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Luces largas para nuevos caminos
Cáritas Española inició en su última asamblea un proceso de reflexión en torno al futuro, que ha denominado La Cáritas del siglo XXI.
diendo que la Iglesia es una comunidad que camina junta, donde las diferentes vocaciones se ponen en diálogo y en comunión, donde toda la comunidad participa en la tarea de discernir cuál es la voluntad de Dios aquí y ahora.
En ese marco de sinodalidad y de discernimiento situamos nuestra reflexión. Queremos que sea un proceso compartido entre los agentes de Cáritas y sus comunidades cristianas, los participantes de nuestras acciones y también con otras personas con las que trabajamos en red o con las que nos relacionamos de algún modo. Enmarcamos también este trabajo en la línea que marca el nuevo Plan Pastoral de nuestra Archidiócesis que quiere “ayudar a dar respuestas concretas a la realidad que vivimos y que necesita ser evangelizada de nuevo” y que propone, como acción concreta, dinamizar las Cáritas parroquiales y su coordinación arciprestal.
A las Cáritas parroquiales les hemos propuesto un ejercicio sencillo, con el que puedan analizar su realidad actual en torno a cuatro
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“Estamos ante un camino común, en el que nos animamos a poner las luces largas para descubrir los desafíos que tenemos por delante” bloques que conforman gran parte de su ser y hacer: voluntariado, animación de la comunidad, acción social y comunicación. A partir de ese análisis se les pide que identifiquen retos y hagan propuestas concretas. Este trabajo parroquial tendrá después su síntesis arciprestal y de vicaría que, junto a las aportaciones de los otros ámbitos de acción de nuestra Cáritas Diocesana, y de la Confederación de Cáritas Española, nos permitirán elaborar nuestra hoja de ruta para los próximos años.
Estamos ante un camino común, en el que nos animamos a no funcionar solo con luces cortas que nos dejan ver solo lo inmediato, sino a poner las luces largas para descubrir los desafíos que tenemos por delante, para identificar nuevos caminos que debemos empezar a transitar y para marcar nuevamente el horizonte hacia el que nos dirigimos: el Reino de Dios ya presente.
C Ritas Diocesana De Sevilla
– Bizum con el código 00415
Primera lectura Isaías 58, 7-10
Surgirá tu luz como la aurora
Esto dice el Señor: «Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, cubre a quien ves desnudo y no te desentiendas de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas; ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor.
Salmo responsorial Sal 111, 4-5. 6-7. 8a y 9
R/: El justo brilla en las tinieblas como una luz
Entonces clamarás al Señor, y te responderá; pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”.
Cuando alejes de ti la opresión, el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y sacies el alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como el mediodía».
Segunda lectura 1 Corintios 2, 1-5
Os anuncié el misterio de Cristo crucificado
Yo mismo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado.
- En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.
- Porque jamás vacilará. El recuerdo del justo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor.
- Su corazón está seguro, sin temor. Reparte limosna a los pobres; su caridad dura por siempre y alzará la frente con dignidad.
También yo me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».