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Críticas

Los perdonados

HHHHH

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The Forgiven (R. U., EE. UU., 2021, 117 min.). Dir.: John Michael McDonagh. Int.: Ralph Fiennes, Jessica Chastain, Matt Smith, Saïd Taghmaoui, Christopher Abbott, Ismael Kanater. THRILLER.

Poner al público ante incómodos

dilemas éticos detonando, siempre que la ocasión lo permite, toda una andanada de ocurrencias envenenadas

(cuando no puros chistes) que cuestionan por igual las conciencias de los personajes que las representan en pantalla, del escritor que las generó y, en último término, de los espectadores que las disfrutan, sigue siendo la especialidad de John Michael McDonagh. Al igual que su hermano Martin –Escondidos en Brujas (2008), Siete psicópatas (2012), Tres anuncios en la afueras (2017)–, el guionista-director de Los perdonados

PARA AMANTES DE LOS LABERINTOS ÉTICOS VESTIDOS DE THRILLER. Lo mejor: la ausencia de moralina barata. Lo peor: los dos segmentos principales de la trama están algo descosidos.

Françoise Lebrun y Dario Argento.

Vortex

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Vortex (Fra., Bél., Món., 2021, 142 min.). Dir.: Gaspar Noé. Int.: Dario Argento, Françoise Lebrun, Alex Lutz, Kylian Dheret, Vuk Brankovic, Kamel Benchemekh. DRAMA.

Hay películas que tienen sentido en sí mismas, pero aún tienen más sentido en relación con el espacio que ocupan en la filmografía de sus autores. Vortex es una de ellas. En la nueva película del director de Clímax (2018) hay resquicios de un pasado de amor, pasión y afecto. Pero es una película parece sentir una atracción enfermiza hacia los periplos dramáticos hirientes, deontológicamente espinosos y repletos de aristas sociales, cuestionablemente divertidos y a menudo cercanos a lo grotesco.

De un psicologismo siempre per-

verso, que compensa en parte las premisas algo ancladas en el cliché desde las cuales elabora sus fábulas morales con tropezones de mascarada bufa, el menos exitoso (y, venga, brillante) de los McDonagh vuelve en este su último largometraje a presentarnos un paisaje humano estimulantemente deleznable y una serie de conflictos (sociopolíticos, sexuales, filosóficos, familiares, raciales) que, si bien abundan menos que otras veces en lo jocoso, no dejan de evocar momentos concretos de lo mejor de su filmografía… Sobre todo El irlandés (2011) y Calvary (2014), ya que su pretendido desembarco en Hollywood, Contra todos (2016), acabó quedándose un poco entre dos aguas. Y, cómo no, sigue siendo muy

de valorar en él su obstinada búsqueda del quiebro tonal y el descoloque

anímico, si bien también se aprecia más que nunca aquí una esforzada lucha estilística-artesanal por articular sin más disonancias que las voluntarias el acumulado de nociones, más teóricas que narrativas, que se diría que justifican el inicial interés del cineasta irlandés hacia la novela homónima del siempre apabullante Lawrence Osborne en la cual se basa

Jessica Chastain.

el guion. Antonio Trashorras Más información en pág. 81

ESTRENO: 29 JULIO

sobre la vejez, la enfermedad, la muerte y la asunción de la pérdida. Todo expuesto sin temor ni pudor. Centrada en los últimos días de una pareja de octogenarios, encarnados por unos extraordinarios Dario Argento y Françoise Lebrun, es directa. Es dolorosa. Es difícil de ver e imposible de recomendar, sobre todo porque no hay en ella contrapuntos amables a la desolación que describe, no hay en ella concesiones al espectador. Y, sin embargo,

es una de las películas que mejor han descrito jamás lo que supone envejecer (física y mentalmente) tanto para el que envejece como para el que observa de cerca la decrepitud y la lenta despedida de sus seres queridos.

Contado así, podría parecer una rareza en la filmografía de Noé. Pero lo más increíble es que no lo es. El director de Irreversible (2002) no puede ser más fiel en ella a los temas (la vida, la muerte y lo ridículamente cerca que están la una de la otra), el estado de ánimo (esencialmente pesimista) y las herramientas narrativas y formales que definen su filmografía. Pero, en un ejercicio de madurez tan insólito como abrumador, los ajusta a un relato que no sostiene algunos gestos esenciales de su cine. En Vortex no aparca el juego formal, pero tampoco permite que se imponga a la emoción o al relato, aún menos que los intervenga (no hay aquí sombras de trampa, manipulación o golpes de efecto). Reincide, por ejemplo, en el

PARA FANS DEL CINE recurso de la pan-

QUE MIRA A LA REALIDAD DE FRENTE Y talla partida, pero

NO LA DISFRAZA PARA lo despoja de toda

QUE DUELA MENOS. intención lúdica.

Lo mejor: cómo dialoga En Vortex vuelve la filmografía anterior de Gaspar Noé y la a dar donde más completa. duele, pero con

Lo peor: es una película mecanismos dismuy dura, muy difícil de ver. tintos a la provo-

cación fácilmente

identificable. Y, más importante, en Vortex vuelve a ser tremendamente pesimista (aunque habrá quien opine que es más realista que pesimista), pero aparca el cinismo que define su filmografía. Desirée de Fez Entrevista con Gaspar Noé en pág. 78

ESTRENO: 29 JULIO

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