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Giuliano Cavalli Gaitán
GIULIANO CAVALLI GAITÁN
Chamanes humanos: “El nuevo orden planetario”
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Esta obra se instala en la frontera entre el cine experimental y las artes vivas. Reúne archivos digitales de video donde se registran diversas acciones que realizo personificando a un ser sobrenatural. Su origen parte de cuestionamientos que me hice sobre el contacto producido entre dos mundos (el indígena y el no indígena); de reflexiones personales sobre rituales de poder, sanación y la relación de lo indígena con la naturaleza. Trabajar desde esa dialéctica me permite habitar en varios planos de conciencia interconectados en múltiples universos, un sentido que me otorga, como artista, nuevas maneras de entender la compleja relación entre estos dos mundos.
El proyecto Humanos chamanes: el nuevo orden planetario es el último de una serie de trabajos que he estado produciendo con comunidades indígenas desde el año 2006. La pieza final de exhibición es un video de 74 minutos, monocanal y con sonido estéreo. Se inspira en vivencias propias que he acumulado en mi recorrido por senderos, de la mano de pueblos originarios de américa, para grabar material para este proyecto, el cual abarca un periodo de tres años (2015-2018).
Desde esta mirada, construyo lugares y personajes fantásticos ambientados en un espacio de tiempo atemporal, que en estos momentos de pandemia se hace muy real, algo que se pensó desde la distopía. Convierto en imágenes mi experiencia vivencial de más de veinte años de asistir a ceremonias con pueblos originarios y convierto en acciones visuales el archivo audiovisual registrado durante diez años con dos pueblos hermanos los kággaba (Colombia) y los wixaritari (México). De este devenir ha brotado una fuente importante de inspiración para esta obra. La intención con estos acercamientos no es imitar las costumbres de los pueblos indígenas, ni mucho menos pretender apropiarse de sus rituales. Desde las primeras aproximaciones a estas comunidades, para mí la intención siempre ha sido registrar mis propias experiencias en el campo físico y sensorial, sumergido en diferentes niveles de conciencia por estos rituales ancestrales.
El proceso de creación está compuesto por cuatro elementos: la contemplación, el aprendizaje de aspectos del conocimiento tradicional, la creación de un punto de vista propio y la utilización de la cámara de video como portal para construir fantasías. Aunque mi enfoque no es panfletario, el lenguaje audiovisual es un mecanismo sin duda eficaz para la visibilización de culturas que necesitan que sus creencias hagan parte de un planeta cada vez más digitalizado.
Algunas acciones performativas de este proyecto se desarrollan a partir de gestos y movimientos corporales que recopilo de distintas ceremonias de estos pueblos indígenas. El registro de estas acciones está documentado en múltiples sistemas de captura (varias calidades de imágenes HD). Dicho material se crea de manera intuitiva en una interacción entre cuerpo y espacios, estos últimos habitados por transeúntes quienes a veces no se hacen de la vista gorda y participan de la acción.
De manera experimental, esta obra representa mitos de una civilización indígena que no existía. La construcción de narrativas de ficción permite que las formas culturales más diversas y lejanas entre sí se asocien con sucesos de la realidad, los cuales se pueden considerar actualmente como portadores de mensajes profundos y valores morales que la sociedad moderna debería seguir.