La imaginación de las hermanas Belton

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Nivel: Q EDL: 40 Género: Fantasía Número de palabras: 1.593 Estrategia: Resumir 4Destreza: La magia del trabajo en equipo Comparar y contrastar 4 La imaginación de las hermanas Belton Número de palabras: 1,582

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LA IMAGINACIÓN DE LAS HERMANAS BELTON

El punto de vista de un dragón

por Jessica Lynne Rose y Anathea Chartrand ilustrado por Deborah Zemke

4.5.1

HOUGHTON MIFFLIN

Libritos nivelados en línea

Lecturas niveladas ISBN-13:978-0-547-03860-5 ISBN-10:0-547-03860-7

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La imaginación de las hermanas Belton

por Jessica Lynne Rose y Anathea Chartrand ilustrado por Deborah Zemke

Copyright © por Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este trabajo puede ser reproducida o transmitida de ninguna forma o medio, electrónica o mecánicamente, incluyendo fotocopia o grabación, ni por ningún sistema de almacenamiento de información, sin el permiso por escrito del propietario de los derechos del contenido, a menos que dicha copia esté expresamente permitida por las leyes federales de propiedad intelectual. Cualquier solicitud de permiso para copiar cualquier parte de este trabajo debe ser enviada a Houghton Mifflin Harcourt School Publishers, atención Permisos, 6277 Sea Harbor Drive, Orlando, FL. 32887-6777. Impreso en Chile ISBN: 978-0-547-26976-4 ISBN Edición Chile: 978-0-547-87376-3 1 2 3 4 5 6 7 8 9 2252 20 19 18 17 16 15 14 13 12 11 4500000000      ABCD La posesión de esta publicación en formato impreso no autoriza a los usuarios a convertir esta publicación, o cualquier parte de ésta, en formato electrónico.


El rugir de los motores de avión retumbaba en la

zona de espera del aeropuerto mientras Marilou Belton y Linda, su hermana mayor, esperaban sentadas. Hacía mucho tiempo que no veían a Vince, su tío favorito. Su madre había conseguido un nuevo trabajo, ¡y el tío Vince iba a cuidarlas durante las vacaciones de verano! El tío Vince era un trotamundos. Marilou y Linda estaban bastante seguras de que en realidad nunca había tomado té en una alfombra voladora, pero, de todos modos, adoraban sus relatos. Las hermanas hicieron un gran esfuerzo por contener la emoción al ver que su tío se acercaba a ellas luciendo uno de sus extraños conjuntos de ropa. 2


Al día siguiente, las niñas le rogaron y suplicaron al tío Vince que realizaran alguna aventura. —Está bien, niñas. ¿Dónde quieren ir? ¿A nadar con los tiburones en Sudáfrica? ¿A un safari africano? ¡Las llevaré a donde quieran! —dijo el tío Vince con una sonrisa. Ambas niñas pensaban en la misma cosa: su lugar favorito. —¡El parque! —gritaron. Cuando llegaron allí, las niñas corrieron hacia los columpios. —Cierra los ojos —le dijo el tío Vince a Marilou—. Imagina que eres un pájaro que vuela cada vez más alto. Sientes la brisa soplar sobre ti y las nubes son como almohadas. Marilou dejó escapar una risita mientras volaba cada vez más alto. Luego abrió los ojos... Estaba volando. Nubes blancas, suaves y esponjosas la rodeaban. ¿Era un sueño? Sacudió la cabeza y de repente estaba nuevamente en el columpio, descendiendo lentamente hacia el suelo.

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Marilou miró sorprendida a su tío: —¡Sentí que realmente estaba volando... como un pájaro! —Quizás lo estabas haciendo —dijo, guiñando un ojo. Luego de un tiempo, decidieron ir al camión que vendía helados y después se dirigieron a la piscina. Las niñas pensaron que al tío Vince le gustaría un cono de helado: el favorito de los tres. Al tío Vince le encantaba la forma en que se mezclaba el saborizante de cereza con el helado. —¡Es una combinación excelente! —exclamó—. Me recuerda al postre que una vez compartí con una princesa rusa. ¡Delicioso! Las niñas se preguntaban si realmente había conocido a una princesa.

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Todos los días, durante esa semana y la siguiente, el tío Vince acompañó a sus sobrinas al parque. Les contó cuentos de tigres parlantes y dragones ardientes mientras devoraban sus conos de helado y nadaban en la piscina. Al tío Vince le gustaba el parque, la piscina y los cinco sabores del cono de helado. Siempre se divertían y las niñas parecían disfrutar cada momento, pero él quería mostrarles algo diferente: era el momento de crear nuevas aventuras. Un día, mientras comía un cono de helado de menta verde, le preguntó a sus sobrinas de la manera más cordial posible: —¿Qué otra cosa divertida quieren hacer este verano? Linda y Marilou se miraron con sorpresa. Jugar en el parque y en la piscina era lo que siempre hacían para divertirse durante el verano, no habían pensado en otra cosa para hacer.

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Esa noche, durante una magnífica cena de macarrones con queso que el tío Vince había preparado, Marilou y Linda le preguntaron a su madre qué otra cosa podían hacer para divertirse. —Creí que disfrutaban del parque —dijo. —Esperaba que las niñas y yo pudiéramos hacer algo nuevo y diferente —le dijo Vince a su hermana. Una gran sonrisa se extendió en el rostro de la señora Belton. —¡Tengo una idea para una aventura fantástica! —les dijo—. Sugiero que hagan una excursión a la librería. Marilou, Linda y el tío Vince pusieron los ojos en blanco. 6


—Tengo una idea —dijo el tío Vince—. Vamos a visitar a mi viejo amigo Twinkles, el tigre. —¿Quién? —preguntó Linda. Por un segundo, vio a su tío y a un tigre sentados uno al lado del otro en sillones iguales. Sacudió la cabeza y el tigre había desaparecido, pero el tío Vince le estaba sonriendo de manera cómplice. El sábado siguiente, a la mañana, Linda les recordó a todos que era hora de partir. —A Linda le gusta hacer las cosas enseguida —explicó la señora Belton. Todos trataron de adivinar adónde iban. —¿Llevo el almuerzo? —preguntó la señora Belton. —¿Necesitamos nuestros trajes de baño? —preguntó Marilou. —Lo único que necesitan llevar es su imaginación —contestó Vince y desplegó un mapa sobre su regazo. —Quizás realmente necesitamos un poco más de imaginación en nuestras vidas —dijo la señora Belton mientras partían.

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En el camino, el tío Vince animó a la señora Belton y a las niñas a imaginar lugares que les gustaría visitar. Dos horas más tarde, llegaron a su destino: el zoológico de la ciudad. Aunque nunca habían ido, sabían que quedaba sólo a quince minutos. No obstante, el tío Vince las había llevado por calles en las que nunca habían estado. —No puedo creer que vivimos tan cerca de un oso polar y nunca vinimos a verlo —dijo la señora Belton riendo mientras caminaban por el zoológico y observaban todos los animales. Ella también se estaba divirtiendo. —Desde que vi a una tigresa limpiar a sus cachorros en India, aprecio a estos gatos gigantes y se han convertido en mis favoritos —comentó el tío Vince—. De hecho, vamos a visitar a Twinkles. No nos hemos visto en mucho tiempo. ¡Imaginen qué hará cuando me vea después de todos estos años!

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Justo cuando el grupo dobló en una esquina, una trompeta sonó muy fuerte dándoles la bienvenida con mucha bulla. Vieron una multitud que se separaba ordenadamente para hacer lugar a un tigre y a su entrenador. Cuando el tigre vio al tío Vince, pareció como que iba a sonreír. Luego, el tigre caminó hacia el tío Vince, levantó la pata, la puso sobre su hombro y le lamió la cara. —Permítanme presentarles a Twinkles —sonrió el tío Vince. Toda la familia rió algo nerviosa. —Hola —dijo Twinkles antes de continuar con su presentación.

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—Emm —dijo Marilou—. ¿Es verdad eso que acaba de suceder? —¿Ves lo que ocurre cuando pruebas algo diferente y usas tu imaginación? —contestó el tío Vince—. Vamos a comprar un cono de helado. La señora Belton y las niñas no sabían si creer o no lo que había pasado, pero de todas maneras se habían divertido mucho. Al día siguiente, el tío Vince llevó a Marilou y a Linda al museo de la ciudad. Una vez adentro, señaló el camino hacia una sala llena de cuadros, estatuas y esculturas en piedra del antiguo Egipto. Linda dijo que le gustaría trabajar en un museo. Pero, el tío Vince tenía otra idea. —¿Qué me dices de trabajar como arqueóloga, la científica que descubre objetos viejos llamados artefactos?

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De repente, Marilou y Linda estaban paradas en el medio del desierto, vestidas con ropas color caqui desde la cabeza a los pies. —Bienvenidas a Egipto —dijo el tío Vince, entregándole una pala a cada una. En cuestión de segundos, estaban paleando arena y en pocos minutos tenían una colección de artefactos. Un rato después, el tío Vince alzó la vista para mirar el atardecer. —Se está haciendo tarde —dijo—. Llevemos estos artefactos al museo. En un abrir y cerrar de ojos, Marilou y Linda estaban de nuevo en el museo, vestidas con la ropa que llevaban puesta anteriormente. El tío Vince señaló la caja de vidrio que se encontraba frente a ellos. Las niñas quedaron boquiabiertas, ya que contenía todos los artefactos que recién habían recogido. 11


Una semana después, el tío Vince llevó a la familia Belton a un partido de fútbol en el nuevo estadio. Cuando llegaron a sus asientos, ya había miles de simpatizantes haciendo alboroto en las tribunas. —Saben, siempre quise jugar fútbol profesional —la señora Belton soñaba—. Me encantaría saber qué se siente al patear un gol ganador. —¿Quién dijo que has perdido tu oportunidad? —dijo Marilou. El tío Vince miró a su sobrina y sonrió. —Muy gracioso —dijo la señora Belton riendo—. A estas alturas es imposible que tu madre logre la proeza de una estrella del fútbol. 12


La señora Belton cerró los ojos. Después de una larga semana en el trabajo, le hacía bien relajarse. Pensaba en sus viejas épocas en el equipo de fútbol de la universidad. Luego, cuando abrió sus ojos nuevamente, la recibió el sonido de miles de voces gritando: “¡Gol! ¡Gol! ¡Gol!”. Llevaba puesto un uniforme de equipo de fútbol y el arco estaba justo frente a ella, custodiado por un arquero con cara de enojado. La pelota estaba a sus pies. Dio unos pasos atrás, corrió hacia adelante y pateó con todas sus fuerzas. La multitud rompió en gritos de alegría.

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En un abrir y cerrar de ojos, el verano había acabado. El tío Vince se preparaba para otro viaje. Esta vez, iba a investigar sobre la lechuza en Sudamérica. —Soy una persona de hábitos nocturnos y las lechuzas también lo son. ¡Es la combinación perfecta! —señaló mientras arrojaba su sombrero de chef en la mochila. Marilou y Linda estaban sentadas en silencio mientras él empacaba sus cosas. Estaban tristes porque su tío se iba. —Puede que me vaya —comenzó el tío Vince—, pero las aventuras que hemos tenido son sólo el principio. Recuerden que los sueños más descabellados solamente están lejos si no dejan volar su imaginación. Aunque las Belton nunca estuvieron seguras de si realmente habían ido a cavar y buscar artefactos en Egipto, o de si habían pateado un gol ganador, no les importaba. ¡La visita del tío Vince les había enseñado a usar la imaginación y a hacer cosas nuevas!

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Nivel: Q EDL: 40 Género: Fantasía Número de palabras: 1.593 Estrategia: Resumir 4Destreza: La magia del trabajo en equipo Comparar y contrastar 4 La imaginación de las hermanas Belton Número de palabras: 1,582

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LA IMAGINACIÓN DE LAS HERMANAS BELTON

El punto de vista de un dragón

por Jessica Lynne Rose y Anathea Chartrand ilustrado por Deborah Zemke

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