Revista Cui 2

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mayo de 2008

Revista CUI Nยบ 2


Revista CUI / mayo de 2008

Editorial

Editorial Al momento de pensar y escribir esta editorial hay muchos elementos que debieron conside‑ rase de manera seria (elementos que también deben tenerse en cuenta al leerla): Más que un esquema correcto o apropiado que deba seguirse para que quede ‘bien hecha’ la editorial, en ésta prima la honestidad. Así mis‑ mo, por encima de la redacción y la belleza del escrito, se enseñorea la honestidad que intenta abandonar un mero campo humano, para al‑ canzar todos al tiempo o, por lo menos, la gran mayor cantidad que pueda. Más que las palabras del equipo editorial o re‑ dactor o miembro de la Revista CUI, aquí de‑ berían estar las palabras o, cuando menos, el aire del mito de la muerte de los esquimales: cómo la muerte tan sólo es una mujer olvidada que necesita cariño para entregar todo su amor, hacernos felices y, así, transformarse (transfor‑ marnos) en vida. Es decir, cómo un atisbo de desgracia y sufrimiento debe ser atendido con gran cariño y afecto, para que nos de lo mejor de sí y, como huésped satisfecho, nos de algo; y cómo el fin no es tan sólo eso, y no porque 2

después haya algo, sino porque antes hubo algo y eso define ese final.

Querido lector, en esta edito‑

rial quiero destacar y hacer énfa‑ Enredado, ¿no?; pues bien, a continuación viene sis en la idea que, aunque tal vez algo puede que dilucide un poco el sentido de no tan sorprendente, subyace a las palabras del párrafo anterior esta revista y le da su razón de ser: Cuando señalaba de manera tangencial las pa‑

labras de los esquimales lo hacía porque son Esta revista, este .pdf, al igual muy bellas, van directo al grano y no las recuer‑ do con suficiente nitidez como para poder citar‑ que la editorial, no están hechos las, de modo que no me queda más opción que por un solo individuo, sino por enunciarlas y bocetar lo que recuerdo de ellas:

varios, es el reflejo de varios co‑

Un hombre, en medio de la nieve, estaba bus‑ cando alimentos o leña para su cabaña (no lo recuerdo con certeza, es más pueden ser ambas cosas). Tras mucho tiempo de búsqueda, había hallado muy poco y el frío parecía un gran mal al acecho de sus carnes; en ese momento, en la nieve, encontró algo blanco resplandeciente, tan extraño como atrayente; de manera que no pue‑ do evitar la tentación de acercarse y tocar ese algo. Una vez hecho esto último, cual Emily en


Revista CUI / mayo de 2008 Corpse Bride, ese algo despertó y salió detrás del hombre que lo despertó. Sólo que a diferencia de quien perseguía a Victor en esa película, eso era sólo huesos y no logró alcanzarlo sino hasta estar dentro de la cabaña del aterrado esquimal que corría muerto del susto. Una vez el esqueleto notó que el hombre al que perseguía estaba aterrado y que no le daría ca‑ riño ni afecto, rompió en un estruendoso y con‑ movedor llanto; llanto que rápidamente conmo‑ vió al pobre hombre asustado, quien al notar el propio frío que sentía, se compadeció de este ser y le dio algunas pieles, pues éste ni siquie‑ ra tenía carnes para cubrirse. Después también sintió hambre y asumió que su huésped debía sentirla, así que tomó algo de comer, lo dividió en dos y dio una mitad al esqueleto que ya no lloraba tanto, gracias a la amabilidad demostra‑ da con las pieles que le había entregado.

como las nubes y cabello negro como la noche. Es más, el esquimal estaba tan entregado a darle a su huésped todo de sí que casi no notó cuando esta mujer le tomó de la cabeza y condujo sus labios a los de ella.

El resto de la historia (o lo que alcanzo a recor‑ dar de ella) es muy bonito y no quiero dañarlo con palabras que no estén a su altura. Por ello tan sólo los invito a que consulten este mito (y si encuentran la fuente, me la hagan llegar, pues no la he podido encontrar de nuevo) y que ha‑ gan de la muerte, no un espectro aterrador sino una compañía imposible de rechazar.

Hasta mejores tiempos.

En un principio el esquimal no lo notó, pues el hambre le hizo comer con tal voracidad que el mundo desapareció ante sus ojos, pero una vez sació su estómago, levantó la mirada y notó cómo su huésped se iba transformando mien‑ tras comía lenta y felizmente lo que le había sido regalado: ya no era sólo huesos, su aspecto aterrador, austero y cadavérico había ido des‑ apareciendo para dar paso a un bello cuerpo que no parecía ni hombre ni mujer. Aun cuando ya no fuese sólo huesos carcomi‑ dos por el frío, seguía llorando, generando que la compasión sacara al miedo que se había po‑ sado en el pecho del esquimal; guiándolo has‑ ta donde estaba este cuerpo cubierto de pieles para que lo abrazara y comenzara consolar. El hombre no lo notó, pues cuando se consola realmente a alguien se hace con el corazón y los ojos a veces parecen desaparecer, pero su hués‑ ped acabó la transformación que había comen‑ zado sutilmente con la entrega de las pieles: dejó de llorar totalmente y se había convertido en una preciosa mujer, de bella figura, piel blanca 3


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Artes del tiempo Entrevista a Alejandro Estrada Por Seed Gato. P. 6

Arte escrito 28, 11, 2007 Por Ómar Ardila

P. 10

esta tarde lo descubrí... Por Camilo Vivas

P. 13

Director: Diego Restrepo

Editores: Lina Barrero Sergio Gama

Ilustraciones: Mudanza Por Zayrho de San Vicente

P. 14

Oratoria: los versos del herrero Por Zayrho de San Vicente

P. 14

Alegoria del muro y la sombra Por Zayrho de San Vicente

P. 15

Et Mors Animo P. 15 Por Raúl Alejandro Martínez Dragón P. 16 Por Raúl Alejandro Martínez Orilla P. 17 Por Raúl Alejandro Martínez Egg Man P. 18 Por Raúl Alejandro Martínez 4

Registro fotográfico de LA PINTURA EN EL ES‑ PACIO, EL ESPACIO EN LA PINTURA, aportado por Angélica Chavarro Fotografías de la Entre‑ vista a Alejandro Estra‑ da, tomadas por Seed Gato.

Sergio Gama

Fotografías de El Panta‑ llazo o el instante en que un acto legal se vuelve Relaciones públicas legal, aportadas por Ca‑ y Mercadeo: talina López Juliana Mendoza

Cortón P. 19 Por Raúl Alejandro Martínez Ciego él mueve P. 19 Por Raúl Alejandro Martínez P. 20 Vigilante en Inglés Por Raúl Alejandro Martínez Cielos fugitivos Por Cristian Soler

P. 22


Artes visuales

Revista CUI / mayo de 2008 De AngĂŠlica Chavarro LA PINTURA EN EL ESPACIO, EL ESPACIO EN LA PINTURA P. 26

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De Vela Velasco 5 fotografĂ­as. P. 31

Otras El Pantallazo o el instante en que un acto legal se vuelve legal Por Catalina LĂłpez P. 32 5


Revista CUI / mayo de 2008

Artes de

Entrevista a Alejandro Estrada Por Seed Gato.

Alejandro Estrada, artista bogotano de 38 años, con cerca de 20 años de trayectoria ar‑ tística, dedicó un tiempo para dialogar con la revista CUI sobre el arte; más específica‑ mente el arte marcial, campo en el que se ha desempeñado toda su carrera. ¿Cómo se puede entender un arte marcial hoy en día? Dentro del marco cultural japonés hay varias formas de expresión artística, como la pintura, el dibujo, la escultura, la poesía, el canto, la danza y también las artes corporales, en este caso, las artes marciales. Aunque su origen fue netamente militar, siempre requirió un refinamiento personal que superaba lo meramente técnico, llevando a que en muchos casos los samuráis, que se desempeñaban como guerreros, incursionaran en la pintura, la poesía o el drama; así, no sólo se daba el trabajo físico y de combate, sino que desde la disciplina marcial misma, él se vincu‑ un sentir, una esencia, un algo, a través de la técnica laba a lo artístico, volviendo la disciplina algo artís‑ o el método que escoja para exponerlo. Lo mismo tico. sucede con el artista marcial: el arte, la técnica, son medios, son herramientas a través de las cuales el También hay otro aspecto muy importante para su artista (en este caso artista marcial) pueda expresar estatus de arte: el arte marcial no se queda sólo en su su esencia, pueda comunicar su sentir. dimensión física o en su dimensión técnica, sino que trasciende más allá. En las técnicas del arte marcial ¿Cómo se da dicha expresión en medio de técnicas se da una expresión de la propia persona que, desde tradicionales y milenarias transmitidas de genera‑ mi punto de vista, es muy cercana a la que propicia ción en generación? el arte. Pienso yo que un artista como un pintor, un A nivel meramente técnico, ésta es un arte por la ex‑ escultor o un poeta, se expresa a sí mismo, expresa trema minucia y el impresionante refinamiento que

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el tiempo se alcanzó en Japón con las técnicas bélicas. En otro nivel, viene a ser arte en el sentido en que es un me‑ dio de expresión. En la época antigua tenía un carácter impresionan‑ te: definía la supervivencia, no era solamente algo de comodidades ya resueltas (un elemento aún más sorprendente). Ya en la época moderna, a pesar de no ser una cues‑ tión vital para la supervivencia, no desaparece pues se concreta su dimensión artística, en el sentido que se vuelve un medio de expresión del ser humano, un medio de refinamiento y un medio de transfor‑ mación que va más allá de una época y entabla un puente entre diversos momentos de la historia. ¿Qué diferenciaría un arte marcial de disciplinas deportivas como el boxeo, que también implican desarrollo físico y perfeccionamiento técnico?, o ¿también lo son? En un sentido puramente terminológico, también serían artes marciales; pero ya a un nivel más tras‑ cendente, estas técnicas de artes marciales tienen un beneficio para la persona, un impacto en la vida de la persona. Para mí, las artes marciales (en particular

Revista CUI / mayo de 2008 el Ninjutsu Bujinkan, en la que me he desenvuelto) se diferencian de las disciplinas deportivas marcia‑ les porque trasciende a la técnica, trasciende a la ca‑ pacidad física, trasciende al adiestramiento. Lo que se intenta en el arte marcial (Ninjutsu Bujinkan), que lo diferencia es que, primero, tiene una influencia cultural muy fuerte y segundo, hay una influencia religiosa, ética o moral que impulsa o motiva a la persona a que trascienda más allá; no es sólo que la persona sea un buen artista marcial en el plano de un ring o un tatami o un dojo, sino que eso llegue a su vida personal, de tal forma que la vida se vuelva una obra de arte (en mi opinión personal, esto es lo más complicado). Se puede conseguir un refinamiento a nivel técnico y un mejoramiento a nivel físico, pero esto, para el arte marcial, se halla incompleto si no hay un efecto en su personalidad, si no se ha traba‑ jado la forma de pensar, la forma de actuar y, por consiguiente, las relaciones con todas las personas de su medio. Puede haber un buen deportista marcial pero que sólo lo sea en el ámbito de lo deportivo, de lo físi‑ co, en el ejercicio técnico; mientras que en el artista marcial, esto trasciende más allá y se contempla la

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Artes de posibilidad de que la vida misma ¿Cómo entender la comunica‑ sea una obra de arte, una expre‑ ción en las artes marciales? sión de un individuo. El arte marcial es un medio de comunicación muy íntimo y muy Si bien hay una fuerte diferen‑ cercano con otro ser humano, y cia entre disciplinas deportivas que sea da en tres niveles: oral, marciales y artes marciales, ¿hay escrito y en el contacto físico. Hay diferenciaciones al interior de lo momentos en que la comunicación que son las artes marciales? que se entabla entre las personas Hay dos tipos de artes marciales llega a impactar fuertemente al bien diferenciados: Las deportivas sentir que en esos movimientos y y las tradicionales. Por un lado es‑ en esas palabras están condensa‑ tán las artes marciales deportivas das vidas de muchos lugares dife‑ que son un resultado de traer las rentes y de tiempos muy diversos; artes marciales tradicionales a cuando un movimiento nos habla occidente, pues al adaptarlas se de otra época y nos revive el sen‑ usó el concepto de la competencia timiento de personas de diversos (muy bien vista en nuestra socie‑ lugares del mundo. dad) como facilitador. Con ello, estas artes marciales perdieron ¿Cómo entender la creatividad elementos que tenían las clásicas, en el dialogar con esta tradición buscando hacerse óptimas para la que se remonta casi mil años competencia. atrás? Por otro, están las tradicionales, Por un lado, desde el ninjutsu (un que buscan conservar su esencia, arte marcial netamente tradicio‑ mantener una visión holística que nal, pero no ortodoxo) se puede la comprenda en el todo de sus entender la creatividad gracias al posibilidades y esté integrada a carácter adaptativo y cambiante la tradición en la que se enmar‑ de este arte marcial, ya que da a ca. Es decir, mientras las depor‑ quien lo practica la posibilidad de tivas pierden algunos aspectos alterar, inventar y reinventar: te‑ para adaptarse a una forma de nemos unos elementos, unas pau‑ ser competitiva, en la tradicional tas de entrenamiento, tenemos un se conservan la esencia, el origen, enfoque (una dirección en el ca‑ la comunicación con la tradición y mino) pero no se nos indica todo, el fundamento básico para que la sólo un resultado posible u ópti‑ persona tenga acceso a toda la in‑ mo de acuerdo consigo mismo, tegralidad que da el arte marcial, dejando abierta la posibilidad de sin necesidad de entrar en compe‑ que cada uno cree el método que tencias y reconocimiento de habi‑ mejor se ajuste a sí mismo. lidades de unos u otros. Por otro, desde sus comienzos, el Sin embargo, me parece que, en ninja (o el ninjutsu) dependió en las artes marciales tradicionales, gran medida del estar creando, no hay diferenciación alguna más pues, primero, surgió de una ne‑ allá de la especialización de cada cesidad de supervivencia urgen‑ arte marcial. te; en un ambiente tan hostil y violento como en el que nació este

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el tiempo arte marcial, sólo el ingenio y la creatividad podía mantener con vida a la persona. Segundo, dado que el Ninjutsu Bujinkan invita a que cada uno busque el camino que más se le ajuste, se exalta su individualidad, pues cada uno debe en‑ contrar su propia autenticidad y ejercitar su creativi‑ dad desde esa autenticidad, siguiendo las directrices y las líneas del maestro Masaaki Hatsumi, pero no apuntando a volverse una copia de él ni un autóma‑ ta sin afirmación propia. En el reconocimiento de esa propia afirmación se empieza a ejercitar esa creatividad y a desarrollar sus propios métodos y técnicas dentro de ese con‑ texto, sin salirse a otras cosas en las que pierda su rumbo. La creatividad en el ninjutsu, en este sentido es, para mí, fundamental. Y volviendo a la parte histórica, viendo los relatos de ninjas, ya sean ficticios, mitoló‑ gicos o verídicos, la creatividad siempre fascina en medio las situaciones. … ¿Y la originalidad? A usted se le da el pincel, las pinturas, pero es usted el que desarrolla la obra. Las técnicas por separado o los sentimientos que intentan comunicar son esos elementos que nos permiten a nosotros crear, desa‑ rrollar una idea, ingeniarse un movimiento, pero siempre buscando que correspondan honestamente al practicante mismo, a quién es cada uno. Si uno no es honesto consigo mismo y maneja estas herramien‑ tas no hace arte, porque perdió su originalidad, don‑ de reside lo espectacular de este arte marcial. Noso‑

Revista CUI / mayo de 2008 tros usamos esos elementos, esas herramientas, de acuerdo con nuestro entorno, según nuestra forma de pensar y, con honestidad, según uno mismo. ¿Habría la posibilidad de encontrar un ‘buen’ arte y un ‘mal’ arte marcial, o un ‘buen’ o ‘mal’ artis‑ ta marcial, o discernir quién es y quién no es un artista marcial (aun cuando entrene)? Desde un punto de vista muy personal, yo puedo decir que hay gente, artistas marciales, divididos en 3 tipos: de primer nivel (puramente físico, técnico), de segundo nivel (trascienden lo físico y lo técnico, llevándolo a su forma de ser y de relacionarse con las personas) y de tercer nivel (donde se ha trascen‑ dido lo físico, lo técnico y las relaciones personales, pudiendo afectar a todo su entorno de una mane‑ ra positiva y expansiva). En este sentido hay nive‑ les, aunque no haya el calificativo de ‘buen’ artista o ‘mal’ artista; es más, estos niveles pueden verse también como aspectos que se trabajan en el proceso propio de cada artista marcial. Por defecto, si es un artista marcial está siempre en un proceso cuyos tiempos y progresos irán ajustados a la persona misma; sin embargo es evidente que sí hay una categoría de artista marcial que realmente debe expresar un arte, una vivencia, una esencia y una honestidad consigo mismo, reflejando un efec‑ to positivo en la vida de quienes lo rodean, incluso a todo el planeta, tal como es el caso del Maestro Hatsumi, quien desde Japón, “impacta” los corazo‑ nes de los colombianos que entrenamos Ninjutsu Bujinkan.

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Arte e

28, 11, 2007

Átenme si quieren, pero tenemos que desnudar al hombre para rasparle ese microbio que lo pica mortalmente dios y con dios sus órganos porque no hay nada más inútil que un órgano. Así de clara y contundente fue la declaratoria que profirió Antonin Artaud el 28 de noviembre de 1947 (hoy hace 60 años) en su emisión radiofónica, Para acabar con el juicio de Dios. Esta declaratoria le dio vida a una nueva intensi‑ dad biológica y política, que proponía sustituir la interpretación por la experimentación. El antiguo método interpretativo que nos conducía a la bús‑ queda del yo (del fantasma psicoanalítico), sentía la necesidad de cambiar de ruta para ir en busca del Cuerpo sin órganos, siguiendo un programa que es motor de experimentación. El Cuerpo sin Órganos es materia intensa (no formada, no estratificada) cuya intensidad es igual a cero – esa misma materia es energía –; sólo está poblado por intensidades que pasan y circulan; no ocupa un espacio ni es espacio; es el cuerpo lleno, anterior a la extensión del orga‑ nismo (organización de los órganos); es el campo de inmanencia del deseo (donde el deseo es proceso de producción que no tiene referencias externas que lo proyecten).

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Aunque para Artaud, los enemigos eran tanto los órganos como la forma estratificada de los mismos (organismo), de su manifestación a favor del Cuerpo sin órganos, se intuye, que para éste nuevo flujo des‑ estratificado, los enemigos no son los órganos sino el organismo, es decir, la Organización Orgánica de los Órganos (O3). El Juicio de Dios es un estrato orgánico que busca lo útil por medio de formas, uniones, organizaciones dominantes y trascendencias jerarquizadas. Contra aquel orden es que se proyecta la unidad de lo múl‑ tiple (la anarquía coronada de Heliogábalo). Dicha multiplicidad va más allá de cualquier oposición y rompe con el movimiento dialéctico hegeliano. De esta manera, el Juicio de Dios, es el organismo que debe ser reemplazado por nuevos principios (flujos, soplos) y no por otros dioses. Para mantener vivo el recuerdo de Artaud, hoy, sesenta años después de su máxima declaratoria, transcribo uno de los textos que hacen parte de la misma, y los invito a escuchar la emisión radiofó‑ nica en el siguiente enlace: hTp://www.ubu.com/ sound/artaud.html . Y por último, retomo a Derrida cuando nos invita‑ ba a establecer nuevas relaciones con la obra de Ar‑ taud: “leerlo debería implicar resucitar su voz, leerlo imaginándolo proferir sus textos”.

Revista CUI

Por Ómar Ardila


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escrito CONCLUSION ‑Señor Artaud, ¿para qué le sirvió esta radiodifusión? ‑En principio para denunciar cierto número de porquerías sociales oficialmente consagradas y reconocidas: 1º la expulsión del esperma infantil, cedido benévolamente por niños, con vistas a una fecundación artificial de fetos que aún no han nacido y que verán la luz dentro de un siglo o más. 2º para denunciar en ese mismo pueblo americano que ocupa toda la superficie del antiguo continente Indio, una resurrección del imperialismo guerrero de la antigua América que hizo que el pueblo indígena anterior a Colón fuera vilipendiado por toda la humanidad precedente. ‑Señor Artaud, usted está diciendo cosas muy insólitas. ‑Sí, digo algo insólito, digo que los Indios anteriores a Colón eran, contra todo lo que se pueda creer, un pueblo extrañamente civilizado, que conoció una forma de civilización basada en el principio exclusivo de la crueldad. ¿Sabe usted qué es con exactitud la crueldad? ‑De ese modo no, no lo sé. ‑La crueldad consiste en extirpar por la sangre y hasta la sangre a dios, al azar bestial de la inconsciente animalidad humana en cualquier parte donde se lo pueda encontrar. El hombre, cuando no se lo reprime, es un animal erótico, lleva adentro un temblor inspirado, una especie de pulsación productora de bichos innumerables que constituyen la forma que los antiguos pueblos terrestres atribuían universalmente a dios. Ello representaba lo que se denomina un espíritu. Ese espíritu procedente de los indios de América prevalece, en la actualidad, bajo aspectos científicos que revelan una infecciosa influencia mórbida, un estado acusado de vicio, pero de un vicio que abunda en enfermedades porque, pueden reírse todo lo que quieran,

Revista CUI / mayo de 2008 lo que se dio en llamar microbios es dios ¿saben ustedes con qué hacen sus átomos los rusos y los americanos? los hacen con los microbios de dios. ‑Usted delira, señor Artaud. usted está loco. ‑No deliro, no estoy loco. Afirmo que se reinventaron los microbios para imponer una nueva idea de dios, encontraron un nuevo recurso para destacar a dios y atraparlo justo en su nocividad microbiana: se trata de clavarlo en el coraz6n, donde los hombres más lo aman, bajo la forma de la sexualidad enfermiza, en esa siniestra apariencia de crueldad mórbida que reviste cuando, como ahora, se complace en convulsionar y enloquecer a la humanidad. Utiliza el espíritu de pureza de una conciencia, que permaneció cándida como la mía para asfixiarla con todas las falsas apariencias que derrama universalmente en los espacios, de esta manera Artaud el momo puede represen‑ tar el papel de alucinado. ‑¿Qué quiere decir, señor Artaud? ‑Quiero decir que encontré la forma de terminar de una vez por todas con ese impostor y también que si nadie cree ya en dios todo el mundo cree cada vez más en el hombre. Ahora es preciso castrar al hombre. ‑¿Qué? ¿Cómo? Lo mire por donde lo mire, usted está loco, loco de remate. ‑Llevándolo por última vez a la mesa de autopsias para rehacerle su anatomía. El hombre está enfermo porque está mal construido. Átenme si quieren, pero tenemos que desnudar al hombre para rasparle ese microbio que lo pica mortalmente dios y con dios

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Arte e

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sus órganos porque no hay nada más inútil que un órgano. Cuando ustedes le hayan hecho un cuerpo sin órganos lo habrán liberado de todos sus auto‑ matismos y lo habrán devuelto a su verdadera libertad. Entonces podrán enseñarle a danzar al revés como en el delirio de los bailes populares y ese revés será su verdadero lugar.

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esta tarde lo descubrí... Por Camilo Vivas

esta tarde lo descubrí, paradójicamente lo soñé en la mañana… Aquello que solo la noche me puede dar, todo lo que durante el día no puedo alcanzar. Estoy sincronizado con el tiempo terrícola de manera tal que me es imposible devenir en lo que quiero ser en los fragmentos de tiempo que el Kapital ha preparado para mí. Me he salido de su momento preparado o algo me ha sacado manteniéndome a raya, expulsándome fuera de él. Dios me ayuda durante el tiempo que profesan no ser de Él… En la madrugada animal soy, en la noche Homo sapiens empiezo a ser, la tarde se convierte en el aperitivo, la cena es el plato fuerte para mi mente…

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Mi metabolismo como un ismo para mí es. Algo que poco a poco le da forma y consistencia a mi gelatinoso proceder, entonces ahí cuando el mundo “desarrollado” está en descanso, cuando la mitad del mundo opuesto a mi posición geográfica despierta y empieza su angustioso cotidiano, justo ahí mi corazón, mente y espíritu contemplan, post-producen y se convierten en aquello que el Imperio desea impedir… Moldeándose a los Homo sapiens como yo se encuentra el Imperio, luchando constantemente porque en nuestro mejor tiempo nos convirtamos en Animales de carga, soportando sus caprichos, sus infantiles deseos de poder. Sus tecnologías se desarrollan en este cause y difícilmente lo podremos contener, tal vez será en otro mundo en uno virtual, igual de “real” a éste donde animales como yo podamos escapar de este Homo sapiens omnipresente que devora nuestras mentes, o tal vez preferiremos alimentarlo con sopas y emulsiones, con desechos y desperdicios… así como con nosotros ha hecho él, pretendiendo, como espías, hacerlo creer que de su lado estamos y, como parásitos, actuando a favor de nuestro legítimo derecho de ir a nuestro propio ritmo, y (vuelve a la primera línea…)

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Arte e

Mudanza Por Zayrho de San Vicente Asfalto, disertación temiendo la llegada de Agosto. Una carretera hilada por los quejidos del aura. Rutas en espiral, sintiendo el aliento de los que vivieron allí. Cada trece minutos se repite la apología: Las campanas de la abadía aún le anuncian las tareas a los muertos. El aura de los difuntos hace sonar la aldaba. Una puerta se abre junto a la acera. Más allá del umbral se erige un camino de raíces. Las campanas empiezan el himno anunciando las tareas de los que aún viven.

Oratoria: los versos del herrero Por Zayrho de San Vicente Forjando las fraguas y los hierros de los cambios: bajo el agua, sobre la tierra, junto al aliento de los demás Dioses. Surgen y resurgen las figuras: desde el fondo del mar, desde la desembocadura de los volcanes, ges‑ tando vida con pasos torpes sin entorpecer la obra.

Encerrando la soberbia en una silla de oro. Encar‑ celando la guerra y la belleza dentro de una misma jaula. Desde los talleres el calor iracundo somete al metal, gestando las formas que se enfrían cuando nacen de nuevo. De los braseros que derriten el oro, nacen los manantiales que revelan el cosmos. Todo es primero forja y luego obra, todo es primero temor y luego rima.

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Las ráfagas del fuego ablandan los metales: se pier‑ de la identidad del bronce cuando nace la lanza, el plomo es aún más pesado cuando se vuelve trono, la tragedia se sublima cuando se convierte en arte.


escrito

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Alegoría del muro y la sombra Por Zayrho de San Vicente I Una firma escrita con tinta negra en la esquina del artilugio. Cantar de los vientos una tarde de Noviembre. Los cuatro vientos mecen el molino y desembocan en una ventana. El agua que surge de la tierra es el alimento y el viento es el duelo que emerge, desgarrando los techos de paja que aún no soportan el vendaval.

Et Mors Animo Por Raúl Alejandro Martínez

II Perdura el oficio del escribano. Ya se ha despojado de su traje. Las cenizas de su amada alimentan el fuego que le permite convertir la zozobra en poesía. En sus manos ocurre la metamorfosis.

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III Los vientos entrelazados entran por la ventana en una tarde de Diciembre. Han apagado la llama y han esparcido las cenizas. La luz ya está escrita. El agua ya ha sido bebida. En sus manos ocurre la metamorfosis.

Muy despacio perdiste de lo blanco del granizo y las huellas de tus flores tan osadas en cachete, estamos como desayuno a ti te garantizo que doy cuenta por mis patas que eres lobo eres leche. Abrazando los cueritos de mis dedos me enseñaste por qué las perdices suenan a verduras, también de qué hablaba mientras afilaba como hojas de papel. Cara y mano me las pongo ataviando en la boca, grande y pálido primero, que a ti extraño en el néctar tajo de mis dientes, que fue arranque, cigarrillo sabor de memoria y colmillo.

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Dragón Por Raúl Alejandro Martínez

Sentarme a escuchar a la gente; enfrento algún dote enmierdado a la autopista, del disfraz, los juguetes del fuego los animales, entran papá mamífero y mamá reptil todo comenzó con otro idioma.

Para mañana mantener algo prendido en esa silla, generalmente algo blanco que al menos cuando envejezca, parecer una iguana recochando.

Expulsado los huecos en las rocas se sintieron a serpientes; lo que era, eran cuatro caballos y un jinete.

Había mucha neblina y agua reposada en la fiesta que no estuve, de ahí cuelga mi mano.

Danzar es encontrar lo que no muera es de verdad pensar en nadie, bien o mal no me traiciono juego a música en el fondo juego a africana.

Ahora está la luna llena, digamos permiso para un río, todavía soy un animal o apúntenme no al hijo que va en el charco.

Perdí el vivir temprano perdí el ido, escribiendo para después decir que no me acuerdo, y en la salida me dijeron para siempre.

Vine a moverme, lo primero que bebo es sentarme. No gusto del tarde, voy olfateando que busco el agua que aparecen cristales de mugre en el piso, pero al menos, no sé a qué horas hice tanto. Por fin alguien me quiere matar, me lo dice el hijo que mece el viento palpitando intermitente.

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Retrocedo usted y yo las manos frías que me doy la misma vuelca, hurgando entre la vaca del talento.


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Orilla

Por Raúl Alejandro Martínez

[…] y que cada tarde daba su voz más fiel, y más mortecina, a la obstinación ciega que en nuestros corazones reemplazaba entonces el amor. Albert Camus

Ya en el alba confundida un cansancio no adormece sino agranda de una forma bien parada y con nadado, todos crecen para darle, ese algo allí en la luna que se adivina. En el sitio tan osado aquí no hay noche, por las semillas de los magos de terciopelo y un poco de los de las gafas oscuras. Siempre te preguntarás por qué lo hicieron y sin embargo, entre las tablas eres de nuevo caminante, para sentarte de una señora al lado y poder decirle atlántico. Ya después flacaza perseguirás esa gota que se aclara entre lo pálido; pero no, la silla es la que guía por ese apriete cuando miras a otro lado no se rompe nadie en la misma ola, lo que fue antes un río, pero un dragón de coco y sus adentros se retiene sobre el mar.

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Sin posible cocinarle con aceite como magos gozarían, las preguntas se salieron a buscar por las amigas y te hundiste no tan ruda en tu encargo. Pidiendo tinta a la señora de la misma silla detrás de un ruido amable y provechoso te aprendiste a tajar un lápiz, triste diste cuenta que era tarde para una foca en ese poema. A ver qué le haces, al tranquilo estrellar de la pasión, a la palabra corazón que tanto odio al grafito y a la espera de los cocos.

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Arte e

Egg Man Por Raúl Alejandro Martínez

El que hablaba conmigo tenía una caña […] Apocalipsis 21 (15,16)

Tiritando había alguien que cantó, creo que ese tipo alto, el que nos explicó el mar, su fin, bailar en mar que queda lejos, mi mar no el suyo hay mucha costa. Había Otro que lo escribía pero no hizo nada, quizás por pelo o por melómano, pero el Otro hacía águilas, sino ángeles amigos. Hagamos otra cosa buen daño entre ése, no en un ruido. vente pronto que la luz es amarilla toda la noche, y bella mientras nadie haya podido de verdad pintar Al final de cada encaje hay una rúbrica a celedón un árbol. le dice un color verde. Acá algo se incendia siempre cerca algo se incendia pie a pie. Apareces tú y un gato que no sabe que lo miro, como maúlla como si fuera un asesino de mi padre, Después de cada sortilegio hay un plagio en re‑ y me pregunto, si cuando el humo lo que quere‑ flexión, mos es viento a una velocidad o pensar en alguien separados todos nosotros bostezando. morderle el cuello a un alguien a algo verde, tene‑ mos ahora un brazo con el pulmón. Ese tipo y otros ángeles, sentados te digo, nos reí‑ mos porque hicimos curiosas cosas, hacer el cuadro Cuando la tierra ya no nos quiera quien sabe dónde con este sol, con un viento tan fuerte porque baila‑ reciben, mos a un rededor y estamos hechos de madera. pero entrar a un sitio donde me den los pies en el sol. ¿Por qué ese gallo piensa ya que es día, a quién Buscas tú a un memfi que te diga por qué en la poe‑ anuncia? sía hay palabras que no existen, que te entreguen Sí queremos, sólo mover los brazos las siete cartas, que alguien dicte las siete clases. para bailar. ¡Para eso es el andén llamaron rudo! Gracias a ti, gracias a todos. Han pasado cinco mi‑ nutos, ésta es mi teoría. Ahora son las espaldas las que miro por el quinto Yo he sido una con el mono que no duerme y entre rato de tercio, aunque arduo porque aquí no vuelan las orejas la niña palpitación.

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Amigo enemigo mío, es la hora de parar, de saber si tengo algo contra ti en éste, uno de los siete tercios. Te voy a decir lo que vi, que cuando contaron iba yo comiendo y otra cosa.


escrito

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Cortón

Por Raúl Alejandro Martínez En este trozo de asiento hay rasguños sin razones y un recuerdo. voy a decirle a todos por supuesto que se escondan, somos chicos; hay un corto engaño entre aquel pasto que no soportó mi sangre y cuando se prende una mirada en el incendio de mis vientos la mañana se estornuda en mi quijada con coraje y yo sin sueño… En ese tronco de lamento hay colores sin saludos y un muñeco. voy a decirle a todos distraído que se rayen al recreo en la ventana; hay un leve antaño entre aquel prado que no arrulló mi hambre y cuando se enfile una coartada en la bagatela de mis suelos la academia se pelea con mis botones en el juego y yo sin miedo… En ese, mi ojo tan contento está la luz perfecta de ese frío de mis noches.

Ciego él mueve Por Raúl Alejandro Martínez

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Sí llevado a cuadros en camisas leñando sin acera o transeúnte Lomberllaco cristalino por las risas de la poeta que trepada en el palustre. Sale un rato ojos filos colorado remembrando aquel vaho, ella escribe, y quien ruge sin su hacha se redime de su daño que la luz no ha mirado. Ellos hablan porque él ya no se esconde ¿Y esa barba que nos tienta Lomberllaco? …La ternura ya viril se nos responde… es respuesta cegatona por un taco. ‑ Me invitó el sello de esos bálsamos, porque adentro quise gárgolas y coros‑

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Arte e

La capilla reventole los poros inocente fuera abajo con los cántaros ¿Quién te filma o te rasca panza y cuello? ‑ Me pregunta. Yo le digo son calzones esos frutos, chupaflores en mi leño‑ ¿Cinco actrices te subieron los pulmones?

¿No sabías Lomberllaco de esa obra? del alpiste el cargamanto ese Logos, del equipo los que quedan del que cobra, a personajes que caminan poco locos. Toma nota en ese braile que te lee ‑ Gracias vicio por algo de poesía – Lomberllaco en el ápice ¿Quién cree? por tanto poeta quedó ya lozanía. En efecto hacer muecas con tus manos emocionaste al público en parroquia y te gritan con lujuria cual marranos, por tu vida, tu calar y tu coloquia. Pero presas de tu tala que se ríe, entre huellas de los bichos de la vía quien se tronca quien poeta se sonríe larga vida al atentado, tu mochila. Date cuenta Lomberllaco de tu suerte, tanta poeta como yo ya no camina el ciclista y la vaca nos domina mucho artista trotamundo vio su muerte.

Vigilante en Inglés Por Raúl Alejandro Martínez

En el cercano barrio de Londres hubo humedales, ahora una o dos lagunas se apalean con la luz, y a veces aparece en el ambiente un galápago con tiempo que me podría ayudar a leer. De día, vigilar se vuelve una cuestión de saber manejar, por encima del ruido el silencio, de noche, como si hubiera salido de una isla, como leyendo, el tipo malo muere con el nombre de la niebla, el tipo malo el frío. La ruana es como la hoja, con cuatro puntas de filo y su cabeza en el mismo sitio. El filo puede estar hecho de hambre o de acero, como en la calle, estar armado es estar bien vestido lo habrán escrito, que es un hombre de gorro que de lejos parece una tortuga, que ya no dice, a ver sus manos a ver qué tiene en su bolsillo. Quién le baila o tiembla en frente al intruso en la caseta, será ése que respira a sus pies juntos apagados en la luna, frente al cielo echando ojo como un anacoreta. Vigilante, leer de la reencarnación y de animales porque sabe que algún día él será la misma noche. De día en la calle junto al agua watch man le dijeron a ese cuerpo tan osado.

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Lomberllaco un azote de los fechos, manchas dignas tu catarata rota. Ya en la capilla de madera pronta, de otros jefes y profanos besos.


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De noche en la calle frente al agua preguntarse si alguien vino si alguien viene, si nictálope tortuga vio en las nubes moverse algo como las pisadas de Dios o tan sólo el amanecer empujándole encima el cielo, con muecas nubes asustarlo. Parpadear por mucho tiempo para despertar sin los ojos, como un reptil sangre fría defenderse bien de la mañana, que aquí es rocío y es bolillo, es de eso que se nos cuida tanto. Su voz, de noche sirve de gorro, es vigilar, es leer de noche, es cuestión de saber manejar por encima del silencio el poco ruido, que nadie sepa en qué anda uno. Hay que moverse pasito para salir del barrio del londón, dice en su idioma para que alguien llegue y pregunte qué pasa que ahora duerme tanto. pequeño retazo de pequeñísimos dioses de color ocre en la clase de actos referenciales una niña conversa con la hoja planteándose un candor nunca un consuelo. y se anota con cuidado entre sus gestos la razón que significa de sus manos la partida de sus pasos ¡tan delgados! ni un caballo de memoria que le sepa los zapatos sin tacones, en el espacio más puro de su ropa,

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sólo costuras en los suaves y pequeños brazos, cuando los abre en el camino caminando. casi un rato de la niña y un tal pliegue de las flores de papeles sus figuras garabatos.

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Cielos fugitivos Por Cristian Soler

Arte e

a Paul. Él se saco el dardo del culo y le disparo con una escopeta, el borracho no pudo ver el tiro por que se estaba riendo en ese momento. Nadie se dio cuen‑ ta del incidente salvo el cantinero y el cadáver, que aún se estaba riendo.

‑¿Por qué vas mal con Angie? ‑No se, cada noche pelea conmigo sin ningún moti‑ vo, creo que esta esperando a que la deje. ‑¿Por qué habría de esperar ella eso? ‑Sospecho que tiene otro. Dejó las dos jarras de cerveza sobre la mesa y le alar‑ ‑Eso suena absurdo, si fuera así ella simplemente te dejaría ¿no? gó una a su amigo. ‑No sería capaz. ‑¿Por qué? ‑Toma. Cortesía mía, por los viejos tiempos. ‑Eres muy amable Jim‑ dijo Tom mientras agarraba ‑Por que es católica ‑¿Y eso qué tiene que ver? su jarra ‑Que si me deja se sentiría culpable y eso remordería Hicieron un brindis y ambos se bebieron toda la cer‑ su conciencia, ella no podría vivir con ese peso.‑dijo veza en un solo intento, luego encendieron sus ciga‑ Tom con suspicacia. rrillos y comenzaron a hablar. Bebieron sus cervezas y antes de vaciar la jarra Paul ya les había llevado otras dos. En ese instante una ‑Dime Jim… qué ha pasado de raro últimamente. ‑Lo mismo de siempre, nada que logro conseguir un pequeña cabeza se asomó por entre la puerta e ins‑ trabajo estable, una casa estable ni una esposa esta‑ peccionó todo el lugar. Vaciló un instante y luego entró con demasiada cautela. ble. Y a ti, ¿cómo te ha ido con Angie? ‑Mal, ya no me habla. Hoy me tiró la puerta en la Era Max. Se sentó en la barra y pidió un whisky. cara y me dijo que no quería verme. Mientras esperaba su trago seguía mirando a to‑ ‑Ya me preguntaba yo por qué estabas acá. ‑Si…‑Tom miró a su alrededor y apagó su cigarrillo dos lados. Tom vio que había alrededor de su ojo en el cenicero‑ veo que acá nunca cambian las co‑ un morado que Max se esforzaba por ocultar con la mano, como si al moverla corriera el riesgo de que sas. se le cayera ese ojo. Max vació su vaso rápidamente y pagó con bastante prisa, en un descuido retiró la Jim se rió y agregó: mano del morado y efectivamente su ojo se le cayó, ‑¿Qué esperabas? Para la mayoría de nosotros la lo recogió con cuidado, lo limpió con la camisa, se lo puso de nuevo y salió corriendo del bar, mirando suerte nunca cambia. siempre a todos lados. Pidieron otra ronda de cerveza, el cantinero, Paul se las llevó diligentemente y les sonrió a ambos, les Tom y Jim permanecieron un rato en silencio, de veía la cara tan seguido que ya eran parte de la fa‑ fondo solo se escuchaba Everyday is like sunday de milia. Antes de volver a la barra, un borracho que Morrissey y los sonidos de una riña que acababan de estaba jugando a los dardos erró su tiro y le pegó empezar unos tipos por que se sentían aburridos.

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‑¿Sabes que le pasó a Max?‑ pre‑ guntó Tom sin curiosidad, solo con la intención de tener algo de qué hablar ‑¿Acaso no supiste? Pasó hace solo dos noches‑ dijo Jim ‑No, ¿qué pasó? ‑Es una historia muy larga ‑Vamos cuéntamela, creo que aho‑ ra no tienes nada más que hacer.

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Jim se rió en sus adentros, proba‑ blemente dentro de poco tiempo él tendría algo más que hacer que simplemente llegar todas las tar‑ des a ese bar y beber hasta el ama‑ necer. Sin embargo sintió que le debía al menos esa a su amigo así que empezó a contar el cuento. ‑¿Te acuerdas de Steve, el tipo que trabajaba en la bodega junto al muelle? ‑Como olvidarlo‑ respondió Tom‑ es un tipo agradable, algunas ve‑ ces tomé con él toda la noche. ‑Bueno, como te decía esto pasó hace dos noches, yo estaba acá cuando sucedió todo así que pue‑ des estar seguro que lo que te cuen‑ to es cierto. Steve y Max estaban tomando desde temprano ya que ahora ambos están desempleados. A Steve lo echaron de su trabajo por que lo vieron cogiéndose con la esposa de su jefe, según tengo entendido casi a diario botan a algún empleado de ese lugar por que se esta cogiendo con ella, no entiendo como ese tipo aún no la ha botado. Max, como sabes, nun‑ ca ha tenido trabajo y siempre ha vivido con su hermano en aque‑ lla casa de Barking Street. Es por

eso que desde hace algunos meses Max y Steve solamente se dedican a apostar un poco de plata en las carreras y si ganan algo luego vie‑ nen a gastarla acá. “Ese día (miércoles si no estoy mal), llegaron justo a la hora en que Paul abre, algunas veces in‑ cluso son ellos dos los que levan‑ tan a Paul y abren el bar con tal de empezar a beber más temprano. Eran ya pasadas las ocho y ha‑ bían tomado demasiado, estaban hablando de lo único que pueden hablar dos borrachos, de mujeres. “‑Créeme Max esa mujer tenía las

mejores piernas que he cogido en mi vida, no me arrepiento de ha‑ bérmela follado –comenzó a decir Steve refiriéndose a la esposa de su antiguo jefe.‑ El único proble‑ ma fue que perdí mi trabajo y a Daisy. Algún imbécil le debió ha‑ ber contado algo, no veo otra for‑ ma de que ella se haya enterado de lo que pasó. “Max solo se limitó a asentir con la cabeza y siguió tomando en silencio. Steve lo miró con cierta ironía y luego le preguntó: “‑¿Alguna vez te has enamorado Max?, desde que te conozco nun‑

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ca he visto que andes con alguna mujer. “‑Si, una vez‑ dijo Max “‑¿De quién? ¿La conozco?‑pre‑ guntó Steve “‑No, no la conoces‑ respondió Max algo molesto “Steve se rió pero vio que era mejor no hablar con Max de esas cosas, siempre se pone molesto cuando le hablan de mujeres. Si‑ guieron tomando y desviaron el tema, Steve empezó a hablar de Daisy, de lo mucho que habían du‑ rado y de la forma en que lo echó del apartamento y le dijo furiosa que no volviera nunca más. Max se mantuvo serio todo el tiempo y con la mirada fija en el vaso. Lue‑ go Steve hizo una pausa, empezó a fumar su cigarrillo y dejó de prestarle atención a Max “‑Steve… ‑dijo Max algo preocu‑ pado tras un largo silencio‑ ten‑ go que contarte algo. Hace algu‑ nas semanas fui a buscarte a tu apartamento para que fuéramos a las carreras de caballos. Daisy fue quien me abrió la puerta, ella

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me dejó entrar y me dijo que te esperara, que tú no estabas pero que no tardarías en volver, luego me sirvió un café y empezamos a hablar. Constantemente me pre‑ guntaba si sabía por qué habías perdido el trabajo, me dijo que tú le habías contado algo pero que no te creía. Yo siempre le respon‑ día que no sabía, que tú nunca me hablabas de eso.‑Max respiró profundo y luego agregó‑ Sin em‑ bargo ella siguió insistiendo con eso… así que finalmente le conté la verdad. “‑¡¿Qué?! ¿Max, no pudiste haber‑ la engañado?‑dijo Steve bastante furioso “‑Perdóname, no fue mi inten‑ ción, simplemente no pude seguir mintiéndole‑ dijo Max “Steve se tomó su trago. Se quedó pensando en silencio un rato, con‑ tuvo su ira y luego dijo: “‑Tranquilo, no fue tu culpa. “Gracias amigo‑ dijo Max son‑ riendo”

‑Bueno, pero no me has contado por qué le pegaron a Max‑ inte‑ rrumpió Tom ‑Calma, ‑respondió Jim‑ te dije que era una larga historia. Jim bebió un poco de cerveza para refrescar sus labios y siguió con la historia:

“Ambos siguieron tomando y ha‑ blando de cosas sin importancia. Steve seguía fumando su ciga‑ rrillo y Max seguía mirando fija‑ mente al suelo, luego de un tiem‑ po levantó la cabeza y dijo: “‑Steve, tengo que contarte otra cosa “‑¿Qué cosa?‑ preguntó Steve bas‑ tante molesto “‑Cuando terminé de contarle la historia a Daisy ella cayó en mis brazos y empezó a llorar,‑ dijo Max‑ después de un tiempo paró y empezó a besarme, las cosas si‑ guieron pasando y terminamos en la cama. Te lo juro que no era mi intención Steve, pero creo que ahora estoy enamorado de ella...‑ respiró y calló‑ ¿Estas molesto conmigo? “‑Tranquilo Max ya te dije que no fue tu culpa‑ dijo Steve mientras cerraba sus puños con fuerza y trataba de contener su cólera. “‑ Gracias Steve, yo sabía que lo entenderías “Steve le sirvió una copa a su ami‑ go y brindaron, luego le encendió un cigarrillo y ambos empezaron a fumar. “‑Amigo,‑ dijo Max‑ ¿Entonces no te importa?

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tar y se sirvió otro trago. Max duró aturdido por largo rato y cuando finalmente se pudo levantar se inspeccionó el ojo con la mano y le dijo con algo de resentimiento a Steve: “‑Me dijiste que lo habías olvida‑ do. “‑Si, ‑respondió Steve‑ eso traté de hacer pero tu no parabas de recordármelo. –le sirvió una copa a Max y le dijo:‑ Ahora siéntate y tomemos. “Max se sentó y tomó su copa. Ambos duraron toda la noche be‑ biendo en silencio, al amanecer se despidieron y cada uno se fue por su lado. Desde entonces Max evi‑ ta todo el tiempo algún encuentro con Steve.”

gar a ser. ‑ Bueno Tom…‑dijo Jim con cierta precaución‑ pero ¿y si te enteraras que es alguien cercano a ti? ‑¿Por qué lo dices? ‑Por nada, ¿pero qué le pasaría? ‑Que le iría peor, por falso. Jim pasó un trago de saliva amar‑ ga, sintió el olor a sal que la brisa marina le llevaba y escuchó en la calle la risa de unos cuervos anun‑ ciando su destino. Tomó otra cer‑ veza y decidió lanzar por última vez los dados. ‑Tú y yo somos buenos amigos, siempre lo seremos no importa lo que pase, ¿verdad Tom?...

‑Se lo merecía. ‑Quizás… ‑ Siempre había pensado que Max era un marica.‑ Tom suspiró y luego agregó‑ Cuando me entere quien es el otro tipo que esta con “‑No Max no me importa, ‑res‑ Angie correrá con peor suerte, yo pondió Steve‑ ya pasó y es mejor mismo lo acabaré‑ cerró su puño y golpeó la mesa. que lo olvidemos “‑Gracias amigo “Se callaron por un rato, pero Max Jim miró cuidadosamente ese puño y recordó que hasta hace dijo algo de nuevo: algunos años Tom había sido “‑¿Seguro que lo olvidaste? “‑Si, ya lo olvidé‑ dijo Steve bas‑ boxeador, quizás pudo haber sido el mejor de todos los tiempos de tante molesto. no ser por que nunca corrió con “‑¿Entonces no hay… “Antes de que Max terminara la suerte, un golpe de él era capaz de frase Steve se levantó de su silla matar hasta a un elefante azul. y le atinó un puño en la cara tan rápido que no le dio tiempo de es‑ ‑No deberías ser tan duro Tom. quivarlo y que lo terminó dejando ‑Claro que lo debería ser –dijo en el suelo. Steve se volvió a sen‑ Tom‑ seré lo peor que pueda lle‑

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De AngĂŠlica Chavarro A continuaciĂłn encontrarĂĄn una breve muestra de del trabajo de AngĂŠlica Chava‑ rro junto con un conciso texto sobre dicha muestra. La SuperďŹ cie PictĂłrica

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La subjetividad y la fuerza interior que habitan en esta artista han orientado su particular manera de percibir y representar el mundo a travĂŠs de la pintura. Su ex‑ ploraciĂłn pictĂłrica, soportada en una rigurosa inves‑ tigaciĂłn sobre el color, ha devenido en un interesante valor gestual que, cargado de emociones y transforma‑ ciones, ha impreso en cada una de sus obras su condi‑ ciĂłn de unicidad e irrepetibilidad.

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Estas obras, compuestas por series de cua‑ dros agrupados a manera de polĂ­pticos expresan una fuerte condiciĂłn de tempo‑ ralidad mediante la particularidad de cada uno de ellos. Cada parte del todo es a la ves una unidad autĂłnoma, que por medio de marcas registra y representa una disposi‑ ciĂłn corporal y espiritual particular de la artista.

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Artes vi Las imĂĄgenes estĂĄn compuestas de ele‑ mentos generales pero esenciales en la pintura: lĂ­neas, manchas, colores, rasgos; multiplicidad de elementos que nacen de la percepciĂłn, la imaginaciĂłn y los pensa‑ mientos, y que se maniďŹ estan a travĂŠs de una exploraciĂłn constante del gesto dan‑ do paso a transformaciones constantes en la obra. Se desdibuja la forma para dejar paso a la expresiĂłn pura y al color, funda‑ mentales dentro de la propuesta.

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El lugar de exposición La artista pinta el espacio a partir de cuadros, parte de lo general a lo particular construyendo secuencias de pinturas que se integran en una composición espacial dando lugar a un ESPACIO VISUAL.

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Tradicionalmente el marco del cuadro es reconocido como contene‑ dor de la imagen pictĂłrica, este concepto es transgredido en el momento en que la obra se estructura a partir de la uniĂłn de pintu‑ ras; las composiciones a obtener son mĂşltiples, los cuadros poseen una identidad individual y paralelamente hablan del conjunto de la instalaciĂłn. Al prolongarse los cuadros irregularmente por el espa‑ cio, la pared entra a ser un elemento activo de la misma.


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Existe una bĂşsqueda evidente de la apropiaciĂłn del espacio arquitectĂłnico por parte de la pintura para integrarlo como elemento activo y constitutivo de la obra; los elementos espacio y pin‑ tura coexisten e interactĂşan consolidandoÂ ďŹ nalmen‑ te la INSTALACIĂ“N.

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De Vela Velasco A continuación podrán encontrar cinco foto‑ grafías compartidas por la jóven artista Vela Velasco.

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El Pantallazo o el instante en que un acto legal se vuelve legal. Por Catalina López

rrera y Cuando la cultura se vuelve ilegal de Pilar Ta‑ Esta 12 versión del Salón Regional de Artistas es el razona. resultado de una permanente autoevaluación del Ministerio de Cultura para promover un oficio de EL ESPEJO: Ni si, ni no, sino todo lo contra‑ construcción de región y país desde el oficio artís‑ rio. tico y la promoción de un más cálido acercamiento Con este ambiguo título los curadores Andrés Gai‑ y participación de y al público a lo largo y ancho tán y Claudia Salamanca decidieron explorar en el de nuestro país. Así, las propuestas curatoriales de terreno de lo que todos los días se confunde y dis‑ cada una de las regiones han sido el resultado de un torsiona y nos plantea una variedad de realidades. trabajo desde la investigación hasta la acción que lo‑ En sus palabras “la pregunta sobre “lo real” esta gra en lo que significa la historia del Salón, un even‑ siempre en duda, debido a que no podremos nunca to en permanente construcción y la consolidación asegurar cual es el mundo de “lo real” en una épo‑ del arte en un acto producto de la colectividad y la ca en que el internet, el photoshop, la digitalización participación. En esta versión del Salón el trabajo de permanente de las imágenes, las cirugías estéticas curaduría se consolida como pensamiento artístico entre otros, hacen que provoquemos un entrelaza‑ en coherencia con nuestra historia y las diferencias miento entre ficciones y realidades hasta tal punto entre regiones (las mismas que constituyen nuestra que bien podremos ingresar libremente en una u riqueza). En respuesta a una importante labor de otra sin realmente suponer un cambio drástico. Esto convocatoria en la zona centro, por parte del grupo equivaldría a acoger las tesis de Baudrillard cuando curatorial Las Vegas, formado por los artistas An‑ advierte que poco a poco el mundo va entrando en drés Gaitán1 y Claudia Salamanca2, bautizada como un plano donde la ilusión es el camino a seguir”. Así EL ESPEJO: ni si, ni no, sino todo lo contrario3; y lo describieron los curadores las líneas de trabajo Lo ilegal4 como una de las líneas de trabajo artístico, mi Político: Al entrar en escena el mundo digital, ve‑ trabajo El Pantallazo fue junto a Cómo robar un De mos cómo éste se torna en un perfecto escudo para Chirico de Andrés Felipe Castaño, De lo visible de demostrar que la imagen fotográfica puede ser una Gustavo Sanabria, Actividades ilegales en Colombia de mentira. Anteriormente la fotografía era prueba fe‑ Manuel Barón, Reproducción en curso de Sandra Ba‑ haciente de lo real, sin embargo poco a poco empe‑

INTRO

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Andrés Gaitán Tobar es artista de la Universidad Nacio‑ nal de Colombia, con una maestría en Artes Plásticas y Ciencias del Arte en la Universidad de París ver más en hTp://andresgaitan.templeofmessages.com/ 2 Artista visual con un trabajo en torno al video princi‑ palmente. La imagen como eje teórico ha sido el hilo con‑ ductor de sus estudios y propuestas. Para ver más sobre la artista, visitar hTp://laclau.templeofmessages.com/pa‑

ges/curriculumEsp.html 3 hTp://www.zonatorrida.templeofmessages.com/pages/ salonCentro.html 4 A pesar de que hemos sido educados por medio de ejer‑ cicios miméticos desde hace siglos, hay un punto en el que dicha mimesis traspasa el problema de lo legal. Pero, ¿cual es el límite entre aquello que se considera legal o ilegal? ¿Por qué, sabiendo que el original esta en desuso,

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zamos a entender que la pixelación de las imágenes puede fácilmente transformar la realidad para cons‑ truir otra muy distinta. La política ha sido un espa‑ cio que se ha prestado, desde las imágenes de Lino Lara hasta aquellas de La Monita Retrechera, para tejer mantos de duda sobre lo real. La Farándula: En este capítulo entraremos a revisar aspectos que conciernen el mundo de la aceptación y premiación clara de la simulación. Las cirugías estéticas se supo‑ nen que mejoran la imagen y busca que una persona se parezca a otra que seguramente sale en la televi‑ sión…, a su vez, la persona de la farándula ha entra‑ do al quirófano varias veces para reflejar un patrón que ha encontrado en otra. Vemos de esta manera, cómo alguien quiere parecerse a aquel que a su vez ha buscado parecerse a un modelo que encontró en otra parte y así sucesivamente empezamos a entrar

en un mundo donde se va desarrollando una reali‑ dad ficticia moderada por innumerables espejos. Ya no queremos ser nosotros mismos sino queremos ser otro que a su vez no es él mismo sino otro. Lo Ilegal: A pesar de que hemos sido educados por medio de ejercicios miméticos desde hace siglos, hay un pun‑ to en el que dicha mimesis traspasa el problema de lo legal. Pero, ¿cuál es el límite entre aquello que se considera legal o ilegal? Si hemos aprendido a par‑ tir de la apropiación del modelo, apropiación como práctica como también en el campo discursivo, don‑ de el original se asume en referencia, distanciamien‑ to y comparación, a tal punto que éste se disuelve, se olvida, y comparamos con la copia inmediatamente anterior, no en un esfuerzo de parecerse al paradig‑ ma, sino en un intento por presentar la copia como producto de un inmediato presente, vale entonces la pena preguntar el ¿por qué se mantiene la retórica del original?, ¿por qué, sabiendo que el original esta en desuso, éste se nos presenta como una presencia amenazadora mediante la distinción entre lo ilegal y lo legal?. Por último tenemos La Escala: En 1928 llegó a Bogotá el artista Roberto Pizano con 242 es‑ culturas, reproducciones en yeso, de originales del Imperio Egipcio y del Renacimiento. Se trataba de copias que se habían tomado de varios museos como el Louvre y el British Museum. Junto a estas copias, llegaron también 22 libros y 18 carpetas de grabados con reproducciones de Rembrandt, de Durero y de una gran cantidad de artistas europeos. Esta colec‑ ción no deja de ser un reflejo, es una copia perfecta de lo real, pero también es una copia perfecta del modelo que se ha difundido sobre la Historia del Arte que contiene a su vez otros lugares, otras expe‑ riencias, otras características geográficas. Ya no nos interesa quien hizo la copia, sino qué es lo que en ella se está reflejando”.

éste se nos presenta como una presencia amenazadora de la copia para tener acceso a lo excluyente. Este campo mediante la distinción entre lo ilegal y lo legal? ¿Qué es lo buscará proyectos que involucren las diversas formas en que seduce en la falsificación o en la compra de prendas, que asumimos lo ilegal dentro de nuestra cotidianidad. de documentos, de accesorios? Hay un claro beneficio económico, sin embargo pretendemos ahondar en otras “necesidades” que hacen que este “negocio” sea rentable. Corremos riesgos en el momento en que compramos o usamos lo ilegal, y a pesar de ello, entramos en ese mundo

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Revista CUI / mayo de 2008 El Pantallazo El nueve de abril de 1948 es una fecha hito en la historia de Bogotá y de Colombia. “Antes y después del nueve de abril”, es una frase que constituye una referencia histórica, aunque no tengamos documen‑ tos para probar o no la veracidad de la información, aunque terminen siendo conclusiones producto del imaginario de una ciudad en blanco y negro antes del nueve de abril, y a color después del nueve de abril; congelada en fotos, antes del nueve de abril, en movimiento después del nueve de abril; de clima si‑ milar al invierno europeo, antes del nueve de abril, y gradualmente calentana después del nueve de abril; con Jorge Eliécer Gaitán, antes del nueve de abril y con Edgardo Román después del nueve de abril5. Los libros y las clases de historia del colegio nos na‑ rraron y situaron en los acontecimientos locales, na‑ cionales e internacionales que permitían al grupo de alumnos de la clase, visualizar su propia historia en medio de la del mundo. Los libros revivían las ca‑ ras de los personajes de siglos pasados recurriendo a ilustradores de plumilla o a retratos de museo con las caras de próceres nacionales e internacionales. Era un lenguaje narrativo correspondiente al de un libro, bastaba con leer, memorizar las fechas, situar en el mapa y recurrir a cantar con música de Himno Nacional para que no se fuera de la memoria, hasta que algo cambió esa solitaria y aburrida tarea de no olvidar los hechos con el libro de historia como úni‑ ca herramienta. Los domingos por la noche empeza‑ ron a dar en televisión un espacio llamado Reviva‑ mos Nuestra Historia6, dirigido por Jorge Ali Triana, que recreó en cada uno de sus capítulos, los hechos históricos más importantes de Colombia con una ca‑ lidad tan impactante para la época, y un lenguaje narrativo tan importante para la historia de la tele‑ visión colombiana, como los acontecimientos nacio‑ 5

Se invitó a Le Corbusier para que realizara un plan pilo‑ to de Bogotá y su llegada coincidió con la fecha del asesi‑ nato de Jorge Eliécer Gaitán, lo que hace más significati‑ va su presencia para renovar una ciudad en buena parte asaltada e incendiada. Silva, Armando. Bogotá Imaginada. Taurus 2003. 6 Este seriado se ocupó de indagar en nuestro pasado his‑ tórico. Gracias a la acertada dirección de Jorge Alí Triana, al aporte de la Academia Colombiana de Historia, a un

Otr nales, que revivía en horario estelar domingo a do‑ mingo. En familia nos reuníamos a ver la historia de Bolívar, Nariño, La Pola, Manuela Beltrán, Manue‑ lita Sáenz y Camilo Torres. Las ilustraciones de los libros de historia y los largos textos descriptivos se volvían anacrónicos al compararlos con los persona‑ jes vivos, a color, que no necesitaban de trucos para quedarse en la memoria y recordar sus hazañas a la hora de responder el exámen. En el grupo de ami‑ gos de mi generación es bastante normal oír nom‑ brar a Manuelita Sáenz y visualizar a Maria Eugenia Dávila. El experimento lo hago cada vez que tengo oportunidad en diferentes círculos de personas que continúan viendo en cada personaje interpretado por Gustavo Angarita, un aire a Antonio Nariño. In‑ cluso me he encontrado con personas que llegaron a pensar que el actor colombiano Álvaro Ruiz había tenido una hija con Policarpo Salavarrieta y no con la actriz de quien no recuerdan el nombre. Todavía hay personas que creen que Bolívar se murió dos ve‑ ces cuando murió el actor Pedro Montoya, que reen‑ carnó en Robínson Díaz para protagonizar Bolívar Soy Yo, película también dirida por Jorge Alí Triana, cuya trama se basaba en la del actor Pedro Montoya, que en la vida real llegó a creerse Bolívar y en la cual un día la intérprete de Manuelita Sáenz, es decir, Maria Eugenia Dávila era la mamá del actor... Pero hay un caso que me llama más la atención to‑ car, y es el de Jorge Eliécer Gaitán: Para las tres ge‑ neraciones anteriores, es decir para los papás, abue‑ los y bisabuelos de los ochentas, hubo una serie en Revivamos Nuestra Historia, en la cual habían es‑ tado familiarizados con los cuerpos y caras de sus personajes históricos: El Bogotazo, que narró los acontecimientos en torno al 9 de abril de 1948 y revi‑ vió la muerte del caudillo “que nos hubiera salvado de esto” (es decir de la violencia que hasta hoy se vive

inmejorable elenco y a la excelente ambientación, Reviva‑ mos nuestra historia sería una de las propuestas más inte‑ resantes en la historia de la televisión colombiana. www. conexioncolombia.com/content/page.jsp?ID=5235 7 La segunda parte del siglo XX nace en nuestro país en 1948 con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, Según nues‑ tra investigación, 60% de los encuestados consideran este hecho como la gran herida de Bogotá, que sincrónicamen‑ te coincide con el período conocido como la Violencia y

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Revista CUI / mayo de 2008 en Colombia desde el 9 de abril de 1948).7 Para las generaciones anteriores, ver en pantalla a Edgardo Román, era como ver aparecer al ser más que ama‑ do, idolatrado, después de muerto (hasta la nieta del caudillo le ha dicho al actor en un par de encuentros, “chau abuelo”!) Edgardo Román es para muchos el Jorge Eliécer Gaitán que querrían tener vivo. Para otros como yo, Edgardo Román el actor a color y en movimiento por quien conocimos al Jorge Eliécer Gaitán que solo vimos en fotos quieto o muerto, en blanco y negro. “Proponer las distintas heridas que ha dejado la violen‑ cia en Bogotá como una cualidad que la simboliza nos permite relacionar acontecimientos de distinta índole que la retocan –como si se tratara de una obra de arte‑, que la repiten en cada magnicidio, que la comercializan en los noticieros de televisión y otros medios, que incluso la idealizan, como hacen algunos intelectuales que se han convertido en especialistas en el tema de la violencia.

Desde que empecé a ordenar mis conclusiones he querido montar la imagen de Edgardo Román en el billete de mil pesos8, pensé entonces que ampliaría el billete y reproduciría en una ilustración como de libro de historia la figura del actor, remplazando a la del caudillo en el billete, me dirigí a Auros a fo‑ tocopiar un billete de mil pesos, plan que se frustró

con el surgimiento de las bases sobre las cuales se sos‑ tendría el desarrollo urbanístico de la ciudad. Este drama también dejó profundas huellas en la creación cultural, la arquitectura, el arte, la literatura, el cine y los medios. Silva, Armando. Bogotá Imaginada. Taurus. 2003 8 El 17 de noviembre de 2006, salió a circulación el nuevo diseño de billetes de $1.000, con fecha de edición 1° de no‑ viembre de 2005. Estos billetes tienen el mismo diseño e idénticas características generales y dispositivos de segu‑

ridad que los de la edición anterior, fechada 3 de marzo de 2005, pero cambian la fecha de edición y el tamaño, el cual pasa de 70 X 140 a 65 X 130 mm. Edición Conmemo‑ rativa de Jorge Eliécer Gaitán Este importante personaje, cuya influencia en la vida nacional se ha prolongado des‑ pués de su muerte, rinde homenaje el Banco de la Repú‑ blica al hacer esta edición del billete de mil pesos que ya comienza a circular. Jorge Eliécer Gaitán, uno de los diri‑ gentes políticos colombianos de mayor influencia en el si‑

Esta ingrata condición de una ciudad que no para de llorar a sus muertos y de pensarse como hija de la barba‑ rie permanente la vemos en acción en varias estrategias con las que pretende romper el círculo de su tragedia. La Bogotá que quiere superar esta condición no puede hacer otra cosa que cambiar sus cualidades. Este es su desafío. El asesinato de Gaitán constituyó un sacrificio que no ha obtenido el perdón social. Ahora, si lo que el sacrificio fija en el rito es la esperanza, entonces él mismo apunta a establecer la posibilidad de canalizar la violencia”. Armando Silva

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Otras

cuando la señorita que me atendía me dijo “señorita, no es posible, fotocopiar un billete a color, es ilegal”. “El Pantallazo” tiene entonces tres acciones: 1.La intervención del billete de mil pesos su‑ plantando la imagen del caudillo por la del actor por ambas caras. 2.Su exposición de la cara a y b en una foto‑ copiadora a color en funcionamiento por lapsos en el espacio expositivo. 3.Seis probadores de billetes con el proceso de falsificación. 4.Una suplantación de la página descriptiva del nuevo billete de mil pesos del 1 de diciembre de 2007: hTp://www.elpantallazo.unlugar.com/

glo XX, tuvo una activa trayectoria como parlamentario y funcionario público, que se extendió casi sin interrupción entre 1924 y 1948. Su oratoria, vigorosa y seductora, y que se desplegó por igual en los tribunales y en el Congreso de la República, entusiasmó a los colombianos de los años treinta y cuarenta, y en particular a los miembros de los sectores populares de las grandes ciudades.

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En caso de querer contactar a alguno de los artistas que participaron en este número, encontrarán a continuación los correos electrónicos de todos ellos: Alejandro Estrada: alenin18@gmail.com

Cristian Soler: titixxx@hotmail.com

Ómar Ardila: oardimu@yahoo.com

Angélica Chavarro: pintura.espacio@gmail.com

Camilo Vivas: camilovivas@gmail.com

Vela Velasco: apagamelavela@hotmail.com

Zayrho de San Vicente: zanvicente@hotmail.com

Catalina López: cantalicia@hotmail.com

Raúl Alejandro Martínez: rau-mart@uniandes.edu.co

Muchas gracias por leer el fruto de nuestra labor. Esta revista tiene el objetivo de mostrar el trabajo artístico. Por favor, envíe lo que desee compartir (escrito, registro fotográfico, registro en video, sonido, etc.) de su creación, de sus proyectos, pues nosotros estaremos felices de poder compartirlo con la mayor cantidad de creadores que se atrevan a creen en nosotros. Contáctenos: revistacui@gmail.com

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