Fiesta 1016

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2 de junio de 2013 Nツコ 1016 窶「 Aテ前 XXI

EL PAN DE VIDA

Seguir a Cristo es salir de nosotros Homilテュa del Arzobispo en el Corpus Christi

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Semanario de las Iglesias de Granada y Guadix-Baza


vozdelPapa

Seguir a Cristo es salir de nosotros mismos Extracto de la homilía del Papa Francisco en su primera celebración del Corpus Christi como Santo Padre, el pasado jueves en la Basílica de San Juan de Letrán. Esta tarde nosotros somos la multitud del Evangelio, también nosotros tratamos de seguir a Jesús para escucharle, para entrar en comunión con Él en la Eucaristía, para acompañarle y para que nos acompañe. Preguntémonos: ¿cómo sigo a Jesús? Jesús habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirlo quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don de Él y a los otros. (…) Esta tarde, también nosotros estamos en torno a la mesa del Señor, a la mesa del Sacrificio eucarístico, en el que Él nos da una vez más su cuerpo, hace presente el único sacrificio de la Cruz. Y en el escuchar su Palabra, en el nutrirnos de su Cuerpo y Sangre, Él nos hace pasar de ser multitud a ser comunidad, del anonimato a la comunión. La Eucaristía es el Sacramento de la comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el seguimiento, la fe en Él. Entonces, deberemos preguntarnos todos ante el Señor: ¿cómo vivo yo la Eucaristía? ¿La vivo en modo anónimo o como momento de verdadera comunión con el Señor,

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Homilía en el Corpus Christi

pero también con tantos hermanos y hermanas que comparten esta misma misa? ¿Cómo son nuestras celebraciones eucarísticas? (…) Esta noche, una vez más, el Señor nos distribuye el pan que es su cuerpo, se hace don. Y también nosotros sentimos la “solidaridad de Dios” con el hombre, una solidaridad que no se acaba nunca, una solidaridad que nunca deja de asombrarnos: Dios se vuelve cercano a nosotros, en el sacrificio de la Cruz se humilla entrando en la oscuridad de la muerte para darnos su vida, que vence el mal, el egoísmo y la muerte. Jesús esta noche también se dona a nosotros en la Eucaristía, comparte muestro mismo camino, más aún se hace alimento, el verdadero alimento que sustenta nuestra vida, incluso en los momentos durante los cuales la calle se vuelve dura y los obstáculos retardan nuestros pasos. Y en la Eucaristía el Señor nos hace recorrer su camino, el del servicio, el compartir, el don. Lo poco que tenemos, lo poco que somos, si se comparte se vuelve riqueza, porque la potencia de Dios, que es la del amor, baja dentro de nuestra pobreza para transformarla.


Editorial

Corpus Christi, lo que nos da la vida Hoy es la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, una jornada que este año, más explícitamente, la vivimos en comunión con toda la Iglesia universal, en virtud de la propuesta del Papa Francisco de celebrar una hora de adoración eucarística en el mismo momento en que se celebra en Roma, de 17 a 18 horas, respetando los respectivos husos horarios en todo el mundo. En Granada viviremos la Solemnidad con esa adoración eucarística, y la Eucaristía y procesión posterior por los aledaños de la Santa Iglesia Catedral. Para entonces, la Diócesis ha celebrado su fiesta grande: el Corpus Christi, donde aún conservamos la tradición de celebrarla en jueves. Ese día, las calles del centro volvieron a llenarse de personas, creyentes y no creyentes, que querían contemplar aquello que nos colma de plenitud, también en nuestras fatigas, dolores y preocupaciones, y nos da esperanza. El recorrido del Santísimo Sacramento por las calles de Granada inundó el corazón de cuantos acudieron a verlo; inunda también cada día el corazón de cuantos oran ante él y cuantos hacen experiencia de que Cristo lo es todo para la plenitud de la vida, en su Iglesia, que es familia para cada uno de nosotros. La procesión del Santísimo Sacramento fue, una vez más, ocasión para hacer experiencia de que lo que nos une es un amor infinito del Señor por cada uno de nosotros, sean cuales sean nuestras faltas, pecados y torpezas; un amor infinito al que estamos llamados a imitar con nuestros semejantes, porque el Señor quiso un mandamiento nuevo: que nos amemos unos a otros como Dios nos ama.

Hoy es también el Día de la caridad, el día que dedicamos a las personas más necesitadas, especialmente en estos duros momentos de grandes necesidades materiales azotadas en muchas familias por la crisis económica, pero también momentos de grandes necesidades espirituales. Paradójicamente, esta crisis está permitiendo descubrir y poner el acento en lo que realmente es importante en la vida, y se está convirtiendo en un ejercicio de humildad para que quien necesita ayuda se deje ayudar, y quien pueda otorgarla se ponga en acción. Unos y otros, quienes dan y quienes reciben la ayuda, pueden experimentar en estas dificultades el amor infinito de Dios por nuestra persona, por nuestro corazón. Sin embargo, la caridad es mucho más que la ayuda puntual, mucho más que una solidaridad entendida como una mera actitud bondadosa. La caridad es amar el destino de la otra persona, tanto como deseo amar el mío; la necesitamos todos cada día desde el momento en que nos topamos con personas, hechos y circunstancias que nos ayudan a tomarnos en serio el significado profundo de nuestra vida. En la realidad todo es ocasión para tomar conciencia profunda, y por tanto, verdadera, del sentido de mi vida y de la del prójimo, del sentido que cobra lo que sucede a mi alrededor, que no es sino ponerme en relación con el Misterio, con el Infinito, para descubrir mi propia humanidad, para descubrir el significado de mi persona.

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Sumario Directora: Paqui Pallarés García Redacción: Rosa Die Alcolea Pedro Flores Medina Delegado en Guadix: Antonio Gómez Casas

Edita: ARZOBISPADO DE GRANADA Plaza Alonso Cano, s/n 18001 GRANADA tel.: 958 215 675 e-mail: mcsgranada@planalfa.es • revistafiestadigital@gmail.com www.diocesisgranada.es http.//diocesisgranada.wordpress.com Diseño y maquetación: Secretariado de Medios de Comunicación de la Archidiócesis de Granada

Sumario 02. La voz del Papa Seguir a Cristo es salir de nosotros mismos Homilía en el Corpus Christi 03. Editorial Una fe presente 05. Mirada • Día de la Caridad • Abierto al público el camarín de la Virgen del Rosario • Mensaje con motivo de la Festividad del Corpus Christi • “Un solo señor, una sola fe” • Agenda 09. Textos “¡Quiero arrodillarme!” La última procesión del Corpus Christi de Juan Pablo II

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10. A fondo El pan de vida Homilía en el Corpus Christi

15. Cultura Lo cotidiano en la belleza Novedad editorial 17. Testimonio “Sin Él, perdería yo mi alma” San Pedro Julián Eymard 19. Signo y gracia El costado herido de Cristo Historia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús 20. Luz de la Palabra “Los partió y se los dio a los discípulos”


Mirada

Día de la Caridad Coincidiendo con la celebración de la Solemnidad del Corpus Christi, el domingo día 2, se celebra el Día de la Caridad, efeméride con la que Cáritas Diocesana de Granada -que pronto publicará su Memoria 2012- se hace eco de los resultados del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas Española. Ese día las colectas en las Eucaristías van destinadas a la labor de Cáritas. Con motivo de este Día de la Caridad, Cáritas lanza una de sus campañas de sensibilización y recaudación, este año bajo el lema Juntos escribimos la historia. Vive con sencillez y otro modelo de convivencia nos hará felices. En este contexto, “aprovechamos para trasladar a lo sociedad granadina algunas conclusiones del Observatorio de la Realidad Social que Cáritas Española posee”, explicó Cáritas Diocesana. Dicho Observatorio lo realiza el Equipo de Estudios de los Servicios Generales de Cáritas y se nutre de las aportaciones de fuentes propias como las de las diferentes Cáritas Diocesanas (entre ellas la de Granada, que pronto presentará su Memoria 2012) y de otras como la Encuesta de Población Activa o la Encuesta de Condiciones de Vida (ambas del INE).

Cáritas Diocesana

“Son una llamada al corazón de todos nuestros conciudadanos para que, tomando conciencia de la dura realidad, sigamos optando por la solidaridad y por un modo de relaciones sociales, de estilo de vida y de opciones vitales que permitan que más gente puedan salir de la profunda crisis que viven y se consiga dar un vuelco a esta situación que tanto sufrimiento está creando entre nuestros convecinos y también más allá de nuestras fronteras”, explica Cáritas Diocesana de Granada. “En Cáritas Diocesana de Granada no dejamos de cultivar la esperanza de un mundo mejor en el que entre todos, juntos, podamos vivir con dignidad y sin pobreza. Para ello, y a propósito de la Campaña del Día de la Caridad, proponemos construir fraternidad tejiendo redes con otros. En concreto invitamos a: romper con el consumismo, con el afán de tener y poseer, y elegir una forma de vivir más sencilla; romper con el individualismo y deja entrar en nuestra vida valores más humanos, fraternos y solidarios; y romper con las prisas y cuidar las cosas importantes que de verdad llenan de vida”, concluye Cáritas Granada.

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Mirada Abierto al público el camarín de la Virgen del Rosario Tras varios años en restauración abre sus puertas el Camarín de Nuestra Señora del Rosario, en la Iglesia de Santo Domingo de Granada, uno de los conjuntos arquitectónicos mas acabados del barroco hispánico. La arquitectura, la escultura y la pintura se dan cita en este espacio único e inigualable, construido en honor de la Copatrona de Granada, y monumento a la victoria de Lepanto. El 5 de abril de 1492 los Reyes Católicos fundaron la Archicofradía del Santísimo Rosario y el convento de dominicos de Santa Cruz la Real, convirtiéndose en una de las grandes empresas constructivas de la Granada del XVI. La Desamortización del siglo XIX provocó el cambio de uso y la segregación del complejo. Del conjunto original se conserva el Coristado (Residencia de los frailes en formación), en la plaza de los Campos, que es ahora un edificio exento (Comisaría de Policía) sin conexión con el resto; la qubba del Cuarto Real de Santo Domingo, que fue usada como primitiva iglesia, el claustro grande, que actualmente conforma el núcleo del Colegio Mayor de Santa Cruz la Real; la iglesia de Santo Domingo, realizada bajo los principios del gótico final y el camarín de la Virgen del Rosario del siglo XVIII. La imagen de Ntra. Sra. del Rosario, Copatrona de Granada, es una imagen donada por los señores de Gor a la Hermandad, en 1552. Hay dos hitos históricos que marcaran la historia de la imagen; en 1571 fue llevada a la batalla de Lepanto por el granadino D. Álvaro de Bazán y el milagro de la estrella, en 1679, cuando por intercesión de la Virgen del Rosario desapareció una epidemia que diezmaba la ciudad. Esto hizo que se alcanzara tal nivel devocional que se realizara un retablo y un camarín acorde con el nuevo auge de la imagen.

nieron Melchor de Aguirre y José de Bada. Las obras se dilataron en el tiempo, acabándose lo fundamental en 1773. El conjunto del camarín consta de cuatro salas más sala capitular y otras dependencias menores, como el patio, panteón, etc. Toda la decoración nos habla de la batalla de Lepanto, pero el autor no se limito a recrear una batalla histórica, sino que le dio una dimensión cristiana al presentarnos la batalla como la lucha entre el pecado y la gracia, y cómo ésta vence en cada uno con la ayuda del rezo del Santo Rosario. De ahí viene que cada sala tenga un significado dentro de esta gran alegoría barroca. La tipología arquitectónica del camarín, anexo a un templo pre-existente, aunque independiente de él, tiene aquí uno de sus ejemplos más logrados. El fin del camarín es crear un espacio privado para la imagen, donde la conexión con el fiel es a través del retablo, que es la fachada del camarín. La organización interna se realiza a la manera del Palacio de Versalles, una cámara principal, sala de la reina, rodeada de otras salas protocolarias que la rodean. Una oportunidad única de conocer uno de los hitos del patrimonio cultural andaluz, recuperado gracias a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (Programa Andalucía Barroca). Puede visitarse todos los domingos de cinco a siete y media de la tarde. Donativo dos euros por persona. Grupos de más de diez personas pedir cita previa en el 958224-179. Entrada por calle cobertizo de Santo Domingo - Granada. Archicofradía del Rosario de Granada

En 1725 comenzaron las obras, todavía se desconoce de quién es el proyecto original, si bien se sabe que interviCamarín de la Virgen. Foto: Pablo Fernández Hurtado.

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Mensaje con motivo de la Festividad del Corpus Christi El 2 de junio es también el Día de la caridad y por este motivo los Obispos españoles han dado a conocer su Mensaje. “Dios es amor” nos dice San Juan (1 Jn 4, 8). Como el ser y el obrar son inseparables en Dios, todas sus obras son fruto de su amor infinito. Entre todas las criaturas, el hombre, creado a su imagen y semejanza, es el objeto principal de su amor: “Mis delicias están con los hijos de los hombres” (Prov 8, 31). Por eso, habiendo perdido el hombre la relación con Dios a causa del pecado original, y sufriendo por ello, como consecuencia, la muerte del alma, Dios, por amor, se comprometió a salvarle a toda costa. San Juan nos lo dice así: “Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). Este amor incondicional y generoso ha de ser, pues, la norma de comportamiento para todo cristiano. Amar A los que hemos sido bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y manifestamos la voluntad de seguir a Jesucristo, nos ha dicho el Señor: “Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48). La perfección de Dios se manifiesta en su amor: por eso, después de lavar los pies a sus discípulos, dice: “Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis” (Jn 13, 15). Y en la reflexión que les ofrece después que Judas había salido para entregarle, añade: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros” (Jn 13, 34). Enseñándoles cómo debía ser ese amor, añade: “como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán que sois discípulos míos” (Jn 13, 34-35). La ley del amor La ley del amor es la ley de la Iglesia fundada por Jesucristo. Cuando el Señor envía a sus Apóstoles, fundamento de su Iglesia, para que anunciaran el Reino de Dios, les dice: “El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado”

(Mt 10, 40). La Iglesia ha de predicar siempre a Jesucristo en quien y por quien se hace presente el Reino de Dios. Y Jesucristo es la expresión plena del amor de Dios. Por tanto, la Iglesia, que es el Cuerpo de Jesucristo y le tiene como Cabeza, no puede realizarse como tal si no vive y predica el amor a Dios y el amor de Dios que no hace distinción de personas. Por eso, “toda la actividad de la Iglesia es una expresión de un amor que busca el bien integral del ser humano: busca su evangelización mediante la palabra y los sacramentos… y busca su promoción en los diversos ámbitos de la actividad humana. Por tanto, el amor es el servicio que presta la Iglesia para atender constantemente los sufrimientos y las necesidades, incluso materiales, de los hombres”. En consecuencia, la Iglesia no puede descuidar el servicio de la caridad, como no puede omitir los Sacramentos y la Palabra”. “Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia”. El sujeto de la caridad La caridad no es un ejercicio de la Iglesia reservado a algunos especialmente capacitados y dedicados a este servicio. Es un deber de todos y cada uno de los bautizados. El amor a Dios y al prójimo son inseparables. Quien ama a Dios no puede olvidar el amor al prójimo; ambos tienen su origen en Dios que nos ha amado primero y que nos ama siempre. Por tanto, nuestro amor no es una imposición de Dios o un precepto para mayor perfección. Es, sencillamente, una respuesta o una correspondencia lógica y necesaria a Dios que nos ha amado primero. En razón de ello, podemos entender que en el reciente Motu proprio sobre el servicio de la caridad, insista sobre lo que ya dijo Benedicto XVI en la Encíclica Deus Caritas est: “Todos los fieles tienen el derecho y el deber de implicarse personalmente para vivir el mandamiento nuevo que Cristo nos dejó, brindando al hombre contemporáneo no sólo sustento material, sino también sosiego y cuidado del alma”. Leer Mensaje…

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Mirada “Un solo señor, una sola fe” El arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, y el obispo José Octavio Ruiz Arenas y Mons. Graham Bell, respectivamente secretario y subsecretario del mismo dicasterio, presentaron la solemne adoración eucarística, que tendrá lugar en toda la Iglesia universal el 2 de junio de 17 a 18 horas. En el Vaticano, la adoración eucarística tendrá lugar en la Basílica de San Pedro y su lema es Un solo señor, una sola fe, elegido para atestiguar el sentido de profunda unidad que lo caracterizará. “Será un evento que tendrá lugar por primera vez en la historia de la Iglesia y que podemos calificar como histórico. Las catedrales del mundo se sincronizarán con la hora de Roma y estarán, durante una hora, en comunión con el Papa en la adoración eucarística. La adhesión a esta iniciativa ha sido masiva y ha ido más allá de las catedrales, involucrando a las conferencias episcopales, parroquias, congregaciones religiosas, sobre todo los monasterios de clausura y las asociaciones”, explicó Mons. Fisichella. Las intenciones propuestas por el Papa para esta adoración al Santísimo son dos. La primera es: “Por la Iglesia, extendida en todo el mundo y hoy en señal de unidad

recogida en la adoración de la Santísima Eucaristía. Que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra para presentarse ante el mundo siempre ‘más hermosa, sin mancha, ni arruga, sino santa e inmaculada’. Que a través de su fiel anuncio, la Palabra que salva resuene aún como portadora de misericordia y haga que el amor se redoble para dar un sentido pleno al dolor y al sufrimiento, devolviendo alegría y serenidad”. La segunda es: “Por aquellos que en los diversos lugares del mundo viven el sufrimiento de nuevas esclavitudes y son víctimas de la guerra, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo ‘esclavo’; por los niños y las mujeres que padecen todas las formas de la violencia. ¡Que su grito silencioso de ayuda encuentre a la Iglesia vigilante para que, teniendo la mirada puesta en Cristo crucificado no se olvide de tantos hermanos y hermanas dejados a merced de la violencia!(...)”.

AGENDA • Corpus Christi. Adoración eucarística en la Solemnidad del Corpus Christi, el 2 de junio, en las iglesias, parroquias y Catedral de la Diócesis de 17 a 18 horas. En la S.I Catedral, Eucaristía ese día a las 18:30 horas y posterior procesión del Corpus por los alrededores del templo catedralicio. • Premio y homenaje. La Asociación Amigos de San Nicolás entrega el I Premio a la Conservación del Patrimonio Cristiano a título póstumo a Enrique Seijas, el día 5 a las 20 horas, en el Teatro Municipal Isabel La Católica. El galardón servirá de homenaje al periodista fallecido el pasado mes de julio. Las entradas pueden recogerse en la taquilla del Teatro al precio de 5 euros. • Apostolado de la oración. Retiro espiritual el día 8 con Apostolado de la oración en la residencia de los jesuitas (C/ Gran Vía, 30), a las 18 horas y después Eucaristía. • Libro. Presentación del libro Por el borde del precipicio (Ediciones Voz de los Sin Voz), el día 6, a las 12 horas en el salón de actos Centro de Magisterio La Inmaculada (Joaquina Eguaras, 114). Se trata de la autobiografía de Hermann Scheipers, sacerdote que sufrió el azote de dos totalitarismos, el de los campos de concentración nazi y el comunismo. Presentación a cargo de José Ramón Peláez, profesor en el Instituto de Teología Lumen Gentium, y de Mª Isabel Rodríguez, traductora del libro y profesora en el Centro de Magisterio La Inmaculada-UGR.

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• Peregrinación. Del 1 al 6 de julio peregrinación al santuario Nuestra Señora de Lourdes con la Hospitalidad Ntra. Sra. de Lourdes de Granada. Abierto a la participación de peregrinos, hospitalarios y enfermos. Más información e inscripciones en la parroquia de San Agustín (C/ Dr. Barraquer, s/n), los viernes de 18 a 20 horas, o en los tfnos. 629-15-22-24 y 616-18-02-74.


Textos “¡Quiero arrodillarme!” La última procesión del Corpus Christi de Juan Pablo II Ante la negativa de sus acompañantes, que temían un tropiezo o caída, el Beato Juan Pablo II reiteraba, una y otra vez, arrodillarse ante el Santísimo. Fue el 10 de junio de 2004, durante la última procesión del Corpus Christi que presidió. Con grandes dificultades físicas y mucha ayuda lo consiguió finalmente. Su ceremoniero pontificio, Mons. Konrad Krajewski, explicó este hecho en la edición especial de L’Osservatore Romano publicada con motivo de la beatificación. Cuando era mi turno de asistirlo durante las celebraciones, quedaba siempre conmovido por lo que ocurría en la sacristía, antes y después de la celebración. Cuando el Papa venía, se ponía de rodillas o, en los últimos años del pontificado, permanecía en su silla y rezaba en silencio. Parecía que el Pontífice no estuviera presente entre nosotros. En un momento dado, alzaba la mano derecha, y nosotros nos acercábamos para comenzar a revestirlo en absoluto silencio. Estoy convencido de que Juan Pablo II, antes de dirigirse a la gente, pedía a Dios poder ser su imagen viva delante de los hombres. Lo mismo ocurría después de la celebración: en cuanto se quitaba los ornamentos sagrados, se arrodillaba en la sacristía y oraba. Durante la última celebración del Corpus Christi, presidida por el Papa, ya no podía caminar. El maestro de celebraciones y yo lo habíamos alzado con la silla sobre la plataforma del coche, expresamente preparada para la procesión: delante del Papa, sobre el reclinatorio, estaba puesto el ostensorio con el Santísimo Sacramento. Durante la procesión, el Pontífice se dirigió a mí en polaco, pidiendo poder arrodillarse. Me quedé desconcertado, porque físicamente el Papa no estaba en condiciones de hacerlo. Con gran delicadeza, le sugerí la imposibilidad de arrodillarse, dado que el coche oscilaba durante el trayecto, y habría sido muy peligroso. El Papa respondió con su famoso dulce murmullo. Transcurrido un poco de tiempo, repitió de nuevo: “¡Quiero arrodillarme!”, y yo, con gran dificultad al tener que repetir el rechazo, sugerí que sería más prudente intentar hacerlo en las cercanías de SantaMaría la Mayor; de nuevo escuché el murmullo. Sin em-

bargo, después de unos instantes, al llegar a la Curia de los padres redentoristas, exclamó con determinación, casi gritando, en polaco: “¡Aquí está Jesús! Por favor...”. El maestro de celebraciones fue testigo de aquellos momentos. Nuestras miradas se encontraron, y, sin decir nada, comenzamos a ayudarlo a arrodillarse. Lo hicimos con gran dificultad, y prácticamente sujetándolo nosotros sobre el reclinatorio. El Papa se aferraba al borde del reclinatorio y trataba de sostenerse; pero las rodillas no lo soportaban, y tuvimos que volver a colocarlo en la silla, entre dificultades que no eran sólo físicas, sino que se debían también al obstáculo de los ornamentos litúrgicos. Asistimos a una gran demostración de fe: aunque el cuerpo ya no respondía a la llamada interior, la voluntad permanecía firme y fuerte. El Pontífice había demostrado, no obstante su gran sufrimiento, la fuerza interior de la fe, que quería manifestarse a través del gesto de ponerse de rodillas. No contaban para nada nuestras sugerencias de no llevar a cabo aquel gesto. El Papa siempre sostuvo que, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento, hay que ser muy humilde y expresar esta humildad a través del gesto físico. Desde que Juan Pablo II regresó a la Casa del Padre, he sugerido a distintas personas que vayan a la tumba del Beato a rezar. Porque él se superaba a sí mismo. Superaba su propio cuerpo, sus propios sufrimientos. Mediante mi sencillo servicio al Romano Pontífice, también yo me he vuelto mejor, como hombre y como sacerdote. Konrad Krajewski

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El pan de vida Homilía en el Corpus Christi “El pan de vida es pan de vida porque sostiene nuestra vida en su humanidad más grande”; “celebramos por lo tanto, al adorar el pan de vida, el secreto de la vida humana, que es imagen de la vida divina”; “el Sacramento de la Eucaristía y el Sacramento del Orden Sacerdotal son dos caras de un mismo sacramento: de la fidelidad del Señor, del amor y de la misericordia del Señor”. Extracto de la homilía de Mons. Javier Martínez, en la celebración del Corpus Christi en la S.I Catedral, antes de iniciarse la procesión con el Santísimo Sacramento, el pasado jueves día 30. Hoy es un día especialmente grande para nuestra comunidad cristiana, para el pueblo cristiano de Granada. Y es un día grande porque expresa, como expresa la fiesta del Corpus Christi, en un solo gesto, en una sola celebración, todo el misterio del designio salvador de Dios, todo el fruto de esa historia de salvación, de esa historia de amor, que culmina en la buena noticia de la encarnación del hijo de Dios, la buena noticia del Evangelio que sigue siendo buena noticia para nosotros hoy en estos comienzos del siglo XXI. ¿Cuál es esa buena noticia?: Que Dios está con nosotros. (…) Dios ha querido abrazarnos en nuestra pobre humanidad, en nuestra humanidad tantas veces mezquina, miserable, calculadora, manipuladora… esta humanidad nuestra tan pequeña, tan condicionada por nuestra realidad mortal y pecadora. Sin embargo, el Señor no se ha avergonzado, como decía un Padre de la Iglesia, como un médico limpio de bajar hasta nuestras llagas, besarlas, mancharse con ellas, curarlas…, con su abrazo. Y ese abrazo ha querido el Señor

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que permanezca para siempre. El pan de vida, que es el centro de nuestra celebración, es, justamente, el signo de la fidelidad de Dios. Le llamamos pan de vida (…) porque el pan es el alimento básico con que los hombres nos alimentamos cuando no hay otra cosa; el pan es tan necesario como el aire, y resumimos en la palabra pan lo que significa nutrición, alimento, tan necesario como el aire o el agua para vivir. (…) Vida de nuestra vida Celebrar el pan de vida es celebrar que sin tu Presencia, Señor, sin tu compañía, sin el don que Tú nos haces de tu vida, nuestras vidas se secan, se empobrecen, se mueren. Y llamarlo pan de vida indica que ese alimento es la vida de nuestra vida. ¿Y cuál es la vida de nuestra vida?: el amor. ¿Qué es lo que realmente nos sostiene en la vida -también en nuestra experiencia-, hace la vida digna de ser vivida, hace las fatigas de la vida dignas de ser afrontadas, hace los dolores de la vida dignos de ser soportados?: el amor. (…) El amor verdadero es una condición tan indispensable para la vida humana, para la convivencia humana, para la construcción de una civilidad humana, de una ciudad humana, como el pan, el agua, o el aire. Una sociedad sin amor es una sociedad que se muere. Y nosotros tenemos el secreto del amor, el don del amor. Cuando vamos a sacar el Santísimo Sacramento por nuestras calles lo que estamos acercando a nuestras casas, a nuestras vidas, a nuestras ciudades, a nuestros hermanos ciudadanos -incluso no creyentes, que, a veces, se acercan por curiosidad a ver qué es lo que hacemos, qué es lo que vivimos o celebramos-, enten-


aFondo derán lo que entiendan, pero podrían tal vez ver que en torno a Cristo nos sentimos todos una sola familia, nos sentimos todos hermanos. Como nos hemos sentido, hace muy pocos días, con la Peregrinación María Reina de Granada, desde la Catedral a la Basílica de las Angustias; en torno al Señor y a Su Madre el amor crece. Por eso, el pan de vida es pan de vida porque sostiene nuestra vida en su humanidad más grande; porque es de una manera misteriosa: diréis, pero cómo en ese pequeño trozo de pan puede estar algo tan grande como el amor de Dios por nuestra humanidad miserable, tan pobre, tan pequeña, tan numerosa que sería imposible para nosotros imaginar un amor que pudiera abrazar a todos los hombres. Eso es un reflejo de la dificultad que tenemos para imaginar la trascendencia y la infinitud de Dios, porque el amor de Dios nos ama a todos, pero no a todos como un conjunto del que tocamos a una parte, sino que nos ama a todos con un amor infinito para cada uno y ese amor no disminuye. Eso significa que Dios es Dios, eso significa la infinitud del amor de Dios. Yo puedo pasarme la vida eterna bebiendo de ese amor hasta saciarme, y tal y como estamos hechos jamás me saciaré del todo, podré estar la vida eterna bebiendo y el océano del amor de Dios no habrá disminuido ni en una sola gota. Ése es el Dios que nosotros conocemos, el Dios que es no sólo poder, ni principalmente poder, sino el Dios que es amor, y capaz por lo tanto de transformar una vida humana necesitada de amor justamente en un pueblo que tiene por ley nada más que eso. Cuando el Señor quiso resumir en una sola expresión qué es lo que Dios espera de nosotros: que amemos a Dios con todas nuestras fuerzas -sean muchas o pocas-, con todo nuestro ser y que nos amemos unos a otros como a nosotros mismos, como Él nos ama a nosotros. Porque también nuestro amor es capaz de crecer siempre. Celebramos por lo tanto, al adorar el pan de vida, el secreto de la vida humana, que es imagen de la vida divina, el secreto de nuestra vida, que nos es posible vivir y realizar en nuestro modo de ser pequeño justamente porque el amor infinito de Dios permanece con nosotros, todos los días hasta el fin del mundo (…), sin que mis pecados, y mis torpezas, y mis limitaciones sean obstáculo para que ese amor pueda entregarse a mí, darse a mí con la misma frescura que el día primero de la creación. (…)

Quisiera que todos fuéramos conscientes de que la presencia eucarística, esa fidelidad de Cristo, está vinculada también al ministerio sacerdotal, al ministerio apostólico. Y que le pidamos al Señor no sólo que nos dé sacerdotes, sino que nosotros los sacerdotes podamos aprender del Sacramento de la Eucaristía que también la regla de nuestra vida es justamente la que recordamos cada vez que consagramos el pan y el vino: el dar nuestra vida por la vida del pueblo. El Sacramento de la Eucaristía y el Sacramento del Orden Sacerdotal son dos caras de un mismo sacramento: de la fidelidad del Señor, del amor y de la misericordia del Señor. Pero el sacerdote tiene que hacer de su vida, de su persona misma, el don que para el pueblo cristiano y para el mundo significa el Sacramento de la Eucaristía. En la Eucaristía está de una manera absolutamente fiel. Aunque un sacerdote indigno me diera a comulgar, cuando yo comulgo recibo el Cuerpo de Cristo, de una manera indefectible. El sacramento del sacerdocio es un sacramento, en cambio, que cuenta con la libertad del hombre, necesita la libertad del hombre para realizarse. Cristo perdona siempre que un sacerdote perdona, y el pan y el vino se consagran cada vez que un sacerdote consagra, aunque sea indigno. Pero el pueblo cristiano tiene necesidad de ver en el sacerdote lo mismo, sólo que hecho humanidad, hecho carne, hecho humanidad tangible, lo mismo que ve, lo mismo que adoramos esta mañana en la Eucaristía. Son dos caras de la misma fidelidad de Dios. El sacerdote está hecho para gastar su vida por este pueblo que es lo más bello que hay en la tierra, por la Iglesia de Dios que es el germen de la ciudad del cielo, por la Iglesia de Dios, que sois vosotros, que es el fruto de la redención, y de la muerte y resurrección de Cristo, que es la criatura más bella que ha existido jamás. A esa criatura nosotros le debemos la vida. (…) + Javier Martínez Arzobispo de Granada 30 de mayo de 2013 Corpus Christi, S. I Catedral

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Corpus Christi intenso en la Diócesis de Guadix La festividad del Corpus Christi se celebra con intensidad en toda la Diócesis de Guadix. En las parroquias, además de la celebración de la Eucaristía, habrá procesiones con la Custodia por las calles de los pueblos y ciudades. Así, por ejemplo, en Guadix, -donde se ha adelantado a las 11 de la mañana la celebración de la Eucaristía que presidirá el Obispo accitano, para evitar el calor-, la procesión recorrerá las calles del centro de la ciudad, con presencia de las autoridades locales, del cabildo catedralicio y de los sacerdotes de las parroquias de Guadix. En otros pueblos, habrá también celebración de la Eucaristía y procesión del Corpus, acompañada por los niños y niñas que ha hecho la Primera Comunión este año. Ese mismo día del Corpus, el domingo 2 de junio, se celebra el Día de la Caridad, es decir, el Día de Cáritas. En las parroquias habrá colectas para colaborar con Cáritas Diocesana en su labor caritativa y asistencial. También se va a repartir en las misas de ese domingo la Memoria de Cáritas en la Diócesis de Guadix correspondiente al año 2012. Se trata de un folleto en el que se recogen las actividades que se han realizado durante todo el año y se ofrecen los datos económicos, tanto de ingresos como de gastos, de esta institución diocesana. Por la tarde, está previsto que, en todo el mundo, las parroquias y catedrales se unan a la Vigilia de Oración que presidirá el Papa Francisco en el Vaticano. Sin embargo, en la Diócesis de Guadix, esta Vigilia se realizará en las parroquias el viernes 7 de junio, por la tarde, dado que en muchas parroquias habrá proce-

siones esa misma tarde del domingo 2 de junio. Así, será el viernes 7 de junio, Día del Corazón de Jesús cuando se celebren esas Vigilias de Oración, con el mismo esquema y las mismas peticiones que la que se tuvo en Roma y en buena parte de las parroquias del mundo. El Papa Francisco ha propuesto dos intenciones especiales para esta Vigilia de Oración. En una se pide por la Iglesia, para que sea más obediente a la escucha de la Palabra y más comprometida en el amor. En la otra petición hay una súplica especial por los que “viven el sufrimiento de las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo esclavo; por los niños y las mujeres que sufren cualquier forma de violencia”. Y también se pide por los que “viven penurias económicas, sobre todo por los desocupados, los ancianos, los inmigrantes, los que no tienen hogar, los presos y por todos los que experimentan marginación”. En el Día del Corpus Christi, Día de la Caridad, el Papa Francisco invita a rezar por los que más sufren y por los más necesitados. Será una oración compartida a la que la diócesis accitana se sumará días después, el viernes 7 de junio.

Contenidos multimedia en el Corpus Christi El pasado jueves celebramos en Granada la Eucaristía y procesión del Santísimo Sacramento. Escuchar homilía de Mons. Javier Martínez.

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Ver vídeo del Corpus Christi en Granada. Ver fotografías de la celebración del Corpus Christi en Granada.


Cultura

Lo cotidiano en la belleza Novedad editorial El arte de la vida. Lo cotidiano en la belleza es un libro que trata fundamentalmente sobre educación y evangelización. Es una profunda propuesta de educación cristiana, nutrida principalmente del Oriente cristiano y de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.

“Este libro puede marcar un antes y un después en nuestra forma de concebir la educación, en la forma de mirarnos a nosotros mismos y a los demás, en la forma de entender lo que es importante y lo que no lo es, en el modo de comprender cómo es el mundo actual”, afirmaron los ponentes. Asimismo, en la presentación también se dijo: “Merece la pena leer estas páginas y empaparse de ellas. Quizá nos sirvan para darnos cuenta, como dice en una de ellas el viejo padre Boguljub, que hemos perdido numerosas energías, ‘tanta fuerza, tantos nervios, en la búsqueda continua de nuevas metodologías’, cuando quizá lo importante es dedicarse de corazón a los aspectos concretos aparentemente simples e insignificantes -que propone el libro- y que están tan llenos de contenido para la auténtica vida del hombre”. La experiencia cristiana de lo bello

A la izq. D. Ricardo Aldana en la presentación.

La Fundación Maior acaba de publicar El arte de la vida. Lo cotidiano en la belleza, de Marko I. Rupnik, obra en la que este jesuita esloveno conocido internacionalmente por sus mosaicos muestra no sólo su carácter de artista, sino, sobre todo, su faceta de formador, exponiendo el fundamento espiritual de su trabajo. “Acierta a situarse en el hoy y trazar caminos para superar las graves dificultades que padecemos en la Iglesia para dar a Dios la última palabra sobre nuestra vida, para dejarnos vivificar por su gracia. Teología, seguimiento de Cristo, arte litúrgico, se unen en una síntesis sencilla que señala el camino de la fe”, explican sus editores. La presentación del libro tuvo lugar recientemente en el Colegio Roncalli de Madrid y estuvo a cargo de Germán Arana, S.J., Rector del Seminario Pontificio Comillas, Elena San Román, Profesora Titular en la Universidad Complutense de Madrid, y Ricardo Aldana, profesor en nuestro Instituto de Teología Lumen Gentium de la Archidiócesis de Granada.

El arte de la vida trata de la cotidianeidad de la experiencia cristiana de lo bello, que es siempre una experiencia del don de Dios en su Hijo y su Espíritu. En el primer capítulo, notablemente más largo que los demás, el autor nos da una visión general de la educación cristiana y sus dificultades, en el mundo de hoy y, sobre todo, en nuestra vida eclesial. El lugar originario de esta educación es la liturgia, en cuyo espacio nosotros superamos de algún modo nuestra condición. El hombre moderno está convencido de que la fe es una cuestión de ideas, de filosofía, un problema de teorías sobre el hombre, sobre la historia... Si se sigue por este camino, es muy difícil -por no decir imposible- ver cómo la cuestión central es la un Dios viviente en tres Personas, y la de nuestra participación en su vida, que es amor eterno, porque no es el hombre el que se hace Dios con su inmenso esfuerzo de pensamiento, sino que es Dios el que se ha hecho hombre. En su diagnóstico sobre el estado del espíritu de nuestra época, el autor está más preocupado por la situa-

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Cultura ción dentro de la Iglesia que fuera de ella, porque hacemos todo igual que el mundo y según el mundo, y además le ponemos un manto religioso. De este modo, ridiculizamos la fe y en lugar de manifestar su papel central semejante al del corazón, la reducimos a una realidad de hechos y estados de ánimo individuales, de estados psíquicos, o a un conjunto de valores proclamados; en definitiva, al ejercicio de una influencia en la cultura. De hecho, estamos ya habituados a pensar en la religión como un factor social, de cohesión, útil para promover los valores.

Bodas de Caná, Bartolomé Esteban Murillo.

No la belleza formal, sino “aquella belleza que es amor” Ofrecemos el extracto de uno de los pasajes recogidos en el libro El arte de la vida, de Marko Ivan Rupnik. “A veces bien vienen aquí muchas personas a las que no les falta nada, que pueden tenerlo todo, incluso los ingredientes, los manjares más refinados y camareros que preparan todo a la perfección, pero sufren una enorme soledad. Cuando hablo de belleza no hablo de formalismo o de riqueza. Al contrario. Toma como ejemplo esta merienda. Hablo de aquella belleza que es el amor que se realiza mediante la comida y la mesa. Este amor realizado es la verdad que se revela. Esta verdad marca la diferencia entre una belleza formal, un amor romántico, y la belleza verdadera, que realiza aquél amor que es la revelación de la verdad. ¿Cuál es esa verdad sino la creación y la redención, como hemos visto? Tomar las cosas de la creación, con la conciencia de que estamos tomando un don, y darles el sello del amor porque hemos sido redimidos: ésta es la verdad que trae consigo un plato, una hogaza, esto es lo que anuncia un vaso de buen vino”. “Y también el rábano”, añadió Natasha, viendo al pobre Boguljub luchando con el ardor que aquél le había ocasionado.

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“Sí”, replicó Boguljub. “Alegría, confianza, la broma pronunciada con simpatía, el humorismo estimulado por la amistad, todo esto pasa a través de la comida, como también una palabra confiada con el peso de la seriedad y de la responsabilidad. Todo esto es lo que se mezcla con la cuchara, con el tenedor, con el vaso, con el plato, como también las miradas benévolas. Cuántas veces uno come y se sorprende de que su mirada se posa con admiración, con simpatía y benevolencia, con una actitud verdadera de contemplación, sobre el rostro de otro comensal. Y no hay miedo de encontrarse con los ojos y expresar la aprobación por la presencia del otro, por lo que dice, por cómo habla, por cómo vino vestido… Porque, efectivamente, para la mesa, sobre todo si es festiva, el vestido pide su parte, lo mismo que la decoración de la mesa…”.


Testimonio

“Sin Él, perdería yo mi alma” San Pedro Julián Eymard Pedro Julián Eymard, conocido como el Apóstol de la Eucaristía, es fundador de los Sacerdotes del Santísimo Sacramento, las Siervas del Santísimo Sacramento y de la Archicofradía del Santísimo Sacramento. Pedro Julián nació en un pueblito de la diócesis francesa de Grénoble, llamado Mure d’Isére, en el año 1811, en la misma diócesis donde ocurrieron las apariciones de la Virgen en La Salette. Trabajó con su padre en su fábrica de cuchillos y mas tarde en una prensa de aceite, hasta que cumplió 18 años. En sus horas libres estudiaba latín y recibía clases de un sacerdote de Grénoble, con quien también trabajo por un tiempo. En 1831 entra en el seminario de Grénoble y en tres años es ordenado sacerdote. En sus primeros cinco años de sacerdote sirvió en una parroquia en Chatte y Monteynard. Luego pidió permiso al obispo para ingresar en la Congregación de los Maristas. El obispo se lo concede diciendo: “La mejor

prueba de estima que puedo dar a esa congregación es permitir a un sacerdote como vos ingresar en ella”. Al terminar su noviciado, Pedro Julián fue nombrado director espiritual del seminario menor de Belley y, más tarde, fue elegido Provincial de Lyon en 1845. La Eucaristía incendia su corazón El centro de su vida espiritual había sido siempre la devoción al Santísimo Sacramento. El padre Eymard, que fue beatificado en 1925 y canonizado el 9 de diciembre de 1962 por Juan XXIII, solía decir: “Sin Él, perdería yo mi alma”. El santo nos relata una experiencia extraordinaria en una procesión de Corpus Christi, mientras llevaba al Santísimo en sus manos: “Mi alma se inundó de fe y de amor por Jesús en el Santísimo Sacramento.

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Testimonio Las dos horas pasaron como un instante. Puse a los pies del Señor a la Iglesia de Francia, al mundo entero, a mi mismo. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, como si mi corazón fuese un lagar. Hubiese yo querido en ese momento que todos los corazones estuvieran con el mío y se incendiaran con un celo como el de San Pablo”. Hizo una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fourviéres en 1851: “Me obsesionaba la idea de que no hubiese ninguna congregación consagrada a glorificar al Santísimo Sacramento, con una dedicación total. Debía existir esa congregación… Entonces prometí a María trabajar para ese fin. Se trataba aún de un plan muy vago y no me pasaba por la cabeza abandonar la Compañía de María… ¡Qué horas tan maravillosas pasé ahí! “. Fue aconsejado por sus superiores a no tomar ninguna decisión hasta que su proyecto estuviera más maduro. Después de 4 años en la Seyne, alentado por los mismos fundadores de los Maristas, Pío IX y el venerable Juan Colin, decide salir de la Compañía de María para fundar la nueva Congregación de Sacerdotes adoradores del Santísimo Sacramento, en 1856. Presenta su plan a Mons. Sibour, Arzobispo de París, de quien recibió la aprobación a los 12 días.

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Muchos eran los llamados, pero pocos los escogidos. Los padres de Cuers y Champion fueron los primeros miembros de la Congregación. El progreso fue lento y con muchas dificultades. Tuvieron que cambiar de casa. En 1858 consiguieron una capillita en el suburbio de Saint-Jacques. El padre Eymard llamó a ese lugar “la capilla de los milagros” porque durante 9 años el Señor se derramó allí en abundancia. El Santísimo se exponía tres veces por semana. La segunda casa de la congregación se abre en Marsella y la tercera en Angers en 1862. Para entonces, ya había suficientes miembros para establecer un noviciado regular. Los sacerdotes rezan el oficio divino en coro y ejercen ministerios pastorales. Su principal misión es la adoración del Santísimo Sacramento, en lo cual ayudan los hermanos legos. El padre Eymard funda la congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento en 1852, también dedicadas a la adoración perpetua y a propagar el amor al Señor. También funda la Liga Eucarística Sacerdotal, cuyos miembros se comprometen a una hora diaria de oración ante el Santísimo.

Fundaciones

Trabajar con los sacerdotes y religiosas no fue su único objetivo. Funda la Obra de Adultos, organización que se dedica a preparar a hombres y mujeres adultos para la Primera Comunión cuando por razón de edad o trabajo no podían asistir a la catequesis parroquial.

El 6 de enero de 1857, en la capilla de la casa que el Arzobispo puso a su disposición, Julián por primera vez expuso el Santísimo Sacramento y predicó en la nueva congregación.

Organizó la Archicofradía del Santísimo Sacramento, que después el derecho canónico ordena establecer en todas las parroquias. Escribió varias obras sobre la Eucaristía que han sido traducidas a varios idiomas.

El padre Eymard tuvo que enfrentar muchas críticas por haberse salido de la Compañía de María y sufrió oposición a su obra. El Santo les decía: “No comprenden la obra y creen que hacen bien en oponerse a ella. Ya sabía yo que la obra iba a ser perseguida. ¿Acaso el Señor no fue perseguido durante su vida?”.

San Juan Bautista Vianney lo conoció personalmente y dijo de él: “Es un santo. El mundo se opone a su obra porque no la conoce, pero se trata de una empresa que logrará grandes cosas por la gloria de Dios. ¡Adoración Sacerdotal, que maravilla! … Decid al padre Eymard que pediré diariamente por su obra”.


SignoyGracia

El costado herido de Cristo

Historia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús no es ninguna piedad anticuada, sino otro modo de expresar la fe en Cristo Jesús. Adorando su corazón reconocemos su amor infinito por la humanidad.

ninguna piedad generalizada. Pero en el siglo XVI, del misticismo pasó a la ascesis, desarrollando oraciones y ejercicios propios que practicaban grandes santos como San Juan de Ávila o San Francisco de Borja.

Desde San Juan y San Pablo siempre ha existido en la Iglesia una devoción al amor de Dios. Siguiendo al evangelista, se ha meditado sobre el costado abierto de Cristo y el misterio de la sangre y agua, y se ha visto a la Iglesia naciendo de esa herida, del mismo modo que Eva nació del costado de Adán. Sin embargo, no consta que durante los primeros diez siglos se haya rendido culto al Corazón herido.

El hacerla pública, honrarla en el Oficio Divino y establecerle una fiesta estaba reservado a San Juan Eudes, que aunque se considera el apóstol del Corazón de María, siempre se refería al Corazón de Jesús. Poco a poco se fue separando la devoción por el Sagrado Corazón, hasta que en 1670 se celebró primera fiesta del Sagrado Corazón en el Gran Seminario de Rennes.

Será en los siglos XI y XII cuando encontremos señales inconfundibles de devoción al Sagrado Corazón. Fue en el ambiente de los monasterios benedictinos o cistercienses, gracias al pensamiento de Anselmo o Bernardo, donde la devoción nació. Según Santa Gertrudis y Santa Matilde, y para el desconocido autor de la Vitis mystica, esta piedad era muy conocida en sus tiempos. Este documento contiene uno de los más hermosos pasajes de la devoción al Sagrado Corazón y es el que se utiliza para las Liturgia de las Horas en su fiesta. Por otra parte, la visión de Santa Gertrudis en la fiesta de San Juan Evangelista constituye un hito en la historia de la devoción, al recoger el testimonio del evangelista, que al recostar su cabeza cerca del costado herido del Salvador, pudo escuchar los latidos del Divino Corazón. Es cierto que esta devoción surgió con un marcado carácter místico e individual, y no suscitó inicialmente

Cristo escogió a Santa Margarita María de Alacoque, monja del monasterio de Paray-le-Monial, para revelarle los deseos de su Corazón y confiarle la devoción, que comenzó a extenderse rápidamente durante el siglo XVII entre numerosas comunidades religiosas, primero en Francia, después en el resto de Europa. Casi un siglo después, tras numerosas dificultades, el Papa Pío IX extendió la fiesta a la Iglesia Universal bajo la modalidad de rito doble mayor. Ya en 1899, León XIII consagrará la humanidad entera al Sagrado Corazón, considerándolo el gran acontecimiento de su pontificado. El Concilio Vaticano II hace referencia al Corazón de Cristo en varios documentos, y también aparece en el Catecismo de la Iglesia Católica. Su actualidad reside en que esta devoción nos muestra el amor de un Dios que se conmueve ante nosotros.

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luzdelaPalabra “Los partió y se los dio a los discípulos”

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo

La multiplicación de los panes y los peces, Tintoretto.

Génesis 14, 18-20 Salmos 109, 1-4 1Corintios, 11, 23-26 Lucas 9, 11b-17 Jesús se puso a hablar a la gente del reino de Dios, y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle: “Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado”. Él les contestó: “Dadles vosotros de comer”. Ellos replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío”. (Porque eran unos cinco mil hombres). Jesús dijo a sus discípulos: “Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta”. Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos.

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laPuntada Reflexiones para n谩ufragos

Caridad. Amar a los seres humanos en tanto son nada. Esto es amarlos como lo hace Dios. Simone Weil Fil贸sofa Francesa

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