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ESPECIES: MONOS CARAYA

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MONOS

CARAYA

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AUNQUE LA MONA SE VISTA DE SEDA...

“Aunque la mona se vista de seda... mona queda”, reza un viejo refrán. Hay cosas imposibles de cambiar y la esencia silvestre de los animales es una de ellas.

M.V. Guillermo Pérez Jimeno Ph: Mariela Bolzan / Belén Etchegaray.

El Carayá negro, es una de las cinco especies de primates que habitan el territorio argentino. Se los puede encontrar en el Este de Formosa y Chaco, Noreste de Santa Fe, centro de Corrientes y Misiones.

Está entre los monos más grandes del continente, llegando a medir hasta 90 cm, a lo que se le debe adicionar otro tanto de cola, la que es prensil y les sirve como una mano más en sus movimientos entre las ramas de los árboles. Al nacer se cuelgan de la espalda de su madre donde pasan mucho tiempo antes de comenzar su independencia. Las crías de ambos sexos son amarillentos-marrones, color que las hembras mantienen durante toda su vida. Los machos, por su parte, al llegar a la madurez sexual cambian éste por el negro.

También se los conoce como monos aulladores, lo que se debe a los potentes gritos que emiten,

Carayá macho Canon 40D - 400 mm. f/5.6 - 1/64 - ISO 1000.

Juvenil. Nikon D 810 - 210 mm. f/5,3 - 1/800 - ISO 3600. Ph: Mariela Bolzan

especialmente al amanecer y cuando se pone el sol. Sus voces se pueden escuchar a grandes distancias.

Viven en grupos familiares que van de unos pocos hasta 20 individuos y su dieta está compuesta por hojas y frutos, pudiendo comer también algunos insectos.

Son muy poco activos, pasan la mayor parte del día recostados sobre alguna rama en las alturas de los árboles expuestos al sol. Sus poblaciones naturales se

Juvenil alimetándose. Canon 70D - 160 mm. f/5.6 - 1/200 - ISO 1000. Ph: Belén Etchegaray

Hembra con cría. Canon 60D - 300 mm - f/5.6 - 1/250 - ISO 1250. Ph: Belén Etchegaray

Ficha técnica

Macho. Canon 70D - 400 mm f/5.6 - 1/160 - ISO 400. Ph: Belén Etchegaray

Macho. Canon 7D - 370 mm f/6.3- 1/50 - ISO 320. Ph: Roxana Fionda.

MONO CARAYA (Alouatta carayá) Cabeza y cuerpo: 55 - 90 cm. Cola: 70 cm. Peso: de 6 a 8 kg. Gestación: 150 días. Crías: 1. Estado: Protegido en varios Parques Nacionales y Reservas. Su venta está prohibida en todo el país. “Carayá” viene del guaraní y significa jefe del bosque. Es un nombre apropiado dado que son los monos más grandes de América. Vive en grupos formado por un macho dominante, algunos machos secundarios, varias hembras y sus crías. Habita la selva húmeda de árboles altos o en el monte donde encuentra frutos, flores, hojas y brotes.

Cuentan los guaraníes que los Carayá eran hombres que, al escapar del incendio de la tierra por el sol, en lugar de ir al agua huyeron a los árboles, donde quedaron chamuscados y encogidos por el fuego.

Canon 60D - 330 mm. f/5.6 - 1/64 - ISO 200. Ph: Belén Etchegaray

ven diezmadas por la desaparición de su hábitat. La tala de árboles para la obtención de madera y el desmonte para ganar espacios para la agricultura, son sus mayores enemigos.

También es muy común que capturen a sus crías, para lo cual generalmente matan a la madre, para luego ofrecerlos como mascotas a la orilla de las rutas. Muchas personas, por pena, los compran, sin pensar que, de esa manera, sólo perpetúan esta forma de comercio ilegal, además de convertirse en cómplices y partícipes del mismo.

Por desgracia, la mayor parte de estos ejemplares mueren muy

jóvenes, muchos debido a los malos tratos recibidos por sus cazadores y otros por no adaptarse a la situación de cautiverio. Cuando logran sobrevivir a los primeros años, terminan muriendo por enfermedades causadas por el estrés del cautiverio, o por accidentes tales como ataques de perros o electrocución.

Los pocos que sobreviven generalmente terminan engrosando las filas de los zoológicos, ya que sus “dueños” acaban por aceptar que la vida con un mono no es fácil. Lamentablemente, antes de pensar en donar un ejemplar, muchas veces se intentan diferentes métodos para “amansarlos” tales como la castración o quitarles los caninos. Estas prácticas los inhabilitan para la posterior vida con sus congéneres.

El mono seguirá siendo mono y se comportará como tal, ¡no lo olvidemos! No podremos cambiar su actitud, él siempre será un animal silvestre, en su naturaleza siempre habrá un animal salvaje y es lógico que se comporte como tal, aunque por momentos parezca haberse domesticado.

Cada uno de nosotros puede hacer algo para proteger la población de esta especie. Con el simple hecho de difundir esta información ya estaremos ayudando a conservarlos.

Evitemos que se maten más monas para robarles sus crías. Defendamos nuestro patrimonio faunístico. Eso también es una forma de demostrar el amor por nuestro país

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