2 minute read
Construcción y deporte
Por aleJandro alemán rivas
Con una trayectoria de más de 12 años trabajando en la construcción, Guillermo Zhagnay encarna el sueño de quienes llegan a la ciudad de Nueva York: “tener una mejor calidad de vida”.
Todos los días ingresa al bullicioso tren 7 que se desplaza por la Avenida Roosevelt para llegar a Manhattan y ser parte de las miles de personas que pasan desapercibidos, aunque silenciosamente construyen los imponentes edificios de Nueva York, una ciudad en constante crecimiento.
Llegó a la ciudad de Nueva York en 2006 con un cúmulo de sueños, en parte motivado por familiares y amigos que le precedieron en el viaje y quienes le compartieron fotos y videos de esta gran metrópoli.
“Eso me motivó a venir. Yo también quería tener esa experiencia y vivir el sueño americano, pero la verdad no han sido así, las cosas son diferentes cuando uno llega acá y enfrenta la realidad”, dijo Zhagnay.
Antes de trabajar en la construcción, Zhagnay estuvo reciclando y separando fierros y materiales de cobre. Sin embargo, la cantidad de plomo que emanaba de ese lugar lo motivó a trabajar en la construcción, porque, según dijo, no quería tener problemas de salud.
Inició como ayudante de construcción, pegando bloques, batiendo cemento. Un trabajo al principio bastante agotador, pero la motivación de incursionar más en este rubro lo llevó a adquirir nuevos conocimientos que, además, significaban mayores ingresos económicos.
Uno de sus mayores temores fue construir en las alturas, porque, según dijo, no es nada fácil. “A veces pensamos que aquí uno viene a ganar la lotería. No, la verdad es que aquí es mucho sacrificio y eso me motivó a cambiar de trabajo”, dijo Zhagnay, quien ahora se desempaña en el área de pintura y empastado.
Vive con varios de sus amigos y compañeros de trabajo en Corona, Queens, y asegura que le encanta la diversidad de su barrio y los alrededores porque son una meca culinaria de gran reputación en la ciudad y el país.
“Lo que me gusta de este lugar es la comida. Es como si estuviera en mi país. Disfrutamos aquí entre nosotros, paisanos y latinos y podemos tener una plática familiar y llegar al parque a disfrutar”, dijo Zhagnay.
Aunque no tiene una fecha fija, entre sus planes está regresar a su país natal. Sin embargo, asegura que ya está acostumbrado a la vida y el trabajo en Nueva York.
“También hay que trabajar por el compromiso de cubrir los gastos, porque ahora mismo la renta y todo está carísimo, entonces ya no es como antes, todo ha cambiado”, añadió Zhagnay una tarde reciente.
Su pasatiempo favorito es el deporte, practica el voleibol, el atletismo y el ciclismo, su mayor pasión. Un deporte que le ha ayudado a crear un círculo de amistad y actualmente forma parte de varios grupos como “Ciclistas Latinoamericanos de Nueva York”, donde es popularmente conocido como El Torito.
Hacer deporte le ayuda a deestresarse. Sus compañeros lo admiran porque a pesar del cansancio que genera trabajar en la construcción, Zhagnay usa el ciclismo para relajarse y distraerse e invita a sus amigos a que también lo hagan porque “les ayudará a mantener una vida saludable”.
El ciclismo también le ha permitido recorrer y disfrutar los rincones de los cinco condados de la ciudad de Nueva York.