Orientaciones Universitarias 45

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Orientaciones Universitarias

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Discursos y textos 2012 - 2013




Orientaciones Universitarias Discursos y textos 2012 - 2013

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Orientaciones Universitarias Publicación periódica de la Rectoría de la Pontificia Universidad Javeriana Nº 45 Discursos y textos 2012 - 2013 Director

Joaquín Sánchez García, S.J. Rector Pontificia Universidad Javeriana

Compilación y Coordinación editorial

Jairo Humberto Cifuentes Madrid Secretario General

Preprensa e impresión

Carlos Julio Cuartas Chacón Decano del Medio Universitario Facultad de Ciencias Jurídicas Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas – JAVEGRAF

Bogotá, D.C., enero de 2014


CONTENIDO Presentación Joaquín Sánchez, S.J. Rector de la Universidad

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I PARTE Acreditación Institucional de Alta Calidad Joaquín Sánchez, S.J.

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Jornada de Reflexión Universitaria 2012 Francisco de Roux, S.J.

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Cruz San Pedro Claver Joaquín Sánchez, S.J. Tatiana Quiñonez Yepes

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Posesión de Nuevos Vicerrectores Francisco de Roux, S.J. Joaquín Sánchez, S.J.

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II PARTE Encuentro con el mundo de la cultura Papa Francisco

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Liderazgo Ignaciano Adolfo Nicolás, S.J.

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Unicap: en la ciudad de los puentes, una universidad sin fronteras Adolfo Nicolás, S.J.

55

La Javeriana, Universidad transformadora Adolfo Nicolás, S.J.

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Palabras para la vida Adolfo Nicolás, S.J.

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PRESENTACIÓN Con este nuevo número de Orientaciones Universitarias deseamos dar continuidad a la publicación que desde octubre de 1989 recoge documentos cuya lectura sirve para iluminar el trabajo que realizamos en una universidad como la Javeriana, siempre preocupada por los principios y valores que guían su quehacer en la cotidianidad, así como también por la transformación de una sociedad que reclama con urgencia condiciones más humanas. En dos partes hemos agrupado los discursos y textos que contiene esta edición. En la primera de ellas, se encuentran algunas de las intervenciones durante cuatro actos importantes que se desarrollaron en 2012, dos de ellos, de carácter excepcional, pues tanto la acreditación institucional de alta calidad que recibió formalmente la Universidad el 23 de marzo de ese año, así como la posesión de nuevos Vicerrectores, realizada el 1º de octubre, también en 2012, marcan de manera significativa el itinerario de la Javeriana. En efecto, nueve años después de haber obtenido por primera vez este reconocimiento del Ministerio de Educación Nacional, –hecho destacado de la Educación Superior en Colombia debido a que era la primera universidad que había realizado el proceso correspondiente y lograba tal certificación–, a la Javeriana, en su Sede Central, le fue renovada su acreditación, al mismo tiempo que se le otorgaba por primera vez a la Seccional de Cali, decisiones contenidas en la misma resolución del Ministerio. En igual sentido, se puede hacer referencia a la posesión del primer Vicerrector de Investigación y el primer Vicerrector de Extensión y Relaciones Interinstitucionales, en virtud de la reforma aprobada por el Consejo Directivo Universitario, que introdujo este cambio en el esquema del Gobierno General que no se había modificado desde su definición en 1971. Las otras intervenciones que se incluyen en esta primera parte, corresponden a dos eventos que se han venido programando regularmente en el calendario anual de la Universidad: la Jornada de Reflexión Universitaria y la entrega de la Cruz San Pedro Claver. En el primer caso, la Jornada realizada en 2012 se desarrolló alrededor de las Orientaciones del Consejo


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de Regentes a la Universidad (1º de diciembre de 2011), con una amplia y riquísima discusión. El texto de la homilía del Vice-Gran Canciller en la Celebración Eucarística que tuvo lugar durante este encuentro de la Comunidad Educativa Javeriana, constituye una pieza importante de reflexión sobre las implicaciones que tiene en nuestro trabajo el ser una universidad regentada por la Compañía de Jesús. En cuanto a la Cruz San Pedro Claver, que hace evidente la opción de la Javeriana por el servicio a los más necesitados, consideramos de interés publicar, no sólo el mensaje del Rector, sino también el de la estudiante que en nombre de los galardonados expresó su gratitud y compartió su experiencia y sentimientos en cuanto a esta dimensión de la vida universitaria. En la segunda parte de este número de Orientaciones Universitarias hemos incluido, en primer lugar, un discurso del Papa Francisco, pronunciado el 22 de septiembre de 2013, apenas seis meses después de su elección, durante la visita que hizo a un centro universitario de Cerdeña. Por supuesto resulta de especial interés la lectura de estos párrafos en los cuales el Santo Padre formula algunos planteamientos acerca del trabajo de las universidades en el mundo actual. Se trata, pues, del primer texto del papa Bergoglio que aparece en nuestra colección. Siguen al texto del Papa Francisco, cuatro del Gran Canciller de la Universidad, el P. Adolfo Nicolás, S.J., General de la Compañía de Jesús, todos del año 2013, en los cuales nos habla del sentido de la espiritualidad ignaciana en los ámbitos del liderazgo y la educación. Cabe destacar que los dos últimos corresponden a apartes de sus intervenciones durante la visita que realizó a Colombia en agosto pasado, con ocasión del Encuentro con la Universidad, en Bogotá, y del Congreso de Antiguos Alumnos, en Medellín. Todos estos discursos y textos, sin duda alguna, enriquecen nuestra mirada sobre la Universidad y pueden ayudarnos a precisar mejor los términos de una labor que está orientada a la construcción de una sociedad que, como lo hemos establecido al reformular en 2013 la Misión de la Javeriana, debe ser “justa, sostenible, incluyente, democrática, solidaria y respetuosa de la dignidad humana”. Finalmente quisiera expresar mi ferviente deseo para que esta colección de Orientaciones Universitarias, que se inició hace ya cinco lustros, durante la rectoría del P. Gerardo Arango, S.J. y que hemos proseguido sus sucesores, continúe en los años por venir pues es significativa su contribución al aseguramiento de los pilares de nuestra institucionalidad. Joaquín Emilio Sánchez García, S.J. Rector


I PARTE



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ACREDITACIÓN INSTITUCIONAL DE ALTA CALIDAD Joaquín Sánchez, S.J.*

Deseo iniciar estas breves palabras con una descripción sencilla de este momento tan significativo e importante:

En el anterior texto ustedes encontrarán una variedad de elementos y aspectos sobre los cuales deseo detenerme y hacer especial referencia.

Nos encontramos aquí reunidos un grupo selecto de la comunidad educativa javeriana con muy buenos amigos y amigas de la Universidad; en este magnífico auditorio de la Universidad Javeriana, dedicado en su nombre a nuestro querido Ex rector Vallecaucano y hombre de ciencia y de letras, Alfonso Borrero Cabal; para compartir la alegría de la buena noticia de la acreditación institucional de alta calidad de la Universidad Javeriana en sus campus de Bogotá y Cali.

El primero y ciertamente el más importante, son las personas aquí presentes: un selecto grupo de miembros de la comunidad educativa javeriana: alumnos, profesores, directivos y personal administrativo, acompañados también de un distinguido grupo de amigos de la Universidad.

*

Intervención del Rector de la Universidad en el Auditorio Javeriano Alfonso Borrero Cabal, S.J. Santiago de Cali, lunes 26 de marzo de 2012.

Todos ellos –diríamos– en representación de los casi 30 mil estudiantes de Bogotá y Cali, de pregrado y posgrado, que han optado por adelantar sus estudios en esta institución, que en su proyecto educativo se compromete a acompañarlos con excelencia en su formación integral para que sean ciudadanos solidarios y comprometidos con el país.


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Ellos –ahora estudiantes– integrarán en un inmediato futuro esa pléyade extraordinaria de más de 120 mil egresados de la Universidad Javeriana, que a lo largo y ancho del país y del mundo - constituyen ciertamente un valioso capital intelectual transformador de nuestra sociedad moderna. Está aquí también presente un grupo de profesores de la Universidad. Representan ellos a más de 1.600 profesores de planta y 3 mil de hora cátedra, que en Bogotá y Cali, realizan con extraordinario afecto, rigor y calidad, sus ejercicios académicos docentes, de investigación y de extensión. Una universidad es lo que son sus profesores, decimos con frecuencia quienes trasegamos el mundo de la educación superior. Una universidad de excelencia es una universidad con excelentes profesores. Tenemos también en este Auditorio un grupo significativo de personas que representan los más de 2.300 funcionarios administrativos de Bogotá y Cali, quienes aportan significativamente en la realización de nuestro proyecto educativo desde sus múltiples oficios y responsabilidades, algunas que pudieran parecer sencillas como el cuidado de nuestros jardines y otras más exigentes como la administración de nuestros laboratorios o el desarrollo de nuestros sistemas de información o los procesos de gestión institucional. Y nos honran también esta mañana con su presencia, un grupo de amigos y amigas de la Univer-

sidad Javeriana, quienes desde sus múltiples frentes, proyectos y responsabilidades en la Iglesia Católica, el sector público, los sectores empresariales, sociales y de la educación, así como en los medios de comunicación, son valiosos aliados en nuestra tarea de formar ciudadanos, de generar conocimiento y de servir a este país y a sus regiones. Me he extendido un poco en la descripción de las personas que estamos aquí reunidas pues el logro de nuestra renovación de la acreditación institucional de la Universidad en Bogotá y de la acreditación por primera vez de la Universidad en Cali, es el logro colectivo de todos y cada uno de nosotros, del trabajo con calidad y excelencia de nuestros estudiantes y profesores, del trabajo a conciencia de nuestro personal administrativo, y del acompañamiento y la confianza de nuestros amigos. La acreditación institucional de la Universidad Javeriana es por tanto el reconocimiento a quienes desde y junto con esta comunidad educativa javeriana realizamos nuestro objetivo estatutario de "servir a la comunidad humana, en especial a la colombiana, procurando la instauración de una sociedad más civilizada, más culta y más justa". Un segundo elemento de la descripción que les propuse al iniciar mi intervención, es nuestra reunión en este auditorio de la Universidad Javeriana, dedicado, en su nombre, al padre Alfonso Borrero Cabal, Ex rector de la Universidad, vallecaucano, y un destacado conocedor de la institución universitaria.


ACREDITACIÓN INSTITUCIONAL DE ALTA CALIDAD

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Con este elemento deseo hacer un homenaje a quienes nos han antecedido en esta magnífica y exigente labor universitaria.

no sólo para la Universidad sino también para la educación superior en Colombia, y particularmente para el Valle del Cauca y Cali.

Me refiero a cientos de hombres y mujeres que dedicaron y han dedicado su vida, y sus talentos, a esta obra educativa que hoy se engalana con la declaración de su calidad.

Para las sociedades de hoy, signadas por el conocimiento como fuente principal del desarrollo económico, social y humano, es realmente importante poder constatar que cuenta con universidades que desarrollan sus procesos de formación, de producción de saber y de comunicación y aplicación del mismo a la sociedad, con alta calidad y pertinencia.

La acreditación institucional –a diferencia de otros mecanismos de aseguramiento de la calidad– no es una foto fija y coyuntural de un momento de la institución; la acreditación institucional tampoco es una simple promesa de algo que ocurrirá y de lo que se dará cuenta en el futuro; la acreditación institucional ES el resultado de la realización con excelencia de un proyecto institucional jesuítico. Por ello la celebración que hoy nos convoca necesariamente nos obliga a mirar atrás y a agradecer a quienes con su visión, su empeño y sus talentos nos trajeron a este momento significativo para nuestra historia institucional. A todos ellos que, por razones obvias no podré mencionarlos uno a uno, nuestra gratitud y reconocimiento.

La acreditación institucional de la Universidad Javeriana es la comprobación que el Estado Colombiano, fundado en el concepto de la comunidad académica, representada por pares, hace de la alta calidad y de la pertinencia de una de sus instituciones. Con la resolución de acreditación, la Señora Ministra de Educación Nacional le da al país la buena noticia que encuentra en la Universidad Javeriana las condiciones que le permiten afirmar que allí se ofrece a la sociedad un proyecto educativo de excelencia.

El tercer elemento lo constituye el motivo de esta celebración: la buena noticia de la acreditación institucional de alta calidad de la Javeriana en sus campus de Bogotá y Cali.

La acreditación que hoy celebramos tiene además un componente que la hace también interesante y valiosa para el sistema de educación superior en Colombia: la acreditación institucional de una Universidad multicampus.

Es una buena noticia - y ustedes entenderán el alcance que deseo dar a la expresión dado mi campo de trabajo académico en la comunicación social – es una buena noticia, repito,

El Consejo Nacional de Acreditación y el Ministerio de Educación Nacional, con la acreditación de la Universidad Javeriana tanto para su Sede Central como para su Seccional


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de Cali, consolidan un modelo que se inició con la Universidad Nacional de Colombia. Se afianza así - como desarrollo del sistema colombiano de aseguramiento de la calidad de la educación superior - el modelo de acreditación para reconocer la calidad institucional de una universidad que opera con diferentes campus, identificando y reconociendo proyectos educativos con alta calidad como institución única pero con pertinencia diferenciada según el contexto nacional o regional en que opera. La buena noticia que hoy celebramos - y esta bien podría ser la síntesis de mi intervención - es la oportunidad para la Universidad Javeriana de confirmar ante ustedes que la acreditación de alta calidad la entendemos como un deber ético y como una expresión de nuestra responsabilidad social. El deber ético de ofrecer un servicio educativo de calidad que

no esté avalado únicamente por el prestigio de la Universidad sino por su dinamismo y por su capacidad de renovarse y actualizarse ante los desafíos de la sociedad actual. Con la acreditación institucional confirmamos nuestra responsabilidad social que exige no sólo brindar un servicio altamente cualificado, sino asegurarle al país que la Universidad "es factor positivo de desarrollo, orientación, crítica y transformación constructiva del país". Finalmente deseo hacer un reconocimiento muy especial a las personas que coordinaron con sus grupos de colaboradores los procesos de autoevaluación. Me refiero a María Dolores Pérez y Mauricio Cortés; a ellos así como a los pares visitantes y a los pares evaluadores nuestro sincero agradecimiento. Muchas gracias a todos Ustedes por su compañía en este acto de celebración.


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JORNADA DE REFLEXIÓN UNIVERSITARIA 2012 Francisco de Roux, S.J.*

“Si el grano de trigo no muere no da fruto”.

Queridas Javerianas y Javerianos. Comparto con ustedes esta palabra en la celebración de la Eucaristía, donde en acción de gracias celebramos la entrega del cuerpo y de la sangre en Jesús por los demás. Es decir, la entrega de lo que nos es más nuestro, más querido, más íntimo, para ponerlo al servicio total de la comunidad humana donde nos quiso Dios. Esta palabra se inspira en las lecturas del martirio de San Lorenzo y en el Evangelio de la semilla de *

Homilía del Vice-Gran Canciller de la Universidad y Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia. Melgar, 10 de agosto de 2012, Fiesta de San Lorenzo.

trigo que se desbarata en la tierra fértil para producir la planta y el fruto que alimenta. En esta eucaristía ofrecemos el resultado de nuestras reflexiones. Concluimos así este proceso para encausar en el amor a Dios y en el servicio a los demás todo lo que somos y producimos como Universidad Javeriana. Las palabras que les dirijo son palabras de la regencia. No buscan por tanto gobernar ni administrar la Universidad, que para esto tiene estatutos, reglamentos e instancias. Las palabras de la regencia intentan, con gravísima responsabilidad, que el espíritu de la Compañía de Jesús, espíritu de todos los que colaboramos en esta misma misión de Dios, en el mundo y en Colombia,


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penetre, inspire, vivifique, fortalezca, ilumine, ponga para el actuar coherente, todo lo que la Javeriana en su autonomía de búsqueda y servicio universitario emprende. A ustedes cuerpo directivo y cuerpo pensante les corresponde convertir en realidad universitaria este espíritu de la Compañía de Jesús. A nosotros los regentes nos corresponde dejar claro qué es este espíritu, qué marca la diferencia de esta comunidad educativa; y nos corresponde la obligación de garantizar que ese espíritu esté vivo en la Javeriana. Lo que el Consejo de Regentes entrega para el diálogo universitario es la herencia que hemos recibido del alma jesuítica y javeriana, y es la llamada hacia adelante para hacer valer esta herencia en las circunstancias siempre nuevas e impredecibles de la historia y de la naturaleza. Esta herencia espiritual, ustedes saben, es el acumulado inmenso de valores del corpus educativo de los jesuitas en el mundo; y es aquí, en lo concreto de nuestra alma mater, el acumulado de hombres y mujeres extraordinarios que con su inspiración, su tesón, su audacia, su decisión de trabajar en equipo, hicieron realidad lo que hoy llamamos la identidad javeriana. No vamos a inventar una herencia nueva. No va la regencia a traer una ideología o un propósito político inesperado. Lo que quiere, lo que no puede dejar de hacer, es profundizar esta identidad traída del pasado, fortalecerla, explicitarla

continuamente, e invitar a que nos apropiemos cada vez más de ella. En fidelidad a esta herencia, tiene la regencia además la responsabilidad de hacer una llamada hacia el futuro. Esta herencia de identidad javeriana, tiene que vivirse en un mundo que a nivel global y a nivel de Colombia y sus regiones cambian cada día, y nos obligan a preguntarnos qué y cómo y para qué y con quienes se ha de actuar, si hemos de seguir siendo javerianos. Nosotros, estamos convencidos de nuestra identidad, amamos nuestra herencia. Pero esta herencia, que fue tan pertinente para siglos pasados y para el siglo XX, tiene que encontrar los caminos para ser pertinente ante los grandes desafíos que hoy estamos enfrentando y ante los mayores retos que se nos vienen. Ustedes saben de esos desafíos. Nosotros somos la universidad jesuítica de una de las crisis humanitarias más grandes del planeta con la barbarie de sus millones de víctimas. Nosotros somos la universidad jesuítica del segundo país más inequitativo del continente después de Haití según el informe 2011 del Banco Mundial, con todo lo que eso lleva de violencia, ruptura interior y corrupción. Nosotros somos la universidad jesuita de uno de los procesos más acelerados en la destrucción del medio ambiente ensañada contra uno de los tesoros territoriales de diversidad biológica más grande de la madre Tierra. Nuestra herencia, nuestra herencia javeriana, está colocada en el ojo de este huracán humano, político


JORNADA DE REFLEXIÓN UNIVERSITARIA 2012

y medioambiental. Está desafiada por preguntas e intervenciones que entran en centenares de redes internacionales. Esta acometida por preguntas sobre el sentido que aporta una Universidad llamada a ser de las primeras del mundo en un lugar del planeta donde los problemas atañen a toda la humanidad de manera máxima. Está recibiendo demandas desde los jóvenes que viven en lo virtual, desde la sociedad del espectáculo, desde los que nos piden en el planeta que cuidemos el pulmón de nuestras selvas y nuestra capacidad de producir agua y alimentos. El mundo interconectado llega a nosotros con estas cuestiones desde todos los campos que nos competen: la filosofía, las humanidades, la teología, las artes, las biología y la física, las ciencias de la salud, la psicología, la política, el derecho, las ciencias administrativas y económicas, la sociología y la antropología, los estudios rurales y medioambientales. Nada hay nuestro que no quede desafiado, demandado, llamado a la pertinencia javeriana en los cambiantes escenarios. Nuestra herencia espiritual tiene una característica extraordinaria que le permiten ser siempre pertinente en medio de los cambios históricos, pero esto es posible si y solamente sí tomamos el riesgo de no pensar en nosotros mismos sino en la gente, en las sociedades y en el mundo; es decir en lo que este espíritu que nos mueve está haciendo en la historia humana y en la creación. Por esta característica extraordinaria, de mirar al ser humano que

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nos rodea y no mirarse a sí mismo, el espíritu javeriano crece en la medida en que se entrega. No nos interesa que la Universidad y los Javerianos acreciente su prestigio y su poder y sus ganancias, nos interesa el ser humano de hoy de mañana, y nos importa lo que Dios está haciendo con ese ser humano en la historia y la naturaleza. Ese es el desafío del grano de trigo que muere para convertirse comida para vivan los que tienen que comer, tienen que reconciliarse, tienen que comunicarse, tienen que llegar a ser sostenibles hoy y en las generaciones futuras. Esto es lo que significa trabajar no para la gloria de la Javeriana, no por la gloria de los profesionales javerianos sino para la mayor gloria de Dios. Y la mayor gloria de Dios es la dignidad de cada persona, de todas las personas del mundo por igual y sin exclusiones, en armonía con la naturaleza, de las generaciones presentes y futuras, y por la dignidad de todos los pueblos de la Tierra. Esto es también lo que ha inspirado a la Provincia colombiana de la Compañía de Jesús a focalizar los esfuerzos sobre a las regiones de nuestra Patria. Llegar a las regiones como un todo, interdisciplinariamente; enfrentar los problemas junto con la sociedad regional, dar allí un aporte universitario, que parta de la profundidad del sentido filosófico, humanista, teológico, que tenga el rigor de las ciencias básicas y que se adentre


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con todas las disciplinas científicas en la investigación y con todas las profesiones en soluciones reales, sistémicas, a los grandes asuntos; soluciones que se posicionen en las revistas indexadas internacionales porque abren nuevos horizontes al avance de la comprensión del universo, al tiempo que ponen en evidencia que estamos haciendo valer, pertinentemente, nuestra herencia espiritual en los desafíos humanos de nuestra historia concreta. Hoy al leer a Lovestock, seguramente el más riguroso de los físicos en el análisis del calentamiento global, encuentro su mensaje que no tienen ningún fundamento ni es una promesa responsable la que nos hacen los jefes de los grandes Estados del mundo de reducir en un 50%, para el año 2050 las emisiones de gas carbónico. Lo que si pueden hacer los líderes regionales junto con las universidades regionales, de Lovestock, es garantizar que en el territorio donde están, van lograr la sosteniblidad humana y medioambiental necesaria, de manera que estas regiones se conviertan en verdaderos botes salvavidas en el proceso irreversible del calentamiento. He allí la razón ecológica de la regionalización. El pasado miércoles, junto con el ministro del interior, por solicitud de los indígenas y del gobierno, he estado en el Cauca. Allí está presente la Javeriana de Cali. Lo que allí se debate no tiene nada trivial. Comunidades que dispuestas a morir sin armas para que se detengan los actores armados. Todo lo que esta

sociedad nuestra no acaba de resolver. Allí he visto el testimonio de las enfermeras mutiladas por 'el tuco' de las Farc y el grito de basta ya de los pobladores. Allí nuestra presencia no es política ni interesada en dinero. Es la verdad de nosotros mismos lo que está en juego. No podemos aceptar que esa realidad donde el Dios de nuestro espíritu está actuando, la diluciden universidades extranjeras porque nosotros no lo hacemos, o la expliquen intereses privados o políticos que no tienen la profundidad interdisciplinaria y humanística y el desinterés por la verdad del desafío de pertenencia de nuestra herencia, desafiada ante los desafíos de nuestra gente. Hay un elemento testimonial, de dejar claro, que se entrega todo por la causa por la que vale la pena entregarlo todo, el ser humano. Viene bien recordarlo en este día del mártir Lorenzo. Tanto aprovechará en todas cosas espirituales, decía Ignacio al jesuita, mientras más saliere de su propio amor, querer e interés. Esto se parafrasea en nuestra herencia para decir tanto más será pertinente nuestro compromiso profundo cuanto más saliere de su propio interés de prestigio y reconocimiento, para más jugarse en la búsqueda de la verdad desde la solidaridad y la entrega al ser humano en armonía con la naturaleza. Esto es lo que ustedes han estado haciendo durante varios meses, como comunidad universitaria que recibe y dialoga, con espíritu crítico y creativo unas orientaciones de la regencia.


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Quiero invitarles a que no gastemos el tiempo discutiendo qué compete al Consejo de Regentes y qué compete a los rectores y cuerpos directivos de la Universidad. Tomemos lo que realmente importa. Hay un espíritu nuestro, una identidad nuestra, que la Compañía de Jesús tiene la obligación de evidenciar y propiciar siempre. Y hay toda esta capacidad universitaria javeriana, que coge esa herencia y la convierte en academia, en investigación, en incidencia gracias a sus cuerpos directivos y a su profundidad humana, filosófica, teológica, científica, profesional; que se transforma en formación, investigación, incidencia, por el bien de muchos. Quiero agradecer al padre Rector Joaquín Sánchez y al padre Rector de la seccional, Jorge Humberto Peláez la forma como quisieron que la uni-

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versidad tomara estas reflexiones del Consejo de Regente y las convirtiera en conversación universitaria, quiero agradecerles a todos ustedes por estos días de trabajo que muestra de la voluntad de vivir en universidad lo que nosotros somos. Ustedes son la Universidad Javeriana de hoy, la misma que en muchos momentos ha sido luz y esperanza para Colombia. Estoy seguro que el esfuerzo por ahondar, en dialogo autónomo, libre, critico, universitario, nuestra herencia y su pertinencia académica de estos días, nos ayudará a todos, a ser más profundos, más interdisciplinarios, más audaces, más serios en las disciplinas del sentido y de las ciencias, para prestar un mejor servicio al ser humano en la naturaleza y en nuestras circunstancias concretas. Eso es el mayor desafío humano nuestro y para los creyentes la mayor gloria de Dios. Que así sea.



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CRUZ SAN PEDRO CLAVER Joaquín Sánchez, S.J.*

Afirma nuestro Reglamento de Emblemas, Símbolos y Distinciones que la Cruz San Pedro Claver se “concede a Estudiantes de los programas de pregrado en la Universidad que a lo largo de su Carrera han sobresalido en el desempeño de sus deberes por sus calidades humanas y su compromiso eficaz con los ideales Javerianos expresados en el Proyecto Educativo”. Indudablemente cuando escuchamos la anterior frase destacan dos afirmaciones que hacen eco a la labor que realizó infatigablemente San Pedro Claver en Cartagena. “Sobresalir en el desempeño de sus deberes por sus calidades hu*

Intervención del Rector de la Universidad, en el acto de entrega de la Cruz San Pedro Claver. 13 de septiembre de 2012.

manas” y “su compromiso eficaz con los ideales Javerianos”. Estos elementos subyacen a los principios que San Ignacio de Loyola fijó para la Compañía de Jesús y que San Pedro Claver llevó a una de sus mejores expresiones como egresado de nuestra universidad. De forma que puedo afirmar que hoy más que entregar el diploma e imponer la Cruz San Pedro Claver, como lo afirma la invitación que cada uno de ustedes recibió, lo que haremos es agradecerles institucionalmente lo que sus Consejos de Facultad han visto en ustedes durante sus años de formación en la Universidad. Debo recordarles que cada facultad solo puede presentar un candidato que haya cursado al menos el 80% de los créditos académicos de su carrera.


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Esto supone que la labor de ustedes ha sido constante y que ha representado una acción de sacrificio por el bien de otros; de los más necesitados. Normalmente nos preguntamos de dónde surge este especial estado del ser humano, de entrega por los demás, pero, a pesar de existir diversas explicaciones sobre el hecho, en nuestra concepción corresponde a una interpretación adecuada de las enseñanzas que Jesús promulgan por un cuidado del otro y una entrega incondicional de amor por los más necesitados, así como lo hizo San Pedro Claver. Muy seguramente existe desde sus familias una preocupación por el estado de las cosas o un ejemplo de acción; puede que en sus colegios hayan iniciado algunas acciones a través de los diferentes programas que se implementan en las instituciones de educación para que sus alumnos realicen labores que hoy se denominan de responsabilidad social; como también puede surgir de la actitud propia de nuestra juventud que se interroga y se rebela sobre el estado de las cosas, situaciones que en nuestra Universidad en especial encuentran campo propicio para el desarrollo asociado a los aspectos específicos de una disciplina. Indudablemente es una conjugación sin igual de factores que están signados profundamente por una elección en el proceder y en la capacidad de reconocer al otro.

Y en este sentido la Cruz San Pedro Claver es también una distinción para las facultades y sus docentes que lograron concretar en ustedes y otros compañeros el conjunto de resultados que pretende la Javeriana en su Proyecto Educativo. Permítanme felicitarlos muy especialmente; nuestra comunidad hoy se siente complacida y orgullosa al observar este grupo de estudiantes en compañía de sus familias y de algunos de sus profesores; sé que este es solo un momento de su opción; una vez egresados estamos convencidos que con el sello javeriano marcado en sus corazones, ayudarán a muchos colombianos. Lo han demostrando hasta hoy. A parir de este momento les impondré a los galardonados la insignia de la “Cruz San Pedro Claver”, y les haré entrega del estímulo económico previsto en el Acuerdo 413 del Consejo Directivo Universitario, mediante el cual se promulgó la Política para el Fomento de la Excelencia Universitaria de los Estudiantes Javerianos. A todos ustedes de nuevo mi felicitación y los mejores deseos para que en los próximos años, en su condición de egresados podamos constatar por el liderazgo que ejerzan, que sembramos en buena tierra porque supieron hacer un mejor país para todos.


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CRUZ SAN PEDRO CLAVER Tatiana Quiñonez Yepes*

Es un gusto para mí, poder dirigirme a ustedes en esta especial celebración. Hoy conmemoramos la festividad de un Jesuita excepcional, quien por su dedicación y compromiso, decidió llamarse a sí mismo “El esclavo de los negros, para siempre”, y cuya vida ha sido y seguirá siendo claro ejemplo para nuestra sociedad, San Pedro Claver. Empiezo por agradecer la distinción que nos otorga la Universidad Javeriana en reconocimiento al compromiso con que hemos encarado nuestros deberes e ideales javerianos, los cuales nos han permitido fortalecer nuestra calidad humana.

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Intervención de la Estudiante de Medicina de la Pontificia Universidad Javeriana, en representación de los galardonados, en el acto de entrega de la Cruz San Pedro Claver. 13 de septiembre de 2012.

Con este telón de fondo, hoy me atrevo a decirles que, igual que San Pedro Claver, me niego a quedarme conscientemente inmóvil en el cómodo lugar en el que me encuentro ahora…, haciendo un homenaje no solo a él sino a aquellas personas que he encontrado en el camino, con quienes he compartido las mismas ganas de vivir, de hacer de su vida una entidad de servicio a los otros, personas para quienes su formación y el desarrollo de sus capacidades no están envueltos en una tela de egoísmo, ni bienestar propio; por el contrario, es el gusto de servir, el altruismo y la fraternidad lo que los empuja y mueve cada día, lo que altera su perfecta realidad e interrumpe la comodidad del suave sofá y la cálida chimenea, para convertirlos cada día en mejores personas. Son ellos con quienes he compartido la adquisición de muchos conocimien-


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tos pero sobre todo he aprendido las capacidades para materializarlos y convertirlos en herramientas de cambio, en aportes a la sociedad, con la que tan comprometidos nos sentimos. Siempre supe que siendo Ingeniera podía ser útil a la sociedad pero también sentía que quería algo más. Y fue soñando con la Universidad Javeriana cuando algo llegó a mi cabeza desde hace casi 6 años, cuando mi cuerpo y mi mente empezaban a añorar usar ese traje azul, pasear por la gigante biblioteca que podía verse desde el otro lado de la carrera séptima y recorrer uno a uno los rincones del campus javeriano, incluyendo los nueve pisos de su imponente hospital… “Ser más, para servir mejor…En todo amar y servir”, palabras que se murmuraban en la jornada de inducción que nos hicieron como neo javerianos y escritas en los documentos que nos entregaron. Palabras que, no sé de qué manera, son transmitidas por cada uno de los personajes que nos da la bienvenida a nuestra hoy “Alma Mater” y que se escriben día a día, paso a paso, en la piel de cada uno de nosotros. Sin que pasara mucho tiempo empecé, y sé que todas mis compañeras y compañeros aquí presentes compartirán esta sensación, a pasar de ser estudiante de la Universidad Javeriana a ser Javeriana: dos cuestiones que claramente son diferentes, algo que solo se puede sentir, que no se puede describir. Con frecuencia, se escucha hablar de reglamentos, de emblemas,

de distinciones, de proyecto educativo, y son temas que al principio suenan ajenos y poco prácticos para la comunidad estudiantil, muchas veces ignorados, que sin lugar a dudas constituyen ejes transversales en nuestra educación. Qué gratificante es ver que lo que está escrito y lo que repiten sus voces es cierto, que somos formados como seres autónomos y gestores de nuestro propio conocimiento, en todas y cada una de las dimensiones que nos constituyen como seres humanos, las cuales no pasan desapercibidas para sus ojos. Es real que no somos solo un número, una nota, un código, que cada persona en la universidad tiene una función y es vital para el cumplimiento de su quehacer… formar, pensar, vivir… También enorgullece y llena de alegría ver que la Pontificia Universidad Javeriana no se queda en el confort de sus instalaciones, sus docentes, mentores y alumnos; salimos de ella hacia lugares recónditos del país, mostrando que lo que se nos ha inculcado es cierto y que el servicio del cual habla nuestro proyecto educativo es real. Que la responsabilidad social es verdadera y no solo un ítem dentro de una lista de chequeo, sino que la vivimos y asumimos con el compromiso requerido. Que las vidas móviles de las poblaciones vulnerables le importan a alguien, que así se convierta en una lucha diaria y a veces estéril, vale la pena hablar de equidad y trabajar arduamente para hacerla posible. Que las comunidades afrocolombianas, indígenas, los niños, las mujeres, los ancianos, la diversidad, tienen cabida y que los integrantes de nuestra Comunidad


CRUZ SAN PEDRO CLAVER

Javeriana están presentes en nuestras mentes y son parte de nuestro proyecto de vida. Pero hoy estoy aquí, plenamente convencida de que lo que somos las Javerianas y los Javerianos no se lo debemos única y exclusivamente a esta institución que tan cálidamente nos acoge. Somos el reflejo de una familia que nos ha moldeado desde el inicio. Que mis valores, mi pujanza y mis ganas de crecer se los debo a mi madre, a mis abuelos, a mi familia que me ha enseñado a creer que la vida vale la pena, pero no solo mi vida, sino la vida en general, la de todos. Que soy un agente de cambio y que estar acá, habitando este planeta tiene un valor; que no puedo transitar por mi vida, por sus vidas sin dejarles algo y sin llevarme algo, que somos dinámicos, y que dinámicas son nuestras relaciones. Que nada me cuesta saludarlos,

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sonreírles, abrazarlos, preguntarles cómo va todo, olvidándome un poco de mí para que realmente valga la pena habernos conocido. Quiero agradecerles a todos por acompañarnos el día de hoy, a la Comunidad Javeriana y a nuestras familias por lo que han hecho de nosotros y con nosotros, por valorar y reconocer lo que hemos decidido hacer con lo que nos han ofrecido. A mis compañeras y compañeros decirles que hasta ahora estamos comenzando y que cada paso que demos en nuestro caminar, representa un reto más, una nueva responsabilidad y mas herramientas, para la vida que decidimos vivir. Y recordarles que a nuestro lado "irá siempre un hermano" y que "servir es siempre renacer".



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POSESION DE NUEVOS VICERRECTORES Francisco de Roux, S.J.*

Con la certeza moral que da un proceso de escucha, consulta y oración, vengo a este acto universitario para protocolizar el nombramiento de ustedes tres: Consuelo Uribe como Vicerrectora de Investigación, Luis Fernando Álvarez como Vicerrector de Extensión y Relaciones Interinstitucionales, y Luis Alfonso Castellanos como Vicerrector del Medio Universitario. No fue fácil para quien tiene la responsabilidad de escoger, llegar a esta decisión. Todos los ternados para las vicerrectorías llenan las aptitudes y las actitudes necesarias y suficientes para tomar los cargos a que fueron postulados. Pude con-

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Intervención del Vice-Gran Canciller de la Universidad y Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia. Bogotá, D.C., 1° de octubre de 2012.

versar con todos ellos y ellas. Y quise expresar a cada uno por escrito las razones que me llevaron a pedirles que continúen en el servicio que hoy prestan a la Javeriana. Para todos ellos Ingrid Shuler, Jairo Cifuentes, Alberto Múnera, Luis David Prieto, Luis Miguel Rengifo y Hermann Rodríguez, mis felicitaciones por la confianza que en ellos mostró toda la comunidad javeriana y mi gratitud sincera y mi aprecio hondo por la disponibilidad de servir a Dios y a la Javeriana donde se considere que es más importante según los tiempos y las circunstancias. Desde el servicio que me corresponde prestar en la regencia de la Universidad me dirijo a ustedes tres, nuevos Vicerrectores, para recordarles delante de todos estos testigos amigos y académicos que nos rodean, lo que desde la regencia es la misión que ustedes reciben.


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ORIENTACIONES UNIVERSITARIAS Nº 45

La Vicerrectoría del Medio Universitario tiene que seguir siendo la Vicerrectoría de la identidad hasta hoy sabiamente conducida por el Padre Antonio José Sarmiento. A él mi agradecimiento más sincero de parte de la Compañía de Jesús. Y esta identidad espiritual, cristiana, católica, jesuítica, se trabajará desde dentro del currículo académico como se ha formulado en la propuesta de reforma que está en consideración. Queremos que el humanismo y la fe en diálogo con las ciencias que han sido historia constitutiva de la Universidad, acrecienten su penetración de todas las disciplinas y actos universitarios de una manera sólida, explícita, institucional, programática, curricular, respetando siempre la libertad en la búsqueda de la verdad. Queremos igualmente que los trabajos hechos en los cuatro componentes de la Vicerrectoría para preparar las transformaciones buscadas se consoliden ahora bajo la dirección de Luis Alfonso Castellanos. La Vicerrectoría de Investigación se ha constituido para afianzar en la Javeriana uno de los pilares fundamentales de su ser como Universidad. Para la regencia, esta vicerrectoría tiene que lanzar a la Universidad a enfrentar los grandes problemas del país a partir de las doce grandes líneas de acción en que la Javeriana ha evidenciado sus ventajas comparativas. Ahora bien, se quiere que estas líneas de acción enfrenten los problemas de una manera interdisciplinaria y trans-disciplinaria, superando las restricciones institucionales de las facultades con creatividad y auda-

cia. Se quiere que la Javeriana dé soluciones universitarias de fondo a los grandes desafíos de Colombia y su gente. No soluciones de ONG que son de corto plazo y dependen del financiador, no soluciones de empresa privada que hace estudios para elevar las ganancias en el negocio, no soluciones de gobierno que busca resultados para satisfacer electores en una administración. Se quiere de la Javeriana una investigación integral, en la que se involucren todas las potencialidades del Alma Mater, donde la teología, la filosofía y las ciencias humanas pongan los elementos de sentido más profundo, donde las ciencias básicas den los fundamentos que permitan movernos con probabilidades y modelos en un mundo de incertidumbres, donde las ciencias aplicadas nos permitan llegar al fondo de los desafíos de la salud, la psicología, la economía, la ingeniería, la política, el derecho, la vida en sociedad. Queremos una investigación audaz, valiente, articulada con la población colombiana. Y queremos una investigación que llegue a las regiones del país incorporando todas las variables y procesos epistemológicos pertinentes, poniendo en juego la interconexión de las preguntas de fondo que están detrás de los intereses, de los prejuicios, de los conflictos, del rompimiento medioambiental y de las visiones atomizadas o de corto plazo. Queremos finalmente una investigación cuyos resultados abran brecha en el avance universal del conocimiento y pongan a la Javeriana en el liderazgo de las universidades que descubren, inventan y señalan caminos universales a partir de la densidad de los proble-


POSESION DE NUEVOS VICERRECTORES

mas que enfrenta en la sociedad y el territorio desde donde le habla al mundo. Doctora Consuelo Uribe, nosotros sabemos que usted puede hacer esta tarea. La Vicerrectoría de Extensión y Relaciones Interinstitucionales tiene para la regencia la misión de retomar y relanzar la tradición de esta universidad para posicionar a la Javeriana en el universo de sus responsabilidades y de sus oportunidades institucionales públicas y privadas, para incidir con libertad con actuaciones propias y con consultorías en las empresas, en el Estado y en las organizaciones sociales; para multiplicar las redes de sinergia con las universidades de la Compañía de Jesús en todo el mundo y con muchas otras instituciones de educación superior en Norteamérica, Europa, Asia y África. Para multiplicar los intercambios e impulsar con las instancias existentes la participación activa de los exalumnos. Para acelerar las líneas de educación a distancia. Y para articular cada vez más a la Javeriana con el esfuerzo regional que hace la Compañía de Jesús en Colombia con sus centros de estudio y sus apuestas de educación y acompañamiento a las víctimas. Se espera que la Vicerrectoría haga esta tarea en una dinámica integradora, que vincule a toda la Universidad, desde las ingenierías hasta las ciencias de la salud, y desde el derecho y la economía hasta las artes y el humanismo, y que garantice una incidencia social y pública de incuestionable marca javeriana. Padre Luis Fernando Álvarez, usted llena todas las condiciones para hacer esta tarea.

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No perdamos de vista que este acto pone en marcha una transformación estructural en la Universidad, concebida y puesta en marcha desde el Consejo Directivo, para hacer más eficaz la consecución de su Misión. Quiero por eso llamar la atención en dos elementos indispensables. Primero hacer notar que al escoger a las personas que hoy toman las vicerrectorías un aspecto al que he dado especial importancia es al de consolidar un cuerpo de gobierno que bajo la dirección del Rector y el lugar central del Vicerrector Académico, contribuya por la autoridad y capacidad de las personas a regir de manera cada vez más eficiente y corporativa al Alma Mater. Y segundo, recalcar que las nuevas vicerrectorías no deben en ningún caso multiplicar la burocracia en una Universidad que ha decidido simplificar su totalidad institucional. Se quiere por tanto vicerrectorías muy eficaces, con toda la autoridad sobre la Universidad indispensable para sus ejecutorias, pero solo con el personal y los medios estrictamente necesarios. Consuelo, Luis Fernando y Luis Alfonso, mi felicitación más sincera. Con plena confianza encomendamos en ustedes esta misión. Dios, el Padre de la vida y de la verdad y el misterio de amor que nos funda en dignidad humana, los ilumine y les de fuerzas, y audacia, y capacidad para entusiasmar y dirigir a toda la Universidad en las tareas que hoy asumen.



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POSESION DE NUEVOS VICERRECTORES Joaquín Sánchez, S.J.*

Para la posesión de los tres nuevos Vicerrectores de la Universidad, hemos seleccionado el día de hoy, primero de octubre, Día de la Universidad, así llamado por el Reglamento de Emblemas, Símbolos y Distinciones, en su artículo 8°, mes y día en el que conmemoramos la firma en 1930 del Acta del Restablecimiento de la Universidad, luego de su cierre por 163 años. Así como hace 82 años, la Compañía de Jesús tomaba una decisión profundamente significativa, hoy la Universidad Javeriana realiza un acto realmente importante y de gran significado para su vida institucional:

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Intervención del Rector Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, D.C., 1 de octubre de 2012.

• Posesiona su primera Vicerrectora de Investigación, creación organizacional que dará impulso y continuará la consolidación de una actividad académica que ha llegado a ubicarse como elemento fundamental y diferenciador de calidad y de influjo social de las universidades colombianas. Vicerrectoría de Investigación que estará dirigida por una destacada académica e investigadora, fiel expresión del lugar que ha llegado a ocupar la mujer en el mundo de la ciencia, de la Universidad y de nuestra sociedad actual. • Posesiona al primer Vicerrector de Extensión y Relaciones Interinstitucionales, que buscará el desarrollo y la consolidación de la tercera función sustantiva de la universidad, así como de las relaciones internacionales, interinstitucionales y con los


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egresados, con los propósitos de llegar a ser más incisivos en nuestro influjo en política pública y en nuestra proyección regional y social. • También la Universidad posesiona un nuevo Vicerrector del Medio Universitario en el marco de una exigente pero valiosa opción Javeriana, muy universitaria y jesuítica, de renovar periódicamente los cargos directivos. El servicio en el gobierno general y en las facultades de la Universidad, se presta mejor en la medida en que las personas llamadas a él, tienen un horizonte de tiempo definido, para regresar posteriormente a sus labores profesorales o del medio universitario. Son conscientes cuando llegan a estas posiciones, que acompañarán por un tiempo definido a la comunidad universitaria en la búsqueda de la realización de su Misión y de su Proyecto Educativo, y que finalizado este tiempo de servicio, vendrán sus colegas y compañeros para asumir la posta de la dirección con renovado ánimo y nuevas e interesantes perspectivas. Estarán de acuerdo conmigo, en consecuencia, que así como hace 82 años, el primero de octubre de 1930 la Universidad tuvo un hito importante en su camino emprendido 389 años atrás, un 13 de junio de 1623, con la inauguración jurídica de la Universidad de San Francisco Javier o Academia Javeriana, hoy celebramos otro hito de innegable significado en nuestra extraordinaria y larga historia institucional.

Esta fecha coincide también con la iniciación de mi sexto año de Rectorado de la Universidad. Traigo a colación este hecho para compartir con Ustedes el significado que tiene en mi rectoría el logro de haber transformado la estructura del gobierno general de la Universidad -sin modificaciones sustanciales por cerca de cuarenta años- con la renovación de la Rectoría y la Vicerrectoría Académica, y la creación de dos Vicerrectorías, una de Investigación y otra de Extensión y Relaciones Interinstitucionales. El primero de octubre de 2007, en mis palabras de posesión indicaba:

“Soy un convencido –señalé en ese entonces– de que es indispensable planear y trabajar de acuerdo con la ruta que se haya fijado (en la planeación), para lograr el desarrollo de la Universidad de manera coherente, y para conseguir resultados positivos que redunden en la transformación continua que nos exige la búsqueda de la excelencia. Por lo tanto, estén seguros de que daré lo mejor de mí para impulsar (el) proceso de planeación (universitaria) y para velar por su correcta, eficiente y eficaz ejecución. “… es necesario –decía en 2007– que revisemos nuestra estructura organizacional. Esta fue una de las conclusiones a las cuales se llegó en el Estudio del Modelo Económico de la Universidad, realizado por encargo del Padre Remolina, así como en la planeación institucional y en la consulta del Vice-Gran Canciller para la elección de Rector.


POSESION DE NUEVOS VICERRECTORES

“La Universidad requiere pensar su estructura de tal forma que responda a las exigencias de una organización contemporánea, más ágil, eficiente y eficaz.”

Se empieza entonces la reflexión sobre la estructura orgánica del gobierno general de la universidad en junio de 2008, proceso participativo, complejo y exigente que concluye –si así pudiera afirmarse pues en estos asuntos el final es punto de partida– con la aprobación por parte del Consejo Directivo de la reforma al Reglamento Orgánico de la Sede Central con el Acuerdo 563 del 18 de abril del presente año. Con la reforma el Consejo Directivo buscó: - Atender uno de los propósitos de la Planeación Universitaria 2007 – 2016 que identificó la necesidad de adecuar la estructura orgánica de la Universidad a las condiciones de su desarrollo institucional. - Dar pronta respuesta a una de las recientes Orientaciones del Consejo de Regentes a la Universidad, de diciembre 1° de 2011, en las que explícitamente se sugirió la revisión de la estructura de vicerrectorías, tanto en su funcionamiento como en su número, y - Recoger el informe de los pares evaluadores externos en el reciente ejercicio de autoevaluación institucional (CNA, 2 de diciembre de 2011), y así como resolver una de las oportunidades de mejoramiento institucional identificadas en la Resolución de la Ministra de

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Educación Nacional (N° 2333 del 12 de marzo de 2012) con la que se renueva la acreditación de la Universidad. La actual estructura organizacional de vicerrectorías (definida en 1971) correspondía a una institución de menor tamaño, centrada en la docencia y para una época con diferentes exigencias y retos a sus instituciones de educación superior. La complejidad de los asuntos universitarios emergentes y el agotamiento de algunas de sus estructuras generaron que la actividad del gobierno general de la Universidad hubiera privilegiado lo transaccional y operativo, surgieran cuestionamientos sobre su eficiencia y eficacia, así como también sobre la limitada capacidad de diseñar procesos de descentralización y empoderamiento de las facultades. Se consideró necesario también impulsar, fortalecer y dar visibilidad a los asuntos que se han identificado como estratégicos en el desarrollo institucional, y permitir a las autoridades personales de gobierno focalizar, consolidar y profundizar su gestión estratégica, y asegurar una descentralización funcional horizontal entre vicerrectorías que facilitará también el propósito de la descentralización vertical en la búsqueda de una mayor autonomía de las facultades, esto último como condición para el adecuado funcionamiento de las vicerrectorías responsables de lo académico. Con estos fundamentos se creó la Vicerrectoría de Investigación, para generar propuestas de política y directrices, y para la toma de decisio-


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ORIENTACIONES UNIVERSITARIAS Nº 45

nes oportunas y ágiles que aseguren su desarrollo y fortalecimiento. Se consideró como ámbito de competencia principal de esta nueva Vicerrectoría los procesos, las actividades y los dispositivos asociados con el registro, el fomento, el desarrollo de la investigación, su articulación con la docencia, su divulgación científica y social, y su aplicación y seguimiento. La propuesta asumió como asuntos asociados a la Vicerrectoría, por su identidad con la investigación, la innovación y la creación artística. Por cuanto se le ha planteado a la Universidad el reto de generar un alcance creciente a su acción en el entorno nacional e internacional, y de amplificar su incidencia y proyección social de manera integral y orgánica, sumada a la complejidad y especialización en la gestión de estas actividades académicas, se consideró conveniente contar con una Vicerrectoría de Extensión y Relaciones Interinstitucionales. Se estableció como su ámbito de competencia principal la extensión, que comprende la actividad académica de servicio, definida así estatutariamente, y los asuntos derivados de las relaciones interinstitucionales de la Universidad. Permítanme insistir en algo que he expresado varias veces: La reforma no es la única solución a todos los problemas de la gestión universitaria, pero sí se constituye en condición necesaria para avanzar de la mejor manera en la realización hoy y en el futuro de nuestro Proyecto Educativo Javeriano.

La reforma no es burocrática, ni centralista. Todo lo contrario: busca acercar las tres vicerrectorías de lo académico –ahora más pequeñas y flexibles– a las realidades de las facultades, los departamentos, institutos y programas académicos, para acompañarlos a hacer mejor lo que les corresponde en torno a la trasmisión del saber, la generación de nuevo conocimiento y la aplicación del mismo en beneficio de la sociedad. Finalmente deseo expresar unas palabras sinceras de reconocimiento y agradecimiento al Padre Antonio José Sarmiento, S.J., quien culmina su gestión como Vicerrector del Medio Universitario. Son múltiples y muy variados los logros de su sexenio en la Vicerrectoría, apreciado Antonio José. Presentarlos todos sería tarea larga y exigente, y tratar de resumirlos compleja labor. Permítanme –con las previas excusas de no reflejar a plenitud la magnifica labor en estos seis años– señalar que durante la Vicerrectoría del padre Antonio José nuestro Medio Universitario logró un sentido más ajustado y contemporáneo para la realidad plural y multicultural de nuestros jóvenes y de toda nuestra Comunidad Educativa Javeriana. Es en otras palabras, el reconocimiento a un avance significativo en el Medio Universitario, de un Medio Universitario más pertinente para nuestra Universidad. Gracias apreciado Antonio José por todo tu servicio. Siéntete satisfecho pues haz prestado un excelente servicio universitario y apostólico, y


POSESION DE NUEVOS VICERRECTORES

a través de él a tantos y tantos Javerianos que recibieron nuestro cuidado y acompañamiento personal. Igualmente deseo reconocer al Vice-Gran Canciller de la Universidad, Padre Francisco De Roux, S.J., su celo y cuidadoso ejercicio de discernimiento en la designación de los dos nuevos Vicerrectores que hoy se posesionan. Soy testigo de su preocupación por buscar en su decisión las mejores opciones para el mayor bien de la Universidad. Gracias Padre De Roux. Felicito a la doctora Consuelo Uribe, destacada académica e investigadora de la Universidad por su designación como Vicerrectora de Investigación. Sé de sus calidades personales y profesionales, del rigor de su trabajo, del afecto por la Universidad. Esa opción por la investigación en la Javeriana que ayudó a construir hace más de veinte años, al lado del Padre Jairo Bernal, S.J., Vicerrector Académico de entonces, y del doctor Hernando Arellano, Asistente del Vicerrector, queda ahora en sus manos para potenciarla, para asegurar su calidad, para enriquecerla con sus recomendaciones en torno a la interdisciplinariedad, para continuar consolidándola como elemento diferenciador y distintivo nacional e internacional de nuestro proyecto educativo. Felicito al Padre Luis Fernando Álvarez, S.J., compañero jesuita, académico de las ciencias jurídicas, por su designación como Vicerrector de Extensión y Relaciones Interinstitucionales.

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El Padre Luis Fernando asume ahora el gran compromiso de acompañar a la Comunidad Educativa Javeriana en su objetivo de llegar con su Proyecto Educativo más allá de las fronteras del campus universitario, especialmente en aquellos sectores, regiones y lugares donde el conocimiento por ella generado puede aplicarse y ser elemento diferenciador en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Felicito igualmente al Padre Luis Alfonso Castellanos, S.J., compañero jesuita, académico de la ciencias sociales y humanas, por su designación como Vicerrector del Medio Universitario. Sé, apreciado Luis Alfonso, de su aprecio por nuestro Proyecto Educativo Javeriano. Asume ahora el gran desafío de orientar los asuntos del Medio Universitario en un momento muy especial signado por la necesidad de generar en él un profundo cambio que busque asegurar la centralidad de la formación integral en el currículo, y su consolidación como un ámbito esencial para llevar a la práctica la Misión de la Compañía de Jesús y la Identidad de la Universidad, la formación integral y el cuidado de las personas. A los tres nuevos Vicerrectores les expreso mis mejores deseos por el éxito de su gestión. A todos ustedes, directivos, profesores, funcionarios de la Universidad, familiares de los nuevos Vicerrectores e invitados especiales, les expreso a todos mis agradecimientos por su presencia en este acto.



II PARTE



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ENCUENTRO CON EL MUNDO DE LA CULTURA Papa Francisco*

Queridos amigos, ¡buenas tardes! Dirijo a todos mi saludo cordial. Doy las gracias al padre decano y a los rectores magníficos por sus palabras de acogida, y deseo todo bien para el trabajo de las tres instituciones. Me gusta haber oído que trabajan juntas, como amigos: ¡y esto es bueno! Doy las gracias y aliento a la Pontificia facultad teológica, que nos acoge, en particular a los padres jesuitas, que en ella desarrollan con generosidad su precioso servicio, y a todo el cuerpo académico. La preparación de los candidatos al sacerdocio permane* Discurso del Santo Padre durante la visita pastoral a Cagliari. Aula Magna de la Pontificia Facultad de Teología de Cerdeña, Cagliari, 22 de septiembre de 2013.http://www.vatican.va/ holy_father/francesco/speeches/2013/ september/documents/papa-francesco_20130922_cultura-cagliari_sp.html

ce como un objetivo primario, pero también la formación de los laicos es muy importante. No quiero dar una lección académica, aunque el contexto y vosotros que sois un grupo cualificado tal vez lo requerirían. Prefiero ofrecer algunas reflexiones en voz alta que parten de mi experiencia de hombre y de Pastor de la Iglesia. Y por esto me dejo guiar por un pasaje del Evangelio, haciendo una lectura «existencial» de él, el de los discípulos de Emaús: dos discípulos de Jesús que, tras su muerte, se van de Jerusalén y vuelven a su lugar. He elegido tres palabras clave: desilusión, resignación, esperanza. Estos dos discípulos llevan en el corazón el sufrimiento y la desorientación por la muerte de Jesús, están desilusionados por cómo han acabado las cosas. Un sentimiento


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análogo lo hallamos también en nuestra situación actual, la decepción, la desilusión, a causa de una crisis económico-financiera, pero también ecológica, educativa, moral, humana. Es una crisis que se refiere al presente y al futuro histórico, existencial del hombre en esta civilización occidental nuestra, y que acaba además por afectar al mundo entero. Y cuando digo crisis no pienso en una tragedia. Los chinos, cuando quieren escribir la palabra crisis, la escriben con dos caracteres: el carácter del peligro y el carácter de la oportunidad. Cuando hablamos de crisis, hablamos de peligros, pero también de oportunidades. Este es el sentido en que utilizo la palabra. Cierto, cada época de la historia lleva en sí elementos críticos, pero, al menos en los últimos cuatro siglos, no se han visto tan sacudidas las certezas fundamentales que constituyen la vida de los seres humanos como en nuestra época. Pienso en el deterioro del medio ambiente: esto es peligroso, pensemos un poco adelante, en la guerra del agua, que viene; en los desequilibrios sociales; en el terrible poder de las armas —hemos hablado de ello tanto en estos días; en el sistema económico-financiero, que tiene en el centro no al hombre, sino el dinero, el dios dinero; en el desarrollo y en el peso de los medios de información, con toda su positividad de comunicación, de transporte. Es un cambio que se refiere al modo mismo en que la humanidad lleva adelante su existencia en el mundo. Frente a esta realidad, ¿cuáles son las reacciones? Volvamos a los dos discípulos de Emaús: desilusio-

nados ante la muerte de Jesús, se muestran resignados y buscan huir de la realidad, dejan Jerusalén. Las mismas actitudes las podemos leer también en este momento histórico. Frente a la crisis puede haber resignación, pesimismo hacia toda posibilidad de eficaz intervención. En cierto sentido es un «lavarse las manos» de la dinámica misma del actual recodo histórico, denunciando sus aspectos más negativos con una mentalidad semejante a aquel movimiento espiritual y teológico del siglo II después de Cristo que se denominó «apocalíptico». Nosotros tenemos la tentación, pensar en clave apocalíptica. Esta concepción pesimista de la libertad humana y de los procesos históricos lleva a una especie de parálisis de la inteligencia y de la voluntad. La desilusión lleva también a una especie de fuga, a buscar «islas» o momentos de tregua. Es algo parecido a la actitud de Pilato, el «lavarse las manos». Una actitud que se presenta «pragmática», pero que de hecho ignora el grito de justicia, de humanidad y de responsabilidad social y lleva al individualismo, a la hipocresía, si no a una especie de cinismo. Esta es la tentación que nosotros tenemos delante, si vamos por este camino de la desilusión o de la decepción. En este punto nos preguntamos: ¿hay un camino a recorrer en esta situación nuestra? ¿Debemos resignarnos? ¿Debemos dejarnos oscurecer la esperanza? ¿Debemos huir de la realidad? ¿Debemos «lavarnos las manos» y encerrarnos en nosotros mismos? Pienso no sólo que existe un camino a recorrer, sino que precisamente el momento histórico que vivimos nos impulsa a buscar


ENCUENTRO CON EL MUNDO DE LA CULTURA

y hallar caminos de esperanza, que abran horizontes nuevos a nuestra sociedad. Y aquí es precioso el papel de la Universidad. La Universidad como lugar de elaboración y transmisión del saber, de formación a la «sabiduría» en el sentido más profundo del término, de educación integral de la persona. En esta dirección desearía ofrecer algunos breves puntos sobre los cuales reflexionar. La Universidad como lugar del discernimiento. Es importante leer la realidad, mirándola a la cara. Las lecturas ideológicas o parciales no sirven, alimentan solamente la ilusión y la desilusión. Leer la realidad, pero también vivir esta realidad, sin miedos, sin fugas y sin catastrofismos. Cada crisis, también la actual, es un paso, un trabajo de parto que comporta fatiga, dificultad, sufrimiento, pero que lleva en sí el horizonte de la vida, de una renovación, lleva la fuerza de la esperanza. Y ésta no es una crisis de «cambio»: es una crisis de «cambio de época». Es una época, la que cambia. No son cambios de época superficiales. La crisis puede transformarse en momento de purificación y de replanteamiento de nuestros modelos económico-sociales y de una cierta concepción del progreso que ha alimentado ilusiones, para recuperar lo humano en todas sus dimensiones. El discernimiento no es ciego, ni improvisado: se realiza sobre la base de criterios éticos y espirituales, implica interrogarse sobre lo que es bueno, la referencia a los valores propios de una visión del hombre y del mundo, una visión de la persona en todas sus dimensiones, sobre todo en la espiritual, trascendente; no se puede

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considerar jamás a la persona como «material humano». Ésta es tal vez la propuesta oculta del funcionalismo. La Universidad como lugar de «sabiduría» tiene una función muy importante en formar al discernimiento para alimentar la esperanza. Cuando el caminante desconocido, que es Jesús Resucitado, se acerca a los dos discípulos de Emaús, tristes y desconsolados, no busca ocultar la realidad de la Crucifixión, de la aparente derrota que ha provocado su crisis; al contrario, les invita a leer la realidad para guiarles a la luz de su Resurrección: «Qué necios y torpes sois... ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?» (Lc 24, 25-26). Hacer discernimiento significa no huir, sino leer seriamente, sin prejuicios, la realidad. Otro elemento: la Universidad como lugar en el que se elabora la cultura de la proximidad, cultura de la proximidad. Esta es una propuesta: cultura de la cercanía. El aislamiento y la cerrazón en uno mismo o en los propios intereses jamás son el camino para devolver esperanza y obrar una renovación, sino que es la cercanía, la cultura del encuentro. El aislamiento, no; cercanía, sí. Cultura del enfrentamiento, no; cultura del encuentro, sí. La Universidad es el lugar privilegiado en el que se promueve, se enseña, se vive esta cultura del diálogo, que no nivela indiscriminadamente diferencias y pluralismos —uno de los riesgos de la globalización es éste—, ni tampoco los lleva al extremo haciéndoles ser motivo de enfrentamiento, sino que abre a la confrontación constructiva. Esto significa comprender y valorar


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las riquezas del otro, considerándolo no con indiferencia o con temor, sino como factor de crecimiento. Las dinámicas que regulan las relaciones entre personas, entre grupos, entre naciones frecuentemente no son de cercanía, de encuentro, sino de enfrentamiento. Me remito de nuevo al pasaje evangélico. Cuando Jesús se acerca a los dos discípulos de Emaús, comparte su camino, escucha su lectura de la realidad, su desilusión, y dialoga con ellos; precisamente de este modo reenciende en su corazón la esperanza, abre nuevos horizontes que estaban ya presentes, pero que sólo el encuentro con el Resucitado permite reconocer. Nunca tengáis miedo del encuentro, del diálogo, de la confrontación, también entre universidades. A todos los niveles. Aquí estamos en la sede de la Facultad teológica. Permitidme deciros: no tengáis temor a abriros también a los horizontes de la trascendencia, al encuentro con Cristo y a profundizar en la relación con Él. La fe no reduce jamás el espacio de la razón, sino que lo abre a una visión integral del hombre y de la realidad, y defiende del peligro de reducir el hombre a «material humano». Un último elemento: la Universidad como lugar de formación a la solidaridad. La palabra solidaridad no pertenece sólo al vocabulario cristiano, es una palabra fundamental del vocabulario humano. Como dije hoy, es una palabra que en esta crisis corre el riesgo de ser suprimida del diccionario. El discernimiento de la realidad, asumiendo el momento de crisis, la promoción de una cultura del encuentro y del diálogo, orientan

hacia la solidaridad, como elemento fundamental para una renovación de nuestras sociedades. El encuentro, el diálogo entre Jesús y los dos discípulos de Emaús, que reenciende la esperanza y renueva el camino de su vida, lleva a compartir: le reconocieron al partir el pan. Es el signo de la Eucaristía, de Dios que se hace tan cercano en Cristo que se hace presencia constante, para compartir su propia vida. Y esto dice a todos, también a quien no cree, que es precisamente en una solidaridad no dicha, sino vivida, como las relaciones pasan de considerar al otro como «material humano» o como «número» a considerarle como persona. No hay futuro para ningún país, para ninguna sociedad, para nuestro mundo, si no sabemos ser todos más solidarios. Solidaridad por lo tanto como modo de hacer la historia, como ámbito vital en el que los conflictos, las tensiones, también los opuestos alcanzan una armonía que genera vida. En esto, pensando en esta realidad del encuentro en la crisis, he hallado en los políticos jóvenes otra manera de pensar la política. No digo mejor o no mejor, sino otra manera. Hablan de forma distinta, están buscando... su música es distinta de la nuestra. No tengamos miedo. Oigámosles, hablemos con ellos. Ellos tienen una intuición: abrámonos a su intuición. Es la intuición de la vida joven. Digo los políticos jóvenes porque es lo que he oído, pero los jóvenes en general buscan esta clave distinta. Para ayudarnos al encuentro, nos ayudará oír la música de estos políticos, «científicos», pensadores jóvenes. Antes de concluir, permitidme subrayar que a nosotros cristianos la fe


ENCUENTRO CON EL MUNDO DE LA CULTURA

misma nos da una esperanza sólida que impulsa a discernir la realidad, a vivir la cercanía y la solidaridad, porque Dios mismo ha entrado en nuestra historia, haciéndose hombre en Jesús, se ha sumergido en nuestra debilidad, haciéndose cercano a todos, mostrando solidaridad concreta, especialmente a los más pobres y necesitados, abriéndonos

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un horizonte infinito y seguro de esperanza. Queridos amigos, gracias por este encuentro y por vuestra atención; que la esperanza sea la luz que ilumina siempre vuestro estudio y vuestro compromiso. Y que el valor sea el tiempo musical para ir adelante. Que el Señor os bendiga.



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LIDERAZGO IGNACIANO Adolfo Nicolás S.J.*

La verdad es que me acerco a este tema del liderazgo con un poco de miedo,por razones obvias. Primero, porque no soy experto. Seguro que ustedes conocen muchas más teorías y posiciones mejores que las que voy a presentar yo. Segundo, porque recuerdo el dicho de “médico, cúrate a ti mismo”. De todo lo que digo aquí prohíbo preguntas del tipo “¿Todo eso lo ha hecho usted?” Todo eso está prohibido porque el médico cúrate a ti mismo no funciona. Y tercero, porque el riesgo de hablar en público y seguir sobre la silla es que puedas salir mentiroso. De manera que lo que voy a intentar es simplemente hacer algunas reflexiones juntos. Ustedes también piensan a medida *

Encuentro del Padre General con Superiores y Directores de obra de la provincia de Castilla. Valladolid, 6 de mayo de 2013.

que yo voy hablando y entre todos ayudamos a un liderazgo suficiente. Como puntos de reflexión partiré de qué es un liderazgo espiritual. Luego haré una pequeña referencia, a mi manera, al libro de Lowney sobre el liderazgo heroico, sobre el liderazgo de la Compañía de Jesús; el título es un poco glorioso, pero ustedes lo comprenden perfectamente. Y luego algunas reflexiones sobre cómo se hace el liderazgo cuando la base de nuestras decisiones es el discernimiento espiritual. Creo que eso toca a todas nuestras comunidades e instituciones. Qué tipo de liderazgo podemos desarrollar. I. Sobre el liderazgo espiritual Sobre el liderazgo espiritual diría tres referencias que desarrollaré más adelante en las reflexiones sobre el discernimiento.


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Primero, todo líder en un contexto apostólico o evangélico tiene que reforzar y animar a los participantes y comunidades a los valores y actitudes que consideramos evangélicas. Hay una primera función de reforzar y animar actitudes y valores. Segundo, hay una consideración básica, que es entender la autoridad como servicio. La renuncia de Benedicto XVI al papado ha sido, se dice en Roma, la última gran lección del gran maestro Ratzinger, enseñando cómo el Papa está al servicio de la Iglesia, y no al revés. El Papa no es la figura última, la figura última es Cristo, y cuando el servicio a la Iglesia ya no se puede hacer bien uno se retira porque la Iglesia es mucho más importante que el Papa. Eso ha sido una lección que queda como remanente básico de toda nuestra concepción de la autoridad, que es siempre una forma de servir y no más. Y tercero, dentro del contexto de San Ignacio la función principal del líder, y aquí me refiero sobre todo a las comunidades, sería ayudar a la comunidad a crecer en Cristo. En la concepción ignaciana del servicio hay siempre un factor muy importante de crecimiento que lleva a la transformación. Si no hay transformación eso quiere decir que el proceso ha fracasado. El objetivo último es la transformación de la persona, y eventualmente, a través de las personas, de la sociedad. Pero eso se produce a través de un proceso de crecimiento. No hay transformaciones instantáneas, aunque a veces nos atraiga la imagen del cambio instantáneo. A veces nos creemos que San Pablo cayó de un caballo que no existía, y es que en

los Hechos de los Apóstoles no hay caballo. Los Hechos nos dicen que se fue tres años a Arabia y luego volvió a Jerusalén para confrontar si lo que él entendía estaba en línea con los apóstoles, etc. Es un proceso largo y a la luz de sus cartas vemos cómo también San Pablo se va haciendo, se va forjando… II. El liderazgo heroico Voy a hacer ahora una referencia a un libro al que se ha dado mucho eco, porque nos ha halagado al hablar de liderazgo jesuítico como liderazgo heroico1. El título ya nos ha caído muy bien, sobre todo a los jesuitas. Yo voy a tomar selectivamente los puntos que creo que son más importantes. El primero coincide con todo lo que he leído sobre liderazgo. Como saben este es un terreno en el que la literatura ha producido muchísimo. En lo que todos coinciden, también Lowney, es en que hace falta un sentido de finalidad para un buen liderazgo; hace falta una visión. Sin visión no hay líder. Yo puedo decir que en mis visitas a la Compañía, cuando encuentro una provincia en desorden –y las haysiempre hay una falta de visión en el liderazgo. Las dos cosas van juntas: Faltan visión, objetivos, dirección y la provincia empieza a bandear; y entonces surgen líderes personalizados autodefinidos como líderes, o empiezan a 1

Lowney, Chris. “El liderazgo al estilo de los jesuitas”. Verticales de Bolsillo, 2008.


LIDERAZGO IGNACIANO

tomarse decisiones que a la larga la provincia no va a poder mantener. En la famosa frase latina atribuida a San Ignacio, en términos de la SJ esta visión tiene que ser mundial, global y estar de acuerdo con el evangelio. La frase es “Non coerceri maximo”2 ; no hay nada, por grande que sea, que pueda limitar la imaginación apostólica de un jesuita, particularmente de un superior. Se ve en el atrevimiento con que algunos grandes misioneros de nuestra historia se han enfrentado a todo un continente –en tiempos en que no había ni aviones, ni Internet, ni nada- y han sido capaces de crear todo un estilo misionero muy audaz e imaginativo; han sido personas que realmente han pensado siempre más allá de la propia y limitada capacidad. Personas que incluso con muy mala salud han sabido llevar una gestión creativa, y moverse a lo largo de todo un continente. Como Anchieta, entrando a lomo de luma por Brasil y llegando hasta el Perú y Bolivia. Cosas que en su tiempo se realizaron por gente que tenía ideales y visión. El segundo punto de un buen liderazgo apostólico es la gran adaptabilidad en medio de un cambio increíble. Hoy nos quejamos de que la sociedad está cambiando y pasamos por toda clase de crisis: cultural, religiosa, económica… Pero esto no es nuevo. Ha pasado siempre, y los tiempos más creativos del apostolado de la SJ han sido tiempos de crisis. La 2

Non coerceri maximo, contineri minimum, divinum est (Cosa divina es no estar ceñido por lo más grande, y sin embargo estar contenido entero en lo más pequeño).

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crisis es muy buena cuando produce la creatividad para sobrevivir y para seguir ofreciendo un servicio de calidad. Quizás parte de esta capacidad de adaptación a situaciones que están cambiando es la conciencia, mantenida fuertemente en las obras, de la presencia activa de Dios en todas las cosas. Una persona que cree que Dios actúa en todo no tiene miedo. Recuerdo mi última actuación pública en Japón fue moderar una discusión entre un misionero francés, y un franciscano japonés. Y el tema era cómo leer la parábola del sembrador. El misionero habló del sembrador como el misionero que va y esparce la palabra de Dios. El franciscano dijo: el sembrador es Dios que ha estado sembrando en los corazones de la gente, y el misionero viene a recoger, viene a la cosecha. Por eso, cuando predica y esa predicación toca el corazón de la gente, la gente responde. Pero eso es cosecha porque Dios ha estado trabajando el corazón de la gente siglos y siglos. Creo que todo el mundo ha mirado con admiración cómo el pueblo japonés ha reaccionado al terremoto y el tsunami de hace dos años. Esta reacción no es espontánea. Es cultivada. Dios ha estado trabajando en los corazones de toda esta gente. Llega un momento de crisis, y reaccionan con una dignidad, con una profundidad, un despego y una capacidad de preocuparse por los demás, compasión y ayuda a los otros que no hemos sido capaces de ver en ningún país cristiano. Los americanos en casa, en Roma, cuando veían la televisión, decían: “imposible que pase”. Si hay un apagón lo normal


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en seguida en muchos lugares es el saqueo de tiendas. En cambio, los japoneses están en el supermercado. Empieza el terremoto. Se van las luces. Colocan todo y salen en fila. Eso, ¿dónde lo hemos visto? Ahí Dios está trabajando, usando la cultura, las religiones o lo que sea. Ahí está claro que hay un tesoro de humanidad y una profundidad de compasión increíble. Creo que esto ha ayudado a los jesuitas en su trabajo misionero anterior. La inculturación ha salido precisamente como la aceptación de la cultura en un sitio donde Dios trabaja, la humanidad crece y se acepta positivamente el diálogo con otras religiones, en el que algunos jesuitas han sido pioneros. Eso indica que hay ahí una fe y confianza en que Dios va por delante y, por tanto, no estamos nosotros descubriendo lo que no hay, sino que estamos siguiendo a Dios que trabaja en los corazones de los demás. Otro elemento de este libro es el Magis. Que ha dado a muchos jesuitas la capacidad de enfrentarse sin miedo a situaciones que desbordaban claramente la capacidad personal o grupal. Ayer me contaron que durante la guerra de Corea hicieron un experimento: tomaron a prisioneros de guerra, los pusieron en un campo y sistemáticamente les daban cada día malas noticias, la muerte de un pariente, un bombardeo, una batalla perdida, una enfermedad… todo malas noticias. Terminó la guerra y les dijeron que había terminado. Los prisioneros entonces se dieron cuenta de que no había vallas, ni verjas, ni perros, ni guardas, ni alambradas en el campo donde estaban. Y ni uno solo se había

escapado. El miedo les había frenado la imaginación y las posibilidades de escapar. Ese es el efecto del miedo. Y ninguno de ellos quería, al final de la guerra, volver a casa. Estaban congelados. El magis es posible solamente si no hay miedo, y por eso es parte de un liderazgo en el que, donde podría haber miedo, haya confianza. Confianza en que a pesar de todo podemos salir adelante, emprender un trabajo difícil, hablar con el ateísmo, o hablar –ahora- de las fronteras, una imagen que ha resonado muy bien en toda la Compañía de Jesús. Porque la frontera habla precisamente de superar el miedo. De ir a los sitios más difíciles, algo que solo es posible si no hay miedo. Y esto da luz también a ver por qué en el Nuevo Testamento, cuando Jesús aparece –sobre todo en los relatos de la resurrección, el mensaje fundamental es “No tengáis miedo”. Otro elemento en el liderazgo de la Compañía, que es un momento fuerte y lo estamos viendo ya en el nuevo Papa Francisco, es ver cómo la espiritualidad ignaciana nos afecta. ¿Qué pasa cuando un papa está formado en la espiritualidad ignaciana? El papa ha sido maestro de novicios, provincial, ha tenido todos los elementos para entrar profundamente en la espiritualidad ignaciana, y estamos todos expectantes para ver las señales ignacianas. Y las vemos, de libertad interior, de no estar apegado a nada. El jueves santo, hablando a los sacerdotes, les decía dos cosas: una, que el pastor ha de oler como las ovejas, animando a pastores y obispos a estar con la gente. Es una imagen muy potente. Pero la otra cosa que les dijo es: preparen


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ustedes muy bien la liturgia, que se haga con dignidad, pero por favor, no estén apegados a los trapos. Y usó la palabra trapos3. Algo inaudito en un papa hablando de vestimentas litúrgicas. Pero eso es ignaciano, también: no estar apegado a nada. Servir, y hacerlo bien, pero sin apegos. Eso es ignaciano. Esta libertad de uno mismo. Estar totalmente libre del propio ego. En la espiritualidad ignaciana se espera una libertad total del ego. Parte de la dinámica de los ejercicios y la espiritualidad ignaciana es libertad interior. Una llibertad interior que nos permite elegir, buscar siempre y acercarnos a la voluntad de Dios. Nunca la tendremos de nuestra mano, por eso podremos cambiar de opinión… Podremos decir, entre lo que hemos visto esto es lo que nos acerca a la voluntad de Dios, sin afirmar que lo es del todo. Pero lo que sí hay es libertad para seguir buscando.

precisamente, de estos apegos que en el fondo son un agarrarse al propio yo, que es muy difícil de apagar. Un buen líder debe ser sumamente libre, capaz de cambiar de opinión, porque está tranquilo sabiendo que lo que buscamos todos es la voluntad de Dios, no la voluntad del superior. Esto es sumamente importante, y si es lo que buscamos, entonces la opinión de todos es importante, y el escuchar, consultar y eventualmente llegar a una decisión mejor es parte del sistema de obediencia.

Hace cinco años, en la CG XXXV se habló de que en estas decisiones nuestras en las que buscamos el desprendimiento del yo. En la preparación de la Congregación se habló de que en la Compañía de Jesús no hay crisis de obediencia, pero sí hay crisis de liderazgo. El jesuita protestará mucho, pero al final obedece. Al final, no exageremos…

En un seminario que tuvimos en Filipinas, el P. Jim Moran, filipino, presentó La ventana de Johari en el ejército. Las dos variables eran inteligencia y trabajo. Y él decía: Ni es inteligente ni trabaja, el soldado. No es inteligente, pero trabaja, el sargento. Es inteligente y trabaja, el capitán, que trabaja mucho. Esos son los que llevan el ejército. Y es inteligente, pero no trabaja, el general. ¿Y por qué no trabaja? Porque necesita tiempo para pensar, reflexionar, tener estrategias y un plan de batalla. Si al general –al general del ejército, ojo– se le quita la capacidad de reflexión, entonces el ejército va abocado a la derrota. Eso me ayudó mucho –en aquel tiempo yo era provincial– a buscar hábitos de reflexión.

Pero sí hay crisis de liderazgo, y esa crisis de liderazgo puede venir, 3 “De la belleza de lo litúrgico, que no es puro adorno y gusto por los trapos, sino presencia de la gloria de nuestro Dios resplandeciente en su pueblo vivo y consolado, pasamos a fijarnos en la acción” (Papa Francisco, en la Santa Misa Crismal, 28 de marzo de 2013).

Otro elemento importante para un buen liderazgo es desarrollar hábitos de reflexión. El superior que está super ocupado y no tiene tiempo ni para sentarse a respirar será un mal superior. Si no tiene hábitos de reflexión para darle vueltas a las cosas y para ayudar a su comunidad, cuando vayan a consultarle, encontrará gran dificultad.


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No hay que tener miedo a ser un líder con valor. Hace poco vi en Internet una definición de valor. Decía: El valor es el miedo pasado por la oración. En inglés: “Courage is fear that has done its prayers”4 es más gráfico. Otro elemento, y ya termino, es importante para un buen liderazgo distinguir entre el objetivo y los medios, no confundirse, no perderse en los medios. Sobre los medios podemos tener distintas opiniones, pero lo importante es tener claros los objetivos, y no cualquier medio sirve. El saber distinguir fines y medios es muy importante para no perder tiempo en discusiones absurdas. Y luego, un elemento que no está en el libro, pero es importante: un buen liderazgo tiene que estar siempre abierto a una evaluación y medición continua. ¿Por qué no está en el libro? Porque el autor era muy amable y quiso poner solo las cosas buenas de los jesuitas. Vino a Manila cuando yo estaba en Manila y dio una conferencia y habló de los factores que considera parte del liderazgo heroico de la Compañía y no dijo nada negativo. Entonces un jesuita filipino levantó la mano en el tiempo de las preguntas y le dijo: “No ha dicho usted nada negativo. ¿Es que no hay nada negativo en nuestro liderazgo?” Él empezó a patinar, divagar, y se escapó; pero el filipino volvió y le dijo: “No ha respondido a mi pregunta. ¿No hay nada que podamos aprender del 4

El coraje es el temor que ha hecho sus oraciones.

liderazgo?” Entonces, él contestó: “bueno ya que insiste, hay dos cosas. Una es que los jesuitas, como todo clérigo, se resisten a la evaluación”. Es un poco como Charlie Brown en las caricaturas5. Hay una que me gusta mucho en que está él jugando al baseball, está lloviendo y están perdiendo, como siempre, y Charlie Brown dice: “¿Cómo es posible que perdamos cuando tenemos tanta buena voluntad?”. El clérigo tiende a confundir su esfuerzo con el resultado. Y cuando se habla de evaluación siempre dice: “¿Es que no lo hago bien o qué?” En seguida lo vuelve personal y entonces se hace muy difícil evaluar. Y la evaluación es normal en cualquier institución, cualquier empresa y ante cualquier objetivo. Aprender a integrar evaluación en nuestro liderazgo es sumamente importante. De cuando en cuando, nosotros, en la Compañía, tenemos como sistema que después de tres años, la consulta hace una evaluación de los superiores y entonces se decide si continúan o si ya está bien y se le puede cambiar. Esto no es automático. O sea, no es que el superior se nombra para seis años. Eso no está en las Constituciones ni en las normas que tenemos. Es para tres años y supuesta una evaluación se puede continuar, y en todo caso no por demasiado tiempo. Generalmente seis años se considera el tope. Es importante la evaluación. Lo segundo que dijo Lowney, es que hay que poner números a eso. 5 Personaje de las viñetas de Peanuts, creado por Charles M. Schulz.


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Nos cuesta muchísimo, porque creemos que en el Evangelio es todo espiritual y entonces poner números y decir que hay un tanto por ciento de gente a la que mis homilías no les gusta no nos encaja. Mis homilías llegan a un 30% que ya es mucho pero hay un 60% o un 70% que no les gusta. Eso nos nos gusta, nos rechina poner números. “Dios trabaja en los corazones”, decimos, y metemos a Dios por medio o al Espíritu Santo y no queremos ni poner números ni hacer una evaluación concreta que nos pueda ayudar a mejorar nuestro servicio. Esto es algo bastante general. Yo lo experimenté en reuniones de superiores locales de Japón, lo he experimentado en otros sitios también y parece que es transcultural. Que el clérigo no es buen sujeto de evaluación. Se siente amenazado.

cerca de esa voluntad de Dios? Es más un proceso que la conclusión que saca un superior solo. Para que este proceso sea real y sea espiritual hacen falta dos ingredientes, y luego os diré tres condiciones.

III. El liderazgo basado en el discernimiento espiritual

Y segundo, por supuesto, el principio de libertad. Libertad como principio. A lo que me refiero es a que en todo servicio en la vida religiosa, y digo esto con cierta solemnidad porque me parece que es una de las cosas que no se entienden en ciertos mundos, el principio es que servimos a Dios en libertad. En libertad total. El servicio religioso es libre y por lo tanto, el superior tendrá que motivar, tendrá que explicar, tendrá que comunicar, pero no puede forzar y decir “aquí el superior soy yo y tú no tienes más que obedecer”. Eso es un abuso de la autoridad. Es un servicio libre y es una donación libre la que hacemos al entrar en la vida religiosa, y lo mismo al desarrollar nuestro crecimiento en Cristo dentro de la vida religiosa. Ese principio de libertad tiene que seguir vivo. Por lo

Voy a decir ahora algunas cosas sobre cómo es un liderazgo basado en el discernimiento espiritual. La norma última en nuestro liderazgo es la voluntad de Dios. Eso está claro. El problema es que no podemos definir tan fácilmente la voluntad de Dios como si la tuviéramos en la mano. Lo más que podemos decir es que nos acercamos, eso está lo más cerca posible. Si la norma última es la voluntad de Dios, segundo, esto quiere decir que el liderazgo se trata de un proceso, no de una unidad fija o una cosa instantánea. Estamos hablando de un proceso: ¿cómo se encuentra la voluntad de Dios? Y aquí es donde entra el discernimiento. ¿Cómo podemos llegar más

Entre los dos ingredientes el primero es la comunidad. La voluntad de Dios se encuentra en comunidad. Sea la Iglesia, sea la diócesis o sea la comunidad religiosa o una obra apostólica, un colegio o la comunidad de enseñantes. Este es un ingrediente totalmente necesario. Hace falta una comunidad para poder discernir. Si no hay comunidad es muy difícil discernir. Si no hay participación en actitudes básicas, o espirituales o de valores básicos, es muy difícil discernir. Para que el discernimiento sea real hace falta una comunidad real.


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tanto, la preocupación del superior va a ser cómo envolver a la comunidad en el proceso. Yo he visto, cuando era provincial, a individuos que no entraban en el proceso de discernimiento de una institución, por ejemplo, pero si luego se votaba contra lo que ellos pensaban entonces venían a mi como provincial para decir: “No puedes permitir esto”. En ese momento tienes que decirles: “tú has tenido tu oportunidad, has tenido tu posibilidad de participar y no has querido participar y ahora quieres usar el poder. Este poder es ilegítimo”. Es decir, que hay métodos y hay procesos que respetan la dignidad de los colaboradores, que respetan una serie de principios que tienen un sentido profundo y que por tanto no se pueden saltar. Por lo tanto hacen falta los dos principios, el de comunidad y el de libertad. ¿Y cuáles son las tres condiciones? Las tres condiciones son: que la comunidad, los que disciernen, participen en la visión, es decir, participen también en la libertad interior. Si no hay libertad interior en una comunidad no hay discernimiento. Yo he visto discernimientos comunitarios que han fracasado y desde el principio se veía que no había libertad. Había ya una decisión pre-tomada y entonces el proceso no es real y al final fracasa. No hay alegría, no hay consensos y no hay sentido de decir: hemos caminado y nos hemos acercado a la voluntad de Dios. La primera condición es, por lo tanto, libertad interior. Que toda elección sea posible. La segunda, total información. Si no se da información a todos los

que participan en la decisión, esa decisión está viciada. Hay que dar información total. O sea, eso de que llegue un superior y diga: “Me guardo mi decisión ¿qué pensáis vosotros?” Y todos piensan “A” y solo entonces el superior dice, “bueno yo voy a decidir “B” porque yo sé cosas que vosotros no sabéis”, es un abuso de autoridad. Si yo sé cosas que vosotros no sabéis lo tengo que decir al principio, no al final, para escudarme, para esconderme. Y la tercera condición es que participemos todos en el mismo tipo de valores religiosos, porque si no tenemos la misma valoración religiosa no podemos llegar a los mismos objetivos. Por ejemplo, el sentido de pobreza, sobre todo en medio de una crisis económica. ¿Qué significa esto para nuestra manera de trabajar, nuestra manera de obrar, de acercarnos, a los demás? La opción por los pobres tiene que ser algo participado para que pueda entrar en la decisión. El hecho de que lo que buscamos principalmente es un fruto apostólico, que no estamos aquí trabajando para crear una torre de marfil o para labrarnos una carrera o para fortalecer el prestigio de una institución sino que queremos servir a los alumnos, si es un colegio, o servir a la comunidad si es una parroquia, etc. Luego valores fundamentales como justicia o un modo de actuar que respete a los demás. Y por último, si queremos añadir una cuarta condición, yo la añadiría, ciertamente, para superiores religiosos: criterios ignacianos, con los que todos los jesuitas están muy fami-


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liarizados. Como es el magis, buscar un mayor fruto y un mayor bien a los demás. O sea, hay un deseo de crecimiento y de mejorar la calidad de nuestro servicio que es parte de estos criterios ignacianos. ‘La mayor necesidad’. Esto tiene consecuencias muy operativas. Hay provincias donde están pensando si abrir un colegio de educación secundaria o no, o si abrir una universidad o no. Ahí lo que hay que estudiar es la situación de este país, y ver cuál es la necesidad más grande. Si es educación primaria generalizada, entonces ahí es donde tenemos que poner nuestro esfuerzo. Si es una universidad porque los colegios están ya cubiertos, entonces tomamos el riesgo de caminar hacia la universidad. Siempre hay un criterio que es muy ignaciano que es ‘la mayor necesidad’. Luego, como nos decía la Congregación General XXXV, que nadie más esté respondiendo a esta necesidad. Hay un factor de “el campo está abandonado”; porque es un campo difícil, porque es muy difícil acceder. Esto es lo que el Papa llamó ‘fronteras’ y a las que pide a la Compañía de Jesús acudir. No hay que entrar en competición con otros muchos que ya quieren hacer lo que nosotros queremos hacer. Esa competición nos sirve de poco. A veces hay elementos de competición que no queda más remedio que aceptar para poder ofrecer un servicio de calidad. Pero, si hay tantos que quieren hacer ese servicio, ¿qué necesidad hay de que vaya la Compañía de Jesús? Hay un factor de “nadie quiere responder a esto”. Cuando alguien me comenta que no tiene trabajo, siempre le digo que el servicio a los pobres está libre.

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Las carreras y el tráfico va todo en dirección a servir a los poderosos. En el servicio a los pobres no hay tráfico y si quieres correr, ahí, puedes correr todo lo que quieras. Y yo creo que es verdad. Ahí es donde la Compañía de Jesús tiene que tomar opciones y luego que sea, naturalmente, algo viable y posible dentro de la iglesia. O sea, que no creemos nuestro propio feudo. IV. Conclusión. Síntesis final A modo de resumen hablaría de las condiciones para ser líder, casi como aforismos. En una de mis lecturas sobre liderazgo dice: “Si te encuentras solo arriba quiere decir que algo no estás haciendo bien”. Eso de decir que el superior está muy solo quiere decir que algo no hace bien; no hace participar a la comunidad, no envuelve a los demás. Y yo me encuentro con el consejo General que el comunicar y participar con el consejo hace que yo no me sienta solo y no tengo por qué sentirme solo. Dicen “es que el trabajo del General ahí arriba…” Pero no hay ahí arriba, es un trabajo de servicio y por lo tanto tenemos una comunidad de servicio y todos los problemas los puedo comunicar; y en todos, el Consejo General me ayuda. “La persona más difícil de gobernar es uno mismo”. Este es un aforismo evidente. “Cuando te dan una patada por detrás quiere decir que estás al frente”. Vas bien ¿no? No asustarse porque me critican o así, porque si te dan una patada por detrás es buena señal. Quiere decir que


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vas corriendo delante, no hay que preocuparte por eso. “Los mejores líderes son grandes escuchadores”. Saben escuchar para descubrir más cosas. “Si quieres saber cómo lo está haciendo un líder mira a su comunidad”. Mira a la gente, mira a sus colaboradores, o mira a sus alumnos si quieres saber cómo es un profesor. “La mayor equivocación es no preguntar a nadie en qué te estás equivocando”. Porque todos nos equivocamos, todos cometemos errores y entonces, es parte de la evaluación que decíamos antes. El ser capaz de preguntar a los demás qué es lo que piensan y el recibir ese feedback, yo creo que nos ayuda mucho. En resumen, diría que las cosas que yo he encontrado como ayuda se podrían condensar en cinco palabras: Distinguir entre liderazgo y gestión. No es lo mismo. El gestor hace las cosas bien. El líder hace buenas cosas. No es lo mismo. La gestión es parte del liderazgo pero se puede hacer de una manera técnica y con ayuda de técnicos. Segundo, capacitar a los demás para que los demás puedan trabajar bien. Capacitar para pensar, imaginar y realizar. El líder es el que sirve a sus colaboradores para que ellos hagan. Un buen líder da poco que hablar. Sus colaboradores dan mucho que hablar, y el líder es el que los capacita para ello.

La tercera palabra es visión. Visión ignaciana, eclesial, evangélica. Sentido de dirección. El líder tiene que ser capaz de formular esa visión, que entonces se hace parte de la vida de los demás. Recuerdo un sacerdote anglicano al que hicieron director de un colegio en Tokyo. Él estaba convencido de que hacían falta cambios para poner a los estudiantes más en contacto con la naturaleza, la creatividad, la imaginación, etc. Pero vio que los profesores estaban en otra onda. Y empezó a decir eso: el sistema de educación japonés no es bueno, falta esto, esto otro… Pero pacientemente no cambió nada. A los dos años los profesores empezaron a decir lo que él decía dos años antes. Se dijo que ese era el momento. Empezó a hacer cambios. Fueron bien recibidos por los alumnos, por los profesores... Perdieron un 20% del alumnado que no quería lo novedoso; pero ganaron un 20% de nuevos alumnos cuyos padres querían este tipo nuevo de educación más imaginativa, integral, etc. El problema vino cuando los alumnos se graduaban del colegio –grado medio- y pasaban al grado siguiente. Entonces empezaron a protestar por lo que echaban de menos. Al final la solución fue hacer a este sacerdote director del siguiente colegio, donde siguió el proceso de cambio. Lo cual quiere decir que lo importante es que la visión sea compartida. Una persona sola con visión no puede cambiar nada. La cuarta palabra clave es una persona digna de confianza. El líder tiene que ser honesto, directo y consistente. Un líder inconsistente crea un desbarajuste enorme en


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sus colaboradores. La consistencia da confianza. Cuando un provincial pierde la confianza de la provincia no puede seguir adelante y hay que cambiarlo rápidamente. El individuo puede no verlo y pensar que lo está haciendo bien, pero ha perdido la confianza, la gente no le sigue y hay que cambiarlo rápidamente, porque si no la provincia se disgrega. Es importante que el líder sea una persona de confianza. ¿Qué está pasando hoy en el mundo político? Que hoy en día no tenemos líderes. No los hay. Hay unas inconsistencias tales que el pueblo no puede seguir a ese tipo de líderes. Y en la vida religiosa pasa. Y en instituciones que tienen una inspiración evangélica, ignaciana, se necesita que el líder sea una persona básicamente consistente. No perfecto, porque nadie lo es. Pero básicamente consistente, y que cree confianza. Por último, creo que es muy importante la gestión de sentido, gestión de significado. En términos de vida jesuítica, cuando descubrimos que, en términos ignacianos, hay un factor en nuestra vida, sea el que sea, que hay que llevar de una manera particular, es importante comunicar esto a todos los provinciales, a los superiores locales, a los consultores y tal , para que haya una gestión con sentido. Es el Management of Meaning (gestión de sentido, de significado). Por lo tanto, parte del liderazgo es comunicar. El líder tiene que ser un gran comunicador

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–porque si no es capaz de comunicar sentido no se lleva adelante la gestión que quiere hacer. El líder tiene que ser comunicador, sin hacerse protagonista. Cuando el líder resulta una figura mediática el liderazgo disminuye. El líder no puede ser el centro. El líder hace de los demás el centro. Es la obra, la institución, el colegio, el centro social, la parroquia, lo que se hace el centro y todo va dirigido ahí. Cuando somos nosotros mismos el centro, sea en posición de liderazgo o individual, entonces se pierde la fuerza que puede tener. Y viene el líder que se cree que él es todo y es estrictamente necesario y tiene que durar toda la vida…. pero nosotros sabemos que no es así. Por tanto, tiene que comunicar una visión, pero sin centrarla en sí mismo. Decíamos a principio que la gran lección de Benedicto XVI es haber visto esto, que a veces el líder tiene la obligación de retirarse para servir. Cuando escribió el libro-entrevista con un periodista alemán dice dos veces que cuando faltan fuerzas para ejercer el papado, no solamente puedo retirarme, sino que tendré la obligación de retirarme6. Y habla de obligación. Eso es muy importante. La comunicación de sentido supone una capacidad de comunicación que tiene que ser parte de un liderazgo compartido, para que sean los demás el centro y no uno mismo. Se podrían decir muchas más cosas, pero no hay que abusar de la paciencia del que escucha…



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UNICAP: EN LA CIUDAD DE LOS PUENTES, UNA UNIVERSIDAD SIN FRONTERAS Adolfo Nicolás S.J.*

La universidad es un campo apostólico privilegiado de los jesuitas en la formación de la juventud, de forma integral y deseando la excelencia. La universidad jesuita, sin embargo, no está al servicio de la formación de élites, sino, al contrario, trabaja la calidad académica como forma de inclusión social y desea la excelencia humana. Por lo tanto, una universidad es un medio concreto para conseguir un fin apostólico, el de la formación calificada de los jóvenes y su excelencia humana para que así contribuyamos en la transformación de las personas y de las realidades sociales e históricas, en vista a la construcción del Reino de Dios. Pero, a fin de cuentas, ¿por qué una universidad jesuita aquí en Re*

Visita del Padre General a Brasil, 12 de julio de 2013. http://www.jesuitas.org. co/documentos/95.pdf

cife? ¿Y en Brasil, país emergente y promisor, hasta qué punto aún se justifica la necesidad de la actuación jesuita en la educación superior? ¿Cuáles son los desafíos del apostolado académico y cuáles las nuevas fronteras de la educación? ¿Qué diferencia trae una universidad jesuita de otras instituciones? ¿Cuáles son las perspectivas de futuro de una universidad católica, jesuita y comunitaria en el contexto de una sociedad cada vez más laica, un mundo totalmente globalizado y una economía de mercado que se impone? Cuestiones que nos ocupan y nos interpelan en la búsqueda del sentido de nuestra misión. Más que contestar a estas preguntas me gustaría reflexionar con ustedes aquí presentes, tanto los jesuitas y colaboradores como los amigos y conveniados de la Unicap, sobre


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algunos principios importantes para situar esta universidad en el contexto de nuestra misión de servicio a la iglesia y a la sociedad. En un mundo de muchos y rápidos cambios, es necesario revisitar los fundamentos de nuestra misión y, abiertos a las señales de los tiempos, discernir los pasos que estamos invitados a dar en la búsqueda de la recreación constante de nuestras instituciones conforme al espíritu que nos anima. 1. La Compañía de Jesús nació de un grupo de universitarios soñadores De alguna forma la orden de los Jesuitas nació de un grupo de estudiantes universitarios que soñaban con un mundo diferente. Ese grupo de los primeros compañeros quería transformar el mundo a partir de las personas, buscando así mediar la manifestación de Dios y darle gloria. Y, como decían los Padres de la Iglesia en los primeros siglos del cristianismo, “la gloria de Dios es que el ser humano viva plenamente” (Ireneo Lyon). Nacida del corazón de la Iglesia en tiempo de reformas, la SJ surgió en medio de la efervescencia universitaria de París y de ese grupo de compañeros liderados por Ignacio de Loyola. Ese momento fundacional quedará marcado, artísticamente, en la capilla del campus recientemente reformada, con el toque de belleza impar de Claudio Pastro. Destaco la importancia de la renovación de ese espacio precisamente en este año en que el Brasil será el destino de millones de jóvenes del mundo entero y en el año en que celebramos los 70 años del inicio

de ese proyecto universitario: esos símbolos remiten al deseo de “recreación” y de renovación de esa institución, plena de dinamismo. Como sabemos, cada semestre llega una nueva generación de estudiantes: ¡deseo que ellos contribuyan y participen de la constante renovación de la misión de esta universidad! Que este nuevo espacio litúrgico, diferente y particular, en el corazón de la ciudad y del campus, pueda ser un verdadero oasis en medio del corre corre urbano y de los compromisos académicos. Recuerdo cómo me inspiró en una de mis visitas a un colegio nuestro en Japón un profesor Budista. Había sido contratado otro profesor Budista que había ocultado su pertenencia a una Secta bastante militante y anti-cristiana. Parece ser que el nuevo profesor no cesaba en sus críticas al hecho de tener una capilla en el Colegio, que él consideraba parte del lavado de cerebro religioso de los estudiantes. Nuestro Budista más antiguo le dijo: Mira, muchacho, no has entendido nada de lo que es la educación aquí; tú te quejas de la existencia de la Capilla, pero en este Colegio, en cuanto entras por la cancela o el Portón de fuera, ya TODO ES CAPILLA. Yo no he encontrado nunca una explicación mejor de lo que queremos los jesuitas hacer con nuestra educación. TODO, es decir, la clase, el patio de recreo, los campos de deportes, los laboratorios, el teatro… TODO ES CAPILLA. Y lo que santifica un Colegio o una Universidad no son los espacios sacros, sino los estudiantes, que los usan. Ellos son la Imagen de Dios que hay que dar a Dios, si queremos servir a un pueblo.


UNICAP: EN LA CIUDAD DE LOS PUENTES, UNA UNIVERSIDAD SIN FRONTERAS

Y qué bonito sería si las personas, sobre todo los jóvenes estudiantes, contemplando a aquel grupo de universitarios soñadores del siglo XVI que dio origen a la orden de los jesuitas, se dijeran algo así: “¡si Ignacio y los primeros compañeros hicieron tantas cosas, yo también puedo hacer algo para transformar el mundo!”. En realidad, fue así como sucedió con Íñigo de Loyola, caballero medieval herido en su pierna y en su orgullo juvenil: convaleciente, leyendo historia de los santos, se dio a sí mismo un desafío tan inmaduro como decisivo: “si San Francisco y Santo Domingo hicieron grandes cosas, yo también puedo hacerlo…”. Todavía no había descubierto que todo don de transformación no nace de nosotros sino que es don de Dios para los demás. A su vez, la universidad como tal podría haber quedado solamente como un lugar histórico del encuentro del grupo de compañeros que fundaron la Compañía de Jesús. Pero, ese punto de partida acabó volviéndose, efectivamente, en un campo apostólico privilegiado del trabajo con la formación de la juventud, aquí como en muchos lugares del mundo. Brasil es una nación joven, prometedora y en pleno desarrollo. Pero su mayor patrimonio es la juventud, su gente. Paradójicamente, aquí y en otros países de América latina, ese patrimonio está amenazado, tanto por las instituciones históricas de pobreza como por las nuevas ilusiones consumistas. En realidad, faltan reales oportunidades para el desarrollo pleno de la gran mayoría de los jóvenes. Y, aún para los privilegiados que alcanzan una

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formación profesional y técnica de calidad, se nota la carencia de los valores humanísticos, capaces de transformar el destino de nuevas generaciones. En un caso y en otro, esos jóvenes son rehenes de muchas instituciones, o de la pobreza enraizada y generalizada o del consumismo exacerbado, imposibilitándolos a contribuir efectivamente con la necesaria transformación de las realidades históricas gritantes o de evitar las nuevas formas de esclavitud, alienación y empobrecimiento. En la llamada “sociedad del conocimiento”, sabemos que la clave para entrar y participar es la adquisición del conocimiento. Y, al mismo tiempo, el conocimiento excluye o se vuelve motivo de exclusión de la mayoría, quedando en manos de aquellos que poseen el poder y controlan el acceso a los bienes sociales. La mundialización es una realidad que, incontestablemente, abrió nuevos horizontes de comunicación y posibilitó una gama de relaciones entre los pueblos, estrenando la “aldea global”. Pero, como toda realidad humana, la globalización corre el riesgo de ser solamente en lo superficial y, sobretodo, ella puede ampliar y generalizar las formas de exclusión. Ofrecer una ALTERNATIVA es la segunda función del Profeta (siendo la primera evidenciar y hacer visible lo que está oculto de injusticia, de opresión y de corrupción). En este momento miles y miles de estudiantes de todo el mundo siguen cursos en la Universidad de Harvard. Yo también lo hago. Harvard y MIT, los dos gigantes académicos de Boston hicieron hace unos meses


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un acuerdo de millones para poner todos sus cursos online y cada mes se van sumando universidades a tal acuerdo. Unos de los Presidentes dijo que lo que querían es ofrecer su educación GRATIS a todo el que tuviera conexión a Internet. Y esto, que es totalmente revolucionario, nos permite soñar en la alternativa a la exclusión, es decir, crear cientos de “Centros de Estudio” a lo largo y ancho de Brasil para que con poco gasto se terminen ya los excluidos de la educación. La iniciativa ha provocado en diversos países la formación espontánea de grupos de estudiantes que quieren estudiar juntos y grupos de tutores que quieren acompañarlos, haciendo posible así una interacción que nos parece muy importante a la hora de tener una educación integral. En este contexto, las universidades tienen una tarea específica en la profundización crítica del fenómeno de la globalización, así como la posibilidad de proponer alternativas concretas para minimizar los efectos de la exclusión. En otras palabras, una universidad católica jesuita no puede contentarse con criticar y hacer diagnósticos de los grandes problemas de la humanidad, sino, que tiene como misión hacer dialogar a los diversos saberes para encontrar y proponer alternativas para una sociedad sostenible y realmente humana. En cierta forma, una gran diferencia de la universidad católica jesuita es su vocación humanística: su identidad y misión de búsqueda incesante de la verdad mediante los diversos saberes, no se reduce a un ejercicio intelectual, sino que se traduce en seguimiento de Jesucristo,

hijo de Dios y hermano nuestro. Por lo tanto, la misión universitaria quiere y puede contribuir a la elaboración de nuevos humanismos, en la perspectiva de humanización de la propia humanidad: más que una redundancia, se trata de concebir el ser humano como una obra inacabada, dentro de unproceso dinámico de crecimiento y transformación, en ejercicio de su libertad y abierto a la transcendencia. Todos conocemos el caso del niño travieso, que es dado por imposible en un Colegio y cuando le iban ya a despedir, saltó con aquello de: “Alto el fuego Señores, que Dios no ha terminado aún conmigo”. Es interesante cómo aquí en la UNICAP ustedes proponen a todos los estudiantes esas dos asignaturas obligatorias de Teología: la primera, Humanidad y Trascendencia; la segunda, Humanismo y Ciudadanía. En este contexto, identificamos la pedagogía jesuita, que inspirada en los Ejercicios Espirituales y aplicable a todo campo de acción, reposa sobre el principio de que el ser humano y las realidades históricas pueden ser transformados. Por eso la educación es una mediación importante para la humanización. En este paso, además de la enseñanza de la investigación, una universidad tiene un papel social indispensable en la promoción de experiencias excepcionales y profundas, preparando al estudiante para el ejercicio de una profesión, descubriendo y desarrollando sus talentos en la perspectiva de una formación integral. Eso que debería ser verdadero para toda universidad, en una institución católica y jesuita, se convierte en parte de su propia razón de ser y


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de su constante discernimiento del sentido y de la manera de actuar. Eso significa, consecuentemente, que la misión universitaria es una tradición en constante aggiornamento, para usar esa bella expresión del Concilio Vaticano II que indica la necesidad vital de actualización de los motivos fundamentales de una institución. El Papa Francisco ha predicado recientemente de María subrayando tres palabras clave: EscuchaDiscernimiento-Acción. Esta es, evidentemente, la versión ignaciana de Ver-Juzgar-Actuar. Y esto es lo que queremos de nuestros estudiantes. Formar hombres y mujeres que sepan ver y escuchar, oler y entender la realidad –que sepan juzgar y discernir, y que luego actúen para hacer a nuestro mundo un poco mejor. 2. Loyola, París, Recife… el mundo es nuestra casa La ciudad de Recife no fue escogida casualmente: además de ser una bella ciudad, conocida por sus innumerables puentes y sus rebeliones libertarias, este centro regional fue visto como un lugar estratégico que reunía las condiciones favorables para la creación de la primera universidad católica del Norte y Noreste, dos regiones marcadas aun hoy por los contrastes sociales, a pesar de sus riquezas culturales. Ese desafío fue asumido como misión liderada por los jesuitas, al servicio de la Iglesia, dirigido a la transformación de la región. De hecho, el pionerismo del pueblo pernambucano, su vocación libertaria y el espíritu de apertura al mundo, expresan un sentimiento oceánico, tanto en razón

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de su posición geográfica como de su historia, como sintetizaba tan bien, no sin un cierto orgullo regional, un antiguo programa de la Radio Jornal, “Pernambuco hablando al mundo”. En cierta manera esa “pretensión” de alcance del mensaje corresponde al deseo y a la misión de una universidad abierta a la universalidad de los saberes y de las posibilidades, sobretodo en el momento de una globalización sin precedentes. El escenario de los puentes de esta ciudad también sirve de metáfora para entender mejor la labor universitaria: según un documento de la Congregación General 35, un trazo distintivo de nuestra misión es saber “construir puentes” entre pobres y ricos, interconectando realidades distantes. Y la formación académica es un “buen material de construcción” de esos puentes, vislumbrando la contribución de cada uno de nosotros en la construcción de la sociedad que buscamos, una sociedad sustentable, ambiental y humanitariamente, señal visible del Reino de Dios. Y, como dice la “Carta de Principios” de la Unicap, esta universidad no solo “está” en el Noreste, sino que asume el rostro de ese pueblo y desea trabajar por el desarrollo de la región, formando profesionales calificados y ciudadanos críticos y actuantes. De cierta forma, más que desarrollar una región se trata de incluirla en el contexto nacional y en el mundo globalizado, según los desafíos de la llamada sociedad del conocimiento. Varias generaciones de estudiantes, contando más de 70 mil egresados, aprendieron no solamente lo que fue enseñado en las


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aulas y laboratorios, sino también actuando en varios proyectos en las comunidades y asociaciones de la región. No es por casualidad que está escrito en una de las entradas de la Unicap, junto al blasón de la Compañía de Jesús, que el “campus de la universidad es la ciudad”. La ciudadanía, por lo tanto, es parte inherente de esa misión. Y tiene que ser así. Los estudiantes traen a la Universidad toda la Ciudad, sus problemas y sus sueños, sus prejuicios y sus verdades. Y luego se vuelven a la Ciudad con un bagaje cambiado, libres y buscadores de Verdad, comprensivos y sensibles al dolor humano y a las posibilidades de cambio, para que TODOS en el país, disfruten de los abundantes bienes del Brasil. En fin, sabemos que este barrio central siempre fue palco de muchos movimientos sociales, sindicatos y organizaciones estudiantiles. Estas y otras formas de actuación crítica, algunas veces reclamando mejorías en la propia Universidad, aunque no sean siempre posibles de atender por diferentes razones, son ejercicios que contribuyen a la formación de toda la comunidad académica. Algunos, y que no fueron pocos, de esos jóvenes soñadores y contestadores asumieron funciones y papeles importantes en la transformación de una realidad más amplia, a través de sus profesiones o de cargos en la política, en el dominio jurídico, en la prensa, en la educación y, en fin, en la vida social y económica de la región y del país. Algunos de los jesuitas que trabajan aquí, rector, vicerrector, profesores y funcionarios, fueron alumnos o hicieron magisterio aquí, además de las vocaciones que surgieron en el

medio académico. Otros dejaron la vida religiosa pero permanecen asociados a la misión universitaria. Por eso, los que pasan por la universidad son transformados y, no en raras ocasiones, se vuelven importantes agentes de transformación social. Esto, y sólo esto, justifica la presencia de Jesuitas en la Universidad. 3. De la universidad como “lugar de trabajo” a la universidad como mediación de la misión En una orden misionera y apostólica como la Compañía de Jesús, el lugar es muy importante, sobre todo porque es fruto de un discernimiento no solo en el momento de la “implementación” de una obra, sino en su ejercicio y finalidad. Primero, importa discernir dónde marcar presencia: porque un país, ciudad o región son lugares concretos de donde pueden surgir los pedidos para una actuación jesuita, a partir de un contexto histórico, de demandas reales, de los apelos de la Iglesia y de la incidencia social. Y, segundo, cabe discernir cuál es la mejor forma de actuación en ese lugar escogido. Sin embargo, el que comencemos por la elección de un lugar o por la forma de actuación no es tan importante como el proceso de discernimiento, incluso en relación al futuro de la permanencia en ese lugar o de esa forma. Solamente el discernimiento podrá asegurar la libertad y disponibilidad de nuestro modo de proceder, conforme al carisma ignaciano. La facultad de Filosofía, Ciencias y Letras Manuel da Nóbrega nació en 1943 de la conjunción de varios


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factores y algunos criterios de discernimiento: los apelos de la Iglesia local datan de 1912, la misión educativa del entonces colegio Nóbrega. Es interesante notar que los jesuitas aquí fundaron, en momentos sucesivos, cinco colegios, desde el antiguo colegio de Olinda, que hoy es el seminario arquidiocesano, al Liceo Nóbrega de hoy. Los jesuitas fuimos expulsados del Brasil en el siglo XVII, debiendo dejar el colegio de Olinda. Volvimos a Pernambuco después de la Restauración de la SJ, pero, en 1873 se cerró un nuevo colegio, San Francisco Xavier, en el centro de Recife, por causa de la cuestión religiosa en torno de Mons. Vital. Por tanto, la presencia de los jesuitas aquí es fruto de un discernimiento insistente. Así, en 1951, ocho años después de su creación, la joven Facultad Nóbrega dio origen a la Universidad Católica de Pernambuco, primera católica del Norte y Noreste, única jesuita en esta gran mitad de Brasil. Además del pionerismo, la elevación de esa facultad al grado de universidad fue una señal bastante significativa de confirmación del discernimiento inicial, del apoyo de la sociedad local y de muchas instituciones internacionales, sin las cuales difícilmente estaríamos hoy aquí y ahora. Sabemos que a lo largo de estos años la superación de tantos desafíos y el cumplimiento de nuevas exigencias fue un ejercicio de coraje y perseverancia para conjugar sustentabilidad financiera con la comprobada pertinencia social y la visión apostólica de la Unicap. En este contexto, por tanto, es una gran satisfacción realizar esta pequeña visita en el momento en

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que se celebran los 70 años de los inicios de esta importante misión: en el contexto europeo, la Unicap sería una joven universidad, pero en el Brasil ella hace parte de un panteón de instituciones de tradición. Hacer la memoria es, sin duda, la mejor forma de reconocimiento del trabajo de bravos jesuitas y de varias generaciones de colaboradores: esos pioneros, hombres y mujeres, merecen nuestro homenaje y acción de gracias. Pero, al mismo tiempo, cabe honrar el presente de los que continúan esta obra y hacen de este trabajo una misión, revelando el potencial dinámico de esta universidad, proyectándola a las próximas generaciones. Al final, una universidad solo tiene futuro si ella sabe superar los desafíos que le aparecen, si revela su pertinencia para la sociedad de cada época y si consigue “actualizar” su misión, contemporáneamente expresada en las orientaciones jesuíticas con el binomio del “servicio de la fe y promoción de la justicia”. En nombre de la SJ, por tanto, aprovecho para agradecer a Dios y a cada uno de ustedes, especialmente a los colaboradores, profesores y funcionarios de la Universidad, incluyendo el Liceo Nóbrega y a la Filial de Fe y Alegría Pernambuco; sabemos que además de colaborar decisivamente con esta obra, ustedes hacen de este lugar de trabajo una verdadera misión de vida. Hay un cambio importante en el lenguaje de la Iglesia frente a la Misión. Hoy día se habla en muchos círculos, incluido el Papa, de la Missio Dei. Es decir de la Misión más allá de proyectos concretos y parti-


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culares. Lo que realmente importa es lo que Dios quiere de nuestro mundo. Y en esta Gran Misión todos participamos por igual. Por eso el agradecimiento y la alegría. En mi nuevo trabajo sentí que era importante leer a San Ignacio. Impresiona ver con qué gratitud y cariño escribe a cooperadores y bienhechores. En sus cartas se despide en estos términos: “…esta Mínima Compañía, que es tan vuestra como es mía”. A guisa de conclusión: tradición como “un ancla lanzada al futuro” En este 70º aniversario de la piedra fundamental de esta universidad, me gustaría concluir, vislumbrando el futuro en la perspectiva del “jubileo de diamante”, a partir de algunos puntos significativos para una universidad en misión. Se trata de reinterpretar la tradición como “un ancla lanzada al futuro”, según la expresión de la carta a los Hebreos (Hb 6,19). Es el tiempo favorable. De una parte, porque estamos en la perspectiva de una nueva provincia jesuita de Brasil: no se trata solo de unificar las provincias regionales, sino, principalmente de favorecer una mayor cooperación entre las diversas formas de actuación. De otra parte, contemplando a la sociedad brasileña y a la Iglesia en Brasil, es necesario identificar los mayores desafíos de la misión y sus “nuevas fronteras”; éstas no son solo geográficas, sino también fronteras ideológicas, culturales y humanitarias. Concluyo, por lo tanto, retomando algunos ejemplos de asociaciones en ejercicio, animándoles a seguir esa ruta:

- la colaboración de todos y de cada uno, funcionarios, profesores y estudiantes, en la construcción cotidiana de una verdadera comunidad universitaria; en Brasil las universidades comunitarias representan ese tercer sector, ni público ni privado, lo “publico no estatal”: para más allá de los aspectos jurídicos y políticos de la cuestión, poder ser testigo de los valores de una verdadera comunidad universitaria; todos Ustedes conocen el libro sobre educación de Hillary Clinton: “It takes a Village”. Siento que aquí se puede hacer realidad. De lo contrario sufriremos todos. - La asociación afectiva y efectiva de la Unicap con la Iglesia local en la formación de seminaristas, religiosos/as y laicos para el mayor servicio de la fe. Aprovecho para agradecer, muy sinceramente, al Arzobispo de Olinda y Recife, Don Fernando Saburido, a los obispos de las diócesis de esta Regional, a los superiores y formadores de las congregaciones religiosas y a los estudiantes por la confianza depositada en esta universidad.

Les felicito sinceramente porque llevar a sus Seminaristas a la Universidad supone una visión de larga distancia. Lo que el Papa quiere de sus Pastores es que conozcan la vida y los problemas de sus ovejas, para mejor acompañarlas en su búsqueda. Nos está animando a todos a salir de casa. Ustedes ya lo hacen y esto sin duda redundará en tener mejores pastores.


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Esa es una importante misión para la SJ y pueden contar con mi apoyo. Deseo a los profesores, jesuitas o no, que no midan esfuerzos para garantizar una formación sólida y abierta, preparando generaciones para los desafíos de la futura misión. En ese paso, esta universidad ha colaborado también en la formación de los juniores jesuitas, transferidos recientemente a Recife: que los jóvenes jesuitas puedan beber en la fuente de los inicios de la SJ, rehaciendo los pasos de los primeros compañeros que se conocieron en el medio universitario parisiense e hicieron sus estudios de Humanidades; - la Universidad tiene muchos acuerdos con instituciones municipales, estatales y nacionales en la realización de varios proyectos, sobretodo en la perspectiva de la transformación social y mayor incidencia de nuestro trabajo. Aunque conscientes de la distinción entre la Iglesia y el Estado en las democracias modernas y contemporáneas, necesitamos hacer puentes para garantizar el acceso de todos a los bienes públicos, principalmente a aquellos más empobrecidos que están al margen. El Liceu Nóbrega es un bello ejemplo de esa unión con el Estado, así como el Proyecto Criança Esperança en asociación con empresas privadas, además de muchos otros proyectos de asistencia estudiantil y responsabilidad social, desarrollados en toda la región. Quizás entre aquí lo mencionado anteriormente sobre el acceso a Internet para

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una educación mejor para todos. Creo que se impondrá pronto el crear grupos de estudio en esta línea por sus grandes ventajas: bajo costo para el país; mucho rendimiento; acceso a los mejores profesores del Mundo; elevar el nivel de educación y cultura de todos. - incentivo vivamente a los convenios de la Unicap con otras universidades jesuitas de Brasil y de América Latina, según la agenda de la Ausjal (Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina); en la misma línea, sería importante buscar formas de interactuar con otras obras de la Compañía de Jesús, como se viene haciendo con la Fundación Fe y Alegría de Brasil, con el Instituto Humanitas de la Unisinos, ahora también en la Unicap; y, superando mayores distancias, apoyo la continuidad de la colaboración con la región Amazónica, tanto en la cuestión social (en asociación con el SARES) como en la formación del clero, últimamente (servicio de la Arquidiócesis de Porto Velho). - finalmente, destaco, la importancia de la participación de esta Universidad en varias redes de Educación Superior, tanto en el ámbito nacional como internacional, notoriamente la Federación Internacional de Universidades Católicas, de la cual su rector asumió la presidencia hace un año y que involucra a toda la Universidad. Todas esas asociaciones señalan, al fin, que no somos autosuficientes y que


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no podemos hacer nada solos y aislados. ¡Gracias a Dios! Es notable la insistencia de este Papa en no ser “auto-referenciales”. Esto, que es importante siempre, toma un sentido de gran urgencia e importancia cuando se trata de una Universidad.

Pero, al mismo tiempo, más allá de la necesidad por causa de la disminución del número de jesuitas, esa unión revela un nuevo “modo de proceder” y un nuevo estilo de actuación en red.

En realidad, siempre contamos con la colaboración de mucha gente en las llamadas “nuestras” obras. Pero, actualmente, además de la necesidad, tenemos la firme y feliz convicción de que la colaboración es la nueva forma de ser y de actuar. Por tanto, senhoras e senhores, professores e funcionários, amigos e parceiros, vocês não são meros colaboradores “dos” jesuítas. De fato, todos nós, homens e mulheres, somos colaboradores da missão do Cristo na Missao de Deus.


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LA JAVERIANA, UNIVERSIDAD TRANSFORMADORA Adolfo Nicolás S.J.*

Quisiera hablarles de una imagen que me dio un budista en Japón, cuando visitaba uno de nuestros colegios; en esa ocasión hablando con un profesor budista, me dijo que él estaba muy interesado en la educación, pero que en la universidad se llevó una sorpresa cuando vio que el budismo no tenía una filosofía de la educación, tenía pequeñas escuelas unidas a los templos para enseñar a leer y demás, pero no tenía una filosofía desarrollada; entonces me dice: “mi gran sorpresa fue ver que los jesuitas sí tenían una filosofía de la educación”, y él tenía mucho interés de entrar en un colegio jesuita, y le aceptaron. Cuando llevaba 25 años muy contento de su trabajo ocupaba el puesto de vicerrector, o vice-cocho, como le *

Encuentro con la Comunidad Educativa de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá, 12 agosto de 2013 (apartes).

dicen en Japón, entró también en el mismo colegio otro budista, pero de una secta muy militante y bastante anticristiana, una secta dentro del budismo; y en cuanto le aceptaron, (él no dijo nada en las entrevistas de su pertenencia a esa secta, se lo calló y le aceptaron porque era una persona muy cualificada); tan pronto entró en el colegio empezó a criticar todo lo que veía, sobretodo la capilla; decía: “la capilla es un sitio para lavar el cerebro de los niños, eso es una imposición a la que no tiene derecho el colegio”. Empezó a criticar muy fuerte la capilla, y los otros profesores cristianos y no cristianos (en Japón el 80% de nuestros profesores no son cristianos), todos diciéndole, “¿por qué no te vas, tú eres joven, por qué no te vas a otro colegio donde estés a gusto, porque aquí no vas a estar a gusto?”; pero él no quería, afirmaba que tenía derecho a estar en ese colegio, porque le habían aceptado.


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Seguía con sus críticas, y ya le pidieron ayuda a este budista más experimentado en el colegio, y le dijeron: “tú eres budista también, quizá nos puedas ayudar”, y él comentó: “haré lo que pueda”, y llamó al joven y le expresó: “me dicen que no estás a gusto, que tienes críticas muy fuertes sobre la capilla”, y el joven contestó: “sí, sí, claro, porque la capilla es un lava cerebros”, entonces echó todas su proclamas; al final el budista le dijo: “mira, no has entendido nada de este colegio, en este colegio, en cuanto entras por la puerta, ya todo es capilla, todo es capilla”, y entonces el joven lo entendió y se fue, se fue a otro colegio, pero creo que esta visión de la educación es totalmente jesuita y aquí la estamos oyendo de un budista. Aquí entra naturalmente el hecho de que hoy día, como me decía un profesor de universidad norteamericano: “hoy día las iglesias están vacías, las catedrales están vacías, más vacías porque son más grandes; el puesto que tenían antes las catedrales ha pasado a las universidades”, es la universidad el sitio donde los jóvenes aprenden de sus amigos, donde los jóvenes pueden expresarse, pueden abrirse al mundo, como lo decían ahora, me gusta mucho la visión positiva de los jóvenes de hoy, porque se tiende a tener una visión negativa; sin embargo, la profesora ha presentado una visión muy positiva, están llenos de capacidades pero necesitan entrar en un ambiente donde, a través de la amistad y el acompañamiento de los que han caminado antes que ellos, puedan construir lo que tienen dentro, que es todo un mundo; esto

me da mucho gusto oírlo, como que en la Javeriana es normal, esto se considera ya parte de la educación que se da aquí, que seamos ‘Nosotros’, no “Yo”, no “súper mujeres”, no “súper hombres”, sino “Nosotros”, un grupo de compañeros que va a trabajar para hacer un mundo mejor. Me ha interesado mucho también, y solamente subrayo cosas que me han llamado la atención muy positivamente, el que la función de la Universidad es construir una cultura, cultura de la paz, o cultura de la humanidad, o cultura en la que hay respeto a los demás, en la que hay una serie de valores que se consideran normales; por ejemplo, las relaciones que son tan importantes en el crecimiento y la transformación de las personas, en todas las dimensiones, incluida la trascendencia, como decía el joven estudiante Nicolás (fácil de aprender el nombre). Me impresiona también, lo típico de esta Universidad, la capacidad de transformación; esta expresión que ha dicho uno de ustedes me parece sumamente importante, porque yo creo que de la esencia de la espiritualidad ignaciana es la transformación; es decir, si yo tomo la espiritualidad ignaciana como una naranja y la exprimo, lo que queda es la transformación de la persona, es crecimiento y transformación, y el crecimiento y transformación a unos valores, a una manera de ser que nos recuerda a Cristo, que nos acerca a Cristo. Eso es lo que yo entiendo como esencial en la espiritualidad ignaciana y, por lo tanto, me da mucho gusto oír que


LA JAVERIANA, UNIVERSIDAD TRANSFORMADORA

en esta Universidad la capacidad de transformación se cultiva y se considera como algo importante, incluido como decíamos antes, todas las otras dimensiones; y esto particularmente es importante, en una época en la que han desaparecido prácticamente del globo terráqueo los países monoculturales; ya todos los países se han hecho pluriculturales, porque lo eran de hecho, pero no lo reconocían, o porque se han hecho así. Yo lo he visto en Japón; Japón vivía, durante muchos años, en la ficción de ser monocultural, pero era una ficción porque estaban los del norte que no aceptaban esa

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monoculturalidad, ni los del sur, en Okinawa, por ejemplo; pero ahora con la inmigración, y con la globalización, etc., tenemos que aceptar de hecho que todos los países son pluriculturales y, por lo tanto, en este contexto pluricultural, el poner todo el humanismo, el respeto a la persona y el buscar una paz en la que todos puedan vivir y participar de los bienes de la tierra, y vivir sin injusticias y sin violencia, me parece una prioridad de primera clase para una institución que se considera representante de una tradición y de unos valores.



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PALABRAS PARA LA VIDA Adolfo Nicolás S.J.*

Espiritualidad de Urías Una que a mí me inquieta y me sigue dando vueltas en el estómago, en el corazón, en la cabeza y donde le puede dar vueltas a uno, y es una imagen bíblica, cuando David (tiene que ver con David pero no es de David), cuando David encuentra a Betsabé como una persona atractiva, aprovecha y abusa de su autoridad de rey para usar a esta persona para su propia causa; ¿y qué hace entonces? Betsabé se encuentra encinta y David quiere cubrir su pecado (eso de cubrir pecados, me parece que es familiar, porque está pasando en el mundo, y ha pasado tantas veces), y entonces llama a Urías que era el marido de Betsabé, le llama a la capital, Jerusalén, y le

*

Discurso y preguntas, VIII Congreso de Antiguos Alumnos - Medellín, 15 agosto de 2013 (apartes).

dice, “bueno, esta noche descansa, vete a tu casa y estate tranquilo, puedes ver la televisión, etc. Y Urías (aquí empieza la imagen) dice, “no, mientras mis soldados están sufriendo en el campo de batalla yo no me puedo ir a una cama tranquilo y pasar una noche feliz, no puedo”. Y este compañero jesuita me dijo, “lo que nos falta a veces es la espiritualidad de Urías”, y eso reconozco que me sigue inquietando; o sea, Urías de paso es un pagano, es el pagano que estaba al servicio de David, es un pagano que tendrá su religión o lo que sea, pero tiene gran corazón. La imagen que nosotros queremos comunicar en la educación, es al menos ser como Urías, al menos tener la espiritualidad de este padre, que no puede dormir tranquilo mientras sus soldados están luchando, pasando frio y durmiendo en las piedras; es decir, esta es una imagen para mí fortísima, y creo que


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expresa algo importante en nuestra educación: queremos forjar en nuestros estudiantes, personas de corazón, personas de solidaridad, personas de compasión, personas que se sientan unidas a las otras, que siempre que aparece en nuestro horizonte limitado una persona que sufre, ese sufrimiento de alguna manera es nuestro. Ya pueden comprender que esto supone cambios muy importantes en un niño; el niño, necesariamente por evolución, por necesidades biológicas, personales e identidad, etc, está muy preocupado por sí mismo; luego, en nuestra educación queremos que el niño coja su horizonte a los pies, no solamente su horizonte, su visión, sino también su corazón, y que pueda sentir al otro. No queremos insistir en la competitividad, en la competición; yo reconozco que en mis años de colegiado, todavía me acuerdo, había muchísima competición, a ver quién sabe más, quién responde antes a los exámenes; y además, en nuestro colegio, se nos ponía en fila, y si los del principio no sabían y el cuarto sabía, pasaba a primero; es decir, una competición brutal, ¿no? Y eso es lo que queda como hábito vital, porque estamos en una sociedad competitiva, una sociedad que da dolor ver y oír eso; los niños responden, y los que son el primero, les ponen una medalla; o sea, además de que ya están contentos de ser los primeros, les damos un premio, con lo cual reforzamos bien la competición. Nosotros queremos educar gente compasiva, al menos como Urías, no se olviden; no David. David era un 'egoistón' que se cargó a su mejor general, simplemente para

ocultar un pecado, aunque luego hizo penitencia. Urías, este pagano con gran corazón, esto es lo que nosotros queremos en la doctrina. Naturalmente, esto supone crear un hábito nuevo, un hábito nuevo y distinto del que la sociedad les está imponiendo prácticamente a estos muchachos. Que vean a los pobres no como muy distantes, muy lejanos, sino como quienes tienen algo qué decirme, y alguien que me toca el corazón. “¿Cómo es posible, que otros niños, los niños de los pobres, llega Navidad y se sienten más solos que nunca, porque ni tienen regalos, ni pueden tener una comida mejor, porque la familia no puede hacerlo? ¿Cómo es posible?”. Que un niño sienta que esas Navidades son extrañas, eso es muy sano, pero no. Y la historia va a que si a un joven y a un niño se les expone a la realidad dura de otros pueblos, de otras culturas, de otros grupos sociales en donde hay sufrimiento, son capaces de reaccionar; eso lo tenemos que integrar en la educación; el corazón del niño es muy maleable, está abierto; lo que tenemos es que enseñarle las imágenes correctas y acompañarle de manera que pueda aprender lo que es bueno para todos. Hasta el siglo XII o XIII prácticamente, la Iglesia Católica a los pobres los consideraba vicarios de Cristo, no al Papa, y eso está en los Santos Padres del primer milenio. El Papa Inocencio III, –tiene nombre y apellido–, empezó a usar ese título para sí, para el Papa, y desde entonces lo estamos usando; hasta San Ignacio lo usa como normal, y no es normal. Creo que parte del


PALABRAS PARA LA VIDA

sentido que este nuevo Papa nos ha dado, un aire fresco que nos hace descansar, es que él hasta ahora se ha llamado siempre, “Obispo de Roma”, y este es el subtítulo, es el Obispo de Roma y está al servicio de la Iglesia Romana; nunca ha usado el título de Papa para sí mismo, y menos el de Vicario de Cristo; es el Obispo de Roma, sucesor de San Pedro; y San Pedro, ya sabemos, fue un Papa con grandes limitaciones. Yo creo que esto es importante para nuestra educación, para comunicar a nuestros estudiantes. Cuando el Padre Arrupe, en Valencia en 1973, habla de hombres y mujeres para los demás, está pensando en esto; es esta espiritualidad de solidaridad, de comunión con los que puedan tener menos que yo, o sufrir más que yo, y la gran preocupación siempre de todas las religiones, la gran preocupación es “¿cómo reducir el sufrimiento humano?”. Y en la vida de Jesús lo vemos claramente: todas sus acciones son para reducirlo, con curaciones, con mensajes de esperanza, con alegría; o sea, aquí tenemos un punto muy importante que queremos comunicar en nuestra educación, es parte de la educación el hacernos conscientes porque lo vemos, de que los demás no son solamente terreno sagrado, un don que Dios nos da, sino que son los vicarios de Cristo, y que sentir solidaridad y sentir comunión con los demás que están sufriendo, es parte de nuestra dote, es parte de nuestra vida y de nuestro crecimiento. Mientras Urías, el pagano, siente tanta compasión que no puede permitirse una noche tranquila,

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nosotros tenemos al menos que acercarnos y saber que esa preocupación tiene que ser parte de nuestro día; evidentemente, el efecto que esto tiene en nuestra responsabilidad social es directo, porque si nos preocupa la suerte de los pobres, nos preocupará hacer algo por eso; y son ustedes los que pueden hacer algo, empresarios, políticos, profesores; es en la profesión, en la que nos encontramos un pueblo que sufre; y por supuesto, jesuitas y otros religiosos, o todo el que tenga que ver algo con la Iglesia, tiene esto como una preocupación central; está en la Biblia, y es un pagano el que se presenta como un modelo, no David. David se presentará como el hombre de gran corazón, que es capaz de aceptar su pecado, hacer penitencia y seguir con la familiaridad con Dios que tenía; pero es Urías, el que puede ser el modelo de la compasión. Creo que es una imagen sumamente rica, y que nos acerca a toda comunidad. Yo puedo decir, y creo que tengo que decirlo, que en Japón me he encontrado paganos, no cristianos, con este tipo de compasión, y no saben por qué, porque tampoco el Evangelio de San Mateo en el juicio final, tampoco les pregunta si lo han hecho por Cristo o por quién; sino, simplemente, que habían dado compasión, habían dado agua al sediento, visitado a los encarcelados, y eso es lo que les hace compañeros de Cristo; y en Japón he encontrado gente así, y no cristianos. Ahora estoy pensando en un doctor de un pueblo en donde nos prestaban una casa, e íbamos ahí dos semanas a descansar junto a un lago, cerca del monte Fuji. Este médico estuvo


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ahorrando y se compró un coche nuevo del que estaba muy contento; un domingo por la tarde fue a ver un paciente y dejó el coche aparcado frente a su casa, bien aparcado, ¿eh?, y estando dentro de la casa, pasó un camión; el chofer había bebido más de la cuenta, y el caso es que chocó con el coche y se lo destrozó completamente; al ruido, el doctor salió a ver lo qué había pasado, y vio que el chofer estaba confuso, un poco aturdido y muy molesto porque le había chafado el coche; y el doctor le preguntó, “¿tienes mujer?”; “sí”; “¿tienes hijos?”; “sí dos”; entonces, ni le acusó, ni le llevó al tribunal, y volvió a empezar a ahorrar otra vez para comprarse su coche. Por pura compasión, se dio cuenta que no podía destrozarle la vida a este chofer, “el chofer vale mucho más que mi coche”. Eso es un hábito extraordinario de compasión; lo mismo que Urías solía decir, “estar en comunión con mis soldados es mucho más importante que pasar la noche en paz y calma y dormir tranquilo”. ¿Será que este tipo de percepción se puede comunicar?; yo creo que se puede comunicar a los alumnos, y eso pretendemos nosotros, y eso tiene una responsabilidad social directa (...) Más buque que bicicleta Acontecimientos que estamos viendo alrededor del mundo, y si quieren una referencia histórica, puede ser El Titanic. La imagen es que nuestros alumnos son más un buque que una bicicleta; los cambios de un buque son lentos, y hace falta para un educador bueno, hace falta mucha paciencia; no hay

crecimiento instantáneo. La conversión de San Pablo, él de joven creía que era instantánea, nada de eso; San Pablo tuvo unas iluminaciones instantáneas que fueron el fruto de toda su fe; un día, en un momento en que se juntaron varios factores, tiene la iluminación, y se va tres años a Arabia, para ver qué significa esto. O sea, es un proceso de conversión lento, que llega a tiempo; luego va a Jerusalén para confirmar lo que él está entendiendo, con la fe de los Apóstoles, etc. No hay conversiones ni cambios instantáneos, y cuando alguien, y eso los sacerdotes tenemos oportunidades para verlo, cuando alguien te viene, “Dios me ha cambiado anoche”, yo nunca lo creo, porque Dios tiene en cuenta lo que somos, más buques que bicicletas; y por lo tanto, así no se puede cambiar. El Titanic, ¿lo recuerdan?, ¿que cuando vino el iceberg, no pudo cambiar de ruta y tuvo que esperar a que entrara de lleno y lo destruyera?; o sea, con nuestros alumnos tenemos que tener mucha paciencia y darles algo realmente profundo, algo que va a dirigir sus vidas, pero de una manera real; y por lo tanto, lenta. Tenemos que pensar que todas las fuerzas del colegio van a apoyar el crecimiento de una persona, porque es más importante que sea un ciudadano que pueda contribuir a la vida social. Los alumnos no son como un avión que va mucho más rápido, que salta océanos para unir Rio de Janeiro con Roma; los alumnos no son así; en unas cuantas horas, todos nosotros hemos volado para venir aquí, y es cuestión de horas. El buque necesita días, y la vida necesita años para crecer, para


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madurar; los estudiantes crecen despacio, como los buenos frutos; ayer decía en una de las conversaciones, no sé quién, hablaba de cocinar a fuego lento, y dijo, “de paso como la buena cocina, la buena cocina siempre es a fuego lento”. Eso fue una nota, yo no entiendo nada de cocina, pero sé que así es. Ciertamente con las personas, siempre a fuego lento; no hay cambios instantáneos, no podemos esperar que los hijos de ustedes, simplemente porque van a misa el domingo van a cambiar; no van a cambiar; el cambio viene cuando la familia lo apoya, cuando el colegio lo apoya, y cuando hay coordinación entre familia y colegio para tener una visión; entonces, el niño sí puede cambiar, mientras juega, mientras bromea y mientras hace travesuras, va cambiando, y a veces nos encontramos con eso; los promotores de vocaciones lo conocen, que hay niños totalmente traviesos, y han cambiado de tal manera que quieren ser jesuitas, y tú dices, “¿pero cómo, tú?; si nosotros creíamos que tu hermano iba a ser el jesuita”; y resulta que el hermano no, pero el travieso sí, porque el travieso ha ido asimilando, mientras jugaba, mientras hacía travesuras, estaba asimilando una manera de ser acompañado, que le ha abierto el corazón. Esperamos que sea un hábito, aprender cómo pasar a salvo las tormentas de la vida, turbulencias marinas que pueden ser fieras y terribles; una buena tormenta, le tengo en uno de esos films cortos que me mandaron recientemente en un e-mail, y es seguir un barco

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pesquero en medio de una tormenta, y es terrible; y la conclusión del que me lo mandó decía, “ y luego nos quejamos de que el pescado es caro, el que se queje que se monte al barco, y ya”; pero en fin, aquí no hablo de los precios del pescado, aunque también el Evangelio habla del precio de los dos pajaritos, que nosotros no vemos más que dos pajaritos y nos dice el precio exacto, aunque es distinto en Lucas y en Mateo. Hay que acompañar a los marinos, hay que acompañar a nuestros estudiantes, enseñarles a caminar para no perder el equilibrio o el balance del barco, que no se acerquen al hielo, porque El Titanic nos ha enseñado que es peligroso, que en el mar hay muchos icebergs sueltos, y en cualquier momento te pueden sorprender, y un buen día nos damos cuenta de que el buque navega bien. Esto es lo que pasa con la educación, estamos pacientemente acompañando a los estudiantes, y un día, de repente, nos damos cuenta que el buque navega: ese es el ideal de la educación. O sea, que un día podamos decir, "ya está encaminado, ya verá que vaya donde quiera, ya puede y sabe usar la libertad, puede seguir creciendo, ya es él, el que tiene que decidir dónde ir ", y esto naturalmente es también una responsabilidad social. En el mundo, si queremos, en Colombia, parece que el proceso de paz está tomando un nuevo carisma, es un proceso que necesita el apoyo de todos, pero va a ser un proceso lento. Cuando firman, si firman las partes implicadas, la firma lleva muy poco tiempo, décimas de segundo; pero todo el proceso de edificar la


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sociedad sin conflicto, de edificar la sociedad basada en justicia, quitando los elementos que han llevado a la guerrilla a la guerra, eso va a tener un proceso muy largo, y por eso todos nosotros vamos a necesitar paciencia; sabemos que estamos en un gran buque que a veces va en la dirección que nosotros no queremos, pero esa paciencia, al mismo tiempo, ese compromiso porque el buque llegue a su destino, creo que es parte de nuestra responsabilidad. Corazón y mirada de Jirafa Me la dio un Obispo; la primera un budista, la segunda un jesuita compañero, la tercera viene de acontecimientos que tenemos alrededor, la cuarta me la dio este Obispo en Camboya. Espero que sepan dónde queda Camboya, al lado de China y al lado de Vietnam, ese es el ángulo en Asia. Y es una imagen, un símbolo que él ha tomado para su Diócesis, y cuando me lo dijo (le conozco de varios años), pensé: “es quizá el mejor símbolo que puedo pensar para la educación”, y el símbolo es nada menos que la jirafa. Aquí tenemos compañeros, amigos africanos, ellos lo pueden apreciar mucho más, porque en Colombia no creo que haya jirafas, pero jirafitas sí. Ha tomado como símbolo la jirafa porque tiene el corazón más grande; su corazón pesa cuatro o cinco kilos, ya que tiene que echar sangre hasta la cabeza, y hace falta fuerza, ¿no? O sea, tiene un corazón muy grande, y naturalmente un punto de mirada muy alto, puede ver la sociedad y el mundo en un horizonte más lejano, que el que pueden ver los otros animales, y estos dos factores son muy importantes para lo que

queremos hacer con la educación; queremos que nuestros alumnos sean jirafas, que tengan un corazón grande para poder ser como Urías, para tener la seguridad y la compasión que produce ver a nuestros hermanos sufriendo, y al mismo tiempo tener la mirada larga, una mirada sabia, una mirada superior. Hubo un profesor francés en la Universidad Gregoriana, De Finance, el profesor De Finance, que hablaba de libertad, y distinguía entre libertad horizontal y libertad vertical. Dice, “la libertad horizontal es la que ejercemos todos los días”, compramos, no La Nación, sino El Tiempo; compramos distintos periódicos, escogemos el menú del día o uno distinto; estas pequeñas elecciones que no importan mucho, esta es libertad horizontal. La libertad vertical es la que viene cuando tenemos un punto de vista superior, cuando podemos ver más, eso nos da una libertad nueva. La experiencia de San Pablo es que, precisamente, al entrar en la fe de Cristo, se encuentra con una nueva libertad y podemos decir, “Cristo nos ha escogido para la libertad”; esa es la libertad que viene de un punto de vista superior; por eso la jirafa sirve; no es el mono que se sube a la jirafa y dice, “yo veo más alto”, porque el mono se tiene que bajar; eso es una manera de ser, y por eso, la segunda consideración es una manera de ser, en la que entran el corazón y la visión del mundo, y las dos cosas van unidas. El cuello de la jirafa le permite comer directamente de los árboles; o sea, tiene sus ventajas; su tentación


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será siempre distraerse; el punto de vista más alto tiene la ventaja de que se ve un horizonte más amplio, pero tiene la desventaja de que se ven más cosas y se puede distraer; entonces empezamos a prestar atención a cosas que son secundarias, en nuestras sociedades. Los árboles que las jirafas quieren comer, son árboles del miedo; esa es la distracción de la gente, todos queremos comer, pero la gran distracción es escoger el árbol de la vida o escoger el dinero; entonces, si escojo el dinero, puedo comer más que los demás, porque puedo coger más de los árboles; pero esto es una distracción, porque el dinero no alimenta ni la solidaridad ni nada. Si esto se queda como hábito dentro de nosotros, deviene o resulta una actitud frente a la vida que supone corazón y mirada; no solamente corazón, no estamos hablando de sentimentalismo, de apuntarnos a cualquier movimiento, sino de ver hasta dónde vas, ver lejos. ¿Cuál es la debilidad de la jirafa? Hace poco me llegó otro film y era de jirafas y leones, y la debilidad de la jirafa, si la jirafa se mantiene en la comunidad, en el grupo, no tiene peligro ninguno; los leones nunca se atreven a atacar al grupo de jirafas; pero si la jirafa se separa del grupo, entonces queda totalmente a merced de los leones. El film que yo vi, es sobre cómo una jirafa que se queda sola, es atacada por leones; primero se defiende a patadas, pero al final los leones pueden, porque los leones vienen en grupo, y tienen otra mascota que defender; luego vienen las otras jirafas, vienen a arreglarse, ese también es otro aspecto muy interesante, pero vienen juntas; o sea, el peligro de

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la sociedad, por lo tanto, de todos nosotros, es separarnos, creernos que somos diferentes, que tenemos un talento especial, que podemos hacerlo nosotros solos; nos separamos, y al hacerlo, nos hacemos débiles. El peligro de los antiguos alumnos sería el mismo, por eso esta organización es magnífica, porque sabemos que podemos participar de una visión del mundo, y de una sola vez, en la que otros muchos participan, de todo el mundo. Esto da una fuerza enorme y no estamos a merced de los leones; cuando nos separamos de la comunidad, cuando nos creemos que solos podemos hacerlo en la vida, y empezamos a negar amistad, empezamos a negar familia, empezamos a negar los lazos más importantes de nuestra vida, quedamos totalmente vulnerables a los leones, que son muchos. Los leones también comen y buscan víctimas solitarias y no protegidas; y este va a ser también nuestro peligro, a veces por descuido, a veces por distracción, a veces por arrogancia, y creer que lo podemos todo nosotros solos. No es difícil ver la lógica de nuestra sociedad moderna y capitalista, que quiere, y quiere tocar aunque sea en los medios de comunicación masivos, como la televisión, pero quiere tocar al individuo, y va precisamente a motivar el egoísmo, va a motivar lo que te hace a ti especial. Eso es una tentación enorme, y es una tentación que nos pone en peligro porque nos separa de la comunidad. Urías podía ser y era un gran general, porque él tenía ese “rapport” (relación), esa comunidad con sus soldados. Si Urías se hubiera separado de ellos, habría sido uno de tantos; lo que


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hace al líder es que no se va, que anima y hace trabajar a los demás; eso de hacer trabajar a los demás es muy bueno además. Yo tengo un compañero argentino en Japón, y siempre está trabajando en todo el mundo; es un arquitecto, y está involucrado en proyectos de arquitectura para habitaciones pobres; va por todo el mundo, le llaman de todas partes, y tiene un gran talento para hacer amigos, y para crear grupos, crear equipos; cuando le preguntamos, “¿qué, estás muy ocupado?”, dice, “no, nada, todo el trabajo me lo hacen los demás”; es decir, tiene ese talento de saber

cooperar, de tal manera que no queda el ídolo obsesionado por “lo que yo tengo que hacer”; creo que eso es una de las cosas que podemos aprender del mundo de las jirafas, no porque lo hagan todas, porque hay jirafas también imprudentes que se separan, sino porque ahí encontramos nuestra falla; nos es necesario el apoyo de los demás (creo que me he perdido del tema). Necesitamos retomar conciencia, no como para crear complejo de inferioridad, sino para saber que necesitamos de los demás, y creando comunidad en la educación, se apoya el espíritu jirafista que queremos en nuestros estudiantes (...)




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