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En defensa de la tradición

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A.C.B

A.C.B

Anfora En defensa de la tradición

El objetivo de este artículo no es dogmatizar sobre cómo tienen que ser las cosas, es simplemente una sugerencia de aprovechar lo que afortunadamente tenemos detrás de nosotros.

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No es esta una defensa de nuestra tradición para convencer a los que no viven o disfrutan del belenismo.

Quiero aquí hacer que reflexionemos sobre lo que heredamos cuando decimos que somos belenistas. Es notorio y evidente que el belenismo surgió el siglo pasado, si somos quisquillosos a lo mejor hasta podemos remontarnos hasta finales del diecinueve; pero la gente lleva haciendo belenes muchos años y no hace falta acudir a las historias más o menos legendarias pues hay datos históricos e incluso figuras de nacimiento de antes del siglo quince.

Así pues tenemos ante nosotros una tradición que se remonta varios siglos (no importa si cuatro o cinco o…) en los que se han venido realizando nacimientos, incluso permanentes, y, en vista de las figuras e incluso de las muestras que obran en algunos museos, de una gran calidad.

Y aquí estamos, descubriendo, no ya la rueda sino el mismísimo fuego, y sin tener en cuenta lo que se hacía hace solo 20 o 30 años, por no hablar de las técnicas de hace 100 años o más, que se han perdido o por lo menos agonizan ante la indiferencia de los propios belenistas. A propósito ¿Quién ha hecho un belén de escorias? Entiendo que ahora es tal vez más sencillo encontrar espuma de poliuretano que escorias, pero si queremos conocer las técnicas nuevas ¿no deberíamos partir de las tradicionales?

El corcho y el musgo parecen hoy materiales de segunda o incluso de tercera, pero han sido casi imprescindibles durante todo el siglo pasado y no solo eso, con ellos se han realizado belenes de una alta categoría, verdaderas obras de arte. Ahora parece que un trozo de bornizo solo es útil para preparar una estructura que después se debe recubrir con algo que le dé una apariencia más natural ¿? ¿Sabíais que desde hace mucho tiempo se han hecho belenes de papel de embalar? Hasta en los chinos se encuentra en temporada papel piedra, un papel decorado para simular rocas en los belenes, así que sí supongo que lo conocéis, pero claro, nosotros somos belenistas y por tanto muy por encima de esos materiales tan básicos, pero… hace tiempo los belenes de papel alcanzaron una gran calidad estética, y aún lo hacen desde belenes recortables a los belenes polacos

o szopki recubiertos de papeles de colores incluyendo también los belenes populares provenzales cuyo paisaje se realiza en papel.

Últimamente ha aparecido una tendencia a dar consideración sólo a los belenes con embocadura y pretensiones de corrección paisajista es decir, una especie de cuadros o más bien fotografías hiperrealistas en tres dimensiones de un paisaje imaginado por el autor. Esto está bien, yo soy el primero que admiro la perfección técnica de estos montajes, pero ante esto me pongo a reflexionar (una mala costumbre, lo sé, pero soy incapaz de dejarla) y pienso en lo que en el fondo es un belén, o a lo mejor lo que era un belén. Cuando no había belenistas y los nacimientos se montaban en las casas o en las iglesias un belén era una representación algo o muy ingenua del nacimiento del hijo de Dios y casi tan importante como eso de la actitud del pueblo que acude a adorarle. Aquí está el quid de la cuestión dios nace entre el pueblo y este pueblo se pone en camino para adorarle. Por eso en los belenes populares se representan pueblos distintos y personajes característicos del lugar que representan los belenes napolitanos van vestidos de campesinos de la Campania los provenzales tienen casas y personajes de Provenza, los portugueses lo mismo… Y en España pasa lo mismo, las figuras populares catalanas van vestidos de payeses y en las figuras andaluzas no faltan los sombreros cordobeses y respecto al paisaje… bueno, en Judea solo hay un rio, el Jordán, y desde luego no pasa ni cerca de Belén. Por otra parte no me imagino puestos de embutidos en la Judea bíblica, pero no importa, es un pueblo, nuestro pueblo y Jesús ha nacido en este pueblo y toda la gente acude a celebrar el acontecimiento.

Cuando los belenes se montaban en casa, y no buscaban ningún premio en un concurso, se montaban entre todos, y por ello al final el belén era una mezcla bastante curiosa que incuso podía tener un tren eléctrico cruzando los campos o unos soldados de plomo o de plástico, los tiempos cambian, pero al final el conjunto era un nacimiento y se disfrutaba montándolo y lo críos jugaban con él y de paso asimilaban el mensaje.

En la actualidad parece que hay que descubrirlo todo, la electrónica es el mejor amigo del belenista, gracias a ella se crean iluminaciones increíbles, o simplemente ferias de lucecitas vibrantes que descolocan al espectador. Pero está bien, como todo, depende del artista o del buen oficio del artesano. Aunque las luces en el belén no son cosas de ahora, ya hace muchos años que, con menos materiales y con técnicas más imaginativas se conseguían efectos de noche y día y focos y…

A esto me refiero, creo que es imprescindible, o por lo menos bueno, echar la vista atrás y ver como se solucionaban los problemas que surgían al montar un belén hace 30, 40, 50 o 60 años e incluso más. Los belenistas de antaño se enfrentaron a muchos de los retos que se nos presentan hoy y la mayoría de las veces salieron airosos, usando materiales y técnicas que no deberíamos descartar simplemente porque son antiguas. Pablo Cruz Fernández

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