1 minute read
Data Arte
LOS MÁS EXTRAÑOS PIGMENTOS EN LA PINTURA.
Por: Marilú Ccencho www.mariluccencho.com
Advertisement
Desde el siglo XVI hasta casi el presente en Occidente se ha sentido una fascinación irresistible por la magia y el misterio del Egipto faraónico, hasta tal punto, que se consideraba que el polvo de momia molida, era una buena medicina para casi todo. Hubo comerciantes que se hicieron ricos y famosos comprando y vendiendo fragmentos de cadáveres momificados y muchos europeos adinerados y acomodados se convirtieron no sólo en caníbales, sino también en carroñeros, consumidores de cadáveres, quizás algo repugnante por estas épocas. El polvo de momia tuvo aplicación también en la pintura y se importaron grandes cantidades para fabricarla. La carne humana reseca, era muy cotizada junto con los bálsamos y resinas que se usaban en el proceso de embalsamamiento que producían un pigmento marrón oscuro con una transparencia bitum inosa preciosa. Se cuenta que cuando Monet se enteró de lo que era en realidad el marrón momia, dio sepultura en su jardín de nenúfares a los tubos de ese color que poseía, hasta ese entonces; y con estos detalles se tocó toda una época de extrañas costumbres donde estaba de moda el mortuorio. Y este artículo se hace más interesante el creer que el amarillo que usaba Vermeer procedía de la orina de vacas alimentadas exclusivamente con hojas de mango, que es el pigmento que se conoce como amarillo indio, increíble hecho que a principios del siglo XX se prohibió su uso, no sé si por lo desagradable de su procedencia o