CAPÍTULO 9
Lanzada originalmente como single (Decca, 1965)
Escrita por Pete Townshend
ESTA ES UNA CANCIÓN QUE DUDA DE TODO
, y que no le hace ningún favor a nadie.
En esta canción la gente anda tratando de arrearte, de abofetearte, de denigrarte. Son groseros, se dedican a tumbarte a base de golpes bajos. No les gustas porque echas el resto y te la juegas. Te dedicas a todo en cuerpo y alma, lo das todo, porque tienes energía, fuerza y determinación. Como te sientes inspirado te han echado mal de ojo, te tienen alergia y están resentidos. Tu mera presencia les asquea. Te lanzan miradas glaciales y no te soportan, pero hay un millón más como tú, que se multiplica cada día.
Formas parte de un club selecto y te promocionas. Parloteas sobre tu franja de edad, de la que eres un miembro ilustre. No puedes esconder tu arrogancia, eres esnob y engreído. No es que trates de levantar polvareda ni provocar un escándalo, solo ondeas una bandera y no quieres que nadie comprenda lo que
dices o lo reciba con los brazos abiertos, ni siquiera que lo pille. Pasas de la sociedad, te da lo mismo. Esperas diñarla ante de que la senilidad te atrape. No quieres ser viejo y decrépito, no gracias. Estiro la pata antes de que pase. Mortificado, observas un mundo que no tiene remedio.
En realidad, eres un hombre de ochenta años, te pasean en silla de ruedas por la residencia y las enfermeras te ponen de los nervios. Dices que por qué no os perdéis todos. Estás en tu segunda niñez, no puedes soltar palabra sin trastabillar ni babear. No aspiras para nada a vivir en el paraíso de los bobos, no te hace ninguna ilusión, y cruzas los dedos para que no pase. Tocas madera. Mejor morirse.
Hablas de tu generación, sermoneas, sueltas un discurso. Sin rodeos, cara a cara.
HOY DÍA ES HABITUAL
ver una película directamente en el móvil. Así que cuando Gloria Swanson en el papel de la trasnochada estrella cinematográfica Norma Desmond proclama sobre la palma de tu mano «Yo soy grande, es el cine el que se ha vuelto pequeño», hay ahí unas dosis de ironía que el director y guionista Billy Wilder nunca podría haber previsto. Por supuesto, lo más seguro es que cualquiera que esté viendo algo en línea en el móvil ande entretenido con un vídeo breve y acelerado en TikTok, y no con una peli en blanco y negro que dura 110 minutos.
Cada generación acaba seleccionando y escogiendo lo que quiere de las generaciones anteriores con la misma arrogancia y presunción ególatra que las generaciones previas mostraron al apropiarse de lo más selecto de los que estuvieron antes. Pete Townshend nació en 1945, lo que le pone en primera línea de la generación del baby boom, la que nació recién terminada la Segunda Guerra Mundial. La generación que engendró a Pete y al resto de los boomers ha sido llamada la Mejor Generación... una etiqueta sin pizca de autobombo. No estaría de más tomarse un momento para definir mínimamente los términos. ¿Qué es exactamente una generación? Ahora mismo, la definición más habitual dice que es el periodo de tiempo en que la franja estadísticamente más amplia de población nacida en un lapso de treinta años maneja el zeitgeist. Hace poco, hemos entrado en una nueva fase, en la que cualquiera que haya cumplido los veintidós en 2019 es ya miembro de la Generación Z. Mientras la gente bromea sobre los millenials, ese grupo ya es historia antigua, tan obsoleto como lo fueron las generaciones anteriores: baby boomers, la generación X, la generación frágil, los intermedios, los neutrales, los fiables, los impasibles, los que empiezan de cero.
Marlon Brando, al igual que Elvis Presley, Little Richard y la primera oleada de rockeros, estaba en algún lugar entre la mejor generación de la historia y los baby boomers; demasiado jóvenes para combatir a los nazis, demasiado viejos para Woodstock. Con todo, en la película Salvaje, cuando Brando res -
pondía «Elige tú» a la chica del pueblo que le pregunta contra qué se rebela, puso las bases para los sesenta y la revuelta contra aquellos vecindarios perfectos y artificiosos construidos por los veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Como a muchos boomers, en esta canción a Pete parece que lo azuce el rencor. Pero no se le ve confiado del todo, sino algo desconcertado. Un poco a la defensiva. Sabe que la gente le subestima solo porque se apaña sin más. Quizá siente que nunca va a estar a la altura o sabe que a los jóvenes se les tiene tirria por disponer de tanto tiempo libre. Quiere que desaparezcan, que se esfumen. Espera morir antes de envejecer y que le sustituyan, como él los sustituye a ellos. Pete ni siquiera puede señalarles directamente, depende de su portavoz Roger para lanzar la invectiva. Ese temor es quizá lo más honesto de la canción.
Todos despotricamos de la generación anterior, pero de algún modo sabemos que solo es cuestión de tiempo que nos convirtamos en ellos.
Probablemente Pete sería el primero en decírtelo. Está en primera fila de la historia de su generación. Pudo contemplar las pancartas contra la guerra y el odio. Ya, seguro que eso acabó con aquello: gracias por vuestro empeño. Toda generación parece imbuida de la arrogancia de la ignorancia y opta por deshacerse de lo que hubo antes, en lugar de construir sobre el pasado. Y de nada les sirve alguien como Pete, con la sabiduría de su experiencia, contándoles lo que ha aprendido por los caminos similares que ha recorrido. Y si hubiera tenido la audacia de hacerlo, probablemente el interlocutor en cuestión habría mirado a Pete y le habría dicho que es que no podía verle, no podía oírle. Y eso le dio a Pete otra idea.