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Juan Guerrero Olid
La matanza casera en Santisteban del Puerto
Santisteban, 8 de diciembre
, uerido Conrado: Deseo que al recibo de ésta te encuentres bien. Nosotros todos bien y con mucho trabajo porque ya llega la aceituna. Esta es para decirte que el lunes matamos y ya estamos con los preparativos. No he contestado antes esperando tener noticias de los primos de Francia diciéndome la fecha fija de su llegada al pueblo y así podértelo comunicar por si te es posible venir. Si no pasa nada vendrán el día 23. Tal y como me insistías en la tuya del pasado 25, voy a intentar relatarte cómo se sigue haciendo la matanza, pues veo que hay cosas que no recuerdas muy bien. Adjunto te envío unas fotos que tomé el año pasado y te pido que me las comentes en tu próxima carta. ¿Te acuerdas de Miguelico, el que nos enseñó a tirar la trompa del revés, con el rejo hacia arriba? Pues hace unos días que murió; el pobre estaba muy mal y ya ha dejado de sufrir. ¡Si vieras cómo bajan los Pilancones con las últimas lluvias! Son dignos de ver; va tanta gente que aquello parece una romería. Fíjate si ha caído agua que el río Montizón ha pasado por encima del puente. Bueno, a lo que íbamos. Supongo que recordarás que la matanza era, y sigue siendo, un acontecimiento, un rito anual alrededor del cual nos congregamos los vecinos y amigos. Es curioso el olor a matanza que hay en el pueblo en estas fechas de frío. En el interior de las casas se nota un ajetreo característico que delata que se está preparando algo especial. El rey de las bestias será inmolado para mayor gloria de sus cuidadores. No te quiero contar cómo queda la despensa después de estos días de laberinto. Este rey entra en algunas casas en el mes de marzo o abril, o sea, que lo compran de destete para criarlo en ese domicilio; pero otros lo compran en el momento de la matanza.
LA MATANZA CASERA EN SANTISTEBAN DEL PUERTO
Juan Guerrero Olid