Microscopia Nro. 180 - Noviembre/2018

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microscopía

-el psicoanálisis entre los intersticios de la culturaBoletín mensual - Biblioteca Freudiana de La Plata - Publicación gratuita Año 17 - Noviembre de 2018 - Número 180 www.aplp.org.ar

Consecuencias de la Clínica Depresiones actuales (*)

AGENDA NOVIEMBRE

Iván Pelitti

INSTITUTO PRAGMA -Enseñanzas e Investigación en psicoanálisis-

Introducción Consecuencias de la clínica es una actividad del Instituto PRAGMA. En la presente instancia, que presenta la investigación de un tema desprendido de la otra (presentaciones de casos clínicos) realizaré algunos comentarios sobre la depresión para la psiquiatría contemporánea. Depresión es un término de la psiquiatría. Es eficaz socialmente y da respuestas en estos tiempos de exigencia de felicidad. Es menos un diagnóstico individual que un síntoma común, que nombra de manera general el malestar en la sociedad. Más retomados desde el psicoanálisis es el concepto de melancolía. La palabra depresión puede significar en psiquiatría un síntoma, un síndrome y una enfermedad. La OPS ha catalogado a los trastornos afectivos como epidemia en nuestro continente, mientras que la OMS ha proyectado que para el año 2020 la depresión será la primera causa de discapa-

cidad mundial. Llegando a esa fecha la depresión afecta a cerca de 121 millones de personas en todo el mundo, se trata de la enfermedad que causa el mayor tiempo de discapacidad en la vida de un individuo y constituye la cuarta causa de discapacidad mundial.

PROGRAMA DE INVESTIGACIONES CLINICAS (PIC) -Curso anual, dictado por Enrique Acuña “Las neurosis actuales -la práctica y la clínica del caso-” Miércoles 7 Y 21 - 20 hs. Seminario de Investigación Analítica (SIA) “Clínica del síntoma y la angustia” Miércoles 14 y 28 - 20 hs.

De la melancolía a la depresión Hipócrates forja el término melancolía, a la que adjudica una causa Seminario en Buenos Aires, humoral y en la que marca dos dictado por Enrique Acuña síntomas: el temor y el abatimien“Ex -sistencia del inconsciente. to. Identidad, identificación, vacío” Sábados 3 y 17 - 11 hs. Galeno remarca la aversión haAustria 2154 - C.A.B.A. cia las cosas más queridas y la preocupación fundamental por la CONSECUENCIAS DE LA CLINICA muerte. “La acción del analista en la experiencia analítica” Philippe Pinel inicia la psiquiatría Participan: y para él la locura en las pasiones Daniela Ward - Marcelo Ale tiene causas morales y la melanViernes 23 - 20hs. colía es entendida como un delirio parcial con un estado triste o MODULOS DE INVESTIGACIÓN • Escansiones de una historia exaltado. del psicoanálisis en La Plata Jean-Pierre Falret introduce la diLunes 12 - 18:30 hs. mensión diacrónica como uno de • Clínica de las adicciones los rasgos determinantes en la y consumos actuales Viernes 23 - 18:30 hs. construcción del objeto psiquiátri-

ÍNDICE - Depresiones actuales. Iván Pelitti. Pág. 1 - El nombre propio como referencia. Sebastián Ferrante. Pág. 4

• Clínica del síntoma y la angustia Lunes 26 - 15:30 hs. Sede: calle 49 Nº 462 - La Plata Tel: (0221) 421- 4533 www.aplp.org.ar asocpsiclp@gmail.com


microscopía co y delimita la Locura circular que dará origen a la concepción kraepeliniana de Locura maníaco-depresiva que establece el término depresión. En “Duelo y melancolía” Sigmund Freud intentar esclarecer la melancolía comparándola con el duelo, justificando este estudio en sus múltiples analogías. Localiza los desencadenantes al decir que “El duelo es por lo general la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente: la patria, la libertad, el ideal, etc. Bajo estas mismas influencias surge en algunas personas, la melancolía.” Describe el proceso “El examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone todas sus ligaduras con el mismo. Contra esta demanda surge una oposición. Esta oposición puede ser tan intensa que surjan el apartamiento de la realidad y la conservación del objeto por medio de una psicosis alucinatoria. Lo normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Al final de la labor del duelo vuelve a quedar el yo libre de toda inhibición.” Señala las diferencias “La melancolía se caracteriza por la disminución del amor propio. Esta se traduce en reproches y acusaciones de que el paciente se hace objeto a sí mismo. El duelo muestra también estos caracteres a excepción de uno solo: la perturbación del amor propio. En el duelo el mundo aparece desierto y empobrecido. En la melancolía es el yo lo que ofrece estos rasgos.” Y propone una explicación “No es difícil observar que entre la intensidad de la autocrítica del sujeto y su justificación real no existe correlación alguna. El enfermo melancólico carece de todo pudor frente a los demás. En el melancólico observamos el deseo de comunicar a todo el mundo sus propios defectos como si hallara una satisfacción. Conforme a la a analogía con el duelo, habríamos de deducir que el paciente ha sufrido la pérdida de un objeto, pero de sus manifestaciones inferimos que la perdida ha tenido efecto en su propio yo. Si oímos pacientemente las múltiples autoacusaciones del melancólico acabamos por experimentar la impresión de que las más violentas resultan con frecuencia muy poco adecua-

das a la personalidad del sujeto y pueden adaptarse a otra persona que el enfermo ama, ha amado o debía amar.” Jacques Lacan en “Televisión” define a la tristeza como una cobardía moral “Se califica a la tristeza como depresión, pero no es un estado de ánimo, es simplemente una falta moral, como se expresaban Dante y hasta Spinoza: un pecado; lo que quiere decir una cobardía moral, que en última instancia no se sitúa sino por el pensamiento.” El momento clínico actual está enteramente dominado por el desmembramiento de las categorías estructurales, en favor de nuevos continuos sindrómicos reordenados por la clínica del medicamento. Para Gustavo Vázquez “En los últimos cuarenta años, los conceptos en psiquiatría sobre la depresión y sobre los trastornos afectivos han sufrido un desarrollo notable. Mucho ha tenido que ver la aparición de nuevos fármacos para combatirlos y, como desprendimiento casi natural de este avance psicofarmacológico, el surgimiento de teorías patofisiológicas como la del desbalance de las aminas biógenas o las hipótesis neurotróficas. Estos importantes avances han sido acompañados por la creación de esquemas diagnósticos como el DSM o la CIE. El término ingresa a la nosografía psiquiátrica a través de E. Kraepelin. Posteriormente, fue E. Bluler quien acuñó el término “trastornos afectivos”. Por eso los dos tipos principales de depresión actual son los trastornos depresivos unipolares y los bipolares. En la depresión unipolar, la eutimia es el estado afectivo que es distinto a la depresión. En la depresión bipolar pueden fluctuar hacia la euforia. Esta distinción terminológica propuesta inicialmente por K. Leonhard entra a la psicopatología a partir del DSMIII. Algunos investigadores contemporáneos como N. Ghaemi o H. Akiskal sostienen que es mejor pensar los trastornos afectivos como cuadros depresivos. Los criterios para el diagnóstico de un episodio depresivo son la presencia de estado de ánimo depresivo, la disminución del placer, la pérdida o el aumento de peso, el insomnio o la hipersomnia, la agitación o el enlentecimiento, la pérdida de energía, los senti-

STAFF Responsable: Inés García Urcola Asesores: Enrique Acuña - Marcelo Ale Consejo Editorial: Ana Gutiérrez Edición: Ezequiel Rueda - Iván Pelitti

Esta publicación se consigue gratuitamente en las siguientes librerías del la ciudad de La Plata: De La Campana (7 entre 58 y 59) Rayuela (44 entre 6 y Pza. Italia) Lenzi (Diag. 77 entre 6 y Pza. Italia) Lieggi (48 entre 6 y 7) Atenea (Diag. 80 y 49)

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microscopía mientos de inutilidad o de culpa, la disminución de la capacidad para pensar o concentrarse y los pensamientos recurrentes de muerte o de suicidio. La sección de los trastornos del ánimo de la versión anterior del manual norteamericano incluía los trastornos que tiene como principal característica una alteración del humor. El cambio más importante en la versión 5 es la división del capítulo en dos capítulos diferentes: “Los trastornos bipolares” y “Los trastornos depresivos”.” De la depresión a la ansiedad Según Silvia Wikinski en un artículo publicado en Vertex “En los últimos años ha crecido el interés por indagar las las relaciones biológicas y clínicas la depresión y la ansiedad. Desde un punto de vista clínico ambas situaciones tienen un distinto nivel jerárquico pero desde un punto de vista biológico parece haber razones para pensar en una relación etiopatogénica. Resulta interesante señalar que los antidepresivos están en la primera línea de tratamiento no sólo de la depresión sino también de la mayoría de los trastornos de ansiedad.” Para Eric Laurent “La angustia indica algo de la dimensión de un acto que pone en juego los valores existenciales más fundamentales para el sujeto. La clínica que reduce la angustia a la depresión reduce el sujeto al funcionamiento. Ninguna cuestión se plantea en cuanto a la serie verdad-deseo-acto, sino un funcionamiento, un déficit respecto del mismo y entonces una depresión. En esta época que ya no es una época en la que se plantee el acto como decisivo sino en la que todo es funcionamiento, borrar la angustia para reemplazarla por la depresión generalizada, por un déficit, constituye un saber de connivencia. Se nota allí la apuesta de reducir al dolor todos los efectos de la angustia y de servirse del descubrimiento de que los antidepresivos desangustian a los sujetos mucho mejor que los ansiolíticos. Lacan nos dice que no hay más que un único remedio contra la angustia: el deseo.” En su curso El lugar y el lazo Jacques-Alain Miller aclara “Cuando ya no podemos orientarnos en lo simbólico y por ende no podemos orientarnos en el mundo, surge la angustia. En cierto modo cabe decir que la angustia es el afecto del sujeto sin deseo, que ella se produce en un eclipse del deseo. Pero al mismo tiempo hay que notar que solo un ser de deseo puede estar angustiado. ¿El término depresión vencerá al término angustia? La escisión entre la causa y el sentido ¿se consumará o no? Hay una responsabilidad del psicoanalista, la de mantener esta dimensión.” Conclusiones El deslizamiento producido actualmente desde la

melancolía hacia los trastornos depresivos diluye el concepto haciéndolo cada vez más indefinido e inespecífico, amplificando la patologización. La medicación otorga un sentido e induce un cortocircuito en la demanda de aquel que se nomina depresivo y espera psicofármacos, eludiendo la formulación de una queja que lo involucraría. El dolor de existir se evita con la anestesia estupefaciente. Enrique Acuña en su artículo sobre las melancolías de Isidore Ducasse y Alejandra Pizarnik plantea que “Más allá de las inducciones culturales que una época valora o descalifica en la tristeza como fenómeno, hay experiencias de vacío transitorias diferentes de otras experiencias de pérdida duraderas. Las metáforas del dolor de existir y la cobardía moral son categorías teológicas que hace Lacan para la depresión o la melancolía. Se trata de un “pecado”, si entendemos que Dios es inconsciente, o que el rechazo al Otro es una falta que termina con el sujeto faltando a su palabra.” Si la depresión puede presentarse por un lado como el aplastamiento producido por el superyó o por otro como cobardía moral que significa renunciar a orientarse en lo simbólico y en el desciframiento o ceder respecto del propio deseo, la farmacologización de los afectos, la discapacitación de los sufrimientos-satisfacciones y el condicionamiento conductivo de los pensamientos, profundizan este mal-estar que pretenden erradicar promocionando y reforzando a estos sujetos en su rechazo del inconsciente o de su responsabilidad. Efecto contrario al entusiasmo exigible de la práctica que es el psicoanálisis. La experiencia de un psicoanálisis no debe conducirnos a vivirnos como máquinas, sino a darnos cuenta que hay otro modo de goce que la tristeza. Es más una ganancia de saber con el afecto de entusiasmo que esto produce. Darse cuenta de la materia de la que está hecho, es lo que puede permitir al sujeto inventar una nueva aplicación de la regla de goce de la que procede. La presentación de un caso clínico realizada por Guillerma Chañi de la que se desprende este recorrido, parece confirmar esta hipótesis y mostrar, aplicando lo extraído del Seminario clínico dictado por Enrique Acuña a lo largo de este año (1), cómo una experiencia psicoanalítica puede posibilitar el pasaje de desde un nombre común o de goce (problema-no pregunta, en este caso depresión) hasta un nombre del síntoma (problema-pregunta). (*) Texto escrito a partir de la intervención en Consecuencias de la clínica -articulación teórica- realizada el 12 de octubre en la sede de PRAGMA. (1) “Ex-sistencia del inconsciente -identidad, identi-

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microscopía ficación, vacío-”. Bibliografía - Freud, Sigmund: “Duelo y melancolía” en Obras Completas. Biblioteca Nueva, Buenos Aires, 2003. - Lacan, Jacques: “Televisión” en Otros Escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012. - Miller, Jacques-Alain: “La depresión generalizada” en El lugar y el lazo. Paidós, Buenos Aires, 2013. - Laurent, Eric: “Melancolía, dolor de existir y cobardía moral” en Estabilizaciones en las psicosis. Manantial, Buenos Aires, 2014.

- Laurent, Eric: “Hacia un afecto nuevo” en Virtualia 14. - Acuña, Enrique: “Configuraciones poéticas para una melancolía” en Resonancia y silencio. Edulp, La Plata, 2009. - Vaschetto, Emilio: Depresiones y psicoanálisis. Grama, Buenos Aires, 2006. - Conti, Norberto: Historia de la depresión.Polemos, Buenos Aires, 2007. - Vázquez, Gustavo: Trastornos del estado de ánimo. Polemos, Buenos Aires, 2017. - Wikinski, Silvia: “Depresión y ansiedad” en Vertex 57.

El Nombre propio como referencia

(*)

Sebastián Ferrante

Retomando lo dicho en clases anteriores, Enrique Acuña explica que el Nombre Propio es un articulador conceptual entre identificación y vacío (juego significante entre S1-S2 y real). El fin de análisis apunta a capturar el nombre propio diferenciado del nombre común. Lo más propio del sujeto se fabrica a partir del “nombre de goce”, a su vez derivado del “cuasi-nombre del síntoma”, con el cual alguien hace su entrada en análisis.

a) S1-S2: Nombre de goce -> Nombre del síntoma b) letra-objeto: Nombre propio como referente (Nombre-del Padre)

TIEMPO ------------- ESPACIO sujeto (S) --------------- Otro (A)

Como ejemplo de una letra, Acuña toma la palabra saudade, que para Fernando Pessoa era intraducible. Es un estado del poema, una letra fija que provoca en el sujeto muchas va-

c) Nombre propio como borde a lo real (referencia vacía)

Por un lado está el sujeto, variable, determinado en una pulsación temporal del inconsciente (Lacan, Seminario 11), y por otro, la leAquello que la lógica de Charles Pierce de- tra, soporte material del significante. Es decir, fine como un “referente del signo lingüístico” una sincronía de la batería significante y una (1) siguiendo a las formas lógicas de la desig- materialidad de la letra que sostiene la cadenación, para Lacan es un límite que bordea na. Esta letra, a diferencia del significante, no la ausencia de una “verdad como referente”. se fragmenta, es fija. Eso cuestiona el concepto mismo de “referenCita: “Esta materialidad de la letra es lo que cia” en la lingüística. resta cuando el significante ha entregado todo Seguidamente, comenta la primera parte de su mensaje, todo el sentido que podía entreLas paradojas de la identificación, donde Eric gar”. Así, cuando uno utiliza la expresión “a Laurent plantea el nombre propio articulando la letra”, se refiere que no hay interpretación. tiempo y topología: esto es, el inconsciente Una letra es como una piedra, y el fin de análicomo lugar del Otro (A), como espacio topoló- sis consiste en qué se hace con ella. Para Lagico, y el sujeto ($) como efecto, variable tem- can esa roca viva de la castración freudiana poral de una articulación significante (S1-S2). es un real resultado último, producido por el atravesamiento de una experiencia de decir.

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microscopía riables: nostalgia, melancolía, extrañeza, etc. Esa ilegibilidad apunta a mantener algo esotérico, velar un decir, que luego en la enseñanza de Lacan toma las formas del objeto (a).

cado sino que permite una referencia fija. El fin del análisis permite mover esa fijeza de la letra, la consistencia del objeto y captar un real como escrito en una nueva letra.

¿Cómo se articulan sujeto y Otro vía la identificación?, es decir, ¿cómo podrá cada uno encontrar su nombre si su relación al goce y a su marca por un lado y por otro su nombre, se oponen? ¿Cómo nombrarme como sujeto en la cadena significante en relación a una ausencia, a un real?

(1) Posfacio de Enrique Acuña: Charles Peirce define el “signo lingüístico” como una entidad de tres caras. El significante es el soporte material y puede entrar en el sentido, el significado es la imagen mental como efecto y el referente es un objeto real, soporte más allá de lo dicho. El signo se arma con tres vértices: objeto, representante e intérprete que permiten la unidad comunicacional semiótica. Esto supone una articulación que para Lacan hace del síntoma una forma abierta del signo lingüístico. Implica al sujeto en tanto es “algo para alguien”. Mientras que en su lógica del significante que representa al sujeto para otro significante (Seminario IX) abre a un estallido de la significación, que a su vez vacía el referente. El Nombre-del-Padre como significante privilegiado, ocupa una posición externo-interna a la cadena de los significantes; permite una conexión a ese lugar vacío. En las psicosis su “rechazo primordial”, causa la deriva del significante. Ejemplo el fenómeno de la “alusión”, perplejidad donde el sujeto se queda en suspenso por alteración del shifter (embrague) que designa “quien habla” como “yo”(Je). Una referencia a Jakobson pero a la que Lacan agrega: “referidas a la clasificación de Pierce son símbolos-índices. Los pronombres personales son su ejemplo eminente” (Escritos 2, pág. 513).-

Lacan da dos respuestas. Una en “El tiempo lógico y la aserción de certidumbre anticipada”, donde afirma que para identificarse hace falta tiempo: instante de ver, tiempo de comprender, momento de concluir. Recuerda que es por la referencia a las marcas del Otro que los prisioneros logran asumir su propia marca y salir. Es decir, la identificación no es algo que está de entrada, sino que se va captando en un tiempo relativo al Otro. Así define el instante de ver como un registro imaginario inicial. Pero la clave está en el tiempo de comprender, donde transcurren las proposiciones, tempo como Kairos -duración y densidad-, que es la variable para cada uno ligado a la “síncopa” -corte de cada sujeto ligado al silencio. El momento de concluir es universal, en tanto todos concluyen haciendo coincidir los tiempos de cada uno en su singular. En “De una cuestión preliminar…”, dice que para identificarse hace falta un tiempo y espacio topológico. ¿Cómo entender este espacio? Señala que se trata de la posición del sujeto respecto del lenguaje. ¿Hay variabilidad en la construcción de ese borde o se habla siempre desde el mismo lugar? Tomando el ejemplo del fantasma “pegan a un niño”, explica que la paradoja de la identificación radica en que para identificarme a la frase reprimida “soy pegado”, fue necesario pasar por la frase “un niño es pegado”, es decir, identificar un otro que no es el yo. Para finalizar, diferencia el Nombre propio del Nombre-del-Padre. Este último, afirma, es un significante privilegiado en la cadena que si falta no retroacciona su significación. Es el concepto de Metáfora paterna, sustitución donde el Nombre-del-Padre genera un predicado al sujeto, mientras que el Nombre propio no es un predi-

(*) Comentario de la 13º clase del Seminario “Ex-sistencia del inconsciente -identidad, identificación, vacío-”

Bibliografía - Laurent, Eric: Las paradojas de la identificación. Paidós, Buenos Aires, 1999. - Lacan, Jacques: “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma” en Escritos 1. Siglo XXI, Buenos Aires, 2002. - Lacan, Jacques: “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis” en Escritos 2. Siglo XXI, Buenos Aires, 2002. - Peirce, Charles: Obra Lógico-Semiótica. Taurus, Madrid, 1987.

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Instituto Pragma -APLPMesa redonda

Consecuencias de la Clínica La acción del analista en la experiencia analítica -Problemas y conclusiones de la prácticaParticipan Daniela Ward Adjunta del dispositivo de Atención clínica de Pragma Marcelo Ale Responsable del dispositivo de Atención clínica de Pragma

Viernes 23 de Noviembre - 20 hs. Sede Pragma

BIBLIOTECA FREUDIANA- ARCHIVO BÉLA SZÉKELY Publicaciones recibidas: - Freud, Sigmund: Obras completas. Volumen 12 (Ensayo XCVII). Editorial Orbis, Buenos Aires. (Donación Sofía Mejuto) - Freud, Sigmund. Obras completas. Volumen 13 (Ensayos XCVIII – CXII). Editorial Orbis. Buenos Aires. (Donación Sofía Mejuto) - Asociación Argentina de Epistemología del Psicoanálisis: Teoría de la Acción/Perspectivas filosóficas y psicoanalistas. ADEP, Buenos Aires, 1999. (Donación Biblioteca de Psicología–UNLP) - Asociación Argentina de Psiquiatras: Ansiedad y Depresión. Nº 4. Buenos Aires, 1998. (Donación Biblioteca de Psicología–UNLP)

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