A salto de mata UNA POCA NOTICIA DE GENTE QUE DICE COSAS SOBRE UN ARTE LLAMADO POPULAR Texto y fotos Mariano Díaz
DICE LA CRÓNICA QUE EN 1948, el país (Caracas?), pudo conocer y apreciar las manifestaciones de nuestra cultura popular tradicional, gracias al festival folclórico que en honor a la toma de posesión del Presidente Rómulo Gallegos, organizara Juan Liscano. El entusiasmo que deja esta Fiesta de la Tradición, promueve investigaciones hacia la provincia y se descubre que en cada comunidad, entre los artesanos, "hay quienes dan a su ofício una dimensión artística". Son cultores espontáneos que en la lejanía rural o al margen de poblados, donde trabajan solitarios para inventarse cosas como pintar una tela, labrar un palo, figurear un barro o tallar una piedra. “Te quedas solo con tú mismo, y tu vida es pintar y pintar, y vas amontonando cuadros hasta que el destino te manda un doctor ilustrado que se empieza a interesarse por tus cosas y te ayuda y te saca a descubrir”, afirmaba categórico Esteban Mendoza.
Esteban Mendoza - “pintar y pintar hasta dar con un doctor ilustrado”
DOCTORES ILUSTRADOS, por este decir, fueron Alirio Oramas, Luis Rawlinson y Mario Abreu del Taller Libre de Arte, que dieron a conocer en 1949 la obra de Feliciano Carvallo, recibida con elogios: A la cabeza de los descubrimientos estará el mulato de Naiguatá Feliciano Carvallo... Pocos casos habrá de éxito tan fulminante y completo como el del pintor ingenuo Feliciano Carvallo... Desde 1948, con la aparición de Feliciano Carvallo, el primero de los ingenuos, arranca la historia de la pintura ingenua en Venezuela... Los jóvenes artistas nos libramos del academicismo, ampliamos nuestros criterios y nuestra sensibilidad y eso nos permitió sentir
y entender la belleza de ese otro tipo de pintura ante el cual habíamos permanecido ciegos. palabra de santo. DOCTORES ILUSTRADOS, para la plástica popular, han sido otros adelantados como Carlos Contramaestre, Juan Calzadilla, Francisco Da Antonio, Alfredo Armas Alfonzo, Raúl Nass, Rafael Pineda, José Antonio Rial, Oswaldo Vigas, Willy Aranguren, Enrique Hernández de Jesús y Perán Erminy, quienes vinieron. revelando, apoyando, impulsando y defendiendo el valor de los primeros artistas populares, desde hace más de 50 años bandeados entre la terminología de naives, espontáneos, naturales, inocentes, primitivos, ingenuos o del común. Gracias a ellos, comienzan a circular las obras de A.J.F. El Hombre del Anillo, Salvador Valero, Isabel Rivas, Federico Sandoval, Víctor Millán, Esteban Mendoza, Carmen Millán, Andrés Álvarez y Bárbaro Rivas el hallazgo insólito, puesto que no se dará otro caso como el del ingenuo de Petare, indiscutiblemente uno de los artistas más notables que ha dado Venezuela. LA IMAGINERÍA APARECE DE LA MANO de Carlos Contramaestre (1934-1996). Gracias a su gran sensibilidad para encontrar y revelar talentos artísticos en campesinos y ciudadanos al margen. A él, a Flor Romero y a Antonio Luis Cárdenas, se debe el estudio y difusión de muchos cultores como Salvador Valero, El Hombre del Anillo, Emerio Darío Lunar, Rafael Vargas, Josefa Sulbarán, Eloísa Torres o Juan Ali Méndez.
Antonio José Fernández, "El Hombre del Anillo" primer imaginero oficializado
Emerio Dario Lunar - "Primero fueron las letras y después la pintura"
En 1965 bajo El Techo de la Ballena, se dan a conocer los trabajos de A.J.F. Antonio José Fernández, un vendedor de verduras en el mercado de Trujillo, conocido por lo huraño y malhumorado, que carga en su mano derecha un gran anillo de piedra. Artista solitario, creador de Los tormentos del ensueño, que lo revelan como escultor ingenuo, con un variado universo de imágenes de madera, yeso, piedra y cemento, entre sus muchas pinturas en telas y tablas. El bautizamiento de la obra de AJF, marca la « aparición» de la imaginería en la plástica popular. Años más tarde, encontramos a José Belandria en Mérida, trabajando finamente la talla en sus horas de vigilante nocturno, “inventándome hacer maromeros, adanes con evas, Simones Bolívar y muñecas para entretenerme el sueño”; a José Márquez en Tovar, a quien se le llena la casa con pájaros de madera,”por una hernia que no me dejó seguir de albañil, fue que me salió la idea hacer una garza como las que había tanto mirado por Canaguá y así me entusiasmé y seguí”.
José Belandria, toda una vida tallando finura
José Marquez, garzas y pájaros en vuelo por toda la casa
En El Rincón de la Laguna, Juan Alí Méndez se las inventa para tallar a Simón Bolívar “que ha sido lo más arrecho que nació de Venezuela y Cristos que si no te los bendice el padre yo mismo te los bendizco”. En La Enriquera de Guanare, Chemaría Rodríguez en el corredor de su casa y protegidos por rejas y alambres de púa amontona ángeles, pájaros, cruces, héroes anónimos, hace “cosas que una inventa, que significan misterio, y que yo escarbo en pedazos de leña, con estroponomía, como al Libertador, que fundó a la Virgen del Coromoto”. Lucio Apure, en un rinconcito de la bloquera Batista de Boconó, labra tallas de notable corte colonial, “curando con oraciones las maderas que trajeron aquí los alemanes cuando la otra guerra, y que he recogido de las casas que se han caído; maderas que tienen vida de espíritu, porque fueron de casas habitadas sin exageraciones y sin burguesía”. DE LA IMAGINERÍA DEL BARRO también surgen cultores. En Escuque la Niña Eloísa Torres, ceramista de pequeño formato, recrea santidades y escenas campesinas y a falta de hijos propios, “…adopté al Niño Jesús de Escuque con el que cuando lo hago con mi barrito, hablo muchas familiaridades.”
Eloisa Torres, Un niño adoptivo moldeado en cerámica
Edicta La Cruz, una de las muditas de La Mucuy Baja de Mérida, modela cuadros e imágenes de nacimientos, a José Gregorio y a Bolívar quemados al calor de fogón y entre la brasa,” hasta que la buena de Dios la apaga”. Mérida arriba, Clemente Uzcátegui en la Mesa del Tanque, dueño de los secretos de la arcilla que “me vinieron por familia y los regué a quien los quiso, ya para descansar de tanto hacer loza, me comencé a figurear animalitos, músicos, matrimonios y nacimientos que montaba sobre un plato”. Mas allacito, en Aguas Calientes, Natividad Niño entre loza y loza, modela al Libertador, a Florentino con el Diablo, crucifijos, vírgenes, santas y muñecas diversas “que las hago sólo de la mente mía y propia, porque si se hacen de copiado una pierde su fama, y fama es lo que te da cariño por el oficio”. LA HERENCIA TRANSMITIDA tiene su principal referencia en la familia Ferrer de Borojó, en Falcón, dinastía de tallistas excepcionales que fundaron Abraham y Concilio Ferrer, tras dejar sus oficios de albañiles, zapateros de componer, músicos y magos de feria.
Abraham Ferrer, la herencia transmitida
“Aquello no nos resultó porque decían que teníamos pacto con diablos y espíritus malos. Como nos gustaban los tallados de los altares coloniales, comenzamos a aplicarnos a hacer espejos, mesitas, atriles y figuras. La armonía de las formas y la vibrante policromía de sus pájaros, mariposas, ángeles, libertadores y muñecas, relumbran en la aridez del paisaje.
Para meterle el color a la madera, nos pusimos primero a darle un fondo de blanco y barniz antes de colocarle los colores vivos”. Víctor, Mercedes, Aura, Minerva, Isaac y Salvadora formaron las ramas de la sucesión, que se va transmitiendo a hijos y nietos. Otro tanto ha hecho José Ramón Zambrano en La Grita, enseñando el oficio a sus tres hijas, donde todos cuatro hacemos personajes diferentes usando desde el cedro hasta el anime. Por la Quebrada Grande de Guadalupe en Lara, el viejo Francisco Torres inicio con su saber de imaginero a los primeros tallistas de Quibor, cuando estos hijos bonillas, lobatones, arangúrenes y otros, se dieron de cuentas que era mejor sacar muñecos de los palos de vera, antes que cucharas, bastones y bolas criollas. De Ramón Antonio Moreno, el padre, heredó Orangel Moreno el oficio de la talla. Una foto del año 84 lo muestra en su taller de La Mucuy Baja en Mérida, junto a Ana Josefa la esposa, y a los hijos Zoraida, Nelson Antonio, Jhonny, Carlos Alberto y José Gregorio. “A ellos les enseñé el oficio y cada quien hace lo suyo, distinto a los demás. Trabajan sólo en las vacaciones, porque primero está el estudio para que logren ser profesionales”. Y lo lograron. “Orangel y Ana Josefa siguieron tallando y los muchachos vienen y de vez en cuando, toman maderitas y hacen su arte para no perder la mano”. Del padre carpintero y de la madre María Ismenia, talladora de anime, Tadeo, Mariano, Laureano, Patrocinio, Francisco, Blanca y Carlos Rangel sintieron el llamado de la madera.” Tadeo fue el primero que enseñé y luego él siguió con los otros”.
Mariano Rangel fundador de una dinastía de buenos talladores
Actualmente, Mariano Rangel tiene un taller en la Mucuy Baja de Mérida, donde laboran 14 talladores, todos de su familia. Son libres de tallar lo que quieran, siempre que no se copien del otro. En la pintura se dio el caso de Andrés Antonio Álvarez, compañero de inicios con Feliciano y Víctor Millán, que logró fundar un grupo familiar de característica homogénea donde destacan su esposa Juanita, Irma la hija, Rafael Bustamante y Gerardo Avendaño. CONTRA LA IDEA DE LA ORIGINALIDAD, otros artistas han surgido recreando y remozando el estilo de sus antecesores. Por Cabimas, el arte de Rafael Vargas resucitó en los cuadros de Emilia y en las aves de Rafael Navarro, sus hijos, "porque cuando papá murió, todos venían a buscar pájaros y cuadros y comenzamos a hacerlos igual a como él, porque papá nos hizo así aprenderlo". La inconfundible elegancia de las tallas de José Belandria encontró seguimiento en su hijo Heriberto, quien en su taller de Los Llanitos de Tabay, ha logrado emular el estilo del padre, mientras su esposa Luz Marina, decora las piezas con el colorido sin par de los insustituibles creyones. En La Blanquera de Sabana de Parra en Yaracuy, María Yolanda Medina, que comenzara a tallar entusiasmada por los trabajos de los Ferrer de Borojó, ha formado un grupo familiar donde todos trabajan remedando las formas y rasgos de las piezas de ella, “porque admiramos mucho los trabajos de maíta y porque todo el mundo busca las piezas ella y no se da abasto con los encargos”.
María Yolanda Medina, toda una familia siguiendo su huella
La Dualidad PINTOR-IMAGINERO también está presente con características muy propias; el artista conserva en la talla rasgos similares a los de su pintura, llevando a una tercera dimensión los personajes de sus cuadros. Han destacado Malú Fuenmayor en Maracaibo, Francisco Luna y María Antonia Urbina en La Grita; Antonia Azuaje en Caracas, Felicinda Salazar en Maracay y en Valencia, Antonio Ramón Pinto y Aracelis de Mariño que, junto a sus coloridas escenas talladas en tablones, logra expresivas piezas individuales. Miguel Ángel Parada, Luis Barón y Amelia de Carrero en Bailadores; Navor Terán en Trujillo, que con la misma pasta de cola y aserrín de sus cuadros en relieve, modela esculturas. Blanco Aparicio en Cabimas, traslada sus personajes del lienzo a tallas sobre juguetes con movimiento.
Navor Terán, obras en relieve con regaños en versos
LA PALABRA TAMBIÉN VA CON LA OBRA del artista popular. Para algunos de ellos, la escritura es complemento de su trabajo. Antonia Azuaje redacta historias que pega o escribe en el reverso de las telas, Carmen Sánchez en Caracas, escribió sentidos versos de amor a sus pinturas de enamorados, Emiliana de Nadal en Villa de Cura, le escribía una oración a cada santo que tallaba, y Navor Terán de Trujillo, no contento con los nombres demoledores de sus obras, por extensión critica ácidamente a la sociedad, en largos poemas rimados que no duda en leérselos a quien se le ponga por delante. Elsa Morales, autora además de varios libros de versos, pudo mostrar en dos exposiciones sus poemas ilustrados.
Elsa Morales, poesía pintada y pintura poética
Antonia Azuaje, escribir con humor la historia pintada
POR LA PALABRA ESCRITA de Salvador Valero rescatada por Carlos Contramaestre, sabemos del rico mundo de sus “Reminiscencias de vida”, cuentos, leyendas, poemas y ensayos. Por Alberto Arvelo y el Grupo Cinco conocimos de primero la obra y los testimonios de religiosidad, fantasía y buen humor de Juan Félix Sánchez. La devoción de Josefa Zambrano rescató del deterioro y el olvido los papeles de reflexiones, poesías y cuentos, pegados en las paredes o regados por los rincones de la casa del Hombre del Anillo. Por Juan Calzadilla conocemos el pensamiento de Emerio Darío Lunar. De Grone Romepri, el nuevo pintor de El Tocuyo, tenemos los originales de su “Cuadresma autobiográfica, diario de vida, logros y decepciones”, y de la multifacética Rafaela Baroni su “Muchos años entre las espinas hasta que las rosas florecieron”, que suscribe como “fascinante historia de mi vida, muy auténtica, pero destacada siempre a la voluntad del Señor...” INVESTIGADORES de profesión y oficio, no toman en cuenta la oralidad de los cultores. Les basta con sus parámetros y
conceptos, desaprovechando un material valioso complementario de la obra. ¿Cómo seria de maravilloso el universo hablado de Bárbaro Rivas?... Con cuatro frases atribuidas al pintor, han dado por investigada su religiosidad ¿Acaso no era importante conocer de su palabra ese mundo que él vivía y visualizaba para volcarlo luego en su pintura ?... ¿Alguien se preocupó por saber de boca del pintor que qué hace Fray José en plena calle desierta con un catre al hombro?... Qué delicia no sería leer una historia sagrada relatada por Bárbaro Rivas a través del centenar de cuadros bíblicos que pintó
Hay omisiones que no tienen justificación.
Manases, los rostros como constante de recia pintura
EN ESTOS SALTOS DE MATA por los años ochenta, otros nombres y testimonios importantes quedan en espera con sus decires y quehaceres. Entre ellos están individualidades y grupos de importantes cultores en Caracas, Aragua, Carabobo, Yaracuy, Lara, Zulia, Boconó y La Grita, sobre los que volveremos.
A más de medio siglo del "nacimiento" del arte popular en Venezuela, es bien dejar constancia del decir de uno de sus principales parteros, Mario Abreu :
“No he tenido que hacer investigaciones para conocer la cultura popular y las creencias populares, porque ese es el mundo de mi propia infancia y de mi formación. Lo que deseo es que la gente reencuentre en mis obras lo que dentro de ellos mismos habían extraviado o no podían entender. Que se encuentren a sí mismos.”
El Junko, Junio 2007
REFERENCIAS: “Bárbaro Rivas”, José Antonio Rial Inciba 1969 “El Ojo que Pasa”, Juan Calzadilla Monte Avila Editores 1969 “El Arte Ingenuo en Venezuela”, Francisco Da Antonio. Tecnocolor 1974 “Pintores Venezolanos del Común”, Juan Calzadilla Tecnocolor 1975 “Pintores Populares de Caracas”, Perán Erminy Tecnocolor1976 “Textos sobre Arte”, Francisco Da Antonio Monte Avila Editores 1982 “Bárbaro Rivas, la Intuición Pictórica”, Catálogo Museo de Arte Contemporáneo de Caracas 1984 “Por un Cielo de Barros y Maderas”, Mariano Díaz Cerámica Carabobo 1984 “Fabuladores del Color”, Mariano Díaz Fundación Bigott 1988