EspeculadorPrecoz Año 5 Nº 327 12 de Abril de 2017

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12 de abril 2017

Año 5 - Nº 327

Mientras el gobierno hace una toma CULTURAL en la avenida Bolívar, la oposición hace una toma del ODIO en la avenida Libertador Hay que decirlo: Maduro está haciendo todo lo posible para que la guerra descanse en paz. La oposición ha creado nuevos términos para justificar su acción: “Violencia PACÍFICA”. “Paro activo”. “Luto activo”. “No es no” Capriles no va a perder otra elección más. Por lo menos hasta el 2032 ¡Congratuleishon!


Miércoles 12 de Abril de 2017 / Ciudad CCS Eo *). 8 f ,

Para cagarse de la risa Armando Carías Hay situaciones que no deberían dar risa. Pero la dan. Echar chistes en un velorio es, cuando menos, una desconsideración con el difunto. Pero la gente lo hace. El código de ética, no escrito, del humorismo, indica que uno no debe burlarse de la tragedia de los demás. Pero a veces es inevitable. Ver a “mi flaco bello” saliendo en camilla humana de una de sus “manifestaciones pacíficas”, porque sus sensibles vías respiratorias se le irritaron en demasía a causa de una lacrimógena que le cayó cerquita, es una imagen que, más que compasión, inspira risa. Escuchar a Smolansky asegurar que el gobierno está “atacando con armas químicas, como en Siria, a los pacíficos manifestantes”, es una afirmación que en boca de “Er

Conde del Guácharo” pasaría inadvertida, pero dicha por un alcalde con aspiraciones a gobernador, parece cosa del Chapulín Colorado. Observar a Freddy Guevara, el nuevo Rambo de la derecha fascista, “rescatar de las garras de los cuerpos de represión” a uno de sus guarimberos, acción oportunamente grabada y difundida por sus agentes de publicidad, es un “gag” en el más genial estilo chaplinesco. Reírse de uno mismo es sano, catártico, terapeútico. Hacerlo de los demás es perverso. Que me perdonen en esta Semana Santa los devotos del “Perpetuo Socorro de las Guarimbas” y las guardianas de la “Santísima Virgen de la Plaza Altamira”, pero a mí las desgracias de la oposición, lo que me provocan son unas incontenibles ganas de cagarme de la risa.


Humo rojo Clemente Boia @tasporai El Tajalí no podía parar de reír y Barboza no podía abandonar la vergüenza. Los dos venían de Caracas y habían llegado a Il Lupo di Mare a eso de las 10 de la noche. Barboza, el eterno candidato a concejal de cualquier partido antichavista que le de cupo en sus listas, venía de participar en la movilización opositora que enloqueció en el este de Caracas. Mi pana, el Tajalí, pescador, albañil, plomero, egresado de algún instituto técnico de pesca de la Ucrania soviética, venía de una concentración chavista. Ramón Guerra, mejor conocido como “Moncho Guerrita”, y yo les llevábamos como media botella de ron de ventaja. -Seguro que en Naiguatá no pasó nada-. Sentenció el amargado Barboza.

-¿Cómo que nó? Ya el pueblo se llenó de Caraqueños-, respondió Ramón. Pregunté a Barboza que si había visto a los convocantes de la marcha opositora y eludió la respuesta, le dio por hablar de los comités de bachilleres sin cupo de los años 80. Relató peinillazos, redadas en masa, saturación de bombas lacrimógenas, culatazos y perdigonazos. Después dijo que durante todos sus estudios en la UCV había sentido siempre el olor de las bombas lacrimógenas en las aulas de clase. “Así nos graduamos”, dijo. Ramón, que creyó intuir mis intenciones, insistió en la pregunta. -A los dos que vi, y los vi en lugares distintos, se desmayaron -respondió Barboza-. Ahora dicen que si hubo humo rojo, que si

hubo armas químicas y que si las bombas lacrimógenas estaban vencidas. Yo les dije que menos mal que estaban vencidas, porque si hubieran estado buenas les hubiera dado algo más grave. Ahí me dijeron que yo tenía que acatar la línea discursiva que me estaban dando porque era para justificar un ataque internacional. Respondí que lo entendía y después me fui a buscar al Tajalí en la concentración chavista, para regresarnos juntos. -¿Y entonces?-, pregunté. -Mira, Clemente, yo creo que nosotros tenemos cómo ganarles unas elecciones a ustedes, pero estos locos quieren es una invasión. Lo que yo no entiendo es que si se desmayan con lacrimógenas, cómo es que van a soportar un bombardeo con misiles. Eso no lo sé.

Caso clínico José Márquez Arias Una paciente de agradable cultura general y 50 años de edad; de paso, muy bien conservada, me consultó porque últimamente el marido sufre de convulsiones, pero lo extraño del caso es que sólo ocurren las crisis durante el acto sexual, sin otro concomitante. Le pregunté si la mordía y me respondió que no, solamente mueve los ojos como en un nistagmo horizontal. Después todo entra en calma sin mayores problemas. Le recomendé: no es mi especialidad, pero como yo le tiro a todo mogote, le sugiero administrarle fenobarbital, 100 mg. unas dos o tres horas antes de irse a la cama. Más vale que no; la paciente, sensiblemente enojada me dijo: “doctor, no vine a buscar tratamiento, quería informarlo porque usted es mi médico, a mí no me molesta, además, mi marido antes de esas crisis era un pendejo en la

cama, mi vida ha cambiado. Eso es un frenesí increíble, una verdadera serenata polvorienta, un simún”, me imagino que se refería a los polvos sexuales; “es más doctor, me hace recordar al Movimiento Perpetuo de Paganini, ¿usted lo conoce?” –Sí señora, le respondí y me agrada mucho la versión de Menuhin… –¿Me recomienda algo más al respecto?... –No, señora simplemente le sugiero ¡que lo goce! Antes de retirarse me dijo: –No doctor, si lo consulté por Internet y ahí dicen que esas crisis convulsivas rara vez duran más de 15 minutos, coño, doctor y perdone la interjección, esa vaina es para coger palco… 15 minutos llevando plomo del grueso… Me siento como Violetta Valery, y se retiró tarareando libiamo de La Traviata de Verdi… Ni canceló la consulta, iba feliz, cual Dama de las Camelias.

queo El opositor que inició el sarra ra dijo: He del liceo público GustavoMANOS”, “Se nos fue de LAS luego SE LAS LAVÓ


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