recopilacion de cuentos

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RECOPILACION DE CUENTOS POR IZMAR ANTONIO HUESO ARGUMERO



INDICE CAPERUCITA ROJA ..............................5 - 9 HANSEL Y GRETEL ...............................11 - 17

BLANCA NIEVES .................................19 - 26

PETER PAN ..............................................28 - 31


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Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso,

ya que siempre andaba acechando por allí el lobo. Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas… De repente vio al lobo, que era enorme, delante 5


de ella. - ¿A dónde vas, niña? — le preguntó el lobo con su voz ronca. - A casa de mi abuelita— le dijo Caperucita. - No está lejos — pensó el lobo para sí, dándose m e d i a vuelta. Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: – El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le 6

lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles. Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo. El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida,


toda contenta. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada. - Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! - Son para verte mejor – dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela. Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes! - Son para oírte mejor — siguió diciendo el lobo. - Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes

tienes! - Son para…¡comerte mejoooor! — y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita. Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un serrador y los dos juntos llegaron al 7


Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó. En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. chísima sed y se dirigió a De ahora en adelante, seguiría un estanque próximo para las juiciosas recomendaciones beber. lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba. El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!. Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió mu

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de su abuelita y de su Mamรก.

FIN... 9



Allá a lo lejos, en una choza próxima al bosque vivía un leñador con su esposa y sus dos hijos: Hansel y Gretel. El hombre era muy pobre. Tanto, que aún en las épocas en que ganaba más dinero apenas si alcanzaba para comer. Pero un buen día no les quedó ni una moneda para comprar comida ni un poquito de harina para hacer pan. “Nuestros hijos morirán de

hambre”, se lamentó el pobre esa noche. “Solo hay un remedio -dijo la mamá llorando-. Tenemos que dejarlos en el bosque, cerca del palacio del rey. Alguna persona de la corte los recogerá y cuidará”. Hansel y Gretel, que no se habían podido dormir de hambre, oyeron la

conversación. Gretel se echó a llorar, pero 11


Hansel la consoló así: “No temas. Tengo un plan para encontrar el camino de regreso. Prefiero pasar hambre aquí a vivir con lujos entre desconocidos”. Al día siguiente la mamá los despertó temprano. “Tenemos que ir al bosque a buscar frutas y huevos -les dijo-; de lo contrario, no tendremos que comer”. Hansel, que había encontrado un trozo de pan duro en un rincón, se quedó un poco atrás para ir sembrando trocitos por el camino. Cuando llegaron a un 12

claro próximo al palacio, la mamá les pidió a los niños que descansaran mientras ella y su esposo buscaban algo para comer. Los muchachitos no tardaron en quedarse dormidos, pues habían madrugado y caminado mucho, y aprovechando eso, sus padres los dejaron. Los pobres niños estaban tan cansados y débiles que durmieron sin parar hasta el día siguiente, mientras los ángeles de la guarda velaban su sueño. Al despertar, lo primero que hizo Hansel


fue buscar los trozos de pan para recorrer el camino de regreso; pero no pudo encontrar ni uno: los pájaros se los habían comido. Tanto buscar y buscar se fueron alejando del claro, y por fin

comprendieron que estaban perdidos del todo. Anduvieron y

anduvieron hasta que llegaron a otro claro. A que no saben que vieron allí? Pues una casita toda hecha de galletitas y caramelos. Los pobres chicos, que estaban muertos de hambre, corrieron a arrancar trozos de cerca y de persianas, pero en ese momento apareció una anciana. Con una sonrisa muy amable los invitó a pasar y les ofreció una espléndida 13


comida. Hansel y Gretel comieron hasta hartarse. Luego la viejecita les preparó la cama y los arropó cariñosamente. Pero esa anciana que parecía tan buena era una bruja que quería hacerlos trabajar. Gretel tenía que cocinar y hacer toda la limpieza. Para Hansel la bruja tenía otros

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planes: quería que tirara de su carro! Pero el niño estaba demasiado flaco y debilucho para semejante tarea, así que decidió encerrarlo en una jaula hasta que engordara. Se imaginan que Gretel no podía escapar y dejar a su hermanito encerrado! Entretanto, el niño recibía tanta comida que, aunque había pasado siempre mucha hambre, no podía terminar todo lo que le llevaba. Como la bruja no veía más allá de su nariz, cuando se acercaba


a la jaula de Hansel le pedía que sacara un dedo para saber si estaba engordando. Hansel ya se había dado cuenta de que la mujer estaba casi ciega, así que todos los días le extendía un huesito de pollo. “Todavía estás muy flaco -decía entonces la vieja-. Esperaré unos días más!”. Por fin, cansada de aguardar a que Hansel engordara, decidió atarlo al carro de cualquier manera. Los niños comprendieron que había llegado el momento de escapar. Como era día de amasar

pan, la bruja había ordenado a Gretel que calentara bien el horno. Pero la niña había oído en su casa que las brujas se convierten en polvo cuando aspiran humo de tilo, de modo que preparó un gran fuego con esa madera. “Yo nunca he calentado un horno -dijo entonces a la bruja-. Porque no mira el fuego y me dice si está bien?”. “Sal de ahí, pedazo de tonta! -chilló la mujer-. Yo misma lo vigilaré!”. Y abrió la puerta de hierro para mirar. En ese instante salió una 15


bocanada de humo y la bruja se deshizo. Solo quedaron un puñado de polvo y un manojo de llaves. Gretel recogió las llaves y corrió a liberar a su hermanito. Antes de huir de la casa, los dos niños buscaron comida para el viaje. Pero, cuál sería su sorpresa cuando encontraron montones de cofres con oro y piedras preciosas! Recogieron todo lo que pudieron y huyeron rápidamente. Tras mucho andar llegaron a un enorme lago y se sentaron tristes junto al agua, mirando la 16

otra orilla. Estaba tan lejos!. “Quieren que los cruce?”, preguntó de pronto una voz entre los juncos. Era un enorme cisne blanco, que en un santiamén los dejó en la otra orilla. Y adivinen quien estaba cortando leña justamente en ese lugar?. El papá de los chicos!. Sí, el papá que lloró de alegría al verlos sanos y salvos. Después de los abrazos y los besos, Hansel y Gretel le mostraron las riquezas que traían, y tras agradecer al cisne su oportuna ayuda, corrieron todos a


reunirse con la mamรก.

FIN... 17



Erase una vez una hermosa reina que deseaba ardientemente la llegada de una niña. Un día que se encontraba sentada junto a la ventana en su aro de ébano, se picó el dedo con la aguja, y pequeñas gotas de sangre cayeron sobre la nieve acumulada en el antepecho de la ventana. La reina contempló el contraste de la sangre roja sobre la nieve blanca y suspiró. - ¡Cómo quisiera tener una hija que tuviera la piel tan blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano! Poco tiempo después, su

deseo se hizo realidad al nacerle una hermosa niña con piel blanca, labios rojos y cabello negro a quien dio el nombre de Blanca Nieves. Desafortunadamente, la reina murió cuando la niña era muy pequeña y el padre de Blanca Nieves contrajo matrimonio con una hermosa mujer y cruel que se preocupaba más de su apariencia física que de hacer buenas acciones. La nueva Reina poseía un espejo mágico que podía responderle a todas las preguntas que ella le hacía. Pero la única que le interesaba era: 19


- Espejo mágico, ¿quién es la más hermosa del reino? Invariablemente el espejo le respondía: - ¡La más bella eres tú! La vanidad de la Reina vivía satisfecha con la respuesta, hasta que un día, el espejo le respondió algo diferente: - Es verdad que su majestad es muy hermosa; pero ¡Blanca Nieves es la más hermosa del reino! Enfurecida, la envidiosa Reina grito: - ¿Blanca Nieves más hermosa que yo? ¡Imposible! 20

¡Eso no lo tolerare! Entonces mando llamar a su más fiel cazador. - ¡Llévate a Blanca Nieves a lo más profundo del bosque y mátala! Tráeme su corazón como prueba de que cumpliste mis órdenes. El cazador inclinó la cabeza en signo de obediencia y fue en busca de Blanca Nieves. ¿Adónde vamos? preguntó la joven. - A dar un paseo por el bosque su Alteza, - respondió el cazador -. El pobre hombre acongojado, sabía que sería incapaz de ejecutar las órdenes de la


Reina. Al llegar al medio del bosque, el cazador explicó a Blanca Nieves lo que sucedía y le dijo: - ¡Corre vete lejos de aquí y escóndete en donde la Reina no pueda encontrarte, y no regreses jamás a palacio! Muy asustada Blanca Nieves se fue llorando, el cazador mató a un jabalí y le sacó el corazón. “La Reina creerá que es el corazón de Blanca Nieves” - pensó el cazador -.”Así la princesa y yo viviremos más tiempo”. Blanca Nieves se encontró sola en medio de la oscuridad del bosque. Estaba aterrorizada. Creía ver

ojos en todas partes y los ruidos que escuchaba le causaban mucho miedo. Corrió sin rumbo alguno. Vagó durante horas, hasta que finalmente vio en un claro del bosque, una pequeña cabaña. - ¿Hay alguien en casa? - preguntó mientras tocaba a la puerta -. Como nadie respondía, Blanca Nieves la empujó y entró. En medio de la pieza vio una mesa redonda puesta para siete comensales. Sintiéndose segura y al abrigo, subió las escaleras que conducían a la planta alta donde descubrió, una al lado de la otra, siete camas pequeñas. 21


- “Haré una pequeña siesta” - se dijo - ¡Estoy tan cansada! “ Entonces se acostó y se quedó profundamente dormida.

haces aquí? preguntaron los enanitos sorprendidos -. Blanca Nieves les contó su trágica historia y ellos la escucharon llenos de compasión.- Quédate La cabaña pertenecía a con nosotros -. Aquí los siete enanitos del estarás segura. - ¿Sabes bosque. Eran muy preparar tartas de pequeños, tenían barbas manzana? - preguntó uno largas y llevaban de ellos -. sombreros de vivos - ¡Sí, sí! Puedo preparar colores. Esa noche cualquier cosa regresaron de una larga respondió ella contenta jornada de trabajo en la -. mina de diamantes. - La tarta de manzana es - ¡Miren! ¡Hay alguien nuestro postre preferido durmiendo en nuestras - le dijeron. camas! - . Uno de ellos Blanca Nieves se tocó delicadamente el ocupaba de las faenas hombro de Blanca de la casa mientras ellos Nieves quien despertó trabajaban en la mina de sobresaltada. diamantes, y en la noche - ¿Quién eres? ¿Qué ella les contaba 22


divertidas historias. Sin embargo, los enanitos se sentían inquietos por la seguridad de Blanca Nieves. - No hables con extraños cuando estés sola. Y, sobretodo, ¡no le abras la puerta a nadie! - le advertían al salir. - No se preocupen. Tendré mucho cuidado les prometía -. Los meses pasaron y Blanca Nieves era cada vez más hermosa. Leía, bordaba y cantaba hermosas canciones.

Algunas veces soñaba que se casaba con un apuesto príncipe. Entretanto la malvada Reina convencida de que Blanca Nieves estaba muerta, había cesado de interrogar a su espejo mágico. Pero una mañana decidió consultarlo de nuevo. - ¿Es verdad que yo soy la más hermosa del reino? preguntó -. - No, tú no eres la más hermosa, la más hermosa - respondió el espejo - es Blanca Nieves, sigue siendo la más hermosa 23


del reino. - ¡Pero Blanca Nieves está muerta! - No contestó el espejo -. Está viva y habita con los siete enanitos del bosque. La Reina encolerizada mandó buscar al cazador, pero éste se había marchado del palacio. Entonces empezó a pensar como haría para deshacerse ella misma de la joven de una vez por todas. Blanca Nieves estaba preparando una tarta 24

cuando una vieja aldeana se acercó a la casita. Era la malvada Reina disfrazada de mendiga. - Veo que estás preparando una tarta de manzanas - dijo la anciana asomándose por la ventana de la cocina -. - Sí - respondió nerviosamente Blanca Nieves -. Le ruego me disculpe pero no puedo hablar con extraños. ¡Tienes razón! respondió la Reina -. Yo simplemente quisiera regalarte una manzana. Las vendo para vivir y quizás un día quieras comprar. Son deliciosas ya verás.


La Reina cortó un trozo de manzana y se lo llevó a la boca. - ¿Ves hijita? Una manzana no puede hacerte ningún mal. ¡Disfrútala! Y se alejó lentamente. Blanca Nieves no podía alejar sus ojos de la manzana. ¡No sólo parecía inofensiva, sino que se veía jugosa e irresistible! No puede estar envenenada, la anciana comió un trozo, se dijo. La pobre Blanca Nieves se dejó engañar. ¡La malvada reina había envenenado la otra mitad de la manzana! Poco después de haber mordido la manzana, Blanca Nieves cayó

desmayada y una muerte aparente hizo su efecto de inmediato. Allí se la encontraron los siete enanos al regresar de la mina. - ¡Esto, sin duda alguna, es obra de la Reina! gritaron angustiados mientras intentaban reavivar a Blanca Nieves -. Pero todo era en vano, la muchacha inmóvil, no daban ninguna señal de vida. Su aliento no empañaba el espejo que los enanitos le ponían cerca de la boca. Los siete enanitos lloraban amargamente la muerte de Blanca Nieves y no querían de ninguna manera separarse de 25


ella. Tal era su belleza que al verla daba la impresión de que estaba dormida. Posiblemente pensaron, era víctima de un hechizo. Entonces decidieron ponerla dentro de una urna de cristal y hacer turnos para cuidarla. Un día un joven Príncipe que pasaba por el bosque oyó hablar de la hermosa princesa que yacía en la urna de cristal. ¡Como quisiera verla! Pensaba mientras se dirigía a la casa de los siete enanitos. Al verla, el príncipe se enamoro inmediatamente de ella. - ¡Era la joven más hermosa que jamás 26

fin...


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En las afueras de la ciudad de Londres, vivían tres hermanos: Wendy, Juan, y Miguel. A Wendy, la mayor, le encantaba contar historias a sus hermanitos. Y casi siempre eran sobre las aventuras de Peter Pan, un amigo que de vez en cuando la visitaba. Una noche, cuando estaban a punto de se acostaren, una preciosa lucecita entró en la habitación. Y dando saltos de alegría, los niños gritaron: - ¡¡Es Peter Pan y Campanilla!! 28

Después de los saludos, Campanilla echó polvitos mágicos en los tres hermanos y ellos empezaron a volar mientras Peter Pan les decía: - ¡Nos vamos al País de Nunca Jamás! Los cinco niños volaron, volaron, como las cometas por el cielo. Y cuando se encontraban cerca del País de Nunca Jamás, Peter les señaló: - Allí está el barco del temible Capitán Garfio. Y dijo a Campanilla: - Por favor, Campanilla, lleva a mis amiguitos a un sitio mas abrigado, mientras yo me libro de


este pirata pesado. Pero Campanilla se sentía celosa de las atenciones que Peter tenía para con Wendy. Así que llevó a los niños a la isla y mintió a los Niños Perdidos que Wendy era mala. Creyendo-se en las palabras del hada, ellos empezaron a decir cosas desagradables a la niña.

Menos mal Peter llegó a tiempo para repararles. Y les preguntó: - ¿Porque tratan mal a mi amiga Wendy? Y ellos contestaron - Es que Campanilla nos dijo que ella era mala. Peter Pan se quedó muy enfadado con Campanilla y le pidió explicaciones. Campanilla, colorada y arrepentida, pidió perdón a Peter y a sus amigos por lo que hizo. Pero la aventura en el País de Nunca Jamás solo acababa de empezar. Peter llevó a sus 29


amiguitos a visitaren la aldea de los indios Sioux. Allí, encontraron al gran jefe muy triste y preocupado. Y después de que Peter Pan le preguntara sobre lo sucedido, el gran jefe le dijo: - Estoy muy triste porque mí hija Lili salió de casa pela mañana y hasta ahora no la hemos encontrado. Cómo Peter era el que cuidaba de todos en la isla, se comprometió con el Gran Jefe de encontrar a Lili. Con Wendy, Peter Pan buscó a la india por 30

toda la isla hasta que la encontró prisionera del Capitán Garfio, en la playa de las sirenas. Lili

estaba amarrada a una roca, mientras Garfio le amenazaba con dejarla allí hasta que la marea subiera, si no le contaba adonde era la casa de Peter Pan. La pequeña


india, muy valiente, le contestaba que no iba a decírselo. Lo que ponía furioso al Capitán. Y cuando parecía que nada podía salvarla, de repente oyeron una voz: - ¡Eh, Capitán Garfio, eres un bacalao, un cobarde!¡A ver si te atreves conmigo! Era Peter pan, que venía rescatar a la hija del Gran jefe indio. Después de liberar a Lili de las cuerdas, Peter empezó

a luchar contra Garfio. De pronto, el Capitán empezó a oír el tic-tac que tanto le horrorizaba. Era el cocodrilo que se acercaba dejando a Garfio nervioso. Temblaba tanto que acabó cayéndose al mar. Y jamás se supo nada más del Capitán Garfio. Peter devolvió a Lili a su aldea y el padre de la niña, muy contento, no sus amiguitos, sabía cómo quiénes bailaron dar las gracias y muy a pasaron él. Así que bien. preparó una gran Pero fiesta ya erapara 31


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