Sucedió en una noche de luna llena, en la esquina de las calles de Miguel Alemán y Chilpancingo en la colonia Progreso…
Doña Lupita llevaba su bolsa del mandado, repleta de mangos. Esperaba en la parada el camión que le dejaba en la Rotonda.
En ese momento observó en la esquina de enfrente a un niño pequeño hablando en una lengua extraña.
La doñita pensó que era extraño ver a un niño solo a esa hora de la noche…
La doña avanzó hacia él y lo fue siguiendo a cierta distancia… Además de que tenía una apariencia muy inusual.
…pero mientras caminaba el miedo se apoderaba de ella. Únicamente la bolsa de mangos que apretaba contra su pecho le servía de protección.
Se repuso rápidamente, recogió una piedra para sentirse valiente, mientras se decía a sí misma:
Cuando el mocoso se percató que estaba siendo seguido, se detuvo….
Fijó sus ojos fieros en la señora.
Y después en la bolsa del mandado.
Después de pintarle dedo a la señora, el niño entró a la carnicería “Doña Rosita”, que seguía abierta porque estaban descargando.
Cuando doña Lupita observó que el niño entraba a la carnicería, trató de tranquilizarse. Apresuró su paso pues justo en ese momento se le estaba yendo la última combi.
Perdió la combi, así que siguió caminando, aún muy nerviosa, pero con la certeza de que había perdido de vista a la tremenda criatura de cabellos rojos y overol.
Unas cuadras antes de la Av. Xalapa, muy cerca de llegar a su destino, sintió que alguien venía detrás de ella. Se oyeron unos pasos cortos y rápidos que se acercaban.
Volteó horrorizada para darse cuenta que el niño la había seguido y que sostenía con su manita un cuchillo de carnicero.
Lo último que escuchó fue una tremenda cuchillada que atravesó su…
…bolsa del mandado y el piso se llenó de mangos…
¡SIEMPRE VOLVERÉ!
¡¡¡JA JA JA JA JAJAJAJAJA!!!
FIN