BITÁCORA DE VIAJE POR: ANGÉLICA RODRÍGUEZ
Esta expedición pedagógica fue una experiencia de transformación y renovación de mi práctica docente. Inicia justo desde mi interior, de esa mirada muy personal, en la cual solo la motivación de ser mejor maestro cada día, de encontrar estrategias de interacción con mis estudiantes, de manera que los convoque a aprender, a encontrarle nuevos sentidos a la realidad que estamos viviendo, me inspira a buscar caminos que enriquezcan mi practica pedagógica. Enseñar y aprender es un acto de comunión entre docentes y estudiantes, un acto de voluntad de ambas partes, entonces cada uno se va confrontando a sí mismo para desempeñar mejor su papel. Así inicia mi viaje expedicionario en aquel momento que cierro mis ojos y examino ¿cuál es mi práctica docente?, ¿cuál es mi cotidianidad en la escuela?, ¿qué me convoca y motiva cada día?, una de las respuestas encontradas es el proyecto “Memoria Visual del Entorno Escolar” a través del cual logro conectar un mundo de ideas a las necesidades, pero mejor a los interés de mis estudiantes, Así que esa mirada al proyecto y reconocimiento de sus etapas, su evolución, sus aciertos falencias y la proyección del mismo; se convierten en el sustento, de mi labor en la escuela y a su vez en una razón fundamental para realizar esta expedición. Así que, estoy llena de mi experiencia, pero ¿qué han hecho otros? ¿Cómo puedo aprender de maestros interesado en temas similares? ¿Cómo resuelven su cotidianidad en la escuela? ¿Cómo enamoran a sus alumnos? ¿Qué les ofrecen para construir un mundo mejor? E incluso ¿cuál es el sentido del arte en la escuela?