Las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo que presentan una mayor necesidad de apoyos, constituyen un grupo especialmente vulnerable que, tradicionalmente, ha experimentado situaciones de exclusión y de olvido. Por este motivo, desde la diversidad de opciones para potenciar la inclusión y la participación, surgen nuestros proyectos, en una colaboración muy estrecha con la Fundación Cerezales Antonino y Cinia (FCAYC) en Cerezales del Condado. La planificación de diferentes talleres a lo largo de cuatro años para favorecer el desarrollo de la comunicación, la interacción y de expresarse a través del juego, la música, el arte, la naturaleza, etc., nos ha reportado una exitosa respuesta de este colectivo. Esperamos continuar en esta línea, proponiendo nuevos esquemas de actuación, contando siempre con el apoyo imprescindible de FCAYC y su personal. Nuestro agradecimiento a todas las personas que colaboran con nosotros y en especial a FCAYC y Asprona León que son el motor que mueve el carro cargado de ideas, intenciones y deseos.
PRÓLOGOS
IGNACIO MEDINA Director del Centro Nuestra Señora del Camino Asprona León.
Acordamos continuar los miércoles y mantener nuestros encuentros cada quince días. Así era como se había organizado anteriormente, antes de mi llegada y me parecía buena idea mantenerlo, además me resultaba familiar, era la temporalidad con la que, en otros momentos de mi trayectoria profesional, había trabajado con este grupo. Los treinta kilómetros que distancian el barrio de Armunia en León con el pueblo de Cerezales del Condado, es decir, del Centro Nuestra Señora del Camino de Asprona-León a la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, se han venido salvando con ese ritmo a lo largo de cuatro años. La furgoneta de este centro tiene una capacidad para unas ocho personas, contando con el espacio asignado a la silla de ruedas. Cada día, a su llegada, se suceden los mismos pasos cautelosos para bajar del vehículo, algunos ayudados por Nacho, José y alguna de las personas, voluntarias o en prácticas, que colaboran con esta asociación. Las dificultades a las que este grupo tiene que enfrentarse día a día, incluso en pequeños gestos cotidianos, hace necesaria una atención y apoyo constante. En El taller de los miércoles en Cerezales hemos pensado mucho en torno al delicado equilibrio que conlleva ese apoyo, midiendo su intensidad para que no peque de intrusivo ni se entrometa en exceso en el proceso que ha de experimentar cada persona. Entendemos, como institución dedicada a la Cultura y la Educación, que ese apoyo también se puede materializar en la dinámica de habilitar tiempos y espacios que faciliten la acción, que no dificulten los gestos, los paralicen o los vuelvan imposibles, sino que tiendan a abrirse como tiempos y espacios de posibilidad. A veces esos posibles, como este libro, no quedan exentos de situaciones complejas en las que como educadoras nos enfrentamos a abrumadoras dificultades, con su correlato de sensación de impotencia o de fracaso, frente a las que no sabemos bien por dónde o cómo continuar. Debemos recordar que la formación siempre es continua, los aprendizajes y las transformaciones fluyen constantemente en ambas direcciones y la propia naturaleza de los procesos, cuando se respeta su delicado tejido, acude al rescate. Son muchas las personas que estamos detrás de este proyecto y son muchas las que han hecho que este libro haya llegado a nuestras manos. Entre ellas, el cuentacuentos Manolo Ferrero quien conoce bien a este grupo. Ese vínculo construido entre ellos, le ha permitido narrar estas pequeñas historias de vida. Igualmente la ilustradora y mediadora artística Laura Bécares, con la que nos encontramos varias sesiones para que el grupo ilustrara el cuento, y al que así mismo incorporamos los retratos que habíamos realizado en nuestros
talleres plásticos. Cada escena del libro y cada personaje trata de narrar las líneas de experimentación que hemos ido abriendo en el taller y tocan campos de interés para el grupo como la horticultura, la música, los paseos sonoros, el cuidado de los animales, la fotografía y las artes plásticas. Todas esas experiencias han tenido un carácter pragmático y vivencial, como el proceso de poner un semillero de hortalizas para después plantarlas en el huerto, recolectarlas una vez crecidas y hacernos con ellas una rica ensalada que nos comimos de picnic. Pensamos que así, vinculadas a la vida y al entorno en el que nos encontramos, esas experiencias de vida vienen dotadas de un mayor sentido para ellos. Aunque muchas veces he echado de menos la relación que se produce a través del lenguaje verbal que me permitiera intuir hasta dónde y cómo lo que hacemos toca o afecta al grupo y a cada uno de ellos, hay pequeños momentos que desvelan algunas huellas impresas. Recientemente, seleccionando las fotografías que acompañan este libro, una de esas personas sin a penas lenguaje verbal, al proyectar la imagen de la perra que compartió con nosotras varias sesiones de trabajo pronunció su nombre. Lo curioso es que nadie lo recordaba tras tanto tiempo, pero Maggie había conseguido despertarle del fondo de su aparente embelesamiento. Este libro es un homenaje a José Antonio, Maruja, Agustín, Álvaro, Camilo, Juande, Salvador, Ricardo y Beatriz pero también a todas las personas con discapacidad intelectual, especialmente a aquellas gravemente afectadas. NADIA TEIXEIRA Responsable del Área de Educación y Programas Públicos FCAYC
Las gentes de Cerezales del Condado le pidieron al sol, que se volviera pintor. Y el sol inspirado en el universo Asprona pintรณ nueve nubes de nueve colores, que llovieron como tormentas suaves.
Todas regaron los campos del pueblo con fertilidad.
Cada día de lluvia, como gotas de rocío, nacieron nueve chavales, regalos solares que juegan por el pueblo para alegría de los aldeanos (mucho más que un caleidoescopio).
Esta es la tierna y diversa historia de amor de algunos de los momentos de sus vidas:
Se diría que sabe, en su quietud, hablar con las montañas y con los árboles. Algunos creemos que los montes le sonríen y le hablan: “Salvador, respira profundo”.
El verde juguetón se llama Salva y le presta caminar por el huerto. Con sus manos delicadas, arranca hierbas y corta palines. Le fascina ramonear. Cada crujido de madera seca produce en su corazón una dicha infinita.
Una mirada presumida suya y te quedas hechizado con sus maneras. No existe nadie en Cerezales que no estĂŠ encantado por su magia. Tan buena energĂa transmite este color, que no me sorprende que se llame AgustĂn.
El lila es muy presumido. Suele llevar bolsos y pamelas. Es tan coqueto y zalamero que encandila a quienes lo conocen.
De negro acogedor, color de la noche estrellada, es Maruja. Pinta y repinta dibujos con formas humanoides y se diría que guarda entre sus colores el misterio de todo lo creado.
Misterio que solo interrumpe para comer tortilla o jamón. En la Fundación de Cerezales hacen picnics en los días señalados. Jornadas en las que el brillo de los ojos de Maruja parece una guirnalda de estrellas.
Pasear por el huerto, coger una manzana, plantar una planta o acariciar los perrines; todo es circular y a la medida de una gran carcajada. Ricardón es el rojo pasional del niño que juega con un balón. Todo en su mundo es redondo. Todo gira, bota y cabe en la mano.
La fundación es una ruedina, la acogida de la gente es un gran roscón, la música intuitiva es un giroscopio caliente, la canoterapia es un ovillo lanudo y el bar un gran esférico, un díálogo entre las manos que lanzan balones y las que los reciben con gran contento.
El color rosa se llama Beatriz. Bea vive enamorada de los pasteles y suele ser normal que las paisanas del lugar le ofrezcan pastas.
Un día Cerezales se llenó de palomas danzando por el cielo. Beatriz nunca había visto eso en el universo Asprona del que venía y pensó que eran pajarines de nata y canela. Se puso a reir alborotada. Pero aquella suelta de palomas era en realidad una carta de los vecinos al cielo. (Querida Cinia y Querido Antonino: Gracias. Desde las alturas hacéis de nuestro pueblo un rincón para la vida.)
Los palos de lluvia son pestañas de modelo, los tambores muslos sedosos y las maracas cuerpos redondeados con labios carnosos. ¿Te preguntas cuál es el color de Juande? Juande es un ligón. Le brillan los ojos al ver a las chicas; ¿Y a quién no? En el taller de música afina su corazón con las sonrisas de las chavalas.
Es el amarillo de las espigas maduras y el dorado de la mirada de Don Juan Tenorio. Su pose es la portada de una revista de corazón.
Camilo se viste de blanco como los osos polares. Tiene la pureza de la nieve, pero es cálido, porque cuando toca el xilófono, suelta, en vez de copos, hogueras calientes. Hace manualidades y pinta su silueta de colores.
Parece el mapa de regreso a la inocencia de los bebés. No tiene pérdida, todo recto al corazonzote y allí te enroscas plácidamente, como una marmotilla. Camilo es un saquito de abrazos, cosquillas y un sol sostenido tremolante.
Jugamos en el pueblo con las sombras para descubrir la luz que somos. En el universo Asprona ya conocen nuestros colores, pero tienen que conocerlos en el resto del mundo. ¿A que no sabíais qué brilla más, cuando te pones entre la lámpara y la pantalla?
José Antonio es el marrón terroso. La autoridad sin necesidad de tricornio. Cuando visita las exposiciones de arte, más bien parece que las protege. Siempre camina vigilante y marcial. Su estampa de guardia civil garbacero, se afloja con el juego de las sombras chinescas.
Azul río revoltoso. Azul de ducha espumosa. Una cascada para bañarse eternamente: ese es Álvaro. Mientras mira el belén piensa que en vez de oro, incienso y mirra, los reyes tenían que regalar champú. Los cuentos de los cuentacuentos tienen que ser de esponja y pompas de jabón y los perrines en vez de ladrar tendrían que burbujear.
Suspira dichoso: “Cerezales es mejor que un spa”. El agua de su fuente da una calma transparente, plácida, muy transparente...
Esta mañana los nueve colores: rosa, verde, azul, negro, lila, blanco, amarillo, marrón y rojo salieron de la furgoneta de Asprona a coger piedrecitas por la aldea. Como pulgarcitos fueron haciendo espirales de roca por los caminos. De cada espiral brotó un milagro humilde. Uno que sólo pueden ver los que saben mirar.
Las formas de los cantos rodados que hicieron, te enseñarán como volver a casa. Cada chico es un presente para el mundo. Sin ellos no podríamos distinguir lo importante de lo absurdo. Lo esencial de lo efímero. —Piedrecinas de corazón Asprona, vosotras que sabéis hablar, enseñadle a las gentes vuestra sabiduría:
Verde Salva, amor a las maderas que crujen. La vida para tocar. Rosa Beatriz, pepito de crema. Tiempo para saborear. Amarillo Juande, vivir con mariposas en la barriga. Camilo, la serenidad de posarse. La tierra como cobijo.
Agustín Lila, la belleza de ser flor. La vida para presumir. Negro Maruja, donde Dios habita. El mundo es para pintar.
José Antonio, autoridad y valentía. Sentirse seguro. Álvaro, felicidad en lo sencillo. Una ducha de oportunidades.
Ricardo Rojo, espacio para jugar. El mundo como una ruleta de fortuna.
Y esta mañana, por eso escribimos este cuento, el sol ha respondido y el cielo se ha llenado de lado a lado, con un arcoiris de 9 colores. Una voz, pudiera ser divina, (aunque yo creo que no es para tanto. Será quizás la moraleja de la historia), respondió a los aldeanos con ternura:
La fundación de Antonino y Cinia y las gentes de Cerezales fueron contentos a darle las gracias al sol y al universo Asprona, pues nunca lluvia se vio que humanos diera, y que los diera de colores tan bellos.
Gracias por ser jardineros de bondad y de ejemplo. Gracias por hacer cosas por amor al arte.
Cuando el arte de embellecer la vida es una vocación, no os extrañéis que la vida os devuelva montañas de amor. El mundo es un huerto y se recoge de él, lo que se siembra.
Queremos agradecer el apoyo de todas las personas que han colaborado con el Taller de los miĂŠrcoles en Cerezales.
FOTOS DE TALLER DE LOS MIÉRCOLES EN CEREZALES
Taller con Laura Huerga y su perra Maggie
Taller de fotografĂa
Taller de arte
Sesiones de horticultura
Taller de Colombofilia
Sesiones de horticultura
Taller de Colombofilia
Taller de arte
Taller de arte
Taller con Laura Huerga y su perra Maggie
Visita a las exposiciones
Merienda
Taller de paisajes sonoros
Paseos
Taller con Rafael del Pozo. Música intuitiva
Taller de artes plásticas
Taller con Laura Bécares. Ilustración
Taller de artes plásticas
Taller de sonido
Taller de paisajes sonoros
Visita a las exposiciones
Taller de paisajes sonoros
Visita al la sede FCAYC
Taller con Rafael del Pozo. Música intuitiva
Taller con Laura Bécares. Ilustración
Taller de artes plásticas
Narrador: Manolo Ferrero Ilustraciones realizadas en el taller dirigido por Laura Bécares con la participación de José Antonio, Maruja, Agustín, Álvaro, Camilo, Juande, Salvador, Ricardo y Beatriz.
Edita: Fundación Cerezales Antonino y Cinia www.fcayc.org Depósito legal: DL LE 451-2017 ISBN: 978-84-09-01844-4
Taller de Música intuitiva con Rafael del Pozo
Este libro cuenta la historia de José Antonio, Maruja, Agustín, Álvaro, Camilo, Juande, Salvador, Ricardo y Beatriz en el Taller de los miércoles en Cerezales y hace homenaje a todos sus compañeros y compañeras de asociación, así como a todas las personas con discapacidad intelectual, especialmente a aquellas gravemente afectadas.