Artemisa 01

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Artemisa 01


Artemisa 01 || Daniela Libertad


Estudio de Daniela Libertad Sábado 27 de septiembre de 2015

Andrea Martínez y yo decidimos visitar a nuestras colegas para atestiguar su producción (artística o de pensamiento); principalmente compañeras de alma máter, aunque no descartamos personas que hemos conocido en otras circunstancias, otras coincidencias. Gente con la que hemos crecido y caminado en paralelo. Hacemos las visitas en sus estudios, exposiciones, lugares de trabajo. En estas sesiones nos hacemos compañía: Andrea realiza unas imágenes y yo un texto. Nos interesa el diálogo, una charla entre tres y una charla entre medios; entre las imágenes de Andrea, lo que yo escriba y la obra e ideas de quienes amablemente nos reciben para mostrarnos sus espacios y procesos. En esta ocasión, Daniela Libertad nos ha invitado a su estudio. Próximamente tendrá una exposición individual en la galería Marso, la exposición se titulará “Empujo puertas que debería jalar, jalo puertas que debería empujar”. Hablamos sobre lo que expondrá y aún está en proceso: una serie de dibujos, un par de videos y varios objetos. Hablamos sobre la obra, también sobre crecer y andar.



¿Qué es crecer juntas? Me lo pregunto mientras Daniela inicia la charla, menciona lo importante que es para ella conversar sobre su obra, sobre todo luego de estos años de convivir y dialogar. Mientras, la cámara de Andrea es familiar, ya casi no la noto ¿es eso crecer juntas? se parece a la confianza, más que a la costumbre. Es necesario para nosotras reconocer que en las preguntas simples hay subtextos más complejos, preguntas que atraviesan un proceso de años, de un conocimiento mutuo e íntimo, pero empujando a la crítica ¿de qué nos serviría ser complacientes? Distinguimos que en cada retrato / relato existe una transformación de la mirada.


“Puedo sentir cómo pesa, cómo se mueve, es como si mi mirada pudiera tener dedos, manos, brazos y entendiera las propiedades del objeto”




Como un cuchillo atravesaba todas las cosas, y al mismo tiempo estaba fuera de ellas, mirando. Virginia Woolf

Pienso en el título de la exposición de Daniela. Tal vez todas necesitamos puertas imaginarias con las cuales tropezarnos; porque la extrañeza es, cada día, un acontecimiento menos común y más violento. Entonces necesitamos extrañarnos ante lo mínimo y lo absurdo. Para Daniela, la extrañeza es el tope en la puerta que no nota, el letrero mal colocado o mal leído que la hará encontrarse en un empalme de movimientos opuestos, en donde su cuerpo y los objetos frente a ella no ceden; hasta que, luego de jalar y empujar, luego de la extrañeza, llega el equilibrio. La palabra pasmo abarca las palabras suspensión, instante y ausencia; revela experiencia y tensión. Dado que no puede quedar suspendida en el pasmo, Daniela busca el equilibrio. Una necesita dar el paso y recuperarse, por eso el equilibrio es indispensable, para dar cuenta de la experiencia, o para dejar constancia material de las fuerzas que iban y venían, del peso del cuerpo contra la puerta. Una lo necesita para, al menos, señalar el tope de la puerta, el insignificante tope de la puerta… Pero el equilibrio no es instantáneo, demanda tiempo y la propia reincorporación. Daniela se encuentra en ese proceso con su obra, reorganiza y se balancea, forcejea y deja que las cosas vuelvan o empujen, así es buscar el equilibrio.





Das Licht – La luz, es el título de un video, en él convergen muchas de las preocupaciones y obsesiones de Daniela: la imagen, el movimiento, el tiempo, la narrativa, los objetos y hasta el rito. En este video, una voz femenina relata un sueño. Creo que en ese sueño Daniela le dirige unas palabras de comprensión y de comparación a sus objetos. Comprende sus cualidades físicas y simbólicas, se los dice. Y compara su materialidad a la de la imagen y la de la ensoñación. Daniela habla en alemán, escribe en español. Aquí hay otra yuxtaposición de significados, entre el habla y el pensamiento, entre las referencias y los actos. También se percibe un leve espacio entre el texto y el sonido, por ahí se cuela la luz, cálida y suave de esa ensoñación. Y por qué no el forcejeo entre las lenguas y entre la oralidad y el texto, no son subtítulos, es una traducción con todas sus implicaciones. Mientras yo, espectadora, tengo a los objetos referidos en ausencia, pero en tiempo presente; sin poder tocarlos, pero vibrando y sintiendo a través de la reverberación y seseo de la voz, a través de la sinestesia de la ensoñación y la palabra.



“...yo sí necesito que me esperen los materiales”



Crecer juntas es animarnos a seguir andando, advirtiĂŠndonos de las curvas y obstĂĄculos en los caminos, pues cada una recorre una ruta distinta y eso nos permite ver, a distancia y en perspectiva, el trayecto de las otras. La ruta de Daniela es fina, sensual y cĂĄlida, como el grafito que se deshace en el papel de sus dibujos. Es atenta y pausada como la mirada que ella ha vertido de la fotografĂ­a hasta los objetos. Pero es una ruta precipitada, para lograr llegar al pasmo. Y finalmente es precisa, hasta el equilibrio.


Daniela Libertad www.danielalibertad.com FotografĂ­a: Andrea MartĂ­nez www.instagram.com/arenititas Texto: Susana Santoyo medium.com/@susana.s Artemisa https://issuu.com/artemisa_


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