Voz del Corazón de Puerto Rico
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Año XIX
Edición 818
9 de mayo de 2012
Por: Ana Delia Rodríguez
INCOMPARABLE,
MADRE
Fue una gran Pelea
Y una Mala Desición
¿Con qué puedo comparar el amor que da una madre? Es parecido al del padre Cada cual en su lugar. Quizás la palabra amar O con el verbo belleza Me acercaré a la nobleza Que alberga su corazón Es que no hay comparación Que se ajuste a su grandeza.
Quizás a la linda aurora Se parecieran tus ojos Complaciendo los antojos Del que tu amor atesora. Pero tú, noble señora Resplandeces doblemente Tu mirada, fiel simiente Despierta nuestro interior ¿Quién tendrá el gusto, el honor, de imitarte; tan potente?
Una flor en primavera Se asemeja a su regazo Su tallo es como el abrazo Que alegra la vida entera Sosteniendo placentera El fruto de un alma pura Con pétalos de ternura Inspira, respeta y ama ¿Quién te iguala, noble dama? ¿Quién descifra tu estructura?
Hay quien te dice mamá Otros te llaman mi vieja Lo cierto es que se asemeja Al amor que Dios nos dá. Una madre siempre está Embelleciendo el hogar Debemos atesorar Esos sus grises cabellos Porque sus nobles destellos No se pueden comparar.
SIRVIENDO A LOS PUEBLOS DE AGUAS BUENAS •AIBONITO •BARRANQUITAS •CAYEY •CIDRA •COMERIO •COROZAL •NARANJITO •OROCOVIS