Felisa Prieto y la primera década de la EBC

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Felisa Prieto

y la primera década de la EBC

El pasado primero de abril la EBC cumplió 95 años de existencia, que se han construido año con año, mes con mes, día con día, minuto a minuto, segundo a segundo.

Construimos nuestra historia paso a paso. La historia de la EBC se cuenta con la historia de nuestra comunidad (alumnos, ex alumnos, profesores y colaboradores). En esta ocasión recordaremos parte de nuestra primera década de historia, de nuestra vida cotidiana de los años treinta y un poco más.

Este artículo quiere recordar y rendir honor a Felisa Prieto, fallecida en 2014, notable ex alumna egresada de la carrera de Funcionario Bancario, Generación 1936-1939.1

La primera década de vida de la EBC está ligada al Centro histórico de la Ciudad de México, particularmente a los edificios del Banco de México en 5 de Mayo (1929-1932), Palma 27 (1932-1935) y finalmente Palma 44, el Edificio Thermidor (1935-1942). El constante flujo de inmigrantes que invadía la ciudad cada día era como una fuerza de la naturaleza que esculpía su forma, erigiendo un paisaje urbano en constante evolución. Entre el bullicio de la construcción, surgían nuevos edificios que alcanzaban las alturas y adoptaban estilos arquitectónicos innovadores, transportando la imaginación hacia lejanos horizontes urbanos. Estas estructuras no sólo simbolizaban progreso y prosperidad, sino que también encarnaban la promesa de un futuro prometedor.

En esa ciudad infundida por el espíritu de progreso, la EBC ofrecía carreras de Funcionario Bancario y Contador Privado. Y es en ese contexto donde entra la joven Felisa Prieto a su carrera como Funcionario Bancario:

Mi ingreso a la Escuela Bancaria y Comercial fue una consecuencia del experimento político que constituyó la elección del General Lázaro Cárdenas a la

1La entrevista que sirvió de fuente primaria para este texto fue realizada en 2005 por Alejandro Fabián Ruiz, colaborador de la EBC, e Izkalotzin Flores, becaria y estudiante de la Licenciatura en Negocios Internacionales. Es parte de un proyecto, dirigido por la maestra Cecilia Sandoval Macías, que sirvió para entrevistar a diversos miembros de la comunidad EBC. La maestra Sandoval es la fundadora del Archivo Histórico de la EBC

Edificio Thermidor 1935, Fondo Escuela Bancaria y Comercial, AHEBC.

Presidencia de la República. En el año de 1935, el nuevo presidente decretó que México, de ahí en adelante, sería educado dentro de los patrones del socialismo. Inmediatamente fueron clausurados todos los colegios confesionales, estos eran los que administraban en su mayor parte los religiosos y sacerdotes católicos.2

En ese entonces, México se encontraba en un proceso de fortalecimiento institucional llevado a cabo por el presidente Lázaro Cárdenas del Río que impactó también en los aspectos culturales y educativos. En 1937 se fundó el IPN, en 1939 se fundó el INAH y en el mismo año, a través de un decreto presidencial, la EBC recibe la libertad para poder diseñar sus planes de estudio, los cuales tienen desde entonces validez oficial.

Doña Felisa Prieto ingresó a la EBC cuando esta se ubicaba en el Edificio Thermidor:

La escuela ocupaba los pisos tercero y cuarto del edificio de la esquina de Palma y Venustiano Carranza. El edificio se conocía como el de Gerber. Nada tenía que ver con la alimentación infantil que entonces no existía. La planta baja de la construcción la ocupaba un negocio mueblero de importación de nombre Gerber

Carlisle & Co. 3

En esos dos pisos se concentraba toda la vida académica de la EBC. Agustín Loera y Chávez era director en ese entonces. Don Agustín era un personaje que tenía cierta fama, una persona conocida en el ámbito público. De hecho, fue una de las razones por las que la familia de nuestra ex alumna decidió que estudiara en la Institución. “…algún pariente le sugirió a mis papás la posibilidad de ver la inscripción a una escuela comercial que empezaba a cobrar fama de buena institución educativa. Por lo menos, debe ser muy decente, porque el director es Agustín Loera y Chávez. Así dijo mi mamá: Debe ser muy decente.”4

Actualmente, el edificio es utilizado como hotel. Sin embargo, con una imaginación dirigida al pasado y apoyándonos en esta foto, podemos reconstruir sus primeros momentos como alumna:

“El salón que me tocó fue el segundo, bajando la escalera del cuarto al tercer piso. Ya don Agustín le había advertido a mi mamá que estaría yo en un salón casi totalmente de varones, será por eso que me acuerdo más de las pocas mujeres que iniciamos allí la carrera de Funcionario Bancario. La población femenina estaba compuesta por dos claros sectores: el elitista, señoritas de familias más o menos acomodadas y las que modestamente no teníamos más credenciales que las de pertenecer a una muy moderada clase media.”5

2 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

3 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

4 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

5 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

Uno de nuestros principios institucionales es “Somos estudiantes para siempre”. Desde aquellos años, Felisa parecía saber de él. Ella había recibido su educación básica en Estados Unidos, por lo que adaptarse a un nuevo idioma y a una nueva forma de aprender fue todo un reto, que ella enfrentó y superó con creces.

En aquel tiempo, suena bíblico y casi lo es, los exámenes mensuales se escribían en pequeños cuadernos, y nunca olvidaré lo que el maestro Loera y Chávez, que era también director de la escuela, me dijo, “Señorita Prieto, he intentado leer sus contestaciones a su examen. Lamento decirle que, desde luego, usted no escribe en español y dudo que lo haga en inglés.” Rara vez he sentido vergüenza igual. En ese momento me propuse el nunca más. Cinco años más tarde, en ese mismo salón de clase daba yo la clase de Lengua y Literatura Castellanas… Mi frustrada ambición de trabajar, efectivamente, como funcionaria bancaria, me llevó a aceptar el ofrecimiento que don Agustín me hizo de formar parte del Departamento de Cursos por Correspondencia, como instructora. Cada año, durante los meses de junio y julio, don Agustín viajaba a Europa y yo lo suplía en sus clases de Lengua y Literatura Castellanas.6

Durante esta entrevista, Doña Felisa comentó esto sobre el cuerpo docente y la labor de Agustín Loera y Chávez:

El maestro Alfredo Chavero; el maestro Octavio Calvo, excelente maestro de Legislación Fiscal. ¡Y cómo olvidar a mi muy querido maestro de Organización de Oficinas, el brillante Manuel Tello! ¡Qué maestros! Verdaderamente. A mí me dan pena estas generaciones. Seguramente, hay ahora gente muy capaz; pero esas gentes que compartieron, no sólo el inicio de la Escuela –la escuela es indudablemente parte de la historia de México y desde luego importantísima parte de la historia de esta ciudad tan atribulada ahora y tan preciosa entonces-. Pero si les digo que esa, don Agustín reunió gente extraordinaria para su escuela. Es decir, estos maestros no eran los maestros de todos los días, muchísimos trabajaban de verás por amor al arte. Iban a la escuela porque tenían deseos de educar. Nosotros, creo que no correspondimos totalmente. Yo sí. Para mí, la escuela fue –y fue desde niña- un deber, y la Escuela Bancaria, para mí, fue una experiencia extraordinaria. Todavía lo es.7

6 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

7 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

Felisa Prieto en su época como estudiante, Fondo Escuela Bancaria y Comercial, AHEBC

Agrega después: “Durante el cuarto año de carrera, en 1939, se fundó la Dirección de Estadística, y, por supuesto, don Agustín consiguió que la materia precisamente de Estadística nos la impartiera el nuevo director de la flamante institución.”8

Era otro aquel centro histórico, uno que convivía con la reconstrucción y la modernidad, donde la dinámica de aprendizaje, estudio y convivencia entre alumnos era distinta.

Es menester mencionar las largas tardes durante las cuales, saliendo de Palma 44, nos íbamos en pequeños grupos a llevar a cabo las labores de investigación que se requería hacer para las famosas monografías. La Biblioteca Nacional, la de San Carlos y hasta la recién estrenada del Congreso, en la calle de Tacuba, fueron escenarios de nuestros afanes informativos.

Es difícil visualizar una época en la que los estudiantes, en su mayoría, no contábamos, en el mejor de los casos, más que con vetustas máquinas de escribir. La mayoría de los trabajos que los maestros nos requerían, los hacíamos a mano. El hecho de que la Bancaria estuviera en el Centro no era de relevancia extraordinaria. Era una escuela para gente que se proponía trabajar algún día. No hay que olvidar que un sector muy importante de la escuela era su turno nocturno, la escuela para empleados. Tampoco debe hacerse a un lado la alta importancia que por mucho tiempo tuvo la Escuela por Correspondencia. Como instructora, recuerdo muchísimos casos, algunos chuscos, otros no tanto.9

Doña Felisa Prieto estuvo casada con Ignacio Carrillo Zalce, abogado y profesor fundamental para la EBC, pues fue productor de diversos materiales bibliográficos que fueron utilizados por diversas generaciones de estudiantes. Menciono esto porque en la escuela uno acude principalmente a aprender las habilidades que le permitirán desarrollarse en un área del mundo laboral en un futuro, pero también a divertirse, a experimentar y a enamorarse, como fue el caso de doña Felisa Prieto.

8 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

9 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

Felisa Prieto en 1938, sexta de izquierda a derecha en la primera fila, Fondo Escuela Bancaria y Comercial, AHEBC.

Durante algunos años, los Cursos por Correspondencia se alojaron en Palma 32, donde la Bancaria alquilaba una pequeña oficina de dos espacios, uno para la editorial y el otro para la Escuela por correspondencia. Precisamente, porque el espacio llegó a ser demasiado pequeño, en el piso superior del mismo edificio se alquiló otra oficina para que la editorial y algunos archivos de Cursos por Correspondencia pudieran ampliarse… En las escaleras de Palma 32 conocí al licenciado Carrillo Zalce, alumno de don Agustín desde sus días preparatorianos y que ahora prestaba sus servicios en la editorial.10

Retomando el retrato que nuestra ex alumna nos pintaba, volvamos a la descripción sobre el centro histórico.

El Centro de ese tiempo, aún no denominado Histórico, era fascinante. Enfrente de la Bancaria, estaba la Casa Armand, almacén pequeño y distinguido, muy afrancesado, donde se podía comprar telas, encajes, listones y botones. Atravesando la calle de Venustiano Carranza, a unos pasos de la esquina con Palma, estaba la Salchichonería Fischot. En este pequeño y sencillo local se preparaban deliciosas tortas en bolillos largos y más bien pequeños. Costaban 25 centavos. No era frecuente tener el efectivo sobrante del transporte de cuatro viajes diarios que le permitiera a uno tan singular deleite. Después vino Sidralí, en la esquina de Madero y Palma, también muy socorrido por los alumnos, pero de menor calidad y menos romance que Fischot. Las empanadas de este pequeño local eran pequeñas pero deliciosas. No teníamos para mucho, pero todo lo disfrutábamos.

Los camiones colonia del Valle-Coyoacán tenían su terminal en Palma, enfrentito de la Escuela. Ahí también daban vuelta los tranvías para el regreso. El Centro mercantil París Londres, la gran sedería Summer and German, la Casa Boquer, la Joyería La Princesa, el Palacio de Hierro y el Puerto de Liverpool eran algunos de los almacenes que rodeaban a la Escuela. Muy importantes para nosotros eran la preciosa papelería de la Elvetia y la mucho más democrática El lápiz del águila. Hay que acordarnos que no había bolígrafos. La computadora todavía ni se soñaba.11

Esa fue la experiencia de nuestra ex alumna. Esas son las palabras que ella utilizó para describir su paso por la EBC.

En la preparación de este artículo, tuve la oportunidad de platicar con Izkalotzin Flores, quien realizó la entrevista a doña Felisa Prieto. Ella es egresada de la Licenciatura en Negocios Internacionales, Generación 2003-2007. Es una de nuestras ex alumnas

10 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

11 Entrevista a Felisa Prieto, Inédita, 2005, AHEBC

destacadas. Actualmente, se desempeña como Consultora Internacional de Adquisición de Talento en The Hiring Revolution LLC.

Durante esta brevísima plática, fui testigo de la profunda marca que dejó doña Felisa Prieto en Izka, pues no sólo conoció a una ex alumna destacada la tarde que la entrevistó, sino a una gran persona. Para ella, era una maestra de vida, una consejera, una voz de la experiencia.

Para Izka, quien compartió horas al teléfono con ella, antes de que existiera la mensajería instantánea o las video llamadas, en doña Felisa había una mujer inteligente, sinónimo de ética, profesionalismo y sororidad, una mujer inteligente que sabía mantener el equilibrio entre su vida personal y su desarrollo profesional; inteligente, conocedora de la historia y de la literatura universal; pero no sólo en temas académicos, doña Felisa Prieto podía brindar consejos sobre cualquier tema, ella recurría a su sabiduría del mundo empresarial, de las experiencias que pudiera compartir al enfrentarse a los retos del crecimiento profesional.

Compartir con Izka González esta plática fue una experiencia inesperada y conmovedora. Le agradezco mucho que haya compartido tan gratos recuerdos; deja en claro la calidad de persona que fue Felisa Prieto, personal, académica y profesionalmente, con quien en este articulo pudimos viajar a la primera década de vida de la Escuela de Negocios de México.

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