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Índice De flujos y puentes Elza, Anitta,
from Espejismos, 2384
by Ariel Sosa
De flujos y puentes
Carlos López Ortiz y Sergio Colina Martín
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2384, como todos los grandes proyectos, fue un proyecto de amigos en un café. Amigos que querían leer cosas nuevas, que tenían ganas de que otros leyeran esas cosas nuevas, amigos que pensaban que la traducción podía ser un instrumento valioso para el intercambio cultural. Amigos que no querían tener que escoger entre lo bueno y lo mejor, ni dejar que unos recién estrenados despachos con demasiada electricidad estática les impidieran viajar todos los meses a África y a Brasil y a Eslovenia e ir al teatro y editar poesía y mezclar a Elza Soares y a Papa Wemba, a todo volumen y sin pedir perdón. Algunas de las impertinencias que tramaron resultaron imposibles, pero casi todo lo demás se pudo materializar en una revista literaria digital llamada 2384, en homenaje gafotil a la norma ISO dedicada a establecer estándares para las traducciones internacionales.
Y, como todos los proyectos de amigos, su desarrollo fue mucho más rápido y profundo de lo que se pensó que fuera. Al proyecto inicial se le añadió un diseño fascinante (podemos decirlo sin pudor porque no lo hacíamos nosotros), que consiguió además no dejar de serlo al pasar, a lo largo de los años, por las manos sucesivas de diferentes personas que siempre tan generosamente trabajaron para realzar con una explosión de imágenes los textos que otros hacían, y para crear un universo visual sin el que 2384 no sería lo que es (lo que fue). Hubo espacio para poesía, para cuentos largos y cuentos cortos, algunos incluso cortísimos; para entrevistas y autoentrevistas, para rincones sonoros e historias sonadas de músicas del mundo. Hubo tiempo para entrevistas en la radio, reseñas en diarios, merchandising, giras mundiales… Hubo, sobre todo, la oportunidad única de formar una pequeña gran familia repartida por varios continentes, sin matrimonios concertados pero con muchos hermanos y hermanas y primas y primos y corresponsales y confidentes derrochando talento de Bangkok y Yakarta a Rio y São Paulo, pasando por Bruselas y Barcelona, Santiago de Compostela y Santa Cruz de Tenerife… Y como a todos los grandes proyectos, un día le llegó su fin. Un final relativo, claro, porque la revista sigue ahí, en el ciberespacio y en los discos duros de muchas personas de recto criterio y mejor gusto. Y porque de aquellos polvos, estos lodos: exactamente 10 años después de su primer número (aparecido en julio de 2012) surge este libro que tienen entre las zarpas, que nos devuelve a 2384 como un boomerang, ahora en formato papel, para poder también tocarlo y olerlo, además de leerlo. Por todo esto, nos gusta pensar que la energía veintitresochentaycuatrera sigue circulando y que quizás, de algún modo, puede seguir sirviendo de plataforma para construir puentes en una época que tanto los necesita. Esa energía que es exactamente la misma que la de aquellos amigos en aquel café. Y que es la que se puede vislumbrar en estas páginas que van a leer ahora. Energía renovable para el fin de las y los fósiles. Energía 2384: el mejor combustible que existe. Hasta que llegue el condensador de fluzo, claro. En fin, lo dicho. A disfrutar. Siempre suyos, S. y C.