La función educativa de la familia

La Función Educativa de la Familia

Ideas tomadas del libro: “Ayudar a crecer. Cuestiones de Filosofía de la Educación” de Leonardo Polo

Los fines del Matrimonio: • Ordenación al bien de los conyugues: “el amor entre los esposos”.

• Ordenación a la generación y educación de los hijos.

Lo mรกs importante del matrimonio es dar lugar a una persona, porque lo mรกs nuclear en el hombre es ser persona.

El fruto del matrimonio es un persona nueva, y la persona nueva es justamente el hijo.

Por eso, los padres se subordinan al hijo puesto que estรกn finalizados por el hijo en cuanto persona.

El hombre puede ser padre sรณlo con la colaboraciรณn de Dios.

El alma la dimensiรณn espiritual del hombre, es creada por Dios. Los padres ponen su concurso que se refiere sobre todo a la parte somรกtica.

Tras la intervención divina, que es primaria. El padre y la madre se encuentran en el hijo, por el hijo es de los dos.

El matrimonio tiene como fin al hijo, porque en él culmina, el sentido unitivo del amor de los padres.

Los padres reconocen su mutuo y propio amor en el hijo; el hijo es obra común: “El hijo es fruto del amor”.

El carácter unitivo de los esposos, el querer como fruto al hijo, hace que el hijo se parezca al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo por ser la tercera persona, es el don, el fruto de la donación del Padre y de la aceptación del Hijo

Dado que el hijo es fruto de los padres: ¿puede desunir a los padres?

Cuando los padres muestran un excesivo amor a su hijo dejando de lado al conyugue.

Si esto se produce, la función educativa (proyecto común de los esposos) no se podría llevar a cabo.

¿Se educa mejor?

Cuando el amor al hijo es una prolongación del amor entre los esposos.

ATENTADOS CONTRA LA EDUCACIÓN FAMILIAR.

La poligamia da lugar a un déficit o a una dificultad educativa, puesto que no permite establecer estrictamente relaciones fraternales.

En el divorcio, el niño experimenta el déficit educativo de una manera distinta, en forma de tristeza. La separación de los conyugues produce “traumas” en los hijos.

La educación en la familia es fundamentalmente una educación en la normalidad afectiva. Lo primero que se debe educar son los afectos, los sentimientos. Los afectos se educan sobre todo en la niñez, hasta los diez u once años.

El equilibrio afectivo es un requisito indispensable para que se despliegue el espíritu, las grandes facultades espirituales: la inteligencia y la voluntad.

“No riñáis delante de vuestros hijos” (san Josemaría Escrivá de Balaguer).

La inestabilidad de los padres afecta a los hijos.

Los padres no deben mantener la vida familiar de una manera estropeada.

“Un padre o una madre mal educador no pueden ser buenos educadores”.

Clasificaciรณn de la afectividad Los afectos humanos no son todos ellos puramente sensuales o sensitivos (apetito concupiscible e irascible propio de los clรกsicos), son: - Emociones.

- Pasiones.

- Sentimientos.

La educaciรณn de los afecto o sentimientos tiene, por tanto, el sentido de preparar para la educaciรณn de las virtudes.

Frente a las riñas que es un déficit de racionalidad, conviene dialogar porque las riñas proceden de un problema de incompatibilidad de caracteres, de una manera distinta de ver las cosas, lo cual provoca disputas o desacuerdos.

Otras veces la desavenencias son también consecuencia de la misma convivencia, de faltas de una buena educación, en el sentido de cortesía.

La mejor educaciรณn familiar es la educaciรณn conjunta.

Como educadores ni el padre ni la madre son suficientes por separado.

Una mujer no educa lo mismo a un hijo que un hombre y, por lo tanto, tienen que complementarse; tienen que colaborar mutuamente.

La familia exige hogar. Es importante la casa.

La familia implica la casa.

Cuando esta falta, cuando el hombre no tiene casa y va de un lugar a otro, nunca estรก en algo que pueda reconocer como suyo de propio, como su ambiente.

La estabilidad de la casa no asegura la estabilidad del matrimonio, pero sin hogar la estabilidad del matrimonio se ve afectada.

El clan es el antecedente de la familia, llamada también “familia grande”.

El clan es una organización estable basada en vínculos de sangre, donde todos los miembros incurren en la educación.

A la familia actual se le suele llamar la pequeña familia.

El clan como institución quedó eliminada para evitar el incesto. El incesto es un tipo de relación antihigiénica, por decirlo de alguna manera.

La polis es una reuniรณn de grandes familiar humanas donde la mujer o el marido se busca fuera del clan

La propio de la polis es la articulaciรณn del trabajo. Trabajar, imponer la impronta humana, es la civilizaciรณn.

El valor pedagรณgico del juego estriba en que vincula los afectos a la actividad.

Si el hombre tiene un sentido del juego más desarrollado que el de la mujer es porque el juego tiene entre sus componentes un factor muy importante que es el reto.

“El que juega ensaya sus fuerzas en competición”.

El segundo componente del juego es que obedece a reglas.

El juego puede parecer una actividad simplemente divertida, pero un juego sin reglas es imposible.

Otro elemento del juego es el ensayo de respuesta.

“El juego educa la afectividad siempre y cuando se juegue bien, porque mediante el juego se aprende a ganar y a perder�.

Conviene respetar las inclinaciones de los niños. De manera que si el padre es abogado, y ha triunfado en su profesión, no por eso el niño tiene que ser abogado.

“Los hijos no son para los padres, sino los padres para los hijos. Se ha de evitar el paternalismo posesivo, que es contrario a la actividad de educar en la libertad”.

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“La función principal del juego es educar el apetito irascible: enseñar a ganar y enseñar a perder”.

Se debe educar al hombre para la serenidad afectiva.

“La madre es un lugar de acogida, un lugar seguro y, además, próximo... La madre protege directamente acogiendo en su regazo”.

“El regazo tiene asimismo el sentido de consuelo, “el ser consolado”.

El ser humano, el hombre y mujer, necesita consuelo, verse refugiado en una situación favorable que aleje los peligros de cualquier clase”.

“El niño se refugia en el regazo materno, pero también en los brazo del padre, que igualmente son acogedores”.