COSUDE_Estrategia_Empoderamiento

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ESTRATEGIA DE EMPODERAMIENTO

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Contexto

Desde hace más de dos décadas, el país viene siendo testigo de un sostenido proceso de debilitamiento del Estado que se expresa, entre otros elementos, en una aguda crisis del sistema político nacional y el consecuente deterioro de las estructuras de expresión política; en los frecuentes cambios en la conducción del gobierno (en el lapso comprendido desde el retorno a la democracia en 1979 hasta el 2004 en el país se han sucedido 11 presidentes); en la poca estabilidad y perdurabilidad de políticas nacionales que orienten el desarrollo y, en un cada vez mayor desprestigio de las entidades estatales, que han ido perdiendo credibilidad y legitimidad como consecuencia de la limitada eficiencia de sus acciones y de los fuertes niveles de corrupción. La debilidad del Estado ha sido especialmente palpable en las grandes dificultades que ha experimentado para cumplir y aplicar los mandatos constitucionales vinculados con el trabajo, la salud, la seguridad social o la educación. Tampoco ha podido hacer efectivos los derechos colectivos o enfrentar con cautela y respeto la designación y gestión de organismos de control como la Contraloría General del Estado y la Comisión de Control Cívico de la Corrupción En este contexto, las respuestas a las demandas de la población, se han caracterizado por prácticas de corte asistencialista y clientelar, que no han incidido sobre las causas de los problemas. En otras ocasiones, en cambio, se ha evidenciado el surgimiento de rasgos autoritarios y represivos como un medio para acallar los conflictos y expresiones sociales de descontento. En cualquier caso, en la actuación del Estado y de los diferentes gobiernos que se han sucedido en el poder, el escenario ha estado signado por una percepción social de inseguridad jurídica, al punto que la impunidad ha dejado de ser un elemento aislado para convertirse en hecho frecuente. Fuera de la esfera pública, la sociedad ecuatoriana se caracteriza no solamente por la diversidad de actores que la conforman, sino por la presencia de visiones particulares ligadas a la defensa de intereses y demandas básicamente de carácter reivindicativo y sectorial. La fragmentación y atomización existentes han derivado en una excesiva corporativización del país, con las concomitantes dificultades para construir y aplicar acuerdos, desarrollar propuestas viables frente a problemas nacionales, generar visiones comunes y procesos compartidos. Frente a un Estado cada vez más lejano para responder a los intereses nacionales y ante el fraccionamiento y corporativización de la sociedad ecuatoriana, los sectores socialmente desfavorecidos han experimentado procesos de exclusión y autoexclusión que se alimentan por las inequidades existentes y por el hecho de asumir como normales, naturales e inamovibles, las relaciones asimétricas sobre las que se ha levantado el desarrollo del país. Estas tendencias se ven favorecidas al menos por dos elementos. Por un lado, ante la pobre aplicación de mecanismos institucionalizados, el acceso a la información por parte de la población sigue siendo restringido y en el mejor de los casos, parcial. Por otro lado, no existen canales ni espacios estructurados en los que puedan fluir el diálogo y el acercamiento entre las instancias oficiales y la sociedad civil. Las limitadas experiencias desplegadas en esta dirección o bien se han truncado o bien han significado desgaste para los actores involucrados.

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En medio de este panorama, sin embargo, han surgido renovadas expresiones de ejercicio democrático y participación ciudadana que se concretan a través de la creación y funcionamiento de instancias de control social como las veedurías y los observatorios sobre diversos temas de interés nacional (política fiscal, deuda, niñez, derechos, cooperación internacional). Estos espacios además de sustentarse en los postulados del derecho a la información, y al conocimiento de lo que se debate o decide en la esfera del poder público, tienen la tendencia a incidir en la discusión y proposición de políticas nacionales. Desde esta lógica de operación, los nuevos espacios de vigilancia ciudadana representan una valiosa oportunidad para el fortalecimiento de los actores públicos y privados. De manera paralela, el escenario social se ha enriquecido a partir del surgimiento de nuevos movimientos sociales portadores de los intereses de los grupos desfavorecidos. De especial relevancia es el aparecimiento y la fuerza que han ido adquiriendo movimientos como los de los sectores indígenas, de las mujeres, de los ambientalistas, de los GLBT o de los sectores anti-globalización, en los debates y construcción de propuestas a nivel nacional. La posibilidad de que este tipo de procesos pueda contribuir a ampliar el sentido y contenido de la democracia, así como a fomentar relaciones sociales más incluyentes y equitativas, tiene como telón de fondo la disponibilidad de marcos constitucionales y legales que presentan condiciones favorables para la exigibilidad de derechos. En esta dirección son puntales importantes la propia Constitución del Ecuador, así como los acuerdos internacionales suscritos por el país que comprometen al Estado ecuatoriano a cumplir con los derechos económicos, sociales y culturales (DESC) 1, la legislación existente en torno a los derechos y la expedición de leyes recientes como la Ley de acceso a la información (mayo 2004). Pese a que aún son reducidos los niveles de difusión y discusión del marco constitucional y legal bajo el que se promueve el respeto y la exigibilidad de los derechos, la sociedad ha ido adquiriendo un conocimiento relativamente más alto respecto a estas temáticas. Esta situación que contrasta con lo sucedido años atrás, se evidencia, por ejemplo, en la cada vez mayor conciencia de que el desarrollo humano, es decir, la disponibilidad de mayores oportunidades, capacidades, recursos y servicios para enfrentar el presente y futuro, constituye la base de cualquier proceso. Dentro de este contexto, el empoderamiento, como principio conductor de la COSUDE adquiere una especial relevancia.

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Aprendizajes relevantes

Si bien el empoderamiento es un proceso de largo aliento, que trasciende la vigencia formal de un proyecto o programa, los aprendizajes derivados de la experiencia recorrida por la COSUDE y otras instituciones de desarrollo, revelan que es posible y factible, dentro del marco de 1

Solo para citar algunos de los más importantes vale mencionar el Convenio 169 de la OIT que protege la propiedad intelectual de los conocimientos ancestrales y el derecho a los pueblos a no ser desplazados de sus tierras, los convenios 138 y 182 de la OIT relacionados con la abolición del trabajo infantil. En un marco más amplio destacan la suscripción y ratificación del Ecuador de las convenciones internacionales sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial (1965), de eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (1979), la Convención sobre los Derechos del Niño (1989).

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ejecución de una acción de desarrollo, generar algunas condiciones propicias para fomentar el empoderamiento de los diferentes actores vinculados con su gestión. Uno de los aprendizajes más valiosos radica en la necesidad de asegurar la organización y funcionamiento de espacios adecuados en los que se concrete la participación de la población meta de un proyecto. La recuperación de su palabra, intereses y opiniones, ha demostrado ser una importante herramienta metodológica y operativa para fortalecer el sentido de apropiación social respecto a una acción de desarrollo. En este sentido, antes que formular intervenciones altamente novedosas o alternativas, es importante apoyar la consolidación de las iniciativas en marcha. Esto tiene al menos dos implicaciones. Por un lado, significa el reconocimiento y valorización de los saberes y prácticas generados por una comunidad o población particular para enfrentar su desarrollo. Por otro, supone diseñar y ejecutar proyectos que respondan a las demandas del grupo objetivo y a los requerimientos locales a partir de sus capacidades y recursos. La disponibilidad de adecuados espacios de participación e interlocución no se circunscribe únicamente a las fases de formulación de un proyecto; por el contrario, es una constante que debe garantizarse durante su ejecución, adecuando la lógica del proyecto a las características y particularidades del escenario local en el que se inserta. La experiencia ha demostrado que la creación de estructuras paralelas para la ejecución de los proyectos no fortalece las capacidades locales ni fomenta el empoderamiento. En esa medida, las lecciones aprehendidas remarcan la necesidad de fomentar la consolidación de las organizaciones locales existentes, como un medio para favorecer el empoderamiento y su posicionamiento en el contexto local. Otro de los aprendizajes es la necesidad de clarificar, desde un inicio, los roles de los actores que intervienen en la ejecución de un proyecto, así como las responsabilidades diferenciadas y complementarias que cumple cada uno de ellos: COSUDE, organizaciones no gubernamentales, organizaciones de base y de segundo grado, comunidades, gobiernos locales y otros actores. Tales roles, por lo demás, se irán modificando conforme avance la implementación, en la medida en que se desarrollarán nuevas capacidades o se potenciarán las existentes. En la perspectiva de alcanzar el empoderamiento, la ejecución de proyectos debe generar un conjunto de condiciones propicias, así como mayores oportunidades para que las personas y comunidades, a través de su propio esfuerzo, logren empoderarse. Tal afirmación parte del reconocimiento de que “no es posible empoderar a otros”. El empoderamiento es un proceso inherente a los propios individuos y a las colectividades a las que pertenecen. Ante la falta o insuficiencia de medios de subsistencia y de condiciones mínimas para una vida digna, resulta poco probable que las personas, familias y comunidades puedan comprometerse a participar en el desarrollo de su territorio, adquieran una participación más activa en los procesos locales o demanden mayor información para la toma de decisiones para efectivizar este propósito, se torna indispensable resolver carencias materiales básicas. Mientras las necesidades elementales y básicas no puedan ser cubiertas, las posiciones reivindicativas seguirán cediendo el paso a la capacidad propositiva y el sentido de corresponsabilidad en la construcción del desarrollo. Un último aprendizaje se refiere a la necesidad de ir integrando progresivamente a las iniciativas públicas y privadas, locales, regionales y nacionales, a fin de trascender el espacio reducido de actuación de proyecto, y propender a un robustecimiento del tejido social y al mejoramiento de la capacidad de negociación de los sectores vulnerables ante otros actores del desarrollo. 3


3.

Definiciones iniciales

El empoderamiento puede entenderse desde una triple dimensión: 

Es un proceso que contribuye a que las personas y sus organizaciones puedan ser, hacer y decidir por sí mismas, facilitando que los sectores vulnerables accedan a relaciones más equitativas en la sociedad. Desde esta dimensión el empoderamiento es un proceso que potencia los niveles de autoestima.

Es un concepto que supone el acceso al poder, transformándolo y democratizándolo en función de intereses sociales más amplios y de relaciones de mayor equidad.

Se caracteriza por el fortalecimiento y ampliación de los niveles de información y del aumento de capacidades, potencialidades y oportunidades individuales, familiares y comunitarias, en la perspectiva de poner en marcha principios e instrumentos de rendición de cuentas, control social, y, acceso, distribución y uso de los recursos económicos y naturales.

Desde esta multiplicidad de elementos, para la COSUDE el empoderamiento se define como el incremento de la autoestima, autoridad y poder del grupo meta sobre los recursos y las decisiones que afectan su vida. Tal definición implica la interrelación de cinco aspectos clave:     

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Acceso a la información Inclusión y participación en la toma de decisiones Responsabilidad o rendición de cuentas Disponibilidad de capacidades organizativas locales Acceso a recursos económicos

Principios

En la implementación de la estrategia de empoderamiento, las acciones de COSUDE, se basarán en los siguientes principios: 

Acompañar para el empoderamiento de los grupos meta: las instituciones deben apoyar los esfuerzos de las personas, de las comunidades y sus organizaciones para empoderarse, promoviendo las condiciones necesarias para que los grupos meta puedan mejorar el control de sus vidas y aportar en su desarrollo.

Reconocimiento y valorización de las organizaciones locales: la ejecución de un proyecto debe asentarse en organizaciones sociales locales a fin de contribuir a su fortalecimiento, mejorar los niveles de apropiación de las iniciativas en marcha y favorecer la sostenibilidad de los procesos que se desaten.

Respeto cultural: los saberes y prácticas, los sistemas simbólicos y ritmos propios de las poblaciones y comunidades que participan en la ejecución de un proyecto serán considerados y valorados adecuadamente. Se profundizará el conocimiento de las culturas y saberes de la población meta. 4


Participación, información y comunicación: se apoyarán y estimularán procesos de participación, garantizando el acceso a la información para la toma de decisiones y el desarrollo de la capacidad propositiva de los grupos meta, en la perspectiva de incidir en políticas que favorezcan su desarrollo.

Desarrollo de una nueva cultura institucional: implica promover la reflexión permanente del personal de las entidades sobre sus hábitos, actitudes y prácticas institucionales de vinculación con los sectores y organizaciones sociales, de modo que implementen relaciones respetuosas hacia la comunidad y promuevan el protagonismo de la población meta.

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Objetivos

Objetivo general 

Propender a la igualdad de oportunidades y de derechos de la población meta, contribuir a mejorar su acceso al conocimiento, a recursos y a servicios sociales; y, fomentar su participación en los procesos de toma de decisión.

Objetivos específicos 

Fomentar e institucionalizar procesos y mecanismos que viabilicen el acceso a la información y la participación en la toma de decisiones.  Promover el control social, a través del diseño y operación de mecanismos de rendición de cuentas de todos los actores en los procesos de desarrollo local.  Fortalecer las capacidades organizativas y económicas de la población meta y el incremento de su autoestima.

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Lineamientos de acción

Lineamientos a nivel de los proyectos: Los lineamientos que orientarán la gestión de proyectos se organizan en dos partes: durante la fase de arranque y operación, y en la evaluación de los resultados e impactos alcanzados. 

En la formulación y ejecución de los proyectos se considerarán los siguientes lineamientos: -

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Los proyectos deben insertarse dentro de los procesos de desarrollo local y responder a las dinámicas de las iniciativas en marcha. Para el diseño de los proyectos se implementarán mecanismos que faciliten la elaboración colectiva de propuestas y la recuperación de las demandas e intereses de los grupos meta. La instrumentación de este tipo de mecanismos contribuirá a que los productos finales contengan la visión de los diversos sectores que conforman una comunidad de acuerdo a sus especificidades por etnia, género o edad. Desde el inicio mismo del proceso se concertará con la población meta la elaboración de un plan de retiro y transferencia de las organizaciones ejecutoras hacia las organizaciones locales, de modo de ir preparando las condiciones y generando las capacidades necesarias a lo largo del período de ejecución de un proyecto.

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Las metodologías y los instrumentos de planificación, seguimiento y evaluación de los proyectos deben adecuarse a las características de la población meta, sin prejuicio de que se utilicen herramientas técnicamente requeridas. Al inicio de la ejecución de un proyecto se deberán definir y establecer tanto la línea de base como los indicadores esperados en empoderamiento, de modo de contrastar, a su terminación, los cambios e impactos alcanzados. Los proyectos deberán sondear y caracterizar a los actores existentes con el propósito de respetar y fortalecer las estructuras orgánicas comunitarias, evitando estimular la formación de otras paralelas. Durante la fase de ejecución se promoverá la puesta en marcha e institucionalización de procedimientos democráticos y transparentes de control social, de rendición de cuentas, elaboración de presupuestos participativos y otros, con el objeto de que los grupos meta accedan a las decisiones. Los proyectos favorecerán la adopción de estrategias orientadas a incrementar el empleo e ingreso de la población meta, a fin de incentivar dinámicas que impulsen el desarrollo local. El fomento de alianzas locales y regionales que respalden las propuestas de la población meta en la consecución de recursos financieros, reivindicaciones políticas y sociales, servicios básicos u otros, y que contribuyan a mejorar los impactos. Los proyectos deben concebirse como espacios de interaprendizaje, que concilien los conocimientos técnicos con los saberes locales y que rebasen el enfoque de capacitación como la sumatoria de eventos aislados. Las iniciativas que se impulsen apoyarán la generación de espacios de discusión y reflexión que vinculen las problemáticas locales con escenarios temáticos más amplios.

En la evaluación de los resultados e impactos de los proyectos las orientaciones que guiarán su aplicación son las siguientes: -

Involucramiento de las organizaciones sociales y de las comunidades en los procesos de seguimiento y evaluación. Revisión conjunta con las organizaciones sociales y comunidades de los indicadores desagregados de empoderamiento. Inclusión, en los términos de referencia, de los temas y áreas de interés que a criterio de las organizaciones sociales deben ser evaluados.

Lineamientos a nivel programático: • Diseñar y aplicar, en asocio con entidades especializadas, procesos encaminados a la toma de conciencia sobre el ejercicio de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales y de gestores de veedurías, con el propósito de complementar y reforzar las estrategias que desarrollen los proyectos a favor del empoderamiento. • Desarrollar ejercicios de inducción y reflexión con las organizaciones ejecutoras de los proyectos de COSUDE a fin de garantizar una adecuada apropiación de los principios, objetivos y estrategias del empoderamiento. • Promover eventos de intercambio de experiencias entre los proyectos que apunten a la generación de inter-aprendizajes para la resolución y enfrentamiento de problemas comunes. • Sistematizar y capitalizar las lecciones derivadas de los proyectos y socializar los conocimientos y prácticas alrededor del empoderamiento. • Propiciar la adopción de un nuevo lenguaje, así como de nuevas prácticas y actitudes institucionales orientadas a facilitar el empoderamiento de las personas y sus organizaciones. 6


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