Proyecto Orto- Graffíti María-Dolores Rius Estrada Dirección General de Promoción Educativa e Innovación Consejería de Educación, Ciencia e Investigación. Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
INTRODUCCIÓN ORTOGRAFÍA, COGNICIÓN Y CONSTRUCTO Uno de los retos más importantes del docente es enseñar a escribir. Sin embargo, la escritura, al margen de los conceptos tradicionales que existen todavía en la escuela y se siguen usando para su enseñanza, sin asomo alguno de constraste autocrítico, es una estructura compleja. En realidad, su adquisición constituye un mecanismo cognitivo de cuádruple dimensión que se proyecta en las respectivas estructuras. Es una estructura de maduración grafomotriz que permite al sujeto la elaboración de una letra personal y propia; es una estructura morfofonológica, que genera reglas cognitivas en la mente del discente las cuales determinan el uso del código escrito fijado culturalmente, sea cual sea el mismo; es una estructura sintáctica que opera generando proposiciones gramaticales adecuadas al discurso mental del novel escritor; finalmente es una estructura semántica, que nos permite inscribir en un soporte las ideas, las experiencias, las emociones, y los proyectos que barrunta nuestra mente. De hecho, la escritura es nuestro propio pensamiento visto desde afuera. La escritura ortográfica representa, en realidad, la segunda de las estructuras mencionadas, una verdadera estructura morfofonológica cuyo origen se remonta a los sabios y antiguos Hititas y de cuyas fuentes los Fenicios derivaron el que se considera el primer Alfabeto padre de todos los códigos alfabéticos occidentales de la actualidad. Es cierto que otras civilizaciones optaron por Códigos Jeroglíficos como los ancestrales Mayas, o Códigos Pictográficos como Egipto antes de elaborar las equivalencias fonéticas en épocas más avanzadas de su Imperio y Códigos Ideogramáticos como la escritura de la antigua y aún actual China, todos ellos legados fundacionales, fruto del desarrollo cognitivo de sus respectivas sociedades y culturas. Pero a nosotros nos concierne la herencia alfabética morfofonológica. La estructura morfofonológica del lenguaje escrito deviene de la reducción, al mínimo gráfico, de los fonemas propios de la lengua oral, constituyendo un segundo código: la Escritura, con la que tiene relaciones de similitud o semejanza, pero bajo ningún concepto de equivalencia término a término.
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