Flores Jij贸n 240 (E17-185) y Sotomayor
Cultura y Microfinanzas Rurales
Apartado 17-16-1001 Quito-Ecuador (593-2) 244 0174 / 292 3101 / 292 3102 Fax: (593-2) 292 3103 administrador@swisscontact.com.ec mpc@swisscontact.com.ec www.swisscontact.org.ec
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CULTURA Y MICROFINANZAS RURALES Encuentro de Ida y Vuelta Investigación: Isabel Ramos, enero 2008 Redacción: Mónica Jácome, Carmen Gangotena, Juan Gangotena, mayo 2008
Cultura y Microfinanzas Rurales E N C U E N T R O D E I DA Y V U E LTA
Edición: Equipo Proyecto COOPFIN/CREAR Diseño y Diagramación: Diego González/Rizoma Identidad Visual Fotografías: Archivo Proyecto COOPFIN/CREAR Impresión: Imago Derecho Reservados Impreso en Ecuador - junio 2008
Con datos al 31 de diciembre de 2007
Contenido 1
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LA CULTURA: EL CAMINO DE LAS MICROFINANZAS
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El encuentro con la técnica
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El “Capital Social”
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ABRIENDO LA PUERTA
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Los hilos de la Identidad Cultural
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La presencia de COSUDE
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La Cultura en el “día a día” de las Microfinanzas
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Swisscontact y el Proyecto
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Las Microfinanzas Rurales: una breve mirada
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LAS MICROFINANZAS RURALES: DEJANDO HUELLA EN LA CULTURA
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Algunas pinceladas de la Cultura Local
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Las huellas en el ahorro
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Los cuatro casos: Cooperativas…
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Recosiendo las redes
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• 4 de Octubre
Barajando nuevos sueños
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• CACPECO
Volviendo a la Pachamama
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La familia y la mujer en la economía campesina
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CONCLUYENDO
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• San José • Jardín Azuayo La puerta abierta
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1 Abriendo la puerta ¿Por qué puede ser importante parar un momento en el camino, a reflexionar acerca de la relación entre cultura y micro finanzas?, ¿entre cultura y desarrollo? Aparente y lamentablemente estas dos ideas, en la gran mayoría de los casos, han estado divorciadas y desarticuladas al momento de las intervenciones externas sobre los grupos sociales pobres, sea que esas acciones provengan del Estado o de los agentes de cooperación. ¿La raíz del problema?: entenderle al desarrollo como resultado de acciones e inversiones externas, esto quiere decir, “venidas de afuera”; de la dádiva y transferencia del que tiene al que no tiene, del que sabe al que no sabe, del que puede al que no puede y no como procesos internos, propios de la gente; de las mujeres y los hombres asentados en un medio definido, con sus costumbres y sus saberes, sus hábitos, sus prácticas y sus valores; dueños, la mayoría de las veces, nada más que de su entorno, sus ideas, su vida y sus intereses. Cuántas veces los externos hemos querido cambiar justamente estas bases sobre las que se asienta y se cons-
truye el desarrollo, cuando a éste se lo entiende como resultado de dinámicas propias impulsadas estrictamente por esos intereses, ideas, valores y saberes. ¿No será que el escaso impacto de la acción para el desarrollo no ha sabido entenderlo?, ¿es que se precisa entonces conocer, comprender y respetar esas costumbres, esos saberes, hábitos, prácticas y valores? A partir de la revisión de algunas experiencias impulsadas por la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico - Swisscontact, en la ejecución del mandato de COSUDE y la aplicación de su estrategia encaminada a contribuir al incremento del empleo y mejoramiento de los ingresos de los sectores más pobres del área rural del país, las líneas que siguen pretenden aportar con algunos elementos de análisis que puedan dar pistas al momento de encontrar las respuestas a las preguntas planteadas. La reflexión se asienta sobre el análisis de cuatro cooperativas del proyecto COOPFIN/CREAR.1
1 Las experiencias corresponden a las cooperativas: 4 de Octubre de la Provincia
LA PRESENCIA DE COSUDE La Cooperación Suiza para el Desarrollo está presente en el Ecuador desde el año 1969. Su propósito ha sido el de contribuir de manera significativa a la reducción sostenible de la pobreza y, por lo tanto, a la disminución de desigualdades sociales y económicas. Para ello, su estrategia se ha centrado en tres ejes prioritarios: empleo e ingreso, descentralización y desarrollo local y gestión ambiental. Para abordar el primero de los ejes de su estrategia, esto es, el empleo y los ingresos, ha recurrido a tres líneas de acción, una de las cuales tiene que ver con el fomento del acceso a los servicios financieros en el área rural andina. Se trata de facilitar un camino de llegada de las empresas familiares campesinas y de sus organizaciones de autoayuda a un sistema financiero rural, adaptado a sus necesidades. A través de su apoyo la COSUDE pretende lograr que los servicios ofrecidos por los intermediarios del sector ahorro y crédito sean razonables en cuanto a precios y calidad de productos. Las dos líneas restantes son: el apoyo a la producción, al procesamiento y a la comercialización de productos agrícolas, y el fomento al desarrollo empresarial en el área rural.
de Chimborazo, San José de la Provincia de Bolívar; CACPECO de la Provincia de Cotopaxi y Jardín Azuayo de la Provincia del Azuay.
Las orientaciones estratégicas que marcan el rumbo de su actuación, inscritas en esa concepción alterna del desarrollo, apuntan –entre otras intenciones– hacia el mejoramiento de las capacidades de los grupos destinatarios, sus organizaciones y las de sus contrapartes en los sectores rurales pobres y territorialmente en la Sierra Centro y Sur. La cultura es considerada por COSUDE como un valor en sí y también como un medio para empujar el desarrollo; quiere contribuir a la formación y al mantenimiento de paisajes culturales originales y autónomos y, por lo tanto, fomenta el respeto, el reconocimiento y la comprensión de la diversidad cultural.
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LAS MICROFINANZAS RURALES: UNA BREVE MIRADA Si bien el término de microfinanzas ha sido utilizado ampliamente en el discurso político y en la actuación de los agentes de desarrollo, su concepción y alcance van bastante más allá de ser solamente créditos de bajo monto; se trata además de la comprensión: a) de los servicios financieros que lo acompañan y b) de los destinatarios de esos pequeños préstamos de dinero. Entre los servicios figuran productos y procedimientos, que incluyen el asesoramiento, la capacitación y el apoyo para la reflexión y el análisis antes de la toma de decisiones sobre la inversión y el ahorro. Por el lado de los destinatarios, se trata de conocer a los socios con sus intereses y cultura, así como comprender la lógica de sus pequeños emprendimientos o negocios, articulados estrechamente a la economía local, los cuales en la mayoría de los casos recurren al empleo de miembros de la familia.
SWISSCONTACT Y EL PROYECTO El Proyecto “Fomento del Ahorro y Crédito RuralCOOPFIN/CREAR” arrancó en 1998, ejecutado por la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo TécnicoSwisscontact, por pedido y financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo-COSUDE. Su finalidad es contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población de la Sierra Central y Sur del País, asegurando el acceso de la población rural a servicios de ahorro y crédito en características, condiciones y plazos orientados a sus necesidades y demandas. El camino recorrido por el Proyecto deja la huella de tres fases marcadas: los dos primeros años (1998-2000) fueron de acercamiento y conocimiento del paisaje local, con miras a mejorar el acceso de la población rural de la Sierra Centro a servicios financieros sostenibles, a través del fortalecimiento de las cooperativas de ahorro y crédito (COAC´s). Esta primera huella permitió el conocimiento de la dinámica del sector rural y de sus actores. La segunda, en los siguientes cinco años (2001-2005), el Proyecto enfocó su apoyo al desarrollo de herramientas de gestión de productos financieros para consolidar las activi-
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dades de las cooperativas de ahorro y crédito rurales, en sus espacios y territorios de intervención, con miras hacia una expansión social y geográfica de los servicios financieros ofertados. La tercera huella, aún en labor (2006-2009), corresponde a la fase de profundización, en la que se plantean nuevos retos, bajo el entendido de que el acceso a servicios financieros en el área rural constituye una responsabilidad de los propios actores locales, basado en el compromiso de las cooperativas de ahorro y crédito rurales con los sectores menos atendidos y en equilibrio con su estabilidad financiera. Las acciones del Proyecto, en consecuencia, se encaminan a la ampliación y extensión de los servicios financieros en el área rural, con esquemas y patrones de prudencia financiera, solvencia y eficiencia. Este ejercicio no intenta abordar una evaluación del Proyecto sino más bien, recoger las lecciones de dos caminos que, paradójicamente son de “ida y vuelta”. El de ida, mirando la adaptación y adecuación de los productos y procedimientos de las microfinanzas rurales a la cultura local y, el de vuelta, recogiendo los frutos, madurados por la actuación de las cooperativas de ahorro y crédito en el medio.
La crisis financiera sufrida por el país en el 2000, pese a los impactos devastadores que generó en diversos sectores de la economía, tuvo sin embargo el efecto de despejar la neblina de inseguridad y desconfianza que cubría sobre las pequeñas entidades financieras de carácter local y abrió grandemente sus posibilidades de crecimiento. En los últimos cuatro años (del 2003 al 2007) los créditos del sector financiero a las microempresas casi se triplicaron, pasaron del 4 al 11 %; sin embargo, el liderazgo y control del sector se mantuvo en la banca privada, concentrada casi exclusivamente en las áreas urbanas de las principales ciudades del país.
Hacer microfinanzas va mucho más allá de solamente entregar dinero al microempresario. Si lo hubiéramos hecho así, tras la erupción del volcán Tungurahua, ahora estaríamos llenos de créditos impagos; sin embargo, nuestra morosidad, apenas supera el 3 %. Yolanda Haro Cooperativa 4 de Octubre
El éxito de las instituciones de microcrédito en el Ecuador, se puede ver desde dos perspectivas. La primera desde el aprendizaje, porque cada vez se desarrollan nuevos productos y se exploran nuevos mercados para atender mejor a microempresarios y pequeños productores. La segunda corresponde al desarrollo del mercado, porque existe mayor competencia
Aunque el mercado financiero tradicional había experimentado una dinámica fuerte durante los últimos años en el campo de las microfinanzas, el trecho que le quedaba por andar para llegar, a corto plazo, a las pequeñas comunidades rurales, estaba aún distante.
que obliga a las instituciones a definir di-
El rol que pudieran cumplir las cooperativas de ahorro y crédito para crecer y robustecerse, surgió precisamente de estas circunstancias; las entidades financieras bancarias no iban a llegar a corto o mediano plazo a zonas rurales y, por otra parte, las cooperativas de ahorro y crédito rurales podían cumplir, en estas zonas, un rol importante; sin embargo, para ello necesitaban incorporar y adaptar formas y herramientas más adecuadas para lograr un impacto masivo y eficiente en la sierra central y en el sur del país.
Red Financiera Rural
ferentes estrategias, y a la par se va logrando una mayor escala que se traduce en la reducción de costos. Javier Vaca
El trabajo durante los diez años del proyecto nos ha llevado a entender las dinámicas de las cooperativas de ahorro y crédito en el Ecuador y a comprobar, evaluar y reconocer su importante rol, como “Banco del Pueblo”, dentro del proceso de mejora-
Bajo ese concepto –de que el cambio y el desarrollo no vienen de afuera sino que son el fruto de procesos internos, impulsados por iniciativas y dinámicas locales– el rol que cumplen las microfinanzas y las Cooperativas es el de ser, justamente, el detonante necesario de esos procesos.
miento de la calidad de vida de los usuarios de sus servicios y del desarrollo rural. Mirtha Corella, Jefe del Proyecto COOPFIN/CREAR
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ALGUNAS PINCELADAS DE LA CULTURA LOCAL Para efectos de este trabajo entenderemos que la cultura está constituida por un amplio conjunto de experiencias y manifestaciones, como el idioma, la música, el arte, expresiones religiosas, etc., de un grupo social específico, localizado dentro de un espacio geográfico y en un momento determinado. La transmisión o socialización cultural moldea y condiciona el comportamiento individual y colectivo hacia dentro y fuera y, por lo tanto, incide en el desenvolvimiento de un grupo social. Cada grupo social tiene sus propias expresiones culturales, las cuales se encuentran en un permanente proceso dinámico de cambio.
La pobreza (“mutsui”) en la visión indígena, es un concepto que se utiliza como una categoría de pobreza circunstancial. No se trata de la pobreza estrictamente
En Ecuador la diversidad cultural responde a la diversidad étnica existente. El país tiene una gran pluralidad étnica y lingüística; en la suma de la población indígena y mestiza se conjuga la gran mayoría de los ecuatorianos, llegando a ser el 84 % del total de la población. El idioma oficial es el español, pero en la Sierra se habla también el quichua (30 % del total de la población), además de los numerosos dialectos de la Amazonía. Las formas de comportamiento y los patrones culturales de nuestra población en la Sierra Central y Sur del país han sido amasados con la mezcla de raíces indígenas y españolas. Esa población indígena y mestiza, asentada arriba entre las montañas, tiene sus raíces ancestralmente ligadas a la tierra, vive de ella; en la zona andina, fuera de las principales ciudades (Cuenca y Quito), su gente está, en alguna medida, relacionada con la tierra y la producción agrícola.
material y de carencia de servicios, entendidos desde la lógica occidental, sino como la carencia de productos primordiales de la biodiversidad agrícola, sin cuyo sustento resulta inconcebible la seguridad alimentaria; (…) al fallar estos elementos, una familia o una comunidad pueden caer en el “mutsui”, que es el único y verdadero criterio de pobreza. La solidaridad y reciprocidad que caracteriza la economía y la cultura de la sociedad rural, resulta la
En la vida indígena y rural, el bienestar se sustenta no en la acumulación de riqueza y de bienes, sino en tres pilares: la tierra, el conocimiento para la resolución autónoma de las necesidades y el tejido social de sus relaciones. El conocimiento –entendido como el acumulado de los saberes, hábitos y creencias– es transmitido de padres a hijos, contiene prácticas y valores para resolver autónomamente las necesidades, entre los que sobresalen la reciprocidad y cooperación mutua, particularmente para enfrentar la carencia temporal de bienes o servicios.
mejor respuesta al “mutsui”, por ello, éste es circunstancial y no crónico como lo es la pobreza generada por el desarrollo. Carlos Viteri Gualinga “La visión indígena del desarrollo”.
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Las relaciones son la base sobre las cuales se nutre el conocimiento, las que –a manera de nudos de una red– aseguran las épocas de crisis, provenientes principalmente de la naturaleza; son el capital social, constituyen la base de la identidad local y fraguan el sentido de pertenencia.
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En este marco, es innegable el rol fundamental que cumple la familia y dentro de ella la mujer, como guardiana y transmisora de la cultura y puntal de la economía campesina y de la actividad agrícola, sobre todo cuando ésta se orienta al autoconsumo de la familia. De otra parte, la agudización de la pobreza ha acentuado los procesos migratorios masculinos (temporales, estacionarios o permanentes) ligando cada vez más a la mujer con la agricultura. A este fenómeno social se lo ha dado en llamar “la feminización del agro”.
LOS CUATRO CASOS: COOPERATIVAS… Las ideas que se extraen y se dibujan en estas líneas han sido cosechadas en las conversaciones con los socios, hombres y mujeres, así como con los directivos(as) y funcionarios(as) de cuatro cooperativas rurales de ahorro y crédito y han sido confirmadas en la revisión de la información mantenida en sus archivos y en los del Proyecto COOPFIN/CREAR. Los casos son parte de un amplio conjunto de cooperativas que realizan similar labor en la construcción escondida del desarrollo de nuestro país. Estas cooperativas son: 4 de Octubre de la Provincia de Chimborazo; San José de la Provincia de Bolívar; CACPECO de la Provincia de Cotopaxi y Jardín Azuayo de la Provincia del Azuay. 4 de Octubre Su origen está en Penipe, provincia del Chimborazo, en donde en 1994 un grupo de choferes –en su búsqueda de una entidad que les pudiese facilitar créditos– deciden unirse y crear una cooperativa a la que le bautizan con el nombre de “4 de Octubre”. Sin embargo, su crecimiento se produce cuando la población de las parroquias vecinas al volcán regresa, luego de la erupción del Tungurahua, a ver sus cultivos arrasados y sus casas destruidas. La cooperativa entonces, con apoyo de COSUDE, crea un fondo de ayuda para centenas de familias damnificadas. Luego de nueve años esta modalidad se mantiene y hoy la cooperativa cuenta con cerca de 7.000 socios. CACPECO Parecida búsqueda a la de los choferes de Penipe fue la realizada por un grupo de artesanos y pequeños industriales de Cotopaxi, en Latacunga, en donde no había aún ninguna cooperativa, quienes deciden unirse y crean la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Pequeña Empresa de Cotopaxi-CACPECO. Veinte años han transcurrido desde aquella decisión (1988). Hoy la cooperativa supera los 53.000 socios que se benefician de sus servicios, entre los que sobresale un producto denominado CREER, que constituye un crédito destinado sólo para mujeres y que ha congregado a 3.500 beneficiarias, quienes acceden, individualmente con valores de hasta 800 dólares o en grupos organizados, con un límite de 18.000 dólares.
… (el Proyecto) nos ha ayudado a mejorar la atención a nuestros socios, mediante la adecuación de los productos a las necesidades de la población atendida, a la ampliación de cobertura con nuevas agencias, a la sistematización de nuestros servicios y al mejoramiento de la infraestructura. Yolanda Haro Gerente
Nuestra mayor fortaleza es haber demostrado seriedad, transparencia y cumplimiento en las ofertas. Virginia Escobar Gerente
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… es posible hacer desarrollo maximizando los recursos y minimizando los riesgos, (…) contribuimos al fortalecimiento institucional y permitimos el acceso de microempresarios a una gama variada de productos, que crean nuevas oportunidades de empleo. José Guillén Gerente
La mayor fortaleza institucional, es la participación de los socios mediante una estructura de directivas locales que se constituyen en un amplio soporte social, porque convierten a la cooperativa en la institución propia de las localidades donde está presente. Paciente Vásquez Gerente
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San José La provincia de Bolívar, a las espaldas del Chimborazo, ha sido tradicionalmente la provincia que menos ha visto pasar o no ha podido recoger las “aguas del desarrollo”, manteniéndose al margen de los servicios, entre ellos los financieros. La Iglesia impulsó la creación de cooperativas en casi todos sus cantones y parroquias, sin embargo, fueron apagándose en la medida que fue retirado ese apoyo. Una de las pocas que quedó prendida fue la San José, la que en la actualidad mantiene cerca de 27.000 socios y diecinueve millones de dólares en activos. Su fortaleza radica en la cobertura, esparcida entre los pueblos pequeños a donde no llega la banca privada, por lo que la cooperativa es su centro económico y el combustible para los pequeños emprendimientos. Jardín Azuayo Al igual que los estragos del volcán Tungurahua en la 4 de Octubre, el desastre de La Josefina en Paute, originado por el represamiento y posterior avalancha del río (1993), es el factor detonante para su creación. Se conformó en 1996 bajo el propósito de transformar el ahorro local y externo en créditos que ayuden a mejorar las condiciones de vida de sus comunidades, lastimadas por esa calamidad. Se inició con 100 socios, los que ahora superan los 97.000, sus activos superan los noventa millones de dólares y sus 21 oficinas están ubicadas en gran parte de la región austral.
LA PUERTA ABIERTA Una vez abierta la puerta, las líneas que siguen a esta introducción –sin pretender ser una evaluación del Proyecto, un tratado de la cultura de la Sierra andina o de las microfinanzas rurales– intenta solamente, a partir de los cuatro casos revisados, tejer nudos entre dos campos: la cultura y las microfinanzas. Interesa, de ida, ver cómo la cultura ha ido moldeando los procedimientos y los productos de los servicios financieros para los pequeños productores y microempresarios y, cómo, de regreso, estos servicios y productos, comienzan a dejar huellas en la cultura. Luego de este recorrido de ida y vuelta, se cierra el documento con algunas reflexiones y, ojalá también con algunas luces para quienes quieran caminar por el pasaje alternativo de un verdadero desarrollo y para aquellos que quieran acompañar, desde el lado de la cooperación, a las cooperativas de ahorro y crédito rurales.
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2 La Cultura: El Camino de las Microfinanzas Descolgándose del horizonte de su mandato –el de convertir a las microfinanzas en instrumento provocador del “desarrollo desde adentro”– la cultura fue asumida desde un inicio como el camino por el que debían transitar las cooperativas de ahorro y crédito del proyecto COOPFIN-CREAR, definiendo y afinando en sus paradas y descansos, procedimientos y productos financieros. La piedra angular de esta apuesta se conjugó al momento de seleccionar el personal y conformar los equipos de trabajo. Una posibilidad consistía en las “contrataciones foráneas” –técnica y profesionalmente acreditadas– con el encargo de “sumergirse” en la realidad: indagar, investigar y conocer el entorno local. La otra –y por la que se enrumbó el Proyecto y las cooperativas– fue la de “jugarse” por lo local, priorizando aquellas hojas de vida marcadas por trayectorias de relacionamiento y compromiso sociales.
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Nuestra fortaleza radica en que, de la misma manera que conocemos a nuestros socios, sus vidas y sus virtudes, conocemos la localidad, sus necesidades, apuestas y limitaciones. Funcionario Jardín Azuayo Conocemos bien a nuestra gente. Sabemos lo que son, lo que hacen y lo que producen. También sabemos qué actividades están saturadas en el mercado para asesorarlos al momento de emprender un negocio. Funcionario CACPECO Mantenemos información actualizada a través de la valoración que de las personas tienen los vecinos o los parientes. Funcionario 4 de Octubre
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Esta jugada asertiva al momento de seleccionar al personal, se ha constituido a lo largo del camino, en la mejor pisada para partir del conocimiento de “lo local”, pues éste no se deriva de la academia sino que da cuenta de un saber situado en el aquí y en el ahora, resultado de su pertenencia y condimentado y enriquecido desde la vivencia cotidiana, permitiendo que aflore un acumulado de conocimiento vivo y dinámico, que da buena cuenta de: • La estructura productiva de los territorios y localidades rurales, conociendo –“en el terreno”– los nombres y apellidos de los vecinos del barrio o miembros de la comunidad, sus actividades productivas, rentabilidad y capacidad de ahorro, así como los sueños y desafíos de las familias rurales; • La configuración y características de los circuitos locales de circulación de mercancías, a partir de la capacidad real de la oferta y la demanda y la dinámica concreta del mercado local; • El tejido social, a través de las diversas modalidades de organización existentes en la zona, la trayectoria social de sus dirigentes y las innumeras redes de amigos y parientes, mediante cuyo concurso se enfrentan y resuelven sus necesidades básicas, y • Las tradiciones, ritos ceremoniales y valores que pautan sus acciones y actitudes, siendo parte activa y actuante de las mismas.
EL ENCUENTRO CON LA TÉCNICA La proximidad y pertenencia cultural ha sido el sustento sobre el que se asienta la capa asfáltica de la técnica. Esto es, desde un encuentro armonioso y mediado por el respeto y el aprovechamiento de los valores y potencialidades de la cultura, se crean y adaptan las acciones del Proyecto así como sus procedimientos y productos financieros.
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Así mismo, los procesos de fortalecimiento institucional –que el Proyecto impulsa como mecanismos de acompañamiento al personal técnico y operativo de las cooperativas de ahorro y crédito rurales– combinan tres insumos: la realidad local y las características culturales, los aspectos técnicos y operativos del sistema financiero y los valores y principios cooperativos. El acierto de esta amalgama convierte al personal de las cooperativas en socialmente comprometido, profesionalmente eficiente y personalmente portador de los mejores valores humanos. Estos procesos de formación se fortalecen a través de pasantías en las diferentes cooperativas participantes en el Proyecto. Una de ellas –la Jardín Azuayo– implementa además un diplomado en cooperativismo, como una herramienta que consolida el espíritu cooperativo de la institución y de sus miembros.
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La capacitación nos hace mejores profesionales pero también nos ayuda a crecer como personas. En mi caso, el haber incorporado a mi vida nuevos valores me ha hecho mejor persona, mejor hija, mejor amiga. Funcionaria CACPECO Lo que está escrito en los manuales es una buena ayuda y nos orienta en el trabajo; pero son las realidades concretas las que nos van formando. O sea que desde la práctica voy construyendo mi propio manual. Funcionario San José La vida en la cooperativa es la mejor es-
EL “CAPITAL SOCIAL”
cuela. De la universidad podremos traer los conocimientos generales, pero aquí
Pobre es el que carece de relaciones. Una afirmación dura y radical que nos invita a adentrarnos en el complejo sistema de reciprocidades sobre el que se asientan nuestras culturas andinas. Ancestralmente todas las necesidades básicas de un determinado grupo humano (alimentación, vivienda, vestido, salud) fueron resueltas a través de acuerdos sociales basados en la reciprocidad. Esto es lo que los antropólogos y cientistas sociales llaman “el capital social”.
aprendemos a “aterrizarlos” en la práctica. Funcionario Jardín Azuayo Los masterados y los estudios técnicos pueden hacer de nosotros buenos funcionarios en el sistema bancario, pero al trabajar en las microfinanzas el verdadero aprendizaje nos viene del entorno en el que nos movemos.
El “capital social” se constituye de las creencias, expectativas, valores y tradiciones de un grupo humano específico, las que se traducen en conductas de reciprocidad y cooperación al interior de la comunidad, favoreciendo y promoviendo la creación de asociaciones y organizaciones que proporcionan beneficios a quienes las integran.
Mis Comentarios:
Funcionario 4 de Octubre
Mis Comentarios: En otras palabras, las relaciones y los vínculos sociales devienen en el mejor “activo” que posee un grupo, pues a través de la solidaridad, el respeto y, muy particularmente, la confianza mutua, las personas logran alcanzar sus objetivos. A su vez, este capital genera sus propios “intereses”, pues sabido es que a mayor amistad y afecto, mayor es el nivel de reciprocidad entre los miembros. De otra parte –y a diferencia de lo que sucede con otros recursos perecibles– el capital social tiene el don y la característica de incrementarse con su uso. Desde esta constatación y certeza se afina el desafío de nuestro sistema de microfinanzas, cual es el de “erradicar la pobreza desde la potenciación del capital social de la población”.
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LOS HILOS DE LA IDENTIDAD CULTURAL Nos hemos preguntado alguna vez, ¿por qué tan pronto se hace mención a las expresiones de la cultura andina surgen vocablos y representaciones alusivos a “las redes” o “el tejido”? Será pura casualidad y coincidencia o será acaso el juego metafórico del que nos valemos para intentar expresar el complejo entramado sobre el que se construye esa identidad cultural? Sin ninguna duda, optamos por la segunda alternativa! Más allá de su desarrollo tecnológico en la agricultura, la medicina o la construcción de sus viviendas y más allá de la riqueza de sus manifestaciones culturales y el colorido de su vestimenta y artesanía, que pareciera se robaran los tintes al arco iris de su huipala, si algo constituye el tesoro y valor intrínseco de “lo andino”, es la diversidad y fortaleza de sus relaciones. Esta megadiversidad de relaciones trasciende lo humano y lo social y aún se enlaza con la pachamama y la metafísica.
Yo no le confío mi plata a cualquiera. Yo me siento segura porque la cooperativa es de los latacungueños… Es nuestra! Además me da gusto saber que mi dinero sirve como préstamo para otra persona que lo necesite. Socia, CACPECO
Mis Comentarios:
Y es aquí, en la tarea de desentrañar el material del que están hechos esos “hilos” de la identidad cultural, dónde ha puesto su mejor empeño y mirada el Proyecto COOPFIN/CREAR, para tejer con ellos la dinámica de las microfinanzas rurales. En el caminar de estos años se han identificado tres hilos fundamentales: la confianza, la pertenencia y la solidaridad, la que mas bien deberíamos llamarla reciprocidad.
Así como para la frase popular afirma que “obras son amores y no buenas razones”, el reto de esta experiencia de microfinanzas ha consistido en convertir en el día a día el discurso en práctica y construir su acción adaptada y enriquecida por las manifestaciones culturales del medio.
La confianza no es un “don sobrenatural” que se construye sobre la nada. No es el “maná del cielo” que llega sin beneficio de inventario. La confianza es, por el contrario, el “fruto maduro” que cosecha el conocimiento mutuo, la comunión de objetivos y la corresponsabilidad compartida. En el caso de las cooperativas materia prima de esta reflexión, este “confiar” se afianza con el membrete y la cédula de identidad de personas y organizaciones que han consolidado una historia de prestigio social, en ocasiones a través de su vinculación con la iglesia católica o de agremiaciones locales.
Como se ejemplifica a continuación, la práctica de estos años ha logrado sortear “con bien” el reto impuesto. Así, la estructura productiva; el circuito del mercado local; las redes sociales; los valores, tradiciones e idiosincrasia, etc., han constituido el paisaje desde el cual se han diseñado y definido los procedimientos para la promoción, la captación de ahorros y la colocación y recuperación del crédito, convirtiéndose en el sostén y sustento del proceso de las microfinanzas.
Esta cercanía-confianza “cose” un sentido de pertenencia. No se trata de un “banco” ajeno y distante, que defiende “sus” intereses propios, el sentir generalizado considera a la cooperativa como propia: “ésta es mi cooperativa”.
Para publicitar a la cooperativa, eventualmente se han contratado espacios en las emisoras de la localidad, se han repartido materiales impresos o colocado carteleras en lugares públicos, sin embargo su impacto no ha sido mayor. La experiencia se ha encargado de demostrar que no hay mejor propaganda que el cliente satisfecho: no tiene costo monetario y el “boca-a-boca” se riega y reproduce como la semilla del “buen labrador”. Se han dado casos, inclusive, que al llegar los personeros de la institución a la comunidad se han encontrado con la sorpresa de que los folletos de la cooperativa –de “mano en mano” y por otros chaquiñanes– llegaron antes.
Finalmente –y desde la reciprocidad inherente a la cultura, que no conoce otra forma de conjugar la propiedad que aquella que deriva en “lo mío es tuyo y lo nuestro de todos”– la solidaridad se convierte en el agua fresca que riega los sembríos vecinos y que se traduce y condensa en el eslogan “mi ahorro es tu crédito”.
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LA CULTURA EN EL “DÍA A DÍA” DE LAS MICROFINANZAS
Mis Comentarios: Hablando de promoción…
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En las fiestas de Chicán participamos en el desfile con un carro alegórico. Lo hicimos porque nos sentimos parte de la gen-
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Cuando salimos a los recorridos, mientras conversamos del crédito damos una mano en los trabajos que la familia está haciendo. Eso no ha hecho antes ninguna otra institución y a la gente le impacta positivamente. Agente de Crédito, 4 de Octubre El publicitar semanalmente los cortes financieros de la cooperativa y repartirlos entre los socios es una práctica de transparencia en el manejo de los recursos. Funcionario Jardín Azuayo
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Cuando un nuevo “socio”2 cruza el umbral de la cooperativa no falta la pregunta de: “cómo se enteró de la cooperativa?” y la respuesta unísona refiere a que se la recomendó el padre, la hija, un compañero de organización o la vecina de la comunidad.
las familias socias juegan un rol de proveedoras de información sobre los comportamientos y capacidad de pago de sus amigos y familiares; información tomada en cuenta al momento de analizar la concesión de un crédito, anticipándose a potenciales situaciones de riesgo.
En ocasiones ni siquiera hace falta el trámite de la “recomendación”. Simplemente el testimonio silencioso de “un colorido negocio de artesanías”, “el pan que da fama a Chimbo”, “las frutillas de don Mariano de Quimiac”, “los biscochos y muyuelas de doña Virginia en Licto”, etc., se constituyen en propaganda que habla por sí sola!
Así como al momento de la concesión “mi ahorro fue tu crédito” en su recuperación, la ecuación se invierte y se transforma en “tu no pago es mi no ahorro”, con lo cual los ahorristas se apersonan del pago de los otros créditos y se crea en el deudor un compromiso moral con los vecinos y parientes.
te y su cultura. Funcionario Jardín Azuayo
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En otras, el participar de las fiestas populares y los ritos ceremoniales, “sinquerer-queriendo” se ha convertido en eficiente estrategia de promoción. Esto es, la decisión de tomar parte en carnavales, desfiles, años viejos, la fiesta del “santo patrono” etc., no ha respondido a un interés publicitario sino a la motivación de compartir con la comunidad sus fiestas y momentos importantes; sin embargo en la práctica esa presencia ha redundado en promoción y propaganda de la cooperativa. Ejemplos de promoción como los que brevemente se insertan en las líneas anteriores darían pie a una larga y novedosa “estrategia” publicitaria. Acortando –y para cerrar el círculo– las propias acciones de seguimiento, monitoreo y la transparencia en la rendición de cuentas, constituyen el mejor medio para posicionar “el buen nombre” de las cooperativas, práctica que de otra parte da cuenta de un “otro” estilo de hacer microfinanzas.
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Nos llegan a tener tanta confianza que, por ejemplo, nos dicen: “Mi hermana va a venir a pedir un crédito. No le dará porque de gana le va a quedar mal y yo no quiero tener problemas por su culpa”. Socio San José
Por su parte, los agentes de crédito aprovechan sus vinculaciones de parentesco y amistad en las localidades para monitorear de manera constante y permanente el estado de la cartera de crédito. Algunos productos financieros Sin detenernos en el análisis de todos los productos financieros que implementan las Cooperativas de Ahorro y Crédito Rurales, como son el microcrédito rural, el crédito grupal y las Ventanillas Rurales Cooperativas-VRCs; en las líneas que siguen se ejemplifican dos casos. ¿La razón? Ellas expresan “nítidamente” no sólo la articulación de los productos financieros a la realidad y cultura locales sino que actúan como sus dinamizadoras. Si en líneas anteriores se ha sostenido que las culturas locales tienen en la estructura productiva y el tejido social su principal fundamento, tanto el microcrédito rural como las VRCs apuntan a recrear y consolidar esos cimientos de la cultura.
...A la hora de colocar y recuperar el crédito
Mis Comentarios:
El tejido social es factor detonante al colocar el crédito y canal eficiente a la hora de su recuperación. En este sentido, el control social comunitario es una herramienta importante para el análisis de las colocaciones y su posterior recuperación. Este control social se manifiesta de varias formas:
Mis Comentarios:
La “recomendación” se convierte en una forma de garantía solidaria, pues al avalar un préstamo la persona asume la responsabilidad sobre su pago; no quiere arriesgar que su “hoja de crédito” se manche por culpa de terceros. En el campo y en las ciudades pequeñas de provincia la reputación de la persona en la localidad es parte del análisis para la concesión del crédito. Así mismo, 2 Habría que resaltar que muy posiblemente la persona que entró como “cliente” en pos de un préstamo, salió con su carnet de “socio”, depositando sus primeros ahorros!
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Ahora ya siembro más variado y tengo mis animalitos. Antes sembrábamos solo pensando en el mercado. Al ponernos la cooperativa la condición de cultivar variado para poder sacar el préstamo, sin darnos cuenta estamos volviendo a producir como lo hacían antes y de paso, aseguramos la alimentación de la familia. Socio, San José
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El microcrédito rural El microcrédito rural tiene como objetivo el impulso de la actividad agrícola de las familias rurales. Sin embargo, el análisis previo para su concesión considera dos factores: el primero, la capacidad de pago de la familia; esto es, el conjunto de actividades e ingresos complementarios que conforman la economía campesina en cuestión; el segundo –y de la mano de lo anterior– no basta la consideración de rentabilidad que un producto tenga en el mercado, pues en la situación cambiante de la oferta y la demanda el “buen precio” de un producto puede bajar al momento de salir al mercado, poniendo en riesgo la capacidad de pago del crédito. Este “requisito” financiero en la práctica se ha convertido en elemento preponderante para que el campesino re-encuentre en la diversidad de sus cultivos la fuerza de su actividad agrícola. La Ventanilla Rural Cooperativa Sin duda, el producto mejor adaptado a la cultura y que ha convertido a la organización social en peldaño del sistema financiero es la Ventanilla Rural Cooperativa. Los principios que la sustentan son la sostenibilidad financiera, los procesos operativos ágiles y la responsabilidad social. La experiencia nace en el año 2004 al interior de las cooperativas San José de Chimbo (provincia de Bolívar) y 4 de Octubre de Penipe (provincia de Chimborazo), constituyéndose en una innovación de los “bancos comunales”, modalidad que ha venido funcionando tiempo atrás al interior de las organizaciones y comunidades campesinas e indígenas.
Mis Comentarios:
En la práctica este producto financiero constituye una extensión de la cooperativa y funciona mediada por un “convenio de cooperación” entre la cooperativa y la organización comunal. Sus miembros son socios de la cooperativa y ésta delega a la organización determinadas actividades operativas en el proceso de captación de ahorros y la colocación del crédito, orientado a fortalecer tanto iniciativas familiares como proyectos comunitarios. Por su parte, la cooperativa acompaña y asesora el proceso de gestión y capacita en temas administrativocontables a los miembros de los comités administrativos de las Ventanillas, los mismos que son miembros de la comunidad.
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A continuación dos ejemplos que nos dan luces para comprender el funcionamiento y la dinámica de la Ventanilla Rural Cooperativa: El agua potable llegó a las casas en San Vicente de Lacas. San Vicente de Lacas es una comunidad cercana a Riobamba. Los hombres se dedican a la construcción y las mujeres a la casa y a la actividad agrícola. Durante un año y a través de mingas, las 225 familias construyeron un sistema de agua potable. Para los trabajos de las instalaciones domiciliarias, cuarenta familias de la comunidad se constituyeron en una Ventanilla Rural Cooperativa y accedieron a un crédito grupal de USD. 20.000, el mismo que al momento está ya pagado. Hoy las familias cuentan con agua potable en sus hogares las 24 horas del día. Parcelas en San Isidro de Punín. Un grupo de 13 mujeres de la comunidad San Isidro de Punín decidió conformarse en una ventanilla rural, a la que le llamaron “La Inmaculada”, para acceder a un crédito que les permitiera implementar huertos orgánicos en sus pequeñas parcelas. Iniciaron con un pequeño préstamo de 208 USD cada una. En vista del cumplimiento y puntualidad en sus pagos, han accedido ya a su tercer crédito. En total cada una de las familias, a través del crédito de las mujeres, se ha beneficiado con un monto total de 1.275 USD.
Hoy ese proyecto es todo nuestro y es nuestro también el orgullo de haberlo hecho con nuestro esfuerzo y el apoyo de la cooperativa que confió en nosotros. Ahora ya estamos soñando en un nuevo proyecto para construir el sistema de alcantarillado. Lo haremos con un nuevo crédito de la cooperativa. Miembro de la comunidad y directivo de la VRC de San Vicente de Lacas.
Mis Comentarios:
La comunidad es la “garante solidaria” y el monto del crédito es igual para todos sus miembros. Se inicia con cantidades pequeñas (entre 400 y 600 USD) y su valor se incrementa en función de la capacidad de ahorro y la cultura de pago de la comunidad. Para acceder a un nuevo crédito la ventanilla debe cancelar en su totalidad el crédito anterior. El ahorro es obligatorio y el grupo determina su monto mínimo.
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NÚMERO DE SOCIOS
Desde que yo recuerdo en el campo la
100,000 90,000
economía se ha manejado con los chul-
80,000
queros. Con el paso de los años haber al-
70,000
canzado que empiecen a trabajar a través
60,000
de una institución financiera es lo más
50,000
importante que ha hecho la cooperativa.
40,000
Funcionario San José
30,000 20,000 10,000 JARDÍN AZUAYO
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No hay bancos en la zona y ellos son gen-
CACPECO
2001
2002
2003
SAN JOSÉ
2004
2005
te bien sencilla. La alternativa era guardar
4 DE OCTUBRE
2006
2007
todo en sus casas con la intención de comprarse una vaquita o un terreno.
3 Las Microfinanzas Rurales: Dejando huella en la cultura Así como la cultura local fue moldeando e incidiendo en las pequeñas cooperativas de ahorro y crédito y en muchos casos las condiciones del medio y de su gente fueron factor importante para su supervivencia, crecimiento y consolidación, así también, y en la vía de regreso, estas entidades incidieron positivamente en la población, en sus formas de comportamiento y en sus valores. De los testimonios recogidos durante la investigación se extraen diversos efectos y cambios como resultado de la presencia y actuación de las entidades de ahorro y crédito en la cultura de las comunidades rurales. Estas transformaciones se inscriben principalmente en cuatro campos: en sus hábitos y formas de ahorro; en el fortalecimiento de sus capacidades, particularmente asociativas; en su aporte al mejoramiento de las condiciones materiales y sus efectos en la autoestima de los pequeños comerciantes y productores rurales, y en la incorporación de la mujer a las economías locales, como sujetos de crédito y sobretodo como cabeza de iniciativas, de pequeños negocios y emprendimientos, en sus caminos de enfrentar, muchas veces solas, la pobreza.
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LAS HUELLAS EN EL AHORRO La acción de las cooperativas de ahorro y crédito rurales ha contribuido a dinamizar las formas propias de ahorro de los sectores rurales y urbanos pobres. Estos grupos de población –nacidos y crecidos en un medio en el que no existía un banco o habían pisado sus oficinas solamente cuando tuvieron que ir a cambiar un cheque– normalmente volcaban sus excedentes hacia la compra de animales, mercancías, objetos de valor como joyas o, directamente, guardaban el efectivo “bajo el colchón”, como una forma de cuidar sus ahorros y reservarlos para los momentos de mayor necesidad.
El mejor indicador para medir su gestión está en el comportamiento del número de sus asociados y en sus captaciones. Nadie acude a entregar el ahorro, producto de su esfuerzo si no está asegurado con un candado de confianza, seguridad que a su vez se la fragua en el brasero de un manejo transparente y eficiente. En las cuatro cooperativas se comprueba esa confianza, en los resultados obtenidos, tanto en el aumento importante del número de socios, como el incremento de las captaciones a la vista y a plazo fijo. Son crecimientos que van del 200 hasta el 470 % durante el período de siete años, tal como se comprueba en el cuadro adjunto.
Funcionario, 4 de Octubre
Con la cooperativa aprendimos mucho para nuestro beneficio; por ejemplo, jugamos la rueda del ahorro en donde las socias aportan cierta cantidad de dinero y eso sirve para todas; o sea, cada semana se sortea la plata. Es una ayuda coger el dinero reunido y de donde quiera nos sacamos el domingo el dinero para el ahorro
NÚMERO DE SOCIOS
semanal. A veces nos sirve para pagar
2001
2002
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4 DE OCTUBRE
1.542
1.490
1.861
2.650
3.489
4.471
6.948
una letra en la cooperativa, comprar un
SAN JOSE
7.650
11.200
14.668
18.033
20.708
23.075
26.492
animal o mejorar la huerta.
CACPECO
21.378
26.493
29.751
36.589
38.870
45.228
53.458
JARDIN AZUAYO
15.486
24.411
36.175
51.936
63.695
78.005
97.631
El saldo de captaciones también evidencia crecimientos importantes en el período 2001 a 2007. SALDO DE CAPTACIONES (en miles de dólares)
Socia, Jardín Azuayo
Mis Comentarios:
80.000 70.000
En este momento, tras casi 10 años de trabajo del Proyecto COOPFIN/CREAR, es posible afirmar que los servicios de microfinanzas rurales ofertadas por las cooperativas de ahorro y crédito rurales participantes, han promovido un manejo más eficiente de los excedentes económicos de los indígenas y campesinos de la Sierra Centro y Sur del Ecuador.
60.000 50.000 40.000 30.000 20.000 10.000
JARDÍN AZUAYO
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CACPECO
2001
2002
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SAN JOSÉ
2004
2005
4 DE OCTUBRE
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Imagínese, nosotros ahorramos en pleno desastre. Ese fue el origen de la cooperati-
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Las cifras de los saldos promedio de depósitos a plazo observaron la misma tendencia al crecimiento, de manera especial la CACPECO.
va. Con ese antecedente, los socios saben que todos pueden ahorrar.
SALDO PROMEDIO DE DEPÓSITOS A PLAZO
Funcionario, Jardín Azuayo Otro paradigma que se rompió es que la gente pobre no tiene dinero para ahorrar. Ellos siempre tienen algo para ahorrar. Funcionario, CACPECO Yo tengo aquí mi dinero, aunque en realidad es poco. Es bueno porque aquí al socio le incentivan bastante. Hay premios al mejor ahorrista y en Navidad hay rifas para incentivar la costumbre de ahorrar. Socio, 4 de Octubre
10000 8000
CACPECO
6000
JARDÍN AZUAYO
4000 SAN JOSÉ
2000
4 DE OCTUBRE
2005 2007
La gente aquí siempre ha visto a los bancos sotros estamos para, justamente, demostrar que ellos pueden salir adelante. Los informales, las personas que se suben a los carros y venden los caramelos, las papas fritas, el pan, o lo que sea, después de 5 o 6 años también se han dado cuenta que sí pueden ahorrar y que es bueno para ellos.
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RECOSIENDO LAS REDES Junto a la tierra y al conocimiento, las redes o relaciones sociales fueron en el pasado para la cultura indígena, la base de su bienestar, del buen vivir, de lo que en quichua se llama el “sumac causai” o el “alli causai”. Dada la importancia de las redes locales en la vida cotidiana de las poblaciones rurales, podemos decir que la acción de las cooperativas de ahorro y crédito ha contribuido a recoser esas redes, a recuperarlas como sustento del buen vivir, a fortalecer la organización campesina, sus liderazgos y sus propios mecanismos de deliberación, de decisión y de resolución de conflictos. Un caso paradigmático son las Ventanillas Rurales Cooperativas, como una modalidad de las operaciones de crédito grupal, las cuales funcionan con garantía solidaria. Ellas son un producto financiero específicamente concebido para las poblaciones rurales, en las cuales la confianza en y de la organización se convierte en el aval, para la entrega de los préstamos.
Respecto a los créditos rurales que otorgan las ventanillas existe mucha expectativa sobre los montos a los que ellos pueden acceder. Yo les digo: “ahora son montos pequeños pero paulatinamente van a ir creciendo”. Eso les incentiva y dicen: “aquí tengo una organización y algún momento podré sacar un crédito individual”. Nuestra función es explicar a la gente que organizados pueden acceder a los créditos. Funcionaria, 4 de Octubre
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2006
como algo inalcanzable para los pobres. No-
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De este modo, las cooperativas de ahorro y crédito rurales han contribuido a evidenciar que la idea respecto a la incapacidad de ahorro de los sectores rurales y urbanos pobres, es sólo una verdad a medias. Como afirma un documento del BID: “Se ha comprobado que los pobres tienen tanto la capacidad como el deseo de ahorrar y que las trabas que crean ciertas normas e instrumentos obstaculizan la movilización del ahorro más que las preferencias de los pobres con respecto al ahorro”.
Esas experiencias de ahorro y crédito grupal han generado nuevos espacios organizativos o han dinamizado los ya existentes. Asimismo, la sola pertenencia de los socios a las cooperativas de ahorro y crédito rurales ha sido puente de enlace entre individuos y organizaciones con diversas experiencias. Este impulso a la organización ha posicionado a las comunidades indígenas y campesinas en mejores condiciones para negociar sus intereses y demandas. Finalmente, la acción de las cooperativas de ahorro y crédito en el sector rural ha demostrado que los indígenas y campesinos no esperan dádivas sino oportunidades reales para llevar adelante sus sueños y proyectos.
Funcionario, San José
Mis Comentarios:
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Algunos datos de las cooperativas 4 de Octubre y San José, en donde se han creado ventanillas rurales de crédito, demuestran la inclusión de hombres y mujeres, quienes unidos para propósitos y sueños comunes, obtuvieron recursos desde esas ventanillas. En la Cooperativa San José desde el 2006 se ha apoyado a 31 ventanillas, con un total de 521 miembros (310 hombres y 211 mujeres) y se ha colocado un total de US$ 242.370. La 4 de Octubre ha contribuido a que 371 socios, más mujeres (204) que hombres (167), a través de 59 ventanillas, logren concretar sus emprendimientos, con pequeños créditos que reunidos hacen un total de US$ 537.892. En estas dos cooperativas están vigentes 33 de las 90 ventanillas apoyadas. El valor promedio entregado en forma individual fue de US$ 426 durante el 2007. En el caso de la CACPECO, a diciembre de 2007 mantenía vigentes 236 operaciones de crédito grupal con 3426 beneficiarias y un promedio de US$ 386 por microcrédito. Estas operaciones se han destinado exclusivamente a mujeres y los préstamos les ha permitido cumplir propósitos específicos armados en el ambiente de comunidad e interrelación.
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Las cifras permiten confirmar la inclusión real de las mujeres con este tipo de productos; posibilitan asimismo afirmar que los instrumentos creados desde las cooperativas de ahorro y crédito rurales son adaptados a lo local (a sus características y necesidades) y son asumidos por las comunidades como parte de su economía, de sus relaciones, por lo que las organizaciones se crean o fortalecen para tal fin y son reconocidas en el momento de optar por recursos.
BARAJANDO NUEVOS SUEÑOS Las cooperativas de ahorro y crédito rurales, a través de sus políticas de asignación de créditos y de captación de ahorros, han contribuido a favorecer los sueños de la gente, a posibilitar que las ilusiones se hagan realidad al ver florecer sus pequeños negocios, sus talleres artesanales, sus pequeños –y para ellos, grandes– emprendimientos. Pero más importante que el mejoramiento material es el efecto en su autoestima, al ser reconocidos –y reconocerse!– como personas y ciudadanos, como miembros importantes de su comunidad y de la sociedad, afirmando su condición de generadores de bienestar y de nuevas o mejores oportunidades para los miembros de la familia o inclusive para compañeros o vecinos de su localidad. En este sentido, las cifras que constan en el siguiente cuadro y que demuestran los diferentes destinos del crédito, así como las vivencias de los promotores y agentes de crédito rurales reconocen la creatividad y la capacidad para innovar y diversificarse a las que recurren diariamente los pequeños comerciantes y los proveedores de servicios por cuenta propia, en las ciudades de provincia de la Sierra Centro-Sur del Ecuador.
NÚMERO DE OPERACIONES POR DESTINO
CACPECO
SAN JOSE
4 DE OCTUBRE
JARDIN AZUAYO
Datos a diciembre 2007 CAPITAL DE TRABAJO
4.471
54%
2.180
32%
2.138
61%
7090
28%
ADQUISICION Y CONSTRUCCION DE INMUEBLES
702
9%
1.133
16%
343
10%
2652
10%
CONSUMO
684
8%
1.185
17%
389
11%
10265
40%
MAQUINARIA Y EQUIPO
747
9%
40
1%
16
0%
SERVICIOS
19
0%
227
3%
2
0%
5429
21%
PAGO DE DEUDAS
0%
0%
143
2%
NO ESPECIFICADOS
1.490
18%
2.116
31%
599
17%
0% 51
0% 0%
NÚMERO TOTAL DE OPERACIONES
8.256
100%
6.881
100%
3.487
100%
25487
100%
La importancia del microcredito para el microempresario radica principalmente en los conceptos de accesibilidad y oportunidad. II Encuentro de Oficiales de Microcrédito
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El haber utilizado esas capacidades para convertirlos en sujetos de crédito y en titulares de ahorros, ha incidido en el autorreconocimiento de estos pequeños productores y comerciantes, quienes destacan al crédito como el servicio más útil e importante de las cooperativas de ahorro y crédito rurales.
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VOLVIENDO A LA PACHAMAMA Es bueno recordar que uno de los valores importantes de la cultura andina, tiene que ver con el cuidado y protección ancestral de la tierra, el amor a la pachamama, aspecto también “venido a menos” al momento de “arrastrar” al campesino hacia la exclusiva “ilusión” del mercado, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria y provocando el deterioro y progresivo empobrecimiento de la tierra.
Si cultivan un solo producto no se les puede conceder el crédito porque si baja el precio, todo se va a la ruina. Se les da siempre y cuando tengan diversidad de productos. Funcionario, CACPECO
Una de las estrategias empleadas por algunas de las cooperativas de ahorro y crédito rurales para disminuir riesgos en el crédito agrícola, fue asignarlo a agricultores que no dependieran de un solo producto. Esta estrategia, en algunas poblaciones de la Sierra ecuatoriana ha contribuido a desalentar el monocultivo, como se conoce, ávido demandante de fertilizantes y plaguicidas químicos, diezmando los recursos del agricultor y favoreciendo a los propietarios de tiendas de agroquímicos, personajes infaltables en los pueblos de la Sierra ecuatoriana. Asimismo, la posibilidad de ahorrar y de solicitar crédito ha disminuido la vulnerabilidad de los pequeños productores frente a intermediarios quienes –en no pocas ocasiones– son también sus prestamistas.
LA FAMILIA Y LA MUJER EN LA ECONOMÍA CAMPESINA Tradicionalmente en la realidad del agro, en la familia se ha conjugado el núcleo de la unidad productiva. Por efectos de las intervenciones culturales desde fuera esta unidad ha tendido a resquebrajarse dejando a las mujeres al margen del acceso y control de los recursos, pues la tenencia de la tierra y el crédito devinieron en “asuntos masculinos”. A esto se suma el hecho de que las mujeres rurales, en un gran porcentaje, ni siquiera cuentan con la cédula de identidad que les permita realizar cualquier tipo de transacción económica (compra-venta de inmuebles o acceso al crédito). Esta situación se ha visto agravada al tener el hombre la representación legal y por tanto, un mayor poder en las decisiones familiares. En “contravía” a lo anterior, la práctica observada por las cooperativas de ahorro y crédito rurales, tomando en cuenta el rol que juegan las mujeres en la economía campesina de las familias rurales, ha intencionado el acceso de las mujeres al ahorro y al crédito, abriéndolas además la puerta a la toma de decisiones sobre la utilización de estos recursos.
Mis Comentarios:
En este mismo sentido operan los créditos con garantía solidaria, en donde la familia es evaluada en el momento de la concesión del crédito y por tanto la mujer como parte de ella.
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Los socios dicen que sin el apoyo de la cooperativa no hubieran invertido en criadero de pollos o de cuyes ni hubieran comprado un terrenito, porque no saben leer y escribir. Los bancos, a los que no saben leer y escribir ni siquiera les atienden Socio, Jardín Azuayo
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Los porcentajes de crédito otorgado para las mujeres en las cuatro cooperativas consultadas (próximos al 50%), permite concluir que a más de haber logrado un proceso de inclusión real, ésta es producto del reconocimiento del rol de la mujer en la economía campesina. El aporte económico a la familia es importante y con el crédito que han conseguido han potenciado su accionar y han logrado cumplir sus propios objetivos.
Me hice socia por la satisfacción de que está presta. Tengo un negocio de muebles que ha
CACPECO
crecido con la ayuda de la cooperativa, lo cual ha ayudado mucho a mí y a mi familia.
JARDÍN AZUAYO
Socio, 4 de Octubre Con la cooperativa adquirí un terreno y construí mi casa y pude darle a un hijo una
SAN JOSÉ
profesión. Con un nuevo crédito sigo construyendo la casa y le hago crecer a un negocio que es el que nos mantiene. Socia, San José Mejoré mi negocio y le hice crecer. Como es un negocio de la familia, del cual vivimos, la cooperativa, a través de mi crédito, nos ha ayudado a todos. Socio, CACPECO
Mis Comentarios:
4 DE OCTUBRE
Desde la perspectiva de los agentes de crédito consultados, los servicios y productos que ofrecen las cooperativas de ahorro y crédito rurales, en las comunidades campesinas, constituyen con frecuencia la única oportunidad que tienen las familias y los pequeños comerciantes y productores de bienes y servicios para iniciar o mantener un proyecto económicamente viable, para mejorar las condiciones de su vida cotidiana, para acceder a una camioneta como medio para sacar sus productos, a una vivienda propia o, simplemente, para atender a una emergencia. En este sentido, la acción de las cooperativas de ahorro y crédito rurales debe ser reconocida como un importante factor de inclusión social. Finalmente, el agudizamiento de la pobreza rural tiene en la migración uno de sus primeros efectos. Los hombres –y sobre todo los jóvenes– migran a la ciudad o al exterior en busca de mejores oportunidades para el sustento de sus familias. Este fenómeno ha provocado que, cada vez más, el “agro esté viejo”. Sin atrevernos a plantear como una realidad y certeza –pues no contamos con las necesarias evidencias para ello!– sí aventuramos la hipótesis de que la acción desarrollada por las Cooperativas de Ahorro y Crédito Rurales se está convirtiendo en estrategia válida para favorecer la reinserción de la juventud del campo, vía la dinamización de la actividad productiva y comercial, en el área rural.
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4 Concluyendo A manera de “cosecha” que guíe nuevos intentos de los agentes externos en su contribución hacia un verdadero desarrollo surgido desde adentro, en las líneas siguientes se extraen las mejores huellas dejadas por la experiencia:
PORCENTAJE DEL CRÉDITO PARA MUJERES
aquí en el pueblo y por los beneficios que
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Una gran lección es el respeto mantenido por el Proyecto y su adaptación al medio. Ese respeto tuvo como punto de partida el conocimiento de los intereses, los valores y las actitudes de los grupos entre los que se insertó, para, una vez conocidos, entenderlos, valorarlos y volcarlos en los procedimientos, productos y servicios brindados por las cooperativas rurales de ahorro y crédito. En ese conocimiento se entendió que la clave para salir de la pobreza era juntarse a “tejer redes”, a remendar lo que se había roto: las relaciones sociales de los más pobres del campo. El Estado y la cooperación se habían ocupado durante varios años de conducir al campesino a que mirara al mercado como la única puerta a través de la cual saldría de su pobreza, vinculándose, dependiendo y sucumbiendo con él. El Proyecto comprendió que su contribución “desde afuera” se debía dirigir a reconstruir las redes sociales sobre las que se había asentado la economía indígena y campesina; en el caso que nos ocupa, el camino fue la cooperativa, las microfinanzas rurales. Esa fue la forma de pensar y de actuar del Proyecto: provocar que los cambios se produjeran desde adentro, desde las dinámicas locales y las iniciativas propias, traducidas en los emprendimientos de las familias rurales. Las cooperativas recurrieron, al igual que el Proyecto, al mismo factor clave del éxito: el reconocimiento del emprendimiento familiar y en particular el de las mujeres, como el motor dinámico de la economía campesina rural, pese a que ellas deban
enfrentar además ciertos patrones y esquemas excluyentes, aún vigentes en la sociedad. Las cooperativas y el Proyecto no entraron a “romper”, como otras intervenciones externas, la cultura local, sus valores y formas de vivir y de actuar; por el contrario, se adecuaron a ellas, aprendieron de ellas y las enriquecieron. De lo dicho, el mérito más visible que arroja la experiencia, es el de que, al enfrentar el proceso de crecimiento y expansión, no ha perdido lo que fuera su “vocación”: el sentido de lo local y la vivencia de los principios cooperativos. Siendo éste su gran mérito se convierte, a la vez, en su gran desafío de cara al futuro. Concluyendo, a lo largo de este camino de ida y vuelta en el que se encuentran y entrelazan la cultura y las microfinanzas rurales, tres elementos culturales se han tornado recurrentes: la importancia del tejido social, la familia como sustento de la economía rural y las prácticas agrícolas ancestrales, que tejen con la tierra una relación de respeto. Al aprestarnos a cerrar la puerta, una gran certeza se ilumina en el horizonte: no sólo que la acción de las cooperativas de ahorro y crédito rurales y del Proyecto se han adentrado e inspirado en la cultura, adaptando a ella el diseño de sus procedimientos y servicios; no sólo –tampoco– que esta acción ha enriquecido –en su camino de vuelta– las expresiones culturales, sino –y sobre todo!– ha sido una estrategia que le ha permitido a la cultura reconstituirse en sus pilares fundamentales: la familia rural-campesina, la estructura productiva y las redes sociales. La tarea se condensa, entonces, en mantener la intención y profundizar la pisada para asegurar que la cultura sea un valor en sí y un instrumento que viabilice un desarrollo sostenido y desde adentro.
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Mis Comentarios Finales: