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Análisis comparativo de los dioses venusinos en el Códice Dresde maya y los dioses de códices rituales

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ANÁLISIS COMPARATIVO DE LOS DIOSES VENUSINOS EN EL CÓDICE DRESDE MAYA Y LOS DIOSES DE CÓDICES RITUALES DEL ALTIPLANO CENTRAL

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Ofelia Márquez Huitzil 1

La historia común y las historias particulares de cada uno de los pueblos mesoamericanos actuaron dialécticamente para formar una cosmovisión mesoamericana rica en expresiones regionales y locales... (Alfredo López Austin, 1998:31).

Introducción

Es necesario un estudio comparativo iconográfico entre los dioses venusinos en el Códice Dresde maya y los dioses de códices rituales del Altiplano central, ya que por disímbolas que parezcan las culturas a las que pertenecen, tienen rasgos comunes que hay que buscar con detenimiento, tanto en dicha iconografía como en la mecánica calendárica y/o numerológica de ambas. El análisis cuidadoso de estos elementos, puede aportarnos conocimientos complementarios en el estudio de ambas.

Lectura de las tablas venusinas en las láminas 46 a 50 del Códice Dresde

En la sección de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde (1930), en el extremo superior izquierdo, vemos desglosados 13 ciclos venusinos de 584 días cada uno, organizados en líneas que siguen una lectura de izquierda a derecha, de 4 signos, que distan entre sí: 236 días hacia el primero de ellos que viene de la lámina anterior, entre el primero y el segundo, 90 días; del segundo al tercero: 250 y del tercero al cuarto, 8

1. Doctora en Estudios Mesoamericanos, Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora investigadora del Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. (CESUA), México.

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días. Distancias de días que corresponderían a los periodos en que Venus se observa, primero: como estrella de la mañana, luego de su conjunción inferior; segundo: días de la desaparición de Venus en la conjunción superior detrás del astro solar; tercero: cuando Venus reaparece como estrella de la tarde, luego de su conjunción superior, y cuarto: cuando Venus desaparece en la conjunción inferior, delante del astro solar (Fig. 1). Del signo 1 Ahau con el que empezamos en el extremo inferior derecho de la lámina 50, llegamos al 3 Cib de la lámina 46, y de éste al 2 Cimi, después al 5 Cib y, finalizamos en esta línea, de éste al 8 Kan; continuando nuestra lectura en la primera línea de la siguiente lámina, por lo que el total de las primeras líneas de las 5 láminas, nos dará un total de 2920 días, o 5 ciclos venusinos y que corresponden a 8 ciclos solares de 365 días: 5 x 584 = 2920 = 8 x 365 De esta manera, el total de las 13 líneas multiplicadas por las 5 láminas nos dará un total de 37960 días correspondientes a 65 ciclos venusinos, y también a 104 años solares: 13 x 2920 = 37960 = 65 x 584 = 104 x 365 Estos mismos números expresados en cuenta larga, por medio de columnas de barras y puntos los vemos en la parte inferior izquierda de cada lámina (Fig. 2). Los números 236, 90, 250 y 8, abstraídos del ciclo sinódico de Venus de 584 días (Aveni, 1991:102) se vinculan, al parecer, con ciclos lunares. Por ejemplo, el número 236, aparece como múltiplo de la variable lunar de 59 días, como lo demostró E. Siarkiewicz (1995:143, 155) para las láminas 18 a 21 del Códice Borgia (Fig. 3). De manera que: 59 = 29 + 30 = 2 lunaciones

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Fig. 1 Detalle de los extremos superior derecho de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde (1930), con las distancias de días en las cuatro fases de sus periodos sinódicos. Tabla de la autora.

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Fig. 2 Detalle de los extremos inferior derecho de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde (1930), con las distancias de días en las cuatro fases de sus periodos sinódicos, expresados en cuenta larga, mediante columnas de puntos que expresan unidades, y rayas que expresan conjuntos de 5 unidades. Tabla de la autora.

Fig. 3. Láminas 18 a 21 del Códice Borgia, 1898. Tabla de la autora.

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59 X 6 = 354 = 12 lunaciones 354 + 10 = 364 (Ciclo computacional) 364 = 13 x 28 días estudiado por Stanislaw Iwaniszewski2, probablemente vinculado al ciclo sideral lunar), múltiplo también de 7, número importante en los ciclos de 63 días estudiados por Wood Cano y Márquez Huitzil (2016). Por otra parte, el número 90 refiere múltiplos del ciclo de 9, o de los Novenos que vemos en el Tonalámatl Aubin (1900), Códice Cospi (1988) y Códice Telleriano-Remensis (1899): 9 x 10 = 90 9 Ciclos del tonalpohualli o del tzolkin refieren 80 lunaciones ya que: 9 x 260 = 2340 = 80 lunaciones = 20 x 117 (4 lunaciones) El 250 refiere 8 trecenas: 8 x 13 = 104. A las 8 trecenas se les añade la variante 146: 104 + 146 = 250

2. Conferencia “Las propiedades numéricas de 364” de Stanislaw Iwaniszewski en el Seminario de Arqueoastronomía, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, sesión del 6 de agosto de 2013. La variante 146 es aquélla que, al multiplicarse con el tonalpohualli refiere 104 años o 65 ciclos venusinos o 37960 días, y que por otra parte, contiene 2 veces 73 días, submúltiplo del año solar vago, es decir:

73 x 5 = 365 73 x 260 = 18980 días = 52 años solares 365 x 52 = 18980 días El número 8 refiere la cantidad de días promedio de la Conjunción Inferior de Venus. También vemos, en las láminas 46 a 50 del Dresde, en orden progresivo, la suma de los ciclos venusinos, conforme a la lectura de las líneas de signos de izquierda a derecha en el total de las láminas, hasta sumar los 2920 días, como reflejo del orden de los signos en líneas que ya explicamos (Fig. 4). Dado que el ciclo sinódico de Venus es exactamente de 583.921361 en lugar de 584 días, entre 1924 y 1926, John Teeple (Teeple en Bricker, 2011:174-176) demostró que el ajuste correspondiente

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Fig. 4. Detalle de las líneas 19 y 10 de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde, 1930, en donde se ve la progresión numérica de los ciclos sinódicos venusinos. Tabla de la autora.

de 5 días, cada 104 años o 65 periodos venusinos, aparece en la catorceava línea de la última fila en cada lámina (Fig. 5). Así tenemos la presencia de: 7 Xul en lugar de 3 Xul, 6 Kayab en lugar de 2 Kayab, 0 Yax en lugar de 16 Ch’en, 14 Uo en lugar de 10 Uo, 13 Mac en lugar de 10 Mac. El quincunce y los ojos trilobulados con los que se identifica a Venus y que aparecen en la última línea de todas las láminas, es el mismo que lleva Tlahuizcalpantecuhtli, el lucero matutino o Venus en el rostro, tal y como se le identifica en el folio 14v del Códice Telleriano Remensis (1899) así como en las láminas 80 a 84 del Códice Vaticano B 3773

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Fig. 5. Detalle de las líneas 14 de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde, 1930. Tabla de la autora.

(1972) y en las láminas 16, 19, 45, 49, 53 y 54 del Códice Borgia (1898) (Fig. 6). En las 5 últimas líneas de la Sección de Venus en el Códice Dresde, vemos que según la lectura epigráfica de Eric Velázquez (2016), Venus adquiere diferentes posicionamientos respecto de los rumbos cósmicos y diferentes nombres (Fig. 7). Así tenemos que, en la lámina 46:  La primera columna refiere la Última Visibilidad Venus Matutino en este caso en “4 Yaxkin, la Gran Estrella Pavo se manifestó en el Norte” (Ibíd.:62), es decir, antes de entrar en la Conjunción Superior (a partir de la fecha 1 Ahau, 13 Mac).  La segunda columna refiere la 1ª Visibilidad Venus Vespertino, en este caso en “14 Zac, la Gran Es-

trella Escorpión manifestó en el Oeste” (Ídem.), luego de la Conjunción Superior.  La tercera columna refiere la Última Visibilidad Venus Vespertino: “19 Tzec, la Gran Estrella Perro se manifestó en el Sur” (Ídem.), es decir, antes de entrar en la Conjunción Inferior.  La cuarta columna refiere la 1ª Visibilidad Venus Matutino: “7 Xul, la Gran Estrella Kiimil se manifestó en el Este” (Ídem.), es decir, en la 1ª salida heliaca en el Este, luego de la Conjunción Inferior.

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Fig. 6. Detalles del folio 14v del Códice Telleriano Remensis, 1899; de la lámina 81 del Códice Vaticano B, 1972 y 45 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 7. Detalle de la lámina 46 del Códice Dresde lectura de las últimas 5 líneas en columnas, 1930. Cuadro de la autora.

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Por todo esto, podemos observar que, la Gran Estrella, es decir, Venus, adquiere diferentes nombres o personalidades, como Pavo, Escorpión, Perro y Kiimil o Muerte con un posicionamiento específico en el cielo en la lámina 46. En la lámina 47 a la Gran Estrella se le llamará: Ave Ahkan (Trueno), Lajun Chan (Diez Cielo) y Kan Itzamhaab (4 Rocío del Cielo-Cocodrilo-Fibra de He-

nequén). En la lámina 48 se le llamará: K’in Ajaw, Señor Día, Estrella Wak Mitun Ajaw (?), Ix U’ Ajaw (Rostro de Luna). En la lámina 49 su primer nombre no ha sido identificado, su segundo nombre corresponde a Estrella Kiimil, Muerte, le sigue Estrella K’awiil, Dios de la riqueza y por último Jun Ajaw, Señor 1. En la lámina 50 se le llama Estrella Ahan, Dios del Maíz, Estrella Ha’al Ik’ Mam, Abuelo Materno, Negro de la Lluvia, Dios del Inframundo, la Destrucción, la Riqueza, Estrella Wuk Si’ip (que hace ofensa) y Estrella Itzam Ahyiin, Cocodrilo Saurio. En lo que respecta a las láminas 53 y 54 del Códice Borgia (op. cit.), con sus diferentes rostros, Venus se va identificando como: Tlahuizcalpantecuhtli, por el quin-

cunce en el rostro, es el lucero matutino, quien por su pintura facial de dos líneas transversales negras, es simultáneamente el Señor del fuego, de la turquesa o Xiuhtecuhtli, Huehuetéotl, con su indu-

mentaria de guerra y su quincunce en el rostro. En la segunda imagen es Tlacatecólotl, el Señor Tecolote, el Hechicero. Después aparece como Perro o Itzcuintli, enseguida como Conejo o Tochtli, ser vinculado con la Luna y con el pulque. Y por último es el Cráneo, asociado con la Luna y con la Muerte (Fig. 8). De todo esto lo que ambos códices tienen en común es que Venus, en algún momento, tiene ésta denominación por el quincunce, de Perro, ser vinculado con el Inframundo; de Luna y de Muerte.

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Fig. 8. Detalles de las láminas 54 y 53 del Códice Borgia, 1898. Cuadro de la autora.

Las deidades en las láminas 46 a 50 del Códice Dresde

En la sección de las láminas 46 a 50 de Códice Dresde (op. cit.), vemos en cada una de ellas, en la parte superior derecha, a una deidad sentada, presidiendo las otras escenas. Itzam Ahyiin, Cocodrilo. En la parte superior de la lámina 46 tenemos a un Dios anciano con nariz y mentón prominentes, identificado como el dios Itzam Ahyiin, Cocodrilo Saurio, por Eric Velázquez (op. cit.:62). Porta un tocado con cabeza de lagarto, en coherencia con el mes Zip. También lleva el signo de las bandas cruzadas que aparece en el mes Zip, justo en el lugar de la pupila del ojo, así como un incensario con el signo de las bandas cruzadas, y se encuentra sentado sobre una doble banda celeste con rectángulos entre los que distinguimos el quincunce, y nuevamen-

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te, el signo de las bandas cruzadas (Fig. 9).

Fig. 9. Detalle de la lámina 46 del Códice Dresde, 1930.

La cruz de malta, en otros contextos, refiere los rumbos cósmicos como en la

lámina 1 del Códice Fejérvary Mayer, o en las encrucijadas bajo el pie de IztliTezcatlipoca, en la lámina 2 del mismo códice, y en la de la lámina 28 del Códice Laud (1966) (Fig. 10). La lectura que Eric Velázquez hace de los glifos que se encuentran arriba del dios dice:

Su cuerpo está pintado de azul y lleva un tocado posiblemente de lagarto, pues de acuerdo con los textos jeroglíficos él se llama Itzman Ahyiin

“Cocodrilo Saurio” […] […Itzam Ahyiin

Chac Ek’…] ahan (?), yaj ch’e’ enal… yaj ch’ok… “la Gran Estrella Itzam

Ahyiin… elotes (?)... sepulcros dolorosos, niños heridos… (Velázquez, op. cit.: 62). Con respecto al dios Tonacatecuhtli, Señor de nuestra carne, o de nuestro sustento, también identificado como el Señor Dos, Ometecuhtli, en el Altiplano central, Sahagún nos dice que: …conocían y sabían y decían que había doce cielos, donde en el más

Fig. 10. Detalle de las láminas 1 del Códice Fejérvary Mayer y 28 del Códice Laud, 1966.

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alto estaba el gran señor y su mujer; al gran señor le llamaban Ometecuhtli que quiere decir dos veces señor, y a su compañera la llamaban Omecíhuatl, que quiere decir dos veces señora, los cuales dos así se llamaban para dar a entender que ellos dos señoreaban sobre los doce cielos y sobre la tierra… (Sahagún, 1992:597). A Tonacatecuhtli lo vemos representado también como a un dios anciano, con un apéndice anular en el labio superior que indica vejez, en la lámina 9 del Códice Borgia (op. cit.), coincidentemente, no sólo vivía en la tierra, como Señor de los Nutrimentos, sino que también regía en los 12 cielos. En la descripción que se hace del dios en las láminas 13 y 14, Códice Vaticano A o Códice Ríos, vemos que se le concibe también como Citlallatonali, Calor de estrellas, y asimismo, Vía Láctea:

Chiamavanlo Tonacatecotle, e per un altro nome Citlallatonali, e dicono che era quel segno, che appare di notte in cielo, chiamato dal vulgo, via di santo

Iacomo (Camino de Santiago), o via lata (Códice Vaticano A o Códice

Ríos, láminas 13-14). …lo llamaban Tonacatecotle, y por otro nombre Citlallatonali, y decían que era el signo que aparece de noche en el cielo, llamado por el vulgo, vía de San Giácomo, o vía láctea (Seler, 1980, Vol. I:65). Por lo que al igual que Itzman Ahyiin, el Cocodrilo Saurio, se vincula con el cielo (Fig. 11).

Dios A, Kimil, Dios de la muerte. En la parte superior de la lámina 47 del Códice Dresde (op. cit.), vemos al Dios A Kimil, de la Muerte. Lo caracteriza su rostro de cráneo, y su cuerpo encarnado. Su asociación con el cielo es evidente, ya que se encuentra sentado sobre una banda celeste. Porta una sonaja de calabaza, lleva un yelmo en forma de

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Fig. 11. Detalle de la lámina 13 del Códice Vaticano A o Códice Ríos, y de la lámina 9 del Códice Borgia, 1898.

ciempiés (Velázquez, op. cit.: 64), aunque nosotros pensamos que puede tratarse del cráneo de una danta o tapir. El glifo de Kimil se encuentra junto al glifo de la Gran Estrella Chak Ek, Venus (Fig. 12). Estableciendo un paralelo con el dios de la Muerte del Altiplano, Mictlantecuhtli, vemos que éste, encuentra su morada en el Inframundo, pero un inframundo que puede referir tanto los espacios subterráneos, como los celestes, como muy bien lo demuestra Katarzyna Mikulska: …el nombre de Mictlan […] aparece en una expresión junto con la palabra ilhuicatl “cielo”, junto con el locativo topan, por ejemplo:

Fig. 12. Detalle de la lámina 47 del Códice Dresde, 1930.

MICTLAN: In topan in mictan in ilvicac (CF VI: 5 […])

Sobre nosotros [en Mictlan, en el cielo]

In topan in ilvicac in mictlan (CF VI: 48)

Sobre nosotros [en el cielo, en Mictlan,]

Cuix ic itolo in topan in Mitlan in ilhuicatl (CF VI: 141[…]) Tal vez así fue dicho [arriba de nosotros, en Mictlan]…” (Mikulska, 2008:231).

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En un detalle de la lámina 10 del Códice Borbónico (1991), el dios de la muerte porta abanicos y rosetas de papel plegado, elementos que caracterizan también al dios de la Lluvia Tláloc, quien se vincula de manera intrínseca con el cielo y las nubes. También el dios de la muerte tiene el pelo encrespado negro con ojos estelares, como cielo nocturno, justo enfrente de un mástil que tiene en la parte superior un ojo rodeado por oscuridad encrespada y que caracteriza a la media noche, como yohualnepantla (Fig. 13).

El Dios N, Pahuatún, Cargador del cosmos, Dios del maíz, es asociado con Venus. En la parte superior de la lámina 48 del Códice Dresde (op. cit.), vemos a este dios del maíz. El glifo del Dios N, está asociado con la Gran Estrella, tiene 4 puntos que refieren los rumbos del universo (Fig. 14). En la coronilla lleva una serpiente azul de teselas, al igual que Tláloc cuando porta un yelmo de serpiente con teselas de jade en la lámina 57 del Códice Borgia (op. cit.), además de que porta en la mano unas correas también de teselas de jade y de turquesa. Por otra parte el Dios N, tiene también, en la coronilla, el signo del año: Tun, de la misma manera que Tláloc, dios de la superficie terres-

3. Añadimos negritas a las palabras que denotan “arriba”, “sobre”, para topan, “en el cielo”, a la cita y traducción, de Mikulska., 2008.

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41 Fig. 13. Detalle de la lámina 10 del Códice Borbónico, 1991.

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Fig. 14. Detalle de la lámina 48 del Códice Dresde, 1930.

tre y de la lluvia en el Altiplano, muestra en numerosas ocasiones el signo miotli, trapecio y rayo del año, también en la coronilla, como vemos en un detalle de la lámina 38 del Borgia (op. cit.) (Fig. 15). En la siguiente lámina, la 49 del Códice Dresde (op. cit.), vemos en el panel de la parte superior, a la Diosa Ixchel, de la Luna. Su glifo también aparece vinculado con el de la Estrella Roja, Venus (Fig. 16). Al igual que Tecciztécatl, la Persona del

Fig. 15. Detalles de la lámina 57 del Códice Borgia, de la lámina 48 del Códice Dresde, y de la lámina 38 del Códice Borgia, 1991.

Caracol, deidad de la Luna en el Altiplano, Ixchel se encuentra sentada en un trono cuyo asiento es una banda celeste y porta un caracol en la mano, aunque Tecciztécalt puede llevar este último objeto en la frente, en la nuca o muy cerca de sí (Fig. 17). Por otra parte, de la misma manera que la Diosa del Agua terrestre o diosa de la Falda de Jade, Chalchiuhtlicue, en la lámina 11 del Códice Borgia (op. cit.), Ixchel porta un penacho o un recipiente cónico invertido para plumas, en la cabeza y una orejera en forma de disco, de la que parte una correa con una concha blanca en la punta (Fig. 18). Cabe señalar que la diosa Ixchel lleva también una mancha oscura alrededor de la boca, como la diosa Tlazoltéotl, la Diosa comedo-

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Fig. 16. Detalle de la lámina 49 del Códice Dresde, 1930.

Fig. 17. Detalles de las láminas: 49 del Códice Dresde, 1930; 11 del Códice Borgia, 1898; 19r del Códice Telleriano-Remensis, 1899 y 16 del Códice Borbónico, 1991. ra de inmundicias del centro de México, diosa del amor, de los partos y del tejido. Además, Ixchel tiene, por encima del caracol una flor, lo que la vincula, simultáneamente, con la Diosa del amor Xochiquetzal. Si dicha flor es un nenúfar, entonces sería un elemento más que se asociaría con la diosa Chalchiuhtlicue, pues en el folio 263v de los Primeros Memoriales de Sahagún (León -Portilla, 1958:132), esta diosa tiene dibujado en su escudo un nenúfar hacia abajo. Ixchel resume entonces, varias de las características iconográficas de algunas deidades femeninas del Altiplano.

Fig. 18. Detalles de la lámina 11 del Códice Borgia 1898 y 49 del Códice Dresde, 1930.

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Hun Ahau Metnal y Ahan, Dios del

maíz. En la parte superior de la lámina 50 del Códice Dresde (op. cit.), vemos a dos dioses: uno que se encuentra sobre el trono de banda celeste, que ha sido identificado por Eric Velázquez (op. cit.:70) como el dios Hun Ahau Metnal,

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con yelmo en forma de cráneo y manchas de putrefacción, como dios de la muerte, y enfrente de él vemos al dios Ahan, del Maíz, quien porta una mazorca de maíz en la cabeza, formando parte de su rostro (Ídem.). Esta escena está vinculada a los glifos de los dioses, a su vez unidos al signo de la Estrella Roja (Fig. 19). Hun Ahau Metnal, con yelmo en forma de cráneo y manchas de putrefacción,

Fig. 19. Detalle de la lámina 50 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora. como dios de la muerte, se semeja en gran medida, al dios de la muerte del Altiplano, Mictlantecuhtli, pero, también hay que señalar un hecho importante, y es que el cráneo lo porta el dios a manera de yelmo y no como su rostro, como generalmente se le representa, lo que lo vincula al lucero del alba del centro de México, Tlahuizcalpantecuhtli o Venus, quien también lleva el cráneo a manera de yelmo en la lámina 14v del Códice Telleriano-Remensis (op. cit.). Además de las formas aovadas de la banda alrededor de la cabeza del dios del Altiplano, y el ojo aovado del dios maya en cuestión (Fig. 20). Respecto del Ahan, del Maíz, es muy claro el paralelismo con el dios Cintéotl del maíz en el Altiplano, ya que ambos portan mazorcas de maíz en la cabeza y tienen el rostro atravesado por una línea longitudinal quebrada, aunque distinta en cada caso. Ejemplo de esto lo tenemos en un detalle de la lámina 14 del Códice Borgia (op. cit.) (Fig. 21).

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Fig. 20. Detalles de las láminas 14v del Códice Telleriano-Remensis, 1899 y 50 del Códice Dresde, 1930. Fig. 21. Detalles de las láminas 50 del Códice Dresde, 1930 y 14 del Códice Borgia, 1899.

Venus lanzando dardos en las láminas 46 a 50 del Dresde, y sus vícti-

mas. En las imágenes que aparecen al centro de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde (op. cit.), vemos a los flechadores o a Venus lanzando sus dardos y en las imágenes de la parte inferior de dichas láminas tenemos a sus víctimas.

La Gran Estrella, el dios L, flecha al

dios K. En la parte central de la lámina 46, así como en la parte inferior, aparece representada la Gran Estrella como el dios L, ya que así lo dice el texto según el análisis de Harvey y Victoria Bricker (2011:196-198). El dios L es el Señor de la riqueza del inframundo, la noche y el comercio, mientras que el dios K, es el dios Kawil, asociado con el relámpago, la riqueza, los linajes, la fertilidad. Eric Velázquez traduce la escena de la siguiente manera: la Gran Estrella Ha’al Ik’Mam se manifestó en el este; [el dios], K’awiil es su [víctima] flechada, Luna dolorosa, hombres heridos, su anuncio es riqueza, elotes (?) dañados, comida enferma (Eric Velázquez, op. cit.: 62).

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La Gran Estrella, se encuentra en el Este (Fig. 22). El dios L, por ser el dios del comercio podría vincularse con el dios Quetzalcóatl, quien también era dios del comercio entre los cholultecas. De hecho, éste último aparece con el rostro oscuro y en otras ocasiones con barba, como en las láminas 40 y 56, del Códice Borgia (op. cit.). También podría semejarse al dios Tláloc, cuando éste se encuentra en contextos de riqueza y abundancia y tie-

Fig. 22. Detalles de la lámina 46 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora. Fig. 23. Detalles de las láminas 46 del Códice Dresde, 1930, y de las láminas 40, 56 y 67 del Códice Borgia, 1899.

ne el rostro negro, como en la lámina 67 del Borgia (Fig. 23). El dios K’awiil al vincularse con el relámpago y la riqueza podría tener paralelos con el dios Tláloc. De hecho, en la lámina 54 del Borgia (op. cit.), y en la lámina 10 del Códice Cospi, la nobleza y la riqueza son sobre el trono, son flechadas por Venus-Tochtli, coincidiendo en las salidas heliacas de Venus con el signo Ácatl, Caña, mientras que en el Dresde (op. cit.), el dios K de la riqueza es flechado por el dios L Ha’al Ik Mam ‘Abuelo Materno, Negro de la Lluvia, en presencia de Itzam Ahyiin (Fig. 24).

La Gran Estrella Lajun Chan flecha al tigrillo. En las partes central e inferior

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Fig. 24. Detalles de las láminas 46 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899, y de la lámina 10 del Códice Cospi 1988.

de la lámina 47, vemos a la Gran Estrella Lajun Chan, así como al tigrillo que es flechado por ésta. Eric Velázquez traduce la escena de la siguiente manera: …la Gran Estrella Lajun Chan se manifestó en el este; el gran tigrillo es su [víctima] flechada, es el anuncio del dios de las semillas corazones, señores nagualistas heridos, muchos dardos sagrados, espaldas (?) dolidas (Eric Velázquez, op. cit.: 65). Los glifos indican también que Lajun Chan, la Gran Estrella, se encuentra en el Este (Fig. 25). Cabe señalar el paralelismo iconográfico que existe entre estas imágenes y las de la iconografía venusina del Altiplano, ya que tanto en la página 33 del Borgia (op. cit.), como en la 25 del FejérváryMayer (op. cit.) aparece el ojo trilobulado de Venus y que cuelga al frente del tocado del dios Lahun Chan en el Dres-

Fig. 25. Detalles de la lámina 47 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora.

de (op. cit.) (Fig. 26). En el Borgia (op. cit.), Tezcatlipoca como Señor de la montaña, es atacado por Venus-Tecolotl en la lámina 54; mientras que el dios ataca el Corazón de una montaña que también puede ser Tepeyollotli, avatar de Tezcatlipoca, en

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Fig. 26. Detalles de la lámina 33 del Códice Borgia, 1899; 25 del Códice FejérváryMayer, 1971 y 46 del Códice Dresde, 1930.

Fig. 27. Detalles de las láminas 47 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899, y de la lámina 10 del Códice Cospi, 1988.

la lámina 10 del Códice Cospi (op. cit.). De la misma manera que en el Dresde (op. cit.), el dios Chac Bolay tigrillo, es atacado por Venus-Lajun Chac, Diez Cielo, en presencia del dios A Kimil (Fig. 27).

La Gran Estrella Tawizcal flecha al

dios Ahan. En la parte central e inferior de la lámina 48, vemos a la Gran Estrella Tawizcal, y al dios Ahan quien es flechado por ésta. Eric Velázquez traduce la escena de la siguiente manera: …la Gran Estrella Tawiskal se mani-

festó en el este, [el dios] Ahan (?) es su [víctima] flechada, es el anuncio del oriente en las ciudades, su anuncio es sepulcros de personas

(?) (Eric Velázquez, op. cit.:67)4 . Todo esto sucede en el rumbo del Este (Fig. 28). El dios Tawizcal, no sólo guarda semejanza con el dios Tlahuizcalpantecuhtli por su nombre, sino que también tiene paralelos con otros dos dioses cánidos del Altiplano: Huehuecóyotl, el Coyote viejo, dios de la danza y del fuego, y Xólotl, el Monstruo, gemelo de Quetzalcóatl, quien se convierte en Venus Tlahuizcal-

4. Añadimos negritas al texto de Velásquez, ya que queremos destacar la importancia de las referencias al rumbo cósmico del Este, y su vínculo con Venus matutino, como veremos más adelante.

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Fig. 28. Detalles de la lámina 47 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora. Fig. 29. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; 43 y 10 del Códice Borgia, 1899.

Fig. 30. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; 43 y 10 del Códice Borgia, 1899.

pantecuhtli. Tiene el hocico claro con colmillos grandes y curvos, como Xólotl caracterizado como perro o como Huehuecóyotl (Fig. 29). También porta el oyohualli o xiuhcoyonacochtli, orejera u oreja del dios coyote del fuego, Huehuecóyotl (Fig. 30). Tahuizcal tiene también orejas, y orejeras de coyote, al igual que el danzante de Huehuecóyotl en la lámina 64 del Códice Borgia (op. cit.) o como las orejas que que lleva en su tocado el rey Nezahualcóyotl en el folio 106r del Códice Ixtlixóchitl (1976), o como que lleva Huehuecóyotl en la lámina 4 del Códice Borbónico (op. cit.), así como el plumón que vemos frente al dios en Dresde y que vemos adornando a Huehuecóyotl también en la lámina 4 del Borbónico (Fig. 31).

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Fig. 31. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; 64 del Códice Borgia, 1899; 106r del Códice Ixtlixóchitl, 1976 y 4 del Códice Borbónico 1991.

Tanto en la lámina 9 del Códice Cospi (op. cit.), como en la lámina 54 del Borgia (op. cit.), Cintéotl, Dios del Maíz, es atacado por Venus-Itzcuintli, VenusPerro. Mientras que en el Dresde (1930) (op. cit.) el dios E, Dios del Maíz es atacado por Venus-Tawiscal (Tlahuizcalpantecuhtli), en presencia del dios N, Itzam Tuun (Fig. 32).

Fig. 32. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899 y de la lámina 9 del Códice Cospi, 1988.

Antilha 8 (24) 2019: 28-58 Gran Estrella Chak Xiwtek, la Tortuga Preciosa es su víctima. En la parte central de la lámina 48, así como en la parte inferior, vemos a la Gran Estrella Chak Xiwtek, así como a la Tortuga Preciosa, quien es flechada por aquélla. Velázquez traduce la escena de la siguiente manera: la Gran Estrella Chak Xiwtek se manifestó en el este, la espalda (?) de la

tortuga preciosa es su [víctima] fle-

chada, es el anuncio del [dios solar] K’in Ajaw, es el anuncio del [dios de la abundancia] K’awiil... (Velázquez, op. cit.:69)5 . Como señalan Taube y Bade (1991:22) existe una gran semejanza con el dios Xiuhtecuhtli, el Señor de la Turquesa, dios del Fuego en el Altiplano, incluso su nombre parece reminiscencia de: Xiwtek, Chak Xiwtek, Rojo Fuego. También arroja sus dardos en el Este (Fig. 33).

5. Añadimos negritas al texto de Velázquez ya que nos interesa destacar su vínculo fonético con el dios del Fuego, Xiuhtecuhtli, en el Altiplano.

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Fig. 33. Detalles de la lámina 49 del Códice Dresde, 1930.

Taube y Bade (Ibid.:16) observan que el vínculo con el dios del fuego y esta representación de Venus es innegable ya que lleva la misma pintura facial consistente en dos transversales negras, una a la altura de los ojos y otra por debajo de la nariz hasta la barbilla o cubriendo ésta. Pintura facial que también porta la representación de Venus Tlahuizcalpantecuhtli en la lámina 53 del Códice Borgia (op. cit.) (Fig. 34). También lleva un ave azul hacia abajo, en la frente al igual del dios del fuego de la lámina 69 del Borgia (Fig. 35). Según Taube y Bade, el vínculo de Xiuhtecuhtli con Venus tiene un aspecto guerrero, ya que: …Xiuhtecuhtli […] comparte […], un importante rol con Tlahuizcalpantecuhtli, como dios de la guerra. Como regente de la trecena 1 Serpiente, Xiuhtecuhtli es constantemente representado junto con Tlahuizcalpantecuhtli en los manuscritos mexicanos (Borgia p. 69, Vaticano B, 57). En estas escenas el signo de la guerra atl-tlachinolli está notoriamente representado. Seler (1963, 2:195) observó que mientras Xiuh-

Fig. 34. Detalles de las láminas 49 del Códice Dresde, 1930; 69 del Códice Borgia, 1899; 9 del Códice Borbónico, 1991 y 53 del Códice Borgia, 1899.

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Fig. 35. Detalles de las láminas 49 del Códice Dresde, 1930 y 69 del Códice Borgia, 1899.

tecuhtli era un dios de la guerra, Tlahuizcalpantecuhtli simbolizaba a los guerreros y a su apoteosis después de la vida, en el cielo del Este (Taube y Bade, 1991:13). Por otra parte, independientemente del trabajo de Taube y Bade, observamos que tanto en la lámina 9 del Códice Cospi (op. cit.), como en la lámina 53 del Borgia (op. cit.), Chalchiutlicue diosa del agua terrestre es atacada por VenusXiuhtecuhtli y aparece dentro de un contexto acuático en el que destaca la figura de una tortuga. En el Dresde (1930) (op. cit.), el dios Tortuga o anfibio es atacado por el mismo dios bajo la presencia de la diosa lunar (Fig. 36).

Kaktunal, su víctima es el extranjero.

En la parte central de la lámina 50 del Códice Dresde, así como en la parte inferior, vemos a la Gran Estrella Kaktunal, muy semejante al dios del Altiplano Iztlacoliuhqui- Ixquimilli, el cuchillo curvo de los ojos vendados o muertos. Este dios flecha a un ser humano, el extranjero (Fig. 37), Velázquez traduce la escena de la siguiente manera citando a Thompson (1972): […] <Iztlacoliuhqui-Ixquimilli>, mani-

festación especial de <Tezcatlipoca> como señor de los pedernales,

del frío, del hielo, de la helada […]

Su augurio dice: k’al[a]j lak’in Kaktu-

Fig. 36. Detalles de las láminas 49 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 53 del Códice Borgia, 1899 y de la lámina 9 del Códice Cospi, 1988.

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Fig. 37. Detalles de la lámina 50 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora.

nal Chak Ek’, tz’ul ujul, umu’uk K’uh, umu’uk tz’ak ajaw, umu’uk Ahan(?),

‘la Gran Estrella Kaktunal se manifestó en el este, el extranjero es su [víctima] flechada… (Velázquez,

Ibíd.:70-71)6 . Observamos que, en la imagen, las similitudes del dios Kaktunal con el dios del frío Itztlacoliuhqui-Ixquimilli Tezcatlipoca son muy claras. Los ojos vendados, los listones cortos terminados en rectángulos negros son evidentes (Fig. 38). En la lámina 54 del Códice Borgia, el conjunto de guerra, escudo y lanzas, es flechado por Venus-Cráneo. Para el Códice Cospi (op. cit.), sería el ataque al jaguar de la lámina 11, el cual, no se encuentra sobre un cerro, sino, sobre un campo de cultivo, como si se tratara de un guerrero o de un nagual que viene a robar la cosecha, es decir, un extranjero. En ambos códices se trata del último panel de la sección, coincidiendo con las salidas heliacas de Venus con el

6. Añadimos negritas al texto de Velásquez para enfatizar la presencia de Iztlacoliuhqui-Ixquimilli con la representación del dios vendado en la lámina 50 del Códice Dresde.

Fig. 38. Detalles de las láminas 50 del Códice Dresde, 1930; 15 y 69 del Códice Borgia, 1899 y 13 del Códice Laud, 1966.

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signo Ollin, Movimiento. Al igual que el último ataque de Venus por Itzlacoliuhqui-Ixquimilli, es hacia un extranjero provisto de armas y de escudo en presencia del dios Jun Ajaw y del dios E del maíz (Fig. 39).

Conclusiones

Como hemos visto a lo largo del presente análisis iconográfico, los vínculos entre los dioses mayas y los de la región central de México, aunque sutiles y difíciles de observar al inicio, son innegables. La información que tenernos en fuentes y en códices, complementa las propiedades y características que los dioses poseen. Así, el dios del Altiplano:

Fig. 39. Detalles de las láminas 50 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899 y de la lámina 11 del Códice Cospi, 1988. Tonacatecuhtli u Ometecuhtli, dios anciano, creador de la vida, cuya morada se encuentra tanto en el contexto terrestre como celeste, y que es regente del primer signo de los días: Cipactli o Cocodrilo, refiere un vínculo innegable con el dios Itzam Ahyin maya, el Cocodrilo Saurio, quien en estas láminas se encuentra sobre la banda celeste, en el contexto de las Tablas venusinas del Códice Dresde. El dios de la muerte: Mictlantecuhtli, no sólo guarda una semejanza directa con el dios maya Kimil, de la muerte, sino que también al igual que éste, puede tener su morada en el ámbito celeste, como pudimos deducir a partir del análisis y traducción que hace del Códice Florentino, Katarzyna Mikulska (Códice Florentino en Mikulska,2008:231). De la misma manera, el dios del Altiplano: Tláloc, guarda semejanzas con el Dios N, Pahuatún, Cargador del cosmos, dios maya del maíz, quien lleva el signo del año Tun, en la coronilla, al igual que Tláloc porta el miotli, o signo del año, con-

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sistente en un trapecio o rayo, vinculándose con el ciclo agrícola y por lo tanto, con el cultivo del maíz. Las diosas del agua, del amor, de la Luna y de la belleza, en el Altiplano: Chalchiuhtlicue, Tlazoltétol, Tecciztécatl y Xochiquetzal tienen muchos elementos en común con la diosa maya: Ixchel, de la Luna, por lo que dichos elementos, que en esta última diosa se sintetizan, respecto de las diosas del altiplano se complementan, se vinculan, y simultáneamente se diferencian, en los conceptos de agua-flor acuática-amor-fertilidad femenina-lunaciclos lunares y femeninos-belleza. Aunque difieren enormemente, los estilos en los que están representados los dioses del maíz: Cintéotl, del altiplano y Ahan, maya, ambos llevan mazorcas de maíz en la cabeza y tienen el rostro atravesado por una línea longitudinal. Por otra parte, los dioses Quetzalcóatl y Tláloc se asociarían con el dios maya L, Señor de la riqueza, la noche y el comercio, lo que se denota por sus atuendos con franjas de teselas de jade, el color negro de sus rostros y la barba que caracteriza tanto al dios maya L como a Quetzalcóatl, siendo este último dios del comercio entre los cholultecas. El dios maya Tawizcal, guarda por su nombre, semejanza con el dios del altiplano Tlahuizcalpantecuhtli, Venus, Señor de la Aurora, además de que tiene paralelos con los dioses: Huehuecóyotl, el Coyote viejo, dios de la danza y del fuego, y Xólotl, el Monstruo, gemelo de Quetzalcóatl, quien se convierte en Venus y puede representarse como perro, de manera que los tres últimos dioses, tienen el hocico claro con colmillos grandes y curvos. Por otra parte, la Gran Estrella Chak Xiwtek guarda enormes semejanzas fonéticas en su nombre, con el dios del fuego del altiplano: Xiuhtecuhtli, así como semejanzas iconográficas con el mismo dios, como ha sido plenamente demostrado por Karl Taube

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y Bonnie L. Bade (op. cit.). Finalmente, cabe destacar que, el dios maya Kaktunal, aparece con los ojos vendados como el dios del frío del altiplano: Iztlacoliuhqui-Ixquimilli, y actúa como Tlauhizcalpatecuhli el dios venusino de la aurora, en las láminas 54 del Códice Borgia, y 11 del Códice Cospi, atacando a su víctima, el extranjero provisto de armas y escudo, en el Códice Dresde.

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