Guión literario escenas 1 y 4 de Harry Potter y la Piedra Filosofal

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Ejemplo de guión literario cinematográfico a una columna

Un guión literario es un texto en el que se expone con detalle el contenido de una película. En él, el guionista especifica las acciones de los personajes, sus diálogos, acontecimientos, descripciones del entorno y acotaciones breves para la interpretación de los actores. En un guión literario no se especifican los pormenores de la producción ni el trabajo de cámara. PELÍCULA "HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL"

ESCENA 1: CARRETERA. EXTERIOR CASA. Nos encontramos en la carretera principal de una selecta urbanización llamada Privet Drive. Es de noche y la calle iluminada por las farolas está vacía a excepción de una solitaria lechaza y de un anciano de larga barba blanca y gafas vestido de forma extravagante. El anciano anónimo extrae de su bolsillo un extraño utensilio que levanta en alto, y al accionarlo, una de las farolas se apaga al desaparecer la ‘’bola de luz’’ en el interior de este. Repite el movimiento con todos los puntos de luz cercanos hasta dejar en la oscuridad un tramo de la calle. Un gato maulla y el anciano se gira hacia él. DUMBLEDORE - Debí imaginar que estaría aquí, profesora McGonagall. Progresivamente, el gato se convierte en una mujer de mediana edad vestida de una forma similar al anciano. MCGONAGALL (Acercándose) - Buenas noches Profesor Dumbledore. ¿Son ciertos los rumores, Albus? DUMBLEDORE (Caminando juntos) - Eso me temo, profesora. El bueno y el malo. MCGONAGALL - ¿Y el chico?


DUMBLEDORE - Hagrid lo traerá. MCGONAGALL - ¿Crees sensato confiar a Hagrid algo tan importante como esto? DUMBLEDORE - Ah, profesora, confiaría a Hagrid hasta mi vida. Se oye el sonido de una moto a lo lejos que se acerca a gran velocidad por el aire. Un hombre de tamaño muy superior a la media con una espesa barba y cabellera conduce va montado sobre ella. El ciclomotor desciende hasta tocar el suelo donde frena de modo abrupto para quedar delante de DUMBLEDORE y MCGONAGALL. HAGRID (Apagando el ciclomotor y apeándose) - Profesor Dumbledore. Profesora McGonagall. DUMBLEDORE (Quietos en medio de la calzada) - Sin problemas, supongo. ¿No, Hagrid? HAGRID (Deja ver que lleva un bebe en un gurruño de mantas pegado a su cuerpo debajo de su amplia chaqueta) - No, señor. El cachorrito se durmió mientras sobrevolábamos Bristol. Intenté no despertarlo. Aquí tiene. HAGRID tiene el bebe hacia el Profesor DUMBLEDORE quien lo coge en brazos y se da la vuelta alejándose con él hasta la puerta de uno de los chales situados a ambos lados de la calle, seguido por la profesora MCGONAGALL. MCGONAGALL - Albus, ¿Cree qué se encontrará a salvo dejándolo con esta gente? Les he estado observando todo el día, son los peores muggles que se pueda imaginar. Un desastre. DUMBLEDORE - La única familia que le queda. MCGONAGALL


- Este chico será famoso. No habrá ningún niño en nuestro mundo que no conozca su nombre. DUMBLEDORE (Deteniéndose en la puerta de entrada) - Exacto. Y es mejor que crezca al margen de todo eso. Hasta que esté listo. DUMBLEDORE deposita al bebe sobre el rellano exterior de la puerta. HAGRID se nota afectado y DUMBLEDORE se incorpora y se gira para quedar de cara al hombre grande. DUMBLEDORE - Tranquilo, Hagrid. No es un adiós para siempre, a fin de cuentas.

DUMBLEDORE y MCGONAGALL se giran hacia el bebé que está dormido sobre el suelo. DUMBLEDORE se inclina y deja, con delicadeza, una carta sobre las mantas que lo cubren. DUMBLEDORE - Buena suerte, Harry Potter.

ESCENA 4: TORMENTA. CASA ABANDONADA. La familia Dursley se ha trasladado a una casa en malas condiciones alejada de la civilización. VERNON y PETUNIA duermen en una cama en el segundo piso, DUDLEY duerme en el sofá y HARRY en el suelo al lado de su primo. Harry está dibujando una tarta de cumpleaños en el polvo del piso. El reloj de muñeca de DUDLEY da las doce de la noche. HARRY (Soplando el polvo sobre el que dibujó las velas de la tarta) - Pide un deseo, Harry. De repente, la puerta de entrada empieza a sacudirse debido a que un intruso trata de entrar sin permiso en la chabola. El ruido despierta a los Dursley. DUDLEY salta del sofá y se esconde en la otra punta de la habitación, VERNON baja las escaleras seguido de PETUNIA con un rifle en la mano con el que apunta a la puerta, y HARRY se esconde tras un recodo de la sala.


VERNON (Deteniéndose en las escaleras) - ¿Quién anda ahí? La puerta se cae fuera de sus goznes hacia y por el hueco de la puerta entra HAGRID. HAGRID (Guardándose un paraguas rosa en el abrigo) - Perdonen la intrusión. Se agacha, recoge la puerta y la vuelve a colocar sobre sus goznes VERNON - Oiga, váyase inmediatamente, esto es allanamiento de morada HAGRID (Acercándose a VERNON y PETUNIA) - Cállate, Dursley. Necio majadero. HAGRID aferra con la mano el cañón del rifle y lo dobla de forma que cuando VERNON apreta el gatillo el disparo perfora el techo de madera, provocando los gritos de los Dursley. HAGRID (Dirigiéndose a DUDLEY) - No te veía desde que eras un bebé, Harry. Pero, estás más crecidito, sobre todo por el medio. DUDLEY - Yo… Yo, no soy Harry HARRY (Dejándose ver) - Soy yo. HAGRID (Girándose hacia HARRY) - Pues claro que eres tú. Tengo un regalo para ti. He tenido que venir sentado sobre él pero me imagino que sabrá igual de bien. HARRY (Alarga la mano para coger el paquete que HAGRID le ofrece y lo abre para


encontrarse con una tarta mal decorada en su interior) - Gracias. HAGRID - No todos los días cumple uno once años. Se sienta en el sofá, saca de nuevo el paraguas rosa y lo sacude apuntando hacia la chimenea donde de la nada surge un fuego. Esto asombra a HARRY pero enfada a VERNON y PETUNIA. HARRY deja la tarta sobre el sofá y se acerca al extraño. HARRY - Disculpe, pero… ¿quién es usted? HAGRID - Ruebus Hagrid, guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts. Ya lo sabrás todo sobre Hogwarts, supongo. HARRY - Lo siento. No. HAGRID - ¿No? Diantres, Harry, ¿no sabes dónde aprendieron todo tus padres? HARRY - ¿Aprender el qué? HAGRID - Eres un mago Harry. HARRY - ¿Que soy qué? HAGRID - Un mago, y uno de los buenos sin duda, en cuanto practiques un poco. HARRY - No, ha cometido un error. Yo… yo no puedo ser un… un mago. Yo solo… soy Harry. Harry a secas. HAGRID - Y dime, Harry A Secas, ¿has hecho alguna vez algo que no puedas explicar estando enfadado o asustado?


HAGRID se levanta y le entrega una carta a HARRY. Este la abre y la lee en alto. HARRY - Estimado señor Potter, nos complace informarle de que ha sido admitido en el colegio Hogwarts de mágia. VERNON (Acercándose corriendo a HARRY y encarándose con HAGRID) - Pues no irá porque lo digo yo. Al adoptarlo juramos que acabaríamos con esta tontería. HARRY - ¿Lo sabíais? ¿Lo sabíais y nunca me lo habéis contado? PETUNIA - Por supuesto, como no ibas a serlo siendo mi… hermana la perfecta quién era. Mis padres se sintieron tan orgullosos el día que recibió esa carta. Teníamos una bruja en la familia, que maravilla. Yo era la única que la veía como era, un monstruo. Conoció a ese Potter y te tuvieron a ti, y yo sabía que tú serías igual, tan extraño, tan anormal. Y por si fuera poco ella murió en aquella explosión y tuvimos que quedarnos contigo. HARRY - ¿Explosión? Me dijisteis que había muerto en un accidente de coche. DUDLEY coge la caja con el pastel que HAGRID había traído y se retira a comerlo a una esquina de la habitación mientras los demás discuten. HAGRID - ¿Accidente de coche? ¿Cómo iban a morir así Lily y James Potter? PETUNIA - Algo teníamos que decir. HAGRID - Esto es un ultraje. Un escándalo. VERNON - No, no va a ir. HAGRID - Así que un insignificantes muggle como tú va a impedírselo, ¿verdad?


HARRY - ¿Muggle? HAGRID – Gente no mágica. Este chico está inscrito allí desde que nació. Va a estudiar en la más exquisita escuela de magia del mundo y estará con el más exquisito director que Hogwarts ha visto jamás: Albus Dumbledore. VERNON – No voy a pagar para que un viejo chiflado le enseñe trucos de magia. HAGRID - Jamás insulte a Albus Dumbledore en mi presencia. HAGRID descubre a DUDLEY comiendo la tarta, sacude el paraguas en su dirección y a este le crece una cola de cerdo de sus cuartos traseros. VERNON y PETUNIA se asustan y corren detrás del chico intentando quitársela. Mientras HARRY se ríe de la situación junto con HAGRID. HAGRID (A HARRY) – Oye, te agradecería que no mencionaras esto en Hogwarts, ahora no estoy autorizado para hacer nada. HARRY – Vale. HAGRID – Se nos hace tarde, marchémonos. A no ser que prefieras quedarte, claro. HAGRID vuelve a desencajar la puerta y sale por el hueco que deja hacia el exterior. HARRY se lo piensa un instante y lo sigue.


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