Sanar el alma, curar el cuerpo by Arocreativo

SALUD

Sanar el Alma Curar el Cuerpo Cﾃｳmo sobrevivir al Cﾃ｡ncer ﾃ］gel Eduardo Garcﾃｭa Montero Medicina de la Conciencia

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Sanar el Alma Curar el Cuerpo Cﾃｳmo sobrevivir al Cﾃ｡ncer

ﾃ］gel Eduardo Garcﾃｭa Montero Medicina de la Conciencia

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EDICIONES Periodismo que integra Presidente Oswaldo García Vicepresidenta Aída Gómez Gerentes Innovación y Desarrollo: Maribel Olivares Redacción e Información: Zuly Jiménez Administración y Mercadeo: Verónica Acosta Talento Humano: Elyuz Jaime Sistemas y Tecnología: Enis Flores Producción: Fabio Ciuffa Gestión y Planificación: Ceymar Jiménez

Sanar el Alma Curar el Cuerpo

Cómo sobrevivir al Cáncer Coordinación editorial Innovación y Desarrollo de Editorial Nuevo Día Textos: Textos del autor Ángel Eduardo García Montero Corrección de estilo Gilmer Contín

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Agradecimientos:

ay muchísimas personas a las que tendría que agradecerle su apoyo en este esfuerzo, son muchas las almas cooperantes, especialmente las personas enfermas que asisten a nuestra

consulta y/o actividades en busca de una salida distinta a la conocida, en muchos casos en estado de desesperación, buscan esperanza, y algunas la consiguen, hacia ellas mi respeto y admiración. En lo que respecta a este libro en particular, debo un especial agradecimiento a Laura Aponte, mi pequeño saltamontes, como le dicen amigos cercanos que conocen de su pasión por este trabajo y por su apoyo incondicional. Sus esfuerzos en transcribir, muchas veces sin que yo se lo pida, programas de tv y conferencias, han sido de gran apoyo en este trabajo. También quiero agradecerle a mi Maestro en PNL Profesor Pedro Henríquez con el que he aprendido tanto o más Programación Neuro-Lingüística que con Richard Bandler Y Robert Dilts, sus sabias sugerencias en ortografía y redacción en este libro fueron fundamentales, Pedro es mi crítico más objetivo. A Makarena Urbina también por su apoyo en materia de redacción y en acompañamiento en estos últimos tiempos de este

Diseño y diagramación Abner Romero

camino.

Ilustraciones Rafael Simón Urbina, cortesía

da e ilustraciones.

Entrevista Elier Galicia Impresión rotativa Editorial Nuevo Día Impresión plana Editorial Letra Viva Sedes Coro: Calle Falcón, diagonal a CANTV· Telefax: (0268) 2530821 (Atención al público) (0268) 2525445 (Administración) (0268) 2530493 (Publicidad y Mercadeo) (0268) 2527992 (Dirección de Información) Punto Fijo: Urbanización Santa Irene, calle Mariño entre Av. Jacinto Lara y Jofre Paúl Jatem (Dirección Fiscal) Telefax: (0269) 2469385 / 2466955 Dirección de los talleres Zona Industrial de Sabana Larga, Centro de Producción de Nuevo Día, vía a Butare, municipio Colina Dirección electrónica: innovación@nuevodia.com.ve Falcón, mayo 2014

A Rafael Simón Urbina por su apoyo al concepto de la portaAl ingeniero Oswaldo García por la idea de hacer esta publicación en la Editorial Nuevo Día, a él inﬁnitas gracias. Por supuesto agradezco a la divinidad por tejer de manera elegante la sincronía de las circunstancias para que estas ideas emergentes vean su Luz. Y ﬁnalmente a mi familia, mis hijos Addis Patricia, Ángela Patricia, Victoria de los Ángeles, Sebastián Eduardo y mi esposa Eukares, por su comprensión amorosa.

“Dedico este libro a todos los seres que han expandido su consciencia a través del sufrimiento”. Ángel Eduardo García

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Contenido Entrevista al Dr. Ángel García ...........................................................4/5 Capítulos

I El cáncer y la Medicina de la Conciencia ............................................... ...............................................9

II ¿Origen del cáncer? ............................................................................13

III Las creencias en el cáncer ....................................................................19

IV Las verdaderas causas del cáncer ........................................................25

V Autodescubrimiento y sanación...........................................................29

VI Medicina de la Conciencia: Una medicina liberadora..........................37

VII El enfermo y su entorno.......................................................................43

VIII Plan terapéutico..................................................................................55 Conclusión .........................................................................................63 EDICIONES

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Sanar la vida, curar el alma

Un reclamo de amor para transformarse ELIER RAFAEL GALICIA FOTOS/ DAVID ZÁRRAGA

l diagnóstico y posterior muerte de su madre por una leucemia mieloide aguda, cambió definitivamente el modo de ver su trabajo como médico. Después de ese episodio doloroso otra batalla marcó su vida. Pero esta vez la lucha fue en su interior, una cruzada que lo llevó a descubrir opciones más ecológicas y menos cruentas para tratar el cáncer: la medicina de la conciencia. Hoy el doctor Ángel Eduardo García, es pionero en Venezuela de esta nueva forma de tratar enfermedades que poco a poco va integrando un equipo multidisciplinario que busca sanar, no solo el cuerpo, sino el alma, la conciencia. Se inicia en Caracas hace más de 10 años pero su verdadera génesis se dió en Falcón hace 5 años, y se materializó con la creación de la formación en Medicina de la Conciencia a la cual asiste gente de todo el país. Como toda novedad, ha tenido resistencia, pero para el doctor Ángel García es una resistencia sin fundamentos, pues hay estudios científicos que demuestran que todos los adelantos de la medicina convencional están encuadrados en una visión de la ciencia muy mecánica “donde se creía que la mente andaba por un lado y el cuerpo por otro, entonces la medicina se dedicó a estudiar éste de manera estática, como si fuera una momia”. En este contexto García reconoce los avances que han tenido la ciencia y la tecnología, pero refiere que esa evolución también tiene que abrir el espectro del entendimiento: no sólo somos cuerpo, somos emociones, energía y espíritu. El cuerpo es un accesorio del espíritu y como accesorio desaparece, pero la conciencia esencial que reside en el espíritu no desaparece, esa es la que tenemos que cuidar, el planteamiento es de integración”. ¿Por qué se enferma la gente? La medicina de la conciencia tiene un amplio alcance y trata desde enfermedades autoinmunes (las personas generan anticuerpos que agreden a sus pro-

pias estructuras), y hasta el cáncer. García se refiere al cáncer como la enfermedad de la época y lo confirma con estadísticas que muestran que actualmente una de cada dos personas lo padecen. Expone que el cáncer es la expresión fehaciente del mal manejo que se ha hecho del proceso salud-enfermedad porque se sigue tratando como algo muy negativo, que enferma y mata a la gente, y eso es una paradoja. Para García el cáncer es una enfermedad multifactorial, porque a su juicio, hay factores externos e internos que pueden afectar las células. “Nosotros tenemos un dispositivo extraordinario y una serie de defensas para combatir y hacerle frente a las células cancerígenas, pero cuando las personas pierden la posibilidad de defenderse el sistema no funciona porque las emociones limitantes comprometen su funcionamiento”. La propuesta La medicina de la conciencia se sustenta en el nuevo paradigma de la medicina científica con la física cuántica y la neurociencia a la cabeza. La física cuántica plantea que la conciencia crea la realidad, y ésta fundamenta a la conciencia como el proceso que prevalece en todo el quehacer humano, es decir, la conciencia determina las ideas que crea cada ser humano “y eso es lo que percibe y vive la persona”. El doctor Ángel García dice que el ser humano no ve la realidad como es sino la que él ve, la persona matiza la realidad con lo que hay en su mente. “Una persona triste y una alegre no perciben la realidad de la misma manera, la persona triste anda buscando la circunstancia, la información que le reproduzca la tristeza; igual ocurre con la persona iracunda que se inclina hacia las circunstancias que le produzcan rabia”. Cuando esto ocurre -explica el experto- la persona se convierte adicta a su manera de ser y no se da cuenta que de manera inconsciente va generando una vida sufriente. “¿Y por qué no se da cuenta? Porqué la men-

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te funciona de manera consciente desde un 5 al 12%, y de manera inconsciente de un 88 a un 95%, con ese elevado grado de inconsciencia todos los patrones automatizados mentales se mecanizan y generan pensamientos, comportamientos y emociones continuas; muchos no salen del atolladero y eso con el tiempo genera cambios celulares y orgánicos y aparecen las enfermedades”. Detrás de cada síntoma, de cada molestia y de cada enfermedad hay un tema emocional y para corroborarlo, la medicina de la conciencia usa topogramas. En el caso de afecciones en el estómago, Ángel García dice que son personas iracundas, reactivas, pocos tolerantes, poco pacientes y comprensivas. Detrás de cada síntoma hay una tipología que se sana cuando la persona se compromete a generar cambios conductuales (que vienen de la conciencia). “Puedes pasar años tomando protector gástrico para curar una gastritis pero si la personalidad sigue siendo la misma: una persona reactiva y llena de ira, vivirás engañada porque sigues generando ira y una cantidad de sustancias erosivas que al ﬁnal pueden concebir un cáncer.”. Amigo o enemigo Para Ángel García la medicina de la conciencia pone al descubierto realidades que hablan por sí solas, con hechos y no palabras. Desde su experiencia en el área dice que la enfermedad no es un enemigo sino un amigo sincero que habla de ti mismo. Cada síntoma es un mensaje, la mente profunda que dice que correctivos se deben tomar. La enfermedad -explica- es un reclamo de amor de la conciencia del individuo, “vivimos una carrera de escape, a través del trabajo, de la ﬁesta, de los compromisos sociales. Las personas se autocastigan, trabajan más de la cuenta y no se dan cariño asimismo ni a la familia. Hay otras enfermedades como la depresión, el insomnio o el colon irritable, por citar algunas, que la persona debe preguntarse hacia adentro, qué debo cambiar en mi vida para sentirme sano y cuando aparece la respuesta y se compromete con el cambio, esa molestia le sirve como oportunidad para redimirse, para amarse”. Este innovador del campo de la medicina invita a quienes quieran experimentar cambios en sus vidas a que conozcan más de la medicina de la conciencia y formen parte de los grupos de apoyo, una herramienta que ha dado resultados positivos en el área.

“Todos vamos a morir, el tema no es si morir o no morir; si enfermarse o no enfermarse, lo primordial es avanzar en la conciencia, salvar la vida y el alma. No es igual que te vayas de este mundo espiritualmente sanado de tus conﬂictos a que te vayas con ese trance, el proceso no es el mismo”.

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A manera de introducción

l diagnóstico y posterior muerte de mi madre,

También hice relación vía internet con un respetado gru-

de una leucemia mieloide aguda cambió deﬁ-

po argentino que trabaja la psico-oncología (apoyo psico-

nitivamente el modo de ver mi trabajo como

terapéutico a personas con cáncer), en cuya formación me

médico. Después de su muerte, comencé a vi-

entregaron un material de gran valor. No sabía yo que estas

vir como una batalla interior, no le veía sentido seguir colo-

inclinaciones que nacieron a partir de palpar, de ver, de vivir

cando paños tibios a personas que buscaban una solución

muy de cerca el sufrimiento de una enfermedad tan devas-

deﬁnitiva a sus males.

tadora como ésta me haría llegar a conclusiones diferentes a

Posterior a esa experiencia límite, gravitaba en mi

las aprendidas en mis estudios de medicina.

mente una pregunta cumbre: ¿Será ésa la única manera de

Comencé a estudiar en profundidad la psiconeuroinmu-

tratar esta enfermedad? y por supuesto me decía a mí mis-

nología, el perﬁl de las personas que le diagnostican un cán-

mo que debían existir otras opciones, más ecológicas, más

cer o en general una enfermedad que amenaza la vida.

humanas, menos cruentas. Poco tiempo después del deceso de mi madre trasladé mi consultorio a la ciudad de Caracas donde comenzaron a ocurrir cosas como signadas por el sincrodestino, en mi segundo día de estar en esta ciudad caminaba sin rumbo ﬁjo y mi impulso de lector compulsivo me introdujo en una

Me fui introduciendo en un mundo complejo pero fascinante. En cada experiencia, con cada paciente, me parecía una historia que sustentaba mis reclamos internos y sustentaba mi búsqueda.

librería, allí sucedió el primer milagro. Hubo un libro que me

Recuerdo hoy a una niña de nueve años, cuya madre la

llamó la atención: “Las CREENCIAS, Caminos hacia la

lleva a mi consulta para que yo le ayudara a aceptar hacerse

Salud y el Bienestar” de Robert Dilts en colabora-

una segunda sesión de quimioterapia. Esta niña padecía de

ción con Tim Hallbom y Suzi Smith comienzo a hojear

cáncer de hueso, tenía un tumor en una de sus piernas. Su

el libro y en su primer capítulo Dilts cuenta la historia de

madre entra antes que ella a la consulta y me dice: “Doctor

su madre cuando sufrió de cáncer y como él ayudo a sanar-

yo necesito que usted me ayude con mi hija para que ella

la con estrategias de Programación Neuro-Lingüística “esto

acepte hacerse la quimioterapia”, “¿Cuál es el problema?”

tiene que ver conmigo”, me dije, y acto seguido me senté en

le pregunto, “Es que no quiere hacérsela, se resiste porque

una butaca de la librería, no sé cuánto tiempo había pasado

en la primera sesión sufrió mucho”, “Bueno vamos a ver qué

hasta que una empleada me sacó del trance ofreciéndome

podemos hacer, pasa a la niña” y yo le pregunto: “Mi amor

un té y preguntándome si estaba interesado en el libro, claro

¿Por qué no te quieres hacer algo que te va a sanar, que te va

que sí, le contesté. Ese día algo se movió en mi conciencia,

a curar?” Y la niña muy rabiosa pero con mucha determina-

recordé a Henry Miller cuando dice que cada vez que se vio-

ción dice: “Doctor como cree usted que eso me pueda curar

la un tabú sucede algo positivo. Me interesé de tal modo en

si cuando me lo ponen siento que me está matando, que me

la PNL que en menos de un año ya había realizado forma-

está entrando fuego por dentro, y paso días sintiendo mi

ción con Richard Bandler y con Robert Dilts.

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cuerpo morir, ¿cómo cree usted que eso me va a curar?”.

dísticas es horrendo. Estas técnicas pasarán a la pos-

Hice un silencio, y comencé hacerle unos reencuadres so-

teridad como la gran vergüenza de la historia de

bre lo difícil que a veces es la curación, que la curación en

la medicina.

situaciones como la de ella es así y otras cosas que se me ocurrían, de verdad la niña hablaba con la razón de su sentir que la llevaba a pensar que esa no era la vía, algo por dentro me decía que la niña estaba en lo cierto. Su padre había fallecido de un infarto hacía dos años, su mamá me contaba que el padre lo era todo para esa niña, era su única hija y la acompañaba a todas partes, era quien la llevaba al colegio

Entiendo que las ideas expuestas aquí resulten incómodas y hasta extrañas para muchas personas acostumbradas a la información oﬁcial, sin embargo, lo que reﬂejo en este libro son mis experiencias como profesional de la medicina, una manera distinta de ver el proceso salud-enfermedad y el resultado de mis investigaciones.

y asistía a las actividades de la escuela más que ella misma,

Me he propuesto que este escrito llegue como una espe-

después de la muerte de su padre tapizó las paredes de su

cie de manual, especialmente para las personas con diag-

cuarto con fotos de su papá, quien era el soporte de su vida,

nóstico de cáncer que elijan transitar un camino distinto al

no era casual que el cáncer lo tuviera en los huesos, aunque

convencional, y sus testimonios también serán soporte de

en esa época yo no manejaba la simbología del cuerpo y sus

este trabajo contracorriente en el que cada día se suman

códigos como mapa de la conciencia, por intuición sabía que

más mentes despiertas. A algunos les parecerá denso buena

la enfermedad de esa niña estaba relacionada con la muerte

parte del material teórico. A estas personas les recomiendo

de su padre. La experiencia de este ser de tan solo nueve

que comiencen de una vez con el plan terapéutico y que los

años, que por cierto la vi morir ocho meses después, me dejó

miembros del entorno familiar, especialmente los que estén

un sello imborrable en la mente que se unió a lo vivido con

apoyando al proceso sanador, hagan lectura del mismo.

mi madre, viví de cerca sus momentos ﬁnales, la imagen de esa niña, su ira, su rabia, por no querer hacerse las quimioterapias, esa imagen jamás ha desaparecido de mi mente y aumentaba la fuerza de mis preguntas, esas experiencias fueron el combustible fundamental en mi búsqueda.

Muchas ideas han sido tocadas someramente por el formato que me fue sugerido por la Editorial Nuevo Día, quienes gentilmente se han ofrecido para la reproducción y distribución del mismo como aporte en este sensible campo de la enfermedad, estas ideas serán tratadas en profundidad

Catorce años después que estas preguntas gravitaban en

en el texto de Medicina de la Conciencia que está en

mi mente, estoy totalmente convencido de que la quimiote-

construcción desde hace dos años con el material y experien-

rapia, radioterapia, y la cirugía deben ser opciones secunda-

cia de la formación del mismo nombre.

rias y no primarias en el tratamiento del cáncer.

Debo aclarar que los nombres de los testimonios que apa-

Hoy puedo decir con mucha responsabilidad que envene-

recen en este libro son nombres ﬁcticios, los nombres reales

nar los tejidos, las células, quemarlos o extraerlos no debe

han sido preservados en virtud de resguardar la conﬁdencia-

ser un tratamiento de elección, deben ser tratamientos de

lidad de estas personas.

segundo orden, puesto que, lo que podemos ver en las esta-

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Capítulo I El cáncer y la Medicina de la Conciencia

l crecimiento de células anormales es algo habitual en los seres humanos, todos en algún momento hacemos cáncer. Gracias al perfecto diseño de la naturaleza divina contamos con dispositivos de defensa que impiden la proliferación de células cancerígenas. Tenemos células y sustancias que actúan paralizando las células anormales, lamentablemente estos dispositivos se debilitan ante un elevado nivel de toxicidad del medio donde habitan las células, estas toxinas son generadas por varios factores dentro de los que juegan un papel preponderante las emociones incómodas o destructivas. En el enfoque del determinismo biológico siempre se creyó que la alimentación con exceso de grasas y la comida chatarra era lo que más contaminaba el medio intra y extracelular, esto en parte es cierto, pero no es la verdad fundamental en el desarrollo del cáncer. La historia de una persona que desencadena un cáncer hasta poner en peligro su vida, es la clásica situación de un campo vital totalmente contaminado y enfermógeno (productor de enfermedad). La vida se desempeña en tres campos de relación, el campo vital que es el entorno paredes adentro, la familia y personas con quienes se comparte el hogar, el campo social, paredes afuera, es decir, el trabajo, amistades y otros entornos que se frecuentan y el campo íntimo (yo con yo), la relación con el propio mundo mental.

El ser humano se acostumbró a verse escindido, como si el cuerpo anduviera por un lugar y la mente por otra, no es común pensar que todo lo que ocurre en la mente tiene su expresión indisoluble en el territorio corporal. Cada vez que se procesa una emoción incómoda el campo electromagnético que contiene la energía vital se distorsiona y afecta el potencial eléctrico de los tejidos, lo cual tiene una incidencia determinante en la calidad de la vida celular, si a esto le añadimos los neurotransmisores o mensajeros emocionales que aterrizan en la membrana celular y condicionan su funcionamiento, tomando en cuenta que los neuropéptidos, como se le conoce en el medio especializado, influyen en la función y morfología de las células, la resultante de esta sumatoria de irregularidades fisiológicas y eléctricas sería un deterioro de la salud de los tejidos, lo cual, si se mantiene por un tiempo crítico da al traste, no solamente con la calidad de vida de los tejidos primariamente afectados sino también con la salud de la persona. Luego cuando aparece la lesión “el técnico del cuerpo” (médico convencional), hurga en su memoria abarrotada de manuales y protocolos de tratamientos imponiendo una terapéutica pre-establecida sin darle la menor importancia a la historia personal del enfermo y mucho menos pensar que en esa historia no solamente están los desencadenantes de la enfermedad sino también las posibilidades de curación y, en el mejor de los casos, la liberación de los patrones mentales sufrientes que originaron, no solamente las condiciones para la aparición de la enfermedad, sino también la historia de desdicha de la persona y de su entorno. El doctor Ryke Geerd Hamer, paradójica figura de la medicina Alemana, cuestionado por el status quo e idolatrado por miles de pacientes que se han beneficiado con su teoría, ha sufrido hasta persecución y enviado al ostracismo por la mafia médica europea. Este enigmático investigador perdió a su hijo menor, quien fue asesinado en el mar Mediterráneo y meses después tanto él como su esposa desarrollaron cáncer, él en testículo y su esposa, también médico, en seno izquierdo. El Dr. Hamer se preguntó cómo es que dos seres jóvenes y totalmente sanos desarrollan cáncer casi en el mismo tiempo. A partir de allí comienza una investigación rigurosa que lo llevó a estudiar los scanner cerebrales de las personas afectadas, descubrien-

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do una imagen, que al inicio, tanto para sus colegas como para los técnicos de la Siemens, parecía ser un artefacto (imagen no perteneciente al cuerpo que se interpone en la placa tomográfica). No estando conforme con esta opinión, continuó investigando hasta demostrar que esta inusitada imagen era la representación cerebral del cáncer. Después de la muerte de su esposa, éste insigne científico se dedicó por varios años a estudiar diferentes tipos de cáncer y descubrió que cada órgano tenía un sitio determinado en el scanner del cerebro, por lo que creó un topograma cerebral. También creó toda una teoría con sus respectivas leyes. La primera ley de la “Nueva Medicina Germana”, como él la llama, plantea que el cáncer es producido por un conflicto vivido en aislamiento (la persona se traga el problema) lo que impacta en el cerebro y este envía, “por un error de código”, la información al órgano que representa la información del conflicto en el terreno físico. Plantea también Ryke Geerd Hamer que el tratamiento fundamental debe ser psicoterapéutico y que el abordaje convencional basado en envenenamiento celular, rayos y cirugía no resuelve el trastorno sino que lo empeora. Este planteamiento no puede ser aceptado por la oficialidad médica, puesto que las directrices oficiales salen de los laboratorios de las trasnacionales que se embolsan cientos de miles de millones de dólares, solamente por concepto de quimioterápicos, tres veces más que el dinero producido por el narcotráfico en el mundo entero. El impetuoso andamiaje médico-industrial está guiado por los intereses más ruines y oscuros que puedan existir, y por ahora es muy difícil desmontar esta poderosa industria, ya que una gran élite de poderosos la sostiene. La expansión de la consciencia tiene que partir de los mismos enfermos, que deben reclamar su derecho a estudiar opciones y elegir su propio tratamiento. Dentro de cincuenta años la generación de entonces nos verá como una generación de idiotas que se autodestruyó por inconsciencia e ignorancia, impuesta y propia. Introducirse en las grietas de la mente de una persona con una enfermedad que le amenaza la vida es como nadar en océanos desconocidos. Con la implementación de métodos de interrogación profunda, se

SALUD pueden hacer emerger a la superﬁcie los nudos gordianos que sirvieron de disparadores para que los sistemas que preservan la vida hayan comprometido su competencia, facilitando el terreno para la aparición del trastorno que se evidencia en el terreno celular y físico como enfermedad. Al surgir esta información de los conﬂictos nucleares se nos presenta en primer plano la extraordinaria oportunidad de sanar memorias discordantes que actúan como impulsores permanentes de desdichas, a tal punto de impedir que el gran sistema de defensas (sistema inmunológico) actúe competentemente para mantener al organismo humano libre de células malignas.

Para ilustrar este planteamiento traeré el caso de una paciente que recién estoy apoyando en su proceso de recuperación de un cáncer de seno.

El inconsciente de la mente humana está trasmitiendo constantemente mensajes al plano físico a través de los mecanismos psiconeurológicos, si estos mensajes son de plenitud la salud celular y física se beneﬁcia, pero si estos mensajes son de desdicha la salud celular y física se deteriora.

Mily llega a la consulta traída por un familiar que es asidua asistente a los encuentros sanadores que realizamos en la ciudad de Coro desde hace ya algunos años, quien habla conmigo y la presenta mientras Mily se mantiene callada, escucho con detenimiento a su acompañante, espero la pausa y me dirijo a ella que sólo mira al piso, la llamo por su nombre que ya lo he visto en la historia y le pregunto cómo se siente, la respuesta fue un silencio interrumpido por ligeros sollozos, dejo que se seque las lágrimas e inmediatamente le rompo el estado (estrategia de Programación NeuroLingüística para sacar a una persona de una emoción limitante). Luego le hago las preguntas de rigor, “¿dónde es la lesión?”, “¿qué ha hecho al respecto?”, etc. Comienzo la parte de abordaje haciendo las mediciones energéticas y evidencio que el seno lesionado está muy bajo de energía, en ese momento implemento la interrogación que me conduciría a la información nuclear.

Es maravilloso encontrar la información del conﬂicto nuclear que inició el proceso de limitación de los mecanismos de defensa y poder trabajar en el plano de la conciencia, responsable de la armazón de los mensajes que aterrizan en el cuerpo físico condicionando la enfermedad. Al encontrar la información que se impregnó en el inconsciente a partir de una experiencia trágica, tenemos la posibilidad de reencuadrar la experiencia y modiﬁcar la percepción de la misma desde una perspectiva más ecológica y menos traumática. Es hermoso ver como la conciencia ayuda a sanar el cuerpo cuando sana en los planos profundos del universo mental.

El cuerpo expresa señales que nos aproximan a descubrir qué tipo de conﬂicto subyace detrás de los síntomas. Aprendí de Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke autores de “La Enfermedad como Camino”, de otros autores y de mi propia experiencia que el seno izquierdo tiene que ver con la relación madre-hijo/a, tanto en la condición de la mujer como hija como de la mujer como madre. En esa dirección hago la pregunta obligada: “¿Tienes hijos?” “Sí”, responde la mujer, “tenía dos y me mataron uno hace seis años”, continué orientando el interrogatorio de tal manera de obtener más información y me percato del gran sufrimiento presente en ella, por el asesinato del hijo, obviamente.

Cuando una persona mantiene durante mucho tiempo emociones de rabia, impotencia, tristeza o agitación, los neurotransmisores, que son las sustancias que salen con cada emoción desde el hipotálamo cerebral, viajan a todas las trillonésimas de células que tiene el cuerpo humano, deprimiendo todo el proceso de funcionamiento hormonal y celular, el sistema de defensas termina haciéndose insuﬁciente, lo cual crea un terreno fértil en el organismo para la aparición de enfermedades degenerativas, incluso de alto riesgo, como el cáncer.

Pude constatar la inmensa rabia que había en Mily, y que venía manejando todo este tiempo. Acto seguido paso a la parte terapéutica. Al comprobar por los test energéticos la efectividad de la técnica de reordenamiento y cambio de perspectiva de la experiencia, e integrando la sanación del duelo, Mily se compromete a probar la técnica y volver en dos semanas, tiempo en el que ya debía hacer los preparativos para la intervención quirúrgica. Para el momento de esa primera consulta, según pruebas de mamografía y ecografía, el tumor medía 2.6 cms. Le sugiero que se haga una medición ecográﬁca un día antes de volver a mi consulta y si no hay respuesta que procediera entonces a la cirugía. Quince días después el tumor medía 1.5 cms. La mujer que apareció en el consultorio no tenía rastros de la que había visto días atrás, llegó conversadora, afable y alegre, evidentemente había una regresión de la tumoración, pero fundamentalmente de la perspectiva de la enfermedad, se produjo como una especie de re-empoderamiento, como que si había recuperado el control sobre lo que en ella ocurría. Tomó la decisión de no operarse ni hacer ninguna terapia convencional e inició un plan de trabajo sanador parecido al plan terapéutico que les muestro al ﬁnal de este libro. En estos momentos, dos años después, esta mujer goza de extraordinaria salud y en el seno no hay rastros de tumor.

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En el año 2008, escribí para una revista de circulación nacional un pequeño ensayo sobre el cáncer, dije lo siguiente, puede leerlo en: www.angelcuantico. com: “Los médicos tenemos la obligación ética de ponernos a la altura de los requerimientos de nuestros pacientes, para lo cual debemos abandonar definitivamente el parcelamiento mecanicista al que nos ha conducido la cultura médico-industrial. Para poder ayudar a un paciente desesperado a vencer el miedo y la desesperanza debemos asumir una visión abierta de los fenómenos humanos y en especial de cómo se genera el sufrimiento y la enfermedad. Lo que más necesita una persona con diagnóstico de cáncer es de esperanza de curación y eso no se consigue sin profundizar en las infinitas posibilidades del potencial humano y apelar a los recursos autocurativos, que se fortalecen cuando vivimos de cara a la vida”. Estoy consciente que desde la visión convencional es difícil procesar esta información, por eso entiendo a los médicos del cuerpo. Comprendo que aún no poseen la indumentaria conceptual para concebir la enfermedad más allá del plano físico, lamentablemente se quedan con la información de la forma, como si fuesen al teatro y analizaran la obra sólo hablando del vestuario de los artistas o del color de las cortinas. También podemos comparar está visión reduccionista de la medicina centrada exclusivamente en lo biológico, como la persona que ve un cuadro de pintura y sólo habla del tipo de material que usó el pintor para realizar la obra y no del mensaje que quiere trasmitir el artista. En una ocasión leí de una escritora psicoanalista que “el cuerpo es el escenario donde la mente ejecuta su obra”. La cárcel mental que ha impuesto la formación médica convencional impide que el profesional de la medicina de nuestros tiempos lea los elegantes códigos del cuerpo en el significado de los síntomas y se aproxime a los mensajes de la conciencia. Con la Medicina de la Conciencia podemos adentrarnos en las profundidades de los océanos de la mente y recomponer las piezas que vuelven a conectar al ser humano con su poder interno y desde la armonía de alma devolverle el equilibrio al cuerpo.

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Capítulo II ¿Origen del Cáncer? Cuál es la razón por la que aparecen células tumorales si nuestro organismo posee unos dispositivos de defensa especializados en paralizar y hacer desaparecer células cancerígenas?. El gran sistema de defensa, conocido como el sistema inmunológico, tiene la capacidad para paralizar las células cancerígenas a través de las células de defensa como los linfocitos CD8 y las células “natural killer” o asesinas naturales. Ambas células producen una sustancia conocida como interleucinas (sustancias producidas por diferentes células del organismo además de las del sistema inmune, con diferentes funciones, sin embargo la función de estas dos células nombradas son especíﬁcamente anti células tumorales) que al ponerse en contacto con las células malignas puede reactivar su programa de autodestrucción.

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Toda célula, a excepción de las del sistema nervioso, tiene un tiempo de vida media. Por ejemplo las células del revestimiento del estómago duran cinco días, las células de hígado duran seis semanas, los glóbulos rojos duran 120 días, las plaquetas 10 días, las células de los huesos duran 5 meses y así sucesivamente cada célula de los diferentes órganos y tejidos del cuerpo tiene su tiempo de vida media a excepción de las células del sistema nervioso, que no cambia la célula en su totalidad pero sus componentes. La interleucinas de las células antitumorales del sistema de defensa posee la propiedad que cuando es inoculada por una de éstas, tanto en el beso de la muerte del linfocito CD8 o de la Natural Killer, la célula cancerígena actúa como si recobrara su memoria natural y se activa un proceso de “automuerte”, llamado científicamente apoptosis, que luego es eliminada naturalmente. Cuando las células tumorales se diseminan sin control es porque este sistema entra en incompetencia, es decir, pierde su capacidad para realizar su trabajo óptimamente. Es importante resaltar las propiedades de las células del sistema de defensa. Son células sumamente inteligentes que como todas las células del organismo responden a lo que sucede en la mente de su portador. Es verdad que todas las células cambian su conformación morfológica, energética y hasta su función con los cambios del universo mental y energético, pero en el caso de las células del sistema inmunológico estos cambios traen consecuencias determinantes para la vida de la persona, justamente porque éstas son las encargadas de impedir que las células tumorales proliferen. Tenemos órganos depuradores como los pulmones, el hígado, los riñones, que se encargan de purificar la acidez de los tejidos, de depurarlos, pero llega el momento en que no pueden con todo ese mundo de toxicidad en el que viven las células producto de la mala alimentación y, fundamentalmente, del trastorno energético y fisiológico que dejan las emociones destructivas. Las emociones de ira, tristeza, impotencia y estrés mantenido pasan factura al funcionamiento celular a través de los neurotransmisores y la torsión del cam-

po electromagnético celular, disminuyendo su capital eléctrico, que en condiciones normales debe estar entre 70 a 90 milivoltios. Al afectarse el campo de energía vital por distorsión de la conciencia individual se distorsiona el funcionamiento eléctrico de la membrana celular, lo que empuja a la célula a mutar para sobrevivir. Hace algunos años atendí a una mujer que llamaré “Santia” a la cual recién le habían diagnosticado un cáncer de estómago en estado avanzado, su lenguaje reﬂejaba el origen e historia de su enfermedad sin que ella se percatara de eso, la pregunta cardinal fue:

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he cuidado mucho” respondió, “efectivamente” le dije, “te has cuidado mucho en lo que respecta a tu cuerpo pero no has cuidado tu salud emocional”. Me contó una historia de inﬁdelidad de hacía once años, y yo le dije: “Era mejor que se separaran”, “noooo por mis hijos preferí seguir cargando con mi cruz a cuestas”, sus palabras lo decían todo, “por mis hijos preferí cargar mi cruz”. Esa cruz a cuestas, se convirtió en un inmenso tumor de estómago. Si los seres humanos supiéramos el gran daño que nos provocan las emociones que generan sufrimiento construiríamos centros de ejercicios para hacer gimnasia emocional, tal como existen para el cuerpo, para ejercitar los músculos.

La apoptosis, es una destrucción o muerte celular programada provocada por ella misma, con el ﬁn de autocontrolar su desarrollo y crecimiento.

“¿Cómo te sientes en tu casa?”, fue allí donde salió la verdad, el origen real del porque esa mujer tan “sana” biológicamente, vegetariana y adicta al ejercicio físico, había hecho un cáncer de estómago, el cual daría al traste con su vida meses después. Santia vivía con su esposo, en la misma casa, y compartían el mismo cuarto, la misma cama, pero hacía once años que no se hablaban, aquello me estremeció. ¿Cómo es posible que una persona pueda durar tanto tiempo conviviendo con otro ser en la misma casa, sin comunicarse, sin dialogar?. Aquello por supuesto prendió una luz dentro de mí y le dije: “Allí está el origen de la enfermedad que padeces”, ella se resistía a creerlo, “Pero yo me

La enfermedad se desarrolla cuando la persona pierde su capacidad para mantenerse sana, cuando pierde las competencias internas para mantener la salud. Todos los días los seres humanos nos estamos poniendo en contacto con agentes patógenos, es decir, productores de enfermedad, y poniéndonos en contacto con situaciones enfermizas. Pero nuestro cuerpo, nuestro ser, está diseñado por la naturaleza universal para mantenerse en armonía, por eso vemos gente que vive 80, 90 años y nunca ni siquiera le han realizado un chequeo de tensión arterial. Quizás esas personas han tenido la capacidad para que sus factores de compensación hayan respondido adecuadamente. En ese caso entonces cabe una pregunta cardinal, la pregunta importante: ¿Por qué enferman las personas? Y la respuesta más coherente es: porque comprometen la capacidad natural que tiene su organismo para mantenerse sano, una capacidad natural que todos los seres humanos traemos al nacer, una capacidad natural que ha sido transferida genéticamente desde que papá y mamá juntaron el espermatozoide y el óvulo en el útero materno y empezaron a crecer células que darían como resultado la cimentación de un nuevo cuerpo. De allí traemos la información para mantener saludable nuestro cuerpo. Sin embargo, comenzamos a vivir y se presentan situaciones, circunstancias de la vida y en muchas de ellas nos debilitamos, cedemos energía, esta es la razón fundamental del origen de la enfermedad.

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Cuando una persona dilapida su patrimonio energético en conflictos y preocupaciones se desempodera y derrocha su energía vital, esto trae como resultado el debilitamiento de los sistemas profundos de mantenimiento de la vida, los tejidos más afectados serán aquellos que tengan una relación, en el mundo de los significados del inconsciente mental en donde se fragua la materialización de los temas de la vida para llevarlos al territorio físico. El cuerpo es el territorio donde la conciencia completa sus ecuaciones. La academia nos acostumbró a pensar que la enfermedad es un fenómeno negativo, lo cual no es verdad. La enfermedad es un mecanismo que usa la conciencia para expresar lo que la mente no puede o no ha querido ver, al expresarse en el cuerpo está completando en el territorio físico lo que falta en el terreno consciente. De tal manera que la curación auténtica asoma cuando surge el “EUREKA”, el momento en el que en la mente surge el chispazo de claridad, el darse cuenta, la información que quiere expresar el síntoma o de la enfermedad, solo así adquiere sentido el lenguaje del cuerpo. Santia aquejada de cáncer de estómago llevaba mucho tiempo agrediendo las paredes del revestimiento gástrico con el ácido de la ira. Obviamente cuando pasé a realizarle las mediciones con los test de conciencia y energía la zona del plexo solar, del estómago, estaba sumamente débil. Si en el hipotético caso de que a esta mujer le hubiésemos visto unos dos años antes la energía de la zona del estómago le hubiese dado igual de débil, puesto que la energía se afecta primero que el órgano. Los mensajes de la conciencia atraviesan los intersticios celulares a través de los caminos neuroquímicos de los neurotransmisores y de las hormonas pero, fundamentalmente, por medio de los canales de circulación de la energía expresada en los vórtices de energía, conocidos milenariamente como chacras, los cuales se comunican con los meridianos de acupuntura por unos finísimos e imperceptibles canales llamados nadis. Esta circulación de la energía vital termina afectando la estabilidad de la membrana celular generando el desequilibrio iónico, lo cual crea mayor acidez en los espacios extracelulares ya que dicho desequilibrio permite la salida del potasio intracelular lo que conduce a una mayor acidez del entorno intersticial, cuestión que se agrava más aún si la persona

tiene una dieta predominantemente ácida por consumir alimentos de alto poder tóxico como las carnes, embutidos, enlatados, gaseosas, alcohol, etc., aunque, como ya vimos en el ejemplo de Santia, la cual aun cuando era una mujer que cuidaba de su cuerpo en grado superlativo, lo que prevalece es el retorcimiento de los campos electromagnéticos celulares causados por la distorsión de la conciencia cuando reacciona con sufrimiento a los hechos de la vida, originando una impronta (memoria) que crea una impregnación en el campo holográfico o cuerpo de luz que no es otra cosa que el campo electromagnético corporal o campo de energía vital, también conocido en el mundo de las culturas místicas orientales como Aura. Esta impregnación deja como un sello holográfico de condensación energética que impide el libre flujo de las corrientes de energías como expresión de la memoria insana en el andamiaje del campo holográfico o campo de Luz. La Luz es el resultado sutil de la electricidad por eso el campo holográfico corporal es el resultante de la energía electromagnética que forma el cuerpo de Luz.

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Tercer ojo

Corona

Garganta

Corazón

Flexo Solar

Sacro

Coxígeo

Del libro Curación Energética de Richard Gerber

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Capítulo III Las creencias en el cáncer

os procesos de cambio en la vida están condicionados por lo que las personas creen sobre sí mismas, las creencias determinan hasta donde una persona puede llegar en virtud de lo que se cree capaz. Una persona con baja autoestima y con auto-percepción de minusvalía es una persona que funciona en base a creencias limitantes. Lo más importante es que estas ideas operan desde la mente inconsciente como una especie de programación automática que termina proyectando el destino de su portador. La persona que crece pensando que alguna comida le hace daño, cada vez que la consuma le va a hacer daño. En medicina tenemos el clásico ejemplo del efecto placebo, píldoras sin ningún efecto químico que se les administra a personas y se les dice que tienen un efecto determinado y más del 30% responde manifestando el efecto en cuestión. Muchos tratamientos médicos son efecto placebo.

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Bruce Lipton en su libro bestseller “La Biología de la Creencia” plantea: “No son las hormonas ni los neurotransmisores producidos por los genes los que controlan nuestro cuerpo y nuestra mente; son nuestras creencias las que controlan nuestro cuerpo, nuestra mente y, por tanto, nuestra vida”. Las creencias tienen poder sobre la totalidad de la mente. No es fácil hacer consciencia de una creencia limitante. Cuando trabajamos con personas que recién le han diagnosticado un cáncer le hacemos la pregunta de rigor: “¿TÚ CREES QUE TE VAS A SANAR?”, la mayoría, por no decir todas, responden que sí, sin embargo, cuando hacemos la medición con los test de conciencia profunda nos percatamos que el inconsciente de esa persona no está convencido de esa idea. Algunas de estas personas se molestan cuando les digo que su mente no cree que se va a sanar, hasta que les explico que la mente opera de manera inconsciente en casi un 90% y que la única manera de que esa idea sea totalmente congruente es transformando esa creencia limitante, oculta en el inconsciente mental, en una creencia sanadora. Acto seguido hacemos el cambio de creencia. En las recomendaciones del plan para trascender la enfermedad les daré un sencillo ejercicio para cambiar creencias. Los sistemas de creencias conducen al ser humano a vivir en una especie de cápsula mental donde ocurre lo que estos sistemas de ideas y pensamientos permitan, el ser humano funciona a la inversa de lo planteado por Santo Tomás “ver para creer”, en realidad es creer para ver.

Paradigma dominante y creencias Al ser humano se le ha mantenido viviendo en una especie de cautiverio intelectual. Las ideas primigenias sobre las que fue erigida esta civilización se han mantenido ocultas. Vivimos en una especie de terrorismo académico en el que funcionan ideas preconcebidas por una especie de inquisición inefable que la inmensa mayoría desconoce cómo y dónde opera. El conocimiento se ha compartimentado y la separación se ha ensanchado, hay una ﬁebre por las especializaciones donde “el especialista sabe mucho sobre muy

poco y termina sabiéndolo todo sobre prácticamente nada” a decir de Bernard Shaw. Al profesional de la medicina se le ha llevado a tener una visión cada vez más apartada del todo. La educación en general es un adoctrinamiento para mantenerse entretenido solo en una visión, sin saber qué puede ser diferente. Se nos ha ocultado mucha información. Es vertiginoso el manejo de la información que nos mantiene ocupados en un paradigma que ha demostrado hasta el aburrimiento que no responde a las más auténticas necesidades del ser humano de estos tiempos. En el caso de la medicina esta realidad es más evidente y patética, la medicina se ha convertido en una especie de religión. El profesional de la medicina cree que en lo que él sabe está toda la verdad y cuando se le

SALUD acerca una persona no titulada en su campo lo ve con recelo, y en el peor de los casos, con burla. Afortunadamente cada vez son más los médicos que despiertan de ese letargo y en nuestra formación de Medicina de la Conciencia cada año es mayor el número de médicos que participan. Hay una cantidad de información no importante en la carrera de medicina. Es tanto el material a estudiar que el estudiante no tiene tiempo para cuestionar nada, sin saber que mucha información en la que ha invertido madrugadas es totalmente inútil. Cuando se gradúa, bien sea en pre o postgrado, siente que adquirió un salvoconducto para jugar a Dios. Las medias verdades las convierte en verdades absolutas. Conceptos como crónico, irreversible, incurable, idiopático, de por vida y otros, se convierten en lápidas con las que se sepulta la esperanza de muchos enfermos. Inconscientemente el profesional de la medicina pasa a formar parte de un paradigma extremadamente limitado donde se dedica a reproducir profecías en las que cree religiosamente, se convierte en militante de unas ideas con poca posibilidad de cuestionarlas y cuando alguien las cuestiona se cierra, cual fanático religioso. En la medicina oficial hay más fanatismo que ciencia. Este paradigma de la ciencia oficial ha construido un modelo con todo un sistema de creencias cuyo mayor logro ha sido reproducir enfermedad y enfermos. El sistema se auto-perpetúa porque de los nuevos profesionales salen los profesores que van a sustituir a los jubilados. Nuestras universidades deberían hacer una revisión concienzuda de los programas y adaptarlos a las nuevas realidades, de manera de formar profesionales con una visión de la vida en su justa dimensión y que no sean solo unos técnicos con una visión impersonal de su quehacer. Sabemos que esto no es fácil puesto que se ha implantado una especie de terrorismo académico financiado por los grandes laboratorios de los medicamentos, los cuales crean subsidios para estudios que no salen del marco del mismo paradigma. La diferencia entre los carteles de la droga y los de la mafia médica es que a los carteles de la droga, cuando su poder se hace muy evidente, les hacen la “guerra”, pero a los carteles de la mafia médica nadie los

21 combate, todo lo contrario, tienen todo servido para continuar operando legalmente. Estamos encarcelados en una especie de matrix industrial, comercial y académica. Detrás de todo el descomunal andamiaje industrial y comercial está el gobierno mundial que no tiene cara visible, como en la película “La mano que mece la cuna”. Ese gobierno sin rostro es la misma élite perteneciente al linaje que ha gobernado al mundo desde el imperio romano hasta la fecha, han diseñado todo a su medida, ideologías contrarias para justificar las guerras, religiones para adormecer a la población y unos mecanismos subliminales de información a través de grandes medios, con lo que han convertido a la gran masa en consumidores pasivos. La investigación independiente es casi inexistente puesto que a los profesionales se les va la vida entre el trabajo, la familia y los compromisos sociales. La mayor tragedia de este paradigma la viven los pacientes con cáncer, los cuales son prácticamente obligados a seguir unos protocolos de tratamientos que al final son más dañinos que la enfermedad misma. Ya se están escuchando las primeras voces al respecto, desde agosto del 2013 ha estado rondando la noticia de que el Hospital John Hopkins de Estados Unidos ha asumido una posición distinta en torno a la quimioterapia y radioterapia. Les dejo aquí el informe: “Después de muchos años de decirle a la gente que la quimioterapia es la única manera de tratar (tratar literalmente) y eliminar el cáncer, el Hospital John Hopkins está finalmente empezando a decir a la gente que hay alternativas. Toda persona tiene células cancerígenas en el cuerpo, estas células no se ven en los chequeos regulares hasta que se han multiplicado a unos pocos billones, cuando los doctores le dicen a los pacientes de cáncer que no hay más células cancerígenas después del tratamiento, solo significa que los chequeos no las detectan porque ellas no han llegado a un tamaño detectable. Las células de cáncer ocurren 6 de 10 veces en la vida de las personas. Cuando el sistema inmunológico de una persona es fuerte, las células cancerígenas serán destruidas y se prevendrá la multiplicación y formación de tumores.

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Cuando una persona tiene cáncer, esto indica que esa persona tiene muchas deficiencias de nutrición, esto puede ocurrir por diferentes motivos como genéticos, de medio ambiente, alimenticios y por modo de vida. Para resolver esas muchas deficiencias de nutrición, el cambiar de dieta e incluir suplementos es imprescindible para reforzar el sistema inmunológico. La quimioterapia en realidad envenena las células de cáncer, pero también destruye las células sanas de la médula espinal, así como también las del intestino y eso produce daño en los órganos como el hígado, riñones, corazón y pulmones. La radiación, cuando destruye las células cancerígenas, también quema y daña las células sanas y los órganos, así como también los tejidos”. “El tratamiento inicial de quimioterapia y radiación muchas veces reduce el tamaño de los tumores, pero un prolongado uso de la quimioterapia y la radiación no tiene como resultado la destrucción total de los tumores. Cuando el cuerpo tiene muchas toxinas debido a la quimioterapia y la radiación el sistema inmunológico está comprometido o destruido, por eso las personas pueden sufrir varios tipos de infecciones y complicaciones. La quimioterapia y la radiación pueden causar la mutación de las células cancerígenas, que se resistan y se haga difícil su destrucción total. La cirugía puede también provocar la invasión de las células a otros órganos. Una manera efectiva de combatir ‘el cáncer’ es no darle de comer a las células cancerígenas con aquellos alimentos que necesitan para multiplicarse”. Existe una cantidad de prejuicios académicos que se han dado a la tarea de menospreciar y perseguir las ideas y conocimientos novedosos y ancestrales por el solo hecho de no contar con el padrinazgo de la diabólica inquisición de la ciencia oficial. El sector donde es muy evidente esta perversa inquisición es el sector de la medicina donde se ha institucionalizado una visión parcial, mecánica y totalmente alejada del aspecto humano en su esencia. En el año 2008 un médico de origen judío sorprendió al mundo con sus declaraciones en una reunión realizada en Noruega, aquí les dejo la información:

“El Gran Rabino Dr. Esra Iwan Götz, ha firmado un documento en el que reconoce públicamente que los médicos judíos y especialmente todos los oncólogos, mayoritariamente judíos, efectúan a sabiendas dos tipos de tratamientos. A los judíos se les trata según la Nueva Medicina Germánica y a los no judíos se les da el tratamiento oficial de tortura con quimioterapia y morfina:

Editorial de la Nueva Medicina Germánica ® Extracto de la reunión mantenida el 17-12-2008 En presencia de los siguientes participantes: Sra. Erika Pilhar, Sra. Olivia Pilhar, Sr. Ing. Helmut Pilhar, Sra. Vera Rechenberg, Sra. ArinaLohse, Rabino de rabinos Dr. Esra Iwan Götz, Sra. Bona García Ortin, Dr. Ryke Geerd Hamer Los participantes en esta reunión maniﬁestan una alarmante preocupación por el hecho de que cada día, y tan solo en Alemania, más de 1.500 pacientes son maltratados y torturados hasta la muerte con quimioterapia y morﬁna. Con la ayuda de esta nueva visión sugerida por el Dr. Hamer casi todos podrían sobrevivir. Esta situación que ha llevado a la muerte, tan solo en Alemania, a más de 20 millones de pacientes no judíos, es el motivo de esta reunión.

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Capítulo IV Las verdaderas causas del cáncer

a inquisición de la ciencia oﬁcial no ha permitido que los conocimientos que conduzcan a curaciones reales sean conocidos, su objetivo es mantener la población enferma.

En 1931 fue galardonado con el premio Nobel el médico Otto Heinrich Warburg por su tesis “La causa primaria y la prevención del cáncer”; él aﬁrmó: “La falta de oxígeno y la acidosis son las dos caras de una misma moneda: cuando usted tiene uno, usted tiene el otro”. “Las substancias ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias alcalinas atraen el oxígeno”.

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Un entorno ácido es un entorno sin oxígeno, y decía que: “Privar a una célula de 35% de su oxígeno durante 48 horas puede convertirlas en cancerosas. Según Warburg “Todas las células normales tienen un requisito absoluto para el oxígeno, pero las células cancerosas pueden vivir sin oxígeno - una regla sin excepción”.”Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos”.

Este trabajo del Dr. Warburg abría una gran ventana de esperanza para la humanidad del futuro, sin embargo, fue totalmente silenciado y en la universidad solo se reducen a decirnos que el cáncer es producto de la mutación de un gen, pero por nada del mundo se investigan a fondo las causas de esa mutación. Por otra parte se le da una supremacía al tema del oncogén, gen productor del cáncer, como si los geOtto Heinrich nes fuesen autónomos. Gracias a la genéEn su obra “El metabolismo de los tuWarburg tica moderna (epigenética) sabemos que mores” Warburg demostró que todas las los genes necesitan de una información formas de cáncer se caracterizan por dos condicio(estímulo) del entorno para activarse. nes básicas: la acidosis y la hipoxia (falta de oxígeno). También descubrió que las células cancerosas son anaerobias (no respiran oxígeno) y NO PUEDEN sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno. En cambio, sobreviven gracias a la GLUCOSA siempre y cuando el entorno esté libre de oxígeno”. El cáncer no sería nada más que un mecanismo de defensa que tienen ciertas células del organismo para continuar con vida en un entorno ácido y carente de oxígeno...

Una visión distinta Siglos de materialismo, de mecanicismo, de determinismo biológico, de reduccionismo, nos han conducido a ver al ser humano como objeto y no como sujeto que participa y crea su propio mundo. Producto de esas teorías, la ciencia médica aún continúa viendo el cuerpo humano como una máquina, como un cuerpo momiﬁcado. Aun en los centros académicos donde se forman los futuros médicos se resisten a estudiar en profundidad el efecto de las emociones, de la actitud y de los pensamientos en las enfermedades. Los pacientes que despiertan a esta nueva visión y logran recomponer su mundo interior y mejorar sustancialmente la enfermedad, me han llevado a ir conformando una visión del cáncer distinta a la visión convencional y, si bien es cierto que no le impido a ninguno de mis pacientes que se hagan terapias convencionales, también es cierto que no las propicio.

Célula Cancerígena

Soy respetuoso de la decisión del paciente, yo creo que la persona que padece la enfermedad es la que debe elegir, porque desde su perspectiva, desde su visión, desde su sentir, debe saber lo que más le conviene, en el caso de los que asisten a mis actividades le ofrecemos medir con los test de conciencia profunda para que se orienten mejor, aunque sabemos que el peso del condicionamiento es muy grande.

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Lamentablemente la filosofía del determinismo biológico ha condicionado la mente del gran colectivo a hacerse el mismo tratamiento, sin embargo, hay otros tratamientos, mucho más efectivos y menos cruentos. En mi caso puedo hablar de algunos pacientes que obviamente no son estadísticamente significativos, como han dicho algunos colegas, comparado con la gran cantidad de personas que van a las instituciones de salud a realizarse terapias convencionales, es muy ínfima la cantidad, comparada con los que hacen otras técnicas como las que yo practico, que apenas se pueden hacer en un modesto consultorio y no en grandes instituciones de salud pública o privada como las que existen en todo el sistema de atención de salud de casi todos los países del mundo. Hoy sabemos que el cáncer es una enfermedad, que como bien lo dice el Dr. Ryke Geerd Hamer, no se origina en la célula aunque es ella la que lo expresa, es una enfermedad que se elabora en la psiquis humana, en el campo psíquico del ser humano y que luego el cerebro, como comando neurológico y eléctrico, envía la señal al órgano en cuestión, según sea el conflicto.

Según Warburg “ Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos.”

28 Según sea el contenido del conﬂicto será el órgano afectado. La mama derecha representa parejas y la izquierda hijos. El estómago es el asiento de erosión por trastornos cuando la persona es sumamente reactiva, rabiosa, iracunda. Los huesos se afectan cuando la persona le pierde el sentido a la vida, como si perdiera su estructura de sustentación. Próstata en el hombre, útero en la mujer representan las diﬁcultades en la percepción de la esfera sexual. Las Meninges (membranas que cubren el sistema nervioso central) pérdida del control, la persona siente que ha perdido el control de algunos

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aspectos su vida. Tiroides conﬂicto de identidad. Piernas, temor a avanzar, etc., el cuerpo conforma un mapa de la conciencia, el cuerpo es un territorio donde la mente se expresa completa, es en el escenario físico donde el alma escribe sus reclamos. Es increíble como aún en los centros de medicina convencional no abordan esto con seriedad, aunque ya se habla en los predios cientíﬁcos del Foco de Hamer, lesión que aparece en el escáner de tomografía que representa la expresión cerebral de las lesiones orgánicas.

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Capítulo V Autodescubrimiento y sanación

l proceso de autodescubrimiento permite entender como la mayoría de las personas ven de la vida solo el lado doloroso con mayor facilidad, cuestión que nos aparta cada día más del verdadero yo y del verdadero sentido de la existencia, ya lo dijo Aldous Huxley: “lo importante no es lo que nos sucede sino lo que hacemos con lo que nos sucede”. El desarrollo del ámbito espiritual nos lleva a entender que los episodios aparentemente traumáticos son excelentes oportunidades para encontrar el camino de la realización y esto es el mejor mensaje de la enfermedad.

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El estado natural del ser humano es estar sano, sin embargo, la constante agresión a que está sometida la vida en este planeta termina por socavar los dispositivos de autocompensación de los sistemas que preservan la vida. Buena parte de esa agresión a los sistemas que nos mantienen con vida, como el campo de energía vital, el sistema de defensa, el sistema inmunológico, el sistema endocrino y el sistema nervioso es autoagresión. Esta autoagresión la hacemos, en buena parte, de manera inconsciente, puesto que obedece a patrones de pensamientos, emocionales y de comportamientos, condicionados por la manera como la persona ha venido reaccionando a lo que ocurre durante los diferentes episodios de la vida, que a su vez responde al modelaje que hacemos de nuestros padres, familiares y figuras de influencia y de la sociedad en general. De todo el influjo e información que recibe el ser humano va armando los mapas y modelos de su mundo y del mundo en general y de allí las ideas que estructura el andamiaje sobre el que construye sus sistemas de creencias, estos sistemas le funcionan como filtros que dejan pasar solo la información que se adecua a los mismos. En la enfermedad, el cuerpo sirve de vehículo para descodificar lo que nos quiere hacer ver esa identidad oculta en el inconsciente mental, que es quien archiva la información de toda la historia de la vida y de la interpretación que le hemos dado a dichos fenómenos, es también la parte que aloja la información arquetípica de nuestros ancestros y trasmitida por la información que guarda el ADN y que Carl Jung definió como el inconsciente colectivo. Esta combinación de la información arquetípica, más la que vamos adquiriendo en el diario vivir, es lo que termina armando nuestro condicionamiento que a su vez define nuestra manera de accionar en la vida. Las estrategias más eficaces para recuperar la salud son aquellas que apuntan hacia el equilibrio de los diferentes ámbitos de existencia que conjugan la vida, todas las interacciones que conforman la existencia humana. Esos ámbitos de existencia van desde

Carl Jung los campos vibracionales de menor densidad hasta los campos menos sutiles o más densos como el cuerpo físico. Debemos entender que el normal funcionamiento del organismo, está determinado por el equilibrio entre los campos sutiles, que son los que inicialmente registran los cambios y modiﬁcan su nivel vibracional ante las agresiones del medio. De manera entonces que la base a partir de lo cual vamos a recuperar la energía sanadora, el potencial autocurativo, recobrar la capacidad de autocurarse y de autosanarse, tiene que ver con la capacidad de recuperación de la energía vital. La posibilidad de recuperarse de enfermedades como el cáncer es tan real como la vida misma. Es importante que la persona maneje la información del inmenso potencial autocurativo que permanece dormido en las profundidades de sus células, ese potencial que está conectado a la energía que mantiene la vida en nuestro planeta, la energía universal de donde surge la fuente de la energía que genera y mantiene la vida.

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Cuando un cuerpo se desarrolla en el útero materno lo hace gracias a que, desde el momento mismo de la concepción, recibió el chispazo necesario para conectarse a la fuente misma de la energía universal cuya esencia va contenida en la plantilla holográfica, la cual funciona como el plano que determinará la inexorable formación de un cuerpo humano, que reflejará la expresión misma de la inteligencia universal contenida en el nuevo ADN, surgido de la combinación del ADN del padre con el de la madre. Esa energía vital que se alimenta de la fuente misma de la creación, es la misma que permite y ha permitido la vida de todo cuanto habita en esta aldea planetaria, bañada por el polvo cósmico del universo que a su vez da vida a los miles de millones de galaxias. Hay algo bien importante que los científicos del determinismo no logran explicarse, y es el origen de la información de células totalmente iguales cuando aún están en la mórula o huevo en gestación, antes de comenzarse a formar las características anatómicas y funcionales del feto, que luego de una división determinada inician la formación de tejidos distintos como músculos, huesos, corazón, cerebro, riñones, intestinos, etc. Es imposible encontrar esta información con aparatos que solo ven el aspecto material de la vida puesto que esta información se encuentra en el gran campo cuántico a donde no llega el microscopio. La energía divina no se puede ver en el microscopio. Cuando se descubrió la interleucina algunos centros de ingeniería genética e inmunoensayo la sintetizaron, pero para asombro de estos científicos que llevaron a cabo la investigación y posterior síntesis de esta sustancia, la interleucina sintética no generaba la misma función que la interleucina natural obtenida de leucocitos de alguna persona. No lo podían creer puesto que eran molecularmente idénticas. Grandes sumas de dinero se perdieron en este afán hasta que se abandonó la ambición de continuar con los ensayos. La interrogante quedó sin respuestas y la razón es justamente la misma del ejemplo anterior, la inteligencia natural y divina contenida en las células es imposible precisarla con medios mecanicistas, solo un cambio de percepción de la conciencia nos lleva a inferir que el ser humano “camina sobre los lomos de un gigante” como

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lo dice el Dr. Joe Dispenza en su famoso libro “Desarrolla tu cerebro”, “tenemos toda una fuerza superior comandando nuestros estados internos y si somos capaces de poner a trabajar ese gigante a favor de nosotros la curación será mucho más fácil”. El Dr. Joe Dispenza logró descubrir cuatro características fundamentales en las personas que logran superar una enfermedad límite y de esas características la primera era precisamente esa inteligencia superior de la que todos, de alguna manera, estaban conscientes. Que esa inteligencia superior estaba ligada a todas las maravillas de las funciones internas, es la misma fuerza que hace que lata el corazón y que el organismo humano realice inﬁnidad de funciones sin que la persona lo sepa conscientemente. Estas personas, según la investigación del Dr. Dispenza, hacían que esa inteligencia trabajara para ellas. La segunda característica que encontró este investigador en estas personas era que lograron entender que los pensamientos importan puesto que éstos inciden en los estados internos y que habían participado en el desencadenamiento y posterior desarrollo de la enfermedad, éstas se propusieron romper el círculo vicioso de los pensamientos limitantes y crearon pensamiento de potencia para lo cual entendieron que tenían que reinventarse a sí mismas. La tercera característica fue justamente esa, se transformaron en otro ser humano. La cuarta característica, verdaderamente determinante, es que esas personas crearon tiempo para sí mismas. Es una característica común en las personas que enferman de cáncer son personas que se ocupan de otras personas y de muchas cosas externas pero dejan muy poco o nada de tiempo para sí mismas, por lo que estas personas aprendieron a estar solas, en silencio, aprendieron a meditar. Esto es muy importante puesto que la conciencia esencial, donde mora la divinidad, es la conciencia quieta sin ruidos, sin juicios, sin pensamientos y allí se dan fácilmente las curaciones. La manera de encontrar caminos apropiados para la transformación y el cambio personal pasa por descubrir y comprender el entramado de la información del inconsciente (aunque no lleguemos a entender muchos aspectos de esa gran caja negra llamada mente) que es la zona donde se han venido guardando nuestras

34 experiencias, las vivencias que, de alguna manera, han condicionado el modo de ver la vida y condicionado el modelo que tenemos del mundo, de nuestro mundo, es decir, los programas que van definiendo nuestra manera de interactuar en diferentes escenarios de nuestra existencia. Cuando nos alejamos de los modelos sufrientes de vida que hemos seguido de nuestros entornos familiares y sociales, empezamos a acercarnos realmente a nuestros sueños, los que nos son absolutamente propios, los que nos centran y nos permiten reencontrarnos con nuestro Ser Interior. En ese instante es cuando empezamos a darnos permiso para cambiar los modelos y programas mentales de donde se derivan nuestras emociones y es allí donde el cuerpo puede hacer una lectura diferente de los fenómenos internos, y es allí cuando nuestro cuerpo empieza a experimentar cambios positivos y a recuperar la salud. La enfermedad es una oportunidad maravillosa para cambiar esos patrones mentales que han venido estructurando un mapa estrecho del mundo, en donde nos enfocamos más en la información de desdicha e infelicidad, lo que a su vez produce emociones que van limitando el disfrute de la vida y que a la postre terminan por cultivar el terreno orgánico para la aparición de enfermedades. La enfermedad, en tanto que crisis, es una coyuntura oportuna para despertar la posibilidad de abrirse a los cambios necesarios que modifiquen las estructuras mentales para potenciar los recursos internos, y lograr los ajustes necesarios que conlleven al descubrimiento de los patrones psicoemocionales eficaces para el encuentro de la plenitud. Hay personas que en medio de un proceso de enfermedad de alto riesgo, sienten que la relatividad del tiempo empieza de alguna manera a correr más rápido y a acortar su permanencia junto a sus afectos, decide un buen día, con convicción y voluntad, dar los primeros pasos firmes para hacer de la enfermedad una nueva oportunidad que le permita ver la vida con una perspectiva totalmente diferente a la que ha conocido hasta el momento presente. El papel que desempeña el dolor, bien sea físico

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(síntoma) o emocional, como elemento motivador, es extraordinariamente determinante para la reconversión de la vida y puede convertirse en un extraordinario sistema sanador y lograr definitivamente transformarse en nuevas emociones purificadoras del espíritu, también el dolor producido por momentos difíciles nos empuja hacia la posibilidad de modificar nuestra percepción y transitar hacia una nueva vida. Los momentos de epifanía vividos por San Juan de la Cruz son un buen ejemplo de cómo el dolor puede ser también sanador e iluminador. El cáncer, como cualquier otra enfermedad de alto riesgo, se puede curar siempre y cuando la persona haga un trabajo para modificar su actitud ante la enfermedad primeramente y, por supuesto, ante la vida. Debe revisar toda la gama emocional que vivía en el momento de la aparición de la enfermedad. Redimensionar y reordenar la vida en virtud de sanar las memorias pendientes, replantearse nuevos patrones mentales menos reactivos para asumir esquemas conductuales y emocionales cercanos al amor propio. Solo de esta manera se construirá una sensación que eleve la vibración que llega al ADN y se enciendan los disparadores de la luz interior. Sanando las memorias insanas que han dejado improntas en el campo holográfico se suavizarán las densificaciones y se restablecerá el flujo normal de energía vital en las zonas afectadas. Por otra parte, las sustancias como los mensajeros emocionales (neurotransmisores) que llegan a las membranas de las células serán sustancias de activación y de potenciación celular, para

Un linfocito CD8 dándole el beso de la muerte a una célula tumoral.

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Dos células Natural Killer disparando interleucina a una célula tumoral que estos dispositivos que nos preservan la vida, como es el caso del sistema inmunológico, actúen de una manera coherente y con gran potencia para mantenernos sanos. De este modo se logra que todas las células diseñadas para sanarnos como las natural killer, los linfocitos CD8 y los macrófagos hagan un trabajo óptimo y borren los rastros de la enfermedad.

Volvamos a la energía Es importante que recalquemos esta información de los campos magnéticos o electromagnéticos de la célula, tejidos, órganos y del cuerpo humano. Ya sabemos que todo lo que tiene vida en este planeta posee un campo electromagnético. Albert Einstein decía que todo es energía, y es verdad, somos energía, ya sabemos cientíﬁcamente que una célula normalmente posee una cantidad de electricidad en su membrana que va de 70 a 90 milivoltios. Esta cantidad de electricidad que genera el campo magnético celular se reﬂeja en el equilibrio eléctrico de la membrana celular por el intercambio de iones de potasio en el interior de la célula y de sodio en el exterior de la membrana. Cuando una célula pierde su carga eléctrica o su cantidad de electricidad baja a menos de 30 milivoltios, muere. Lo cierto del caso que esa energía es lo que garan-

Macrófagos fagocitando células muertas

tiza la vida, por eso es que esta energía vital quizás no tendría las mismas características si estuviésemos en otro planeta como Plutón. Por ejemplo, si hacemos un ejercicio de imaginación y nos trasladamos a ese planeta, muy probablemente no podríamos sobrevivir y nos desintegraríamos por un aporte inapropiado de energía, de tal manera que esta energía es fundamental para la vida. Ahora ¿cómo procesamos nosotros esa energía? Sabemos por el conocimiento de la bioenergética, por descubrimientos tan importantes como el del Sr. Semyon Kirlian, técnico de aparatos eléctricos de origen ruso, que descubrió la electro-cámara llamada cámara Kirlian. Ésta tiene la propiedad de revelar una especie de halo luminoso a centímetros más allá del cuerpo fotograﬁado. Actualmente existen dispositivos que se han diseñado a partir de esta cámara, muchos más avanzados como el GDB, que hace fotografías del campo electromagnético humano en donde puede verse con mayor claridad los colores relacionados con las sensaciones y las emociones que la persona esté manejando en el momento de hacer la fotografía. La calidad de esta energía determina la calidad de la electricidad celular, de tal manera que si la energía vital baja, baja también la cantidad de electricidad de las membranas celulares.

36 El cuerpo humano se mantiene integrado en sus células, tejidos, órganos y sistemas gracias a la plantilla holográﬁca de su campo áurico representado en la circulación de los electrones alrededor del mismo (todo cuerpo vivo posee electrones gravitando a su alrededor y donde hay electrones hay electricidad y donde hay electricidad hay campo magnético, por lo que es mucho más apropiado hablar de campo electromagnético).

A partir de los años 70 se comenzaron a diseñar dispositivos para captar estos campos sutiles, que por ser muy débiles requieren de instrumentos de una altísima sensibilidad. El cuerpo humano es en esencia un gran campo de energía, de ondas de frecuencia, sólo que nuestros sentidos tienen la capacidad de decodificar y verlo como carne y hueso, al igual que un televisor que decodifica la frecuencia de las ondas que capta en el campo y las convierte en imágenes y sonidos. Es tan importante el tema de la energía que en Medicina de la Conciencia privilegiamos la medición de los diferentes centros de energía y sus respectivas zonas, así como la información (tema del conflicto) relacionada a los mismos, de tal manera que la persona pueda trabajar con el disparador originario del trastorno en la conciencia.

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¿Qué es lo que determina el aporte adecuado, óptimo o disminuido de la energía vital en la célula y en los tejidos? Resulta que las ondas de energía que nosotros recibimos, que según estudios de los últimos tiempos, plantean que la recibimos en la zona del corazón, el principal distribuidor de la energía vital en el cuerpo humano, la coherencia del corazón con el cerebro, sería la responsable de la armonización de esta energía en los tejidos, en los órganos, en las células, la calidad de la energía que llega a los tejidos estaría determinada por la calidad de las emociones que maneje la persona. Las emociones positivas crean coherencia del campo mientras que las emociones negativas rompen la coherencia, a partir de allí se crea la discordancia que aterriza en el tejido afín al contenido de la emoción, generando el desequilibro en la membrana celular que da al traste con la armonía de los campos electromagnéticos celulares del tejido en cuestión. De allí la importancia que tienen las emociones para el aporte de energía vital en las células, en los tejidos y en el cuerpo humano en general.

Esta lámina ejemplifica como las emociones ligadas al temor, al ser de ondas lentas, ejercen una pobre influencia en los enlaces generadores de luz convergente del material genético (ADN) mientras que las emociones ligadas al amor, al poseer ondas rápidas y de mayor altura, pasan por mayor cantidad de enlaces en el ADN optimizando los mecanismos de reparación celular. El descubrimiento de que en el ADN se generan rayos de luz convergente se le debe al científico Alemán Fritz Albert Popp, creador de la biofotónica.

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Capítulo VI Medicina de la Conciencia: Una medicina liberadora

acer Medicina de la Conciencia es sanar las memorias dejadas por la impronta del conﬂicto o situación vivida que creó las condiciones para la aparición de la enfermedad. Es importante hacer notar que la conciencia puede sanar aunque no siempre sana el cuerpo, puesto que la curación del cuerpo depende del grado de deterioro del mismo, el cual se encuentra, en algunos casos, en lo que llamamos el estado de no retorno, lo que no implica que no se deba hacer el trabajo de sanar la conciencia, porque en ﬁn de cuentas el único sentido que tiene la existencia terrenal es la evolución de la conciencia, el cuerpo es un vehículo de uso transitorio.

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SALUD Todos caminamos inexorablemente hacia la muerte. Cada día que pasa nos acercamos hacia la despedida de este plano, sabemos que no solo de pan vive el hombre, como lo decía Jesucristo, es decir, no solo de cuerpo está hecha la vida, no solo de cuerpo físico, existen otros cuerpos, el campo de energía vital nos da un cuerpo etéreo también llamado cuerpo electromagnético o campo áurico, pero también existe el cuerpo mental, el cuerpo astral, el cuerpo espiritual, y no todos estos cuerpos perecen con la muerte del cuerpo físico. Con la muerte del cuerpo físico desaparecen las células, los tejidos, el organismo, incluso posteriormente el campo de energía vital de ese organismo, pero no necesariamente desaparece todo el campo astral, y mucho menos el cuerpo espiritual, el cuerpo humano es un vehículo del espíritu, es un traje que necesita el espíritu para vivir la experiencia en este plano terrestre y ese traje se lo quita el Ser al cambiar de dimensión. Cuando el ser humano abandona el plano terrestre, lo que convencionalmente llamamos muerte, la vida del Ser en espíritu continúa en otra dimensión, en una dimensión distinta donde no aplican las mismas categorías de esta tercera dimensión, de este plano terrestre. En la dimensión de las almas no aplican las categorías de tiempo y de espacio, es una dimensión de un presente eterno donde lo que para nosotros ocurrió hace muchos años allí se mezcla con una realidad total atemporal. Este conocimiento que han mantenido las culturas místicas de oriente nos ha sido ocultado en occidente a través de un discurso religioso alejado de la verdadera naturaleza espiritual. Es importante realizar el trabajo sanador en la conciencia de la persona enferma, independientemente de lo que suceda en el curso de la enfermedad, claro está que mientras menos desarrollada esté la enfermedad, más posibilidades existen de recuperar la salud, aunque sabemos que lo importante es sanar los conﬂictos. Lo que sucede, generalmente, es que cuando se sanan auténticamente los aspectos conﬂictuados de la vida, la enfermedad desaparece, porque la enfermedad no viene sino a completar algo que faltaba en el ser humano, la enfermedad es un discurso, es un mensaje, la enfermedad es una información que de alguna manera viene a decirle a la persona “te falta esto para que

39 estés completa”, porque el proceso de evolución es un proceso de completar, de recordar, de aceptar, de ver, de iluminarse.

Canal Central Cuerpo Físico Cuerpo Etéreo Cuerpo Astral Cuerpo Mental Cuerpo Causal

Tomado del libro La curación Energética de Richard Gerber

La enfermedad es justamente un vehículo a través del cual podemos ver lo que no hemos visto en condiciones normales, por eso debemos deslastrarnos de esa visión convencional de ver la enfermedad como algo muy negativo, debemos despojarnos de esa perspectiva de creer que es un enemigo, la enfermedad es un amigo que nos viene a decir la verdad, pero es un amigo muy sincero, del que preferimos huir, preferimos no ver, por eso lo combatimos con toda la fuerza, pero cuando nos hacemos del coraje necesario para ver cara a cara la enfermedad, y más que a la enfermedad, lo que nos quiere decir dando con la información adecuada. Cuando desciframos los códigos del mensaje del cuerpo, cuando vemos lo que la enfermedad nos quiere decir, cambiamos, sanamos, evolucionamos, nos trans-

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formamos, nos redimimos en la totalidad del Ser. Debemos ver el cáncer como una oportunidad para trascender, una oportunidad para sanar el Ser, si lo vemos así será mucho más fácil curar la enfermedad, si aún queda tiempo. Con el tiempo ha ido creciendo la lista de personas que se beneﬁcian de esta información y demuestran efectivamente que existen otras maneras de sanar y especialmente de usar la enfermedad para evolucionar y darle sentido a la encarnación, independientemente de lo que suceda con el cuerpo, aunque lo que debe ocurrir es que el cuerpo haga lectura apropiada del mecanismo de la recomposición de la conciencia y recomponga también los mecanismos de recuperación de la salud.

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Cuando la persona enferma, se da cuenta de lo que estaba ocurriendo en su vida, qué es lo que tenía que hacer y qué no hizo o dejó de hacer que trajo más sufrimiento, más desdichas y más trastornos a su mundo, se dará cuenta que la enfermedad es una consecuencia lógica de eso, allí podrá descubrir justamente eso que aterrizó en su vida como perturbación y como originario de su sufrimiento y por supuesto de la enfermedad. El elemento fundamental que queremos traer a colación con la propuesta de Medicina de la Conciencia es humanizar la enfermedad, es instalarle un perﬁl humano, no un aspecto estadístico, no un caso impersonal y sin rostro. No hay nada más humano que la enfermedad. La atención en los centros hospitalarios es, en buena medida, impersonal, distante. El condicionamiento es tal que incluso los enfermos, inconscientemente, se adaptan a ese tratamiento impersonal e inhumano de la enfermedad, lo cual aumenta la sensación de inseguridad y desamparo.

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El gran drama de la ciencia convencional es que le ha quitado el rostro humano a la enfermedad, ha deshumanizado totalmente el ejercicio de la medicina y lo ha hecho muy técnico, el médico se ha convertido en un perito, en el técnico de un aparato de diagnóstico, en un técnico de un aparato terapéutico o en un experto recetador de químicos por lo que vemos una medicina desprovista del elemento fundamental del proceso salud–enfermedad del ser humano, desprovista de filosofía. Como dicen los autores del libro La enfermedad como camino: Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, “la medicina equivoca la filosofía, o mejor dicho carece de filosofía”, y no tiene filosofía porque se ha tecnificado, se ha mecanizado, se obnubiló con la química y perdió el componente experiencial, histórico, humano. La enfermedad no es sino una información y así lo consideramos en nuestro trabajo de Medicina de la Conciencia, es una información, es un mensaje, es un clamor del alma hecha cuerpo, hecho trastorno, tenemos que rescatar el carácter humano de la enfermedad para poder rescatarnos a nosotros mismos.

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Capítulo VII El enfermo y su entorno

l inconsciente mental guarda muchas memorias reactivas que desarmonizan los campos de energía y por lo tanto la vida. La persona enferma continúa reproduciendo estos patrones de manera inconsciente, lo trágico, es que también lo hace su entorno familiar, sin darse cuenta de que con esto impiden la curación de la persona afectada. La actitud y la manera de responder a las situaciones difíciles son programas automatizados en la manera de actuar y sentir del ser humano, y generalmente esos patrones son compartidos por el grupo familiar, el enfermo es la parte visible de patrones familiares enfermógenos.

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Los seres humanos nos damos a identificar de una manera o de otra y el entorno nos etiqueta la identidad, y sin darse cuenta también etiqueta sus respuestas ante nosotros. La curación real de un enfermo de cáncer generalmente requiere de un proceso de reconversión de la vida familiar donde todos, o al menos los más cercanos, identifiquen los patrones reactivos viciados y los transformen en patrones positivos a través del amor auténtico e incondicional, el amor compasivo, esto crea una atmósfera de gracia donde la curación puede venir con mayor facilidad. Es común ver a los familiares del enfermo muy preocupados por la recuperación del mismo, sin embargo, continúan reaccionando ante las posturas reactivas y de reclamos del paciente con las mismas molestias, quizás esta vez en silencio, sin saber que esas ondas discordantes están llegando al campo vital del su ser querido y están profundizando la enfermedad. La enfermedad de un miembro de la familia es una enfermedad de la familia, y lamentablemente el común de las personas no tiene esta información. La enfermedad de un familiar no solo es una oportunidad de transformación del enfermo, también es una oportunidad para que la comunidad familiar se revise y exprese con sinceridad, la necesidad de transformarse en una comunidad a través del amor puro y no de posturas quejumbrosas. La solución del conflicto en cuestión aparece cuando nos acercamos al componente humano de la enfermedad.

Otros casos abordados con Medicina de la Conciencia María Luisa llega a la consulta con diagnóstico de cáncer de mama derecha. Por la interpretación de los códigos del cuerpo, seno derecho tiene relación con pareja por lo que en el abordaje emocional, luego de permitirle que hablara en términos técnicos de todos los exámenes realizados en la asistencia convencional hecha por el oncólogo, mamografía, ecosonograma, etc., venía ya de ser tratada con quimioterapia y llega a nuestra consulta incluso con metástasis en la pared costal, le preguntamos por su pareja y nos dice que no tiene pareja, que se divorció hace doce años y le pre-

gunto, que si en ese tiempo de hace doce años ha tenido otras relaciones. Contesta: “Seis años después tuve una pareja y fue la misma historia y tres años después tuve otra y, bueno, ocurrió igual, hasta que decidí quedarme sola, “todos los hombres son iguales’”, fueron sus palabras. Aquí podemos ver reﬂejados en la historia de María Luisa, de cincuenta y dos años, lo que notamos en la mayoría de las personas: Hacen de la realidad lo que sucede en su experiencia, entonces generalizan, “todos los hombres son iguales”. Cada ser humano es distinto, pero muchas personas tienden a ver a todos los seres humanos con las caras y etiquetas de los que llevan en su modelo mental, especialmente de aque-

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llos que han dejado una huella sufriente en su historia. María Luisa desconoce que si no modiﬁca el mapa de su realidad, continuará viendo la vida con los mismos patrones de pensamientos y no habrá cambios, ya dijo Einstein “Los problemas no tienen solución en el mismo nivel en el que se producen”. El sello de las experiencias sufrientes continuará marcando la historia personal hasta tanto no sean encaradas y trascendidas las memorias de desdichas, sino se sanan las memorias, por supuesto se van a repetir, MEMORIA QUE NO SE SANA, MEMORIA QUE SE REPITE. Los trastornos no son sino reclamos para que sanemos. En estas historias de infortunios se producen

especie de autoengaños, donde la persona perturbada piensa que ha sido afectada desde afuera sin percatarse que son sus patrones mentales reactivos los que generan incesantemente el sufrimiento. El ego le hace creer que es afectada y le hace desempeñar el papel de víctima en la película de su vida, un círculo vicioso que se continúa retroalimentando al inﬁnito a no ser que la persona haga una introspección y descubra que nadie afecta a nadie, que es la propia mente la que arma el drama, en donde la victimización es el elemento fundamental. Solo hace falta un giro de la percepción para descubrir que tenemos opciones, que se puede elegir otra postura donde veamos el sufrimiento cara a cara y descubramos que es una obra generada con un sello exclusivo, con autoría propia.

María Luisa había tenido con su primera pareja, experiencias sumamente traumáticas. Algunos años después de casada se divorcia, incluso duraron años sin comunicarse, lo hicieron varios años después, justamente cuando su hijo se graduó de bachiller, su único hijo, esta mujer no había sanado el conﬂicto con su esposo, por lo tanto seis años después, se consigue una relación, exactamente igual. Muchas personas desconocen que según sea su historia genera los pensamientos que gravitan en su mente, y de allí salen los sentimientos que aterrizan en el cuerpo inconsciente, el sentimiento es la creación pura donde mente y materia, lo que originariamente somos, conjugan su obra. Dependiendo de los pensamientos, así serán las emociones. Pensamiento y emoción construyen la sensación, sensación es sentimiento, y el sentimiento es lo que otorga la vibración de nuestras ondas, esas ondas son el elemento portador de la comunicación con la creación, somos dioses co-creadores de la vida, cocreadores porque según nuestras sensaciones, nuestros sentimientos, nuestras intenciones conscientes o no, estamos construyendo nuestra vida, nuestro mundo, nuestra realidad, la estamos construyendo con el inﬁnito océano de posibilidades de la creación universal, de la energía divina, del creador padre-madre universal, el cual nos acompaña con nuestra vibración. Si vibramos en la tristeza obtendremos de ese campo pura tristeza, si vibramos en la alegría sacaremos de ese océano de posibilidades los elementos de alegría, por una sencilla razón de resonancia, resonamos según nuestra frecuencia, según las ondas que desprenden

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nuestras sensaciones y el creador universal arquitecto de la inteligencia que reposa en el gran campo de todas las posibilidades, nos acompaña en esa vibración devolviéndolas en su justa dimensión, esa es la esencia del libre albedrío. Según las ondas que se desprenden de nuestro sentimiento, serán las ondas que nos devuelve el infinito océano de posibilidades que es la gran mente universal, la mente del creador, ya que dependiendo de la sintonía a la que conduce la vibración de las sensaciones generadas por las ideas, pensamientos y creencias que residen en la conciencia profunda, saldrán a la superficie convertidas en las circunstancias que reproducen dichas ondas. Las sensaciones generan una calidad vibratoria que es la que determina la resonancia que sintoniza la frecuencia correspondiente en el campo de energía universal, y ésta nos devuelve la misma onda que nosotros le entregamos, de la cual emerge nuestra realidad. María Luisa al no haber sanado sus memorias con el conflicto de su primer matrimonio continúa atrayéndola, y la energía universal le sigue devolviendo la misma frecuencia, la misma onda, la misma vibración, traducida en las mismas circunstancias y en los personajes iguales con diferentes nombres. Esta mujer creía que así era la vida y generalizaba la vida por las experiencias personales, y dice “que mala suerte he tenido yo en la vida”, “todas las relaciones que me he encontrado han sido iguales”, lo único igual era su mente. La vida hace de cada ser humano, lo que cada ser humano tiene en su conciencia, la conciencia es la que genera la emocionalidad y las sensaciones, es el interruptor que enciende circunstancias, estados, historias, experiencias, de tal manera que todo se genera por resonancia, porque el ser humano al ser energía, como ya lo hemos dicho, vibramos en una frecuencia determinada y esa vibración determina la onda que atraemos a nosotros y de allí se derivan las experiencias y las historias subsecuentes.

El campo de energía vital funciona como una antena repetidora de frecuencias que envía las ondas que generan el sentir. La creación donde mente y materia se conjugan emitiendo la información del nivel de conciencia que sintoniza el sentimiento, la sensación funciona como sintonizador del canal en el que vibramos, y allí encontramos otras mentes que también vibran en la misma frecuencia, nos encontramos por resonancia, resonamos en la misma sintonía y por eso nos atraemos. Un joven al que llamaré André de treinta y seis años asiste con un tumor en la pierna derecha, le noto el aumento de grosor de su rodilla derecha que se percibe fácilmente por el gran tamaño. Me dice que tiene para esa misma semana planteada la cirugía para amputar la pierna, que fue la conclusión a la que llegó el cirujano oncólogo que lo está tratando. Le planteo que no estoy en desacuerdo, sin embargo, lo voy a explorar a ver y le daré una opinión con mayor propiedad, después de realizar el interrogatorio me dispongo a hacerle las mediciones con los test de energía y conciencia, y obviamente la zona del tumor responde muy débil a las mediciones. Hago una pregunta que destapa la

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historia que dejó una impregnación de gran impacto en su pierna derecha, le pregunto si en algún momento de su vida sufrió alguna impresión o tuvo una situación que le impidió avanzar en algún proyecto importante de su vida, responde: “A los diecisiete años mi padre quiebra un negocio de ventas que era el sustento de la familia, hipoteca la casa con un banco y también pierde la casa”. André es el único varón de los hijos y tiene tres hermanas, asume el negocio y al tiempo recupera la casa y se queda en el negocio para toda la vida, los planes de viajar a otra ciudad para sus estudios universitarios se vinieron abajo, y tuvo que asumir un rol de gerente de familia en sustitución del padre. Es muy importante destacar que luego de hacer ejercicio del perdón con su padre el campo de energía de la pierna se recuperó, quedó impresionado, lo que sirvió para que se abriera una ventana de esperanza y aceptara hacer todo un plan de trabajo en virtud de recuperar la salud de la pierna, dejando la amputación como segunda opción. Este joven lo atendí hace apenas seis días y estamos esperando resultados y ya por supuesto le hice el reencuadre de rigor, que si no hay resultados con nuestro esquema entonces proceda a la amputación, ya que es mejor vivir con una pierna que no vivir.

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SALUD Betty es una paciente de treinta y ocho años que atendí hace ya dos años con una lesión tumoral en tiroides, la glándula tiroidea está localizada en la región de la garganta zona que representa fundamentalmente el nivel de identidad. La identidad es la manera como se ve la persona a sí misma, las identidades fundamentales en la mujer son hija, madre, pareja y profesional. Hay algunas mujeres que tienen hipertrofiada una identidad, se ve con frecuencia en mujeres que enferman luego del rompimiento de una relación, sin embargo, el caso de Betty es en la identidad de hija. Refiere que “toda la vida” se mantuvo un conflicto con la madre, de hecho desde los dieciocho años se fue de su casa a vivir en una residencia puesto que, según ella, no la soportaba, luego de la muerte de su madre que ocurrió dos años antes de asistir a mi consulta, venía manejando sentimientos de culpabilidad. No es extraño que se haya lesionado la tiroides, la cual está ubicada en la zona relacionada con la identidad. El rol de hija se había desconfigurado, con Betty trabajamos la necesidad de sanar las memorias discordantes con su madre y otras estrategias de autocuración y orientaciones biológicas. Siete meses después el tumor tiroideo desapareció. Para sanar una enfermedad hay que sanar las circunstancias que crearon la vibración para la aparición de la misma. Lo determina, fundamentalmente, la calidad vibratoria de la célula. Es la sensación que genera pensamientos y emociones, de acuerdo a esa vibración entonces va a existir un circuito eléctrico y este es el elemento novedoso en esta información, de que todo estado, toda situación, toda enfermedad, posee un circuito eléctrico, luego entonces el cáncer tiene su propio circuito y la manera de sanar el cáncer es romper el circuito eléctrico del cáncer. ¿Cómo se rompe el circuito eléctrico del cáncer? Se rompe cuando descomponemos la vibración que le dio origen. Por eso tendríamos que irnos al conflicto en cuestión, a la historia personal, a la experiencia que dio origen a esa emocionalidad, a esos pensamientos, a esas sensaciones, a ese sentimiento que a fin de cuentas es lo que define la vibración.

53 Una persona que no ha sanado la historia de un conflicto determinado sigue atrayendo en su vida las mismas situaciones, pero no solamente eso, sigue incluso reaccionando de la misma manera a circunstancias y situaciones distintas, es decir que aquella persona que ha vivido conflictuada, ve conflictos donde no los hay, aquella persona que ha vivido inmersa en una mente problemática ve problemas donde existe solución, por lo que está manteniendo la misma frecuencia en sus campos vibratorios celulares. Para que la persona pueda romper ese circuito hay que pasar obligatoriamente por un proceso de REEDUCACIÓN EMOCIONAL, PSÍQUICA Y CONDUCTUAL, un proceso reeducativo que permite recomponer todas las acciones de su vida, de cambiarle la posición perceptiva detrás de la cual ha venido viendo la vida, para que comience a ver otras realidades, a partir de otra percepción. Para crear otra manera de percibir la vida, tenemos que cambiar la percepción, para ello tenemos que sumergirnos en la realidad de la historia de la persona y encontrar en esa realidad las potencialidades que dejó de usar, y entender el por qué reaccionó de esa manera ante situaciones a las cuales debía solamente comprender. Todo esto pasa, en primer lugar, por un transcurso de aceptación, para lo cual nos hace falta humildad, abandonar las posturas egoístas, bajarle volumen al ego, quitarle protagonismo a esa personalidad postiza, porque sin darnos cuenta la reactividad fue conformando una personalidad que no es sino la personalidad del ego, no somos así en esencia. En esencia somos seres puros, somos seres nobles, pero el ego nos quita la pureza y nos quita la nobleza, claro está, tenemos que reconocer todas las habilidades del ego para disfrazarse, porque el ego nos hace creer que eso somos nosotros y entonces elaboramos unas defensas de la identidad pensando que somos eso y nos defendemos. Cuando queremos quitarle protagonismo al ego, a veces creemos que ese protagonismo es nuestra verdad y caemos en la no aceptación, en la negación, en la proyección. Los grandes autoengaños, como decía Sigmund Freud, también son defensas del yo que en fin de cuentas no son sino defensas del ego, por lo tanto tenemos que debilitar un poco el ego para ganar autosinceridad y reconocer, aceptar.

54 Una vez que aceptemos podemos entonces analizar de manera franca, transparente, cristalina, las situaciones de nuestra vida, de nuestra historia, que nos han llevado a situaciones de conflictos de reactividad y por lo tanto hemos elaborado memorias insanas, que al no haber sido resueltas, al no haber sido sanadas, se continúan expresando, y al expresarse creamos entonces una vibración que arma, que elabora, que construye los circuitos neurológicos y energéticos de la enfermedad. Para sanar hay que romper esos circuitos, hay que reelaborar la vida, hay que salir de la aptitud del comportamiento y de los patrones de pensamientos que dieron origen a esas memorias, a esos conflictos, a esas reminiscencias y a esas vibraciones, creando otra percepción mucho más coherente con nuestra pureza, mucho más congruente con el Ser. Desde esa postura creativa congruente, sana, podremos entonces activar un sentimiento desde el campo magnético del corazón que cree coherencia a las ondas que se transmiten a través de la distribución energética del campo electromagnético y esa onda coherente comienza a re-armonizar los campos donde se crea entonces un circuito eléctrico distinto, que es el circuito eléctrico de la recuperación de la salud, de la vida. Rita una participante de nuestros cursos, que asistió hace dos años, con diagnóstico de cáncer de cuello uterino, después de asistir a actividades de apertura del curso de Medicina de la Conciencia ese año decidió asumir nuestro plan de Curación, renunció a la terapia convencional, sin embargo, yo le decía que continuara visitando su ginecólogo, al cual continuó asistiendo hasta que su ginecólogo (mujer) la conminó a que sino seguía las conductas terapéuticas convencionales no la podría seguir atendiendo, y en efecto se negó a atenderla. Esta muchacha tuvo que buscarse otro ginecólogo (hombre), un profesional de larga trayectoria que la aceptó como paciente y fue mucho más ecológico con ella, en el sentido que le respetaba el hecho de no querer hacer el tratamiento oficial. Lo simpático del caso, es que esta muchacha sale embarazada en medio de este proceso y algunos familiares, entre ellos una trabajadora de la salud, enfermera graduada, le sugerían hacerse los tratamientos convencionales, que ya en ese momento tenía que realizarse la interrupción

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del embarazo y la extracción del útero, hacerse una histerectomía. Esta muchacha llega confundida en ese momento a mi consulta, “doctor estoy embarazada no sé qué hacer” y yo le pregunto “¿Quieres tener a tu hijo?”, “Sí yo quiero tener a mi hijo”, dice ella, “vamos a medir eso”, afortunadamente en el trabajo de la medicina de la conciencia, contamos con unos test psicokinesiológicos muy importantes, como el test de Omura, el test del brazo, el test del cuerpo como péndulo, varios test que aplicamos. En ese momento hicimos fundamentalmente el test de Omura y ella pudo constatar, por cuenta propia, como en el test aparecía fuerte cuando pensaba en continuar con su embarazo, cuando pensaba en tener a su niño. Por supuesto había algunas situaciones de conﬂicto en el fondo de esta paciente que obviamente trabajamos, las cuales logró recomponer sanamente en su mente y pudo, no solamente tener su hijo, sino además, que desaparecieran las células cancerígenas, hoy esta muchacha vive en estado de gracia disfrutando a su hijo y a su familia. Esta historia nos demuestra que sí es posible, que sí podemos sanar con otros métodos, muchos más humanos, ecológicos y especialmente más auténticos, cónsonos con la historia y la esencia del ser humano. No concebimos la curación y mucho menos la sanación sin sanar la historia de la persona afectada, que a ﬁn de cuentas es la activadora de todos los trastornos, porque una persona feliz no tiene enfermedad, muere mayor o por cualquier circunstancia distinta a una enfermedad, de tal manera que no puede haber curación sino tomamos en cuenta la historia de la persona, y de eso trata todo esto que he llamado: “MEDICINA DE LA CONCIENCIA”.

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Capítulo VIII Plan terapéutico

a dieta debe ser totalmente alcalina, ésta se garantiza consumiendo todo vegetal, mientras más crudo mejor. El aporte proteínico se garantiza con el consumo de granos, arroz y semillas (nueces, pistachos, maní, almendras, etc.). En el desayuno debe consumir un batido energético con 3 ciruelas, un cambur (opcional), una cucharada de linaza y una de ajonjolí, si es posible agregarle 7 almendras, todo esto batido en yogurt (el único lácteo permitido)o en su defecto se puede usar requesón. También se deben consumir jugos naturales sobre todo de guanábana y otras frutas acuosas (melón, lechosa, patilla, mango, pera, etc.).

La desintoxicación será fundamental en esta primera fase para la recuperación de la función hepática. Ésta descansará en dos estrategias: la primera es el enema de café. Se lo aplicará 2 veces por día, la primera semana, para que la limpieza sea más rápida y rescatemos el hígado lo más pronto posible. La segunda estrategia serán los extractos de zanahoria y manzana, los cuales se consumirán durante 14 tomas (7 de zanahoria y 7 de manzana de manera alternada por tres días consecutivos, durante estos días solo se consumirán los extractos, la orina y agua. El cuarto día será un día de ayuno total donde solo se consume orina y agua, y luego se repiten tres días más de extractos de zanahoria y manzana. Todo esto suma siete días. Los días ocho, nueve y diez será dieta libre, donde se iniciará con el batido energético como desayuno, el almuerzo será dentro del marco de la dieta alcalina basada en vegetales crudos en 80% y cocidos 20%. Para el aporte proteínico se puede también consumir la clara de huevos. En el día once se reinicia nuevamente el ciclo de los siete días de desintoxicación y aquí sería bueno contar con la orientación de un terapeuta que conozca estas estrategias ya que los ciclos de ayuno y desintoxicación se mantienen dependiendo de la magnitud de la enfermedad y las condiciones de la persona afectada. Terapia solar, la técnica de mirar el sol en horas de no riesgo como a la salida y a la puesta tiene muchas bondades, en lo personal es mi principal fuente de energía después de los alimentos. En la persona que se está recuperando de un cáncer es importante esta fuente alterna de energía. Con este esquema no tendrá riesgo alguno. Es importante iniciar con 20 segundos e ir agregando 20 segundos todos los días hasta llegar a 9 minutos, a partir de lo cual mirará el sol 9 minutos diariamente, las horas de mayor beneﬁcio y menor riesgo son a las 6:30 am (salida) y 6:00 pm (puesta). Para los interesados en saber más sobre esta técnica pueden revisar en internet la técnica del Sungazing.

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Orinoterapia, la presencia del Antineoplastón en la orina garantiza el bloqueo por vía natural de la actividad tumoral. Mientras más cantidad se consuma mayor cantidad de antineoplastón se estará aportando, y ésta será la quimioterapia natural. Se debe consumir litro y medio al día con la excepción que en el día cuatro de la desintoxicación (día del ayuno) será toda la cantidad posible. Ejercicio Físico: Es importante el ejercicio físico moderado especialmente las caminatas a campo abierto en parque o playas, lo cual mejora la oxigenación celular, vital para que las células tumorales entren en apoptosis (autoparalización y muerte) por la presencia del oxígeno. Hidratación: Es básico el tema de la hidratación lo cual eliminaría otra condición en la que vive la célula tumoral que es la deshidratación, el consumo de agua natural (no fría) en cantidades importantes (2,5 litros al día) es fundamental. Meditación: Meditar es una disciplina que deberían practicar todas las personas, con la meditación se obtienen muchos beneﬁcios mentales y corporales. Decir que la meditación es una estrategia terapéutica es devaluarla, puesto que la meditación la deberían practicar todos los seres humanos que aspiren un camino de elevación de la conciencia. Con la meditación se van sanando los patrones viciados y reactivos que son el origen de las desdichas y el sufrimiento. Las personas que nunca han practicado meditación se pueden beneﬁciar con la meditación Anapana (atención exclusiva en la sensación del aire en la nariz al entrar y salir de manera natural sin alterar conscientemente la respiración) dos veces al día, comenzar con 10 minutos y con el correr de los días ir aumentando hasta llegar a media hora y después de varios meses una hora. Te invito a leer en mis escritos de la pagina web angelcuantico. com: “Meditación Vipassana: El arte de vivir”.

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58 Perdonar: Es fundamental resolver conflictos pendientes, es parte del trabajo de desatar los nudos de la conciencia comprometidos en memorias insanas para esto usamos una invocación donde combino el Código Moisés (el uso del Yo soy que identifica la divinidad en cada ser) y la teoría de Hoóponopono, técnica de los antiguos Hunas Hawianos, y que popularizó el Dr. Hew Len, haciendo esta invocación se obtienen resultados maravillosos y se logran suavizar los conflictos y sanar memorias donde hacía falta el perdón auténtico, se debe hacer esta invocación todos los días al despertar y antes de dormir, todo el tiempo que dure el proceso curativo. Yo_____ desde lo más profundo de mí yo soy me perdono y perdono a______ la/o amo, bendigo y libero y pido a la divinidad que limpie y sane todas las memorias discordantes que existan entre nuestras almas. Amén, Amén, Amén. Lo siento, te amo, gracias. Re-empoderamiento en momentos de dolor y dificultad. Los momentos de molestias son oportunidades de oro para reencuadrar el síntoma y reempoderarse, por ejemplo me está doliendo pero “como todo es impermanente” dentro de un rato no me va a doler, y en los momentos cuando no tenga dolor pensar en todas las partes del cuerpo que no están enfermas y agradecerles, también es determinante no dejarse arrastrar por la dificultad de situaciones difíciles propias o relacionales, e interpretar todo lo que sucede como una oportunidad para avanzar, las relaciones tóxicas deben ser sanadas.

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SALUD Descubrir el mensaje de la enfermedad. Es fundamental pensar con mucha frecuencia cual es el mensaje nuclear de la enfermedad, si tomamos en cuenta que el cáncer se desarrolla cuando hay compromiso de los sistemas de soporte de la vida, por sobrecarga de basura mental y química. Especialmente cuando esa basura son mensajes de auto-desvalorización y de reacción permanente al medio, por pensar que todos los factores del entorno le perturban, cuando en verdad es la propia persona la que ha es-

tado contínuamente afectándose. Entonces el trabajo de recuperación es en reversa total que implica perdonarse profundamente sin juzgarse, y con mucho amor propio y ecuanimidad agradecerle al cuerpo y al inconsciente haberse comunicado de esa manera y comprometerse con el yo esencial puro y eterno (tu alma) a cambiar las estrategias y patrones mentales para que el inconsciente entienda que ya se está asimilando el mensaje, y desconectar el circuito que mantiene activada la señal de la enfermedad.

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62 Cambio de Creencias: 1. Identifica la creencia limitante (por ejemplo, no puedo superar el cáncer). 2. Imagina que todas tus experiencias, pasadas, presentes y futuras, se colocan sobre una línea recta. 3. Coloca esa línea recta frente a ti. Te vas a imaginar que el pasado está a tu izquierda y el futuro a tu derecha (si prefieres hacerlo al contrario, también es válido). 4. ¿Cuándo comenzaste a tener esa creencia limitante? Si lo sabes, ubica ese momento en la parte del pasado de la línea. Si crees que no lo sabes, haz como si lo supieras. 5. Identifica el lugar del pasado de tu línea del tiempo, donde comenzó esa creencia limitante. 6. Imagina que te acercas a ese punto y tomas la creencia con tus manos. Lo puedes hacer físicamente como si fueras un mimo haciendo una representación. 7. Ahora haz el gesto de lanzar esa creencia limitante al sol... mira como se funde por completo y desaparece... 8. Ahora imagina una creencia potenciadora que quieres tener de ahora adelante (por ejemplo, si puedo superar el cáncer, y muy rápido). Imagina que esa creencia potenciadora es grande, con colores muy atractivos, bien iluminada, es decir, con un conjunto de características que son muy atractivas y motivantes para ti. 9. Imagina que tomas esa creencia potenciadora con tus manos. Llévala al punto donde estuvo antes la creencia limitante. 10. Toma una “replica” de esa creencia potenciadora, y la colocas en el presente, en el punto que representa este instante en que estás haciendo el ejercicio. 11. Coloca más réplicas, a tu gusto, en diferentes puntos del futuro. 12. Tómate unos segundos para que sientas, para que veas y para que oigas, los efectos que está teniendo y que va a seguir teniendo, de ahora en adelante en ti, ese cambio que acabas de hacer. (Este ejercicio fue diseñado por el profesor Pedro Henríquez, especialista en hipnosis Ericcisoniana y Maestro en PNL, mi profesor del Trainer Training en PNL).

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Nota: En las actividades de Grupos de apoyo y/o Curaciones Colectivas realizamos otros ejercicios de Cambio de Creencias de mayor complejidad, este ejercicio del profesor Pedro Henríquez es útil y fácil de hacer y aplica a esta publicación. Es importante, aunque no imprescindible, que la persona con diagnóstico de cáncer que esté haciendo este esquema terapéutico sea asistida por un facilitador que conozca la información de Medicina de la Conciencia, normalmente los grupos de apoyo cuentan con un practicante que monitorea el proceso del grupo. En lo que respecta a las actividades que dirijo, me apoyo en información y herramientas de impacto transformador que crean un ambiente de alta vibración donde todos comenzamos a resonar en una frecuencia adecuada para crear momentos de gracia, en donde suceden con mucha más facilidad los procesos sanadores colectivos e individuales. El manejo de las energías grupales dirigidas con clara intención a activar procesos sanadores tiene un valor incalculable, y hemos visto como personas que no han sido abordadas personalmente activan la curación por el hecho de participar en estos grupos. Es importante la participación en los grupos de apoyo y en actividades de sanación colectivas dirigidas por personas que hayan recibido la formación.

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A manera de conclusión

ntiendo que las ideas expuestas aquí no son cómodas para muchas personas, los seres humanos funcionan con la información que ya existe en su mente, vemos al mundo no como es sino como somos. A esas personas quiero decirle que mi proceso de cambio de paradigma ha sido arduo, ha sido como un parto difícil. Sacar una idea que lleva mucho tiempo en la mente no es nada fácil, tienen que ocurrir hechos muy evidentes para hacer el cambio y eso es justamente lo que me ha ocurrido. Son muchas las evidencias en las experiencias que he vivido al lado de personas que han logrado una trasformación única en sus vidas, vivir de cerca esas historias ha sido un privilegio. Quiero decir además, que mis críticas a la medicina convencional no son a los colegas médicos, la mayoría de ellos hace un trabajo dentro del marco de la ética y la mística indiscutible. Mis cuestionamientos son al sistema, los médicos son una pieza menor en el gran ajedrez que dirige un gobierno global oculto que ejecuta la dominación de masas con hilos imperceptibles para la inmensa mayoría de la población.

Reconozco los avances cientíﬁcos y tecnológicos que permiten salvar una vida a la hora de una emergencia, esto es incuestionable, sin embargo, estos avances no están a la mano de las grandes mayorías y, además están dirigidos a segmentos del sistema de atención que no redundan en un favorable impacto en las estadísticas de morbilidad y mortalidad. Un vuelo raso por estas estadísticas en el mundo así lo comprueban. Finalmente hago una sugerencia a los que hayan quedados un poco confusos con algunas de las ideas expuestas. Hagan una segunda lectura pero despojándose de los conocimientos preestablecidos en sus mentes, un toque de inocencia es necesario para dejar que otras nociones penetren en el interior del universo mental, y analizarlas sin apego a ideas ya conocidas, solo así este libro puede tener utilidad. Que todos sean Felices, que tengan armonía y paz auténticas.

Sanar el Alma Curar el Cuerpo C贸mo sobrevivir al C谩ncer

Esta publicaci贸n es un esfuerzo editorial para sembrar esperanza en este sensible campo de la enfermedad.

EDITORIAL

Dr. Ángel Eduardo García M. Médico falconiano, especialista en el campo de la Terapia del Dolor con técnicas no convencionales como la Acupuntura, Terapia Neural, Quiropraxia, Laserterapia y Terapia Ortomolecular por más de 20 años. Desde hace algo más de una década estudia los procesos Mente-Cuerpo con estudios en Psico-Oncología (Psicoterapia a personas con cáncer), y Programación Neurolingüística, en esta disciplina ha realizado entrenamiento con Richard Bandler co-creador de la PNL y con Robert Dilts máximo exponente de la PNL en el campo de la salud. Estudioso de los beneficios del paradigma emergente en la salud, especialmente de la Física Cuántica y la Neurociencia, también practica una modalidad diagnósticoterapéutica con Test Musculares que el mismo ha llamado “Terapia de Campos de Conciencia”. Ha diseñado y facilitado los talleres y seminarios: “AutoCuración”, “Mente Cuántica para el día a día”, “Liberación Emocional”, “Curaciones Colectivas”, “Recuperación Energética”, “Caminos hacia la Plenitud”, “Conciencia Cuántica para salir de la Matrix”, “Viviendo en la Matriz Divina”, “Adiós al Dolor”, “Mentes Milagrosas” y otros. Profesor del Diplomado en Programación Neurolingüística de la Universidad Yacambú junto a Pedro Henríquez y Witre Omar Padilla en el año 2007. Ha publicado los Manuales de Autocuración, 2007. Mente Cuántica para el día a día, 2009. Viviendo en la Matriz Divina 2010 y el libro “De la Consciencia Ordinaria a la Consciencia Iluminada” 2012. Ha dado numerosas conferencias basadas en la información del paradigma emergente fundamentado en la Física cuántica y la Neurociencia, en las que se destacan: “Gerenciando Emociones”, “Liberación Emocional”, “Conciencia Cuántica”, “Neurocuántica de la Conciencia”, “Cristianismo Cuántico”, “¿Para qué me sirve la Espiritualidad?”, “Construir Paz interior”, “Aprender a vivir aprender a morir”, “Autoliberación y Amor Auténtico”, “Camino hacia la 5ta. Dimensión”, “Purificar la Mente” y “Salto Cuántico de la Conciencia”. También ha publicado videos, audio-libros y artículos en periódicos y revistas. En la actualidad alterna la práctica médica privada, junto con su labor como facilitador de conferencias y talleres en varias ciudades del país. Es creador del programa de formación “Medicina de la Conciencia”.

www.angelcuantico.com

anar el Alma, curar el Cuerpo del médico Ángel García, es un planteamiento vanguardista, escrito de forma sencilla, con testimonios hondos y, a la vez, con una propuesta servida para el debate necesario en el ámbito de la ciencia. Ángel García aborda aspectos que más temprano que tarde pudiesen convertirse en temas necesarios para resolver problemas de salud pública en nuestros países. Clínicamente explora, por el bien de la humanidad, otros caminos más humanos. Al publicar este texto, la Editorial Nuevo Día junto a su Fundación homónima, unen sus esfuerzos a través del programa Valeska, el cual fue creado con el objetivo de contribuir a la calidad de vida de los enfermos con cáncer. Al entrar en estas páginas, los lectores podrán abrir sus mentes y sus corazones a la esperanza, y a ese “reclamo de amor” por nosotros mismos, que es la enfermedad, tal como lo explica el médico y catedrático Ángel García.

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