2 minute read

La Virgen de Valme visitará la Parroquia San Juan Pablo II, de Montequinto, con motivo del 50º aniversario de su coronación canónica

La Virgen de Valme presidirá entre el 5 y el 12 de febrero la segunda y última Santa Misión Evangelizadora prevista en el programa de actos con motivo del año jubilar por el 50º aniversario de su coronación canónica, y que tendrá como destino la Parroquia de San Juan Pablo II, de Montequinto. Será la primera vez en la historia que visite el núcleo de Quintos.

DOS HERMANAS.- Esta no será la única estampa para el recuerdo que dejará esta Misión. En concreto, durante los traslados de ida y regreso hasta el templo de Olivar de Quintos, la protectora de Dos Hermanas también pasará por vez primera por otros barrios nazarenos. En la jornada del domingo 5 de febrero, a partir de las siete de la mañana –hora prevista de la salida–, lo hará por La Moneda, Las Cruces y Las Infantas para desembocar a Entrenúcleos.

Tras atravesar esta nueva zona de expansión de la ciudad, el cortejo llegará a Montequinto y, más en concreto, a la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y San José de Calasanz, donde permanecerá unas horas. En la tarde de esa jornada, la imagen fernandina será trasladada desde dicho templo a la Parroquia de San Juan Pablo II, en la zona de Olivar de Quintos, donde estará hasta el domingo 12 de febrero. Para toda la semana, y con motivo de la estancia de la Virgen, hay preparado un amplio programa de actos y cultos con esa finalidad evangelizadora.

El día 12, tras el rezo de Laudes y del rosario guadalupano, a las ocho y media de la mañana, Nuestra Señora de Valme volverá a la Parroquia de Santa María Magdalena a través de la antigua carretera Dos Hermanas-Montequinto, pasando por la urbanización San Federico de Echaguy y, una vez ya en el núcleo principal, por el Cementerio Municipal ‘San Pedro’.

Todas las personas que lo deseen podrán portar las andas de la Virgen de Valme sin necesidad de inscripción o solicitud previa.

Más información en archisevilla.org

La realidad social y eclesial va configurando, como no podría ser de otra manera, a Cáritas. Somos, inevitablemente, hijos de una época, de un modelo de sociedad y de un modelo de Iglesia. Pero nuestra misión no es distinta, no ha cambiado nunca en los años de vida de la organización. Lo que sí cambian son los contextos en los que llevamos a cabo esa misión, la forma de concretarla, los lugares en los que debemos poner los acentos y los retos que debemos afrontar.

Vivimos en un momento de profundos cambios políticos, sociales, económicos y también eclesiales. Un momento en el que es necesario reflexionar sobre lo que somos y sobre lo que queremos ser, y que esta reflexión nos ayude empezar a proyectar un futuro que precisa, en palabras de san Juan Pablo II, de “una nueva imaginación de la caridad”. Es el momento de empezar a construir la Cáritas que el mundo necesita hoy.

El papa Francisco ha marcado un camino que ya venimos transitando y que es el de la sinodalidad, enten-

This article is from: