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abril - mayo 2013
Luis Urculo El tiempo como material Luis Urculo (Madrid, 1978) se recibió como arquitecto de la Escuela Ténica Superior de Madrid (ETSAM) pero sus inquietudes y su trabajo lo han llevado a establecer una práctica que trasciende la arquitectura e incursiona en ámbitos como el video y el arte. Urculo trabaja por lo general con objetos o materiales cotidianos, y sus exploraciones estéticas y constructivas ahondan en temas como el tiempo y la impermanencia.
Texto
Ariadna Cantis
El hacer y el tiempo Luis Urculo se formó académicamente en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM). Estudió apasionadamente arquitectura durante diez años, marcado por profesores como Andrés Perea, Federico Soriano e Izaskun Chinchilla. Colaboró con Tuñón y Mansilla, con Chinchilla y con Alberto Campo, haciendo un auténtico “viaje” por todos los lenguajes y sistemas de pensamiento del momento. Sin embargo, frente a una profesión y una formación tan estrictamente definidas, Urculo rápidamente sintió la necesidad de buscar nuevos formatos, de abrir nuevas ventanas, de relacionarse con otras disciplinas como el diseño gráfico, el video o las artes escénicas. Además de desarrollarse en la investigación académica como profesor junto a Jaime Hayón, en los workshops desarrollados para el Vitra Design Museum, Urculo ha logrado cultivar una carrera como artista, en diferentes galerías en Europa y EE.UU., un trabajo “de riesgo”, sin cliente pero en un espacio que le da la absoluta libertad para poder investigar y explorar sus intereses. De su infancia y juventud recuerda con emoción la biblioteca familiar: allí descubrió los primeros catálogos de David Hockney y la revista El Europeo. En la facultad de arquitectura sintió empatía por Ray y Charles Eames, por la facilidad con la que trabajaban en diversos soportes y medios y su vinculación con los objetos. El diseño gráfico también entró en su vida “a partir de un libro” y de 100
ahí pasó a crear un nuevo entorno de referencia, a cultivar nuevos campos de interés y a desarrollar como parte de su identidad un trabajo basado en el dibujo, en la línea, sujeto a la manualidad. Un trabajo que siempre parte del papel, del cuadern0, de ahí la traslación al formato que sea preciso, adecuado al proyecto. Urculo siempre comienza por el dibujo y de ahí pasa al espacio, al video narrativo, o al objeto industrial. Todo parte de un mismo origen, una línea común de acción. A Luis Urculo no le caben las etiquetas, pero es más fácil ubicarle dentro del arte, ya que no acepta prejuicios preconcebidos cuando se enfrenta a un proyecto. Sin embargo, es fundamental su formación de arquitecto, como lo demuestra la estructura de sus trabajos y la forma de abordarlos. La obra de Urculo desdibuja fronteras disciplinarias y se enfrenta de manera sui generis a la profesión, explicando e interpretando el mundo cada vez, sin un formato definido más allá de la búsqueda constante del mismo. Un modelo nuevo cada vez, un formato inesperado, abierto y en continua evolución. Su trabajo tiene tres facetas: la del taller, la del artista y la académica. Un taller donde recurre a diferentes medios para diferentes clientes: gráficos, narrativos –sobre todo a través del video– o de exploración espacial; a veces la unión de estos tres. El peculiar método artesanal de Urculo aprovecha las tecnologías actuales con un espíritu y una manera de hacer absolutamente
contemporáneos, aunque siempre usando el pasado como referencia formal y temática, en un doble juego constante: presume de la idea de manualidad para alejarse de la obsolescencia; le interesan las referencias eternas del pasado, una película de Busby Berkeley, por ejemplo, pero mirando simultáneamente un video de M.I.A. Su obra parte de las convenciones, las bases establecidas, los clichés, para luego cuestionarlos. Le interesa lo normal a través de lo cotidiano. Urculo destaca en su trayectoria la importancia de lo
• Arriba: Boceto para Ensayo sobre la ruina (2012). A través de construcciones realizadas con objetos “cadáver” se investigan las posibles estructuras y acciones del colapso, además de la reacción del espectador ante ellas.
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• Página opuesta: En Covers (2011), Urculo explora la arquitectura como objeto de consumo y su relación con el lenguaje doméstico de lo cotidiano, a través de la reconstrucción de edificios icónicos con objetos simples de uso diario.
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• Arriba: El futuro en pausa (2010) documenta 270 proyectos artísticos y arquitectónicos para la ciudad de Madrid, actualmente detenidos. Izquierda: Una de las estructuras “cadáver” del Ensayo sobre la ruina.
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doméstico en el espacio de trabajo, donde trabajar o cocinar siempre supone un proyecto, donde todo es invadido por una colección de recuerdos, una colección de objetos de gran sensibilidad donde coexisten los naturales con los artificiales. Un artista con un taller o una casa con un taller o un taller con una casa. El apasionado interés por los objetos de Luis Urculo viene de Perec y su libro de Las cosas, donde Perec recurre con frecuencia a una enumeración de artículos que, lejos de ser una retahíla insustancial de elementos de catálogo, se convierte en la clave definitoria de cada personaje. “Para mí es una manera de describir el mundo, de dibujar atlas geográfico-sentimentales”. Su otra pasión es el video. La inclusión de este formato en el trabajo del artista se inicia durante su estancia en Chicago, de la mano de Ben Nicholson y Jonathan Miller, profesores que le enseñaron a “mirar” y a entender el video como un material con varios vectores de información –sonido, tiempo, espacio. Urculo lo incorpora constantemente como herramienta, especialmente el video narrativo e instantáneo, a modo de relato corto, como una polaroid: “Prefiero sugerir. Como pasar por un cuento de Carver”. Para Urculo cada video es un reto, un lugar donde explorar aprendiendo tanto de las cosas nuevas como de los fracasos. Dibujando cada escena de sus videos, describe a través de dibujos infinitas imágenes para cada guión. Sus videos resultan siempre inquietantes y con una hechura de excelencia que nos transporta a rincones oníricos e inesperados. Su sueño es hacer una ópera, ya que resume todos los aspectos de su trabajo, el interés por lo escénico, lo visual, el factor tiempo y la narración. Actualmente, Luis Urculo continúa con su Ensayo sobre la ruina, evocando con cierta ironía a Albert Speer –el arquitecto de Hitler– quien alegaba que la auténtica potencia de una arquitectura residía en el vigor evocador de su futura ruina. Urculo desarrolla un atlas de estructuras en un estado de ruina, abandono o descomposición que después reconstruy en forma de maquetas a partir de desechos y objetos domésticos. En video se registran las composiciones y estructuras creadas sólo para mostrar después su colapso. En palabras de Urculo, “una celebración del fracaso como hecho estético.” La meta de Luis Urculo es describir lo invisible de la arquitectura y el tiempo, trabajando sin diferenciar entre una pieza de arte, una intervención en el espacio, un video, una maqueta, fotos o dibujos; acercándose a la memoria y al pasado pero también a la vanguardia y lo trendy. Cuestionar las convenciones intentando dar soluciones y crear proyectos en formatos no establecidos. Trabajar con el tiempo como material. — Ariadna Cantis @aricantis Curadora y crítica
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