Revista SESAM Nº 83

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REVISTA SESAM – Nº 83 15 de diciembre de 2008 (suscriptores en los 20 países de habla hispana y en otros 25 con minorías hispanohablantes)

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Sumario de hoy: Textos pequeños de grandes autores: Narrativa • Fernando Sorrentino: “En espera de una definición”. • Biografía y listado de obras del autor. Ciencia ficción • Arthur C. Clarke: “Los nueve mil millones de nombres de Dios”. • Pequeño ensayo sobre la obra, de Héctor Zabala. Poesía • Desde México: Borges. Presenta y selecciona Isabel Llorca Bosco. • Sixto Cabrera González, biografía. ¿Cuánto recordamos de literatura? • Biblia. Del llamado Antiguo Testamento. • Respuestas a las preguntas de REVISTA SESAM Nº 82. Cultura Popular: Chabuca Granda. Dudas y errores gramaticales y ortográficos. Información de concursos. • III Juegos Florales “Jorge Bossio – 2008” de la SESAM. Poemas de Jorge Bossio, Julio Arístides y Patricia Calabrese. Obras premiadas. • II Certamen Internacional de Cuento “Jorge Luis Borges – 2008” (por email) de la REVISTA SESAM. Gran participación. • XVIII Certamen Nacional de Poesía y V de Narrativa (año 2008) de Los Poetas del Encuentro de Villa Ballester. Vence el 15 de febrero de 2009. • Otros concursos. Novedades institucionales: Nuevas Autoridades en SESAM. Café Literario SESAM. Reuniones de Comisión Directiva. SESAM felicita... SESAM organizó... SESAM estuvo en... Enlaces: Información de entidades amigas. Desde nuestras páginas web. Programas de radio. REVISTA SESAM – Contactos y direcciones – Equipo editor. Agradecimientos.

TEXTOS PEQUEÑOS DE GRANDES AUTORES NARRATIVA EN ESPERA DE UNA DEFINICIÓN de Fernando Sorrentino

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Selección de Agustín Romano ©

Yo estoy dominado por un mosquito. En cuanto se le antoje, me matará. Por suerte, hasta ahora no ha abusado de su poder: ejerce su autoridad con moderación,

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sin arbitrariedad, en una forma –diríamos– constitucional. Pero, en cualquier caso, debe sobreentenderse que mi obediencia no emana de un reconocimiento de sus méritos o virtudes, sino del temor que me infunde. Si él lo considerara conveniente, me mataría, y su crimen –o ejecución– quedaría impune. Aun en el caso de que las autoridades judiciales pudiesen establecer fehacientemente que él es el homicida, no podrían castigarlo: no sólo por el hecho secundario de que esa figura delictiva no está prevista por el código penal, sino también porque él no permitiría que lo hicieran. Por fortuna, tengo suficientes elementos de juicio para suponer que –si yo no le doy motivo– ha desechado para siempre la idea de ajusticiarme. Él se halla sobre la pared, cerca del vértice de un cuadro pintado al óleo que representa un paisaje imposible donde dos pastoras, al parecer españolas, con sendos cayados, conversan sobre asuntos desconocidos, rodeadas de dóciles ovejas, el recto lomo de una de las cuales coincide horriblemente con la línea del horizonte. La topografía es abundante y multicolor: hay una llanura verde, hay dos montañas violetas coronadas de blanco y hay un río azul que desemboca en un lago grisáceo. Nada entiendo de artes plásticas, pero siempre me ha parecido que ese cuadro carece de todo valor estético. Sin embargo, se diría que al mosquito no le interesan los valores estéticos –y, tal vez, ninguna otra clase de valores–. Por lo menos, nunca ha manifestado aplauso ni reprobación. Más bien tiende a ocuparse de otros menesteres. Durante la mañana le agrada recorrer la casa, quizá sin un fin determinado. Pero el hecho es que, desde el comedor, donde ha establecido su sede gubernamental, se dirige en primer término hacia la cocina, donde parece –pero, sin duda, es una mera imaginación mía– interesarse en el brillo de una cacerolita de mango negro y alargado. A veces he pensado en por qué le llamará tanto la atención un objeto del todo insípido; después razoné que él, al fin y al cabo, no es más que un mosquito. En la cocina es donde más tiempo permanece. Luego recorre el vestíbulo, el dormitorio y la otra piecita, sin detenerse de manera especial en ningún elemento. Creo que su fin es menos controlar el buen funcionamiento de la casa que ratificar la autoridad sobre sus dominios. Al mediodía –para ser más exacto, a las doce y media– almuerza. Su dieta no es variada. Todos los días come una rodaja de morcilla vasca, que yo le sirvo en un platito de porcelana (él no admitiría otro). Aún recuerdo el día en que rechazó una tajada de morcilla criolla que yo, en mi obsecuencia, le había llevado para ganar su favor: tuve que bajar presuroso hasta la carnicería y comprarle su manjar preferido y excluyente. Una vez que he dejado el plato sobre la mesa, debo retirarme en seguida, pues no quiere que haya nadie presente mientras come. No obstante, también yo tengo alguna dosis de astucia, y, en ciertas ocasiones –cuando no tengo otra cosa más urgente para hacer–, lo espío a través del ojo de la cerradura. Lo cierto es que ésta es una acción bastante tonta: no hay nada notable en lo que veo. Apenas el mosquito tiene la seguridad de que yo he abandonado el comedor, desciende, con lentitud apropiada a su investidura, hasta el plato de porcelana. Luego clava su trompita en la morcilla y sorbe con calma y avidez la sangre (despreciando, paradójicamente, los trozos de nuez, que son los que diferencian la morcilla vasca de la criolla): en esta acción no hay nada que lo distinga del resto de los mosquitos del mundo. Su almuerzo dura, por lo general, entre dos y tres minutos. (En realidad, he mentido al decir que lo espío cuando no tengo otra cosa más urgente para hacer: lo cierto es que lo espío todos los días. Es fascinante penetrar en la intimidad de los poderosos.) Una vez que ha satisfecho su apetito, lo invade una suerte de modorra y pesadez, y, en apariencia, ya no puede regresar a su residencia vecina al cuadro de las ovejas. Prefiere dormir entonces una especie de siesta, sobre el zócalo, en un preciso lugar en que la pintura está algo descascarada. Se despierta a eso de las cinco de la tarde, y ya no vuelve a recorrer la casa: se ubica de nuevo junto al cuadro y permanece allí hasta la hora de la cena.

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A propósito de estos detalles, supuse que el conocer con tanta exactitud sus hábitos de vida me proporcionaba alguna ventaja para deshacerme de él. Lo intenté una sola vez: tan mal me fue, que no osé una segunda. Los hechos –no me avergüenza recordarlos– se produjeron de la siguiente manera: En esa ocasión me pareció que su almuerzo había durado más de lo habitual y que el mosquito estaba más abotagado que de costumbre. Entonces me descalcé y, llevando como arma una alpargata, me acerqué, con el alma en un hilo, en el mayor sigilo posible, hasta hallarme junto al zócalo en que él dormía o simulaba dormir. Por un instante la soberbia me cegó y creí que podría estrellarlo fácilmente con la alpargata contra la madera del zócalo. Pero, en el preciso segundo en que ya le asestaba el golpe fatal, remontó vuelo con rapidez y se lanzó hacia mi rostro. Inicié entonces, gritando de terror, enloquecido, una fuga despavorida por toda la casa. ¡Con cuánta velocidad volaba él, cómo se mimetizaba contra los fondos oscuros, qué silenciosa era su persecución, cuántos obstáculos me impedían desplazarme con la celeridad que lo peligroso del caso requería! Intenté hacer girar la llave en la cerradura para abrir la puerta y huir para siempre de mi casa; pero esta operación era imposible. El mosquito no me daba tiempo, la llave se me trababa, mis dedos estaban agarrotados. Corrí, corrí por toda la casa, corrí sin poder interponer una puerta cerrada entre él y yo, corrí tropezando con muebles, derribando sillas, rompiendo jarrones y cristales, desgarrándome la ropa, hiriéndome las rodillas y los pies descalzos. Corrí, corrí, corrí, hasta que, extenuado de cansancio y terror, caí de rodillas. –¡Perdón! ¡Perdón! –grité con las manos entrelazadas y extendidas en expresión suplicante–. ¡Lo juro, lo juro por lo más sagrado! ¡Juro no intentarlo más! El mosquito se detuvo y comenzó a girar en breves círculos, mientras yo, entre lágrimas, repetía aquellas y otras expresiones semejantes. No sé si me escuchaba. Parecía estar meditando en qué haría conmigo. Tenía que tomar una decisión importante, para la cual, sin duda, necesitaba la reflexión que sólo facilita el silencio; y yo, en vez de permanecer callado, seguía gimiendo, anhelante, jadeando, con las ropas empapadas de transpiración y llegando, con todo, a observar que las venas de mis manos estaban hinchadas y azules, casi violetas, casi negras. Él pensaba, reflexionaba, cavilaba; era evidente que no se precipitaría a adoptar una decisión de la que luego pudiera arrepentirse. Revoloteaba y revoloteaba, cada vez con más lentitud, como si fuera a detenerse, pero lo exasperante era que no se detenía. Más de media hora duró esta situación, y yo, mientras tanto (con el rostro desencajado, los ojos llenos de lágrimas y temblando de pies a cabeza, esperaba su veredicto y su sentencia –que serían simultáneos–), observaba por la ventana las vagas figuras de los albañiles que trabajaban en la obra en construcción de la vereda de enfrente y pensaba que ellos estaban en un mundo de sol, de aire, de baldes y ladrillos límpidos, un mundo donde no tenía lugar un mosquito siniestro y poderoso que ahora decidiría mi vida o mi muerte... Y, por fin, el mosquito fue misericordioso: con indecible alivio vi cómo se dirigía parsimoniosamente hacia su zócalo, sin vanidad alguna, pero seguro ya de que yo no me atrevería nunca más a molestarlo. Después de este episodio, comprendí que debía resignarme a mi suerte. Al fin y al cabo, poco es lo que exige de mí: sus dos tajadas diarias de morcilla y el platito de porcelana. Tengo, sin embargo, un escrúpulo, uno solo: me subleva, me hiere, me humilla estar dominado por un ser tan pequeño, un ser que apenas pesa unos pocos miligramos, cuando mi peso es de casi ochenta kilos. Al mismo tiempo, no me siento en absoluto disminuido por estar bajo las órdenes de un ente irracional –un ente que tiene, literalmente, cerebro de mosquito–. Quizás esta resignación se deba a que muchas veces fui subordinado de gente que no tenía mayor inteligencia que un gato, y, sin duda, mucho menos belleza. Pero, así como tengo un escrúpulo, tengo también una esperanza. Sé que la vida de un mosquito no dura sino unos pocos meses: por eso, cada mañana echo una furtiva mirada al calendario, esperando el día en que pueda marcar con un lápiz verde

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que tengo oculto la fecha en que el mosquito muera. Sin embargo, por otra parte, mañana se van a cumplir veinte años desde el día en que fundó su imperio. Esto, aparte de contradecir las leyes naturales, me sumerge en una suerte de alucinación: el pensamiento de que el mosquito es inmortal. De ser falsa esta idea, caben, a su vez, dos posibilidades: La primera es que ese mosquito no haya sido siempre el mismo, y que, durante la noche, cuando yo estoy durmiendo, se produzca el relevo del mosquito moribundo por otro más joven y fuerte. Me ha llevado a esta suposición el haber encontrado una mañana, al pie de la mesa del comedor, el cadáver de un mosquito. Es cierto que ésta no es una prueba decisiva: no tengo ninguna seguridad de que ese mosquito muerto sea el que me tenía dominado; acaso fuera un mosquito común y silvestre, de esos que abaten la palmeta y el insecticida. La segunda posibilidad excluye a la primera. El poderoso podría ser el mosquito muerto, y el que se halla junto al cuadro de las ovejas, un mosquito usurpador, sin poder ninguno, que basa su autoridad en una cuestión de investidura o similitud. Pero, como este argumento no explica los veinte años de dominio, cabría suponer que los mosquitos usurpadores son muchos y efectúan disciplinadamente el relevo. De todos modos, sea como fuere, no osaré asegurarme de ello: podría serme fatal. Mientras tanto, como nada puedo hacer, pasan los días, los meses, los años. Yo envejezco y me marchito consumido en mi propia angustia y, siempre dominado por un mosquito, continúo en espera de una definición. 1

Este cuento se publicó por primera vez en el volumen Imperios y servidumbres (Barcelona, Seix Barral, 1972). Actualmente está incluido en Existe un hombre que tiene la costumbre de pegarme con un paraguas en la cabeza (Barcelona, Ediciones Carena, 2005).

FERNANDO SORRENTINO Nació en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1942. Su obra narrativa se compone de seis libros de cuentos (La regresión zoológica, 1969; Imperios y servidumbres, 1972; El mejor de los mundos posibles, 1976; En defensa propia, 1982; El remedio para el rey ciego, 1984; El rigor de las desdichas, 1994), un relato extenso (Costumbres de los muertos, 1996) y una novela no demasiado larga (Sanitarios centenarios, 1979). Sus libros para niños conservan, mutatis mutandis, aquellas mismas características, y son los siguientes: Cuentos del Mentiroso, 1978; El Mentiroso entre guapos y compadritos, 1994; El Mentiroso contra las Avispas Imperiales, 1994; La recompensa del príncipe, 1995; Historias de María Sapa y Fortunato, 1995; La venganza del muerto, 1997; El que se enoja, pierde, 1999; Aventuras del capitán Bancalari, 1999. Es también autor de dos libros de entrevistas: Siete conversaciones con Jorge Luis Borges, 1974; Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares, 1992. Ha sido jurado en certámenes nacionales e internacionales, como del Primer Certamen Nacional de Cuento 2008 de la Municipalidad de Gral. San Martín.

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CIENCIA FICCIÓN LOS NUEVE MIL MILLONES DE NOMBRES DE DIOS 1 de Arthur C. Clarke Selección y comentarios de Héctor Zabala ©

El doctor Wagner se contuvo haciendo un esfuerzo. El asunto no era habitual. Después dijo: –Su pedido es un poco desconcertante. Que yo sepa, es la primera vez que un monasterio tibetano encarga una computadora de secuenciación automática. No quisiera parecer indiscreto, pero me resulta difícil imaginar que su institución tuviese necesidad de una máquina así. ¿Puedo preguntarle qué piensan hacer con ella? El lama se arregló los faldones de su túnica de seda y dejó sobre la mesa la regla de cálculo con la que acababa de hacer la conversión de libras a dólares. –Con mucho gusto. Su Mark V puede hacer, si su catálogo no miente, todas las operaciones matemáticas hasta diez decimales. Sin embargo, para el caso nos interesan las letras, no los números. Deseamos pedirles que modifiquen los circuitos de salida, de modo que se impriman letras en vez de columnas de cifras. –No termino de entender... –Desde la fundación de nuestro monasterio, hace más de tres siglos, nos hemos venido consagrando a cierta labor. Es un proyecto que acaso le parezca extraño, y por eso le pido que me escuche con espíritu abierto. –De acuerdo. –En realidad es muy simple: estamos haciendo la lista de todos los nombres posibles de Dios. –¿Disculpe? El lama prosiguió imperturbable: –Tenemos excelentes razones para creer que todos estos nombres requieren, como máximo, nueve letras de nuestro alfabeto. –¿Y ustedes han estado haciendo eso durante tres siglos? –Sí. Y además hemos calculado que necesitaríamos unos quince mil años para completar nuestra tarea. El doctor lanzó un silbido ahogado, como si estuviera un poco aturdido. –Bien. Ahora comprendo por qué quiere usted alquilar una de nuestras máquinas. Pero, ¿cuál es el objeto de la operación? El lama vaciló una fracción de segundo y Wagner temió haber molestado a ese singular cliente que acababa de hacer el viaje de Lhasa a New York con una regla de cálculo y el catálogo de la “Compañía de Computadoras Electrónicas” en el bolsillo de su túnica color azafrán. –Puede considerarlo un ritual, si lo desea –respondió el lama–, pero es una parte fundamental de nuestra fe. Los nombres del Ser Supremo: Dios, Júpiter, Jehová, Alá, etc., no son más que rótulos humanos. Consideraciones filosóficas, demasiado complejas para que se las exponga ahora, nos han dado la certeza de que, entre todas las combinaciones posibles de letras, se encuentran los que podríamos llamar verdaderos nombres de Dios. Pues bien, nuestro objeto consiste en encontrarlos y escribirlos todos. 2 –Ya comprendo. Han empezado ustedes con AAAAAAAAA y terminarán con ZZZZZZZZZ. –Exacto... con la diferencia de que utilizamos nuestro propio alfabeto. Desde luego supongo que les será fácil modificar su máquina electrónica, adaptándola a nuestro alfabeto. Pero hay otro problema relevante: la disposición de circuitos

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especiales que eliminen las combinaciones inútiles. Por ejemplo, ninguna de las letras debe aparecer más de tres veces seguidas. –¿Tres? ¿Seguro que no serán dos? 3 –No. Tres. Pero la explicación detallada exigiría demasiado tiempo, aun cuando usted comprendiera nuestra lengua. Wagner dijo precipitadamente: –Claro, claro. Prosiga. –Le será fácil adaptar su computadora para lograr este punto. Una máquina de este tipo, dispuesta de manera conveniente, puede permutar las letras unas tras otras e imprimir el resultado. De esta manera –concluyó el lama con tranquilidad–, lograremos en cien días lo que nos habría costado quince mil años. El doctor Wagner creyó perder el sentido de la realidad. Las luces y los ruidos de Manhattan parecían esfumarse al llegar a las ventanas del edificio. Allá, a lo lejos, en su remoto asilo montañoso, estos monjes tibetanos venían componiendo desde hacía trescientos años, generación tras generación, su lista de nombres sin sentido... ¿Acaso la locura de los hombres no tenía límites? Pero el doctor Wagner no debía manifestar sus pensamientos. El cliente siempre tenía razón. Respondió: –No cabe duda de que podemos modificar la Mark V de manera que imprima las listas como usted desea. Me preocupa mucho más la instalación y el manejo. Además, no será fácil transportarla al Tíbet. 4 –Ah, eso puede arreglarse. Las piezas son lo bastante pequeñas para poder transportarlas sueltas en avión. Por eso hemos elegido su máquina. Envíen las piezas a la India; nosotros nos encargaremos de lo demás. –¿Y quieren contratar a dos de nuestros ingenieros? –Sí, para montar la máquina y controlarla durante los cien días. –Sin duda el Departamento de Personal podrá arreglarlo –dijo Wagner, garabateando en un bloc–. Pero aún hay dos cuestiones más que resolver... Antes de que pudiese terminar la frase, el lama había sacado un papelito del bolsillo. –Aquí tiene el certificado de mi cuenta en el Banco Asiático. –Muchas gracias. Parece ser... ¡eh! ...adecuado. Pero, si me permite, hay otra cuestión. Tan elemental que casi no me atrevo a mencionarla, pero ocurre que a menudo se olvidan las cosas más evidentes, ¿disponen de energía eléctrica? –Tenemos un generador Diesel que produce 50 kilowatios a 110 voltios. Fue instalado hace cinco años y funciona bien. Es de fiar. Ha hecho que la vida en el monasterio sea mucho más cómoda, aunque en realidad lo compramos para hacer girar las ruedas de oración. –Ah, claro, por supuesto. Debería haberlo adivinado. La vista desde el parapeto provocaba vértigo, pero con el tiempo uno se acostumbra a todo. Habían transcurrido tres meses y a George Hanley ya no le impresionaban los seiscientos metros de caída vertical que separaban el monasterio de los cuadriculados campos del valle de abajo. Apoyado en las piedras redondeadas por el viento, el ingeniero contemplaba con ojos cansinos las lejanas montañas cuyos nombres jamás se había molestado en preguntar. Y el “Proyecto Shangri-La” 5, según lo había bautizado un chistoso de la compañía, era sin duda el trabajo más desconcertante que jamás había tenido. Semana tras semana, la Mark V modificada había estado escupiendo hectáreas de papel llenas de galimatías. Paciente e inexorable, la máquina había agrupado las letras del alfabeto tibetano en todas las combinaciones posibles, agotando una serie tras otra. Los monjes recortaban las palabras que salían de la impresora eléctrica y las pegaban con devoción en unos libros enormes. Una semana más, gracias al cielo, su trabajo habría terminado.

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George ignoraba qué cálculos retorcidos los habían llevado a la conclusión de que no haría falta desarrollar conjuntos de diez, de veinte, de cien o de mil letras, y no tenía la menor intención de saberlo. Una de sus pesadillas recurrentes era que hubiese un cambio de planes y que el gran lama (a quien ellos habían bautizado Sam Jaffe, aunque no se parecía en nada) anunciara de pronto que el proyecto continuaría hasta el año 2060. Eran bien capaces de algo así. 6 La pesada puerta de madera crujió y enseguida Chuck se reunió con él en la terraza. Chuck estaba fumando un puro, como de costumbre. Chuck se había hecho popular entre los lamas repartiéndoles esos habanos. Aquellos tipos podían estar locos –pensó Hanley–, pero no tenían nada de santurrones. Esos frecuentes viajes a la aldea, por ejemplo. –Escucha, George –dijo Chuck–, estoy preocupado. –¿Se descompuso la máquina? –era lo peor que podía imaginar. –No. Nada de eso. Chuck se sentó en el parapeto. Era extraño, porque siempre le había horrorizado el precipicio. –Acabo de descubrir el objeto de la operación. –¡Pero si ya lo sabíamos! –Sabíamos lo que querían hacer los monjes, pero ignorábamos el porqué. –¡Bah! Están locos... Dime algo que no sepa –gruñó George. –El viejo Sam acaba de explicármelo. Él se deja caer todas las tardes para ver salir las hojas de la impresora. Y hoy estaba muy emocionado. Bueno, todo lo emocionado que se permite estar un monje. –¿Y...? –Cuando le dije que estábamos en el último ciclo, me preguntó –con ese adorable acento suyo– si alguna vez nos habíamos preguntado lo que intentan lograr con todo esto. Entonces, me lo contó. –Dilo rápido. Me vas a hacer picar. –Piensan que cuando se hayan escrito todos esos nombres (que, según ellos, son unos nueve mil millones), se habrá alcanzado el designio divino. La raza humana habrá cumplido la misión para la que fue creada. –¿Y después qué? ¿Acaso, esperan que nos suicidemos? –Sería inútil. Cuando la lista esté terminada, Dios intervendrá y simplemente se acabará la cuerda y... ¡bingo! –Ah, comprendo. Cuando terminemos, será el fin del mundo. Chuck lanzó una risita nerviosa: –Eso mismo le dije al viejo. Entonces él me miró de un modo extraño, como si yo fuera el alumno más tonto de la clase, y me contestó: “¡Oh, no es algo tan trivial como el fin del mundo, créame!” George reflexionó un momento y luego dijo: –Por lo visto, es un tipo que tiene perspectivas muy amplias, pero no veo que la cosa cambie para nada. Ya sabíamos que estaban locos... –Sí. Pero, ¿no te das cuenta de lo que puede pasar? Si una vez que se terminen las listas, no suenan las trompetas del arcángel Gabriel en su versión tibetana, puede que nos echen la culpa a nosotros. Al fin de cuentas, utilizan nuestra máquina. No me gusta nada todo esto... –Comprendo –dijo George, muy lentamente–, pero ya he visto casos parecidos. Cuando yo era un chiquilín, hubo en Luisiana un predicador que anunció el fin del mundo para el domingo siguiente. Cientos le creyeron. Algunos hasta vendieron sus casas. Pero nadie se enojó cuando llegó el lunes y no pasó nada. La mayoría pensó que había sido sólo un pequeño error de cálculo, y muchos de ellos siguieron creyendo igual. –Bien, pero por si no te diste cuenta, debo aclararte que no estamos en Luisiana. Estamos solos, los dos, y entre centenares de monjes. Me caen muy bien y

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me dará mucha pena ver al viejo Sam comprender que fracasó la labor de su vida, pero al mismo tiempo personalmente preferiría estar bien lejos cuando eso ocurra. –Yo hace semanas que lo deseo, pero no podemos hacer nada hasta que termine el contrato y llegue el avión para sacarnos de aquí. Chuck contestó pensativo: –Hay una solución: un pequeño sabotaje. El avión llega dentro de una semana, y la computadora, a razón de veinticuatro horas diarias, acabará el trabajo en cuatro días. Sólo tenemos que hacer una reparación que dure apenas tres o cuatro. Si calculamos bien el tiempo, podemos hallarnos en la pista de aterrizaje cuando salga de la máquina la última palabra. –No me gusta –dijo George–. Sería la primera vez que abandono un trabajo. Además podrían sospechar. Siete días más tarde, cuando los fuertes ponis descendían por la carretera en espiral, Hanley dijo: –Sigue sin gustarme. Siento un poco de remordimiento. Y no creas que me voy por miedo. Lo hago porque me dan pena. No quisiera ver la cara que pondrá esa buena gente cuando la máquina termine allá arriba. –Si no me equivoco –dijo Chuck–, ya adivinaron que huíamos, y les da lo mismo. Saben que la máquina es totalmente automática y que sobra toda vigilancia. Y también creen que no habrá un después. George se volvió en la montura y se quedó dormido. La mole del monasterio recortaba su parda silueta sobre el sol poniente. Unas lucecitas brillaban de vez en cuando bajo la masa sombría de las murallas, como los tragaluces de un navío en ruta. Eran lámparas eléctricas suspendidas en el circuito de la Mark V. “¿Qué pasaría con la computadora? –se preguntó George– ¿La destruirían los monjes, excitados por la furia y la decepción? ¿O simplemente se sentarían a comenzar todo de nuevo?” Como si todavía estuviera allí, veía todo lo que pasaba en aquel momento en la montaña, detrás de las murallas. El gran lama y sus auxiliares examinando las hojas, mientras los novicios recortaban nombres extravagantes y los pegaban en el enorme libro. Y todo esto en medio de un religioso silencio. No se oía más que el tableteo de la impresora, golpeando el papel como una mansa llovizna. La computadora en sí, que combinaba millares de letras por segundo, era absolutamente silenciosa... La voz de Chuck interrumpió sus sueños. –¡Míralo! ¡He ahí una vista impagable! Semejante a una minúscula cruz de plata, el viejo DC3 acababa de posarse allá abajo, en el pequeño aeródromo improvisado. La visión daba ganas de beber un buen trago helado de whisky. Chuck empezó a cantar, pero de pronto se interrumpió. Las montañas parecían restarle ánimos. George consultó su reloj. –Estaremos en el valle dentro de una hora –dijo. Y añadió: –¿Crees que el cálculo habrá terminado? Chuck no respondió, y George levantó la cabeza. Vio que el rostro de Chuck estaba muy pálido, vuelto hacia el cielo. –Mira –murmuró Chuck. George, a su vez, levantó los ojos. Por última vez, encima de ellos, en la paz de las alturas, las estrellas se iban apagando una tras otra... 1

El autor fue muy astuto al no decirnos de cuántas letras se compone el alfabeto especial creado por los lamas. Esto elimina posibles errores en el título del cuento, tanto por exceso como por defecto. Por otra parte, si ese alfabeto especial tuviera infinitas letras (siguiendo la idea de que todo lo referido a Dios es infinito: longevidad, sabiduría, amor, poder, etc.) no habría solución para la búsqueda de estos lamas porque daría también como resultado infinitos nombres. 2 Hay que recordar que este cuento fue publicado en 1953 bajo el nombre de The Nine Billion Names of God. En aquel tiempo un cálculo de probabilidades de este tipo y su desarrollo en el papel era una tarea realmente larga y engorrosa; muy propia para la ciencia ficción de ese momento.

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“¿Tres? ¿Seguro que no serán dos?” La pregunta del director de la empresa de informática es muy conducente. No hay que olvidar que en los idiomas occidentales una letra nunca se repite más de dos veces seguidas, pero esto no tiene que ser igual para otros idiomas. 4 A principios de los años cincuenta –y hasta bastante después también– una computadora de gran poder implicaba una máquina realmente grande y pesada, en ciertos casos equivalente a un mueble de gran tamaño, que podía ocupar una habitación de grandes dimensiones. De ahí que en el cuento se hable de las ventajas de estar hecha de pequeñas piezas y ser fácilmente desmontable. 5 En las tradiciones budistas tibetanas hay un reino mítico, Shambhala, en el que parece inspirarse James Hilton para crear su Shangri-La en la novela Horizontes perdidos (1933). Sería un lugar de los montes Himalaya, con paisajes maravillosos, donde el tiempo se detendría en un ambiente de paz y frescura; una especie de paraíso. Esto, a su vez, dio origen en su época a una onda orientalista en Occidente con referencia a ese paraíso perdido, que influyó bastante en varios grupos de música y organizaciones místicas. 6 El detalle es genial: para unos monjes que poco les interesa quemar generaciones y generaciones en buscar SU verdad, “secuestrar” en el convento lama a dos ingenieros occidentales para lograr sus fines místicos sería un detalle absolutamente trivial. A partir de entonces los dos personajes occidentales del cuento se ponen a la defensiva.

PEQUEÑO ENSAYO SOBRE “LOS NUEVE MIL MILLONES DE NOMBRES DE DIOS” de Héctor Zabala © Ésta no es una obra barata de ciencia ficción, de aquellas que abusan de terminología técnica, de armas o aparatos sofisticadísimos o de alunizajes y decolajes con precisión de nanosegundos. No, nada de eso. Utiliza para su desarrollo el mínimo indispensable de ciencia futurista. El autor parte de dos temas que entrecruza con gran habilidad. En principio la vieja idea de que, por tratarse de un ser infinito, Dios debe poseer muchísimos nombres. Como consecuencia, si el número de nombres del Supremo es tan grande, necesariamente varios de esos nombres tendrían que ser desconocidos para la gente común. Esto conlleva la certeza de nombres secretos. Y el nombre secreto es todo un tema para ciertas religiones, tanto antiguas como modernas; una oportunidad para los iniciados de contraer una relación exclusiva con el Creador. Una gran ventaja para ellos porque entonces tal nombre secreto se transformaría en una especie de contraseña que permitiría llamarlo y acceder a Él como nunca podríamos hacerlo la mayoría de nosotros. El otro tema es el fin del mundo, que se encuentra tanto en la doctrina cristiana como en las de otras religiones. Incluso, en teorías científicas. En efecto, también hay hipótesis eruditas en tal sentido: siendo el astro central de nuestro sistema una estrella más (y de naturaleza bastante común), su destino sería el de tantas otras. Por ende, esta especie de enorme bomba atómica de fusión que llamamos Sol algún día tendría que agotar su reserva de energía y materia y explotar en nova, para después reducirse a un mínimo. Esto provocaría el fin de los planetas del sistema solar o, cuanto menos, el fin de la vida terrestre. Sin embargo este fin del mundo, tanto en ciencia como en religión, jamás sobrepasa los límites planetarios o los estelares locales. Y como las estrellas tienen tamaños diversos y diferentes edades –además de estar a gran distancia unas de otras–, el final de una estrella (que sería un sol para los planetas que la circunvalan) siempre es un hecho aislado. Nunca hay suicidios estelares en masa, por decirlo así. Hay doctrinas religiosas que moderan estas hipótesis del fin del mundo en el sentido de que no necesariamente implicaría el fin del planeta Tierra ni el de la humanidad, sino simplemente el cierre del ordenamiento creado y establecido por el hombre. Algo así como habría ocurrido en tiempos de Noé con los sobrevivientes del Diluvio, después del cual las cosas humanas cambiaron pero la Tierra igual se mantuvo firme como planeta. Cabe destacar que todos los pueblos antiguos –bíblicos

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y no bíblicos– contaron la leyenda de una gigantesca inundación y del rescate de unos pocos justos o elegidos, leyenda que apenas varía en detalles. El autor juega entonces con estas dos teorías (fin del mundo y nombres secretos de Dios) y lo hace de manera magistral utilizando como base la supuesta doctrina de una secta de lamas. La sorpresa, a modo de ironía, radica en que no se trata de algo “tan trivial como el fin del mundo”, según el jefe de los lamas, sino de algo mucho más grave y contundente: el fin de todas las estrellas, las que se van apagando una a una con gran rapidez. Este “apagón” deja implícito que también ocurriría lo mismo con aquellas estrellas que son invisibles sólo por causa de su lejanía, sea que estén en nuestra galaxia (Vía Apia) o en cualquiera de las otras. Es decir, que el fin a que apunta el cuento de Arthur Charles Clarke (Minehead, Reino Unido, 17/12/1917 – Colombo, Sri Lanka, 19/3/2008) es el mismísimo fin del Universo. Desde el punto de vista místico, la gran innovación a la doctrina conocida es que no se trataría de un final decretado por Dios a la manera tradicional, es decir para castigar los pecados humanos, sino simplemente de una cuestión de lógica trascendente: si Dios hizo su obra para que la propia creación lo admirase y adorara, una vez descubiertos todos los nombres divinos ya no habría mayores misterios que develar, ergo la finalidad del hombre (y de todo el Universo) se habría agotado y no tendría objeto dejarlos en pie. Se podría considerar que el cuento, con los enormes progresos que ha alcanzado la informática, en la actualidad ya no pertenecería a la ciencia ficción. En efecto, probablemente a una computadora moderna le sería fácil ejecutar la tarea en un tiempo muy breve. Pero esto sería sólo un detalle de clasificación de subgéneros literarios y no desmerece la obra en sí. Por lo demás, el cuento está bien estructurado y tiene mucho ritmo.

POESÍA Presenta y selecciona Isabel Llorca Bosco ©

DESDE MÉXICO: BORGES

El haiku es esa composición poética japonesa que ha cautivado a Occidente. Es brevísima y pone delante del lector una realidad presente que dice mucho más de lo que está escrito y le produce un asombro semejante al del poeta cuando descubrió aquello que había mirado mil veces sin llegarlo a ver. Apreciarlos demanda cierta preparación, sensibilizarse para captar siquiera algo de una cultura tan diferente y escrito en una lengua tan distinta del español. Lo que hacemos son aproximaciones. Así como se da una versión japonesa del tango, los argentinos podemos dar una versión argentina del haiku, como nos dice la escritora Silvia Long-Ohni. ¿Acaso el Marqués de Santillana no introdujo el soneto italiano, probablemente de origen francés? ¿Acaso Boscán y Garcilaso no trajeron a la poesía española los metros y los ritmos de la poesía italiana? ¿No es lo que hizo Rubén Darío en sus viajes por el

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tiempo y el espacio al adaptar, por ejemplo, el alejandrino español del siglo XIV y el francés a la poesía en castellano? Jorge Luis Borges escribió diecisiete haiku que modestamente llamó “ejercicios”. Pero se sintió bastante satisfecho cuando un japonés le preguntó si eran traducciones de su idioma. En septiembre de este año, nos enviaron al equipo editor de REVISTA SESAM este mensaje; “…reciban un cordial saludo desde el rincón de esta mi patria querida, México, y de mi pueblo Soledad Atzompa, Veracruz. Les mando unos textos del gran maestro Jorge Luis Borges, que hace tiempo traduje a mi lengua materna, el náhuatl; ojalá pudieran encontrar un digno espacio en esa su patria, Argentina.” Firmaba Sixto Cabrera González. Nosotros no podemos evaluar estas traducciones en sí mismas, ya que no sabemos náhuatl (pero sí sabemos –por textos que nos ha enviado– que Sixto Cabrera González es buen poeta). No obstante, consideramos maravilloso el acto de traducir a esta lengua los poemas de Borges, del autor de La escritura del dios, De este cuento del libro El Aleph, narrado desde el punto de vista de Tzinacán, mago de la pirámide del dios Qaholom incendiada por los españoles, quien está prisionero desde la época de la conquista de México, después de haber sido torturado. Este sacerdote va a poder descifrar escrituras y se lo va a mostrar con la dignidad del místico. Es emocionante traducir a una lengua precolombina a un escritor como Borges, que en este mismo cuento habla del Libro del Común y hace una paráfrasis de su primera parte (nada menos que el Popol Vuh, libro sagrado de los Maya-Quiché, que felizmente hoy está en el programa argentino de la escuela secundaria). A un escritor que en sus enumeraciones caóticas –que proponen una analogía del universo– menciona a Uxmal. A un escritor que procuró que sus textos pudieran leerse como localistas (y para eso entraba en los códigos de las culturas particulares, la del gaucho, la judía y la árabe, entre muchas otras) pero que al mismo tiempo pudiesen y debieran leerse desde una perspectiva universal. Un escritor como Borges que contempla las diferencias y las semejanzas entre las culturas (su poema México se estructura sobre lo igual, lo distinto y lo eterno de México y la Argentina: “Tantas cosas iguales, el jinete y el llano…” para llegar a aquello de que un hombre es todos los hombres. Borges empezó su interés por lo mexicano a partir de su admiración por Alfonso Reyes, pero “fue recién en 1973 que lo visitó a instancias del joven escritor mexicano Miguel Capistrán […]. Para Borges cada uno de los habitantes de esta tierra debía llegar a ser mediante la cultura un cosmopolita, un ciudadano del mundo. Por eso Borges siempre aspiró a ser un escritor universal.” 1 Es verdad que Sixto Cabrera González es de México, donde José Juan Tablada introdujo el haiku. Este poeta dedicó su trabajo “a las sombras amadas de la poetisa Shiyo y de Basho”. Donde Octavio Paz fue traductor y creador de haiku. Del japonés al náhuatl, pasando por el español, y nada menos que el de Borges, éste es el movimiento mismo de la cultura. Como dice Agustín Romano, investigador de la obra borgeana, “las culturas están unidas por extraños vasos comunicantes” y, agregamos nosotros, unos son más misteriosos que otros, y este desplazamiento es su razón de ser. Borges ha dicho que la poesía japonesa toma dos elementos opuestos y los adjunta sin conexiones lógicas. Da el ejemplo de la campana de hierro y la mariposa. Estas conexiones las repone el lector desde la lectura poética, de oposición en este caso. Generalmente, en el haiku no aparecen figuras retóricas ni los tropos que usamos los occidentales, salvo unos pocos como la personificación. Tampoco el “yo romántico”, no obstante expresar sensaciones y sentimientos, pero lo hace de manera indirecta. Así se da en estos dos haiku que ha elegido Sixto Cabrera González, ligados por el motivo de la mano. En el primero, dos elementos polares, uno en el presente y otro en el pasado, valorizado éste, devaluado aquél. Hay una elegía reprimida en nombre del haiku, una historia implícita. Los elementos que en un momento habían

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estado en contacto, ahora están separados, tal vez para siempre; la cabellera es ahora inalcanzable para esa mano, que –si lo leemos en el contexto lingüístico– puede ser “la vieja mano”. Por último leemos “olvido” en el marco de la obra borgeana. Si bien “Una cosa no hay. Es el olvido” 2 algo se pierde “como todo se perderá”. El acto de escribir, de registrar, está visto desde la perspectiva de lo opuesto. Y esa palabra “vieja” que connota un acercamiento a la disolución. Sin embargo, aunque se conozca su fin, es necesario seguir escribiendo. Pasa como con la vida. Poquísimos elementos y una constelación de sentidos, las distintas miradas del lector; he aquí la poesía. I Esta es la mano que alguna vez tocaba tu cabellera. Inin yion mayotl tlen kemanti okimachiliaya motsonyo. II La vieja mano sigue trazando versos para el olvido. Yauejkika mayotl kisentoka tlaneskayotijtok ika tlakuikaltij pampa elkaualistli. Jorge Luis Borges (La Cifra. Buenos Aires, Emecé, 1982) Versión náhuatl de Sixto Cabrera González

Sixto Cabrera González (Rancho Nuevo, Soledad Atzompa, Veracruz, México, 1974). Poeta nahua-hablante. Traductor. Ha publicado el poemario Vestigios incipientes. Orizaba, Ediciones de Pasto Verde, Serie Llovizna de Letras, 1996. Ha colaborado en diferentes revistas y suplementos culturales del país. En 1994, obtuvo un estímulo para La Creatividad Artística y Cultural en el Área de Letras, Vía Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. En 1995, le es otorgada una Beca en la Categoría de Jóvenes Creadores, en el Área de Letras. Formó parte del Taller de Creación Literaria “Parménides García Saldaña” en Orizaba, Veracruz. Actualmente forma parte del movimiento Poetas del Mundo. Es fundador de la Biblioteca Pública Municipal en su pueblo natal, Soledad Atzompa, en la cual se desempeña como bibliotecario. Tiene en su haber cinco libros inéditos de poetas mexicanos y extranjeros que ha traducido del español al náhuatl, como son Relámpagos que vuelven de Antonio Castañeda, Robo calificado de Lucía Rivadeneyra, Selección de poemas de Tomás

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Carrillo, Haikus de Mario Isalasaínz y Bellotas de agua del guatemalteco Carlos López. Y otro poemario en proceso de traducción, La primera piel, de la poeta española Teresa Domingo Catalá. 1

Hace 20 años murió Borges: afirmaba que la cultura es la vía para ser cosmopolitas, […] Para Borges cada uno de los habitantes de esta tierra debía llegar a ser mediante la cultura, un cosmopolita, un ciudadano del mundo. por R. Pacheco y J. C. Aguilar. www.cronica.com.mx y www.eluniversal.com.mx (8 de junio de 2006) 2 Everness, en El otro, el mismo (1964).

¿CUÁNTO RECORDAMOS DE LITERATURA? Cuestionario de Héctor Zabala ©

Para que cada cual tome conciencia de lo que recuerda (o no) de las grandes obras de la literatura universal y nos sirva de incentivo para repasar párrafos casi olvidados o para ampliar nuestras lecturas. Biblia Obra: Autor: Época que abarca: Temas que abarca: Lengua original: Géneros:

Antiguo Testamento 1 varios escritores (circa siglo XVI a. JC a siglo V a. JC) circa milenio V a. JC. al siglo V a. JC históricos, legendarios, proverbiales, proféticos, etc. hebreo, partes en arameo narrativo, lírico

(Algunas preguntas pueden ser capciosas) 6) ¿En qué libros del llamado Antiguo Testamento se narran estos hechos: la historia de José y demás hijos de Jacob? 7) ¿En qué libro se narra la historia de Dina o Dinah? ¿De quiénes era hermana? 8) ¿En qué libros se narran la historia de Saúl? ¿Era Saúl de la misma tribu que su sucesor David? 9) ¿De qué reino era capital Samaria? ¿Los samaritanos del primer siglo de nuestra era común o cristiana eran descendientes de los samaritanos hebreos de tiempos de los asirios (anteriores al siglo VIII a. JC)? 10) A cuatro profetas bíblicos se los conoce como profetas mayores, ¿quiénes son? Respuestas a las preguntas de REVISTA SESAM Nº 82. 1) ¿Quién escribió los primeros cinco libros de la Biblia y cómo se denominan? A este conjunto de libros ¿se los conoce como Pentateuco? ¿Es lo mismo que la Torá de los hebreos? Respuesta: El escritor fue Moisés. Sí, a los primeros cinco libros de la Biblia se los conoce como Pentateuco (del griego penta, cinco, y téuko, caja; porque los rollos de cada libro se guardaban en sendas cajas con forma de estuches cilíndricos). Se trata de los libros de Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Es lo que entre los hebreos se llama la Torá (La Ley). La Torá o Ley de Moisés en realidad no comprende sólo las normas jurídicas de los antiguos hebreos sino que incluye además narraciones históricas (y legendarias) desde la creación del mundo hasta el éxodo o liberación de los hebreos de Egipto. Es una importante fuente que revela orígenes,

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costumbres, tradiciones y acontecimientos históricos de los antiguos semitas y de los pueblos aledaños. 2) ¿Todas las religiones que consideran sagrado el texto bíblico, mantienen el mismo canon para el llamado Antiguo Testamento? Respuesta: No. Y en realidad están muy lejos de llegar a un acuerdo en cuanto al canon. Los libros del denominado Antiguo Testamento que una determinada confesión religiosa reconoce como sagrados los llama canónicos. A los que no les reconoce tal carácter, apócrifos. a) Los judíos, protestantes 2, ortodoxos rusos, adventistas y testigos de Jehová admiten solamente 39 libros canónicos para la colección conocida como Antiguo Testamento, a saber: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut, Primero de Samuel, Segundo de Samuel, Primero de Reyes, Segundo de Reyes, Primero de Crónicas, Segundo de Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, El Cantar de los cantares, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. Estos libros se entienden como protocanónicos o primeros canónicos y su colección se conoce como canon corto. b) En el Concilio de Trento (1545-1563), el catolicismo romano confirmó como canónicos, además de los anteriores, los siguientes libros y fragmentos: Tobías, Judit, Primero de Macabeos, Segundo de Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico 3, Baruc (incluida la Epístola de Jeremías), así como la Historia de Susana y la Historia de Bel y el dragón, ambos del libro de Daniel, y los Capítulos 11 al 16 del libro de Ester. A estos agregados, el catolicismo los considera deuterocanónicos o segundos canónicos, pues entiende que fueron rescatados para el canon. Desde el siglo XVII también son de este mismo criterio los ortodoxos griegos. También la iglesia siríaca. Este canon de 46 libros (protocanónicos y deuterocanónicos) se conoce como canon largo. c) Por lo tanto, todas estas iglesias antedichas, sea que reconozcan el “canon corto” o el “canon largo”, consideran como libros apócrifos del Antiguo Testamento a los siguientes: Carta de Aristeas, Jubileos, Antigüedades Bíblicas (Pseudo-Filón), Vida de Adán y Eva (versión griega) 4, Vida de Adán y Eva (versión latina), Paralipómenos de Jeremías, Tercero de Esdras 5,Tercero de Macaberos, Cuarto de Macabeos, Vida de los Profetas, Salmos de Salomón (42 salmos), Odas de Salomón (18 odas), Oración de Manases, Libro arameo de Ajicar, José y Asenté, Oráculos Sibilinos, Primero de Enoc 6, Segundo de Enoc 7, Tercero de Enoc 8, Ascensión de Isaías, Testamentos de los Doce Patriarcas, Testamento de Job, Testamento de Moisés 9, Testamento de Abraham, Testamentos de Isaac y de Jacob, Testamento de Salomón, Testamento de Adán, Apocalipsis de Esdras 10, Apocalipsis de Sedrac, Visión de Esdras, Apocalipsis siríaco de Baruc, Apocalipsis griego de Baruc 11, Apocalipsis de Elías, Apocalipsis de Sofonías, Apocalipsis de Abraham, Apocalipsis de Adán y Apócrifo de Ezequiel. Pero el tema no termina aquí: d) Los coptos (cristianos egipcios) agregan al canon largo el Tercero de Macabeos y el Salmo 151. e) La Iglesia Armenia suma al canon largo el Tercero de Esdras 5, el Tercero de Macabeos y el Testamento de los Doce Patriarcas. f) Los etiópicos (cristianos etíopes) agregan al canon largo el Cuarto de Esdras 10, el Primero de Enoc 6, el Tercero de Macabeos, Jubileos, la Asunción de Moisés 8 y algunos más.

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3) ¿En qué libros del llamado Antiguo Testamento se cuentan estos sucesos: la creación del mundo, el diluvio, la promesa de Dios a Abraham y la liberación de los judíos de la opresión faraónica? Respuesta: La creación del mundo, el diluvio y la promesa de Dios a Abraham: Génesis. Liberación de los judíos: Éxodo y Deuteronomio. Con Josué se relata la conquista de parte de la tierra de Canaan. 4) ¿En qué libros del llamado Antiguo Testamento se relatan las historias de Sansón, del reinado de David, del de Salomón, de la construcción del templo y de la división política de los judíos en dos estados separados? Respuesta: Historia de Sansón: Jueces. Reinado de David: Segundo de Samuel y Primero de Crónicas. Reinado de Salomón, construcción del templo y división de los judíos en dos estados separados: Primero de Reyes y Segundo de Crónicas. 5) ¿En qué libros del llamado Antiguo Testamento se narran estos hechos: la caída de Samaria en manos de los asirios, la destrucción de Jerusalén –y su templo– por los babilonios y la liberación de los judíos del cautiverio de Babilonia? Respuesta: Segundo de Reyes y Segundo de Crónicas. 1

La mayor parte de la cristiandad llama Antiguo Testamento a esta colección de libros. Quizá no sea una denominación feliz (judíos, testigos de Jehová y otras confesiones religiosas utilizan nombres más escrupulosos) pero al menos es la más difundida para esta compilación, que comprende a todas las escrituras bíblicas que se suponen anteriores al nacimiento de Jesús de Nazaret. 2 Algunas iglesias protestantes todavía mantienen la costumbre de imprimir, junto a los del canon corto, los libros deuterocanónicos en letra más pequeña. 3 Al libro de Eclesiástico también se lo llama Sirácida. 4 Vida de Adán y Eva (versión griega) se la conoce también como Apocalipsis de Moisés. 5 Tercero de Esdras, o Primero de Esdras en la versión griega de los LXX. 6 Hay quienes escriben Enoch, y también Henoc o Henoch. Al Primero de Enoc también se lo conoce como Enoc Etiópico, pues sólo se conserva en ese idioma. 7 Segundo de Enoc o también Enoc Eslávico o El Libro de los Secretos de Enoc. 8 Tercero de Enoc o también conocido como Libro Hebreo de Enoc. 9 Testamento de Moisés o también conocido como Asunción de Moisés. 10 Apocalipsis de Esdras o también conocido como Esdras Griego o Cuarto de Esdras. 11 Apocalipsis griego de Baruc o también conocido como Baruc Griego. Baruc era amanuense de Jeremías, uno de los profetas que sufrió la deportación de los babilonios en tiempos de Nabudonosor II (siglos VII al VI a. JC). Nota: Esdras fue un escriba hebreo que intervino en la reorganización de los judíos con posterioridad a la liberación del cautiverio babilónico (siglo VI-V a. JC), cuando los persas ya los habían devuelto a Palestina. Junto con Nehemías relata buena parte de los sucesos de su tiempo; a Esdras también se le atribuyen los dos libros de Crónicas. En la Vulgata Latina, Jerónimo de Dalmacia llamó Primero de Esdras al actual libro de Esdras, Segundo de Esdras al actual libro de Nehemías, Tercero de Esdras al Esdras Griego (1 Esdras de la versión griega de los LXX) y Cuarto de Esdras o Apocalipsis de Esdras, que se supone de época cristiana. En la versión de los LXX existían el 1 Esdras y el 2 Esdras; el 2 Esdras reunía los actuales de Esdras y Nehemías, y el 1 Esdras era el Tercero de Esdras en la Vulgata.

CULTURA POPULAR CHABUCA GRANDA

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Selección de Agustín Romano y Héctor Zabala © Comentarios de Héctor Zabala ©

María Isabel Granda Larco, tal su verdadero nombre, nació el 3 de septiembre de 1920 en Cotabamba (Apurimac), Perú. La familia se mudó siendo ella muy chica y residió en el barrio de Barranco, en Lima. Formó parte a principios de los años ‘30 de un importante coro, que aprovechó su voz de soprano. Más tarde una operación quirúrgica la obligó al tono grave con el que se dio a conocer al mundo. El gran éxito como cantautora se inició después de su divorcio en 1952, verdadero escándalo para la sociedad limeña de la época, que no era ni más ni menos pacata que las de otras latitudes. Mujer de gran cultura, supo rodearse siempre de intelectuales, quienes constituyeron en su tiempo un importante círculo que se reunía en su casa con bastante asiduidad. Chabuca fue una innovadora. Rompió la estructura convencional del vals. Sus melodías, de temática amplia, alternarían el nuevo lenguaje propuesto por ella con el de los viejos valses de salón. Creó además una estrecha relación entre letra y melodía. Más tarde, incluso, se atrevería a quebrantar las estructuras de la poesía tradicional, evadiendo rimas, consonancias y métricas en sus canciones. A este última etapa pertenece un ciclo dedicado a la chilena Violeta Parra y a Javier Heraud, poeta peruano muerto en la revolución de 1968. Después de un primer período que podríamos llamar histórico-evocativo y en el que canta a la Lima de principios de siglo, Chabuca pasaría a un repertorio que propuso el renacimiento de la música afro-peruana, imponiendo ese ritmo en los grandes escenarios; cosa impensada hasta entonces. Esta gran autora y cantante, orgullo de América Latina, murió el 8 de marzo de 1983 en Miami, Estados Unidos. LA FLOR DE LA CANELA Déjame que te cuente, limeña, déjame que te diga la gloria del ensueño que evoca la memoria del viejo puente, del río y la alameda. Déjame que te cuente, limeña, ahora que aún perdura el recuerdo, 1 ahora que aún se mece en un sueño el viejo puente, del río y la alameda. Coro

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Jazmines en el pelo y rosas en la cara, airosa caminaba la flor de la canela, Derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mixtura que en el pecho llevaba. 2 Del puente a la alameda menudo pie la lleva por la vereda que se estremece al ritmo de sus caderas, recogía la risa de la brisa del río y al viento la lanzaba del puente a la alameda. Déjame que te cuente, limeña, ay, deja que te diga, morena, mi pensamiento, a ver si así despiertas del sueño, del sueño que engalana, morena, 3 tu sentimiento. Aspira de la lisura 4 que da la flor de canela, adornada con jazmines, matizando tu hermosura. Alfombra de nuevo el puente, que engalana la alameda, 5 que el río acompase 6 tu paso por la vereda. Y recuerda que... Coro Jazmines en el pelo y rosas en la cara... Hay variantes que cambian algunos versos: 1 ahora que aún perfuma el recuerdo, 2 que en su pecho llevaba. 3 del sueño que entretiene, morena, 4 Aspiraré la mixtura 5 y engalana 6 que el río acompasará

FINA ESTAMPA Una veredita alegre

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con luz de luna o de sol tendida como una cinta con lazos de arrebol. Arrebol de los geranios y sonrisas con rubor arrebol de los claveles y las mejillas en flor. Perfumada de magnolias rociada de mañanita la veredita sonríe cuando tu pie la acaricia. Y la cuculí se ríe y la ventana se agita cuando por esa vereda tu fina estampa, pasea. Fina estampa, caballero, caballero de fina estampa, un lucero. Que sonriera bajo un sombrero, no sonriera más hermoso ni más luciera, caballero. Y en tu andar, andar reluce la acera al andar, andar. Te lleva hacia los zaguanes y a los patios encantados, te lleva hacia las plazuelas y a los amores soñados. Veredita que se arrulla con tafetanes bordados tacón de chapín de seda y fustes almidonados. Es un caminito alegre con luz de luna o de sol que he de recorrer cantando por si te puedo alcanzar. Fina estampa, caballero, quién te pudiera guardar. Fina estampa, caballero, caballero de fina estampa, un lucero. Que sonriera bajo un sombrero no sonriera más hermoso ni más luciera, caballero. Y en tu andar, andar

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reluce la acera al andar, andar.

DUDAS Y ERRORES GRAMATICALES Y ORTOGRÁFICOS Isabel Llorca Bosco (51 a 53) © y Héctor Zabala (54 y 55) © Algunos de estos errores no se entienden como tales para los casos de personajes de ficción cuando la idea de quien narra es hacerle “hablar” al personaje como lo haría alguien de un medio social de escasa cultura o entre gente que utiliza jergas. Es decir, los humildes consejos de esta sección pueden tener una doble finalidad: 1) que el autor se exprese bien como narrador; 2) que, a propósito, haga expresar mal a un determinado personaje a fin de hacerlo más creíble.

Tres cuestiones sobre el uso de los verbos: 51) Si el verbo HABER está acompañado por el participio de otro verbo, es auxiliar y los dos constituyen la frase verbal personal, lo que significa que tiene sujeto, el cual concuerda con el verbo haber (conjugado) ya sea en singular como en plural. (Ha llegado el inspector. / Han llegado los inspectores.) En cambio, cuando el verbo HABER está solo, es impersonal, no tiene sujeto. Va siempre en singular. El sustantivo que le sigue es objeto directo y no tiene obligatoriedad de concordar con él. Hubo un hombre que protestaba. Hubo hombres que protestaban. Algunos ejemplos de Haber impersonal. Hay quince personas en el salón. En el terreno adquirido había árboles y flores. Hubo algunos heridos como resultado del siniestro. Se comenta que habría habido concurrentes que no habían sido invitados a la inauguración. Si se hiciera lo propuesto, en 2010 habría más personas capacitadas. Por lo tanto, es incorrecto decir Hubieron heridos en el siniestro. 52) La siguiente oración está en estilo directo: Jaime le dijo en junio: Quiero que cante en nuestro espectáculo de noviembre. En este caso se reproducen las palabras de Jaime en los mismos tiempos de verbo que él empleó. Pero si lo decimos en estilo indirecto los verbos –que estaban en presente del indicativo y del subjuntivo, respectivamente– deben cambiarse al pretérito imperfecto de los mismos modos: Jaime le dijo en junio que quería que cantara en su espectáculo de noviembre, pero ya no hay tiempo para su inclusión. Recordemos que el pretérito imperfecto del subjuntivo (cantara o cantase) tiene valor de pasado, presente y futuro (quería que cantara ayer, hoy o mañana). Por lo tanto, a pesar de su uso frecuente, es incorrecto decir: Quería que cante mañana.

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53) El pretérito imperfecto del subjuntivo tiene dos formas, en –ra y en –se. En América la forma –se es muy formal, pero no así en España donde se puede decir en registro informal: Esperaba que llegase temprano. 54) ¿Garrapiñada o garapiñada? Según la XXII Edición del Diccionario de la Real Academia Española: garrapiñado, da. (Del participio de garrapiñar). 1. adj. Dicho de una almendra: Bañada en un almíbar que forma grumos. U. t. c. s. 2. f. Arg. y Ur. Conjunto de maní garrapiñado.

Luego uno busca el término garrapiñar en esa misma edición y obtiene... garrapiñar 1. 1. tr. Quitar una cosa agarrándola.

...y, en especial, la acepción que nos interesa: garrapiñar 2. 1. tr. garapiñar.

Por ende, debido a esta segunda acepción, uno va después a la palabra garapiñar y lee: garapiñar. (Del latín vulgar carpiniare, der. de carpĕre). 1. tr. Poner un líquido en estado de garapiña. 2. tr. Bañar golosinas en el almíbar que forma grumos. Almendras garapiñadas. Piñones garapiñados.

Entonces, uno –obediente– busca el adjetivo garapiñado, da y se encuentra con una sorpresa: no existe la definición de garapiñado ni de garapiñada, aunque se supone tendrían que ser sinónimos de los adjetivos garrapiñado y garrapiñada, y pese a que el propio Diccionario de la RAE (¡y en la misma edición!) las utiliza en plural para ejemplificar los casos de las almendras y de los piñones, tal como vimos. Tampoco nos dice si se puede usar, o no, garapiñada como sustantivo femenino en Argentina y Uruguay para el maní garrapiñado, aunque todos sabemos que por estos pagos sólo se utiliza la palabra garrapiñada para designar esta golosina. Obviamente, la RAE tendría que solucionar estas evidentes omisiones. 55) ¿Se puso de pie o se puso en pie? Según el Diccionario de la Real Academia sería indistinto decir en pie, de pie y de pies. En la XXII versión tales locuciones figuran dentro del encabezado pie: en ~ (es decir, en pie) 1. locución adverbial. Denota que alguien se ha levantado ya de la cama restablecido de una enfermedad, o que no hace cama por ella. 2. loc. adv. Utilízase para explicar la forma de estar o ponerse alguien derecho, erguido o afirmado sobre los pies. 3. loc. adv. Con permanencia y duración, sin destruirse, derogarse ni acabarse.

Luego vamos a la locución de pie y la misma versión del Diccionario nos mata dos pájaros de un tiro al aclararnos: de ~ (de pie), o de ~s (de pies). 1. locuciones adverbiales, en pie.

INFORMACIÓN DE CONCURSOS III JUEGOS FLORALES “JORGE BOSSIO” DE LA SESAM

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Comentarios de Isabel Llorca Bosco ©

El sábado 16 de agosto se llevaron a cabo los III Juegos Florales “Jorge Bossio”, que organizó la SESAM. A partir de las 9 de la mañana acudieron a CAMED participantes de San Martín, Tres de Febrero, Capital Federal y Pilar, entre otras localidades. Como siempre, se les dio una consigna preparada sobre versos de tres poetas, cuyos poemas se leyeron por la tarde en el Café Literario SESAM ante una nutrida concurrencia, pues la difusión de los buenos escritores es uno de nuestros objetivos. El jurado estuvo integrado por tres poetas: Cecilia Gargantini, profesora en letras, Oscar De la Mota, médico pediatra y psicoanalista, y Antonio Scuderi, coordinador del taller literario de COMACO. Contamos además con la presencia de Patricia Calabrese, profesora en letras. Sobre un poema suyo se estableció una de las consignas. La investigadora habló sobre la experiencia de escuchar poemas nacidos a partir de uno de sus versos. Los premios, que consistían en $100, un año sin cargo como socio de SESAM y un mes participando del TALLER LITERARIO ABIERTO SESAM, también sin cargo, y los seis diplomas fueron distribuidos por Claudia Bossio, editora e hija del escritor Jorge Bossio. El 22 de agosto tuvimos la dicha de recibir este mensaje: “Les agradezco que me invitaran. Lo pasé muy bien. Recién llego de Capilla del Monte. Quedé fascinada con algunos de los trabajos premiados. El nivel me pareció muy bueno. Me gustaría que pudieran enviarme los trabajos premiados y eventualmente publicarlos en el anuario que edito varias veces al año en San Martín. Nuevamente gracias, hacen honor al nombre de papá al convocar gente tan linda y talentosa.” Claudia Bossio.

Las consignas consistían en elegir algunos versos de un autor y utilizarlos como epígrafe de un poema nuevo. • Consigna sobre un poema del escritor Jorge Bossio: “Pero estoy solo, muy solo, solo… Y aunque estuvieras tú, también estaría solo”.

• Consignas sobre dos poemas del escritor Julio Arístides: “la espalda del río” y “los dedos olvidan el alfabeto del deseo”.

• Consigna sobre un poema de la escritora Patricia Calabrese: “El viento es el regocijo de un animal suelto”.

SOLEDAD A Marta Bossio, mi hermana

Una mariposa sobrevuela el alma en un aire invisible y siniestro. Las aguas estúpidas del río leonado tersan los brazos de un nadador que se deja acariciar por el universo. Mientras, los ruidos de mecanos brillantes aturden al alma y a la mariposa y vuelven angustiante mi último poro, Pierdo mi conciencia y mi perfume en las calles sin vida de la ciudad. Pasan miles de humanos silenciosos. Pero estoy solo, muy solo, solo… Y aunque estuvieras tú, también estaría solo. Jorge Bossio (San Martín, Prov. de Bs. As., Argentina, 1926-2006)

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POEMA XIV Te columpias suspendido de la angustia. La angustia es el dolor sabroso de la nada. Cuando ella se apodera de tu existencia, sientes cómo agobia el desmayo de todas las cosas que uno vive, cómo el amor deviene liquen y los labios deponen su codicia lenta. Cuando la angustia te ahoga convertida en marea de aguas invisibles, resignas las conquistas de la ternura, el ojo ya no llora, y los dedos olvidan el alfabeto del deseo. Huyes de ti mismo ignorando hacia dónde y sin salir de tu alcoba. Cuando la nada ejerce su señorío sobre todo lo que miras, cuando calcina el futuro con su fría llamarada, recién te percatas del hueco que cava el ser con su ausencia. Porque te has hecho hombre la angustia te somete. El polvo es del polvo. Dios tira de un extremo de tu alma, pero la existencia, este incendio de instantes que renacen sin lugar para la pena, pertenece a la angustia. Desde la alborada del día sexto eres siervo de la angustia. Ese es el pacto y también tu misterio. Julio Arístides “Estar y Ser” (San Martín, Prov. de Bs. As., Argentina, 1921-1991)

PESA LA PALMA ROJA EN SU INTENTO DE ATRAPAR EL VIENTO Pesa la palma roja en su intento de atrapar el viento; cuando él pasa y roza su cuerpo la rosa modela su figura,

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la abertura inventa su color. (Quizá ella no sepa quién la ofrece como don, ignore que yo espío su nacimiento). El viento es el regocijo de un animal suelto, con su pecho sorprende al aire y lo recorta, su carrera suena y me despeina, todo canta y la mujer viene a mí desde mis pies hasta el corazón: allí se mueve la voz. Confieso que no puedo hablar, también yo estoy ausente. Patricia Calabrese (San Martín, Prov. de Bs. As.)

Primer premio

Jana Noeli Pardo González (Primer Premio)

TU CUERPO EN BRAILLE ...“los dedos olvidan el alfabeto del deseo.” Julio Arístides

¿Y si no recuerdo tus lunares? ¿y las coordenadas de tu ombligo? De ensayo-error nos hicimos hace tanto tiempo. Deseo analfabeto pero entusiasta profundo azul. Si no es hoy otra vez será pero ahora por favor ensayo profundo azul. Me guío con el eco lejano de un recuerdo gutural

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de palabras que susurrabasgritabasdanzabasexhalabassuspirabas arañando mis oídos mi espalda. Las curvas de tu cuerpo, vastas, bastan y mis manos las recorren torpemente experimentalmente maravillosamente De pronto no hay reglas y somos impulso uno y mil colores Arriba abajo frenesí ahí. Jana Noeli Pardo González (Villa Ballester, Ptdo. San Martín, Pcia. de Bs. As., Argentina, 1990) http://ciclicamente.blogspot.com <jana_noe@hotmail.com>

Segundo Premio

Beatriz Mir (Segundo Premio)

COMO SI LA LLUVIA “los dedos olvidan el alfabeto del deseo” Julio Arístides

Como si la lluvia hubiera clausurado la fina provisión de urdimbre y todos los vientos fueran a estrellarse contra la ausencia sin atenuantes de tus besos, mis dedos ya no tejen con los hilos del agua la historia de dos bocas y dos sexos con la que aprendimos a asomarnos a la eternidad. No estás y Dios persiste en su silencio. Ya no hay rosas en el aire,

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sólo este rumor de jardín anochecido donde los jazmines se marchitan en macetas abrumadas de herrumbre. Fue entre tus brazos que, como una sacerdotisa del deseo, encendí las primeras estrellas y las últimas. Todo lo dejo allí, en el libro infinito donde quedan trazadas las palabras que inventé para escribirte el mundo. Beatriz Mir (Capital Federal, Argentina. Reside en Pilar) www.beatrizmir,blogspot.com <larosablindada@gmail.com>

Tercer Premio

Rocío Gauto Castillo (Tercer Premio)

LA ESPALDA DEL RÍO “sobre la espalda de un río” Julio Arístides

hace días acampo en tierra solitaria repaso las conjugaciones el plazo los términos temer y partir no eran parte del poema el resto sí pero eso es otro asunto de vez en cuando oigo los pasos de mi madre perdiéndose en la arena no la veo y sin embargo yo sé que es ella quien susurra cuentos junto a mi carpa acerca pequeños pájaros con el ala herida piedritas de colores que encontró en el agua como la madre niña madre que una vez fue y que sigo esperando temiendo añorando aunque repase las conjugaciones el plazo los términos no no era así y mi vista se pierde en la espalda del río Rocío Gauto Castillo (Capital Federal, 1985) <doria_zohy@hotmail.com>

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Menciones: Los escritores que recibieron Primera, Segunda y Tercera Mención, respectivamente, fueron: Silvia Mabel Vázquez (San Martín), Ana María Santoro (San Martín) y Álice Ferreyra (Pilar). Se pueden ver otras obras, fotos y datos literarios en el blog de SESAM: www.sesamweb.com.ar, cliqueando en Colaboraciones.

II CERTAMEN INTERNACIONAL DE CUENTO “JORGE LUIS BORGES – 2008” de la REVISTA SESAM (por correo electrónico) Comentarios de Héctor Zabala ©

Se han recibido en total 156 cuentos de sendos participantes. Esto implica una mayor concurrencia respecto de la convocatoria anterior, equivalente a un tercio más, ya que en 2007 se había llegado a 117 obras y escritores. En general no se variaron las condiciones del certamen, salvo en detalles sutiles que apuntaron a reglas más fáciles o más cómodas para el autor y a cuentos apenas más largos. Y tal como en la versión pasada, se estableció un tiempo corto para el envío de obras (tres meses), amén de una absoluta austeridad en la organización, sin promesas de premios en dinero, trofeos ni ceremonias. El Secretario de Plica informó, sin revelar nombres, que la distribución por países fue la siguiente: Argentina (76 cuentos y participantes), Australia (1), Bolivia (2), Chile (19), Colombia (5), Costa Rica (1), Cuba (5), Ecuador (3), España (22), Estados Unidos (3), Francia (1), México (5), Panamá (1), Perú (4), Uruguay (7) y Venezuela (1). En total: dieciséis naciones. Esto, además de implicar la participación de escritores de mayor número de países (en 2007 fueron sólo doce), significó un cambio cualitativo y cuantitativo en las proporciones. En efecto, en tanto que el año pasado los concursantes argentinos sumaron un 62% contra un 38% de otras naciones, en este nuevo certamen nuestros hermanos idiomáticos foráneos superaron levemente a los locales por 51% a 49%. Es decir que este segundo certamen resultó más internacional –por así decirlo– que el de la primera versión. Esto se debió porque, a la par que los participantes argentinos aumentaron ligeramente (76 contra 73 del año anterior), la concurrencia de narradores de otras naciones casi se duplicó (80 contra 44 del año 2007). En cuanto a la afluencia por sexos, ésta se mantuvo bastante pareja: 77 mujeres (49%) y 79 hombres (51%). En principio, las BASES de este II Certamen Internacional (que no se prorrogó) fueron publicadas en los sitios web de la Guía de Concursos Literarios, de Honorarte y de Ciudad Seva, pero más tarde varias web de literatura se sumaron de manera espontánea a su difusión, generosidad que les agradecemos profundamente. Asimismo, se invitó a los suscriptores de los 45 países con que hoy cuenta nuestra REVISTA SESAM o bien se les envió la edición Nº 82, cuyas páginas contenían las pertinentes condiciones. De todas maneras nos queda la sensación de que sigue existiendo mucha resistencia a participar en certámenes literarios por correo electrónico, quizá por los mismos pruritos que muchos tienen respecto de las publicaciones por internet. ¿Acaso pánico a la informática? Si éste es el trauma, sería bueno recordar que la PC es apenas una herramienta nueva, tal como en su momento lo fue la estilográfica cuando reemplazó a la plumilla de acero o esta última cuando hizo lo propio con la pluma de ganso. Ni la

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esencia de la literatura ni la inspiración poética cambian en absoluto: simplemente se vuelcan mediante otros elementos y eso es todo. Para la próxima REVISTA SESAM (Nº 84) esperamos tener los finalistas y, quizá, también los ganadores.

XVIII CERTAMEN NACIONAL DE POESÍA Y V DE NARRATIVA - 2008 de LOS POETAS DEL ENCUENTRO DE VILLA BALLESTER Homenaje a la escritora Rosa Buk. Auspician: Biblioteca Popular “Diego Pombo” y la artista plástica Stella Maris Araujo. BASES Podrán participar escritores mayores de 16 años, nativos o extranjeros (de habla hispana), residentes en la República Argentina. Género POESÍA. Presentar hasta DOS poemas de no más de 35 líneas cada uno con versos rimados o libres, en hoja A4. Género NARRATIVA. Presentar UN solo cuento o relato (no prosa poética ni teatro), cuya extensión no supere las dos carillas en hoja A4. • En ambos géneros el tema será libre; las obras pueden ser éditas o inéditas. • Se presentarán a máquina o PC, fuente 12, a un espacio, por triplicado y con seudónimo. • Podrán participar en uno o en ambos géneros, con un arancel de $ 5.- en efectivo, por cada género en el que participe, para gastos administrativos. • Si participan en ambos géneros, enviar los trabajos en el mismo sobre, dentro del cual se colocará otro sobre más pequeño con los datos personales: nombre y apellido, domicilio y código postal, teléfono, e-mail y títulos de las obras y género; en su parte exterior: el seudónimo, que debe ser el mismo para ambos géneros. • Los trabajos se enviarán, por correo, a: LOS POETAS DEL ENCUENTRO –CERTAMEN NACIONAL DE POESÍA Y NARRATIVA– AÑO 2008. José C. Paz 2471 (C.P. 1651) Barrio Parque, San Andrés Provincia de Buenos Aires, Argentina NO ENVIAR GIRO. • Los trabajos se recibirán desde el 15 de noviembre hasta el 15 de febrero de 2009. • El jurado se expedirá a fines de abril. Los trabajos no serán devueltos y por causas estrictamente organizativas se procederá a su destrucción. El fallo del jurado será inapelable y se les comunicará a los ganadores por vía postal, telefónica o e-mail. • Se distinguirá a los ganadores de poesía y narrativa con los siguientes premios: • 1º y 2º premio con plaqueta y diploma. • Del 3º al 6º premio medalla y diploma. • Se otorgarán menciones especiales, si el jurado así lo considera. • La entrega de premios se realizará en el transcurso del mes de mayo de 2009, en día y lugar a determinar.

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Premio “PEDRO BALLESTER” para autores locales. • Los escritores residentes en el Partido de General San Martín concursarán además por este premio en cada género, para ello deberán incluir: dos copias más de los poemas y/o del cuento o relato enviados y agregar en el remitente “Ptdo. de Gral. San Martín”. Se otorgará un único premio para cada género que consistirá en: Plaqueta y diploma. Coordinadores de Los Poetas del Encuentro: María del Carmen Poyo Martínez mdcpoyomartinez@yahoo.com.ar (011) 4752-5994 José Checchia Liliana Spaltro laliver@hotmail.com GRACIAS POR DIFUNDIR

OTROS CERTÁMENES LITERARIOS Quienes deseen participar en certámenes literarios, las páginas http://www.ciudaddearena.org http://www.guiaconcursosliterarios.com ofrecen una amplia información sobre bases y condiciones de concursos en España, Argentina y demás países hispanoamericanos.

NOVEDADES INSTITUCIONALES NUEVAS AUTORIDADES EN LA SOCIEDAD DE ESCRITORES DE SAN MARTÍN (SESAM) COMISIÓN DIRECTIVA 1 (Diciembre 2008 – Diciembre 2010) Presidente: Vicepresidente: Secretario: Prosecretaria: Tesorero: Protesorera: Vocal Titular 1º: Vocal Titular 2º: Vocal Titular 3º:

Agustín Romano Percy Venegas Piccollet Jorge Sombra Marta Balado Gabriel Jaciw María Rosa Sañudo Isabel Llorca Bosco Julio Eliceche Ada Haydée Curto

Vocal Suplente 1º: Vocal Suplente 2º:

Marcelo Ballestrase Elena Caricati Pennella

COMISIÓN REVISORA DE CUENTAS 1 (Diciembre 2008 – Diciembre 2010) Revisor Titular 1º:

Eduardo Jorge Arcuri Márquez

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Revisor Titular 2º: Revisor Titular 3º:

Ricardo José Montenegro Mabel Spinelli

Revisor Suplente 1º: Revisor Suplente 2º:

Oscar Julio De la Mota Guillermo Guadagno

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Ambas Comisiones fueron elegidas por la Asamblea de Socios de la SESAM, reunida en CAMED el 29 de noviembre de 2008.

EQUIPO EDITOR DE REVISTA SESAM Director: Jefe de Redacción y Diagramación: Secretaria de Redacción y Correctora:

Agustín Romano Héctor Zabala Isabel Llorca Bosco

EQUIPO EDITOR DEL BLOG DE SESAM Director: Secretario de Selección de Colaboraciones: Secretaria de Corrección de Colaboraciones: Secretario de la Web: Secretario Adjunto de la Web:

Agustín Romano Oscar Julio De la Mota Isabel Llorca Bosco Gabriel Jaciw Héctor Zabala

CAFÉ LITERARIO SESAM El tercer sábado de cada mes a las 18 en CAMED, Dr. Ramón Carrillo 2476, planta baja, ciudad de General San Martín, Provincia de Buenos Aires. Receso durante todo enero de 2009. REUNIONES DE COMISIÓN DIRECTIVA DE LA SESAM Segundo y cuarto sábado de cada mes a las 10:30 horas en CAMED, Dr. Ramón Carrillo 2476, 1er piso, ciudad de General San Martín, Provincia de Buenos Aires. Receso durante todo enero de 2009. SESAM FELICITA... ...a los socios: • Estela Barrenechea por la obtención del Primer Lugar en Poesía, la Rosa de Plata, de la Academia Mundial de Arte y Cultura (The Academy of Arts and Culture World), en el marco del XXVIII Congreso Mundial de Poetas (Acapulco, México, 12 al 16 de octubre de 2008). • Ricardo José Montenegro, Elena Caricati Pennella y Héctor Zabala por haber sido premiados en los certámenes nacionales de Los Poetas del Encuentro (ver REVISTA SESAM 81). • Sergio Martín Montenegro, Elena Caricati Pennella y Silvia Mabel Vázquez por sus distinciones en los certámenes locales de Los Poetas del Encuentro (ver REVISTA SESAM 81). • Eduardo Jorge Arcuri Márquez, Oscar Julio De la Mota, Silvia Ferrante, Liliana Lapadula, Isabel Llorca Bosco, María del Carmen Poyo Martínez, Agustín Romano, María Rosa Sañudo y Jorge Sombra, por desempeñarse como jurados en diversos certámenes literarios (Municipalidad de Gral. San Martín, Los Poetas del Encuentro, REVISTA SESAM, etc.). SESAM ORGANIZÓ... ...cuatro charlas, que se realizaron en CAMED:

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• Teatro, medios y psicoanálisis, a cargo del investigador argentino doctor Gustavo Geirola (Profesor en Letras por la UBA, doctor por la Universidad del Estado de Arizona), en su paso por la Argentina (21-8-08). • Cuestionamiento y vigencia del “Martín Fierro”, a cargo del profesor Agustín Romano (26-5-08), como apertura del ciclo sobre autores locales, ya que José Hernández nació en lo que hoy es el municipio de San Martín. Para la difusión de la valiosa obra de dos escritores de San Martín con relevancia internacional: • La poética filosófica de Julio Arístides, a cargo de los profesores Agustín Romano e Isabel Llorca Bosco (12-11-08). • José Murillo: el escritor y su periferia, a cargo de la licenciada Claudia Szelubsky (26-11-08). SESAM ESTUVO EN... • la presentación del libro Vivir conectados de Daniel Ivoskus, en el marco del programa Café Cultura Nación (Colegio de Escribanos de Gral. San Martín, 7/10/08). • el acto de homenaje a los autores de la Marcha de San Lorenzo, Cayetano Alberto Silva y el poeta Carlos Javier Benielli, al celebrarse los aniversarios 106º (música) y 101º (letra) del estreno de la marcha (Monumento a los Autores, Pasajes 78 y 79, Malaver, 30/10/08). • el 50º aniversario de la Casa Universitaria de General San Martín (Ayacucho 2361, 5º piso, Gral. San martín, 31/10/208). • la representación de la obra El lugar, de Carlos Gorostiza, por el grupo Macondo, en el Centro Cultural Anna Pavlova de Villa Ballester.

ENLACES Los enlaces a PÁGINAS WEB LITERARIAS pueden verse en http://www.lacoctelera.com/revista –sesam/ o en nuestra página de anuncios culturales: http://www.lacoctelera.com/sesam –anuncios/ INFORMACIÓN DE ENTIDADES AMIGAS Biblioteca de Soledad Atzompa, en Veracruz, México. Solicita donaciones de libros. Comunicarse con Sixto Cabrera González <sixtocg@yahoo.com.mx>. Bosque de Palabras (Piura, Perú – literatura) Julio Carmona: www.vosquedepalabrasvives.blogspot.com. Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español: Director: Alfred Hopkins. http://jaquematepress.blogia.com/ Casa del Poeta Peruano http://www.letrasyartes.com/casadelpoeta Círculo de Escritores de Venezuela http://literaturayvida.blogsome.com http://www.circulodescritoresvenezuela.org/ Carmen Cristina Wolf Losada <literaturayvida@yahoo.com>

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Colectivo Artístico Morelia (México) José Luis Rodríguez Ávalos <colectivoartisticomorelia@yahoo.com> Grupo literario “La nave fue y volvió”. Río Gallegos, Santa Cruz, Argentina. Carlos Pablo Lorenzo <lorenzopablo10@yahoo.com.ar> http://tallerliterariorg.blogspot.com/ http://concurso-tallerliterariorg.blogspot.com/ HonorArte (literatura) Directora: Silvia Sturla. http://www.honorarte.com.ar/ Palabras del Uruguay invita a los escritores del mundo entero a sumarse a su nueva sección Escritores Hermanos. Los requisitos están disponibles en: http://www.palabrasdeluruguay.com/requisitos.htm Revista ARCHIVOS DEL SUR Revista digital de cultura, desde Buenos Aires, Argentina. Directora: Araceli Otamendi <revista.archivosdelsur@googlemail.com> Revista cultural REVERS (en lengua valenciana). Escribir a Sant Josep, nº 12 – 1º – (CP 46.410) Sueca (Valencia), España, o bien a <revers.revista@gmal.com>. Revista La Mancha (Chile, publicación literaria) www.lamanchadesdequilicura.blogspot.com Amanda Espejo: <espejolamancha@gmail.com> Revista "Lakúma-Pusáki" (El fuego en el agua), de Chile http://www.poesias.cl/ Director: Miguel A. Moreno Duhamel <pusaki@poesias.cl> Revista KOYAWE (literatura) Director: Luis Macaya Jiménez <revistakoyawe@hotmail.com>. Casilla 522, La Serena, Chile. Revista virtual LA POLLERA (la única revista cultural ciudadana), Santiago de Chile. http://www.lapollera.cl/ o al contacto: <contacto@lapollera.cl> Revista virtual XILOTE (México). http://www.xilote.com.mx/ Coordinación general: Miguel Ángel Aguilar Huerta <correo@xilote.com.mx>. SADE – Escobar (Argentina) http://www.sadescobar.blogspot.com/ Aída Holtz: http://www.aidaholtz.blogspot.com/

PROGRAMAS DE RADIO La Ciudad Desnuda www.losangelesradio.com.ar Director: Jorge Sirvent El Descubrimiento

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por FM 88.7 La Tribu on line por www.fmlatribu.com, los domingos de 20:00 a 22:00. Un espacio para conocer teatro, poesía, cine, literatura, artes visuales, música. Conducción: Patricia Díaz Bialet, Jorge Dubatti y Juano Villafañe El hilo y el laberinto Un espacio para no perderse y transitar por la literatura, la filosofía, la historia, las artes y las ciencias. AM Tradición 1580, los domingos de 14 a 15. Teléfonos: 4754 –8784; 4713 –2517. Conducción: Agustín Romano e Isabel Llorca. Columnista de ajedrez: Gabriel Romano. El tango entre vos y yo www.radiolu14.com.ar (jueves a las 13:00) Conducción: Ángela María Celia Di Massimo Te doy una canción por 88FM (88.7 MHz), los martes de 20:00 a 21:00. Conducción: Daniel Vaccaro

REVISTA SESAM © – CONTACTOS Y DIRECCIONES Órgano oficial de la Sociedad de Escritores de San Martín (SESAM) RMGSM Nº 1027 – Entidad sin fines de lucro Partido de General San Martín, Provincia de Buenos Aires, Argentina <sesam_literatura2@hotmail.com> http://www.sesamweb.com.ar/ (Ediciones 73 a 82) http://elblogdesesam-colaboraciones.blogspot.com/ (Colaboraciones)

Director General de Publicaciones Agustín Romano Jefe de Redacción y Diagramación Héctor Zabala Secretaria de Redacción y Correctora Isabel Llorca Bosco AGRADECIMIENTOS Agradecemos las felicitaciones y afectuosas palabras por la REVISTA SESAM de parte de muchísimos suscriptores, así como los ofrecimientos por difundirla.

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