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L I N A J E
HUMANO
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MEMORIAS DE LA TIERRA
ESPAÑA, UN PATRIMONIO ÚNICO
RESISTENCIAS A LA EVOLUCIÓN
Ignacio Martínez
Juan L uis Arsuaga
Pedro Tomé
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La muerte de Francis Clark Howell, el abuelo de Lucy, nuestro más célebre eslabón perdido, pone de actualidad los vertiginosos avances que se han hecho en la búsqueda de los antepasados del hombre, del que están apareciendo muchas huellas en España. Un recorrido por la evolución del ser humano, que los partidarios de las teorías creacionistas siguen cuestionando
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EL LINAJE HUMANO
L O S Ú LT I M O S H AL L AZ G O S
MEMORIAS D E LA
TIERRA NUESTROS CONOCIMIENTOS SOBRE LA EVOLUCIÓN DEL
DESCUBRIMIENTOS. IGNACIO MARTÍNEZ EXPLICA QUIÉNES FUERON LOS ANTEPASADOS DE LOS SERES HUMANOS Y EN QUÉ MEDIDA ESTOS HALLAZGOS HAN CONTRIBUIDO A ENTENDER MEJOR A NUESTRA ESPECIE día de hoy, el lugar que ocupan los seres humanos en el conjunto de los animales está firmemente establecido. Todas las evidencias, anatómicas, genéticas y paleontológicas, coinciden en colocarnos dentro del grupo de los “grandes simios” u hominoideos. Éste es un grupo de primates caracterizado por un conjunto de rasgos esqueléticos relacionados con la braquiación, una manera peculiar de desplazarse por los árboles suspendidos de los brazos. Los hominoideos actuales viven en dos áreas geográficas disyuntas. Los gibones y orangutanes habitan los bosques tropicales de Extremo Oriente y los
A
HALLAZGO DE ALIMENTOS.
Una muchacha Homo ergaster señala el lugar donde se encuentra un animal muerto y rodeado de buitres en la sabana. Éste y los restantes dibujos de Sonia Cabello reflejan una visión contemporánea de la Prehistoria. En contraste, las ilustraciones de Burian representan la imagen de hace medio siglo.
IGNACIO MARTÍNEZ PROFESOR TITULAR DE PALEONTOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE ALCALÁ DE HENARES
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gorilas y chimpancés, los de África. Tal como Charles Robert Darwin y Thomas Henry Huxley dedujeORRORIN ron correctamente a TUGENENSIS, fósil de entre partir del estudio de la 6,2 y 5,6 anatomía comparada, millones de los humanos estamos años, hallado en 2000 en más estrechamente Kenia. emparentados con los hominoideos africanos que con los asiáticos. De éstos, el chimpancé está más próximo a nosotros que el gorila. Éste es un dato que debemos a los estudios de genética comparada, puesto que chimpancés y gorilas son más parecidos entre sí en términos anatómicos. La explicación a esta aparente paradoja estriba en que la evolución corporal de chimpancés y gorilas ha sido más conservadora que la nuestra y retienen todavía numerosos rasgos heredados del antepasado común de las ¸
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HOMBRE HAN CAMBIADO RADICALMENTE CON LOS ÚLTIMOS
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¸ tres especies. Nosotros somos los que más hemos cambiado. Puesto que una vez fuimos muy parecidos a los actuales chimpancés, conviene repasar algunas de sus características más relevantes. Como ya hemos comentado, son habitantes de los bosques tropicales africanos y presentan en su anatomía la estructura de un braquiador. Comenzando por las manos, éstas son muy alargadas con un pulgar relativamente corto, lo que las convierte en una especie de ganchos, muy útiles para colgarse de las ramas pero poco prácticas para coger y manipular con precisión objetos pequeños. Por otro lado, los brazos son más largos que las piernas, lo que facilita los movimientos de balanceo, suspendidos de aquéllos, que caracterizan sus desplazamientos por las ramas. Otro aspecto de gran interés de nuestros parientes vivos más cercanos es la diferencia en el tamaño corporal y en el desarrollo de los caninos que se observa entre los machos y las hembras. LUCY EN TELEVISIÓN. Se trata de dos aspectos muy relacio- Reconstrucción ideal de Lucy, nados con el nivel de una hembra de Australopithecompetencia entre afarensis, los machos por el ac- de cus entre 3,9 y 3 ceso a las hembras. millones de años, para el Los gorilas viven en programa La grupos, denominaodisea de la dos harenes, formaespecie , en RTVE. dos por varias hembras con sus respectivas crías y un único (habitualmente) macho adulto. Este macho dominante no tolera la presencia de ningún competidor en el grupo, siendo por ello frecuentes los enfrentamientos. No es difícil de entender que una imponente presencia física, basada en el tamaño corporal y en la longitud de los caninos, resulte muy ventajosa en estos duelos y que por ello se hayan seleccionado los ejemplares más grandes y de mayores caninos. A diferencia de los gorilas, los chimpancés comunes no forman harenes. Los machos de un mismo grupo no sólo no contienden por el acceso a las hembras, pues son promiscuos, sino que mantienen entre ellos una estrecha cooperación en la defensa del territorio. Los árboles cuyos frutos co-
men se encuentran dispersos y maduran en diferentes momentos, por lo que, para asegurar su provisión de alimentos, cada grupo de chimpancés necesita un territorio muy amplio; tanto, que rebasa la capacidad de un macho aislado para defenderlo de los intrusos. Además, y a diferencia de las hembras, los chimpancés machos no abandonan su grupo cuando alcanzan la edad adulta, por lo que todos los del mismo grupo están emparentados. De esta manera, se posibilita la formación de alianzas de machos consanguíneos, que cooperan en la defensa, a menudo violenta, del territorio frente a otros grupos de machos. La ausencia de conflictos entre los
machos del mismo grupo determina que en los chimpancés el tamaño no sea tan importante. Además, en las violentas disputas territoriales entre grupos rivales, el número de individuos de cada grupo es más importante que el tamaño corporal de cada contendiente. Y en la naturaleza, donde los recursos necesarios para crecer y vivir están tasados, el número de individuos y el tamaño de éstos suelen resultar magnitudes inversas. Pero esta lógica no rige para el tamaño de los caninos, la última ratio en los combates, cuyo desarrollo es mucho más económico. La consecuencia de todo ello es que los chimpancés machos no son mucho más corpulentos que las hembras, pero presentan unos poderosos caninos. Es interesante destacar que ni los machos de los gorilas ni los de los chimpancés se ocupan en modo alguno del cuidado de las crías, ni establecen con ellas ningún tipo de relación afectiva. La maternidad es una tarea exclusiva de las hembras, que realizan en solitario, no sólo respecto de los machos, sino también de las otras hembras, cuidando cada una exclusivamente de su prole. CHIMPANCÉS INERMES. Para nombrar
AUSTRALOPITHECUS ANAMENSIS,
encontrado en Kenia en 1995. La primera especie de Australopithecus tiene entre 4,2 y 3,9 millones de años.
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al conjunto formado por las personas y las especies de su linaje se acuñó el término “homínido”. Así, en su acepción tradicional, los homínidos son todas aquellas formas de hominoideos que están más emparentadas con los seres humanos que con los chimpancés. Actualmente, muchos autores ya no emplean este término con ese significado y prefieren usar el de “hominino” para el ser humano y sus parientes más próximos, reservando el de homínido para designar al conjunto formado por las estirpes de humanos, gorilas y chimpancés. Sin embargo, y aún reconociendo las razones que mueven a muchos colegas a usar esta nueva taxonomía, he preferido mantener en estas páginas la terminología clásica, consagrada por el uso. La última década, desde mediados de los años noventa del pasado siglo, ha resultado realmente prodigiosa en el campo de la Paleoantropología. No cabe duda de que los paleontólogos
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se han ganado el sueldo en estos últi- gos, los autores del hallazgo afirman su tipo de locomoción. Los cientímos años, pues el registro fósil de la que el foramen mágnum –el orificio ficos que los estudian han defendievolución humana se ha incremen- por el que la médula espinal entra en do que eran bípedos, a partir de la tado notablemente. Sobre todo en el el cráneo– del único cráneo cono- morfología de uno de los huesos de un campo de investigación relacionado cido de esta especie ya muestra el dedo del pie en A. kadabba. También con el origen de los homínidos, muchos adelantamiento, relacionado con la se ha afirmado que el foramen de los descubrimientos realizados han locomoción bípeda, que es caracte- mágnum de A. ramidus se encuentra resultado realmente revolucionarios, en una posición adelantada en la base hasta el punto de cambiar radicalmendel cráneo, un rasgo asociado a la te algunas de las asunciones que palocomoción bípeda. En opinión recían sólidamente establecide muchos, estas evidencias das hasta hace son discutibles o poco conpoco. cluyentes y hay muchas Ahora, dudas sobre el tipo de lodisponemos comoción de los ardipide un contecos. Y sin embargo, junto de fósicasi nadie cuestiona les que cubren el su condición de hohiato de casi tres mínido. millones y medio de Esta última años que existía enafirmación hatre los restos seguros bría sido impenmás antiguos de hosable hace unos mínido conocidos a pocos años, en comienzos de los los que “homíniaños noventa y la do” y “bípedo” se antigüedad máxima consideraban casi inferida por técnicomo sinónimos. Si cas moleculares esto ya no es así, si para los para el origen investigadores la locomoción de nuestra esbípeda ha dejado de ser el rasgo exSAHELANTHROPUS TCHADENSIS. tirpe. Estos clusivo y fundamental de los homíniCráneo Toumai, nuevos fósidos, ¿cuál consideran ahora? La resde entre hace 6 y les han sido puesta es tan sencilla como sorpren7 millones de años, hallado en atribuidos a dente: desde Sahelanthropus hasta no2001 en Chad. cinco espesotros, todos los homínidos tenemos, Nuestro cies distintas, en mayor o menor grado, los caninos reantepasado más antiguo. correspondientes a ducidos. ¿Quiere esto decir que el oricuatro géneros: Sahelanthropus tchadengen de nuestra estirpe se encuentra lisis –de hace entre 6 y 7 millones de rístico de los homínidos. Sin embar- gado a una disminución de la compeaños–; Orrorin tugenensis –de hace en- go, otros especialistas no están de tencia y de la agresividad entre los matre 6,2 y 5,6 millones de años–; Ardi- acuerdo con esta afirmación y opinan chos? ¿Nos habremos librado del estigpithecus kadabba –de hace entre 5,2 y que la morfología de la base del crá- ma de Caín? Desafortunadamente, no 5,8 millones de años–; Ardipithecus ra- neo de Sahelanthropus es más pare- está claro. midus –de hace 4,4 millones de años–, cida a la de los gorilas. A juzgar por las y Australopithecus anamensis –de hace fotografías y descripciones publica- LUCY SUPERSTAR. No cabe ninguna entre 4,2 y 3,9 millones de años. das, no puedo por menos que com- duda sobre cuál es el fósil de homínido, o conjunto de ellos, más famoso de El hallazgo, en el centro del con- partir esta última opinión. tinente africano –en la República del Otros fósiles asimismo problemá- la historia: la pequeña Lucy. Se trata Chad–, de los restos fósiles más anti- ticos son los ardipitecos –A. kadabba del esqueleto parcial de un individuo guos atribuidos a un homínido –Sahe- y A. ramidus–. En este caso la dispu- adulto joven del sexo femenino de la lanthropus tchadensis–, ha puesto en ta se centra, fundamentalmente, en especie Australopithecus afarensis ¸ duda el origen esteafricano de los homínidos, algo EL HOMÍNIDO MÁS FAMOSO ES LA PEQUEÑA LUCY, UN que parecía claro AUSTRALOPITHECUS AFARENSIS DE ENTRE 3,9 Y 3 MILLONES hasta ese momento. Entre otros ras- DE AÑOS, DEL MISMO TAMAÑO QUE UN CHIMPANCÉ HEMBRA
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Toda esta información ha alumbrado aspectos desconocidos de una fase muy interesante de nuestra evolución, que antecede a la aparición de las líneas evolutivas de los humanos (Homo) y de los parántropos (Paranthropus). En la época de Lucy vivían en África otras especies afines, incluidas en el género Australopithecus y conocidas informalmente como australopitecos: A. platyops –de hace entre 3,5 y 3,2 millones de años–; A. bahrelghazali –de hace entre 3,5 y 3 millones de años–; A. africanus –de hace entre 3 y 2 millones de años–, y A. garhi –hace alrededor de 2,5 millones de años. Aunque aún no están establecidas las afinidades de algunas de estas especies –A. platyops y A. bahrelghazali, especialmente–, sí está claro que alrededor de hace tres millones de años el escenario geográfico en el que se desenvolvía la evolución de los homínidos era ya muy amplio, pues A. bahrelghazaliprocede del centro de África –República del Chad– y A. africanus, del sur del continente –República de Sudáfrica–. Como ya quedó dicho, A. afarensis es la especie de la que atesoramos más información, que nos servirá para establecer algunas de las características fundamentales de los homínidos de esta época. Para empezar, está firmemente establecida su condición de bípedos. Así lo atestiguan tanto la anatomía de las regiones del esqueleto directamente implicadas en la marcha –como son la cadera y la rodilla–, como la serie de huellas de pisadas fosilizadas en el yacimiento tanzano de Laetoli. Estas huellas tienen una antigüedad de unos 3,5 millones de años y fueron realizadas por algunos de aquellos homínidos, que anduvieron sobre un lecho de cenizas volcánicas. El análisis de estas huellas ha revelado que la manera de caminar de quienes las produjeron era indistinguible de la nuestra. Las piernas de A. afarensis eran de la misma longitud que los brazos y las manos eran muy similares a las nues-
HACE 3,5 MILLONES DE AÑOS, UN GRUPO DE A. AFARENSIS CRUZÓ UN LECHO DE CENIZAS EN TANZANIA. GRACIAS A ELLOS, SABEMOS QUE CAMINABAN IGUAL QUE NOSOTROS
¸ –hace entre 3,9 y 3 millones de
años–. A partir de las regiones conservadas, se han podido estimar con bastante precisión sus dimensiones corporales, que han resultado muy similares a las de un chimpancé hembra: 105 cm de estatura y unos 30 kg de peso. Aunque es la más popular de todos, Lucy no es el único ejemplar de su especie. En realidad A. afarensis es la especie mejor conocida de todos los homínidos no humanos –o sea, no per-
tenecientes al género Homo–, gracias a decenas de fósiles procedentes de yacimientos de Etiopía y Tanzania y correspondientes a ejemplares de ambos sexos y diferentes edades de muerte. Recientemente, se anunció el hallazgo de un ejemplar maravillosamente conservado de una “niña” de esta especie de unos tres años de edad de muerte, nombrada por sus descubridores como Selam (Paz).
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TODAS PARA UNA na de las características más notables del comportamiento de nuestra especie, en comparación con el de los primates que nos son más próximos, es la gran capacidad de colaborar entre ellas que muestran las mujeres. Éste es un rasgo asimismo presente en los varones, pero en su caso no es tan sorprendente, pues también entre los chimpancés encontramos esa solidaridad masculina. Sin embargo, el grado de cooperación que se da entre las mujeres, y que incluye el sacrificio por otra mujer o por su hijo, no tiene parangón entre las hembras de ningún hominoideo. Ni siquiera entre los chimpancés pigmeos, o bonobos, cuyas hembras establecen alianzas, puede encontrarse un com-
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portamiento tan cooperativo. Aunque nunca sabremos cuándo apareció este rasgo de conducta, parece lógico pensar que comenzara entre hembras consanguíneas, madres, hijas y hermanas. Tal vez, tal como postula
LA COOPERACIÓN ENTRE LAS HEMBRAS DE NUESTRA ESPECIE NO EXISTE ENTRE OTROS PRIMATES
GRUPO DE CHIMPANCÉS.
Entre los grandes monos, sólo las hembras se ocupan de las crías.
la célebre “hipótesis de la abuela”, este tipo de cooperación esté en el fondo de la explicación del largo período de vida que disfrutan las mujeres después de la etapa fértil (la menopausia), algo que no ocurre en las demás especies de hominoideos, donde las hembras no sobreviven mucho tiempo después del final de la edad reproductora. La imagen de la página siguiente es realmente provocativa, pues no forma parte del imaginario de la Paleoantropología el que un grupo de hembras de australopitecos se enfrenten solidariamente a un depredador. Tal vez no sepamos nunca si una escena así pudo tener lugar… pero tampoco lo contrario. En cualquier caso, esta vez el coraje de nuestras cuatro heroínas ha triunfado sobre su agresor.
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COOPERACIÓN tras; es decir, de palmas cia en el tamaño corpo- pero que los machos no usarían los caFEMENINA. cortas y con los pulgares lo ral entre machos y hem- ninos en sus riñas, sino que empleaUn grupo de hembras suficientemente largos de A. afarensis se une bras era mayor que la que rían la capacidad que sus manos les para espantar a una como para permitirles asir se encuentra entre los ofrecían para asir, enarbolar e incluso pantera en la selva. y manipular con precisión chimpancés y se aproxi- lanzar palos y piedras. Dibujo de Sonia cualquier tipo de objeto. Cabello (técnica mixta ma al grado de la que es Hay una última característica de y café). No obstante, los dedos común en los gorilas. la anatomía de A. afarensis que resulaún retenían la curvatura característi- Aquí hay una aparente contradicción, ta del mayor interés. Se trata de la ca de los demás hominoideos, lo que pues, tal como ya hemos visto, la re- orientación de la vagina. A partir del les facultaría para trepar con facilidad ducción de los caninos habla a favor de estudio de la pelvis de Lucy, se ha esa las ramas de los árboles en caso de una disminución de la conflictividad tablecido que en esta especie la vaginecesidad. entre los machos, mientras que el gran na no estaba orientada –dirigida– dorAunque los especialistas encuen- tamaño del cuerpo de los machos su- salmente –o sea, hacia atrás–, como tran detalles en sus morfologías que giere justamente lo contrario. Esta es norma en el resto de mamíferos, les permiten distinguir unos de otros, combinación, de marcado dimorfismo sino que su orientación era más venla anatomía general del cráneo y el ta- sexual en el cuerpo junto a caninos re- tral –hacia delante–. Este cambio de maño encefálico eran básicamente si- ducidos, es única entre los primates, orientación determinó dos de los rasmilares a los de los chimpancés. Tal lo que desconcierta a los científicos. gos más peculiares de la especie huvez, las mayores diferencias con ellos Algunos son de la opinión de que la mana: complicó la mecánica del parse encuentren dentro de la boca, conflictividad entre los machos era to y permitió la cópula frontal –o cara donde los molares y premolares eran elevada entre los australopitecos, tal a cara–. Es posible que la mayor commayores que los de los chimpancés, como sugiere el tamaño del cuerpo, plejidad del parto derivase en la ¸ al tiempo que los caninos estaban bastante menos LA ORIENTACIÓN DELANTERA DE LA VAGINA EN LAS desarrollados. HEMBRAS DE A. AFARENSIS IMPUSO LA CÓPULA CARA A CARA, SorprendenteLO QUE DIO ORIGEN A LAS RELACIONES AFECTIVAS mente, la diferen-
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LÍNEA DEL TIEMPO
¸ necesidad de contar con ayuda
100.000 200.000
HOMO SAPIENS
200.000 años HOMO NEANDERTHALENSIS
300.000 años
300.000 400.000
HOMO HEIDELBERGENSIS
Entre 500.000 y 200.000 años
500.000 600.000 700.000
HOMO ANTECESSOR
800.000
800.000 años
900.000 1.000.000 HOMO RUDOLFENSIS
HOMO GEORGICUS
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1,8 millones de años
HOMO HABILIS
Entre 1,9 y 1,6 millones de años
PARANTHROPUS BOISEI
Hace 2,3 a 1,3 millones de años
2.000.000
Entre 1,9 y 1,6 millones de años
PARANTHROPUS ROBUSTUS
Entre 1,8 millones de años
PARANTHROPUS AETHIOPICUS
Hace 2,6 a 2,3 millones de años
AUSTRALOPITHECUS AFRICANUS
AUSTRALOPITHECUS GARHI
Alrededor de 2,5 millones de años
Entre 3 y 2 millones de años 3.000.000
AUSTRALOPITHECUS BAHRELGHAZALI
Entre 3,5 y 3 millones de años
AUSTRALOPITHECUS PLATYOPS
AUSTRALOPITHECUS AFARENSIS
Entre 3,5 y 3,2 millones de años
AUSTRALOPITHECUS ANAMENSIS
Entre 3,9 y 3 millones de años
4.000.000
Entre 4,2 y 3,9 millones de años
ARDIPITHECUS RAMIDUS
5.000.000
Hace 4,4 millones de años
ARDIPITHECUS KADABBA
ORRORIN TUGENENSIS
Entre 5,2 y 5,8 millones de años 6.000.000
Entre 6,2 y 5,6 millones de años
SAHELANTHROPUS TCHADENSIS
7.000.000 años
Entre 6 y 7 millones de años
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para realizarlo felizmente, ayuda que seguramente procedería de otras hembras. Por otra parte, estoy convencido de que la posibilidad de realizar la cópula ventralmente facilitó el empleo del sexo en el establecimiento de relaciones afectivas duraderas, algo que de manera incipiente se observa entre los chimpancés pigmeos o bonobos. En cualquier caso, tanto la estrecha cooperación y solidaridad existente entre las mujeres, como la estrecha relación que se da en nuestra especie entre sexo y afecto –amor, si lo prefieren–, son rasgos insólitos que bien pudieron comenzar a establecerse en la época de Lucy.
MENS NOVA IN CORPORE NOVO. Hace un poco más de 2,5 millones de años, comenzó un paulatino deterioro climático en el hemisferio norte que determinó la sucesión de fases glaciares que caracterizan al período denominado Cuaternario. En las tierras del este de África, este fenómeno se dejó sentir acentuando el proceso de aridificación, que ya había comenzado varios millones de años antes y que venía reduciendo la extensión del bosque tropical a favor de los medios más abiertos, como la sabana. En estas condiciones, las distintas especies de homínidos se enfrentaron a una crisis que determinó la extinción de muchas de ellas y que propició la aparición de dos nuevos tipos de homínido, felizmente adaptados a las nuevas condiciones. Por un lado, están los denominados parántropos, una estirpe que cuenta con tres especies: Paranthropus aethiopicus –de hace 2,6 a 2,3 millones de años–; Paranthropus boisei –de hace 2,3 a 1,3 millones de años–, y Paranthropus robustus –una forma del sur de África y de una antigüedad de hace alrededor de 1,8 millones de años–. Los parántropos son un grupo homogéneo, caracterizado por presentar un aparato masticador muy desarrollado, con grandes molares y premolares, enormes mandíbulas y rostros anchos y robustos. Posiblemente, estas características son el resultado de la adaptación al consu-
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tamaño del cerebro. Éste es bastante mayor en H. habilis que en cualquier otra especie anterior, lo que marca un cambio de rumbo en la evolución de los homínidos. A pesar de vivir en el mismo tiempo y lugar que los parántropos, los primeros humanos no presentan el gran desarrollo de éstos en el aparato masticador, lo que implica que explotaban un nicho ecológico diferente –o sea, que se ganaban la vida de otra manera–, y todo indica que aquellos primeros humanos empezaron a incorporar sistemáticamente la carne a su dieta. Como la carne es un alimento de mucha mayor calidad que los productos vegetales que podrían consumir los parántropos, es razonable suponer que fue su consumo lo que aportó la energía necesaria para construir y mantener un órgano tan caro, en términos de consumo de energía, como sus enormes cerebros. Es interesante constatar que las primeras piedras talladas conocidas tienen 2,6 millones de años y son algo más antiguas que el primer fósil conocido del género Homo. Aunque la asociación entre industria lítica y el género Homo está firmemente establecida, en el caso de H. habilis, hay autores que, con razón, rechazan la asociación automática entre industria lítica y Homo en el caso de los utensilios más antiguos. De hecho, los fósiles de Australopithecus garhi aparecieron asociados a restos de fauna con indicios de haber sido descarnados. Esta interesante relación es aún más intrigante si tenemos en cuenta que, por los fósiles conocidos, A. garhi es una espléndida candidata para ser antepasada directa del género Homo. Por lo que conocemos del esqueleto del cuerpo de H. habilis, éste era básicamente igual al de los australopitecos, tanto en estatura como ¸
LOS AUSTRALOPITECOS
vivieron hace entre 4 y 2 millones de años. Reconstrucción ideal por C. Colombi.
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mo de vegetales endurecidos, típicos o de una especie muy polimórfica. de ambientes áridos. Incluso se ha sugerido que los fóEl otro tipo de homínido que sur- siles incluidos en H. rudolfensis debegió en esa época fuimos nosotros, rían ser reasignados a otro género los humanos o pertenecientes al gé- –Kenyanthropus– cuyas raíces evolutinero Homo. El fósil más antiguo atri- vas se encontrarían en el ya menciobuido con seguridad a nuestro gé- nado Australopithecus platyops. Sea nero procede de Etiopía y cuenta con como sea, al menos sí existe consen2,3 millones de años de antigüedad. so en considerar a H. habilis como la Aunque su atribución a Homo per- forma ancestral a todas las especies manece indiscutida, todavía no se ha posteriores de Homo. asignado seriamente a ninguna espeAnatómicamente, es difícil discie en concreto. Las especies más an- tinguir a H. habilis de otras formas antiguas de nuestro género son Homo teriores de australopiteco, como A. habilis y Homo rudolfensis –ambas de africanus, pero existe un rasgo que sehace entre 1,9 y 1,6 millones de para netamente ambas especies: el años–. Desde hace casi dos décadas se viene discuLOS PRIMEROS HUMANOS INCORPORARON LA CARNE A SU tiendo si realmenDIETA. ELLO APORTÓ LAS CALORÍAS NECESARIAS PARA UN te se trata de dos ÓRGANO TAN CARO ENERGÉTICAMENTE COMO EL CEREBRO especies distintas
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UN GRUPO DE HOMO nal fósil ha venido a de¸ en proporciones. ERECTUS en un Esta situación es complemostrar que H. ergaster tepantano, según la tamente distinta en otra visión del pintor checo nía una estatura muy suZdenek Burian, en especie humana, seguraperior a la de los homíni1958 (Museo mente descendiente didos anteriores y equivalenAnthropos, Brno). recta de H. habilis y denote a la de los humanos acminada H. ergaster –u H. tuales –bueno, no a todos, erectus “africano”, para otros autores–. pues al Niño Turkana se le ha calcuAunque su rango de antigüedad –1,8 a lado una estatura de adulto superior a 1,4 millones de años– se solapa con los 180 cm, bastante superior a la acel de H. habilis, H. ergaster se distin- tual media masculina española–. No gue con facilidad de éste, tanto por sólo la estatura es plenamente humael tamaño de su cerebro –805 gramos na, también lo son las proporciones ende promedio frente a los 508 gramo de tre piernas y brazos y entre sus disH. habilis– como, muy especialmen- tintos segmentos. Sin embargo, su este, por el tamaño de su cuerpo. tructura corporal no era igual que la de El fósil más famoso y completo de H. la humanidad actual pues, tal como ergasterlo constituye un esqueleto casi han demostrado nuestras investigaciocompleto, atribuido a un ejemplar de nes en los fósiles de la Sima de los Hueunos 10-11 años de edad de muerte, sos de Atapuerca, los seres humanos acde una antigüedad cercana a 1,5 millo- tuales tenemos un cuerpo más estrenes de años y bautizado como Niño cho y grácil que el de las especies fóTurkana. El estudio de este excepcio- siles de nuestro género.
Aunque no se dispone de suficientes restos como para establecer con seguridad el grado de dimorfismo sexual en H. ergaster, podemos utilizar los datos obtenidos a partir del estudio de los fósiles de la Sima de los Huesos para la especie Homo heidelbergensis –entre hace 500.000 y 200.000 años–. Justifica este propósito el gran parecido que encontramos en aquellos aspectos anatómicos, relacionados con el tamaño y la estructura corporal, en los que ambas especies pueden ser comparadas. Hace unos años, pudimos establecer que el grado de dimorfismo sexual en H. heidelbergensis era equivalente al de nuestra propia especie. O sea, que la magnitud de la diferencia en el tamaño corporal entre las mujeres y los varones era similar a la que existe hoy día en las poblaciones humanas. Éste es un resultado que sorprendió a muchos especialistas, a la vista de que en los primeros homínidos –al menos en A. afaEN NUESTRA ESPECIE, VARONES Y HEMBRAS TIENEN UN rensis– el grado de dimorfismo sexual TAMAÑO APROXIMADO, PROBABLEMENTE PORQUE AMBOS era elevado. SEXOS COLABORABAN EN LA BÚSQUEDA DE SUSTENTO Ya hemos tenido
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UN HÉCTOR NEANDERTAL al como describe Homero al más humano de todos los personajes de la Ilíada, este padrazo neandertal sostiene, arrobado, a su retoño en los brazos. Los sentimientos paternales también forman parte de los rasgos excepcionales del ser humano. Los machos de los demás hominoideos –con la excepción de los más alejados evolutivamente de nosotros, los gibones– no se ocupan
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en absoluto del cuidado de las crías, ni desarrollan hacia sus cachorros ningún sentimiento afectivo. Entre los chimpancés y los gorilas, el comportamiento y los sentimientos maternales son cosas de chicas. Cada vez hay más datos, como los del yacimiento de Cova Negra (Xátiva, Valencia), que apuntan a que los neandertales sentían gran cariño y respeto por sus niños, lo que contrasta con la imagen de brutalidad
que se les atribuía hasta hace relativamente poco tiempo. El hombre de esta insólita escena paleolítica, que alza a su hijo en brazos, se adorna con una hilera de dientes de animal. Este collar delata que los protagonistas son de la época chatelperroniense, el único momento en el que se les conocen estos adornos a los neandertales, y, por tanto, se encuentran entre los últimos de su estirpe.
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ocasión de ver la estrecha relación que existe, en los gorilas y chimpancés, entre el grado de dimorfismo sexual y el tamaño de los machos. Sin embargo, en el caso de nuestra especie, en el de H. heidelbergensis y probablemente también en el de H. ergaster, la disminución del dimorfismo sexual, desde la condición de los australopitecos, no puede explicarse por una reducción en el tamaño de los machos –los varones– puesto que los humanos somos, desde H. ergaster, mucho más grandes que los australopitecos. Es más razonable pensar que el dimorfismo sexual decreció porque en el proceso de aumento del tamaño corporal, que afectó a los primeros humanos, el cuerpo de las mujeres aumentó más, en términos relativos, y se aproximó al tamaño del cuerpo de los varones. O dicho de otro modo, nuestro bajo dimorfismo sexual no se explica porque los varones se hayan hecho más pequeños, sino porque las mujeres se hicieron más grandes. No es fácil de saber por qué ocurrió eso, o qué ventaja adaptativa representó, pero podemos pensar en un cambio en los roles de los sexos respecto de lo que es común en los hominoideos y seguramente también lo era entre los australopitecos. Es posible que ambos sexos colaboraran más estrechamente en las distintas tareas. En las sociedades actuales con una economía de tipo cazador/recolector, tanto los varones como las mujeres participan en la tarea de proporcionar el sustento del grupo, aunque unos tienden a especializarse en la caza y las otras –junto con los abuelos, los niños y las niñas– en la recolección. Aunque nunca lo sabremos, no es desatinado pensar que en la época de H. ergaster pudo ocurrir algo parecido. Y si tienen razón los especialistas que piensan que, entonces, la mayoría de la carne procedería, no de la caza, sino del carroñeo, puede que ambos sexos participasen por igual en la importante tarea de buscar y localizar los animales muertos. LO QUE NOS HACE HUMANOS. Si hay
algo que delata inequívocamente la presencia de la mente simbólica y autoconsciente, es el lenguaje. ¸
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los Huesos correspon¸ Bastaría con que supiéramos que una esden a la especie H. heipecie humana –o no delbergensis, de la que humana– fósil hablaba evolucionaron los neanpara que estuviéramos dertales. Evidentemenconvencidos de que te, si los neandertales también tenía una no hablaban, aquellas mente como la nuestra. personas tampoco lo haPor eso, la búsqueda de rían y eso contradice origen del lenguaje se gravemente la hipótesis ha convertido en algo de la acumulación deasí como la búsqueda liberada de los cadávedel Santo Grial en el res, pues no es fácil de campo de la Paleoanentender que un acto tropología. tan complejo pudiera Basándose en las perealizarse sin disponer culiaridades anatómi- NEANDERTALES haciendo fuego en la entrada de su cueva, en la visión de de lenguaje. cas que diferencian la Burian (Museo Anthropos, Brno). La extraordinaria cogarganta humana de la lección de fósiles humaSin embargo, esta conclusión no era nos de la Sima de los Huesos incluye de los demás primates, y muy especialmente de la de los chimpancés, algu- aceptable para un buen número de es- dos huesos hioides y un cráneo –el Crános especialistas buscaron indicadores pecialistas. Sobre todo en lo referido neo 5, también denominado Migueanatómicos que permitieran recons- a los neandertales, cuya compleja cul- lón– con su región basal completa, algo truir la anatomía y funcionamiento tura material, y el hecho de que ente- único en el registro fósil mundial. Hace de la garganta de las especies fósiles. rrasen a sus muertos, apuntaba hacia algunos años iniciamos el estudio de La empresa era realmente difícil, pues la existencia de sociedades complejas esos fósiles, convencidos de que sería los principales órganos y estructuras y mentes simbólicas, algo que no po- fácil reconstruir la garganta de los huimplicadas, la lengua, la laringe y las día concebirse en ausencia de lengua- manos de la Sima de los Huesos y dilucuerdas vocales, no son estructuras je. Hasta hace poco tiempo, la pre- cidar, con pruebas incontestables, si óseas y, por tanto, no fosilizan. No obs- cariedad del registro fósil impedía que aquellos humanos eran capaces de hatante, se postuló que en la morfolo- la polémica pudiera ser resuelta a fa- blar o no. Sin embargo, después de gía de la región de la base del cráneo vor de unos u otros. repasar a fondo toda la bibliografía y esDesde hace algunos años, el yaci- tudiar minuciosamente decenas de y en la del hueso hioides se encontraban las claves para establecer el ras- miento de la Sima de los Huesos, en cráneos de chimpancés y gorilas, ciengo fundamental que diferencia nues- la Cueva Mayor de la Sierra de Ata- tos de cráneos humanos modernos y tra garganta de la de los chimpancés: puerca, ha venido proporcionando la una amplia muestra de huesos hioila posición de la laringe –la nuez– en mayor y más completa colección de des humanos, llegamos a la conclusión fósiles humanos de la historia. Hace de que era tarea imposible reconstruir el cuello. alrededor de medio millón de años, se la anatomía de la garganta de una espeEL LENGUAJE HABLADO. Los invesacumularon allí, en el fondo de una cie fósil a partir de la morfología de la tigadores que trabajaban en esta lí- sima en el interior profundo de la cue- base del cráneo y del hueso hioides. nea llegaron a la conclusión de que va, los cadáveres de casi treinta perso- Algo en lo que hoy día coincide la maninguna especie de homínido tuvo nas. Nuestros estudios, durante más yor parte de los autores. una garganta como la nuestra y, en de dos décadas, nos han llevado a sosEntonces buscamos otra línea de consecuencia, tampoco pudieron ar- tener que esta acumulación de cuer- aproximación al problema, a partir del ticular los sonidos en los que se ba- pos responde a un acto intencional estudio de los más pequeños de tosan todos los lenguajes hablados: las por parte de otros seres humanos. Un dos los huesos del cuerpo: los huevocales. Según esos autores, este he- acto que tenía algún significado para secillos del oído medio, el martillo, el cho indicaba que el lenguaje era algo aquella gente. Creemos que se trata yunque y el estribo. Estos huesos son exclusivo de nuestra propia espe- del santuario conocido más antiguo de responsables, junto con el tímpano y el cie, con todas las implicaciones que la humanidad. conducto auditivo externo, de la transello comporta. Los fósiles humanos de la Sima de misión de la energía sonora del aire del exterior hasta el oído interno, donLA SIMA DE LOS HUESOS, EN LA CUEVA MAYOR DE ATAPUERCA, de realmente se perciben los soniESTÁ PROPORCIONANDO DESDE HACE AÑOS LA MAYOR Y MÁS dos. Pero al hacerCOMPLETA COLECCIÓN DE FÓSILES HUMANOS DE LA HISTORIA lo, producen un
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filtrado acústico en los sonidos que transmiten, de manera que algunas frecuencias se extingue mientras que otras se potencian. El resultado es que nuestro oído percibe mejor unos sonidos que otros. Por eso podemos mantener una conversación sin elevar la voz, incluso en lugares muy ruidosos. Algo que un chimpancé jamás podría hacer, ya que su oído está “sintonizado” a otros sonidos: los que habitualmente usa para comunicarse en el bosque con sus congéneres.
nicarnos, sino una flauta con muchas notas, capaz de producir un sinfín de melodías distintas. Como en el caso de los chimpancés, nuestro oído está sintonizado a la voz de nuestros iguales y por eso nuestra mayor sensibilidad auditiva se encuentra, precisamente, en la banda que va desde uno hasta cuatro kilohercios. ESCUCHAR ES DE HUMANOS.
LA ACÚSTICA DE LA SELVA. Las condicio-
nes acústicas del medio forestal en el que viven los chimpancés favorece la comunicación lejana, pues la presencia de ramas y hojas potencia la propagación del sonido a largas distancias. Por razones derivadas de la distribución del ruido ambiental, los chimpancés emiten sus principales gritos y llamadas, con las que se comunican entre sí, en frecuencias cercanas a un kilohercio. Puesto que el sonido más importante para la supervivencia de los animales sociales es la voz de sus semejantes, no parece sorprendente que el oído de los chimpancés muestre su mayor sensibilidad precisamente en torno a un kilohercio. MIGUELÓN. Este ejemplar de H. heidelbergensis, también conocido como Pero, al mismo tiempo, que las raCráneo nº 5, tiene la región basal mas y hojas ayudan a propagar el socompleta, algo único en el registro fósil nido lo distorsionan, debido al fenómundial (Foto: J. Trueba). meno conocido como reverberación, haciendo imposible el incluir mucha la voz humana es muy rica en informainformación en los gritos y llamadas. ción acústica y los sonidos del lenguaPor eso, las llamadas de los chimpan- je ocupan una banda de frecuencias cés son acústicamente sencillas, por- mucho más ancha, entre uno y cuaque contienen poca información. Es tro kilohercios, que la de los chimpanalgo así como utilizar para comuni- cés. Siguiendo con la analogía, nosocarse un silbato con una sola nota. En tros no usamos un silbato para comuconsecuencia, la banda de máxima sensibilidad acúsLOS FÓSILES DE ATAPUERCA INDICAN QUE AQUELLAS tica de los chimPERSONAS OÍAN COMO NOSOTROS Y, POR TANTO, SERÍAN pancés es estrecha. PERFECTAMENTE CAPACES DE HABLAR COMO NOSOTROS Por el contrario,
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Pues bien, el resultado de un largo y complejo estudio consagrado a establecer las capacidades auditivas de los humanos de la Sima de los Huesos, a partir de la morfología de los huesecillos y de las cavidades y conductos del oído externo y medio, ha sido el de establecer claramente que aquellas personas oían como nosotros y no como los chimpancés. Este dato indica que su voz también era como la nuestra y apunta en la dirección de que serían perfectamente capaces de hablar como nosotros. Ycomo ellos, sus descendientes los neandertales. Con todas las consecuencias que ello implica. No deja de ser interesante que nuestra mejor aproximación al origen del lenguaje no haya sido a través del órgano que produce la voz, sino por medio del que la percibe. Es como si los fósiles nos quisieran recordar algo que parecemos haber olvidado en los tiempos que corren. Que hay una cualidad que nos hace tan humanos, o quizá más aún, como la capacidad de hablar: la de escuchar a los demás. I
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EL HOMBRE DE NEANDERTAL,
según la reconstrucción de dos artistas alemanas (Bonn, Rheinisches Landesmuseum).
UN
PATRIMONIO DOSSIER
P RE H I S TÓ RI C O
ÚNICO E S P AÑ A LOS PRIMEROS FÓSILES HUMANOS BIEN DATADOS EN EUROPA SE HAN ENCONTRADO EN ATAPUERCA.
JUAN LUIS ARSUAGA, EL MEJOR
CONOCEDOR DEL YACIMIENTO, ANALIZA SUS SECRETOS, QUE CAMBIAN NUESTRO CONOCIMIENTO DE LOS NEANDERTALES Y LOS CROMAÑONES a Península Ibérica –aunque sería más histórico decir la península hispánica– ha sido considerada a veces un pequeño subcontinente. Tal consideración puede parecer exagerada y pretenciosa, animada acaso por rancias ideas y marchitos sueños imperiales. Y sin embargo, desde el punto de vista natural, no carece de sentido.
L
Nuestro solar no es pequeño, ni plano, ni su paisaje es monótono. Al revés, la orografía es quebrada a más no poder, el territorio está fragmentado y compartimentado por cadenas montañosas, el clima presenta muchos contrastes regionales, el roquedo es variado, como lo es la vegetación; con todos esos cambios, la escala de la diversidad biológica y geográfica es subcontinental. Es importante conocer el territorio en el que se han desenvuelto los ho-
mínidos ibéricos –o hispánicos– antes de empezar a hablar de ellos. No estamos en África, sino separados de ella por un estrecho tan profundo que nunca se ha secado desde que hay humanos en el mundo –antes sí se cerró–. En realidad, los ecosistemas mediterráneos actuales de la Península son semejantes a los del Magreb. Biogeográficamente, no estamos tan alejados, a pesar del antiguo tajo del estrecho de Gibraltar. Los ambientes del Magreb son sin
JUAN LUIS ARSUAGA CATEDRÁTICO DE PALEONTOLOGÍA, UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
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TERTULIA DE CROMAÑONES después
de una partida de caza, en el cerro de San Isidro, en la localidad de Domingo García (Segovia). Ilustración de Sonia Cabello.
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embargo muy distintos de los subsaharianos, con sus selvas y sabanas –el Sáhara era una de estas últimas, no hace muchos miles de años. Por estar en una latitud intermedia, ni muy alta ni muy baja, tenemos un clima estacional, más marcado en unas partes que otras, que ni es nunca subtropical, ni plenamente desértico, ni tampoco ártico. Hay, sin embargo, un par de excepciones: en las cumbres de las altas montañas no crecen los bosques, y algunas especies nos quedan de una antigua selva de bosques siempre verdes, la lauri-
silva, que existió en estas tierras –y que aún se conserva en las islas Canarias; en Tenerife y, sobre todo, en La Gomera. Nuestros ancestros más remotos vivieron en una selva africana, con muchos menos cambios a lo largo del año que por aquí. Seguramente, los que mejor conocemos entre los primeros homínidos africanos, los australopitecos, vivían en un mosaico ecológico que incluía selva húmeda, bosque estacional, sabana arbolada y sabana arbustiva con algunos claros. Esos medios siguen existiendo y
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ocupando amplias extensiones de terreno en África. Los chimpancés y gorilas, en las selvas, y los papiones, mucho más flexibles ecológicamente y que se mueven entre la pluvisilva y la sabana abierta, pueden servirnos para imaginar cómo vivían los primeros homínidos, cuál era su nicho ecológico. EL PRIMER DÍA EN EUROPA. La llega-
da del hombre a Europa es todavía objeto de debate. Tenemos fósiles de hace 1,8 millones de años en Georgia, al sur del Cáucaso –Homo ¸
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¸ georgicus–. Pero ¿penetraron en- llegue, más fría será la estación y me- Homo habilis, con algo más de cerebro y tonces en el continente? nos cantidad de la nieve –acumulada muelas más pequeñas, pero de un asHasta el año 1994, había muchos en el invierno– se derretirá. pecto general muy parecido: estatura prehistoriadores que creían que EuSe consideraba hasta hace poco que muy baja, piernas cortas y brazos largos, ropa no fue poblada hasta hace me- el Cuaternario había comenzado hace nariz aplastada, cara proyectada... Esta dio millón de años. Aunque los des- 1,8 millones de años, pero ahora se coincidencia en el tiempo entre el cubrimientos del verano de ese año propone llevar su comienzo a hace 2,6 cambio climático y ecológico, por un en Atapuerca –y en Ceprano, Italia– millones de años, porque fue enton- lado, y la evolución humana, por otro, demostraron que las raísugiere que puede haber ces eran mucho más alguna relación. Los ecoLOS PRIMEROS VESTIGIOS DE profundas, lo cierto es sistemas y las especies que había buenas razocambian cuando lo haPRESENCIA HUMANA EN EUROPA SON nes para pensar así. cen los climas. TOSCOS INSTRUMENTOS DE PIEDRA La principal era el Por lo que sabemos, APARECIDOS EN ESPAÑA E ITALIA contraste entre la abunlos australopitecos y el dancia de yacimientos Homo habilis –o, dicho de arqueológicos –algunos, otro modo, los homínicon fósiles humanos– a partir del me- ces cuando de verdad empezó el de- dos de pequeño tamaño– no vivían dio millón de años, y la falta de in- terioro climático. en Europa hace dos millones y meformación anterior. En ese momento, hace poco más de dio de años. En esa época, el clima dos millones y medio de años, apare- estaba cambiando también en nuestro ENFRIAMIENTO GLOBAL. En geología, cen los primeros instrumentos de pie- continente. Había sido cálido en el peel tiempo se divide en períodos, que dra en África. Sus autores son quizás ríodo anterior, llamado Plioceno, y llereflejan cambios importantes en la australopitecos, o tal vez una forma garía a ser muy frío y seco en las granbiosfera. Uno de ellos fue el enfria- evolucionada que se conoce como des glaciaciones del último millón de miento del planeta y su años. progresiva desecación, Los primeros vestique aconteció en el Cuagios de presencia huternario. En el último mana en Europa son millón de años se han suinstrumentos de piedra, cedido diez momentos bastante toscos, que extremadamente fríos, han aparecido en Espallamados glaciaciones, ña e Italia. Los españomuy aproximadamente les proceden del municada cien mil años. En cipio de Orce, en Graesas épocas, el hielo ha nada, y de la cueva llaavanzado mucho desde mada Sima del Elefanel norte, cubriendo gran te, en la Sierra de Ataparte de Europa y dejanpuerca (Burgos). Basándo el resto convertido en dose en las especies aniuna tundra poco habitamales, grandes y peble para el hombre. Sólo queñas, que aparecen en el Mediterráneo se asociadas en los yacimantuvieron los bosmientos, se puede afirques. Las causas de esos mar que pasan del mienfriamientos no se collón de años de antigüenocen completamente, dad y, en algún caso, pero tienen que ver con pueden acercarse al mila inclinación del eje de llón y medio de años. la Tierra, la forma de la Quizás su autor no fueórbita que describe ésta ra muy diferente del y la época del año en la Homo georgicus de Dmaque se acerca más al Sol. Todos estos factores deHOMO GEORGICUS. terminan la cantidad de Diferentes perspectivas del cráneo de un Homo radiación solar que llegeorgicus, anciano y ga al hemisferio norte en desdentado, hallado en el verano. Cuanta menos Dmanisi, Georgia. LA AVENTURA DE LA
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nisi, que es el más cercano geográficamente –por tierra, se entiende– y no está muy alejado temporalmente. Esta primera ola de poblamiento europeo podría haber llegado por vía terrestre, pero también por mar, cruzando el estrecho de Gibraltar o el canal de Sicilia. Sabemos bastante poco acerca de la evolución geológica de este último –hay incluso un importante experto italiano que dice que podría haber sido practicable a pie en algún momento–. De todos modos, la ruta terrestre es, obviamente, posible, mientras que una navegación en aquella época tan antigua resulta más problemática. En todo caso, habrá que demostrarla –la ciencia trabaja con pruebas, no con conjeturas.
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CANIBALISMO FLAGRANTE. Por ahora, los primeros fósiles humanos bien datados de Europa se han encontrado en el yacimiento de la Gran Dolina, una boca de cueva del sector de la Trinchera del Ferrocarril en la Sierra de Atapuerca. Pasan largamente del centenar los huesos y dientes encontrados y, sin duda, quedan tantos o más en el yacimiento. Son restos muy quebrados, de todas las partes del cuerpo y procedentes de individuos de todas las edades, en número de diez o más. Los fósiles tienen marcas de carnicería, que demuestran que los cadáveres fueron desmembrados, descarnados y comidos, rompiéndose por último los huesos para extraer el tuétano. Un caso de flagrante canibalismo. La edad de estos fósiles de la Gran Dolina es de 800.000 o 900.000 años. En Ceprano, Italia, se encontró, aislada, una calvaria en el mismo año en el que aparecieron los primeros fósiles de la Gran Dolina. Su morfología es muy primitiva y la posición geológica del cráneo en la estratigrafía de la zona sugiere que los fósiles de uno y otro yacimiento son aproximadamente contemporáneos. Hay otros lugares en Francia e Italia con industrias también cercanas al millón de años. La especie representada en la Gran Dolina y en Ceprano no es Homo georgicus, sino una forma humana más avanzada –es decir, que está evolutivamente más próxima a nosotros–. Se
LOS SECRETOS DE LA TIERRA. Un grupo de jóvenes paleóntologas trabajando en el yacimiento de Barranco León, en las cercanías del yacimiento de Orce (Granada). Abajo, detalle de unos dientes de mamut en el mismo yacimiento.
le ha puesto de nombre Homo antecessor. Por los datos que se tiene, parece una especie con muchos rasgos arcaicos en el cráneo cerebral, pero también con algunos caracteres evolucionados, que lo diferencian del Homo erectus, la humanidad coetánea del Extremo Oriente (China y Java). La cara, en cambio, es delicada, y en eso, y también en los dientes, se parece a los fósiles de China. Algún tiempo después la población humana de Europa no estaba, con toda seguridad, restringida al Mediterráneo, porque se han encontrado instrumentos líticos en Inglaterra con 700.000 años de antigüedad, lo que
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quiere decir que ya entonces la “mancha humana” ocupaba una gran parte del mapa continental. Quizás la densidad de población no fuera muy grande, porque es verdad que es a partir del medio millón de años cuando se multiplican los yacimientos de norte a sur y de este a oeste de Europa. Los instrumentos que aparecen en ellos son más elaborados e incluyen bifaces –útiles tallados por las dos caras con sentido de la simetría y de la estandarización–, como las famosas hachas de piedra. No queda más remedio que preguntarse si las nuevas técnicas fueron traídas por gentes recién llega- ¸
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cueva, como sí lo fueron los yacimientos del sector de la Trinchera del Ferrocarril, y la propia entrada, das y, si fue así, qué tipo de relaque no tiene parangón en todo el muy lejana, de la Cueva Mayor. Jun¸ ción tuvieron con los antiguos euro- mundo, pues contiene los esquele- to con los restos humanos, apareció peos. Cuestión difícil de tratar con tos completos de una treintena de in- además un hacha de piedra, el único los datos actuales. Desde el prisma dividuos, en su mayoría, adolescentes objeto artificial encontrado. de la paleoantropología se puede apor- o adultos jóvenes. Todo parece indicar que los cadávetar que los rasgos morfológicos del Es un auténtico enigma cómo llega- res humanos fueron dejados caer desHomo antecessor no excluyen que esta ron a parar al pie de una sima, en el in- de arriba por otros humanos, en lo que especie pudiera ser antepasada de la si- terior profundo de una cueva, tantos pudo ser un comportamiento colecguiente en Europa, llamada Homo hei- cadáveres. Puede suponerse que en- tivo y simbólico, o por lo menos una acdelbergensis. Por razones que no hacen al tonces habría una entrada más cerca- tividad de carácter no práctico, que caso, nunca se puede afirmar, cientí- na, pero no se ha localizado. En el in- responde a otros intereses. ficamente, que una especie Quede la resolución final sea la antepasada de otra esde este problema para fupecie, pero en cambio se turas investigaciones y papuede en ocasiones descarsemos ahora a la descriptar esa posibilidad. Así es ción de la anatomía y posiel método científico, aunción evolutiva de los fósique sorprenda en ocasiones les allí excavados. a los no iniciados en él. Se trata de unos humaTambién cabe, en teoría nos de estatura similar a la al menos, que se hubiera moderna, con un promedio extinguido sola la población masculino por encima del de Homo antecessor y que metro setenta, por lo que, más tarde fuera el territorio en las clasificaciones antirepoblado con nuevos conguas de las “razas humatingentes venidos de fuenas”, se encuadraría a esta ra (Homo heidelbergensis), población en la categoría pero hay un yacimiento ar- TRABAJOS EN ATAPUERCA. Vista general de las excavaciones en de alta. queológico en Inglaterra la Sierra de Atapuerca, en una fotografía de junio de 2006. Pero, a diferencia de no(ya mencionado) y dos en sotros, los humanos de AtaItalia de edad intermedia, lo que pa- terior de la cueva, en el sector de la puerca eran muy anchos de cuerpo y rece indicar que hubo continuidad hu- Sima de los Huesos, sólo hay fósiles de muy robustos. En realidad, sería meúrsidos, que por otro lado aparecen en jor decir que nosotros somos estrechos mana en el tiempo. gran abundancia en la propia Sima, la y menos musculosos, porque el bioLA COLECCIÓN. El conjunto más immayoría por encima del nivel de los fó- tipo moderno parece ser una caracportante de fósiles de esta nueva eta- siles humanos. Eso quiere decir que en terística que apareció en la evolución pa es el de la Sima de los Huesos, en ningún caso fue utilizada esa parte con el Homo sapiens. la Cueva Mayor de la Sierra de Ata- de la cueva como lugar de habitación La capacidad craneal no era mupuerca. Es un fabuloso yacimiento humana. Nunca fue, pues, una boca de cho más baja que la actual. Algunos in-
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LOS CADÁVERES DE LA SIMA DE LOS HUESOS DEBIERON SER ARROJADOS POR OTROS HUMANOS EN LO QUE PODRÍA HABER SIDO UN COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO COLECTIVO
HOMO ANTECESSOR. Reconstrucción
para la exposición “Atapuerca y la evolución humana”, en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona (Foto: J. Trueba).
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EL TAMAÑO DEL CEREBRO. Un artículo reciente parece despejar esa duda. En el conjunto de los primates hay una relación muy estrecha entre el taEL HOMBRE DE maño del encéfalo y el de sus difeFLORES. rentes partes en los distintos tipos de Reconstrucción ideal del homínido monos. En otras palabras, en el grude 18.000 años po de primates al que pertenece cada que fue hallado especie, la única forma de aumentar recientemente en la isla de Flores, una parte del cerebro es que crezcan Indonesia. todas. Lo contrario también es cierto y eso tiene su importancia en relación con el Hombre de Flores, un homínido de presenta esos rasgos más marcados. Se punto del yacimiento. Si las dataciopequeño tamaño aparecido en una isla le atribuye una antigüedad de unos nes de los tres yacimientos menciode Indonesia, y que presenta una ca- 400.000 años. En Arago (Francia) se nados son correctas, habría que penpacidad craneal cercana a la de los han encontrado fósiles humanos de sar que la evolución hacia los neanchimpancés. Los restos son muy mo- aspecto más primitivo que los de la dertales no se produjo a la vez en todernos (18.000 años), pero con ese ta- Sima de los Huesos, pero que no son das las partes de Europa, sino que el maño de cerebro es difícil atribuirle mucho más antiguos que el fósil de proceso fue mucho más complejo. No unas capacidades cognitivas del tipo Swanscombe. Recientemente, se han es imposible, ni mucho menos, porde las nuestras. datado los fósiles de la Sima de los que las poblaciones de una misma esVolviendo a los fósiles de la Sima de Huesos en medio millón de años o pecie pueden estar más o menos aislos Huesos, los cráneos muestran al- más, que es la edad de un suelo es- ladas entre sí, con poco intercambio gunos rasgos que apuntan hacia los talagmítico que los recubre en un de individuos en unas épocas y ¸ neandertales, que serían sus descendientes. Hay par- EL HOMBRE DE FLORES, APARECIDO EN INDONESIA, PRESENTA te de un cráneo en UN CEREBRO DEL TAMAÑO DE LOS CHIMPACÉS. ELLO Inglaterra, el de HACE DIFÍCIL SUPONERLE NUESTRA CAPACIDAD COGNITIVA Swanscombe, que
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dividuos tenían cerebros similares al promedio de hoy, si bien otros estaban por debajo de los valores inferiores de los sujetos normales. Eso quiere decir que la media era inferior a la nuestra, y si se compara el tamaño del cerebro con el del cuerpo, la diferencia entre los humanos de la Sima y el Homo sapiens aún destaca más. Dicho en otros términos, nosotros tenemos bastantes más gramos de cerebro por kilo de carne (peso del cuerpo) que aquellos burgaleses antiguos. En principio, eso nos hace más inteligentes. Se podría pensar que su cerebro estaba organizado de otra manera y que tal vez fuera tan capaz de pensar como el moderno. La misma consideración valdría para homínidos con cerebros aún más pequeños –australopitecos, Homo habilis, Homo erectus, etc.–: acaso sus capacidades cognitivas no fueran tan distintas de las nuestras como el volumen cerebral parece apuntar. O, dicho de otro modo: ¿es el tamaño del cráneo la medida de la inteligencia?
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“arcaicos”, como el de Pinilla del Valle paleontóloga, (Madrid) y el de Bofotografiada en el momento de lomor (Valencia). extraer un trozo En esta última cuede fémur de un va se ha dado reherbívoro, en el yacimiento del cientemente a coCalvero de la nocer el hallazgo de Higuera. un magnífico parietal humano, que se suma a otros restos menos completos ya publicados. Puede que los restos de Valdegoba (Burgos) sean también de este momento. Respecto de los neandertales “clásicos”, el registro ibérico se amplía continuamente, lo que nos permite saber cada vez más cosas de esta fascinante especie y de su vida en nuestras tierras y ecosistemas. Hay restos neandertales en Asturias –destacando los del espléndido yacimiento de El Sidrón–, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Aragón y Portugal. Seguro que aparecerán más fósiles neandertales –y más comple¸ más flujo de genes en otras, pero un período cálido, interglacial, pare- tos– en el futuro, conforme se excatodavía falta mucho por conocer. cido climáticamente al actual, y antes ve en otros lugares. de éste otra glaciación. Los fósiles huPor poner un ejemplo, en la Cova ELLOS Y NOSOTROS. Nos quedan dos manos de la penúltima glaciación y los Negra de Xátiva (Valencia) se han enespecies europeas por tratar –ya lle- del período interglacial que la siguió contrado los fósiles de al menos siete vamos otras dos, H. antecessor y H. hei- son ya considerados neandertales, neandertales “clásicos”. Los restos no delbergensis, y aún pudo haber existi- aunque arcaicos. Eso quiere decir que son muy completos, pues seguramendo una anterior a todas–. Las que nos todavía no habían desarrollado todas te se perdieron muchos en las excavaciones antiguas. Es muy posible LOS NEANDERTALES ENTERRABAN A SUS MUERTOS Y HACÍAN que se tratara de enterramientos. FUEGO, DOS PAUTAS QUE LOS APROXIMABAN A NOSOTROS. Otra dato imporADEMÁS, SENTÍAN POR SUS NIÑOS MUCHO RESPETO Y CARIÑO tante es que cuatro de ellos eran niños. En efecto, los faltan son Homo neanderthalensis y las especializaciones que caracterizan neandertales enterraban a sus muertos Homo sapiens. La primera es anterior a los neandertales de la última gla- y hacían fuego, dos pautas de conducen el registro europeo a la segunda, ciación, los llamados “clásicos” –por- ta que los aproximaban a nosotros. pero eso no quiere decir que la úl- que son los más abundantes y conoci- Además, la mayoría de los individuos tima fuera descendiente de los nean- dos del registro, los primeros que se del registro mundial de los neanderdertales, como se pensaba hasta los encontraron históricamente y los más tales no son adultos, algo años cincuenta del siglo pasado. Por típicos en cuanto a su morfología. que nos hace pensar que el contrario, mientras los neandertaHay algunos yacimientos españoles sentían por sus niños mules evolucionaban en Europa desde que han proporcionado neandertales cho respeto y cariño; de poblaciones como la de la Sima de los nuevo un comportaPOBLADOR IBÉRICO. Huesos, la humanidad actual lo hacía miento que los “humaReconstrucción en África a partir de unos humanos niza” a nuestros ojos. Yes virtual de una muy similares en casi todo al Homo que están ya muy lemandíbula de neandertal, a partir heidelbergensis –tanto que hay autores jos los tiempos en los de los restos que los incluyen en la misma especie. que los neandertales, aparecidos en El Antes de la última glaciación hubo a pesar de que su ceSidrón.
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PINILLA DEL VALLE. Una
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rebro tenía tanto vo- ARTE RUPESTRE. Bisonte de la lumen como el nuesCueva de tro, eran vistos por Altamira. España sólo los paleoantropólocompite con gos como criaturas Francia en la estúpidas, simiescas, calidad y amplitud de su brutales –que todos arte estos adjetivos se les paleolítico. aplicaban y otros peores–, por debajo del hombre no sólo en capacidades mentales, sino también moralmente inferiores –caray, en que estarían pensando los que lo decían.
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LLEGAN LOS CROMAÑONES. La extinción de los neandertales se produjo después de que llegaran los “cromañones”, o sea, nuestros antepasados. De esto hace 35.000 o tal vez 40.000 años. Los últimos neandertales desaparecieron hace algo menos de 30.000 años, o sea que compartieron el suelo europeo algunos miles de años. Eso no quiere decir que en todas partes vivieran juntos todo ese tiempo; más bien parece que primero fueron sus- que los neandertales se hicieron más fue una fusión de poblaciones para dar tituidos los neandertales en el norte bajos. Los cromañones, como ya se lugar a una población mixta, medio y centro de Europa, y más tarde, en ha dicho, eran más altos y más estre- neandertal medio “cromañona”. el sur. El citado yacimiento de Cova chos. El cráneo también era distinto; Una vez desaparecidos los neanderNegra también muestra que la pobla- el de los neandertales, de arquitec- tales en Europa, ya no vive más especión neandertal nunca fue muy grande tura general primitiva, si bien con una cie que la nuestra. Quedaba eso sí muen esa región del Mediterráneo, y qui- gran capacidad endocraneal y buen nú- cha prehistoria por delante, con la eclozás tampoco en las otras. La aparición mero de especializaciones. Hasta por sión del maravilloso arte paleolítico, de una especie competidora coincidió con el detePUEDE QUE NEANDERTALES Y CROMAÑONES TUVIERAN rioro ecológico que RELACIONES SEXUALES Y DESCENDENCIA, PERO NO HUBO se produjo al reUNA FUSIÓN QUE DIERA LUGAR A UNA POBLACIÓN MIXTA crudecerse el clima por esa época. Podemos imaginar que, lentamente, los grupos neander- las falanges de las manos puede dis- que tanto engrandece el patrimonio tales se irían aislando y reduciendo has- tinguirse un neandertal de un croma- cultural de nuestro país –sólo competa su completa desaparición. ñón, mientras que no hay forma de sa- timos con Francia en ese terreno. Cabe plantearse qué habría pasado ber la procedencia geográfica de una Mas todavía queda algo en el tinsi no hubieran entrado los cromaño- persona actual por su esqueleto. En tero. En las breves líneas de este nes, y cómo habrían resistido los fríos otras palabras, desde el punto de vista artículo se ha cometido una gran inextremos que llegaron después, pero anatómico, los neandertales eran mu- justicia. No se han citado los nomeso no deja de ser una especulación. cho más que una “raza” o subespecie bres de tantos y tan esforzados inEs también necesario abordar la ine- de Homo sapiens. Eso es suficiente en vestigadores, los grandes protagovitable pregunta de si hubo o no mez- paleontología para considerarlos una nistas de los descubrimientos de cla de sangre entre neandertales y cro- especie diferente de la actual. Con ayer y de hoy. Valga como razón –junmañones, y si eran o no dos especies todo, es posible que fueran compati- to con mis excusas– que son muchos genéticamente aisladas. La morfo- bles genéticamente, e incluso que en y de varias generaciones, porque ésta logía nos muestra que los neanderta- alguna ocasión se produjeran inter- es ciencia de honda raigambre nales tenían un cuerpo semejante al de cambios sexuales con descendencia, cional y bien ganado prestigio insus antepasados, es decir, ancho, aun- pero lo que no hubo en ningún caso ternacional. I
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VI E JAS Y N U E VAS RE S I S TE N C I AS
EVOLUCIÓN LA PUBLICACIÓN DE EL ORIGEN DE LAS ESPECIES CONMOCIONÓ LOS PILARES DE LA FE.
PEDRO TOMÉ RECUERDA LA POLÉMICA QUE ORIGINARON LOS
DESCUBRIMIENTOS DE DARWIN DURANTE SU VIAJE EN EL BEAGLE Y ANALIZA LAS TEORÍAS CREACIONISTAS QUE, EN LA ACTUALIDAD, SIGUEN
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CUESTIONANDO LOS AVANCES DE LA CIENCIA veces, la presentación de una obra puede generar más polémica que la obra misma. Sobre todo, si uno se conforma con el preludio y no sigue adelante. Tal ocurrió con no pocas personas cuando comenzaron a leer las palabras con las que Charles Robert Darwin abrió en 1859 su conocida obra Elorigen de las especies. En el prólogo de esta obra, cuyo exacto título es El origen de las especies por medio de la selección naturalo la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida, escribió Darwin que “al considerar el origen de las especies es completamente lógico que un naturalista, reflexionando sobre las afinidades mutuas de los seres orgánicos, sobre sus relaciones embriológicas y otros hechos semejantes, pueda llegar a la conclusión de que las especies no han sido creadas independientemente, sino que han descendido, como variedades, de otras especies”. Y, a partir de ahí, el escándalo que Darwin lamentara, cuando aseguró: “Grande es
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el poder de la tergiversación”. Porque, de hecho, por mucho que se le caricaturizara dibujándolo con cuerpo simiesco, lo cierto es que Darwin nunca dijo que el hombre descendiera del mono. Es más, en la primera edición de Elorigen de las especies ni tan siquiera nombra el concepto de evolución
CHARLES DARWIN. Con El origen de las
especies revolucionó todos los supuestos sobre la cronología humana.
porque, científico al fin, quería ser preciso y prefirió hablar de “descendencia con modificación”. Yasí lo hizo porque, siguiendo por cierto los escritos de su abuelo, pretendió explicar por qué la misma especie no producía ejemplares idénticos en continentes diferentes. Es decir, por qué las aves que observó en las islas Galápagos durante su famoso viaje en el Beagle no eran idénticas a las continentales de la misma especie o por qué los fósiles patagónicos no eran como los organismos actuales que, en teoría, eran de la misma especie. O sea, por qué se habían producido variaciones como resultado de adaptaciones diferentes. Claro está que explorar alternativas a las ideas dominantes suele escocer a quien las detenta. Defender, como Darwin hizo, la variabilidad de los seres vivos como consecuencia de la adaptación implica desechar la posibilidad de que todo cuanto existe haya sido creado de antemano con el propósito de existir como lo conocemos ya que, si tienen que adaptarse continuamente, es porque su diseño no es óptimo. Pero sugerir que existen fallos de diseño –design ¸
PEDRO TOMÉ ANTROPÓLOGO, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
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DOSSIER CERTERA INTUICIÓN. Esta dibujo del siglo XIX aventura una línea evolutiva muy similar a la que ha ido confirmando la ciencia.
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allende los círculos científicos hizo que la evolución derivada de las teorías darwinianas no tuviera que superar sólo a la reacción teísta, sino también un conjunto de propuestas que la ciencia había logrado articular durante el siglo precedente. Si bien hoy, algunas de éstas pueden ser consideradas ridículas o irrisorias, lo cierto es que en la época de Darwin permitían dar respuesta a preguntas ante las que la teoría evolutiva debía guardar silencio. Por ejemplo, el catastrofismo de Cuvier permitía calcular la edad de la Tierra en 6.000 años. Las teorías evolutivas, sin embargo, no podían dar ni tan siquiera de manera aproximada una fecha. A lo más que llegaban era a sugerir que la Tierra tenía millones de años. Algunas concepciones filosóficas también proporcionaron argumentos contra la racionalidad de las ideas darwinianas, al quebrar definitivamente el tomismo aristotélico. Si, como afirmaba el viajero del Beagle, se eliminaba la posibilidad del diseño, la concepción teleológica de la naturaleza, según la cual todo en ella persigue un fin, no tenía ningún sentido: si no hay un objetivo predeterminado en la evolución, provenga éste de la voluntad divina o lo haga de unas leyes necesarias del universo, entonces aquella estará guiada por una suerte azar ciego que repugna a la razón. Aun así, la primera mitad del siglo XIX fue pródiga en descubrimientos arqueológicos y etnográficos que cuestionaban la literalidad del Génesis. Es más, cuando Darwin colmó el vaso, la mayor parte de los intelectuales europeos ya no albergaba dudas acerca de que los europeos habían sido, antes que civilizados, primitivos. Yesta idea, que tan evidente parece hoy, cuestionaba de raíz la cronología bíblica y, por tanto, la posibilidad de mantener la cientificidad del libro sagrado. Porque, ¿cómo mantener el axioma que establecía que la antigüedad del hombre no excedía de seis milenios, si los numerosos útiles hallados por los arqueólogos confirmaban que los seres humanos habían convivido con algunas
HASTA EL SIGLO XVIII, LOS FÓSILES ERAN “ESPECIES QUE LLEGARON TARDE AL ARCA DE NOÉ”. EL XIX FUE PRÓDIGO EN DESCUBRIMIENTOS QUE CUESTIONARON EL GÉNESIS
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¸ dicen los angloparlantes, ¡oh, prodigios del lenguaje!– es atacar el designio, esto es, el design, como dicen los mismos de antes.
gestándose ya en las décadas previas a la aparición de las primeras obras de Darwin. Cierto que el hallazgo de fósiles de especies extintas podía explicarse acudiendo al simple arguDIOS, DISEÑADOR. ¿Dónde queda, si mento de que eran especies que no falla el diseño-designio, la divina pro- habían podido llegar a tiempo al arca videncia que había delineado la ar- de Noé. Pero aun así, los geólogos, ya monía de la que la teología natural lle- desde finales del siglo XVIII, se trovaba siglos hablando? En suma, el pro- pezaban cada vez con más evidencias blema que Darwin suscitó no era tan- de que la cronología bíblica hacía to el del origen de las especies como aguas, y no precisamente diluvianas. el de los atributos que se podían pre- Cuando Lyell publicó en 1830 sus dicar de Dios, el Diseñador. No en Principios de geología, que Darwin llevano, la aparición en 1871 de Elorigen varía en su viaje austral, dicha cronodelhombre suscitó logía se hizo inla virulenta reacsostenible. Y ello ción del teólogo por más que el protestante barón de Cuvier Charles Hodge, formulara una quien en un teoría según la opúsculo titulado cual la estratigra¿Quées eldarwinisfía gradualista demo? acusó a Darfendida por los win de formular geólogos era una una teoría atea, hipótesis innecepues negar el disaria, si se consiseño natural era deraba que la tienegar en realidad rra había pasado a Dios mismo. Y por una serie de ello en un contexcatástrofes suceto en el que se sivas, como el diresquebrajaba la luvio. Más comconvicción de plicado, no obsque la ciencia tetante, era defennía que explicar JERARQUÍA RACIAL. El blanco preside der la idea de las esta arbitraria clasificación que las leyes que decimonónica de las razas humanas. creaciones sucerigen el universo sivas porque deshabían sido dictadas por una infali- lizaba subrepticiamente la posibilidad ble divinidad tan incontestable en de que la imperfección de la creación su acción primera que no precisaba de contaminara al creador. ulteriores intervenciones. Hete aquí, por tanto, que las bases mismas del RECURSO A LINNEO. Por otra parte, el hoy llamado diseño inteligente son catastrofismo de Cuvier se unió al fitan antiguas como la teodicea: la idea jismo que procedía de la obra que esde que la perfecta maquinaria del uni- cribiera Linneo en el siglo XVIII. Éste verso habría sido pensada por una in- había puesto de manifiesto que la toteligencia incuestionable, no es más talidad de la naturaleza, que su coque revestir de supuesta modernidad nocido sistema describe, era fija e inmutable, por lo que no existiría ninel clásico creacionismo. En cualquier caso, las reticencias guna incompatibilidad entre ciencia y contra la idea de la evolución venían creación. La extensión de estas teorías
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ARSUAGA, J. L., La saga humana, Madrid, Edaf, 2006. ARSUAGA, J. L., y MARTÍNEZ, I., La especie elegida. La larga marcha de la evolución humana, Madrid, Temas de Hoy, 2006. BERMÚDEZ DE CASTRO, J. M., y ANTÓN, M., El chico de la Gran Dolina. En los orígenes de lo humano, Barcelona, Crítica, 2006. DARWIN, C., El origen de las especies, Madrid, Alba Libros, 2005. DE WAAL, F., El mono que llevamos dentro, Madrid, Tusquets Editores, 2005. VV. AA., Atapuerca y la evolución humana, Museo Arqueológico Nacional, Madrid, 2005. www.atapuerca.com
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CADA VEZ MÁS ERGUIDOS. De de las especies extinestéticos, biológicos izquierda a derecha: guidas en el Pleistocey teológicos, entre Proconsul, Ramapithecus, no? La evidente resaquellos que querían Australopithecus afarensis, Australopithecus africanus, puesta a esta cuestión salvar a toda costa la Homo habilis, Homo erectus, deslizaba los argumenvalidez del relato bíHomo sapiens, hombre tos hacia una posición, blico. Y aunque ora se moderno. a su vez, difícilmente vindicaba el misterio refutable: si todos los seres humanos frente a la civilización, ora se aludía habían sido alguna vez primitivos, a la imposibilidad de que la belleza de como se deducía de los artefactos en- la naturaleza no fuera divina, la discontrados, habría que colegir que la in- cusión latente entre monogenismo y teligencia humana había sufrido trans- poligenismo, es decir, si la humanidad formaciones profundas a lo largo del toda procede de unos mismos padres, tiempo. Pero esto implicaba admitir Adán y Eva, por ejemplo, o tiene oríque la creación había sido mejorada, genes variados, no era tan inocente lo que equivale a decir que no había como algunos sugería debido a unas sido perfecta y, por tanto, que el ha- implicaciones políticas y sociales que cedor no lo era. aún perduran. Esto es, la controversia, No faltó quien, ante tales prue- en la que la obra de Darwin a su pebas, argumentara que, en realidad, las sar se enmarca, tenía su miga porcivilizaciones egipcia y mesopotá- que, en parte, pudo ser utilizada por mica habían sido no un punto de par- unos y otros como argumento decitida, sino una cima desde la que los sorio en lo tocante a la licitud o no seres humanos habían degenerado. de la esclavitud o de ciertos modos de Es decir, parte del combate contra entender la estratificación social. la evolución tuvo a la involución, que Después de la obra de Darwin era fáno deja de ser sino una evolución re- cil argumentar desde él, pero contra él, gresiva, como argumento fundamen- que las distintas razas humanas eran retal. La convicción de que los hombres sultado de evoluciones paralelas. Así, habrían caído hasta el nefasto esta- frente a la creencia de Darwin de que do en que hoy se encuentran desde era la selección sexual y no la natural la una edénica vida, se reforzaba acu- que provocaba las diferencias raciadiendo a obras de clásicos como He- les, el argumento racista vendría a susiodo quien, en el siglo VIII a.C., ya gerir que las razas humanas se habrían había planteado que la “edad de oro” comenzado a distanciar entre sí antes en que inicialmente vivieron los hom- incluso que el género Homo se alejabres había dejado paso a una de hie- ra de otros primates, de donde podría rro, con los intermedios de una edad deducirse que, en realidad, cada raza de plata y una tercera de bronce. era una especie diferente. Este absurdo poligenismo, todavía defendiDISCUSIONES INTERESADAS. Las teodo por algunos bien entrada la segunrías degeneracionistas, con variadas da mitad del siglo XX, de vez en cuanformas, como las catastrofistas, rápi- do halla ecos en la prensa norteamedamente se extendieron entremez- ricana más conservadora, que se planclando argumentos políticos, sociales, tea reiteradamente si los paulatinos
descubrimientos de antecesores del Homo sapiens son humanos u otras especies. Frente a él, los defensores del monogenismo no sólo consideraban la existencia de una unidad psicológica del ser humano sino que, además, desde Darwin veían fortalecidas sus teorías: “El origen del hombre” confirmaría que los seres humanos tenemos un único antepasado aunque éste no se llame, como indicaba la Biblia, Adán. Más allá de la discusión que años después se abriría sobre el mal llamado “darwinismo social”, la obra de Darwin retomaba la discusión sociopolítica acerca de si el género humano podía progresar, ilustrada idea que los contrarrevolucionarios continentales combatían desde la conclusión de la Revolución Francesa. La posibilidad de confundir la evolución biológica con la cultura y la historia con la biología –en la que el antepasado común podía fusionarse con la idea de la nación o patria común– sirvió para potenciar diferentes modelos racistas de pensamiento. En este contexto, la expansión de las ideas de Darwin tuvo que superar una clara resistencia política que utilizaba confusamente algunas de las bases de su propio pensamiento. Más aún, cuando andando el tiempo sus enemigos lo identificaran con una suerte de marxismo biológico. No extraña pues que, finalizando el siglo XX, la reaganiana organización Centro por la Ciencia y la Cultura abogara por mantener a toda costa que la naturaleza y los seres humanos son producto de la mano de Dios, como único medio para derrotar lo que considera pérfido y vulgar materialismo científico. I