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Ibiza, vive el Mediterrรกneo


Es Vedrà


Ibiza, vive el Mediterráneo

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Ibiza, la isla que fascina

18 Ibiza desde el mar: paisajes de la imaginación

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Un patrimonio cultural único

20 Ibiza: punto de encuentro

10 Playas míticas 14 Salinas y posidonia: joyas naturales

22 Mapa geográfico Ibiza e información turística



patrimonio Ibiza, la isla que fascina ¿Dónde encontraríamos una tierra antigua y futurista a la vez? Un lugar que sintetice lo último, el ocio, la moda, la diversión, el colorido y la multitud; pero al mismo tiempo conserve una naturaleza, una inmovilidad y una calma seculares. Parece un imposible, sin embargo existe. Es Ibiza, Eivissa según la toponimia catalana. Desde los años 60, Ibiza es noticia constantemente. La isla marcó tendencia en los años "hippies", cuando nació la moda ad-lib y todo el imaginario de paisajes mágicos, lugares con alma, fiestas y una especie de paganismo más estético que real. Ibiza representaba un ideal de vida. Las casas payesas, las colinas onduladas y femeninas, la arquitectura popular tan esencial y pictórica, el mar, las playas. Simbolizaban la libertad, la creatividad.

Dalt Vila

En cierto modo, era una premonición de lo que ocurre ahora. Ibiza actúa por sortilegios. Su tierra parece dotada de poder. Atrajo primero a los "hippies" y a los artistas. Después llamó la atención de famosos y miembros de la "jet-set". Más tarde daría lugar a toda una cultura musical, a tendencias que pasaban por eventos celebrados en grandes discotecas como el "trance", el "ambient house" o el "chill-out". Y, en el otro extremo del espectro, su riqueza natural atrae a ornitólogos y aficionados a la ecología de todo el mundo. Tal vez, el secreto de ese sortilegio esté en la combinación de dos elementos muy poderosos. La cultura, la tradición, y por otro lado una naturaleza que se muestra en todo su esplendor. Eso explica que en 1999 la UNESCO la declarara Patrimonio de la Humanidad, en razón a su diversidad biológica, a las praderas de posidonia de sus fondos marinos; a los restos del pasado fenicio-púnico, como son el poblado de Sa Caleta y la necrópolis del Puig des Molins; y también por el impresionante conjunto de Dalt Vila, la ciudad vieja y sus murallas. Un reconocimiento mundial a su embrujo.

Ibiza es una isla que seduce. Tiene una personalidad poliédrica, fascinante, que nunca acabas de conocer del todo. Puede ser sofisticada o payesa, silenciosa o llena de músicas. En la antigüedad, se creía que su tierra ahuyentaba a las serpientes. Y los navegantes llevaban un saquito con un puñado de tierra al cuello, como si fuese un talismán. 5


Museo Arqueológico

Poblado fenicio de sa Caleta

Un patrimonio cultural único

Ibiza es una de las islas más interesantes del Mediterráneo. Hace unos 2.700 años se instalaron aquí los comerciantes púnicos, llegados de Cartago. Era un pueblo práctico, amante del lujo, formado por buenos mercaderes. Escogieron como deidad protectora a Bes, una divinidad de origen africano que representaba la risa y la buena fortuna. La "Isla de Bes" sigue llevando su nombre todavía. Ibiza se convirtió en un centro productor y en un enclave comercial. Hasta aquí llegaban piezas de Egipto, Grecia, Sicilia, el norte de África... Y a su vez, las cerámicas o las figurillas ibicencas se repartían por todo el orbe antiguo. Ese momento de florecimiento,

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cultura

Patio de armas, Dalt Vila

Balàfia

que duró hasta la conquista romana del 123 a.C., dejó un poderoso estrato cultural.

firmó un tratado con los vencedores tras la última guerra púnica, no se produjo destrucción alguna.

El poblado fenicio de Sa Caleta fue uno de los primeros asentamientos fenicios en la isla, antes de trasladarse la colonia a la actual capital. Y el Puig des Molins constituye un tesoro arqueológico. Allí los comerciantes púnicos se hacían enterrar en hipogeos, tallados en la roca, con sus objetos de valor y sus ofrendas. Han aparecido unas 3.000 tumbas, y tal vez queden todavía otras por descubrir. Ello da una idea de la riqueza de aquella sociedad púnico-ebusitana. Ese legado no tiene parangón en el resto del Mediterráneo, donde el mundo púnico fue borrado del mapa por Roma. En Ibiza, que

La época romana ha dejado también muchos testimonios arqueológicos, mientras que de los siglos musulmanes apenas quedan restos. Eso sí, en todo momento Ibiza tuvo una riqueza principal: las salinas. Cuando se enfrentan el mundo cristiano y el islámico en el siglo XVI, Ibiza se halla en primera fila. Comienza a levantarse entonces el espectacular recinto amurallado que hoy es uno de sus patrimonios más valiosos. Podemos ver unas defensas de época renacentista, completadas a lo largo de los

siglos, con sus puertas, su cuerpo de guardia, sus baluartes y matacanes. El elemento más espectacular es el Portal de les Taules, con un gran escudo de Felipe II presidiendo el antiguo puente levadizo. Encima, como una presencia tutelar, la Catedral domina toda la ciudad antigua. Cruzado el portal, la ciudad de intramuros, que se conoce como Dalt Vila, conserva su atmósfera. Sus calles laberínticas, la geografía de palacios, torres y sombras. A cada momento, el mar asoma como un telón de fondo entre las piedras musulmanas, góticas, renacentistas.

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Joyas ibicencas

Iglesia de Sant Antoni de Portmany

Un gran tesoro ibicenco es su arquitectura popular, sobre todo las iglesias rurales. Todas siguen un mismo patrón: formas cúbicas, simples y también defensivas. Un campanario y un sencillo porche donde los parroquianos se protegían de los rigores del tiempo. Constituyen auténticas obras de arte: Santa Eulària des Riu, Sant Jordi de ses Salines, Sant Mateu d'Albarca, Santa Gertrudis de Fruitera, Jesús... Tan blancas, tan esenciales, nos recuerdan que a veces la economía de medios y la simplicidad no están reñidas con la inspiración y la riqueza de espíritu.

La etnología es otro de los valores de Ibiza. El mundo payés no se asemeja en nada al del resto de las Islas Baleares, y parece más cercano al norte de África. La indumentaria popular, con la rica "emprendada" de joyas que lucen las mujeres, los bailes, las músicas. Todo está impregnado de un hondo telurismo. Es un legado vivo, que no se ha convertido en letra muerta. El Museo Etnológico de Santa Eulària des Riu permite conocerlo a fondo.

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Lo mismo puede decirse de su gastronomía, con productos tan singulares como la "borrida de rajada" (a base de raya), el "sofrit pagès", el "flaó" (una tarta de queso fresco con hierbabuena), la ensaimada, la sobrasada o el licor de hierbas.

La modernidad trajo consigo otros patrones culturales, sin perder por eso los antiguos. Ibiza fue lugar de cita ineludible para la nueva arquitectura, que en ocasiones se inspiró en las construcciones populares. La moda, por otro lado, ha conservado el aroma de los tiempos "hippies". Sugerencia, vaporosidad, romanticismo. El fenómeno adlib es inimaginable en otro lugar que no sea Ibiza. Está hecho a partir de las pequeñas tiendas de la Marina, del paisaje de la isla, del ambiente de sus noches, de un sentido de la vida generoso y un poco alocado.


espiritualidad

Puesta de sol en Benirràs

Ibiza es un buen lugar para encontrar la paz

Además del universo "hippie", Ibiza fue pionera en los nuevos movimientos "new age" y de vuelta a la tierra. En sus casas de campo muchos "neorurales" se instalaron en los años 70 buscando un retorno a la armonía, la vida sencilla, el huerto, la comunión con la naturaleza. También en esa década, la isla se adelantó en la introducción de religiones orientales. Aquí funcionó el primer centro budista de todo el país. En la actualidad, Ibiza es un buen lugar para buscar la paz, a través de diversos centros de yoga que recogen esa herencia de una isla con una intensa vertiente espiritual. El último descubrimiento de Ibiza es la "cultura de la puesta de sol". Cada tarde,

numerosas personas se dan cita en las terrazas orientadas hacia poniente - bajo los influjos de la música "chill out" - o incluso en las playas. Contemplan como el disco solar, rojo como un escudo incandescente, se hunde en las aguas como si fuese un final operístico. La euforia que produce es tan grande que incluso la gente aplaude. Ibiza es hoy una ciudad totalmente moderna. Cuenta con un Museo de Arte Contemporáneo, con eventos musicales y artísticos, galerías de arte. Se ha producido el prodigio de capitalizar esa fuerza arcaica que le viene del pasado en un valor actual. Un pasaporte para el futuro.

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Cala de Sant Vicent

Playas míticas

Una isla con tanta personalidad como Ibiza no podía tener sino playas míticas. Escenarios de miles de reportajes, de películas, carteles, portadas de discos. Porque representan una parte importante de su embrujo. La dimensión de la isla de Ibiza, 572 kilómetros cuadrados, hace que todas las playas estén al alcance de tu mano. Las más cercanas a Vila, como se conoce en la isla a la capital, son Talamanca, Figueretes y la Platja d'en Bossa. Playas familiares, con servicios y cercanas a bares, restaurantes y hoteles.

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Marchando hacia el sur, la isla acaba con dos grandes arenales, por levante la Platja des Cavallet, por poniente la Platja de ses Salines. Ambas dentro de la zona de Ses Salines, que hay que atravesar para llegar a ellas. Desde hace años son playas de moda y ellas solas simbolizan esa imagen de la Ibiza de un sol intenso, unas aguas transparentes, gente guapa, y barcos al fondo.


sol y playa

Platges de Comte

No se puede visitar Ibiza sin pasar por Cala d'Hort, en la costa suroeste. Allí se comprende el misterio y la fuerza imánica que tiene la isla. Sólo con contemplar la gigantesca silueta del islote de Es Vedrà, como un Sinaí surgiendo del mar, se siente la llamada de la isla para siempre. La playa, con varios restaurantes y la omnipresente silueta de la montaña marina, parece un paisaje de novela de aventuras. En el municipio de Sant Josep de sa Talaia, las Platges de Comte son el paradigma de las playas ibicencas. Con una parte de rocas y otra de arena, aguas verdes, un sumario chiringuito

y gente de lo más variopinto, un ambiente tranquilo y desenfadado. Al fondo, la Illa des Bosc y algún barco que se dirige a Denia. Sant Antoni de Portmany representa la ciudad del poniente. Ocupa la mejor bahía natural de la isla, llamada por eso en tiempos romanos "Portus Magnus" o "Puerto Grande". Toda esa zona está llena de playas espectaculares. En los alrededores de Sant Antoni hay varias calas muy agradables para el baño, de muy fácil acceso, como es Caló del Moro o Cala Gració.

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Cala Saladeta

Siguiendo en dirección norte, a pocos kilómetros de Sant Antoni se encuentra un paisaje espectacular. Los acantilados de Punta Galera, con terrazas y plataformas de piedra, parecen haber sido diseñados exclusivamente para el baño. Aunque no estemos tan lejos de los hoteles y las zonas turísticas, la sensación aquí es absolutamente robinsónica. Algo más allá, Cala Salada y Cala Saladeta conforman una pequeña bahía de aguas transparentes, con arena y una fila de casas varadero para las barcas.

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Las siguientes playas las encontramos al norte de la isla. En el Port de Sant Miquel, un refugio cerrado en medio de la costa septentrional de la isla, y sobre todo en la famosa playa de Benirràs. Un paisaje esencial, pictórico, centrado por el imponente islote del Cavall Bernat que parece la columna de un templo invisible. En el término de Sant Joan de Labritja, Cala Xarraca y Cala Portinatx son playas de tamaño mediano, familiares y tranquilas. En el mismo término municipal se encuentra la bella Cala Xuclar. Desde Sant Joan hay que ir hasta la Cala de Sant Vicent para encontrar otra playa amplia, mirando al este.


tranquilidad

Isla de Tagomago

Contraste entre el verde de los pinos y el azul del mar

Las playas del levante ibicenco son abiertas, con el islote de Tagomago al fondo. En el término de Santa Eulària del Riu podemos encontrar las playas de Es Figueral y Aigües Blanques, cuyo nombre ya lo dice todo. La propia Santa Eulària tiene un buen arenal en el núcleo urbano. Y algo más al sur se encuentra la cerrada Cala Llonga, al fondo de un pequeño entrante.

los más secretos. Por ejemplo las canteras abandonadas de Sa Pedrera, cerca de Cala d'Hort, que los "hippies" denominaron "Atlantis". Donde todavía se conservan inscripciones y rudimentarias esculturas, como si realmente allí estuvieses en una Atlántida perdida ya en el resto del mundo. El baño en Ibiza tiene algo de fiesta antigua, de recuperación de los sentidos.

Las playas ibicencas destacan sobre todo por el gran contraste entre el verde de los pinos y el azul del mar. No en vano los griegos llamaron a Ibiza y Formentera "Pitiusas" o "islas de los pinos". Son playas accesibles, llenas de encanto. Pero también podemos decantarnos por los rincones más agrestes, 13


Rutas cicloturísticas

Pla de Corona

Salinas y posidonia: joyas naturales

Lo primero que llama la atención al visitante es que Ibiza es una isla ondulada. No tiene ninguna elevación que destaque en exceso sobre las otras. La más alta es Sa Talaia de Sant Josep, de 475 metros. Eso hace que toda su geografía resulte armónica, proporcionada. Entre las colinas se forman valles y torrentes, tierras de cultivo a veces de unos colores casi rojizos. La propiedad en Ibiza es minifundista. De manera que se repite hasta el infinito una especie de mosaico formado por las casas de formas simples, los llamados "casaments", rodeados de cultivos, almendros, algarrobos, terrenos de pasto con ovejas, fuentes. Parece un mundo idílico anclado en la antigüedad.

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paisaje

Ses Salines

Los pueblos no aparecieron hasta el siglo XVIII. Antes, sólo la iglesia, la tienda-bar y unas pocas viviendas ocupaban el lugar central de cada municipio. La población vivía dispersa, y únicamente se reunía con motivo de los oficios religiosos y las fiestas. Una costumbre curiosa son los bailes y "sonades" o sesiones de música en los pozos. El lugar de paso más usual durante siglos para una población muy aislada. Aunque todo ha cambiado mucho a partir del turismo, ese primitivo carácter de una población dispersa aún es perceptible.

Praderas de Posidonia

Al lado de ese paisaje más humanizado, Ibiza cuenta con mucho territorio todavía virgen. La zona de Es Amunts, en el norte, conserva toda su riqueza natural. Lo mismo que las partes montañosas que circundan las salinas. Ibiza es así una isla perfecta para deportes como el senderismo, el cicloturismo o las rutas con bicicleta de montaña. Existen numerosos senderos rurales que permiten conocer esa isla intemporal, de paisajes deslumbrantes, que parece vivir fuera del tiempo.

Una de las zonas naturales más interesante de Ibiza son sin duda Ses Salines. Es un sistema de humedales que ocupa gran parte del vértice sur de la isla. Su superficie total, protegida como Parque Natural desde 2001, llega a las 400 hectáreas. Además del elemento paisajístico, la fauna tiene gran importancia. Estos estanques son un lugar de paso obligado para las migraciones de muchas aves. Se han contabilizado unas 200 especies, de las cuales sin duda la más espectacular es el flamenco. Resulta todo un espectáculo contemplarlos en las lagunas, con sus patas zancudas y sus colores vivos, reflejándose en el espejo de las aguas por centenares.

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puesta de sol La zona de Ses Salines adquiere una cualidad muy especial en los atardeceres, cuando la gradación de colores del cielo se refleja en los humedales, llegando a tonos celestes y casi pastel de gran belleza. Otra imagen pintoresca es la de la diminuta iglesia de Sant Francesc de s'Estany, que aparece rodeada por las extensiones de agua a sus espaldas. El agua marina entra por un conducto situado en la cercana Platja des Codolar, formada por guijarros. De allí pasa primero a los estanques de evaporación, tras lo que es conducida a los de cristalización, cerca de la Platja des Cavallet. En algunos de ellos, el producto que se precipita adquiere tonos rosados. Por eso la torre de defensa situada en las inmediaciones se llama "de la sal rossa". La mítica regata de la Ruta de la Sal recuerda la importancia de las salinas ibicencas. Evoca el viaje de varios barcos desde Barcelona a Ibiza, para conseguir sal. Era el año 1846 y la capital catalana estaba sitiada por los carlistas. Un empresario se ofreció a recompensar al primero que trajera el preciado "oro blanco" de la isla. Eso explica que la regata acabe en Ibiza.

La posidonia posee gran importancia por varias razones. En sus bosques espesos viven numerosas especies animales que aseguran la biodiversidad del medio marino. Son hábitat, escondite y lugar para encontrar alimento. Por eso constituyen auténticas reservas de vida. Al mismo tiempo, sus raíces fijan el suelo y evitan que la arena se pierda en el curso de los temporales. La mítica claridad de estas aguas se debe en gran parte a sus praderas de posidonia. Las hojas de la posidonia conforman esas acumulaciones de color parduzco que a veces cubren las playas. Los frutos tienen un aspecto parecido a una aceituna, y los filamentos de las raíces ruedan con las olas y forman una especie de "pelotas" muy comunes en la arena. Las praderas de posidonia situadas en los fondos marinos de Ibiza, sobre todo en la parte sudeste, forman parte de la reserva natural de Ses Salines d'Eivissa i Formentera, y fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Otro capítulo fundamental de la naturaleza pitiusa es la posidonia. Esta planta forma unas espesas praderas en los fondos marinos. Se distinguen como manchas oscuras, casi negras, en medio de las extensiones azules del mar. Se trata de una planta completa, no de un alga. Es decir, que tiene raíces, hojas e incluso florece.

Ses Salines

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Es Portitxol

Ibiza desde el mar: paisajes de la imaginación

El mar forma parte de la vivencia de Ibiza. Desde los navegantes de la antigüedad hasta los numerosos yatistas deportivos que escogen sus aguas cada verano. La isla cuenta con clubs náuticos en Ibiza, Sant Antoni de Portmany y Santa Eulària des Riu. Alrededor de la actividad náutica existe una oferta complementaria muy extensa: buceo, escuelas de vela alquiler de embarcaciones, piragüismo... La isla cuenta con 210 km. de litoral y un clima templado durante todo el año. Es un lugar ideal para la práctica de la vela y permite la realización de eventos como la Semana de Buceo o los Encuentros en kayak. Navegar por Ibiza supone disfrutar de lugares realmente únicos. Casi todos los navegantes, por ejemplo, emprenden la ruta hacia Formentera.

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diversidad

Puig de Missa de Santa Eulària

La costa sur ofrece escenarios tan majestuosos como Es Vedrà. No hay visión más mágica que rodear el islote en barca, contemplando su geografía desierta, sólo pisada por las cabras salvajes. También los islotes de la bahía de Portmany son el destino de muchos navegantes, que después pueden gozar del espectáculo de la puesta de sol desde la bahía.

Las islas Margalides aparecen con el Cap d'Albarca al fondo. Un promontorio imponente y agreste, que tiene aires de finisterre.

La zona norte de la isla, conocida como Es Amunts, es sólo accesible por tierra en unos pocos tramos. Por eso contemplarla desde el mar es como descubrir una geografía desconocida. Desde el giboso Cap Nunó, que se encuentra al norte de la bahía de Portmany, se recorre un tramo de bosques, acantilados y sólo algunas casas aisladas.

Se entra así en el litoral levantino de Ibiza, marcado por el islote de Tagomago. La costa es amena, con entrantes, colinas, núcleos habitados. Desde el mar se comprende el carácter del Puig de Missa de Santa Eulària. Una iglesia coronando una colina, fuerte, blanca, como un castillo. Habla del miedo y las dificultades. De la lucha y la resistencia.

Ese es el carácter de esta costa de Es Amunts hasta llegar al Port de Sant Miquel. Dos faros vigilan el tramo entre Portinatx y la Cala de Sant Vicent, el segundo inutilizado desde hace años.

Y desde allí, el acercamiento a Ibiza es otra visión fantástica. La ciudad se levanta cerrada en sí misma, dando sus murallas al mar como si mostrase su cara más dura para asustar a los enemigos. Mientras que, hacia el puerto, se abre en centenares de casas, de ventanas, de rostros acogedores. La entrada al puerto de Ibiza por mar resulta muy teatral. Produce una especie de secreta tranquilidad. Como si regresaras por fin a casa. No es extraño que Ibiza fascine también desde el mar. Sus paisajes parecen salidos de la imaginación.

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Palacio de Congresos

Ibiza, punto de encuentro

Con todos estos alicientes, la oferta turística de Ibiza resulta muy variada. Desde la náutica, el senderismo, las playas, a la historia y la cultura. Pero Ibiza supone también un punto de cita emergente para congresos, "meetings" y reuniones de empresas. Se ha inaugurado recientemente la primera fase del Palacio de Congresos de Ibiza. Se trata de un auditorio para más de 400 personas, situado en Santa Eulària del Riu. Su estructura refleja la arquitectura tradicional de la isla, con paredes de piedra o encaladas, y se halla al lado del mar. A esta oferta de pequeñas convenciones y viajes de incentivo contribuye también la constante modernización de la planta hotelera.

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meetings

Shopping

Flaó

Golf de Ibiza

Han abierto sus puertas nuevos establecimientos de cinco estrellas, mientras que los hoteles ya existentes se adaptan para estos nuevos usos. La isla de Ibiza, con su fuerte personalidad, ofrece un escenario "diferente" para estos eventos.

Otro sector que adquiere cada día más fuerza es el golf. El Club de Golf Ibiza se encuentra a poca distancia de la ciudad, en un pequeño valle de perfiles muy ibicencos. Es el único de Baleares que posee un único recorrido de 27 hoyos, entre el campo antiguo y el de más reciente construcción.

Por otro lado, el Recinto Ferial, situado en la propia ciudad de Ibiza, es una gran nave diáfana de 3.400 m2, equipada con modernos sistemas de iluminación y sonido. Está especialmente diseñado para albergar a más de 1.600 personas, pensado para celebrar todo tipo de encuentros, ferias, congresos, exposiciones y demás muestras socioeconómicas y culturales, así como conciertos y fiestas.

Ibiza tiende así un puente entre la riqueza del pasado, el patrimonio natural y monumental, y las posibilidades de futuro. Ser un lugar de encuentro, de ocio, de conocimiento, de contacto con el paisaje. Un centro de relax e incluso de autoconocimiento. Una isla capaz de hechizarnos.

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HOSPITAL ÁREA NATURAL CASTILLO INFORMACIÓN MUSEO IGLESIA / CATEDRAL FARO TORRE DE DEFENSA CUEVAS CAMPO DE GOLF AEROPUERTO YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO

ACTIVIDADES NÁUTICAS

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Vara de Rey Passeig Vara de Rey, 1. 07800 Ibiza Tel. +34 971 301 900 Puerto Antoni Riquer, 2. 07800 Ibiza Tel. +34 971 191 951 Aeropuerto Tel. +34 971 809 118 La Cúria Plaça Catedral, s/n. 07800 Ibiza Tel. +34 971 399 232 Figueretes Passeig de les Pitiüses, s/n. 07800 Ibiza Parc de la Pau Isidor Macabich, s/n. 07800 Ibiza Sant Antoni Passeig de ses Fonts, s/n. 07820 Sant Antoni de Portmany Tel. +34 971 343 363 Santa Eulària des Riu Marià Riquer Wallis, 4. 07840 Santa Eulària des Riu Tel. +34 971 330 728 Santa Eulària des Riu Passeig de s’Alamera. 07840 Santa Eulària des Riu Cala Llonga Playa Cala Llonga Es Canar Playa Es Canar

Edita: ATB, Agència de Turisme de les Illes Balears, Conselleria de Turisme i Treball, Govern de les Illes Balears Coordina: Dpto. de publicidad ATB Colabora: Fundación para la promoción turística de Ibiza Concepto, diseño y maquetación: dcp3.es Fotografías: © Mateu Bennàssar, Jaume Capellà, Antonio Garrido, Manu San Félix, Klaus Siepmann, Aurelio Martinelli, Vicent Marí y Alberto Rodrigáñez, Archivo fotográfico ATB, Fundación para la Promoción Turística de Ibiza. Foto Portada: Cala Vadella Textos: © Carlos Garrido Impresión: Gráficas Planisi Depósito legal: PM - 0000 - 2010 Edición: Septiembre 2010 Impreso sobre papel Creator Star

Santa Gertrudis de Fruitera

Si desea colaborar con algún comentario para mejorar la próxima edición de este folleto, puede enviar un correo electrónico a: publi@ibatur.caib.es. Gracias.


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