El presente volumen es un dietario. Sus entradas iniciales, bajo la advocación lamento cantabile, a cargo de María Jesús Montoro Chiner, denotan claramente el género.
Los contrapuntos a aquéllas, bajo el patrocinio rapsodia fúnebre, de la responsabilidad de Juan Manuel Alegre Ávila, son obedientes de este formato, aun cuando no estén fechados.
La emergencia/crisis vírica es su pretexto y su contexto: el texto, los textos, los variopintos avatares [«fase, cambio, vicisitud»: primera acepción del DRAE] que aquélla ha propiciado en el lapso temporal a que se contrae el dietario: vacunas, concentraciones festivas, elecciones autonómicas catalanas...; unos avatares dibujados con las oportunas músicas y literaturas, seguidas de las consideraciones jurídicas pertinentes. Un dietario, pues, jurídico-musical-literario