N° 36 | Junio - Julio 2011
Con Cristo, cerca del hermano
Queridos hermanos: Semanas atrás beatificaron a Juan Pablo II y muchos recordamos su visita a Tucumán en 1987, ese día nos reunimos en el Aeropuerto o mirando por TV, alegres por su presencia. La visita de alguien muy querido, siempre nos reúne, alegra y anima. Así también, Jesús visita a cada hombre, su presencia siempre es alegría, nos congrega y anima. Con el Señor en nuestra vida la alegría llega a su plenitud, porque él permanece junto a nosotros y nos invita a permanecer en él, el está con nosotros “todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28.20).
Como un eco de la alegría pascual somos reunidos en torno a Jesús presente en la Eucaristía. La fiesta de Corpus Christi es oportunidad de reconocer públicamente a Jesús Señor de la Historia, caminar por nuestras calles junto a aquel que siempre camina a nuestro lado. El lema es “Con Cristo, cerca del hermano”. Vivir esa cercanía de cara a los desafíos de la sociedad actual, dejando atrás el individualismo, insensibilidad y la indiferencia. Disfrutando la cercanía en familia, junto a aquellas personas que el Señor pone en nuestro camino, en el trabajo, en donde estudiamos, en donde vivimos; pero saliendo al encuentro de tantos que esperan nuestra presencia, nuestra palabra, nuestra vida alegre que imite a
Jesús saliendo en busca de cada hermano. En el Cuerpo y Sangre de Cristo se manifiesta el misterio de la Encarnación, el amor siempre presente entre nosotros. El cristiano es quien tiene conciencia clara de ese amor y expresa con el compromiso de su vida el agradecimiento al Señor. Animados por Jesucristo pongamos todo nuestro esfuerzo en crear la comunión de los hombres entre sí y con Dios nuestro Padre; unamos a nuestra cotidiana oración el compromiso de la cercanía a nuestros hermanos. ¡Que María de la Merced nos anime en la misión!