Las estancias secretas - Alberto Chimal

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ALBERTO CHIMAL

LAS ESTANCIAS SECRETAS

ALBERTO CHIMAL

LAS ESTANCIAS

SECRETAS

PRÓLOGO

CECILIA EUDAVE

En cubierta: imagen de rawpixel.com en Freepik En guardas: estatua sumeria de Iku Shamagan, rey de Mari, Museo Nacional de Damasco, Siria

Dirección y diseño: Jacobo Siruela

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© Alberto Chimal

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Teléfono: 972 79 58 05 Fax: 972 79 58 34 atalantaweb.com

ISBN: 978-84-128423-3-3

Depósito Legal: GI 1377-2024

Los Parcos

La mujer que camina para atrás

¿Cuál es el nombre del mal?

Ciudad X 219

Prólogo

La imaginación y los senderos que se bifurcan

Cuando emprendí el periplo de escribir este prólogo para una antología, tan sorprendente como diversa, tan sutil como atrevida en su contexto, de uno de los narradores más destacados de la literatura del imaginario insólito en lengua castellana, me descubrí, después de viajar entre sus historias, frente a un jardín donde los senderos se bifurcan. No podría acercarme a los cuentos de Alberto Chimal, admirador de Jorge Luis Borges tanto como yo, sin imaginarlo meditativo, analítico y profundo ante la disyuntiva que presenta la bifurcación del inmenso territorio de la ficción, que parece repartirse entre el realismo pactado socialmente, con todas sus variantes, y un insólito cada vez más certero que nos rebasa en este siglo xxi. La realidad como la señalan ya no nos alcanza; Alberto lo sabe, y se ha dedicado a salvaguardar la imaginación de corte insólito –que no es imposible aunque lo parezca– porque sigue el consejo que le da Borges ante una adversaria tan sutil como tremenda: «El ejecutor de una empresa atroz debe imaginar que ya la ha cumplido, debe imponerse un porvenir que sea irrevocable como el

pasado».1* ¿Cuál es esa empresa atroz? La de demostrarnos que lo real, adiestrado por la convención, no responde a la uniformidad ni a lo absoluto; por el contrario, se fractura, se dispersa, se renueva, se aniquila, se desmorona, se fragmenta, se vuelve imaginación pura en quien decide ser ejecutor de esa realidad.

Alberto Chimal tiene todas las credenciales para ser un gran ejecutor de lo insólito, para llevar la imaginación a terrenos poco frecuentados: prueba de ello son más de una veintena de libros de relatos que, desde el primero, Gente del mundo (1998), y pasando por Grey (2006), La ciudad imaginada (2009) –con múltiples impresiones en América Latina–, Los atacantes (2015) o Manos de lumbre (2018) –publicados en España y México–, o por sus colecciones entrañables de minificción, El Viajero del Tiempo (2011), El gato del Viajero del Tiempo (2014), Historia siniestra (2015) y La saga del Viajero del Tiempo (2020), entre muchos otros, lo han convertido en un referente de lo fantástico en todas sus variantes en el siglo xxi. Multipremiado y traducido a varios idiomas, cultiva también la novela y fue finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2013 por La torre y el jardín. Es traductor, ensayista, tallerista, guionista de cine y de cómic. Con ello nos demuestra que él hace de la imaginación memoria e imagen del tiempo, y que está reescribiendo la historia del México en el que le tocó vivir para describirlo en sus identidades diversas, en sus semejanzas turbias, escuchando el vago murmullo del caos que se esconde en las historias aún no contadas.

Chimal nos ofrece en sus escritos lo que tan atinadamente Edgar Allan Poe dilucidó: «Entre el ingenio y la ap-

* Cita del cuento de Jorge Luis Borges «El jardín de senderos que se bifurcan», Ficciones, Emecé, México, 1987.

titud analítica hay una diferencia mucho mayor, en efecto, que entre la fantasía y la imaginación, aunque de un carácter rigurosamente análogo. En realidad, se observará fácilmente que el hombre ingenioso es siempre fantástico, mientras que el verdadero imaginativo nunca deja de ser analítico». 2 * El lector que se acerque a las fabulaciones de este autor advertirá que lectura y escritura son un péndulo que reactiva y convoca también al que lee a seguir de cerca su narrativa, a deducir más allá de lo dicho y a disfrutar de las sugerencias, las evocaciones.

La antología Las estancias secretas reúne diecisiete cuentos que responden a distintas épocas y preocupaciones; una selección a modo de umbral, consciente por parte de Chimal, para mostrar un abanico de su lúcida y fértil imaginación al potencial lector de estas historias. Historias que traen consigo reminiscencias, memoria e imaginarios colectivos que se suman a quien intente descubrir lo que esconden entre líneas. Si bien la selección no comparte necesariamente un orden cronológico, la organización parece haberse sometido a un rigoroso escrutinio que intercala, de manera muy afortunada, textos de distinto aliento, que van desde la minificción al cuento corto, al relato. Observaremos cómo esta disposición crea con gran maestría un efecto lector reconfortante que permite disfrutar de lo narrado y dejarnos seguir entre los diferentes tonos narrativos. Logra exaltar, además, diversos estados de ánimo que no se contraponen, sino que se complementan.

El conjunto privilegia los géneros no miméticos y los entrecruza, ya sea lo fantástico, la ciencia ficción, el terror, lo

* Cita de una reflexión de E. A. Poe a propósito de su relato «Los crímenes de la rue Morgue», contenida en La novela criminal, Tusquets, col. Cuadernos Ínfimos, núm. 10, Barcelona, 1970.

extraño, lo maravilloso cotidiano o la recuperación de leyendas mexicanas, a las que les da una vuelta de tuerca. A esto último pertenece el celebrado cuento «La mujer que camina para atrás», integrado en este volumen, y al que me referí en una publicación en la que interpreté el relato como un rescate o reactualización de una de las leyendas más populares en México: «La Llorona». Su cuento se sitúa en el contexto violento y contemporáneo de la capital del país, donde todos sus habitantes, sobre todo de noche, corren el peligro de ser atracados, asesinados o secuestrados. En el caso de esta narración terrorífica, no solo se renueva el motivo de la aparecida que se lamenta por sus hijos, sino que aquí la mujer advierte a los que la ven con la frase: «Sigues vivo», porque han eludido, momentáneamente, el destino funesto y fatal que aguarda a los que moran en la ciudad. Con ello nos revela su capacidad para resignificar el pasado, para recordarnos que es posible desestabilizar el origen de cualquier idea, mito o suceso, y proponer un orden renovado donde todo es posible. Con este relato, como en otros de este volumen, demuestra que en las culturas de cualesquiera países del mundo la presencia de lo sobrenatural es indispensable para el equilibrio; son puntos de fuga para el horror y el espanto de las sociedades, donde se engendran, validando la importancia de los géneros no miméticos como reguladores que van más allá de su alegoría, los territorios de lo insólito. Por otra parte, Alberto juega con gran maestría con la intertextualidad y con los referentes que ésta atrae consigo; con ello, nos devuelve la posibilidad de pensar que la imposibilidad es probable, como en el cuento que abre el libro, «Variación sobre un tema de Coleridge». Aquí la extrañeza y la singularidad desestabilizan nuestra noción del tiempo y del espacio de lo cotidiano, así como el «yo» que se cree único e indivisible: «Recibí una llamada: era yo, desde un te-

léfono que perdí el año pasado. Me pregunté dónde se había quedado el aparato; me contesté que en tal y tal cafetería, que yo ni siquiera recordaba. Estás mal , dije, desde quién sabe dónde; ¿qué has hecho de tu vida? ¿Has seguido engordando? ¿Te siguen dando tus crisis? Me contesté que no, pero en realidad estaba mintiendo y yo me di cuenta». Adentrarse en la prosa de Alberto Chimal implica admitir que debemos surcar por rutas poco convencionales, confrontar la imaginación propia para confabularnos con él, para vivir una experiencia que puede llevarnos a ajustar y empalmar realidades.

Podría seguir recorriendo esta antología de manera muy puntual, y mostrar estas diecisiete bifurcaciones del imaginario de Chimal, que a su vez nos presentan tantas o más encrucijadas que el lector puede entretejer de acuerdo con su propia experiencia lectora. Sin embargo, sólo me detendré en un ejemplo más –porque lo considero importante–: en su obra aparece como personaje principal o testigo de lo fantástico un tal Horacio Kustos. ¿Quién es? ¿Es un doble idéntico o distorsionado del autor? ¿Por qué es tan recurrente en su obra? Este noble personaje, tan extraño como intrépido, no sólo explora los confines de lo real donde se produce lo insólito, sino que escudriña de manera casi científica, casi perfecta, casi imposible, los fenómenos más febriles de la imaginación y su importancia en nuestra condición humana. Afincado en la tradición literaria de los viajeros inquietos, temerarios, se suma a los personajes literarios más destacados de los viajes fantásticos, todos ellos exploradores de lo posible e imposible: Otto Lidenbrock y Phileas Fogg, nacidos de la pluma de Julio Verne; Huckleberry Finn, del magnífico Mark Twain; y de Jonathan Swift, el entrañable Lemuel Gulliver. Pero por qué no pensar también en Marco Polo, o en Xuanzang; conociendo la erudición de Chimal,

seguro que Kustos tiene referencias del Itinerarium Egeriae, o Peregrinatio Aetheriae, reconociendo que existieron muchas mujeres cuyos libros de viajes y aventuras han perfilado nuevos personajes de ficción.

En esta recopilación, usted encontrará relatos de impecable manufactura, cortesía de este aventurero insólito que nos descubre el reverso, el envés, de los mapas antiguos del siglo xx para explicarnos las dimensiones del Polo . Horacio Kustos involucra a la encargada de una papelería en una búsqueda tan curiosa como extraña, porque investiga, escudriña y desafía la cartografía del siglo pasado evidenciando las dimensiones distorsionadas de una geografía pactada por la cual conocemos el mundo y sus confines. Las notas a pie de página del relato, cargadas de humor, completan el «polo» de la lectura; unas notas desde el punto de vista de la encargada de la tienda, otras desde el explorador Kustos. Esta historia desestabiliza la idea de que los conocimientos y las teorías que han constituido nuestro saber no pueden ponerse en tela de juicio.

Ya había anunciado desde el inicio que leer a Alberto

Chimal es todo un viaje, y me gustaría agregar que la antología Las estancias secretas revela muchas cosas que van más allá de lo contado: nos ofrece, en realidad, la posibilidad de descifrar o recrear cada una de sus narraciones. Un libro que nos enseña que la imaginación se anuncia como un espíritu que analiza o confronta todo a partir del acto de escribir para volverse concreta. Un libro que nos recuerda, a su vez, que desde que se contó la primera historia los signos se posaron en la memoria de los hombres para sacar sus secretos, los secretos de nuestra naturaleza humana, que para bien o para mal se han esparcido por el mundo.

Finalizo con una cita del «Proemio» al libro Viaje adonde se os antoje, de tres grandes viajeros de lo extraordina-

rio: Tony Johannot, Alfred de Musset y P.-J. Stahl, que se integra muy bien, creo, en la propuesta literaria de una de las plumas más representativas de la imaginación insólita en México:

Partir y quedarse al mismo tiempo; quedarse y, al mismo tiempo, partir: ése es el dilema que nos disponemos a resolver, si te apetece.

En resumidas cuentas, ¿quién no se iría? ¡Es tan bonito partir y puede resultar tan seductor! ¿Y quién renunciaría a permanecer? ¡Es tan dulce quedarse, y tan cómodo también!

[...] Se trata de partir; ¡pongámonos en camino de una vez, aunque debamos no llegar nunca a saber la razón de nuestra marcha!

[...] ¿No ocurrirá de ese modo que, ocurra lo que ocurra, será donde se os antoje, lector, el lugar adonde iremos?3*

Descubra los secretos de este libro, adéntrese en las bifurcaciones de la imaginación de Alberto Chimal, súmese al rumor de lo posible e imposible, intente desafiar su concepto de realidad, salga de su estado de confort, acepte las encrucijadas de las bifurcaciones imaginarias y «viaje adonde se le antoje» con estos cuentos, porque segura estoy que dejarse llevar es el principio del gran viaje lector.

cecilia eudave

* Cita de Viaje adonde se os antoje, de Tony Johannot, Alfred de Musset y P.-J. Stahl, José J. de Olañeta, col. Hesperus, Palma de Mallorca, 1987.

«Uno de los principales exponentes de la literatura fantástica iberoamericana.»

«Es el mejor autor mexicano que desarrolla universos de ciencia ficción y anticipación.»

«Para los lectores algo cansados con el modo realista en el que se desenvuelve buena parte de la literatura latinoamericana contemporánea, Chimal es un escritor imprescindible.»

Alberto Chimal (Toluca, México, 1970) pertenece a la estirpe literaria de aquellos escritores que han cultivado el gusto por lo insólito. La imaginación como potencia creadora constituye el cimiento desde donde ha erigido una obra prolífica que le ha hecho merecedor de numerosos galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de Cuento y el Premio Colima.

En Las estancias secretas reúne diecisiete cuentos en los que confluyen lo fantástico, el terror, la ciencia ficción, la realidad más descarnada y lo mítico en unos territorios poco transitados. Una antología sorprendente y diversa que se aleja de modas literarias y donde su autor experimenta y juega con los límites de los géneros. Transgresiones espaciotemporales, antiguas leyendas traídas al presente, desdoblamientos del yo y una imaginación siempre transformadora en un festín literario que –en palabras de Cecilia Eudave, la prologuista de este volumen– nos recuerda que «desde que se contó la primera historia los signos se posaron en la memoria de los hombres para sacar sus secretos, los secretos de nuestra naturaleza humana, que para bien o para mal se han esparcido por el mundo».

www.atalantaweb.com

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