Ciudad de México, a 26 de julio de 2018
Sra. Carmen Aristegui Aristegui Noticias Network redaccion@aristeguinoticias.com Presente El 15 de julio pasado el portal aristeguinoticias.com publicó el reportaje “Adolescentes, mercado rentable para la industria tabacalera”. Dicho reportaje presenta al vaporizador o cigarro electrónico como una estrategia de mercado cuidadosamente planeada por la industria tabacalera transnacional para inducir a los adolescentes a la iniciación al tabaquismo. El reportaje niega que el uso del cigarro electrónico sea menos dañino que fumar y lo describe como una forma novedosa de consumir tabaco, diseñada especialmente por la industria tabacalera para atraer al consumidor joven. El reportaje no aporta pruebas sólidas y verificables sobre estas aseveraciones. Como mostramos en la presente carta, las afirmaciones del reportaje respecto al cigarro electrónico son opiniones y conjeturas que carecen de fundamento. El uso del cigarro electrónico no es una forma de tabaquismo ni una “puerta de entrada” al tabaquismo, de hecho constituye para muchos fumadores una “puerta de salida” del tabaquismo. El cigarro electrónico fue inventado en 2003 pero emerge masivamente hace aproximadamente 10 años como una tecnología disruptiva que no fue planeada ni es controlada por la industria tabacalera (al revés, compite contra ésta 1 ). Además, hay evidencia sólida y un amplio consenso científico que sostiene que la sustitución del cigarro convencional por el vaporizador reduce significativamente los riesgos a la salud. Según el Colegio Real de Médicos de Londres (Royal College of Physicians, RCP2) y la Agencia de Salud de Inglaterra (Public Health England, PHE3), ambas instituciones de gran prestigio internacional, el uso del vaporizador representa cuando mucho el 5% del riesgo de fumar.
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A manera de ejemplo, ver https://www.cnbc.com/2018/04/23/cramer-vaping-is-killing-the-cigarette-industryand-it-may-get-worse.html 2 “Nicotine without smoke: Tobacco harm reduction”. Informe del Royal College of Physicians RCP, 2016. Enlace. Versión
en español. Versión resumida en español. 3 A McNeill, L S Brose, R Calder, L Bauld, D Robson. “Evidence review of e-cigarettes and heated tobacco products 2018. A report commissioned by Public Health England”. Informe completo PDF, Resumen extenso, Resumen Breve, Nota de Prensa
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Nuestra crítica a este reportaje no se debe únicamente a la necesidad de aclarar, en relación con los vaporizadores, las falacias y conjeturas sin sustento que ahí se presentan como hechos. Se debe también a la necesidad de alertar sobre un asunto mucho más grave: quienes produjeron este reportaje incurren en una falta de ética al diseminar desinformación cuyas consecuencias para la salud pública son potencialmente graves. Es bien sabido que muchos fumadores no logran o no desean dejar de fumar mediante los medios tradicionales. Por lo tanto, la sustitución del cigarro convencional por un producto de mucho menor riesgo (y que además mantiene el ritual de fumar), como el cigarro electrónico, puede ser la solución idónea para que millones de estos fumadores salgan del tabaquismo y mejoren su salud. En eso se basa el enfoque de Reducción de Daños por el Tabaquismo. Sin embargo, pocos fumadores harán la transición a productos menos nocivos si se les hace creer (como pretende este reportaje) que los cigarros electrónicos son tan dañinos como el tabaco combustible o que son una creación diabólica de las tabacaleras. ¿Cuántos fumadores seguirán fumando debido a la desinformación vertida en reportajes como el publicado? Estamos hablando de la salud de millones de personas. Consideramos que aristeguinoticias.com no debiera dar cabida a este tipo de reportajes. A continuación refutamos varias afirmaciones textuales que aparecen en el reportaje.
SOBRE LOS CIGARROS ELECTRÓNICOS Y LA INDUSTRIA TABACALERA Afirmaciones del reportaje. “La industria tabacalera … ha enfocado sus energías en ganar a este sector: cigarros electrónicos, productos saborizados, publicidad encubierta en series y con youtubers, son las estrategias para lograrlo...”. “… Las tabacaleras, dice Ochoa, le están apostando a productos llamativos para los niños y adolescentes, con diseño y personalización que no tienen los convencionales…”. “Un informe publicado en el 2001, con documentos internos de la Industria Tabacalera (IT), especialmente las empresas multinacionales Philip Morris y British American Tobacco (BAT), obtenidos mediante juicios en Estados Unidos, revela que la IT “ha pasado una enorme cantidad de tiempo estudiando qué hace que los adolescentes fumen”. El informe “Confíe en nosotros. Somos la industria tabacalera”, incluye el reporte de un investigador de Philip Morris que advierte sobre la importancia de “conocer todo lo posible acerca de los patrones y actitudes de fumar de los adolescentes.” Nuestra crítica No ponemos en duda que la industria tabacalera haya concebido y ejecutado (y que continúe haciéndolo) una estrategia de mercado del cigarro convencional dirigida hacia el fumador joven. Pero el reportaje afirma que el cigarro electrónico es un componente clave (y preconcebido) de esta estrategia. Sin embargo, no aporta evidencia sólida que de sustento a esta aseveración. ¿Qué sentido tiene invocar documentos internos de la industria, publicados en un informe en 2001 y escritos décadas antes, cuando el cigarro electrónico no existía? Se necesita un gran salto de imaginación y apelar a fuertes motivos de conspiración para suponer que estos documentos sustentan que la industria tabacalera (la cual no es un monolito sino un conglomerado de industrias que compiten entre sí) ya contemplaba desde antes de 2001
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engendrar al cigarro electrónico para utilizarlo como estrategia de mercado dirigida a los jóvenes y vigente hasta la fecha en 2018. ¿Dónde están las pruebas factuales, los documentos, que den sustento a este gran plan de comercialización? El cigarro electrónico no es una concepción de las industrias tabacaleras, es producto de consumo que empieza a penetrar los mercados alrededor del año 2008 como una tecnología disruptiva (ver reporte de la financiera Goldman Sachs4). No forma parte de una estrategia de mercado preconcebida por la industria tabacalera. El informe del Colegio Real de Médicos de Londres (RCP) (referencia 2) discute en su capítulo 9 la relación inestable entre las compañías tabacaleras y el mercado del cigarro electrónico en 2016, explicando cómo estas industrias llegan tarde al mercado de vapor y se especializan en la comercialización de sistemas cerrados. No hay mención alguna de un planeamiento preconcebido de esta industria por lanzar al cigarro electrónico como estrategia novedosa. Sería muy dudoso que dicha "gran estrategia" existiera (como afirma el reportaje) y el RCP lo ocultara. La consultoría independiente E-Cigarette Intelligence (www.ecigintelligence.com) señala que en 2018 las compañías tabacaleras controlan menos del 20% del mercado global del cigarro electrónico, lo cual varía de país en país: controlan el 50% del mercado en Polonia, menos del 33% en el Reino Unido, menos del 20% en los EEUU y Rusia y menos del 10% en Francia, Italia y Alemania (datos de http://nielsen.com/ y http://iriworldwide.com/).
SOBRE LOS CIGARROS ELECTRÓNICOS Y LOS ADOLESCENTES Afirmaciones del reportaje. “Cuando a Esteban, de 16 años, le pasaron el cigarro electrónico no dijo que no. Le dio el jalón. Sintió por primera vez cómo el vapor entraba a sus pulmones y luego lo expulsó. En su boca permaneció el sabor a cereza. Repitió otras cinco veces. Sucedió hace apenas 6 meses, en el salón de la escuela privada donde estudia primero de preparatoria. Semanas después probó con un cigarro de sabor: se ahogó y le ardió la garganta. No le gustó. Pero volvió a intentarlo con un cigarro normal y lo hizo sin problemas Nuestra crítica No es convincente describir un testimonio de un sólo adolescente al que (aparentemente) el cigarro electrónico lo llevó a fumar y presentarlo como si fuera un caso representativo, máxime que el orden cronológico en su uso exploratorio del vaporizador y del cigarro convencional no demuestra una relación causal entre uno y otro, pudiendo ser éste un adolescente que muestra una propensión común a probar ambos productos. También es posible presentar testimonios de adolescentes (y adultos) que transitaron en la dirección contraria: primero fumaron y después dejaron de fumar al adoptar el cigarro electrónico. La manera correcta y objetiva de evaluar la existencia de una relación causal entre fumar y vapear es a través del estudio de datos y tendencias demográficos. En los EEUU y el Reino Unido, los datos muestran en forma contundente que el uso del cigarro electrónico por adolescentes es preponderantemente 4 Goldman Sachs. The search for creative destruction. An excerpt from the August 7 2013 report (online). 24 March
2014.www.goldmansachs.com/s/2013annualreport/ assets/do013annualreport/assets/downloads/GMS015_07_CreativeDestruction.pdf
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exploratorio, no habitual y sin consumo de nicotina (ver análisis). Además, mientras más adolescentes vapean menos fuman, lo cual es una fuerte evidencia indirecta de que el vapeo está operando como “puerta de salida” más que de “entrada” al tabaquismo (ver estadísticas de censos y encuestas en adolescentes estadounidenses y británicos). En México, el único estudio longitudinal de seguimiento disponible 5 (en estudiantes de secundaria) muestra que la asociación entre “probar el vapeo” en 2015 y el nivel más intenso de tabaquismo en 2017 (“haber fumado un cigarro en los últimos 30 días”) no es estadísticamente significativa (ver análisis del estudio). Por lo tanto, con base a la información objetiva disponible no es posible afirmar que el caso de “Esteban” que menciona el reportaje sea representativo.
SOBRE LOS RIESGOS RELATIVOS DE CIGARROS ELECTRÓNICOS RESPECTO AL CIGARRO DE TABACO Afirmaciones del reportaje. “… Ernesto Xaréu, estudiante de medicina, imparte pláticas en secundarias y preparatorias, en el municipio de Puebla, para concientizar sobre el daño que causa el consumo de tabaco… Uno de esos mitos es que el cigarro electrónico, también llamado “vapeador”, “e-hooka”, “hooka stick”, “e-cig” o sistema electrónico de liberación o administración de nicotina no hace daño o hace menos daño…” y menciona también que “… Erick Antonio Ochoa, Director de Iniciativas para el Control del Tabaco de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), dice que no hay pruebas contundentes de que los dispositivos electrónicos sean menos dañinos, porque los estudios los hace y publica la propia industria, en sus laboratorios…”.
Nuestra crítica. Sobre el perfil de riesgo del cigarro electrónico, las personas citadas por el reportaje afirman que el uso del mismo no representa una reducción apreciable y significativa de los riesgos a la salud respecto a fumar cigarros. Es fácil mostrar que esa evaluación no coincide con la opinión calificada de expertos en tabaquismo y adicciones.
1. El informe “Nicotine without smoke: Tobacco harm reduction” publicado por Colegio Real de Médicos de Londres (Royal College of Physicians, RCP, referencia 2) fue elaborado en 2016 por un selecto grupo de expertos en tabaquismo dirigido por el Profesor John Britton. Después de revisar cientos de estudios el informe afirma en sus conclusiones que: “Con todo, es poco probable que los riesgos para la salud derivados de la inhalación a largo plazo del vapor de los cigarrillos electrónicos superen el 5% del daño que causa fumar tabaco”.
2. El informe “Evidence review of e-cigarettes and heated tobacco products 2018” comisionado por la Agencia de Salud de Inglaterra (Public Health England, PHE) fue elaborado por los profesores A. McNeil, L.S. Brose, R.Calder, L. Bauld y D. Robson, todos reconocidos 5 P Lozano, I Barrientos-Gutierrez, E Arillo-Santillan, P Morello, R Mejia, J D. Sargent, J F. Thrasher. “A longitudinal study of
electronic cigarette use and onset of conventional cigarette smoking and marijuana use among Mexican adolescents. Short communication”. Drug and Alcohol Dependence 180 (2017) 427–430. DOI: https://doi.org/10.1016/j.drugalcdep.2017.09.001
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expertos en tabaquismo. El informe revisó la literatura vigente hasta abril de 2018, señala entre sus hallazgos que: “El vapeo representa sólo una pequeña fracción de los riesgos de fumar y optar por el uso del cigarro electrónico abandonando completamente el hábito de fumar implica sustanciales beneficios para la salud”
3. En el informe anterior de 2015 de PHE el Profesor John Britton afirmó que: “aunque el vapor podrá no ser 100% seguro, la mayoría de los compuestos químicos que causan enfermedades relacionadas al tabaquismo están ausentes, y los que están presentes constituyen un riesgo limitado. La mejor estimación disponible sugiere que el uso del cigarro electrónico presenta un riesgo sanitario no mayor que el 5% respecto a fumar cigarros”. El bajo perfil de riesgo del cigarro electrónico respecto al convencional es un hecho que cuenta ya con amplio respaldo científico. Podemos citar numerosas fuentes de estudios reseña que han revisado a diversos estudios individuales que concurren en señalar que el riesgo a la salud por el uso del cigarro electrónico es significativamente menor al daño de fumar, entre las cuales:
1. “Overview of Electronic Nicotine Delivery Systems: A Systematic Review”. Glasser A.M. et al 2016. Am J Prev Med. 2017 Feb;52(2):e33-e66. doi: 10.1016/j.amepre.2016.10.036. Epub 2016 Nov 30 (enlace)
2. “Clearing the air: A systematic review on the harms and benefits of e-cigarettes and vapor devices”. Reseña Monográfica. University of Victoria, Canadá. 2017 (enlace)
3. “E-cigarettes: Balancing risks and opportunities”. British Medical Association, BMA, Board of Science Report (enlace)
4. “Electronic cigarettes: an aid in smoking cessation, or a new health hazard?”, K Farsalinos, Therapeutic advances in Respiratory Disease, Review (enlace) ¿Es cierto que los estudios que muestran riesgo reducido en el cigarro electrónico “los hace y publica la propia industria en sus laboratorios”?. Según el reportaje, esto lo afirma el Sr. Erick Antonio Ochoa. Sin embargo, esta afirmación es demostrablemente imprecisa, pues aunque existen estudios realizados por la industria tabacalera, también existen muchos otros estudios independientes que incluso replican a los realizados por la industria. Además, estas afirmaciones representan una acusación seria sobre la honestidad de numerosos autores y sus instituciones, ya que implicaría que sus investigaciones no son independientes, ni objetivas por estar comprometidas con los intereses de la industria tabacalera. De no aportar pruebas que sustenten a estas afirmaciones, se estaría difamando a los autores de estos estudios y a las instituciones que han llevado a cabo revisiones de estos estudios. Pensamos que los autores del reportaje y las personas que citan, no suponen que el Real Colegio de Médicos de Londres (RCP), la Agencia de Salud de Inglaterra (PHE), así como la Asociación Médica Británica (BMA) son agencias de la industria tabacalera (o instituciones bajo el control de esa industria). Las fuentes que hemos citado (incluyendo los informes del RCP y PHE) han llevado a cabo revisiones de cientos de estudios y han sido elaborados por expertos
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reconocidos en tabaquismo. Los que elaboraron estos informes consideran con mucha seriedad la declaración de conflicto de interés. Por lo tanto, de ser cierta la afirmación del Sr. Ochoa, los equipos que elaboraron estos informes, hubieran remarcado que todos o una proporción significativa o mayoritaria de los estudios revisados, fueron llevados a cabo por la industria tabacalera en sus laboratorios. Sin embargo, no hay tal mención. Respetuosamente, pensamos que aquellos quienes aseguran que los estudios que señalan un riesgo reducido al cigarro electrónico han sido elaborados por la industria tabacalera, deben aportar pruebas de sus aseveraciones y, más importante aún, pruebas que acrediten que se trata de estudios cuya metodología y/o resultados son falsos o equivocados, pues independientemente de su origen, un estudio científico debe ser refutado por su contenido y no desestimado a priori solamente por el autor del mismo o por la entidad que lo financia. Es importante agregar que el reportaje específicamente se refiere al cigarro electrónico, no a los productos de tabaco calentado (“heat not burn”) que fabrican las tabacaleras. Los perfiles de seguridad de estos productos han sido estudiados en laboratorios de la industria (aunque hay también verificación de los mismos por fuentes independientes). En el caso del cigarro electrónico, la inmensa mayoría de estudios químicos y toxicológicos han sido realizados por investigadores sin conflicto de interés que denoten vínculos con la industria tabacalera.
SOBRE LAS ENCUESTAS Y LOS ESTUDIOS EN ADOLESCENTES EN MEXICO Afirmaciones del reportaje. “… una encuesta publicada en 2016 por el Instituto Nacional de Salud Pública a más de 10 mil estudiantes de primero de secundaria en 60 escuelas de las tres ciudades más grandes del país (México DF, Guadalajara y Monterrey), revela que “un mayor gusto por el uso de tecnologías de la información, tales como computadoras, teléfonos inteligentes, y uso extenso del internet, se encuentra asociado al uso de cigarro electrónico…” y también los autores mencionan que “… De acuerdo con el INSP, estudios en Estados Unidos “ya han documentado que los cigarros electrónicos están actuando como puerta de entrada hacia el consumo de cigarros tradicionales (…) incluso entre los adolescentes que tenían un riesgo bajo de fumar”. Nuestra crítica. La encuesta mencionada es un estudio de corte transversal (una población a tiempo fijo) en la cuál participó personal del INSP6. El resultado principal fue que el 51% de los estudiantes había oído hablar de los cigarros electrónicos, 19% creían que eran menos dañinos que los cigarros convencionales, y un 10% los habían probado. También encuentran una correlación entre el entusiasmo por la tecnología (“tecnofilia”) y el haber probado un cigarro electrónico. Nada de esto es extraordinario. Sin embargo, el reportaje omite mencionar que hubo un segundo estudio longitudinal (de seguimiento a esta misma población) el cual ya hemos mencionado en la referencia 5. Este estudio es más relevante que la “encuesta”, ya que puede establecer una relación de causalidad 6 J F Thrasher, E N. Abad-Vivero, I Barrientos-Gutíerrez, R Pérez-Hernández, L M Reynales-Shigematsu, R Mejía, E Arillo-
Santillán, M Hernández-Ávila, and J D. Sargent. Prevalence and correlates of e-cigarette perceptions and trial among Mexican adolescents. J Adolesc Health. 2016 Mar; 58(3): 358–365. doi: 10.1016/j.jadohealth.2015.11.008.
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al verificar cómo evolucionan los hábitos de fumar y vapear en un lapso dado (en este caso, fueron 2 años, de 2015 a 2017). Como ya lo hemos mencionado, dicho estudio (el único en su tipo realizado en México) precisamente demuestra que no hay bases objetivas para afirmar que hay un efecto de “puerta de entrada al tabaquismo” en esta población estudiantil, ya que la asociación entre “probar el vapeo” en 2015 y el nivel más intenso de tabaquismo en 2017 (haber fumado un cigarro en los últimos 30 días) no es estadísticamente significativa (ver análisis del estudio). La muestra además revela que aproximadamente el 95% de los estudiantes que fumaron en 2017 sin haber fumado en 2015 jamás probaron un cigarro electrónico, por lo que la contribución de éste a la iniciación al tabaquismo es despreciable. Se menciona que estudios en los Estados Unidos han probado un efecto de “puerta de entrada” al tabaquismo. No se menciona que la mayoría de estos estudios tienen serios problemas metodológicos y cuando mucho revelan un uso exploratorio y sin nicotina, no habitual, del cigarro electrónico (ver análisis). Desde nuestra perspectiva no debe permitirse que reportajes como el que referimos desinformen a la población de fumadores que tienen interés en adoptar productos de riesgo reducido en lugar de continuar fumando, por lo que agradecemos a usted su atención a la presente y quedamos a sus órdenes para aportar cualquier otra información que considere necesaria y que esté a nuestro alcance.
Atentamente,
Pro-Vapeo México, A.C. www.provapeo.org.mx contacto@provapeo.org.mx * Pro-Vapeo México A.C. es una asociación civil que no persigue fines de lucro. La formamos consumidores informados de productos que suministran nicotina sin combustión de por medio, por lo cual son sustancialmente menos dañinos que el cigarro tradicional. Nuestro propósito es dar a conocer a los fumadores adultos, y a la sociedad mexicana en general, los beneficios a la salud por la sustitución del hábito de fumar por el consumo de estos productos. Promovemos la estrategia de Reducción de Daños por el Tabaquismo, la cual señala que estos daños se deben preponderantemente a la alta toxicidad del humo inhalado del cigarro y no al consumo de nicotina. Por lo tanto, promovemos activamente el acceso fácil y legal de los fumadores adultos en México a productos no-combustibles de consumo de nicotina, para lo cual promovemos que exista una regulación de los mismos que sea proporcionada a sus riesgos sanitarios objetivos, que facilite la transición de los fumadores adultos que lo deseen a estos productos, y que no se los equipare con el cigarro convencional. Nuestra asociación civil comparte los principios, y es miembro activo, de la Red Internacional de Organizaciones de Consumidores de Nicotina (INNCO, por sus siglas en inglés), una organización no gubernamental que promueve a nivel global la estrategia de Reducción de Daños por el Tabaquismo mediante la sustitución del cigarro de tabaco por productos no combustibles de suministro de nicotina.
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Pro-Vapeo México, A.C. no tiene dependencia ni vínculos financieros con la industria tabacalera y/o las industrias que fabrican y venden cigarros electrónicos.
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