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Turismo
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Cuando comencé a idear este texto, pensé en que lo mejor sería un trayecto por algunos hoteles que he tenido la oportunidad de visitar, un recorrido casi detectivesco —nada salvaje, por supuesto— y hasta «ficcionado» para despertar la imaginación detrás de quienes leen cotidianamente esta revista. Temí no hacerle justicia a cada uno de los lugares que elegí para mencionar. Hablar de hoteles boutique parece sencillo, pero quizá no lo es tanto.
En alguna ocasión —no recuerdo bien si fue en Tequisquiapan, en donde abundan este tipo de hospedajes—, escuché la definición más simple: es un hotel que ofrece un cuarto distinto y un menor número de habitaciones. Desde esa perspectiva, Querétaro puede presumir que el concepto tradicional de hotel se desvanece por el gran número de ofertas de tipo boutique que se encuentran en el estado.
Así, escribir un recorrido que aproveche la ficción para describir algunos hoteles se complicó. En sí, la elección de estos hoteles ya no es sencilla, pero considero que los que aquí se mencionan poseen algunas características que de cierto modo los hermanan y los hacen distintos, y esa diferencia, en mi opinión, define «lo boutique», apelando incluso al origen de la palabra.
El diseño —el interiorismo— es probablemente lo que ata al hotel con el concepto popular de boutique: un lugar de moda, un escaparate, en donde encuentras algo a tu gusto y de un estilo propio del diseñador o diseñadora. Fashion, fancy, glamour, vanguardia y muchas otras palabras que tomaron fuerza pasada la Belle Époque caben en lo boutique, casi sinónimo de refinamiento rozando la extravagancia para lograr la distinción y el reflector que da lo único —que curiosamente se ha globalizado de igual manera del francés: unique.
La hotelería, al menos en Querétaro, funciona de una forma curiosa: lo innovador se combina con lo rústico. Aun si las marcas levantan desde cero una propuesta
Hotel de Piedra tiene la particularidad de la ubicación; destaca una suite con ventanales en el techo, que permiten ver, desde la cama, al tercer monolito más grande del mundo o el manto estelar durante una noche despejada.
Los Arroyitos es una réplica simpática de una pequeña villa, cada habitación con una fachada curiosa, individual, un hotel hecho un pequeño poblado; uno de sus domicilios, una habitación.
—pues en el caso de la gran mayoría de hospedajes boutique que hay en la ciudad capital—, el aprovechamiento de la arquitectura colonial es prácticamente un sello.
En aquel relato pensado en un inicio, la búsqueda del preciado objeto perdido de una influencer de viaje (¿qué mejor personaje que una travel blogger o instagrammer para visitar varios de estos espacios donde lo visual predomina?) comenzaría en Hotel de Piedra, en Bernal, y pasaría por Hotel Casa Mateo o incluso Hotel Centenario
Los Arroyitos, y terminaría en lugares como Hotel Madero, Hotel Casona Misiones y The Andy Hotel, en la ciudad de Querétaro. Todos los anteriores por gracia de la memoria, sobre todo los de la ciudad, pues tan solo en el centro hay más de veinte hoteles boutique y mis recuerdos no dan para tantos detalles sin fragmentarse.
Hotel de Piedra tiene la particularidad de la ubicación. A diferencia de otros sitios, este lugar parece estar construido con el mismo material de la emblemática Peña de Bernal, gracias a su posición justo en la base de la ladera. Por supuesto, el diseño de sus habitaciones busca dar un toque diferente a cada una de ellas; algunas como oquedades de lujo dentro de la tierra que dan un efecto de intimidad, otras que parecen diseñadas para vivir no solo la sensualidad de la noche al interior de la habitación, sino acompañada de la vista de la Peña, que despeja las penumbras al amanecer, pero destaca una suite con ventanales en el techo, que permiten ver, desde la cama, al tercer monolito más grande del mundo o el manto estelar durante una noche despejada. Ahí abría la escena el personaje, en el primer lugar de la búsqueda.
Los Arroyitos
Villa, privada arroyitos, Bernal, Ezequiel Montes, Qro.
T. 441 296 4418 y 08 www.hotelescentenario.com.mx
FB. Hotel Centenario, Los Arroyitos
IG. @hotelcentenarioarroyitos
Viña del Cielo
Camino a Santa Bárbara km 1.6, Cadereyta, Qro.
T. 442 788 0233 www.vinadelcielo.com.mx
FB. @ vinadelcielo
IG. @vinadelcielo
Puerta del Lobo
Carr. La Griega –El Lobo, km 4.5, Santiago de Querétaro, Qro.
T. 442 454 5470 www.puertadellobo.mx
FB. @ puertadellobo
IG. @puertadellobo
Un acto detectivesco la llevaría a explorar Los Arroyitos, que es una réplica simpática de una pequeña villa, cada habitación con una fachada curiosa, individual, un hotel hecho un pequeño poblado; uno de sus domicilios, una habitación.
El juego buscaba describir el espacio, una fachada western, una taza de café en una mesa de jardín para descansar mirando la Peña.
La «búsqueda» de aquel objeto perdido de la influencer en Bernal tenía el propósito de descentralizar la oferta de hoteles boutique, pero tanto en Tequisquiapan (Matian, La Granja, La Plaza, entre otros) como en algunos viñedos de la región se pueden encontrar opciones de este tipo de hospedaje: Casa Diamante, en Viñedos Azteca; Viña del Cielo, en Cadereyta; Puerta del Lobo, en El Marqués. En Bernal, Casa Mateo goza de gran reputación; Casa Tsaya, envuelto en una armonía y calma que contrastan con el constante ir y venir de las multitudes que visitan el Pueblo Mágico cada fin de semana; o El Cantar del Viento, considerado uno de los sitios imperdibles de México, impregnado de un holismo muy sui generis, como si toda la fama «energética» de la Peña recayera de forma natural en ese sitio, incluso a la distancia.
Casa Mateo
Camino a Santa Bárbara km 1.6, Cadereyta, Qro.
T. 442 788 0233 www.vinadelcielo.com.mx
FB. @vinadelcielo
IG. @vinadelcielo
Matian Hotel Boutique
Camino a Santa Bárbara km 1.6, Cadereyta, Qro.
T. 442 788 0233 www.vinadelcielo.com.mx
FB. @vinadelcielo
IG. @vinadelcielo
¿Qué es lo boutique?
Boutique tiene su origen, no en los aparadores parisinos de tiendas de moda, sino en una etimología relacionada con las antiguas boticas, y las boticas de bodegas y esta del sentido del apotecarius en latín, y del griego apotheke. Los boticarios medievales ya aparecen en las ilustraciones como personajes con remedios para enfermedades, prácticamente como laboratorios de alquimia entre frascos, hierbas, extractos y morteros; el apotecario era en algún sentido tam- bién un alquimista, un médico que exhibía en sus estantes innumerables menjunjes preparados que parecían responder a cada padecimiento, a cada necesidad. Imagino sustancias rojas, negras, verdosas, azules, cada una con un propósito, cada una reconocible por su aroma, su color, su etiqueta. Así durante siglos, modificando el frasco, el mobiliario; los aparadores cada vez más sofisticados, la variedad de remedios en aumento proporcional el descubrimiento, el avance médico.
Hotel Madero
C. Francisco I. Madero
69-71-A, Centro, Santiago de Querétaro, Qro.
T. 442 224 2600 www.hotelmaderoqueretaro.com
FB. @ hotelmaderoqueretaro
IG. @ maderohotelqro