revista literaria
aĂąo 2011. nĂşmero 2
la rara 1
revista literaria
año 2011. número 2
la rara
10 poetas argentinos:
Francisco Urondo-Juan GelmanJosé Viñals-Mauricio Perez RuzClara Vasco-Mara-Adrián Campillay-Rodrigo Galarza-Claudia Masín-Alicia Salinas-
10 poetas españoles:
Manuel Lombardo Duro-JPGLara Moreno-Paco LópezMercedes de la Casa-W. FocInma Luna-Jesús GázquezGracia Morales- Ana Toledano-
ar tículos: sobr e literatura ar gentina: Juan Cruz López, José Luis de la Cámara, Carlos Serrano, Pedro Villalón, Miguel Ángel Maya. Relatos: José Sánchez Sanz, Mario Sanz, F. Lefer, Domingo López. Cine: Ángel Cagigas. Palestina: Alejandro Fierro.
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Impreso en: Imprenta Bautista. Campohermoso. AlmerĂa
Šde los autores Depósito Legal:
Si quieres que te la mandemos a casa, ponte en contacto con nosotros: edicionesraro@yahoo.es 4
la rara2 volvemos a la carga. A pesar de no tener una continuidad determinada, seguimos aquí. Esta revista no se hace con subvenciones ni con publicidad, con lo que su salida depende de circunstancias favorables. “Si no hay viento, habrá que remar”. En este número hemos realizado un especial literatura argentina, con 10 poetas, unos tan reconocidos como Juan Gelman o Paco Urondo, otros desconocidos en nuestro país como Carina Maranesi o Adrián Campillay. Dentro de este monográfico sobre Argentina, encontraréis también artículos sobre autores como César Aira, Ricardo Piglia, Fogwill, Borges, o Cortázar. Pero hay más en estas páginas: relatos cortos, artículos de opinión, cine y literatura. Y más: una selección de 10 poetas españoles. Desde aquí seguimos animando a todos aquellos que quieran colaborar con nosotros y tengan algo que decir: edicionesraro@yahoo.es ilustración: Manuel Olivencia
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El ojo público A la espera Rakel RaRo En mi pueblo los cazadores llamaban ir de espera a ese momento entre la noche y el amanecer en que se apostaban en un rincón, en medio del campo y dejaban pasar las horas hasta que se daba el momento propicio para la caza. La espera. Si había buena suerte podían esperar una o dos horas; si las cosas se torcían, perdían la cuenta y permanecían allí, sigilosos. De alguna manera, en este mundo sobreinformado en el que vivimos, parece que estemos también de espera. Leemos y vemos tantas noticias sobre guerras y revoluciones que ocurren en otros lugares, que en esta vieja Europa todo se mira con expectación. Los que tienen algo que perder se aferran a sus pertenencias, sabiendo que, a pesar de todo, no perderán nada; los que han logrado mantener un mínimo de calidad de vida (un trabajo, una casa) observan con pavor el mundo que se avecina sin saber a qué carta jugar, paralizados por el peor de sus recursos: el miedo. Los que menos tienen, los que han llegado hasta aquí, sobreviviendo a duras Ilustracion: Encarna Morales
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penas y no tienen el mundo a sus pies, ni oportunidades que se les abran, afilan los dientes y abren los ojos, alerta ante lo que les puede pasar por encima, dispuestos a entregarse a una batalla en la que no perderán nada porque nada tienen que perder. Nos dicen que está desapareciendo la clase media, que sus hijos vivirán peor que sus padres. Nos dicen que nos indignemos, que protestemos, que salgamos a la calle. Nos dicen que los trabajadores no están unidos, que falta cohesión social. Y a fuerza de repetirlo la gente lo cree. A fuerza de repetirlo consiguen que te cabrees. Mucho. Y de repente aparece un movimiento como el denominado 15M, en el que grupos de jóvenes se organizan y salen a las calles. Y todos se extrañan. Se extrañan los políticos de uno u otro signo (qué importa), se extrañan los periodistas, se extrañan las organizaciones sindicales: ¿pero de dónde coño salieron? ¿quién cojones anda detrás?... demasiadas preguntas para una sola certeza: decepción. Y es que los medios de comunicación no están atentos. Viven en otro mundo. No se acercan a los barrios, no visitan las bibliotecas públicas, no están a pie de calle. Que es precisamente donde habitan estos
jóvenes que han ido aunando a otras personas, donde ya no importa tanto la edad sino la necesidad de unión. Porque la unión sigue haciendo la fuerza. Casi lo habíamos olvidado. Preocupados en conseguir una plaza funcionarial, en buscarnos la vida en trabajos temporales, o en casarnos, tener hijos o comprar una casa... ocupados en nuestras vidas personales. Habíamos olvidado que una cosa no está reñida con la otra, que el espacio común, hay que currárselo, que la participación ciudadana, como las discusiones en una amistad, son más que saludables, necesarias. Y que, luego, cada cual haga su elección personal. Esa sí, personal e intransferible, porque lo que vale para uno no vale para todos. Hacía tiempo que no se veía tanta vida en las plazas de algunas ciudades. Asambleas, manifiestos, una cultura libertaria que pervive en la sociedad, en esa parte de la sociedad que sigue creyendo que el individuo sólo será libre a través de la educación, una educación crítica y comprometida. Nadie sabe cómo acabará esto. Por supuesto. Están demasiado ocupados en ir haciendo camino. Cada uno se mantiene a la espera hasta el momento adecuado. 7
conceder a cada título su lugar: un sitio y sólo uno. Los libros, como son muchos, deben acomodarse de canto, y no abusar mostrándose de frente y en grandes montones, ni usurpando para sí solos todo el escaparate. No obstante su querencia por lo viejo, el lector inactual también se deja tentar, a veces, por la novedad. ¡Y por qué no! El mismo mercado que está acabando con los libros sigue, sin embargo, produciéndolos; y hasta está produciendo libros bellos, magníficamente confeccionados, e incluso a buenísimo precio; a la par que produce, eso sí, frutos desabridos, engendros aborrecibles por su fealdad, por la tosquedad de su factura o por su inanidad. Al lector inactual le ha tentado ahora una novedad. Se trata de un libro de memorias. Es un lector aficionado a la historia, a las memorias, a las confesiones, a los autorretratos. Las memorias, en este caso, son las de un director de cine, francés, autor de películas documentales. El lector inactual, que es también algo cinéfilo, siente un gran respeto por las películas de este director francés, así que tiene un doble interés en conocer cómo cuenta por escrito su vida alguien que, de manera
El lector inactual José Sánchez Sanz -1 El lector inactual prefiere los libros viejos. Tiene la querencia de lo añejo. Siente apego a los clásicos. El lector inactual sabe que el trato con el papel viejo lo expone a los efectos nocivos del polvo que comportan las antiguallas. Pero tiene la convicción de que, a cambio de ese riesgo, la capa polvorienta, como si fuera un filtro, lo protege del miasma aparentemente inocuo de lo nuevo, de lo que se vende como nuevo. El lector inactual frecuenta las librerías. Lo hace por necesidad, por la necesidad que el vicio impone al vicioso. Naturalmente, tiene predilección por las librerías de viejo, cuando las hay. Y, si no las hay, acude a las otras, a las librerías de nuevo; pero a las de verdad. El lector inactual distingue entre librerías y tiendas de libros. En la librería de verdad los libros nuevos encuentran acomodo sin expulsar a los que llegaron antes que ellos. En una librería de verdad se respeta el sano principio de 8
lector inactual comprueba, espantado, que también el editor francés ha guillotinado a su autor. Abyecta perversión esta, que está cada día más extendida y que se comete incluso con libros cuyo precio justificaría un trato menos miserable. ¡Maldición a quienes tal hacen! Al lector inactual, que en sus ocios y en su amor a los libros es también encuadernador aficionado, le parece que un libro sin cuadernillos no merece entrar en su biblioteca; y renuncia a la novedad. Que una biblioteca no se forma acumulando libros sino eligiéndolos. -2 Libros no han de faltar. Aquí hay otro caso digno de atención para el lector inactual. Se trata también de un libro de memorias. Tiene como título El eco de los pasos, y su autor es Juan García Oliver. Es y no es una novedad: un libro que había publicado la editorial Ruedo Ibérico en 1978 y que vuelve a salir a la calle. Lo curioso de este caso es que han aparecido, casi simultáneamente, dos ediciones distintas, una mejor y otra peor. Al menos, al lector inactual le parece mejor la que reproduce la edición aquella de Ruedo Ibérico. Es éste
extraordinaria, supo plasmar las vidas de otros con imágenes cinematográficas. En España, y en español, este libro ha sido publicado por una editorial prestigiosa en una colección con solera; el papel es bueno, la letra es de tamaño razonable. Pero el pobre libro tiene un gravísimo defecto: su lomo ha sido guillotinado; las hojas sueltas se sujetan con un simple encolado, en vez de agruparse formando los cuadernillos que darían al libro su configuración propia, y que permitirían, llegado el caso, darle una encuadernación más sólida. En el libro guillotinado, el lomo simplemente encolado se acabará corrompiendo y las hojas quedarán sueltas. En cualquier caso, un libro así no se puede abrir debidamente para hacer cómoda la lectura. El lector inactual, de todas formas, no suele leer los libros traducidos si puede leerlos en su lengua originaria. No es fácil encontrar en España libros en lenguas extranjeras, pero encuentra este en Barcelona. Las memorias del director de cine francés han sido publicadas en una editorial y en una colección aún más prestigiosas que las de la edición española. Con todo, el 9
un libro con empaque; al texto de las memorias propiamente dichas se le han agregado varios textos introductorios, algunas fotografías y un índice de nombres muy detallado, cosa muy conveniente en una obra de este tipo. Suman XXXVIII + 650 páginas bien encuadernadas, cosidas y cubiertas con una tapa dura y sobrecubierta (recia pero de diseño poco elegante). La otra edición, en cambio, no está encuadernada sino encolada a la rústica, y no incluye las fotografías; además, es más cara. Unas memorias no se escriben sólo por la vanidad de dejar testimonio del paso de su autor por el mundo; casi siempre hay una intención que va más allá de eso. Juan García Oliver que fue un destacado militante anarcosindicalista, compuso las suyas bastante tarde, probablemente a instancias de correligionarios suyos, con la intención de dar su interpretación de hechos controvertidos; en particular los que se refieren a la actuación de la CNT en la guerra civil y a la participación de sus militantes en el gobierno. García Oliver discute las interpreta-
ilustración: Sonia Hidalgo
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militantes con casi todos los otros dirigentes anarquistas, como Buenaventura Durruti, o con Federica Montseny. García Oliver sobrevivió a la guerra y murió en el exilio en 1980.
ciones que de estos hechos han dado otros historiadores del anarquismo español. Esta vertiente polemista y doctrinal puede que sea la principal aportación para los interesados en el tema; aunque también es probable que resulte la menos atractiva para el lector común. El lector común encontrará más gusto, seguramente, en las páginas narrativas del libro. García Oliver sigue en El eco de los pasos las etapas de su formación como dirigente sindical, incluyendo algunos periodos de encierro carcelario; da cuenta también de diversos episodios de la lucha obrera de los infelices años veinte y treinta, y no faltan algunos sorprendentes ejemplos de su forma menos noble, la de los atentados y las acciones sucias de los pistoleros; los de los patronos y los del sindicato. Con la rebelión militar de julio de 1936, García Oliver asume en Barcelona un protagonismo militar y organizativo en la resistencia contra los sublevados que le propiciará cierta notoriedad, hasta el punto de que se le nombra ministro de Justicia en un gobierno de Largo Caballero. García Oliver no desaprovecha ocasión de manifestar sus divergencias en aspectos militares y
(José Sánchez Sanz, Madrid, 1959. Licenciado en Filología Clásica en la Universidad de Salamanca y en Filología Alemana e Historia por la Universidad de Valladolid) 11
Soy algo parecido a un monofisista literario. Llamadme talibán. Al lío. De César Aira (Coronel Pringles, 1949) sólo he leído dos libros: Cómo me hice monja (1993) y Cumpleaños (2000). Teniendo en cuenta que ha escrito más de treinta libros, se puede decir que he leído bastante poco de él. No obstante, me atrevo a hincarle el diente al pastel. Para mí, llegar a César Aira fue fácil. Caminé hacia él a través de un puente ancho y asfaltado llamado Roberto. El apellido, mis ilustrisimos lectores, ya sabéis cuál es. Decirlo hoy en día, escribirlo, cuando su figura se extiende como una mancha de petróleo por los mares del mercado, me da un poco de risa. Recuerdo perfectamente que cuando leí Cómo me hice monja pensé que a partir de entonces entendería Argentina un poco mejor. Es lo que me pasa con algunos autores. Autores cuyos libros parecieran componerse de retratos emocionales que nos permitiesen, a nosotros los lectores, desplegar una cartografía sentimental a través de la cual, y aun de forma aproximativa, llegar al
A propósito de César Aira Juan Cruz López Rakel dice que este número toca literatura argentina. Me quedo callado. Inmediatamente pienso en Borges, en Cortázar, y me digo que no. Me digo: no, no y no. Es imposible escribir sobre ellos. Tabú. Objeto sagrado. Tótem. No pongas tus sucias zarpas en el nombre de Yavhé. Cortázar y Borges van cogiditos de la mano hacia el abismo de la eternidad (me refiero a la eternidad inmediata). Pienso en otros. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete... Y ocho nombres. Sí, me quedo con el octavo. Es César Aira. Supongo que lo conoceréis. Lo primero que me viene a la cabeza es lo fácil que resulta escribir sobre Aira un minuto después de barruntar la idea de balbucear algo a propósito de Borges o Cortázar. César Aira y la literatura argentina. Escribiré estrictamente sobre el primero. Lo segundo, eso de la literatura argentina, no sé lo que es, no tengo ni idea. A decir verdad, sólo creo en la literatura a secas. 12
Una noche, en una taberna, tuvo una querella a propósito de una mujer, con unos brabucones que quizá eran provocadores profesionales, y no pudo evitar un duelo, pactado para el amanecer. Fue a su cuarto y esperó la hora escribiendo febrilmente, de modo de dejar registro de sus revolucionarios descubrimientos matemáticos. Con la primera luz acudió al campo de honor y lo mataron. Su obra había sido escrita en una noche, y es una obra de gran peso, fundadora de la matemática moderna. Es una historia triste, pero con un final hasta cierto punto feliz, porque pudo dejar el testimonio de su genio, y no vivió en vano. Pudo hacerlo en unas pocas horas, en unas pocas páginas. Un novelista en las mismas circunstancias no habría podido. Él pudo porque se trataba de matemáticas, y porque las matemáticas tienen una notación adecuada. En esto último creo que está la “Una historia que me hace pensar: la muerte de clave. Yo he pasado muchos años inútiles, toda Évariste Galois, a los veintiún años, en 1892. mi juventud, buscando la notación de la litera-
fondo de las cosas que pasan en el lugar. Podría ser una especie de literatura etnográfica, muy alejada a su vez del naturalismo europeo. En Cumpleaños, sin embargo, nos enfrentamos a un ejercicio de literatura sin historia. Tenemos en este pequeño libro una obra cuya argumentalidad pivota sobre un eje muy alejado de la fabulación: el de la memoria. Cumpleaños se me antoja un libro exquisito, breve, certero, sin párrafos de adorno ni florituras estructurales. Es uno de esos libros contenidos y bien cerrados desde la primera página. Una obra que se levanta sobre el deber de callar. Además, Cumpleaños es un libro que guarda lo que a mí siempre me ha parecido un tesorillo de los moros, sí, una pequeña historia de las que emocionan, y que jamás, jamás de los jamases, podré olvidar. Os dejo con ella. Espero que os guste tanto como a mí.
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tura; dicho de otro modo, he empleado mi vana supervivencia en soñar el instante de mi muerte anticipada”. Sí, lo sé, os ha gustado. Muchas gracias.
(Juan Cruz López, Jaén, 1979. En 2008 ganó el premio Andalucía Joven de Narrativa, gracias al cual publicó 50 pasos para dar el salto... (Berenice). Al año siguiente ganó con la colección de relatos Cuento y aparte el premio para narradores jóvenes del Instituto de la Juventud de España). 14
ilustración de María Torres
que tienen los muertos que no deberían estarlo, los muertos indebidos, que con el tiempo terminan salpicando; conciencias y uniformes. Y como a París llegaron en precario, con la misma precariedad con la que habían conseguido a duras penas huir del milico o de la miseria, material o espiritual, que París no fuese una fiesta no les causaba mayor angustia; tiempos vendrían en que a los perros los atasen con longanizas. Atrás se quedaron las milongas , los tangos y la samba de mi esperanza, banda sonora de todas las horas muertas pasadas planeando revoluciones en viejos cafés del viejo Buenos Aires y deconstruyendo la dialéctica de las armas. Material para el sicoanálisis, soldadito boliviano. Y de escribir tu nombre por las paredes de mi ciudad, libertad, pasaron a leer y a hacer suyas aquellas soflamas que adornaban los muros de Motparnasse: la libertad, mañana; prohibido prohibir; debajo de los adoquines está la playa. Allí, en las calles parisinas, por Monmartre y por el bulevar St. Michel, arrastraron durante décadas su nostalgia
París no era una fiesta. José Luis de la Cámara (A Marta Ratti, que no necesitó estar allí para aprender a desmitificar el arte)
Por lo menos no lo era para ese ejército de artistas e intelectuales de triste figura, náufragos menesterosos, que se habían atravesado todos los charcos salados del planeta para alcanzar la inmortalidad y una vez conseguida morir en París cualquier martes de aguacero. Muchos de ellos llegaron en estampida, huyendo de los milicos estirados de bigote franquista y cara de asceta que por arte de magia hacían desaparecer, en aquel hemisferio tan lejano, seres y enseres mientras contritos se arrodillaban ante las sotanas cómplices para recibir la sagrada hostia y darse golpecitos en el pecho: mea culpa, mea culpa, para acto seguido y una vez acabada la misa, la oración una vez fecha que decía el poema de Mio Cid, ordenar que a todos esos pendejos, terroristas o artistas me los fusile usted, oiga y me los haga desaparecer no vaya a ser que terminen salpicando. Es lo 15
de novela; hubo quien se encasilló en su papel de marginal crónico de la contemplación, viviendo de los sablazos y las cuchilladas por la espalda, metafóricas por supuesto; los plagios y las maledicencias sobre la obra del vecino de piso era el pan nuestro de cada día. Otros en cambio se hermanaron con el resto de infortunados y muchas de esas relaciones duran y perdurarán para siempre. Tiempos divertidos aquellos si no hubiese sido por el hambre del día a día que obligaba a tener la mente siempre atenta, husmeando donde había un convite, una entrega de premios o una cachupinada con empanadillas calientes y vino peleón con que engañar a las tripas. Era divertido y además había tanto talento concentrado en tan poco espacio que la sinergia que producía París provocaba que cada artista pareciese mejor; no eran tiempos para enamorarse de un cronopio, había que falsearse, venderse, buscarse un futuro; mucho trajín y nada que comer. La conciencia se empezó a esconder antes que la sombra, pero allí estaban ellos, guayasamines, guantanameranos, gauchos, guaranies, boliva-
porteña, carioca, andina, caribeña, azteca… deambulando con su paquete de Gitanes en el bolsillo y la bagette bajo el sobaco, las dos aportaciones francesas a la intelectualidad planetaria. Así, con gesto sorprendido e incrédulo no podían entender que su talento de artistas no fuese lo suficientemente apreciado como para poder comer caliente por lo menos dos veces al día. Junto a ellos y sin una diferencia clara en el atuendo entre ambos grupos, caminaban los dioses del Olimpo de las artes y las letras divididos en cronopios y famas, según el tipo de generosidad que practicasen; los unos siempre estaban dispuestos a darte una palmadita en la espalda para elevar el ánimo y a la vez pagarte un plato de sopa caliente para desentumecer el talento. Los otros eran generosos para consigo mismos, se palmeaban su propia espalda con tanta facilidad y soltura como conseguían esos puestos de trabajo tan suculentos en los despachos ministeriales y redacciones de periódicos y revistas culturales. Con el tiempo las actitudes y comportamientos se fueron enquistando forjando unos caracteres de personaje 16
cosexual; si el ocasional cliente era de eyaculación rápida no había problema, si se demoraba algo más de lo que Él consideraba tiempo suficiente para un polvo digno, el nerviosismo se le empezaba a notar y como el cliente fuese de esos remolones intelectuales que además de alivio físico necesitan para descargar la conciencia recabar información acerca de la vida de la puta, saber si tuvo una infancia feliz, si su padrastro la maltrataba, si estaría dispuesta a dejar la calle... los nervios en ese caso lo llevaban por la calle de la amargura; miraba una y otra vez su reloj de pulsera, lo daba cuerda, se lo acercaba al oído para ver si aún latía y luego con sus interminables y huesudos dedos buscaba en el bolsillo del pantalón su reloj de leontina y repetía la operación, desesperado por imaginarse que su puta de cabecera, la erudita sentimental, le estaba engañando con otro. La atención prestada, la intensidad y duración de esa atención es lo que marca la infidelidad. En aquellas reuniones, entre copa y copa se iba forjando una leyenda. Ese espejismo semanal, servía para que tanto paseante artista sin oficio creyese en si
rianos, andinos, del altiplano... personajes quevedianos en busca de autor, todos enfermos de melancolía. Y se corrió la voz de que Él, el buscador de cucarachas en la comida, el hombre de los dos relojes, el domador de palabras que escribía tratados sobre cómo dar cuerda a un reloj o a una alcachofa, el que daba instrucciones para subir escaleras al revés, y decía cómo había que llorar, Él, invitaba una noche por semana a comida caliente y conversación inteligente en el Trottoirs de Buenos aires parisino, que así se llamaba el bartango donde aplacaba su nostalgia. Alto, cejijunto, siempre joven, andaba en esa época con el corazón muy tocado por una prostituta que trabajaba su oficio encima del local donde convidaba; en palabras de Él, ella era puta pero antes que eso era una erudita sentimental, y lo decía recalcando la diferencia que había entre ella y los fascistas sentimentales. Erudición versus fascismo. Solía sentarse en la mesa de forma que desde su posición pudiese controlar quién subía a visitar a la puta y cuánto tiempo empleaba en esa transacción económi17
pero no olvidé esas veredas mismo, con la certeza de no ser un excluido y que el pero no olvidé esas veredas. viaje desde el nuevo mundo a la vieja Europa no había Aquí o allá las siento en los tamangos sido en vano, y que solamente era cuestión de tiempo como la fiel caricia de mi tierra. que su talento se reconociese planetariamente. Eran ¡¡Cuánto andaré por ahí hasta que pueda cenas que dejaban el ánimo más alto que la torre Eiffel; volver a verlas!! a eso ayudaba mucho el alcohol, claro, que hacía que cada noche de esas se cerrase en peregrinación hasta el domicilio de Él, a duras penas manteniendo el equili- Invariablemente en ese lento descenso a la resaca, alguno de los que componían la comitiva alzaba la voz brio y entonando aquel tango que decía: para que los parisinos se enterasen a esas horas nocturnas de que por allí andaba de ronda una representación “De pibes la llamamos vereda genuina del arte de los pobres, y componiendo la figuy a ella le gustó que la quisiéramos. ra, un tanto maltrecha por el alcohol, gritaba: “¡¡no diga En su lomo sufrido dibujamos Kempes, diga gol!!” tantas rayuelas. Y ahí se terminaba la euforia y volvía la pena y la nosDespués, ya más compadres, talgia, a duras penas se le subía a Él hasta la mismita taconeando, cama, con esfuerzo por lo inmenso de su tamaño se le dimos vuelta manzana con la barra desnudaba y allí se le dejaba arropadito con la frazada silbando fuerte para que la rubia soñando que alcanzaba el sonido tantas veces persedel almacén saliera con sus lindas guido del saxo de Charly Parker. trenzas a la ventana. Sin Él en el grupo, la cosa decaía mucho y el camino de A mí me tocó un día irme muy lejos 18
vuelta a la realidad se hacía en silencio y con la memoria haciendo el viaje inverso, de acá para allá, viaje largo largo, con punto de llegada, la niñez. Paseando a lo largo del Sena, de vuelta a casa y a los fantasmas de cada uno, con las estrellas como techo, la realidad apenas podía ser engañada por el alcohol y así se iba despidiendo y deshaciendo el grupo, lamentando que faltase tanto para el próximo encuentro. Y golpeando el corazón los ecos aquellos del caminito que entonces estaba bordado de trébol y juncos en flor.
(Jose Luis de la Cámara, Burgos, 1958. Ha publicado catálogos de pintores: Últimas liturgias; Éxodos; El rojo de la memoria y La Metafísica de los tiempos que corren)
Foto: RaRo
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escrito. Aseveración discutible, al menos en lo referente a la literatura, ya que además de estar escrito, suele estar impreso. Comprendo pues el lamento bonaerense; pero más como un temor hacia el desconocimiento de su riqueza literaria que como un reproche a la irreprochable obra e influencia de Borges. Pese a aquellos que consideran europeo su legado y a aquellos otros que son incapaces de separar su obra literaria de su comportamiento y sus veleidades. En esa abundancia literaria hay autores como Leopoldo Lugones, Osvaldo Soriano, Tomás Eloy Martínez, Ernesto Sábato, Antonio Di Benedetto, Juan José Saer o Adolfo Bioy Casares, que al margen de su obra probablemente más conocida y difundida La invención de Morel y de su amistad con Borges, confirma la tradición y buen hacer de los escritores argentinos en un género literario a menudo no valorado como es el cuento. Género que cultivaron, cómo no, tanto el europeo Borges como el parisién Cortázar. Ahora me cuentan y leo sobre Ricardo Piglia, reciente-
Además de Borges Carlos Serrano Gusta contar al poeta y escritor granadino, Luis García Montero, de sus viajes a la Argentina. Y en particular, de cómo los bonaerenses se quejan cada vez que les mentan a Jorge Luis Borges y de cómo él se siente encantado cada vez que éstos le mencionan a sus compatriotas y poetas Antonio Machado y Federico García Lorca. Entienden los argentinos que su literatura va más allá de Borges. Y es cierto. Aunque en el fondo de esa animadversión a un escritor inigualable, como fue y es Borges, más que la defensa de la literatura argentina se atisba el rechazo a un escritor que para muchos argentinos era demasiado europeo. Algo nada extraño, porque otros muchos consideran allá a Cortázar un escritor parisién. Y sin embargo, ambos son tan argentinos como el Martín Fierro, y comparten con este poema un lugar predominante en la literatura argentina. Agrade o no a algunos de sus compatriotas, y a pesar de esa creencia general y asumida de que sobre gustos nada hay 20
desaparecidos. Un pasado en el mente galardonado en España con el que habita como referencia obligaPremio de la Crítica por su novela da y recomendable Rodolfo Walsh, Blanco nocturno, como referente de la denominado por algunos el antiliteratura argentina; pero no puedo Borges. opinar, porque en mi debe anoto la Había leído algún cuento suelto de lectura de alguna de sus obras. Al que Rodolfo Walsh y alguna alusión a añado al argentino afincado en él de otros autores como el colomEspaña, Andrés Neuman, que bien biano Gabriel García Márquez, puede encabezar una nueva generapero hasta hace unos meses, mayo ción de autores argentinos, la última de 2010, no supe de la publicación del siglo XX o la primera del XXI. de sus Cuentos completos en El tiempo dirá. No es mi intención vaticinar el futuro de la literatura argentiEspaña. Nada raro, ya que la editona o reseñar a los jóvenes escritores rial Veintisiete letras, responsable que sin duda serán los protagonistas de esa edición, la había publicado foto:RaRo de ese tiempo venidero. Porque predos meses antes, en marzo de 2010. sente y pasado ofrecen hoy calidad e Adquirí el volumen. Y descubrí a interés literario, además de vivencias personales que un autor, que salvando las distancias y cruzando el superan a la ficción, por el horror, la represión y la charco, me evoca el compromiso social y literario de indignidad aplicados por las sucesivas juntas militares Leonardo Sciascia; el Italo Calvino de La jornada de un que gobernaron Argentina y la convirtieron en tierra de interventor electoral e incluso a Andrea Camilleri y a su 21
su calle, porque su vecino era Juan Gelman. Lean a Gelman y lo entenderán. Disfruten de sus versos, profusamente publicados por Visor. Y si su curiosidad va más allá de la literatura, pregunten sobre su historia personal. Después, busquen la mirada serena del poeta; respiren profundamente y compartan la dignidad. Oigan el sonido de las palabras, descubran cómo perdura frente al de las botas que golpeaban el piso en aquella Argentina de mediados de los 70, y convénzanse de que ni las vivencias, ni la literatura argentinas nos son ajenas. Y que por supuesto, existen unas letras argentinas más allá de Borges.
comisario Montalbano. Y más cercano en nuestra geografía, al añorado Manuel Vázquez Montalbán. Intuyo que hay muchos lectores que desconocen la obra de Rodolfo Walsh, o que como yo sólo habían podido disfrutar de algunos de sus relatos o conocían de oídas su Operación masacre. Por ello la edición de Cuentos completos es una oportunidad única para acercarse a la figura literaria y personal de este militante montonero, que reflejó la realidad social y política de Argentina y que como tantos otros se convirtió en un “desaparecido” de aquella dictadura militar, a cuyos responsables remitió su célebre misiva “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”, fechada el día anterior a su desaparición. Y por último, permítanme una segunda recomendación, sumamente especial, la dignidad humana y literaria del poeta Juan Gelman. Otro autor argentino que probablemente tampoco recibirá el Nobel, pese a sonar su nombre entre los candidatos al premio. El poeta mejicano José Emilio Pacheco, tras ser galardonado con el Premio Cervantes, afirmó que él no era el mejor poeta de Méjico, ni siquiera el de su barrio o el de
(Carlos Serrano, Madrid 1965, es periodista y escritor) 22
notablemente, pero siguieron siendo numerosos. Por más que se construyesen faros, por más que los ingenieros navales se esforzasen en mejorar las embarcaciones y que los armadores intentasen retar al mar, poniendo a sus barcos nombres prepotentes, no había manera de escapar de la dureza de los elementos. Así fueron cayendo cientos de barcos, algunos con nombres como “Triunfo” o “Vencedor”, que fueron tan vencidos como los que llevaban nombres de santos o vírgenes, en su lucha con el mar. De las tres rutas posibles: Estrecho de Magallanes, Canal Beagle y Cabo de Hornos, la más literaria es la más cercana al polo; la que pasa por la isla de Los Estados y el Cabo de Hornos. Siguiendo la ruta más al Sur del continente americano, al llegar al Cabo San Diego, donde se inauguró un faro en diciembre de 1934, se entra en el estrecho de Le Maire, que deja al Este la isla de Los Estados, con sus tres faros. El faro más antiguo de la isla de Los Estados, y de toda Argentina, es el faro de San Juan de Salvamento, inaugurado el 25 de mayo de 1884. Aunque está declarado
“Destellos” (Fragmentos de un libro inédito) 2 Los faros del fin del mundo Mario Sanz Cruz …no sé que busca un hombre frente a un faro, pero algo en su esperanza, en su rito monótono, me inspira gratitud. (Andrés Neuman)
Muchos son los puntos negros para la navegación en nuestro mundo lleno de agua, pero, hasta la inauguración del Canal de Panamá, el 15 de agosto de 1914, la zona de Tierra de Fuego, Cabo de Hornos y proximidades, ha sido uno de los mayores cementerios de navegantes que se ha conocido. Antes del Canal de Panamá, el largo y peligroso recorrido por el Cono Sur americano era indispensable, para cualquier buque que tuviese que ir del Atlántico al Pacífico o viceversa. La enorme afluencia de navíos y la peligrosidad del mar en estas latitudes, cercanas al círculo polar antártico, se han cobrado las vidas de miles de marinos. Después de la inauguración del Canal, los naufragios descendieron 23
como monumento histórico, quedó fuera de servicio y fue relevado por el faro de Año Nuevo, en 1902. El genial y clarividente escritor, Julio Verne, se inspiró en las soledades de esta isla de Los Estados y su faro de San Juan de Salvamento, para escribir su novela El faro del Fin del Mundo. En ella narra las aventuras de los tres torreros del faro, llamados Vázquez, Felipe y Moriz; que tienen que enfrentarse, en la desamparada isla, a la banda de Kongre, un grupo de saqueadores de embarcaciones naufragadas, compuesto por doce hombres sin escrúpulos. Julio Verne describe magistralmente la inauguración del faro, el funcionamiento de sus equipos, el paisaje de la isla, las relaciones humanas entre los protagonistas y la lucha por la supervivencia en uno de los lugares más perdidos y climatológicamente extremos del mundo. Que todo era fruto de la imaginación de Verne, lo comprobamos al ver, en directo, el faro de San Juan de Salvamento, que no se parece en nada al típico faro que describe el escritor en su obra. Como homenaje a esta novela y
Ilustración de María Torres
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mar desde el peñón donde se alza el faro del Fin del Mundo. La soledad de estas aguas incita a los navegantes a inventar historias de amor, su dureza, a terminarlas de forma dramática. Dejando atrás la isla de Los Estados, los barcos que siguen la ruta más meridional hacia el Pacífico, pasan entre el faro de Cabo de Hornos, al Sur de la isla, y las islas Diego Ramírez. El Cabo de Hornos es otro punto mítico en el que han naufragado infinidad de buques y han dejado su vida cientos de buenos marinos. Pero ya hemos tenido bastantes dramas y, para variar, vamos a contar una historia con final feliz: Un navegante solitario, a bordo de un yate francés, se desvió hacia el Norte de su ruta, durante la noche, y en vez de sortear el temido Cabo de Hornos, chocó contra unas rocas cercanas. El yate se destrozó, pero él logró llegar nadando a la costa, sin heridas de importancia. Vio un destello de luz y se dirigió hacia él, pensando que era su salvación, pues se trataba del faro de Cabo de Hornos. Trepó por un escarpado acantilado y llegó al pie del faro, pero, gran desilusión, el faro es automático y no hay personal ni viviendas
a su autor, en 1998, un grupo de franceses reconstruyó este faro y lo hizo funcionar con energía solar. Desde 1926, hay un tercer faro en la isla, el faro de Le Maire, que señala la entrada al estrecho del mismo nombre. Pero Julio Verne no es el único que ha imaginado historias sucedidas en la isla de Los Estados. Sobre esta isla hay una leyenda, “La historia de Mila”, que se ha contado durante años, entre los marinos que navegaron por el Sur del continente americano. Según se cuenta, el barco en el que la joven Mila viajaba, con su marido, naufragó en las agitadas aguas que rodean la isla de Los Estados. Sólo se salvaron ella y dos tripulantes, que lograron llegar en un bote hasta la isla. Allí fueron socorridos por los militares, únicos habitantes del lugar. Entre ellos se encontraba un hombre de Buenos Aires, que había sido invitado por el jefe del pequeño destacamento del ejército argentino. La bella Mila vivió un apasionado romance con el porteño, en aquellos impresionantes paisajes; que terminó en tragedia cuando la mujer supo que, su enamorado, había asesinado a uno de los dos jóvenes que se habían salvado del naufragio, junto a ella. Mila, desesperada, se tiró al 25
Ilustración de Encarna Morales
a su alrededor. Desesperado y al borde de la hipotermia, divisó una pequeña luz en la distancia y se encaminó hacia ella. Después de caminar largo rato, logró llegar a la casa que tenía luz. Llamó a la puerta y escuchó cómo dentro se organizaba un buen revuelo, rumores de voces y ruidos metálicos. La casa resultó ser una pequeña guarnición que las autoridades chilenas habían destacado cerca del faro de Cabo de Hornos. Los infantes de marina, sorprendidos por la inesperada visita, tomaron sus armas y se dispusieron a defenderse; pero al observar que el que había llamado a la puerta no era ningún ejército enemigo, sino un simple náufrago medio muerto de frío, le hicieron entrar, le dieron ropa de abrigo y una buena taza de café caliente. Aunque parezca difícil imaginarlo, también puede haber un final feliz para un naufragio en un sitio tan desolado.
(Mario Sanz es farero y tiene inédito un libro sobre faros. Actualmente trabaja en el faro de Mesa Roldán en Carboneras) 26
Cenizas escogidas. Rodrigo García. Editorial La uña obras, ya que los Gestores Culturales de tu provincia prefieren incluir otros platos en el menú, ahora puedes rota. 508 páginas. 24 euros. tú también tener tu opinión, y hasta veintidós opiniones, que es el número de textos que se reúnen en este libro. Pero, la verdad, la razón de hablar aquí de él no es la fama del autor o su importancia en el mundillo, la razón es que este tipo escribe cojonudamente, en mi opinión; pero, ya sabes, sólo tienes una forma de saber si mi opinión es tu opinión. Pero, hay que avisar, que se reúnan veintidós obras no quiere decir que se reúnan veintidós historias, con su presentación, su nudo, su desenlace; con su trama y sus personajes hablando y relacionándose entre ellos. Que nadie espere una obra tradicional, con su diálogo y su sentido argumental. Aquí no hay más que gente que habla.
Una reseña de Pedro Villalón.
En el adormecido mundillo teatral de este país pocos como Rodrigo García representan lo que antes se llamaba un autor, o sea, alguien que escribe algo para ser dicho ante el público. Criado en el extrarradio de Buenos Aires, estudia el cuerpo trabajando como carnicero y, ya en Madrid, el alma trabajando como publicista. Tras más de veinte años en el tajo teatral, a base de obras que tratan de burlar nuestra indiferencia ya desde el título (Conocer gente, comer mierda; Haberos quedado en casa capullos; En algún momento de la vida deberías proponerte seriamente dejar de hacer el ridículo… ) el tal García se ha ido ganando a pulso una fama de autor irreverente, arriesgado, provocador… o de autor de moda y maldito Gente que habla: de postal. Opiniones diversas, diversas opiniones. Si no has teni- Voces, voces, a veces una sola voz contando una tras do ocasión de ver sobre el escenario alguna de estas otra cosas diversas, opiniones, ocurrencias, pensamien27
ironizar, escenificar conductas pretendidamente aberrantes, dar la vuelta a las cosas. A un mundo absurdo se le debe abordar absurdamente, a un mundo ilógico ilógicamente, a un mundo que nos toca los cojones solo podemos corresponderle de la misma manera. Eso es una actitud.
tos, pequeñas historias sacadas de quicio. A veces varias voces que se relevan para contar una misma cosa, o cosas similares; hablando, no entre ellas, sino al espectador, al lector, o sea a nosotros. Voces, voces, un coro de voces y pensamientos, de historias amontonándose, chocando entre ellas, caos, confusión de palabras, como en la vida. A veces el texto aparece como una sucesión de fragmentos, como anotaciones de diario, reflexiones en voz alta, observaciones sobre la vida, escritas de forma a veces próxima al poema. Pero todo, sea lo que sea, acaba sonando como una voz que nos habla, como algo vivo, alejado de la literatura acartonada, porque este tipo sabe dar a las palabras la plasticidad de lo callejero, la palabra clara, la actitud del que ha venido aquí a decir algo.
El problema de contar o contamos con un problema: Y es una actitud también el que alguien en ese mundillo se plantee cómo hacer las cosas para que su trabajo no sea más de lo mismo, para no limitarse a decir otra vez, de la misma manera, lo ya dicho, palabras que por sabidas ya ni se escuchan. Se acertará, se fallará, pero se habrá intentado. Lo siento, siempre me han gustado los tipos que parecen tener más preguntas que respuestas, porque, claro está, eso también es una actitud.
La actitud es lo que cuenta: De hecho aquí lo más importante es la actitud no convencional, políticamente incorrecta, con que se dicen “Hago mis creaciones para gente como yo, una minoría las cosas. Bromear con cosas pretendidamente serias, cultivada inoperante, patética…todos leen los mismos 28
autores malditos, gente que tiene dinero para la com- la policía es muy buena porque es muy bueno que a veces te peguen dos palos en la cabeza y te la rompan pra, que habla de arte y que no corre peligro.” para que aprendas, y eso es lo que me interesa poner “Cuando digo que como artista soy consciente de esta en escena, entonces la gente dice, qué me está diciendo realidad decepcionante, no me destaco como un ser este tipo.” más sensible o perspicaz que otros… soy un artesano en llevar la contraria, en generar malestar y, a la vez, “Para mí el caos no es una estética, sino más bien una destellos de belleza, y me siento obligado a confundir.” ideología que yo vivo visceralmente”. “Si construyo una obra de teatro diciendo lo que está bien y denunciando lo que está mal, es muy poco inte- (textos en cursiva de Rodrigo García). resante, no aporta nada, y además es falso, ese tipo de denuncia es falsa. Entonces prefiero exponer en mis obras mensajes contradictorios todo el tiempo, incluso poner criterios que no comparto, pero me interesa expresarlos. Es tener cojones, si no tienes cojones yo haría un teatro donde diría la pobreza es mala, los ricos son malos, los pobres son buenos, el sistema es una mierda, la policía es mala, entonces todos estamos de acuerdo y me aplauden y nos vamos todos contentos. Pues no, prefiero hacer un tipo de teatro que diga: mira, (Pedro Villalón, Valladolid, 1969. Es licenciado en Historia) 29
Nos marchamos cuando más falta hacía que nos ran una muleta que en cierta manera la apuntalaran, a la realidad, digo). quedáramos. No recordaba nada. Quiero decir que, mientras veía perderse el coche en mitad de la noche, rodeado de aquellas nueve palabras moribundas y agonizantes, no recordaba nada. Bueno, sí, casi nada más bien, pero eran apenas unas cuantas cosas sin importancia: un sombrero en la percha, un bastón, un abrigo rojo en el espaldar de la silla, un zapato de tacón perdido bajo la mesa, un pie con las uñas pintadas de malva que jugueteaba con una pantorrilla lechosa y blancuzca con pelos y un gato que se acicalaba las patas ajenos a la bomba de relojería cuya presencia iba apoderándose, pudriéndolo, de aquel ambiente soporífero de murmullos, risas falsas y miradas de reojo. Yo no era el único que oía cada vez más nítidamente el mecanismo de la bomba, cuyo ritmo se acompasaba con las acciones veladas de cada uno de los comensales: las palabras y los juegos de manos, de significados poliédricos y cada vez más angustiosos. La bomba estaba a
Miguel Ángel Maya Me descerrajó esas nueve palabras, sin levantar la voz, suaves, crudas, afiladas. Luego arrancó el coche de forma brusca, y éste se perdió en medio de la noche, y la noche se perdió en medio del alcohol, y el alcohol se fue diluyendo en mi flujo sanguíneo y mis órganos hasta que el sol violó mis párpados entrecerrados y borrosos y todo volvió a empezar con un dolor de cabeza considerable. De lo que voy a contar ahora, todo es autobiográfico menos esas nueve palabras del principio de la historia (o habría que decir más bien del final de la historia). Lo demás es cierto, me atrevería a decir que mis palabras son miméticas respecto a la realidad de lo que pasó, porque la radiografían, la cuentan con pelos y señales (lo de pelos y señales es literal, aunque coincida con una frase hecha de las muchas en las que se apoya la realidad, como si estuviera coja y las frases hechas fue30
Ilustración: Sonia Hidalgo
punto de estallar, y, como siempre sucede en estos casos, los que estábamos allí nos dividíamos en dos grupos: los inocentes, la carne de cañón, los pobres diablos ajenos a lo que se nos avecinaba; y los que tratábamos de salvar el pellejo. Antes le dije que mis palabras iban a ser obscenamente fieles a la realidad, lo que no dije es que fuera a contar toda la realidad. Convendrá conmigo que todo lo que ha pasado ha sido terrible. Usted también lo vio todo: bien es verdad que lo vio todo desde fuera, que no estuvo en esa olla a presión en que se había convertido la cena: usted sólo vio cómo saltaba todo por los aires, de ahí su desconcierto y su miedo. No se lo reprocho. Yo en su lugar, habría hecho lo mismo que usted: sacar un bloc y hacerle preguntas estúpidas a los supervivientes. Cada uno le escupirá palabras, radiografías atolondradas o acertadas de lo que vieron o quisieron ver, de la forma en que se pusieron a salvo. Pero no se engañe: nadie vio a quien puso la bomba, y, sobre todo, nadie, absolutamente nadie, le dirá la causa
exacta de este desconcierto puntiagudo y terrible: Fogwill ha dejado de respirar.
(Miguel Ángel Maya, Madrid, 1978. Escribe relatos, poesía y guiones. Su primera novela publicada es Últimas 2 horas y 58 minutos en la Editorial Lengua de Trapo). 31
2007 realizando un documental sobre un boxeador legendario, Julio César Chávez; y ahora Abel acaba de volver a las andadas, a ponerse tras la Angel Cagigas cámara, pero esta vez para dirigir una obra de ficción, su primer trabajo como director de ficTodos sabemos de Diego Luna ción, titulado Abel, del que también es autor del por su trabajo como actor en buen número de películas pues guión y los diálogos, con lo que se convierte en no en vano lleva trabajando en el su obra más personal hasta la fecha. cine desde los seis años, aunque En la cinta nos cuenta la historia de Abel, un quizás sea más conocido desde niño de nueve años que ha sido diagnosticado su participación en la cinta de con un trastorno de conducta, uno de cuyos Alfonso Cuarón titulada Y tu síntomas más evidentes es su negativa absoluta a hablar, por lo que su madre, una mujer mamá también (2001), donde abandonada por su marido que está criando actuaba junto a su gran amigo Gael García Bernal, y después se le ha visto en títulos sola a sus tres hijos lo interna en una institución mencomo Soldados de Salamina (David Trueba, 2003), La ter- tal cercana a su casa. Ella lo visita todos los días y acaba minal (Steven Spielberg, 2004) o Mi nombre es Harvey convenciéndose de que la convivencia con sus hermanos, una hermana mayor y un hermano más pequeño, Milk (Gus van Sant, 2008). En ese trabajo de tantos años delante de la cámara Diego ayudaría a Abel a mejorar, por lo que lo lleva de vuelta Luna ha ido descubriendo que le apetecía dirigir un pro- a casa, y el milagro se produce, el niño vuelve a hablar, yecto propio, ponerse detrás de la cámara, y lo hizo en pero no como un niño, no como el hijo de nueve años de Cine
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mitido volver a hacerse un hueco en su familia, abocándolo así a la tragedia. Diego Luna ha demostrado ser uno de los nuevos valores de la dirección cinematográfica ya que su película consigue atraparnos hablando de dos temas trascendentes: la paternidad y la identidad, que se desdoblan en problemas como el abandono o la ausencia del padre, una ausencia que permite al niño conseguir una identidad propia como hombre de la casa, a la vez que se erige en padre de sus propios hermanos paliando de esta manera el abandono que sufren, con lo que Abel sacrifica su infancia por el bien de su madre y sus hermanos. Y no voy a destriparles el final, sólo diré que es una magnífica película, y, si pueden, no se la pierdan.
esta mujer, sino como si fuese su marido, como si fuese el padre de sus hermanos, como si fuese el hombre de la casa, transmutado así de niño de nueve años a padre de familia responsable, lo que da lugar a situaciones divertidas, como cuando interroga al noviete de su hermana a fin de darle el visto bueno; y por chocante que sea esta situación, todos en la casa la aceptan y la vida de todos se transforma, volviendo a ser una familia. Pero entonces aparece el elemento restante, el elemento en discordia, el padre real, que no es aceptado por Abel, quien lo trata como si fuese un tío lejano dando lugar a una serie de situaciones absurdas de un humor un tanto agrio, como cuando manda a su propio padre a dormir al sofá, ya que él mismo duerme en la cama con su madre, lógicamente al creerse su marido, o cuando lo interroga para averiguar sus verdaderas intenciones ya que hay varias cosas en la conducta de este hombre que no le acaban de cuadrar. Y esta situación casi idílica se descalabra cuando el padre de Abel le obliga a enfrentarse con la realidad, cuando le obliga a abandonar el cambio de identidad que le ha per-
(Ángel Cagigas, Valladolid 1966. Es doctor en psicología. Profesor en la Universidad de Jaén. Es autor de ensayos sobre psicología y estética. Es director de Ediciones del Lunar). 33
relatos 34
Alentejo blues Domingo López -Bourbon, b-o-u-r-b-o-n, four roses si puede ser, jefe, faz favor- digo, no solo deletreando las sílabas y exigiendo marca como quien pide priva en la luna, sino levantando la mano y mostrando cuatro dedos cuatro. El viejo me mira y sonríe, balbucea algo, se da la vuelta, agarra una botella polvorienta y me la muestra. Aguardente Vúlron, leo en la etiqueta. -Vale, ok, ponga eso mismo- le digo por tomar cualquier trago. El viejo, satisfecho, abre el tapón y va en busca de algo, un vaso supongo.Saco un cigarrillo. Afuera hace un bochorno de mil demonios. Desde la barra veo la moto a pleno sol, con el portaperros amarrado detrás y al Chucho, en el suelo, esperándome con las orejas caídas y la lengua fuera. No hay nadie por ningún sitio ni sé
Ilustración: Santos Beltrán
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un dulce boas tardes y me giro y veo una chica morena, deslumbrante, que me sonríe también y luego besa al viejo, que la llama filha. Miro otra vez a la calle, al Chucho que, bajo el calor tremendo y sin más trámites se está tirando a la perrita, montándola, dejando prole por el mundo. Pago, por hacer algo, y dejo propina y todo. Cojo el macuto del suelo. La chica le pasa un trapo a una mesa y canturrea. La miro de reojo. Es muito bonita. Doy unos pasos, inseguro. No se adonde mierda queda el camping, lleno de guiris idiotas, ni adonde queda nada. Llego a la puerta. Adiós se dice adeus. El sillón de la moto me quemará el culo. Se necesita camarero. A la sombra de un buzón oxidado el Chucho, jadeante, está enganchado gozosamente a la perrita. Enciendo otro pitillo. Y entonces me digo, mierda, ¿por qué no? tampoco se está mal y me vuelvo y pido otro aguardiente de los cojones y le guiño un ojo cómplice a la chica y señalando el cartel que oferta el empleo me acodo en la barra de chapa y le digo al viejo que cuanta guita, que cuando empiezo y en fin, que si hablamos de negocios.
cómo diablos se llama el pueblo. Al menos estoy a salvo en la penumbra de la taberna y ya es algo. En la tele, sin volumen, lloran a lágrima viva en la consabida telenovela brasileira. Saco el mapa y lo miro cual aventurero irresoluto, de pacotilla. Cogí un desvío a campo traviesa y no tengo ni puta idea de dónde estoy ni por dónde se va a la costa. El viejo trae efectivamente un vaso sucio y lo llena. Obrigado, digo. Doy un gran trago y aquello me abrasa el gaznate y el estómago. Mis muertos. Se me han saltado las lágrimas. El viejo me mira y sonríe. Detrás suya, junto al póster descolorido del Benfica FC hay un cartel, escrito a mano: Precisa-se mozo para o bar. Oigo al Chucho ladrar. Vuelvo la cara y lo veo meneando festivamente el rabo y oliendo ensimismado a una perrita. Ya ligó, qué cabrón. El viejo me acerca amablemente un cenicero casi prehistórico, de Cinzano. ¿Se necesita camarero? ¿En esta tasca de mala muerte?, me pregunto, fascinado. Cuento las mesas, dos. Las sillas, cinco. Las botellas en el estante, doce. Las moscas, doscientas veinte. Y entonces entra alguien y oigo 36
Domingo López, (1967, Sanlucar de Barrameda, Cádiz) Como narrador es autor de obras como La soledad y nosotros (Premio Nacional de Narrativa Julio Cortázar 2002, Universidad de la Laguna, Tenerife 2002), La lluvia y las rayuelas y otros cuentos (Colección Monosabio de Narrativa, Ayto. de Málaga, 2002) o Rompiendo el protocolo (1er Premio Certamen Relatos Ateneo 1º de Mayo, Madrid, 2007). Tiene varios poemarios publicados, como Blues (Premio del XXII Certamen de Poesía Ángel Martínez Baigorri Ed. Ayto de Lodosa, Pamplona, 2006) o Suburbia (Premio del Certamen Internacional de Poesia Ciudad de Morón 2006-Editorial Point de Lunettes, Sevilla, 2007) y ha sido incluido en varias antologías, entre ellas Voces del Extremo-Poesía y Utopía (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, Huelva, 2004) y Poética 2005 (Área de Cultura, Ayto de Zaragoza, 2005). Este relato pertenece al libro inédito de relatos breves Tocaba correr.
Ilustración: Manuel Olivenzia
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Lo español y yo. Autoanálisis del patriotismo: Bochorno, indignación y aceptación. F. Lefer “Al marino español, cuando le dan de beber, o le han jodido o le van a joder” (Cita extraída de “Trafalgar” de A. Pérez Reverte)
Soy español desde pequeño. Es algo que no pude elegir. La primera toma de conciencia del asunto surgió de una conversación con mi padre. Todo resultaba un tanto confuso. De hecho, una de las conclusiones de aquella interesante conversación fue la de que Franco había sido el responsable de la expulsión de Napoleón de nuestras tierras, tras los terribles hechos del 2 de mayo en Madrid. Toda aquella algarabía de datos debió dar vueltas en mi cabeza generando un patriotismo surrealista del que todavía hoy no me he librado del todo. Cuando era algo mayor, no sé, unos seis o siete años, empecé a viajar con mis padres al extranjero. El primer destino fue Londres y allí empezó a forjarse lo que ahora llamo el periodo del bochorno, en el que com-
Ilustración de Santos Beltrán
prendía perfectamente cuán cutre era mi país. En esa primera salida al extranjero, hube de defender el honor patrio en su, digamos, mi primer encuentro internacional. Mis padres me dejaron unos días en casa de un amigo suyo de Londres. Ese amigo tenía un hijo de mi edad y ese hijo tenía su pandilla de suburbio londinense. Allí me vi obligado a sostener algunas disputas físi38
lleno de enormes praderas de hierba verde, fresca, blanda y apetitosa, la gente, que iba siempre vestida de forma mucho más molona, lo pisaba, se tumbaba, se dormía y hasta hacía fiestas encima. Así elaboré algo que aún hoy sigo utilizando: El índice del césped: País rico e importante: mucho césped/País pobre e insignificante: poco césped. Años después, cuando la que era mi ciudad, Madrid, empezó a llenarse de parques y de césped, pude ver cómo aquello coincidía con la primera etapa de desarrollo económico y social español tras la llegada de la última democracia, por lo que me pareció, y aún me parece, que el índice del césped es un magnífico indicador de estos temas. Lo cierto es que me jodía que mi país fuera de los cutres. No se lo decía a nadie, pero me jodía. Era algo que todos los amiguetes sentíamos. Daba igual que en el colegio se nos hablara del descubrimiento de América, o del imperio europeo de Carlos I, o del Gran Capitán. ¿Quién demonios era esa gente? ¿Salían en alguna peli? –No, la respuesta era No. También había algunos abuelos
cas de las que salí con desigual fortuna. Recuerdo pensar que, al menos, había demostrado gallardía en todas las peleas y me reencontré con mis padres después de haber arrancado a aquellos hijos de la gran bretaña la calificación positiva de “no pareces español”. “No pareces español”, a mí aquello me parecía bien. Si ser español era algo vergonzoso, pues adelante ¿no? Empezaba a desligar mi persona de mi nacionalidad. El índice del césped Al viaje de Inglaterra le siguieron otros; Francia, Bélgica, Suiza… a partir de esas experiencias comencé a sacar mis propias conclusiones. Al final todo lo reduje a una cosa: Al césped. Descubrí que todos los países que molaban más que España tenían muchísimo más césped por todos lados que nosotros. Yo venía de Madrid, donde algo de césped había, sí, pero siempre acompañado de los carteles de “prohibido pisar el césped”. Había muy poco y era malo, cutre, ralo… un césped de quiero y no puedo. Por el otro lado, en Londres o en París uno iba a cualquier parque y, además de estar 39
español competía con cualquier extranjero, el primero tendía a perder irremediablemente. Las cosas americanas, inglesas, alemanas o japonesas eran estupendas y el “made in spain” –meid in espain- era como la antesala de algo que iba a fallar.
venerables que querían contarnos cosas de Alí Bey, Don Blas de Lezo o del navegante Urdaneta, pero ninguno de esos, así nos parecía, podría sacar más rápido que Ringo Kidd. No, estimados lectores, la españolidad de aquél periodo del bochorno se ponía en liza en situaciones como Eurovisión o los mundiales de fútbol. Siempre dábamos una imagen lamentable. Los más avezados, los más modernos e internacionales de entre los españoles, escapaban de aquello declarándose desde el principio como una suerte de apátridas incapaces de apoyar a Micky (el hombre de goma), Mocedades, Peret o Remedios Amaya en sus desventuras eurovisivas. Pero qué cojones, tenían toda la razón, era obvio que molaban mil veces más los Beatles o los Rolling (sí, digo “los rolling”, no “los stones”) o cualquier grupo que sonara a inglés. ¿Y con el fútbol? Uno se sentaba junto a sus padres a compartir –como buenos españoles- el bochorno de serlo. Los españoles siempre éramos bajitos, bastante chuscos y siempre perdíamos en todo. Yo llegué a pensar que existía una ley física que hacía que cuando un
55 días en Pekin ¿Qué más decir del “periodo del bochorno”? Sólo un detalle más, estimado e internacional lector; una anécdota: ¿Recuerdan uds. la película “55 días en Pekín”? Aquella en la que una cruenta rebelión de los chinos asediaba a una poco numerosa colonia internacional en Pekín. Esa de Charlton Heston y David Niven…. Pues bien, en esa película, que situaba los hechos en el año 1900, se hablaba de las “potencias internacionales” -“potencia”, qué palabra- y salían desfilando los soldados de esas potencias, se escuchaban sus himnos nacionales y se veían sus banderas. Mi sorpresa llegó cuando entre esas “potencias” aparecía España. Sí, salían soldaditos desfilando y la banderita, como los demás, como Alemania, Inglaterra, Estados Unidos… Yo quedé 40
desierto del periodo del bochorno. Llegado a la juventud, muchos de mis amigos comenzaron a hacer viajes de estudios. Sobretodo al Reino Unido y a EE.UU. De allí volvían contando historias terribles: -No saben qué es España. Le pregunté a mi profesor y me dijo que España debía estar al sur de Méjico-… Qué rabia me causaba aquello. Otro amigo llegado de EE.UU me contó que su familia de acogida le preguntaba si en España teníamos electricidad en las casas y coches y ese tipo de dádivas del desarrollo… más y más dolor. El periodo del bochorno había terminado. Llegaba el periodo de la indignación, la era de la ira. ¿Cómo un puto profesor de colegio yankee de mierda –al que cabría suponerle una formación de cierto nivelno sabe que quién pagó el viaje del descubrimiento de América de Cristóbal Colón, de Christopher Columbus, fue la jodida Corona de Castilla? ¡Joder! Esa primera juventud coincidió con la entrada de España en la Comunidad Europea. Una magnífica oportunidad para ver en todos los medios informativos a El periodo de la indignación Así salí de la infancia. Tras atravesar aquel despiadado nuestros representantes pasear el palmito español por
conmocionado ¿se habrían equivocado?. La película iba avanzando y llegaba una escena en la que los embajadores de las “potencias” se reunían para debatir sobre el incierto futuro de sus legaciones. Y allí apareció un señor con buen aspecto, canas y barbas blancas, bien vestido, que decía algo así como: “España no se rendirá jamás”… Algo dentro mío sintió un calor especial: ¿toda la gente del mundo que viera esa película, iba a oír a aquél español tan digno, elegante y valiente? Qué maravilla… qué gozo íntimo (porque la cosa era tan estúpida que cualquiera lo comentaba luego en el cole) Años después me enteré por mi padre que la inclusión de esas referencias a lo español por parte de los productores de “55 Días en Pekín”, probablemente se debieran al hecho de que la película se había rodado íntegramente en Las Rozas (Madrid). Aquí mi padre me compensó lo de Franco y Napoleón.
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ahí. Se había terminado la exclusividad internacionalista de eurovisión y los mundiales. Ahora había también banderitas y españoles en salas de conferencias y palacios. Les dejaban sentarse con todos los demás. Por supuesto que seguíamos siendo bajitos y seguía ahí, siempre pendiente, el tema de Gibraltar. En esta etapa de la indignación yo comencé también a hacer mis primeros viajes internacionales sin la tutela de mis padres. En todas las relaciones que establecía con extranjeros, éstas empezaban con el típico -where do you come from?-From Spain, España- contestaba siempre levantando el mentón cuanto podía. Solía llevarme como respuesta esa aseveración que ya me empezaba a dar un poco por el culo -Ah, pues no pareces español-. Me dolía España.
Ilustración: Manuel Manzano
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Reparé entonces en otra cuestión. Desde los medios de información me llegaban noticias sobre los países de Hispanoamérica. Todo les iba aún peor que a nosotros. Me llegué a plantear si existía un gen maléfico en todo lo hispano. Algo que les habíamos dejado a los pobres argentinos, mejicanos, chilenos… desde luego no se merecían eso. Me planteaba por qué las antiguas colonias inglesas funcionaban tan bien (EE.UU; Canadá, Australia, Nueva Zelanda…) y los países que habían tenido algo que ver con nosotros iban tan mal. Así empecé a investigar y llegué al fondo de la cuestión: La famosa Leyenda Negra Española: Desde la destrucción de nuestro imperio y el posterior relevo en la supremacía mundial por parte de franceses y sobre todo anglosajones con su último y poderoso tentáculo jolibudiense, toda la historia había sido meticulosamente tamizada para borrar cualquier vestigio positivo, no sólo de España o lo español, sino de cualquier país latinoamericano. Se ocuparon de minimizar detalladamente cualquier logro realizado por personas de apellido español y de maximizar cualquier estupidez
Los locos 80 y el gen maléfico La juventud iba pasando y mi cultura -poca o muchaiba creciendo. Me interesaba particularmente la historia y empecé a darme cuenta de ciertas cosas. Desde luego España había tenido un papel muy importante en la historia, aunque de eso hacía muchísimo tiempo y no parecía que ahora se acordara nadie, ni que nos fuera demasiado bien. Resultaba obvio que este país había tenido muy mala suerte con sus gobernantes desde hacía unos cuantos siglos. Pero habían llegado los locos ochenta y empezaban a pasar algunas cosillas; Un tal Garci ganó un oscar de Hollywood por una película que yo no vi hasta muchos años después. Nuestra selección nacional de baloncesto hizo una auténtica machada en las olimpiadas de Los Angeles. El golfista Severiano Ballesteros también ganaba cosas y decían que los ingleses le apreciaban mucho. En los foros económicos se comentaba el milagro español, la modernización de los pobres españoles… ¿Estaban cambiando las cosas? Parecía que en cierto modo sí, la verdad es que no demasiado: El tufo aún se mantenía. 43
me orgulloso de ser español sin tener que acercarme a los patriotas chuscos y traicioneros de toda la vida y sin españoladas vacías, ni panderetas chirriantes. Yo soy español de Unamuno, de Sorolla, de Arturo Barea, de Ramón y Cajal y de Benito Pérez Galdos. Soy español de la II República, de Blasco Ibáñez, del valiente Blas de Lezo, del fabuloso navegante Urdaneta o del científico Malaspina. Soy español como antes lo fue mi padre. Como antes lo fue mi madre y como lo son una gran parte de mis amigos. Soy español porque nací aquí y sé cómo van las cosas en este sitio –como antes lo supieron todos los personajes que he mencionado, víctima de la admiración-. Hablo una lengua cojonuda que compartimos, no sé exactamente, ¿cuatrocientos millones de personas? He aprendido a cantar rock en español porque los argentinos me han enseñado a hacerlo. Mi biblioteca está petada de autores americanos que escriben en castellano. Adoro las rancheras, las milongas, y su puta madre. No me cae bien el gobierno yankee. Preferiría mil veces estar aliado con sudamérica que con la ultra civilizada
con tal de que la hubiera hecho alguien llamado, digamos, Mortimer. Cuando los países latinoamericanos fueron logrando su independencia, heredaron los problemas existentes con ingleses, franceses y norteamericanos. Pasando ellos a pelear por su cuenta contra esos monstruos crecientemente poderosos y, como nosotros antes, perdiendo de forma habitual contra ellos. Comencé a sentirme muy cercano a todos estos países, a darme cuenta de lo parecidos que éramos y a disfrutar con la enorme cantidad de cosas interesantes -al menos, igual de interesantes que las que ofrecía el mundo anglosajón- que nos ofrecían. El periodo de aceptación Actualmente estoy en la época de la aceptación, de la tranquilidad y la placidez. Afortunadamente dejé atrás la estúpida autoinculpación que sé que he compartido con muchos integrantes de mi generación (algunos, me consta, aún la sufren). Ahora reclamo el orgullo que nos habían quitado. -“África empieza en los Pirineos” A. Dumas dixit- . Igualmente reclamo el derecho a sentir44
Unión Europea que nos está inflando con sus reglas absurdas que parecen querer convertirnos a todos en imbéciles. Todo eso. Ya me siento tranquilo. En mis viajes por el extranjero me conduzco con toda la elegancia que puedo y exhibo una cierta bizarría. Ahora ya me puedo concentrar adecuadamente en las cuestiones que verdaderamente hacen de mí un verdadero español: Eurovisión y los Mundiales de fútbol. “El ideal de todo español es llevar en el bolsillo una carta foral con un solo artículo: Este español está autorizado para hacer lo que le dé la gana” (Angel Ganivet)
(F. Lefer, Madrid, 1967, es periodista y escritor) 45
Palestina foto: Esther Benavente 46
Sin embargo, y para gran sorpresa de los viajeros, todo “Ve y cuéntalo”. Un reportaje sobre la situación de Palestina a tra- este escenario militar en uno de los lugares más conflictivos del planeta se combina con excursiones infantiles, vés de los testimonios de sus protagonistas atracciones turísticas, parques nacionales, museos arqueológicos, ¡incluso una estación de esquí! Forma parte de la estrategia colonizadora: es más efectivo un complejo hotelero que un destacamento militar. De nuevo la táctica de los hechos consumados. Mientras pasa un grupo de escolares cogidos de la mano -acompañados, eso sí, por escoltas con enormes ametralladoras tal y como obliga la legislación israelí-, uno no puede dejar de pensar en quién es el que realmente utiliza a su población como escudo humano. La comunidad drusa es una de las poblaciones originarias de los Altos del Golán. Se trata de una minoría cultural y religiosa procedente de una escisión del Islam y compuesta por un millón de personas, la mayoría de las cuales vive en Oriente Próximo. En los Altos viven unas 20.000 personas drusas, orgullosas de su peculiar idiosincrasia y con una elevada conciencia sobre sus orígenes sirios que les ha llevado a rechazar una y otra vez
Alejandro Fierro Los viajeros afrontan con inquietud -incluso con abierto temor- la visita a los Altos del Golán, dada la convulsa historia reciente del lugar. El Ejército de Israel conquistó la zona a Siria en la Guerra de los Seis Días de 1967. Posteriormente, Israel se anexionó los Altos -en realidad una meseta- aduciendo “motivos de seguridad”. Dicha anexión no está reconocida por ningún país, ni siquiera por Estados Unidos, ni por las Naciones Unidas y vulnera la Convención de Ginebra, que prohíbe taxativamente la adquisición de territorios mediante actos bélicos. El coche circula por una estrecha carretera flanqueada por alambradas con grandes carteles amarillos que advierten de la presencia de campos minados. Cada poco tiempo aparecen convoyes militares. Los cuarteles y guarniciones se suceden a lo largo del camino y las montañas están coronadas por grandes antenas y radares. 47
Golán se desmorona al comprobar que el verdadero objetivo israelí es el nacimiento del río Jordán. Israel controla desde 1967 la principal fuente de abastecimiento de agua de la zona. Tampoco ayuda a sostener el argumento de la seguridad la permanencia de 20.000 colonos en asentamientos (huelga decir ilegales, puesto que según el derecho internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas, todos los asentamientos son ilegales; no hay unos asentamientos ilegales y otros legales, como pretende la propaganda israelí; ni siquiera hay asentamientos ‘alegales’). La presencia de estos 20.000 colonos es otra vulneración de la Convención de Ginebra, que prohíbe expresamente la transferencia de población de la potencia ocupante al territorio ocupado. Preguntamos por la leyenda que dice que los drusos rompen todos los documentos oficiales de las autoridades hebreas, desde un recibo de agua hasta una multa de tráfico, en los que se les trata como ciudadanos israelíes. Absolutamente todos confirman su veracidad y sostienen, orgullosos, cuál es su auténtica nacionalidad: “Sirio”, “sirio”, “sirio...”.
las ofertas de nacionalizarse israelíes pese a la insistencia del Estado de Israel. “Israel dice que somos terroristas. ¿Te sientes en peligro? ¿Ves a alguien aquí que te quiera pegar un tiro?”. Estamos en Majdal Shams, la Torre del Sol, bastión de la identidad sirio-drusa. Es aquí donde tiene lugar la célebre imagen de los familiares separados a uno y otro lado de la alambrada comunicándose por megáfono, aunque tras más de 40 años de obligada separación los megáfonos han sido sustituidos por teléfonos móviles. Nuestro interlocutor es una de las personas invitadas a la boda que se celebra hoy en la ciudad y a la que amablemente nos han invitado también. La presencia de gente extranjera no es habitual en Majdal Shams. Cuando supieron que simplemente queríamos conocer la ciudad y a sus habitantes, más allá de la propaganda israelí, nos invitaron a la boda como señal de agradecimiento. “Israel quiere quedarse con todo. No parará hasta que todo sea suyo”. Lo observado sobre el terreno corrobora las palabras del joven. El manoseado subterfugio de la seguridad para justificar el robo a Siria de los Altos del 48
Palestinos del 48 Dentro de las fronteras del actual Estado de Israel viven un millón y medio de árabes. Son aquellos que resistieron a la estrategia de limpieza étnica llevada a cabo por Israel tras su declaración unilateral de independencia y que supuso la expulsión de 750.000 árabes y la destrucción de más de 500 pueblos y aldeas (Ilán Pappé, La limpieza étnica de Palestina, Ed. Crítica). Tanto a ellos como a sus descendientes se les conoce como los palestinos del 48. A pesar de tener la ciudadanía israelí, esta comunidad sufre una total discriminación jurídica, social y económica que invalida cualquier pretensión de Israel de proclamarse como un estado democrático. Entre las medidas segregacionistas figuran la prohibición de adquirir tierras o de trabajar en sectores estraté-
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crímenes contra la humanidad, tiene el Nobel de la Paz, entonces también habría que dárselo a Le Pen. Es un tipo de colonialismo muy centroeuropeo”. Meir Margalit, concejal en Jerusalén del partido de izquierdas Meretz y partidario de un acuerdo de paz con los palestinos aunque no comparte el derecho al retorno a sus hogares de los más de cuatro millones de refugiados, abunda en esta idea. “Israel no es una democracia para el millón y medio de palestinos que viven en sus fronteras ni, por supuesto, para los habitantes de Gaza y Cisjordania. Y como no se puede ser demócrata a medias, habrá que concluir que no es una democracia. Habría que hablar en realidad de etnocracia, el gobierno de una etnia, en este caso la judía”. Encontrar entre los israelíes judíos una opinión como la de Margalit, que incluso no satisface todas las legítimas aspiraciones palestinas, es prácticamente imposible. El país ha dado un giro total hacia las posiciones más intransigentes y belicosas. “Ahora mismo”, resume Ameer Makhoul, “hay en Israel un acuerdo total para ignorar los derechos del pueblo palestino, rechazar el
gicos como el militar, energético o hídrico. Además, tienen vedada la reunificación familiar. Mientras que cualquier judío del mundo puede acceder de forma automática a la ciudadanía israelí aunque jamás hayan pisado la zona, la población árabe no puede trasladar a su familia a vivir a Israel en el caso de los matrimonios entre residentes en Israel y en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. Por otra parte, la inversión del Estado en los barrios árabes es diez veces menor que en las zonas judías. “Hay más democracia en Líbano que en Israel”, sostiene Ameer Makhoul, director de Ittijah, la plataforma que aglutina a 64 organizaciones palestinas de Israel. “Incluso la Autoridad Nacional Palestina es más democrática que Israel. Lieberman (el ministro de Asuntos Exteriores, líder del partido ultranacionalista y xenófobo Yisrael Beytenu) no es un producto del racismo, sino un producto de Israel, un fruto de lo que se vive en la calle. Todos los gobiernos han sido culpables de las guerras, de las leyes racistas que han aprobado, no sólo Lieberman. Si Simón Peres, responsable de gravísimos 50
retorno de los refugiados y mantener Jerusalén Este, la con la confianza de quien se sabe impune. El incidente se saldó con la intervención del Ejército. Un mando nos Jerusalén ocupada, como su capital”. recomendó salir de Cisjordania para evitar cualquier incidente con los palestinos. Cómo explicarle que los Un ejército de seis millones Israel es un país completamente militarizado. Las armas únicos momentos de inseguridad los habíamos tenido forman parte del paisaje cotidiano. No sólo está permi- con israelíes, especialmente con ellos, los soldados del tida su tenencia, sino también su exhibición. A la cons- Ejército. Por el contrario, la llegada de extranjeros siemtante presencia de soldados con sus Uzi, se unen civiles pre es bienvenida por los palestinos. Es un pueblo armados hasta los dientes, especialmente inquietantes sediento de solidaridad. colonos ultraortodoxos que combinan con toda natura- Los intentos de hablar sobre el conflicto con los israelíes lidad la kipá (el casquete o tocado circular con el que se son siempre tensos y muchas veces degeneran en situacubren la cabeza) y los tirabuzones, con los más avan- ciones violentas. Cualquier objeción hacia la postura hebrea es despachada con un “qué sabréis de todo zados fusiles ametralladores. Esta omnipresencia armamentística se multiplica en los esto”. El obsesivo mantra de ‘la única democracia de territorios ocupados. Una confusión cuando recorría- Oriente Próximo se repite sin cesar’: “Esto no es como mos las mal señalizadas carreteras de Cisjordania -otro Irán, ¿sabe?”. Con una venda en los ojos, achacan a los incumplimiento de la potencia ocupante- nos llevó palestinos la culpa de todo lo que ocurre. hasta la entrada de un asentamiento ultraortodoxo. En “Los árabes tendrían su momento de esplendor en la la puerta, de guardia, un colono pelirrojo, con grandes Andalucía de la Edad Media, pero ahora… A pesar de gafas, los preceptivos tirabuzones y la kipá, chaleco que la propaganda diga lo contrario”. La frase corresantibalas y una enorme ametralladora apuntándonos ponde a un acaudalado judío mexicano que se encuen51
mundo. Muchas de estas personas, sobre todo las más humildes como las procedentes de las repúblicas de la antigua Unión Soviética, son instaladas nada más llegar, y sin que tengan mucho conocimiento de dónde se encuentran, en los grandes asentamientos de los territorios ocupados, como Ma’ale Adumin o Ariel. Nuevamente surge la pregunta de quién utiliza a su población como escudo humano.
tra de vacaciones con su familia. Es la primera vez que visitan Israel y, sin embargo, se sienten con más derechos que los centenares de miles de palestinos que llevan generaciones y generaciones viviendo en esta tierra. La Ley del Retorno les concedería automáticamente la ciudadanía israelí en cuanto la solicitaran. Esta ley, sin parangón en el resto del mundo, constituye una de las piedras angulares de una concepción del estado basada en parámetros étnicos. Cuando los políticos israelíes exigen una y otra vez al resto del mundo, incluidos los palestinos, que los reconozcan como un estado judío, en realidad lo que están haciendo es ratificar una ideología racista y segregacionista. La Ley del Retorno es, además, el arma con el que Israel lucha contra la llamada ‘bomba demográfica’. Dentro de unas pocas décadas la población palestina que vive en el autoproclamado estado de Israel superará en número a la población judía gracias a su mayor índice de natalidad. Para contrarrestar lo que consideran como una grave amenaza contra su integridad, el Estado hebreo busca atraer a judíos de todas las partes del
(Alejandro Fierro, Tenerife 1968, vive en Valladolid, es periodista y miembro de la expedición “Rumbo a Gaza (rumboagaza.org)) 52
poesía española
foto: RaRo
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Estos son los 10 poetas:
10 poetas o la sinrazón de los números. RaRo
Digamos que tengo cierta fijación con los números. Es una manía como cualquier otra. Y no salgo de casa si antes no he sumado cuatro veces cuatro, aunque para ello tenga que sumar las páginas de un libro. Tengo la costumbre de sumar matrículas (nada inhabitual, me parece) y si suma 20 “tócate la oreja y suerte”. Y sin embargo, a pesar de esta pequeña manía numérica, nunca he sido muy aficionada a hacer listas. Si me preguntan cuáles son mis cinco grupos de música favoritos o mis cinco escritores, tiendo a quedarme bloqueada. Pero. Ha llegado el momento. Hacer una revista aunque sea una revista-libro una persona sola, implica hacer las cosas que uno quiere o las que puede o a las que llega (porque hay mucha gente a la que no he podido leer, por desconocimiento). No siempre es fácil. Pero hay cosas mucho más difíciles. Esto no deja de ser un pequeño juego. Que por supuesto espero que os guste.
Manuel Lombardo Duro W. Foc Mercedes de la Casa Jesús Gázquez Francisco López Inma Luna J.P.G. Gracia Morales Lara Moreno Ana Toledano
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Manuel Lombardo Duro (Jaén, 1944). Ha publicado, Maldita gravedad entre otros, Ahora Blancanieves cojea algunas veces de mi mano (1974); No (1993); Contracanto (1995); Hay noches Miserable poesía (2004) ; Allegro Bárbaro (2009). en las que si no fuera por la maldita gravedad, yo me arrojaría al cielo. (De No) Fuera del crimen Ah, levantarse una mañana sin deseo de matar a nadie. Sentirse uno pacífico y vacío, ligero y alegre, sin funciones ni órganos. No ser ya nunca más caníbal, caracol ni piedra. Estar fuera del crimen. A salvo de la vida. (De No) 55
Nostalgia Siempre juega contra sí mismo y el azar, sin derrotarlos nunca. En ocasiones, intenta detener el tiempo, magnífica locura, y a veces casi lo consigue en el papel quieto y desnudo.
Algunas veces sufre violentos ataques de nostalgia por algo que tal vez no viva nunca. (De Miserable poesía)
foto: RaRo
Vive la vida en voz baja, con extraña lentitud, contemplándola desde lejos como algo inescrutable.
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W. Foc (Almería, 1963) Ha publicado hasta el momento el poemario Golma (2009)
Las Gafas Sin miramientos. Sin vuelta atrás. Sin miradas futuras. Sin gas. Con dolor. Con furia. Con rabia. Con sangre.
Grrrr La voluntad perdida en la unión gomosa.
Sin ti.
Tanto.
( De Golma)
La necesidad perdura. Serotonina. La ausencia cruel. Tocarte. ( De Golma) 57
Mercedes de la Casa (Jaén, 1957), licenciada en Filología Anglo-germánicas.
Cuba. Viaje a ti. Camino por las calles de Guanabo, registro cada sombra de árbol y el silencio fatigado de los ancianos en las esquinas, las colas al sol para comprar el pan, los pies descalzos, las conversaciones pausadas bañadas en sudor, las mujeres con sus hijos que son todo ojos, las mil y una formas de transporte que aligeran el camino, el orgullo de ser cubano aún sin tener que llevarse a la boca.
Esto es Cuba No he visto esa imagen de Cuba que se exporta al mundo, he encontrado semblantes afligidos, cuerpos doblegados por la necesidad, ojos tristes y muy cansados. Las calles de la Habana se desmoronan a cada paso, ciudad secuestrada al gozo y disfrute de todos, un Patrimonio de la Humanidad anegado y olvidado, tremenda contradicción. Si das un paso más allá, caes en un pozo ciego, el olor ácido te baña, se llenan las manos de polvo oxidado, los poros tragan toneladas de sed. Cuba.
La noche estira sus tentáculos, salen del mar estrellas y caracolas. Se acuesta el sol entre las nubes doradas, el calor de tus manos se esparce lentamente.
(Inéditos) 58
Jesús Gázquez (Montilla, 1965). Libros publicados: Ríos, Baile del Sol. Canarias, 2011. Escombro, Huerga & Fierro. Madrid, 2009. El Asombro, Fundación María del Villar. Tafalla, 1999. El Norte del Desasosiego, Editorial Ópera Prima. Madrid, 1997.
II. El rumor al teléfono de una mujer despertando Soy el hombre más triste sobre la tierra Pude oír la serenidad entre mis palabras Pensé en el agua quieta de un lago Mientras se quemaba el desayuno Quería saber si había algo que recuperar Como después de un incendio Mi casa es un cactus que parecía muerto Ni siquiera los condenados a muerte dejan de soñar Como si un río pudiese cambiar su corriente Me dijo llévame al mar y lo sabremos Hay un árbol dentro de cada árbol.
I. El poeta es un cazador fabuloso Oye respirar a los peces cuando se acercan Como las ideas Su alma está hecha para esperar
III. El pasado que no recuerdas va siempre contigo Rumbo a un lugar que no conoces Morir es aterrizar
Que los poemas sean días que vengan para quedarse.
La vida está en el aire. (De Ríos) 59
Francisco López, (Valencia, 1965). Su obra literaria II. (poemas y una novela) es inédita. Es profesor en Ciudad Rodrigo. Salto de la hamaca. Esprinto cinco escalones de golpe a cuarenta y tres baldosas por segundo. La tarántula. Mato a la mosquita de una picada. Soñé que una gata en celo La conservo en celofán. se restregaba por entre las piernas de una tarántula. Las crías están hambrientas. Resultó que la tarántula Me hacen daño las tripas. era yo y mi ronroneo Desde la hamaca tengo el firmamento un hilo de saliva. bajo mi abdomen. Una lluvia fina percute sobre la telaraña. Los hilos suenan tristes como un arpa en una tarde de domingo.
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Inma Luna (Madrid, 1966) periodista y antropóloga. Ha publicado El círculo de Newton (Baile del Sol, 2007), Nada para cenar (Ayuntamiento de Leganés) y No estoy limpia (Baile del sol, 2011). También ha colaborado en antologías como La manera de recogerse el pelo.
Alegría La alegría, pensarte y la alegría. Dejarte entrar, entrarte, meterte dentro. Un momento en el que nos paramos a mirar desde arriba. Lloverá, aunque no ahora. Aspiro el color. Me lleno. Me estás llenando. Con ese colmillo del que salta un destello cuando me muerdes. Cuando me vas a morder. Cuando estás planeándolo. Voy a ganarme el pan, te digo, y te trabajo. Sudo la entrega y no sé quién gana más pero saltamos hasta rozar el agua. Qué habré hecho yo con tanto líquido? El color, pensarte y el color. Lo que a nadie le cuento de tanta maravilla.
El árbol de los fluidos A veces me imagino Abierta en canal Como un cordero La columna rigiendo una de las mitades Mi cabeza tajada por el centro Con simetría Los sesos equitativamente repartidos No veo, sin embargo, en ello Un espectáculo siniestro Más bien el modo lógico de repartirme Una mujer colgada por un gancho Con sus hermosas vísceras al sol, Una mujer que chorrea su sangre Como una fe de vida.
(De No estoy limpia)
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Mientras hago auto stop
J.P.G (L´Hospitalet de Llobregat, 1967).
Yo también quería ser futbolista pero atrás quedaron los juegos no es momento de indios y vaqueros esto va más en serio un todos contra todos. Pero yo sigo a lo mío jugando a los médicos y que gane el mejor.
Coleccionando cepillos de dientes Las mujeres entran en mi vida con un abrir y cerrar de piernas y se quedan un rato aquí, desordenando todo lo ya desordenado; libros, música, despertares, paredes, poemas, armarios, añadiendo más caos a mi caos de todo los días. Y las dejo hacer y deshacer sin darle mucha importancia, disfrutando de sus caricias, calores, andares, emborrachándome con ellas, compartiendo viajes, ritmos, orgasmos y de vez en cuando un "te quiero", un "me gustas", hasta que toque recoger lo que hayan dejado por aquí olvidado.
Dame un punto de apoyo; la barra de un bar una pared el abrazo de una chica el tronco de un árbol el hombro de un amigo y que el mundo se mueva. 62
El silencio de su derrota Como un animal herido se enrosca dentro de su dolor atrincherándose en un caparazón que parece erizado de púas y veneno sin ser más que una frágil mentira. Cuando se acurruca entre mis brazos huelo el salvaje silencio de su derrota. Si dejase escapar su rabia lo destruiría todo.
foto: RaRo
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te reclaman los platos y los cristales y las alfombras. Te reclaman las llaves que no utilizarás nunca y las sábanas que no podrán aprenderse el movimiento de tus insomnios. Te están echando de menos las paredes y me preguntan qué haremos cuando en invierno lleguen las lluvias, las goteras, los desánimos, el viento helado.
Gracia Morales (Motril, Granada 1973). Doctora en Filología Hispánica. Tiene publicados, entre otros, dos libros de poesía, Manual de corte y confección (2001) y De puertas para dentro (2004), que obtuvo el Primer Premio de Poesía “Javier Egea”. Como dramaturga ha obtenido varios premios.
Yo no quiero escucharlos: los hago callar comprando flores y más flores, los hago callar con cortinas y servilletas nuevas.
Objetos Y ahora que estás lejos me pregunto si acaso vivir sola no me cuesta más caro.
Te están echando de menos los objetos de esta casa mientras los vecinos descifran, desde el otro lado de la puerta, el soliloquio cansino de un cepillo de dientes viudo sobre el lavabo.
Te están echando de menos los objetos de esta casa que voy aprendiendo a construir sola (Yo no quiero escucharlos). Sin haberte conocido
(De Manual de corte y confección)
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Las llaves de tu casa
Sentido de la orientación
Desde que hospedan mis bolsillos las llaves de tu casa, ningún vecino encuentra la luz del flexo trasnochando en mis cristales. Desde que no hay porteros ni timbres a la entrada de tu cuerpo, los amigos saben llegar veinte minutos tarde a mis citas y no hacen preguntas ni se extrañan cuando aparezco vistiendo mis pantalones de siempre con una camisa tuya. Desde que se colocó tu puerta en el norte de todas las brújulas, las farolas de mi calle me han borrado de su agenda y está aprendiendo mi cama a quedarse dormida sin esperarme.
Por mi mal sentido de la orientación, mis problemas de lateralidad y mi despiste, puede ocurrir que a veces despierte sobre la cama incorrecta, que me coloque los párpados del revés o me meta en unos zapatos ajenos y no sepa doblar los pies por dentro. Por mi incapacidad para medir distancias acostumbro a situarme delante o detrás del espacio previsto, un paso a la derecha o a la izquierda, y amanezco preguntando a los taxistas cómo tengo que colocar el mundo para regresar a casa. (De De puertas para adentro)
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Lara Moreno (1978), ha publicado relatos “Casi todas las tijeras” (Ed. Quórum, 204), Cuatro veces fuego (Tropo Editores, 2008) y poemas en La herida costumbre (CEDMA, 2008)
el hogar, otro olor. Qué raro es todo, qué triste.
Significados anuales. La lógica amorosa y circular. Repetir estación. Arte marcial: no agredir al contrario, eso es perder sin utilizar la energía, la agresión del otro. Devolvérsela.
Dices que la calle olía a mí. Que yo era la calle. Que el olor del metro, el ruido de la gente. Yo huelo la ropa limpia de mi casa, mis sábanas que se secan, y tú estás. Qué raro es todo, qué dulce.
He llegado hasta aquí para decirte toda la verdad que ya no duele y he perdido los versos que inventé mi recuerdo se fragmenta en las fachadas heridas de pegamento.
Mi pañuelo de invierno, mi pañuelo en el cuello, 66
Y ya es absurdo acusar al universo abandonado universo abandonado universo abandonado. Tú eres tú aunque yo no esté bailas la danza del vientre y haces trampa en los casinos. Yo me hago vieja de una vez y soy feliz. Para qué mentirte. (De Invierno)
foto: RaRo
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Ana Toledano (Jaén, 1979). Licenciada en Filología para que no se escurran en el tedio. Hispánica. En el año 2007 ganó el Premio de poesía Federico García Lorca de la Universidad de Granada con Contigo tengo suerte. el poemario Cómo decir yo. En 2010 ganó el Premio Ya sabemos cuidar del paraíso. Internacional de poesía Francisco Villaespesa con el poemario Para fugarnos de la tierra.
I. Sacudo el color polvo. Calculo vanidad en las apuestas.
II. Escúchame de cerca. No tragues los demonios que dejo por la casa que no tienen sentido los jaleos.
La cama que fulgura y tengo que encerrar el frenesí.
Retuerce mi grillete hasta que se haga leve. Hasta que se carcoma.
Hoy nos toca colada de rebajas y tender los cacharros. Estudiar bien la tabla del futuro. Encerarnos las pieles
Que no se arrugue el corazón hambriento. Que no se despilfarre.
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III. FrĂĄgil. Hay que tener cuidado en no quebrarme. Me deshago del fondo hasta la forma como un puzle de 500.000 piezas. Irreversible. Latir. (Del latĂn glattire. Dar ladridos agudos). Lato constantemente. Como un perro.
(De Para fugarnos de la tierra)
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poesĂa ar gentina
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10 poetas ar gentinos.
mendo hombre, calmado y con una poesía desarmante que sigue en pie de guerra, que sigue Hacer esta selección ha sido algo más fácil gra- luchando. Es una selección. Una lista de 10 nomcias a Internet. Allí encontré diversas páginas de bres, un número redondo. Una muestra de la poesía como el momo (elmomo.zoomblog) o la poesía argentina. Particular. Escúchenlos. revista digital Arquitrave donde pude ir conociendo a diferentes escritores. Después llegó el momento de contactarlos, para lo que me ayudaron Adrián Campillay y Chiro. Y luego la selección. Esta es mi selección. La selección de un puñado de gente que nació entre 1966 y 1976. Paco Urondo Argentinos. Peleadores. Arriesgados. Pero luego Juan Gelman llegó Francisco Urondo, un poeta al que nunca José Viñals había oído nombrar y con el que di por casualiClara Vasco dad, también por Internet. Quedé tocada por el Chiro (Mauricio Perez Ruz) personaje y por su poesía y por eso también está Adrián Campillay en estas páginas. Porque él también fue un luchaClaudia Masín dor, y un loco y amaba las palabras tanto como Rodrigo Galarza las causas perdidas. Y porque no sé cómo he Carina Maranesi podido estar tanto tiempo sin leerle.Y también Alicia Salinas pensé que no podía faltar Juan Gelman, ese tre71
Francisco Urondo nació en Santa Fe en 1930. Poeta, periodista, académico y militante político, Urondo dio su vida luchando por el ideal de una sociedad más justa. Su obra poética comprende Historia antigua (1956), Breves (1959), Lugares (1961), Nombres (1963), Del otro lado (1967), Adolecer (1968) y Larga distancia (antología publicada en Madrid en 1971). Fue asesinado en junio de 1976. "Empuñé un arma porque busco la palabra justa", dijo alguna vez.
B.A. Argentine Es este un país en el cual se fornica a toda hora en la hora de la serenidad y en la del peligro se fornica con esposas propias y ajenas en grupos de toda edad hombres entre sí mujeres entre ellas fornican como pueden en este país en este país se fornica sin alegría no se ama como uno quisiera en este país estamos muy tristes nos ha ocurrido una desgracia y ahora no hay sosiego en el corazón desorientado y se tiene miedo y todos quisieran abandonarse y claman por una tregua y no pueden amar como soñaron ni reconocer que otros vendrán sin nuestro señorío sin nuestra incapacidad.
Bar "La Calesita" Es el fondo de un bar. Es un lugar parecido a una cueva donde uno se sienta, bebe y ve pasar a hombres enrarecidos por distintos problemas. Es una gran linterna mágica. Es una gruta retirada del mundo que cobija a sus criaturas. Uno se siente allí ferozmente feliz. Acaba de aparecer el primer hombre, apenas ha aprendido a caminar, aún no sabe defenderse. El hombre sonríe y llora y sigue la fiesta. 72
hacerme entender. Y esto es agudo como un ataque que nos traga la lengua; pido entonces disculpas por la mala impresión, por las exageraciones.
Milonga del marginado paranoico. Parece mentira que haya llegado a tener la culpa de todo lo que ocurre en el mundo; pero es así. Han tratado de disuadirme psicólogos y sociólogos de mi tiempo, me han dado razones de peso técnico largamente formuladas y parcialmente ciertas. Pero yo sé que soy culpable de los dolores que aquí siento y recorren el mundo; de las soledades que lo van vaciando: quisiera saltar como Juan L. Ortiz, vociferar como Oliverio Girondo, pero: primero, ellos me ganaron de mano; segundo, no me sale bien y aquí empieza todo nuevamente: otro sufrimiento igual a diapasones y recursos que conozco perfectamente y que no vale la pena repetir: primero, para no emularlos; segundo, porque tendré que ir reconociendo que no he sabido 73
te pisaré loco de furia. te mataré los pedacitos. te mataré una con paco. otro lo mato con rodolfo. con haroldo te mato un pedacito más. te mataré con mi hijo en la mano. y con el hijo de mi hijo muertito. voy a venir con diana y te mataré. voy a venir con jote y te mataré. te voy a matar derrota. nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez. vivo o muerto un rostro amado. hasta que mueras dolida como estás ya lo sé. te voy a matar yo te voy a matar.
Juan Gelman (Buenos Aires, 3 de mayo de 1930). Poeta y periodista. Premio Nacional de Poesía 1997. Premio Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe, 2000. Premio Cervantes, 2007. Juan Gelman tiene una biografía intensa y una bibliografía que puede rastrearse en Internet y que es imposible resumir en unas pocas líneas.
Nota I te nombraré veces y veces. me acostaré con vos noche y día. noches y días con vos. me ensuciaré cogiendo con tu sombra. te mostraré mi rabioso corazón. 74
José Viñals (1930, Corralito, Argentina- 2009 Málaga, España). Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: Entrevista con el pájaro (Losada, Buenos Aires, 1968) Coartada para Dios (Losada, Buenos Aires, 1970) Poesía reunida Antología (Ayuntamiento de Jaén, 1995) He amado (La Poesía, señor Hidalgo, 2006)
Cantigas en voz baja Si fuiste una sospecha, un sueño o un delirio, si dormiste a mi lado cuando estaba dormido. Eras de terciopelo, de estrella, de infinito. O nunca como ahora eres sombra y vacío.
Con extrema lentitud Bebo un vino lento. Bailo un vals lento. Se muere lentamente. Voy perdiendo los ojos en desoladas lentitudes.
Fuiste la amada y eres dolor mas nunca olvido. (De He amado) El impostor Debe el hombre elegir entre perderse y salvarse; pero si elige esta perdido
(De He amado)
(De Poesía reunida. Entrevista con el pájaro) 75
Clara Vasco (“Nací en Venezuela el 3 de diciembre de 1967. Cuando tenía 8 meses volvimos a Argentina. Soy argentina”). Estudió Ciencias de la Comunicación en la universidad de Buenos Aires. Concurrió al taller de poesía de Gianni Siccardi y al taller literario “El tren de la palabra”, coordinado por Lidia Rocha e Inés Manzano. Su poesía ha sido seleccionada para la plaqueta 11 poetas jóvenes y difundida en varias antologías. Su primer libro ha sido Lavandera de la noche.
Umbrales cuando salgo del amor ando por la calle con un puñal en la garganta y otro en el corazón me entrego a los umbrales como a un regazo las calles de los hombres que amo son misteriosas guardan el perfume de sus cabellos y el gesto de la mañana cuando salen a vivir las calles donde están las casas de los hombres que amo guardan retazos de mar en las ventanas una violencia me obliga a transitarlas como una sonámbula buscando rastros de piel siento el mundo apretándose en mi cuerpo cuando amo laten conmigo los pájaros de la cuadra y otros hombres que pasan y me ven así me dicen obscenidades o piropos inocentes y yo los perdono 76
Las aves El ya no vive cerca se mudó a otra mujer Sus brazos se alargan con la lluvia para tocar el desamparo de las aves en los puertos por donde viaja su alma Yo pasajera del día más frágil que las aves saludo a la distancia El habita sin embargo en mí polizonte hace maniobras en el agua de mi cuerpo La tarde se ha puesto transparente es un sombrero de copa la hojas anidan en el pavimento el frío es un cuerpo que canta
Ilustración: Sonia Hidalgo
(De Lavandera de la noche) 77
Chiro, (Mauricio Pérez Ruz) nació en San Juan, todo Argentina, en agosto de 1969. Ha publicado: Milagro/Miseria (1997) Edición del autor todo acá sirve para retenerte Fiebre, poemas incoherentes... (para algunos) (2001) hasta el dolor Ediciones El Níspero ¿Has pensado un mundo sin calmantes? (2005) Ediciones Biguá.
mujer de puerto y mar sensatez
besos he dejado en este mar como a esta noche le siguen otras he dejado pasos por dar soy lejos partes de lo que el horizonte esconde deseo apretado en la garganta el viento enredándose en los barcos saudade
se olvidó de mí el tren de la infancia pasó y me justifico diciendo que se olvidó de mí se supone que debía estar atento el silbato suena una sola vez para todos ¿por qué decir que no lo oí?
aquí en el sur 78
Adrián Campillay, nació en San Juan, 1969. Escritor y diseñador gráfico, lleva adelante la bitácora: elmomo.zoomblog.com. Algunos de sus libros son Poemas para después de un cigarro (1995); El amor y otros mundos (1996); El ojo del bandoneón (tango en 4 actos, 2001); Las flores secretas (2004); Las ciudades interiores (2004); Poemas de amor para ser mordidos (2005); Libro de mar (2005) y Carne de cañón (2006).
y cuando abren la heladera piensan sólo en excesos en sus madres o en cualquier otro fracaso de ternura como digo cada uno tiene sus exorcismos.
Excusa para un libro
Autoleyenda
Cada uno tiene sus exorcismos unos van a la playa otros se hunden en el mar y otros se sacan los clavos en casa como si fueran garrapatas se quedan sin ropa frente al espejo lloran largamente
sin querer entrar en la corriente de polvo fui atrapado en el viento del desierto me salieron espinas en la lengua y ya no pude tragar al costado de mi cuerpo fueron formándose cayos verdes y amarillas pupilas de lagarto el sol dejó de quemarme y las espinas 79
las espinas me duelen todavía pero ya no sueño con mi padre sino con un cerro de barro anaranjado sobre el que se pone la luna por las noches el frío me hace quedar mirando las estrellas mientras mi sangre guarda al sol mi única esperanza es que el viento gire para siempre
Ausencia
hasta la piedra.
somos su ausencia.
somos la trampa donde animal se enreda. hicimos la noche y ahora todo es adorable en oscuridad. sin embargo el día piensa en nosotros.
...
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voy a clasificar todos los géneros de dolor que conozco como si fueran piedras. —Tal vez en los manuales —me decía— entre fallas y estalactitas aparezca en una foto yo con mi disfraz de explorador y en una nota al pie, esta descripción: nena de piedra hallada en una cueva muy al norte, casi escondida, el cuerpo cubierto de palabras talladas, por el tiempo transcurrido, incomprensibles.
Claudia Masín, nació en Resistencia en 1972. Vive desde 1990 en Buenos Aires. Obtuvo el Premio Casa de América en 2002 por su libro La vista. Poemas suyos han sido compilados en diversas antologías, entre ellas Poesía latinoamericana del Siglo XXI: el turno y la transición (México, 1998). Ha publicado: Bizarría (1991), Geología (2001), La vista (2002) y El secreto (antología 1997-2007).
Geología Toda nuestra infancia debe ser imaginada de nuevo. Gaston Bachelard.
De pequeña probablemente pensara que la geología era la ciencia que enseñaba a vivir en la tierra. Geo, tierra, Logía, ciencia. Era razonable, y desde entonces Yo voy a ser geóloga cuando sea grande, informaba, como quien dice voy a averiguar sola lo que nadie me sabe contar,
Niños del cielo Todo lo que perdemos suma una cifra única, la nuestra. Si perdieras algo tuyo, algo que no estaba destinado a perderse, tu cifra sería inexacta para siempre. 81
París, Texas
Ilustración: Sonia Hidalgo
Me gustaría contarte lo que veo, hablarte de los hoteles abandonados apareciendo de la nada en medio de la carretera como castillos solitarios cuyos puentes levadizos hubieran sido dinamitados hace tiempo. Me gustaría contarte lo que veo pero es imposible hallar un dolor que condescienda a ser narrado. ¿Vale la pena entonces, emprender tan largo viaje para ir de un extremo a otro del silencio? También es imposible callar por completo: sé que terminaré por llamarte, como se llama a alguien cuando se está a oscuras, sin el auxilio de la voz, un estremecimiento semejante al de esas luciérnagas que al chocar contra un parabrisas en la ruta, se deshacen esparciendo una nube pequeña de polvo y luz, y ésa –quizás- es su idea de un encuentro. (a Wim Wemders)
(Poemas del libro Geología) 82
una eternidad irrepetible
Rodrigo Galarza nació en la provincia de Corrientes Argentina, en 1972. Es profesor en Letras. Cofundador del Grupo Literario ¨Pájaro de Tinta¨ y director de la revista del mismo nombre. Se ha desempeñado como editor del sello Amargord, dirigido la revista de Estudios poéticos y el ciclo de poetas en vivo de la misma casa. Desde el 2001 vive en Madrid. Ha publicado entre otros: Soles dormidos (1992); Relámpagos de crepúsculos (Edit. Pájaro de Tinta, 2000); El desierto de la sed (Amargord, 2005, Madrid); 17 tangos y algo más, (Amargord, 2007); Odiseo en Lavapiés (Amargord,2007); Parque de destrucciones, El suri porfiado (Amargord, 2008).
ardida luz de oscuros ángeles astillados en silencios que duelen nacimientos no tenés orillas y sin embargo día a día busco encallar en tu boca para que me salves me digas quien soy quien fui…
Arte poética no tenés orillas atada vas a la desnudez del aire abriendo el fuego de antiguas estrellas nombres entrelazados por un secreto rocío que hace brillar el tiempo como si fuera 83
Compuertas I es tarde hay pájaros que sangran sus abismos y río de silencio que me lame los huesos y entonces río de tuétano con las compuertas abiertas río sin orillas: el rito de la muerte que bufa y me lleva pasajero de las sombras es tarde…
I. Pensás en el barro y sos el barro. Le insuflás tu aliento y mirás hacia arriba. Luego desconfiás, que lo que arde en tus manos sean estrellas. 84
Carina Maranesi, Mara (Rivadavia, Argentina, 1972).
Los gatos Estiro las piernas las encojo, tuerzo la espina en convulsi贸n desperezante, luego brazos al Este, cabeza al Oeste. Bostezo lento, me falta maullar, lamerme las yemas de los dedos quemarme en la llama lenta de tus ojos, que me rasques el ment贸n, que me afile en tu tensa espalda. Que nos cacemos mutuamente otra vez, como anoche, y continuemos placenteramente ilesos.
Centauro Ayer fui jinete en la oscuridad, montada en el resoplido de tu corcel. Fue intenso el viaje detenido. La tormenta nos dej贸 un ramillete de perfumes en la ventana y se retir贸. Ayer fui jinete y supe que en ciertas noches cabalgan sobre esta tierra centauros con cabeza de mujer. 85
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Frente al espejo Ella sopla La flor de panadero Que habita En sus ojos
Se me caen las letras de tu nombre Por el camino del pensamiento Entonces me silencio: SonrĂo a los niĂąos, Silbo en las veredas, Ando en zancos invisibles Por esta honda ciudad
Vuelan chispas o lĂĄgrimas Pero, como es costumbre en las mujeres De su estirpe, En vez de rendirse Contempla el desarme
Pensando en vos, Sintiendo en vos, Temblando en vos
Pide un deseo
Con vos encima,
Y apuesta
Y un deseo calladito
A la mejor cara de la suerte
Y sin palabras.
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Alicia Salinas nació en 1976 en Rosario, Argentina, donde vive. Es licenciada en Comunicación Social, periodista, poeta y docente. Ha publicado, en poesía: Gallina ciega (Ed. Ciudad Gótica, 2009); La sumergida. (Ed. Los Lanzallamas, 2003). También figura, entre otras, en estas antologías: Segunda selección de poetas argentinos, Asociación de Poetas Argentinos (APOA). Buenos Aires, 2009 y Poetas del tercer mundo, Editorial Ciudad Gótica, Rosario, 2008.
país canto mi himno desaparezco siempre presente mi desaparición insurrecta sin recta ni tangente
Quién sabe Alicia ese país
mi endeblez se subleva
quién sabe alicia ese país por desaparecida no aparezco no surjo
mi endeblez se subleva pero frágil me callo, encinta
insumisa insurgente sin sueño no surjo entre tu gente insomne
sin clase ni útero quise con cáritas en las manos sucias
alicia despaisada sin maravilla.
limpia me amaron desclasada 87
sin cintas en el pelo
no doy más no me dan pido pan pido paz me caigo de las nubes no llego nunca al cielo hundida en esta desesperación en esta tierra que me olvida.
en flancos florece la pampa y yo debajo, como una necesidad de la tierra.
duelen las uñas de mirarme a los ojos (De La Sumergida) duelen las uñas de mirarme a los ojos y me callo anclada en los lodos malos de la patria sin plata ni río todas las horas que en vano te esperé país sin que te quedaras ¿dónde más voy a ir? me duelen las lenguas 88
jes, escritores, artistas y demás. Por eso pagan a alguien como Maruja Torres (por poner un ejemplo) por dar una opinión que podía dar en el patio de su casa de vecinos y no a mí. Y sin embargo yo no estoy aburrida y no voy a ocupar un espacio que pueden leer miles de personas en hablar de zapatos, dietas, abdominales ni gilipolleces por el estilo que a sus seguidores le harán mucha gracia. Pero claro. Unos no somos nadie y otros tienen un nombre. Eso de tener un nombre es cuestión peliaguda porque parece que todo te está permitido. Todo lo que sea políticamente correcto, claro, todo lo que entre en ese pensamiento único que cada medio trata de mantener. Y de vez en cuando hay que meterse con Aznar (si es de El País) o con Rubalcaba (si es de El Mundo). Muy aburrido. Y muy muy cabreante. Afortunadamente ahora tenemos un medio como es internet donde periodistas, escritores, ilustradores y poetas escriben blogs magníficos. Gente que está allí. Y que nos renuevan con su forma de ver y contar las cosas. Aire fresco. Cuentan esas otras pequeñas cosas que no parecen importantes pero que necesitamos oír. Como que hay lugares donde la gente empieza a organi-
Últimos apuntes o la opinión de cualquiera. RaRo Cada vez que leo los periódicos nacionales me llama algo la atención. Los columnistas, esos escritores que tienen una tribuna abierta para expresar sus opiniones y que son leídas por miles de personas, coinciden. Pero no en una cosa. Coinciden casi siempre. Y en casi todo. Lo cual me lleva a pensar que todos leen los mismos libros o parecidos, ven las mismas series y películas y leen los mismos periódicos. De esta manera da la sensacion de que el mundo gira en una espiral sin salida con un peligroso pensamiento único de fondo. Se me ocurre que existen muchas más cosas ahí afuera que merezcan ser contadas. Porque ¿serán cosas mías o todos parecen cortados por el mismo patrón?. Durante unos años intenté mandar mis artículos de opinión a periódicos nacionales. Por supuesto nunca recibí ni una sola respuesta. Supongo que mis opiniones no interesaban a nadie. Cosa normal, porque en realidad a nadie le importa la opinión de cualquiera. La gente quiere saber la opinión de gente conocida, de persona89
zarse en cooperativas para mantener su trabajo. Que hay gente que trabaja en centros educativos dados por perdidos para que los chavales con menos posibilidades tengan otra perspectiva del mundo. Que cada vez más personas se vuelven al campo y abandonan una ciudad que les ha sido hostil, para regresar al cultivo de la tierra y al silencio del pueblo. Que se comparten espacios para sacar adelante proyectos comunes... Hay personas que hacen un trabajo pequeño pero constante y vital para que las cosas puedan ser un poco mejores. Sin embargo muchas de esas cosas no salen en los medios. Y si lo hacen es a modo de anécdota. Como no sale algo que resulta muy curioso y en lo que voy a insistir: El sector turístico es el mayor sector económico de nuestro país. Y también uno de los que ofrece los trabajos más ingratos. Increíblemente, y nadie sabe porqué, los camareros (o friegaplatos o cocineros y ayudantes...) suelen tener horarios infames, totalmente incompatibles con una vida medianamente familiar. Si tienes hijos, no te dediques a la hostelería. Si no los tienes, búscate amigos o una pareja que trabaje en lo mismo. Al menos te juntarás con ellos. Eso sí, de noche, que todos
los gatos son pardos. Vivo en un lugar de costa en el que nadie entiende por qué no llegan más turistas durante el invierno, en esos meses de enero a mayo, de temperaturas suaves. Hasta hace poco tiempo muchos negocios se mantenían por las ganancias realizadas en dos meses de verano. Eso ha cambiado. Pasó a la historia. Réquiem. Han ido abriendo tantos negocios en toda la zona que empieza a haber lucha por conseguir clientes fuera de temporada (incluso casi en temporada). ¿Pero qué pasó con aquello que se dio en llamar turismo sostenible? ¿por qué no hemos vuelto a tener noticias sobre ello?. Desde luego, en el sitio donde vivo, que es un Parque Natural, no hay apenas rastro de ese tipo de turismo. Por la simple razón de que el dinero llama al dinero, y quien tiene un negocio quiere tenerlo lleno y cuanto más mejor. ¿Qué era eso de la sostenibilidad? Los recursos naturales son limitados pero a nadie parece importarle, salvo a la hora de poner el precio. Deberíamos recordar que no todo tiene precio, que no todo se puede comprar.
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ÍNDICE: - El ojo público. - El lector inactual (José Sánchez Sanz) - A propósito de César Aira (Juan Cruz López) - París no era una fiesta (José Luis de la Cámara) - Además de Borges (Carlos Serrano) - Destellos: faros del fin del mundo (Mario Sanz) - Cenizas escogidas (reseña de Pedro Villalón) - Fogwill (Miguel Ángel Maya)
6-7 8-11 12-14 15-19 20-22 23-26 27-29 30-31
- Cine. Abel. (Ángel Cagigas)
32-33
Relatos - Alentejo blues (Domingo López) - Lo español y yo (F. Lefer)
35-37 38-45
Palestina. Ve y cuéntalo (Alejandro Fierro)
46-52
- 10 poetas españoles - 10 poetas argentinos - Últimos apuntes
54-69 71-88 89-90 91
Juan Cruz López (nueva-gomorra.blogspot.com) Carlos Serrano (el callejóndelgato-carlos.blogspot.com) Miguel Ángel Maya (miguelangelmaya.blogspot.com) Domingo López (poemarioblues.blogspot.com) F. Lefer (pescayblues.blogspot.com) Alejandro Fierro (rumboagaza.org) Poetas: Lara Moreno (nairobi1976.blogspot.com) J.P.G. (librosyaguardientes.blogspot.com) Inma Luna (inmalunatica.blogspot.com) Los ilustradores: Santos Beltrán Manuel Olivenzia (artesflamencas.blogspot.com) María Torres Encarna Morales Sonia Hidalgo (www.soniahidalgo.com y curioseame.blogspot.com) A todos, gracias.(la revista se puede bajar desde el blog: rakelraro.blogspot.com) 92
Ilustración: Encarna Morales
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