En este número de atypica nos animamos a decir que tiene tan poco sentido cuestionar la fama de alguien como criticar a un pavo real porque lleva plumas. La fama es, y punto. Sin embargo, sí nos interesa meternos en las razones de las distintas famas que existen, en los alocados mecanismos que provocan esa famosidad y en las historias detrás de las personas famosas. Esto lo hacemos de onda, porque los queremos mucho y nos interesa que ustedes sean más felices e inteligentes. A cambio, sólo pedimos un humilde aporte: que lean las páginas que fabricamos con tanto cariño.