Este libro nació de una foto instantánea que se reveló en mi
mente y de la que salió una idea primigenia. Hasta aquella primera fotografía fueron
acudiendo flashes y poco a poco se fueron concretando trazos, que me llevaban hacia
una persona real, a la que yo conocí y de la que además me contaron algunos retazos de
su vida. Esta persona, a la que confiero el principal protagonismo del relato, fue una
persona real y que existió, aunque ya falleció hace algunos años. En esta historia le he
llamado con su nombre verdadero, Rafael, y le he endosado unos apellidos ficticios
Bermúdez Contreras.