloques de entre 20 segundos y tres minutos, en el audio se propone lo mismo, pero con excepciones. La propia naturaleza del ser humano le permite poder realizar otras actividades mientras escucha algo, por ello se pueden componer bloques de audio superiores a tres minutos, por ejemplo, una conferencia, un concierto de música, etc., porque el usuario suele adoptar lo que se llama una actitud de ejecución multitarea, esto es, trabajar en una cosa mientras escucha el fichero de audio.

Interactivos Los objetos interactivos son aquellos con los cuales se puede intermediar, interactuar, a modo de interfaz, con contenidos multimedia (texto, audio y vídeo). En este caso nos referimos a objetos interactivos virtuales, representados como interfaz gráfica, que nos ayudan a manipular, ampliar y generar los contenidos desde una experiencia en muchos casos lúdica. Tipología de objetos interactivos Los objetos interactivos podrían clasificarse en: Menús/botón. Elementos de la interfaz gráfica que nos permiten interactuar con los diferentes niveles de información del proyecto; cualquiera de ellos, ya sea texto o imagen, puede funcionar como botón. Promociones/banners. Elementos de la interfaz gráfica, normalmente animados, que nos permiten, mediante la interacción directa con ellos, informarnos y dirigirnos hacia una campaña de un producto específico. Especiales/monográficos. Elementos multimedia especiales de la interfaz gráfica. En muchos casos son subproductos interactivos y mantienen una relación monográfica con los contenidos. Suelen presentarse divididos en capítulos, bajo un eje cronológico o incluso bajo uno conceptual. Las imágenes e infografías son elementos principales de este objeto. Galerías/lightbox. Espacio repositorio de imágenes y microtextos relacionados con ellas. Suele tener capacidad para ampliar y reducir dichas imágenes así como para avanzar, retroceder y


manipular su orden de visualización. Mapas. Elemento en el que el usuario puede interactuar sobre una representación gráfica y métrica de una porción de territorio. Puede tener naturaleza 2D o 3D. Avatares web. Tanto en inglés (de donde parte este uso del término) como en español, el vocablo tiene, entre otros, el significado de «reencarnación, transformación». Hace años, empezó a utilizarse en internet con el sentido de imagen gráfica (dibujo, fotografía o secuencia de imágenes) que identifica a un internauta dentro de un foro, una comunidad o una página web, y que este elige. Tienen la función de mediadores y guías entre la información del producto y el usuario. Suelen ser representaciones humanas, de animales, y objetos y antropomorfas, que en ocasiones se transforman en la mascota de la marca. Podemos encontrarlas representadas tanto en 2D como en 3D. Objetos audiovisuales. Son paquetes compactos de reproducción de tecnologías de audio y vídeo para la edición web. Suelen ser propios de determinados formatos de vídeo o audio y tienen su propio sistema de interacción con los contenidos audiovisuales embebidos por defecto (botones: «play», «pause», «stop», etc.). Objetos sociales. Paquetes compactos (plugin) que reproducen el flujo de interacción de cualquier comunidad de los nuevos medios en el entorno gráfico de la web. Directamente con un clic en unos casos y tras acreditarnos en otros, podemos acceder a la interacción con los contenidos y los miembros de estos objetos. Guion interactivo Al igual que para el cine o el vídeo, para los objetos interactivos multimedia el guion es imprescindible. En este caso los guiones, como la propia palabra indica, «guían» las pautas e interacciones posibles entre los contenidos (texto, audio y vídeo) y el usuario (diseño de interacción). Si el volumen de contenidos del producto interactivo es muy elevado, el guion será un mapa imprescindible para el desarrollo de la aplicación. Estos diagramas de interacción son, para los objetos interactivos multimedia, equivalentes al storyboard del cine o del vídeo. En el caso de que el volumen o la complejidad de la aplicación interactiva sea menor (lightbox, banners, etc.) se crearán los llamados microguiones, que se centrarán específicamente en las posibles interacciones del usuario con los contenidos. Estos guiones se crean por medio de diagramas de flujos, gracias a los cuales, de un simple vistazo, técnicos y creativos pueden desarrollar las acciones necesarias y diseñadas en ese objeto. Es importante que sean claros y directos, con todas las funciones bien definidas, ya que deberán compartirse con todos los miembros del equipo de desarrollo (diseñadores, programadores y redactores). Si bien existe una simbología universal para el desarrollo de estos diagramas, el equipo puede optar por utilizar la suya propia para las diferentes situaciones de la interacción, como condiciones, bucles, etc., pero debe quedar claro que todos los miembros conocen el sistema simbólico elegido. Este guion recogerá todas las funciones del objeto interactivo: cuándo, cómo, abrir, cerrar, ampliar, reducir, arrastrar, seleccionar, etc.


La elaboración del guion o microguion interactivos supone la mitad del trabajo en los objetos interactivos. Sin ellos, y sin claridad en los mismos, el trabajo será menos productivo para el equipo y estará menos consensuado. Controles de interacción Los controles de interacción son todos aquellos elementos que se encuentran dentro del conjunto de los objetos interactivos, como, por ejemplo, botones, imágenes, cursores, etc. A la hora de diseñar una interfaz gráfica el diseño de sus controles no es una tarea fácil, pero podemos apuntar aquí algunos consejos para un diseño más eficaz: El tamaño de los elementos de control debe ser apropiado al tamaño de la tarea. No es aconsejable, por ejemplo, crear un botón de «paso a la siguiente página» más grande que el propio titular de la edición, donde la noticia es el centro de la información. El tamaño tiene que estar relacionado con la tarea. Los colores (véase el apartado «Colorimetría»). El uso de juegos de color o contraste en la interacción con los controladores ayuda mucho a entender el estado en el que se encuentra el usuario en todo el proceso de interacción. Por ejemplo, cuando pasamos el cursor por encima puede existir un cambio de estado o de color frontal y fondo en ese elemento de control. La forma. Es aconsejable que, en algunos casos, se hagan cambios de forma suaves cuando se trabaja con los elementos de interacción, ya que ayudan, como en el caso anterior, a entender el estado en el que se encuentra el usuario en el proceso. Se pueden crear seis estados básicos: Elemento sin visitar. Cursor sobre el elemento. Cursor presionando el elemento. Liberando la presión del cursor. Abandonar el elemento. Elemento visitado. Teniendo presentes estos seis estados y sabiendo trabajar con sutileza y sencillez, podremos crear interacciones en los elementos de control que se conviertan casi en inapreciables por el usuario, haciendo de los elementos de interacción globales de la interfaz gráfica un elemento útil, no estridente, cómodo y comprensible, con el que el usuario podrá pasar más tiempo interactuando sin sentirse incómodo o abrumado por los controles mismos de la interacción. El cursor. Este elemento es primordial en la interacción humano-máquina en pantalla, por lo que es altamente recomendable ser cauto con el cambio de iconos de este en las aplicaciones interactivas. El uso de los punteros estándares está tan extendido que resulta impensable cambiar su sentido de uso: mano = «arrastrar», dedo = «enlace», barra = «texto», etc. Si se quiere comunicar de manera global es aconsejable no hacer cambios de los tipos de cursores en el


proyecto en general y, si el proyecto lo necesitara, hacer esos cambios en zonas u objetos muy específicos y puntuales. En conclusión, y respecto a su diseño, los elementos deberían mantener: Cualidades léxicas. Marcas generadas por la computadora: silueta de píxeles, color, brillo, parpadeo. Sintaxis. Apariencia y movimiento, líneas, patrones, partes modulares, tamaño y forma. Semántica. Objetos representados: concreto frente a abstracto, parte frente a todo. Pragmática. Legibilidad, utilidad, facilidad para identificarlo, para memorizarlo y agradabilidad global. Dinámica. Predisposición a los clics. Resaltar y combinar. Filtros, efectos y transiciones Los filtros, efectos y transiciones en los objetos interactivos son muchos y variados. Se programan generalmente sobre los propios elementos y, por lo tanto, son laboriosos. Anteriormente hemos comentado que algunos filtros pueden desvirtuar la información, en este caso, y gracias a ellos, los objetos multimedia se acercan más a la recreación y simulación de situaciones físicas de nuestra propia naturaleza, como la gravedad, la flexibilidad, la aceleración y desaceleración, etc. Estos efectos físicos, en muchas ocasiones, ayudan a convertir el objeto interactivo en un elemento cómodo que provoca en el usuario una sensación de veracidad y cercanía en el control y manejo. Recordemos que cada efecto, transición y filtro debe aplicarse a casos específicos (el mismo efecto vale para todos los contenidos del mismo tipo), el abuso de los mismos provoca hastío y rechazo en el usuario. Tiempo Respecto al parámetro temporal en los objetos interactivos nos centraremos en la cuestión de la expresión «tiempo real», que seguramente será el concepto temporal más importante que aportan los objetos interactivos. Cuando hablamos de tiempo real, nos estamos refiriendo al tiempo que transcurre entre la interacción del usuario con la máquina y la resolución de la tarea ordenada, por ejemplo, al hacer clic en la flecha, inmediatamente pasa la página. Los objetos interactivos generalmente no mantienen una relación temporal con el frame por segundo como en el caso del vídeo, sino con el usuario y la capacidad de la computadora y la red para dar solución temporal a su consulta o acción. Por ello estos objetos no pueden ser, ni parecer, objetos lentos que hagan esperar al usuario, sino que deben solventar las interacciones en milisegundos: es importante evitar esperas mayores de cinco segundos. Si fueran necesarias esperas superiores, se recomienda indicarlo a través de elementos


informativos como microanimaciones que muestren la descarga (loading), acompañadas de la información precisa y clara sobre el porcentaje de la descarga que se ha ejecutado y cuánto queda para finalizar. El índice de abandono de los usuarios sin estos indicadores es muy alto, ya que se confunde la descarga lenta con la no funcionalidad del objeto interactivo. El usuario cree que no funciona y abandona. Ahora bien, si lo que se quiere es que el usuario tenga una navegación en la que elija el tiempo que quiere dedicar a cada parte, recomendamos el uso de elementos interactivos divididos en capítulos. Los elementos en los cuales se va desplegando la información paso a paso, cuando quiera el usuario, crean en el consumidor una sensación de descubrimiento: poco a poco va introduciéndose en el proceso, consiguiendo así que la noción de tiempo se expanda y se adapte a sus necesidades. Ya no hay un tiempo específico para cada capítulo o fase, el usuario decide cuándo quiere pasar al siguiente contenido. Un ejemplo en el que se suele aplicar este tipo de navegación es en la formación en línea, pues permite pasar de un contenido a otro cuando decide el alumno. Doce pautas para conocer los formatos multimedia 1. El entorno multimedia supone una serie de cambios en la forma de narrar una historia: la digital storytelling se basa en la utilización de recursos tradicionales y de nuevos medios. 2. La distribución también cambia: los formatos multimedia nos llegan a través de estanterías virtuales de vídeo (Youtube), de fotos (Flickr), mediante micropagos (App Stores) o con la cofinanciación de proyectos (crowdfunding), entre otros. 3. La mayoría de estos formatos son parte de plataformas en línea. Pueden ser de código abierto o de pago. Existen con múltiples funcionalidades: gestores de contenidos, vídeos compartidos, aplicaciones para móviles, widgets o gadgets, plataformas para crear redes sociales o desarrollos multimedia para librerías. 4. Las plataformas offline (espacios para almacenar aplicaciones multimedia como el DVD, USB o CD) están en desuso. Las causas son las mejoras en las conexiones a internet y la posibilidad de guardar y compartir contenidos en la nube. 5. Los formatos multimedia tienen un lenguaje propio. La metáfora visual (relación entre dos conceptos semejantes) es uno de los recursos más conocidos. Otros elementos narrativos son el travelling interactivo (navegación a lo largo de una imagen panorámica), la interacción subjetiva (donde el usuario se siente protagonista), el uso del zoom para captar planos, la estructura lineal o la elipsis que permite elegir por dónde navegar. 6. La interacción entre el usuario y la máquina es parte del formato multimedia. El mecanismo que lo permite es la interfaz gráfica del usuario (GUI), donde encontramos elementos estáticos (imágenes, grafismo o ilustraciones) y dinámicos (animaciones y vídeos). 7. La imagen estática puede ser realista o de carácter más artístico. El grafismo es un conjunto de recursos visuales en 2D y 3D (gráficos, datos o diagramas) que acompañan una información textual. 8. Las ilustraciones pueden decorar el contenido. Hay que recurrir a ellas en su justa medida, evitando su uso como fondo de pantalla, aunque pueden ser muy efectivas en productos informativos, educativos o comerciales. 9. La animación es el encadenamiento de imágenes para generar la impresión de movimiento, y resulta muy útil para contar una historia. Cuando son muy pequeñas (entre cinco y diez segundos) reciben el nombre de minimaciones y se utilizan en banners publicitarios o alertas. 10. Para amplificar los contenidos o mejorar la comprensión se pueden utilizar vídeos. El formato VOB o DVD se utiliza para la visualización sin conexión a internet. En línea y en televisión por internet se usan los formatos flash FLV y F4V que recurren a comprensores que no pierden mucha calidad. Se aconseja no realizar vídeos de larga duración ni abusar de los fundidos, filtros y efectos. 11. Existen múltiples sistemas de audio. Los más utilizados son MP3 para la compresión y podcast para la distribución. Lo correcto es indicar el tipo de formato y el peso del fichero. También resulta muy útil regular el volumen y darle importancia a la vocalización. Los audios pueden ser de mayor duración que los vídeos, ya que el usuario puede hacer más cosas mientras lo escucha.


12. Los controladores interactivos sirven de gu铆a a la hora de desarrollar una acci贸n o tarea. Pueden ser sencillos, como un banner, o de mayor complejidad, como un avatar o un objeto audiovisual. Necesitan un guion para realizarse. El cambio de colores y formas nos informa de la fase en la que se encuentra el usuario.


ACCESIBILIDAD EN LOS NUEVOS MEDIOS Blas Hernández En un contexto genérico, cuando hablamos de accesibilidad nos referimos al grado en el que todas las personas pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas. Cuando hablamos de accesibilidad en los nuevos medios hacemos hincapié en la capacidad de acceso, comprensión y uso de un contenido multimedia (imágenes, textos, vídeos, audios, etc.) por el mayor número posible de usuarios con independencia tanto de sus capacidades físicas, técnicas o intelectuales, como del dispositivo y medio que utilicen. La accesibilidad nace con el fin de facilitar el acceso a las personas con discapacidades psíquicas o físicas, pero en la actualidad sobrepasa los límites de la discapacidad para abarcar un concepto de acceso universal con independencia de dispositivos, culturas, idiomas e incluso localizaciones. Por lo tanto, no solo debemos centrarnos en los problemas o discapacidades que pueda presentar un porcentaje de usuarios, sino hacer uso del sentido común y de la normativa con el fin de acercarnos al concepto de usabilidad, facilitando y mejorando la experiencia de los usuarios en su interacción con los dispositivos multimedia y la comprensión de sus contenidos.

Principios fundamentales Existen cuatro principios fundamentales sobre los que se apoya la accesibilidad: 1. 2. 3. 4.

Perceptibilidad: todo el contenido (textual o multimedia) ha de ser apreciable por los usuarios. Operatibilidad: todos los elementos de la interfaz han de facilitar la interacción. Comprensibilidad: todo el contenido ofrecido ha de ser de fácil comprensión. Robustez: todo el contenido ha de ser lo suficientemente robusto como para soportar una amplia gama de tecnologías y dispositivos futuros.


¿Quién define las pautas de accesibilidad? En la actualidad existe un grupo de trabajo internacional dentro de la W3C: World Wide Web Consortium (http://goo.gl/koKdW), denominado WAI, encargado de definir unas pautas o recomendaciones para garantizar la accesibilidad (las WCAG) del contenido, las herramientas y los agentes de usuario (http://goo.gl/okVHg). Para saber si nuestro documento multimedia cumple con las pautas de accesibilidad y poder evaluar esta, disponemos de herramientas de autoevaluación que analizan el código y revisan el cumplimiento de los estándares. Las herramientas de evaluación automática más conocidas son: Servicio de validación de W3C: http://goo.gl/H2Ah3. Servicio de validación de la fundación CTIC: http://goo.gl/7HFdr. Aunque estas herramientas facilitan muchísimo las pruebas, es necesario acompañarlas de un análisis de evaluación manual basado en el sentido común y los principios de usabilidad.

Escritura accesible Uno de los principios fundamentales de la accesibilidad es la comprensibilidad, es decir, la capacidad de los usuarios para comprender y asimilar el contenido. Por lo tanto, la redacción de un contenido textual ofrecido en un dispositivo multimedia bajo los principios de accesibilidad ha de ser legible y entendible para facilitar su comprensión al mayor número de usuarios con independencia de sus capacidades, experiencias o posibles discapacidades. Con qué problemas nos podemos encontrar: Retrasos mentales. Problemas de carácter sociocultural. Baja capacidad de comprensión del idioma. Cómo debemos plantear la redacción de los contenidos: Utilizar un lenguaje directo y sencillo. Evitar expresar más de una idea por frase. No usar tecnicismos ni abreviaturas. Realizar estructuras claras y coherentes en la organización. Cómo podemos mejorar la efectividad y comprensión de los textos: Añadir un titular simple y claro destacado sobre el contenido. Usar subtítulos o entradillas que presenten o resuman la información.


Usar encabezados para jerarquizar el contenido textual. Incluir negritas para remarcar las palabras clave. Utilizar viñetas y listas numeradas para esquematizar los puntos importantes. Minimizar el ruido, es decir, eliminar toda la información accesoria que dificulte el entendimiento del contenido principal.

Imágenes accesibles Los contenidos multimedia y, en especial, las imágenes tienen un peso muy importante para ayudarnos en la comprensión de los contenidos en los nuevos medios. El uso de imágenes puede facilitar la comprensión de los textos a la vez que los enriquece, aportando información adicional que mejorará la experiencia del usuario. Pero si bien no debemos evitar su uso en la elaboración de contenidos accesibles, sí debemos tener en cuenta que personas ciegas o con visión disminuida no tendrán acceso a estas imágenes y, por lo tanto, debemos ofrecer textos equivalentes capaces de aportar la misma información. A la hora de redactar textos equivalentes o, lo que es lo mismo, contenido textual alternativo para una imagen, es fundamental preguntarnos por su función en el contexto y por la información que añade. No es lo mismo describir una imagen relacionada con el contexto de una noticia que la imagen del icono de un botón o la de una gráfica de datos. Podemos clasificar las imágenes en cuatro grupos: 1.

2.

3.

4.

Imágenes empleadas como enlaces. En estos casos la imagen está asociada a una acción concreta, por lo que deberemos informar de su función en lugar de realizar una descripción de la propia imagen. Ejemplo: un icono de un sobre que se utiliza para acceder a una página de contacto. En el texto alternativo indicaremos «Acceso a la página de contacto». Imágenes que transmiten información al contexto. En estos casos la imagen desempeña un papel fundamental en el contexto aportando información adicional que ayuda o mejora la comprensión y, por lo tanto, deberemos hacer una descripción lo más fiel posible de la misma. Ejemplo: artículo donde se destaca la bajada de las temperaturas junto a una imagen que muestra la peligrosidad de las carreteras debido al hielo. Imágenes decorativas. En ocasiones se usan imágenes sin que estas aporten información adicional al contexto, ya que su única finalidad es decorativa. Solo en estos casos no es necesaria la redacción de un contenido alternativo. Ejemplo: una imagen con elementos corporativos que ayuda en la maquetación de los contenidos. En este caso dejaremos el texto alternativo vacío. Gráficas o imágenes complejas. Cuando incorporamos gráficas o ilustraciones con datos precisos de un objeto o evento, estamos aportando una información compleja y precisa sobre el contenido que nos resultará extremadamente difícil describir con precisión. En estos casos, no solo debemos incorporar una descripción de la imagen, sino que además habrá que ofrecer una alternativa a su contenido usando otro formato de presentación. Ejemplo: un gráfico con datos estadísticos de los últimos meses. En este caso añadiremos un texto alternativo a la imagen


«gráfico × de los últimos meses» y aportaremos un enlace con el que se accederá a esta información estadística en un formato textual.

Audiovisual accesible Gracias al avance tecnológico y a las mejoras en la velocidad de conexión, cada vez es mayor el uso de contenidos audiovisuales en los nuevos medios, lo que ha supuesto una mejora en la experiencia de los usuarios y en el acceso a la información. A pesar de esto, no debemos olvidar las dificultades con las que se pueden encontrar personas con discapacidades en el acceso a contenidos de este tipo. En cuanto a la accesibilidad, los contenidos audiovisuales presentan una mayor complejidad que el resto, por lo que debemos diferenciar entre tres capas de acceso a su información: El contenido. Es necesario preparar un contenido audiovisual perceptible y accesible para todo el mundo con independencia de las discapacidades auditivas o visuales que se puedan presentar. Si queremos obtener un contenido accesible, debemos ofrecer alternativas al contenido audiovisual utilizando técnicas como la subtitulación, la audiodescripción o la transcripción al lenguaje de signos para garantizar el acceso a la información. Acceso al contenido. Debido al rápido avance tecnológico han surgido multitud de plataformas o aplicaciones que nos permiten insertar los contenidos audiovisuales minimizando la necesidad de conocimientos técnicos, pero, para poder llegar al mayor número de usuarios y mejorar la accesibilidad a estos contenidos, es necesario centrarse en la robustez y estabilidad que nos ofrecen las aplicaciones. Debemos procurar que la tecnología esté al alcance de la mayor parte de los usuarios sin obligarlos a instalar complementos adicionales y maximizando la compatibilidad con las tecnologías presentes y futuras. Para ello recomendamos evitar el uso de las últimas versiones de las aplicaciones de reproducción, utilizar aplicaciones que no requieran la instalación de complementos adicionales y asegurarnos de que la aplicación sea compatible en la mayoría de los dispositivos. La operatibilidad del reproductor. Para garantizar la accesibilidad a los contenidos audiovisuales es preciso facilitar a los usuarios el control mediante interfaces accesibles que les posibiliten la interactuación con la información. Recomendamos que se permita activar o desactivar la reproducción garantizando el control de los tiempos de asimilación del contenido, que se etiqueten todos los botones de navegación describiendo su funcionalidad y que se ofrezcan alternativas de navegación mediante el uso del teclado.

Subtitulación La subtitulación es la técnica que se utiliza para transmitir la información de un contenido multimedia a usuarios que presentan discapacidades auditivas. Consiste en la proyección de subtítulos textuales,


utilizados como alternativa a los diálogos, y elementos sonoros que se ofrecen en un contenido multimedia. No se trata solo de transcribir/subtitular la información, sino también de darle orden y sentido, y por ello la normativa nos muestra incluso la necesidad de utilizar un código de color para facilitar la localización y distinción de los personajes en un contexto en el que pueda necesitarse: amarillo, verde, cian, magenta, por orden de protagonismo, y blanco, para el resto de personajes. Existe una norma ISO para estandarizarlo (UNE 153010) que nos ofrece las pautas o recomendaciones que hay que tener en cuenta para facilitar tanto la legibilidad como la comprensión de los subtítulos. Destacamos las más importantes: Los subtítulos deberán aparecer en la parte inferior de la imagen ocupando dos líneas, excepcionalmente tres. Cada personaje debe aparecer en líneas distintas. El texto debe presentarse centrado. Colocar tres puntos suspensivos al final del subtítulo y otros tres al principio del siguiente. La velocidad recomendada es de 12 caracteres por segundo. Utilizar los pronombres siempre que se pueda. No reproducir las abreviaturas. Utilizar acrónimos. Existen multitud de formatos para la integración de subtítulos, pero cabe destacar dos: SMIL (Synchronized Multimedia Integration Language), compatible con la mayoría de los reproductores, y SAMI (Synchronized Accessible Media Interchange), utilizado por Windows Media Player.

Audiodescripción La audiodescripción es la técnica que se utiliza para transmitir la información de un contenido multimedia a personas ciegas o con discapacidades visuales. Consiste en añadir un contenido alternativo en formato audio (pista) para describir las acciones, los personajes, los gestos, los paisajes… y así ayudar a comprender el contexto de la narración. Existen varias recomendaciones y técnicas que deberemos tener en cuenta a la hora de preparar una audiodescripción efectiva: Analizar las peculiaridades del producto audiovisual para plantear su enfoque y localizar posibles huecos o pausas para la inserción. Preparar un guion capaz de sincronizar el espacio temporal, adecuándose correctamente a la trama y respetando sus elementos. Llevar a cabo una correcta locución: clara y neutra. Realizar un montaje efectivo compensando los volúmenes y efectos de ambiente.


Para la creación de audiodescripciones existen dos técnicas diferenciadas: una que consiste en la inserción de una pista sonora dentro del contenido audiovisual en el proceso de postproducción y otra que utiliza SMIL/SAMI (como en la inserción de subtítulos) para separarlas del contenido audiovisual, permitiendo su uso como un contenido independiente. Diez claves para ser accesible en los nuevos medios 1. Preparar los contenidos utilizando un lenguaje claro, sencillo y bien estructurado que facilite su comprensión a la mayoría de las personas, con independencia de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas. 2. Utilizar encabezados y entradillas, resaltando las palabras clave en negrita, resumiendo y destacando los puntos más importantes de la información, y usando listas numeradas y no numeradas para mejorar la localización y jerarquización del contenido. 3. Proporcionar contenido alternativo en texto para todos los contenidos visuales, para facilitar el acceso a la información a las personas con discapacidades visuales y físicas. 4. Antes de escribir los contenidos alternativos, analizar la función de los elementos visuales o sonoros en el contexto. 5. A la hora de insertar contenidos audiovisuales, hay que asegurarse de utilizar una tecnología de integración y reproducción que se encuentre disponible para la mayoría de los usuarios. 6. Al seleccionar la interfaz de reproducción para los contenidos audiovisuales, conviene cerciorarse de que se están respetando los principios de accesibilidad, describiendo las funcionalidades de los botones de acción. 7. Permitir a los usuarios controlar los tiempos e interactuar en la reproducción de los contenidos audiovisuales. 8. Preparar subtítulos como alternativa a los audios. 9. Preparar audiodescripciones para los vídeos. 10. Utilizar el sentido común basándose en los criterios de usabilidad para lograr el acceso universal a los contenidos del producto multimedia.


ASPECTOS JURÍDICOS Alejandro Touriño No constituye ninguna revelación afirmar que las redes sociales son, cada vez más, parte de los hábitos cotidianos de navegación de los usuarios. En efecto, para muchos internautas las redes sociales son el principal motivo para conectarse a internet, de igual forma que para las empresas resulta cada vez más atractivo este escaparate para dar a conocer productos y servicios. Sin embargo, el uso masivo de este tipo de plataformas entraña un conjunto de amenazas que pueden atentar contra la información personal del usuario, su propia integridad o el descrédito ante los demás. Y todo ello porque, aunque contamos con una amplia variedad de normas sectoriales que nos sirven para dar auxilio en todos aquellos conflictos que en internet y, por derivación, en las redes sociales, se plantean a diario, no existe como tal una ley de internet. Aun así, internet no es la «ley de la selva», como muchos han afirmado. La red está regulada y, aunque con carencias, existen normas que dan solución a las tensiones jurídicas que tienen lugar en su seno.

Responsabilidad jurídica en internet Quien administre un foro, un blog o una página web donde los usuarios puedan dejar comentarios o alojar contenidos debe conocer que si uno de esos comentarios o contenidos vulnera derechos de terceros, el titular de dicho foro, blog o página web puede ser también responsable. En particular, será responsable cuando la ilicitud de tal contenido sea, según palabras literales del Tribunal Supremo de España, «patente y evidente por sí sola» y tenga conocimiento efectivo de la misma. De esta forma, si el titular de un sitio de internet que conoce la existencia de un contenido vulnerador no toma medidas para su eliminación o para impedir el acceso al mismo, se convierte consecuentemente en corresponsable de la infracción, junto al autor de la misma. La anterior doctrina, instaurada en España por las sentencias 773/2009 y 72/2011, dictadas, respectivamente, en los casos putasgae (SGAE contra la Asociación de Internautas) y alasbarricadas (Ramoncín contra los responsables de la web alasbarricadas.org), supone un ligero vuelco a lo que venía siendo una plácida teoría jurisprudencial en materia de responsabilidad de los administradores


de este tipo de webs –sostenida por lo dispuesto en el artículo 16-1 LSSI–, que se denominaba «teoría del conocimiento efectivo» y que resultaba de aplicación, de una u otra manera, en numerosas jurisdicciones. Sobre la base de la referida teoría, los prestadores de servicios de la sociedad de la información no eran, en principio, responsables por los contenidos ajenos que alojaban o a los que facilitaban acceso, pero podían incurrir en responsabilidad si tomaban una participación activa en su elaboración o si, conociendo su ilegalidad, no actuaban con celeridad para retirarlos o impedir el acceso a los mismos. Además, se entendía que conocían de la ilegalidad de un contenido cuando un órgano competente –es decir, un juez– así lo determinaba. De este modo, lo habían interpretado, al menos, la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 9.ª, de 19 febrero de 2010 –caso Particulares contra Google– y el auto del Juzgado de Instrucción número 9 de Barcelona, de 27 de marzo de 2003 –caso ajoderse.com contra ONO–. Sin embargo, con la nueva oleada jurisprudencial instaurada por las sentencias antes referidas, el panorama ha cambiado. Se entiende ahora que el conocimiento de la infracción no está limitado a los supuestos en los que un órgano competente haya declarado la ilicitud previamente a la demanda, sino que pueden existir otros medios de conocimiento efectivo, como cuando concurran circunstancias que posibiliten una efectiva aprehensión de la realidad de que se trate. En todo caso, el titular de una web continuará sin ser responsable por los comentarios de sus usuarios siempre que no tenga conocimiento efectivo de que los mismos son ilícitos o de que lesionan bienes o derechos de un tercero o, en caso de que lo tenga, actúe con diligencia para retirar de forma inmediata los datos o hacer imposible el acceso a ellos. Eso sí, a la vista de las nuevas circunstancias, ese conocimiento es efectivo desde el momento en que el afectado así lo notifique, siempre y cuando, obviamente, la ilicitud sea «patente y evidente por sí sola». Ello no significa que el titular del sitio web deba supervisar los contenidos que aloja, lo cual sería absolutamente desproporcionado, pero sí debe colaborar cuando se le requiera para interrumpir la prestación de un servicio o para retirar un determinado contenido. En definitiva, el riesgo de esta nueva tendencia jurisprudencial es evidente, puesto que se traslada el primer juicio de valor sobre la licitud o ilicitud de un contenido al titular de la web, a quien se le presupone capacidad para enjuiciar la legalidad de los contenidos que aporten sus usuarios.

Gestión de la reputación en línea Internet no duerme. Minuto a minuto son publicados en la red millones de archivos con información y opiniones, unos relevantes y otros no tanto, sobre personas y empresas. En ese fluir constante de contenidos, al usuario de internet le llega, desde cualquier buscador, amplia información acerca de la compañía con la que desea contratar algún servicio, acerca de una determinada marca y, en ocasiones, hasta acerca de su propia persona. A esa masa crítica de información y opiniones es lo que se ha dado en llamar en los últimos tiempos reputación en línea, muy de moda entre los técnicos de marketing, y que aglutina toda esa


masa crítica que libremente circula por la red sobre nosotros, es decir, nuestro espejo en internet. Hoy en día, el conocimiento, seguimiento y, en su caso, gestión de la reputación en línea es un reto no solamente para quienes ofrecen sus servicios en internet, sino también para cualquier persona que por una u otra circunstancia tiene una identidad virtual. Aparecer en internet es tan sencillo (y a veces indeseado) como registrar un perfil público en una red social o prestar un servicio a terceros y que ellos viertan su opinión sobre ti en la red. La gestión y control de la reputación en línea (ORM, online reputation management) es fundamental con vistas al posicionamiento de una compañía, marca o persona en el mercado. Conocer la opinión del usuario es tan fundamental para la evolución de una persona o marca como crítico en el caso de que la misma sea negativa. La gestión de la reputación en línea no se limita a realizar una recopilación sistemática de información, sino al análisis ordenado de la información capturada para saber si afecta negativamente o no a la reputación de la empresa y, en tal caso, proceder a «influir» sobre la misma a través de diferentes vías. En síntesis, se trata de ser conscientes de la poderosa capacidad de influencia del internauta sobre el resto de los usuarios de la red, debido primordialmente al diálogo bidireccional promovido por el fenómeno de la web 2.0. En este contexto, internet y las nuevas formas de interacción social han investido al internauta de unos amplísimos poderes para opinar y comunicar. La opinión de los usuarios es un arma muy poderosa de promoción empresarial cuando es positiva, pero devastadora cuando es negativa. En este último caso, resulta fundamental la adopción de medidas de dos tipos. Una primera categoría de medidas, de la que se ocupan agencias de comunicación, posicionamiento y marketing, consiste en la mejora del producto y en su exposición al exterior, y una segunda categoría, ubicada en el sector legal, con medidas tendentes a la eliminación de aquellos comentarios u opiniones de usuarios que, por falsos o vulneradores del derecho al honor del agraviado, son susceptibles de ser retirados por los titulares de los servicios web. Obviamente, lo idóneo es mejorar el producto o la marca de manera que la tendencia negativa se invierta, pero en muchos casos nos encontramos con que la primera necesidad del afectado es eliminar algún comentario que, por incierto o insultante, ha de ser retirado por el prestador del servicio. Lo cierto es que, entre los operadores del mercado, existe una especie de ley no escrita, un código de buenas prácticas consistente en retirar aquellos contenidos que, de un primer vistazo, se deduce que son vulneradores de derechos. Sin embargo, no siempre existe colaboración por parte de los titulares de sitios web, ni siempre quien reclama la eliminación de un contenido se ve asistido por la legislación vigente, produciéndose entonces lo que se ha dado en llamar efecto Streisand y que consiste en el «intento de censura u ocultamiento de cierta información que fracasa o es incluso contraproducente para el censor, ya que esta acaba siendo ampliamente divulgada, recibiendo mayor publicidad de la que habría tenido si no se la hubiese pretendido acallar». Es decir, el agraviado por un comentario o contenido de un tercero se encuentra ante la tesitura de si solicitar o no del titular de la página web la retirada del contenido. Normalmente, estos intentos pasan desapercibidos, atendidos unas veces y desatendidos otras. Pero en ocasiones no es así, como


le ocurrió a Barbra Streisand, quien decidió demandar al fotógrafo Kenneth Adelman y la página de fotografías www.pictopia.com, exigiendo que se retirase una fotografía aérea de su casa de California, en ejercicio de su derecho a la intimidad. La cantante logró lo que los internautas han bautizado como el efecto Streisand, esto es, que una información en un primer momento intrascendente acabase obteniendo una gran repercusión mediática. Esa reacción es, posiblemente, la respuesta lógica de un espacio que no entiende de censura y que se revuelve de esa manera frente a ataques externos. Pero no olvidemos que hay que diferenciar libertad y libertinaje. Y al igual que no deben estar presentes en el mundo físico los contenidos que vulneran derechos de terceros, tampoco deben estarlo en internet.

Compartir contenidos en internet. Las licencias Creative Commons En la mayoría de los países, según la Ley de Propiedad Intelectual, «la propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creación». Esto significa que cualquier persona, sin necesidad de acudir a registro alguno, es autor de una obra desde el momento mismo de su concepción, de su plasmación en un soporte tangible o intangible. Así, al autor de una obra le corresponde el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación sobre la misma, los cuales no pueden ser utilizados sin su autorización; en contraposición, el autor es libre de transmitir los derechos de explotación en el modo que estime oportuno. Y si bien la fórmula tradicional de transmitir dichos derechos es bajo el sistema de autorizaciones individualizadas, existen en la actualidad fórmulas alternativas, tales como las licencias Creative Commons, que permiten la cesión «indiscriminada» de derechos de autor. Este tipo de licencias, que toma su nombre de la organización fundada por Lawrence Lessig, se enmarcan dentro del movimiento de la cultura libre de derechos de autor y de las licencias copyleft (juego de palabras sobre la base del término copyright), como oposición al exceso de protección que, a su entender, ofrecía el régimen de la propiedad intelectual. Estas licencias en particular pretenden proporcionar instrumentos concretos a aquellos autores y creadores que desean hacer un uso específico de los derechos reconocidos en la legislación sobre derechos de autor, desarrollando planes para ayudar a reducir las barreras legales de la creatividad. Al contrario de lo que muchos creen, las licencias Creative Commons cuentan con plena validez legal, ya que se apoyan en los mecanismos establecidos en las leyes en materia de propiedad intelectual. Estas licencias ofrecen a los autores de una obra intelectual en cualquier formato la posibilidad de poder especificar que sus obras se puedan distribuir, copiar o modificar, sin que quien lo haga tenga que pedir permiso para ello. Esto no significa que las obras liberadas bajo esta licencia sean de dominio público, sino que, al amparo de las mismas, el autor determina claramente qué derechos concretos, de los reconocidos en la legislación vigente, se reserva y cuáles libera. El gran reto del proyecto reside en el hecho de que sus licencias sean adoptadas por un grupo suficientemente amplio que ayude a crear una «infraestructura común de creación intelectual»,


compartida por todos ellos bajo alguna de las licencias que Creative Commons ha propuesto. Algunos autores tan solo pretenden, con el uso de estas licencias, agilizar y flexibilizar el régimen de uso y explotación de sus creaciones para proporcionar mayor difusión a las mismas. Para otros, el objetivo es poner al alcance de todos un modelo de licencia estandarizada que, en lugar de prohibir el uso (la vieja idea del «todos los derechos reservados» o copyright), lo autorice bajo algunas condiciones (es decir, «algunos derechos reservados»). Los diferentes tipos de licencias (http://goo.gl/tsFJF) nacen de combinar las cuatro condiciones base:

Reconocimiento (BY)

Uso No Comercial (NC) + (BY)

Sin Obra Derivada (ND) + (BY)

Compartir Igual (SA) + (BY)

Por exigencia legal, en España toda licencia Creative Commons es de reconocimiento (BY), y, en función de las mayores o menores restricciones que el autor esté interesado en añadir, deberá incluir más o menos símbolos. Si no se establece ninguna condición o no se excluye algún uso, la licencia autoriza la reproducción, distribución, transformación y comunicación pública de la obra, para cualquier finalidad y para todas las modalidades de explotación, con carácter gratuito y durante todo el plazo de protección legal. En función de cómo se combinen las condiciones base pueden darse hasta seis tipos diferentes de licencias. En este sentido, es importante saber que estas licencias, al igual que las autorizaciones de cesión de derechos tradicionales, son un verdadero contrato, y el uso o ejercicio de cualquier derecho sobre una obra o creación implica una aceptación sin reservas de todos los términos y condiciones de las mismas.

Enlazar en internet Sobre si enlazar en internet es o no legal no existe, lamentablemente, un criterio unánime por parte de la doctrina y la jurisprudencia que otorgue seguridad jurídica a aquellos usuarios que, con garantías, deseen incorporar enlaces en sus webs que permitan redirigir a sus usuarios a otros sitios y contenidos, titularidad de terceros. Sin perjuicio de lo anterior, lo cierto es que tanto la doctrina como la jurisprudencia mayoritarias consideran, con carácter general, que el uso de enlaces no constituye, en sí mismo, una infracción de derechos de propiedad intelectual, por lo que prohibir su utilización ocasionaría un grave perjuicio a


quienes lo hacen al mermar una de las principales cualidades de internet, que no es otra que la rápida localización de información y contenidos. Paradigma de esta línea argumental es el auto n.º 582/2.008 de la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 2.ª), del 11 de septiembre, que, con ocasión de la demanda interpuesta frente a los titulares de la página web www.sharemula.com, se pronunció considerando que el enlace «no supone infracción de los derechos de propiedad intelectual. Este tipo de links constituye únicamente una forma de facilitar al usuario de internet el acceso a otra página web, sin tener que “teclear” el nombre de esa página». En idéntico parecer se pronunció el informe emitido por el Consejo General del Poder Judicial español al proyecto de real decreto por el que se regula el funcionamiento de la Comisión de Propiedad Intelectual. Dicho informe indicaba que en el caso de herramientas de enlaces a páginas web, «conforme al sentir de la mayoría de la doctrina y de la jurisprudencia menor que ha recaído sobre el tema, no se les puede atribuir una vulneración de derechos de propiedad intelectual por más que las páginas o contenidos a los que enlacen hayan sido ilícitamente subidos a la red en origen, ya que, en rigor, los enlazadores no estarían reproduciendo, comunicando públicamente ni efectuando, en suma, una conducta que pueda ser calificada como de explotación de derechos de propiedad intelectual». Pero según se ha adelantado, esta línea argumental no es pacífica, y en los últimos tiempos han aparecido opiniones minoritarias que discrepan de lo anterior y consideran que de la redacción de la Ley de Propiedad Intelectual no se infiere que las actividades que realice un enlazador queden fuera del ámbito de aplicación de la ley, ya que son actividades a través de las cuales tienen acceso a las obras protegidas una pluralidad de personas sin el previo consentimiento de sus titulares. Dichas opiniones se han visto respaldadas por la que, tal vez, se haya convertido en la sentencia más controvertida en materia de enlaces, no ya solo por el giro jurisprudencial operado en ella, sino por provenir de un órgano judicial de la entidad de una Audiencia Provincial. Se trata de la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Vizcaya en el procedimiento núm. 506/09, en el caso de las páginas web de enlaces fenixp2p.com y mp3-es.com, que condenó a los titulares de dichas webs a pena de cárcel por entender la sala que sí se estaría produciendo un acto de comunicación pública típico de acuerdo con lo previsto en el art. 270 CP, siendo esta la primera sentencia de una audiencia provincial que se ha atrevido a considerar el suministro de enlaces como un acto de comunicación pública. Lo anterior podría resultar incluso anecdótico si no fuese porque la última tendencia normativa, en forma de Ley de Economía Sostenible, ampara la creación de un órgano de naturaleza administrativa –la Comisión de Propiedad Intelectual– para proceder al cierre de páginas web en caso de que sean vulnerados derechos de propiedad intelectual por parte de los responsables de servicios de la sociedad de la información. Según se ha anunciado por activa y pasiva, la finalidad de este procedimiento es remover los obstáculos para el pleno ejercicio de los derechos de propiedad intelectual, así como el restablecimiento de la legalidad, cuando esta se haya vulnerado. Y en particular para poner fin a la «supuesta» vulneración de derechos de propiedad intelectual realizada por las páginas de enlaces.


En definitiva, aunque la tendencia mayoritaria se decanta por permitir el enlace, al entenderlo parte sustancial del funcionamiento propio de internet, cierto sector doctrinal y jurisprudencial se aparta de esta línea de pensamiento, por lo que habrá que esperar a mejores tiempos para conocer el desenlace de esta disquisición legal.

Consejos jurídicos sobre términos y condiciones de un sitio web Aceptar los términos y condiciones de un sitio web sin haberlos leído antes es casi deporte nacional. A efectos de probar tal circunstancia, la tienda de videojuegos GameStation, en tono más jocoso que jurídicamente vinculante, decidió incluir en sus términos de contratación el siguiente texto: Al enviar una orden de compra por la web el primer día del cuarto mes del año 2010, Anno Domini, estás de acuerdo en concedernos la opción no transferible de reclamar, por ahora y para siempre, tu alma inmortal. […] Si tú, a) no crees tener alma inmortal, b) habérsela ya dado a otro, o c) no quieres concedernos tal licencia, pinche por favor en el enlace inferior para anular esta cláusula y proceder con la transacción.

Pues bien, solo un 12 % de los usuarios llegó a pinchar en el enlace, habiendo por tanto sorteado el 88 % restante de los usuarios la lectura de los términos que aceptaban. Obviamente, una estipulación de esta naturaleza es nula de pleno derecho, entre otros motivos, por ser contraria a la moral. Pero al margen de este supuesto anecdótico, lo cierto es que prácticamente nadie lee los términos y condiciones de una web, en muchas ocasiones porque son inmanejables, extensos, redactados en un lenguaje que no dominamos o por simple pereza. La cruda realidad es que, los hayamos leído o no, los términos y condiciones de una web vinculan al usuario desde su aprobación. Esto no implica que todo lo que aceptemos tenga validez legal. De hecho, es cada vez más habitual leer que una determinada estipulación de unas condiciones generales de contratación se ha declarado nula por abusiva. Y es que, para bien o para mal, los términos y condiciones de una web normalmente no admiten negociación; se aceptan o se rechazan de plano, impidiendo el acceso al servicio en caso de optar por esta última opción. Pero hay más, prácticamente todas las webs cuentan con un aviso legal que indica que el acceso, navegación y uso del sitio web conlleva y supone la aceptación por el usuario de dicho aviso legal y de las condiciones de uso que incluye. Sobre la validez o no de este tipo de sistemas no ha habido apenas debate judicial. No obstante, los tribunales españoles, en particular la Sección 15 de la Audiencia Provincial de Barcelona, tuvieron ocasión de pronunciarse en sentencia de fecha 17 de diciembre de 2009, en el caso que enfrentaba a Ryanair y Edreams, en la que se indicaba que «si EDREAMS no contrata directamente con RYANAIR, tampoco puede quedar vinculado por unas condiciones generales que nunca ha aceptado». Sean o no vinculantes, lo cierto es que resulta altamente recomendable emplear en los avisos legales un lenguaje adaptado a los usuarios a los que se dirige. Siempre en el entendimiento de que el


idioma tiene que servir de unión y no de desunión del usuario con el servicio que se le presta. Desde el punto de vista del derecho español, no existe ninguna norma que exija una utilización concreta del lenguaje en el caso de tratarse de adultos, pero sí en el de menores. En este sentido, el artículo 13-3 del Real Decreto 1720/2007, del 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal establece que «la información dirigida a los menores deberá expresarse en un lenguaje que sea fácilmente comprensible por aquellos, con expresa indicación de lo dispuesto en este artículo». En esta línea ha ahondado también el Grupo de Trabajo del artículo 29 (grupo de expertos compuesto por los comisionados de privacidad y protección de datos de 29 países europeos), que elaboró en su momento el documento de trabajo 1/08 sobre la protección de datos personales de los niños, que habla de nuevo de que «en el contexto de la información a los niños, debe ponerse especial énfasis en dar comunicaciones escalonadas basadas en el uso de un lenguaje sencillo, conciso y educativo de fácil comprensión». En definitiva, tanto para usuarios de internet como para profesionales del derecho, los términos y condiciones de una web deberían ser un texto accesible que arrojasen luz y no oscuridad en relación al acceso, navegación y uso del sitio web. Lamentablemente, no siempre es así, siendo más bien excepción que regla general.

Consejos jurídicos para sobrevivir en las redes sociales Internet es una realidad en permanente cambio; ya no estamos ante la versión primigenia de la red. Frente a la originaria internet 1.0, caracterizada por su sentido unidireccional, su visión de utilidad y su consumo moderado, surge ahora una nueva internet 2.0, conceptualizada como la web de personas frente a la web de datos que se identificaba con la primera versión 1.0. El término web 2.0 es un concepto relativamente reciente, que hace referencia a una segunda etapa en el desarrollo evolutivo de internet y que se basa principalmente en la implicación de los usuarios en la creación de contenidos. Esa realidad cambiante tiene su culmen en la nueva y más revolucionaria forma de interacción personal: las redes sociales, espacios de interacción social caracterizados por el intercambio de información entre sujetos. Sistemas abiertos y en construcción permanente que involucran a individuos de inquietudes comunes. En ellas, el sujeto interactúa a través de un perfil público con otros con los que comparte intereses o necesidades, y así se configuran poderosísimos canales de comunicación con millones de usuarios esparcidos por todo el globo. Ese carácter abierto es precisamente la razón de ser de las redes sociales y la esencia de su propia existencia. Pero su explosión como forma de comunicación entre sujetos no se ha visto libre de trabas. Se han producido numerosísimos conflictos relacionados, principalmente, con el derecho al honor, la intimidad y la propia imagen de las personas, con la protección de datos de carácter personal y con el respeto a la propiedad intelectual.


Protección jurídica del derecho al honor, intimidad y propia imagen. Pese a la expresa regulación normativa de estos tres derechos, son habituales las intromisiones ilegítimas en los mismos en el entorno de las redes sociales. El rápido y masivo desarrollo de contenidos deriva en situaciones que ponen en entredicho su protección, por cuanto que comentarios que excedan la libertad de expresión, informaciones que revelen circunstancias de la vida privada de otros o la simple publicación de fotografías de terceros sin consentimiento suponen la vulneración de estos derechos. Protección de datos de carácter personal. Este derecho fundamental de tercera generación consiste básicamente en el derecho de los usuarios a controlar el uso que se realice de sus datos personales. Dada la ingente cantidad de datos personales que los usuarios publican en sus perfiles, estos se convierten en auténticas identidades digitales que permiten realizar un rápido esbozo del individuo. Es posiblemente en materia de protección de datos donde se produce el mayor número de situaciones desfavorables para la protección de los derechos de los usuarios de las redes sociales, y aunque el nivel de concienciación de los individuos a este respecto es cada día mayor, todavía resta mucho camino por andar. La situación de los menores es especialmente delicada en lo que a su honor, intimidad, imagen y datos personales se refiere. Su grado de protección es mayor y, en todo caso, de acuerdo con la regulación normativa vigente en España (artículo 13 RLOPD y artículo 3 LO 1/82), la pertenencia a redes sociales está vetada a menores de 14 años. Protección jurídica de la propiedad intelectual. En lo que a la propiedad intelectual se refiere, el impacto de las redes sociales ha sido mayúsculo. Como consecuencia directa de ese carácter bidireccional al que antes aludíamos, el número de autores se ha multiplicado y ya no es suficiente regular las creaciones generadas por el titular del servicio, sino que también es necesario proteger la propiedad intelectual de las creaciones originales –en forma de textos, fotografías, obras audiovisuales, etc.– que los usuarios cuelgan en la red. Pese a la protección que la LPI ofrece a los autores, las situaciones de abuso dentro y fuera de las redes sociales no sorprenden a nadie a estas alturas. Ante las cuales, en el espíritu de autorregulación que impregna las redes sociales, estas se han armado de herramientas de reporte para que los propios usuarios puedan denunciar ante los administradores de la red social la existencia de contenidos que atentan contra sus derechos de propiedad intelectual. En definitiva, pese a que podrían correr ríos de tinta intentando analizar cada uno de los supuestos que a diario se plantean en una red social, lo cierto es que, en la parte que a cada uno nos toca, existe una necesidad de hacer de internet y de las redes sociales un espacio público de convivencia. Resulta, por ello, imprescindible, tanto que los avances tecnológicos venideros respeten los derechos fundamentales como educar a las nuevas generaciones en el uso responsable de la red y las redes sociales.

Consejos jurídicos para gestores de comunidades o


community managers A la emergente figura del gestor de comunidades o community manager parecen habérsele atribuido con relativa claridad las tareas propias de su cargo. No obstante, esa aparente claridad en la definición de sus funciones choca, en cierto modo, con el carácter difuso del marco jurídico aplicable a su campo de actividad. Dicha circunstancia no es extraña. Como ha ocurrido en prácticamente todos los nuevos oficios que tienen como base internet –igual pasó en su día con los expertos en SEO/SEM–, definir los márgenes jurídicos de una nueva actividad no es sencillo en origen. Si a ello sumamos que la normativa reguladora de internet, territorio comanche del gestor de comunidades, es en general obsoleta y local, dibujar un marco jurídico cierto es relativamente complejo. En cualquier caso, en la red no impera la ley de la selva, de modo que el gestor de comunidades que quiera gestionar sin riesgo la presencia de una marca o empresa debe conocer los límites legales de su actuación, so pena de incurrir en algún acto ilícito o en el descrédito de la reputación de la propia marca. Lo primero que ha de verificar la persona encargada de administrar la presencia de una marca en internet es que el sitio web corporativo cuente con un aviso legal y una política de privacidad que regule el marco de actuación de los usuarios en la web, definiendo la responsabilidad que corresponde a cada uno por su comportamiento en ella. Dichos textos, que deben estar en un lugar fácilmente accesible, han de informar asimismo del uso que se dará a los datos de carácter personal de los usuarios que, en su caso, sean recabados en la web, así como de los derechos de propiedad intelectual e industrial sobre los contenidos ubicados en el portal. La segunda de las recomendaciones legales pasa por cerciorarse de que los contenidos publicados en las redes sociales o en su propio entorno web sean originales, esto es, fruto de su propia creación; sin que sea admitido en ningún caso el plagio, aunque sí la inspiración. Asimismo, es posible hacer uso de contenidos publicados previamente por terceros cuando las licencias asignadas a ellos así lo permitan. El caso más común es el de las licencias Creative Commons o similares, que permiten, como norma general, la reutilización de contenidos citando la fuente. Fuera de estas licencias, y aunque cada legislación tiene sus propias particularidades, reproducir contenidos de otros sin su consentimiento –aun citando la fuente– es contrario al derecho, por cuanto que la cita como tal está únicamente tolerada cuando el uso que de ella se hace se limita a fines docentes o de investigación. Como tercer paso en la gestión de una empresa en la red, cabe señalar que esos contenidos de los que el gestor de comunidades hace uso han de respetar en todo caso los derechos individuales de los particulares y, en especial, por lo habitual del supuesto, su derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la privacidad. A modo de resumen, el gestor de una comunidad no ha de menospreciar a ningún tercero cayendo en el insulto, no debe entrar a valorar cuestiones de la vida íntima de las personas ni utilizar la identidad, fotografías o datos de otros sin su expreso consentimiento.


A modo autorregulatorio, el gestor de comunidad debe cumplir además con las políticas éticas corporativas, evitar a toda costa la difusión de rumores infundados y abstenerse de realizar referencias a la competencia que puedan resultar ofensivas para aquella. Otro de los puntos clave en la gestión corporativa en internet es la realización de campañas o actividades promocionales hacia usuarios y potenciales clientes. Cada norma estatal tiene sus propias particularidades, pero, con carácter general, el principio de información y consentimiento expreso opera como legitimador de la realización de campañas publicitarias individualizadas, de forma que los destinatarios de las mismas sean quienes de manera cierta las hayan solicitado. Además, la observancia de las propias normas de las redes sociales es determinante, por cuanto que muchas de ellas imponen pautas específicas a la hora de realizar sorteos, concursos o promociones en su seno. Por último, otro de los aspectos que marcan de manera absoluta el modus operandi del gestor de comunidades es el régimen de responsabilidad por los contenidos publicados por terceros en la web corporativa. Como principio general, está la no obligación de supervisión de los contenidos, es decir, no existe obligación de monitorizar todos y cada uno de los comentarios publicados por los usuarios de una web, pero sí de proceder a su eliminación o moderación cuando los mismos sean de manera evidente vulneradores de derechos de terceros. En esta línea, aceptar las críticas y no censurar comentarios contrarios a la propia marca tienen que ser normas básicas de comportamiento del gestor. Obviamente, los anteriores no son los únicos parámetros legales que han de guiar el comportamiento del community manager, pero sí son posiblemente los que se repiten de modo recurrente en su trabajo diario. Y todo ello porque, además de su propio talento, el conocimiento legal de su entorno es fundamental para el éxito de su actividad.

Consejos jurídicos para blogueros Escribir un blog puede parecer algo sencillo a primera vista. Pero si nos detenemos a analizar cuántos de los que se actualizan a diario cumplen con la legalidad vigente, podremos percatarnos de que hacerlo de manera legal no es tarea fácil. Según publicaba recientemente el sitio de internet www.pingdom.com, el año 2010 terminaba con alrededor de 152 millones de blogs publicados en todo el mundo. Determinar cuántos de esos blogs son totalmente legales es prácticamente imposible. En cualquier caso, dado que la mayor parte de las controversias y dudas vinculadas a su legalidad tiene estrecha relación con sus propios contenidos, esto es, con si los textos e imágenes que el bloguero comparte en su blog vulneran los derechos de algún tercero, ahí van una serie de consejos jurídicos para gestionar un blog legal: El texto. Resulta obvio indicar que el autor de un texto es titular de los derechos y, al tiempo, el único legitimado para autorizar su reproducción en cualquier otro lugar, incluidos otros blogs.


No obstante, existe una serie de límites a los derechos de autor, tales como el «derecho de cita» o la «excepción de actualidad», que permiten la reutilización de textos de terceros en ciertos supuestos: El derecho de cita. Sin perjuicio de que cada legislación presente sus propias particularidades, para que la cita sea lícita es preciso, en principio, que la obra original esté ya divulgada, se mencione la fuente y, sobre todo, se persigan fines docentes o de investigación. Sobre la base de esta última exigencia, no estarían incluidas un gran número de citas socialmente toleradas y que no se realizan en dicho ámbito, tales como las citas de versos o frases célebres de terceros al inicio de una entrada de un blog. La excepción de actualidad. Las distintas normas reguladoras de la propiedad intelectual permiten, aunque con límites, la reproducción parcial en los medios de comunicación de trabajos y artículos sobre temas de actualidad. El problema radica en la exclusión de internet como medio de comunicación por parte de los tribunales, lo que parece hacer complicada esta vía. Las fotografías y los dibujos. En este sentido es necesario destacar que, con carácter general, estos se hallan protegidos por las distintas legislaciones y tratados internacionales existentes en materia de propiedad intelectual. Por ello, es necesario desechar esa extendida idea de que las imágenes que se encuentran en internet son de libre uso. El bloguero que desee incorporar una fotografía, un dibujo o un gráfico de un tercero debe pedir permiso al titular de sus derechos para poder compartirlo en su blog. Cuestión distinta es que el autor de una fotografía o de un dibujo decida liberar su uso empleando una licencia abierta, Creative Commons o similar, en cuyo caso habría que atender a los términos concretos de dicha licencia. Si bien es cierto que la anterior es la realidad jurídica, la práctica es bien distinta. Es habitual encontrar sitios webs que reutilizan fotografías y contenidos de terceros, limitándose a citar su fuente. Pese a que se practica cierta tolerancia en este sentido, no existe sustento jurídico que ampare dicha práctica. A esta situación debemos sumar la dificultad añadida de identificar, en ocasiones, a los titulares de una determinada obra. Es lo que se conoce como «obras huérfanas» (aquellas a cuyo autor resulta imposible localizar). Aunque este fenómeno no tiene una solución jurídica global, la Federación Internacional de Entidades de Derechos de Reproducción (IFRRO) abogaba recientemente por permitir el uso de dichas obras siempre que el usuario demuestre su buena fe en la búsqueda de los titulares de derechos antes de usarlas. En definitiva, la consecuencia jurídica de desobedecer lo dicho anteriormente, tanto en cuanto a los textos como a las imágenes, podría suponer la vulneración de los derechos de propiedad intelectual de sus autores y, en su caso, ser constitutivo del delito de plagio, si concurriesen elementos penales. La mejor manera de evitar cualquier controversia a este respecto es la publicación de contenidos


originales, sin perjuicio de que en nuestro sistema jurídico la inspiración en obras pasadas sea libre, como reiteradamente han expuesto juzgados y tribunales. Como decíamos, no es tarea fácil la de actualizar un blog en los estrictos márgenes de la legalidad. Diez consejos para evitar sustos en la red Sin perjuicio de lo dicho anteriormente y a efectos de combatir tales tensiones jurídicas y amenazas, es importante atender a los siguientes aspectos para evitar sustos en internet: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

Evitar navegar por sitios web a los que se tenga acceso únicamente a través de enlaces sospechosos. No acceder a páginas web de dudosa reputación o que, por su contenido, sean claramente inapropiadas. Actualizar el sistema operativo y las aplicaciones de los equipos informáticos. Descargar aplicaciones únicamente desde sitios web oficiales. Utilizar tecnologías de seguridad, tales como antivirus, antimalware, sistemas de control parental, etc. Evitar facilitar información personal a sitios web desconocidos o en formularios cuya procedencia se ignore. Tener precaución al clicar en los resultados devueltos por los buscadores web. Aceptar solo contactos conocidos. Evitar la ejecución de archivos sospechosos: los ejecutables son una de las principales vías de infección de equipos informáticos. 10. Utilizar contraseñas robustas y evitar las que sean fácilmente deducibles por los demás. Obviamente, el seguimiento de las anteriores recomendaciones no implica la ausencia absoluta de conflictos en la navegación en internet y en las redes sociales, pero sí ayudan a mitigar sustos indeseados del usuario en su día a día y en la interacción con otros usuarios. Junto a estas recomendaciones, el sentido común es siempre el mejor aliado.


ANEXOS


VOCABULARIO BÁSICO: TÉRMINOS IMPRESCINDIBLES 2.0

Véase web 2.0.

accesibilidad

Capacidad de acceso a un contenido multimedia (imágenes, textos, vídeos, audios, etc.) y de comprensión y utilización por el mayor número posible de usuarios, con independencia tanto de sus capacidades físicas, técnicas e intelectuales como del dispositivo y del medio que empleen.

acortador de direcciones web

Sistema que hace más corta y manejable una dirección web (URL). Los acortadores resultan útiles con direcciones de páginas web que son demasiado extensas y que pueden fragmentarse o alterarse (y, por tanto, no funcionar) si se envían por correo electrónico. También son útiles si se quiere incluir estas direcciones en lugares en los que existe restricción de espacio, como un tuit, o sencillamente donde ocupan demasiado, como en una bibliografía de recursos en línea. Ejemplos de acortadores son Bitly o TinyURL.com. La ventaja de estos sistemas (generalmente disponibles desde páginas web) es que ofrecen al internauta ciertos datos estadísticos sobre los enlaces acortados, como el número de veces que se han visto, en qué regiones del mundo se ha pulsado el enlace, etc. Su nombre en inglés es URL shortener.

acortador de enlaces

Véase acortador de direcciones web.

actualización del Creación de una entrada en una red social con la que se pretende indicar el estado de ánimo o la situación del autor. En las redes sociales más conocidas (Facebook, Google+, Linkedin...) el estado internauta dispone de un pequeño cuadro para escribir ideas, informar sobre su estado de ánimo o compartir cualquier otra información con sus contactos. Se recomienda usar la expresión actualización del estado para referirse a esta actividad. Su nombre en inglés es status update. add-on

Véase complemento.

adjunto

Elemento que se adjunta en un mensaje de correo electrónico.

aggregator

Véase lector de contenidos.

agregador

Véase lector de contenidos.

alojamiento web/ hospedaje web

Se refieren al acto de guardar el contenido de una página web en un servidor, proporcionado generalmente por una empresa de servicios de alojamiento. En el proceso de adquisición de un dominio web por una empresa o un particular (por ejemplo, amigos.org, empresa.net), son necesarios dos pasos: primero, el registro del dominio, para lo que debe acudirse a un registrador de dominios (una función similar a la del registro de la propiedad), y segundo, la contratación de un espacio en el


que alojar físicamente los archivos e imágenes que constituirán la página web (la que verán los visitantes al introducir ese dominio en su navegador), un servicio que se contrata a los proveedores de alojamiento. Su nombre en inglés es web hosting. analítica web

Se trata del análisis del tráfico que llega a una página web; se lleva a cabo mediante herramientas de medición, como por ejemplo Google Analytics, que nos proporcionan datos sobre los usuarios y sus costumbres de navegación: horarios, tiempo de permanencia, procedencia, etc.

anchor text

Véase texto ancla.

animación

Proceso de sucesión de imágenes o dibujos que, a una determinada velocidad, crea la sensación de movimiento.

anuncio

Véase banner.

aplicación

En ocasiones, sinónimo del término programa. Nombre genérico que reciben los programas informáticos destinados a su uso en computadoras y teléfonos móviles o dentro de otras plataformas, de las cuales dependen para su funcionamiento, como es el caso de las aplicaciones destinadas a Facebook. Ejemplo: «Me instalé en el teléfono una aplicación de la App Store». Su nombre en inglés es application o, en su forma abreviada, app.

app

Véase aplicación.

applet/gadget/ widget

Términos ingleses que, en informática, se refieren a programas de reducidas dimensiones que suelen cumplir una función específica; generalmente dependen de otro programa mayor para funcionar o lo complementan. En ocasiones, en español se los denomina subprogramas.

application

Véase aplicación.

artículo/entrada

Son las noticias o artículos que se incluyen cronológicamente en publicaciones de internet como blogs o redes sociales.

asunto

En los mensajes de correo electrónico, campo que sirve para contextualizar el mensaje y conocer su contenido de manera rápida, a modo de titular.

audiodescripción Técnica que se utiliza para transmitir la información de un contenido multimedia a personas ciegas o que presentan discapacidades visuales. Consiste en añadir un contenido alternativo en formato audio para describir las acciones, los personajes, los gestos, los paisajes y todo lo relevante que ocurre en la pantalla para ayudar a comprender el contexto de la narración. autenticar

Acto de verificar, mediante un sistema de comprobación, la identidad de un usuario. Las autenticaciones más habituales se llevan a cabo solicitando un nombre de usuario, una contraseña o un código de identificación generado por el sistema al que se quiere acceder.

autorrefresco

Momento en que una página web se actualiza, cuando vuelve a cargar de forma automática el contenido. Se produce a veces, por ejemplo, cuando estamos viendo un vídeo o leyendo un texto. Esto ocurre porque la web tiene la orden de recargarse de forma regular para actualizar su oferta de contenidos.

avatar

Esta palabra ha adquirido una nueva acepción en informática. Tanto en inglés como en español, el vocablo tiene, entre otros, el significado de «reencarnación, transformación». Hace años empezó a utilizarse en internet con el sentido de imagen gráfica (dibujo, fotografía o secuencia de imágenes) elegida por un internauta y que lo identifica en un foro, una comunidad o una página web: «El avatar de María es una oveja verde».

badge

Véase insignia.

banner

El diccionario Clave define banner como «anuncio publicitario que aparece en una página web y que


suele enlazar con el anunciante», y advierte de que se trata de un anglicismo innecesario que puede sustituirse por anuncio. También se puede definir como una animación publicitaria breve que da opción a clicar sobre ella para obtener más información acerca de lo anunciado. beta

Se trata de un acortamiento de beta-test o versión beta y es la versión de prueba de un programa que está preparado para que los usuarios lo examinen; no dará paso a la versión definitiva hasta ser probada y revisada.

beta-test

Véase beta.

beta testers

Usuarios que prueban una versión de un programa. Véase beta.

blind carbon copy

Véase cco.

blog

Acortamiento del inglés weblog. Según el Diccionario panhispánico de dudas, es un «sitio electrónico personal, actualizado con mucha frecuencia, donde alguien escribe a modo de diario o sobre temas que despiertan su interés y donde quedan recopilados asimismo los comentarios que esos textos suscitan en sus lectores». Las traducciones que se han hecho de este término en español son bitácora, cuaderno de bitácora, ciberbitácora o ciberdiario, pero el uso ya ha asentado en nuestra lengua el término blog.

blog de vídeo

Véase videoblog.

blogger

Véase bloguero.

blogging

Véase bloguear.

blogosfera

Adaptación del inglés blogosphere. Se emplea para referirse al conjunto de los blogs.

blogosphere

Véase blogosfera.

blogrol

Lista que contiene enlaces a otros blogs, los que frecuentemente lee el autor de la página donde está la blogrol.

blogtrip

Es el equivalente al viaje de familiarización a un destino turístico para periodistas, pero en versión 2.0. Se trata de una acción de comunicación en la que se invita a un grupo de blogueros o de personas influyentes en la red para que conozcan de primera mano el producto, viviendo y experimentando todas sus ventajas, y lo difundan a través de sus blogs y redes sociales.

bloguear

Adaptación del inglés blogging. Hace referencia a la acción de escribir en un blog.

bloguero

Persona que tiene un blog. En inglés, blogger.

boletín electrónico

Véase newsletter.

bookmark

Véase favorito/marcador.

botón

En nuevas tecnologías es el elemento que sirve para interactuar y nos permite pasar de un contenido a otro. Véase menú/botón.

branding digital

Imagen de marca en la red. Es el resultado de un conjunto de estrategias y herramientas de márquetin y diseño para crear una identidad visual en internet.

breadcrumbs

Véase migas de pan.

broken link

Véase enlace roto.


buscador

Véase motores de búsqueda.

buscador web

Véase motores de búsqueda.

búsqueda facetada

Búsqueda a través de filtros por tipos de contenidos (por ejemplo, texto, vídeo, foto, etc.), por orden cronológico o geográfico, por temática, etc.

buzoneo

Véase mailing.

c. e.

Abreviatura de correo electrónico.

canal

En los medios tradicionales, cada una de las bandas de frecuencia en que puede emitir una estación de televisión o de radio. En internet, una fuente web o canal web es un medio de redifusión de contenido web. Su nombre en inglés es web feed.

canal web

Véase canal.

captchas

Herramienta que se utiliza como filtro en el acceso a determinados servicios de una página web con la finalidad de distinguir entre máquinas y personas. Para superar el filtro, el usuario debe descifrar un conjunto de caracteres que se muestran en una imagen.

captura de pantalla

Llamada coloquialmente pantallazo, es una imagen tomada por una computadora para capturar los elementos vistos en el monitor u otro dispositivo de salida visual. Su nombre en inglés es screenshot.

carbon copy

Véase cc.

cascading Style Sheets

Véase hojas de estilo.

catalogación

Es parte del tratamiento documental y consiste en describir (mediante la generación de metadatos) tanto la forma como el contenido de los documentos para facilitar su recuperación y consulta.

categoría

Es una forma de clasificar. Su función es ayudar a sistematizar el contenido de forma que sea más fácil su localización. La categorización se puede utilizar como índice de consulta o sumario temático global para navegar sobre los diversos contenidos.

cc

En el entorno de internet, abreviatura de con copia o copia de carbón. Corresponde al inglés carbon copy.

cco

Abreviatura de con copia oculta. En inglés, blind carbon copy.

chat

Sistema de comunicación inmediata a través de una pantalla de computadora o dispositivo móvil por el que dos o más usuarios pueden mantener una conversación escrita a través de internet o de otras redes. Hoy es ya una voz asentada, según indica el Diccionario panhispánico de dudas. Su plural es chats. El verbo, derivado de esta voz, que se utiliza para referirse a «mantener una conversación mediante la red, intercambiando mensajes electrónicos» es chatear.

chatear

Véase chat.

check lists

También llamadas listas de control, son listas de comprobación o verificación de tareas.

ciber-

Elemento compositivo creado por acortamiento del adjetivo cibernético, que forma parte de términos relacionados con el mundo de las computadoras u ordenadores y de la realidad virtual: ciberespacio, cibernauta, etc. Todos los términos formados con el prefijo ciber- deben escribirse en una sola palabra y sin guion intermedio: cibercafé, cibercomercio, ciberespacio, cibertienda, ciberataque, etc.

ciberataque

La grafía adecuada del sustantivo que alude a los ataques a través de las redes informáticas es ciberataque, no cíber ataque, ni cíber-ataque. Véase ciber-.


cibercurso

Véase webinario.

cibernético

Véase ciber-.

ciberreputación

Véase reputación digital.

cifrar

El DRAE define cifrar como «transcribir en guarismos, letras o símbolos, de acuerdo con una clave, un mensaje o texto cuyo contenido se quiere proteger». Evítese el anglicismo encriptar.

clic

En español, lo apropiado es escribir clic, plural clics, en lugar de la forma inglesa click. Para referirse a la presión ejercida con el ratón de la computadora, es preferible utilizar pulsar, pinchar o hacer clic a clicar o cliquear.

clicar

Efecto de presionar un botón del ratón con el objetivo de que haya una reacción en el computador. Véase clic.

click

Véase clic.

CMS

Gestor de contenidos. Proviene del inglés Content Management System.

código abierto

Expresión genérica para referirse a los programas que se hacen con un código de programación que, en lugar de cifrarse y protegerse (para que no pueda ser modificado), se deja abierto y, por tanto, expuesto a alteración o mejora por parte de otros programadores. En este concepto se sobreentiende la cesión del programa generado con ese código para su uso libre y gratuito por otros usuarios. El ejemplo más popular de esta aplicación es el sistema operativo Linux.

código QR

Un código QR (quick response barcode, código de barras de respuesta rápida) es un sistema que almacena información mediante un procedimiento de codificación de última generación.

colaboración masiva

Véase crowdsourcing.

colaborativo

Adjetivo especialmente usado en internet para referirse a proyectos que son fruto de la colaboración de varias personas, como, por ejemplo, un blog colaborativo, en el que se publican artículos de diversos autores. También se refiere a la interacción entre personas que cooperan e intercambian conocimientos y recursos para aprender u obtener un beneficio común sin entrar en competencia (por ejemplo, aprendizaje colaborativo).

complemento

En internet, esta palabra suele hacer referencia a dos conceptos: al complemento necesario en un navegador web para poder ver o ejecutar material multimedia de distintas fuentes (por ejemplo, para ver los vídeos de Youtube es necesario descargar el complemento para Flash de Adobe), también se suele ver en su forma inglesa: plugin; y a los accesorios (en inglés, add-on) que mejoran o amplían las funciones del propio navegador.

comunidad cibernética

Conjunto de personas agrupadas, gracias a internet, en torno a un interés común. En el caso de que esas personas utilicen una página web para reunirse e intercambiar información e impresiones, suele hablarse de comunidad web.

comunidad web

Véase comunidad cibernética.

community manager

Véase gestor de comunidades virtuales.

conectividad

Capacidad de conexión de un dispositivo informático con otros. Según el DRAE, «En diversas especialidades, capacidad de conectarse o hacer conexiones»; se utiliza en frases como «conectividad de la impresora: USB, paralelo, Ethernet».

con copia

Véase cc.

con copia oculta

Véase cco.


consulta o query

En una base de datos o en un buscador es la pregunta o la consulta de datos que efectuamos en la caja de búsqueda.

contraseña

Véase password.

cookie

Pequeño archivo con información que se guarda en el disco duro al visitar algunas páginas web y que sirve a los administradores de dichas páginas para recopilar datos estadísticos y de uso relacionados con el visitante.

copia de carbón

Véase cc.

copyleft

Término inglés para denominar la cesión de derechos, especialmente en internet. Juega con los elementos de copyright (copy, «copia»; right, «derecho»), y left («izquierdo») para designar el hecho de permitir que un programa informático (o cualquier otra obra) sea gratuito y que todas las versiones modificadas o ampliadas de dicho programa también lo sean. Las leyes de copyright permiten al autor prohibir a otros la reproducción, adaptación o distribución de copias de su trabajo. Con el copyleft, sin embargo, el autor puede dar a las personas que reciban una copia del trabajo el permiso para reproducirla, adaptarla o distribuirla, con la condición de que las nuevas versiones mantengan el copyleft. Este término debe escribirse en cursiva.

correo basura

Véase spam.

correo no deseado

Véase spam.

cronología

Disposición cronológica de escenas (en vídeo) o de comentarios (en Twitter).

cross-media

Sistema de narración en el que se integran formatos de los nuevos medios y de los tradicionales. En él se utilizan los recursos de un modo cruzado; por ejemplo, con una misma trama o historia se crean la película, el libro, el videojuego, la web, la red social...

crowdsourcing

Neologismo para referirse a la tendencia a generar grandes comunidades alrededor de un tema de interés, con el objetivo de conseguir una colaboración masiva y voluntaria de personas con un mismo fin.

CSS

Véase hojas de estilo.

desarrollar

El DRAE lo define, en una de sus acepciones, como «acrecentar, dar incremento a algo de orden físico, intelectual o moral». Sin embargo, debido a la influencia de las traducciones literales, este verbo aparece con frecuencia con el sentido de «crear», pues en inglés el verbo develop no solo significa «desarrollar», sino también «generar», «producir» o «crear». Por el mismo motivo se emplea desarrollador en lugar de creador o productor. Debe evitarse esta confusión y distinguir a la persona que crea de la que desarrolla, en especial si son diferentes.

desconexión

Véase offline.

desvirtualizar

Neologismo que se ha empezado a emplear con cierta frecuencia en las redes sociales con el significado de «conocer en persona a alguien que solo se conocía por internet». Tiene relación con el uso del adjetivo virtual para referirse a aquello que sucede dentro de un sistema informático, de una red social o de internet, en general en contraposición a lo real y palpable. Ejemplo: «Somos amigos virtuales; nos conocemos solo del chat». Véase virtual.

digitalizar

Neologismo necesario. Significa «registrar datos en forma digital».

dirección web

Véase URL.

dispositivo móvil Término genérico para referirse a cualquier aparato telefónico o informático portátil de dimensiones


reducidas, especialmente a aquellos con capacidad para conectarse a internet a través de una red 3G o wifi. Algunos ejemplos de dispositivos móviles son los teléfonos inteligentes (smartphones), las tabletas portátiles (iPad, Samsung Galaxy...) y otros aparatos de bolsillo (iPod, agenda electrónica...). En inglés, mobile device, handheld. doc

Formato de archivo de texto generado por Microsoft Word.

download manager

Véase gestor de descargas.

DSI

Sigla de difusión selectiva de la información. No es un concepto nuevo. En la actualidad, con el desarrollo de la tecnología, se ha potenciado la capacidad de automatización que tienen estos servicios con los que es posible suscribirse a un determinado canal de información. Por ello, cuando hablamos de RSS, suscripciones, listas de Twitter y otras alertas, estamos hablando de un servicio de difusión de información digital, en el que el usuario indica sus preferencias y recibe de forma automática cada una de las actualizaciones.

e-book

Véase libro electrónico.

e-learning

Véase educación en la red.

e-newsletter

Véase newsletter.

educación en la red

Educación a distancia que utiliza internet como herramienta de aprendizaje.

email

El término inglés e-mail es la abreviación de electronic mail. Lo apropiado en español es usar correo electrónico.

emoji

Término japonés que se refiere a los emoticonos o ideogramas que se usan en mensajería instantánea para teléfonos. Varias empresas telefónicas japonesas crearon una serie de emoticonos dibujados (es decir, no se hacen con signos de puntuación combinados) para facilitar su integración en diversos sistemas operativos telefónicos. El uso de los emojis resulta más cómodo que el de los emoticonos tradicionales en la mensajería instantánea entre teléfonos inteligentes.

emoticono

Término formado por la combinación de las palabras emotion e icon («emoción» e «icono»). En el argot informático, un icono es un símbolo o representación gráfica esquemática de una función. Los emoticonos intentan reflejar nuestro estado de ánimo mediante un icono.

encriptar

Véase cifrar.

encuentro tuitero

Término coloquial que define un encuentro de usuarios de Twitter. Su nombre en inglés es tweetup.

eNewsletter

Véase newsletter.

enlace

Véase hipervínculo.

enlace inverso

Es un método para notificar a una web la publicación de un artículo en el que se hace referencia a ella. Se recomienda utilizar esta expresión en lugar del término inglés trackback.

enlace permanente

Es una dirección web invariable de un artículo de un blog o una página web con la que se facilita su cita y su referenciación en otras webs. El uso de direcciones web permanentes es conveniente para que el contenido de una página acumule antigüedad en los buscadores web, pueda consultarse periódicamente sin perderse y sea más fácil de encontrar y, por tanto, aumente su relevancia. Su nombre en inglés es permalink.

enlace roto

Es un hiperenlace que, al ser pulsado, da error y no abre la página web correspondiente, generalmente debido a que esta ha cambiado de dirección web o porque el sitio web en el que estaba


entorno informático

alojada ha desaparecido o la ha borrado. Su nombre en inglés es broken link. Véase plataforma.

entornos 2.0

Véase web 2.0.

entrada

Véase artículo/entrada.

entradilla

Véase lead.

entrevista digital

Entrevista realizada a través de los nuevos medios.

etiqueta

Término con matices distintos en función del lugar en el que se aplique. En algunas redes sociales es la identificación de una persona en una fotografía, entrada o artículo propio o ajeno (en inglés, tag). En Twitter se refiere a la etiqueta identificadora de un tema, que debe ir precedida del signo almohadilla (#), para facilitar la búsqueda temática dentro de este sistema (en inglés se denomina hashtag). Ejemplos: «Acabo de etiquetarte en una foto de la cena de empresa», «Utilizad la etiqueta #CongresoVLC para tuitear sobre lo que suceda en el congreso».

explorador

Véase navegador.

eyetracking

Sistema que evalúa el punto donde se fija la mirada (dónde estamos mirando) o el movimiento del ojo en relación con la cabeza. Se trata de una tecnología de seguimiento ocular en auge actualmente en el mundo de la usabilidad.


favorito/marcador

Dirección web de una página que se guarda en el navegador o en una carpeta del disco duro para poder consultarla en otras ocasiones, como hacemos con un marcapáginas en un libro para poder recuperar el lugar en el que detuvimos la lectura.

feed

Véase canal.

folksonomía

Son sistemas de clasificación en los que es el usuario el que se encarga del etiquetado. Así, son los usuarios los que describen los contenidos y quienes conjuntamente proponen formas distintas para encontrarlos.

follow

Véase seguir.

follower

Véase seguidor.

foro

Sección temática de una página web en la que los usuarios pueden publicar mensajes que otros usuarios, a su vez, pueden responder o comentar. A diferencia de lo que sucede con los chats, los foros no se comentan en vivo. En ocasiones son incluso moderados, es decir, que un moderador lee y aprueba los mensajes antes de publicarse, por lo que transcurre cierto tiempo entre su envío por el usuario y su publicación efectiva en el foro.

fuente RSS

Formato para la publicación de noticias. Información que proporciona una página web en formato XML (en inglés, RSS feed) y que pueden recibir sus suscriptores. Para leerla, se necesita un lector de RSS o recopilador (en inglés, RSS reader y aggregator, respectivamente). Véase RSS.

fuente web

Véase canal.

gadget

Véase applet/gadget/widget.

galería

Repositorio de imágenes y microtextos relacionados con las propias imágenes. Suele tener la capacidad de ampliar y reducir dichas imágenes.

geoetiquetar

Asignar las coordenadas geográficas a un contenido publicado en internet. Con las técnicas de geolocalización que incorporan muchos teléfonos inteligentes, dispositivos móviles y computadoras dotados de GPS, es posible sacar fotos y publicar tuiteos o comentarios en las redes sociales que incluyan las coordenadas geográficas de lo publicado, para que otros puedan ubicarlos en un mapa.

geolocalización

Localización de un objeto en un sistema de coordenadas. Gracias a la geolocalización o georreferenciación (en inglés, geolocation) y al abaratamiento de la tecnología, ha aumentado la utilización de programas que permiten localizar al usuario de un teléfono móvil, una tableta o un dispositivo móvil dotados de GPS. El uso comercial de la geolocalización permite, por ejemplo, enviar información al usuario sobre comercios, restaurantes o museos cercanos a su posición. Además, algunos teléfonos y cámaras fotográficas permiten geoetiquetar las imágenes y los comentarios que se publican.

geolocalizarse

Véase georreferenciarse/geolocalizarse/geoposicionarse.

geolocation

Véase geolocalización.

geomárquetin

Es una técnica de márquetin que proviene de la unión entre el márquetin y la geolocalización. Mediante la identificación de un espacio físico concreto, se pueden localizar los elementos que hay alrededor con sus características. Como la telefonía móvil permite localizar nuestra situación en un mapa digital, las posibilidades del geomárquetin han crecido mucho y podemos informar de todo lo que hay cerca de nosotros.

geoposicionarse

Véase georreferenciarse/geolocalizarse/geoposicionarse.

georreferenciación Véase geolocalización.


georreferenciarse/ Verbos que se refieren a la acción de definir mediante coordenadas cartográficas el lugar en el que nos encontramos con respecto a un mapa. geolocalizarse/ geoposicionarse gestor de comunidades virtuales

Según la Asociación Española de Responsables de Comunidad (Aerco), «un community manager es aquella persona encargada/responsable de sostener, acrecentar y, en cierta forma, defender las relaciones de la empresa con sus clientes en el ámbito digital, gracias al conocimiento de las necesidades y los planteamientos estratégicos de la organización y los intereses de los clientes». Se recomienda que, para referirse a la persona que desarrolla dichas funciones, se opte por términos españoles, como gestor o responsable de comunidades virtuales, digitales, en línea o de internet. Además, por tratarse de un cargo, se recuerda que debe escribirse con minúsculas iniciales.

gestor de descargas

Programa de funcionamiento autónomo o dependiente de un navegador, en el que se instala como complemento con el que se pueden organizar las descargas de varios archivos de internet, reanudarlas en el caso de que se interrumpa la conexión y ordenarlas, entre otras funciones. Dado que muchos sistemas operativos o navegadores no reanudan la descarga de un archivo en el caso de que se interrumpa la conexión a internet, el uso de uno de estos gestores facilita la administración de varias descargas, especialmente si estas requieren mucho tiempo o la conexión a internet es inestable. Su nombre en inglés es download manager.

grupo

En internet, página que sirve para el debate entre personas agrupadas en torno a un interés común. En ocasiones, grupo es sinónimo de lista de correo, pero en algunas redes sociales, como Linkedin o Facebook, se trata de una página, generalmente temática, de acceso libre o privado (mediante invitación), en la que los miembros del grupo pueden publicar comentarios o comentar los ya publicados.

guion interactivo

El guion es imprescindible para definir los objetos interactivos multimedia, es un documento de trabajo donde se definen y especifican las pautas e interacciones posibles entre los contenidos (texto/audio/vídeo) y el usuario (diseño de interacción) que sirve de guía a los desarrolladores.

hacker

El término suele traducirse en español como pirata informático («persona que utiliza las computadoras para acceder a ciertos datos sin permiso»), aunque esta es solo una de las dos principales acepciones que tiene el término en inglés. La otra es la de «programador o usuario especialmente entusiasta y conocedor de la informática»; de ahí que sea habitual encontrarse con el término inglés para referirse, en español, a personas que no hacen nada ilegal ni acceden a datos de manera no autorizada. En caso de escribir el término inglés, este debe ir en cursiva. Es preferible utilizar la expresión pirata informático, salvo si el contexto es muy específico y no implica un uso negativo de la tecnología.

handheld

Véase dispositivo móvil.

hashtag

Véase etiqueta.

hiperenlace

Véase hipervínculo.

hipertexto

Formato de texto que contiene enlaces a otros documentos.

hipervínculo

Es un código que se inserta en un elemento (texto o imagen, por ejemplo) y que permite navegar al clicar sobre este elemento. El hipervínculo o enlace posibilita el acceso a otros documentos, páginas u otras partes del mismo documento o sitio web. Los hipervínculos son parte fundamental de la arquitectura de internet, pero el concepto no se limita al HTML o a la web. Casi cualquier medio electrónico puede emplear alguna forma de hipervínculo.

hojas de estilo

Es un elemento del lenguaje HTML que permite crear plantillas de estilo gráfico y aplicarlas a las diferentes páginas de un proyecto manteniendo elementos comunes en la maquetación, como colores, tipografía, tamaños de letra, fondos... Su nombre en inglés es cascading style sheets, «hojas de estilos en cascada».


home

Véase página de inicio/portada.

home page

Véase página de inicio/portada.

hospedaje web

Véase alojamiento web/hospedaje web.

hosting

Véase alojamiento web.

HTML

Siglas de hypertext markup language (lenguaje de marcado de hipertexto). Es un lenguaje de marcado con el que se «escriben» la mayor parte de las páginas web; permite describir la estructura y la forma de un texto.

inicio de sesión

Véase login.

innovación abierta

Es el hecho de combinar el conocimiento interno de una organización con el conocimiento externo y, a través de la inteligencia colectiva, sacar adelante ideas innovadoras. Su nombre en inglés es open innovation.

insignia

Rótulo de una página web que puede contener un logotipo o un diseño distintivo de esta. Su nombre en inglés es badge.

interactivo

Se dice de un programa con el que se interactúa, a modo de diálogo, entre máquina y persona.

interface

Véase interfaz del usuario.

interfaz

Véase interfaz del usuario.

interfaz del usuario

En informática, se denomina así al entorno que emplea el usuario para interactuar con una máquina, como el diseño de menús, los botones y las funciones que muestra un programa. Ejemplo: «La interfaz del usuario de esta fotocopiadora se basa en una pantalla con grandes botones, menús y listas desplegables con las funciones más habituales».

internauta

Neologismo formado con las palabras internet y nauta (navegante), que significa «usuario de internet» (expresión también recomendable); es decir, una persona que navega por internet y hace uso de la web. De hecho, en España existe una Asociación de Internautas y una Asociación de Usuarios de Internet (AUI).

internet

Según el DRAE, «red mundial de computadoras u ordenadores interconectados mediante un protocolo especial de comunicación». Si se usa precedido de artículo u otro determinante, es preferible usar las formas femeninas (la, una, etc.), por ser femenino el nombre genérico red, equivalente español del inglés net.

jpg

Proviene de Joint Photographic Experts Group, nombre del grupo que creó este formato. Es un formato de compresión de imagen, tanto en color como en escala de grises, con alta calidad. Suele ser el que tienen las imágenes de internet.

keyword

Véase palabra clave.

ladillo

Es un título breve que se coloca al margen de la página. Normalmente aparece justificado a un lado y suele utilizarse para llamar la atención e indicar el contenido del texto al que acompaña.

layout

Véase prototipo virtual.

lead

El lead o entrada (para otros, entradilla), es el primer párrafo de un artículo, donde se escribe la idea básica del texto.

lector de contenidos

Sistema que recopila las publicaciones recientes (RSS) de webs o blogs. Es una forma de tener las últimas novedades de distintas páginas en una sola ventana, sin tener que visitar cada una de ellas. En inglés se emplea el término aggregator y en español se usa con frecuencia su traducción literal, agregador.


Para referirse al programa o página web que «recolecta contenidos de distintas fuentes o autores para leerlos de manera centralizada» se emplea también el nombre lector de noticias. lector de noticias

Véase lector de contenidos.

lector RSS

Véase lector de contenidos.

lectura por rastreo

Formato típico de lectura en pantalla en el que se lee primero el titular y se continúa la lectura de arriba abajo deteniéndose solo en los bloques de información que más hayan interesado a primera vista.

libro electrónico

Formato digital de lectura mediante el cual la tecnología y los nuevos dispositivos permiten sumar o mezclar distintos tipos de contenidos (textos, vídeos, fotografías, juegos...) y narratividad hipertextual.

lightbox

Véase galería.

línea cronológica

Véase cronología.

línea del tiempo

Véase cronología.

línea destacada

Véase tagline.

link

Véase hipervínculo.

listas de control

Véase check lists.

lista de correo o de distribución

Sistema que hace uso del correo electrónico para que un grupo de personas intercambie mensajes sobre un tema común. Todos los miembros de una lista mandan sus mensajes a una única dirección (un servidor de listas) que, a su vez, los envía por correo electrónico a todos los miembros, que pueden responder y comentar por el mismo medio.

login

Término inglés que puede sustituirse por inicio de sesión. Sirve para referirse al acto de acceder a un sistema o servicio informático o de abrir una sesión en un sistema o una red.

mailing

Hace referencia al envío masivo de correspondencia realizado por una empresa o al reparto de propaganda por los buzones particulares. En español se emplea el término buzoneo, cuyo verbo correspondiente es buzonear.

mailing list

Lista de envío, fichero de direcciones, fichero comercial o directorio.

malware/spyware

Formas abreviadas de malicious software («programa informático malicioso») y de spy software («programa informático espía»), respectivamente. Ambos términos aluden a programas informáticos que, una vez instalados en una computadora, tienen un objetivo dañino, como utilizar parte de la memoria de dicha computadora para otros fines o espiar el uso que se hace de esta.

mapa web

Es un directorio con una lista de las páginas del sitio web o portal accesibles para los buscadores y los usuarios.

marcador

Véase favorito/marcador.

márquetin viral/ publicidad viral

Sistemas de publicidad o promoción (basados en texto, imagen o vídeo) en los que se hace uso de las redes sociales para llegar a más público, pues la campaña se va replicando como un virus entre los internautas, pasando de unos a otros con gran rapidez. En muchas ocasiones se difunden por internet noticias, imágenes o vídeos que resultan sorprendentes –para captar la atención y lograr difusión–, y un tiempo después se revela que formaban parte de campañas de publicidad encubiertas, de tipo viral.

mass media

Su uso correcto en español es medios de comunicación o medios de difusión. Si se opta por la expresión inglesa, debe escribirse en cursiva.


medios de comunicación

Véase mass media.

medios de difusión

Véase mass media.

medios sociales

Los medios sociales son un derivado de los nuevos medios, el espacio de información que se genera y comparte a través de las redes sociales de internet. Los ciudadanos utilizan estos canales para convertirse en informadores, y constituyen, en cierto modo, el núcleo de lo que se denomina la web 2.0, es decir, la web que posibilita el uso de la información compartida, comentada y debatida entre iguales en internet. En ocasiones también se les los denomina plataformas sociales. Su nombre en inglés es social media.

mensajería instantánea

Sistema de comunicación mediante el intercambio de mensajes que el destinatario recibe al momento en la pantalla de su ordenador o dispositivo móvil, y que se muestran en una pantalla emergente o se indican con alguna señal sonora, de manera que pueden contestarse inmediatamente y así establecer una conversación. Algunos ejemplos de programas de mensajería instantánea son Microsoft Messenger, Yahoo! Messenger, BlackBerry BBM, Skype, Google Talk o WhatsApp.

menú/botón

Elementos de la interfaz gráfica que nos permiten interactuar con los diferentes niveles de información. Todo elemento de la interfaz, ya sea texto o imagen, puede funcionar como botón.

metadatos

Significa «datos sobre los datos». Es un término ampliamente utilizado en el mundo digital y alude a cualquier elemento que describa algún aspecto de un objeto digital. Los profesionales de la información tipifican, clasifican y agrupan distintos metadatos en esquemas particulares para acciones concretas.

microblog

Es un medio de difusión web similar a un blog, aunque se diferencia de este en el tamaño de sus entradas o artículos, mucho más reducidos en el microblog (de ahí su nombre). Los dos sistemas de microblog más conocidos son Twitter y Tumblr.

microformato

Es un metadato (o conjunto de metadatos) pensado para describir un entorno muy concreto. Por ejemplo: el microformato hCard se utiliza para presentar información de una persona, y hRecipe se usa para describir una receta de cocina homogeneizada.

migas de pan

Es el sistema de navegación de un sitio web que, a través de la ruta de navegación que se ha seguido, permite volver sobre nuestros pasos y conocer dónde nos encontramos en la estructura jerárquica de la web de acuerdo a la profundidad de esta. Se trata de un sistema de navegación alternativo a los menús.

minimación

Animación breve de entre cinco y diez segundos, aproximadamente. Véase animación.

mobile device

Véase dispositivo móvil.

motores de búsqueda

Son páginas web que sirven para buscar información en internet. Otras alternativas son buscador web o, simplemente, buscador.

móvil

Adjetivo que adopta nuevas acepciones con la tecnología portátil. Con frecuencia, se encuentra aplicado a programas y sistemas destinados a su uso en telefonía móvil o celular (es mejor utilizar la expresión aplicaciones para móviles que aplicaciones móviles).

móvil inteligente

Término comercial para denominar a un teléfono móvil que ofrece la posibilidad de instalación de programas para incrementar el procesamiento de datos y la conectividad. Su nombre en inglés es smartphone.

multiplataforma

Según el DRAE, «dicho de una aplicación o de un producto informático, que puede ser utilizado por distintos sistemas o entornos».

muro

Término con el que se denomina en algunas redes sociales la página personal de un usuario, en la


que tanto él como sus contactos pueden publicar información. Así, puede decirse, por ejemplo: «Te dejé un enlace a un vídeo divertido en tu muro». Su nombre en inglés es wall. navegador

Programa utilizado para abrir y visitar páginas web. Durante los años noventa coexistieron dos términos: explorador web y navegador web. Como en otras ocasiones, se trataba de una diferencia comercial: Microsoft había decidido llamar a su programa explorador web (Internet Explorer, incluido de serie en Windows), para mantener una coherencia terminológica y para que, además, los usuarios lo relacionaran con su explorador de archivos. Por otro lado, su principal competidor durante los años noventa y el principio del siglo fue Netscape, que empezó a usar el término navegador. En la actualidad parece que el uso de navegador es preponderante, igual que el del verbo navegar, con el sentido de visitar páginas web.

navegar

Significa consultar diversas páginas web pulsando sus hiperenlaces para acceder a otras afines o relacionadas. El término viene a ser la versión cibernética de los conceptos consultar u hojear, pero adaptados a internet. En el contexto de internet, su nombre en inglés es to surf.

netiqueta

Normas de cortesía en internet. Netiqueta es una palabra formada a partir del francés étiquette (etiqueta) y del inglés net (red), y hace referencia a una serie de consejos, adoptados a nivel mundial, que rigen la conducta apropiada de nuestros actos virtuales; es decir, cómo comportarse educadamente en internet.

networking

En español se recomienda seguir usando la expresión hacer contactos (en lugar del término inglés networking) para referirse al proceso de conocer o establecer vínculos con otras personas, especialmente con fines profesionales o comerciales.

newsletter

Con las formas eNewsletter, e-newsletter o simplemente newsletter se alude al boletín informativo periódico que se envía por correo electrónico a los suscriptores de un servicio, socios de una organización o clientes de una empresa con fines informativos o publicitarios. En español es preferible usar boletín electrónico.

newsreader

Lector de noticias. Véase lector de contenidos.

nick

El nombre o nick, del inglés nickname, es un alias que utilizamos en algunas plataformas, medios sociales o foros. Se puede usar el propio nombre u otra palabra que nos identifique.

nickname

Véase nick.

nombre

Véase nick.

nube

En informática, es el espacio de almacenamiento en un servidor informático centralizado al que el usuario sube archivos (imágenes, documentos o vídeos), a los que puede acceder desde cualquier dispositivo con conexión a internet (ordenador, dispositivo móvil). Ejemplo: «Antes de salir de viaje, he subido varios documentos a la nube, para trabajar con ellos al llegar a mi destino».

nube de etiquetas

Conjunto de etiquetas identificativas, dispuestas en forma de nube. Algunas webs y blogs incluyen una imagen en la que varias palabras parecen estar flotando en el aire (como en una nube) y que el internauta puede mover o seleccionar con el ratón. Las etiquetas corresponden a las categorías o temas tratados en esa web. Generalmente se muestran con un tamaño mayor las más importantes, es decir, las que más aparecen en los comentarios publicados. Su nombre en inglés es tab cloud.

nuevos medios

Son los medios que proporcionan acceso a la información a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Los nuevos medios permiten llegar a la información en cualquier momento y desde cualquier lugar, siempre que tengamos acceso a internet, a través de cualquier dispositivo digital. Se apoyan en tecnologías digitales y permiten la interactividad. Se caracterizan por la democratización en la creación, publicación, distribución y consumo de contenidos multimedia. Cualquier usuario puede generar información, así como comentarla y compartirla.

OAI

Sigla de Open Archives Initiative, es decir, acceso abierto a la información, a la ciencia, a la


publicación, una nueva filosofía de publicación digital y tratamiento de información en abierto, fuera de la cadena editorial y comercial de las publicaciones en papel. También llamamos OAI al protocolo informático que permite comunicar y recopilar los metadatos y los objetos digitales en los distintos repositorios. offline

En informática, este término inglés es el opuesto a online (conectado, en línea, por internet). Se traduce por sin conexión o desconectado: «Este programa te permite descargar canciones para luego oírlas sin conexión».

offtopic

Comentarios que se desvían del tema (por ejemplo, en un blog).

online

Puede ser traducido por los equivalentes españoles: conectado, en línea, por internet.

online reputation

Véase reputación digital.

ontología

Es un sistema de representación del conocimiento, es decir, un conjunto de conceptos y de relaciones que pueden ayudar a mejorar los resultados de una consulta y simplificar el proceso de búsqueda de información haciéndolo más fácil y automático. Las ontologías son uno de los elementos necesarios para la llamada web semántica (web inteligente).

open innovation

Véase innovación abierta.

ordenador de mano Véase dispositivo móvil.


p2p

Véase peer-to-peer (p2p).

pagerank

Índice de «calidad» otorgado por Google a un sitio; es el índice por el que Google mide la «importancia» de una página.

página de «error 404»

Es la página que nos devuelve el servidor web cuando no encuentra una página concreta por la que hemos preguntado, porque no existe. Se pueden diseñar este tipo de páginas para que tengan una imagen acorde con el resto del sitio web.

página de inicio/ portada

Página principal de una web. Contiene la presentación y los enlaces a las principales secciones y suele ser la página de nivel superior. En muchas ocasiones tiene una función similar a la de una portada de una revista o publicación, con sinopsis o titulares de los principales contenidos; de ahí el uso del término portada en muchos contextos. Su nombre en inglés es home page.

página web

Véase web.

palabra clave

Son las palabras que identifican el contenido más relevante de una página.

pantallazo

Véase captura de pantalla.

password

En español, contraseña. Es la palabra secreta que se utiliza para tener acceso a diferentes servicios.

PDF

Sigla de portable document format, un tipo de formato de texto creado por Adobe. Si fuera necesario explicarlo, se recomienda emplear la expresión formato de documento portátil, acompañada de la sigla.

peer-to-peer (p2p)

Tipo de conexión informática directa entre dos computadoras usando una línea exclusiva o internet. Debe traducirse como entre iguales o punto a punto. Este tipo de conexión permite que dos usuarios se conecten directamente, de un modo casi privado, para el intercambio de información a través de internet.

permalink

Véase enlace permanente.

personal branding

Véase promoción de marca personal.

pestaña

Cada uno de los separadores que tienen ciertos programas, como los navegadores web. En los últimos años, muchos programas informáticos (procesadores de texto, navegadores...) han cambiado su diseño para que, en lugar de abrir varias ventanas para cada elemento (documentos, páginas o imágenes), estos se abran en pestañas dentro de la misma ventana principal del programa. En las versiones españolas de los principales navegadores se utiliza el término pestaña. Su nombre en inglés es tab.

phishing

En español, delito informático, correo electrónico fraudulento, ciberestafa, fraude por internet... Alude a una técnica fraudulenta en internet para captar ilegalmente datos privados de los usuarios (nombres de acceso a cuentas, palabras clave o datos de las tarjetas de crédito). Para ello se recurre en muchos casos a la duplicación de ciberpáginas de confianza, desde las que se piden datos confidenciales del usuario.

photosharing

Plataformas de internet donde se comparten fotografías, como, por ejemplo, Flickr.

pirata informático

Véase hacker.

plantilla

Formato prediseñado que ofrece diferentes estilos visuales para la maquetación en internet, por ejemplo, de una web, un blog o una wiki.

plataforma

En informática y en internet, se refiere al conjunto formado por una combinación de equipo informático, programas y un sistema operativo. De un modo más genérico se usa también en el sentido de «entorno informático» o incluso de «sistema operativo». Ejemplos: «Este programa es multiplataforma y se puede usar tanto en Windows como en Mac», «La del iPhone fue considerada la


mejor plataforma móvil en 2008». plataformas sociales

Véase medios sociales.

plugin

Programa que puede introducirse en otro programa para aumentar las funcionalidades del segundo. En ocasiones, sin el plugin adecuado hay aplicaciones que no funcionan. Véase complemento.

podcast/ sreencast/ videocast/ webcast

Vocablos ingleses que hacen referencia a la transmisión de vídeos por internet con distintos fines. La comunicación cibernética ha propiciado la aparición de un buen número de términos relativos a la emisión o transmisión de grabaciones de sonido o vídeo a través de internet. Además de la transmisión por ondas aéreas, en internet pueden oírse y verse programas de radio y televisión; algunos de ellos, hechos por profesionales o aficionados, ofrecen sus programas grabados para descargarlos a una computadora o a un dispositivo portátil (como un reproductor de MP4) y así verlos cuando el internauta prefiera. En esas transmisiones de sonido e imágenes que se hacen por internet hay ciertos matices que las diferencian. Los neologismos con los que se denominan se formaron con la terminación de la palabra broadcast, que en inglés significa «emitir», «transmitir», «difundir». Así, se denomina screencast a un vídeo en el que se capturan las imágenes de la pantalla (screen) de una computadora y en ocasiones la voz de un narrador. Un ejemplo típico sería el de un vídeo didáctico publicado en internet en el que una persona explica cómo manejar determinado programa informático. El videocast, vodcast o video podcast es la transmisión de un vídeo a demanda por internet. Las series de televisión web suelen estar en este formato. Es decir, que se pueden ver en directo (streaming) o descargarlas una vez emitidas. El podcast es la transmisión de una grabación de sonido a demanda por internet. Al igual que los videocasts, suelen ser grabaciones que pudieron oírse en directo, pero que, una vez emitidas, los oyentes pueden descargar para oírlas en una computadora o un dispositivo móvil. Por último, se denomina webcast a la transmisión en vídeo por internet de algún acto que está teniendo lugar en vivo.

pop-up

Véase ventana emergente.

portada

Véase página de inicio/portada.

posicionamiento en buscadores

Traducción de search engine optimization (SEO). Véase SEO.

posicionamiento web

Traducción de search engine optimization (SEO). Véase SEO.

post

Véase artículo/entrada.

PPC

Siglas de pay per click (pago por clic), un sistema de publicidad en el que el cliente paga a la agencia de publicidad en función del número de veces que su anuncio haya sido pulsado por un internauta.

programa malicioso/ programa maligno

Expresiones que no deben confundirse, porque no se refieren a lo mismo. En el ámbito de la informática, los programas malignos son los destinados a dañar los sistemas de los ordenadores o de las redes, como los virus informáticos; por su parte, los maliciosos son aquellos que se introducen en los sistemas operativos con malas intenciones pero sin dañar el equipo, por ejemplo, para enviar correos no deseados o para lograr contraseñas o información del usuario.

promoción de marca personal

El uso de las redes sociales, la blogosfera y otros medios de comunicación social para la promoción laboral o comercial de individuos (particulares y profesionales) ha hecho que cobre especial importancia el concepto de marca personal con el sentido de «imagen profesional», en un paralelismo con la expresión marca comercial. Es más apropiado el uso de esta expresión en lugar de la inglesa personal branding para hacer referencia a esta promoción comercial o profesional de una persona o de un profesional autónomo en internet mediante su participación en medios y redes sociales, blogs,


páginas web y otros foros. prosumidor

Consumidor y productor a la vez.

prototipo virtual

Boceto de un proyecto web.

publicidad viral

Véase márquetin viral/publicidad viral.

quedada tuitera

Véase encuentro tuitero.

query

Véase consulta.

realidad aumentada

Sistema para ver el entorno real, pero sobreimponiéndole datos informáticos relacionados con él, lo que hace que la realidad «aumente» en el número de opciones y servicios que ofrece. Un ejemplo actual de realidad aumentada sería el uso de ciertos programas para teléfonos móviles que permiten mirar el entorno con la cámara del teléfono y, al mismo tiempo, ver sobreimpresa en pantalla información relativa a lo que se ve, como, por ejemplo, la ubicación de restaurantes, tiendas, museos u otros servicios.

realidad virtual

Véase virtual.

recopilador

Véase lector de contenidos.

red social

Término habitual en psicología y renovado por la tecnología que hace referencia a distintos servicios existentes en internet para facilitar la comunicación entre personas que, generalmente, comparten algo común en lo personal (aficiones, amistad, relación de parentesco…) o en lo profesional. Ejemplos de redes sociales son Facebook, Tuenti, Linkedin, Google+, MySpace, etc. Antes de su proliferación en internet, la expresión se usaba en algunos campos –como la psicología, la sociología o la pedagogía– con el sentido de «círculo de amistades/contactos». Su nombre en inglés es social network.

registrador de dominios

Empresa que registra y vende dominios de internet. Empresas y particulares acuden a estos servicios para registrar y mantener la propiedad de dominios web, por ejemplo, empresa.net, particular.com, etc. El registrador de dominios también puede dar servicios de alojamiento u hospejade web.

repositorio

Es un almacén o depósito de objetos digitales (documentos, fotos, vídeos) con su correspondiente descripción. La finalidad de los repositorios es el almacenamiento y la preservación de la información digital, pero también su difusión y consulta.

reputación digital

Término cada vez más frecuente en la web 2.0. Con la proliferación de las redes sociales como medio de promoción personal y profesional, ha empezado a difundirse este concepto, dado que la reputación que uno tiene en su vida normal no tiene por qué corresponderse con su mejor o peor reputación en internet. Reputación digital hace referencia a la imagen y la reputación pública que una persona, empresa, producto, servicio o marca adquiere en internet, independientemente de la conseguida fuera de la red. Se recomienda traducir con esta expresión la inglesa online reputation. Véase promoción de marca personal.

reputación en internet

Véase reputación digital.

reputación en línea

Véase reputación digital.

router

Término inglés que literalmente significa «encaminador». También se traduce como direccionador o enrutador. Se trata de un aparato que interconecta redes informáticas y encamina los paquetes de datos por la ruta más adecuada.

RSS

Siglas de really simple syndication (distribución realmente simple), un formato para distribuir información en internet que facilita la lectura de novedades publicadas en blogs y páginas web a los suscriptores que quieren recibir la información sin tener que visitar necesariamente la página que la genera.


RSS

feed

Véase fuente RSS.

scanning

Véase lectura por rastreo.

screencast

Véase podcast/screencast/videocast/webcast.

screenshot

Véase captura de pantalla.

scroll

Desplazamiento –descender o ascender– en una pantalla de navegación.

seguidor

Puede entenderse como sinónimo de suscriptor: «persona suscrita a los tuiteos de otra». En Twitter, un usuario registrado puede seguir a otros mediante una especie de suscripción que le permite consultar, con distintos programas, los tuiteos que publican las personas a las que sigue. Así, se denomina seguidores a las personas que siguen la cuenta de Twitter de otro usuario, y, dado que son lectores potenciales, la relevancia o la fama de un usuario de Twitter está determinada por el número de seguidores que tenga. Se recomienda usar este término y no su equivalente en inglés, follower. Véase también seguir.

seguir

Se recomienda el uso del término seguir con el significado de «suscribirse a los tuiteos de otro usuario de Twitter» y de dejar de seguir con el sentido de «cancelar la suscripción a los tuiteos de otro usuario». En inglés, follow y unfollow, respectivamente.

SEM

Siglas de search engine marketing (márquetin en buscadores web), que define una estrategia destinada a mejorar la visibilidad de una página web en los buscadores de internet. El SEM se diferencia del SEO en que aquel suele implicar el pago de publicidad contextual.

SEO

Siglas de search engine optimization (literalmente, mejora en buscadores). Los buscadores web (Yahoo!, Google...) no muestran sus resultados por orden de importancia objetiva, sino por su relevancia, un concepto que, en última instancia, fija el propio buscador. Por ejemplo, cuando se busca una noticia, algunos buscadores consideran relevante que haya sido citada y enlazada en el mayor número de páginas web posibles, pero también que contenga determinadas palabras clave o que haga un uso específico de la negrita, entre otras peculiaridades. De este modo, los primeros enlaces de la página de resultados de una búsqueda no tienen por qué ser, estadística y objetivamente, los más relevantes o importantes sobre el tema buscado. Por otra parte, cada vez más personas utilizan los buscadores web para encontrar información sobre diversos temas, como noticias, entidades, productos o servicios, y por eso cobra especial importancia la posición que se ocupa en la lista de hallazgos. Por esta razón, además de a un proceso, alude a una profesión de reciente creación (experto en SEO, consultor SEO o SEO, a secas) con la que se busca situar un producto, empresa, servicio, etc., entre los primeros resultados de los buscadores más conocidos. En español esta sigla se lee como se escribe: seo.

SEO

Black Hat

Es como se conoce al conjunto de técnicas no lícitas utilizadas para tratar de posicionarse en los buscadores.

SERP

Sigla de search engine results pages, páginas de resultados que nos proporcionan los buscadores.

sesión

En informática, periodo de tiempo en el que se produce un intercambio de información entre dos sistemas informáticos o entre un usuario y un sistema informático. Por ejemplo, para acceder por internet a un banco o a una red social, el usuario debe iniciar una sesión (es decir, acceder al sistema) identificándose con algún medio de autenticación, como su nombre o apodo, y una contraseña o un código. La sesión es el tiempo que transcurre desde que el usuario accede al sistema hasta que sale de él, desconectándose.

sign in

Véase login.

sin conexión

Véase offline.

sindicación

Véase lector de contenidos.


sistema operativo

Véase plataforma.

sitemap

Véase mapa web.

sitio

En internet se refiere a una web, también llamada sitio web.

smartphone

Véase móvil inteligente.

SMM

Sigla de social media marketing (márquetin en medios sociales), que alude al márquetin directo que pueden hacer las empresas entre sus clientes actuales y potenciales a través de los medios sociales, estableciendo una comunicación directa con ellos, algo más difícil o inexistente antes de la aparición de la web 2.0.

SMO

Sigla de social media optimization (literalmente, mejora en medios sociales), que hace referencia a una estrategia global de márquetin y publicidad en medios de comunicación sociales con el fin de mejorar o aumentar, por ejemplo, la presencia de un producto, servicio o actividad.

SMS

Sigla de short message system (sistema de mensajes breves), como se denomina la tecnología de intercambio de mensajes cortos (de menos de 160 caracteres) entre teléfonos móviles.

snippet

Texto que corresponde a la descripción que acompaña a cada resultado de una búsqueda. Por ejemplo, en los resultados de Google es la frase que aparece debajo del título de una página a la que se enlaza en los resultados.

social media

Véase medios sociales.

social network

Véase red social.

spam

La voz de origen inglés spam debe resaltarse en cursiva o, aún mejor, sustituirse por las expresión española correo no deseado o por la forma coloquial correo basura.

spyware

Véase malware/spyware.

status update

Véase actualización del estado.

streaming

Término inglés con el que se denomina la acción de transferir una señal (generalmente de vídeo) en flujo continuo para ir reproduciéndola en vivo a medida que llega, en lugar de hacerlo únicamente cuando se ha completado la transferencia. Un ejemplo: si se recibe un vídeo voluminoso adjunto a un mensaje electrónico, la imagen no puede verse hasta que no se termina de guardar en el disco duro del destinatario. No obstante, si ese mismo vídeo está en una página como Youtube o Vimeo, puede verse a medida que la web transmite bloques del vídeo hacia el ordenador del internauta. En algunos contextos, en lugar de la expresión inglesa, puede emplearse en directo, el mismo término que para televisión: «Van a emitir la conferencia de Muñoz Molina en directo por internet».

subcontratación masiva voluntaria

Véase crowdsourcing.

subtitulación

Técnica que se utiliza para transmitir la información de un contenido multimedia a usuarios que presentan discapacidades auditivas o no tienen sistema de audio en su equipo. Consiste en la proyección de subtítulos textuales, utilizados como alternativa a los diálogos y elementos sonoros que se ofrecen en el contenido multimedia.

tab

Véase pestaña.

tab cloud

Véase nube de etiquetas.


tableta tablet

Tipo de computadora portátil. Es una computadora equipada con una pantalla táctil que se maneja con un lápiz óptico o con los dedos. Se prefiere la forma tableta al anglicismo tablet o tablet PC. Véase tableta.

tablet PC

Véase tableta.

tag

Véase etiqueta.

tagline

En español, línea destacada, es la frase que subtitula el nombre de un sitio web; tiene importancia porque es donde se indica el contenido que trata el sitio, qué temas abarca. Normalmente se ubica en la zona superior de la página principal, cerca del título o debajo de él.

taxonomía

Término que designa las clasificaciones biológicas y que ha sido utilizado después, en la jerga del desarrollo web, para las clasificaciones en la organización y representación de los contenidos.

teléfono inteligente

Véase móvil inteligente.

texto ancla

Texto descriptivo del hiperenlace tal como aparece en la web, el texto sobre el que pinchamos para ir al enlace. Estos enlaces dentro del propio texto ofrecen información adicional sobre el tema al que hacen referencia. El texto ancla les indica a los buscadores cuáles son las palabras clave relevantes de ese enlace, y estos utilizan esa información para determinar el posicionamiento de la página a la que hacen referencia en los resultados. Su nombre en inglés es anchor text.

TIC

Tecnologías de la información y comunicación.

timeline

Véase cronología.

titular

Es el elemento más visible para captar la atención. Suele ser además el título de la página (<title>) que aparece en la barra de navegación y en los resultados de los buscadores.

to surf

Véase navegar.

trackback

Véase enlace inverso.

tráfico web

El tráfico web es la cantidad de datos enviados y recibidos por los visitantes de un sitio web; está determinado por el número de visitantes y el de las páginas que visitan.

transmedia

Es el cruce entre diferentes medios, por ejemplo, cuando un libro da lugar a una película, un juego de ordenador, blogs de personajes, etc. Esta convergencia de medios o formatos puede plantearse, a menudo, como una colaboración o un juego.

trigger words

Palabras más importantes o palabras gancho de un texto.

trol

Término coloquial para denominar a un alborotador o polemista que participa en foros cibernéticos. En inglés, el verbo to troll significa «pescar con curricán» y, por extensión «servir como señuelo para atraer la atención de alguien». En los albores de los foros electrónicos, en los grupos de noticias (Usenet) y otros grupos en la web, algunos veteranos se mofaban de los novatos –que hacían preguntas ya resueltas anteriormente– enviando un mensaje a la lista, en apariencia cándido, en el que preguntaban algo obvio para que los más osados respondieran y criticaran su supuesta ignorancia. En poco tiempo, el término empezó a hacer referencia a la persona osada que critica o reprende con ligereza (es decir, el que respondía al trolling) y, al poco, pasó a denominar, en general, a una persona que molesta, insulta o demuestra una manifiesta negatividad dentro de un foro en internet. Curiosamente, el término es similar a trol, que el DRAE define así: «Según la mitología escandinava, monstruo maligno que habita en bosques o grutas», por lo que es frecuente que muchos internautas crean que se utiliza este término por el carácter de estos seres mitológicos. Se recomienda usar la forma española trol, cuyo plural es troles, término incorporado al diccionario académico en 1989.


tuit

Mensaje de 140 caracteres o menos de Twitter.

tuitentrevista

Entrevista realizada a través de Twitter de manera colaborativa utilizando un hashtag común en las preguntas y respuestas.

tuitero

Usuario de Twitter.

tweetup

Véase encuentro tuitero y quedada tuitera.

URL

Dirección web.

URL

amigable

Direcciones web inteligibles, mediante las cuales se puede deducir el contenido.

URL

shortener

Véase acortador de direcciones web.

usabilidad

Facilidad de uso de una web por parte de los usuarios.

usuario de internet

Véase internauta.

ventana emergente

En informática, se refiere al tipo de ventana que surge repentinamente y se sobrepone a las demás. Se recomienda la traducción ventana emergente y no la forma inglesa pop-up.

versión beta

Véase beta.

videoblog

Se trata de un blog que contiene grabaciones de vídeo. Aunque pueden ir acompañadas de artículos escritos suplementarios, el elemento principal de un videoblog es dar información en forma de vídeos, actuando, en cierto modo, como un canal de televisión web. También se denomina blog de vídeo.

videocast

Véase podcast/screencast/videocast/webcast.

videochat

Chat a través de vídeo. Véase chat.

videoconferencia Conferencia retransmitida a través de internet. video podcast

Véase podcast/screencast/videocast/webcast.

videosharing

Plataformas de vídeos compartidos, como Youtube.

vínculo

Véase hipervínculo.

virtual

En el argot informático, se ha producido una ampliación de esta acepción del término en el DRAE: «Fís. Que tiene existencia aparente y no real». En los años noventa empieza a usarse con el sentido de «fruto de una simulación informática» o «creado dentro un sistema informático», en oposición a algo que está «vivo» o que existe de un modo físico y palpable. Ejemplos: «Generaron un modelo virtual a escala del edificio»; «No pudieron recrear el accidente virtualmente». Con la aparición de internet empieza a aplicarse este adjetivo a algo que está «en internet» en contraposición a lo «real» y palpable. El DRAE define así realidad virtual: «Inform. Representación de escenas o imágenes de objetos producida por un sistema informático, que da la sensación de su existencia real».

vlog

Abreviación del término inglés videoblog (blog de vídeo). Véase videoblog.

vodcast

Véase podcast/screencast/videocast/webcast.

VoIP

Acrónimo del inglés voice through IP (voz a través de protocolo de internet). Por su forma (atípica en español, al alternar mayúsculas y minúsculas), se utiliza en nuestro idioma sin adaptación. Se refiere al método que permite a un usuario hacer una llamada telefónica a través de internet, en lugar de usar las redes de telefonía móvil o fija.


W3C

El Consorcio World Wide Web (W3C) es una comunidad internacional donde las organizaciones miembros, personal a tiempo completo y el público en general trabajan conjuntamente para desarrollar estándares web. Liderado por el inventor de la web, Tim Berners-Lee, y el director ejecutivo (CEO), Jeffrey Jaffe, la misión del W3C es guiar la web hacia su máximo potencial.

WAI

Grupo de trabajo internacional del W3C (World Wide Web Consortium) encargado de definir unas pautas o recomendaciones para garantizar la accesibilidad (las WCAG) del contenido, las herramientas y los agentes de usuario.

wall

Véase muro.

WCAG

Pautas o recomendaciones para garantizar la accesibilidad en el entorno de internet.

web

Según el Diccionario panhispánico de dudas, es la voz tomada del inglés web («red, malla»), que se usa en español con los sentidos siguientes. Como sustantivo femenino, escrito con mayúscula inicial, designa, por abreviación de la expresión inglesa World Wide Web, el servicio de internet que permite acceder a la información que ofrece esta red mundial de comunicaciones. Como adjetivo significa «de la red o de internet». Se usa normalmente en la expresión página web, que significa «documento de la red, al que se accede mediante enlaces de hipertexto».

web 2.0

Término asociado a aplicaciones web que facilitan el compartir información, la interoperabilidad, el diseño centrado en el usuario y la colaboración en internet. Véase medios sociales.

weblog

Véase blog.

web browser

Véase navegador.

webcast

Véase podcast/screencast/videocast/webcast.

web feed

Véase canal.

webinario

Neologismo formado con las palabras web y seminario que significa «seminario (curso) que se imparte a distancia, a través de la web», en el que profesor y alumnos no están juntos, pero participan gracias a una conexión a internet. En este sentido, y para diferenciar la formación en línea de la formación en vivo, se habla de webinarios, cursos por internet o cibercursos y, por otro lado, de cursos presenciales.

webtv

Retransmisión de vídeos en línea; se asocia a la televisión por internet.

whatsapear

Enviar mensajes o chatear a través del sistema de mensajería instantánea WhatsApp.

widget

Véase applet/gadget/widget.

wifi

Muchas marcas registradas se han ido convirtiendo, por el uso que de ellas han hecho los hablantes, en sustantivos comunes con sentido genérico. Así ocurre con la marca Wi-Fi, que ha pasado a ser utilizada como un sustantivo común con el que se alude a cierta tecnología de comunicación inalámbrica (por ejemplo, «La wifi de la empresa se ha averiado») y también como el adjetivo correspondiente («Pensamos instalar diez puntos de acceso wifi»).

wiki

En términos tecnológicos, es un software para la creación de contenido de forma colaborativa, un sistema de creación, intercambio y revisión de información en la web de forma fácil y automática.

WYSIWYG

Sigla de what you see is what you get (lo que ves es lo que obtienes). Se denomina así a la forma de interactuar con los datos en la que los objetos, iconos (representación visual) del interfaz gráfico, se comportan como metáforas de la acción y las tareas que el usuario debe realizar (tirar documento = papelera).

zoom

Término inglés que equivale a la función de acercar o alejar algo en el contexto de las nuevas


tecnologĂ­as (por ejemplo una imagen o un vĂ­deo).


BIBLIOGRAFÍA Los enlaces a webs se han acortado a lo largo del libro. Para facilitar su uso, se ha creado un acceso en la web Estilo. Manual para los nuevos medios, con los enlaces actualizados para poder clicar directamente sobre ellos. La dirección es: <www.manualdeestilo.com/herramienta/escribir-en-internet-referencias>. ANDERSON, Chris, y Michael WOLFF, «The Web Is Dead. Long Live the Internet», Wired Magazine, 17 de agosto del 2010. Disponible en <http://goo.gl/CGzkq> [consulta: 2 de diciembre del 2011]. ARMENTIA VIZUETE, José Ignacio, Fundamentos de periodismo impreso, Barcelona, Ariel, 2003. ASOCIACIÓN PARA LA INVESTIGACIÓN DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN (AIMC) , Resumen general de resultados EGM, 2012. Disponible en <http://goo.gl/x1YS5> [consulta: 2 de mayo del 2012]. BARR, Chris, The Yahoo! Style Guide: The Ultimate Sourcebook for Writing, Editing, and Creating Content for the Digital World, Nueva York, St. Martin’s Griffin, 2010. BIANCHINI, Adelaide, Conceptos y defini Minion-Italic ciones de hipertexto, Caracas, Universidad Simón Bolívar, 1999. Disponible en <http://goo.gl/NlXGG> [consulta: 22 de febrero del 2012]. CAMUS, Juan Carlos, Tienes 5 segundos, 2009. Disponible en <http://goo.gl/b5CPk> [consulta: 18 de marzo del 2012]. CANAVILHAS, Joao, Webnoticia: propuesta de modelo periodístico para la WWW, Covilhã, Labcom-Universidade da Beira Interior, 2007. CANTOS GÓMEZ, Pascual, Francisco Javier, MARTÍNEZ MÉNDEZ y Gregorio MOYA MARTÍNEZ, Hipertexto y documentación, Murcia, Universidad de Murcia, 1994. CLARK, Roy Peter, «Fifty Writing Tools: Quick List», Poynter, 30 de junio del 2006 (actualizado el 2 de julio del 2011). Disponible en <http://goo.gl/BWRNU> [consulta: 22 de noviembre del 2011]. CUTTS, Matt, «Google doesn’t use the keywords meta tag in web search», blog Gadgets, Google, and SEO, 21 de septiembre del 2009. Disponible en <http://goo.gl/4O2HY> [consulta: 13 de febrero del 2012]. DÍAZ NOCI, Javier, y Ramón SALAVERRÍA ALIAGA, Manual de redacción ciberperiodística, Barcelona, Ariel, 2003. EDUTEKA, «Hipertexto: qué es y cómo utilizarlo para escribir en medios electrónicos», Eduteka, 5 de julio del 2003. Disponible en <http://goo.gl/Vvmj1> [consulta: 1 de abril del 2012]. ESCOLAR, Arsenio, «Cómo y por qué hacemos la portada de ‘20 Minutos’», blog ¡Que paren las máquinas!, en 20 Minutos, 3 de febrero del 2010. Disponible en <http://goo.gl/ibBbr> [consulta: 12 de marzo del 2012]. FRANCO, Guillermo, Escribir para la web, Austin, Knight Center for Journalism in the Americas, 2008. Disponible en <http://goo.gl/3S5rN> [consulta: 27 de marzo del 2012]. FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE, «Un grupo de trabajo actualizará el buen uso del español en los medios hispanos de los EE UU», Fundéu BBVA, 8 de mayo del 2006. Disponible en <http://goo.gl/wW0GR> [consulta: 14 de febrero del 2012]. —, Manual del español urgente, 18.ª ed., Madrid, Cátedra, 2008. GARCÍA, Mario R., Eyetracking the news. A study of print & online reading, San Petersburg (FL), The Poynter Institute, 2008. Disponible en <http://goo.gl/mlWCN> [consulta: 19 de febrero del 2012]. HUETE MACHADO, Lola, «Tras el secreto de Kate Morton», El País, 24 de febrero del 2012. Disponible en <http://goo.gl/klgYs> [consulta: 2 de mayo del 2012]. KAWASAKI, Guy, «How to Drive Traffic with Repeat Tweets», Open Forum, 18 de agosto del 2009. Disponible en <http://goo.gl/a2zrR> [consulta: 15 de marzo del 2012].


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AUTORES QUE HAN COLABORADO EN ESTE LIBRO Abad, Mar Socia fundadora de la empresa de contenidos Brands&Roses. Es redactora jefe de la revista Yorokobu y subdirectora de la revista Ling. En ambas publicaciones escribe fundamentalmente sobre temas relacionados con creatividad e innovación. Es coautora, junto a Mario Tascón, de Twittergrafía (Los libros de la Catarata, 2011), un libro sobre el arte de la nueva escritura, e imparte clases sobre innovación en universidades y másteres. En Twitter, puedes encontrarla en @MarAbad. Benito Llauradó, María Escritora de contenidos web. Para conocerla mejor: http://goo.gl/SFd4U. En Twitter, puedes encontrarla en @marialacopy. Bezos, Javier Tipógrafo y ortotipógrafo especializado en la composición automática de textos y tecnologías como XML y Unicode. Es autor del libro Tipografía y notaciones científicas (Trea, 2008) y ha colaborado con la RAE en la última Ortografía. Su sitio personal es http://goo.gl/TlOfr. En la actualidad es parte del equipo de la Fundéu BBVA. Buen Unna, Jorge de (Ciudad de México, 1956) es autor de Manual de diseño editorial (Trea, Gijón, 2008) e Introducción al estudio de la tipografía (Trea y Editorial Universitaria, 2012), así como coautor en diversas obras colectivas. Ha dado cursos y ha dictado conferencias en una decena de países. Es miembro del colectivo Palabras Mayores. Radica en Querétaro y su Twitter: @Jorge_de_Buen Cabrera Méndez, Marga Doctora en Comunicación Audiovisual. Es profesora en la Universidad Politécnica de Valencia, donde además codirige el Congreso sobre redes sociales «Comunica 2.0» y coordina el Máster en Contenidos y Aspectos Legales en la Sociedad de la Información. Es socia de la empresa MASmedios.com. En Twitter, puedes encontrarla en @MargaTwita. Camus, Juan Carlos Periodista y profesor universitario en cátedras relativas a contenidos digitales. Ha desarrollado proyectos periodísticos de medios de comunicación en Chile y Puerto Rico, y es autor del libro Tienes 5 segundos (publicación electrónica, 2009), sobre gestión de contenidos digitales, y coautor de la Guía para desarrollo de sitios web del gobierno de Chile. Escribe sobre temas digitales en su sitio, usando.info. En Twitter, puedes encontrarlo en @jccamus. Castro Roig, Xosé Desde 1990, trabaja como traductor de inglés, corrector de estilo y redactor creativo por cuenta propia, tareas que compagina con las de presentador de televisión, formador y fotógrafo. En Twitter, puedes encontrarlo en @xosecastro. Cobo, Silvia Periodista especializada en información sobre medios. Es autora del libro Internet para periodistas, kit de supervivencia para la era


digital (Editorial UOC, 2012). Escribe desde hace más de cinco años sobre medios, periodismo y social media en http://goo.gl/E77cB. En Twitter, puedes encontrarla en @silviacobo. Díez Somavilla, Rebeca Periodista y comunicadora. Profesora de Comunicación Audiovisual en la Universidad Politécnica de Valencia, donde además codirige el Congreso sobre redes sociales «Comunica 2.0». Especializada en estrategias de comunicación, marketing, comunicación digital y audiencias. En Twitter, puedes encontrarla en @rebeca10ten. Fernández Espinosa, Luz Escribe sobre tecnología e internet desde el inicio de su carrera en 1995. Ha pasado por la prensa técnica (eWeek), la económica (Actualidad Económica, Cinco Días) y la digital (elpais.com). Actualmente asesora a empresas sobre el uso de redes sociales, blogs y otros medios digitales, y mantiene un blog sobre Facebook en Lainformacion.com. En Twitter, puedes encontrarla en @LuzF. Gómez Font, Alberto Coordinador general de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), barman, profesor en cursos sobre el buen uso del español y coautor de varios manuales de estilo. En Twitter, puedes encontrarlo en @GomezFont. Gómez Sánchez, M.ª Elena Profesora titular de Redacción Periodística en la Universidad Europea de Madrid. Su investigación gira en torno al uso de la lengua en los medios de comunicación. González Ferrán, Judith Filóloga y lingüista, máster en Formación de Profesores de Español. Ha sido investigadora en el departamento de Lengua Española y Lingüística General de la UNED. Actualmente, coordinadora de contenido, arquitectura y planificación web de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), donde elabora, junto a Mario Tascón, Estilo. Manual para los nuevos medios. Como asesora lingüística ha impartido cursos sobre el buen uso del español en distintos medios de comunicación. Puedes encontrarla en @Jwdith. Gonzalo, Marilín Directora de contenidos de Hipertextual, la red de medios digitales más grande de Latinoamérica y una empresa fundada por blogueros y dedicada a la creación de contenidos y producción de blogs desde 2005. En Twitter, puedes encontrarla en @marilink. Górriz de la Cal, Cristina Periodista con experiencia en redacción de contenidos digitales. Actualmente está embarcada en proyectos educativos para internet. La encontrarás en su blog, http://goo.gl/w1adE. Guerra Salas, Luis Catedrático en la Universidad Europea de Madrid, donde enseña lengua española en el Grado de Traducción y Comunicación Intercultural. En Twitter, puedes encontrarlo en @guerra_salas. Hernández, Blas Ingeniero técnico industrial. Trabaja en MASmedios.com como diseñador multimedia y director del departamento de Diseño de Interacción. Es especialista en accesibilidad web y audiovisual. En Twitter, puedes encontrarlo en @Blas_H. Lara, Tíscar Directora de EOI DIGITAL en la Escuela de Organización Industrial (EOI). Anteriormente ha sido profesora de periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid e investigadora en las universidades de Harvard y UCLA. Su blog es http://goo.gl/cPL4C. En Twitter, puedes encontrarla en @tiscar. Lloret, Nuria Profesora titular de la Universidad Politécnica de Valencia, doctora en Documentación y experta en gestión de la información. Es socia fundadora de MASmedios.com. En Twitter, puedes encontrarla en @nlloretromero.


López Cuenca, Luis Formador e investigador en comunicación digital y nuevos medios. Licenciado en Comunicación Audiovisual y máster en Social Media por la Universidad Politécnica de Valencia. Coordinador del Congreso sobre redes sociales «Comunica 2.0». En Twitter, puedes encontrarlo en @luislopezcuenca. López Sobejano, Juan Consultor y formador en innovación, estrategia, marketing, social media y design thinking. Marketing, estrategia y social media en 3Vectores.com. Editor del blog http://goo.gl/AF31o. En Twitter, puedes encontrarlo en @jsobejano. Lucio, Anselmo Periodista. Diploma en estudios avanzados en Análisis de los espectáculos: puesta en escena, códigos audiovisuales y cambio digital, por la Universidad de Málaga. En Twitter, puedes encontrarlo en @anselmolucio. Mancini, Pablo Autor del libro Hackear el periodismo. Manual de laboratorio (La Crujía Ediciones, 2011). Es gerente de servicios digitales en Clarín Global (Argentina). En Twitter, puedes encontrarlo en @mancini. Mañas, Moisés Doctor en Artes Visuales e Intermedia y profesor del departamento de Escultura (área de audiovisuales) de la Universidad Politécnica de Valencia. Miembro del grupo de investigación internacional Ludic Interfaces. Socio de la empresa MASmedios.com, su web personal es http://goo.gl/42z8p. En Twitter, puedes encontrarlo en @moimacar. Monleón, Daniel Licenciado en Biblioteconomía y Documentación. Responsable del departamento de Marketing Digital en MASmedios.com. En Twitter, puedes encontrarlo en @siestanfacil. Moreno Romero, Laura Licenciada en Filología Hispánica, con formación en corrección profesional y experiencia en proyectos de lingüística computacional. En Twitter, puedes encontrarla en @LauraMorRom. Muller-Thyssen Bergareche, Joaquín Director general de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) desde su creación en el año 2005. Periodista de formación, ha ejercido su profesión en las áreas informativas de Telecinco, Televisión Española y en la Agencia Efe, en el País Vasco y en Madrid, donde ha ocupado distintos cargos. Pérez Colomé, Jordi Periodista y licenciado en Filología Italiana. Es director de El Ciervo y escribe el blog http://goo.gl/6yEUu, sobre Barack Obama, los Estados Unidos y su influencia en el mundo. Además, ha escrito los libros Adiós, Gongtan (Niberta, 2008), En la campaña de Obama (Niberta, 2009) y Cómo escribir claro (Editorial UOC, 2011), y ha coeditado Microperiodismos. En Twitter, puedes encontrarlo en @Jordipc. Pérez Vicente, Ana Licenciada en Comunicación por la Universidad de Navarra, especializada en usabilidad y arquitectura de la información web. Diseñadora web, consultora de usabilidad, experiencia de usuario y accesibilidad. Actualmente se dedica a gestión de proyectos web, identidad corporativa digital y dirección de estrategias en medios sociales. En Twitter, puedes encontrarla en @apervic. Polo, Concepción Licenciada en Filología Hispánica y en Lingüística, con formación en edición y corrección profesional. Actualmente es responsable del departamento de Lingüística de Daedalus, S. A., empresa de servicios y tecnología de la información.


Romero, Federico Revisor de estilo, corrector y traductor. Es parte del equipo de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA). Salas, Carlos Director de lainformacion.com, exdirector de Metro, de El Economista y de Capital. Exredactor jefe de El Mundo y exredactor de Actualidad Económica. Autor de Manual para escribir como un periodista (Altera, 2007). Tiene un blog de periodismo, Diarios del Capitán Snorkel. En Twitter, puedes encontrarlo en @ojomagico. Sánchez Sánchez, Mercedes Doctora en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en el Epistolario de Francisco de Quevedo, recibió el premio Rivadeneira de la Real Academia Española. Ha publicado, con Guillermo Rojo, El español en la red (Fundación Telefónica, 2010). Desarrolla su labor profesional en el Corpus del español del siglo XXI (CORPES XXI) en el Centro de Estudios de la Real Academia Española. En Twitter, puedes encontrarla en @merchesan. Sellés Carot, Alicia Licenciada en Biblioteconomía y Documentación. Responsable del departamento de Servicios y Soluciones Documentales en MASmedios.com. En Twitter, puedes encontrarla en @aliciaselles. Serrano, Jorge Licenciado en Biblioteconomía y Documentación. Su carrera profesional se enmarca en la consultoría estratégica digital: arquitectura de información, diseño de interacción, e-marketing, SEO, cibermetría, analítica web y marketing de contenidos. Actualmente coordina el departamento de I+D+i de MASmedios.com. En Twitter, puedes encontrarlo en @serranocobos. Steen, Markus Trabaja en el departamento de Marketing de HomeAway.co.uk. Anteriormente ejerció como periodista en lainformacion.com y en 233grados.com. En Twitter, puedes encontrarlo en @msteen. Tascón, Mario Socio director de Prodigioso Volcán, dirige Estilo. Manual para los nuevos medios, de la Fundéu BBVA, y es maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez. De 2008 a 2010 ha sido el editor de Diximedia, compañía en la que puso en marcha lainformacion.com. Durante ocho años, director general del área digital del grupo Prisa, Prisacom, y responsable de sus publicaciones digitales. Desde 1989 a 2000 trabajó en El Mundo, donde fue el primer director e impulsor de elmundo.es. Asesor internacional de medios, recientemente ha publicado, junto a Mar Abad, Twittergrafía (Los libros de la Catarata, 2011). En Twitter, puedes encontrarlo en @mtascon. Torres Burriel, Daniel Consultor de usabilidad y experiencia de usuario. Fundador de UX Learn, centro de formación en usabilidad y experiencia de usuario. Profesor de UX en el Máster en Administración Electrónica de Empresas (MeBA) de la Universidad de Zaragoza, en K-School (Madrid) y en FUNDESEM (Alicante). En Twitter, puedes encontrarlo en @torresburriel. Touriño, Alejandro Abogado especializado en propiedad intelectual y nuevas tecnologías, socio del área de Information Technology de ECIJA y profesor del Instituto de Empresa. Puedes leerle en lainformacion.com (http://goo.gl/rG66N). En Twitter, puedes encontrarlo en @AlexTourino. Vargas, Esther Periodista con veinte años de experiencia, directora de Clases de Periodismo, escuela digital para periodistas en América Latina; profesora de periodismo digital y consultora en social media. En Twitter, puedes encontrarla en @esthervargasc. Yuste, Bárbara


Periodista y profesora de periodismo. Jefa de Prensa y Medios Sociales de la Universidad Camilo José Cela y responsable de comunicación de Red Innova. Además, imparte clases en la Universidad Carlos III de Madrid y en varios másteres y posgrados. Colabora en Cuarto Poder y es autora del blog http://goo.gl/nDWN0. En Twitter, puedes encontrarla en @byuste.


Edición al cuidado de María Cifuentes Publicado por: Galaxia Gutenberg, S.L. Av. Diagonal, 361, 1.º 1.ª A 08037-Barcelona info@galaxiagutenberg.com www.galaxiagutenberg.com Edición en formato digital: septiembre de 2012 © Fundéu BBVA, 2012 © Galaxia Gutenberg, S.L., 2012 Imagen de cubierta: © Estudio Pep Carrió Conversión a formato digital: Maria García Depósito legal: B. 20536-2012 ISBN: 978-84-15472-25-4 Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, así como el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.


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