Ichcatlan, no muere, renace cada día
José Casillas (Avance 17 DE ABRIL 2010, 2:00 horas)
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ÍNDICE
2 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
BATALLAS LOCALES, EFECTOS GLOBALES
El Ixcatán natural Lo natural no se entiende sin lo social, ni lo segundo con lo primero. Ixcatán se ubica al noreste del municipio de Zapopan dentro de la depresión milenaria denominada barranca del río Santiago en Latitud norte 20º 51’ 30” y Longitud Oeste 103º 21’ 07”, que a su vez forma parte de la Sierra Madre Occidental.
La altitud sobre el nivel del mar es de 900 metros en el fondo de la barranca, en el centro de población es de 1180 msnm y en sus partes más altas llega a los 1700 msnm.
La topografía de la zona, se compone de pequeñas mesetas escalonadas con grandes laderas y barrancos con pendientes que van del 5 a 50 por ciento. Sus suelos van de arcillosos a arcillo-arenosos, el lecho rocoso lo encontramos entre los 10 a 100 cm. De profundidad presentándose problemas para la agricultura mecanizada en un 90%.
El clima es cálido seco con temperatura media anual de 24º C., máxima de 38º C durante abril, mayo y junio; mínima promedio de 18.9 a 18.2° C en diciembre y enero.
La precipitación media anual es de 750 y 800 mm., con temporal de lluvias en los meses de julio a septiembre. En los últimos 30 años la microrregión ha recibido lluvias escasas.
La región se favorece por el microclima generado por la depresión del río Santiago y las vertientes formadas por el río Blanco, cuya agua riega las áreas de San Esteban, San Isidro, la Exhacienda del Lazo, dónde se hace tributario del Río 3 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Santiago. Las vertientes de Copala riegan parte del Rancho y el Ejido de los Camachos. El Arrollo de Milpillas irriga la Hacienda de San Lorenzo y los arroyos de Agua Fría, Agua Salada, El Limoncillo en Ixcatán que benefician las huertas y pequeñas áreas de cultivo. Frente al arroyo los Camachos, el río Achichilco descarga sus aguas muy cerca del Paso de Guadalupe, hoy reconocido por la Comisión Estatal del Agua el lugar más contaminado del río Santiago.
La diversidad vegetal se manifiesta en el bosque tropical caducifolio, determinado por las condiciones de temperatura y humedad existentes. Gran número de especies pudieran ser mencionadas, no obstante entre los árboles y arbustos más sobresalientes y característicos son: copal, papelillo, higuera, pochote, tescalame, clavellina, tepehuaje, guaje, guásima, sarcillo, mezquite, tepame y variadas especies herbáceas. Otro tipo de vegetación es el bosque de roble y encino y demás cultivares de frutales, agaves y nopales desarrollados en diferentes áreas a través del tiempo. Los frutales más sobresalientes son guaje, guamúchil, cocuixtle, anona, ciruelo, mango, cítricos, zapotes, café, aguacate y plátano.
La fauna silvestre de la microrregión se compone de venado, coyote, zorra, lencillo, gato montés, armadillo, jabalí, tlacuache, ardilla, conejo, tejón, rata de campo, tuza; cordoniz, tecolote, murciélago, cotorro, saltaparedes, tordo, torcacita, pinta, burrión, gorrión, calandria, amole, carpintero, cuervo, zopilote, garza, gavilán, águila, y aguililla; iguana, lagartijo, salamandra, víbora de cascabel, coralillo, y falsa coralillo, chirrionera; alacrán, tarántula, viuda negra, patona, y una variedad muy amplia de insectos benignos y plagas que atacan los cultivos de granos básicos, hortalizas y frutales.
La fauna doméstica está formada de ganado vacuno, asnal, caballar, mular, perro, gato, aves de corral, aves en cautiverio (pinta, cotorra, burrión, gorrión, calandria) y otras especies silvestres (ardilla, iguana, tejón y tlacuache). 4 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
En los últimos 30 años esta gran riqueza natural y cultural, se ha visto amenazada por ese capitalismo salvaje y depredador que ha alentado, financiado y metido a la fuerza las industrias, los pesticidas y químicos altamente contaminantes, los desarrollos inmobiliarios sin freno, la expulsión de desechos líquidos peligrosos y sólidos sin ningún tipo tratamiento, lo que ha destruido grandes áreas de reserva natural, las zonas boscosas en la montaña y selváticas de la barranca, las áreas de cultivo de alimentos y envenenado los principales caudales de agua subterráneos y superficiales, situación que pone en predicamento la existencia de los pueblos barranqueños.
La defensa del territorio
Los petroglifos que exhiben la presencia humana y que pudieran corresponder a las migraciones que tomaron como guía el río Grande alrededor del siglo XI de d.n.e., como escenarios de batallas, en sus recorridos de reconocimiento, caza o proceso de sedentarismo practicando la agricultura y la ganadería, en cualquiera que fuera el caso, éstos legaron a los actuales habitantes de la zona sus obras, saberes, rasgos culturales y físicos.
Las evidencias de caseríos abandonados con viviendas de tipo circular abundan en espacios cercanos al actual centro de población de Ixcatán, los más conocidos son tres predios ubicados en el cerro “El Carricillo” sobre la cual cruza la línea eléctrica de alta tensión de este a oeste, esto es en los límites con la comunidad indígena de San Esteban. Se presume que estos caseríos estuvieron habitados al momento del contacto con los españoles en 1530 y luego fueron abandonados durante la confrontación armada.
No obstante, los rastros de la presencia humana se remontan al neolítico si tomamos en cuenta las pictografías, patio ceremonial y observatorio de la “Piedra Grande”. También, hay espacios mortuorias que se han encontrado similares a los 5 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
de la cultura denominada “tumbas de tiro” (200-600 d.n.e.), en los predios cercanos a Ixcatán: en la cuesta de “Tonitalpa” (al poniente) cercano a los acantilados; en el “Pie de la Cuesta”, en sentido contrario al primero, en el lado Este del río Santiago; así mismo en el predio “El Calvario” ubicado hoy por donde pasa la calle Morelos, que es perpendicular a la nave de la iglesia y quizá el más importante, “La Cofradía” ubicado en la salida a San Cristóbal de la Barranca, junto al panteón municipal nuevo, en donde se presume no sólo una zona de tumbas de tiro, sino un conjunto de espacios ceremoniales y de convivencia que no han sido debidamente valorados y estudiados.
Previo a la llegada de los españoles, se confrontaron los pueblo originarios entre sí, quizás las batallas más sobresalientes son las libradas entre los grupos de guerreros tecuexes y caxcanes, los primeros fueron reducidos por los segundos antes de la llegada de los europeos, desde Nochistlán, Teocaltiche, Moyahua, Cuquío y Acatic, hasta las montañas, cañones y barrancas del río Grande (el Santiago) y sus afluentes, sin que los tecuexes dejasen de mantener presencia en los territorios de Ameca, Tequila, Amatitán, Ocotán, Zapopan, Zoquipan y Tonalá.
Así la defensa del territorio ha sido una constante en la zona barranqueña. Esta zona peculiar diversa en lo social, cultural y natural, ha sido escenario de luchas armadas desde el período de las grandes migraciones que tomaron el río Grande como guía, aproximadamente en el siglo XII d.n.e., en la conquista (1530-1540), la rebelión del Mixtón (1541-1543), en revueltas locales y dispersas contra la invasión española (1550-1570), a través de mecanismos de resistencia armada y bandidaje (1890-1920) y en la cristiada (1926-1929).
A su vez la lucha jurídica agraria tiene varios siglos: de 1692 a 1707 se hizo el deslinde y reconocimiento de la corona española, que devino en título virreinal; de 1902 a1906 ocurrió no sin resistencia, la primera privatización de las tierras comunales; de 1934 a 1936 se desarrolló la creación de los ejidos de Ixcatán y los 6 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Camachos en tierras del fundo legal indígena de Ixcatán; de 1944 a 1968 las solicitud de reconocimiento de tierras comunales obtuvo la resolución presidencial por 1103 hectáreas; de 1980 a 2002 un grupo en su mayor parte ajeno a Ixcatán, excluyó y suplantó a los legítimos comuneros para dar cabida en el censo a personajes
inmiscuidos
en
la
política
nacional
como
es
el
caso
del
aguascalentense Jesús Ortega Martínez, exdiputado, exsenador y actual presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática.
Ante una justicia ciega que torció la Ley para favorecer a unos cuantos en perjuicio de este pueblo originario y que se agravó con la publicación de dos censos excluyentes en 1968 y 1983, con la reforma al artículo 27 Constitucional en 1992 y la suplantación de la representación ante el gobierno federal desde 1980, el camino más viable que apareció ante los ojos de los Ixcatecos fue la recuperación directa de tierras, como un acto de libre determinación (López, 2009:62-76) y defensa del territorio.
En ese tenor de refriega social, la resistencia colectiva emerge como una forma de vida, ya sea reclamándole a la corona española sus derechos como pueblos originarios (1796, Título Virreinal, Ixcatlan), a los independentistas, la devolución de las tierras usurpadas (Constitución de 1824), a los liberales, su derecho a existir y a ser indios en oposición a los decretos del Congreso Constitucional del Estado de Jalisco: número 2 del 12 de febrero de 1825; el número 481 del 26 de marzo de 1833 y el número 121 del 17 de abril de 1849 (López, 2009: 105-108).
A su vez a los gobiernos de la revolución democrático burguesa se les reclamó el reparto agrario (creación del ejido) y, ahora a los neoliberales otra vez el derecho existir (López, 2009:6) para defender la tierra bajo las reglas del Estado (ingreso al censo de comuneros y recuperación de tierras).
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Las últimas cinco décadas, son ricas de experiencias de los procesos de auto reconocimiento indígena y de recuperación de territorio, cuya raíz histórica se remonta a marzo de 1530, en el mismo momento en que los españoles pisaron este territorio.
En 1954, diez años después de la solicitud de reconocimiento de tierras comunales al gobierno de la “revolución”, se recuperaron las primeras en espacios aledaños al “mirador”, pero sólo se conservó “la mesa chica”; en 1976 unos cuarenta jefes de familia recuperaron la zona de “el ocote” en donde pastaba su ganado el extranjero “Roberto el gringo”; en 1986 se tomaron los predios aledaños y la propia pista de aterrizaje conocida como “Los Manguitos” que fue utilizada años atrás para el trasiego de enervantes y luego dicha planicie se ocupó como agostadero por un fuereño de nombre Gerardo; entre los años 1991 y 1992 fueron asignados pequeños predios de tierra comunal a unas 30 familias para su explotación correspondiente de lo recuperado en “El Ocote”, “Los Manguitos” y “El Roble Grande”; en 1996 se tomó el predio de “La Mina” y tres años después, se parcelaron algunos espacios de “Los Laureles”, quedando en común el resto del territorio.
En lo últimos treinta años, han sido recuperadas por los campesinos de Ixcatán unas 600 hectáreas de territorio invadida o ilegalmente explotado por personas ajenas a la comunidad indígena, a su vez, fue restablecida la asamblea con los legítimos comuneros. Aunque la presencia de personas ajenas a la comunidad sigue siendo numerosa, el proceso de reorganización y recuperación de camina al paso de los caracoles.
Fiesta comunitaria y cultura local
El territorio, el poder, el trabajo y la fiesta conocidos como elementos de la flor comunitaria, pueden encontrarse en las culturas vivas que nos deleitan con un sin 8 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
fin de expresiones estéticas, de convivencia humana, de sabiduría popular, de respeto a los tiempos culturales y de reproducción comunitaria.
Es difícil imaginarse al centro de los pueblos de la barranca, Ixcatán, sin fiestas, sin la algarabía comunitaria, algunas manifestaciones culturales han permanecido en reposo, pero no se han extinguido, han sobrevivido a la era de la electrónica, la robótica y la economía neoliberal.
Dentro las fiestas que se conservan están las pastorelas, los cóconos, las insignias vivas, el día de la Cruz, el día de san Pedro y San Pablo, los tastuanes, el día del Señor de las Aguas, el día de San Francisco y, se han incorporado otras como el día del músico.
En el ánimo comunitario se percibe un interés creciente por rescatar la cultura popular expresada a través de la música, la danza, las artes plásticas, el teatro y la poesía, para ello la memoria histórica y lo saberes de los ancianos han sido fundamentales en el ánimo de las jóvenes generaciones.
Los juegos tradicionales como la avanzada, la lotería, la pupa, el balero, el yoyo, el trompo, el trabuco, las canicas, la rayuela, los encantados, el cero por chapucero, las tardes de natación, entre otras, parecen ya distantes, pero no difíciles de que vuelvan a encarnar en las nuevas generaciones.
Los hábitos alimenticios han variado, se come, calabaza, chile, tubérculos, frijol pero no siempre de la cosecha porque a veces la escasez de lluvia no lo permite. Las tortillas para quien siembra la tierra son de maíz criollo, y para quien no, son de harina nixtamalizada y tal vez de origen transgénico, se consumen muchos refrescos y poca leche de vaca, chiva y burra como se hacía en antaño.
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Los huevos y el pollo son del traspatio y cuando se acaban vienen de las granjas capitalistas; la carne de res no es de la producción local pues no hay rastro; la carne de cerdo es de las zahúrdas familiares. Lo paradójico es que a raíz de que se tiene mayor contacto con el mundo exterior a través de las vías y medios modernos de comunicación, en los pueblos barranqueños, se consumen más alimentos chatarra y menos frutas, verduras, granos y plantas nativas, salvo cuando la economía merma los bolsillos y el hambre aprieta.
En algunos barranqueños comienza a merodear la idea de que para superar varias de las dificultades agrarias, políticas, organizativas, ambientales y otras, es necesario volver a la tierra, a su significado y sus riquezas, seguir caminando y engendrar la rebelión organizada para revalorar lo natural, lo social y cultural que nos ha forjado durante milenios.
En muchos de los testimonios que para este trabajo se recogieron entre los ixcatecos, hay una idea que podría resumirse en el siguiente párrafo:
La vasta riqueza que yace en lo profundo de la tradición indígena y los saberes comunitarios, espera con parsimonia que desenterremos sus tesoros y los mostremos al mundo, no para sentirnos más y mejores frente a otros, sino para reconocernos y manifestarnos como un pueblo que valora dignamente su identidad, su cultura y su historia.
VIEJA LA HISTORIA, VIVOS LOS RECUERDOS ¿De cuál Ixcatán se trata? La palabra Ixcatán es una derivación de la lengua náhuatl Ichcatlán, y proviene de los vocablos ichcatl: algodón y tlan: cerca de o lugar de; lugar del algodón o lugar donde se produce el algodón. 10 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
La toponimia de Ichcatlan, se compone de una bellota madura de algodón silvestre, montada en un colmillo que indica, cerca de. Lugares con el nombre de Ixcatán o Ixcatlan con el agregado de algún nombre español de origen católico, según nos reporta una búsqueda en la Internet, existen en los estados de Hidalgo (cerca de Huejutla), Veracruz (nuevo Ixcatlan), Oaxaca (Santo Domingo y San Pedro Ixcatlán), Nayarit (San Pedro Ixcatán) y Jalisco, Rincón de Ixcatán, municipio de Mascota y San Francisco de Ixcatán del municipio de Zapopan, de éste último, es del que se escribe. Más, el Ichcatlán del que hablamos, se remonta a la época precolombina, según lo muestras las evidencias arqueológicas de la zona, los lienzos de los tlaxcaltecas que hicieron en la conquista de los tecuexes y las crónicas de la colonia que ser remiten a este territorio. Pero ni antes de la llegada de los españoles hubo un solo pueblo con ese nombre. Francisco Javier Clavijero en los libros VI y VII de su Historia Antigua de México, habla del pueblo de Ichcatlán, y los datos que aporta, indican que no se trata del ubicado en la zona barranqueña, sino de uno o varios cercanos al territorio gobernado por los Mexicas o sujeto de éstos (Clavijero, 2003: 236, 277, 303 y 307). Hay que seguir la huella de la conquista y el sometimiento de las comunidades indígenas del país y es posible que encontremos otros Ixcatán, en donde pasaron y se establecieron a la fuerza españoles y tlaxcaltecas que les acompañaron en la conquista de estas tierras. Los primeros religiosos católicos que llegaron a la barranca fueron franciscanos. De San Francisco de Asís, patrono de la iglesia, existe una escultura que permaneció durante décadas en la parte superior del altar de la iglesia de Ixcatán y que ahora se encuentra en proceso de reparación.
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El centro de población se ubica en la parte noroeste de la cabecera del municipio de Zapopan, Jalisco dentro de la depresión denominada Barranca del Río Santiago, en Latitud norte 20º 51' 30'' y Longitud oeste 103º 21'. 07” con una altura sobre el nivel del mar de 1180 metros, su microclima es cálido seco con una temperatura promedio de 25.5 grados centígrados, la media anual de lluvia es de 750 milímetros, por debajo de la precipitación pluvial del valle de Tesistán y por encima de algunas zonas de las regiones de los altos y norte de Jalisco y sur de San Luis Potosí. Ixcatán pertenece al municipio de Zapopan desde 1845, antes fue jurisdicción de San Cristóbal de la Barranca, en la actualidad tiene categoría de delegación municipal, las agencias que dependen de ésta son: La Soledad, San José y Paso de Guadalupe, así como las rancherías de Los Camachos, El
Morado y El
Mirador. Considerando los terrenos que usufructúan el Ejido, Comunidad Indígena y pequeños propietarios de Ixcatán, colinda al Norte con la comunidad de Huaxtla, al Sudoeste con la Comunidad Indígena de San Esteban; al Sudeste con el Ejido los Camachos y pequeñas propiedades; al Sur con la Comunidad Indígena de San Esteban; al Este con El Cerro Alto y el Cerro “del Guagüis”; al Oeste con los Ejidos de Copala y Mesón de Copala. Varios son los caminos por donde se puede llegar y salir de Ixcatán.
Uno,
partiendo de San Cristóbal de la Barranca desde el norte sobre el río Santiago, se pasa por las comunidades de San Lorenzo, Huaxtla y La Soledad. Dos, con origen en Cuquío que se ubica al éste, se pasa por Teponahuasco, Palos Altos, Ixtlahuacán del Río, El Chilar, El Ancón, Paso de Guadalupe y El Morado. Tres, desde el poniente, partiendo de Tesistán, se pasa por la Magdalena, Copalita, Copala y Mesón de Copala. Cuatro, desde la ciudad de Guadalajara a partir de la catedral, se recorre Av. Alcalde y prolongación Alcalde, se sigue por la carretera a Saltillo cercana a su paso por Atemajac, El Batán, Arroyo Hondo, Villa de 12 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Guadalupe, Mesa Colorada, San Isidro, Los Camachos y San José, en el Km. 25.5, parte hacia la izquierda un camino sinuoso de 1.6 kilómetros a Ixcatán y que continúa hacia las comunidades de La Soledad y Huaxtla. Rastros de presencia humana en la barranca La “piedra grande”, saberes y vestigios milenarios
La piedra grande en realidad es un conjunto de basaltos que están colocados al lado norte, todos son de color negro. De la roca mayor, su parte más baja es hacia el norte y la más elevada hacia el sur debido al declive en el que se encuentra y a los efectos de la erosión del suelo.
La piedra grande se localiza al este de la iglesia al borde de la barranca del río Santiago, la cúspide aparece en los 1191 msnm, en su parte superior mide de norte a sur seis metros, su menor altura es al norte y la mayor como ya se dijo al Sur. La altura a partir del piso desde el Oeste hacia la punta de la piedra es de 11.5 metros, en tanto desde la base del Este sube a 13.4 metros. Desde el mismo lado se observan los efectos de la erosión del suelo con respecto a la base de la piedra, así como la oxidación que es mayor a partir de la zona de la piedra que tiene más años expuesta a la intemperie.
La piedra tiene una ubicación estratégica con respecto al movimiento del sol que en el invierno sale a la derecha del “cerro de la culebra” y en verano aparece a la izquierda. Manteniendo la mirada desde la misma piedra, muy cerca a la cúspide, se puede trazar una línea recta con respecto al Este que se ubica al lado sur del denominado “cerro de la culebra”.
Desde “la piedra grande” se aprecia el movimiento del sol, de la luna, de las estrellas, la cantidad y velocidad del viento, la humedad, la flora y la fauna, los 13 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
sonidos y colores, el movimiento de la aves, es un observatorio de privilegio, desde donde se dominan los cuatro puntos cardinales, tanto hacia la barranca como hacia la montaña, en fecha reciente, fue punto de vigilancia militar (durante la cristiada), pero en esencia ha funcionado, como centro ceremonial y espacio de astronomía y meteorología.
Por sus características, posición con respecto a los puntos cardinales y la geografía local, las evidencias pictográficas de la Piedra Grande, nos indican (si los expertos no concluyen otra cosa), que hubo presencia humana en la zona barranqueña desde hace unos cuatro mil años. Los pictogramas podrían corresponder a la nueva edad de piedra conocida como “periodo neolítico”, donde los seres humanos usaban las pictografías para representar objetos mediante dibujos en roca, este mismo período es caracterizado con la práctica inicial de la agricultura y la ganadería.
“La piedra grande”, tiene a su alrededor una serie de leyendas e historias que igual atraen niños que adultos, unos por tener la valentía de escalarla y disfrutar la excelente vista, otros por descubrir que hay en sus alturas y en su parte baja, al grado que una decena de excavaciones tiene a su alrededor, sin que se conozca hasta el momento lo encontrado. Sólo falta que alguien con pleno desconocimiento de su significado y como un vil atropello a la inteligencia, coloque bajo el basalto una carga de explosivos para hurgar en su base, lo que significaría una gran pérdida para la arqueología, la historia y la cultura de la zona de la barranca.
El testimonio pictográfico de la “piedra grande” se localiza en la cara Este, su conservación radica en el difícil acceso a las evidencias y al desconocimiento de su existencia aún de los propios habitantes de la zona. Para mayor visibilidad de las pictografías, se requiere colocarse a su misma altura (unos cinco metros desde el piso) y observarlas en un horario que permita que los rayos del sol no le den con intensidad, esto ocurre al mediodía y al amanecer. La evidencia milenaria ha sufrido varios atentados, uno de ellos fue con pintura de aerosol en 1981. 14 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Dentro de las leyendas que corren entre los Ixcatecos, una señala que las pictografías fueron hechas con sangre de mula, sin embargo las mulas, caballos y asnos llegaron junto con las vacas, los gatos, los cerdos y los conquistadores españoles hasta 1530, por lo que es poco probable que la materia prima sea de mula o macho. Hace falta un estudio físico-químico de las pictografías y que expertos en escritura antigua analicen a profundidad lo que ahí permanece, con ello seguramente se parará la búsqueda furtiva de “tesoros” que con tanto afán se emprende una y otra vez.
Descripción de las pictografías de la “piedra grande” en Ixcatán
Hay que detenerse un poco para hablar de las pictografías de la “piedra grande” en grave riesgo de desaparición y que se localizan en la cara Este del mismo basalto, mirando hacia el rio Santiago.
Siguiendo a Metraux (en Cohen, 2001:2) existen dos tipos distintos de pictografías, “aquellas que relatan uno o varios acontecimientos, y a su respecto nos proporcionan informaciones de carácter general, y aquellas que sirven para ayudar a la memoria”, se observa que para el caso de las pictografías de “la piedra grande” en Ixcatán, se trata del segundo tipo.
Aún de forma rudimentaria, señala Armando Petrucci (2002: 41) “escribir es servicio y, por tanto, actividad heterónoma…” si quienes fijaron las pictografías intentaron dejar para la memoria su mensaje por la necesidad de un servicio, es justo tratar de aventurarnos en una posible explicación guiándonos por las preguntas orientadoras del mismo autor, qué, cuándo, cómo, dónde, cómo, quién lo hizo y para qué lo hizo; el mismo Petrucci
(2002:41) nos recuerda que “los intentos más antiguos de
escritura que se remontan a más de cinco mil años atrás, fueron realizados <a mano>”. 15 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
En total aparecen en la cara Este de la Piedra Grande: 12+6+4+2+16+3=43; tales imágenes, que podrían ser humanos o animales, se incrementan con dos figuras que se encuentran a la izquierda y a la derecha de la tercera hilera, para hacer un total de 45, sin contar ocho líneas de menor dimensión que aparecen dos bajo la cuarta hilera y seis a un lado de la figuras mayores a media altura. . El color de las figuras es oxido desteñido, que podría ser una composición de sangre de animales y plantas plasmado directas con las manos o por medio de pelos de animales, objetos de madera o piedra, en la segunda hilera se aprecian algunos ribetes de un color azul de una superposición posterior sin saber precisar de cuándo pudiera ser.
Las pictografías son un trabajo a mano de los antiguos pobladores fijos o itinerantes de la barranca, sin duda, “el más antiguo procedimiento de escritura inventado por el homo sapiens sapiens el único que universalmente sigue en uso” (Petrocci, 2002:75). El conjunto se compone de una serie de imágenes que podrían simular seres humanos integradas por un cuerpo y cuatro o cinco puntas de diferente tamaño y posición, situadas en cinco líneas, la primera con doce imágenes, la segunda con seis, una muy a la izquierda del resto, la tercera con seis imágenes, las más grandes y en donde hay dos figuras que contrastan con el resto por su tamaño y forma, una figura que parece un acantilado a la izquierda y la otra tal vez un animal en huida en el extremo derecho; al centro de estas dos imágenes y en la misma hilera, hay cuatro imágenes dos grande y dos de menores dimensiones que pudieran representar animales cazados.
En la quinta hilera de imágenes, que se integra por 18, la mayoría con cierto parecido entre sí con cuerpo y cinco picos, hay además seis líneas de arriba abajo inclinadas hacia la imágenes que podrían ser armas de caza, por ejemplo lanzas y arcos, seguida de la cuarta hilera de imágenes, hay una línea curva que va de sur a 16 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
norte que podría simular el límite de un acantilado, el sendero de un camino o el propio río Grande que precisamente se encuentra en esa orientación de la pictografía.
Otra posible explicación, es la representación gráfica de una ceremonia ritual en donde la mayoría de los elementos están colocados alrededor, y quizá los sacerdotes, deidades y ofrendas se colocan al centro, bajo esta perspectiva podría tratarse de una escena cotidiana de lo que ocurría en el patio ceremonial contiguo a la “Piedra Grande”.
Las pictografías pueden evocar “distintas fases de una acción, sus actores y aun aspectos del escenario en donde se desarrollan” (Metraux en: Cohen, 2001:2) En la sexta hilera hay exactamente debajo de la imagen mayor, dos imágenes de cuatro picos y un cuerpo, similares a una equis, y debajo de la sexta figura una imagen de mayores proporciones con cinco picos, acomodadas de tal manera que si fueran figuras humanas estarían en posición de vigilantes. Lo mismo ocurre con la figura del lado izquierdo que yace solitaria a la altura de la segunda hilera.
Será difícil señalar con precisión a qué ambiente sociocultural pertenecen aquellos seres humanos que plasmaron las pictografías de la piedra grande, sólo puede expresarse que tiene mucha similitud con los encontrados en otras partes de Norteamérica y que han sido catalogados como expresiones del neolítico. Expresa Petrucci (2002:105) que “cualquier texto (puede) no ser más reproducido ni conservado”, este es el caso, aunque quizá con hierros por ser lego en el tema pero intentando que sirva de empuje para reproducirse con mayor exactitud y conservarse como patrimonio de la humanidad.
Patio ceremonial asociado a la “piedra grande”
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En el lado oeste de la piedra grande y junto a otros basaltos de menores proporciones, se localiza una pequeña planicie construida ex profeso en forma circular de diez metros de diámetro, tiene una calzada de piedra a su lado sureste, se intuye que es un patio ceremonial asociado al observatorio indígena y podría suponerse que tuvo uso en años recientes cercanos a la invasión y sometimiento español.
Las excavaciones de los buscadores de tesoros son un total de siete, una al extremo norte, tres al este, en la parte baja de las pictografías, una al extremo Sur y la mayor hacia el poniente, se ubican exactamente al pie de la piedra en todos sus lados. Este sitio corre un grave peligro de no rescatarse y estudiarse en corto tiempo. Los ciruelos, una ceiba (pochote) ya derribada y otras plantas que se encuentran en el entorno del patio ceremonial, son relativamente jóvenes.
La memoria de los muertos Con fundamento en los hallazgos de fosas mortuorias similares a las que se asocian con la tradición de las “tumbas de tiro”, cercanas al centro de población de Ixcatán, los cuales no fueron registrados y cuyo contenido ha sido saqueado, se presume la existencia de asentimientos humanos en Ixcatán entre los años 200 a 600 d.n.e. Ante la escasez de estudios arqueológicos de relevancia en Ixcatán y sus alrededores y la dispersión de los hallazgos en la geografía local, es aventurado definir con precisión en donde pudieron localizarse los cementerios principales cuya existencia puede tener un milenio, no obstante el sitio que mejor reúne tales características se conoce como “La Cofradía”. La cultura de las tumbas de tiro no posee una identidad, ni ubicación central en la geografía del occidente del país (cita fuente), sino que es una denominación de los estudiosos de dicha tradición cultural que algunos sitúan, incluso, antes de Cristo y hasta el año 600 d.n.e. Una de sus características es la manera particular en que 18 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
sepultaban a sus muertos cavando un hoyo agosto en forma de tiro de entre dos y diez metros que termina en una cavidad horizontal en donde se colocaba al difunto o difuntos con sus pertenencias más importantes: ornamentos, armas, herramientas e instrumentos de trabajo. Por comunicación oral de personas de Ixcatán y visita de campo, se conoce 1) del saqueo de una Tumba de Tiro en la ladera conocida como “Tonitalpa” hace dos décadas, al pie de la peña localizada al poniente de la plaza principal; 2) de un hallazgo durante la excavación para la introducción del drenaje hace una década en la actual calle Morelos que conduce al predio “El Calvario”, a unos 200 metros de la iglesia; 3) de las piezas de alfarería encontradas en la ribera Este del río Santiago frente al predio conocido como el “Pie de la Cuesta” y 4) del sitio ya recorrido varias veces que consta de templo ceremonial, descanso mortuorio y áreas anexas denominado “La Cofradía”. “La Cofradía” se localiza en el extremo norte del panteón municipal, a 1220 msnm, el sitio es una loma con tumbas, algunas ya saqueadas, un montículo a su lado Norte de unos diez metros de altura desde su lado Este y de 15 metros desde su lado Poniente, así como algunas terrazas de donde fue sustraído el petroglifo que está frente a la iglesia. Este sitio fue plantado por de agave tequilero hace una década y anteriormente sirvió como agostadero y coamil, tiene dos brechas construidas con maquinaria, una ingresa por el lado izquierdo partiendo de su lado sur y la otra bordea la loma por el lado derecho, lo que facilita el ingreso de vehículos, la remoción de evidencias arqueológicas y el saqueo del cementerio de que se presume de hace mil 400 años. El altímetro marca en la parte más alta del montículo 1230 msnm, desde ahí se domina el entorno y pueden trazar líneas perpendiculares con el cerro de la Culebra, hacia el Este y la peña hacia el poniente; otra línea hacia la iglesia de Ixcatán tirando
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al Sur y una más en sentido opuesto al fondo de la barranca en dirección a las peñas coloradas. En “La Cofradía” fue encontrado el petroglifo, que no fue estudiado en el sitio y que reubicaron en una de las jardineras del atrio de la iglesia hoy convertido en plaza. La piedra pesa cerca de media tonelada y al igual que otras que se han localizado en el entorno, tiene una serie de hendiduras que podrían indicar caminos o rutas que comunican entre sí las tumbas de tiro de relativa importancia en “La Cofradía” o en un sentido más amplio, la ubicación de caseríos o panteones adyacentes. Estas siguen siendo hipótesis que podrían fortalecerse o desecharse con una investigación arqueológica. Con los recientes hallazgos que aún se estudian en el complejo arqueológico “los guachimontones” en el municipio de Teuchitlán se ha podido constatar de la presencia de concentraciones humanas importantes y de una cultura que no puede sobajarse con respecto a las clásicamente estudiadas: olmeca, teotihucana, maya, mexica, zapoteca, etc. (Wigand, 1994) Por su cercanía con la barranca, lo más seguro es que tuvo durante su esplendor alguna relación social, comercial, cultural o militar con los grupos humanos de esta zona. A doscientos metros de la pequeña meseta de “El Carricillo” territorio de la Comunidad Indígena de Ixcatlán, en dirección perpendicular al manantial principal del arroyo de “Los Laureles”, se localizan al menos cinco cimientos circulares de unos tres metros de diámetro que indican la presencia humana antes de la llegada de los españoles, así como otros basamentos circulares hacia el poniente del “cerro de la campana”. Se trata de un conjunto de cimientos de viviendas cercanas a un pequeño montículo que se localiza en dirección al cerro de la campana, desde donde se aprecia al fondo Ixcatán, uno de esos cimientos tiene la puerta hacia el Norte
y
por
su
dimensión,
puede
corresponder
a
la
casa
principal,
desafortunadamente sólo unos pocos espacios no han sido saqueados. 20 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Batallas barranqueñas Para un mayor control militar, cultural y económico de los tecuexes, cocas y caxcanes, los españoles refundaron ichcatlan en 1580 por lo que a los pobladores de las aldeas dispersas los concentraron en el actual centro de población. Así la lucha por el control del territorio, no fue exclusiva de la conquista ya que diversos grupos de naturales con anterioridad se confrontaron como lo refiere Fray Antonio Tello (1969:21) “los caxcanes atacaron por el año 1130 d.n.e a los Tecuexes en las poblaciones de Mitic, Ixtlahuacan, Coacoalca y Jalostotitlán, Mexticacan, Yahualica, Teocaltitán, Tlacotlán, Ocotic y Acatic... pero estos, (...) se defendieron (…) y sustentaron la guerra, con los mexicanos, villanos y tochos más de doscientos sesenta años hasta que vinieron los españoles y asentaron paz". Los habitantes que encontraron los españoles en marzo de 1530, al momento del contacto con la barranca del río Grande eran Tecuexes que convivían con los Cocas en Tonalá y el Valle de Atemajac y con los grupos de la caxcana si se internaban al lado opuesto de la hondonada. Esta zona luego de la conquista fue espacio que ocuparon mexicaneros y otros grupos como Coras, Huicholes, Tecuales, Guachichiles, Caxcanes, Zacatecos y Tepecanos, como punto de amortiguamiento con la siempre rebelde zona denominada “chichimeca”. A la llegada de los españoles al valle de Atemajac y de Tesistán, se encontraron con una serie de caseríos, de un clima esplendido, bajo condiciones inmejorables para la agricultura y la ganadería, zonas planas que permitían fundar un gran centro de población bajo su dominio, sólo había que iniciar con el proceso de conquista militar y espiritual que concluiría en despojo.
21 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Tello narra en su obra concluida en 1653 (publicada por vez primera en 1891, con sucesivas ediciones en 1969 y 1984), de la llegada de los españoles que conmocionó a Tonalá y al valle de Atemajac y que rápidamente se tuvo en Ixcatán: “… así que supieron los caciques y principales de todos los pueblos, se juntaron todos y trataron de lo que había de hacer y acordaron que se le hiciese un presente de gallinas, huevos, ahuacates, zebollas, y de todas las frutas que tenían, para irle a ver y darle la bienvenida, y que fueron a esto las principales de todos los pueblos: y así fueron del pueblo que agora se llama San Pedro, tres, el uno se llamaba Coyotl y el otro Chitacot y el otro Tenahath; de Tzaltilán fue Coyopitzanthi: de Atemaxac, Timoac, Oxac y otro Octzelotl; de Ychcatlan, Ipac y otro, que después se llamó Hernando Francisco; de Ocotlán fue Coyoltzin; de Xocotlán, Tzacamitl”. (Noticia de que llegaría a Tonalá Nuño de Guzmán, (Tello, L 2º V1, 1969:111). El intento de recibir pacíficamente a los invasores con gallinas (que se duda su existencia, es posible que hayan sido guajolotes que los había en buena cantidad en el cerro del mismo nombre, hasta hace medio siglo), huevos, aguacates, cebollas, y seguramente guamúchiles y ciruelas de la barranca porque era período de cosecha, no funcionó y como lo reportan la fuente, pronto iniciaron los desiguales combates. Es claro que las estrategias de resistencia frente a la conquista de los habitantes de Tonalá, Tlaquepaque, Zalatitán, Atemajac, Ocotán, Jocotlán e Ixcatán fueron diferentes. La única representación barranqueña nombrada por Tello es Ipac y Hernando Francisco, que eran de Ixcatán, personajes que no aparecen en otras fuentes consultadas hasta el momento. Puede suponerse que Ipac y Hernando que asistieron al conclave narrado por Tello, tenían alguna influencia en otros pueblos de la barranca, y como se verá más adelante, resistieron a la conquista española de diferente manera y por más años que los pueblos del Valle de Atemajac. 22 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
El grupo predominante en la barranca del río Grande era el Tecuexe que convivía con los Cocas, Tochos o Caxcanes y Huachichiles. Al contacto de los naturales con los europeos en 1530, la distribución de la población se encontraba dispersa en aldeas, a pesar de ello tenía considerable importancia en la zona de la barranca del entonces río Grande (hoy Santiago) Fray Antonio Tello menciona en su obra a Ixcatán en cuatro ocasiones al menos (Tello L 2º 1969: 111, 123, 124, 147). El fraile Tello, escribe que los indios de Copala se entregaron a los españoles y presentaron poca batalla a las huestes de Cristóbal de Oñate, “pasó Chistóbal de Oñate a Copala (Zapopan) y allí salieron los Yndios de este pueblo muy galotes y en armas, y el tiempo que entendieron los nuestros que era para pelear, se dieron de paz y se tomó la posesión por su Majestad” (Tello L 2º, 1969: 123), mientras los indios de Ixcatán el 26 de marzo de 1530 dieron la batalla de manera decidida en el paso del río Grande (hoy Santiago) en donde “… hubo una escaramuza muy grande y muy reñida, y al cabo fueron vencidos los Yndios de Ychctlán, y de ellos murieron más de tre(s)cientos, que después de vencidos alancearon” (Tello, 1969: 123) Trescientos muertos para Ixcatán son muchos para una sola batalla, lo más probable es que cerca de la cascada denominada “cola de caballo” se concentraron guerreros de varios pueblos de la barranca y otros de Tacotlán, Yahualica y Juchipila para evitar su paso hacia el lado Este del río Grande hoy Santiago. Anterior a la batalla de ichcatlán de marzo de 1530, a los cocas de Tonalá ya los habían sometido los conquistadores comandados por Nuño de Guzmán. De esta guerra desigual entre conquistadores y pueblos nativos, existen testimonios de las batallas fundamentales señalando el lugar donde se libraron, se llaman “lienzos de Tlaxcala” en donde se representa la resistencia coca, tecuexe y caxcan de Tonallan ("lugar del sol o del calor"), por un sol resplandeciente; Cuinao - Tototlán 23 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
("Lugar de pájaros"), por un pájaro parado en un cerro; Ichcatlan ("lugar del algodón") por una cápsula de algodón y Tlacotla ("lugar de jarillas" - Jarilla heterophylla -) por un grupo de hojas o varas de Tlacotl; ejemplares de los lienzos se encuentran expuestos en el Museo Regional de Guadalajara, Jalisco. El desarrollo de los grupos de la barranca fue tardío y diferenciado en relación las culturas del centro y sudeste, otro rasgo fue un vínculo poco permanente con los Toltecas, Teotihuacanos, Mexicas, Olmecas y Mayas cuya presencia se ha constatado a partir de objetos ornamentales, vasijas e instrumentos de trabajo encontrados en el complejo conocido como “los Guachimontones” en Teuchitlán, Jalisco, zona en donde hubo una gran laguna que se extendía desde el actual municipio de Tala hasta el municipio de Magdalena antes llamado Xochiltepec. Los tecuexes eran guerreros de tiempo completo, una de sus estrategias predilectas era el uso de zonas altas y de difícil acceso para hacer la guerra; al pie de la peña de Ixcatán y llanuras en la parte conocida como “la mesa” todavía encontramos, pedernales labrados, puntas de lanza de obsidiana, piedras en forma de hacha, petroglifos y pictografías que hablan de las batallas que libraron con otros grupos antes de la llegada de los españoles, de sus rutas de migración, de la cacería y de sus espacios ceremoniales y mortuorios. A pesar de la relativa cercanía con lo que hoy se denomina “guachimontones” en el corredor ubicado en territorio de los municipios de Teuchitlán y otros aledaños, los tecuexes,
cocas,
caxcanes,
huachichiles
y
zacatecos,
no
dejaron
obras
monumentales como los que se han encontrado en la zona mencionada, o en el centro, sur y sureste del país, aunque aprendieron técnicas metalúrgicas del cobre y la plata, dadas a conocer probablemente por inmigrantes sudamericanos. Elaboraban todos sus instrumentos como hachas, cuchillos, anillos, etc. de hueso, cobre oro, obsidiana y otros materiales.
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Según una fuente, la presencia guerrera y cazadora de los tecuexes en su momento más álgido, llegó a hasta los actuales límites de Jalisco y San Luis Potosí, “…lo que ahora se llama los Lagos, donde habia muchíssimas poblazones de gente, vivían en ranchos movediços y se sustentaban con caza de conejos, liebre y venados; andaba en cueros, con el arco en la mano y dormían donde les cogía la noche” (Tello, L 2º, V 1 1969: 147). Las luchas intestinas de los grupos que vivían en la región trajeron consigo reacomodos de poder y migración, por ello “cuando los caxcanes conquistaron los valles de Juchipila y Tlaltenango, los tecuexes se refugiaron en las barrancas de San Cristóbal, donde no comieron sal durante más de 290 años”, (Tello, 1969:9). Las luchas internas también trajeron el debilitamiento de las columnas guerreras de los tecuexes y otros grupos de naturales, por ello frente a la conquista además de la inferioridad en la calidad de las armas y la disciplina, apareció la desventaja de la división y de los efectivos para la guerra. La organización política con que contaban los tecuexes, no es clara y hace dudar del sometimiento que pudiesen tener los “señores” de Tonallan que se encontraban a dos jornadas de distancia, no obstante se dice que funcionaba "entre poblados cabecera y poblados sujetos, cada uno con su cacique o señor y principales" (Tello, L 2º 1969:83). Digna resistencia A pesar de la merma de los grupos rebeldes en la barranca, la resistencia se prolongó de 1531 al año 1540, por no quedar otra salida, los tecuexes se remontaron a las cañadas y montañas, algunos de estos se refugiaron en la sierra del nayar en las actuales colindancias de los estado de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango. En 1531 Nuño de Guzmán, al haber recorrido unos dos mil kilómetros durante más 25 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
de un año decidió su retorno al sur, no sin antes fundar Culiacán el 29 de septiembre y en el mismo año, la Villa Espíritu Santo surgió al mundo, (hoy Santiago de Compostela estado de Nayarit), la intención era convertirla en sede de la Nueva Galicia. La propia fundación y refundación de Guadalajara en varios sitios, nos habla del interés de apaciguar las rebeliones que surgieron en gran número. En 1532 Guzmán ordenó a Juan de Oñate la fundación de Guadalajara al norte del Río Santiago en plena región caxcana, para ganar presencia en ella y establecer comunicación con el Golfo, hoy es Nochistlán municipio de Zacatecas, uno de los principales espacios que fue escenario de la gran rebelión del mixtón. Juan Fernández de Hijar en nombre de los conquistadores, sobre las ruinas de los pueblos devastados fundó la Villa de la Purificación en 1533 con fines de convertirla en sede de la Nueva Galicia, pero el clima, las enfermedades y la lejanía con los territorios conquistados los hicieron cambiar de parecer. Ante los embates de los rebeldes en Nochistlán, la sede de Guadalajara, fue trasladada hacia Tonalá por breve estancia de un año hasta 1535, para mudarse a Tacotlán, al otro lado de la barranca. En 1539 se concedió escudo de armas y rango de ciudad a Guadalajara y en 1542 Guadalajara ocupó la ribera poniente del río San Juan de Dios en el valle de Atemajac. El recuento itinerante de la Nueva Galicia, sirve para destacar que Ixcatán no fue ajeno a dichos cambios; Tonalá se encontraba a dos jornadas de camino, a Tacotlán era similar distancia y de Nochistlán se hacían desde Ixcatán unas cuatro jornadas. Territorio caxcán y tecuexe cuna de la defensa de los derechos humanos La historia de México durante la conquista y dominio español, es un registro de rebeliones indias constantes en contra de la corona, sin embargo la mayoría de las 26 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
investigaciones hasta hoy publicadas, responden a una visión centralista de la historia que poco mira hacia sus regiones. Previo a la fundación de la actual Guadalajara, en 1541, tecuexes, caxcanes, guachichiles, zacatecos, cocas y otros pueblos, se rebelan contra la corona española en la denominada guerra del Mixtón, que abarcó un extenso territorio del norte de Jalisco, sierra del nayar y sur de Zacatecas (León Portilla, 1995). Los tecuexes de la barranca se integraron a la revuelta que fue sofocada mediante el exterminio y en pocos casos, con la aprehensión de los principales líderes indígenas. La “Guerra del Mixtón” dentro del contexto, como una de las rebeliones indias más importantes de toda la Nueva España, misma que cimbró las estructuras de ocupación extranjera con tal magnitud, que el Virrey Antonio de Mendoza y un numerosísimo ejército de españoles y tropas aliadas intervinieron directamente en el conflicto, luego de que personajes prominentes y autoridades neogallegas lo pusieron al tanto de los acontecimientos y solicitaron su ayuda. De la guerra del Mixtón se conoció en el mundo a través de las publicaciones y trabajos cartográficos de Abraham Ortelio, Theodoro de Bry, Mathias Quad, Rumold Mercator y Jodocus Hondius; los planos de guerra, grabados y por los propios códices que fueron enviados a Europa. Las fuentes del siglo XVII y XVIII señalan con insistencia que Ixcatán formó parte del Cacicazgo de Tonallan, sin embargo éste pueblo se entregó entre 1530-1532 a los conquistadores luego de algunas batallas, la resistencia de los tecuexes y otros pueblos que se refugiaron en barracas, en cuevas y montañas, se extendió hasta el año de 1570. Una década después se supone la refundación de Ixcatán. Debido a la cerrada resistencia de los indígenas de la barranca antes, durante y después de la guerra del Mixtón (1541-1543), el asesino virrey Antonio de Mendoza 27 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
al igual que con los purépechas de Michoacán, ordenó la ejecución indiscriminada de tecuexes, caxcanes, zacatecos, guachichiles y otros aborígenes. Miguel León Portilla (1995) en su obra La Flecha en el Blanco documenta a detalle como el caxcán Francisco de Tenamaxtle, uno entre miles de indígenas que le tocó sufrir la devastación y sometimiento de sus pueblos en lo que fue la Nueva Galicia, libró una guerra legítima y justa en dos momentos, con dos estrategias y dos mundos diferentes. La primera estrategia fue militar combinada con el diálogo y la negociación, dentro del territorio, que hoy ocupan los estados de Nayarit, Jalisco y Zacatecas (así como porciones de Sinaloa, Guanajuato, Aguascalientes y San Luis Potosí), al mando de un nutrido ejército provisto de porras, escudos, hondas, lanzas, puntas, hachas, arcos, flechas y heroísmo, con lo que enfrentaron al poder de
las
espadas, armaduras, caballos, cañones, mosquetones; alianzas con aborígenes enemigos de los chichimecas y la codicia, La otra estrategia fue -como lo señala León Portilla- la justicia y el derecho, con batallas libradas -luego de su exilio a España- en el propio corazón del poder monárquico; pero, esta vez desde las mazmorras, casi solo, en un mundo distante, apelando las leyes del Consejo de Indias, sin más armas, que sus alegatos, la razón de su causa y el apoyo de un fraile defensor de los indios: Bartolomé de las Casas. Las fuentes documentales y bibliográficas que utilizó León Portilla (1995) fueron de primera mano, principalmente las del siglo XVI o que abordan ese período. Destacan por su importancia los encontrados en el Archivo General de Indias, el Archivo General de la Nación y otras del occidente de México. Destaca León Portilla (1995) que las razones esgrimidas entonces siguen vigentes en México y muchos países de América en donde, “sobreviven muchos grupos 28 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
indígenas a los que pareciera no quedar otro recurso que, con las armas, hacer natural defensa de sí mismos”. León Portilla en su obra citada, da testimonio de las vejaciones a los indígenas cometidas por los españoles malos tratos y servidumbre por medio de las llamadas encomienda y repartimiento y de ellas también habla Tello (1969) y de la inconformidad creciente que tuvo como una de las primeras víctimas previas al levantamiento del mixtón, al español Juan Arce, encomendero de Huainamota y Huazamota del actual estado de Nayarit y a varios frailes. Francisco Tenamaxtle fue apresado y enviado a Sevilla, España en el año de 1552 y posteriormente a Valladolid, por ser uno de los que encabezaron la rebelión contra la corona que por “sus alcances y fuerza” pudo ser una “reconquista por parte de los indios”, otros “capitanes indígenas” que aparecen fueron don Diego de Nochistlán; Xiuhtecutli y Tencuítlatl de Juchipila y Petlácatl de Jalpa. Por el lado de los españoles, se realza la participación del gobernador de Guadalajara, Cristóbal de Oñate, al regidor Miguel de Ibarra y encomendero de Nochistlán, a Pedro de Alvarado quien murió en 1541 al huir luego de ser derrotado en una batalla cerca de Acasico (hoy municipio de Mexticacán); a Beatriz Hernández y al virrey Antonio de Mendoza, entre otros. León Portilla (1995) explica que Fray Bartolomé de Casas y Tenamaxtle que se encontraron en las cortes de Indias, pudieron fundirse bajo un solo cuerpo “el derecho divino y el derecho natural”, asunto que los sitúa como los pioneros de los derechos universales del hombre, al exigir justicia contra la ola de invasión, saqueo, destrucción y muerte que desencadenó el proceso de conquista en la Nueva España. La guerra del Mixtón, se ubicó geográficamente en la zona ya citada, no obstante es relevante la mención que se hace de Culiacán, Sinaloa; Acaponeta, Xalisco, Compostela, Tepic y Ahuacatlán, Nayarit; Hostotipaquillo, Tequila, Etzatlán, 29 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Tesistán, Cuquío, Yahualica, Temacapulín, Teocaltiche, Acatic y Tototlán, Jalisco; Tlaltenango, Teúl, Apozol y Jalpa, Zacatecas, además de Aguascalientes. Los tópicos encontrados y analizados
por León-Portilla en uno de los líderes
rebeldes Tenamaxtle, sin desconocer la gran influencia de los franciscanos y en especial de Bartolomé de las Casas, es su gran adaptación y asimilación de la lengua, religión y leyes españolas,
así como su capacidad de negociador,
vocación de justicia y gran sentido humano. Tenamaxtle es un personaje que por nueve o más años fue perseguido; originario y vecino de la región más belicosas y “bárbaras” de todo el reino de la Nueva España, por lo que sus méritos pueden ser mayores. La relación de agravios de Francisco Tenamaxtle de julio de 1551, ayuda a comprender el gran coraje con el que pelearon al unísono caxcanes, tecuexes, cocas, guachichiles y zacatecos contra los españoles, así expresa: “… no ha bastado haberme hecho los españoles tantos y tan muchos y no creíbles por hombre del mundo, daños irreparables, haciéndome guerras injustas, cruelísimas, matándome en ellas muchos de mis vasallos y a mis parientes y deudos” (León Portilla, 1995) Tenamaxtle al referirse a la llegada de los españoles, aunque aseguró era señor de Nochistlán, declara, “no quise sino salir de paz, mandando a mis gentes recibiesen a los españoles benigna y amigablemente” sin embargo, que debido a las constantes “vejaciones, azotes y palos, y otros diversos malos y crueles tratos...” Tenamaxtle es claro y contundente cuando describe el sometimiento cruel y despiadado de los españoles sobre los naturales, señalando en su alegato de 1551, “nunca nos han dado a entender a otro rey sino a sí mismos” por eso, fue que decidimos “huir junto con la gente que quedaba no habiendo justicia ni remedio de haberla” (León Portilla, 1995). 30 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Concluye la relación de agravios de Tenamaxtle con una serie de propuestas a la Corona española entre las que destacan, el prestar servicios de atracción de otras naciones “bravas” al poder del rey, pero a cambio solicita “provisión real y seguro de vuestra Alteza” para que todos los pueblos que estén con él y de paz, formen parte de la Corona Real de Castilla
y no sean encomendados a
españoles, ni a particulares, ni dados en feudo, ni por otra vía alguna que pueda ser pensada”. Aunque el proceso se prolongó indefinidamente en las Cortes de Indias, León Portilla sostiene que Tenamaxtle “a pesar de todo, venció en la lucha”. Considera como consecuencia de su lucha, la resistencia de caxcanes, zacatecos, coras y muchos otros y un fruto que perduró a través de los siglos la existencia de mexicaneros, coras, tepehuanos y huicholes. León Portilla, expresa a manera de conclusión, en el penúltimo párrafo del capítulo quinto: “Si llegó a darse sentencia apegada a derecho y justicia, ésta tuvo que ser favorable a Tenamaxtle. Si ello no ocurrió, fue entonces doble la derrota del Consejo de Indias”. La encomienda en la zona barranqueña Una vez sofocada la guerra del mixtón, alrededor de 1543 dieron principio los procesos de nahuatlización, castellanización y evangelización de los tecuexes de la barranca. Estos mecanismos de sometimiento de la corona española, mermaron la sabiduría, la autonomía y control del territorio de los pueblos indígenas durante medio siglo hasta la “pacificación” de la región barranqueña, no sin presentar actos de resistencia armada hasta el año de 1570. Para avanzar en la enseñanza del castellano y el adoctrinamiento, los encomenderos tuvieron los servicios de los tlaxcaltecas que hablaban el náhuatl y de los franciscanos que dominaban el español, para que lo enseñaran a los barranqueños, así construyeron una forma de comunicación más fluida que les 31 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
permitió avanzar en la enseñanza más profunda de la lengua castellana y pasar a otra fase de la conquista: la espiritual. El año de 1580 luego del arrasamiento de los principales grupos rebeldes, de la aprehensión y asesinato de sus dirigentes, se refunda Ichcatlan con tecuexes, caxcanes, cocas, pocos españoles (los encomenderos) tlaxcaltecas, estos últimos traídos de la meseta central desde la guerra de conquista y colocados como barreras humanas en toda la franja de los pueblos colindantes con la que hoy nombran algunos historiadores, “región chichimeca”. Dos décadas después de la refundación, se reconocía que en el año de 1600 había en Ixcatán “… veinte indios doctrina de clérigos” (De la Mota, 1993: 58) Lo que no indica que el actual centro de población era un pequeño caserío que fue creciendo conforme los conquistadores se afianzaron en la región y obligaron a los habitantes de las aldeas del área a concentrarse en tal lugar. A diferencia de Fray Bartolomé de las Casas cuya defensa de los indígenas es muy conocida y que se coaligó con el Caxcán Temamaztle en las Cortes de Indias de España para asumir su defensa; Fray Antonio Tello intenta elevar la obra franciscana entre los naturales para ponerla a salvo frente a los excesos de los soldados y burócratas españoles. Precisamente se realza el trabajo que dicha orden religiosa hizo entre cocas, tecuexes y caxcanes, nótese la mención de las poblaciones de Cuitzeo, Poncitlán, Tonalá, Tlajomulco y Cajititlán de presencia coca; así como Tonalá, Zalatitán, (San Juan de) Ocotán, Atemajac, Ixcatán y Tacotlán, de dominio Tecuexe y Teocaltiche, Nochistlán, Tlaltenango, Juchipila y El Teúl con dominio Caxcan. “… parecióles a estos heroicos padres que era ya tiempo de arrancar este abuso y pecado, y así con valor lo pusieron en execuçcion, comenzando por las provinçias Cocas, que comprenden la de Cuyceo del Rió, de Pontzitlán, Tonalán, Tlaxomulco, Cazititlán; de los Teqüexes de Tonalán, y Tzltitlán, 32 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Ocotlán, Atemajac, Yzchatlan, Talcotlán, (...); los Tochos o Caxcanes, Theocalthex, Noxtlan, Taltengnago, Xuchipila, Tiux o Teul...” (Tello, L 2º, V II 1984: 168). Como se habrá notado Tonalá ubicada al Este del valle de Atemajac era a la llegada de los españoles zona pluricultural, espacio de convivencia coca, tecuexe y caxcán con presencia de grupos y hablantes de varias lenguas, cuestión que se incrementó con la nahuatlización a la llegada de los españoles y tlaxcaltecas en 1530. A eso se debe que el coloquio de los tastuanes que posee la comunidad indígena de Ixcatán está escrito en tocho mexicano, la versión data de 1884, de ello se hablará más adelante. En el área donde se fundó Guadalajara en 1542, crecieron barrios de indios a donde fueron trasladados como ejércitos de reserva de mano de obra barata, tecuexes, cocas y caxcanes, por ejemplo el barrio de Analco y el barrio de Mezquitán con los cuales tuvo Ixcatán relaciones parentales, comerciales y de convivencia social, al igual que con los pueblos de Ocotán, Tetlán, Tonalá, Atemajac, Santa Ana, Jocotán y Zoquipan. Una vez que se incrementó el dominio del náhuatl de la meseta central y que el español cimentó sus creencias e ideología entre los pueblos sometidos, ya no fue difícil el uso de trabajo gratuito de los indios, castas y negros, lo que facilitó que en 1595 se iniciara la construcción de la iglesia de Ixcatán, los materiales utilizaron fueron zoquite, piedra y zacate, cabe señalar que la actual se construyó con adobe, piedra, cantera blanca, madera y cal de la zona, entre los años 1691 a 1721, aunque el edificio actual ha sufrido algunas ampliaciones y modificaciones, no es muy diferente al concluido en el último tercio del siglo XVIII. Ixcatán en los documentos de la colonia
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Alonso de la Mota y Escobar Descripción geográfica de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo León de principios de del siglo XVII, hace referencia de la zona del valle de Atemajac y la barranca: “Tomando a salir de Guadalajara, llevando el rostro y camino hacia el Poniente, está a tres leguas el pueblo de Ocotlan (San Juan de Ocotán) que es cabeçera cuyos subjetos son Iocotlán (Jocotán), Iztlán, Tecesistlan, Çapopa, Çoquipa, Mezquitlan, Atemaxaque, Sant Cristoual (San Cristóbal de la Barranca) y Capala, distantes muy pocas leguas unos de / otros es doctrina de clerigos proueese conforme a la cedula del Real patronazgo tendrá quatrocientos yndios vezinos escasos en la cabecera subjetos es tierra donde se coje mucha y muy buena fruta de Castilla y de la tierra y mucho algodon de que tejen sus bestidos tiene muy lindas montañas donde se prouee esta ciudad de maderas para los edificios, como es tablazon, vigas, leña y lo demas necesario. Lo qual tienen por grangeria los yndios y tambien el maiz que cogen y aues que crian, y juntamente alcançan los pueblos de Sxcatlan y Copala la pesqueria y aprouechamiento del Rio grande (hoy Río Santiago) por estar sitiados en la cercania y riuera del q ue como haze aqui una varranca honda haze en ella gran calor y se dan muchas frutas de la tierra de todos generos en particular cirhuelas de diferentes generos y muchas cañas de que se haze la azúcar” (De la Mota, 1993:35) San Cristóbal de la Barranca no se menciona en los testimonios sino hasta el primer tercio del siglo XVII, cuando la explotación minera floreció en la zona, entonces sirvió como punto de resguardo y seguridad para los viajeros, arrieros y encomenderos que recorrían con regularidad la zona desde y hacia la Nueva Galicia. Nótese que uno de los pueblos importantes en el valle de Atemajac era San Juan de Ocotán con presencia tecuexe del que dependían varios pueblos, dos de los cuales hoy son cabeceras de municipio, Zapopan y San Cristóbal de la Barranca.
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Como se aprecia en la amplia cita de la que nos provee de la Mota y Escobar, la zona de la barranca del río Santiago, es reconocida por lo fértil de sus tierras y la fácil adaptación de las plantas que fueron traídas de Europa, África y Asia, como por ejemplo el mango, café y la caña de azúcar. Así mismo, se destaca que las principales actividades de los naturales eran la recolección de frutos, el cultivo de granos, la pesca, la producción de algodón, la recolección de madera principalmente leña y la cría de aves de corral como guajolotes, codornices, palomos y quizá gallinas que trajeron del viejo continente. Otra referencia de fines del siglo XVII de los años de 1692 a 1707 y principios del XVIII (1814), es el Título Virreinal que esclarece el reclamo de tierras de los naturales, de quienes fueron los responsables de realizar los trabajos de medición que dieron por resultado la titulación de la propiedad de las tierras y aguas para los ixcatecos comprendidas en un extenso territorio calculado en unas doce mil hectáreas. En el título de las tierras, se narra con lujo de detalle el caminamiento de cada uno de los puntos y los resultados obtenidos con las medidas en varas “de los pasos de Salomón”. Durante once años los peritos, jueces enviados por las autoridades de la Nueva España y naturales de Ixcatlan recorrieron y dieron fe de los límites de las tierras reclamadas, esto ocurrió de julio de 1692 hasta su conclusión en 1707. Tal era la distancia geográfica y más todavía el interés de la Corona española que el testimonio conocido como título virreinal llegó hasta el siglo XIX. Así, aparece el testimonio real el matasellos de Fernando VII con los años 1814–1818. Como se aprecia el Título signado en plena guerra de independencia de la Nueva España, más se ignora la fecha exacta en que éste llegó a manos de los naturales. El Título de las Tierras Comunales que describe las mediciones que hizo la comisión enviada por la Corona Española y los naturales de Ixcatán entre 1692 y 1707, ya se toma como referencia la ubicación de la iglesia, lo que indica lo avanzada que iba la obra para esos años. 35 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Juan Bautista Bugueiro fue comisionado por el Lic. Francisco Feixo Sentellas del Consejo de su Majestad y Oidor de la Audiencia Real con sede en Guadalajara por decreto del rey, fechado en San Lorenzo el Real, el 30 de octubre de 1692, emprendió las diligencias y medidas de las tierras pertenecientes al fundo legal del Pueblo de San Francisco de Ixcatlán, Jurisdicción de San Cristóbal de la Barranca el 20 de julio de mil seiscientos noventa y seis, en dicho testimonio se puede leer “En dicho día, mes y año arriba dicho (20 de julio de 1696). Yo dicho juez, en birtud de lo por mí mandado, pasé a hacer la medida de este dicho Pueblo (Yscatán), el cual por estar en una barranca atrabesada de arroyos, barrancosos y todo el referido sitio de breñales para poderle rregular; hise correr el cordel, por un camino que baja al Rrío Grande (Santiago) desde la Yglesia de este dicho Pueblo al oriente; que se corrieron veinte y un cordeles, que reconosido el rrío, y una mojonera que está en la otra bandea del rrío, a lindes de la tierra que dixeron dichos naturales poser, había treinta y ocho cordeles, en dicho larguero al cerro que llaman Guagüise y de bera de dicho Riío Grande, por toda la orilla se corrienro las querdas al Sur y se corrieron treinta cordeles de a sinquenta pasos de salomón, que paró su último en el paso de la balsa, cerca de un corral de piedra, en un puesto que dixeron dichos indios, llaman El Frayle...” (Título virreinal, 1818: 3) Esta es la manera en que está redactado el título virreinal del pueblo de Ixcatlán, cuyo testimonio hace patente lo amplio que era el territorio Ixcateco, el cerro del Guagüise se ubica en la cresta de los cerros que están al Éste de Ixcatán ya muy cerca de la cabecera de Ixtlahuacán del Río. Los decretos de abolición de la esclavitud y el ordenamiento para la restitución de las tierras de los naturales emitido por Miguel Hidalgo y Costilla el 29 de noviembre y 6 de diciembre de 1810 expedidos en la Nueva Galicia (Gobierno de Jalisco, 2003: 13, 345-346), se adelantaron al engorroso trámite burocrático que siguió la titulación de las tierras comunales de Ixcatán en las cortes de España, ahora como durante la 36 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
dominación española, los trámites en las instancias agrarios del gobierno no son más ágiles. El bando de Miguel Hidalgo que manda abolir la esclavitud, derogar los tributos, imponer alcabala, prohibir el papel sellado y extinguir varios estancos, del 29 de diciembre de 1810, fue conocido primero en Ixcatán que el título virreinal que firmó y selló la corona española en el mismo período. Con ello se demuestra que las revoluciones son más efectivas que los trámites burocráticos para romper con el poder establecido. Domingo Lázaro de Arregui en su Descripción de la nueva Galicia (1946), preparada por ordenamiento de cédula real del 14 de junio de 1621 al Presidente de la Audiencia de Guadalajara Pedro de Otálora, es un testimonio de la división del Obispado, una radiografía que a más de tres siglos de haberse escrito nos ofrece un panorama útil para comprender el medio natural y social que prevalecía a principios de la tercera década del siglo XVII en la barranca.
Ixcatán en su composición natural, cultural y humana es diverso. De las lenguas que hablaban en la barranca cuando la llegada de los españoles, Domingo Lázaro de Arregui cronista encontró en 1621, "ay por aquí pueblos de quinze vecinos hablan en ella dos o tres diferencias de lenguas, y generalmente en poca distancia de leguas se hablan muchas diversidades de lenguas...el idioma cazcan difería del náhuatl hablado por los pueblos sedentarios del poniente de la barranca” (del río Grande). A la llegada de los españoles tres de los grupos indígenas más representativos de la zona estaban distribuidos de la siguientes manera: los cocas mantenían dominio en la región ciénega del lago de Chapala, en su ribera norte y sur hasta Zacoalco de Torres y convivían con otros grupos en el valle de Atemajac; los caxcanes tenían presencia y dominio en el cañón de Juchipila, Apozol, Jalpa, Nochistlán, Mexticacán, Yahualica, Teocaltiche y Lagos de Moreno. Los tecuexes en convivencia pacífica o violenta, compartían con otros grupos los llanos de 37 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Ixtlahuacán del Río, Mazcuala, Tacotlán, Trejos, en los Valles de Atemajac, Tesistán y Tala, a su vez tenían dominio, en laderas y barrancas del río Grande y sus afluentes (hoy Santiago), desde Huentitán, hasta San Cristóbal de la Barranca, Techaluta, Tequila y Hostotipaquillo. El río Santiago hasta mediados del siglo XX, constituyó una fuente indispensable para la sobrevivencia humana: tecuexes, caxcanes, zacatecos, huachichiles, cocas y miles de especies de animales y plantas únicas en el entorno de la geografía. La pesca se mantuvo todavía hasta los años setenta del siglo pasado. El proceso de nahuatlización, castellanización y evangelización de los tecuexes, caxcanes y cocas, fue una forma de sometimiento de la corona española, que mermó la sabiduría, la autonomía y control del territorio de los pueblos indígenas durante medio siglo hasta la “pacificación” de la región barranqueña en 1570, luego de la última rebelión de importancia que registra la historia. Ante la diversidad de lenguas, el náhuatl se constituyo en la legua que podría unificar la comunicación. La nahuatlización consistió en la enseñanza del náhuatl a los naturales que se hablaba en la meseta central por los tlaxcaltecas, entonces aliados de los españoles, se utilizó para homogeneizar un sistema oral de comunicación que luego permitiera enseñar el castellano, lengua que hablaban los conquistadores y a su vez, avanzar en la conquista más allá de lo militar e irse al plano económico, cultural e ideológico como fue el caso de la imposición de un sistema de creencias que permitieran colocar el catolicismo por encima de otras religiones y cultos religiosos, eso fue la evangelización. Los tecuexes eran mayoría en la barranca del río Grande, más no fue un grupo marginal remontado a las hondonadas y montañas, después de un siglo de la guerra del Mixtón y a setenta de iniciado el proceso de nahuatlización, su presencia se extendía a varias decenas de kilómetros. Los manuscritos de Juan Ruiz Colmenero en su visita general a la diócesis de Guadalajara en los años 1648 y 1649 rescatan 38 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
los nombres de 36 pueblos, algunos de éstos todavía hermanados con Ixcatán, en donde a mediados del siglo XVIII aún se hablaba la lengua Tecuexe y, éstos eran: “Tequila, Amatitán, Tala, Tehuchitlán, Ahualulco, Jocotlán, Ocotán, Nextipac, Teochistlán (Tesistán?), Zapopan, Zoquipan, Atemajac, Mezquitán, Jonacatlán, a 1/2 legua de Mezquitán, San Andrés, Epatau, San Esteban, Ixcatán, Huentitán, Temacapulí(n), Mezquiticacán (Jur., de Nochiztlán), Acacico, Yahualica, Huixquilco, Mayanalixco, Conto (Contla?), Xuchitlán, Ocotic, Cacuala, Cucio (Cuitzeo?, o Acuitzio?), Cuquío, Teponahuaxta, Tacotlán, Ixtlahuacán.” (Colmenero, citado por Santoscoy, 1986: TII, 1051) La privatización de la tierra a diferencia de otros territorios de la Nueva Galicia fue compleja, los encomenderos españoles que nunca llegaron a más de una decena y uno de los primeros se llamó Cristóbal Romero, tuvieron bajo su responsabilidad varios sitios de ganado mayor, la vigilancia de la castellanización y evangelización de los naturales, la localización de zonas mineras, agrícolas y ganaderas. Por cierto parece que en la profunda barranca, escarpadas laderas, escasos llanos y bosques de roble y encino, los saqueadores no encontraron oro, ni plata para explotar alguna mina, salvo cantera blanca, cuarzo, mármol, caliza, ópalo, fierro, abundante pesca, recolección de frutos, leña y animales para la caza. Como lo señala Arregui (1946), en 1621 se registran algunos trapiches para la producción de remolacha a orillas del río Grande en el lugar en donde se conoce como el “pie de la cuesta”, a un kilómetro al norte del actual puente de Guadalupe, partiendo del conocimiento que el caudal de río era muy superior al actual y que tenía en la zona algunos tramos navegables. Durante el mismo período tuvieron relevancia los pangueros que pasaban a viajeros, bestias y carga de un lado a otro de río Santiago que iban hacia Zacatecas o la Nueva Galicia, hoy Guadalajara. La profundidad del río era tal que con facilidad la gran canoa soportaba las mercaderías, varias bestias cargadas y a sus arrieros. 39 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
La zona de la barranca es a su vez frontera natural y cultural. Es una especie de espacio de transición entre Mesoamérica y Aridoamérica, constituye una hondonada que obstruye el crecimiento citadino y el impacto urbano hacia la zona rural. En el periodo de lluvia parece selva, en tiempo de estiaje tiene zonas similares al semidesierto, claro que en el primer contacto con los europeos tal circunstancia era poco probable. El término Mesoamérica, fue utilizado por Paul Kirchoff a mediados del siglo XX para delimitar una zona que parte desde Centroamérica hasta la mitad del actual territorio mexicano, se utilizó para distinguir los pueblos nómadas de los sedentarios que vivían en tierras más fértiles y que cultivaban maíz, criaban animales, y realizaban otras actividades económicas, políticas y culturales distintas a los ubicados más al norte. No obstante el aporte de Kirchoff, ha sido rebatido en algunos aspectos con el estudio y nuevas tesis derivadas de los hallazgos arqueológicos encontrados en “la quemada Zacatecas” y “los guachimontones”, Jalisco (citar fuente). Agua y vida natural Los vestigios encontrados en las tumbas de tiro, las viviendas de cimientos circulares, así como los caminos reales y veredas, nos permiten suponer que desde siglos atrás los naturales estuvieron agrupados alrededor
o cerca de
fuentes de abastecimiento de agua y alimentos de manantiales como “La presa”, “Agua Blanca”, “El Agua Prieta”, “El ocote”, “Los Laureles”, “Los huacazoixtles”, “Acatenco” así como de los arroyos: “El Limoncillo”, “Los Laureles o Agua Fría”, “Agua Salada” o ríos como el “Grande” hoy Santiago y el de “La Soledad” (Recorridos CI Ixcatlán, 2009). Una vez consumada la conquista y la ocupación violenta, a orillas del río Grande funcionaron una serie de sistemas rústicos de riego para el cultivo de la caña de azúcar, frutales y hortalizas. Junto a los manantiales prevalecen pequeñas 40 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
excavaciones para la captación de agua, a su vez aún existen vestigios de un sistema de agua potable para el centro de población de Ixcatán en el siglo XIX al que utilizaba como fuente de abasto el manantial “La Presa”. Este sistema de agua tenía una línea de conducción que pasaba por el predio “el recreo” hasta un tanque receptor ubicado por el camino a Tonitalpa a la altura de la casa de Antonio Sandoval y Expitación Lomelí, que fue utilizado hasta la segunda década del siglo XX (Amparo Lomelí, 2010). Luego con la construcción de la carretera a Saltillo, se edificaron los primeros espacios municipales en 1955, se construyó una línea de agua de la presa hacia el plaza municipal en 1964, con lavaderos, regaderas para varones y mujeres tomas de agua para el público, que se sumaron a las del centro de la plaza que fue construida en los primeros años del siglo XX. Era tan rico el manantial de la presa que todavía hasta el año 1968, los domingos se dedicaban al riego de plantas en el centro de población. El agua se traía por gravedad a través de una acequia con piso de tierra por cerca de un kilómetro de longitud que se dividía en dos ramales, partiendo de la casa de María Dolores Casillas, una acequia con dirección a la casa de Juan Saldaña, Gregoria Larios, Leandro Venegas, Higinio Juárez, la familia Bobadilla hasta la casa de León Vázquez; la otra partía hacia el sur pasando por la casa de Filemón Venegas, Indalecio Venegas, Tita Vázquez y la huerta de la iglesia. Ante la insuficiencia del vital liquido en 1976, se colocó una línea de agua del rincón hacia el poniente con un tanque receptor, líneas de distribución con llaves en las esquinas. Diez años después fue construida la línea de la soledad-panteón de Ixcatán que vino a sortear la falta de agua en los últimos veinte años, más ésta ya fue insuficiente debido a las fallas en la línea de conducción y distribución, por lo que se trajo del manantial de “Los Laureles”.
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Las estaciones del año, en Ixcatán en vez de cuatro como lo aprendimos en la escuela (primavera, verano, otoño e invierno) parecen reducirse a dos, aguas y secas. En la primera todo lo que aquí hay parece ser mesoamericano, en la segunda, durante el estiaje, tiene características de aridoamérica, ¿y las otras dos estaciones?, preguntarán los lectores, es raro que el termómetro baje a cero, los vientos por lo general son menos fuertes que en las partes altas, las lluvias no rebasan los 800 milímetros por metro cuadrado al año, eso hace de la zona barranqueña un microclima frágil y de una gran riqueza natural. Habría que imaginar el paraíso que significaba esa parte de suelo hace cinco siglos, en estos momentos el territorio posee una variedad biótica con miles de especies de plantas y animales, por ejemplo puma, venado, tlacuache, armadillo, águila, coyote, león americano, conejo, codorniz, iguana, rana, sapo, arácnidos, gusanos…, un micro clima excepcional (cálido seco), con alturas que van de los 800 a los 1700 msnm en donde se producen frutos tales como ciruela, guamúchil, guaje, mezquite, anona, chirimoya, mamey, mango, cítricos, guayaba, café, plátano, nopal, aguacate, cocuixtle, pitaya y un extenso surtido de plantas medicinales y alimenticias. Posee bosque de roble y encino, otate, carrizo y una amplia gama de plantas bajas que mudan las hojas periódicamente. Documentos consultados (Casillas, 1986 y 2009) en el archivo de la Delegación Municipal de Ixcatán en el año de 1986, confirman que entre los años 1920 a 1926 la pesca era una actividad económica importante, en un censo gubernamental aparecen 26 jefes de familia dedicados a dicha actividad, misma que mantuvieron ininterrumpidamente hasta el año de 1962, cuando por vez primera hubo un envenenamiento masivo de peces, ranas, chacales y otras de agua dulce. En particular en esta década se reconoce el crecimiento de la industria en Jalisco y algunas de éstas funcionaban en las márgenes del rio Santiago, Ciba-Geigi, Cyanamid de México, Industrias Ocotlán y las textileras de El Salto, Atemajac y la Experiencia. 42 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
La amplia y rica diversidad de especies animales y vegetales que existen en la barranca del río Santiago, hacen que la zona adquiera relevancia primordial para el equilibrio de la riqueza biológica de la zona conurbada de Guadalajara. En estos momentos y a pesar de las políticas ambientales de los gobiernos en turno, los recursos naturales de la barranca del río Santiago, según resultados de estudio realizados por la Universidad de Guadalajara y publicados por el diario El Occidental el 17 se septiembre de 2009, señala, “… en la Barranca del río Santiago viven 53 especies de mamíferos, lo cual representa el 31% de las 168 especies que hay en todo el estado. Este número supera ampliamente las 29 especies registradas en el bosque de La Primavera, y sólo está por debajo de la Reserva de la Biósfera de ChamelaCuixmala y de la sierra de Manantlán, con 70 y 110 especies, respectivamente”. Resalta el mismo estudio que las especies de mamíferos registradas hay siete endémicas, que “no se encuentran en ninguna otra parte del país, entre las que destacan dos géneros (hodomys y tlacuatzin), además de otras cuatro especies que tienen la categoría de protegidas por la ley: dos felinos (herpailurus yagouaroundi y leopardus pardais), y dos de los murciélagos (leptonycteris y choeroncycteris mexicana)”
Al momento de la publicación de la nota se había registrado en la zona barranqueña, nueve especies de anfibios y 34 de reptiles. De los anfibios, una está amenazada y los nueve cuentan con estatus de protección especial; de los reptiles,
tres
están
amenazadas
y
dos
en
peligro
de
extinción.
En cuanto a la flora existen registros de 869 especies, de las cuales “47 tienen una importancia especial debido a que son endémicas, únicas para este sitio. Seis cuentan con protección, dos se consideran en peligro de extinción. Dos están 43 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
amenazadas, una está sujeta a protección especial y otra más tiene estatus de rara”.
Con relación a la entomofauna, las especies de insectos existentes en la región, “se han registrado más de 200, lo cual contribuye a la gran diversidad biológica de esa región que debemos conservar”.
Y concluye la nota de El Occidental del mismo mes y año, que la Barranca del río Santiago representa: salud ambiental para todos los ciudadanos, un corredor y refugio importante de fauna silvestre en el país, contribuye junto con La Primavera a filtrar los contaminantes atmosféricos de la zona metropolitana y además, sigue siendo uno de los lugares más tradicionales para el recreo y el esparcimiento.
Espacios comunes
Ichcatlan, Ixcatlan o Ixcatán a pesar de la importancia que tenía a la llegada de los españoles, como otros pueblos que habitaban la comarca, no poseía obras arquitectónicas monumentales, las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, Antonio Tello, de Ornelas Mendoza, Francisco Javier Clavijero, así como en las relaciones geográficas de la Mota y Escobar
y Domingo Lázaro de Arregui, no existen
referencia alguna de las construcciones, sólo hablan de la vocación guerrera de los Tecuexes y caxcanes, las ocupaciones como pesquería, fruticultura, lancheros; del clima, distancias y número de habitantes, más no existen referencias sobre el tipo de viviendas, sus características y ubicación. Los espacios utilizados como centros ceremoniales hasta el momento ubicados son tres: “La Piedra Grande”, “La Cofradía” y “El carricillo-Cerro de la Campana”. La construcción de la iglesia de Ixcatán dio principio aproximadamente 1595 una vez que fue derrotada la resistencia indígena, inició como un bodegón de adobe 44 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
con techo de zacate (fuente plano del AHJ), en el mismo sitio y reforzando los mismos cimientos, se levantó la iglesia actual en un proceso cuya última etapa duró más de un cuarto de siglo de 1691 a 1726, como ya quedó escrito. Sus primeras calles son rectas y en cuadrícula, denotando que hubo cierta planeación urbana ordenada por los gobiernos liberales, lo que se perdió trescientos años después. La iglesia no está orientada exactamente hacia el norte sino hacia el noreste, con su puerta principal hacia el sudoeste, lo que hace suponer que sus cimientos fueron trazados con el sol de invierno. Los caminos de herradura sirvieron como referentes para el trazo de calles una de las cuales era tan angosta como un camino real, la que iba de Este al Oeste. Hacia el norte partía el camino a San Cristóbal de la Barranca, al sur rumbo a Atemajac del Valle, al este el camino hacia Cuquío y al Oeste hacia los acantilados, conocidos como “La Peña” (Dionisio Casillas, 2010); todavía prevalece parcialmente el camino de herradura que cruzaba Ixcatán de este a suroeste, hasta llegar al manantial conocido como “La Presa” y el que se dirigía con rumbo a San Cristóbal de la Barranca. Del camino hacia el norte se desprendía uno en la peña alta hacia el poniente para unirse al camino de Tesistán-San Cristóbal-Mezquital del Oro hoy estado de Zacatecas, de este todavía se puede apreciar el esmero con el que fue trazado y empedrado en sus partes inclinadas, (Humberto Cervantes, 2010), es de suponerse que tuvo un uso constante durante la colonia para el traslado de cal y mármol que se extraía de La Soledad. Ahora las nuevas viviendas en Ixcatán se han construido de manera desordenada sin respeto alguno por las normas urbanas, calles mal trazadas, privatización de espacios públicos, invasión de espacios de riesgo como barrancos y arroyos, sin que alguna autoridad intervenga para frenar este absurdo histórico.
45 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
En los años ochenta del siglo XX, frente a la iglesia se localizaba el panteón y en un extremo la huerta y la casa del padre, frente del templo estaba el “hospital” que no fue otra cosa que un mesón para alojar a caminantes y enfermos, que eran atendidos por religiosos. El cercado de adobe que tenía el panteón frente a la iglesia tenía un año marcado, 1900 (Gerónimo Ruvalcaba, 1998), sin embargo había tumbas del siglo XIX que no fueron debidamente rescatadas cuando se construyó la plaza actual encima de ese espacio de historia (Gerónimo Ruvalcaba, 1998). Donde ahora están las viviendas frente del templo, el quiosco, la huerta y el jardín de niños, eran propiedad del clero (Amparo Lomelí, 2010) y se reconocían como sus anexos e incluso, una de las viviendas antiguas mejor conservada y que fue de Cecilio Limón a principios del siglo XX, es la más cercana a la nave de la iglesia. Las viviendas de adobe con una antigüedad mayor a un siglo a finales del siglo XX son: la casa que fue de Rogelio Juárez por la calle Insurgentes, la vivienda de Rosa Larios en la Calle Zaragoza, la casa que habita Jesús Velázquez en la esquina de Vicente Guerrero y Niños Héroes, la finca que fue de Desiderio Flores en la calle Vicente Guerrero (ya demolida) y la que fue de María Hernández en Juárez esquina con Zaragoza, de Rosa Larios en la calle Zaragoza y el callejón al campo de futbol (Isabel Martínez, 1998); la de Cecilio Limón, hoy propiedad de Jesús Ruiz en la calle Zaragoza, esta última es la mejor conservada y la que representa la vivienda de la clase acomodada en Ixcatán durante el siglo XIX y principios del XX (Amparo Lomelí, 2010). Los tipos de viviendas que perduraron en el tiempo son de dos, el primero de dos aguas con morillo al centro, cama de carrizo con barro y teja roja que fue el predominante y el segundo, utilizado por un reducido número de familias, con zaguán al centro de la construcción, patio central, techo con aterrado a base de morillo juntos, tecatas o astillas, barro, remate de tepetate con cal para evitar las filtraciones de agua y bajantes de barro de tres pulgadas (Rosa Larios, 1998). 46 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
La población en el tiempo Un siglo después de que se hicieron las medidas de las tierras reclamadas por los ixcatecos a la corona española, el doctor José Menéndez Valdés visitador de la intendencia de Guadalajara durante 1791 y 1792, informa que Ixcatán tenía en ese periodo bianual: 196 habitantes distribuidos como sigue: “Iscatán, 8 leguas al mismo viento (al oriente de San Cristóbal), con 5 españoles, 172 indios y 19 mulatos” (Menéndez, 1980:11). Los datos anteriores nos hablan de un 88% de indios, que no especifica de que grupo, tecuexe, caxcan o tocho, mexicanero, coca, etc., en estos datos lo relevante es que habla de la presencia de un 19% de descendientes de raza negra y española: los mulatos, de los cuales hay descendencia. Los más correcto sería no asemejar a estas diecinueve personas censadas con la descendencia de un burro y una yegua, la mula, sino llamarlos pardos, su término más correcto. El mismo visitador señala que en San Cristóbal, cabecera jurisdiccional de Ixcatán, la naturaleza de las castas, casas y edificios públicos no eran de mala calidad expresando que, “aunque aquí no reside la justicia por la infelicidad del pueblo, con 281 españoles, 218 indios, 78 mulatos y 131 de casta, sin casas reales y cárcel tan mala, que se verifica que un reo no duerma dos noches en ella” (Menéndez, 1980:119). Como se aprecia y derivado principalmente del paso de cargamentos mineros y de la explotación de minas en la zona, los conquistadores vivían mayoritariamente en San Cristóbal de la Barranca, su número ligeramente superior a los indios, más también reportan una presencia fuerte de pardos y otras castas que no identifica con precisión el visitador Menéndez pero que eran quienes se encargaban del pastoreo del ganado, el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar y de los quehaceres domésticos de los españoles.
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Hasta mediados del siglo XIX, Ixcatán fue de la jurisdicción de San Cristóbal de la Barranca, pero una vez que se emitieron las primeras leyes de desamortización de bienes y que fueron afectadas las comunidades indígenas en sus territorios, Zapopan fue elevado de categoría y le fue asignada en 1845 la comisaría política de Ixcatán. A partir de entonces las presiones sobre las tierras, aguas, bosques y demás posesiones de los naturales de Ixcatán se recrudecieron, alegando que muchas de éstas se encontraban ociosas. Las parroquias Por la parte eclesial, Ixcatán dependió de la parroquia de Atemajac la más importante hasta 1890, luego que adquirió Zapopan calidad de villa dependió de este municipio, hasta que el crecimiento de la población obligó a reconfigurar la cantidad de parroquias y se regresó a Atemajac. Con el crecimiento de la población urbana del norte del municipio, la iglesia de San Francisco de Ixcatán ha dependido de las parroquias siguientes: Zapopan, Atemajac del Valle, El Batán y San Esteban (Gerónimo Ruvalcaba, 1998), cuestión que le ha privado de un sacerdote de planta. Una vez emitida la ley del registro civil y de desamortización de bienes eclesiásticos en el país, en 1895 se instaló en Ixcatán la primera oficina del registro civil (Roberto Larios, 1998); en este pequeño espacio en donde se encuentran los libros que hablan por el tiempo está la historia de más de un siglo. Con facilidad se puede conocer de los nacidos hombres y mujeres, de los matrimonios y la combinación de familias, de las defunciones y sus motivos, enfermedades, asesinatos, confrontas armadas, así como de los divorcios, que prácticamente casi no existen. Los datos anteriores a 1895, se pueden localizar en los archivos municipales y eclesiales de Atemajac, Zapopan y San Cristóbal de la Barranca. La privatización de las tierras 48 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Aguirre (1993) en su Colección de acuerdos, órdenes y decretos sobre tierras, casas y solares de los indígenas, bienes de sus comunidades y fundos legales de los pueblos del estado de Jalisco, cuya primera edición fue en 1849, presenta paso a paso a través de la reproducción de los decretos del Congreso de la Unión y de su similar en Jalisco, el contenido del pensamiento liberal que se fue imprimiendo en torno a los territorios indígenas a partir del año de 1828, en donde con todas sus letras los documentos aquí rescatados y bajo el supuesto de que “todos somos iguales ante la ley” les llaman a los pueblos originarios y legítimos dueños de las tierras, aguas y bosques (que paulatinamente fueron quedando en manos de los más ricos y poderosos) “los antes llamados indios”. El proceso de Ixcatán coincide con los que vivieron los mayas-tojolobales en Chiapas durante el mismo periodo (Núñez, 2004: 27-28) cuando se crearon leyes liberales a modo, para favorecer a los terratenientes dueños de las plantaciones y esclavistas en Chiapas, después de declarada la independencia de la república y cuya recuperación mayor de tierras no se consiguió con la guerra de independencia, ni con la guerra democrático burguesa de 191017, sino durante los años treinta de siglo XX en el período de Lázaro Cárdenas del Río y luego del levantamiento en armas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994. Durante los regímenes de Benito Juárez y Porfirio Díaz las presiones sobre los indígenas fueron criminales, según se desprende del Archivo Histórico de Jalisco (“Negocios de Indígenas”, Ixcatán, Zapopan, primer cantón, 1902-1906. G9-902 Zap. 3603.) motivo por el cual unas 1500 hectáreas se privatizaron en 1906, incrementándose los impuestos de tenencia hasta en mil por ciento. Muchos de los legítimos dueños ni siquiera fueron censados por lo que se quedaron sin tierra, esto confirma por qué mucho predios permanecen ahora fuera del catastro municipal. El Congreso de Jalisco en su decreto 121 del 17 de abril de 1849, a pesar de la oposición del gobierno central (López, 2009), dio como válidas las compra y 49 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
ventas en donde intervinieron los indígenas, cuestión que dejo en la indefensión legal a miles de aborígenes puesto que las transacciones fueron en su mayoría mediante presiones, engaños y despojo violento y “legalizados” con la firma de documentos con testigos comprados y aprovechando el analfabetismo de los indios barranqueños. La resistencia en contra de lo dispuesto por el decreto de 1849, duró 55 años, hasta que finalmente en el año de 1903, fue publicado un censo de 97 personas con derecho a la tierra, no sin airados reclamos de decenas que no fueron censadas. Este proceso concluyó en 1906 con el trazado de predios rústicos con un área de cuatro a cinco hectáreas ubicados entre el acantilado y el río Santiago y en la zona urbana con lotes de 400 metros cuadrados en promedio, por lo cuáles habría de pagarse un impuesto más elevado. El listado de personas con derecho al reparto, apareció en el periódico oficial del Gobierno,
Tomo
XL,
Guadalajara,
miércoles
19
de
agosto
de
1903,
antecediéndole el siguiente texto: “Padrón de los indígenas del pueblo de Yxcatán Cantón 1 del estado de Jalisco que tienen derecho al reparto de las tierras de la extinguida Comunidad conforme al decreto número 121 expedido por el Congreso del Estado el 17 de abril de 1849 y algunas disposiciones relativas; formado por la Comisión electa en cumplimiento de la ley.” Núm.
Nombre
Estado civil
1 2 3 4 5 6 7 8
Juan Sandoval Margarito Sandoval Florentino Sandoval Camilo Luna Zeferino Sandoval Francisco Rojas Florencia Donato Braulia Poblano
Casado Casado Casado Casado Casado Casado Viuda Viuda
Edad años 40 35 30 20 35 34 50 30 50
Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50
Magdaleno Sois Librado Luna Zerapia Donato Valentina Blanco Lucas Sandoval Francisca Blanco Leandra Gómez Epigmenio González Rosalío Bobadilla Rodrigo Poblano Macario Hernández Ysaac Pinales Telésforo Pinales Bernardino Flores Victorio Poblano Toribio Poblano Epifanio Gómez Juan Avelar Sipriana Casillas Margarita Méndez Rafaela Juárez Francisco Solís Narciso Solís Librado Hernández Librado Luna Joaquín Casillas Felipa Venegas Remigia Poblano Pia Poblano Simón Luna Ambrosia Gutiérrez Loreto Avelar Pedro Madrid Francisco Estrada María Reyes González Genaro Donato Juana Solís Juan García Pablo Jáuregui Norberto Ríos Román Cervantes Victoriano Hernández
Huérfano Casado Casada Viuda Huérfano Casada Casada Casado Huérfano Casado Casado Casado Casado Casado Casado Casado Casado Casado Casada Casada Casada Casado Casado Casado Casado Casado Viuda Viuda Viuda Casado Viuda Casado Huérfano Casado Viuda Huérfano Casada Huérfano Casado Casado Casado Casado
39 29 25 30 11 35 34 39 20 45 36 34 35 20 40 39 42 39 39 38 35 40 42 33 31 40 41 43 48 39 38 34 21 39 30 16 28 19 31 28 42 43 51
Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92
Guillermo Solis Ma. Concepción Gómez Antonio Hernández Candelario Luna Lucía Alonzo Sabas Alonzo Cesario Juárez Ma. Cruz Donato Zenona Flores Nicolás Hernández Florencia Gómez Cecilio Donato Cipriano Venegas Dolores Hernández Rosa Durán Bibiana Navarrete Estéfana Hernández Cristóbal Lomelí Jesús Larios Martín Poblano Cleta Sandoval Magdaleno Poblano Teodoro Poblano María Concepción Pineda Melitón Pineda Julián Juárez Gumesindo Venegas Dominga Juárez Ramona Cervantes Petra Donato Apolinar Poblano Bonifacia García Plácida Gómez Demetria Soriano Plácida Casillas Felipa Almaráz Petra Luna Nicolás Godínez Rafael Poblano Eugenio Pineda Manuel Larios Juana Rojas
Soltero Soltera Huérfano Soltero Viuda Huérfano Casado Casada Viuda Huerfano Casada Huérfano Huérfano Casado Casada Casada Casada Huérfano Casado Casado Casado Huérfano Casado Casada Casado Casado Huérfano Soltera Casada Casada Huérfano Viuda Casada Casada Casada Casada Casada Casado Casado Casado Casado Casada
30 35 19 30 56 20 66 42 50 17 37 21 19 36 30 32 25 22 46 70 50 18 20 21 22 23 16 25 45 40 20 40 27 32 36 49 30 32 40 42 50 40 52
Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
93 94 95 96 97
Lucía Pérez Isidora Poblano Ricardo Placencia Tomás Venegas Juvencia Rubalcaba
Casada Casada Casado Casado Casada
35 30 32 50 35
El censo de 1903 concluía: “Todas las personas que forman el padrón que antecede son las que constan en la matrícula según la circular de 6 de octubre de 1849, para cuyo efecto tanto la comisión que subscribe como los tres ancianos que firman también esta acta, hicieron las investigaciones conducentes y están cerciorados de que positivamente las personas listadas tienen derecho al reparto de los terrenos de la comunidad”. Está fechado en “Ixcatán junio 30 de 1903.
El presidente de la comisión
repartidora. Petronilo Blanco.– Zeferino Sandoval.- Margarito Sandoval.- Margarito Sandoval .-Margarito Flores.-G. González.- Florentino Sandoval.- Santos Pinales.Francisco Rojas Vertiz.” Un breve análisis del censo para el reparto de tierras que significó la privatización de una gran parte de la tierra comunal nos arroja: total censados 97, de los que el 59 por ciento eran varones y el 38 por ciento mujeres. Del total, el 67 por ciento estaban casados, el cinco por ciento solteros, el 11 por ciento viudas y el 14 por ciento huérfanos. Al reunir a las viudas y los huérfanos suman un 25 por ciento, lo que nos lleva a suponer del ataque de alguna enfermedad a principios del siglo XX o a la pérdida de vidas humanas debido a accidente, violencia local o de alguna confrontación armada que no se ha podido registrar con exactitud.
53 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
En el censo de 1903, la edad de las mujeres casadas oscila entre los 21 y 49 años y las de los varones de los 20 a los 50 años. En tanto las de los huérfanos va de los 11 a los 39 años; la de las viudas de 30 a 56 años. Los apellidos más comunes en Ixcatán entre 1850 y 1903 son: Hernández, Poblano, Gómez, Sandoval, Larios, Luna, Solís, Pineda y Casillas. Cabe señalar que la familia Poblano aquí señalada vivió hasta hace una década al lado este del río Santiago y nada tiene que ver con la familia del mismo apellido Poblano originaria de Ahualulco, Jalisco que por más de cincuenta años ha lucrado con las tierras de esta comunidad indígena. Las personas de mayor edad en el censo y los apellidos existentes en el siglo XIX en Ixcatán, en donde el más antiguo es de 1833 y el más joven es de 1863. Martín Poblano, nació en 1833; su descendencia vivió al otro lado del rio Santiago. Cesario Juárez, nació en 1837 y tiene múltiple descendencia en Ixcatán, uno de ellos fue Higinio Juárez. Lucía Alonzo, nació en 1847, el apellido es poco frecuente en la actualidad. Zenón Flores nació en 1853, algunos de sus descendientes, Enereo Flores, Desiderio Flores este apellido tiene su origen en Juchipila, según referencia encontrada en archivo histórico de Jalisco de 1725. Manuel Larios, nació en 1853; sus descendientes Cirilo Larios, Heliodoro Larios, Esther Larios. Cleta Sandoval, nació en 1853, su descendencia Juan Sandoval, Bernardo Sandoval. Tomás Venegas, nació en 1853, le sucedieron, Filemón Venegas, Indalecio Venegas. Florencia Donato, nació en 1853, le siguieron Felipa Donato, Enrique Donato. Felipa Almaráz, nació en 1854, uno de sus descendientes, Pedro Pinales Almaraz. Joaquín Casillas, nació en 1863, descendientes, Dolores Casillas, Ángel Casillas. Francisco Solís, nació en 1863; personas con ese apellido, Antonio Solís, Héctor Solís. En la trascendencia cultural también están los nombres de personas que nacieron y vivieron en Ixcatán hace siglo y medio y murieron hace cien años, su parentesco, nombre y primer apellido se repiten en la primera década del siglo XXI, por 54 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
ejemplo: Manuel Larios (1853); Jesús Larios (1857); Julián Juárez (1880); Cristóbal Lomelí (1881); Genaro Donato (1887) y Juan Sandoval (1863). En tanto las familias que llegaron a Ixcatán en la primera mitad del siglo XX como los Polanco, Ruvalcaba y Saldaña, también repiten el mismo patrón de nombres para su descendencia, veamos: Juan Polanco, Ruperto Ruvalcaba y Juan Saldaña son los nombres que aparecen en primera, segunda y tercera generación. La revolución mexicana de 1910-1917 fue un acontecimiento que afectó la vida interna de la comunidad, pero fue hasta 1914 cuando las tropas de los insurrectos arribaron a Guadalajara, antes de ese año, sólo fueron noticias que llegaban de Guadalajara a través de los arrieros y comerciantes; sin embargo significó la esa guerra la emigración de las familias adineradas del campo a la ciudad. Los campesinos pobres por no tener a dónde ir se unieron a la revuelta armada o se refugiaron en cuevas y cañadas cuando llegó algún aviso remoto de paso de tropas del lado de los revolucionarios carrancistas, villistas y maderistas o del gobierno de Porfirio Díaz. Una de bandidos Fernand Braudel en su obra El mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II (1995: T II, 110-111) expresa que la historia ofrece información insuficiente sobre la vida de los pobres en el siglo XV y XVI, pero que éstos tienen sus “modos peculiares de llamar la atención de los poderosos contemporáneos, y, de rechazo, la nuestra”. Y ello es cierto ya que se trata de procesos sociales considerados como marginales por la historia oficial y generalmente –cuando no se trata de bandidos de cuello blanco, intervienen en ellos personajes que provienen de sectores de campesinos pobres, jornaleros y proletarios urbanos.
55 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Braudel, ubica en Florencia el punto más bajo de la miseria colectiva alrededor del año 1650, caracterizado por la incertidumbre, la desconfianza social, los cuerpos desnudos y llenos sarna, los precios “tremendamente altos” y un gran desempleo en los telares que se agravaron por una tormenta que destruyó “olivos, morales y otros árboles frutales” (Braudel, 1995: TII, 111) Algo similar ocurrió en México pero dos siglos después desde mediados del siglo XIX y principios del XX, pero también, en estos momentos la grave crisis del capitalismo asoma algunos rasgos en este país como las que describe Braudel para el caso de las ciudades del Mediterráneo. Ante el despojo de tierras a los indígenas facilitado por la leyes liberales de la mitad del siglo XIX, el descontrol del gobierno debido a la invasión norteamericana que sacudió el país entero, ante la pérdida de una gran parte de su territorio en 1847, la invasión francesa que convirtió en itinerante al presidente Juárez, la presión ejercida por el gobierno de Díaz en contra de los campesinos pobres para que dejaran el campo libre a las empresas extranjeras y capitalistas nacionales, algunos hombres y mujeres ante las malas cosechas, los despojos y revueltas armadas
de
liberales
contra
conservadores,
juaristas
contra
franceses,
hacendados contra comuneros, no les quedó otra que tirarse al monte inicialmente para salvar su vida y luego para organizarse y constituir bandas capaces de expropiar lo suficiente y algo más para mantener a sus familias, eso ocurrió en la zona de montañas y barrancas del río Santiago, por lo menos desde la última década del siglo XIX y hasta el estallido de la revuelta cristera. Francisco Hernández Padilla, narra (Dionisio Casillas, 1998), cómo a principios del siglo XX, luego de que le aquejó la fiebre presuntamente tifoidea, quedó en situación económica y física tan miserable que parecía un esqueleto viviente, sin dinero, ni cosecha para alimentarse. Un día se presentó Cecilio Donato y le preguntó _¿qué tienes? le respondió que estaba enfermo, lo invitó a la “cimarrona” a cuidar una huerta de papayas ahí donde ahora es la parcela de Rosalío Cadena, 56 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
como no podía hacer más, aceptó llevándose a su esposa Petra Venegas. Su trabajo era en un huerto, debía espantar sonando un bote la plaga de chapulines que venía de Nayarit, había cultivo de frijol y maíz, así como árboles de papaya, recuerda que era verano. Ciertas noches o madrugadas, Francisco Hernández y Petra Venegas, eran testigos de cómo varios hombre aparecían cerca de la cueva en la que habitaban, ensillaban
animales y aparejaban los burros o mulas y emprendían hacia el
poniente, hacia el valle de Tesistán, en ocasiones que regresaban hasta en dos días y otras aparecían al poco tiempo con cargas de alimentos como piezas de carne, granos de maíz, frijol y arroz, bultos de azúcar y latas con manteca, a veces con cajas y costales de los que no veían el contenido, pero se suponía eran monedas acuñadas u otros metales, esos no los dejaban en la vivienda improvisada. Luego de dos meses, cuando Francisco Hernández recobró sus fuerzas, fue abordado por Cecilio Donato diciéndole, “creo que ya estás curado, hay que ganarse la tortilla como todos, toma aquí está un rifle y ese es tu caballo” señalando a uno que ya estaba ensillado y con freno puesto, mientras Petra Hernández le recriminaba a Cecilio su esposo, con un rifle en la mano, que a Francisco, “no se lo había llevado para eso, que lo dejara regresar a Ixcatán”, cosa que ocurrió. El testimonio de Francisco Hernández transmitido por Dionisio Casillas (1998) y la existencia de los caminos de herradura, algunos tramos todavía bien conservados, las cuevas, una de ellas “los blancos”, coinciden con otras versiones orales (Isabel Martínez (1998) y Francisco Benitez (2010), sobre el uso que le dieron por muchos años como escondite de lo expropiado a las haciendas, mineras y ricos comerciantes y por tanto le confieren cierto encantamiento por el cual no se ha podido explorar y recuperar “los montones de dinero que por ahí están”. 57 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Otros testimonios orales (Juan Polanco Isidro (1998), Jesús Ruvalcaba (1998) y Luis Martínez (1998) confirman lo que les contaron de niños, que durante los años 1890 a 1920, la zona barranqueña fue centro de operaciones de bandas de asaltantes que operaba principalmente en el camino de Mezquital del Oro Zacatecas a Guadalajara, entrando por el valle de Tesistán. Esto se corrobora con algunos hallazgos de monedas enterradas en ollas en caminos y veredas, mismas que se suponen eran escondidas de prisa para avanzar más en las persecuciones y confundirse entre la población. Algunos productos de los robos, ya no fueron recuperados debido a que los bandidos se alejaban del escenario grandes distancias o porque murieron en otras acciones armadas. Así pues el abandono de los roles sociales, políticos y productivos ordinarios en este caso de hombres y mujeres del campo, se debe fundamentalmente a la profunda miseria en la que los sistemas económicos y sociales someten a sus habitantes, mal social que es capaz de generar “disturbios, levantamientos, revueltas, alarmante multiplicación de vagabundos y maleantes” (Braudel, 1995: TII, 111). De la cristiada a la defensa del territorio Gerónimo Ruvalcaba (1998) quien por más de tres décadas fue uno de los encargados del templo, comentó de unos libros grandes con música sacra y ceremoniales que se conservaron hasta su muerte, ahora estos importantes testimonios no aparecen por ninguna parte. Entre la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, hubo dos momentos en donde los bienes de la iglesia fueron afectados, el primero durante los años 1855-1865 y el segundo en la guerra cristera ocurrida en los años 1926 a 1929 (Dolores Larios, 1995). Los testimonios orales y documentos consultados no narran alzamientos armados en los años 1910 a 1917, aquí no hubo en esos años grupo alguno que tomó las 58 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
armas a favor o en contra de Porfirio Díaz (Dolores Larios, 1995), salvo comentarios lejanos o terceras referencias que los arrieros y comerciantes traían de Guadalajara respecto a la cruel dictadura de Díaz, sus científicos y tropas, o de los liberales que organizaron las huelgas obreras en Cananea y Río Blanco, así como de los levantamientos armados, los que sabían leer y lo hicieron, se enteraron de las elecciones, del fraude electoral y del alza de los maderistas, villistas, carrancistas, zapatistas y otros, (Dionisio Casillas, 1998). De esta forma, y en vista de que por aquí no pasaba vía de ferrocarril, no había grandes hacienda que expropiar, ni riquezas para sostener la guerra, la presencia más cercana de las tropas revolucionarias para Ixcatán, ocurrió en Guadalajara en el año de 1914 cuando pasaron por ahí. Dolores Larios (1995) narró que cuando era niña, el templo de Ixcatán en 1927, con motivo de la guerra cristera, en una de las primeras incursiones de los soldados federales, sirvió de reclusorio para las mujeres y niños, mientras a los varones los persiguieron o reclutaron en sus filas y fueron quemadas algunas viviendas de los que resistieron. Expresa a detalle cómo su abuelo Cirilo Larios la llevó “horqueteada en su cuello”, a ella y otra de sus hermanas hasta una cueva en donde permanecieron varios días hasta que las tropas se retiraron. Francisco Hernández Padilla por voz de Dionisio Casillas (1998) expresa que durante la guerra cristera vivió al pie de la sierra, cerca del “roble grande”, ante el aviso de la llegada de los cristeros, corrió ante la persecución de los soldados “de Dios”, hasta arrojarse a un despeñadero en dirección de “la cimarrona” en donde lo dieron por muerto. Una vez que se retiraron las tropas cristeras, regresó a su jacal y solo encontró la destrucción; un pequeño bulto de cenizas yacía en el suelo y dijo en voz alta para nadie, “quemaron a mi vieja”, se fue en busca del único vecino que vivía en la cueva de “la presa” y le preguntó que donde estaban las mujeres, le contestó que se las habían llevado los soldados. Las tenían encerradas en la casa de Cecilio Limón y luego las soltaron. 59 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
La invasión armada conllevó a la migración de las familias más acomodadas lo que obró en contra de la economía y la arquitectura del lugar, pues varias de las fincas prototipo de estas familias se deterioraron y destruyeron con el tiempo, sólo una de éstas se encuentra de pie y que fue propiedad de Cecilio Limón un rico comerciante y terrateniente, se ubica en la calla Zaragoza junto a la iglesia, misma que ha sido utilizada como prisión de mujeres y niños, sala de cine, tienda de abarrotes, cantina, consultorio y casa habitación. Los beneficios de la revolución mexicana para los campesinos se vieron hasta el reparto agrario impulsado por Lázaro Cárdenas realizado entre 1934 y 1936, tiempo en el cual fue creado el Ejido “Ixcatán” con una dotación de mil 740 hectáreas, dentro del fundo legal de la comunidad indígena de Ixcatlán y el Ejido Los Camachos en territorio que no había sido privatizado en el año de 1906. Ante un pasmoso proceso jurídico, los de Ixcatán determinaron en 1954 recuperaron unas 300 hectáreas, de lo que se conoce como “la mesa”, la “mesa chica” y el rincón, sin embargo los indígenas fueron despojados de una parte a través de préstamos impagables, por engaños y por la vía de la fuerza. Un caso fue el préstamo de Toribio Hernández, expresidente municipal de Zapopan, que le hizo a Juan Reynoso para que recuperara el título virreinal que había sido empeñado en la ciudad de México por una comisión gestora que se quedó sin recursos para retornar a Ixcatán. Toribio Hernández se cobró el préstamo con uno terreno de unas 30 hectáreas, adjunto a la “mesa chica”. Así luego de la recuperación de 1954, quedaron en poder de los campesinos sólo una fracción de tierra junto al ejido de Ixcatán en la mesa chica y “el rincón”. Uno de los que resistieron al despojo fue Francisco Padilla Hernández padre adoptivo de Dionisio Casillas quien años después encabezó la recuperación de tierras durante los años 1976, 1985, 1991 y 1996.
60 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Luego de los reclamos para el reconocimiento de las tierras comunales, en el año de 1968 el Diario Oficial de la Federación 18 de septiembre, publicó la resolución presidencial que le concede a los ixcatecos mil 103 hectáreas. En la gestoría ante el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización y en la posterior Secretaría de la Reforma Agraria, así como en los tribunales agrarios y el Registro Agrario Nacional, la comunidad ha sacado la peor parte, veamos: en la resolución presidencial del año de 1968 el censo publicado en el Diario Oficial de la Federación aparecen 135 nombres de los cuales sólo el 18% correspondían a los legítimos comuneros; a su vez un nuevo censo que se levantó en 1974 que arrojó 70 jefes de familia nunca se publicó y en su lugar apareció en el año de 1983.
Ante el malogrado censo de 1968, la Suprema Corte de Justicia de la Nación concedió un amparo a los comuneros 1969/ 238/69. La sentencia de la SCJN, bajo el expediente 545/70/1ª 15/02/1971 ordenó que se repusiera el censo y nombraran autoridades comunales. En el proceso de reposición de procedimiento emprendido por el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización acompaño la elaboración del censo y la elección del Comisariado de Bienes Comunales quedando como presidente Dionisio Casillas Larios, Agapito Rico Venegas como secretario y Dolores Hernández como tesorero. El nuevo censo arrojó 70 comuneros e integraron la comisión Guadalupe Larios Pérez y Roberto Larios Ruvalcaba; lo paradójico es que Agapito Rico, Guadalupe Larios y Roberto Larios, murieron sin aparecer en el censo. El 27 de septiembre de 1983, se publica el censo de comuneros éste como el publicado en el 18 de septiembre de 1968, no beneficiaba a la mayoría de indígenas de Ixcatlan, sólo a 29 personas de 118 personas que contemplaba el censo, de ellas, 14 estaban en posesión de la tierra, 10 no tenían posesión y 5 ya habían muerto. 61 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Esta composición del censo se agravó para los ixcatecos cuando en asamblea del 24 de mayo de 1999 se admitió el PROCECOM y el ingreso de 32 personas como comuneros entre ellos los Ortega Martínez, lo que conllevó a que fueran personas ajenas las que tomaran las decisiones en posteriores asambleas de comuneros
Según consta en el Acta de Asamblea de Delimitación, Destino y Asignación de Tierras celebrada en la asamblea del 8 de diciembre de 2002, un puñado determino que en la misma asamblea 17 familiares de José Poblano Vázquez y Adriana Fabiola Poblano Ramos, se asignaron el 50 por ciento de las mil103 hectáreas de tierras comunales, casi el cinco por ciento lo dejaron en manos de políticos entre los que figuran Jesús Ortegas Martínez y tres de sus hermanos.
Ante el mismo engaño de 1968, pero renovado, los ixcatecos se reorganizaron y nombraron autoridades, por lo que en 1986 se tomaron las tierras de “los manguitos” y entre 1992 y 1996, por la vía de los hechos los campesinos indígenas recuperaron cerca de 500 hectáreas entre ellas, la “falda del ocote”, “los laureles” y “la mina”. Tierras que poseen y trabajan hasta el momento, sin que el proceso jurídico-agrarios de visos de una salida justa, pronta y expedita para los comuneros de Ixcatán ya en el pleno siglo XXI Es importante señalar que salvo el predio del cerro de la campana, el clan Poblano, Ortega Martínez y otros, tuvieron la presencia física esporádica que no la posesión luego de que el tribunal agrario fallo a favor de la comunidad indígena en contra de Zacarías Guerrero.
Fue hasta el año 2008, que la división interna de quienes aparecían en el censo de comuneros de Ixcatlán, abrió una coyuntura para que ingresaran nueve posesionarios como comuneros por acuerdo de asamblea general del 8 junio del mismo año y que cincuenta y dos más fueron reconocidos como comuneros el 19 62 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
de abril de 2009, ambos grupos se sumaron a los que ya aparecían en el censo de 1983. Con ello se consolidó un grupo de Ixcatán con cerca de cien comuneros los cuales han estado dando la batalla para rescatar las tierras invadidas y depurar el censo de comuneros.
Es preciso escribir que este proceso, no ha estado exento de contradicciones internas, de disparidades en la participación y colaboración, incluso de traiciones de algunos internos y externos que se decían “amigos”, aun con las adversidades señaladas hemos caminado bajo la unidad en la acción.
Esta lucha por la defensa del territorio y por autonomía, ha traído consigo presiones de diversos tipos, amenazas, gastos económicos, demandas de carácter agrario, denuncias penales en contra de comuneros, sin embargo eso no arredra el camino andado, se sigue de pie.
El regateo de los servicios públicos En este apartado, se hace un recuento de algunos servicios públicos durante el siglo XX, de cómo a cuentagotas fueron instalándose. Cuanto se trata de un pueblo que lo ha resistido todo, la conquista, la persecución, las guerras, las pestes, la hambruna, el despojo de sus recursos y sometimiento militar y cultural, quedan marcadas, así como apestadas, eso es lo que ocurrió con Ixcatán pues una vez que hubo de pacificarse la zona, que contó con ingreso de automotores, simplemente los servicios no llegaban, tardaron muchos años antes de materializarse. Agua potable (1850, 1964, 1973, 1986, 2005).
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Una de las fuentes principales fue el manantial de la presa, que históricamente ha proveído su vital líquido desde el siglo XVI, junto con los manantiales que alimentan los arroyos de “el agua fría”, “agua salada” y el “limoncillo”. El primer sistema de agua potable que funcionó hasta principios de siglo XX, fue una línea de conducción de agua que iba de “la presa” hasta la casa de Amparo o Expitación Lomelí, ésta atravesaba las huertas que ahora poseen, los Hernández, Polanco y Venegas hasta el predio “los cafeces” en donde se construyó una alcantarilla que alimentaba una gran pila en el centro de Ixcatán frente a la Comisaría, hoy delegación municipal. Desde ahí los vecinos acudían con sus vasijas, botes y cántaros a tomar el agua para el uso doméstico. El sistema de agua entubada al que se hace referencia se averió y no fue reemplazado, así que los usuarios la acarreaban desde el manantial “la presa” en cántaros y botes de cuatro hojas hasta cada una de las viviendas, asunto que dio pie a la aparición de aguadores de oficio, entre los últimos que se recuerdan están Don Jesús conocido como Chuy, Fidencio Ulloa “Lencho” y Pánfilo Benitez. Con la construcción de la terracería de Zapopan a Ixtlahuacan del río pudieron llegar los primeros materiales para construcción en automotor en el año de 1955 con lo que se instaló un sistema de conducción de agua potable al centro de Ixcatán entre 1963 y 1965, sin embargo como el servicio de tomas de agua, lavaderos y regaderas eran limitados al centro de la población, los aguadores siguieron activos hasta el año de 1974, año en que se extinguieron. En 1973 se trajo una línea de conducción del manantial del “el rincón”, a unos tres kilómetros hacia el suroeste de Ixcatán y se construyó un tanque de almacenamiento y líneas de distribución para colocar llaves en las esquinas. Diez años después ese servicio era insuficiente, entonces en 1986 se construyó la línea desde La Soledad, hasta el panteón nuevo en donde se construyó un gran tanque de almacenamiento y tomas de agua en cada una de las viviendas. Más el vital líquido seguía faltando por 64 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
lo que en 2005, se trajo una nueva línea de conducción de agua desde el manantial de los Laureles, sin embargo, la crisis del agua también persigue a Ixcatán. Drenaje y alcantarillado (1987, 1999) El primer servicio de drenaje fue el construido para la escuela primaria, los lavaderos y las regaderas en 1965, el cual sobrevivió más de 20 años hasta que fue introducido el servicio de agua a cada vivienda. En 1987 se construyeron las primeras líneas de drenaje en las calles alrededor de la plaza, luego se amplió este servicio al resto del caserío; la última obra de relevancia fue la línea de drenaje que se colocó en lo que formal y chuscamente se conoce como “Arroyo Cagón”, hasta el arroyo “Agua Salada” que se alimenta con los desagües de los barrios de “El Xóchitl” y la zona del el tanque, aguas que son tratadas por una pequeña planta que se suma a la ya existente a un costado del campo de futbol aledaño a la “piedra grande”. Energía eléctrica (1986) Casi al finalizar la década de los ochenta del siglo pasado, se encendió en Ixcatán el primer foco alimentado con electricidad que suministra la Comisión Federal de Electricidad, sin embargo desde el año de 1967 ya existía en el pueblo una planta eléctrica alimentada con diesel que era propiedad de Juan Saldaña, la que abastecía a la casa de los Saldaña, la plaza municipal y extraordinariamente la iglesia del pueblo. El ruidoso motor de diesel dejó de funcionar una vez que ingresó la línea eléctrica desde San Isidro en 1986, para que esto fuera posible, cada jefe de familia aportó una cuota de 30 pesos, fondo que fue completando con recursos públicos (Dolores Hernández, 2010). Como una prueba que primero están y siguen estando los intereses de la burguesía por encima de los proyectos sociales, es que a Ixcatán llegó la electricidad 23 años 65 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
antes de concluir el siglo XX, en tanto para la fábrica de “la soledad” la hubo desde 1957, a través de una planta hidroeléctrica (Juan Polanco, 1998). La fábrica que explotaba la mina de mármol y de cal, empleaba cerca de una centena de personas entre cargadores, choferes, administradores, operadores, capataces y obreros. La electricidad se generaba muy cerca de la cascada con un afluente continuo de agua alimentado por un canal que fue construido en el año de 1953 (Dionisio Casillas, 1998). Cerró la fábrica en 1964 y también dejó de funcionar la planta hidroeléctrica. Todavía el mármol siguió explotándose pero era trasladado en camiones a la matriz de la empresa que se ubicaba muy cerca del cruce del actual periférico de Guadalajara y la carretera a Saltillo (Luis Martínez, 1998). Debido a la necesidad de trabajadores que tenía la hacienda de La Soledad cuyo giro era hortícola, frutícola, pecuario y minero en menor medida, varias familias se trasladaron del vecino estado de Zacatecas para radicar en Ixcatán y La Soledad. La propiedad de la hacienda La Soledad, previamente había sido fraccionada con la intención de evitar que fuera afectada por el reparto agrario, de esta forma crearon cuatro fracciones de 300 hectáreas (Humberto Cervantes, 2010), por lo que sólo una cuarta parte de la tierra fue repartida entre los nuevos ejidatarios, de esta forma se incrementó la población en lo hoy se conoce como el predio de La Arena, junto al casco de la hacienda, sin embargo, se abrió una escuela después de 1968 y hasta 1996 esta localidad que pertenece al Ejido de Ixcatán tuvo energía eléctrica, ¡casi 40 años después! que la fábrica que funcionó a dos kilómetros de ese sitio. Centro de salud (1995) Los servicios de salud que presta el gobierno aún en día son deficientes, si no fuera por las parteras, sobadoras, hueseros, yerberos y otros curanderos, la salud de los ixcatecos fuera más precaria y muchos ni siquiera estuviéramos hoy contando lo que hemos vivido (Cruz Martínez, 1998).
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Hasta el año de 1951 el sufrir un accidente o padecer en forma repentina algún malestar que no pudiese curarse localmente, implicaba echase a andar por el camino hacia la ciudad de Guadalajara (Dionisio Casillas, 1998), para tratarse o intervenirse quirúrgicamente; de esta forma los niños picados de alacrán que no resistían el veneno generalmente morían. Uno de los medicamentos más preciado era el suero antialacrán, ya que el trayecto era de al menos seis horas en remuda. A principios de la década de los sesenta del siglo pasado, el centro de salud más cercano se localizaba en la calle de Mezquitán muy cerca de la fábrica de Atemajac, el hospital de tercer nivel se encontraban a una hora de viaje aún con la carretera pavimentada, no obstante una hora era bastante tiempo cuando de una mordedura de víbora se trataba o de un piquete de alacrán en niños. En los años ochenta, la antigua casa del maestro se transformó en casa de salud y se atendía con personal voluntario o precariamente remunerado. La visita del médico era esporádica. Fue hasta el año de 1995 luego de que se negociaron obras sociales como pago de daños por las afectaciones del basurero de Copalita, que se construyó el centro de salud en el mismo lugar y asignó personal médico y de enfermería (Martha Celis, 2010). Sólo el personal de enfermería es de base, los médicos que atienden el centro de salud son prestadores de servicio. Teléfono y teléfono celular (1987, 2000) En realidad la primera línea telefónica que pasó por Ixcatán fue en el año de 1957, se trataba del servicio que tenía la fábrica de “la soledad”, el alambre a lo largo de más de 25 kilómetros (Isidoro Larios, 1998), se sostenía por una torrecillas fabricadas con varilla gruesa que tenían en la punta un especie de cristal para que la señal llegara más pura. La paradoja es que la fábrica cerró al concluir la década de los setenta del siglo XX e Ixcatán no tuvo servicio telefónico hasta el año de 1987, mediante la instalación de una antena y una caseta telefónica en casa de Candelario Valle, cabe señalar que 67 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
previo al servicio telefónico lo hubo de radiogramas en un periodo muy breve a mediados de los setenta. Vino la era del celular y se instalaron fijos en las viviendas, este es lo que más se acerca a servicio domiciliado, cabe señalar que en 2009 hubo mejor cobertura en los celulares pero los teléfonos domiciliarios siguen sin existir, lo que hace la comunicación con la ciudad muy cara y deficiente. Escuela primaria (1934, 1964, 1989), jardín de niños (1986), telesecundaria (1990, 1998), Durante más de treinta años la máxima casa de estudios fue la primaria, la cual se creó en los años 30 del siglo pasado, no obstante, funcionaba en unas casas viejas que pertenecían a la iglesia, exactamente en donde ahora está el jardín del niños (Cruz Martínez, Inés Martínez, 1998), ahí fueron derribados los muros de adobe y se construyeron dos aulas, patio, barda perimetral y sanitarios para la primaria en 1964. El año de 1988 la primaria se trasladó hacia el lugar actual y el viejo edificio fue ocupado por el jardín de niños. Posteriormente, se creó en 1990 la escuela Telesecundaria que anduvo vagando con alumnos y maestras por varios espacios prestados hasta que se hizo el bloqueo por seis días y cinco noches del basurero de Copalita (18-23 de abril de 1994) y se exigieron como pago de daños obras sociales entre las que estaba el edificio de la escuela Telesecundaria, éste fue concluido en 1998. Oficina municipal (1955, 1998) y registro civil (1895) Aunque a Ixcatán se le dio categoría de comisaría en 1845, se le construyó un edificio más formal que sirviera como oficina del comisario, espacio para la cárcel y el registro civil, hasta el año de 1955 (José Venegas, 2010), año en el que ingresó la brecha a Ixcatán que estaba conectada con el camino de terracería que conducía a Ixtlahuacán del Río y Cuquío (Dionisio Casillas, 1998). 68 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
El registro civil tiene en su archivo un grupo de libros del año de 1895, mismos que se conservaron en la oficina de la autoridad municipal de la localidad, luego en 1998, se les construyó un espacio más adecuado y en el lugar donde era la oficina se destinó para el módulo de la policía (Roberto Larios, 1998), en donde antes estaba la cárcel ahora son unos sanitarios, en donde estaban los baños y lavaderos frente a la delegación municipal ahora está la cancha de básquet-bol. A propósito, la celda contaba con una puerta de madera de mezquite que permitía asomarse a la celda, pero no tenía techo por lo que los presos se fugaban con facilidad si no se tenía cuidado (Jesús Ruvalcaba, 1998). Panteón municipal (1600, 1979) Es difícil encontrar la fecha del panteón del pueblo, puesto que la misma zona pero los años 200 a 600 de nuestra era, funcionó como panteón, no obstante, se cree que el panteón antes administrado por los franciscanos se creó al mismo tiempo que la iglesia a principios del siglo XVII. Este panteón funcionó hasta finales de los años setenta y luego fue trasladado hacia “La Cofradía”, zona dispuesta como panteón cincuenta años antes y que se localiza hacia el norte de Ixcatán por el camino que va a La Soledad (Humberto Cervantes, 1998). En lugar del viejo panteón se construyó una plaza, con un quiosco, explanada y andadores. Transporte público Ixcatán-Guadalajara (1979) Por esta zona no circularon carretas, sólo recuas con cabrilla, aparejo, camuca o silla según fuera la necesidad y ese fue el primer transporte público. Cuando la brecha llegó a San Esteban, la gente se trasladaba hasta ahí para tomar una vieja troca de redilas que los llevaba al centro de Zapopan, de donde tomaban el carro de mulas para ir a Guadalajara (Dionisio Casillas, 1998). Una vez que se construyó el camino de terracería a Ixtlahuacán del río a su paso por el lugar conocido como el placer se entroncó un brecha hasta Ixcatán, así que la gente finalmente se pudo trasladar también en un viejo transporte de redilas 69 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
propiedad de Ruperto Saldaña hasta Guadalajara o tenía la opción de irse al crucero de el placer a tomar los camiones de pasajeros (Rosa Larios, 1998). Luego el entronque del camino de Ixcatán se movió al kilómetro 25.5 y la gente pudo acercarse con mayor facilidad al camión de pasajeros, sin embargo también este caso, el camión de pasajeros hasta Ixcatán se tuvo hasta el año de 1979 de la empresa estatal Servicios y Transportes. Camino de acceso (1953, 1979, 1994) Una vez que se construyó la entre los años 1950 a 1951 la terracería hacia Ixtlahuacán del Río, los traslados se podían hacer en automotor en tanto hubiese. Antes de esos años un infame camino de terracería llegaba a San Esteban desde donde partir una troca hacia la cabecera municipal de Zapopan (Cruz Martínez, 1998). En realidad la primera brecha que comunicó Ixcatán con la terracería del camino que conducía a Ixtlahuacán se construyó a iniciativa de los dueños de la fábrica La Soledad en el año de 1953, (Dionisio Casillas, 1998), pues les era urgente explotar debidamente la cal y el mármol, de otra forma simplemente no era rentable el negocio. El primer ingreso se trazó desde El Placer, junto al arroyo que viene del balneario San José, era la parte más cercana por donde pasaba el camino de terracería impulsado por los jefes políticos de Ixtlahuacán, Cuquío y Yahualica (Dolores Hernández, 2010). El ingreso a Ixcatán se mantuvo gracias a las jornadas gratuitas que los ixcatecos hacían cada vez que se requería, casi siempre durante las lluvias o después del temporal. La actual carretera a Saltillo se trazó originalmente por las huertas de María Hernández, Juan Saldaña, Cleofas Hernández e Indalecio Venegas, era entonces delegado municipal Juan Sandoval, como éstos se opusieron se dejó a kilómetro y medio de Ixcatán el crucero, desde donde ahora parte el camino vecinal (Dionisio 70 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Casillas, 1998). Quienes no conocían el dato, al saberlo, recriminan la decisión de tales propietarios, pero visto a distancia, tal vez estos “testarudos” propietarios, como les dijeron los del gobierno y los técnicos, intentando proteger sus pequeñas huertas de frutales de su inminente destrucción, también salvaron a Ixcatán de la invasión inmobiliaria, del saqueo de recursos y la pérdida de la tierra. Eso si se perdió un ingreso económico permanente para el pueblo al paso de los transportistas y pasajeros pero se ganó en identidad, conservación del territorio y en la unidad comunitaria. Todavía se recuerda como en dos helicópteros que pararon en el garbanzal sin decir agua va llegó el gobernador Flavio Romero de Velazco a inaugurar el pequeño tramo empedrado del camino de ingreso y luego a comer birria que preparó Juan Polanco, con un poco de gasto el gobierno amplió y colocó piedra al viejo camino de 1964, corría el año de 1979 (Sofía Casillas, 2010). Así pasó un cuarto de siglo el camino empedrado, todas las peticiones de mejorarlo eran declaradas por el gobierno no viables, hasta que los ixcatecos comenzaron a denunciar la contaminación del el basurero de Copalita, administrado por el Ayuntamiento de Zapopan, que presidía Jorge Humberto Chavira Martínez, entonces el cabildo aprobó la pavimentación también sobre el viejo trazo de los años sesenta del siglo pasado, agregándole unas profundas cunetas (Modesto Flores, 2010). Calles (1980, 2005, 2009) El gobierno liberal de mediados del siglo XVIII trajo algunas propuestas de urbanización, que llegaron a los pueblos viejos como Ixcatán, fue de esta manera como se trazó una cuadrícula en la parte central de la población y que fue mejorada una vez que la tierra se privatizó en 1906, se trata de calles que no pudieron enderezarse, ni ampliarse lo suficiente debido a la existencia de viviendas, así que fueron respetados los callejones y fueron nombradas las calles conforme a la ideología del gobierno en turno. Las calles centrales la que va de este a oeste y que 71 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
cruza la plaza atrás de la iglesia se llama Juárez, a su vez la calle que atraviesa el centro de norte a sur se llama Morelos, la calle que cierra la cuadrícula al lado norte se llama Francisco I. Madero, y la del sur se llama Niños Héroes, al este la calle de ingreso se nombra Ignacio Zaragoza y al oeste para cerrar el conjunto de cuatro manzanas está la calle Vicente Guerrero, más allá de la calle Zaragoza y el mismo sentido que ésta se nombró otra calle con Insurgentes. No aparecen por ningún lado Francisco Villa, ni Emiliano Zapata, como las calles centrales como si ocurre en otros lugares, muchos menos el nombre de Ricardo, Enrique o Jesús Flores Magón. El empedrado se hizo en los años ochenta, para irse reemplazando por adoquín en el año de 2009 y para las calles centrales, no así las que posteriormente se construyeron o ampliaron como es el caso de los callejones hacia la presa, hacia el tanque, el Xochitl y al campo de futbol. Tienda Conasupo (1976, 1996) Era los tiempos del lema “arriba y adelante” y “que sólo los caminos queden sin sembrar”, se abrió en un local aledaño a la delegación municipal, la tienda rural Conasupo. Se trataba de acercar los productos básicos a las pequeñas comunidades por lo que se creó un Comité Comunitario y se nombró a la primera encargada de la tienda, de nombre Elia Hernández Ruvalcaba, hija de Cleofas Hernández y Antonia Ruvalcaba, luego hubo otras mujeres que atendieron la tienda hasta que finalmente quedó Gloria Venegas, viuda de Santiago Polanco, era en su momento una opción de comercio barato para la población durante el período de Carlos Salinas de Gortari, no obstante la tienda la rescató Diconsa, una empresa mixta creada posteriormente. Templo católico (1595, 1792-1726, 1950, 1970, 1994, 2003) Podrían escribirse muchas páginas sobre el templo, sin embargo aquí se anotan algunas letras que hablan de su servicio a la población. El origen del actual templo 72 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
data del año de 1580 fecha en la que fue refundado Ixcatán una vez que fueron sofocadas las principales rebeliones de los tecuexes, cocas y caxcanes que habitaban la barranca. De esta forma se contó con mano de obra esclava para trasladar desde ladera abajo los bloques de cantera blanca con los que se reforzaron los arcos, pilares y cimientos. Antes del año señalado era prácticamente imposible construir algo importante, ya que ni los propios franciscanos estaban seguros, a pesar de que éstos llegaron a la zona inmediatamente después que las tropas invasoras españolas y sus aliados los tlaxcaltecas en 1530. En realidad la construcción prosperó después de 1595, la iglesia inició a partir de un gran jacalón de adobe y zacate según lo constatan documentos de principios del siglo XVII, más el principal esfuerzo se hizo entre los años 1692 a 1726 para dejar la iglesia de una sola nave ya concluida. Coincide la construcción de la iglesia actual con la orden por cédula real para el inicio de la medición y deslinde de las tierras de la comunidad indígena. No se conoce con exactitud si la única torre que se terminó aquél último año del veintiséis del siglo XVIII o si ésta se hizo después, ya que por primera vez aparece como material de construcción el ladrillo, lo que sí se sabe es que la cúpula de la misma torre fue destruida por un rayo y reconstruida a principios del siglo XX. Precisamente el ladrillo de la torre ahora recubierta con cantera, se parece al utilizado en la alcantarilla de viejo sistema de agua que estuvo ubicada frente a la casa de Matías Salazar Donato. La construcción no había sido tomada en cuenta por el gobierno, de hecho estuvo durante muchos años en muy difícil situación, con humedades, con muros de adobe expuestos y un arco central con una grieta, hasta que finalmente y a iniciativa de los párrocos en turno y con el apoyo de los feligreses se le hicieron algunos arreglos en
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los años ochenta, fue recubierta la torre con cantera amarilla y colocada una pequeña placa que habla de la importancia de la construcción. Se trata de una sobria construcción de influencia franciscana, misma que tiene bautisterio al lado oeste y sacristía al lado este, luego se le agregaría una construcción en los años setenta para que la habitara el párroco, espacio que nunca ha sido habitado por clérigo alguno. El espacio del terreno que tenía el templo se ha reducido en los siguientes espacios: Lo que ahora tiene el jardín de niños, eran espacios de catequesis, la huerta, el panteón y cruzando la calle, donde se localizaba una hostería que recibía caminantes, enfermos y desvalidos. El nivel de las calles actuales está más de un metro abajo del nivel del piso de la iglesia, lo que nos indica del tiempo que ha transcurrido y del gran trabajo de nivelación, cimentación y alzado que se hizo en su momento. Oficialmente, la iglesia se describe así en una placa que se fijó en diciembre de 1998: “En su fachada las zonas de distinto color de cantera nos hablan de las épocas en que la iglesia de una sola nave ha sido restaurada. Su portada sobria consta de un arco apoyado sobre las pilastras, en la clave del arco esta esculpido el emblema de la iglesia universal o católica, que son las llaves de San Pedro un mundo y una cruz. 1691 al 20 de noviembre de 1726”. Casa comunal (1994) A pesar de que la institución más antigua es la Comunidad Indígena, ésta jamás había tenido un espacio para reuniones y oficina, la primera fue posible en el año de 1993 a la cual se le nombró “Agapito Rico” en honor a uno de sus miembros que murió el mismo año. La construcción es de 35 metros cuadrados y se hizo con el trabajo de todos y material de un programa gubernamental en un terreno que donó Dionisio Casillas. Consta de una pequeña oficina, sanitario y sala de reuniones. 74 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Casa del comisariado ejidal (1985) En el año de 1985 se construyó la casa del Comisariado ejidal al suroeste del campo de futbol. Aunque la mayoría de los familiares de los ejidatarios que pelearon por la tierra en los años treinta del siglo XX ya no tienen parcela porque las enajenaron a veces por irrisorias cantidades de dinero. Dijeran algunos, “poco amor a la tierra o mucha necesidad de dinero”, de todas formas la sede del Ejido está en Ixcatán, con sus dos mil hectáreas con dos pequeños centros de población, La Soledad y El Pozo, ya casi extinto. Jardín y plaza municipal (1955 y 1989) Desde hace más de cuatro siglos el centro de Ixcatán se localiza en donde actualmente está, una plaza municipal, con local para la autoridad, cárcel y casa del maestro, se construyó hasta el año de 1955, la misma mejoró su ubicación con los anexos construidos para servicio de lavaderos y regaderas, así como la escuela primaria. En 1989 se amplió con el cierre de la calle Juárez y la desaparición del servicio de los lavaderos. Luego vino la apertura del nuevo panteón y los espacios de esparcimiento se ampliaron aún más con el adoquinamiento de la antigua huerta de la iglesia y el panteón a finales de los ochenta del siglo XX. Cancha de fútbol (1968) La cancha de futbol se hizo a iniciativa del profesor de la primaria de nombre Genaro allá a principios de los años sesenta del siglo XX. El espacio que hoy ocupa el campo de futbol era una guamuchilera que fue talada por los pobladores para que diera las medidas reglamentarias, jóvenes y viejos aportaron trabajo para nivelar y apisonar el actual campo deportivo. Desde entonces ha tenido ese uso y la gente considera justo que siga utilizándose con ese fin aunque se diga que tiene dueño, si el pueblo, nadie más. 75 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
De la práctica de dicho deporte han salido algunos buenos jugadores, uno de los primeros que jugó en equipos de primera división amateur, fue Luis Martínez Ruvalcaba allá por los años setenta del pasado siglo, lo hizo en “Mueblerías Plascencia” hasta donde llegó la invitación de un equipo, el Veracruz, para el que ya no pudo jugar por una lesión en la rodilla. Hay hasta tres equipos que permanentemente compiten en ligas llaneras de futbol, generalmente en los municipios de Ixtlahuacán y Cuquío. Un equipo más cubre el espectro futbolístico, el femenil que aunque no está inscrito en liga alguna, compite con otros equipos de manera amistosa. Básquetbol (1990) La cancha de basquetbol suplió los lavaderos y regaderas públicas, más tal explanada se utiliza para los bailes y para jugar futbol rápido, poco para lo que se proyectó. Mesón y hostería (¿1850?) ya no existe Frente al panteón existía un mesón y hostería que era administrado por religiosos, presuntamente franciscanos, no se sabe en qué momento pasó a manos particulares el terreno y la construcción, de la que ya no quedan ni cimientos. Lo que si se conoce es que los arrieros, enfermos y menesterosos a su paso por Ixcatán tenían una posibilidad de un techo y alimentos a bajo costo o sin él, de tal forma que el servicio era fundamental en aquellos años de trasiego en recuas por la zona, que provenían o regresaban del fondo de la barranca, cruzando el río Santiago o de San Cristóbal. Se ignora cuándo y por qué dejó de funcionar la hostería en donde ahora hay una vivienda y una cantina. Centro de recreo comunitario la presa (1850, 1964, 1994) El manantial “la presa” es un balneario comunitario. La primera represa se presume fue del año 1850, por lo que los bañistas no han dejado de acudir. En 1964 se 76 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
mejoró el espacio y luego en 1994 que se amplió la presa, cuyo líquido se utiliza para irrigar las huertas de frutales y, directamente del ojo de agua para alimentar la red de agua potable. Molino de nixtamal (1963, 1999, 2006), tortillería (1999, 2007). Se añora los tiempos en que el molino de nixtamal a base de combustible de diesel y de motor de golpe llegó a Ixcatán, se ubicó en la casa de los Donato pero que atendía el también herrero Emilio Alba. Por la tarde del día anterior las mujeres, niñas y niños llevaban su nixtamal para que fuera de los primeros en molerse muy temprano. El ruido del motor era ensordecedor y despertaba todo el pueblo, pero salvó por varios años del desgaste a decenas de riñones de las mujeres que generalmente molían en el metate, el molino de piedra o
en el pequeño molino
marca “rey” que recién se estrenaron por acá en los años sesenta del siglo que se fue. Luego Matías Salazar inicio con un molino de nixtamal y tortillería, trabajo que continuó Joaquín Polanco, no obstante todavía en muchas casas se disfrutan las tortillas de prensa o echas mano y del maíz que aun, afortunadamente se cosecha en la barranca. Las comunicaciones Cincuenta años tiene acaso que los arrieros dejaron de circular por los caminos rumbo a Guadalajara. Para acá no hubo diligencias, trenes, ni tranvías por lo escarpado del terreno, los arrieros con sus remudas trasladaban, leña, carbón, frutas, pescado y granos, hacían siete horas hasta San Juan de Dios o el Mercado Corona, pasaban ahí frente a la XV zona militar y la escuela preparatoria de Jalisco, soportando las travesuras de los estudiantes que se montaban a veces hasta de dos en los cansados burros sin consideración alguna, hasta que los arrieros en legítima defensa les daban de chicotazos o leves piquetes con las 77 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
agujas arrieras que cargaban en los sombreros, sólo así dejaban de molestar a los burros y a los arrieros, luego el gobierno prohibió la portación de agujas arrieras. En 1951 vino el camino de terracería a Ixtlahuacán del Río, el transporte era errático y muchos seguían realizando sus viajes en bestias porque además no conectaba con Ixcatán sino hasta 1953, en 1954 se concluyó el puente de Guadalupe, pero el gran cambio se sintió a raíz de la terminación de la carretera a Saltillo en 1964, entonces de siete horas de viaje éste se redujo a cuarenta minutos. Los arrieros, leñadores y carboneros, se quedaron sin trabajo, los pangueros con la construcción del puente en el río Santiago también, fue entonces que la fruticultura combinada con la pesca vino a salvar la economía de las familias; sin embargo con el rápido crecimiento de la industria y la ciudad de Guadalajara, el río Santiago se convirtió en receptor de los desechos industriales y domésticos, bajó su caudal y finalmente en 1965 los cultivos de hortalizas y la pesca que era fuente alterna de recursos comenzaron a sufrir estragos hasta su desaparición, subsistiendo los cultivos que se riegan con fuentes alternas de agua. Todavía la venta de frutos (mango, ciruela, guamúchil, guaje, anona, cocuixtle) representó importantes ingresos para los campesinos hasta los años 80 del siglo XX, década en la cual el precio de los frutos cayó mientras los insumos se convirtieron en algo inalcanzable, se saboreaban “las mieles” de las políticas neoliberales y la antesala de “nuestro paso” al primer mundo. La pérdida de la fruticultura, la ganadería, horticultura y otras actividades económicas en la barranca como opciones de vida fue poca en razón de lo que está por venir, pues está de por medio la propia existencia de las comunidades que habitan la barranca desde hace siglos en las márgenes del río Santiago. La grave contaminación de la cuenca más extensa del país, la sequía y contaminación de sus ríos y arroyos que le alimentan entre la cuenca del ahogado 78 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
y San Cristóbal de la Barranca, son el mejor argumento para afirmar que eso ocurrirá si no somos capaces de revertirlo. Las comunidades más amenazadas por la devastación de los recursos naturales y la invasión industrial e inmobiliaria son: Los Tempisques, Exhacienda del Lazo, San Isidro, San Esteban y Tateposco, Paso de Guadalupe, Huaxtla, San Lorenzo, San Cristóbal de la Barranca, Santa Cruz y otras río abajo. De las que por el momento se salvan debido a la resistencia que iniciaron hace casi dos décadas son: Ixcatán y la Soledad.
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Territorio, trabajo, fiesta y tradición Las siguientes líneas están impregnadas del recuerdo de múltiples actores, de lo que aún ocurre y de lo que se ha perdido, así que de permitirse leer la siguiente parte, encontrará una reinvención de las vivencias, con un poco de voluntad y un mucho de inspiración comunitaria. Sólo que la experiencia, el fervor y la sabiduría hasta ahora construidos no serán iguales, sino un ejemplo de creación, recreación y reproducción de la cultura local. La mayor parte de este trabajo, es producción colectiva, fue hecha, a muchas manos Para este capítulo, aportaron datos, anécdotas y textos memorizados, la mayoría de las personas entrevistadas en 1995, 1998, 2009 y 2010. Por lo que se ruega a quien nos dispense con su lectura lo tenga en consideración, tal regla no se cumple a cabalidad en el apartado de los tastuanes. Tejuino el primer día del año Fieles a la tradición mesoamericana, los ixcatecos cultivan frijol, calabaza, hortalizas y frutales, pero principalmente maíz. La noche del 31 de diciembre y el primero de enero del calendario gregoriano, se hace una gran velada que se prolonga por 24 horas, durante ese tiempo, no se duerme, se conversa, come y celebra la entrada el año nuevo, que antes empataban con el calendario azteca el primero de marzo. La preparación del tejuino es un tributo a la fertilidad de la tierra, se elabora a partir del germinado de granos de maíz de cualquier color, blanco, negro, rojo, amarillo o pinto. El maíz se remoja en agua tibia y se coloca en hojas de vástago o de mazorca sobre un canasto poroso o chiquihuite para evitar que el agua se encharque y se produzca lama: Los granos húmedos se cubren con un trapo poroso, bajo techo y en la sombra. Durante siete días se humedece el maíz con agua tibia, al octavo sol, una 80 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
vez que los granos de maíz han germinado y tiene un pequeño tallo, se muelen hasta obtener una masa suave y aromática. La masa obtenida en la molienda, se pasa a cedazo ayudándose con agua tibia, no se endulza con azúcar u otro producto. La sustancia ya colada, se coloca en ollas de barro de buen tamaño, las que son puestas sobre un molde de tierra del tamaño de su asiento. Debajo de cada olla, se colocan chiles secos en forma de cruz y una pizca de sal. Una vez colada la masa y en la olla, se enciende el fuego colocando leña al alrededor. La leña debe ser gruesa, si es de ciruelo y bien seca, mejor. El proceso de elaboración del tejuino exige permanecer despierto, con un recipiente de mango, conforme se va evaporando el agua hay que agregarle la necesaria evitando, que esté fría;
hay que batir con un meneador de madera la sustancia colocada en las
ollas para evitar que se pegue y se carbonice. El cocimiento de la masa de maíz germinado que se asemeja al atole, se prolonga por 24 horas hasta lograr una miel rojiza espesa con agradable olor y sabor. El resultado es una miel nutritiva con olor a leña, de constitución espesa que no requiere piloncillo o azúcar, ese es el tejuino. Su preparación es similar a la que hacen los wixaritari que habitan las confluencias de los actuales estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango. Esta es una evidencia de lo lejos que tuvieron que emigrar los pueblos que como los tecuexes, caxcanes y cocas, rechazaron y resistieron la conquista española en el segundo tercio del siglo XVI en la zona barranqueña. El manejo de las ollas de barro se hace con mucho cuidado para que no se fracturen, generalmente el calor permanece hasta 48 horas, por lo que no se pueden mover ni mojar con agua fría, ahí mismo se deja el tejuino hasta que baje la temperatura.
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Hay quienes consumen la miel de maíz caliente o fría, otros la separan en pequeñas bolsas y la congelan conservando su sabor y propiedades originales, pero también si el tejuino se fermenta produce una bebida alcohólica de unos 30º de alcohol que se asemeja más al tejuino consumido por los wixaritari en sus ceremonias y fiestas. La miel de maíz se utiliza en la preparación de una bebida refrescante de alta calidad nutritiva. Su preparación cumple con el rito de pasar del año viejo al nuevo, del último día del año para ver nacer el siguiente, pero además contribuye a la mejor de la dieta alimenticia de los ixcatecos. Comercialmente el tejuino ixcateco es incosteable por la enorme inversión en trabajo y tiempo que requiere; precisamente y a pesar de su alto costo se sigue preparando porque forma parte de la cultura local. Durante la preparación del tejuino, no falta para los desvelados el caldo de pollo, el pozole, las canciones de los que andan a la caza de una cena de “año nuevo”. La ceremonia al maíz, se combina con los cantos de las pastorelas, los gritos de la gente y las descargas de las armas de fuego "dando gracias al señor", por haber llegado vivos al siguiente año. Lo que sí retumba en el hermoso acantilado y en la quietud de la noche las notas de una lira y los cantos a tres voces que acompañan a Fidencio Ulloa, conocido como “Lencho” quien le rasca las cuerdas “como un bendito”. Las voces de los bohemos se combinan con los cantos de los pastores, que siguen su faena de alabanzas, relatos y juegos hasta el dos de febrero día de la Candelaria, o por lo menos, al seis de enero día de reyes: Palomita afable tu gorjeo divino Me hará incansable todito el camino Aguas cristalinas de estos arroyuelos 82 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Ensalzan ladinas al Dios de los cielos. Estos charquitos de agua zarca y fría Llenen los bulitos para todo el día. Ya descansaremos junto a esta cascada A Belén iremos en la madrugada. (Margarita Ruvalcaba, 1996)
Los cóconos del martes de carnaval Como en otros pueblos indígenas el carnaval es una festejo común, sólo que en Ixcatán se hace de una forma muy particular con la representación popular de “los cóconos”. El martes de carnaval está dedicado a la comunalidad. Antes ese día se acordaba y ejecutaba un trabajo que sirviera a todos, como por ejemplo reparar un camino, abrir uno nuevo, en fin respaldar con trabajo voluntario una obra comunitaria uniendo manos y corazones. Al concluir la faena cada martes de carnaval, se hacía una breve ceremonia en donde las viudas daban agua y colocaban harina en las mejillas de quienes donaban su trabajo. De todo el trabajo colectivo, es cada vez es menos común, sólo se conserva la fiesta. Aquí la máxima casa de estudios es la escuela telesecundaria “Ignacio Ramírez”, se creó a principios de los años noventa del siglo pasado. Cuando todavía no tenía construcción propia, en uno de los encuentros que se tuvieron, se les narró la representación de los cóconos a los alumnos más o menos así: La algarabía se escucha desde la tarde, los niños con gran entusiasmo buscan un trozo de madera en forma de pico de guajolote para salir de cóconos el martes de 83 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
carnaval. Los cóconos son una representación teatral, sin director, sin tramoyistas, sin libreto ex profeso, sin taquilla; la representan pocos, pero la disfrutan muchos. Los cóconos se musicalizan con el tamborazo de Ixcatán, integrado por excelentes ejecutantes de una tambora, dos violines y un redoble, en el 2010 los violines fueron cuatro. La representación se hace en la plaza principal. Los personajes son el coyote, la mula, el perro, la vieja y el viejo, el comprador, la muchacha, el muchacho y los cóconos o guajolotes. Es la historia de una familia humilde con dos viejos, un perro cansado, un hijo remilgoso y una muchacha soñadora, a la que sus padres le han asignado el pastoreo de unos cóconos. Llega un rico comprador que gusta a la muchacha por lo que ésta comienza a enamorarlo a escondidas de sus padres y hermano. El comprador se deja querer. Tal es el embeleso de los enamorados, que la joven olvida el cuidado de los cóconos y el coyote aprovecha para llevárselos uno a uno. Así, los regaños del hermano y la complacencia del perro le facilitan la tarea al canino del monte. Los cóconos van ataviados de una sábana o cobija, a la que le amarran dos extremos a un gancho de madera; para figurar las orejas de los cóconos se atan dos extremos de la cobija, para el pico se usa ixtle. Las reglas son: cócono destapado por el coyote, cócono robado y los niños-guajolotes van saliendo del centro del escenario que regularmente es la plaza municipal. En cada aparición de los simpáticos viejos, bailan al ritmo del tamborazo mientras le dan de comer a los cóconos o realizan cualquier tarea doméstica.
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En los “cóconos” todos los actores son varones. La muchacha se viste coqueta y provocativa, falda corta, playera a rayas, con un busto exuberante y unas piernas peludas, flacas o gordas según el actor. En el escenario mueve las caderas en todas direcciones cuidando los cóconos y acercándose a más de alguno del público, pero en especial al rico comprador ataviado de un traje vaquero. Los ancianos padres son muy unidos, apenas si caminan, de noche miran poco, no saben de las andanzas y travesuras de la muchacha, sólo el hermano le llama la atención para que no descuide su tarea. La mula tiene una aparición fugaz, se “ajuarea” con su aparejo o cabrilla, los viejos la arrean y cargan de leña, eso mantiene entretenido a los simpáticos ancianos que ni color se dan en las travesuras de su joven hija. Algunos tal vez se preguntan ¿cuándo y cómo la procrearon?, los viejos aparentan 80 años, su hija, no se sabe, pero edad suficiente tiene para enamorar. El coyote va y viene, una y otra vez hasta acabar con los cóconos-chiquillos, en combinación con alegres melodías del tamborazo. Al final los viejos van a la leña, llevan la mula y el perro, un can manso, descuidado que parece más aliado del coyote que su enemigo. La distracción es tal que los cóconos son fácil presa del coyote, animal que poco aúlla, más bien actúa en silencio y es mortal. Los actores de los cóconos, en un cierre divertido, arrojan a la concurrencia harina, frutas y dulces, en tanto los músicos ejecutan su última melodía. Cuando todo acaba y vienen los comentarios fuera de escena, algunos añoran los tiempos idos: “¡cómo se extraña a los organizadores, José Rosas, Filemón Venegas, Jesús Juárez “el mocho” y Agapito Rico!”.
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Los Ruvalcaba y los Polanco El 19 de marzo de cada año, es día se San José. Aunque se trata de una celebración comunitaria, es Manuela Iñiguez esposa de Isabel Ruvalcaba quién tomaba la batuta. Todo comienza ocho días antes, cuando inicia el novenario que incluye rezar el rosario colectivamente cada tarde, a ello acuden sobre todo mujeres, niñas y niños, el último día, es diferente y todos gusta ir, esto se debe tal vez a que además de rosario hay comida y música. En el barrio de “el Xóchitl”, está la casa de Manuela e Isabel. El día 19 de marzo mientras toca la música de tambora la gente conversa y saborea los alimentos para concluir ya avanzada la tarde con el rosario dirigido por una de las afamadas rezanderas que ha sido invitada. En este barrio, se asentaron los Ruvalcaba a su llegada a Ixcatán, luego de un breve paso por las comunidades de Los Tempizques, San Pedro Tlaquepaque y Atemajac del Valle. Los Ruvalcaba Cadena, son una familia apegada a las tradiciones que pronto se culturalizó, llegó a Ixcatán a mediados del siglo XX. Ruperto Ruvalcaba originario de el rancho “chaquetas” junto al Mexicano municipio de Ixtlahuacán del Río y Natividad Cadena vecina de Tepatitlán, son el tronco que se estableció en Ixcatán hasta su muerte; ellos fueron los padres de Isabel, Marciala, Wenceslao, José, Gerónimo, Margarita y Aurora. Dos de sus hijos murieron, Salvador de 18 años y María a los cuatro años. Los Ruvalcaba son una familia numerosa, aquí algunos datos: de Isabel Ruvalcaba y Manuela Iñiguez, nacieron: José, Jesús, Francisco, Guadalupe y Ramiro. De Wenceslao Ruvalcaba y Manuela Valle, provienen: Antonia, Rafael, Manuel, Jesús, Rosario, Guadalupe e Ignacio. José Ruvacaba y Margarita Saavedra procrearon a 86 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Antonio, José, Arturo, Salvador y Carlos. De Gerónimo Ruvalcaba e Isidora Vázquez nacieron: Trinidad, Ramón, Amalia, Juana y Agustín. En tanto los hijos de Aurora Ruvalcaba y Gabriel Larios, fueron Roberto, Leandra e Isidoro. De la menuda, ojos de color y rubia Margarita Ruvalcaba y el indio de Mezquitán Dionisio Martínez, nacieron: Isabel, Carmen, Cruz, las cuatas Guadalupe e Inés y José Luis, raíces maternas de quien escribe. Los Ruvalcaba, procrearon familias numerosas en las siguientes combinaciones de apellidos:
Ruvalcaba-Iñiguez,
Ruvalcaba-Valle,
Ruvalcaba-Larios,
Ruvalcaba-
Saavedra, Ruvalcaba-Vázquez y Ruvalcaba-Martínez. Los Valle y los Polanco también se asentaron en el barrio de “El Xóchitl”, éstos últimos llegaron de un rancho cercano a El Teúl de González Ortega, Zacatecas. Félix Polanco y Guadalupe Isidro fueron la matriz de los Polanco en Ixcatán. Por lo que se ha podido indagar, los Polanco arribaron en los años cuarenta del siglo XX al centro de población La Soledad a trabajar en la piedrera, para entonces ya habían nacido los mayores: Juan y José Polanco Isidro, de ahí se trasladaron a Atemajac del Valle y luego a la Mesa chica, cercano a la presa en donde trabajaron para los dueños del rancho “El Mirador” a partir de los años cincuenta del siglo XX. Don Félix y doña Lupe vivieron con sus hijos Juan, José, Juana, Federico, Félix y Genoveva, cerca de un pequeño embalse a donde las peregrinaciones del Señor de las Aguas o de la Virgen del Refugio que llegaban desde la iglesia de Ixcatán. Algunos recuerdan con gusto las caminatas sobre el pasto mojado, la convivencia y extrañan los sabrosos quesos, el requesón y el jocoque que preparaban los Polanco. En las procesiones uno de las alabanzas que se entonaban y que tiene su origen en la guerra cristera dice: “Tropas de María / sigan la bandera / no desmaye nadie / vamos a la guerra / vamos a la guerra”. Algunos bromistas que tampoco faltaban en ese acto de fe, cambiaban la letra y decían: “tropas de María / sigan la bandera / vamos a los quesos / allá con Polanco / allá con Polanco”. 87 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Luego establecieron su casa en el barrio de El Xochitl y los hijos del matrimonio Polanco-Isidro se casaron en Ixcatán y generaron las siguientes combinaciones familiares: Polanco-Gutiérrez, Polanco-Venegas, Castro-Polanco, Valle-Polanco y Polanco-Ruvalcaba. Hoy los Polanco constituyen una de las familias más numerosas en Ixcatán que a su vez al matrimoniarse han generado las mezclas siguientes: Polanco-Venegas, Polanco-Alatorre, Polanco-Casillas y Polanco-Hernández, o con apellidos de Copala, San Esteban o lugares circunvecinos. Viacrucis a la ixcateca La última cena, la oración y aprehensión en el huerto, la reclusión de Jesucristo, juicio martirio y muerte en la cruz, son algunos pasajes que se representan en el viacrucis durante el jueves y viernes santo en Ixcatán. El vía crucis va precedido de ensayos de por lo menos un mes, elaboración de vestuario, escenografías y gestiones hasta llegar a la representación viva de la pasión de Cristo. Uno de los libretos utilizados de dos que se conocen, es una copia del utilizado en de San Martín de las Flores municipio de Tlaquepaque, el otro es una versión que ha ido transmitiéndose por generaciones hasta nuestros días. Aunque las escenas son sangrientas y lleno de sacrificio para los principales actores, los ixcatecos muestran una gran disposición para invertir, colaborar y enriquecer el teatro comunitario. Tal como lo marca la tradición, el Jueves Santo arranca con la última cena entre Jesús y sus apóstoles, se realiza en la plaza principal; la aprehensión es casi siempre bajo unos viejos arboles de mango en penumbras, en donde Jesús ora, ahí a un lado de la casa de Leandro Venegas, llega el ejército romano que hace alarde 88 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
de fuerza, trae consigo escudos, lanzas, espadas y mechones encendidos. A pregunta expresa de uno de los principales del ejército, el apóstol Pedro corta la oreja a uno de los soldados y niega tres veces a Jesús. Judas a través de un beso que le da al Maestro lo entrega a sus captores por treinta monedas. De ahí se realiza el traslado del preso hacia la iglesia para recluirlo en el bautisterio de la iglesia, en donde se simula la cárcel de donde saldrá para iniciar el día siguiente a su martirio. El viernes santo amanecen los escenarios en donde tendrá lugar la representación. Este día la cantidad de actores se multiplica, en el atrio principal, se desarrolla el juicio y castigo que le infringen los romanos (que la mayoría le llama judíos) a Jesús. El actor que representa a Cristo, va de Herodes a Pilatos y de Pilatos a Herodes hasta que se realiza de parte de los imperialistas romanos un juicio injusto, cargado de injurias y mentiras, semejante a los que ahora se hacen con quienes defienden las creencias y derechos del pueblo. Aunque aquello que se representa ocurrió hace más de dos mil años, parece la reproducción de un acto ignominioso en donde se tuerce la justicia para proteger al tirano. En un juicio plagado de violaciones a las leyes de entonces, Jesús hijo de José el carpintero, es condenado a morir en la Cruz junto con dos bandoleros, Dimas y Gestas. La persona que representa a Cristo, se prepara física como mentalmente, memoriza los parlamentos para cumplir cabalmente con su papel. El actor durante el recorrido, debe cargar una enorme y pesada Cruz de madera de cinco metros de larga, coronado con espinas de huizache, con los pies descalzos, a pleno rayo del sol y a más de 30 grados centígrados. El trayecto es de ocho cuadras alrededor del pueblo por las calles Niños Héroes, Vicente Guerrero, Francisco I Madero y Zaragoza. Son tres caídas las que ocurren, una en la calle Zaragoza, otra en la Madero y la última en la Guerrero. Durante el 89 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
recorrido aparecen la virgen y dos mujeres que le ofrecen agua al próximo crucificado, le secan el sudor con un manto. Después de la segunda caída, el Cirineo es obligado por los soldados romanos cargar la Cruz, va ataviado con herramientas de trabajo y un bule con agua. Esto ocurre generalmente a la altura de las viviendas de Paz Flores y Pedro Rosas. Al personaje Jesús, le acompañan unas tres decenas de personajes entre los que sobresalen los doce apóstoles, en particular Judas Iscariote; Anás, Herodes y Pilatos; la virgen María, Dimas, Gestas, Cirineo y los soldados romanos de coloridos vestuarios que varían en número cada año. No se conoce a persona alguna que en Ixcatán hay representado a Jesucristo por más de siete años debido a la creencia de que puede incluso costarle la vida. Algunos de los que han representado a Jesucristo son: Alejandro Hernández Saldaña, José Cervantes y Modesto Flores. Si durante todo el año, la mayoría las representaciones populares cuentan con algo chusco, el viacrucis no es la excepción. Una vez que Judas Iscariote vende a Jesús por treinta monedas, hecho que ocurre la noche del Jueves Santo, antes de suicidarse cae en una especie de locura que electriza y atrae a un grupo de niños sin camisa y pintados de rayado. El chiquillero y los gritos que profieren de ¡yo gané, yo gané, yo gané! Representan el remordimiento de la conciencia, que reclama, persigue y se mofa de Judas, mientras éste en su demencia, no deja de correr haciendo sonar las monedas de la venta traicionera. Luego del recorrido con la cruz a cuestas, vienen “las siete palabras”, acto en el que ocurre la crucifixión. La escenografía se compone de maderas, ramas con hojas verdes, tres cruces, tras la cual se instala un equipo de personas que en la última palabra, emiten sonidos con una tambora, cadenas, humo, pólvora, a la par que 90 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
hacen estremecer la estructura a la que se encuentran atadas las tres cruces con todo y crucificados. Una de las rezanderas más prestigiosas y un coro a tres voces, van narrando los últimos y tristes momentos de Jesús en la Cruz. Conforme se acerca la expiración las personas tras la escenografía hacen su parte bajo un paulatino crecimiento de sonidos caóticos, humo y un estremecimiento de la estructura que casi derriba a los crucificados y a la virgen que yace a los pies de Cristo. La Santa Cruz y los obreros A un costado de la iglesia de Ixcatán mirando al poniente, aparece en lo alto una Cruz, la primera se cree fue colocada en las primeras incursiones franciscanas a la zona de la barranca a finales del siglo XVI. En estos momentos en el mismo lugar, hay tres cruces, una de madera de mezquite que tiene casi siglo y medio, no se recuerda quien la construyó que actualmente se encuentra atada a la Cruz de fierro la de mayores dimensiones y reciente. La otra Cruz también construida con madera de mezquite se localiza al frente del montículo y fue elaborada por Rogelio Juárez hace medio siglo. El dos de mayo, anterior al "día de la cruz", largas filas de personas trepan el camino a la “Mesa Grande” por la parte de Tonitalpa. Es una tradición el celebrar la “santa Cruz” y quemar "una grasita". El camino a la Cruz no es asunto fácil, hay que conocerlo, caminarlo y tomarle sabor a las vueltas reducidas y barrancosas. Se puede llegar a ésta por tres caminos, uno, tomando hacia “el potrerillo”, dos, por el camino de vehículos saliendo hacia el norte y tres, tomando la cuesta agreste, que recorren algunos quizá como una muestra de sacrificio, atrevimiento y de fe, ese es el camino de Tonitalpa que cruza el entorno de Este a Oeste, desde la casa de Apolinar Salazar, hasta la Cruz.
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Para subir el camino de Tonitalpa, se requiere condición física, el regreso es más fácil y rápido para quienes lo conocen y saben pisarlo. En el lugar conocido como “el brinco”, al lado derecho hay una gran peña que sólo se sube escalando, es hermosa, rugosa, con blanco, color oxido apta para escaladores. Una vez extraviado el camino, no hay salida posible, es en sus faldas donde Ramiro Ruvalcaba se encontró una “tumba de tiro” a principios de los noventa del siglo XX, que como otras de su especie, fue saqueada. Ancianos, niños y jóvenes de Ixcatán conocen los caminos y los recorren con gusto cada vez que es necesario. Los que no lo dominan la vía corta o desean evadir la caminata, hacen un rodeo a pie, a caballo o en automotor por el camino de las “piedras topadas” que sale hacia el norte, tuerce al ponente hasta llegar a la cumbre donde yacen las tres cruces que vigilan la barranca del río Santiago. A pesar de los alacranes, el frío de la madrugada y la solitaria cumbre, las cruces no se quedan solas un momento durante la noche del dos y la madrugada del tres de mayo. Las personas caminan durante la tarde y la noche con la idea de permanecer en el mirador de privilegio. Duermen a la intemperie, sobre el suelo duro y pedregoso, alrededor de una fogata, en la convivencia con la fauna nocturna, participando de los rezos y cánticos que se mezclan con el ronco sonido de los automotores que circulan por la carretera a Saltillo. Por la mañana del tres de mayo, se oficia una misa, bailan las danzas de flecheros, se almuerza en grupos; quien tiene y puede, reparte menudo y café; el agua fresca y otros platillos son para el mediodía. Por la tarde se complementa el festejo con carreras de caballos, muy cerca del predio “Los Manguitos”, en donde estaba la pista de aterrizaje de la avioneta a mediados de los años setenta del siglo XX, terreno que hoy han recuperado y parcelado los comuneros.
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El tres de mayo también es día de los albañiles, en 1950 apenas si había dos reconocidos Cirilo Carrillo y Gabriel Carrillo, luego surgieron Francisco Benitez, Ruperto Ruvalcaba y José Rosas, pero con esto de los precios bajos de la fruta, el ganado y el maíz, los hay de un cuarto, media y cuchara completa; sí de esos, por cuyas manos han pasado las casas más bonitas y lujosas de la burguesía local y extranjera que vive o descansa en Bosques de San Isidro, hoy "Las Cañadas" desde los años setenta, en donde los adinerados se regocijan, en tanto los que hacen posible las residencias de ensueño, no tienen terreno para construir. De ahí la necesidad de crear el nuevo Ixcatán en tierras de la comunidad indígena, para restituirle el espacio comunal que perdió el centro de población en 1906 con la aplicación de las leyes liberales del siglo XIX y que le siguen pesando tanto a la gente con la pérdida de diez mil hectáreas. Aquí ni el instrumento de sacrificio humano milenario, se escapa a lo chusco, no ha faltado quien tomé el día como referencia para clamar con orgullo y a los cuatro vientos, “_ ¡vieja, vieja! _Si Emigdio, _Dónde está el calzón de botón que estrené el día de la santa Cruz” De frutales, herramientas y cineros Es tan amplio el número de frutales que se dan en la barranca que en un trabajo de investigación de Mariano Bárcena en 1832 al referirse a los frutos que se dan en Jalisco parece que habla de los que aquí se producen. Un clima cálido seco como el que tiene Ixcatán da para mucho, igual se producen cítricos que ciruelas de seis variedades diferentes, pitayas y mangos, anonas y café, aguacates, tempisques, guamúchiles, mango y cocuixtles rojos y blancos; zapotes negros y blancos, mameyes, pitahayas, plátanos, manzanas barranqueñas, limas, limones, piñas, guayabas, negritos y abulamas; gualacamotes, jícamas silvestres, tomatillo, frutilla, guácima, guaje rojo y verde; carrizos, otates, palo fierro, correas de majagua, madera de guácima, copal, papelillo, pochote, higo, mezquite, roble y 93 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
encino; mejorana, limoncillo, azucenas, santa maría, flor de peña, salvia, retama, cola de borrego, sierrilla, hierba de sapo, hierba del arlomo, hierba del zorrillo, hogos de diversas variedades y chicalote, entre otras. La alimentación de los ixcatecos durante siglos se sostuvo principalmente de la pesca, la recolección y el cultivo de granos básicos: maíz, frijol y calabaza, posiblemente amaranto al cual le sobreviven al menos dos variedades que se les denomina quelite, el comestible y el orejón. El corte de la fruta del guamúchil, anona, ciruela, mango, cocuixtle, pitaya, etc., es todo un rito, antes cientos de personas se ocupaban en esos menesteres, hoy con la llegada del neoliberalismo con sus carreteras, monocultivos, frigoríficos, enlatados y el monopolio de las tierras, la caída del precio de los productos barranqueños es criminal porque dejó sin sustento a cientos de familias de los Tempizques, Exhacienda del Lazo, Paso de Guadalupe, Ixcatán, San Lorenzo, Huaxtla, El Escalón, los Pueblitos, San Cristóbal de la Barranca, Santa Cruz y otros lugares de los municipios de Amatitán, Tequila y Hostotipaquillo. Aún así, por cultura es un pueblo de fruticultores que no se dan hasta el último aliento, por ello utilizan la deshidratación del guamúchil, ciruela y guaje. Hacen cajeta de mango, ate, almíbar, ponche y aguas frescas multicolores. Además de los precios bajos y la competencia de las trasnacionales, han aparecido a raíz de la contaminación del rio Santiago y sus afluentes, enfermedades y plagas en los árboles de guamúchil, mango, ciruelo y guaje que no se conocían. Otros efectos a los cultivos provienen del uso de pesticidas. En los mangos además la sequía, “la escoba de bruja” es como un cáncer que los va matando poco a poco; los guamúchiles se han avejentado y no alcanzan a madurar el fruto, los de mayor producción tienen un siglo de vida y están llenos de tumores, además de los defectos que afean y dañan las rosca de este árbol, sobre todo cerca del río Santiago. 94 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Los árboles de ciruelo se ven afectados por tumores en sus ramas, la sequía y por un gusano que consume los nuevos retoños, precisamente ahí en donde el año siguiente brotará la flor. Los ixcatecos le atribuye a la eclipse algunas de las enfermedades de los árboles frutales y le atan trapos color rojo en las ramas, más también culpan a los destructores de este mundo con sus pruebas nucleares, sus agroquímicos, incendios, tala inmoderada y contaminación de metales pesados que circulan por el río Santiago. La cosecha de los frutos en Ixcatán, se hace con instrumentos de la localidad. La elaboración de chicoles, mallas, chiquigüites, morrales, ganchos, pichoacas y todo lo necesario para el corte es una constante. Aunque los fruticultores saben construirlos, hay personas que son expertas de tales menesteres. Para el corte del mango, aguacate, mamey, zapote negro o anona, se utiliza un instrumento denominado malla, compuesto por un carrizo recto, grueso y seco de unos cuatro metros de longitud, con una bolsa en un extremo tejida con hoyos pequeños con cáñamo; la malla va atada a un aro de acero alargado en un extremo que haga las veces de gancho para jalar el racimo de frutos y que caigan en la bolsa. Una vez colectados los frutos, se vacían en un morral fabricado con medio costal de ixtle o plástico, atado en el asiento a un largo lazo de ixtle o plástico de unos 20 metros de longitud o más dependiendo de la altura del árbol. Debido a la altitud de los árboles de mango, el lazo que va atado al asiento del costal por la parte de afuera, lleva incrustado a un metro del atado principal, un pequeño trozo de madera de huizache u otro de igual calidad que se atora al lazo que sirve como aza del morral y que éste último una vez que toca el piso, puede destrabarse del aza con facilidad por el mismo cortador que se encuentra a varios metros de altura, para vaciarle jalarlo y volverlo a llenar.
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Los chiquigüites ahora en extinción son canastos hechos de otate o carrizo sin aza, sirven como recipientes para la ciruela, el mango o cualquier producto como el maíz. Los chiquihuiteros que se recuerdan son de la manufactura de Wenceslao Ruvalcaba y José Ruvalcaba. Su hechura es laboriosa ya que se requiere de un buen conocimiento de la madurez del otate, del correcto manejo de las varas, su sazón a base de fuego, secado, tallado y tejido. Por su parte, el chicol es un instrumento para el corte de ciruela y pitaya, se construye a base de otate, tiras de cuero crudo de ternera, aro de alambrón y un pezón de calabaza modelado a la necesidad. Para la ciruela se usan al menos dos tipos de chicol, uno con palo largo y receptáculo grande y fuerte, está el otro fino, liviano y de palo corto, esto dependiendo del cortador y del tamaño de los árboles. Para el corte de pitaya se usa un chicol de recepción pequeña, con palo largo, regularmente de carrizo. Cuando mucho le cabe una o dos pitayas y es de manufactura más sencilla que el utilizado para el corte de la ciruela. Pareciera sencillo fabricar y utiliza un gancho para el corte de guamúchil, pero no es así, se requiere de un otate o carrizo de peso y medida correcta, una ganchera de madera de mezquite o huizache de unos veinte centímetros de largo con una pequeña curva, atada con hilo de cáñamo al extremo más delgado del carrizo, lo que exige que cada vez que se utilice, se moje la ganchera y se apriete lo necesario para que no se desprenda del carrizo. El otate o carrizo utilizado en los ganchos, se endereza y sazona con fuego para que resista a la polilla y a la fuerza del cortador, de la misma forma la ganchera es elegida con cuidado de tal forma que no se rompa en el primer jalón. La pichoaca es un instrumento para cosechar los cocuixtles, se parece a la coa pero es más delgada, filosa y de punta recta. Se fabrica a partir de un machete o casanga que se haya quebrado, de tal manera que pueda incrustarse un mago de madera de unos dos y medio metros de largo y sacarle filo. En el extremo opuesto se rebaja el 96 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
metal para figurar una especie de espátula pero gruesa que permita cortar el tronco de la cabeza del cocuixtle con facilidad. En el mismo corte de cocuixtle se utiliza un machete o casanga para cortar las hojas de la planta y despejar el acceso al fruto de la familia de bromelia karatas, cercano al fruto de la piña. Otras herramientas que se utilizan son el azadón, el machete largo, la rozadera para coamil de diente grande, la rozadera clásica y la coa. Las herramientas mencionadas se fabricaban en Ixcatán, uno de los herreros era Juan Reynoso que a su vez la hacía de peluquero y músico de la banda de viento. El periodo más prolijo de la producción de fruta barranqueña, es durante los días de abril, mayo y junio. Los niños durante los tres meses, parecen traer lona en lugar de algodón en hombros y mangas de la camisa, ya que se limpian la boca con ella al comer mangos, ciruelas, anonas y pitayas. Los papás cuidan que sus hijos salgan de la escuela y lleguen a su casa antes de irse a comer fruta recién cortada y a bañarse a lugares como “La Presa”, “Acatenco” y “San José”. Los niños, trabajan como juntadores de guamúchil y apartadores de mango. Por esos días si hay venta, Valentina, Paz Flores, Adelaida y Lola que venden enchiladas, sopes, pozole y tostadas hacen de mayo y junio su “agosto". Los compradores de San Martín de las Flores, San Esteban, San Juan de Ocotán y Teponahuasco frecuentan el pueblo en la temporada de frutas, "las húngaras adivinadoras" y cineros se aparecían por Ixcatán, pero, con eso de los videos cayó en desuso tal diversión. Ya no se escucha la arenga, "amigo, señor, niño, señora, todos, vengan a ver esta noche especial, una película de trompadas, patadas, mordidas... ¡ah y no olvide traer su silla, precios accesibles para toda la familia!” El cine era es un espacio de convivencia comunitaria a donde asistía toda la familia. Los empresarios llevaban su planta de electricidad, proyector, cintas, manta, 97 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
refrescos, palomitas y a veces hasta sillas para que todos pudieran disfrutar de la función. Cada año había por lo menos una temporada de cine, lo que permitía ver una o más cintas, generalmente de corte mexicano El cine de antaño se proyectaba en solares pero la gente entraba tras las mantas y veía sin pagar, por eso se buscaron lugares cerrados como la casa Daniel Ruiz, del Herrero Emilio Alba y de Cleofas Hernández, todos que en paz descansen, al igual que el negocio de los cineros que andaban de rancho en rancho. La venta de la fruta a un precio justo, ya se acabó. El tocadiscos de los Venegas Si no fuera por las dedicatorias que nacen desde el tocadiscos de los Venegas el 24 de junio "el mero día de San Juan" pasaría desapercibido, aunque personas de nombre Juan o Juana, si los hay: Juan Polanco, Juan Sandoval, Juan Saldaña, Juan Mercado, Juan Ruvalcaba, Juan Juárez, Juana Soriano, Juana Polanco y Juana Sisnado, por nombrar algunos. En un pequeño local propiedad de Indalecio Venegas en pleno centro de Ixcatán, está el tocadiscos alimentado con la energía de un acumulador de coche; ese lugar, fue por veinte años refugio de varones enamorados, borrachos desconsolados e incomprendidos y de jóvenes atrabancados que deseaban dedicar alguna canción a sus novias del repertorio discográfico de los Venegas. Así como si fuera toda una estación de radio, se escucha la voz clara y potente de Abel Venegas o de Alfonso su hermano: “… y sigue complaciendo el joven de iniciales MPG, para la señorita de iniciales LSD, con esta bonita melodía que lleva por nombre “las higueras”, esperando que sea de su mayor o completo agrado…” y se hace escuchar por una bocina de trompeta la melodía que con facilidad se escucha en la caserío; pasan por ahí también los comerciales y avisos: “…se les está avisando a todas las personas, que gusten comprar carne de puerco, vayan a la casa del señor Nicho Casillas…”. 98 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
De manera ocasional el tocadiscos es contratado exclusivamente y entonces los Venegas decían, “esta hora de música que escucharemos a continuación, va de parte de la familia Larios para la señora Otilia por ser el día de las madres y se escuchaba la melodía, “dame por Dios, tu bendición o madre mía adorada, y yo a tus pies pido perdón por lo tanto que has sufrido, ahora que estás en la mansión, una mirada te pido, madre querida ruega por mí al creador…” Así, por el sonido del tocadiscos, la gente comparte sus gustos, necesidades comerciales, amores y desilusiones. Baño anual de San Pedro y San Pablo Fiel a su tradición de varios siglos, la comunidad indígena de Ixcatán, Festeja de una manera muy particular a San Pedro y San Pablo, no lo organizan la parroquia sino el mismo pueblo, ese día, una comisión de Comuneros recorren el casería para reunir apoyos en dinero y especie (principalmente gallos), que por la tarde serán distribuidos entre los músicos que amenizan la fiesta (violines, tambora y redoble) y para los niños, jóvenes, viejos, hombres y mujeres que deseen medir su habilidad para derribar al contrario a fuerza "de canilla" a partir de tomarse del cinto o la fajilla uno al otro, sin que rebase el término de una melodía, a esto se le llama "las luchas" o "los gallitos". Antes del inicio de las luchas, en procesión se lleva a San Pedro y San Pablo a la presa, se recorre parte del antiguo "camino real" entre unas viejas cercas, a eso le llaman "bañar al santo". Este camino cruza Ixcatán de Este a Oeste desde la Piedra Grande por los predios de los Hernández, Vázquez, Venegas y Flores para dirigirse a Copala o San Esteban y de ahí a Zapopan o Guadalajara. Los santos se colocan en una piedra junto al ojo de agua, ahí toca la música y se realiza la primera lucha, al regreso de la procesión al templo ocurre una más. Este festejo es también para la junta o enganche de los tastuanes que participarán los 99 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
días 25, 26, y 27 de julio en el marco del Santiago Apóstol, que convivió con Cristo hace más de dos mil años y murió en el año 44 después de nuestra era. Ese día los más animados son los niños, pero las jovencitas no se queda atrás, eso sí, los golpes son serios ya que no se coloca protección alguna, ni colchón en el piso. Al riesgo de ser derribados los contendientes le anteponen el premio que equivale en un rato al domingo de todo un mes. También es la junta de “los tastuanes”, por ello los fiesteros son quienes encabezan los festejos, reúnen los apoyos y ofrecen de alcanzar los recursos algo de comida ese día. Al final recorren la plaza principal para anotar a quienes habrán de participar como tastuanes en julio del mismo año. La manera de comprometerse a participar en los tastuanes, es simplemente tomando de la botella de bebida alcohólica que despreocupadamente van ofreciendo. Quien le empina al trago se va anotando, así hasta completar cinco, diez, quince, veinte, cincuenta o más futuros tastuanes. La música del tamborazo, el fervor por San Pedro y San Pablo, la cooperación comunitaria y la comida la aceptan todos, a lo que se tiene cierta resistencia, es “las luchas”, ya que aunque todos se divierten no les gusta que sean propiamente sus hijos, sino los ajenos, pero, el dinero es bonito y la gente ante todo sigue apreciando “el pan y el circo”. Durante “las luchas”, el tamborazo de siglo y medio de tradición, ejecuta una melodía que se llama el “pájaro perico” que dura minuto y medio, es de ritmo muy alegre. Existe un grupo de melodías antiguas llamadas “chirrionas” que se trasmiten entre los músicos de generación en generación. Los músicos que al escribir estas líneas ya murieron son: Enereo Flores, Desiderio Flores, El chino Cortés y Justo Vázquez. Los músicos que aún viven, Salvador Venegas, José Venegas, Dolores Flores, Ruperto Ruvalcaba y una generación de jóvenes que ya estudian para entrar en su relevo. 100 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Al finalizar la jornada del 29 de junio, además de varios adoloridos por las “luchas”, crudos por el licor y gastados económicamente, por fin se completa la lista de los tastuanes y junto con los fiesteros, tendrán 24 días para preparar lo necesario antes de la celebración de los tastuanes: vestuario (ropa, máscaras, calzado, cuchillas), bebidas, alimentos, contratación de músicos, permisos del trabajo, beneficio de la milpa, etc. De tastuanes, invasión y despojo Los tastuanes son una representación de la lucha entre los árabes que invadieron y sometieron a los reinos de Castilla, Aragón, Granada, entre otros, en el año 800 d.n.e. Los españoles expulsaron a los árabes 700 años después, presuntamente con el apoyo de Santiago Apóstol, aunque acudió sólo en espíritu pues murió decapitado en el año 44 después de Cristo. La danza de moros y cristianos es un producto de la época medieval. Su origen puede precisarse, temporal y geográficamente, alrededor del siglo XII en alguna parte del oriente de España, posiblemente Aragón, ya libre de la dominación sarracena. Esta suposición se basa en la primera referencia documental a la danza,: cuando en ocasión de la boda de Ramón Berenguer IV, Conde de Cataluña, con Petronila, reina de Aragón, celebrada en la catedral de Lérida en el año de 1150, se fingió un combate entre moros y cristianos” (Warman, 1972: 17). El combate fingido, antecedente formal de la danza de moros y cristianos, es uno de los temas más antiguos de la historia de la danza en occidente. Entre los griegos se llamó xiphismos (Warman, 1972: 17), ellos y los romanos se encargaron de su amplia difusión en Europa. Según Bernal Díaz del Castillo, en 1531 tuvo lugar en la nueva España la primera representación de moros y cristianos. Pronto comenzaron los relatos de la milagrosa aparición de la Santa Cruz o del apóstol Santiago combatiendo al lado de los conquistadores contra los indios. 101 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Fueron los españoles todavía ebrios con la victoria y expulsión del los moros de España los que trasladaron estas leyenda a las tierras conquistadas. En ellas el Apóstol, tan entrometido como servicial luchó a su lado contra los moros invasor. Su motivo era justo y laudable, pero su participación en la lucha contra los indios no tiene disculpa, los tecuexes, cocas, zacatecos y caxcanes, no tenían otro delito que defender el territorio, su cultura, creencias y tradiciones que heredaron de sus antepasados de la rapacidad de los invasores. La danza de los Santiagos o Santigueros es una de las más difundidas en nuestro país y, por consiguiente la que más variantes presenta. Por sus características corresponde a las llamadas danza de conquista o evangelización ya que su desarrollo gira en torno al combate que sostiene el Apóstol Santiago (caballero) y sus hombres contra el gobernador Pilatos. Los personajes sobresalientes son: El señor Santiago Caballero (o corona), los mascarudos, (Rey Pilatos o Máscara Grande, Cayín Primero y Cayin Segundo), los Xocoyotes, el Centurión o Capitán Primero, ente otros. Los sones que bailan: la procesión, la marcha, la rueda y los pasos; con los que realizan sencillas coreografías con combates frecuentes. De los parlamentos, diálogo o relaciones, que da muy poco, a la fecha se le ha excluido de la danza. (Güemes, 19996: 189). La intervención del Santiago perdura aquí y el “apóstol guerrero” es el principal personaje, como si se quisiera rendir perpetuo homenaje al que en muchas ocasiones decidió, así reza la leyenda, la suerte de aquellas batallas en favor de sus protegidos. Santiago es caracterizado algunas veces con una máscara de recias facciones y mangas y retorcidas barbas; otras de jinete en brioso “cuaco”, armado de tajante machete que blande en todos sentidos (como en la danza de los tastuanes); o simplemente llevando debajo del brazo un pacífico caballo de palo y un inofensivo 102 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
bastoncito de madera; otros más portando un distintivo cualquiera que destaque su rango, su jerarquía, como la que se ejecuta en la región lacustre de Pátzcuaro (Altamirano, 1984: 95). Algunas referencias de la celebración a Santiago Apóstol (Rodríguez, 1988: 12)) Chiapas: Tuxtla Gutiérrez, Estado de México: Teotihuacan, Michoacan: Janitzio, Oaxaca: Justlahuaca, Puebla: Teziutlan y otros lugares de la Sierra de Puebla, Veracruz: Jalacingo. Zacatecas: Moyahua, Apozol y la Mezquitera. En el estado Jalisco, las poblaciones en donde se celebra en el mes de julio a “Santiago Apóstol” son muchas, pero en muy pocos lugares se organizan Tastuanes. Por ejemplo en 1888 se celebraron tastuanes en San Andrés, Mezquitán, Huentitán y Tonalá (Santoscoy, TI, 1984: 410). En el municipio de Zapopan, en pleno siglo XXI, se mantiene viva ésta representación en las comunidades de Santa Ana Tepetitlán, Nextipac, San Juan de Ocotán e Ixcatán. El festejo en general es el mismo, pero su representación es diferente. Los Tastuanes de Ixcatán Aunque las danzas, pastorelas, tastuanes y representaciones giran en torno a las creencias religiosas, los grupos constituyen más bien una manifestación creativa popular que religiosa. Se pueden incluir en lo profano1 puesto que son una objetivación de la religiosidad humana. El cuadernillo al que se tuvo acceso hace más de un cuarto de siglo, es de 1884, está en lengua tocho-mexicano, intenta traducir a su vez al español lo que aparece 1
Todas las creencias religiosas conocidas, ya sean simple o complejas, presentan una característica común: presuponen una clasificación de todas las cosas, reales e ideales, en que los hombres piensan en dos clases o grupos opuestos, generalmente designados por dos términos claros que se traducen bien por las palabras profana y sagrado (profane, sacré). Esta división del mundo en dos campos, uno que contiene todo lo sagrado y el otro todo lo profano, es el rasgo distintivo del pensamiento religioso; las creencias, los mitos, los dogmas y las leyendas son representaciones o sistema de representaciones que expresan la naturaleza de las cosas sagradas, las virtudes y los poderes que se les atribuyen, o sus relaciones entre sí y con las cosas profanas. E. Durkheim, “Los fundamentos sociales de la la religión”, Cit. por Rolando Roberson en su Sociología de la religión. México: FCE, 1980 p. 37. 103 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
en tocho, está firmado por Tomás Ramírez, consta de 10 hojas, en condición semidestruida, escrito con tinta china. Sus pastas son de cartón con forro azul; algunos párrafos están ilegibles, fueron transcritas de manera completa gracias al apoyo de Agapito Rico, la figura más relevante de la tradición en Ixcatán en el último siglo de historia reciente de Ixcatán. Murió en diciembre de 1994, la Casa Comunal lleva su nombre desde 1996. El Coloquio de los Tastuanes en poder de la señora Consuelo Cuarenta, pasó luego a un familiar quien lo conserva celosamente. Agapito obtuvo el coloquio de una señora que vivía en la Comunidad Indígena de Mezquitán y de quien no recuerda su nombre. El mismo, hizo una copia del Coloquio en 1949. Este singular personaje todos los 24, 25, 26 y 27 de julio, durante 40 años estuvo presente, como “presidente Satanás” o “el toro” de los Tastuanes. El coloquio de los Tastuanes, es una referencia a la invasión el saqueo de los españoles a los pueblos de la región, esto se explica cuando se señala: “Desde acatias tacate, deve ver amigo alto, hay de campo quitispalín, que anda haciendo en este campo, si usted en este reyno, es hombre desconocido, qui tapite bescamatli, usted se anda comiendo, se anda robando lo de nosotros y dejando a nuestro Reino en un pereser”. (Coloquio de Tastuanes, 1884) La admiración por lo desconocido, se refleja cuando hablan del Santiago, pero a su vez aparece el reclamo por el despojo consumado de sus bienes y tierras: “Pues aviamos aver, que buen techonteco, buena hamapolo, dice, buena pomera, buenos istollos, dice, buenos hojos, amo qui bisicana, buenas clinas, buenas sisnacas, buen osico, buen cuaualin suchite, buen cabayo, buen tegualilo potonqui, buen Santiago, buen sillantres, buana silla, buenas albestranas, buenos estribos, amo qui buen galanote, a costas de los bienes del rey y precidente satanás” (Coloquio de Tastuantes, 1884) 104 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
La resistencia a la conquista española, con todo y las divisiones internas; el temor a lo desconocido y los intentos de los frailes por endulzar los acontecimientos con el nombre de Dios, no cambió el dilema de matar o sobrevivir. De esta forma los conquistados charlan con el personaje Santiago, “...ben aca a la presencia de tu sacarrial majestad tu que eres homvre de vien, para que pueda yo descargar todas mis confiansas, pero no me andes engañando ni me andes contando mentiras, porque sino sanaisca mi tamachigues, (...) ami no me gustan que me traigan chismes, porque sino me enojo y entonces, motancua dicen, mando que te maten con buen tecuan y maguistle, tengo buen machete afilado. Amo qui para ho quitace techonteca ini; dice, para mandar que te tumben la cabeza por enbustero”. (Coloquio de Tastuanes, 1884) El proceso de celebración La organización de los Tastuanes inicia un año antes. Y es precisamente cuando se reúnen los fiesteros entrantes. El 27 de julio, día en que entrega el grupo hacen una breve ceremonia de juramento ante el “Santo”. Normalmente son tres los responsables del festejo, uno es el Sargento, otro El Moro y el tercero la persona que representará al Santiago. Los acuerdos que toman, están relacionados con el pago total de la celebración, (comida, música, materiales, etc.) No se firma papel alguno, pero ese convenio ante Santo Santiago, vale más que si tal acto se documentara ante un notario público. Para cumplirlo hay cerca de un año, puesto que el 29 de junio del año siguiente, día de San Pedro y San Pablo, es la acción que realizarán previa al festejo. Ese día (el 29 de junio), se organiza una peregrinación en donde se lleva las pequeñas esculturas de San Pedro y San Pablo al lugar llamado “La Presa”. Ahí además de acompañarlos con la música de tambora (con violín y redoble), 105 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
simbólicamente se les baña. Es la inauguración de un nuevo temporal de lluvias y de la siembra del maíz, frijol y calabaza. Es también la fecha final para elaborar la lista de quienes serán los tastuanes en el mes de julio. Para reclutar a los tastuanes, basta con que beban una sola vez del garrafón de alcohol o mezcal, para quedar comprometidos. La lista de los que ese día se comprometen, se suma a los “esclavos”, o sea a las personas comprometidas de por vida con el Santo Santiago. Cabe destacar, que parte del costo del festejo del 29 de junio, recae en la comunidad, porque el mismo día temprano o en los anteriores, pasa una persona casa por casa, para reunir dinero y gallos. El dinero y los gallos son para pagar la música, la bebida y los premios que se entregarán a los ganadores de “las luchas”. Las luchas son un especie de acto de masas, en donde, no hay ring, ni juez. La víspera El 24 de julio por la tarde, inician formalmente el festejo. La procesión da principio con la participación de los Tastuanes y el Santiago. La pequeña escultura ecuestre, que representa al Apóstol Santiago, es sacada a peso, la hacen marchar al frente, luego siguen las rezanderas, cantantes y personas que acompañan al Santo; más atrás, las música de chirimía y redoble, seguidos de los tastuanes y el Santiago de carne y hueso. Un testimonio recogido señala que la figura ecuestre de Santiago Apóstol más antigua que había en Ixcatán y que sufragó una familiar de “los cocochos”, se encuentra en Apozol, Zacatecas y que como seña particular tenía espuelas de plata, que por eso allá se lo quedaron luego de un traslado que se hizo de éste, hace muchos años, sin que se haya precisado más. También se cuenta con una imagen del mismo apóstol Santiago. Hablando de la veneración a Santiago Apóstol, la primera iglesia que construyó en su nombre en la Nueva España fue en Tlaltelolco luego nombrado Santiago de 106 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Tlatelolco en la ciudad de México. A su vez en la parroquia de Mezquitán, en Guadalajara, existe un Santiago de gran tamaño montado en un caballo blanco. Durante la procesión de la víspera, los tastuanes frente al Santiago simbólico hacen una breve reverencia y profieren vocablos hasta el momento indescifrables, dando saltos y gritos que a ningún local asustan; al final de la procesión van los que lanzan los cohetes. El recorrido que se hace alrededor del pueblo, concluye en la iglesia, lugar de donde partió con un repicar de campanas y la finalización de la ceremonia previa a los días principales. Ese día 24 no acuden fuereños. En la víspera, todo ocurre sin contratiempos, pues es sólo el principio. Durante las últimas horas, los organizadores hacen las compras pertinentes, se sacrifican los animales que se consumirán el siguiente día y las personas en general preparan sus “estrenos” de tastuan o de espectador. Si hay dinero habrá uno cada día, sino, por lo menos el 25 de julio. Los ixcatecos que trabajan en sus labores, el día de la víspera suspenden las actividades al mediodía y las reanudan hasta el día 28 de julio. Por ello para esa fecha, la meta es por lo menos haber concluido la primera escarda de la milpa y esperar se ponga el cultivo para la segunda. Los días de “la farsa” y “la jugada” El 25 de julio comienzan a llegar los visitantes. Normalmente son hijos “ausentes” y/o familiares de quienes residen en Ixcatán. Las comunidades vecinas de La Soledad, El Paso de Guadalupe, San Esteban, San Isidro, Tateposco y los Camachos; Huaxtla, San Lorenzo y las Escobas, siempre cuentan con presencia. De la ciudad también acude alguna gente. Durante muchos años fue raro encontrar algún reportero, turista extranjero o trabajador de la cultura, tradicionalmente acuden a otros festejos de lugares cercanos a la ciudad y que no tienen mucha similitud con lo que ocurre en Ixcatán. 107 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Esa puede ser una explicación que a pesar de existir evidencias de su celebración desde hace más de medio siglo, no haya trabajos escritos sobre el particular. Los tastuanes adquirieron relevancia una vez que distintas voces exigían al gobierno de Jalisco su prohibición en 1895, Victoriano Salado Álvarez en la voz de los opositores, señaló ese mismo año: “A nosotros nos revientan los tastuanes; es más nos parecen un espectáculo digno de salvajes; más todavía, creemos que la autoridad hace mal en conceder licencia para la verificación de esa diversión que no sabemos si tiene más de sosa y de estúpida o de depresiva y entristecedora” Victoriano Salado Àlvarez. “El Mercurio y los Tastoanes” El Correo de Jalisco 3 de agosto de 1895. (Santoscoy TII, 1986: 1034) Tal polémica se generó a raíz de que Alberto Santoscoy publicara un artículo en El Mercurio del 28 de julio de 1895, titulado “Un Sabio profesor universitario y la fiesta de los tastoanes”, en éste manifestaba su beneplácito por el interés del profesor en antropología por la Universidad de Chicago Frederic Starr que estuvo en junio de 1894 en el barrio de Mezquitán para conocer sobre los Tastuanes, trabajo que luego publicó en The Journal of Américan Folk-Lore en junio de 1902. A su vez y Rafael de Alba, en El Heraldo del 4 de agosto de 1895, señaló sin tapujos, la fiesta de los tastuanes “hermosa no es ni conveniente, da margen a mil escándalos, es causa de la ebriedad de todo un barrio, del despilfarro de los pobres ahorros de mil miserables, pero qué dan de su significación histórica”. (Santoscoy TII, 1986: 1036) Con los adversarios de los “tastoanes” como les denomina Santoscoy, debate en varios números de El Mercurio cada una de las opiniones y razones esgrimidas por Salado y de Alba, acudiendo al recuento de tradiciones raras y un tanto temerarias de Holanda, Italia, Noruega, Suiza, Alemania, Rusia, etc., a 108 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
documentos y publicaciones, hasta que él mismo dio por terminada la guerra de tinta, algo de lo que respondió fue: “…La fiesta (de los tastuanes) sólo tiene de española a Santiago Apóstol, su caballo, algunas prendas de ropa que tenían que vestir los indígenas sometidos, etc., lo demás todo, enteramente todo, es étnico, porque mira a las costumbres primitivas de la raza indígena; porque es peculiar, genuino y característicos de nuestro país”. (Santoscoy TII, 1986: 1046) En Ixcatán el festejo, tiene más de tres siglos, lo que constituye una de las manifestaciones más antiguas que no sólo han sido abrazadas por las familias más antiguas como los Venegas, Hernández, Larios, Flores, Bobadilla, Luna, Gómez, Pérez, Blanco, Juárez, Casillas, Avelar y otras; sino por las familias que llegaron a Ixcatán a mediados del siglo XX: Ruvalcaba, Saldaña, Polanco, Valle y otras. Por la mañana, los miembros del grupo (organizadores y tastuanes) construyen “El Castillo”, que nos otra cosa que un tablado sostenido por cuatro gruesos postes capaces de soportar una cama rala de vigas de madera o tubos galvanizados, atadas con lazos y alambres y a unas 50 personas. Es muy similar al trono o castillo que describe Santoscoy en 1894 para el caso de Mezquitán y el que fotografió el antropólogo de la Universidad de Chicago, Frederic Starr el mismo año en ese barrio de Guadalajara. El Castillo es uno de los lugares centrales de la representación, que se coloca en la boca calle. Por muchos años éste se estableció en la calle Juárez al poniente de la finca de María Hernández y exactamente atrás del altar mayor de la iglesia, lo que permitía un escenario muy bueno para actores y público que disfrutaban de la sombra de dos enormes arboles de zalate, un hule y la comodidad de los muros de las escuela primaria, los lavaderos y la plaza principal.
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Ahora se realizan frente a la iglesia en las calles Niños Héroes y Morelos, donde la calle es más angosta y no existe sombra suficiente para el público, lo que además conlleva al cierre total de una de las calles de ingreso. Una vez construido el Castillo, son reunidos los tastuanes que van saliendo de sus casas con sus máscaras de piel o madera, cabellera alborotada hecha a base de colas de res, cotones de colores chillantes y calzones cortos tipo español conquistador. El calzado que utilizan es diverso, huaraches, botas, tenis y hasta zapatos de fut-bol cuando no hay más. Los personajes que se ubican con mayor facilidad son: Con apariencia humana, el Santiago (a caballo o a pié tierra), el Moro (cotón rojo) y el Sargento (cotón negro). Los enmascarados: el toro o presidente Satanás, el perro, el rey, dos caras y otros de difícil ubicación pero que suman hasta cincuenta. Los tastuanes van armados de una “cuchilla” grande, una espada de madera diseñada ahí mismo de metro y medio de larga o mayor, con una hendidura en el centro para sujetarla. Llevan paliacates al cuello y mejillas para evitar raspones en la cara; sombrero sin ala en la cabeza para disminuir los efectos de los golpes. En la mano izquierda, llevan un amarre de tela para tomar la “cuchilla”, ya que los golpes con el machete o ramas de mezquite no son simulados. El primer acto de la mañana del 25 de julio, se efectúa en el momento que se miden las tierras. Con la armonía de la música de chirimía y redoble, miden los cuatro vientos y van anotando en un supuesto libro, el resultado de las medidas, semejando lo que ocurrió en tres momentos históricos diferentes: a) en el periodo precolombino en las luchas internas, b) durante la rebelión del mixtón de 1539 a 1541, c) en los años de 1696 a 1707 cuando se deslindaron las tierras de Ichcatlan por órdenes de la corona. Nada raro sería que se agregue un nuevo pasaje de la historia reciente relacionado con la actual defensa del territorio.
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Durante la delimitación del territorio en dominio a la llegada de los españoles ocurrida en marzo-abril de 1530, los tastuanes increpan al Santiago y lo conminan a que se vaya a otro lado o perecerá en el intento. Unos de los tastuanes, hace de medidor, otro de secretario generalmente el Rey, uno más de apoyo a quien -si se descuida - le sacan tinta jocosamente picándole a la altura del ano. El resto de los tastuanes son actores que no descansan de hacer travesuras y de lanzar gritos, saltos y algunas frases que han podido memorizar del coloquio escrito en tocho mexicano y del cual se tiene la versión de 1884. La mayor parte de los parlamentos que dicen los tastuanes, son improvisados e incomprensibles, Alberto Santoscoy señala tal característica en 1894 en su estudio “La fiesta de los Tastoanes, estudio etnográfico histórico. Homenaje de gratitud y respeto al Sr. Gobernador del Estado Gral. D. Ramón Corona” (Santoscoy TI, 1984: 407-423). El primer acto, es un reconocimiento de la zona de control de los tastuanes (indígenas), ante la llegada de quienes pretenden arrebatarles su territorio, su poder y su cultura. En uno de tantos recorridos, los tastuanes se encuentran al Santiago a quien le advierten que de insistir en el despojo: “Tispanes teguate momo, somo teguatle, se ba komo, se ba o mando que le maten; cuay ho homo cuaye, te cuadra o no te cuadra; sino homo qui tiso peye maquistle; sinó mando que te asoten las nalgas, tastuan totastoca. Estos que aquí estan, es mi fuerza tlisiguatle, segua mostla, horita se va ud. de aquí, porque es mucho lo que me a enfadado; isneme teponostica, cuaye simpuay no cuayunca teponostica; y se que es mucho lo que mortifica, cuele para su país, ho mando que lo maten horita; tecuan y maquistle; traín buenos machetes, para que te tumben la cabeza; guistuirinas las ormigas, mochonteco la cabeza, istolos tepuchito los hojos chiquitos, poponchis inchadas, tesayotas las lagañas” (Coloquio de Tastuanes, 1884) 111 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Una vez tomadas las medidas del reino tecuexe, que se hace por la calles de Ixcatán, los tastuanes verifican uno por uno las condiciones del “castillo” aquí se incluye al rey, el único con rostro humano, quien al ritmo de la música sube y revisa minuciosamente el “castillo” también llamado “palacio”. Los tastuanes son llevados por el Sargento y el Moro, personajes traídos de España desde el año 1400 d.n.e. o más atrás, quienes son los únicos que no llevan máscara, usan un vestido con botones al frente, uno de color rojo (moro) el otro negro (sargento). Ambos portan una especie de escudo pequeño, hecho de piel y un palo de unos 25 centímetros. Su función es cuidar el orden y llamar en todo momento a los tastuanes a que ejecuten la parte que sigue en la representación, cuidan a su vez de la indumentaria del Santiago, de tal forma que no caiga alguna prenda en poder de los tastuanes quienes podrán hacer un trueque en alguna tienda local a cambio de cervezas, alcohol o cigarros. Los Moros, rascan el piso con el palo y luego le pegan al escudo. A veces funcionan como réferi, otras son completamente parciales al Santiago y requieren de destreza, astucia y agilidad para no ser sorprendidos por los tastuanes, pues su sencilla indumentaria (tejana, cotón, palo y escudo) es susceptible de canje en las tiendas por bebida y cigarros. El “castillo” centro de la acción, se afianza lo mejor posible y para ello antes de subir a los tastuanes se rinde el siguiente informe: “Pues amo qui, bien registrado el castillo de sentro a tierra, amo qui bien afianzado el castillo con ilopita hasacamecate y atoto mochi amo qui bien itilinia para que puede que tesco y teguate y todo el personaje para que tlasinpase de analco y ha teotanalco para que analco y ha teotanalco para que ya tesentlati ini. (Coloquio de Tastuanes, 1884) Los tastuanes se instalan en el “castillo” y salen individualmente a combatir al Santiago. El orden de aparición es por categoría y edad. Primero salen al combate 112 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
los tastuanes de menor importancia y el final se reserva para “el perro” y “el toro” o “presidente Satanás”. El rey no participa en los combates, pero en todo momento observa desde el tablado. Su traje recuerda a los reyes durante el feudalismo en Europa, usa cuchillo al cinto, máscara con facciones españolas, pero que raramente regentea a los tastuanes. El Santiago en esta primera parte no usa el machete sino ramas de mezquite, con las que golpea con frecuencia a los tastuanes, la intensidad varía según lo solicite el tastuan o la manera en que se defienda, si lo hace con brusquedad la intensidad es mayor. En otro momento el Santiago va montado. Caballo y jinete son uno, por lo que cualquier falla puede terminar en un accidente grave, mayormente del jinete que no trae ninguna protección para una caída y en menor medida del caballo porque la superficie es resbalosa para las herraduras del animal. (Santoscoy, TII, 1986) precisa que durante los tastuanes en 1872, se montaba un caballo de carrizo por “la antigua prohibición de que los indios montaran y se quedó”. Una vez iniciada la guerra nada la detiene. El fusilamiento es rápido, al Santiago lo sacrifican junto con un traidor, el tastuan “aberrugo” o “dos caras”, una especie de judas de la conquista traído de Europa. Los fusilados son cubiertos como se hace con cualquier cadáver. El rey con su cuchillo (de palo) abre imaginariamente por el pecho del Santiago, saca grotescamente las vísceras, primero el corazón, luego el hígado y los pulmones, los intestinos y los arroja a los cuatro vientos, el Perro devora ferozmente todo y lo que no logra engullir lo cuida celosamente. El Rey rítmicamente, arranca las extremidades inferiores, luego las superiores, corta la cabeza, ante la expectante mirada del público y al ritmo del tambor y la chirimía que le dan un toque menos tétrico al acto, e incluso, el pene del Santiago difunto es arrojado sin miramientos hasta el público, últimamente simulado por una salchicha u otro objeto.
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La escena termina acompañada de una triste melodía que a veces es “la Adelita” del periodo de la revolución mexicana, cuando los restos mortales del Santiago se tiran envueltos en la cobija al nido de hormigas rojas más cercano. Pero, aparece la magia, el Santiago no perece, resucita con todo y caballo para estar presente en el siguiente acto. Alberto Santoscoy escribió en 1894, “…pues es de recordarse que hoy Santiago es vencido en la representación…” (Santoscoy TIII, 1986: 1042) La celebración del triunfo sobre el Santiago, baila el Rey y el Toro se da gusto persiguiendo al chiquillero y tastuanes por la calle, es una especie de corrida taurina en donde no hay jueces, ni ruedo, ni matador, ni payasos en barril. De pronto, aparece el inmortal Santiago en su caballo que no es blanco sino del color y tipo que consiga el actor. El apóstol de Jesucristo dos mil años atrás, resurge blandiendo el machete y entablando una lucha con todos los tastuanes a la vez, al ritmo de la melodía “el batallón”. Recorre de un lado a otro en su caballo bajo una fila de opositores que colocan sus cuchillas para que éste golpee su machete en ellas. Luego viene la calma. En el primer combate no hay vencedores, sólo un repliegue de los tastuanes. Luego viene una parte divertida en donde baila el rey para encontrarse cara a cara con el Santiago, tienta cada una de las arciones de la silla, la rienda, los crines del caballo, la indumentaria del Santiago, incluido el sombrero que durante un momento se lo coloca en su cabeza, excepto la espada (el machete). Al final del acto, el Santiago da un golpe en la espalda del Rey quien va a parar hasta dar un abrazo o más a una de las mujeres que están en el público, en donde seguramente no perderá la oportunidad de decir: “Hanita penilitlamo inqui posenti pocheatle, in macuille yeca yecatli, güerita cuanto la quiero, quisiera que su corasón, que usted tiene, me lo regalara. Le be homi yei hagui, macuile y chicuase” (Coloquio de Tastuanes, 1884) 114 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
En tanto el Rey es algo así como a la autoridad civil, el Toro o presidente Satanás, es el jefe militar, que con su traje negro, arma tal revuelo que hasta gente del público se mete a torear. Los músicos también tienen una melodía para el toro. La indumentaria de la máscara incluye unos cuernos pequeños al estilo de los guerreros vikingos, la máscara más antigua de este personaje que se fabricó y utilizó por casi medio siglo por Agapito Rico la tiene Modesto Flores. En caso de quitarle parte de la indumentaria al Santiago como puede ser el sombrero, el machete, una espuela, o la rama con la que golpea, pueden hacer el trueque por cigarros, cervezas y hasta comida según se ha convenido entre los tenderos y los responsables de la fiesta, para ello crearon el siguiente parlamento una vez que han recibido la especie: “Habiamos haber tantito, iscomel chocolate para camantes, istlancos porque amo.
Que
entre
más
quimaca,
más
quemeneque,
más
ysmolinia
mostlancoisca. Habíamos haber tantito; imiscomel chocolate, haber señores, me acen favor de darme tantito bino para camantes istlacncos, camantes los labios, los dientes, porque hamo aquí que entre mas ismolonia mostlancoisca, mas hasta lo reboleo en la boca para dar las gracias”. (Coloquio de Tastuanes, 1884) Ya en 1895 se refiere que la prestación por así llamarla, de los tastuanes de tomar de las tiendas bebidas, alimentos y cigarros sin pagar, es un privilegio que se concede a los danzantes (Santoscoy TI, 1984: 411) Sobre los tecuexes, se ha escrito que fueron salvajes e implacables guerreros sin embargo, el texto del coloquio de referencia rompe con esta afirmación en su primera página y se establece un diálogo con los conquistadores antes de la confrontación: “Señores como amanecieron, como tiene Dios incapa, como están de salud, como amo pilsa como está tu esposa, como amopose, como están tus hijos, 115 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
moiltle esta homosomo mopilguayoca y todos los de su casa. Pues qui deste catias, tacale de caica que tispalin, que tapite vescamatle tispaneguatle homosomo teuatle y tegualtelo. Cuaye ho hamo cuaye tastuan totastoca tliseguatle cigua mostla isneme teponostica, cuaye sin puay, ho cuayunca tepnostica” (Coloquio de Tastuanes, 1884). Dentro de la farsa, mientras los tastuanes descansan y van a comer, el Santiago se dirige a la entrada de la iglesia a solicitud de las personas que van a pagar mandas al Santo. La manda consiste en irse hincados o de pie hasta el ingreso de la iglesia, mientras el Santiago les golpea la espalda con la parte plana del machete, con ritmo, cantidad y potencia que el propio devoto solicita. Por lo general este acto se hace a pie y raras veces a caballo. Algunos que no les ha tocado observar el pago de mandas se sorprenden que algunos peregrinos soliciten hasta quinientos golpes “al caer la mano”, es decir con algo de vuelo del brazo y antebrazo, de esta forma si el Santiago es fuerte, alto y robusto será más fuerte el golpe. Es común que al final del pago de mandas el Santiago termine con la mano inflamada. El mismo día 25, por la tarde en acción más descansada, los tastuanes (aun con el peso de la comilona y el efecto del alcohol), entablan la lucha contra el Santiago uno a uno, baila el Rey y cuerna el Toro ante la algarabía del público y los propios tastuanes, para ello una alegre y alegre melodía se deja escuchar. Como es lógico las ventas en los negocios establecidos y móviles se incrementan, al acudir cientos de personas de distintos lugares. Es una fiesta de todos, aun de los que se quedan en casa. El sonido del tambor y de la chirimía se escucha hasta un kilómetro de distancia. También ante las visitas de familiares preparan sus mejores platillos y celebran como todos, un año más de estar juntos.
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El segundo día el 26 de julio, se hace algo parecido al 25, excepto que ya se notan los estragos del esfuerzo físico, las desveladas y embriaguez de los tastuanes y público, pues cada fecha se concluye con un baile popular. Ante las duras condiciones del clima y el cansancio físico, el Santiago suele ser relevado en algunas “jugadas” para preservar su fuerza o atender a los peregrinos que acuden en gran número a pagar mandas. Otro tanto ocurre entre los tastuanes quienes piden apoyo a otros compañeros para descansar o curar los golpes recibidos. Para los caballos también hay suplentes, pues no es raro que éstos se espantes, lastimen y cansen al grado de que no puedan ya actuar el mismo año. Por lo general el día 26 el público es menor, pero el suficiente para acabar con las granadas, duraznos, cervezas, carnitas y refrescos que se vendan, a su vez el Santiago no se da abasto para golpear con su machete la espalda de los devotos. Su tarea requiere de mucha fortaleza. Además debe ser buen jinete y poseer, los suficientes ahorros para afrontar los gastos, que pueden ascender a varias decenas de miles de pesos. Una particularidad se presenta cuando el segundo día es domingo en donde puede igualar el número de espectadores del día 25. La conclusión tastuanera El último día, no varía substancialmente de lo que hacen los tastuanes, el 25 y 26 de julio. La diferencia se marca por la tarde cuando la estafeta se entrega a los organizadores del año siguiente. La recepción del Santiago, no es ni cálida, ni tierna. Debe pasar su primera prueba ante los tastuanes. Todos, tastuanes y público se hacen de cítricos, mangos y dulces para golpear al Santiago que correrá a galope entre la valla de gente, una, dos, tres veces recibe de todos una lluvia de proyectiles. Luego, viene el juramente ante el Santiago Apóstol y la toma de acuerdos entre los fiesteros del próximo año, que no podrán 117 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
fallar salvo en caso de muerte, como ya ocurrió con Javier Cantor esposo de Adelina Larios en el año 2009. Es de particular importancia hablar de los músicos que ejecutan el redoble y la chirimía, dos instrumentos musicales utilizados desde hace siglos para acompañar las campañas militares, ambos muy sonoros que se incrementan en decibeles debido a la gran peña que permanece impávida al poniente de Ixcatán mirando hacia la gran barranca del río Santiago. Julián Juárez que ejecuta la chirimía es considerado uno de los mejores en ese género de la música tastuanera. Últimamente además interpretar las clásicas melodías de los tastuanes que no rebasan la decena, interpreta otras de igual o mayor complejidad. Julián dirige también una danza de flecheros. José Venegas Chávez que ejecuta el tambor, igual lo hace con la flauta de carrizo con las melodías de la danza y un pequeño tambor. Es conocido y apreciado por su gran calidad musical. Años atrás este músico ejecutaba el guitarrón en el mariachi. José Venegas también dirige una danza de flecheros desde 1973. Hay otros músicos de los tastuanes, Modesto Flores (redoble) y Rubén Avelar (chirimía). Algunas de las personas que han participado como Santiago son los siguientes: Rosalío Larios Avelar, Apolinar Venegas Avelar, Silvino Juárez Juárez, Santiago Polanco Gutiérrez, Jesús Juárez Gómez el “mocho”, Jesús Juárez Juárez, Modesto Flores, Félix Flores, Lionardo Venegas, Marcelino Venegas, Guadalupe Larios Pérez, Pedro García Ulloa, Pablo Jáuregui Polanco, Modesto Flores, Julián Reynoso, Héctor Larios Juárez, Heraclio Flores, Noé Saldaña Hernández, Daniel Saldaña Polanco, etc.
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En cuanto al valor artístico y cultural de las mascarás suman además lo simbólico, hay ciertas máscaras y personaje que se han venido heredando por generaciones, el toro, el perro, el rey, son tres. El toro durante 40 años lo representó Agapito rico, luego Modesto Flores, quien a su vez seguro le heredará a algún descendiente. El perro ha sido representado por Luis Rosas, Jesús Juárez, Silvino Juárez y los que les hereden. A su vez el rey, ha sido protagonizado José Ruvalcaba Iñiguez, Juan Mercado y Carlos Orozco, además de los que siguen haciendo historia. Del primer beneficio a la fiesta del quince El 15 de agosto día de la virgen de La Asunción, se hacen festejos en todos lados, en pueblos indígenas como Mezcala municipio de Poncitlán, Atemajac municipio de Zapopan y Jala en Nayarit, por citar algunos ejemplos. En Ixcatán no hay celebración local pero se ahorraba para ir "al quince", ya eso se está perdiendo, pocas mujeres de Ixcatán van a dar vueltas al jardín de Atemajac del Valle, a pasearse en los juegos mecánicos cada vez más sofisticados a comer frituras: papas caseras, churros, palomitas, perros calientes, en fin de todo, pues es feria. Por muchos años, se organizaba desde Ixcatán una procesión a pie, luego fue motorizada, en donde los feligreses se uniformaban y tomaban parte en la celebración central de su parroquia. Después de 1960 y a falta de transporte de pasajeros, la gente viajaba trepada en un camión de redilas, algunos lo hacían desde el día catorce de agosto, se permanecía en el atrio, en el jardín o en la iglesia de Atemajac aunque lloviera. La fiesta en Atemajac se sigue realizando durante nueve días, permanece como el encuentro natural de las poblaciones hermanas de Copala, Tacotlán, Mazcuala, San
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Lorenzo, Huaxtla, Los Tempizques, Hacienda del Lazo, Tesistán, El Batán, la Experiencia, Zoquipan, Ocotán y Tesistán. Unos de los condicionantes para poder asistir a la fiesta de La Asunción en Atemajac de Valle, era el concluir el beneficio de los cultivos; que el maíz tuviera su segunda escarda, que el frijol permaneciera limpio y trepando en la milpa, a su vez que las plantas de calabaza criolla iniciaran su floración. En fin, cacahuate, pepino, bules otros cultivos deberían contar con el mínimo indispensable para fructificar antes del “quince”. La siembra de frijol denominado “cuarenteño” debería estar concluida, de tal forma que si el temporal no era bueno se asegurase cosecha de este alimento inseparable del maíz. Su característica es que no produce guía por lo tanto se siembra solo, es bueno para su cosecha en ejote a los cuarenta días de nacido, reclama menor cantidad de tiempo y agua. A esas alturas del año que eran de las más difíciles podría colectarse un gran ramo de las hermosas azucenas silvestres para venderlas en la feria de Atemajac o reunir hongos comestibles para un buen guiso con huevo, ya que para entonces, los elotes no están en su punto. Llegó septiembre En septiembre, los cultivos de maíz comienzan a lanzar sus jilotes, la floración del frijol y la calabaza están en pleno apogeo, mientras que los pepinos ya se disfrutan en las mesas de los ixcatecos. Antes de ese momento y ante la falta de maíz y frijol, los quelites, verdolagas, pápalo y otros vegetales suplen los alimentos convencionales, combinados con un vaso de leche bronca, guayabas silvestres y hasta abuilotes. Es tanta la necesidad que, las ardillas, tejones y hasta los coyotes a falta de gallinas le entran a los elotes.
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Ciertos días son dedicados a la localización del ganado en los potreros, a la marca y traslado de las nuevas crías de tal forma que al mezclarse en los agostaderos comunes no se confundan. Antes era más común que alguien se llevará una muchacha, claro está con su pleno consentimiento, a que se perdiera una cabeza de ganado, ahora los papeles se están invirtiendo y el abigeato supera las fugas de los novios. Septiembre día ocho, se saca una imagen de la virgen del Rosario en agradecimiento porque llovió o para pedir que llueva; la llevan hacia los cuatro puntos cardinales, “Los Planes”, “San José”, al “Pie de la Cuesta” y “La Mesa”. En los últimos días de septiembre al “Señor de las Aguas”, de las que hacen brotar el maíz, el frijol, el cacahuate, la calabaza, se le organiza un novenario que incluye misas y guardias permanentes, para ello se integran equipos de hombres y mujeres para distribuir las tareas diarias. Grandes milpas con elotes desarrollados, adornan el féretro del venerado en la iglesia. Durante el novenario se hace guardia y procesión alrededor del pueblo para que interceda en la terminación del buen temporal. Ixcatán es más viejo que la celebración de la independencia, pues ésta tuvo su inicio a principios del silgo XX, más desde su institución no se ha dejado de conmemorar durante más de un siglo. En Ixcatán la celebración del inicio de lucha por la independencia es obligada, sólo que de la historia y las reivindicaciones sociales ha quedado poco, previo al 15 y 16 de septiembre se eligen las candidatas a reinas de las fiestas patrias, vienen los bailes y rifas para sacar el dinero del vestuario de las elegidas y otros gastos. El 15 de septiembre por la noche se lee el acta de independencia, con todo y una tupida balacera, vivas a la virgen de Guadalupe y a Fernando VII, como hace dos
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siglos. El grito lo hace el delegado municipal luego de coronar a la reina de las fiestas patrias y sus princesas. El día 16 de septiembre el desfile lo encabezan los ejidatarios con todo y escolta, las fuerzas vivas ixcatecas, los estudiantes y el pueblo todo que les acompaña, de tal forma que pocos son los observadores. Más tarde vienen las suertes deportivas que se organizan como el “palo encebado”, el “gallo enterrado”, el “comal tiznado”, la sortija, el torneo de fútbol y el baile que hace medio siglo se hacía con tambora hoy desplazada por grupos norteños o bandas de viento. El día del mero patrón Aunque el tamaño del santo no dice nada, sino los beneficios que reporta a su creyentes y la veneración manifiesta, San Francisco de Asís es el santo patrono de Ixcatán. Fueron los franciscanos quienes adoctrinaron a los naturales tecuexes, tochos y cocas que habitaban la barranca entre 1530 y 1580 luego del brutal sometimiento español, así lo revelan las evidencias documentales y la sobria construcción del templo de una nave dirigida por los religiosos y construida con sangre y sudor indígena. En las comunidades indígenas el sostén de la fiesta depende de todo el pueblo. Así previamente son nombrados los responsables de reunir e invertir los recursos en los arreglos del templo, la contratación de la música, la preparación de comida, y la búsqueda de los mejores coheteros y hacedores de toritos y castillos. La danza es indispensable, se presenta el día 3 de octubre por la tarde noche y durante el día 4 de octubre, esta jornada dancística local, además de ser una veneración a San Francisco, funciona como prueba para el duro trayecto de la romería de la virgen de Zapopan el 12 de octubre. Toman parte dos danzas de flecheros: una, la “San Francisco Ixcatán” que dirige el maestro José Venegas 122 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Chávez y otra la “San Francisco de Asís de Ixcatán” que dirige y representa el maestro Julián Juárez. Así lo cuentan los abuelos Ejido, comunidad indígena, avecindados, todos unen sus tostones para hacerla en grande con música, comida, castillo, torito, misa, arreglos para el templo, danza, procesión y el baile por la noche, con su retahíla de “dianas” a los que cooperaron: “una diana pa’ Chalío Larios, José Ruvalcaba, Matías Salazar, Emeterio Venegas, para “El Paisa”, para Nicho Casillas, Cleofas Hernández y Ruperto Saldaña”. “El cafetal para Indalecio Venegas y Emeterio Venegas. “Esto lo pidió Juan Polanco y dice así”--. Ahora como todos se sienten dueños de la música, es común que se escuche: “¡músicos trompas de hule, sóplenle que para eso se les paga!” o “qué barbaridad, a estos músicos en puro afinar y miar se les va la vida”. En la fiesta y en plena misa, no falta el niño que le pregunta a su mamá con voz tronante "¿qué hace ese señor barbón allá arriba?" refiriéndose a Francisco de Asís. La algarabía que genera el torito primero y luego el castillo, hace que la emoción salga sobre quienes resultan perseguidos por un “buscapiés”. Se hace comida para todo el pueblo, en grandes cazuelas con mole, sopa de arroz, pepián, tortillas recién hechas, frijoles, todo en bastedad, y no falta uno que abusando de su buen comer, la prisa le toma desprevenido y no para hasta llegar al “arroyo cagón” o en algún cocuixtlal cercano, pues no había dónde hacer nuestras necesidades. Sin importar en que día de la semana sea el cuatro de octubre, al siguiente amanecer como si fuera san lunes. No por nada, es San Francisco de Ixcatán, Comunidad Indígena San Francisco de..., Ejido San Francisco de... Danza San Francisco... sin contar todos los panchos y panchas de la comunidad.
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A San Francisco se le deben muchos favores, debido a ello le confieren un poder y prestigio superior a otros santos y hasta al propio Jesucristo, “cuando apenas hubo brecha en Ixcatán allá por 1959, un grupo viajaba en un camión de redilas propiedad de Ruperto Saldaña a la altura del “el placer”, la brecha era angosto, el suelo estaba fangoso, de pronto se inclinó al precipicio de la barranca, un alfarero de nombre Emigdio Calamateo aclamó al “señor de Teponahuasco” su pueblo (Cuquío) diciéndole: “líbranos de este mal, no permitas señor que rodemos por este voladero” (precipicio), en tanto, el ocurrente pero fiel creyente, Daniel Ruiz de Ixcatán, sólo atinó a decir: “San Francisco de Asís, ayúdanos que tú también los tienes en tu lugar…”. No faltan de día y noche los malos entendidos y más de algún agraviado, con un tranchete en mano dirá: "éntrale pendejo que al cabo, este pinche cuero no lo quero pa' tambora"; o la bravuconeaba, en cierto modo cuidadosa que lanzaba el célebre ixcateco Filemón Venegas que a todos divertía por su contenido y forma, aunque nadie se acercarse al que con machete en mano y rayando las piedras que hasta sacaba chispas, gritaba: “jay jay jay jay (…) ya llegó su mero padre, ¡chingue su madre medio mundo!, (señalando hacia donde no había nadie), de aquí pa’ allá, ay va la raya, cabrones”. El día de los muertos En la víspera del día de los muertos, la noche refresca la barranca, y los que participarán en las "Mulas", se aprestan a juntar la gente. “Las Mulas” son una representación itinerante nocturna de niños y adultos que recuerda a los arrieros de antaño. Esperan que la noche se profundice para agarrar la familia en casa, sobre todo a los jefes. La chiquillada va adelante pidiendo el muerto a su modo, la gente sale y les da cacahuates, calabazas, pinole, dulces y galletas, pocos entregan dinero.
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Para entonces, el halloween no ha llegado todavía. Ni el nombre es popular. Los personajes que participan son las mulas, los arrieros y ladrones. Los muertitos son testigos mudos de la representación deambulante y nocturna. La trama se desarrolla casa por casa, las mulas son los niños que cargan lo que se va recolectando y los arrieros que les van ordenando “bailar de pedorrito” así como el moderno gallinazo para pedir pa’ el muerto. Otros la hacen de ladrones o bandidos que pelean por el control de los alimentos reunidos. La acción termina alrededor de la media noche cuando en el panteón municipal se reza el rosario, se prepara café que se deleita con pan y galletas. El dos de noviembre, como en todo México, se visitan las tumbas, se les reza y colocan de flores. El respeto a la muerte, la osadía de dibujarla y la sátira política en torno a ésta, reafirman que también en Ixcatán, la muerte es más popular que el mismo diablo. Las pastorelas Noviembre se va como de rayo, ya las pastorelas inician los ensayos, el cuerno de res hecho instrumento suena al pardear la noche y uno a uno, van llegando los que representan a Bartolo, Ermitaño, Gila, Dina, los Diablos, porque el 24 de diciembre, será el ensayo real. Hay tres libretos de distintas pastorelas, la de la Tía Manuela (+), Tía Gregoria Larios (+) y la de Margarita Ruvalcaba (+). Las tres pastorelas se parecen en la trama aunque los personajes son diferentes, por ejemplo la pastorela de la Tía Gregoria tiene tres diablos y una diabla la tentación. La pastorela de la Tía Manuela tiene cinco diablos, ambas tiene los personajes: ranchero, ermitaño y Bato, en tanto la pastorela de Margarita Ruvalcaba no tiene ranchero, pero tiene “tentación”.
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Los atuendos de los pastores son españolizados, más hay la idea de mexicanizarlos, aunque a decir verdad a los diablos se les puede dejar así, al cabo que ya están condenados y todos los días en los ensayos, el Ángel los hace caer a sus pies postrados. Ángel Miguel: En el nombre de Dios atrás impío, por qué tratas de impedir que a Belén vayan estos hombres sencillos que han es cogido el Dios excelso para que le reconozcan y le amen y le ofrezcan sus obsequios. Luzbel: Oh Miguel que gran tormento hemos sentido al momento, ya no tenemos licencia del eterno de poner al hombre tentaciones, ni inclinar sus pensamientos. (Pastorela de Margarita Ruvacaba) El trabajo de los pastores es arduo, ensayar más de un mes, acostar todos los niños de los nacimientos, cantar en el templo, atajarle al pozole, tostadas, ponche, tamales, atole; en los maltrechos estómagos de los personajes, ya no cabe más y para acabarla, el "ranchero" los levanta temprano a cantar pero, si este se queda dormido, el aparato digestivo casi siempre hace al pastor madrugar. El niño Dios se acerca, los chamacos se desvelan inútilmente, los papás cada año ensayan nuevos escondites. Ya se oyen los cantos de los pastores, juguetes nuevos están en manos de los niños, antes se compraban en la tienda de don Juan Saldaña, los grandecitos, se auto consuelan diciendo, “a mí ya no me trae porque el año pasado descubrí que los papás ponen los juguetes” pero a mis hermanos yo no les digo porque si no me trae pura ceniza. Como parte de las pastorelas está “la toreada” el 6 de enero. Es un acto que acarrea gente. El violín toca para iniciar la faena, los toros-diablos raspan el adoquín, antes sacaban polvareda, la tentación es una vaquilla, pero más peligrosa porque es el diablo en forma de mujer. 126 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Tentación: No, no es posible sufrir tantos baldones, yo hará cuento sea posible para poner al hombre tentaciones, lo atraeré, con mi gracia y hermosura, lo inclinaré a los vicios y pasiones de la presa impía, de las ocasiones, de las malas compañías, escuelas negras y diversiones y los siete vicios con finura infundiré en sus corazones y ahorita con ternura empezaré con el más vil de estos pastores y después, continuaré con los demás, estar alerta ¡oh Satanás! voy a empezar con mil amores;
(dice al Ermitaño)
Pobrecito de ti viejito arrugadito, compadecida de ti, te doy la mano, qué estás haciendo aquí querido anciano, tan consumido y acabado, no es propio de los santos el decano el estar aquí encorvado. (Pastorela de Margarita Ruvalcaba) El ranchero ensaya sus piales, amarra, tumba, el corral humano con todos los pastores es débil y los chamucos se van con la complacencia de muchos y se dice uno a sus adentros, como no va a existir el diablo si todos lo apoyan. El violín toca notas de la fiesta brava. Los aguadores del recuerdo Es de mañana, la gente se apresura a llenar sus cubetas con agua del manantial de la presa, todo suena en el camino, Lencho con su "burra" de madera lleva ya tres viajes, que para ganarle a don Chuy y Pánfilo, inició a las cuatro de la mañana. Los primeros viajes se los llevó a doña Petra la mujer de Pancho Hernández quien además le da de almorzar. _No creas aquí como no tenemos agua de llave se le sufre, pero a las muchachas les gusta venir cántaro al hombro porque es una oportunidad de ver a los muchachos. -“Si los callejones supieran hablar cuantas cosas tiernas habrían de decir, de los cántaros que se fueron ahí a destruir, de los suspiros, arrancados en ese lugar”. Todo está ahí, guardado en las rocas, al pie de los grandes árboles, sólo esperando a que alguien les hable.
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Ahora ya tenemos agua en las casas, don Chuy y Lencho ya murieron, Pánfilo por ahí anda. El agua viene del Rincón, La Presa y La Soledad. En las casas aún se usan los cántaros, solo que estos ya no se pasean, ni escuchan secretos de amor; su posibilidad de vida ha aumentado, como la de los mexicanos. Pero allá en Teponahuasco de Cuquío y Tacotlán, hacen pocos cántaros, ollas, cazuelas y jarros; los Calamateo envejecieron y los descendientes no practican mucho el oficio, vivimos en la era del plástico. En los pocos jarros de la cocina se sigue guardando la morralla, no toda, pues ya tenemos Caja de Ahorros en la Comunidad y los centavos están trabajosos. La avanzada un juego de pelota _Ya no quisieron admitirme en el juego, porque no traje los pezones de calabaza que me tocaban, además que porque estoy pequeño. La avanzada es un juego antiguo que antecede a otros juegos de pelota en Ixcatán, es accidentado, lo jugamos alrededor del pueblo. A cada uno le va tocando su turno para golpear la bola, hay dos equipos el que tira hacia un lado y que lanza al contrario; la improvisada pelota de pezón de calabaza criolla, se golpea con un garrote de buena madera, que no se parta y de punta boleada. _Lo juego desde chiquillo, apenas me acuerdo. Unos tiran para un lado y otros al contrario. Descalabrados hay pocos porque se tiene cuidado, es un juego de grandes que recorre las ocho cuadras. La pupa para toda ocasión Se puede jugar en el cerro, en la casa, en la escuela, en el camino cuando se descansa, en el barbecho. Algunos la comparan con la matatena, pero no es lo mismo. 128 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Con solo unas piedras y las manos. La verdad, yo no conozco juego más entretenido sin tener que correr, gastar dinero o un gran patio. El siete, la pupa; con una mano, con las dos, vaya que agarra uno buena habilidad. Hay quienes cargan ya sus piedras en el morral. Ya poco se juega con instrumentos tan fáciles de conseguir en el rancho, uno que otro juega a la rayuela, a las canicas, al balero y al trompo. La era de los satélites y las regiones virtuales acabaron con la imaginación de grandes y chicos. Para jugar con el “trabuco”, basta un pedazo de alambrón, un trozo de rama hueca, de esas que dan tripas y bolitas de copal y a tirar bolazos. Truenan como escopetas, pero no dañan. Ya las ganas de hacer juguetes se acabaron. Los niños prefieren sus R15, AK47 y otros juguetes bélicos de plástico. Ya ni las pistolas de agua les llaman la atención. Del trompo a la televisión Los trompos los hacemos de madera de guayabo, de mezquite o de otros árboles, son toscos y macizos, pero ya hay de plástico y no atraen tanto a los niños. Más el trompo como juguete ha quedado atrás. Un día de 1968, me buscaron para contarme que llegó una caja que apendejó a medio rancho, que salían muchos monos que hablaban, cantaban, se besaban y hasta mataban por gusto. _¿Y cómo se llama eso? Pregunté. _Es la televisión y está en casa de Juan Saldaña, cobran un cinco, solo agarra un canal el seis de Guadalajara, pero ese nos ha robado el sueño y la tele es la culpable de que los becerros y bramen y bramen porque quieren comer. Ahí vimos, las olimpiadas del 68, la primera ida a la luna en 1969; el mundial de futbol de 1970. 129 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
_Ni lo creo aunque lo veo. Ya José Avelar, desde la primera noche de función, le vio por atrás a la caja llamada televisión y no encontró nada, puros botones. _No cabe duda la caja esa, nos desvela y tiene apendejados. Eso lo platicábamos hace más de cuarenta años, ¿qué ocurrirá ahora que hay una caja de esas en cada casa? Las comidas Las comidas iniciando enero con el chile de guaje, guajes con huevo, guajes con frijoles, tortas de guaje, retoños de guaje y hasta por esos días, soplan vientos interesantes porque viene febrero. Los cocuixtles en agua fresca, en almíbar, tepache de sus cáscaras. Zapote prieto como postre. Lolos de guamúchil, ciruelas deshidratadas, cajeta de mango, atole de ciruela tierna, y otras que se escapan. Los quelites de temporada en varias recetas, los jápites crudos, las verdolagas en mole, con huevo, con limón y sal. Las flores de "San Juan" con arroz en leche, el té de limón silvestre, los abuilotes, negritos, tempisques, guayabas, pasto tierno, todo se come cuando hay hambre y se trabaja mucho. Conocedores somos los campesinos de plantas alimenticias, curativas y venenosas. El pepian de semillas de calabaza, el esquite, el pinole, las gordas de horno, la birria hecha en pozo, las gordas gruesas y todas las recetas de la carne de venado (los frijoles) o carne matada a palos. Los calditos de pollo para los enfermos, el atole y los panes de fin de novenarios luctuosos. Las carnitas que vienen de tradición desde don Próspero Venegas, Ángel Casillas, Lupe y Nicho.
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Culto Religioso La filosofía de las comunidades indígenas ha sido mezclada con la religión, somos un pueblo tradicionalmente creyente, ya antes de la llegada de los españoles. La iglesia actual se inició en 1691. Una cruz testimonio de una misión franciscana está a la entrada, según Tello la re-fundación de Ixcatán, fue en 1580. La campana es como pocas, de sonido muy claro y fuerte, que por haber estado enterrada varios años. Las mujeres tienen prohibido tocar las campanas de la iglesia porque es de mala suerte. Y por eso, puros campaneros ha habido, Agapito Rico, Gerónimo Ruvalcaba, José Ruvalcaba, Jesús Ruvalcaba, las mujeres tienen vetado eso, no así impartir doctrina, organizar la lotería, hacer las posadas, las pastorelas, kermeses y múltiples actividades. El rosario en las tardes, la misa dominical, las pláticas de los cursillistas, es la cotidianidad haciendo historia. Cantantes de actos religiosos se han formado y hasta la fecha no hay quien pueda suplirlas, Matiana Salazar, Lupe Venegas, Graciela Conteras, Amparo Lomelí, Rosa Larios. Ni pensar el día en que la escuela de canto religioso se caiga porque, el relevo se ve lejos. Ya los que cantaban el alabado en los velorios se han ido: Pedro Valle, Agapito Rico, Rogelio Juárez y otros ¿quién levantará la bandera? De músicos y grupos musicales A mediados del siglo XX, cuando la tierra todavía daba de todo, se podía pescar, cortar la fruta, venderla, obtener carbón y leña para el gasto y para el comercio, existió una banda de música en Ixcatán integrada entre otros, por Juan Reinoso en el clarinete y director, Filemón Venegas, barítono, Agapito Rico segundo barítono, Indalecio Venegas, trombón, Emeterio Venegas, platillos, Desiderio Flores, Tambora, Rodolfo Ruvalcaba, trompeta, Jesús Saldaña, Miguel Hernández y Apolinar Venegas que no se recuerda que instrumento ejecutaban y Conrado Reinoso en la Trompeta. 131 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Ésta se desintegró y los músicos se dispersaron en la vida cotidiana salvo Conrado Reinoso que salió de Ixcatán. Hubo también a mediados del siglo XX en Ixcatán, una orquesta según cuentan quienes lo vivieron, pero que en realidad se trataba de un trío o cuarteto especializado en la ejecución de música sacra integrado por Alfredo Rico en el chelo, Desiderio Flores en la guitarra, Roberto Cortés (el chino) en el violín y Salvador Venegas en la trompeta. Su trabajo consistía en musicalizar las misas, novenarios, entierros y fiestas religiosas. También hace sesenta años hubo mariachi, Justo Hernández en el violín, Rodolfo Ruvalcaba en la trompeta, Refugio Ulloa, vihuela, Germán Venegas en la Guitarra, José Flores en el guitarrón y Ruperto Ruvalcaba González, violín, éste fue uno de los precursores de dicho instrumento en la barranca a fines del siglo XIX. Vino otra generación de mariacheros: Ruperto Ruvalcaba Iñiguez, Francisco Ruvalcaba, Francisco Cortés, en el violín; Jesús Ruiz en la guitarra, Matías Salazar en la vihuela, José Venegas en el guitarrón, Luis Martínez en la trompeta y de ahí no ha parado la cantera con muchos y buenos músicos que han alcanzado cierto renombre a nivel local y regional. La familia Ruvalcaba Saavedra se precia de tener el mayor número de músicos en mariachis de importancia. Todavía de raíz más antigua, que la banda de viento y “la orquesta”, con una armonía más discreta que la banda, pero más alegre e irreverente El Tamborazo de gran influencia indígena. Este conjunto musical amenizaba bodas, cumpleaños, coleaderos, fiestas patrias, los cóconos, día de San Pedro y otras fiestas comunitarias. Estaba integrado por tres o cuatro músicos que ejecutan el violín, el redoble y la tambora. Por este grupo han desfilado varios músicos ejecutantes de violín: Francisco Cortés, Roberto Cortés, Enereo Flores, Francisco Ruvalcaba y Ruperto Ruvalcaba; en el tambor: Desiderio Flores y Dolores Flores; en la tambora: Justo Vázquez, Genaro Vázquez, Salvador Venegas y José Venegas. Al tiempo de 132 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
que se escriben estas líneas se hacen importantes esfuerzos para que “el tamborazo” no enmudezca la barranca. La raíz del conjunto norteño en Ixcatán, viene del año de 1964 cuando se integró uno por Antonio Contreras González en el bajo, Guadalupe Contreras González en la guitarra, Guadalupe Jáuregui en el Guitarrón, Eleuterio Flores en el acordeón y Ramón González, hijo de José González, en la redova. La mayoría estos músicos salvo Guadalupe Jáuregui, crearon “Los Cuervos de Jalisco”, hicieron algunas giras, dos discos de larga duración con cierto éxito que le reportó una importante venta. Para entonces suplieron el guitarrón por el bajo eléctrico, la redova por la batería y le agregaron el saxofón. Las melodías que aún se siguen escuchando son dedicadas al amor, al desengaño y a la esperanza. La voz principal era de Antonio Contreras, los arreglos musicales de Guadalupe su hermano, luego el grupo lamentó la muerte del segundo y hubo una separación a mediados de los años setenta. La sequía de grupos norteños en Ixcatán se acabó con el surgimiento de “Los Riscos” a principios de los ochenta del siglo pasado, quienes fueron a tocar incluso a lugares de Zacatecas, Michoacán y Nayarit. Estuvo integrado en un principio por los hermanos Joaquín y Martín Polanco Gutiérrez, en el acordeón y el tololoche, Ricardo Camacho en el bajo sexto y en la batería Rosario Larios, luego ingresó Juan Saldaña en la batería y Agustín Ruvalcaba en el bajo sexto. De ahí en adelante se han creado más agrupaciones norteñas, “Los Tequileros del Norte”, “Audaz”, “Cercado Norteño”, “Morrillos del Norte”, entre otros. En dichas agrupaciones norteñas y otras de fuera, hay de las familias: Flores, Polanco, Casillas, Martínez, Saldaña, Venegas, Salazar, Avelar, Rojas, Hernández, Ruvalcaba, Valle,… El talento musical es una manifestación cultural de gran valor, hace medio siglo había banda de viento, orquesta, tamborazo, mariachi y grupo norteño pero se hacía más por gusto que por necesidad de ingresos económicos, ahora se hace por 133 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
ambos. Tal es la cantidad de músicos que el 22 de noviembre se comenzó a celebrar a la patrona de los músicos Sana Cecilia, cerca de cien músicos en una población de 1200 habitantes lo dicen todo.
Ante el agotamiento de los recursos naturales, la devastación de la economía local y los perversos efectos del capitalismo salvaje, las ocupaciones se dividen en albañiles, músicos, empleados de servicios, empleados públicos, trabajos que en todos los casos combinan con las actividades agropecuarias y la venta de la producción para complementar los ingresos familiares. Un músico en especial que se recuerda y no solamente por las prolongadas serenatas que armaba en cada esquina junto con un enjambre de desvelados y bohemios, sino por la manera en que ejecutaba la guitarra, se llamó Fidencio Ulloa, mejor conocido como “Lencho”, el cual combinó, mientras pudo, el trabajo en el campo con las tareas de cargador, aguador, jugador de cartas y bebedor. Descanse en paz “Lencho” y todos los ixcatecos que nos han dado música. Por lo que toca a los de este mundo, les rogamos que acopien talento e inteligencia para que lo sigan alegrando. Réquiem por Agapito Rico. Lo extrañaremos, ya no oiremos las agonías desde la iglesia, su triste repicar, su tintineo lento y melancólico, no se escuchan. Las campanas por él ya no sonarán. Los "cóconos", perdieron a la muchacha enamorada de piernas flacas. El novio llorará su ausencia por la eternidad. Ya no habrá a quien robarse. Los guajolotes o cóconos de largo pico y cobija no encuentran en la muchacha su inspiración principal. La algarabía de la lotería, el griterío de chiquillos y el singular anuncio de Agapito se ha perdido, el lugar ha quedado hasta que una nueva voz llegue a ocupar el vacío. 134 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Dejaremos de ver su esbelta figura envuelta en un cotón negro, el "toro" jamás volverá a cornear a los tastuanes, moros y santiagos. Los 24, 25, 26 y 27s de julio de cada año se han perdido de una figura. Agapito ya no estará en la farsa, en la jugada para medir las calles, para pelear bravamente con el Santiago y pedir "mole", el tategua, tagualile potonqui ya no saldrá de su boca. Las pastorelas se han quedado huérfanas, el ermitaño con su máscara de frente amplia y cotón a cuadros nos ha dejado. Ya otros le tomaron la delantera. Ya no regañará a Bartolo, los diablos dejarán de perseguirlo. Los pastores se han quedado sin los consejos del anciano, sin la voz de la experiencia. La danza no contará jamás con un moreno que, a sus setenta y tantos años, mantenía la alegría y el empuje juvenil, el chiquillero tras de él ya no correrá. Las mulas de la noche del primero de noviembre se han quedado sin arriero, sin guía, ya no bailarán de "pedorrito", la cafeteada se ha suspendido en el panteón viejo y el reparto de calabazas, cacahuates y galletas será triste. Las tierras de los huacazoixtles extrañan sus visitas, no habrá producción de más cosechas de maíz y frijol. Esas tierras pedregosas añoran el tintineo del balancín, el grito de su dueño. El sudor de quien por mucho tiempo las hizo crujir para obtener el alimento anual. Los huaraches, sombreros, máscaras, calaveras, rosarios de pezones de calabaza y otras vestimentas quedarán solo como un testimonio de lo que él sabía hacer en pro de la tradición. La historia no se regresa, el alcance de nuestras vidas es corto, nuestro, paso por el mundo es breve. Agapito se fue para no regresar, salvo para jalarnos los pies de vez en cuando. El como muchos, le tenía respeto a la muerte, pero amaba la vida, amaba la iniciativa, amaba la organización comunitaria, odiaba el egoísmo.
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Ya entre nosotros una leyenda comienza a recorrer la barranca del Río Santiago, Ixcatán está de luto, la costumbre y tradición de nuestros antepasados ha perdido uno de sus mejores exponentes del último siglo. Ixcatán ha perdido un gran hombre, Agapito Rico, descansa en paz. Diciembre de 1993.
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Amparo Lomelí (o Espitación Lomelí), Alfredo Selis Calvillo, Modesto Flores, Martha Celis Calvillo, Ruperto Ruvalcaba, Otilia Larios Avelar, Francisco Benitez, Ángel Casillas, Dolores Flores, José Venegas Chávez, María de la Paz Flores, Martín Polanco Gutiérrez, Pablo Larios Uribe, Felipe Larios Avelar, Guadalupe Corrales Arredondo, Josefina Jáuregui Polanco, Juan Rojas Guerrero, Adelaido 138 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
Ruvalcaba Saldaña, Susana Rojas Guerrero, Joaquín Polanco Gutiérrez, Ruperto Saldaña, Dionisio Casillas Larios, Cruz Martínez Ruvalcaba, Inés Martínez Ruvalcaba, Luis Martínez Ruvalcaba, Ramón Avelar Ocampo, Matías Salazar Ruvalcaba, Carlos Saldaña Martínez, Sofía Casillas Martínez, Humberto Cervantes Ruiz, Rosario Juárez Juárez, Martín, Polanco Gutiérrez, Ramón Castro, Clemente Salazar Donato, Isidoro Larios Ruvalcaba, Juan Ramón Silvino Villalvazo Larios, Sergio Venegas Ruvalcaba, Jesús Sisnado, Clementina Valle Polanco, Leonardo Venegas Avelar, Marcelino Venegas Avelar, Arturo Jáuregui Polanco, Carlos Polanco Gutiérrez, Jesús Sandoval Flores, Apolinar Venegas Avelar, Bernardo Sandoval Flores, Félix Polanco Isidro
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Anexo 1. COLOQUIO DE LA DANZA DE LOS TASTUANES I884, ICHCATLAN, JALISCO Versión paleográfica de José Casillas Martínez, junio de 1986, con ayuda de Agapito Rico. “Luin ami tirinca ipe como amatitanese, como amopiltes, como amopiltontles, como tene Dios sin compa como amosigüia, la pilgua lloca de tegría modoy mosintlin inisigüi, porque solo Dios; solo teguatle so mochintin. (Dice): Señores como amanecieron, como tiene Dios incapa, como están de salud, como amo pilsa como está tu esposa, como amopose, como están tus hijos, moiltle esta homosomo mopilguayoca y todos los de su casa. Pues qui deste catias, tacale de caica que tispalin, que tapite vescamatle tispaneguatle homosomo teuatle y tegualtelo. Cuaye ho hamo cuaye tastuan totastoca tliseguatle cigua mostla isneme teponostica, cuaye sin puay, ho cuayunca tepnostica. Hamo qui, teno buen itecua y mayistle, para que puede que hamo que hoquistase con mochonteco istolo, los tepichitos y popochis, amo qui con tesayota: (Esplicación): Desde acatias tacate, deve ver amigo alto, hay de campo quitispalín, que anda haciendo en este campo, si usted en este reyno, es hombre desconocido, qui tapite bescamatli, usted se anda comiendo, se anda robando lo de nosotros y dejando a nuestro Reino en un pereser. Tispanes teguate momo, ssomo teguatle, se ba komo, se ba o mando que le maten; cuay ho homo cuaye, te cuadra o no te cuadra; sino homo qui tiso peye maquistle; sinó mando que te asoten las nalgas, tastuan totastoca. Estos que aquí están, es mi fuerza tlisiguatle, segua mostla, horita se va Ud. de aquí, porque es mucho lo que me a enfadado; isneme teponostica, cuaye simpuay no cuayunca teponostica; y se que es mucho lo que mortifica, cuele para su país, ho mando que lo maten horita; tecuan y maquistle; traín buenos machetes, para que te tumben la cabeza; guistuirinas las ormigas, mochonteco la cabeza, istolos tepuchito los hojos chiquitos, poponchis inchadas, tesayotas las lagañas. (Para pedir vino) Habiamos haber tantito, iscomel chocolate para camantes, istlancos porque amo. Que entre mas quimaca, mas quemeneque, mas ysmolinia mostlancoisca. Habiamos haber tantito; imiscomel chocolate, haber señores, me acen favor de darme tanto bino para camantes istlacncos, camantes los labios, los dientes, porque hamo aqui que entre mas ismolonia mostlancoisca, mas hasta lo reboleo en la boca para dar las gracias.
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Dios imo tastaguis, hamo qui con cosqui matotenquillo, Dios macatenquillo, Dios tlestis, Dios y mi tastague, Dios se los pague, hame qui concosqui matontenquillo Dios tlesti, sea en esta casa Dios tlesti. Dios les de mas. Para despedirse; ya iniguala hasta mostla, ya hono mosomo, inigua teguate atrotli, Dios imispias itacate; no se lebante señor, estése Ud. sentado. (Para pedir de comer) Abiamos aber, iniqui tacaye, porque amo que quilla flatesuca, amo qui nicuilispa ini,. abiamos aber inequi tascaye; aber señores, denme de comer porque lla flatechuque, que tengo ambre inicuilispas,, estoy cansado tlisentli, ya hasta me quiero sentar. Pues aviamos aver, que buen techonteco, buena hamapolo, dice, buena pomera, buenos istollos, dice, buenos hojos, amo qui bisicana, buenas clinas, buenas sisnacas, buen osico, buen cuaualin suchite, buen cabayo, buen tegualilo potonqui, buen Santiago, buen sillantres, buana silla, buenas albestranas, buenos estribos, amo qui buen galanote, a costas de los bienes del rey y precidente satanás, Pues abiamos aber amunca sin alborotaros a tesco y teguate amo que un tlapospolio para mis camantes, Istlancos para que puede que homis nemis topanostica. (Esplicación): Muchachos no se alboroten, ni ustedes ni yo, denme un sigarro para andarmelo fumando con mi boca mis labios, mi lengua y mis dientes y para paciarme mas agusto. Hanita penilitlamo inqui posenti pocheatle, in macuille yeca yecatli, gúerita cuanto la quiero, quisiera que su corasón, que usted tiene, no lo regalara. Le be homi yei hagui, macuile y chicuase. Dice el rey: Abiamos a ber tatuan Barrabas, sigualanica a la presencia de precidente, para que puede que hamo qui descargaras todas las confiansa en tatuan Barrabas, pero amunca istlacatini ni amunca planelo, porque sino, se nayca mitamachigues, sino nico neguate motoncia porque amo quiteno buen tecua y maguistle para que oquitase techonteco ini. Pues amo qui, bien registrado el castillo de sentro a tierra, amo qui bien afianzado el castillo con ilopita hasacamecate y atoto mochi amo qui bien itilinia para que puede que tesco y teguate y todo el personaje para que tlasinpase de analco y ha teotanalco para que analco y ha teotanalco para que ya tesentlati ini. Pues sayo caisca: Pues aviamos a ver a mi sarjento mayor, turco baleroso, rabioso y generoso ystlayacano, sayo caisca, brevesito para que pueda tatuan y tastoca, dar una bueltesita al derecho y al revés, porque amo qui entremas quimaca mas quimeque mas isisasuare, guisguislana lla 145 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
hias para campa ine porque na te da lla tepalispa, lla tonali porque amo que lla sentlapoli, lla chimpa y lla nias hasta mostla. (Esplicación:) Abiamos aver, dice, haver hombre, ben aca a la presencia de tu sacarrial majestad tu que eres homvre de vien, para que pueda yo descargar todas mis confiansas, pero no me andes engañando ni me andes contando mentiras, porque sino sanaisca mi tamachigues, dice, ami no me gustan que me traigan chismes, porque sino me enojo y entonces, motancua dicen, mando que te maten con buen tecuan y maguistle, tengo buen machete afilado. Amo qui para ho quitace techonteca ini; dice para mandar que te tumben la cabeza por enbustero; (Esplicación:) Pues amo, que registrado el castillo de centro a tierra, dice, pues anda con despacio mirando el castillo que esté maciso, el castillo con ilopita asacamecate y atoto mochi, amo qui bien itilinia, dice, que este caigamos y bién itilinia, que este bien afiansado: Personaje dice, para que pueda pasar yo y todo mi acompañamiento de analco y hatestanalco, para que pueda pasar a mi tibunal atesentlati ini, a sentarme, pues sayo caisca, guisguilana; dice, anda bete porque se nos ace tarde lla nias para compa, ini; dice, bete al campo a trabajar, porque ya teota ya iniguilispa, Dice: Porque lla el sol ya setlapali, por que ya bonali; se nos ace tarde; biene el garrabas y le da la misma razón; lla bién registrado el castillo, y luego, manda al aberrugo con la misma rasón. Aviamos a ver tatuan aberrugo sigualanica, a la precencia de precidente satanás. Amo qui bién bién rejistrado el castiyo, de dicho arriba, llama al anás sigualanica con la misma rasón. Estando arriba en el castillo, manda el garrabás con el Santiago y le dice, abiamos aver tatuan garrabás sigualanica a la presencia de presidente Satanás, por más de balor tonchia, para que amo qui bien registrados los potreros de señora san umpa umpa. De mis de Sanqui yo qui vuey y montaño coligria, hamo qui si vuena rasón sierta para que pueda darte algún premio merecido, de maguastica los riales para la mosigua, de tegua ho de mosomo teguatle; cuaye homo cuaye que toa tegriate y sayo caisca guisguilaña, lla nias para acampa ini. Biene el garrabas de con el Santiago y da la rasón al Rey y dice: ya aguise tepete, lla aquise tepetosco y hoquise hojo de atle, ya mistlacha tenoyua nistlacha tlaute desdenica hasta nepa y de peapa sta melauca, pero mala rasón quitoa, porque ya moche manadas, ya mochi borregadas, ya hotami asta el cuagualin de sigua, con tanto lo sosoyocome yo quiscoscoque. Esplicación
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Ya oquise tepete, dise, ya vi los arroyos, ya ho quise tepetosca, la cueva en donde avitan los ganados, ya hoquise hojo de alle, fui al hojo de agua en donde veve el ganado, ya nistlacha estenco ya no hay nada de ganado, ya nisglanchoa taute, desde nica es un serro, hasta nepa lla vide el otro serro ya mochi; mamadas ya mochi borregadas ya no hay nada de cabayos, ya an muerto con tanto sosoyocome, tienen un abujero grande, por el fundillo le sacaron todas las tripas, yo quiscosqui, yo lo vide. Esta misma rason, le ha de dar al Aberrugo, y al Anas, luego buelbe a yamar al garrabas para que baya a trair preso el Santiago y le dice el Rey, aviamos a ver tastuan Garrabas sigualanica a la precencia de presidente Satanás, por más de balor tochia, para que puede que yo bencer la batalla de tegualili potonqui y a totolope amo qui con tanta lanseta tepitona, porque tengo rasón qui ya nochi madamás, ya mochi borregadas que ya atami hasta el cuagualin, desigua en tanto sosoyocome yo qui coscoqui por eso amo, qui la ystlamampia porque puede que hamo qui tagualilo potonqui bien atilinia a la presencia d precidente satanás, para que puede o quitase el perjuicio anoramal anqui tepule al acompañamiento de tatuan garrabás, pues saya caisca guisguilana ya nias para campa ini tagaualilo potonqui es hombre desconocido aqui en mi reyno. Tanto lanseta tepitona, tata cola arrasstrando istlamampa de justicia, bara que pude para que traigas preso ese hombre tagualilo potonqui, bien tilinaias me lo trigas bien amarrado al precidente santanás a la precencia de sacarrial majestad, para lio quitase el perjuicio anora mala para que se mate ese hombre porque es mucho el daño que me ha hecho tetopile a la acompañamiento ausilio a que me bayas, aprende ese hombre, pues sayo caisca guisguilona. Bayanse y no se tarden, bayanse al campo a trabajar y lo train preso; Sale el Garrabás solo y le entrega la bara de justicia y le dice: amo qui tegualilo potonqui bien itilineas el Rey le dice, tlacin pase el garrabas, Dice que pase. El Rey le dice: Chino alvortoros, ini demonio amo que teno rason, que ya antami manada ya atamo borregadas ya atami el cuagualin de sigua, amo qui buen siguatero como todos los diablos amos quei buen galanote acostas de los bienes es precidente satanas; amo qui buen techanteco buen amapoloa pues quien diablos tentis nemis, achino arimaros, para que puede de dos otros palabras destinaros los negocios que pretenderoz ini, dicelo, bengo por mandado de Dios y de Marìa Santisima. Le dice el Rey: Chino, retiraros de mi demonio hamo, qui bien mal ablado, mo todos los diablos, amo qui buen siguatero buen ladrón, qui buen galanote bien plantadote acostas de mis bienes. A costa de lo que has robado amo qui tenchanteco, buena cabeza para mochartela, buena amapola, buena plumera, pues quien diablos tentis pues quien te entiende chino arimaros alboraotaros, aber todos hariemnse para aca que pronto se arregle este negocio. 147 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
El rey le habla al aberrugo para que baya a matar al Santiago y le dice: Aviamos a ver tastuan aberrugo, por mas de balor tachia, para que puede que a taguallillo potonqui lla o quitase el perjuicio anoramala con buen tecuan y maguistle nomas amo qui techonteco a la precencia de precidente Satanas para que a mi qui mocheas el cargo con los istololos par anai que los tlapospolios. ni la senisa tlagualilo potonqui y lo quitace que vayas y lo mates y quites ese perjuicio que no puedo nada con buen tecuan mauistle; con buen machete amolado nomas amo qui techonteco, nomas me trais la cabeza a la precencia de tu sacarrial majestad para amo qui mochisas el cargo para saber si es sierto que lo mataron o no con lo istololos para berlos con tos mis ojos para qui amo qui los tlanpospochas, para que abienten los sesos por los cuatro bientos, y la seniza que se la lleve el biento y que no quede nada. Se conclullo este Cuadernito el día 7 de setiembre de 1884. (En la contra portada):
YDIOMA MEXICANO D L A
Ypa tuchi ipa tuichi lla flatichuque ese osepo oposequinte, ninpoline nitepostostoque, ni flaute mi tepachuyaz. Ni me presto, ni me doy, solo de mi dueño soy...” Tomás Ramírez / Rúbrica
Anexo 2. Brevísimo recuento de tradiciones y costumbres de Ixcatán. Con el paso de los años, gran parte de las tradiciones ancestrales de las comunidades rurales, han sido sustituidas por los modos y formas de vivir de las grandes ciudades. Estas han sido cercenadas por costumbres nacionales y extranjeras que suplantan el espíritu creativo popular. Esta suplantación de la cultura ha traído no solo en Ixcatán, la pérdida de su identidad, de sus valores, expresiones, costumbres, practicadas aún antes de la llegada de los europeos. En Ixcatán como una de las expresiones más importantes, la tradición oral, los argumentos de las pastorelas, tastuanes y pasos que se siguen en los festejos religiosos y cívicos son “casi rituales”, se transmiten de generación en generación, la mayoría de las veces sin que se escriba renglón alguno. En otras ocasiones los que toman parte en los festejos solo anotan la parte que les corresponde y creo, que ese conocimiento hoy disperso se debe rescatar, sistematizar y difundir, no es éste el instrumento idóneo para hacerlo, sin embargo se mencionará lo más relevante.2 - 1º de enero, elaboración de tejuino (miel de maíz) para velar el año nuevo.
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Se cuenta con las versiones de tres pastorelas, el coloquio de los tastuanes de 1884, de la Judea (semana santa) y otros documentos que no han sido analizados. 148 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
- Martes de carnaval, celebración indígena con la representación teatral comunitaria de “Los Cóconos”. - 19 de marzo, festejo a San José con novenario, agua fresca y comida el último día en el barrio del Xochitl de Ixcatán. - Jueves y viernes Santo, representación teatral comunitaria de la aprehensión, juicio y muerte de Jesucristo. - 2 y 3 de mayo, día de la Cruz, camino al cerro, guardia, rosarios, misa y danza en la Mesa Grande. - Abril, mayo y junio, corte de fruta, es como una fiesta porque hay dinero, hay más bailes, bodas y alimento en los hogares. 24 de Junio, día de San Juan, se hace atole, se manda hacer uno panes grandes en forma de corona y se consumen en familia. 29 de junio día de San Pedro, peregrinación a la presa para “bañar el santo”, la música de tambora, violines y redoble acompaña el festejo, por la tarde se realizan luchas “a canilla” y se dan premios en efectivo y gallos. - 24 al 27 de julio, festejo anual de “Santiago Apóstol”, mejor conocidos como los días de los tastuanes, representación teatral de las medidas del reino, la pelea contra el Santiago, aprehensión y muerte del Santiago, entrega del cargo al próximo comité. - 15 de agosto, se acostumbra ir a la fiesta de Atemajac del Valle a celebrar el día de la Asunción. - 8 de septiembre, peregrinación a los cuatro puntos cardinales partiendo de Ixcatán para pedir que llueva. - 15 y 16 de septiembre, fiestas patrias con lectura del acta de independencia de 1810, coronación de la reina, festival escolar, desfile, fútbol y evento de charrería. - 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, novenario, misas, baile, comida, castillo y danza, fiesta patronal. - 1 y 2 de noviembre, representación teatral móvil (por todo el pueblo) de “Las Mulas”, historia de arrieros, ladrones y mulas el 1º de noviembre por la noche y el 2 visita al panteón municipal. - 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, danza, misa, castillo y baile. - Noviembre y diciembre, preparación de las pastorelas y representaciones a partir del día 24 de diciembre y hasta el 6 de enero. - Tradiciones que no pasan ni pasarán al recuerdo: 149 Ichcatlan no muere, renace cada día. José Casillas
- El trabajo de aguador, arriero, carbonero, leñador, curandero, sobador, matancero, vaquero, danzante, músico, tastuan, etc. - Los callejones y la forma de noviar, las cartas de amor, la manera de pedir a la novia, los regalos. - Los juegos de la niñez de los abuelos. La avanzada, la pupa, el trompo, el balero, el trabuco. - La comidas con materiales e ingenio de la región, chile de guaje, guajes con huevo, con frijoles, en torta, retoños de guaje como verdura. Jápites, quelites, verdolagas en mole, pepian, maría gorda, té silvestre, abuilotes, negritos, guayabas silvestres, tempizques y pitayas. - Las bebidas tradicionales, tejuino, atole de ciruela, agua de xocuixtle, de mango, ciruela y guayaba. - Los postres, esquite, pinole, flores de San Juan con arroz, lolos secos de guamúchil, ciruelas secas, cajeta de mango, y otros. Uno de los mayores defensores y propulsores de las tradiciones costumbres de Ixcatán fue Agapito Rico Venegas, murió en diciembre de 1993, en su honor la Casa de la Comunidad Indígena lleva su nombre.
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