JUAN ALCÁNTARA

CATÁLOGO EXPOSICIÓN
© [2025] artvice + Juan Alcántara
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CATÁLOGO EXPOSICIÓN
Agradecimiento a





TEXTO CURATORIAL /
“La Energía de Reencuentro” es una muestra artística que busca sumergirnos en un universo donde el Caribe es el protagonista. En el escenario donde las palmeras crean un movimiento por la brisa que proyectan con sus diversas cromáticas que impactan por su trazo y calidez.
La exposición del artista Juan Alcántara está compuesta por una serie principalmente de palmeras que representan la conexión del artista con su natal República Dominicana, después de haber tenido una carrera Diplomática en la que estuvo expatriado por décadas en las que la nostalgia de la distancia, se revive en esta serie.
Las líneas dinámicas y el uso audaz del color crean una atmósfera de movimiento y energía. Las palmeras no solo son símbolos de los trópicos, sino que, en este contexto, también reflejan un diálogo con la naturaleza y la memoria. Los colores saturados y las formas fluidas nos llevan a un espacio de contemplación, donde la luz, el agua y la vegetación se fusionan, creando un entorno onírico que invita al espectador a sumergirse en un mundo tropical de calma y vibración.
Cada trazo parece reflejar la experiencia personal del artista con los paisajes caribeños, los cuales transforma en una representación tanto realista como abstracta, logrando captar la esencia del entorno sin necesidad de reproducirlo fielmente. Es un trazo rápido que mantiene la finura en cada linea. El uso de colores cálidos y fríos contrastantes da vida a un ecosistema visual que representa la luz cambiante del Caribe y su riqueza cromática, transmitiendo sensaciones de calidez, frescura y serenidad.
Este conjunto de obras forma parte de una serie que explora la identidad visual del Caribe, donde el elemento natural se convierte en un símbolo de pertenencia, pero también de transformación. Las palmeras, aquí, son testigos silenciosos de un diálogo entre el paisaje interior y exterior del artista, donde la cultura, la naturaleza y la memoria convergen.
Por:
Andrés Linares-Guerrero
Curador
Paisaje y poesía en la pintura de Juan Alcántara
Las circunstancias biográficas siempre dan algunas claves para la interpretación de la obra del artista, siempre y cuando no se caiga en un reduccionismo que desconozca los resortes y la aleatoriedad de los procesos creadores.
En cualquier caso, no es difícil notar en la pintura de Juan Alcántara la energía emocional y estética propia de los reencuentros, y en particular del retorno a los orígenes que nos conecta en inmediato con la etimología misma de la palabra revolución. Una vuelta a los orígenes que nada que ver tiene con la regresión o el anacronismo, sino con la recuperación de la libertad de opciones y posibilidades que existió al principio, con la resemantización de los caminos abandonados y reasumidos ahora con un plus de sabiduría y experiencia.
Algo propio de las primeras décadas de este siglo es que, al aumentar la esperanza de vida de los seres humanos, y la necesidad de adaptación a entornos fluidos y cambiantes, tenemos cada vez mas la oportunidad y la necesidad de reinventarnos a nosotros mismos, cambiando nuestra visión de la realidad al mismo tiempo que esa realidad se transforma, y que nosotros cambiamos con ella.
Juan Alcántara deja atrás una larga y fructífera carrera en la diplomacia, haciendo acto de presencia en un medio esencialmente diverso y multicultural en representación de nuestro país, de nuestra identidad y voluntad de cooperación y convivencia con el resto del mundo. Retoma pues una vertiente intima y privada de su personalidad, la de una sensibilidad y vocación artística que ahora se hace comunicable , con los recursos de la línea y el color.
No es de extrañar que asuma la expresión a través de uno de los géneros que , desde el siglo XIX, mas han servido a los iberoamericanos para la expresión de las jóvenes identidades nacionales , como es el paisaje.
Ya los artistas viajeros previos a la independencia , como el universalista y también científico Alejandro de Humboldt se dieron en mostrar, por medio de imágenes , el pintoresquismo y las peculiaridades de las nuevas tierras desconocidas para el gran público en Europa.
Puesto a integrar la memoria lejana con la emoción del reencuentro y la expresión , Alcántara enlaza un grafismo altamente gestual, mucho mas enraizado en la emoción que en la sensualidad o el intelecto, con una sensibilidad cromática que subraya el protagonismo de un color, el verde, el mas emblemático de la naturaleza, de la eclosión intensa del mundo tropical.
Alcántara nos muestra imágenes del terruño, y , con expresión proustiana, del tiempo recobrado, donde la vegetación muestra un brío, una fuerza vital, que no podemos menos que denominar o caracterizar con el rango de apasionado .
Como las etapas azul y rosa de Picasso, esta etapa “ verde” de nuestro artista da fe de la importancia de los matices, de la multitonalizacion de una gama dominante para lograr unos efectos cromáticos ricos y jugosos. En algún sentido, la experiencia óptica que sustenta su pintura tiene raíces en el impresionismo, y recorre caminos en algún punto coincidentes con artistas del trópico como Gausachs y Armando Reveron, para quienes los ciclos cambiantes de la luz según las horas del día y las estaciones, cuando el aire y el agua reciben la reverberación del fenómeno luminoso, oscila desde la exaltación mas extremas
de lo cromático hasta su anulación en un deslumbramiento casi místico que disuelve tanto los colores como las formas.
En algunos casos prevalecen un “ horror al vacío” y una sensibilidad barroca que subrayan el esplendor de la vegetación, y el asombro ante una fertilidad al parecer infinita, la que ha llevado a los primitivos y a los románticos de todos los tiempos a la deificación de la naturaleza, ya sea por la proliferación interminable de las deidades o por el éxtasis panteísta.
En otros casos, el prisma de la aurora o el del atardecer añaden pinceladas calientes y amarillo, anaranjado o bermellón a los trazos de las aguas o el cielo.
En todos los casos, la acumulación de trazos verticales, las palmeras que rubrican el impulso ascendente del alma hacia el firmamento, como en las catedrales góticas, tiene algo de festivo.
Y en algunas ocasiones el artista juega jubilosamente con la materia empastada, hasta el punto de sintetizar la expresión hasta los límites de la abstracción y cruzarlos, de modo que la visión del entorno se revela como la otra cara del impulso introspectivo, donde la memoria recobrada es también la de la revelación del Si Mismo, en su completad mas perfecta.
En cualquier caso, no es difícil notar en la pintura de Juan Alcántara la energía emocional y estética propia de los reencuentros, y en particular del retorno a los orígenes que nos conecta en inmediato con la etimología misma de la palabra revolución. Una vuelta a los orígenes que nada que ver tiene con la regresión o el anacronismo, sino con la recuperación de la libertad de opciones y posibilidades que existió al principio, con la resemantización de los caminos abandonados y reasumidos ahora con un plus de sabiduría y experiencia.
Algo propio de las primeras décadas de este siglo es que, al aumentar la esperanza de vida de los seres humanos, y la necesidad de adaptación a entornos fluidos y cambiantes, tenemos cada vez mas la oportunidad y la necesidad de reinventarnos a nosotros mismos, cambiando nuestra visión de la realidad al mismo tiempo que esa realidad se transforma, y que nosotros cambiamos con ella.
Juan Alcántara deja atrás una larga y fructífera carrera en la diplomacia, haciendo acto de presencia en un medio esencialmente diverso y multicultural en representación de nuestro país, de nuestra identidad y voluntad de cooperación y convivencia con el resto del mundo. Retoma pues una vertiente intima y privada de su personalidad, la de una sensibilidad y vocación artística que ahora se hace comunicable , con los recursos de la línea y el color.
No es de extrañar que asuma la expresión a través de uno de los géneros que , desde el siglo XIX, mas han servido a los iberoamericanos para la expresión de las jóvenes identidades nacionales , como es el paisaje.
Ya los artistas viajeros previos a la independencia , como el universalista y también científico Alejandro de Humboldt se dieron en mostrar, por medio de imágenes , el pintoresquismo y las peculiaridades de las nuevas tierras desconocidas para el gran público en Europa.
Por:
Dra. Laura Gil Fiallo
LA ENERGÍA DE

Respiración en Silencio I
Sharpie sobre papel
11 x 15 pulgadas
2024
REENCUENTRO

Respiración en Silencio II
Sharpie sobre papel
11 x 15 pulgadas
2024

11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio IV
Acrílico sobre papel
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio V
Acrílico sobre papel
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio VI
Acrílico sobre papel
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio VII
Acrílico sobre tela
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio VIII
Acrílico sobre tela
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio XI
Acrílico sobre tela
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio XII
Acrílico sobre tela
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio V
Acrílico sobre papel
11 x 15 pulgadas
2024

Respiración en Silencio VI
Acrílico sobre papel
11 x 15 pulgadas
2024
AUTOBIOGRAFÍA
Juan Manuel Alcantara, desafiando la tercera edad y las dificultades: ex maestro de escuela pública en el campo y bachillerato, ex estudiante de lenguas, músico de corazón y de herencia, ex funcionario de líneas aéreas, ex diplomático en Europa donde la elegancia y la simplicidad andaban de la mano. Hoy estrena vida nueva por la pasión por los colores y los matices y por su compromiso con lo bello. Nació en la Costa Norte donde su padre era funcionario del Ingenio Amistad y su madre maestra, nuestra primera profesora. Alli nacieron nuestros amores hoy envueltos en palmeras, brillo, viento y en ecos, energía y en reencuentros. Los años en la UASD fueron particulares, la vida en Eastern Airlines fue determinante...e inspiradora: me empujó a darle la vuelta al mundo varias veces, a afirmar mi personalidad, a cultivar amistades de todas las nacionalidades, cabiando de un idioma a otro con relativa facilidad sin rosar con la perfección. Encuentros fortuitos con grandes personalidades, muchas veces limitadas a un contacto visual o a un agradable inclinación de cabeza o muchas veces contactos tangibles y duraderos.


