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Taron Egerton, por Encerrado con el diablo (TV).
from samargotof_08_22
by aquiaqui33
ETERNAMENTE AMIGAS
Mireia Oriol y Claudia Roset encabezan el reparto de la primera serie de Sergio G. Sánchez (‘El secreto de Marrowbone’), que rodó en su tierra asturiana y que tiene su origen en un accidente que él mismo sufrió. Hablamos con ellos de ‘Alma’, que se mueve entre la búsqueda de la identidad y lo sobrenatural. Por C. Chamorro.
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(Des)armar el casting. Tras sobrevivir a un misterioso accidente de autobús en el que pierde a casi todos sus compañeros de instituto, Alma padece amnesia. Su casa está llena de objetos que no son suyos y sufre terrores nocturnos y visiones a los que no encuentra explicación. Con ayuda de sus amigos, intenta averiguar quién es y empieza a pensar que quizá algo en el pasado le ha dejado una huella que ha abierto una puerta a otros mundos. La trama se inspira en un grave accidente que sufrí hace años cuando volvía de Barcelona, donde vivía, a Asturias para celebrar la Navidad con mi familia. Salí vivo de milagro, contaba a FOTOGRAMAS Sergio G. Sánchez en febrero de 2021, durante el rodaje. ¿Por qué es entonces una chica quien sufre las mismas lesiones e idénticas consecuencias que él? Me resulta más fácil escribir personajes femeninos, ignoro el motivo. Cuando enseñé el guion de El orfanato (2007) me comentaron que parecía obra de una mujer, desvela.
Mireia Oriol da vida a la protagonista de la historia, muy coral por otro lado. Fue un casting largo, nos pasamos casi seis meses viendo actores y, curiosamente, casi ninguno ha interpretado el personaje para el que fue convocado. Mireia vino para Deva, la amiga de Alma, pero cuando hizo la lectura del guion no la vi en ese papel. Le pedí que se fuera a casa y volviera por la tarde para que se encontrara con Álex Villazán (Caronte), quien iba a ser Tom, el amigo. Al verlos juntos, supe que teníamos a Alma, comenta. También ella, modelo y actriz que destacó como hija de Belén Rueda en El pacto (2018), estaba segura: Al salir de la prueba, le comenté a mi representante que iba a estar en el proyecto. Distinto fue para Claudia Roset (Skam España), quien da vida a Deva. Hice varios castings muy espaciados y me resultaron difíciles. En el tercero, me puse tan nerviosa que me fui medio llorando y le dije a Sergio que lo había pasado fatal. Estaba convencida de que me descartarían. Pero no, volvieron a llamarla. Tenía tanta fuerza, una mirada tan limpia, era tan espontánea que la elegimos a pesar de su escasa experiencia. Estoy supercontento de haberla encontrado, es magnífica, solo le falta seguridad. Tanto ella como Mireia, que tiene una capacidad de aprendizaje y de observación increíble, van a conseguir lo que quieran.
De momento, ambas coinciden en que la serie las ha cambiado: Nuestros personajes están unidos por un fuerte vínculo que se irá desvelando en la trama y algo parecido nos ha sucedido a nosotras. Tenemos una conexión que no sé cómo expresar, dice Claudia. Alma y Deva sufren traumas que deben resolver y se necesitan para ello. Eso nos ha llevado a descubrirnos la una a la otra, y ha sido maravilloso, añade su compañera, que para profundizar en las circunstancias que rodean a su personaje contactó con personas que han tenido la muerte cerca.
Sobre los temas que rodean la trama principal, Sánchez comenta: No trabajo con imposiciones ni pensando que debo incluir un asunto porque está de moda, pero cuando trabajas con elementos fantásticos hay que anclarlos en otros reales para que el espectador
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“TODOS LOS PERSONAJES SE ENFRENTAN A MIEDOS, Y LOS HAY MUY VARIADOS: DUELO, ABUSO, DESPERTAR DE LA SEXUALIDAD…”.
Sergio G. Sánchez, showrunner.
se sienta identificado. Todos los personajes tienen en común la búsqueda de la identidad, que se forja enfrentándose a los miedos, y los hay muy variados, el duelo, el abuso, el despertar de la sexualidad… En este caso, tienen un peso específico Pol Monen (Bruno, el encargado del refugio donde los alumnos han pasado el fin de semana del accidente) y Javier Morgade (Martín), uno de los estudiantes con quien mantendrá una relación. En mi adolescencia no había referentes audiovisuales sobre parejas del mismo sexo y ahora se tiende a utilizarlas como cebo exhibicionista. Me esforcé por alejarme de eso, por hacer una historia romántica. Me apetecía mucho. Asturias, plató crucial. En su tierra, en lugares como El Anglirú o el lago Cerve-